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COSMÉTICA
Hombres que dicen sí a la depilación progresiva
Cuando hablamos de depilación rápidamente pensamos en soluciones para mujeres. Sin embargo, cada vez son más los hombres que quieren eliminar el vello de su cuerpo, apostando a la depilación de rostro, axilas, espalda, tórax, abdomen, glúteos, piernas o incluso zonas íntimas.
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Por Daniel Murillo y Franciele Cominetti, directores de Clínica Murillo
La depilación ha dejado de ser territorio exclusivamente femenino para dar lugar a hombres que buscan sentirse más cómodos con su cuerpo. Los primeros en incursionar en la depilación fueron los deportistas por cuestiones puramente lógicas: el vello no interfiere en el entrenamiento y se previenen muchas infecciones. Pero con el pasar del tiempo las consultas por depilación permanente masculina se han incrementado notoriamente y más allá de su funcionalidad han adquirido un valor estético y práctico. El canon estético sugiere músculos definidos y si el paciente tiene pelos esta belleza corporal parece quedar desapercebida. Sencillamente, un hombre puede mejorar su autoestima por el hecho de no tener vello en determinadas zonas como espalda, pecho u orejas. Pero si bien en muchas ocasiones las razones suelen ser estéticas, hay varios motivos por los cuales el hombre decide
optar por este tratamiento. Algunos encuentran mayor higiene ya que cuando hay vello el sudor se retiene más en el cuerpo y en épocas de altas temperaturas puede provocar más olor corporal. También, hay una cuestión de practicidad a la hora de producirse, sobre todo en zonas como el contorno de barba y rostro que suelen demandar tiempo para mantenerlas prolijas. Sea cual sea el motivo, lo cierto es que existe una demanda cada vez mayor por sus múltiples ventajas y beneficios: previene y evita la foliculitis y el hirsutismo (exceso de vello), suaviza la piel al estimular la producción de colágeno por el láser, blanquea zonas oscurecidas y manchadas, y aporta libertad e higiene. Los métodos que se utilizan para la depilación que comúnmente conocemos como “definitiva” son efectivos cuando el vello se encuentra en fase de crecimiento activa, por lo que, si es tratado en esa instancia no volverá a crecer nuevamente. Sin embargo, con el paso de los años algunos vellos que se encontraban en la fase de reposo pueden activarse y crecer. Por este motivo es mejor hablar de depilación permanente o progresiva y no definitiva. El tratamiento es cómodo, indoloro, seguro y rápido. Es importante que sea realizado por un profesional capacitado y respetando los protocolos internacionales de tiempo y potencia de acuerdo a la zona corporal tratada. La cantidad de sesiones va a depender de la evaluación previa realizada por el especialista, donde se toman en cuenta las características del vello, el tipo de piel y la zona del cuerpo a depilar. Estos factores van de la mano de las características hormonales propias de cada paciente y determinantes a la hora de indicar un número de sesiones aproximadas para lograr un resultado óptimo y duradero. En general, el tratamiento consta de 9 a 12 sesiones, aunque los pacientes de vello claro pueden requerir más tiempo porque el láser actúa en la melanina del pelo detectando el color. Previamente a la sesión es importante abandonar cualquier tipo de depilación que sea con pinza, cera o maquinita eléctrica. Se recomienda utilizar únicamente rasuradora. Luego de realizar el tratamiento, se debe evitar la exposición a temperaturas extremas durante las próximas 24 horas, ya que pueden provocarse daños secundarios en la piel.
# 34 • AGOSTO 2021 • Pág 30
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