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Espacios surreales
los ritos mágicos de las antiguas civilizaciones aztecas leídos en los libros de un estudioso latinoamericano, decide hacer una película sobre el tema y, para tantear el terreno, se propone visitar en compañía del escritor los lugares descritos en sus obras”. Después de cinco entregas el relato cierra con la paradoja de lo verídico: “El viaje y la misteriosa aventura que narra esta historia, que yo he reconstruido libremente y escrito en forma de argumento cinematográfico, ocurrieron de verdad”. A principio de los años 90’s un joven ilustrado erótico llamado Bruno Manara, convence a Fellini de transformar Viaggo a Tulum en una novela gráfica. Fellini acepta y trabaja codo a codo con Manara y Vincenzo Mollica en el texto. Durante el proceso de adaptación el guión sufre cambios sustanciales y el comic Viaggo a Tulum publicado en 1991 se llena de guiños autorreferenciales a películas del mismo Fellini.
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The original text from the year 1986 begins as follows: A film director is captivated by the stories, characters, legends and magical rites of the ancient Aztec civilizations found in the books of a Latin American scholar. This led him to make a film on the subject and, in order to test the ground, he decided to visit, along with the writer, the places described in his works. After five installments, the story closes with a paradox of truth: “The journey and the mysterious adventure herein narrated, which I have freely reconstructed and written in the form of a cinematographic plot, truly happened”.