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Del consultorio médico a la ruta del maratón

González-Alvarez supera los retos y alcanza sus metas de peso

Por Lana Bradstream The Times-Republican

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“No tengas miedo de renunciar a lo bueno para ir a por lo grande”.

— John D. Rockefeller

Marshalltown, IA.- Un proceso de pérdida de peso puede resumirse en una frase como ésta: las personas que desean obtener resultados están dispuestas a renunciar a las sabrosas tentaciones. Muchos caen durante este recorrido, pero algunos vuelven a levantarse y continúan su camino, decididos a alcanzar la meta al final.

Una de esas personas es María González-Alvarez, de 34 años, especialista en apoyo en compaginación de Heart of Iowa Big Brothers Big Sisters.

“No era la primera vez que empezaba a perder peso”, dijo González-Alvarez. “Lo había intentado de muchas maneras diferentes, durante años y años”.

González-Alvarez ha sido durante mucho tiempo una figura en Marshalltown después de mudarse aquí desde Michoacán, México, hace 29 años. Es habitual verla en eventos comunitarios y prestando apoyo a organizaciones sin fines lucrativos.

Sin embargo, González-Alvarez se ve muy diferente ahora, con 180 libras, de lo que se veía hace dos años. Porque hace dos años, acudió a una cita con su médico, quien le dijo que estaba preocupado por su salud.

“Sabía que tenía sobrepeso, pero ese día pesaba 354 libras”, dice. “Me fui llorando porque sabía que algo tenía que cambiar. Tenía miedo por mí, pero también pensando en lo que pasaría en el futuro, en mis hijos y en mi familia. Sabía que las cosas tenían que cambiar”.

González-Alvarez se sentó con su marido, Roberto, y formularon un plan: qué podían cambiar y en qué necesitarían ayuda.

“Quería que esto fuera diferente, así que el primer paso que di fue aprender sobre mi salud mental y la forma en que relacionaba la comida con mis emociones”, dijo. “No comía porque tuviera hambre, sino que dependía de cómo me sintiera. Tuve que aprender de nuevo a como comer. Cómo construir una relación positiva con la comida”.

Esa relación resultó ser el mayor reto de su odisea.

“Una adicción se puede quitar, pero cuando necesitas comida para sobrevivir tienes que volver a aprender muchas cosas y el funcionamiento de tu cuerpo”, dijo González-Alvarez.

Hubo algunas sorpresas en el camino.

“Cuando tuve un plan y empecé a ser constante, el gimnasio se convirtió en algo que me gustaba”, dice. “Estoy deseando hacer un buen entrenamiento o salir a correr”.

El nuevo amor por correr le llevó a otra etapa. Como una especie de guía en su viaje, González-Alvarez creó un mapa de visualización para fijar pequeñas y grandes metas.

“Uno de ellos era poder correr una maratón con mi marido”, dice.

Era algo que deseaba compartir con Roberto, que ya había corrido un par de maratones. González-Alvarez quería compartir esa sensación. El matrimonio cumplió su objetivo el 3 de junio, cuando terminaron la carrera anual EMC DAM to DSM. Aunque la carrera se acortó a 13.1 millas, se considera una media maratón.

Hubo un par de momentos, sobre todo en el kilómetro 10, en los que tuve dificultades, pero me repetía a mí misma: “Puedes hacerlo. Sólo tienes que seguir adelante y dar un paso cada vez’”, dijo. “Cuando vi la línea de meta empecé a emocionarme, sobre todo al ver a mi familia y a mis hijos -Alexa y Carlos- agitando las manos. Cruzar esa línea no era sólo un final, sino una victoria. Yo lo había hecho - YO - esos segundos me pertenecían. Me gustó tanto que ya estamos entrenando para la próxima.

“Tardé tres horas en terminar, así que fue una carrera muy lenta, pero mi marca el punto de partida para ir más rápido”, afirma.

Después de completar con éxito tantas etapas de su trayectoria de pérdida de peso, González-Alvarez dijo que se siente increíble - física y mentalmente.

“El cambio de mi cuerpo me ha ayudado a crecer como persona y puedo disfrutar y jugar con mis hijos”, afirma.

Parte de la pérdida de peso ha tenido sus inconvenientes. González-Alvarez dijo que la gente le pregunta si ya no come y le dicen que se está “marchitando”. Dice que no se dan cuenta de lo mucho que ha trabajado para tener el cuerpo que tiene y del esfuerzo que sigue haciendo.

Aunque el camino ha sido largo, lleno de obstáculos y triunfos, González-Alvarez está contenta con sus logros, y tiene algunas palabras de ánimo para otras personas que deseen iniciar su propia búsqueda.

“Vayan por ello. Si no lo consigues a la primera, vuelve a empezar”, afirma. “Encuentra una motivación y fíjate metas. Sé paciente contigo mismo, recuerda que no has llegado aquí de la noche a la mañana y que te llevará tiempo. Y lo más importante, aprecia las cosas maravillosas de las que es capaz tu cuerpo”.

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