DESTACADO José Luis Satdjian

AGOSTO 2021 • Pág 12 # 34 •

José Luis Satdjian

“El mayor aprendizaje que nos deja la pandemia es la valorización de la salud pública”

Se inició en la política siendo muy joven y hoy ocupa un rol fundamental como subsecretario del Ministerio de Salud Pública, en pleno combate contra el coronavirus. Sus ambiciones son las de un apasionado político al que -con esfuerzo, dedicación y trabajo- le toca velar por la salud de todos los uruguayos.

Los recuerdos que tiene José Luis Satdjian de su infancia se remiten a la escuela José Artigas de Brazo Oriental. No olvida a sus maestras y especialmente a su director, a quien describe como un hombre con un “republicanismo muy grande”, siempre dando mensajes positivos de la patria. Seguramente fueron esos aprendizajes la siembra de lo que tiempo después, en sus primeros años de juventud, se despertaría con fervor: una vocación de servicio público innata, pero no heredada. Sus padres trabajaban como repartidores de alfajores y hasta él nadie de su familia se había dedicado profesionalmente a la actividad política, si bien en su casa solía hablarse y debatirse sobre los partidos tradicionales. “Si se quiere fui el primero

en pasar la barrera y animarme a trabajar activamente en lo que hoy es mi forma de vida”, reflexiona. Sus comienzos oficiales en el mundo político se dan no de manera casual pero sí fortuita. En 2006, se encontró accidentalmente con el actual ministro Martín Lema, quien le comentó estaba comenzando a trabajar con una agrupación de jóvenes, a la que José Luis se sumó de inmediato. Ese grupo fue creciendo hasta lo que actualmente se conoce como la Lista 404 del Partido Nacional, fundada por él mismo hace ya 13 años. El 11 de diciembre de 2019 a las 3 de la tarde, el aquel entonces presidente electo, Luis Lacalle Pou, lo citó a su despacho para proponerle el gran desafío de incorporarse a la subsecretaría del Ministerio de Salud Pública. Este fue el inicio de una etapa que sin saberlo estaría marcada por la llegada de una pandemia al mundo, donde la responsabilidad de la gestión de la salud pública tomaría un protagonismo inusitado.

¿Qué desafíos extras implicó para su gestión y de qué modo tuvieron que reorganizar las prioridades desde el ministerio, tras una asunción marcada por el COVID-19?

Ya pasadas unas semanas de enero, notábamos que el coronavirus se había iniciado en Asia y se estaba expandiendo hacia Europa a una velocidad muy rápida. Por eso inmediatamente empezamos a trabajar para prever el impacto de la llegada del virus a nuestro país. Trabajamos con los directores que estaban designados, con las organizaciones civiles y científicas y un montón de agrupaciones enfocadas en el tema. La primera acción que tomamos cuando llegamos al MSP fue citar una reunión el 3 de marzo con todos los involucrados en lo que era la epidemia. Aunque luego la llegada del virus nos cambió los planes de trabajo como a todos los urugua“La gran meta es realizar una gestión que nos permita mejorar la calidad de vida de todos”.

yos. Nosotros desde el ministerio nos adelantamos a lo que podían ser las amenazas; cuando el problema estaba en los testeos, desarrollamos en test nacional en conjunto con el Pasteur y Udelar; cuando el problema estaba en la frontera, nos trasladamos allí y creamos un plan. En ese sentido siempre buscamos estar delante de los desafíos. Esa ha sido un poco la tónica de nuestra gestión desde hace un año y medio. Con el ministro Salinas tenemos un gran equipo enfocado hacia la eficiencia, donde se trabaja con armonía y sin descanso porque estamos liderando una batalla muy importante. La última pandemia fue hace 100 años con la Gripe Española, por lo que es la primera vez que el Ministerio de Salud Pública, creado en 1934, enfrenta una pandemia. Y a mí me toca ser el primer subsecretario en hacerlo, con todo lo que eso conlleva. Así que indefectiblemente la llegada del virus nos cambió; cambió nuestros planes y el modo de relacionarnos, pero siempre con una impronta de sacrificio y de querer estar delante de los problemas.

En pleno regreso a una esperanzadora “normalidad”, ¿cuál es su balance en cuanto al manejo de la pandemia en nuestro país?

Creo que el balance de la pandemia lo debemos hacer al final porque esto todavía no terminó. Cuando avancemos en una nueva etapa y dejemos atrás estos momentos, ahí podremos hacer un balance. Ahora estamos en la etapa de vacunación que nos tiene muy contentos por la evolución de la campaña, pero todavía no podemos hacer un balance general. Sí ir midiendo las etapas que hemos pasado y yo creo que en nuestro país tuvimos dos pandemias: la primera hasta noviembre de 2020, con una enfermedad si se quiere controlada en cuanto a brotes; y luego, desde diciembre hubo un aumento constante de casos que nos tuvo con una ola que todos los demás países habían transitado el año pasado y nosotros la sorteamos durante este año. Llegó la vacunación y con ello el descenso de casos, por eso nos planteamos desde el principio que la campaña tenía que ser rápida, efectiva y progresiva. El éxito de la vacunación tiene que ver con estos factores, pero también, y sobre todo, con la buena recepción de la gente que se adhirió a la campaña de forma masiva.

Muchos destacan a Uruguay como uno de los países que mejor ha sabido llevar adelante la gestión sanitaria, ¿de qué forma se puede capitalizar esta mayor exposición que se ha logrado en el último tiempo?

Hay algunos rankings que nos colocan dentro de los países donde mejor se ha sobrellevado la pandemia. Creo que eso es una oportunidad que tenemos para presentarnos como un país seguro: seguro para el turismo, para las inversiones, para vivir. Y ese también es uno de nuestros desafíos; pasar la pandemia y que Uruguay pueda recibir nuevamente de brazos abiertos a todo aquel que quiera venir a emprender. Como lo hizo históricamente, como recibió a nuestros abuelos y a los que han venido a esta tierra a buscar nuevos horizontes. Esto ha golpeado a todo el mundo, no hay persona en el planeta que esté ajena a la pandemia, y los países que han desarrollado una campaña de vacunación más ágil y que están en niveles de inmunización considerable, tenemos una buena oportunidad de avanzar en varios aspectos.

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¿En qué etapa se encuentra el plan de vacunación COVID-19 y cómo continuará desarrollándose en los próximos meses?

Actualmente, tenemos un 87 % de la población objetivo (mayores de 12 años) que está dentro del plan de vacunación: vacunados, agendados o aguardando la segunda dosis. Eso nos da un éxito en cuanto a lo que es la vacunación en Uruguay. Ahora nos encontramos en la etapa de ir a la búsqueda de ese 13 % que aún no se ha vacunado por los motivos que sea. Para aumentar la accesibilidad nos planteamos ir a los barrios de mayor vulnerabilidad a instalar vacunatorios en distintos municipios de Montevideo y localidades de Canelones. Esto nos da una territorialidad mayor para poder acercar la vacuna a todos los vecinos. Posteriormente, estableceremos nuestro plan empresa a empresa, para poder vacunar a esas grandes organizaciones que tienen decenas de trabajadores. En Uruguay nuestro plan ha sido muy bien diseñado en conjunto con distintas organizaciones. Nos diagramamos una vacunación ágil y escalonada. Ya en enero establecíamos que íbamos a estar vacunando 600 mil personas por mes.

Se dice que la vacunación a menores de 12 años es un hecho, ¿es así?

Cada decisión de vacunación se basó en aspectos científicos. Siempre nuestra Comisión Nacional Asesora en Vacunación es quien tiene la definición en cuanto a nuevas poblaciones a incorporar o hacia las priorizaciones en personas de mayor vulnerabilidad. En ese sentido, cuando nuestros técnicos determinen que se pueden vacunar menores, que es algo que está en estudio a nivel mundial, tenemos el sistema previsto y preparado para poder hacerlo.

¿Cómo imagina será el mundo y el Uruguay poscovid?

Creo que hay un antes y un después de la pandemia. Hemos aprendido la importancia de la salud humana y esta enseñanza nos va a permitir tener un mundo más civilizado. La humanidad ha estado en vilo por un virus muy pequeño que ha traído alejamientos, cambios en la forma de relacionarnos y en el modo de pensar. Creo que el mayor aprendizaje que nos deja la pandemia es la valorización de la salud pública y el cuidado de nuestra salud.

Y a nivel personal, ¿qué aprendizajes le dejó el coronavirus?

Quizás más que aprendizajes personales, el coronavirus me dejó experiencia. Todos hemos transitado esta etapa con mucha tensión, incertidumbre y angustia. Yo no hice más esfuerzo que cualquier uruguayo que está peleando por su trabajo, pasando estos momentos a veces de soledad y a veces con la angustia de la enfermedad. Este año y medio ha sido muy especial para todos en nuestro país, y mi desafío es dar más del 100 % cada día para poder salir de esto lo antes posible. Este pensamiento nos encontró a todos en el ministerio, siempre concentrados y enforzándonos para dar lo mejor de nosotros y tomar las mejores decisiones en beneficio de la población.

¿Cómo aplica su formación en Administración de Empresas en el ministerio?

Tomé la opción de estudiar la licenciatura de grande, empecé la carrera con 26 o 27 años. Y es una carrera que me atrapó por ser muy completa, porque te da herramientas para gestionar cualquier ámbito de la vida, ya sea en un ministerio, una empresa, un hospital o una ONG. Siempre tenés que administrar y gestionar recursos, que por lo general son es-

Un mensaje a las farmacias

“Creo que las farmacias comunitarias tienen un rol prioritario en el sistema de salud. Muchas veces la farmacia es el primer lugar al que las personas acuden cuando tienen alguna necesidad sanitaria. Es el punto de contacto con la gente. Creo que hacen un trabajo fundamental en lo que respecta a la tarea de dispensar todo tipo de medicamentos y el asesoramiento que brindan al público siempre basado en el conocimiento. Tenemos varios desafíos para trabajar en conjunto con las farmacias, hay oportunidades que hemos conversado y que eventualmente estamos dispuestos a transitar. Desde nuestro punto de vista, las farmacias tienen un rol preponderante y nuestro reto es el de mejorar y trabajar juntos hacia un mejor servicio para la población en general”.

casos. Así que, en ese sentido, es una carrera que te da herramientas para poder trabajar y desenvolverte. En el ministerio lo aplico diariamente en lo que es la administración de recursos, no solo económicos, sino humanos y materiales. Diariamente uno debe administrar una infinidad de cuestiones.

¿Encuentra momentos para disfrutar de tiempo libre?

Cuando uno tiene un rol de responsabilidad está 100 % enfocado en eso y a veces los que están cerca quedan un poco relegados en el orden de prioridades. Así que esos ratos libres trato de compartirlos con los seres queridos; con mi pareja Florencia, con quien hemos transitado este año de mucho esfuerzo, y con mi hija Cecilia. El tiempo de disfrute es en mi casa, mirando alguna serie o película, cocinando en familia. También trato de hacerme instantes para leer algún libro que no esté vinculado a la pandemia o a la crisis; me gusta mucho la política contemporánea o la historia reciente. Intento de dedicarle un momento de la semana a hacer actividad física, que más allá del beneficio que tiene para la salud, me ayuda a desenchufarme y redirigir las energías para tener pensamientos más claros.

¿Cuáles son sus máximos objetivos a nivel profesional?

El principal desafío es mejorar la salud de los uruguayos. El 1 de marzo de 2020 nos planteamos el desafío de entregar un Sistema Nacional Integral de Salud mejor al que recibimos; de poner en el centro a la persona, para que el día que nos toque irnos del ministerio podamos hacerlo con la frente en alto y la tranquilidad del deber cumplido. Hoy en día estamos enfocados en ese pensamiento, mientras combatimos la pandemia. Así que la gran meta es realizar una gestión que nos permita mejorar la calidad de vida de todos.

“Las farmacias comunitarias tienen un rol prioritario en el sistema de salud”.

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