ADAM

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Serie Nightwalkers Libro 06 Jacquelyn Frank

Perseguidos por la magia, acosados por el mal, los Nightwalkers aun no afrontan su hora más oscura. Y cuando sucede lo impensable, sólo un hombre legendario tiene el poder y la voluntad, para salvarlos: Adám… Durante 400 años él se había perdido para ella, pero es de ella esta noche… Desde su primer toque seductor, Jasmine sabe que él es diferente. ¿Qué otro amante podría desbloquear el estricto control, de sus sentidos vampiricos hastiados por una vida de auto-indulgencia decadente? Siglos atrás, cuando desapareció sin dejar rastro, ella había perdido la esperanza de alguna vez cumplir con esa promesa de pasión. Pero aquí está, en contra de las leyes de la naturaleza, dispuesto a derrotar a su enemigo más feroz, listo para elevar su sangre al punto de ebullición… si ella lo deja.

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El placer gobierna la noche.

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INDICE! ! PROLOGO ...........................................................................................................5 CAPITULO 1 ......................................................................................................14 CAPITULO 2 ......................................................................................................24 CAPITULO 3 ......................................................................................................38 CAPITULO 4 .....................................................................................................48 CAPITULO 5 ......................................................................................................67 CAPITULO 6 ......................................................................................................80 CAPITULO 7 ......................................................................................................92 CAPITULO 8 ....................................................................................................111 CAPITULO 9 ....................................................................................................127 CAPITULO 10 ..................................................................................................147 CAPITULO 11 ..................................................................................................163 Epilogo ..............................................................................................................178 Agradecimientos ...............................................................................................183

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«Todo aquel que desee conocer la suerte del Demonkind debe consultar a

estas profecías...

...tal como la magia una vez más amenaza el tiempo, la paz de la erupción de

los Demonios hacia la locura...

... lo que suceda en esta gran época hará que las cosas vuelvan la atención

a la pureza que el Demonkind siempre debió esforzarse por lograr. Ahí vendrá el

significado y propósito de nuestras leyes más estrictas, a ningún ser humano

incorrupto le molestará, la coexistencia pacífica entre las razas se convertirá en primordial...

»

! «...Por

Extracto de La Profecía perdida del Demonio.

ello está prohibido para cualquier Demonkind aparearse con las

criaturas que no son sus iguales, ni de su naturaleza, ni de su fuerza y poder.

Esos seres inferiores son nuestros para protegerlos de nosotros mismos, no para

ser violados en una abominación sexual impura. Esta es la ley y la voluntad de la naturaleza. El perro no se encuentra con el gato, el gato no se encuentra con el ratón. Todo aquel que rompa esta confianza sagrada sufrirá bajo la mano de la ley...»

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Extracto del Rollo Original de la Destrucción

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PROLOGO! Traducido por Achlys Corregido Tabitha y Maia

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Samhain 2008 ― ¡Hay muchos de ellos! ― exclamó Isabella un momento después de haber perdido el aliento. La nube de ébano oscuro de sus cabellos se abrió alrededor de su cabeza en un amplio arco cuando se dio la vuelta para mirar a su acompañante: su compañero y esposo, el padre de su hija, por no hablar de su hijo, de cuya existencia inminente sólo se habían enterado hace una semana. Él cuidaba su espalda al igual que ella guardaba la suya en esta lucha, y juntos estaban protegiendo lo más preciado para los dos. ― ¡Jacob! La mujer druida se vio obligada a darle la espalda a sus atacantes al ver que las probabilidades de lo que él enfrentaba no eran nada en comparación con las suyas. No importaba en qué tan hábil y enérgica guerrera se hubiese convertido en los años junto a él, no importaba cuán poderoso era él como Demonio de la Tierra, nunca iba a sobrevivir contra tales fuerzas. No solo. Pero Jacob no cedería. No podía ceder. No era sólo porque fueran los responsables del Enfoncer y fuera su deber luchar contra estos viles agresores hasta el último aliento de sus cuerpos. Era debido a que su hija, Leah, estaba oculta a pocos metros de distancia de la tierra que actualmente defendían. Jacob sacrificaría su último aliento antes de que ver a su familia perjudicada. Isabella no haría menos. ― ¡Bella! Jacob llegó a ella entre un enemigo y el siguiente. Él unió su brazo a través de ella, y al igual que los engranajes de ajuste perfecto de un reloj, ella giró sobre su espalda, sus piernas haciendo un giro doble que hizo tropezar y sorprendió a los enemigos. Cuando sus pies tocaron el suelo dio un paso atrás al instante para que el talón de su pie izquierdo tocara el talón de su pie derecho. Ellos se prepararon en la posición de espalda-con-espalda cuando las fuerzas los rodearon en círculo como buitres. Afortunadamente, ambos peleadores sabían que los bajos instintos evitaban que estos demonios transformados se organizaran con inteligencia, astucia, o estrategia. La situación era bastante crítica con su rabiosa sed de sangre, si fueran a trabajar en conjunto, tendrían una ventaja horrible. A pesar de que Bella golpeó una marca con un pequeño brazo, un golpe que abarrotaba mucho más de lo que cabría esperar en algo tan pequeño, Jacob extendió las manos en forma paralela a la tierra, sus dedos se encresparon como si estuviera enterrándolos en el suelo que, en realidad, era unos cuatro metros por debajo de la piedra gruesa debajo de sus pies. Cuarzo destrozado y abundante arcilla arrojándolos hacia esas manos al mando, a partir de un sólo lugar y explotando con rapidez en un círculo alrededor de él y su esposa hasta que fueron tragados por un cilindro perfecto de tierra, rocas y escombros. Isabella no tuvo miedo cuando el suelo se hundió debajo de ella y la tierra, literalmente, selló sus labios sobre su cabeza y se la tragó. Ella inmediatamente se dejó caer en el hueco del

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túnel que estaba excavado en el suelo, deslizándose con rapidez al lado de su marido mientras caían. A pesar de que podía ver y oír el estruendo de relleno limpio colapsando encima de sus cabezas casi tan rápido como caían, no se dejó intimidar. Por el contrario, se sintió aliviada. Los monstruos por encima de ellos nunca podrían alcanzarlos ahora. Todo era Jacob, cada grano y cada piedra era manipulado a su alrededor bajo el mando artístico de su marido. Él era el más poderoso Demonio de la Tierra vivo. El más antiguo de su género. Ninguno de los Demonios de la Tierra Transformados por encima de ellos podía igualar la velocidad y precisión que Jacob utilizaba para manipular la tierra alrededor de ellos, o la forma en que reacondicionaba el suelo por encima de ellos más fuerte de lo que la propia naturaleza había hecho originalmente. Ahora sus enemigos tendrían que descubrir el modo de hacer su camino a través de enormes cantidades de tierra para encontrarlos. Por último pasaron a través de lo que era piedra caliza sólida antes de estallar la salida del túnel a la medida del Demonio y en una caverna que la naturaleza había creado. Jacob manipuló la gravedad para que aterrizaran suavemente sobre sus pies, incluso dando Isabella un rebote extra que la hizo reír brevemente a pesar de sus terribles circunstancias. Luego se volvió bruscamente para mirar a su compañero. ― ¡La bebé! ― Fácil, ― la tranquilizó su marido. ― Ella está justo a través de las cavernas. La traje hacia abajo, también. ¿Qué te pareció que iba a hacer? ― Él extendió la mano y golpeó con fuerza su trasero mientras se apresuraba en la dirección que había indicado. Pero a pesar del gesto juguetón y su mirada inteligente sobre su hombro, los dos eran muy conscientes de que no estaban a salvo todavía. Por supuesto, la mayor parte de los de arriba no podrían seguirlos, pero algunos... Algunos pudieron. ― Atraje a Jasmine hacia las cavernas, pero ella pasó un infierno y se ha ido de aquí, ― advirtió a su esposa. ― Le va a tomar algún tiempo llegar a nosotros. ― Bella alzó una mano en reconocimiento, a pesar de que él ya sabía que lo había escuchado y entendido. Comprendiendo que estaban por propia cuenta. La velocidad de Isabella mientras corría por el tortuoso pasillo todavía la asombraba. Habían pasado seis años desde que había pasado de ser un ser humano a un Druida, o más bien, un híbrido de humano y Druida. El poder que había llegado con la alteración en su composición genética, incluyendo su habilidad de correr a una velocidad increíble, había sido uno de muchas bendiciones en su vida desde entonces. Al doblar una esquina, vio a una de sus bendiciones sacar indignada el polvo que la tierra de la otra bendición de la vida de Bella había hecho llegar a su vestido. ― Papá, estoy sucia, ― se quejó con sus cinco años de edad, las manos en las caderas pequeñas y el saliente de los labios recordando demasiado a los gestos infames de su madre. Haciendo completamente caso omiso del hecho de que ella había estado en algún peligro. ― Lo siento, ángel, ― se disculpó a medias Jacob mientras miraba hacia el techo de la caverna, sintiendo el peligro cerniéndose sobre ellos. ― Tenemos que darnos prisa, ― dijo en voz baja mientras se inclinaba hacia el oído de Bella. Isabella ya estaba recogiendo a su hija, la mano de su esposo cayó en la parte baja de su espalda para guiarla y apurarla. ― Mami, puedo caminar, ― le recordó Leah manteniendo su independencia de manera obstinada, como siempre lo hacía cuando Isabella trataba de llevarla.

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Por supuesto, Leah dejaba que su padre la llevara a todas partes desde el atardecer hasta el amanecer si ese era su deseo, y nunca se quejó entonces, Isabella pensó. ― Mamá es más rápida que tú, mi amor, y tenemos que correr, ― explicó Bella cuando comenzó a hacer precisamente eso. No perdió la paciencia con las prioridades distorsionadas de su hija. No es que Leah no entendiera que el peligro les rodeaba, porque lo hacía. Sin embargo, Leah había crecido viendo a sus padres ir a la batalla ante la menor amenaza para su hogar y su patria, sus amigos y familiares, o la persona de su monarca. Ella hablaba como un niño que no se preocupaba en lo más mínimo de su seguridad porque sabía que sus padres eran una fuerza poderosa, un ejército invencible de dos que nunca fallarían en protegerla durante el tiempo que viviera. Hubo un cambio en la presión del aire de la caverna, que los tres reconocieron, aunque en la experiencia de Leah, la fuerza que creaba la presión de la cavidad que lo seguía era siempre amable. Esta no lo era. Isabella se detuvo de golpe, empujando a su hija detrás de sí tan de repente que echó el cuerpo de Leah a tierra una vez más. Bella y Jacob se juntaron para hacer frente a la traición de la Demonio Ruth, que se había convertido en un enemigo poderoso cuando había añadido la potente magia nigromante a su repertorio ya extenso como Demonio Mayor de la Mente. Fue ella quien había traicionado, y convocado a los demonios transformados cuando Jacob e Isabella habían salido por encima de ellos, de las capas de tierra y roca en la distancia. Peor aún era la presencia del vampiro llamado Nicodemous, que ahora compartía su poder, del mismo modo que parecía compartir sus habilidades de magia negra. Ruth había causado una devastadora muerte y destrucción cuando había desertado, en primer lugar con su hija, y luego, tras la muerte de su hija, por su cuenta. Ahora, acoplada a un vampiro tan viejo como avaro, ella era una fuerza insondable de maldad. Ambos lo eran. La única cosa pequeña a favor de los Enforcers era que los esbirros transformados de Ruth no podían acudir en su ayuda. Eso, sin embargo, no duraría mucho tiempo. Ruth sólo necesitaría un momento de concentración antes de que pudiera comenzar a teletransportarlos a la vez, abajo, a su lado. Isabella se negó a darle la ventaja. La druida abandonó el apretado control que siempre mantenía en su capacidad para amortiguar el poder de cualquier Nightwalkers. Esta era de lejos, su capacidad más poderosa, y era también la más impredecible y peligrosa para su persona. Ella incluso se obligó a reconocer el desconocido daño que podía hacer al delicado feto que llevaba. Pero no podía, veía que tenía una opción ya que la vida del resto de su familia estaba en juego. Incluso con Jasmine en su manera de hacer copias de seguridad, la mujer vampiro era una sola persona, y se necesitaría un ejército para derrotar a esas dos criaturas del mal si sus poderes se mantenían intactos. Habían aprendido mucho sobre cómo usarlos durante estos últimos años. Y sólo iba a empeorar. Bella y Jacob tenían que atacar ahora, si bien tenían una oportunidad. Y, además, la perra traidora iba a venir después a por su hija. Bella se encargaría de que Ruth pagara por atreverse siquiera a pensar en tocar a Leah. Al diablo con las consecuencias dolorosas que pudiera sufrir. Si Bella no hacía algo, morirían de todos modos. Era evidente que Jacob sentía lo mismo, o habría protestado locuazmente ante sus acciones inminentes a través del vínculo telepático que compartían el uno con el otro.

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Él sabía el potencial daño que se haría su esposa, pero al mismo tiempo que había argumentado en contra de ello en el pasado en muchas ocasiones, no había tiempo para discutir ahora. Y así, ella se abrió al desconocido peligro y lo dibujó en su mente y en su cuerpo vulnerable. Bella había absorbido el poder de un Demonio de la Mente femenino antes, pero nada como esta negrura del alma. Aspiró con dureza su acre amoníaco. Había tomado el poder de un vampiro corrupto antes. Le había robado las vidas de otros Nightwalkers, recogiendo su poder dentro de sí misma a través de la ingesta de su sangre. Pero supo al instante que este vampiro estaba corrupto mucho más allá de eso, la marca de la magia nigromante estaba en su alma. Era como beber una dosis doble de mal en estado puro, en forma líquida. Sentía la oscuridad empalagosa de dos canales de poder de fuentes individuales, ellos se filtraron en ella, gruesos como el aceite y el alquitrán. El mal se enroscó dentro, asfixiándola de adentro hacia afuera. Sus ojos, normalmente de un color violeta precioso, se oscurecieron y se miró a sí misma para ver el líquido que rezumaba del tono de su piel. No se daba cuenta de que la visión era sólo en su propia mente. Jacob sintió que su compañera gritaba de horror mucho antes de que en realidad ella encontrara su voz. Él vio lo que ella veía, al igual que conocía todos sus pensamientos en cada momento del día. Sabía que ella estaba viendo una alucinación, y no pudo evitar que el instinto hiciera saltar su mente para convencerla de lo que era real y lo qué no. Se dio la vuelta para capturarla fuertemente con un brazo cuando ella se sacudió en un ataque arqueando su espalda. Leah miraba con los ojos muy abiertos y asustados como su madre se echaba hacia atrás por una fuerza invisible. Su joven corazón saltó a la garganta cuando su padre dio la vuelta para agarrar a su madre, la larga cola de color marrón-negro de su pelo temblaba como la de un caballo agitado. Sintió que su corazón se inundaba irregularmente de incomprensión mientras lo veía dejar rápidamente a su amada esposa en el suelo tan suavemente como pudo, teniendo en cuenta las violentas contorsiones de su cuerpo. Eso fue todo el tiempo que tomó para que el enemigo detrás de él golpeara. Era el vampiro el que se movía. Leah miraba, paralizada por el miedo cuando él llegó a una velocidad de vértigo con su abrigo largo y oscuro, agarrando algo que se mostraba muy veloz y mortal. Incluso los sentidos demoniacos inmaduros de Leah podían oler el aroma repentino de hierro oxidado, el metal venenoso que diezmaba a los demonios. Un momento después, el Vampiro saltó sobre la espalda de su padre y condujo el clavo de hierro entre sus costillas traseras y el omóplato. Leah vio como si fuera a través de los ojos de otra persona la explosión del clavo en el pecho de su padre, pinchándolo directamente a través del corazón. El espectáculo inconcebible de la sangre de su padre irrumpiendo de su pecho no era nada comparado con verlo caer de rodillas en estado de shock total, con la cara llena de indignación y la frustración evidente que sólo aquellos que lo amaban entenderían. Jacob miró a los ojos de color violeta de su hijita, tan parecidos a los de su madre, y sintió su incapacidad para proteger a su familia tan bruscamente que el último sonido al dejarlo fue un grito de lamento y de arrepentimiento total. Luego cayó hacia adelante sobre su madre, la última exhalación de su aliento haciendo eco en la caverna de pronto en silencio. ― ¡Papá! Leah gritó a su padre cuando el vampiro lo sacó de un tirón de encima de su madre, mostrando los colmillos. Él susurró y luego arrojó a Jacob con tanta violencia que Leah oyó a su padre golpear la pared cerca con un ruido repugnante.

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― Muerto, ― Un demonio muerto sin latidos del corazón para bombear la sangre no era de ninguna utilidad para un vampiro sediento de poder, no podía alimentarse de Jacob para ganar uno de sus muchos poderes. La frustración de Nicodemous era profunda por el poderoso demonio que había sido Jacob. Pero pronto volvió su atención a la madre de Leah. Leah se había congelado de terror, pero al ver los dedos pálidos y huesudos que llegaban a su madre la impulsó a una acción precipitada. Se arrojó entre las manos y su temblorosa madre, lanzando su pequeño cuerpo en protección sobre ella, sin darse cuenta todavía de que la relación simbiótica de sus padres significaba que la sentencia de la muerte de su madre ya había comenzado en el momento de la muerte de su padre. El vampiro la agarró por el cuello de su vestido, haciendo caso omiso de sus gritos y fácilmente superando el puño poderoso que tenía en la ropa de su madre. Él le arrancó como una flor frágil e inspeccionándola con cierta dosis de cinismo. ― Eres demasiado pequeña como para tener algún poder. Prefiero un festín con la fruida, ― La echó a un lado en el pecho de su padre muerto, el clavo de hierro que sobresalía punzante de su pecho se metió en ella a través de su muslo izquierdo desnudo y vulnerable cuando la falda de su vestido voló. El clavo se alojó en su carne, quemando sus tejidos mitad demonio y la sangre con un dolor insoportable. Entre eso y el horror de los restos de su padre enfriándose rápidamente, Leah se deshizo en gritos. ― ¡Idiota! ¡Hemos venido aquí por la niña! ¡No hay nada como ella en el mundo! ― siseó Ruth, alcanzando a la niña llorosa, que de inmediato se calló y encontró una fuerza sin precedentes sacando el clavo y alejándose del Demonio que venía detrás de ella. ― ¡No hay nada como la druida en el mundo tampoco, ― escupió el vampiro hacia ella, ― y mientras su poder se desarrolla ¡Yo sólo puedo absorberlo de uno en uno! ¿Y qué será de ella con un trago o dos? ― se burló él ante la idea de un festín con la escuálida niña. ― Entonces la vamos a llevar con nosotros, ― reflexionó Ruth, mirando a la niña, que se retorcía en su camino entre dos rocas a la sombra de un estante natural. ― Vamos a esperar a que crezca y muestre sus poderes. Entonces, podrías comértela y acabar con ella para que nadie más tenga la oportunidad de obtener el poder que te dará. Nicodemous gruñó sin comprometerse tirando del torso de Bella por un brazo, obligando a la temblorosa mujer contra su pecho. Abrió sus fauces, mostrando unos colmillos feroces que hicieron encogerse a Leah más en su escondite. Demasiado aterrada para hacer cualquier sonido, gimió cuando él clavó esos dientes de aspecto malvado en su madre y arrancó su carne para que se derramara su sangre en su boca golosa, en un lío descuidado. Ruth hizo un favor no intencional a la niña cuando se agachó junto al escondite de Leah, y le bloqueó ver más de la cruel alimentación del vampiro de su madre. Ruth fue entre las rocas y trató de agarrar a Leah, pero la niña sabiamente se mantuvo fuera del alcance, en la seguridad de su rincón oscuro tan lejos como podía ir. ― Ven aquí, muchacha. No me obligues a usar la magia en ti. Te voy a convertir en un lagarto, mocosa. Pero Leah sabía que mientras su madre estuviera viva y tal vez por algún tiempo después, sus atacantes serían totalmente impotentes. Ella sabía lo que su madre podía hacer, todas las cosas que su madre podía hacer. El vampiro podía beber todo lo que quisiera, pero sólo sería capaz de ganar uno de los poderes de su madre. Por lo que sabía, ganaría la ligera capacidad de leer cualquier idioma que viera.

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Pero la niña no se daba cuenta de lo mortal que podría ser en un mundo lleno de libros de hechizos de magia negra en lenguas antiguas y a veces en el lenguaje de los muertos. Los hechizos y la magia se habían desvanecido con el idioma en que fueron escritos. Poderosa magia que una vez en una época había sido vista como acontecimientos bíblicos, y quizá todavía. De repente, Ruth se apoderó de la orla del vestido de Leah y empuñó de inmediato el material en los dedos, tirando de ella hacia el lugar estrecho entre las rocas a través de las cuales había escapado. Desesperada y asustada, Leah hizo lo primero que le vino a la mente. Se aferró al antebrazo de Ruth, abrió la boca, y la mordió. Lo hizo tan salvaje y brutalmente como había visto en el vampiro, teniendo una gran satisfacción ante el grito de sorpresa de Ruth y su retirada inmediata. Leah regresó de nuevo a su rincón oscuro, esta vez asegurándose de poner su falda fuera de su alcance. ― ¡Tu, pequeña puta! ¡Espera a que ponga mis manos sobre ti! ¡Voy a utilizarte para vencer a tu madre muerta! ― Precioso. Ese debería ser su encanto fuera de aquí, ― dijo Nico con sequedad, su otra mitad luciendo un aspecto desagradable. Ella era una mujer hermosa, alta, rubia, bronceada y fresca, pero sus ojos azules rezumaban completa y exquisita locura, y cuando lo miró como ella realmente era, lució bastante fea. Él lo tomó con calma. Se había acostumbrado a sus estados de ánimo que fluctuaban con rapidez. Y su inestabilidad le impedía aburrirse de ella, algo que pasaba con facilidad en los vampiros que eran tan longevos como él. ― Lanza un conjuro para llegar a ella, ― sugirió. ― Nuestras habilidades innatas pueden haberse ido, pero seguramente un hechizo funcionará. ― ¿Y qué hechizo me sugieres? No hay un hechizo de "Capturar a un niño podrido". ― Se puede ser creativo. Sin duda puedes pensar... De repente, el equipo de Demonios y Vampiros se quedó inmóvil, inclinando un tanto sus cabezas, ya que detectaron la aproximación de otro. ― Estaremos mejor largándonos, ― dijo el vampiro, usando una manga para limpiar su boca. Lo hizo muy poco. Estaba saturado de la sangre de la madre de Leah, y estaba manchado y salpicado por toda la cara, los brazos y la camisa. ― No tenemos ningún poder, gracias a ella, ― Movió los dedos despectivamente a Bella. ― Y como ves, no es una buena idea luchar dependiendo exclusivamente de nuestro trabajo con los hechizos. Ruth no pudo discutir con eso. El instinto le dijo que lo que venía era muy, muy potente y estaría fresco y no cansado de la batalla. Ruth y su vampiro habían llevado a cabo una lucha contra los Enforcers y manipulado a los esbirros transformados que habían enviado inicialmente a atacar a Bella y Jacob. Y justo así, ellos abandonaron a Leah y la caverna. Aún sin capacidad sensorial propia, la niña fue consciente de su salida, y que cuanto más se alejaban de ella, más segura estaba. Ella salió de su escondite y corrió hacia su madre, con sus pequeñas manos y la fuerza diminuta trató de girar a Bella de cómo estaba boca arriba. Pero eso era todo lo que podía tirar de ella. Fue los más lejos a lo que se atrevió a tirar de ella. Cada movimiento que hizo causaba que más sangre bombeara de la carne desgarrada en la garganta de su madre.

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Los ojos de Leah se llenaron de lágrimas. No sabía qué hacer. Ella no sabía cómo ayudar. Había nacido en los Enforcers, un equipo indestructible de fuerza, poder e inteligencia que siempre sabía qué hacer. Y ahora se habían hecho pedazos a su alrededor, desgarrados y rotos. Ella debería haber sido capaz de hacer algo. Incluso a sus cinco años ya tenía la sensación de que estaba destinada para grandes cosas, que un día iba a ser un demonio muy poderoso. Pero en ese momento sólo tenía cinco años, indefensa y vulnerable. En ese momento no había nada que pudiera hacer.

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Jasmine encontró a la niña tendida sobre el pecho de su madre, sus pequeñas manos agarrando las mangas de la camisa de Bella, la cara hundida en el pecho de Bella donde se lamentaba suavemente con el sonido terrible de la desesperación. La mujer vampiro no era precisamente conocida por su sentimentalismo y ternura, pero ella habría tenido que ser una perra de piedra fría para no estar sorprendida y conmovida por la visión que la recibía. En los últimos años como jefe de la Red de Sensores de Nightwalkers, la red de aplicación de la ley que había sido puesta en marcha en todo el mundo para coger Nightwalkers al margen de la ley y que se colaba por las rendijas de las redes individuales de los sistemas policiales, Jasmine había estado siempre a dos cortos pasos de Nicodemous y Ruth. La persecución había durado el tiempo suficiente para que ella reconociera su marca muy especial y sus secuelas, y sabía que eso era exactamente lo que estaba viendo ahora. Se movió hacia adelante, pasando por encima del hombre que sabía estaba más allá de la ayuda y se arrodilló junto al hombro de Isabella. Suavemente se acercó a tocar la parte posterior de la cabeza de Leah. Su cabello castaño y negro, un espejo de su padre, estaba cubierto con tierra y la sangre de sus padres, pero la ternura excepcional de la mujer vampiro era todo lo que la niña asustada estaba necesitando. Ella miró a Jasmine, con sus grandes ojos violetas, llenos de lágrimas no derramadas y por un trauma que, sin duda, no olvidaría el resto de su vida. ― Por favor, ayuda a mi mamá, ― le rogó a Jasmine dolorosamente. ― Ven, gatita. Lo mejor es dejar que tu madre se vaya, ― dijo tan suavemente como pudo, ― si no, va a sufrir un largo tiempo. ― A diferencia de Leah, Jasmine era muy consciente de la relación simbiótica entre el Demonio y la Druida. Sin la energía de Jacob para su revitalización, Bella comenzaría a consumirse, y antes de que pasaran dos semanas, estaría muerta. Era una larga, lenta y agonizante muerte, especialmente para aquellos que amaban a la druida, viéndose obligados a sentarse y ver que esto sucediera, sabiendo que no había nada que pudieran hacer para ayudar. ― Por favor. ¡Por favor! ― Leah se acercó a Jasmine, agarrando la cara del vampiro entre sus manos y mirándola con una especie de desesperada sabiduría que irradiaban sus ojos pequeños. ― Me refiero a ella esta noche. No quiero que mamá me deje pensando que soy una chica mala. ― Gatita, tú y yo sabemos que tu mamá nunca podría pensar eso de ti. Ella te ama más que nada, ― le aseguró Jasmine cuando la tomó en su regazo y la abrazó con fuerza. ― Yo sé que ella me ama más que nada, pero no creo que sepa que la amo. Yo estaba mal con ella. ― Oh, mi amor. Ella lo sabe. Las mamás siempre lo saben. ― Por favor. Tengo que decirle. Por favor...

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La niña apretó los labios de Jasmine, justo sobre el lugar donde su colmillo superior izquierdo se ocultaba y se retractaba. Jasmine era consciente de que esta niña inteligente estaba manipulándola, explotando todas las posibilidades, haciendo lo que fuera necesario para salvar a su único padre sobreviviente. ― Maldita sea. Leah no entendía lo que le ahorraba a Bella, este momento podría costar a Jasmine el resto de su vida. Jasmine nunca había bebido la sangre de cualquiera que no fuera humano o vampiro antes. La idea ofendía cada sensibilidad pasada. Toda su vida había sido inculcada en que ella nunca debía beber la sangre de un Nightwalkers. Hasta hace poco tiempo que había estado profundamente prohibido. Pero entonces el príncipe Damien había bebido de un Licántropo, que más tarde se había convertido en su novia, y se descubrió que la razón de que los vampiros vivieran un vida fría y sin la emoción suave del amor se debía a que estaban destinados a encontrar a sus compañeros en las otras razas Nightwalkers... en la sangre de otros Nightwalkers. Pero no había amor que se encontrara ahí. Lo que Jasmine estaba considerando era beber con el fin de activar los sistemas autónomos conectados a su segunda mordida, la mordida final, que inyectaba coagulantes en el cuerpo de su víctima, por lo tanto detendría el sangrado de Bella. Sin embargo, beber de Bella significaría asumir una parte de su poder, y Jasmine no estaba interesada en la modificación de su nivel molecular por todos los tiempos. A ella le gustaba ser tal y como era. Pero no era algo que ella misma se viera obligada a tener en cuenta. Eran un par de ojos suplicantes de color violeta, una niña al borde de convertirse en huérfana, y era la madre de esa niña quien sufriría dolorosamente si Jasmine la salvara el tiempo suficiente para decir adiós a su hija. ― Lo siento, ― susurró la mujer vampiro a la nena. ― Se ha ido. Cogió a la niña y salió de la caverna que contenía al padre muerto y a la madre moribunda de Leah.

***! Una semana después Noah, el Rey Demonio, montó en cólera de dolor, el temple de su temperamento volátil obteniendo lo mejor de él. Se escondió en las cavernas mismas en que había visto la muerte de Jacob y, usando el poder de la llama y el fuego, quemó todo a la vista hasta que la roca quemada era tan negra como los lugares heridos en su corazón. Kestra, su reina, lloraba con amor. Leah pegada a la esposa de Noah, las piernas flacas por la cintura y los brazos agarrados alrededor del cuello de Kestra, por debajo de la trenza azúcar-blanco de su cabello. Mientras su marido se quemaba en la angustia, Kes meció y consoló a la niña huérfana. Se aferraron la una a la otra, la niña huérfana y la reina estéril, cada una ocupando un lugar en la necesidad desesperada de la otra. Kane, tío de Leah de sangre, hermano de su padre, no podía soportar estar en la presencia de la niña. Tampoco, al parecer, podía su compañera, Corrine, que era hermana de sangre de

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Isabella. Cada uno de ellos veía demasiado de Bella y Jacob en Leah, sus características y su color, y su evasión marcaba una tendencia en el futuro. Leah lo sentiría con mayor intensidad, y conociendo tan poco acerca de ellos, excepto lo suficiente para darse cuenta de que solo mirarla les causaba un dolor insondable Y no eran los únicos que se comportaban de esa manera. Ella aprendió a no mencionar nada acerca de sus padres a cualquier persona que no hablara de ellos en primer lugar. A los pocos días, comprendió que no tendría familia nunca más. Que estaba sola. Y a través de los años siguientes, una segura mujer vampiro vería como los unidos Demonios empezaban a desmoronarse por la muerte de dos de sus mejores y más queridos miembros, la angustia y la culpa sofocante robando lo que ninguna otra cosa podría haber hecho. Ella rápidamente se dio cuenta de que no había nada que pudiera hacer al respecto.

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CAPITULO 1! Traducido por Mdf30y Corregido Tabitha y Maia

! Diez años más tarde.

-¿A dam? La cabeza oscura de Leah se sacudió hacia arriba y alrededor con sorpresa, sus ojos violetas se ampliaron cuando miró a su Siddah Elijah. Este miró a su hija adoptiva con diversión. Era muy consciente de cada uno de los quince años que había estado afinando la mayor parte de sus lecciones hasta llegar a ese punto. ― Sí. Adam. El hermano mayor de tu padre era Enfoncer antes de que tu padre heredara el manto de él. ― Pero… El único hermano de papá es tío Kane. ― Confía en mí, ángel, yo era muy buen amigo de Adam. Eras demasiado joven quizás para recordar que tu padre nunca lo mencionara. ― Pero el tío Kane nunca habla de él, ― discutió ella. Sin duda, pensó Elijah. Kane no había conocido a Adam, por haber nacido después de perderlo. Por otra parte, el actual Enfoncer también evitaba a su sobrina siempre que podía, por lo que la oportunidad para hablar sobre cualquier cosa era inexistente. La mirada que revoloteaba sobre los rasgos de Leah le decía que ella recordaba este mismo hecho. Kane y Corrine nunca se recuperaron de la trágica pérdida de sus hermanos. Se habían convertido en una isla, tomando el consuelo sólo el uno del otro, y evitando cualquier cosa que pudiera recordarles a Jacob o a Bella. En un primer momento, Kane había rechazado hasta tomar el cargo de Enfoncer, a pesar de que sabía que era el último de su linaje, el último de un legado muy especial del poder de Demonio que le permitía sentir cuando otros demonios estaban al borde de la locura. Finalmente tuvo pocas opciones. Por otra parte, no era como si ninguno de ellos tuviera otra opción. La vida seguía lentamente hacia adelante, pero ellos eran todos conscientes de la mortaja que se había cernido sobre la sociedad esta última década. Había muchos que creían que Jacob y Bella habrían destruido a Ruth finalmente, o por lo menos la plaga de vampiros renegados que ahora amenazaban con abrumar el mundo de los Nightwalkers. Kane siempre intentaba hacer lo mejor y su intención era buena, pero su juventud estaba en su contra mientras se esforzaba por ponerse en los formidables zapatos de su hermano. Los otros, como Elijah, simplemente creían que cada golpe de las muertes de los Enforcers había tomado el espíritu entero de la comunidad de Demonios.

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― Adam se fue mucho antes de que Kane naciera, ― indicó Elijah a su pupila. ― Ni siquiera lo conoció. ― ¿Se fue? ¿Supones que murió? ― presionó ella. Por regla general, su Siddah tenía mucho cuidado con las palabras que elegía, por lo que la distinción atrapaba la atención de la inteligente muchacha. ― En realidad, es lo único que puede asumirse. Adam desapareció sin explicación hace aproximadamente cuatro siglos, durante una noche de Beltane. No encontramos ninguna pista a su desaparición; sin embargo, ya que estábamos en guerra con los Vampiros entonces, era bastante habitual incluso hasta para nuestros mejores guerreros desaparecer. ― ¡Oh! ¡Qué terrible! ― Los ojos violetas de Leah se llenaron de lágrimas de empatía. A menudo le sucedía eso. Tenía hambre de historias de sus padres y sentía una necesidad constante de aplicar emociones a ellos. Elijah supuso que eso le ayudaba a sentirse más cercana a ellos. La tragedia consistía en que Kane y Corrine, las dos personas en la tierra que mejor podrían llenar su hambre de información sobre Jacob y Bella, eran algo tan remoto para ella como Plutón lo estaba de la Tierra, y eso tenía muy poco que ver con el hecho de que Leah estaba siendo criada en una provincia rusa distante de la corte de la Reina de los Licántropos, la compañera de Elijah, Siena. Siendo un Demonio de la Mente, Kane era capaz de teletransportarse a voluntad. Podría haber traído a él y a su compañera a Rusia cada vez que quisiese. ― Sabes, Noah era el mejor amigo de Adam, según recuerdo. Quizás deberías preguntarle sobre tu otro tío, ― sugirió Elijah. ― ¿En serio? ¿Puedo ir a Inglaterra? ― Por supuesto. ― Se rió entre dientes. ― Kestra y Noah estarían encantados de verte. ― Sí, supongo, ― suspiró la joven. ― En eso insiste Kes cuando me ve. En eso insistís todos vosotros. Leah sabía que era exactamente la verdad del asunto. Después de que sus padres murieran, había habido una terrible guerra por su custodia. La tradición Demonio declaraba que tras la muerte de ambos padres, el Siddah de un niño demonio tenía que tomar la custodia inmediata del niño, en lugar de esperar hasta que el poder de este comenzara a manifestarse en la adolescencia tardía del niño. Pero Noah y Kestra habían luchado con Elijah y Legna por el derecho de criarla ellos mismos hasta que llegara al momento oportuno para que su Promoción comenzara. Ellos querían criarla en la Corte Demonio y en el centro de la vida Demonio. Los Siddah de Leah, Elijah y Magdelegna, vivían con sus compañeros en la corte Licántropo. Una corte extranjera con tradiciones extranjeras. Por supuesto, los motivos de Kestra habían sido fuertemente orientados por los deseos de su marido. Ella era incapaz de tener hijos propios, y sabía cuán profundamente Noah sentía por Leah. Lo había visto como la oportunidad perfecta para proveerle de la familia que él se merecía. Y Leah no dudaba de que al ser la Reina estéril, había estado fuertemente a favor de la idea por otros motivos también. La lucha, comprendió ella, había causado algunas grietas entre Elijah y su Rey… e incluso entre Magdelegna y su hermano. Legna y Noah se habían querido mucho y habían estado muy unidos, pero ahora la relación era tensa. Todo debido a Leah. Finalmente esto se había tratado con la votación del Gran Consejo sobre el asunto. Este se había aliado fuertemente con la tradición Demonio y el Siddah de Leah, por lo que había sido

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criada por Elijah y Legna, y el compañero Demonio de Legna, Gideon. Siena, la Reina Licántropo, y el séquito de esta había tenido su influencia en Leah también. Ella no sabía si alguno de ellos eran buenas o malas influencias, o si Noah y Kestra podrían haber sido mejores, pero, francamente, siempre se alegró de haber sido criada fuera del mundo Demonio. Siempre había tanto peso en los ojos de los demonios que veían a su madre y a su padre en su aspecto o en su porte, o quizás en sus gestos más pequeños. Aquel peso conducía invariablemente a una tristeza y a una aplastante culpa. La culpa de Leah. Se sentía mal por hacerles sentir dolor, y cuanto mayor era, peor parecía que se ponía. Al parecer, su cara y ojos la hacían ser la viva imagen de su madre, mientras que su constitución y su pelo les recordaban a todos a su padre. ― Creo que me quedaré aquí, ― dijo como casi invariablemente hacía siempre que pensaba en visitar la corte Demonio. En realidad, sus pensamientos estaban mucho más comprometidos con el fascinante concepto de saber algo sobre un tío del cual ella nunca había oído antes. ― Así que, ¿Qué puedes decirme sobre Adam? ― ¿Adam? Dulce destino, ― Elijah hizo una pausa para empujar una lámina que estaba forjando profundamente en los carbones encendidos delante de él. ― ¿Por qué estás tan fascinada con él? ― le preguntó a su pupila. Tomó un momento para revisar su aspecto esbelto, sonriendo al ver lo mucho que había crecido en estos últimos meses. También parecía saludable y, considerando su historia, razonablemente feliz. Pero siempre habría un elemento de tristeza en esta niña, pensó. La tragedia de la muerte de sus padres la llevaba en el fondo de su joven espíritu, y cualquier persona que se sentara y hablara con ella en cualquier momento podría verla asentado en su alma. ― Bueno, ¿Eran buenos amigos, verdad? Elijah no vio que utilidad podría venir de contar historias de otro gran hombre que también se había ido hacía mucho tiempo, pero ella estaba animada y curiosa, y era contagioso verla así. ― ¿En serio? ― dijo el gran Demonio rubio con una sonrisa torcida. ― Tu padre era el mejor amigo de Adam, hasta incluso por encima de Noah. Cuando no estaban discutiendo, que era a menudo. Tu padre adoraba ponerse bajo la piel de Adam, y empujarle y pincharle hasta que él le daba un puntapié en el culo por ello. Leah se rió, y Elijah saboreó el sonido. Era algo raro en ella. Era raro casi en cualquiera de ellos en estos días. ― Una vez más, ― siguió, ― en aquellas peleas de entrenamiento y rivalidad juguetona fue probablemente en dónde tu padre aprendió todos los trucos del oficio de Enfoncer. De la diplomacia a la astucia para luchar, Adam era el último instructor, y tu padre un inteligente estudiante. ¿Sabías que Adam fue el que ideó la mayor parte de los castigos actuales que usamos para desalentar a los Demonios por salirse del camino durante las Lunas de Hallowed? Hubo otros al cargo a lo largo de los siglos, pero Adam fue sin duda el más terrible eficaz y el que influyó por más tiempo. ― ¿En serio? ― preguntó jadeante, su expresión absorta cuando se inclinó hacia él. ― Sí. Por lo visto, Adam creyó que las formas originales de censura y humillación eran demasiado calientes y espesas para su gusto. Lo que ideó resultó ser mucho más diabólico. Adam era… ― Elijah le sonrió, sus ojos verdes se iluminaron por los recuerdos lejanos. ― Adam era la definición de alguien que cumple estrictamente las reglas y normas. Créeme cuando te digo que esto dio resultado. Todo lo que oigas que la gente dice sobre tu padre siendo estricto, no era nada en comparación con Adam. Fue el luchador más mortal en el bloque

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cuando lo quería ser. No es por desprestigiar a tu padre, pero si Adam todavía estuviera por aquí, Ruth habría sido tratada mucho antes de que ella pudiera haber llegado tan lejos. Leah frunció el ceño cuando se volvió para mover la lámina en las brasas. ― ¿Quieres decir que era mejor que papá? ― le preguntó mientras se lamía el sudor del labio superior. La fragua estaba caliente y cercana, pero ella no se había movido para nada. ― Bueno… digamos que era diferente. Adam no era conocido por ser delicado. Tu padre era todo lo contrario en muchas maneras, ― dudó Elijah. ― Si tomara a Adam en el momento de su muerte, y lo enfrentara contra tu padre en el momento de la suya, sería una verdadera elección difícil. Pero ya ves, tu madre hizo a Jacob más poderoso que Adam. Sin embargo, ella también… bueno… ― se paró Elijah con una mueca, dándose cuenta de que había olvidado con quién estaba hablando. Leah no se quedó atrás. ― ¿Piensas que mi madre era la peor debilidad de mi padre también, verdad? Está bien, Elijah. Yo estaba allí. Sé que mi padre no estaría muerto si no hubiera vuelto la espalda a sus enemigos. ― En realidad, nadie lo sabe, ― la corrigió rápidamente. ― ¿Culpas a tu madre por lo que pasó? ¿O a tu padre? ― ¡Culpo a todo el mundo! ― espetó Leah bruscamente. ― ¡Culpo a todos los que alguna vez dejaron a Ruth deslizarse entre sus dedos! ¡Culpo a los vampiros! ¡Te culpo a ti, a Noah, y hasta a Adam por no estar allí cuando mis padres más lo necesitaron! ― Las pequeñas manos de Leah se cerraron en puños cuando gritó. Trató de contenerse, frenar su temperamento, sobre todo cuando vio la culpa y el dolor en los ojos de Elijah. ― Yo sólo… Siento que no hubiera sido diferente. ¡Apuesto que si mi padre y mi tío Adam hubieran estado allí juntos ese día, Ruth estaría muerta y aquel bastardo vampiro estaría reducido a cenizas en vez de mi padre y mi madre! Elijah la miró atentamente durante un minuto o dos, dejando que recuperara el aliento y calmara sus emociones. Entonces le dijo suavemente. ― Creo que es una pérdida de tiempo pensar en esas cosas, Leah. Si te quedas atrapada en las fantasías sobre que “podría haber pasado”, olvidarías apreciar lo que realmente tienes aquí y ahora. Las tragedias pasan, Leah, pero muy a menudo algo bueno inesperadamente viene de ellas. ― ¡Dime lo bueno que ha venido de la muerte de mis padres! ― soltó ella, levantándose y aguantando el calor feroz de la fragua con el fin de poner su pie contra su Siddah. ― ¡Dime, Elijah! ¡Enséñame a ver sus muertes bajo una luz apropiada! ¡Habla poéticamente de toda la felicidad que nos trajo a nosotros porque Jacob y Bella están muertos! Elijah se quedó de pie en un silencio sepulcral cuando Leah alcanzó las lágrimas que corrían de sus ojos. Merecía su cólera, pensó él tristemente. Todos lo hacían, porque todos ellos le habían fallado. Verla a la lumbre de la fragua rompió su corazón, los ojos violeta de su madre y el pelo caoba de su padre que saltaban hacia él de una cara hecha con la mitad de los rasgos fey de Isabella y la mitad de la severa aristocrática de Jacob. Era incluso alta y delgada como su padre, pero aún así encerraba unas curvas femeninas. Sin duda, al instante en que pusieras los ojos en ella, sabrías de quien era hija. ― Lo siento, Leah, ― dijo tras un momento para sacar su propio dolor de la voz. ― Fue un pobre tópico para usar. Sólo quise decir… Leah agitó su explicación con un bufido precipitado.

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― No, ― dijo suavemente. ― Entiendo tu punto. Realmente lo hago, ― Despacio se volvió y retrocedió hacia el taburete donde había estado sentada antes. Incapaz de confiar en ella misma, se quedó inclinada y escondió su rostro detrás de la caída de su pelo. ― Por favor. Cuéntame más cosas de Adam. Elijah se quedó en silencio y sin moverse durante un instante, pero luego, con una cabezada a él mismo, siguió haciéndolo.

***! Cuando Leah hubo terminado sus clases, Elijah la envió de vuelta y se volvió a la forja del Minotauro, en la que había estado ayudando. A continuación, caminó a las profundas cavernas del castillo subterráneo que era la sede del gobierno de su esposa. Allí estaba ella, sentada en el trono, oyendo quejas y ocupándose de los minuciosos detalles de la vida política. Siena parecía totalmente aburrida, su barbilla descansaba en su palma, su pelo lo estaba rizando distraídamente en su dedo. Cada hilo estaba vivo, lleno con su propio suministro de sangre y nervios, y se rizarían a su alrededor como protección si ella tuviera frío. Cuando cambiase de forma, se extendería encima de todo su cuerpo, y se convertiría en la piel de un puma en el que ella podría convertirse finalmente. Pero últimamente los rizos elásticos dorados y exuberantes se habían aferrado a ella como una capa protectora constantemente. Ella alzó la vista directamente a él en el instante que entró en la habitación. Unidos como estaban siempre era consciente de él, siempre una parte de sus pensamientos, como él era una parte de ella. Su acoplamiento fue el primero de su clase. En este milenio, en cualquier caso. En la última década, los investigadores habían descubierto ciertas extrañas verdades e historias sobre especies Nightwalkers que tenían extraños modos de repetirse. Esperemos que las cosas fueran mejor esta vez. Aunque no se viera muy prometedor. Los vampiros renegados y los humanos nigromantes crecían en poder, y Ruth y Nico seguían causando estragos. Elijah tenía que tener la esperanza de que la bondad y el amor de una impronta como la suya y la de Siena fueran suficientes para compensar todo esto. Pero sin poderosos Demonios como Jacob y druidas notables como Bella para ayudar a defender a los Nightwalkers, parecía muy sombrío. Una vez coherentes en pensamiento y acción, el órgano central del gobierno en la corte Demonio se había derrumbado, los acuerdos eran cosa del pasado, y discutían y se quejaban gran parte del tiempo en el Gran Consejo por lo que Noah había rechazado llamarlos a la mesa desde casi tres años antes. Y aunque él ya no fuera el Capitán de los guerreros de Noah, Elijah seguía siendo miembro del Gran Consejo, y todavía quería cumplir su papel como tal. Quería ayudar a guiar a Noah en este tiempo volátil. Quería ayudar al hombre que antes había llamado amigo. Pero Noah no sentía lo mismo. Por la razón que fuera, parecía que no podía seguir adelante sin sus Enforcers. Y Elijah tuvo que admitir que era difícil. A veces demasiado. Pero había que hacerlo. Si no por otra razón que la de demostrar a una joven que se podría hacer.

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Siena inmediatamente comenzó a espantar a su pueblo lejos, levantándose de su trono y mostrando su exuberante y hermoso cuerpo en su blancura casi transparente. La cintura Imperio subía el material cómodamente hasta sus pechos, acentuando su plenitud. La sedosa tela caía de ella hasta abajo. Pero le gustaban sus caderas así, para agarrarse a ellas, y a su trasero casi lascivamente. No fue hasta que ella comenzó a moverse que se dio cuenta de su vientre redondeado en el frente. Siena debería haber estado entusiasmada con su embarazo, pero no lo estaba. No completamente, de todos modos. Lo que debería haber estado lleno de alegría se vio empañado. Y ahora que estaba más que obviamente comenzándose a mostrar, era hora de que anunciaran el inminente nacimiento del heredero Licántropo. Lo más probable es que las personas cercanas a ella se hubieran dado cuenta ya. Sus asistentes y ayudantes lo habrían adivinado probablemente hace mucho. Pero ella trataba de proteger a su hijo y, más probablemente, los sentimientos de su hermana. Independientemente de lo que pasó entre ellos. La creencia de Elijah consistía en que probablemente esto no importaría. Si las noticias fueran a crear cualquier impacto, sería peor si Siena no le dijera a Syreena ella misma, permitiendo en cambio que el rumor alcanzara a su hermana primero. Era completamente posible que la hermana estéril estuviera devastada por las noticias del triunfo de su hermana fértil, pero no pensaba que esto hiciera daño a Syreena del modo que su esposa temía. Si Anya todavía hubiera estado viva, quizás ella podría haber ayudado a aconsejar a Siena mejor de lo que él había estado haciendo. Después de todo, el general mestizo había conocido a las gemelas mejor. Pero Nicodemous había puesto una emboscada a Anya en los bosques la primavera pasada, rompiéndola en pedazos para su diversión, y dejando que Siena la encontrara. Ruth todavía culpaba a Elijah por la muerte de su hija y todavía tomaba el placer de atormentarlo de cualquier modo que pudiera, y Ruth sabía que la manera más profunda de hacerle daño a él era atacar de alguna manera a la mujer que amaba. Anya había sido la mejor amiga de Siena, y la pérdida de esta había sido un devastador golpe a la confianza y sentido de seguridad de su esposa. El ataque sólo añadió miedo al anuncio de su hijo en camino. Ella sentía que esto la abriría como un objetivo a la venganza de Ruth. Siena podría permanecer protegida en las entrañas del mundo; su gente y su marido nunca permitirían que cualquier daño llegara allí. Sin embargo, era también un animal salvaje en parte. Guardarla encerrada y vigilándola constantemente durante todo su embarazo, sin duda la volvería loca. Elijah tenía que confesar que ya no era capaz de protegerla si Nico y Ruth vinieran a ellos mientras estaban en algún sitio al aire libre solos juntos. Ambos se habían vuelto tan poderosos que nadie estaba seguro de ellos. Y ya que Nico se había alimentado de Bella, adquiriendo el notable poder de la pequeña Druida… y Ruth había atacado vigorosamente a Syreena… Nicodemous arrasaba donde quiera que iba, y su demente amante Demonio podría destruir cualquier mente que tocara. Era una receta para una devastación total y esto corroía al mundo de Elijah en cada dirección posible. Y en cuanto a su primer hijo, fruto de un increíble amor que compartió con su novia Licántropo, era el punto de miedo y la discordia en su matrimonio, cuando debería ser todo lo contrario. ― Hola, gatita, ― dijo en voz baja mientras ella se movía con impaciencia a sus brazos. Ella alcanzó su cara, los dedos de ambas manos pasaron sobre sus cejas rubias que iban perfectamente a juego con su pelo, frotando las arrugas que se habían formado entre ellas. Era una acción común en los últimos tiempos, convirtiéndose en un hábito, realmente.

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― ¿Preocupándote de nuevo? ― le preguntó ella, aunque su libre acceso a sus pensamientos fácilmente le dijera que lo estaba. ― Es el momento, amor. Sabes que lo es. Tu gente necesita sentirse segura en la línea real, y después de Syreena… ― Lo sé, ― suspiró. ― Y no soy capaz de esconder esto más. Elijah la sacó de la sala de recepción oficial, llevándola a la esquina más cercana. Después de un rápido vistazo a su alrededor, se acercó a su vientre y lo envolvió con sus grandes manos. Fue justo después de demostrar su primera oleada, con su cálida temperatura corporal alta y bastante llena para ocupar sus manos, cuando las frotó sobre ella. Sonrió, incapaz de resistirse, dejándose disfrutar el momento para el cambio. Ella nunca había pensado que sería del tipo de aceptar la maternidad. Para ser sincera, todavía la asustaba un poco. Pero ser madre sustituta de Leah todos estos años había cambiado sus sentimientos sobre el asunto en gran medida. Había tomado mucho trabajo inteligente evitar el embarazo durante sus ciclos de celo, en el ínterin, su comportamiento al contrario del de su hermana. Syreena apenas se había dado por vencida antes de que ella hubiera comenzado a hacer esfuerzos por tener un hijo. El pensar en su hermana terminó con todo el calor de sus sentimientos, llevándolos a desmoronarse. Elijah sintió el cambio, buscando en sus tristes ojos, y luego la alcanzó para traerla a sus brazos. La abrazó con fuerza, haciéndola callar suavemente contra su oído cuando las lágrimas pincharon en sus ojos. ― Si sólo… ― dijo con voz entrecortada. ― Lo sé. Pero no podemos concentrarnos en nuestros pesares. No podemos desear algo que no puede ser. Y dónde pudiéramos cambiar el pasado, ¿Incluso si pudiéramos? ¿Si sólo Nico nunca hubiera bebido de Bella, dándole a él y a Ruth el poder para llegar a Syreena? ¿Si sólo hubiéramos matado a Ruth mucho antes de que hubiera encontrado a Nico? ¿Si sólo Ruth nunca hubiera nacido? Lamento decirlo, pero Ruth fue parte integral del nacimiento de la capacidad del Demonio de la Mente. Fue la primera mujer nacida con ese poder. Fue la primera mujer en convertirse en Anciana. Todos los que vinieron detrás de ella aprendieron de sus experiencias. Incluso la locura de Ruth fue necesaria. Si nunca hubiera secuestrado a Sirena, Damien nunca se hubiera enamorado de ella. ― Gatita, no podemos jugar con el pasado en nuestras cabezas. No podemos hacernos esto a nosotros. Todo lo que tenemos está aquí y ahora. Debemos tratar con el presente e intentar formar un futuro como mejor podamos, ― Alisó su mano por su pelo, un pulgar acariciando su mejilla. ― Podemos hacer nuestro mejor intento para ser felices. Ella suspiró. ― Tengo miedo de que no pudiera ser posible. A poca distancia Leah escuchaba a escondidas la conversación, sus brazos delgados se abrazaron fuertemente alrededor de su cuerpo. Sí tan solo… pensó ella.

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Más tarde esa noche, Leah se sentaba en un nicho privado localizado fuera de una de las cavernas más ocupadas de la corte Licántropo. El centro de la corte y el castillo consistía en un pueblo bien poblado de superficie que protegía la entrada a un castillo subterráneo más densamente poblado, y sus dependencias, que habían sido talladas directamente en la piedra de la tierra. La mayoría de los licántropos vivía en la gran red de cavernas subterráneas bajo las montañas y bosques salvajes de Rusia. Era probablemente en una de esas cavernas donde había acaecido la espeluznante muerte se sus padres. Había sido demasiado joven para recordar el lugar, pero había oído indirectas durante los años que la habían llevado a hacer esta suposición. Esta pequeña alcoba estaba bellamente decorada con un banco de piedra tallado a mano y preciosas imágenes en las paredes que canteros licántropos con talento habían creado. A ella le gustaba la privacidad de la misma para la lectura o para pensar. A veces le gustaba dejar sólo a su mente vagar en las imágenes que se representaban a su alrededor, tocando las tallas, y no pensando en nada realmente. Pero el problema con escoger los lugares favoritos, consistía en que después de un tiempo ya no eran secretos. La gente los conocía. Y para demostrarlo, oyó el roce de unos pasos en la esquina. ― Seth, puedo oírte, ― suspiró. Seth asomó su cabeza de la curva de la pared que le había escondido tan mal. Parecía avergonzado bajo sus largos rizos café con leche, y el montón de pecas que había en su nariz. Estaba tan bronceado como su padre, por lo que los pequeños puntos apenas eran visibles, pero Leah había pasado demasiado tiempo con él para no notar el rasgo. Leah se escabulló y dio unas palmaditas al banco a su lado. Seth, todo miembros largos y líneas angulares, inmediatamente tomó asiento, inclinándose atrás con las manos cruzadas detrás de su cabeza y los pies cruzados en sus tobillos. ― No quiero molestarte, ― dijo en el último momento. ― Si quieres que me vaya, lo haré. ― Nah., ― Ella hizo un gesto displicente. ― No importa. La verdad es que había estado cerca de él desde que eran niños. Era el hijo de Gideon el Anciano y Legna, la embajadora Demonio en la corte Licántropo. También era, supuestamente, la segunda mitad de una profecía acerca de dos niños milagrosos, Leah era la primera. El problema era, que mientras que Leah había estado mostrando señales de poder sobre el elemento Tiempo desde que había tenido dos años, Seth no había mostrado más que un indicio de la naturaleza de su supuesto poder sobre el elemento Espacio. En la mente de Seth, esto lo hacía de alguna manera… menos. ― ¿Qué has estado haciendo? ― le preguntó Seth. ― ¿Contemplando las paredes otra vez? ― Cállate, ― Ella formó un puño y le golpeó el brazo. Él era larguirucho y escuálido, en su opinión, por lo que hizo una mueca y se frotó el lugar. Pero no se quejó. Se sentía mal lo suficiente por quedarse corto en otras áreas, por lo que no iba a permitir que una muchacha supiese que le había hecho daño. Aun si sólo fuera Leah. ― ¿Sabías que tenía un tío? ― le preguntó. ― Duh. Él es el Enfoncer. ― ¡No Kane! Sé que sabes sobre Kane. ¿Por qué te preguntaría esto? Eres tan estúpido a veces.

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― ¡No soy estúpido! La cara de Seth enrojeció por el insulto y se levantó, sus manos formaron puños. Leah le vio temblar mientras una marea de palabras desagradables e insultos corrían por su cerebro, y esperó a que eligiera el correcto, el más cortante que se le pudiera ocurrir. Él era realmente bueno en ellos. Casi como si tuviera una reserva de ella que guardaba cuidadosamente para momentos como este. Probablemente lo hacía. Los niños licántropos de su edad sabían muy bien lo que se suponía que Seth era, y nunca perdieron una posibilidad de burlarse de él por no cumplir las expectativas de la profecía Demonio. Era el hijo del Demonio más viejo y más poderoso de todo el mundo y no tenía nada para mostrar. ― ¿Por qué gastas tu tiempo pensando en una familia que no quiere tener nada que ver contigo de todos modos? ― Quiso saber Seth. Fue uno bueno, tuvo que confesar. Incluso sabiendo que iba a llegar, no suavizó la picadura nada. No se hizo la loca, sin embargo. Sólo absorbió el dolor y trató de parpadear las ganas de golpear. Después de todo, la verdad era la verdad. Kane y Corrine no quería saber nada de ella. No podían soportar mirarla, no importa si se sentasen y hablasen. Así que sería realmente una pérdida de tiempo pensar en su familia, pasada o presente. ― Tienes razón, ― dijo suavemente. ― Probablemente es una pérdida de tiempo. Como siempre, al momento en que había pronunciado las palabras crueles, Seth las lamentó. Leah era su mejor amiga. Siempre era agradable con él. A ambos les gustaban las mismas cosas. Pensaban en otros de la misma manera. Y ambos nacieron de alguna estúpida profecía que ninguno de ellos sentía que pudiera cumplir. Leah daría algo por ser un Demonio normal de un elemento normal, algo simple como el Agua o el Cuerpo. Y Seth daría cualquier cosa por haber nacido de unos padres del tipo normal, en vez del más fuerte y Antiguo y de la dinámica hermana del Rey. Pero Seth atrapó ese pensamiento y con la misma rapidez lo rechazó. Amaba a su madre. Era la única cosa que hacía la vida con su padre soportable. ― ¿Bien… cuál es nombre? ― preguntó Seth torpemente. ― ¿Quién? ― Ese tío que tenías. ― Ah. ― Se encogió de hombros, ― Adam. Era supuestamente Demonio un patea culos. Era… ― Enfoncer antes de tu padre, ― terminó Seth por ella. Asintió con la cabeza y volvió a sentarse a su lado, pero en el borde del banco, por si ella no le diera la bienvenida después de que él hubiera sido tan malo. ― ¿Cómo lo sabías? ― le preguntó. ― Lecciones de historia. Conoces a mi padre. Siempre está sobre mí con la historia. Es fácil para él, sin embargo. Puede recordar todo esto, porque él estaba allí. ― Ah, sí, ― Entonces la cara de Leah se iluminó y se deslizó más cerca de él, agarrando su brazo con impaciencia. ― ¡Oh sí! ¡Tu padre sobrevivió a través de todo esto! Apuesto a que conocía a Adam, también. ― Bueno, seguro. Hasta que sólo desapareció… oye, conozco esa mirada. Tienes algo en tu cerebro, ― acusó. ― Una especie de plan.

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― Ningún plan. Sólo curiosidad. Elijah tiende a exagerar sobre las hazañas de un guerrero y todo eso cuando se trata de sus amigos que están… ya sabes, muertos. Pero tu padre no exagera sobre nada. ― No, ― Seth dio un suspiro asediado. Él mismo hizo una imitación buena de su padre. ― No tiene ningún sentido lógico decorar una historia con restos coloridos y emocionales. Leah se rió. ― Lo haces muy bien. ― Sí, bueno, tengo el beneficio de un estudio de cerca. ― ¿Crees que hablaría conmigo al respecto? ― Es difícil de decir. ― Seth pensó en ello un minuto, los labios generosos que había heredado de su madre se curvaron entre su ceño fruncido. ― Tendríamos que hacerle creer que fue su idea o algo así. ― O hacerlo parecer como una lección de historia. ― ¿Por qué quieres saber sobre algún tío muerto tuyo de cualquier manera? ― Seth le dio un golpe a un hombro con uno de los suyos. ― ¿No oyes lo suficiente sobre gente muerta que no conociste? Ella le dio una cabezada severa. ― Es cierto. Pero… Tengo mis motivos. Dejémoslo así.

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CAPITULO 2! Traducido por Tae Corregido Tabitha y Maia

-H

abía flores amarillas en el pelo de los niños la semana pasada, ⎯ dijo en voz baja Syreena. Su expresión se tornó triste y melancólica. ⎯ Pero ahora todos han muerto y desaparecieron. Y no puedo encontrar a los niños, ⎯ Luego sonrió brillantemente a Jasmine, las rayas multicolores en sus ojos carbón realmente crecieron ante la luz. ⎯Sin embargo, nos encontramos con flores frescas en los jardines. Creo que se verán hermosas las campanillas. ¿Has visto a los niños? Jasmine había estado caminando fuera de la ciudadela cuando fue emboscada por la Princesa Licántropo, que estaba casada con Damien, el Príncipe vampiro, y el mejor amigo de Jasmine. Ahora, ella suspiró y trató de no entornar los ojos. Syreena no respondía bien a las emociones negativas y la hostilidad, así que era mejor hablar en voz baja y siguió adelante. ⎯Um... Creo que están en el patio. Sí. Correcto. Al igual que no había flores en los jardines en esta época del año, amarillas o azules. ⎯Oh, pero yo los vi antes, ⎯ dijo con aire ausente, mientras Syreena se estudiaba las puntas de los dedos. ⎯Debes haberlos simplemente perdido, ⎯ dijo Jasmine, tratando de aferrarse a su paciencia. ⎯ ¿Lo crees así? ⎯ Preguntó ansiosamente Sirena. ⎯ Voy a mirar de nuevo, ⎯ Se inclinó y besó a Jazmín en la mejilla. ― Estoy muy contenta de que seamos amigas ahora. Syreena fue a la deriva hacia el patio, la cola de su vestido detrás de ella, la tela de seda torcida caía de uno de sus hombros huesudos mostrando cuán delgada estaba poniéndose en los últimos dos años. La verdad era que a menudo se olvidaba de comer o bañarse. No a menos que Damien se lo recordara y le tomara la mano a través de toda la comida o se metiera en el baño con ella para mantenerla enfocada. No. Syreena pasó la mayor parte de su tiempo en busca de los niños. Los niños que no existían. Ellos nunca habían existido. Nunca existirían. Y ahí estaba el problema. Cuando Ruth y Nico había atacado a Syreena hacía dos años, Ruth se había hundido en la psique de Syreena y pervertido sus peores miedos y debilidades muy en...

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... en eso. Jasmine dejó que su mano se apostara en la manija de la puerta y miró a su alrededor. Ella lo sentía, sabía que estaba cerca. Siempre estaba cerca cuando Syreena estaba cerca. Damien se separó de la sombra en el extremo opuesto de la gran sala. Se trasladó con su gracia oscura como de costumbre, cruzó la habitación, pero la fuerza y el poder que tuvo alguna vez se estaban desvaneciendo. Se descuidaba con demasiada frecuencia, eligiendo en su lugar atender las necesidades de Syreena sobre las suyas. Solía pasar días sin tener que buscar alimento, y no se atrevió a alimentarse de Jasmine o a someter a cualquier otra persona, porque entonces la dulce locura de Syreena se convertiría en algo más, algo cruel y violento. Jasmine suspiró mientras le perdonaba la más breve de las miradas. Insatisfecha, lo siguió mientras seguía las andanzas trágicas de su novia a través de su fortaleza. ⎯ Damien, ⎯ gritó hacia él tan suavemente como pudo. Trató de imbuir el comportamiento con todo lo que estaba sintiendo, con todo el apoyo que pudo. Trató de recordarle que ella estaba allí para él. Siempre estaría ahí para él. Y como de costumbre, él la ignoraría o simplemente asentiría con la cabeza y continuaría su camino, pero este fue uno de los raros casos en que se detuvo y se volvió hacia ella. Él se veía tan triste y cansado. Su hermoso rostro no debería mostrar nada de su edad, los vampiros no tienen edad, pero estos últimos años habían alterado su aspecto. Parecía más viejo. Cansado. Perdido. Y Jasmine sabía que no era la única que se dio cuenta. Cuando un príncipe se debilitaba, no podía defender sus propiedades o su monarquía. Había víboras, víboras jóvenes, poderosas, fuertes, a la espera en la oscuridad para tener la oportunidad de cortar la cabeza de Damien de su cuerpo y por lo tanto reclamar la monarquía del Vampiro. Jasmine era el único obstáculo en su camino. Su fuerza y su lealtad protegían la vida de Damien y su gobierno. ⎯ Damien... ⎯ dijo ella de nuevo mientras alcanzaba a poner sus brazos alrededor de él. Él se resistió a su abrazo, echando una mirada de preocupación a Syreena, pero al final él estaba hambriento de la fuerza y el apoyo de su mejor amiga y consejera. Al final la dejó sujetarlo, darle un abrazo apretado y cercano. Él respiró hondo, un aliento depurador, aspirando el aura personal de Jasmine, su vigor. Jasmine se mordió la lengua para no dejarse llevar por el impulso de arrojar las palabras que él se negaría a escuchar, en cualquier caso. ⎯ ¿Has cazado recientemente? ⎯ Preguntó en lugar de eso. ⎯ No recientemente, ⎯ admitió para ella. ⎯ Pero no puedo dejarla sola. Si se metiera en un lugar equivocado sin protección... Loca o no, Syreena era todavía una anomalía genética exótica. Era un licántropo único en su tipo, un cambiante que podía adoptar dos formas de animales en vez de una, porque una enfermedad de la infancia había dividido sus habilidades en dos direcciones. Pero, eso que la había hecho especial también la había dejado estéril. En un primer momento su esterilidad se había atribuido al hecho de que Vampiros y Lycans no eran compatibles, pero a medida que otros vampiros comenzaron a tomar compañeros Licántropos y procedieron a tener cubos de niños juntos, quedó muy claro que la culpa era de Syreena de manera muy específica por su biología alterada. Esta era la opinión de Syreena de todos modos. Una opinión que Jasmine había compartido. Pero después de la perversión de Ruth de los más profundos temores guardados, Syreena comenzó a vagar por los pasillos de la ciudadela como una especie de enredada Ophelia, cantando para sí misma y persiguiendo las alucinaciones en círculos. Jas se

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había olvidado de su enemistad hacia la esposa de Damien, sintiéndose muy mal por ella para a la larga continuar odiando sus pequeñas y flacas entrañas. Damien estaba en lo cierto. Había vampiros fuera de la ley en todo el mundo que codiciaban la sangre Licántropo poderosa de Syreena, y ahora era incapaz de protegerse a sí misma. Syreena había sido una luchadora magnífica. Jasmine tenía que confesar eso. Pero ahora, era una comida fácil para cualquier vampiro que tropezara con ella. ⎯ Damien, no puedes hacer esto por el resto de su vida, ⎯ dijo Jasmine en voz baja, a sabiendas de que la triste realidad de sus palabras lo harían enojar. ⎯ ¿Qué quieres que haga? ⎯ Dijo él, pero esta vez no hubo ira, y no había fuego en la pregunta. Era como si estuviera sinceramente pidiendo su ayuda. La solución de Jasmine siempre había sido matar a la loca mujer y acabar de una vez. Pero la verdad era, por toda la infelicidad presente en Damien, que perder a Syreena sería el final de él. Él imaginaba por sí mismo sin remedio el ardor Licántropo, conectado a ella de alguna manera mística, espiritual. Damien ya había demostrado que si Syreena moría, la seguiría rápidamente. A Jasmine le importaba demasiado para perderlo. Y Jasmine necesitaba sus anclas, al igual que su amistad con Damien y su nombramiento como líder de la Red de Sensores de Nightwalkers. Era demasiado fácil para ella perder el contacto con el mundo a su alrededor. Muy fácil volverse aburrida y melancólica. Había sido así durante todo el tiempo que podía recordar. Tal vez toda su vida... pero más aún desde que... Jasmine sacudió el pensamiento fuera. No hacía ningún bien regodearse en lo que podría haber sido, lo que había sido... lo que ya no estaba. Tampoco permitirse a sí misma ponerse tan deprimida que no pudiese soportar más vivir sobre el suelo. Damien la necesitaba. Desesperadamente. Si ella iba a castigar a un vampiro hijo de puta que se aprovechaba de la preocupación actual de Damien, verlo por lo débil que estaba, decapitaría al príncipe, tomando su trono en un barrido de violencia. Entonces, ¿Quién sabía lo que sobrevendría a la era de paz que los Nightwalkers estaban tratando duramente de disfrutar? Ella se rió de sí misma. Su nombramiento en la Red de Sensores de los Nightwalkers se suponía que había sido temporal. Se suponía que ponerla sobre sus pies y luego entregaría las riendas a otra persona, de preferencia a Stephan, el ex líder de la Vanguardia, la versión de un ejército de vampiros. Sin embargo, Stephan había sido asesinado, y resultó que no había nadie más que tomara el relevo. No cualquier persona con la que los líderes de los clanes de los Nightwalkers se sintieran cómodos, al menos. ⎯ Tienes que cazar. Tienes que mantenerte fuerte, ⎯ le aconsejó a su príncipe. ⎯ Tú no puedes protegerla en este estado de debilidad. ⎯ ¿Qué es esto? La demanda estridente hizo a Jasmine y Damien saltar aparte, con una culpa que no había razón para sentir. Ellos no habían hecho nada malo. Pero la locura en los ojos de Syreena ardía y estaba señalando con dedo acusador a Jasmine y a su marido. ⎯¡Ya veo! ¡Ahora lo veo! ¡Tú no me amas! ¡Tú vas a echarme a un lado porque no puedo darte los niños que deseas! ⎯Syreena, eso no es cierto, ⎯ dijo Damien con dulzura mientras trataba de acoger a su mujer rígida e histérica en sus brazos, dando la espalda a Jasmine y en breve momento de oportunidad en el que Jasmine podría haberlo convencido.

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⎯ Siempre la has amado más que a mí, ⎯ lo acusó Syreena con la gran tristeza que pesaba sobre ella y ojos llenos de lágrimas. ⎯ Ella siempre ha sido mejor para ti que yo. Tú debiste haberte casado con Jasmine. Todo el mundo lo dice. ¡Todo el mundo lo piensa! ⎯ Nadie dice eso, ⎯ negó en voz baja, a pesar que era más que un supuesto en los círculos de vampiros. ⎯ E incluso si lo hicieran, no me importaría. Nunca lo ha hecho. Tú lo eres todo para mí. Tú eres mi único amor. No necesito nada más, siempre y cuando te tenga a ti. Me gustaría que creyeras eso. Pero Jasmine sabía que Syreena no le creía. Si lo hubiera hecho, entonces tal vez Ruth no hubiera sido capaz de debilitar su mente, atormentándola sobre los niños que simplemente no podía crear. Aunque si Jasmine iba a ser justa, Syreena y Damien habían sido muy felices, fuertes y contentos, a pesar de la infertilidad de la princesa. Parecían amarse el uno al otro y lo suficientemente como para superar este obstáculo y aprender a ser feliz con sólo el uno al otro. Jasmine se alejó de la pareja. Era muy doloroso verlos ahora. Necesitaba escapar, por un ratito, voló lejos de la fortaleza rumana y recorrió las millas a las provincias rusas de los Licántropos. Se sentía atraída a estas cavernas y otra vez por una razón. Se preguntó por enésima vez por qué estaba allí, por qué estaba tan obsesionada con investigar al pequeño demonio que había rescatado ese día hace mucho tiempo en cavernas similares. No tenía respuestas más ahora de las que nunca tuvo. Jasmine se fue en busca de Leah.

***! ⎯ Mamá, ¿Has visto a Padre? Legna miró a su hijo y trató de ocultar su sorpresa. No era como si su hijo buscara a su padre de manera voluntaria, y sin duda no era el momento de las lecciones. ⎯Está en el ala sur. Un poco más allá de los baños. ¿Por qué lo preguntas? ⎯Oh, tenía una pregunta para él, ⎯ Seth se encogió de hombros, pero Legna era un demonio de la Mente, y eso la hizo una empática poderosa. Podía sentir las emociones de su hijo con mucha facilidad. Estaba agradecida por eso, porque era la única manera que alguna vez supiese lo que estaba pasando en su cabeza la mayor parte del tiempo. Desde que había llegado a la pubertad, se había convertido en un extraño para ella y en un extranjero hostil para su padre. Tenía que darle crédito a Gideon por su paciencia con el niño. Gideon era un ser muy directo y no veía mucho valor a entregarse a las emociones más antieconómicas. No es que no fuera un padre devoto y amoroso. Lo era, y trataba de mostrarlo lo mejor que podía. Como compañera Imprimada de Gideon era muy consciente de cuán profundamente amoroso y apasionado, era en realidad. Y, con ella, lo demostraba. Pero desde que Seth había llegado a los diez años de edad, habían perdido el contacto con el otro. Seth había comenzado a rechazar las atenciones de su padre y sus afectos... Ahora la

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única manera de conectarse estaba en sus lecciones diarias. Eso desconcertó a Gideon un sinfín de veces. Él era antiguo y sabio, había vivido tantos siglos y experimentado tantas cosas, pero nunca había sido padre antes y se encontraba perdido. Quería ser directo, abordar el problema de frente, pero por suerte Legna había sido capaz de convencerlo de que no sería una idea muy buena. Seth era muy sensible, incluso un poco melancólico. Tendía a entrar en razón a su manera y en su propio momento. Era mejor dejarle hacer eso sin forzarlo o desafiarlo antes de que estuviera listo. ⎯Estoy seguro de que le encantaría responder a tus preguntas, ⎯ dijo, apartándose de su horno y quitando el polvo de sus manos. ⎯Sí. Lo sé. Él nunca iba a perder la oportunidad de una conferencia, ⎯ dijo Seth, llegando apenas por debajo de sonar sarcástico. ⎯Seth, a tu padre le encanta enseñarte. Quiere que te prepares para el mundo y para el futuro. Lo hace para protegerte. Hay tantos peligros allí afuera. ⎯Sólo debería dejarme con mis propios recursos. A mí me parece que sería más feliz si saltara en la tierra, ⎯ dijo Seth con un encogimiento de hombros. ⎯ ¡Seth! ¿Por qué piensas tal cosa? Seth se echó hacia atrás ante su respuesta contundente, un poco atrapado por un momento, casi como si no hubiese querido hablar de sus sentimientos en voz alta. ⎯No importa, ⎯ dijo a toda prisa, retrocediendo, cuando su madre trato de alcanzarlo. ⎯ Acabo de hablar tonterías. ⎯En primer lugar ⎯ dijo ella, aferrando su brazo⎯, mentir a tu madre es inaceptable. En segundo lugar, mentir a una empática es inútil. Seguramente has aprendido eso, como mi hijo. Ella tomó la picadura de la reprimenda al trazar una línea de harina por el lado de su mejilla. ⎯ ¡Mamá! ⎯ Protestó, secándose la cara. Pero se detuvo tratando de escapar de ella. Con la cabeza baja, se encogió en sus hombros estrechos. ⎯Es sólo que... sé que no soy más que una gran decepción para los dos. Para todo el mundo. Soy una nada impotente cuando debería haber sido algo especial. Él odia que no sea magnífico y especial como él es. ⎯ ¡Dulce destino, Seth, nada podría estar más lejos de la verdad! ¿Qué es lo que piensas que estamos esperando de ti? ¡Sólo tienes catorce años! ¡Tienes de unos cuatro a seis años antes de que esperemos que comiences la búsqueda de tu poder! ⎯Eso es exagerado. Has visto a Leah y se preguntan por qué yo no soy tan fuerte y especial como ella. ⎯ Los ojos del muchacho se llenaron de lágrimas hasta que se retiró físicamente de ella, envolviendo sus brazos alrededor de sí mismo protectoramente. ⎯ Ella hizo cosas grandes, cuando tenía apenas dos años. Noah era muy joven cuando mostró su poder por primera vez. ¿Jacob tenía qué? ¿Nueve? ¿Ocho? Todos los demonios más poderosos del planeta tenían tanto poder en ellos que no podía esperar para nacer. Y luego estoy yo. Un grande y gordo... nada. ⎯ El error más grande que nunca puedes hacer es compararte con otros. Seth comenzó a oír la voz de su padre detrás de él. La vergüenza se precipitó sobre él. ¿Cómo había podido olvidarlo? Hablar con su madre era como hablar con su padre, al mismo tiempo, su relación era tan fuerte, sus pensamientos tan entremezclados. Pero había visto a su

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madre lejos de su padre psíquicamente antes. Estúpido de él pensar que ella lo hubiera hecho ahora para darle un momento de intimidad con ella. Se volvió rápidamente para hacer frente a la proyección astral de su padre, todo su cuerpo erizado a la defensiva mientras trataba de levantar algún tipo de protección mental. ⎯ Lo que sea, ⎯ dijo Seth con indiferencia. Sus ojos miraban hacia abajo, estudiando la alfombra en el piso. ⎯Seth, ⎯ dijo su padre, el tono de su voz mucho más suave que él que estaba acostumbrado a oír. Esto fue suficiente para animarle a levantar sus ojos. ⎯ Tengo mucha fe en que podrás ser un demonio extraordinario un día, no lo niego. Pero si eres saludable y feliz, eso sería más que suficiente para mí. Tú felicidad es todo para mí. Seth nunca había oído hablar a su padre con él así antes. Lo miró con preguntándose si estaba utilizando algún tipo de psicología inversa sobre él.

duda,

⎯ O ⎯interrumpió su madre sus pensamientos cuidadosamente⎯, tal vez él te ama tal como eres. Seth se había convencido a sí mismo de otro modo de que realmente encontraba el pensamiento difícil de creer. Legna podía sentir eso, y podía sentir el disgusto de su marido también. Era una idea de que tendría que ser abordada lentamente y durante un largo período de tiempo. Pero ahora que eran conscientes de lo que era la raíz de los problemas de su hijo, tal vez podrían ocuparse de rectificar el problema. ⎯ Gideon, tu hijo tenía una pregunta para ti, ⎯ dijo ella, suavemente cambiando el tema de conversación. Seth se sintió muy aliviado por la idea. Verdaderamente esperaba que Leah lo apreciara dando la cara por ella. Manipular a cualquiera de sus padres no era un truco fácil. Movió los hombros y trató de parecer casual. ⎯ En realidad, era algo que Leah estaba preguntando. Déjame ir a por ella y vamos a buscarte. Es una especie de cosa de la historia. ⎯ La historia es crucial para entender el presente y la formación de un futuro mejor. Me alegro de que se estén interesando, ⎯ dijo Gideon. Entonces, asintió con la cabeza autorizando a su hijo, enviando al adolescente apresurado a encontrar a su compañera de juegos.

***! ⎯ ¿Por qué preguntarías acerca de los Enfoncer aliados antes que de tu padre? ⎯Preguntó Gideon algún tiempo después. No era como si fuera especialmente curioso, estaba simplemente recopilando la información. ⎯Uh... bien, las probabilidades son que podría llegar a ser un día Enfoncer, ⎯ dijo Leah rápidamente. ⎯ ¿No debería ser muy versado en el linaje y los métodos de los que eran conocidos por usar? ⎯ Disparó a Seth una mirada y le dio una capa de aprobación. ⎯Eso es verdad, ⎯ dijo Gideon. ⎯ Pero eres joven, y el tiempo tiene la manera de desarrollarse de la forma que menos esperamos. Podría ser que Kane y Corrine tengan hijos y uno de ellos sea el heredero de la posición actual de Kane.

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⎯No es muy lógico vivir mi vida en suposiciones sin fundamento. Tengo que asumir que la verdad del momento es la verdad del futuro. Gideon se volvió a mirarla, una de sus cejas plateadas se elevó por la sorpresa. El cabello plateado de Gideon y ojos eran a menudo desconcertante para Leah, pero en ese momento pensó que la miraba con un sentimiento de orgullo. De repente, se sentía como algo muy especial. Echó un vistazo a Seth de nuevo y sabía que por la expresión de su cara que él también lo sentía. Los celos en sus ojos lo dijeron todo. Él quería más que nada que su padre lo viese de esa manera. ⎯Eres hija de tu padre, ⎯ dijo Gideon con dulzura. ⎯ Era un hombre de lógica práctica. Fue una de sus mayores fortalezas. Leah muy a menudo oía hablar de cómo se veía, hablaba, o sonaba como uno de sus padres, pero esto era algo muy diferente. Nunca había oído a Gideon decir algo así antes, y había una intimidad peculiar del discurso que lo hacía excepcional. ⎯El enfoque de tu padre de ser Enfoncer era muy diferente al de su predecesor. Y cambió aún más cuando tu madre entró en escena. Se ablandó, se podría decir. Cuando tu madre se convirtió en un Enfoncer, hizo muchos esfuerzos y cambios para ver que se convertía en menos que un proceso vergonzoso de hacerse Enfoncer. Tu madre no era una parte de la vida de tu padre cuando él me hizo Enfoncer. Su enfoque, era muy parecido a un… ⎯ ¿Jacob te hizo Enfoncer? ⎯ Exclamó Seth en completo shock, estallando en una carcajada. Gideon levantó una ceja ante el estallido de su hijo, y de alguna manera era una expresión completamente distinta de la que le había dado a Leah. Seth cerró inmediatamente la boca y bajó sus ojos. ⎯Bastante como un padre señalando a su hijo extraviando la línea, ⎯ finalizó Gideon. ⎯ Adam, predecesor inmediato de Jacob como Enfoncer, era más como un tirano brutal. Era poderoso, a veces tempestuoso. Al igual que Kane y Jacob, ni siquiera era un anciano, sin embargo, cuando heredó el manto del Enfoncer. Pero no nos engañemos, era bueno en lo que hizo. Era un guerrero como ningún otro que haya visto. Tal vez si Elijah tuviese menos ego, tu Siddah podría admitir que Adam era un guerrero mejor que él. ⎯ ¿Mejor que Elijah? ⎯ Jadeó Leah. ⎯ Wow, ⎯ Luego ella se recordó. ⎯ Entonces, ¿Qué pasó con él? ¿Y cuando sucedió? ⎯Creo que fue por... ah sí, 1601. Samhain. No, espera... era Beltane. Simplemente no se presentó en una misma noche y eso fue el final de la misma. ⎯ ¿Estás seguro de que era Beltane? ⎯ Presionó Leah. ⎯ Sí. Tú padre se negó a entrar en los zapatos de su hermano al principio, buscando por todas partes por él. Acongojándose terriblemente. No aceptó el manto de los Enfoncer hasta Samhain, así que confundí las fechas, la ascensión de tu padre a Enfoncer con el momento de la desaparición de Adam. Pero estoy bastante seguro que fue Beltane. ⎯ ¿Y nadie sabe qué pasó con él? ― ⎯Se suponía que fue convocado. Cuando un demonio es convocado por un nigromante, es retirado de su vida y hecho prisionero en una estrella de cinco puntas, hasta que se transforma en un monstruo, a menudo un acontecimiento sin testigos. La desaparición inexplicable de un demonio no es infrecuente. Aunque tal vez se siente más fuerte cuando se trata de un miembro de alto prestigio de nuestra sociedad.

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⎯Apuesto a que un Enfoncer como Adam hubiera atrapado y destruido a Ruth hace mucho tiempo, ⎯ dijo Leah amargamente, apretando los puños con rabia. ⎯En realidad, eso no es una afirmación injusta, ⎯ reflexionó Gideon. ⎯ Tu padre estaba distraído por otras cosas, mientras que Ruth fue creciendo en poder y maldad. Adam fue mucho más tenaz en sus caminos. Él habría tomado toda clase de riesgos para alcanzar la victoria. ⎯ ¿Crees que él era mejor que papá? ⎯ Preguntó en voz baja. Gideon inmediatamente sacudió la cabeza. ⎯Jacob tuvo la sabiduría, la edad y el poder que viene con ambos a su favor. Nunca ha habido un Enfoncer más poderoso que tu padre, Leah, ⎯ Él tomó un respiro. ⎯ Pero dudaría en tomar partido en una batalla cabeza a cabeza de los hermanos.

***! Leah corrió lejos de Gideon y del escudo de Legna, Seth corría a toda prisa a su paso. ⎯ ¡Sé lo que estás planeando hacer! Leah se paró en seco y cambió de dirección, mirando a Seth y callándolo ferozmente. Lo agarró por la pechera de la camisa y tiró de él en la intimidad de una alcoba cercana, con la esperanza de interrumpir la conversación lejos del eco natural de las cavernas. ⎯ ¡Tú no sabes nada! ¡Sólo mantén la boca cerrada! ⎯Estás loca, Leah. Ni siquiera tienes el poder para hacerlo. Entonces qué, si tú accidentalmente fueras capaz de saltar a través del tiempo una vez. ¡Tenías dos años! Fue un accidente horroroso. Desde entonces, ¿Qué has podido hacer? ¿Enviar un cronómetro a cinco minutos en el futuro? ⎯ Se burlaba Seth de la hazaña. ⎯ ¡La gran y magnífica niña del tiempo, señoras y señores! ⎯ ¡No sabes nada! ⎯ Le susurró de nuevo. ⎯ Estoy tan cansada de pensar que sabes tanto y ser tan idiota para mí porque yo tengo poderes y tú no. El niño grande y magnífico de la tecnología espacial, señoras y señores, que no pue… caramba, ¿Qué puedes hacer además de quejarse como un niño pequeño? ⎯ ¡Cállate! ¿Por qué no simplemente renuncias a eso, Leah? Tus padres recibieron una patada en el culo y ahora están muertos. ¡Muertos, muertos, muertos! ¡Y no hay nada que podamos hacer al respecto! Leah abrió la mano y le dio una bofetada a través de la boca. La acción sorprendió a los dos. Leah meció el escozor de su mano y Seth atendió su labio magullado. Leah sentía la necesidad de llorar, escozor a través de sus fosas nasales y ardor en sus ojos. Se sentía incapaz de contener las emociones dolorosas inundándose sobre ella. Se negaba a dejar a Seth tener la satisfacción de ver su dolor, por lo que corrió. Siguió corriendo hasta que no pudo ver su silueta más y no podía respirar. Finalmente se quedó parada al lado de una piscina subterránea, uno de muchos en el castillo y las cuevas. Se arrodilló y cogió un puñado de agua siempre fría, salpicándolo sobre su cara. Lentamente entró bajo control, sacó sus sollozos hasta que fueron sorbos duros. Birló sus ojos, parpadeó y miró hacia arriba para ver a una bella morena de pie junto a ella. Llevaba el pelo suelto, todo negro sobre sus hombros lo que le recordaba a Leah a

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su madre. Sus piernas estaban envueltas en mallas brillantes de un color blanco opaco y una minifalda negra corta que apenas cubría su trasero. Su ombligo perforado era expuesto por el corto depósito de color azul marino que llevaba. Eran sus botas las que dominaban su traje, sin embargo. Eran de cuero suave negro con botones dorados subiendo la parte posterior de sus piernas en una fila constantemente agradable durante todo el camino hasta sus muslos. Era como si sólo ellos estuviesen anunciando su presencia, y decían que ella era demasiado buena para meterse. Leah sólo la había vislumbrado desde la distancia en los últimos diez años, pero nunca olvidaría quién era el vampiro. Inmediatamente Leah se perturbó por que Jasmine la viera así. Débil y de mal humor. No sabía por qué debería importarle, pero lo hacía. Se puso de pie y se enfrentó al vampiro, alisando su propia simple camiseta por encima de su par favorito de jeans. Sin embargo, de repente sintió que no era suficiente. Al igual que ella, debería llevar algo mejor. Al igual que ella, debería ser algo más. Era un momento que Seth debía experimentar cada día al despertarse, la magnificencia de su padre y permanecer a su sombra, sin nada que mostrar por las expectativas de sus padres. Leah supuso que era porque esta mujer había sido su salvadora. Su héroe, de verdad. Jasmine era fuerte y poderosa, tenía una reputación real por ser una tipa dura, y se vestía con la misma confianza y estilo. No podía perderse si tratara. Pero había algo en sus ojos en ese momento, algo que Leah nunca habría pensado en atribuir a Jasmine. Vulnerabilidad. ⎯ ¿Puedes hacerlo? ⎯ Preguntó Jasmine. ⎯ ¿Pu… puedo hacer qué? ⎯ ¡Tú sabes qué! ⎯ Dijo con impaciencia. Ella alargó la mano y se apoderó del rostro de Leah por su barbilla. ⎯ Si pudiera volver atrás en el tiempo y cambiar las cosas, me encargaría de que el príncipe Damien nunca se reuniera con la princesa Sirena, ⎯ Ella respiró hondo y cerró sus ojos mientras exhalaba lentamente. ⎯ Pero eso sería una cosa egoísta. Una cosa diseñada sólo para ayudarnos a él y a mí misma. Quizás incluso a ella también, cuando se piensa en ello. Pero... ⎯ Jasmine miró fijamente los ojos de Lea, y Leah sintió el poder suave de persuasión de la influencia del vampiro. Se sentía como estar envuelta en una extraña especie de calidez, algo seguro y solidario. ⎯ ¿Puedes hacer esto? ¿Tienes el poder? Leah se limitó a asentir en respuesta. ⎯ No, ⎯ respiró Jasmine, una expresión de dolor increíble en su lugar a través de sus características. ⎯ El pasado debe quedar en el pasado donde pertenece. ¿Me entiendes, pequeña mestiza? ¡No se puede jugar con el tiempo de tales maneras! Vas a destruir a la gente y podrías atormentar a otros. ¡Puedes hacer las cosas mil veces peor de lo que son ahora! ¡No te metas con el pasado! Leah tenía miedo de como el poderoso vampiro le rugía ferozmente. Este no era un regaño moralista al igual que el que sus otros mentores le habían dado. Ellos la habían martillado con frecuencia acerca de las responsabilidades enormes que venían con su elemento. No había otro demonio del tiempo en el mundo y nunca había habido uno de la historia. Ella era la pionera. Pero Elijah era muy aficionado a decirle que el hecho de que pudiera hacer algo no significaba que debiera. Le dijo que él podría convertirse en un huracán de categoría cuatro que destruyera todo a su alrededor, pero eso no significaba que él debía hacerlo. De hecho, la ruta de los daños sería una razón muy obvia por la que no debía.

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Jugar con el tiempo podría crear rutas y potencial de daños horribles. Algunos son visibles de inmediato, y otros no se muestran por años. ⎯ Simplemente pensé... ⎯ argumentó Leah débilmente. ⎯ Tal vez si pudiera pedir prestado... por un minuto... La joven se llenó de lágrimas y de inmediato trató de ocultar su debilidad a Jasmine. El vampiro se suavizó un poco, comprendiendo muy claramente por qué el demonio adolescente querría cambiar su historia. Como Jasmine, ella había dicho, había cosas que deseaba que pudiera cambiar, así, la gente que se salvaría, la gente que ella protegería. Pero no era su lugar tratar de volver a modelar el mundo de la manera en que ella pensaba que debería ser. ⎯ No hay peligro en la idea de que podamos crear un diseño de vida por nosotros mismos mediante la manipulación de este asunto o cosa que nuestro pasado es, ⎯ dijo Jasmine suavemente. ⎯ Tú puedes salvar a tus padres con un acto, pero ese mismo acto podría terminar matando a Elijah, destruir la estabilidad política de los Nightwalkers, o no sé, cualquier número de variables. Tengo entendido que se te han dado estos poderes por una razón, y tal vez es alterar momentos en el tiempo para crear un futuro mejor, pero eres demasiado joven para tomar estas decisiones ahora. Y ciertamente no deberías estar haciéndolo por tu cuenta. Tu poder es nuevo todavía. Tú no sabes de lo que otros serán capaces de hacer un día. Por lo menos tengo que pedirte que esperes. Mira cómo el tiempo se desarrolla. Ten paciencia. No era una petición irrazonable. Sólo una insoportable. Leah asintió con la cabeza, con la cara llena de color y seguida de lágrimas. Jasmine podía sentir la frustración de la joven. Se arremolinaba dentro de ella psíquicamente como un poderoso y tormentoso océano. Se agitaba violentamente con sus emociones mientras todos los planes que Leah había ido formando, ahora de repente se lanzaban contra las rocas de la responsabilidad y la moral. Es extraño que hubiera sido Jasmine quien diera una conferencia sobre la moderación y la responsabilidad. Los vampiros no eran conocidos por colorear dentro de las líneas y comportarse correctamente. Pero Jasmine había visto demasiado daño hecho fuera de control con el poder de los Nightwalkers. Los miembros renegados de su propia sociedad, quienes pensaban que podían ir por ahí recogiendo poderes, bebiendo la sangre de los inocentes Nightwalkers que le disgustaban. Una cosa era bailar a lo largo de la línea de la moral y otra cosa muy distinta sumergirse en la línea una y otra vez, dejando un camino de daños. Esta joven era un claro ejemplo del daño que se podía hacer cuando el poder no era templado y respetado correctamente o mantenido bajo control. ⎯ Te lo prometo... No voy a hacer nada... a menos que conozca a ciencia cierta... ⎯ balbuceó Leah en torno a sus palabras, y Jasmine podía apreciar lo duro que era para que ella misma controlarse. ⎯ Mira, chiquilla, sólo tú puedes saber en tu corazón lo que es correcto y lo incorrecto, lo que es motivado egoístamente y lo que es verdaderamente para el bien mayor. Jasmine entorno sus ojos. ⎯ Bien, ahora sueno como Noah y Damien. Pero si quieres verdaderamente la mejor orientación sobre eso, ve a ver a Noah. Él ha caminado a ambos bordes de la línea en la que tú te tambaleas. Y solía hacerlo. Pregúntale cómo se siente acerca de eso. Pregúntale por qué no ha pensado en hacer lo que quieres hacer. ⎯ Jasmine levantó un hombro. ⎯ O mejor aún, pregúntale por qué ha pensado en ello, pero nunca te propuso la idea, porque te prometo, que la primera persona a la que esto se le hubiera ocurrido es Noah.

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Con esa instrucción y un suave tirón en un rizo en la sien de Leah, Jasmine se volvió para irse dejando a la joven a su propia conciencia y recursos. Pero en el último momento, la chica la agarró de la mano y la hizo retroceder. Ella esperó hasta que sus ojos se encontraron, con la mirada ardiente y feroz.

***! ⎯ ¿Es eso cierto? ¿Lo que dijiste? ¿Es el momento en que Damien conoció a Syreena realmente el momento que cambiarias si pudieras? ¿Es ahí donde piensas que todo esto salió mal? ⎯ Ella abrió la mano para indicar el mundo enredado en el que vivía. ⎯ Si Damien no la hubiera conocido... o si él nunca la hubiera seguido la noche que había sido secuestrada... Los vampiros no beberían la sangre de los Nightwalkers. Antes del momento que Damien bebió sangre de Syreena, el acto había estado prohibido, ⎯ Jasmine se detuvo, respiró hondo. ⎯ Pero miento. Debido al Cambio, el acto de tomar muestras de sangre y luego los Nightwalkers tomar nuestra sangre, se encontraba en los libros de la biblioteca que hemos descubierto después de que Elijah formó pareja con Siena. Nosotros lo habríamos descubierto eventualmente. Así que tal vez yo iría más lejos hacia atrás y mantendría en la biblioteca lo que alguna vez se encontró. Eso tal vez significaría evitar que Ruth lo viera, lo que nos llamó la atención. Así que tal vez es todo sobre Ruth, ⎯ Jasmine sacudió la cabeza. ⎯ ¿Lo ves? ¿Ves cómo podría jugar a este juego? ¿Cómo se elige? ¿Qué da el derecho a elegir? Crees en el destino, ¿No? ⎯ Sí, ⎯ dijo Leah en voz baja. ⎯ Entonces tienes que creer que las cosas suceden por una razón, e incluso si se cambia algo, el destino encontrará una manera de satisfacer tus necesidades. ⎯ ¿Quieres decir que si prevengo a mis padres de morir en la caverna, el destino habría de encontrar una manera de reclamar sus vidas independientemente? ⎯ Posiblemente. Como te he dicho, habla con Noah. Desafió al destino a que lo matase. Ve lo que dice sobre el asunto. Leah asintió con la cabeza y esta vez fue ella la que se dio la vuelta, corriendo fuera, tal vez para encontrar una manera de hacer exactamente eso.

***! Leah podría fácilmente haber ido a su Siddah mujer y pedido que la teletransportarse correctamente a la sala de Noah, pero el joven Demonio del tiempo necesitaba pensar... o tal vez estaba arrastrando sus pies. Así que ella estaba vagando por las cavernas menos transitadas, dándose el tiempo que necesitaba para estar a solas con todo girando en su cabeza. Era una guerra entre los deseos y las responsabilidades.

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Desde el momento en que la idea había entrado en la cabeza, que tal vez podría redimirse ante los ojos de los otros a su alrededor que debían contarla como responsable de la muerte de sus padres, había estado dando vueltas en la cabeza a la posibilidad. O al menos eso parecía. Había realmente jugado con el concepto una y otra vez a través de los años, pero parecía que cada vez que entraba en su mente, su Siddah vendría con algún tipo de conferencia sobre la responsabilidad del poder. Era casi como si hubiera leído su mente, sintiendo sus intenciones, y se le advertía de la ruta por la que quería viajar. Eso podría ser un poco de paranoia, porque a pesar de que Legna era una fuerte empática, ella no era telépata, y tampoco lo era Elijah. Así que tenía que asumir que era su destino dejar pistas muy fuertes en su regazo, advirtiéndole que dejase las cosas como estaban, que sólo haría a las malas situaciones empeorar si se entrometía en el camino de cómo las cosas se habían desarrollado. Sin embargo, Leah vio el mundo a su alrededor y en silencio y cuidadosamente continuó y llegó a la misma conclusión. Las cosas serían muy diferentes si sólo Jacob y Bella no hubieran muerto ese día al tratar de protegerla de Ruth y Nicodemous ¿Qué pasa si, continuamente se preguntaba, alguien hubiese venido en su ayuda? ¿Y si ese alguien hubiese sido lo suficientemente fuerte como para derrotar a Ruth y Nico de una vez por todas? ¿La pregunta entonces había sido siempre quién? ¿Quién sería lo suficientemente fuerte como para hacer algo como eso? ¿Noah? Leah no podía correr ese riesgo. ¿Y si no lo era? ¿Y si Noah fuera asesinado junto con sus padres? Entonces, ¿Qué sería de todos ellos bajo la gran pérdida de su Rey? Pero ahora, de repente, ella tenía su candidato. Alguien que, si era captado en el momento de su muerte, nunca podría perderse a través el tiempo. Alguien tan poderoso como su padre. Alguien que llevaba en su sangre combatir y derrotar a un demonio infractor de la ley. Alguien cuya muerte, en caso de que muriese junto a sus padres, simplemente no tuviese importancia en el gran esquema de las cosas. Pero justo cuando estaba lista para actuar, todas estas señales de advertencia estaban siendo arrojadas en su cara otra vez. Jasmine, era una de ellos. ¿Cuáles eran las probabilidades de que el vampiro estuviese allí, en ese momento, oyendo la discusión con Seth? ¿En el territorio Licántropo? Eran infinitesimales. Los ojos de Leah comenzaron a lagrimear con la emoción frustrada. Sabía exactamente lo que Noah le diría, si se acercara a él. Le advertiría al igual que Jazmín lo hizo. Incluso podría actuar con más fuerza para impedir que hiciese alguna cosa. Esta es la razón porque nunca había expresado la idea antes. Era lo suficientemente sabia, incluso a su corta edad, para comprender las ramificaciones de gran alcance que podían surgir con sus dones si los utilizaba sin precaución y previsión. ⎯ Una niña tan prudente. El cumplido se dijo tan sarcásticamente que Leah sacudió de inmediato su atención al orador. Había estado tan absorta en su dilema moral, que no se había dado cuenta hasta qué punto fuera del alcance de la seguridad había viajado. Y no se había dado cuenta que había entrado a la derecha en los brazos esperados de Ruth. ⎯ Ahora vamos a ver, ⎯ reflexionó Ruth, sus ojos azules de porcelana fijados sobre Leah de una forma que la paralizó. Cuando Jasmine había entrado en la mente de Leah, había sido casi como una seducción, como caer en el cálido abrazo de un amante. Sin embargo, tener a Ruth apoderándose de su mente era algo frío y terrible.

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Leah sintió que su cuerpo se agotaba, como si no fuera por más tiempo una parte de sí misma. Y en cierto sentido no lo era. Ruth había cortado su capacidad para enviar y recibir los impulsos nerviosos dentro de su cuerpo. Leah se sintió cayendo, cayendo hasta el suelo de piedra como un saco de patatas. El Demonio mortalmente hermoso se movió sobre ella, poniendo sus manos sobre las rodillas mientras miraba hacia abajo a Leah. El pelo rubio de Ruth fue barrido a un lado y se retorció en una trenza que caía gruesa de su hombro con una cinta azul extrañamente incongruente tejida en ella y atada en un gran lazo. Llevaba un vestido caro, destacadamente delicioso que acentuaba sus hombros y sumergía el punto bajo enfrente. La seda azul de medianoche estaba salpicada de lentejuelas que halagaban las curvas de su figura. Sin embargo, el amplio escote del vestido también acentuaba las marcas viciosas de hematomas y mordidas a lo largo de ambos lados del cuello del traidor Demonio. Como si la evidencia de la existencia de su amante vampiro lo llamase, Nicodemous derivó de las sombras y apareció al lado de Ruth. El olor de ellos juntos hizo callar a Leah, lo que la hizo a darse cuenta de que no todos sus sentidos se habían tomado de ella. Lo que olía era la podredumbre que llenaba la carne de cualquier criatura que incursionaba en magia negra. Egoísta magia ofensiva. La última década había demostrado al mundo Nightwalkers que no siempre era así. Brujas que por nacimiento utilizaban la magia bien intencionada de manera desinteresada y defensiva se mantenían limpias y con un olor puro. Pero una vez que comenzaban a incursionar en las artes oscuras, se convertían en adictos a ella como una droga venenosa, y esa droga les hacia apestar su maldad a cualquier otra criatura de la noche que se aproximara. Ruth y Nico apestaban a su adicción, sus ojos brillaban de una manera peculiar que advertía que probablemente estaban un poco locos en todo su podrido poder, dada la forma a la que se habían alterado en los últimos años a medida que crecían más y más fuertes. ⎯ Bueno, escucha eso, ⎯ reflexionó Nico, como él, también, ella se inclinó hacia delante para mirarla. ⎯ Apenas tiene la edad suficiente para el Acogimiento y, sin embargo su mente apesta a esa propaganda de auto-importancia de justicia moral que los demonios son tan aficionados a arrojar. ⎯ Oh, pero más que eso, ⎯ le susurró a Ruth en una forma sin aliento. ⎯ Está pensando en nosotros, Nico, y cómo ella puede ocuparse de deshacerse de nosotros. El pánico recorrió cada célula en el cuerpo de Leah. De repente, todas las implicaciones de ser impotente en las manos del demonio y más importante, El vampiro, que podría absorber el potencial y su poder, golpeó a Leah. Como un vampiro sólo podía tener poder bebiendo la sangre de un Nightwalkers, y Leah sólo tenía un poder para hablar, entonces eso significa... Le hacía revolver el estómago pensar que Ruth y Nico podrían obtener su capacidad de moverse a través del tiempo. De repente, las pequeñas ramificaciones de su acto un tanto egoísta, no significaban nada frente a los daños que estos dos podrían hacer si obtuvieran el control de tiempo y comenzaban a saltar hacia atrás y adelante dentro de ella, cambiando lo que quisieran, infiltrándose en involuntarios personajes históricos que nunca podrían estar preparada para su llegada. ⎯ Amo cuando entran en pánico, ⎯ reflexionó Ruth a su pareja, llegando a ahuecar un rizo cerca de su oído. ⎯ Se olvidan de que podemos leer sus mentes y empezar a arrojar información en sus pensamientos. ⎯ Sí, es bastante útil, ¿No? ⎯ Estuvo de acuerdo Nicodemous.

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Nico se agachó y cogió a Leah por la pechera de la camisa, el material de la camiseta se extendió debajo de su peso muerto, cuando él la jaló más cerca de su cara y su boca llena de colmillos viciosos que destellaban a ella. ⎯ Por lo tanto, bocado, ¿Piensas que tienes la clave de algo que tus superiores no han sido capaces de lograr? ¿Crees que tienes lo necesario para destruirnos? ⎯ Puede que tenga razón, ⎯ supuso Ruth. ⎯ Si encontrara la manera de atacarnos antes de que fuéramos lo suficientemente fuertes como... ⎯ El demonio demente enderezó su postura y acarició suavemente sus dedos largos y elegantes a lo largo de su trenza. ⎯ Desgarra su garganta. Toma lo que puedes y mata a la perra. Entonces, vamos a tener el poder del tiempo y no habrá nadie que nos detenga. ⎯ Por fin... finalmente seré el Príncipe de los Vampiros, ⎯ gruñó Nico. ⎯ ¡Dejar a Damien encontrar una manera de luchar contra mí! Y en un acto salvaje él sólo dirigió una boca llena de colmillos enojados a la joven y se hundió con saña en su delicado cuello. Leah gritaba. Sabía que todo lo que él necesitaba estaba a un tirón desgarrador y que ella sería abierta y desollada desangrándose hasta la muerte al igual que su madre lo hizo. Y todo lo que necesitaban era un trago y todo el mundo Nightwalkers podría caer en el caos. El pánico provocó su poder, que azotó a través de ella como la hoja de una navaja de afeitar, doloroso y sin control, nada más que puro instinto. Cada molécula de su cuerpo y comenzó a huir por separado de su atacante, saltando a través de la única cosa en la que ella tenía el más mínimo pedazo de control. Saltando en el tiempo.

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CAPITULO 3! !

Traducido por Tae Corregido Tabitha y Maia

Alrededor de cuatrocientos años antes.

-¡A! dam! Adam giró y el sudor que circulaba por su frente y sus rizos negros corrió en dirección a sus ojos. Eran los ojos de su madre, para gran consternación de su padre. Madre e hijo tenían los ojos de un pálido verde, tan claros que a la luz eran casi como si fueran incandescentes. Eso mejoraba la capacidad poderosa que ambos tenían que parecía mirar directamente al alma de alguien. Aquellos en del lado receptor de esa mirada de jade pálido, a menudo confesaban la verdad total, comportándose, o rectificando los errores, tanto si querían o no. Fue ese mismo conjunto de ojos los que habían forzado al padre de Adam, Aser, a confesar su admiración eterna a una insolente y terca mujer de pelo negro, a pesar del hecho de que se había jurado a sí mismo la soltería para siempre. Ahora tenía dos hijos mayores de esa profunda unión y nunca había sido más feliz. Esa misma mujer, ahora tres siglos más antigua, pero no menos descarada o hermosa por eso, estaba llamando a Adam desde las torres del castillo de la familia. Él podía ver la larga trenza de su cabello colgando seis metros por encima del hombro, el abanico de la cola de su aleteo en el viento como el escudo de la familia del que ella estaba cerca cuando se inclinó sobre el muro de cal hacia él. ⎯ Señora, ⎯ Él se dirigió a ella, su voz profunda retumbando hasta las murallas y aún más lejos. ⎯ He pedido que no me moleste cuando estoy en la práctica. ⎯ Él barrió una mano detrás de sí mismo para indicar a los cuatro demonios que yacían en diversas posiciones de semiinconsciencia en el suelo polvoriento, así como la figura alta y desgarbada de su hermano Jacob, que estaba apoyado ocasionalmente contra la parte posterior de una estatua de piedra de su abuelo que estaba en el borde de los terrenos de práctica. Jacob casi parecía como si estuviera compadeciéndose con el anciano, quien sonrió sinuosamente hacia abajo en el campo de entrenamiento, donde, al igual que su nieto mayor, había tenido la mala costumbre de romper a través de sus compañeros de práctica con espantosa velocidad. ⎯ Parece que les debes dar a tus hombres un respiro, ⎯ respondió su madre con valentía, tomando nota de sus oponentes agotados con humor demasiado maternal en su voz. Adam odiaba cuando lo hacía. Tratarlos como a un hijo. Por supuesto, también la adoraban. Siendo su madre, ella siempre podía contar con ser la única persona en el planeta quien, a pesar de que lo apoyaba y elogiaba constantemente, de alguna manera se las arreglaba para estar totalmente impresionada y afectada por el hombre en que se había convertido. Incluso

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su padre habría mostrado respeto a Adam mucho más por su rango y posición en el gran esquema de las cosas. Adam supuso, sin embargo, que es prerrogativa de la madre tratar a su hijo siempre la misma que lo hacía cuando él era apenas un niño, y es prerrogativa de un hijo complacer su deseo de hacerlo. ⎯ Supongo que tienes un punto, ⎯ admitió, volviendo transmitir una sonrisa enorme a su hermano pequeño, si un hombre de doscientos veintiún años podía ser considerado un bebé todavía. Jacob le devolvió la sonrisa, pasándose una mano por el pelo marrón negro que mantenía demasiado suelto y salvaje para los gustos de Adam. ⎯ ¿Va a requerir de su hijo menor también? ⎯ Le preguntó. ⎯ De hecho, lo apreciaría ⎯ ¿Cuál es el asunto, Adam? ¿Tienes miedo de que si obtengo práctica unos minutos extra, voy a ser mejor que tú? ⎯ El miedo, como que no sólo sería ridículo, sería una completa pérdida de tiempo, ⎯ disparó de nuevo Adam a su engreído hermano. Él pondría a Jacob a comer un poco de tierra más tarde, sólo para mantenerlo humilde. El recién llegado estaba empezando a ser tan bueno como él pensaba que sería, y tenía el potencial para hacerle la vida imposible. Las bromas y alardes continuaron cuando los hijos se marcharon a su casa a buscar a su madre y descubrieron cuál era la oferta. Eleanor había llegado desde la pasarela superior, un poco azotada por el viento y sin aliento, pero optimista y con gozo claro por su descendencia al entrar en su salón en la planta superior de la torre norte. Se tomó un momento para mirar por encima a sus hijos, tan diferentes en muchos sentidos, y sin embargo tan claramente cortados por la misma tela. Adam había heredado su color de pelo y sus ojos, pero su altura imponente y casi la constitución bestial era un recuerdo de su abuelo paterno. Su mejor amigo, y también su primo, era un demonio llamado Noah, el único Demonio en la Existencia, que incluso estaba cerca de igualar las proporciones monstruosas de Adam. Adam lucía unos hombros que parecían una milla de ancho, un pecho tan amplio, y una cintura que se reducía de forma apretada con las correas de los músculos bien trabajados, pero todavía era gruesa como el tronco de un árbol de madera de roble. Por el contrario, su hermano menor, Jacob, era delgado y atlético, elegante donde Adam era más optimista, flexible, donde su hermano era brutal y contundente. El hijo menor de Eleonor tenía el pelo de su padre y su constitución, así como los ojos de color marrón oscuro que se volvían ébano con un aumento de temperamento o de otras pasiones emotivas. Pero aun cuando diferían en apariencia y construcción, sonaban en sintonía perfecta cuando se trataba de la moral. Ambos estaban obsesionados con la naturaleza de la ley, el crimen y su castigo correspondiente. Ambos tenían un sentido de lo correcto y lo incorrecto que era implacable y firme. Eran criaturas altamente morales, algo que ella misma atribuía modestamente a su composición. Por desgracia, su conciencia le dio a Jacob la tendencia a ser muy duro consigo mismo en caso de que cometiera algún tipo de error, y Adam... Adam siempre había querido salvar al mundo a toda costa. O por lo menos la parte del mundo de los Demonios. Él era protector de los seres humanos, respetuoso con esos otros Nightwalkers que merecían respeto. Pero estaba claro que no conocía sus propias limitaciones. Eleanor aún no había visto lo que eran, pero estaba preocupada de que algún día fuese a encontrar el punto en el que se quedase corto, sólo después de haber competido de cabeza sobre el borde del acantilado. Ella temía el día en que posteriormente caería al suelo, llevado con

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rudeza a la tierra y despertase al hecho de que nunca sería capaz de salvar a todo el mundo y hacer lo correcto a tiempo. Como madre, era el trabajo de Eleanor de preocuparse por la sensibilidad de sus hijos y las vulnerabilidades. Era también su trabajo no insultar sus egos, haciéndoles saber que ella todavía se preocupaba por ellos de esa manera. Aser siempre le advertía que sus hijos eran mucho más intuitivos de lo que ella les daba crédito, y a pesar de que le debían todo a las excentricidades maternales, no sería mejor ponerlos a prueba demasiado lejos. Sin embargo, Eleanor ya lo sabía. Ella no tenía ninguna intención de hacer que sus hijos se arrepintieran de su comportamiento. Habían trabajado muy duro para ganar su hombría, ser socavados por ella. Por supuesto, eso no significaba que no se metería en absoluto. Estaba esperando a sus nietos un día, y si conocía a los hombres Demonio, no era probable que fueran voluntariamente a buscar compañeras con entusiasmo. Bueno, las mujeres Demonio podrían ser tan astutas como sus contrapartes, y compensaban la obstinación de los machos con sus propias ambiciones. Tenía fe en que un día cada uno de sus hijos se reuniría con su igual en una mujer, y no ocultaba eso. ⎯ Madre, ⎯ la saludó Jacob, agarrando las manos extendidas y acercándola para besarla en la mejilla de duraznos y crema. Debido a que había dejado de envejecer a la edad de veinte años, Eleanor y Jacob podrían ser confundidos por hermano y hermana, pero todo lo que uno tenía que hacer era ser testigo de su intercambio de miradas cariñosas para ver el vínculo de parentesco paterno que estaba allí. ⎯ Señora, ⎯ la recibió Adam más bruscamente, como si fuera demasiado viejo y demasiado importante como para llamarla “Madre” por más tiempo. Sin embargo, la atrajo en un abrazo de oso increíble que le transmitió su afecto eterno. ⎯ Ahora bien, supongamos que nos diga, ⎯ continuó después de finalmente establecer su espalda hacia abajo sobre sus delgados pies con mucho cuidado, ⎯ la razón por la que sintió que era necesario arrastrarnos desde el entrenamiento en el medio de la noche. ⎯ Quiero hablar sobre el festival. Sus hijos se miraron entre sí, intercambiando expresiones de dolor, pero pacientes. ⎯ Madre, hemos tenido las disposiciones adoptadas durante meses. Beltane es mañana, y el festival será impecable como siempre. ¿Por qué te inquieta? ⎯ Porque yo soy la anfitriona del evento real de tu primo de este año, y me gustaría ver que se hace a la perfección o no nada en absoluto. Ahora bien, ¿Invitamos a los gitanos en nuestras tierras? ⎯ Por supuesto, madre, ⎯ suspiró Adam. ⎯ Es la tradición, después de todo. Y sabemos que sientes que es un buen augurio. ⎯ Muy bien, ⎯ admitió Eleanor. ⎯ ¿Han seleccionado a sus escoltas, entonces? Esto recibió los sonidos esperados de protesta por parte de ambos. ⎯ Chicos, ⎯ dijo ella, con tono severo, pero no como regaño también. ⎯ Ustedes son mis hijos, y por lo tanto se espera que traigan una mujer adecuada a la mesa, no sólo huir y dar vueltas con una chica detrás de un arbusto más tarde y considerarse a sí mismos que han sido sociables. ⎯ Ella no hizo caso de las risas y miradas llenas de alegría. ⎯ Algunas otras familias no se preocupan por el decoro, pero yo sí. Por favor, traten de elegir decentes chicas Demonio.

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⎯ Ninguna chica Demonio decente nos tendrá, ⎯ bromeó Jacob, llegando a tirar de su trenza de una manera pícara. ⎯ He oído que soy demasiado inquietante. ⎯ Y yo soy Enfoncer, ⎯ dijo Adam, lo que en sí mismo era una explicación. ⎯ Creo que mi tiempo está mejor gastado en hacer cumplir a los indisciplinados Beltane en lugar de encontrar una mocosa suficientemente valiente como para enfrentar su miedo a un Enfoncer para poder compartir mi plato. ⎯ Te lo juro, ustedes muchachos conducirían al Destino hasta las lágrimas, ⎯ resopló Eleanor con exasperación. ⎯ Adam, soy muy consciente de que es muy probable que seas llamado a trabajar, pero el resto del tiempo espero que te quedes aquí y seas sociable. Jacob, no voy a aceptar ninguna excusa de tu parte. Elige o voy a elegir por ti, y no creo que te guste mi medio de elección, así como te va a gustar el tuyo propio. ⎯ ¿Sólo con tal de que ella se vista y no eructe en la mesa? ⎯ ¡Jacob! ¡Honestamente! ⎯ Te esfuerzas demasiado, madre. Debes saber ahora que ninguno de nosotros nunca estará probablemente casado. Adam es demasiado feo, y yo soy demasiado inteligente. Adam extendió la mano y abofeteó a su hermano por el insulto, estuvo a punto de golpear el suelo en el proceso. Eleanor entornó los ojos hacia el techo, buscando no sólo la fuerza, sino también, posiblemente, volver a evaluar sus pensamientos sobre su madurez. ⎯ Si nos comprometemos a venir bien acompañados, ¿Te relajarás sobre el festival y nos permitirás volver a trabajar? ⎯ Le preguntó Adam. ⎯ Por supuesto, ⎯ dijo con una muestra de satisfacción y contenta. Ella sabía que sus hijos mantendrían su palabra. ⎯ Entonces te damos nuestra promesa de hacerlo. Adam utilizó sólo un pensamiento para cambiar de carne y hueso a la forma de una niebla que le permitía montar las nubes y las corrientes de viento. Se levantó por encima de la casa en la que había crecido y dejó a la corriente natural del viento llevarlo por encima del vasto bosque de Hungría. Como un Demonio de Agua podía viajar en forma de neblina o niebla, o incluso en ondas sobre las aguas, pero la niebla superfina de una nube sobre la brisa era en gran medida su opción preferida y la más rápida. Su ruta de viaje corría muy cerca de la frontera con Rumania, también conocida como territorio del vampiro, pero el Enfoncer no estaba preocupado, a pesar del hecho de que las dos facciones Nightwalkers, Vampiros y Demonios, estaban envueltos en una guerra. Ciertamente cada lado luchaba con entusiasmo, los Demonios creen que los Vampiros son ingobernables y con la necesidad de controlar, y a los Vampiros no le gustaba esa idea en absoluto. A Adam le molestaba que cualquier persona perdiese su tiempo y energía en nada mejor que el placer. La vida larga de los Nightwalkers era un precioso regalo. Se debía usar con mejor cuidado del que los esbirros del Príncipe Damien practicaban. Eso, combinado con su deleite en la intromisión en los asuntos humanos, los hacía peligrosos. Su comportamiento ponía en riesgo al Nightwalkers. Tal vez el rey Noah pensaba que un día Damien entraría en razón y de repente empezaría a importarle todo acerca de lo que sus súbditos hacían, pero Adam no se adhería a la creencia de que había tal cosa como un vampiro decente. Era una actitud compartida por su hermano menor. Jacob se había convertido en todo un cazador de vampiros eficiente. Bastante notorio en eso, y Jacob devoraba su gloria al igual que lo haría con pasteles dulces y el vino. Estaba encantado con la guerra contra los sanguinarios pequeños serviles del Príncipe Damien. Los vampiros habían demostrado que tenían hambre de

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derramamiento de sangre para aliviar su aburrimiento. Después de todo, era un tabú y mortal que los vampiros bebieran la sangre de otros Nightwalkers, pero desde luego no lo hacían con fines nutricionales. No. Los pequeños bastardos lo hacían simplemente para entretenerse con unas pocas muertes de Demonios. Desafortunadamente para ellos, cuando miraron a su hermano menor, todo lo que consiguieron fue un mundo de dolor. Por desgracia para Adam, el éxito estaba dando a Jacob un ego que se estaba convirtiendo en insoportable más tarde. Otro buen luchador y un amigo suyo era Elijah el guerrero. Tenía que decir que si no fuera por la infamia y las habilidades del hermano de Adam, Elijah podría haber sido un futuro Capitán Guerrero, el líder de todas las fuerzas armadas del Rey Demonio. Pero si el siempre presente Capitán se retirase, lo más probable es que Jacob ocupase su posición. Por el momento, Elijah era un guerrero de alto rango que vivía en las fronteras de los Vampiros y los territorios de los Demonio. Decía que era para desalentar los ataques de los Vampiros a los Demonios inocentes, pero era más probable que pudiera despertar cada noche y de inmediato en el fragor de la batalla. Había algo de un concurso amigable de meadas pasando entre el guerrero y Jacob. Pero era un poco como una manzana competiendo con una piña de pino. Elijah era parte de las batallas sancionadas orquestadas por el capitán y el Rey. Jacob era un cazador de recompensas, buscando criminales de guerra específicos. El pensamiento vino a la mente de Adam, porque estaba muy cerca de las participaciones del guerrero en ese momento. De hecho, estaba casi sobre ellos, cuando un movimiento por debajo de él le llamó la atención. La forma elegante de movimiento era demasiado rápida y ágil también para ser cualquier tipo de criatura de los bosques. Curioso, descendió rápidamente hacia el bosque. Como siempre, lo primero para llenar su conciencia era todas las fuentes de agua. Dónde se encontraba, en qué direcciones viajaba, el volumen de cada cuerpo de agua, grandes y pequeños. Nada era demasiado insignificante, no había información que se considerase inútil. Sus sentidos corrieron altos con la presencia de una corriente pesada de una persona cercana, su fuente venía desde arriba en las montañas altas y cargadas de nieve. Corría rápido y frío sólo a una corta distancia. A medida que se acercaba a la luz de la luna de marzo en su espalda, cambió de nuevo a carne hasta que pudo ver su aliento nublando el aire quieto y frío. Entonces oyó y vio lo que le había atraído allí, en primer lugar. Agachándose bajo el suelo del bosque, moviéndose tan silenciosamente como una respiración, Adam miró a través de la maleza cercana para ver qué clase de criatura estaba corriendo en estos bosques en horas más oscuras de la noche. Y debido a que la luna estaba casi llena, la luz nacarada cubriendo cada centímetro del agua en las cercanías, Adam podía ver con perfecta claridad. Era una mujer. Estaba totalmente desnuda mientras se metía a través de la temperatura gélida de la noche y el agua. Era pálida como el alabastro, la luz de la luna, sin duda jugaba una mala pasada a sus ojos, porque nunca había visto la perfección blanca antes. Estaba casi radiante mientras se quedaba allí salpicada de agua hacia arriba y sobre sus piernas largas y luminosas, y podía ver que casi cada centímetro de su piel que estaba cubierto de piel gallina. Más obvio fue el empuje duro de sus oscuros pezones de color malva, ya que destacaban las puntas de sus pechos más que generosos. Su pelo era negro como la brea, por lo menos cuando estaba mojado, y un rizo natural parecía facilitar su camino a través de él. Tenía la cifra global de una estatua diseñada cuidadosamente, a pesar de que era un poco demasiado delgada en la cintura y las caderas para su gusto. Pero eso no evitó que los labios de Adam se curvasen en una sonrisa de agradecimiento.

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Tenía que estar loca, bañarse en esas condiciones de frío, sola en lo que equivalía a un páramo. La carretera humana más cercana estaba a millas de distancia de este lugar, por no hablar de cualquier signo de una ciudad o pueblo. Se preguntó cómo se las había arreglado incluso para llegar hasta allí, mirando con asombro cómo se movía a una pequeña caída de agua cercana y dejaba que se estrellará contra su pelo y su cuerpo hasta que su piel suave brillase como si hubiera sido frotada con diamantes. Por ese breve momento, Adam tuvo el poderoso impulso de lanzarse en su elemento; convertirse en agua por lo que también podría bajar corriendo esas piedras y sobre la piel de porcelana perfecta, y todos sus encantos. El deseo era tan fuerte, la atracción toda irresistible, que estaba sorprendido y aturdido por el mismo. Él sabía que, en un instante, la luna Consagrada de Beltane era lo que le hacía esto, y expresó un gruñido bajo en un desafío feroz. Él era un Enfoncer. Conocía demasiado bien toda la locura que las lunas llenas de Samhain y Beltane forjaban en la Clase Demonio. Era su vocación, su destino especial, castigar y controlar a los que se deseaban a un miembro de cualquier otra raza aparte de la suya. No era que alguna vez fuera a ser aceptable para él admirar a una mujer no Demonio de cualquier manera. No podía permitirse el lujo de tales riesgos. Si alguna vez cruzaba esa línea enloquecedora, sólo sus parientes de sangre tendrían los sentidos necesarios para detectar su traición a sí mismo y a su pueblo. Eso lo enfrentaría a su hermano menor, o peor aún, su padre. La idea de hacer frente a semejante humillación no era nada comparado con un hombre Demonio orgulloso cuando consideraba la posibilidad de que en un arrebato de locura, podría salir dañado, o peor aún, matar a un miembro de su propia familia de sangre. Sabía muy bien de su propio poder y fuerza. Después de casi tres siglos de vida, estaba más que familiarizado con sus capacidades. La gente le temía porque era Enfoncer, es cierto, pero le temían más, porque sabían que era un luchador salvaje y astuto, que casi no tenía igual. Adam juró con vehemencia ante la idea, señalando de nuevo sin pensar en la maleza. La chica en el agua se sobresaltó con el sonido y subió por debajo de la caída que venía hacia él con una serie de pasos ejecutándose a través del agua. Su movimiento causaba temblores a lo largo de la carne exquisita de las curvas de su cuerpo. Ella lo vio allí, estrechando su mirada en él, y por un breve instante, vio las profundidades del visón marrón sensual de sus ojos seductores. Entonces él vio muy claramente el simple accionamiento de una membrana nictitante desplegable para cubrir sus pupilas mientras ella trataba de definir qué clase de criatura era él mediante el uso de su detección de calor de su visión. ⎯ Vampiro ⎯ dijo él entre dientes en acusación, instantáneamente en su guardia arrebató la daga en su cinturón. No importaba si el vampiro era una mujer, sería tan fuerte y mortal como cualquier contraparte masculina de su raza. Para sorpresa de Adam, sin embargo, ella se limitó a establecer sus manos en sus caderas, su postura amplia y su expresión casi de aburrimiento, mientras tomaba su ritmo. Sus ojos oscuros se deslizaron lentamente por encima de él, de pies a cabeza, claramente evaluándolo como si estuviera tan desnudo y vulnerable como ella. Cerca de la mitad de su cuerpo, levantó una sola ceja delgada, como apreciándolo, y sus labios se curvaron en una sonrisa malvada. Adam se sorprendió cuando su evidente interés encontró una marca dentro de su cuerpo tenso, una emoción extraña y robusta de calor y el frío corriendo bajo su piel y en su espalda. Destino dulce, pensó con incredulidad, ¡sé que ella es un vampiro, y aún me despierta! Adam quería sentir asco de principio a fin en sí mismo, pero apenas tenía tiempo para trabajar la respuesta correcta antes de que ella siguiera caminando hacia él con una pequeña carcajada baja rodando fuera de ella. ⎯ Yo, yo, ellos están haciendo su raza bastante grande hoy en día, ¿no?, ⎯ preguntó ella mientras se levantaba del agua, subiendo a la orilla del arroyo.

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Ella miró el puñal en su mano, el metal brillante en la luz a la luna mientras se acercaba lo suficientemente cerca como para que la punta la tocara justo por encima de su pecho izquierdo. La acción valiente desarmó completamente al Enfoncer mientras trataba de averiguar lo que su juego era. Sintió a kilómetros a los demás vampiros, otras formas de vida, pero ellos estaban solos. Incluso si ella nublaba sus percepciones con su capacidad de Vampiro para jugar con su mente, él sabía cómo seguir siendo claro a pesar de eso. Estaba bastante seguro de que este no era un truco o trampa. Bastante. ⎯ Estoy asumiendo por su menos que amable saludo que nos encontramos, quizás, ¿Como enemigos? ⎯ Preguntó ella antes de afectar a un bostezo. Todo su cuerpo se estiró, los músculos magros flexionaron en su piel perfectamente clara. ⎯ He estado dormido por algún tiempo, ya ves. ¿Esta guerra no ha terminado todavía? ⎯ Los demonios y los vampiros se encuentran aún en guerra. Y usted puede agradecer a su príncipe hijo de puta por eso, ⎯ soltó él. Pero su reacción fue bastante creíble. Si ella hubiera estado dormida como decía, era natural esperar que no estuviera al corriente de las noticias recientes. No era inusual para los vampiros “ir a tierra” cuando se aburrían del mundo exterior, tratando de dormir algunos años, con la esperanza de despertar en momentos más emocionantes. ⎯ ¿Damien? ⎯ Se rió ella como si se tratara de la broma más divertida de la que jamás había oído hablar, su cuerpo bailando atractivamente bajo la vibración de su alegría. Por mucho que lo intentase, Adam no podía mantener los ojos en los de ella, donde tendrían que estar. Hasta su respiración lo traicionaba y se deslizaba fuera de su control mientras acogía las curvas de sus pechos, el plano de su liso vientre, y las gotas de humedad que se aferraban a sus rizos inferiores y los muslos. Siempre había sabido que los vampiros tenían una sensualidad natural que llamaba a todas las criaturas bípedas. Era el instinto de caza en parte, parte el instinto de apareamiento. En una cacería, ella podría utilizar su cuerpo y su magnetismo sexual para atraer a su presa lo cerca que necesitase. Incluso podía optar por fornicar con su comida humana antes de beber y dejar a su presa para recuperarlo en un montón indefenso. ⎯ Bueno, nada me sorprendería, ⎯ señaló después de que ella obtuvo el control de su diversión. ⎯ Pero en cuanto a ti y a mí, ¿significa que voy a conseguir un puñal en el corazón? La guerra es tan tediosa. Yo no estaba preparada para ella, como usted ve. ⎯ Ella extendió los brazos y mostró su cuerpo en una vuelta más sigilosa de su cadera y orgullosamente levantando sus senos sobresalientes. El movimiento causó que ella se pinchase a sí misma con la punta de su navaja, y una sola línea de sangre apareció en su piel pálida como un cordón de color rojo siguiendo un camino lento a la punta de su pezón antes de que goteara. Cuando Adam dejó un pequeño ruido doloroso escapar, la mujer vampiro redujo su mirada en él una vez más, y él se dio cuenta con espanto que ella estaba viendo en su mente con su capacidad telepática. Adam se echó hacia atrás y lejos de ella, a punto de caer de culo en el proceso. Ella se rió de nuevo, completamente segura del efecto perturbador que sentía por él. ⎯ Bien, bien, ⎯ bromeó ella, dando un paso en pos de él cuando él se apartó de ella, ⎯ parece que alguien no tiene pensamientos de guerra en el frente de su mente. ⎯ La mente es una cosa caprichosa, vampiro. No dejes que te engañe la mía. Se trata de la luna llena y un maldito día de fiesta que me pone fuera de mi propio control, y nada más. A pesar de este despliegue repugnante de lujuria en mis instintos forzándolos sobre mí, no dudaría en matar. De hecho, sólo hace la tentación de hacerlo más fuerte. ⎯ Esa basura, ⎯ dijo ella en voz baja, una contemplación misteriosa en esos ojos oscuros, cuando volvieron a tomar sus posiciones otra vez. Ella detuvo su mirada a la altura de sus caderas, y esa pequeña elevación en una ceja mientras tomaba nota fácilmente de la erección

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que se había desarrollado. ⎯ Mmm, ahora, buena vista para despertar. Es una pena que no seas un vampiro. Debo decir, sin embargo, que es suficiente para hacer una chica reconsiderar jugar fuera de su raza. ⎯ Ella le dio un delicado estremecimiento. ⎯ Tú al menos pareces habar aprendido a bañarte, a diferencia de la mayoría de los otros. Pero el hecho es que tu raza es tan elitista como la mía. Sería algo así como un gato fornicando con un perro, ¿no? ⎯ ¿Ustedes Vampiros no piensan en nada más que en sexo y la alimentación? ⎯ Exigió, con la voz ronca raspada mientras su mente se arremolinaba con el calor de las posibilidades que sus palabras provocativas enviadas irrumpían a través de su mente. Su recordatorio de las mismas leyes que se supone que debían hacer cumplir lo hizo sofocarse un poco. ⎯ Oh, mi dulce demonio, ⎯ susurró ella, ⎯ no te quedes ahí y finjas que no estás pensando en docenas de maneras de penetrarme, ⎯ se mofaba de él como una sirena cruel. ⎯ Dejando a un lado el estado de tu cuerpo, Adam, ⎯ dijo ella, a propósito usando su nombre para recordarle lo fácil que era para ella ver a su mente, ⎯ ya estás imaginando la sensación de llegar muy dentro de mí. Tal vez sólo después de haber tenido una alimentación fresca, cuando mi cuerpo este en su punto más alto de calor... Era una tentación que no debería haber echado a la puerta de un demonio que luchaba contra la luna llena de Beltane. Porque en ese momento Adam sintió el control deslizarse fuera de su alcance, y algo salvaje se desató de repente en su interior. Se tambaleó hacia delante, dejando caer su puñal al suelo, y se aferró a sus brazos. Apretó sus dientes, cuando un impulso salvaje tras otro se apoderó de su mente, y al final, y se arrojó a ella. Él cambió su forma en un abrir y cerrar de ojos, transformándose de hombre a un diluvio de agua que se estrelló contra su cara y cuerpo. Pero a diferencia del agua normal, no lo hizo en cascada fuera de ella y cayendo al suelo. En su lugar, se derramaba sobre su cuerpo flexible, poco a poco lavando sobre y alrededor de ella, cubriendo palmo a palmo. Sintió la suavidad de su piel al tacto, el peso de sus pechos... probado los puntos duros de sus pezones. Ella abrió la boca en estado de shock cuando él la golpeó, pero esa sacudida cambió rápidamente de algo más profundo y bochornoso ahora. El sonido que surgió de ella mientras caía sobre ella era nada menos que del más puro pecado. Tomó la satisfacción en eso. Y del modo que él cubría las pulgadas más íntimas de su piel con su exploración, él sabía que estaba yendo demasiado lejos. Había ido demasiado lejos el momento en que se había sentado para mirarla mientras se bañaba. Pero esto, lo que estaba haciendo ahora, se trataba de un nuevo nivel de perversión, y tan glorioso como se sentía, sabía que estaba pisando muy por encima de la línea. Con un remolino de gracia el fluido se apartó de ella y volvió a su forma natural. Se quedaron así, en el bosque frío y oscuro, respirando con dificultad y aturdidos con la excitación mutua de lo que habían hecho. Pero aun cuando sus cuerpos corrieron caliente con la necesidad física, su mente se dio cuenta de que eran enemigos. Esto estaba prohibido. Por ley y por naturaleza, un demonio nunca podría aparearse con un vampiro. Y cualquier demonio que lo intentase tendría que hacer frente al Enfoncer. La comprensión trajo al Enfoncer fuertemente de nuevo a sus sentidos. Fijó miradas con el vampiro sin duda hermoso y apretó la mandíbula. Con una inclinación de cabeza, confesó a los dos que había promovido este recorrido en territorio prohibido. Sin embargo, su actitud clarificó que no repetiría el acto a corto plazo. Adam irrumpió en una niebla superfina que llamó a la brisa fría rozando a través del bosque y dejando que lo levantase rápido y lejos de la fruta prohibida.

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Jasmine se echó a reír sin aliento cuando el Demonio huyó de su rango. Su impacto en la forma en que él había salpicado sobre ella, la manera increíble que ella se había sentido literalmente que él había tocado en todas partes, era indescriptible. Siempre había pensado que los demonios eran tan puritanos, tan aburridamente correctos. Sabía a ciencia cierta que ellos eran tan racistas como los vampiros lo eran. La idea de dar un paso fuera de su especie para el disfrute era algo que simplemente no considerarían. Bien, por primera vez, Jasmine podía ver algo de mérito en el examen de eso. ¡Oh, no es que realmente pudiese hacer algo como eso, pero si alguna vez había tenido la tentación, había estado cinco segundos atrás, cuando había sido tocado de una manera en que nadie la había tocado antes y sería probable que la tocara de nuevo. Trató de sacudirse libre del hechizo peculiar que parecía haber echado sobre su cuerpo hambriento. Honestamente, pensaba que con la diversión al recordar su retiro, los demonios eran, con mucho, los más tensos y serios de los Nightwalkers que había conocido nunca. Incluso los Shadowdweller molestos sabían cómo divertirse mientras que tanto daño causaban sus travesuras en todos los lugares que podían. Pero los demonios... pero todos sus poderes variados de los elementos, los demonios empantanados en tantas leyes, la moral y auto-recriminaciones, ¡era un milagro que siquiera supieran cómo propagar toda su especie! Aunque, lo consideró con astucia, ese Adam parecía que le daría a una chica un paseo bastante justo por su dinero. Jasmine suspiró y estiró su cuerpo con hormigueo, el frío de la noche en guerra con el calor de sus pensamientos. Él era un bruto, eso, pensó. Tal vez se sintió intrigado porque la mayor parte de su propia raza estaba formada por hombres como muchachos delgados, todos piernas largas y elegancia magra. Cuando vivía con el séquito de Damien, como estaba pensando en hacer de nuevo una vez que ella los alcanzara, a menudo comercializaba prendas de vestir con los hombres y apenas se dio cuenta de las disparidades en forma. Pero qué demonios... Había tenido unas buenas tres pulgadas y un mínimo de cuatro piedras de peso con el príncipe Damien, quien era bastante grande para su raza. Los hombros de Adam habían sido lo suficientemente amplios como para bloquear su visión de la luna por completo. Él se alzaba sobre su estatura, y la daga había sido, obviamente, especial, hecha a medida para el ancho y el tamaño de sus manos monstruosas. Nunca había visto unas manos tan enormes antes, y aunque desde sus noventa y tres años aún se consideraba muy joven para un Vampiro, para una Nightwalkers, a decir verdad, pensó que había visto suficiente. Jasmine lentamente se arrodilló en la maleza a sus pies, su mano llegó a cerrarse alrededor de la daga que yacía olvidada en el suelo del bosque. Era una cosa de belleza mortal, pesada en la mayor parte y enjoyada a lo largo de la empuñadura en un delicado patrón de aguamarinas que se arremolinaban. Las piedras eran habitualmente voluminosas o cortadas en trozos grandes, pero estos estaban emparejados en tamaño y habían sido tallados para captar todas y cada una de las luces. Que impráctico, pensó. Sería llamar la atención con demasiada facilidad, por lo que un ataque sigiloso sería completamente imposible. Y sin embargo, nunca había visto un arma tan hermosa. Sostuvo la longitud de la misma en contra de su esternón y pensó en su dueño. Una vez más, Jasmine se encontró contemplando posibilidades sexuales crudas con un hombre que no era de su especie. Se sorprendió. No se consideraba tan lasciva como otros de su raza. Y no se volvió usualmente a la idea de relaciones sexuales con alguien que no era un vampiro. Otros vampiros podían perder el tiempo con los seres humanos, pero la idea de tener relaciones sexuales fuera su especie no era para ella. Normalmente.

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De todos modos, prefería un buen libro, profundizando en las ciencias modernas o simplemente viendo la locura de los demás. Adam había tenido una oportunidad de diversión, y ahora el momento estaba aprobado. Él se olvida fácilmente... Ahora era mejor centrarse a sí misma en la necesidad de una alimentación buena y larga. Luego encontraría a Damien y él la entretendría con historias acerca de esta guerra permanente.

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CAPITULO 4 ! Traducido por Tae Corregido Tabitha y Maia

D amien sintió la vibración de un vampiro entrando en su territorio como si se tratara de un terremoto en su interior. Por supuesto, él estaba literalmente rodeado de vampiros, decenas de ellos en un momento yendo y viniendo de su territorio mientras cazaban a una respetuosa distancia de donde él vivía. Pero siempre podía sentir a los que no pertenecían, los que tenían problemas en sus mentes, los únicos... los que eran especiales para él. Era joven, sin embargo, demasiado joven para haber aumentado más allá de las funciones naturales del cuerpo como la respiración y los latidos del corazón y la circulación. Ella estaba a punto despojarse de ellos, sin embargo. Su cuerpo sería mucho más maduro en los próximos años, cambiando por completo en la química y el maquillaje, y todas esas cosas físicas dejarían de ser autónomas. Pero aún tan joven como ella era, nunca la había visto tan infantil, como solía hacerlo con los vampiros recién nacidos. Ella había sido sabia para su edad, reflexiva e inteligente, estimulante para la mente. Eso la había abrumado cuando, a sólo cincuenta y cuatro años de edad, se había vuelto tan devastadoramente aburrida del mundo que había decidido ir a tierra. Pero él había comprendido. Le había sorprendido que hubiera sucedido mientras ella era muy joven todavía, y ese tipo de sensibilidad no era un buen augurio para su futuro, pero lo había comprendido. Él una vez se había desilusionado. Una vez. Luego había encontrado un propósito al convertirse en el líder de su pueblo. Manejando toda una especie de criaturas que se aburrían fácilmente hechas para retos constantes. Luego estaba el reto adicional de mantener la cabeza en su cuello. Siempre había vampiros en algún lugar que se creían más fuertes de lo que eran o no les gustaban las reglas que figuraban. Querían pelear con él, con la esperanza de vencerlo y convertirse en el gobernante en su lugar. Es cierto que esos problemas se habían vuelto menos y más lejanos en lo que se hacía evidente que él estaba allí para quedarse. Además tenía muchos seguidores leales, y sus seguidores eran a menudo capaces de cuidar de los pequeños problemas antes de que incluso llegara a su atención. ― Stephan ― Damien se sentó rápidamente, sacando a un par de gemelos vampiros fuera, no es que estuviese cuidando realmente dónde las mujeres aterrizaban como ganado a sus pies y salió del salón donde había estado descansando.

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Stephan, un vampiro joven, ansioso, con un gusto por los combates, entró en el pasillo al igual que Damien estaba entrando en el mismo. Stephan era un soldado de alto rango en la Vanguardia y estaba bien en su forma buscando una posición de carga. Él era tenazmente leal, siempre estaba ahí cuando lo necesitaban Damien, y un infierno de asesino. Los vampiros y demonios eran una especie de desequilibrio a la hora de los combates, los demonios elementales capaces de cambiar constantemente de forma y utilizar los elementos del mundo que les rodeaba como munición. Pero los vampiros como Stephan tenían el salvajismo y la dedicación de su parte. Cualquier truco del demonio puede ser derrotado con un poco de ingenio y los poderes de los vampiros habían sido naturalmente impregnados. ― Sí, Príncipe Damien, ― preguntó Stephan, rápidamente dándole un saludo. ― Jasmine ha regresado. Traedla a mí de inmediato. ― Mi Señor. Stephan hizo un gesto de aceptación y se volvió a darse prisa por la salida más cercana. Casi tropezó con Jasmine en el proceso. Ella se puso de pie con una mano en la cadera, una sonrisa peculiar en sus labios y el vestido más feo, más áspero, de tela cubriendo su cuerpo. Stephan sonrió, la tomó por su brazo, la llevó los cuatro pasos a Damien y se inclinó ante su señor. ― Jasmine, como usted solicitó, mi señor, ― dijo con una sonrisa descarada. Damien llamó con una palabra poco favorecedora y en broma al rufián, agitando su pelo rubio. Luego, rápidamente lo hizo a un lado y llegó a tirar de Jasmine en un cálido abrazo. Ella suspiró mientras aceptaba su afecto. Él acarició su pelo negro enredado, empujando el desorden por el viento hacia atrás para poder ver su rostro. ― Así que sólo una década, ¿Eh? Mentirosa. Más bien como cuatro. ― Tenía sueño, ― ella argumentó, sonriéndole. ― Así que, ¿Contenta contigo misma de ver todo lo que te perdiste? ― Más contenta de que te encuentres bien afeitado. La última vez que te vi tenías barbas y bigotes puntiagudos. Una moda ridícula, si me preguntas. ― Hmm. Y aquí yo estaba considerando la posibilidad cada vez más de usar eso otra vez ― dijo mientras se frotaba la barbilla reflexivamente. ― Haz lo que quieras. Lo harás de todos modos. ― Y hablando de moda, ¿Qué es esta cosa horrible que tienes puesto? ― Fue algo limpio que encontré secándose en un cordel. No tenía ningún deseo de congelarme todo el camino aquí. Aún sigue siendo invierno, ya sabes. Tal vez debería haber despertado en verano, ― reflexionó Jasmine. ― No. Yo nunca habría podido soportar perderte otros tres meses, ― declaró Damien. Jasmine se burlaba de eso. Sin duda él la había echado de menos, pero estaba tan seguro de que no había estado suspirando por la pérdida de ella cada momento, cada día por las últimas cuatro décadas, mientras ella dormía. Pero Damien tenía un don para lo dramático y para la adulación, y le gustaba hacer que los que le importaban se sintiesen especiales en todo momento. ― Vamos a encontrar un vestido adecuado, amor, ― dijo.

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― ¿Un vestido? ¿Debo yo?, ― se quejó ella. ― Bueno, estoy seguro de que podemos encontrar algún jubón1 y calzas. Independientemente de lo que elijas, nuestro sastre es excelente, se mantiene bien informado de la moda, y utiliza los materiales más exquisitos que puedas encontrar. Ven conmigo y podrás elegir. Jasmine rápidamente comenzó a seguirlo, ansiosa de sedas bonitas con que vestirte. Así que todavía estamos en guerra con los demonios, eso he escuchado. Damien suspiró. ― Sí, ― admitió. ― Es tan aburrido, lo sé. Pero ahora que hemos estado en ello tanto tiempo, estoy más bien bastante perdido en cuanto a cómo debemos detenerlo. ― Bueno, estoy segura de que encontrarás una manera. Prefiero no tener demonios tratando de molestarme a donde quiera que vaya. Aunque, pensó, algunas molestias son mejores que otras. Jasmine se contuvo no sólo en el pensamiento, sino también en una memoria corporal, de hecho caliente, de su encuentro con el demonio del agua. Adam.

***! Noah estaba completamente desconcertado. Había conocido a Adam toda su vida. No sólo eran los mejores amigos, sino que Gideon, que era Siddah del Rey Demonio, lo era también de Adam y Noah siendo sólo cuarenta años más joven que Adam, habían sido criados casi como hermanos, cuando Noah había llegado a ser promovido. Por lo tanto, Adam había sido siempre menos como un primo y más como un hermano mayor de Noah. Y a pesar de que estaba mucho más allá de la edad de necesitar orientación, Noah utilizó esta dinámica. Adam fue siempre el que impartía su versión de la sabiduría, controlando todas las situaciones y algunas de su moralidad, mientras que Noah tendía a ser impulsivo y temperamental. Cuando el rey titubeaba, a menudo recurría al Enfoncer para rescatarlo y orientarlo. Pero esta noche... Noah vio con sincera fascinación que Adam se paseaba por un circuito duro a través del piso abierto de la sala principal de su castillo. El demonio de agua mantuvo ambas manos a la altura de su cinturón de armas, alternativamente, apretando en la vaina de la daga vacía a la derecha o la empuñadura de la pala a su izquierda. Sus botas chasquearon con furia contra el suelo de piedra mientras se paseaba una y otra vez, respirando con furia fuerte que resonaba por toda la habitación por lo demás silenciosa.

Jubón: Especie de camisa que cubría desde los hombros hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo 1

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― Está bien educado pequeño... ― estalló Adam en un rugido de indignación frustrado, dando vueltas para hacer frente a su compañero perplejo. ― ¡No creas cuando alguien trata de decirles, que las mujeres son el sexo débil! Ah. Claridad, por fin, pensó Noah con una sonrisa interior. Nunca hubiera esperado que fuera una mujer quien rizaría la calma total de Adam. Había algunos que pensaban que el Enfoncer carecía de toda emoción, pero los pocos que estaban cerca de él sabían que Adam enterraba sus sentimientos muy por debajo de la moral, el honor y el deber. Noah comprendió que el enfoque aparentemente insensible de Adam para el asunto de su vida era a veces todo lo que permitía cometer actos de castigo contra aquellos con los que vio y socializó todos los días. Aquellos que respetaba en secreto. Acercarse emocionalmente a alguien quería decir que corría el riesgo de poner una espada en su propio corazón en caso de ser forzado a una batalla con ellos en nombre de sus funciones como Enfoncer. Noah se había convertido en una de las dos excepciones fuera de la familia inmediata de Adam. Elijah, el guerrero, era el otro. El Rey tomó muy en serio este privilegio, por lo que a pesar de su diversión, se dio cuenta de que Adam estaba realmente preocupado. ― ¿Me imagino que tú tienes a una mujer en mente? ― preguntó. ― ¡Sí! ¡No! ― se respondió Adam a sí mismo con rapidez a partir de un instinto de conservación. ― No importa. Ellas se esfuerzan por dejarnos perplejos y nos impulsan a la base y a conductas ridículas, ya sean madres, hermanas o amantes. ¡Incluso una desconocida! ¡Una mujer puede tener el poder de engañar y confundir a un hombre hasta que no distinga el bien y el mal! Cuidado, Noah, ― advirtió a su amigo, señalando con el dedo amenazador hacia él, ― porque esto es lo que lleva a muchos de nuestros hombres por mal camino. ― Ya veo. ― Noah no pudo resistir la tentación. ― Entonces, ¿Qué es lo que lleva a nuestras mujeres por mal camino? ¿Quieres decir que son ellas? ― ¡Sí! ¡No! ― gruñó Adam explosivamente. ― ¡Maldita sea tres veces y deja que el destino se ría de mí, no lo sé! ― Adam, ― dijo Noah en voz baja, realmente preocupado ahora, cuando se puso de pie para frenar los movimientos furiosos de su perturbado amigo, ― tranquilo, mi amigo, ― lo tranquilizó cuidadosamente. ― Recuerda, no es la tentación lo que nos hace mal, sino ceder a ella. Se lo que sea que haya sucedido, claramente resististe que fuese lanzado en tu camino. Tú no estarías aquí confesándote de otra manera. ― Sí, eso hice, ― estuvo de acuerdo Adam, finalmente, tomó una respiración profunda, centrado. ― Pero nunca he estado tan cerca de cruzar la línea antes, Noah. Nunca he comprendido cómo lo consume todo... lo difícil que es para nosotros retirarnos de nuestros más bajos… no importa que tan mal dirigidos puedan ser. ― No puedo decir que entienda del todo, aunque he sentido más de mi parte esas ansias de carne y apaciguamiento. Pero nunca lo he anhelado fuera de mi raza y, si el destino quiere, no lo haré. Yo más bien debería morir una muerte horrible antes que encontrarme saciando mi deseo en una mujer que no es demonio. ― No tengas miedo, ― le aseguró a Adam. ― Mientras yo esté vivo, nunca te permitiré llegar tan lejos. ― En lo referente, te tengo fe completa, ― reconoció Noah. ― Sin embargo, me doy cuenta también de que te ves obligado en tu propia línea de defensa. ¿A quién tienes que te lleva al abismo de la locura mientras ayudas a tantos de nosotros?

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― Mi padre. O tal vez Jacob. Tal vez incluso tú podrías sentir mi perturbación, si fueras consciente de que debes estar en guardia por eso. ― Adam tomó una respiración profunda mientras se recompuso. ― Y ahora te haces consciente, primo. Pero puedes estar seguro de que la amenaza ha pasado, y, por suerte, es poco probable que vuelva. Mis deberes para el día de Samhain comienzan a presionar sobre mí y ya puedo sentir que estaré muy ocupado las próximas noches. ― El Enfoncer se volvió hacia su amigo y se estrecharon los brazos con fuerza. ― Tengo que darte las gracias. Había tenido la intención de que esto se tratase de una muy diferente visita. Sin embargo, tu apoyo ha sido invaluable para mí. ― Es bueno ser capaz de dar una guía para un cambio, amigo. Tal vez significa que hay esperanza para mi madurez todavía. ― Lo dudo mucho. ― Adam se rió entre dientes. ― Te veré en el festival. Mi madre no quiere oír hablar nada de tu ausencia. ― Voy a estar allí.

***! Jasmine entró en la propiedad de Damien con un paso lento y reflexivo. La fortaleza de Rumania, donde se centraba el gobierno vampiro que estaba hecha de piedra y mortero elaborado con esmero, se elevaba muy por encima del exquisito árido de la montaña rodeándola, y se cernía sobre cualquier persona que pudiera poner los ojos en eso. Aunque pocos los vampiros que la vieron, no se dejaron intimidar fácilmente. Estaba en medio del territorio de Damien, muy lejos de cualquiera olor de los asentamientos humanos en la zona. Por suerte, los seres humanos eran muy supersticiosos y se asustaban con mucha facilidad. No tenían ningún deseo de explorar en un área que les daba escalofríos de pavor. Mientras avanzaba por el patio abierto, bajo el rastrillo macizo que lo protegía, comenzó a encontrar los sirvientes Vampiros apresurados por su trabajo manteniendo la casa de Damien. Se preguntó quiénes eran en estos días los que seguían a Damien. Siempre había un séquito de buscadores del placer, en busca de diversión y emoción, corriendo tras él. Ella apenas había logrado regresar al interior del edificio actual antes de que fuera arrancada de sus pies y se volvió seriamente sobre nada menos que Damien mismo. Ojos de color azul noche bailando y hombros fuertes repletos de los músculos ahora la sujetaban alto en el aire; el príncipe vampiro se rió de ella en placer puro. ― ¡No puedo expresarte lo feliz que estoy de que hayas vuelto! ― dijo con alivio y regañando a todos a la vez, y ella le acarició los dedos cálidos con simpatía a través de su pelo. ― Lo siento. Supongo que mi melancolía se apoderó de mí en ese momento. Simplemente quería nada más que ir a tierra y dormir. Damien asintió con la cabeza, dejándola deslizarse por su cuerpo grande y cayendo de espaldas sobre sus pies. Él la miró con una severa valoración de ojos.

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― Te ves mucho mejor ahora. Bien vestida. En cierto modo. ― Damien miró el vestido hermoso de gala que llevaba, aunque sin rollos, collar, o miriñaque2. El sastre no dudó a la hora de coser y pegar aquí y allá para dar cabida a su manera poco convencional de usar el vestido. ― Yo altamente esperaba que usases vestimenta masculina. ― ¡Es tan voluminoso y enjoyada como la vestimenta de una dama! La moda no ha cambiado mucho. Te prometo que tendré trajes de algunas señoras propios por lo que puede llevarlos fuera en público. ¿Pero debo vestir a la moda inglesa o italiana? ¿Qué de la francesa? ― Tal vez puedes seguir el camino de los holandeses. Ninguna joya pesada. Ella soltó un bufido. ― Yo haría una pésima puritana. Supongo que voy a encontrar mi camino. Sólo necesito algo de tiempo para poner los pies sobre el suelo en lugar de debajo de ellos. ― Voy a tener una chica asignada ti. ¿O necesitas dos? ― Una debería ser un buen comienzo. Ella puede encontrar ayuda si la necesita. ― He enviado a alguien por tus cosas de almacenamiento, y las pondrán en las habitaciones al lado mío, ― le informó Damien. ― Hmm. Muy bien. ¿Hay algo más que debería saber sobre el mundo en general? ¿Al igual que el hecho de que los demonios quieren matarnos? ― Exageras las cosas, realmente. Es más un... juego. Jugamos ojo por ojo. No es como si cualquiera de nosotros está organizando grandes ataques con nuestros ejércitos. ― Hmm. Eso explicaría por qué el demonio no me mató, ― ella musitó. ― ¿Qué demonio? ― Me encontré con uno en el bosque. No era molesto, ― dijo, agitando el asunto fuera. Bueno, no, a menos que contase la forma en que el recuerdo de su íntimo lavado sobre su cuerpo desnudo le había molestado. De hecho, le había hecho desear cosas. Cosas que estaban prohibidas en ambos lados de sus culturas. Y era claro en su disgusto por su raza que había hecho todo lo posible contra su voluntad, o mejor juicio. ― ¿Qué noche es esta?, ― preguntó. ― Es víspera de Beltane. Estás justo a tiempo para las celebraciones del día de mañana. ¡Contigo aquí será un festival tremendo! ― Él la abrazó hasta que ella pensó que sus costillas se romperían. Estaba empezando a tener la sensación de que realmente la había echado de menos. ― ¿Cuánto tiempo he estado fuera, exactamente? ― le preguntó ella. ― Oh, yo diría que unos cuarenta años. Me dejaste poco tiempo después que visitáramos a la reina Isabel. ― Después de que Dawn fuera asesinado en un campo de batalla francés, ― admitió. ― ¿Cómo que la pequeña reina pecosa tuvo éxito, de todos modos? ― Demasiado, en verdad. Todavía está viva, por lo último que oí. Nunca se casó, nunca produjo un heredero, y realmente no le importaba lo que pensaran los demás de ella. Veo un poco de ti en ella, aunque has dicho que nunca te gustó. ― Hmm. Tal vez podría haber sido precipitada en mis juicios, ― musitó con una sonrisa. ― No habría pensado que ella tenía eso dentro para pasar sin un hombre, la forma en que Miriñaque: Prenda interior femenina de tela rígida o muy almidonada armada con aros, que daba vuelo a las faldas. 2

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siempre estaba bailando en tu presencia. Así que muchos piensan que el sexo es el principio y el final de todo progreso y rendimiento. ― En verdad, ― dijo él con alegría en sus ojos azul oscuro, ― creo que las mujeres son el principio y final de la mayoría de las especies. Ustedes son las que deben trabajar sus mentes, cuerpos y almas más duro con el fin de seguir en el camino. ― Esa idea progresista, ― lo alabó. ― Y sin embargo, estas en guerra contra los demonios. Bastante peligroso. Damien se encogió de hombros. ― Me gusta el peligro, ― dijo predecible. ― ¿Y qué es de ti?, ― preguntó. ― ¿Tienes una mujer? ¿Hijos acaso? Ella no se sorprendió cuando él negó con la cabeza. Damien no tenía interés en enredos románticos. Tampoco la idea de un hogar, casa y atractivo familiar, no le importaba en lo más mínimo. Al igual que a la reina Isabel, que probablemente iba a morir sola y libre de ese tipo de complicaciones. Y era previsible de Damien en asuntos como estos que le hacían tan encantador para estar en su compañía. Jasmine sonrió ante la idea y se abrazó contra su cuerpo. ― Así que seremos sólo tú y yo, dos solteros solitarios y contentos, caminando por los siglos juntos, ― dijo ella alegremente. ― Siempre, ― le aseguró. ― Siempre que te las arregles para permanecer sobre el suelo con el resto de nosotros. ― Voy a hacer mi mejor esfuerzo, ― se lo prometió.

***! Adam caminó a través de las carretas bien agrupadas y las tiendas que los gitanos habían levantado en tierras de su padre la noche anterior. En honor a la festividad de Beltane, estandartes de vivos colores se habían dispuesto para volar. Estos peregrinos fueron etiquetados a menudo como ladrones y prostitutas, carteristas y delincuentes, pero Adam nunca estuvo de acuerdo con esa evaluación duramente crítica. Ya que los demonios habían comenzado a verse obligados a emular a la cultura más humana y más larga de los siglos con el fin de evitar destacarse y atraer atención no deseada, podían apreciar cuán restrictiva, estrecha de mente podría ser. Sin embargo, hubiera sido prudente que el Rey Demonio mantuviese un perfil bajo cuando los seres humanos comenzaron a poblar la tierra en gran medida. Todo lo que tenía que hacer era ver cómo los Licántropos más evidentes y, peor aún, los vampiros habían hecho blanco de sí mismos y fueron perseguidos ahora por los fanáticos humanos supersticiosos. Tan poderosos como la raza Nightwalkers, tenían debilidades que los pueblos a las horas de luz solar podrían explotar, causando un gran daño e incluso la muerte. Los gitanos eran tal vez las cosas más cercanas a los seres humanos que eran conscientes de la naturaleza verdadera de lo que la familia de Adam era realmente. Mientras que para la mayoría de sus parientes de afuera parecía sólo otra familia noble y acomodada, los gitanos tenían sus maneras de ver más allá de esa fachada. Ellos, también, vivían sobre todo en la

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noche, y con sus propios misterios y percepciones místicas del futuro, estaban destinados tal vez a algún día ser los primeros humanos que se ganasen la etiqueta de Nightwalkers por sí mismos. Adam estaba interesado en el estilo de vida de los gitanos nómadas. Siempre le sorprendía lo mucho que las cosas cambiaban de clan a clan, y año tras año. A veces, vio la misma cara todos los días festivos por año, en otras ocasiones no reconoció a uno sólo de Samhain a Beltane. Él había estado muy ocupado desde que dejó a Noah, persiguiendo a unos Demonios que se desviaron un poco con necesidad de la ejecución, por lo que estaba listo para disfrutar de un poco de tiempo para pasear por su cuenta durante algún rato. Los gitanos eran la distracción que necesitaba para sacar de su mente... A mujeres inquietantes. El encuentro aún se aferraba a él, como la niebla baja y la humedad en el suelo. La forma de la pequeña y sensual mujer vampiro parecía grabada a fuego en su mente como el sol quemando los ojos de un hombre después que la hubiese mirado durante mucho tiempo. Necesitaba una distracción sana, aunque no podía imaginar por qué la caza no había sido suficiente para resolver el problema. Por lo general, el enfoque que dedicaba a su oficio era lo que consumía todo y quemaba todas las minucias de la vida. Había estado frustrado al descubrir que no era el caso en esta instancia. Esos oscuros, malditos ojos habían seguido en sus pensamientos con terquedad sin fin. Adam volvió su atención a su entorno inmediato, una vez más. Las tiendas estaban abiertas, los incendios eran cálidos y acogedores, y casi en todas partes había mujeres jóvenes que estaban vestidas alegremente, cantando y bailando. Los adivinos eran establecidos en áreas en las que podían leer las runas, el tarot, la adivinación u otros dispositivos para el que pagara unas pocas monedas a cambio. Los hombres estaban en los juegos de azar o la venta ambulante, los niños corriendo locamente, como si no existiera un cuidado o peligro que se encontrase en todo el mundo. Era un ambiente alegre y exótico, que de verdad le encantaba. Cuando se alejó del campamento hacia el bosque, Adam sintió que sus sentidos despejaron el desorden de los estímulos proporcionados a los gitanos. Comenzó a acomodarse en un lugar tranquilo dentro de sí mismo. El chasquido suave de una ramita vino de arriba, y él alzó la vista. De repente podía sentir la presencia de otro ser. Sólo el contenido de agua en la sangre fue suficiente para atraer su atención, pero fue la repentina aparición de un rostro pálido y hermoso en medio de una nube de cabellos de ébano que realmente se apoderó de él. Llevaba ropa de esta época. En cierto modo. Se aferraba a su figura femenina en la mayoría de lugares, o fluía en cortinas descuidadas, lejos de ella en otros. Los rasos y terciopelos ricos eran color arena y una color dorado, con énfasis en la Belleza morena de sus ojos, y estaba claro que ella no tenía ningún interés en usar su ropa de una forma completa y convencional. Pero se ató en un corsé, que acogedoramente acentuaba el impulso de sus pechos sobre un escote curvo. ― Vampiro, ― gruñó fuera, la aspereza de su tono para asegurarse de que ella supiera que no era un saludo y que no era bienvenida. Todavía estaba avergonzado de sí mismo por la forma en que había perdido el control con ella, todavía podía recordar la divinidad de su piel y cómo se había sentido cuando él se había movido sobre ella en una carrera fluida. Sólo el recuerdo estimuló su mente y cuerpo, despertando su interés y avivando su libido. Él no quería sentirse atraído por ella de esta manera, pero no cambia el hecho de que él lo estaba. No importaba cómo de ofensiva era la idea de tomar a una mujer fuera de su especie, tenía un poder sobre esta parte de él que era difícil de controlar y combatir. Era como si pudiese sentir la Luna Beltane quemar en su espalda como un sol pleno y glorioso. Eso lo estaba

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envenenando, haciéndole pensar y sentir de manera que él debería encontrar ofensiva y desagradable. El vampiro saltó de la rama gruesa en la que había estado durmiendo y cayó a sus pies, justo en frente de él. Ella se levantó en toda su estatura, su postura acentuada por la tela brillante que llevaba, sus pesadas faldas girando en su lugar contra sus caderas y sus piernas. Parecía un regalo ricamente envuelto. La reacción del reflejo de Adam fue coger el puñal en la cintura, pero no fue hasta que su mano no encontró nada que recordó que lo había perdido la última vez que se había encontrado con ella. ― ¿Buscando esto? ― Ella sujeto el arma intrincadamente hecha, girando con pericia contra su palma antes de cogerla y agitándolo delante de sus narices. ― Estoy tentada a guardarla como un regalo, ― dijo ella, su sonrisa astuta, ― una especie de comercio justo. Te tomaste libertades conmigo, y puedo tomarme libertades con esto. Adam fue la piedra en silencio mientras ella se mofaba de él con su daga. Se puso tenso de pies a cabeza cuando se intensificó aún más cerca de él. Tan cerca que podía sentir el calor que irradiaba de ella. Debía haberse alimentado hace poco para sentirse tan cálida. Trató de usar ese conocimiento para endurecer su voluntad en contra de ella, pero era difícil cuando se podía oler la riqueza de la tierra y el bosque en cada centímetro limpio suyo. Olía como una mujer debía, con la complejidad de todo su sexo flotando allí, a los sentidos para recogerlos. ― Corres riesgos, ― dijo ásperamente, ― viniendo entre mi gente. Serás percibida como una amenaza, y te van a matar por cometer este pecado. ― Sabía que aun cuando le decía esas palabras, se entiende más como una advertencia que una amenaza. Estiró la mano para enganchar el agarre de su mano la que se envolvió alrededor de su daga. ― Tú me matarías, ¿Por qué voy a devolverte tu propiedad?, ― preguntó con malicia, negándose a abrir su mano o ceder el arma. ― No quise decir eso ― admitió más o menos. ― Bien. ― Su sonrisa era maliciosa y sus ojos sofocantes mientras ella se acercaba con la mano libre para agarrar la vaina vacía en su cinturón. Soltó su mano, cuando ella volvió la daga hacia su cuerpo. Debería haber sido la última cosa que hizo. ¿Por qué permitió alguna vez a un vampiro armado se acercarse tan mortalmente a su vientre vulnerable? Pero no veía ninguna intención de vicio en esos ojos oscuros y problemáticos. Lo único que vio fue su deseo de burla, y se burlaba de él. Él sintió un fuerte tirón en la cintura de sus armas, y ella finalmente volvió la daga y se la metió lentamente en la vaina. Empujó con fuerza y firme, la acción de poder juntar, pecho a pecho. Ella estaba justo debajo de su nariz ahora. Podía sentir la sensualidad rodando fuera en oleadas interesantes. Incluso echó la cabeza hacia atrás y levantó la boca para aspirar un soplo de él. Al igual que las inundaciones él se sintió lleno de calor, la sangre corriendo, tensando su cuerpo en reacción a su encanto. Adam quería maldecirla por ello, maldecirse a sí mismo, pero estaba demasiado ocupado siendo cautivado por la manera sugestiva con la que miraba su boca. Todo en ella estaba pidiendo un beso, y todo acerca de él quería dárselo. Quería olvidar quién era él y quien era ella y simplemente disfrutar de la química que quemaba con tanto ardor entre ellos. Pero lo cierto es que ella era un vampiro, y los vampiros no eran de fiar. Por otra parte, darle un beso sería romper la ley. También tuvo que considerar que ella se estaba burlando de él, simplemente divirtiéndose a su costa.

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― Me has regresado mi arma, ― dijo― Ahora deberías irte antes que seas descubierta o antes que cambie de opinión y te mate yo mismo. La idea la hizo sonreír, un proceso lento de sus labios curvándose en un lado. ― ¿Tú tratas de embestir tu daga muy dentro de mí, demonio? ― preguntó. No había duda de su sugerencia. No había duda ya que su corazón empezó a correr con la misma idea de eso, el calor en su abdomen se hundió bajo y duro en su interior. ― Ojalá que se tratara de un mundo diferente, ― la oyó murmurar, sumergiendo la cabeza sin poder hacer nada para rozar sus labios sobre los de ella. ¡Tal magnetismo! ¡Nunca había sentido nada igual! Era eléctrico cuando irrumpió a través de sus sentidos. Simplemente no podía comprender cómo podía sentir tanto la necesidad de una criatura tan pero tan diferente de sí mismo. ― Pero no lo es, ― señaló, alejándose de ella. Dio un paso atrás, despegándose además de su pequeño cuerpo pegajoso. Esto la hizo reír, los ojos bailando con su alegría. ― Dejemos a un demonio formal y elitista burlarse de una atracción indignante, ― se burlaba ella de él. ― ¿Y si te dijera que sí? ¿Si dejo mis instintos sueltos sobre tu persona y tomo lo físico hasta dónde podría hacerlo? ― Él sopló una bocanada de aire como un toro cada vez más irritable. ― Tú no me detendrías. Jugar una burla es una cosa, pero ensuciarse con el enemigo sería otra muy distinta para ti. ― Maldita sea. ― Ella hizo un mohín, sus cálidos ojos llenos de malicia. ― Me has descubierto. ― Ella se retiró, y con un simple estiramiento de sus brazos, levitó fuera de la tierra y lentamente empezó a subir a una distancia en el aire. ― ¿Hasta la próxima, entonces? ― ¿Quién eres? ― exigió de repente, sin saber por qué le debería importar. ― Te dejaré resolver eso. Tal vez tú y yo nos reunamos de nuevo en un mundo muy diferente del que este es ahora, ¿Eh? ¿No sería interesante? Con esa especulación, ella salió volando, por encima de las copas de los árboles, huyendo a toda velocidad hacia su territorio. Sintiéndose un poco desorientado, Adam cerró un puño alrededor de la daga enjoyada que ella había decidido devolver. Se preguntó por qué se molestaría en ir tan lejos de su camino. Pero, de nuevo, él había sido una distracción enorme para ella también. Maldita sea. Ella había jugado contra él como un instrumento torpe en manos de un músico experto. Había venido expresamente con el propósito de perturbar su equilibrio. Y había tenido éxito. La mocosa. Bueno, que no pensase que podría volver a jugar con él otra vez, porque la próxima vez él establecería su derecho. De todos modos, se encontró con que estaba sonriendo mientras hacía el camino de regreso a las tierras de sus padres.

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***! ― Eres algo así como un culo, ― decretó Jacob cuando se dejó caer con fuerza en la tierra, su cuerpo explotó separado y se convirtió en una parte del polvo que estaba cayendo. La nube de polvo rápidamente se reformó, torcido en una columna de seis pies, y en un abrir y cerrar a presión en la forma habitual de Jacob y sus características. Él hizo alarde de sacudirse el polvo, con sorpresa afectada cuando no existía polvo que ser encontrado. Hizo una búsqueda diligente de sí mismo por puntos, pero nunca habría ninguno. El Demonio de la Tierra sonrió a su hermano. ― Y me siento honrado que sientas la necesidad de emular a tu hermano mayor, ― devolvió el disparo Adam. Él se lanzó a Jacob, su cuerpo empujando en una corriente de agua a presión que lanzó con fuerza contra su hermano, empapándolo bien mientras tomaba a Jacob directo de sus pies, una vez más, y lo tumbaba en el suelo. ― Hijo… ― balbuceó Jacob mientras se abría paso para recuperarse verticalmente. ― No te atrevas a menospreciar a nuestra madre, Jake, ― le advirtió Adam cuando se acercó para estar cerca de su hermano. ― No voy a dudar en decirle a ella y a padre lo que has dicho. La respuesta de Jacob fue enviar a un puño de piedra caliza a la cara de su hermano. La roca gruesa golpeó duramente y agarró a Adam con la guardia baja. Su cabeza zumbó y con su cara ardiendo por la picadura del golpe, se tambaleó hacia atrás. ― Maldita sea, esa era una oportunidad justa, ― alabó a su hermano. Jacob estaba cada vez más y más creativo cuando se enfrentaban. Si hubiera dos elementos en el planeta que hacían una pelea difícil, Adam imaginó la Tierra y el Agua serían esos. Fuego y el Agua podría parecer la más directamente opuesta, pero la naturaleza de su capacidad de cancelar unos a otros, hecho para una pelea extrañamente simplista. Él debería saber, que había discutido con Noah muchas veces. El Rey Demonio fuego estaba muy cerca de él en edad y por lo que eran bastante similares en su fuerza y madurez de sus facultades. No tiene mucho sentido, creciendo como lo habían hecho juntos, se han formado sobre la mejor manera de derrotar al otro, la mejor manera de derrotar el elemento opuesto en caso de que tenga que enfrentarse abajo. Pero aún así era muy sencillo en su manera. La lucha contra Jacob era algo completamente diferente, y mucho más creativos. A su madre le gustaba bromear que los dos juntos hicieron por un plato de barro, y que había visto hacer lo suficiente para saber la verdad. Pero su hermano menor había desarrollado su poder a una edad excepcionalmente temprana. Había sido promovido de forma muy joven a causa de eso. Por suerte, era el padre de Noah y su madre que había sido su Siddah. Los tres muchachos nunca habían estado demasiado lejos, porque las tierras de los padres de Noah estaban al lado de Adam y de Jacob, y ellos habían formado una especie de potente tríada, tres de los elementos más poderosos en su forma masculina, cada uno desafiando constantemente al otro a mayores alturas. Jacob había aprendido muy bien. Es por eso que, a pesar del dolor opresivo en la mandíbula, Adam escupió sangre y sonrió a su hermano pequeño. ― Ahora, eso fue un golpe bueno, ― lo elogió.

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― Usé eso en un vampiro la semana pasada. Sólo que no tiré el ataque como lo acabo de hacer, ― tuvo que añadir con aire de suficiencia. Adam lo dejó pasar y le dio a Jacob un movimiento de cabeza. ― Te creo, Jake. Podrías haberte llevado mi cabeza en este momento. Un día podrías ser un excelente Enfoncer. Eso hizo que Jacob fuese hacia atrás, su lenguaje corporal rápidamente poniéndose a la defensiva. ― Nunca seré Enfoncer, ― juró él bruscamente. ― Vas a pasar el mando a tus herederos. Voy a estar contento de cazar vampiros por generosidad. ― La guerra está perdiendo poder, ― señaló a Adam. ― Creo que es obvio que Damien se acerca a su fin muy pronto, y ya sabes que Noah opta por la paz, cuando sea posible. No habrá vampiros para cazar. Entonces, ¿qué vas a hacer? Ven ahora, debes enfrentar los hechos. Hemos visto a muchos de nuestros antepasados morir en este trabajo por no entender que tal vez nunca vivirán para ver a los herederos que estás anticipando. ― Me niego a hablar de ello, Adam. ¿Quieres hablar de tu muerte alegremente? Yo me opongo rotundamente. ― Era raro para Jacob mostrar la ira verdadera, pero lo estaba mostrando ahora, sus ojos oscuros en llamas con furia creciente. ― David fue Enfoncer apenas un cuarto de siglo antes de ser asesinado, ― le recordó Jacob a Adam con suavidad. Su tío y antecesor de Adam había sido asesinado en el cumplimiento de su deber. Se había visto obligado a matar al Demonio de Fuego que estaba ejecutando, y había muerto en el proceso de la batalla. Normalmente el papel de Enfoncer habría sido pasado de hermano a hermano o de padre a heredero, pero David no había tenido hijos, y su tío Ariel ya había dimitido de la función de Enfoncer de acuerdo a la ley del demonio y a la tradición, cuando se había visto Imprimado de su compañera, Sarah. Aser, el padre de Adam y Jacob, no era adecuado para el papel de un luchador. Era demasiado erudito, después de haber pasado toda de su vida persiguiendo el conocimiento y sabía sólo lo suficiente de la lucha con tácticas para defenderse si fuera necesario. Pero Adam era un guerrero nato, y el rasgo era fuerte en la aplicación de su constitución. Era fuerte en Jacob, también. Si deseaba abordar el tema o no, Jacob era la opción más lógica para asumir el cargo de Adam si algo ocurriese con el presente Enfoncer. Adam no estaba tratando de molestar a su hermano, y normalmente no habría llevado un tema como este a él así, pero por la forma en que se había comportado en torno a la burla de ese vampiro ayer por la tarde, sentía que era importante hacer consciente a Jacob de ciertas responsabilidades que pudiesen caer sobre él. ― Tú sabes que tengo un gran respeto y amor por ti, ¿No? ― le preguntó Adam en voz baja. ― No hay nadie en el mundo a quien yo sea más cerca. ― Noah, ― dijo Jacob con un resoplido que estaba tratando demasiado duro para ser lo contrario. ― Incluso por encima de Noah, Jake. Somos hermanos. Hemos pasado gran parte de nuestras vidas juntos. ― Tú y Noah han pasado más, ― se sentía obligado a señalarlo. Era cierto. Noah y Adam ya habían sido buenos amigos para el momento en que Jacob llegó. ― ¿De verdad crees que importa? ¿Te parece realmente que tengo a alguien por encima de mi hermano en mi corazón?

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Al parecer, Jacob se lo había preguntado. Adam podía ver el momento de cuestionar la vulnerabilidad ante los ojos de su hermano. Hubo reconocimiento y placer por la iluminación de honor en el rostro de Jacob por el breve momento en que se permitió mostrarla. Fue seguido de inmediato por una mirada astuta de sospecha. El hermano mayor entendió. Jacob sabía que él no expresaba el afecto con frecuencia o fácilmente. Sólo era probar su punto, sin embargo, estaba mucho más cerca que Jacob se diese cuenta. ― ¿Qué tienes? ― le preguntó Jacob. Y Adam ya no quería seguir en el tema. Era mejor que no admitiera debilidades a su hermano ni a nadie. Noah era de hecho la excepción, pero eso era porque él era el rey y era deber de Adam reportar cualquier defecto en sí mismo que pudiese afectar a su rendimiento. O eso era lo que rápidamente se dijo. ― Nada, ― dijo Adam a Jacob con una media sonrisa. ― Supongo que el golpe que me diste sacudió libremente algún sentimentalismo. No te acostumbres a eso. Jacob se rió de él, el sonido seguía siendo un poco inseguro, pero Adam se apartó de todo para darle una buena bofetada en la mejilla indefensa. Eso inmediatamente despertó la naturaleza competitiva de Jacob de nuevo, y antes de darse cuenta, ambos hombres volvieron a la luchar en la tierra.

***! Para mantener la promesa a su madre, apaciguarla y evitar todo su temperamento en una maniobra, Adam había invitado a Hannah, la hermana mayor de Noah, como su escolta a las festividades de Beltane. Estaba ella en realidad gustosamente manteniendo a su madre ocupada en una distante tienda de campaña en el campamento gitano, donde una joven de edad indeterminada vendía hermosa joyería hecha a mano. Para ser honesto, a Adam verdaderamente le agradaba Hannah. Tal vez porque era más como una amiga que una escolta, sino también porque ella no se dejó intimidar por su papel intimidante de Enfoncer, como todos los demás lo estaban. Por supuesto, todavía tenía sus temores respetuosos, donde él estaba preocupado y probablemente siempre lo haría. Era de esperar, teniendo en cuenta cómo su posición y reputación se habían recibido en su sociedad. Hacía tiempo que se había resignado a la comprensión de que nunca encontraría una mujer que no siempre estuviese un poco asustada de él. Mujer demonio, aclaró en su cabeza cuando la imagen de sensuales ojos marrones y la risa sin miedo llenaron su mente. Tal vez eso era parte de su encanto, reflexionó Adam. Había sido tan valiente. Ella había estado... en condiciones de igualdad. Adam se encogió de hombros y alejó de sus pensamientos a los vampiros y se centró de nuevo en su escolta de la noche. Principalmente, la joven mujer Demonio de Fuego sabía lo que él hacía y no quería esperar por él. Tenían buenos momentos juntos, le gustaba el humor que venía con su elemento infame, así como igual sus pasiones volátiles. Sin embargo, ambos sabían que iban a sentar cabeza y tendrían un compromiso firme con la familia un día. Tal vez algún día muy pronto. Para todos sus caminos estridentes, Hannah era doméstica en el fondo. Casa y hogar y un niño de pecho era lo que quería la mayoría.

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Adam no estaba ni cerca de querer nada por el estilo, y Hannah era muy consciente de eso. Pero hasta que llegase el momento de separarse para ellos y buscar su futuro por separado, pasaron el presente manteniendo cada uno la compañía del otro. Especialmente en situaciones como ésta, donde Hannah ocupaba y satisfacía a su madre por lo que era capaz de manejar otras cosas. Hannah lo miró en medio de su conversación y le mandó una sonrisa socarrona, de mujer que le dijo que esperaba un pago por ser una compañera complaciente. Adam se rió en voz baja, dibujando unas pocas miradas apreciativas de dos jóvenes gitanas que estaban sentadas en la hierba oscura con sus pies descalzos y las pantorrillas cruzadas ocasionalmente antes que ellos. Ellas inclinaron sus cabezas e hicieron una demostración de susurrar mientras descaradamente lo apreciaban. Es curioso cómo sus miradas oscuras y sensuales a sabiendas de que no lo tocarían en absoluto, y sin embargo... Enfadado consigo mismo por una vez más obsesionarse con el vampiro, Adam se alejó del bullicio de la fiesta y los gitanos por un momento, entrando en las profundidades de un bosque cercano. Necesitaba un momento de paz para poder llegar y poner a prueba sus sentidos para cualquier problema entre los demonios. Aunque no era tan exigente como Samhain, Beltane era aún duro en la psique del demonio, la pleno Consagración de la luna debía presionar en sus mentes con fuerza de persuasión, pidiéndoles que dejaran que sus pasiones se soltasen en el desenfreno. El Enfoncer podía detectar a las personas que se fueron debilitando, que fueron cediendo a esas fuerzas. Había nacido con esa capacidad como parte de su diseño, y otros le debían dar caza a los deslices sin control. Aquellos que pudiesen poner en peligro vidas inocentes. Pero mientras estaba allí parado en la silenciosa oscuridad, no escuchó ninguna advertencia, no sentía la tensión de cualquier demonio que hubiese por ahí. El Enfoncer podía estar tranquilo sabiendo que no había nada que hacer, sino disfrutar de la fiesta de Beltane con su familia. Cuando Adam salió del bosque y volvió a entrar en el campamento gitano, Jacob se encontró con él. ― Muy inteligente, traer a Hannah para apaciguar a Madre, ― se burlaban de él su hermano menor, moviendo la cabeza hacia la hembra demonio en cuestión. ― Por lo menos no voy a estar en el lado malo de Madre por la mañana, ― dijo Adam ausente, tratando de centrarse en el mundo que le rodeaba, tratando de alejarse de los sentidos de su propio Enfoncer y ser más el hijo y hermano. ― Madre no tiene un lado malo, sólo se entromete, ― señaló Jacob con un suspiro. ― Tú descaradamente hiciste caso omiso de su petición de llevar una acompañante. ― Adam puso la energía en la conversación. ― Te has ganado una cadena constante de conferencias esta semana. Me alegro de que tengas el tiempo para ellas. Yo, sin embargo, tengo cosas más importantes que hacer. ― Eso dices tú, ― incitó a Jacob, sus ojos oscuros intermitente como los de las jóvenes gitanas. ― Yo prefiero pensar que eres simplemente un niño bien entrenado de Madre. ― Pensar así es cómo alguien encuentra su cara besando el suelo llegando la mañana de entrenamiento. Jacob no se dejó impresionar por la amenaza, y lo demostró con un casual encogimiento de de hombros. ― Tú le diste tú palabra, ― presionó a Adam.

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― No, tú le diste mi palabra, hay una diferencia. ― Eso es hilar muy fino. ― Hannah es justo el tipo de chica que a madre le encantaría ver en la fiesta, ― dijo Jacob, cambiando el tema, al volver a burlarse de Adam. ― Es de la casa real, es inteligente, atrevida y sensata, y a madre le gusta. Creo que harías mejor en preocuparte por terminar en el altar y dejar de preocuparte por amenazarme. ― Hannah tiene mejor criterio que buscarme para una casa y hogar, ― respondió Adam, claramente indiferente. ― Somos excelentes amigos, compañeros de cama ocasionales y muy excelentes, y nada más. ― Ella busca un marido, ― pulsó Jacob, tratando de conseguir un incremento mejor de Adam. ― No muchos de nosotros están orientados en esa forma, pero Hannah lo está. ― Buscar, sí. Buscándome a mí, nunca. Es demasiado inteligente para eso. ― Él lanzó una mano impaciente a su hermano. ― Deja de molestar. Rumorea acerca de mí como una mosca durante mucho más tiempo y voy a aplastarte. ― Puedes intentarlo, ― dijo en una respuesta arrogante. Adam arruinó su amenaza con una sonrisa. Un día, la amenaza real tendría verdad tras de ella, si Adam no mantenía el mismo paso que su hermano menor. Jacob podía ganar la mano un día porque había tenido la suerte de haber nacido bajo el elemento de la Tierra. Era un elemento poderoso, el control de casi todo lo que afectaba a todo planeta. Tal vez algún día los cielos y el universo más allá pasarían a formar parte de su dominio, pero sería muy probable que pasase mucho tiempo antes que un niño naciera a un elemento de esa magnitud. Y mientras que los demonios eran mucho más avanzados en la ciencia, la cultura, y la lógica de que los seres humanos eran, reconocidamente todavía eran salvajes de otras maneras. Si hubieran estado por encima de la barbarie, no habría necesidad para la profesión de Adam. Él sabía que la mayoría de los demonios quería bastante que no hubiera tal cosa como un Enfoncer. Después de haber sido tentado por los mismos deseos prohibidos, sintió afinidad con sus hermanos profundamente. Cuando consideraba esto, Adam con mucho gusto renunciaría a su profesión si eso significaba ninguna locura más a luz de la luna o el esfuerzo en las noches sagradas. Ignorando la idea de lo imposible, se centró en castigar a su hermano problemático. ― Tienes más de dos siglos de antigüedad y se supone que eres un adulto respetado y exitoso, ― comentó a Jacob. ― ¿Por qué es que sólo actúas como uno que está fuera de nuestra casa? ― Porque si no fuera por mí, tomarías las cosas demasiado en serio. Jacob se agachó rápidamente para evitar un golpe violento de Adam. Eso fue cuando Adam vio a la joven gitana que no se quedó demasiado lejos de la parte posterior de Jacob. No estaba socializando con cualquiera de los otros. En lugar de eso se quedó atrás y envuelta en la luz de la luna, los árboles y las sombras, así como en una capa con capucha de color borgoña, material inusual y rico para una joven de su posición. Se puso de pie a pocos metros detrás de Jacob, su aliento nublando el aire. La noche a principios de la primavera fue mordaz en frío, a pesar de las hogueras de la fiesta, pero Adam fue golpeado de repente con la sensación de que no era el frío lo que le hizo sacar la tela de su manto con tanta fuerza a su alrededor. Ella parecía tener miedo.

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Extraño. Los gitanos estaban siempre muy a gusto con ellos. Incluso compartían casi las mismas creencias religiosas y en eso había demostrado ser muy abiertos y receptivos de los Demonios. Sin embargo, casi no podía culparla por su miedo cuando su naturaleza recibía censura de otros tantos. ― Jacob, ¿Si me disculpas? Tenía la extraña necesidad de investigar a esta extraña mujer joven. Como hijo mayor, era su deber mantener un ojo en todas las personas invitadas a las tierras de la familia esta noche. Su ansiedad parecía un eco particular en él, y Adam estaba muy acostumbrado a obedecer a sus instintos cuando se trataba de cosas como esta. Adam sintió a Jacob ver como se movía a su alrededor y comenzó a cruzar el frío, los pastos húmedos con el fin de acercarse a la muchacha que había despertado su interés. Vio los ojos oscuros de color indeterminado mirando por debajo de la capucha. Adam desaceleró sus pasos cuando se dio cuenta que esos ojos no se centraban en él como había pensado al principio. Ellos se fijaron únicamente en su hermano. Hizo una pausa, dirigiéndose a seguir la línea de la vista de nuevo a Jacob, no podía dejar de preguntarse por qué ella lo miraba de una manera voraz. Era muy posible que se sintiera atraída por él, Jacob era, después de otros, un heredero serio apuesto a los genes muy potentes y atractivos. Pero ella estaría decepcionada si pensaba atraer a Jacob a su cama. Los demonios formando pareja con los seres humanos era su tabú principal, después de todo. Sin embargo, con la luna llena de Beltane al acecho por encima de ellos y otros, y después de haberse enfrentado a su propio deseo caprichoso de una mujer inadecuada, Adam velaría por el bienestar de su hermano. Fue un momento feliz ver que Jacob no se había dado cuenta de la joven ni por un segundo. Por supuesto, Jacob sería el último Demonio en romper ese código particular. Su hermano prefería morir antes de deshonrarse con un acto perjudicial, por ejemplo. Los seres humanos eran demasiado frágiles, demasiado débiles. Sería como coger un gato por la cola con la intención de columpiarlo y lanzarlo a toda velocidad. Sabías que estaba mal, sabías que iba a ser doloroso y perjudicial para la pequeña criatura más vulnerable, posiblemente, incluso con resultado de muerte. Pero hacerlo de todos modos sería equivalente a la brutalidad insensible hacia una criatura inocente e indefensa. Jacob era incapaz de semejante brutalidad. Adam creyó eso con toda su alma. Por lo menos si Adam hubiera cruzado la línea y tomara sus deseos por esa pequeña vampiro, sólo tendría rotas las leyes de la pureza. La descarada pequeña Nightwalkers era más que su igual en fuerza, a pesar de su constitución femenina, y no la habría lastimado en el proceso. Mucho. La idea era totalmente perversa y terriblemente molesta distrayendo su potencial. Adam lo sacudió y trató de concentrarse en la preocupación que tenía a mano. Una joven gitana mirando a los demonios de la forma en que esta chica miraba podría ser en un problema potencial. Adam recortaría los problemas a la altura de las rodillas dándole un desánimo desapacible. El coqueteo es una cosa, pero había algo demasiado avaro en sus ojos. Fuerte como Jacob era, Adam le deseó no tener tentaciones en una noche tan volátil. ― ¿Estás disfrutando de nuestra fiesta? ― le preguntó a modo de saludo.

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La gitana volvió sus ojos sin fondo en él lentamente, con claridad indiferente, sí, mostraba interés por su hermano. A continuación, barrió una mirada implacable sobre él despacio y cuidadosamente, como si lo estuviera evaluando para todo lo que podría valer la pena. Por alguna razón, eso desconcertó a Adam. No era fácil de perturbar, pero su escrutinio lo puso en guardia inmediatamente. Los gitanos eran conocidos por incursionar en la magia y, aunque ella no olía a esa mancha vil, siempre había una posibilidad de que se tratara de alguna variable desconocida. Ella no era como los demás. Para empezar, era mucho más joven de lo que había parecido por primera vez desde la distancia. Eran sus ojos los que le habían engañado. Tenían una edad más allá de los años de su cuerpo, aprovechando el momento de unos rasgos faciales que no pertenecían allí. Esta chica, se dio cuenta, había visto un dolor terrible en su vida. Llevaba el peso del mundo sobre sus hombros delgados. Era alta para una chica humana, incluso en lo que claramente era una edad muy temprana. No era pálida o morena oscura, pero tenía un color que era un cruce entre los dos, un caramelo ligeramente caliente que parecía de alguna manera fuera de lugar con los gitanos morenos y Demonios a su alrededor. Sin embargo, los ojos del tono del color del cabello y sombras eran gitanos hasta la médula. ― ¿Tú eres el hijo mayor del señor de estas tierras? Ella habló en su idioma, pero era torpe en su lengua, su acento pesado y extraño. Lo hizo pasar por la pregunta, pero sentía que ella ya sabía la respuesta. ― Lo soy. Adam, es mi nombre. ― Adam. ― Respiró su nombre como si fuera un sacramento, y el tono le dio un escalofrío. Qué raro que ella no disimulara llamarlo “mi señor” como cualquier otra persona lo hubiera hecho. ¿Era realmente tan audaz? Ella tenía sin duda la edad suficiente para conocerlo mejor. Su comportamiento lo llevaba a creer que estaba tramando algo. Tal vez pensaba en convertirse en la amante de uno de los señores de la casa. A pesar de los rumores, las mujeres gitanas, no eran indiscriminadas a la hora de elegir a un hombre. Eran mucho más calculadoras que eso. Era algo que Adam podía respetar, en serio. No había nada malo en tratar de mejorar una posición en el mundo. Hay muchas formas de hacerlo, y el uso de un cuerpo era un camino. Teniendo en cuenta la forma en que él y Hannah se utilizaban el uno al otro por motivos ocultos, sería hipócrita pensar de otra manera. Sin embargo, la jovenzuela no podía tener un día más de dieciséis años. Eso era una gran ambición para alguien tan joven. Aunque los seres humanos tendían a empujar a sus mujeres en su sexualidad muy joven. ― ¿Te gustaría leer tu fortuna, Adam?, ― preguntó ella antes de que pudiera formular algún tipo de advertencia para disuadir a la extraña niña de perseguir a su hermano. ― No estoy interesado en sus juegos, niña, ― le dijo con firmeza. ― Ni mi hermano lo está. Miró de nuevo a Jacob, que hacía tiempo que había comenzado a cruzar el campo y se movía cada vez más lejos de ellos. ― Yo no estoy participando en un juego, Adam. Tan sólo veo cosas en tu futuro de gran importancia y pienso que te gustaría saber lo que son. Si prefieres permanecer en la ignorancia, tendré la amabilidad de aceptar tu elección.

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Adam sintió que no era tan fácil para ella como estaba tratando de hacer que pareciera. Las arrugas en su frente joven eran demasiado graves, y había algo en la rigidez de su cuerpo mientras se obligaba a marcharse dando media vuelta que desmentía sus palabras. Adam estaba confundido. E intrigado. ― Supongo que me dirás que hay una mujer en mi futuro, e incluso puede parecerse mucho a ti, ― se burlaba de ella con sequedad. Para su desgracia, se reía de él, como si fuera honestamente la cosa más ridícula que jamás había escuchado. ― Yo no sé nada de eso. ― Se volvió un poco hacia atrás, dándole una visión sombría de su perfil. ― Pero sí veo peligro. Peligro para el que debes estar preparado, porque no es como nada que hayas visto o experimentado antes. ― Eso es una suposición razonable. Todos vemos el peligro en estos tiempos. De hecho, ella sonrió a su sarcasmo. Era una sonrisa fría, sin embargo, el frío corrió directamente a través de su columna vertebral. Nunca debería ser la expresión de alguien tan joven, no importaba lo duro que pudiese ser la vida. ― El peligro no viene por ti, Adam, pero sí por tu hermano. Adam se sintió casi tan frío como el aliento que exhalaba fuertemente en el aire. ― ¿Te atreves a amenazar a mi hermano? ― le dijo entre dientes, llegando hasta su brazo agarrando la extremidad delgada dolorosamente. ― Sólo estoy tratando de advertirte sobre el futuro, ― le espetó ella, su ira añadiendo una vida súbita a voces que su acto tímido y recatado había disminuido. ― Tu hermano va a morir a manos de un traidor. Alguien va a matarlo, mientras que está de espaldas, su atención se centraba en otra cosa. Tú, sin embargo, estarás muy lejos cuando más se te necesite. ¿Por qué, Adam, el hijo mayor? ¡Tal vez es porque no escucharon a una chica sencilla que sólo deseaba ayudar! Ella sacudió su brazo fuera con una fuerza sorprendente y se volvió como si fuera a irse. Adam no quiso bajar la guardia si se trataba de algún tipo de maniobra, pero el pueblo gitano había demostrado tener una historia de precognición fuerte. Por otra parte, estaban los que creían que eran brujas, del tipo que se convertiría en nigromantes si se les daba una oportunidad y los hechizos que hacer. Pero a pesar de sus temores y dudas sobre el origen de su fortuna de cuentos, ella lo había golpeado en la cuerda de su más profunda vulnerabilidad. Jacob. Jacob significaba el mundo para él. Lo que es más, se refería al mundo para su madre y su padre. Si algo llegara a pasarle a él, sería un golpe devastador para su familia. ― Vamos a suponer que te creo, ― dijo de pronto, deteniendo su retiro. ― ¿Qué es lo que esperas que haga? Jacob es mucho más capaz de protegerse a sí mismo de lo que una mujer como tú jamás entendería. Él no va a morir fácilmente. ― Entiendo más de lo tú crees que hago. Estás en lo cierto, sin embargo. Jacob es más que capaz de protegerse a sí mismo. ― Entonces…

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― Pero, ― interrumpió, ― decir que no estaba protegiéndose a sí mismo. ¿Qué pasa si él mismo pone en peligro a la familia que ama? Ahora, Adam se dio cuenta con espanto doloroso, que era muy parecido a Jacob e incluso una posibilidad real. El hermano de Adam utilizaría su propia vida en el intercambio por las de su familia en un instante si se tratara de la única opción que le quedaba. ― He tenido suficiente de tus historias secretas, ― gritó Adam, la fuerza de su declaración siguió con su mirada aprensiva hacia el hermano que había desaparecido de su vista. ― ¿Cuando se producirá este peligro del que hablas? Sin duda, tan llena de ideas puedes decirme eso. ― Va a ocurrir hoy. Mañana. Cualquier momento que tú elijas que ocurra. Adam instantáneamente llegó al final de su temperamento. Su mano salió disparada y se cerró alrededor de su garganta delicada, que él utilizó para arrastrarla de espalda a la oscuridad total. Su espalda golpeó el tronco de un roble enorme, pero su corazón apenas tomó un ritmo y no más que hizo un solo sonido bajo su maltrato físico. Él se inclinó hacia la oreja, utilizando la mayor parte de su cuerpo para atraparla. ― He terminado con tus juegos, niña. Me dirás cómo proteger a mi hermano y cuando, y lo harás en este instante. La joven gitana giró para enganchar una mirada indiferente en la oscuridad y sus ojos de repente llamaron a la luz de la luna. Por primera vez se dio cuenta de que eran un bello color violeta. ― ¿Darás tu vida por él? ¿Vas a intercambiar todo lo que tú conoces y amas para salvar a tu hermano? ― exigió ella de él. ― ¡Dime! ― Responde a mi pregunta o mátame, Adam. Estas son sus opciones. Ella todavía tenía la sartén por el mango, se dio cuenta. A pesar de que él sostenía su propia vida entre sus dedos, su aparente incapacidad para sentir miedo en esta situación le daba poder sobre él y lo mantendría por siempre a la defensiva. Adam se dio cuenta de que no tenía más remedio que ceder a sus demandas. ― Me gustaría, ― dijo entre dientes. ― Sacrificaría todo lo que tengo en este mundo para mantener a mi hermano a salvo. ― ¿En este mismo momento, sin ninguna preparación? ¿No hay despedidas? ¿No prometes que no vas a morir con él? ― ¡Te dije que sí! ¡Ahora dime lo que sabes! ― Yo prefiero mostrarte, ― susurró ella rápidamente. Sus manos de repente salieron disparadas y golpeó su pecho. En el momento en que hizo contacto con él, Adam sintió una explosión de calor por todo su cuerpo. Cada sistema autónomo contenido dentro de su piel parecía dar la vuelta a toda marcha, recogiendo un ritmo de doble tiempo antes de que se triplicara de nuevo, cuadruplicando rápidamente después. Sintió la presión sobre sus sistemas con la sensación de muerte inminente. No tuvo tiempo de reaccionar o actuar o incluso pensar más allá de eso. El mundo a su alrededor desapareció.

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CAPITULO 5! Traducido por Ariel Corregido Tabitha y Maia

Samhain 2008.

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I sabella se detuvo de golpe, empujando a su hija detrás de sí tan de repente que el vestido de Leah se llenó de tierra una vez más. Bella y Jacob se pusieron en guardia para enfrentar la traición de la Demonio Ruth. Jacob supo al instante que este era el peor de los casos en que alguna vez podría ser atrapado. Su familia era su única y verdadera vulnerabilidad, a pesar de que, al mismo tiempo, era su fuerza más poderosa. Tal vez si hubiera sido sólo Ruth, no habría estado tan preocupado, pero inmediatamente reconoció al Vampiro llamado Nicodemous, quien se había unido a su causa destructiva un par de años atrás, triplicando su acceso al poder para impulsar la ventaja sobre aquellos que ella consideraba sus enemigos. Jacob sintió las viscerales reacciones de Bella, ya que volaron a través de su mente, tal y como ella sentía las suyas, sabía de sobra lo terrible que esta situación era. A pesar de que los secuaces de sus enemigos estaban fuera de su alcance, eso no iba a durar mucho tiempo si Ruth se daba un momento para concentrarse. Ella comenzaría a teletransportarse hacia abajo en las cavernas de un momento a otro. Estamos en problemas, pensó Bella desesperadamente, mirando hacia atrás de nuevo hacia su vulnerable niña, un lujo que no tenía con dos enemigos tan poderosos frente a ellos. Lo sé, pequeña flor. Pero no vamos a fallar. No podemos fallar. Jacob, tengo que hacerlo... El Enfoncer sabía lo que su esposa quería decir. Tenía la intención de acabar con las habilidades de los Nightwalkers delante de ellos. Ella podía robar sus poderes y hacerlos suyos de forma temporal. Los problemas detrás de ese plan se precipitaron a través de él. Los poderes de Ruth y Nico estaban corrompidos por la oscuridad y el mal. Hacer algo así dentro de sí misma podía destruir todo lo que él conocía y amaba de ella, todo lo que era. Ella se había empapado con los poderes de los nigromantes antes, pero nada como esto. Nunca habían estado en una situación así. Cuando el poder de Isabella había crecido, se habían dado cuenta que siempre tomaba algo de distancia de sus víctimas cuando hacía esto. Una parte de ellos vivirían dentro de ella para siempre, plagándola con premoniciones o quién sabe qué más. Ruth era una de esta clase. Así como el vampiro quien había sido alterado porque había bebido su sangre corrompida de Nightwalkers y ahora compartían en la negrura de su hechizo mágico. En

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condiciones ideales, Jacob hubiera hecho otra cosa en lugar de permitir que Bella se arriesgara a sí misma de tal manera. Su esposa, sin embargo, era tan obstinada y protectora de su familia como él lo era. Nada de lo que dijera o hiciera la detendría una vez que tomara una decisión. Así que lo único que podía hacer era tranquilamente resignarse a apoyarla. La druida aflojó el apretado control que siempre mantenía sobre su capacidad para absorber el poder de cualquier Nightwalkers que caminaba sobre la tierra. Al diablo con las dolorosas consecuencias que pudiera sufrir en el futuro, no había vuelta atrás cuando se trataba de proteger a su familia. Jacob sintió el grito de horror de su compañera, mucho antes de que ella en realidad encontrara la voz para ello. Puramente por instinto, él se dio vuelta para cogerla con un sólo fuerte brazo cuando ella se tambaleó en un ataque arqueando su espalda. Ella realmente encontró la voz por fin, un estridente grito de dolor y terror envenenado resonó en cada pared de su corazón, así como en la caverna. Él alivió a su querida esposa en la tierra con tanto cuidado como pudo, considerando las violentas contorsiones de su cuerpo. Ese fue todo el tiempo que tomó para que el enemigo detrás de él golpeara. Jacob se sintió abrumado al darse cuenta de su exposición en el siguiente latido. Antes que el pensamiento, incluso pudiera completarse, sin embargo, el vampiro se movía con la velocidad sobrenatural con que su raza había sido impregnada. Jacob oyó el golpe, y luego sintió la repercusión de ello en el aire alrededor de él. Él se volvió de golpe, su esposa seguía aferrada a su pecho, y vio la larga figura de un hombre fuerte que ninguna cantidad de tiempo podía borrar de su memoria. Se reunió con los ojos de un hombre que no había visto en más de 400 años. Adam. Su hermano sostenía la muñeca del Vampiro en un puño poderoso, aplastándola con un agarre impresionante hasta que el clavo el hierro que había sido dirigido a la espalda de Jacob finalmente se cayó con estrépito al suelo.

***! Adam no tuvo tiempo para hacer preguntas. Él había sentido la resolución de nuevo en su forma sólida en un segundo, y había visto la amenaza hacia su hermano, en el siguiente. Sólo le tomó un milisegundo centrarse en la imagen de su hermano haciendo lo inconcebible: dando la espalda a un enemigo para atrapar la figura caída de una diminuta, mujer de cabello negro. Jacob bajó a la hembra hasta el suelo sin tener en cuenta la amenaza a su espalda, la preocupación y ternura que irradiaba desde la última pulgada de su ser.

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Eso dejó a Adam para hacer frente a los colmillos del vampiro en un parpadeo llevando dentro de su chaqueta lo que él sabía, sin duda, que era un arma. El hermano mayor de Jacob se movió con la velocidad del agua que se evapora en el aire, transformándose en una niebla densa que atravesó los pocos metros que quedaban antes de que se pudiera solidificar e intervenir entre el arma y su destino. El demonio de agua se solidificó tan de repente que el demonio femenino que estaba al lado del vampiro jadeó con sorpresa escandalizada. Adam agarró la muñeca del vampiro, comprendiendo de inmediato que la gitana tenía razón, había una fuerza y una maldad dentro de estos dos de la talla de la que nunca había visto antes. ¿Cómo había ido Jacob a parar en este lugar, en esta situación, con estos extranjeros? Adam no tenía ni idea. Tampoco le importaba. La gitana había dicho la verdad de la cuestión. Su hermano estaba en peligro de perder la vida por esta amenaza, y Adam estaba allí para detenerlo. A medida que el pico tintineaba en el suelo, Adam encontró los incrédulos ojos de su hermano menor. Jacob lo miró fijamente como si estuviera viendo un fantasma, sin soltar a esa pequeña mujer como si fuera su única seguridad real en la vida. Adam sólo tuvo tiempo para estrechar sus ojos en el agarre posesivo por un minuto, la comprensión de que la mujer era un ser humano y que el comportamiento de Jacob estaba en ninguna parte cerca de la de un salvador inocente. Eso era un problema que esperaría a más tarde, pensó Adam, despidiendo al Enfoncer dentro de él por el momento. Él tenía otro juicio que dispensar. El Vampiro reaccionó a la interferencia de Adam violentamente. Gruñó, y los colmillos brotaron brutalmente y rechinaron la amenaza que no podía estar equivocada. Adam comprendió esta amenaza. Lo que no podía entender era porque la mujer Demonio que estaba de pie al lado del Vampiro, echando mano a su brazo de manera que se aferraba a él cuándo le gritó que terminara con Adam, entonces ellos podrían seguir con la destrucción de Jacob. La gitana le había advertido acerca de un demonio traidor, y por el mal olor de ella, la rubia estaba corrupta hasta la médula. Los porqués y los cómo podrían esperar a más adelante también. Adam fue atraído al instante a sus pies y en la batalla contra las increíbles proezas del Vampiro. Nicodemous trató de lanzar al demonio al suelo de piedra con la esperanza de aplastar a algunos de los huesos del mediador en el proceso. Para su sorpresa, sin embargo, se encontró sumergiendo, los brazos primero, a través del agua, donde la carne debería haber estado. El diluvio de agua cayó al suelo, sobre la pared posterior, baldeó sobre la pareja hostil, y se reunió con una velocidad vertiginosa para dar forma al demonio intruso. El agua voló de los extremos rizados del pelo negro del Demonio cuando de espaldas se giró lanzando una patada en el punto muerto en el pecho del vampiro. La metamorfosis de Adam había desorientado el equilibrio de Nicodemous, así que cuando el Demonio de Agua lo golpeó, tomó al vampiro para barrer sus pies. Se estrelló contra el suelo de espaldas, levantando una nube de polvo y suciedad en un proceso de satisfactoria rotura de huesos que se hizo eco a través de la caverna. Por último, Jacob salió de su preocupación sobre la hembra humana para unirse en el esfuerzo por salvar su propia vida. Voló sobre el demonio femenino sin dudarlo por su sexo o por su frágil apariencia. Adam estaba sorprendido. Siempre había sido una de las peores debilidades de Jacob, su capacidad de atacar a una mujer. ¿Cuándo la había superado? El hermano mayor no tenía ni idea. Pero, de nuevo, no tenía conocimiento de la aparente obsesión de Jacob con un ser humano femenino tampoco.

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Adam salió de su confusión y frustración con el vampiro, saltando sobre él y comenzando a batir al hijo de puta con sus puños con una fuerza de puñetazos que podrían haber roto la roca. Las manos de Jacob estaban alrededor de la garganta de la hembra demonio, pero era demasiado tarde para detener la cadena de palabras extranjeras que escupió. Un hechizo. La idea inconcebible de un demonio proferir un hechizo tomó a Adam por sorpresa el tiempo lo suficientemente largo como para darle una ventaja al vampiro. Con la velocidad de una serpiente atacó, los colmillos golpearon su garganta expuesta. Una vez más, Adam fue arrojado fuera de su marca. Los vampiros eran implacables hijos de puta, pero nunca pasaron de la sangre de un Nightwalkers. Era completamente tabú, y estaban aterrorizados de lo que sucedería a ellos si lo hicieran. Todo lo que pudo hacer fue meter su mano en la trayectoria del vampiro, protegiendo su cuello justo en el momento preciso Los colmillos golpearon, perforando a través de su mano. El hechizo de Ruth voló en vigor al mismo tiempo. La presión del aire en la habitación repentinamente fue succionada, privando a toda el área de todo el oxígeno. El vampiro no requería respiración, pero los demonios y los humanos sí. Adam se volvió de golpe a buscar a su hermano. Él sabía que ellos estaban bajo tierra, y no habría ninguna esperanza de reemplazar el aire perdido sin la capacidad de Jacob para perforar la tierra y la roca madre y todas las otras cosas a fin de proporcionar un respiradero. Jacob se vio obligado a liberar a Ruth cuando él se echó hacia atrás para hacer exactamente eso. No podía perder ni un solo segundo. Bella y Leah nunca podría sobrevivir a semejante completo vacío. Jacob saltó hacia el techo de la caverna, su cuerpo se movía como un taladro de acero a través de la piedra caliza de la caverna como si fuera mantequilla. Adam no tenía ni idea de lo profundos que estaban por debajo de la capa superior del suelo, por lo que tuvo sólo una opción. Agarrar la daga de la cintura con la otra mano, Desenvainando la cuchilla y poniendo toda su energía vital en el objetivo que tenia entre las enormes mandíbulas enterradas su mano y la muñeca. La Hoja atravesó a través de la membrana de su pulgar en el proceso, también se hundió a través de la boca del vampiro y en la parte posterior de su garganta. Pasando por el blando paladar, hacia la base del cerebro y el cráneo en un vicioso movimiento. Entonces, sin dudarlo un momento, Adam cayó hacia el suelo como una poderosa ola de agua, volcándose sobre la hembra humana, y la niña detrás de ella que sólo había notado la niña gitana, que había estado observando toda la situación con ojos muy abiertos y desesperados. El momento que las tocó, se convirtió en agua a su mando y todos ellos salieron hacia arriba a través del túnel que Jacob estaba cavando a través de la tierra. Jacob rompió la primera superficie, sin aliento y saliendo del camino justo a tiempo para evitar el géiser a presión en los talones. El agua brotaba como si se libera desde el orificio de respiración de una ballena gigantesca, fumigaciones en todas partes y aterrizaje en cuatro banderines separados. A medida que se cayó al suelo, se convirtieron en Isabella, Leah, Adam y la extraña figura de una joven que Jacob nunca había visto antes. Jacob inmediatamente hundió sus manos en la tierra, haciendo que una roca del suelo se agitara hasta el túnel que había creado y se derrumbó sobre sí mismo. Ahora llenando el suelo blando, era una sima peligrosa que podría atrapar y matar a cualquier viajero desprevenido, así que usó un momento más para concentrarse en embalaje y presurización del suelo hasta que fue casi lo suficientemente duro como reemplazar la roca que había destruido. ― ¡Tenemos que avanzar! ― gritó tan pronto como había terminado. Se lanzó a través de los matorrales para coger a su hija en sus brazos, y mirarla como si estuviera viendo un sueño en acción cuando Adam recogió a Isabella. Se volvió para mirar a la extraña chica. Él no

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necesitaba haberse molestado. Ella ya había saltado hacia él, enrollando los brazos alrededor de su cuello y la garganta. Por un momento, lo percibió como un ataque. Pero antes de que pudiera reaccionar, se dio cuenta de que estaba siendo abrazado y que ella estaba llorando cerca de la histeria. Torpemente había atrapado su peso y había hecho malabares con su hija al mismo tiempo, completamente confundido. El misterio se profundizó en el instante siguiente. ― Te amo, ― lloró ella con pasión, con los brazos cerca de robar el aliento con su fuerza desesperada. ― Te amo, papá. Sin palabras, Jacob impotente miró hacia un misterio igualmente confuso. Su hermano, que debería estar muerto, pero ahora estaba de pie delante de él. A continuación, la constricción en el cuello y en las costillas fue liberada, su aliento corriendo de vuelta en cuando trataba de encontrar respuestas en los ojos de la muchacha. Todo lo que podía ver, sin embargo, era el color violeta oscuro de su iris, y la familiaridad de ellos calentado sus sentidos, le obligó a reconocerla a un nivel visceral. De un alma a otra. Desde el alma de su padre a la de su hija. ― ¿Leah? Ella sólo pudo asentir con la cabeza, sus dedos por todo su rostro de repente, memorizando sus facciones como si ella se muriera de inanición por ellos. ― No te enojes conmigo, ― le suplicó. ― No tenía otra opción. Tenían que ser detenidos. Y tenía razón. Elegí bien. ― Miró de nuevo a Adam, cuando todo su cuerpo comenzó a temblar. Ella intentó hablar nuevamente, pero claramente no podía cuando su temblor se convirtió en terremotos y luego violentos espasmos de su cuerpo. Las manos contra su rostro de repente perdieron todo peso y estructura, desvaneciéndose y pasando justo a través de él, una condición que se extendió rápidamente por todo su cuerpo. Entonces él ya no la sostenía y Jacob veía como su aspirante hija era disuelta en la nada en sus manos. ― ¿Qué diablos está sucediendo? ― exigió saber Jacob, su corazón dañando en su pecho aunque apenas entendía las razones del por qué. Él no podía escapar a la noción, sin embargo, que de alguna manera había perdido a su hija. Y incluso mirando la versión más familiar, de cinco años de vida, no podía quitarse de encima el dolor de la misma. ― Más tarde, hermanito. Tengo la sensación de compañía viniendo. Adam observó como Jacob se giró y cerró los ojos por un momento, claramente para llegar a sentir qué era lo que Adam había percibido. Una vez más, esto era diferente. Siempre había sabido que Jacob había heredado ese sentido especial que adquirieron unos pocos de su familia, pero él nunca lo había visto usarlo tan fácilmente y con tal facilidad clara de familiaridad. Los Enforcers, tanto del pasado y del presente, estaban en la detección de la llegada del pequeño ejército de Transformados, Bella y Jacob se habían ido inicialmente bajo tierra para escapar. Adam vivió en una época en que la magia negra era fácilmente utilizada, así que estaba bastante familiarizado con su deber de destruir estas almas desafortunadas. Una vez habían sido demonios, buenos y con moral como él mismo lo era, pero ahora no. No después de que un nigromante había descubierto sus verdaderos nombres de poder y los había utilizado en un hechizo de invocación. Atrapados en el pentagrama del mago bajo su control, teniendo sólo un corto tiempo antes de aquellas víctimas demonios comenzaran físicamente y mentalmente a mutar en monstruos casi descerebrados, con colmillos, alas y amorales con saña. Eran estas criaturas envenenadas que habían inspirado la imagen popular que los demonios tenían dentro de la población humana.

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Adam tenía un arma corta, su daga todavía enraizada en el cráneo del Nigromante vampiro en algún lugar debajo de ellos, pero eso no le molestaba ni de lejos tanto como darse cuenta de que su hermano ni siquiera llevaba un cuchillo sobre su persona. Nunca había sabido que Jacob fuera desarmado a cualquier lugar. Por eso, el modo de vestir de Jacob había desconcertado completamente a su hermano. Hace minutos habían estado igualmente vestidos con un jubón y calzas. Ahora Jacob estaba... Adam no tenía ni idea qué era lo que llevaba. Y la mujer que estaba protegiendo estaba vestida ¡como un chico! Si no fuera por su pelo... No había tiempo para considerar las modas confusas. Adam podía sentir la aproximación de los Transformados. Le sorprendió darse cuenta de cuántos había. Todo, al parecer, era impactante y confuso. ¿Quién era esa niña gitana?, se había ido. ¿Había sido ella con su magia, o era todo esto una especie de horrible ilusión? Aún así, Jacob parecía lo suficiente real para todos los cambios. Adam echó un vistazo alrededor. Adam buscó una fuente de agua, otra forma de armarse para la batalla que se avecinaba. El paisaje era completamente ajeno, se dio cuenta, no había nada donde debería estar. Ríos, arroyos y lagos eran sesgados y desproporcionados en relación con la cartografía mental de donde deberían estar las cosas. Al verse demasiado lejos de una fuente de agua real, miró hacia el agua por encima de él, las nubes se multiplicaron hasta que comenzó a llover en un torrente violento. ― ¡Protégelas! ― gritó a su hermano. ― ¡Voy a manejar estas criaturas miserables yo mismo! ― ¡Eso no es posible! No por tu propia cuenta, ― gritó Jacob de vuelta hacia él. ― ¿Crees que la mujer y la niña me van a ayudar, entonces? ― Le lanzó Adam. ― Por cierto, pueden al mismo tiempo estar distraídos con ellos. ― ¡Vete!, Garantiza su seguridad. ¡Voy a hacer esto solo! Había pasado tanto tiempo desde que Jacob había oído esa arrogancia insoportable, pero si hubiera tenido alguna duda en cuanto a si este hombre era realmente su hermano mayor, desapareció al instante al oír la confianza sin paliativos en su declaración. Jacob tomó el cuerpo empapado de Bella de su hermano, incluso mientras sostenía a su hija. Juntos volaron hacia arriba de las nubes, dejando a Adam con su deber. Rodeado por su elemento que transmitía hacia abajo, Adam era consciente de su poder cegador. Pero para él era simplemente un asunto de los sentidos. Sentía cada molécula de agua en su camino desde el cielo a la tierra. Sentía que la topografía de la tierra alrededor de él florecería en tres dimensiones, mientras cada gota de agua golpeaba un objeto sólido. Podía cerrar los ojos y sentirlo todo, parado o en movimiento, parado o en movimiento, cuando el agua caía y daba forma de ojo en su mente. Podía verlo todo sin siquiera mirar. La precipitación confundió a los Transformados. Los que eran Demonios del Agua se complacían con ella, sin darse cuenta de que un miembro poderoso de sus antiguos hermanos era una parte de su apariencia. Cada Demonio anterior tenía sus poderes intactos, pero el enfoque y la comprensión para utilizarlos en beneficio óptimo se habían ido. Esto era suficiente para dejarlos tambaleantes y distraídos en la lluvia. No vieron la amenaza, por lo que no actuaron en defensa. El maestro que pudo haber guiado sus acciones no estaba lo suficientemente cerca, o no era lo suficientemente concreto para mantener el control en esas condiciones. Adam tuvo la precaución de recordarse a sí mismo que no estaba seguro de estar cerca de los nigromantes, y que tendría que cuidarse las espaldas de ellos. Mientras tanto, se perdió en la

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caída de su elemento, desenvainando su espada para su uso. Cada bestia quedó aislada del resto por el clima, y Adam entraba y salía con poco más que el flash de una hoja y el balanceo posterior de una cabeza decapitada con motivo de su presencia. Él echó a correr, dejando el cadáver en un estallido de llamas. Ahora podría ser visto a pesar del diluvio, y después de las primeras cuatro o cinco bengalas de señales para advertirlos, el resto de los Transformados se dieron cuenta que sus vidas estaban amenazadas. Esto dio lugar a un instinto de base para la supervivencia, y Adam comenzó a encontrar una resistencia significativa. Manejó la mayor parte de ello con una precisión mortal, hasta que pasó sobre uno que se dio vuelta para encontrarse con su enfoque a través de la lluvia como si claramente lo esperara de él. Comenzaron a luchar, una espada contra las garras salvajes y los colmillos por no hablar de poderosas alas. La criatura parecía capaz de anticiparse a sus movimientos, y Adam cogió un pecho lleno de garras, garras que lo rasgaban a través de la ropa y la carne por igual. Pero la verdadera conmoción vino cuando él finalmente estaba listo para hacer un golpe de muerte, y el monstruo astuto de repente desapareció en una nube de humo que apestaba a azufre. Adam sólo había visto este truco dos veces antes. Demonios de la Mente, se sermoneó rápidamente. Esto era un nuevo elemento, con las habilidades y capacidades de apenas ochenta años. Sin embargo, sabía lo suficiente con sus sentidos especiales de Enfoncer para advertir la presencia de un Transformado que apareció de repente en su espalda. El humo y el azufre nublaban todo el lugar cuando el Demonio corrupto saltó hacia el Enfoncer y se encontró con su espada en su lugar. Fuego. No sólo del cadáver caído de la última matanza de Adam, sino de la explosión en ráfagas a su alrededor. Esto envió chorros de vapor en el aire cuando se mezcló con su lluvia. El temor llenó su alma mientras se vio obligado a contemplar lo peor. Uno del los Transformado era un Demonio de Fuego. Miró hacia arriba y vio a un demonio no transformado. El rostro fue reconocible al instante, y Adam no pudo evitar la emoción de alivio que lo recorría. ― Noah, ― jadeó. ― Sí. Y esto sería mucho más fácil si antes apagaras el abastecimiento de agua, mi amigo, ― Una voz muy familiar llena de humor y autoridad declaró en voz alta. Adam respondió al instante, todos los instintos que generaban la tormenta los llevó a su final tan rápidamente como la había comenzado. Las últimas gotas de agua desaparecieron para revelar lo que quedaba de los Transformados y al Demonio parado a varios metros de distancia. Noah levantó sus manos, con el fuego que los inmoló antes de que él reasumiera las pelotas de fuego que lanzaba el enemigo, matándoles dos veces más rápido de lo que Adam había hecho. Para no ser menos, aunque fuera por el Rey Demonio, Adam volvió a su trabajo también. Entre los dos, tomó menos de diez minutos terminar de limpiar el campo. Después que el último cayó, Adam no pudo evitar una sonrisa victoriosa mientras trotaba hasta Noah con su mano libre extendida. ― ¡Maldita sea, Noah, haces que todo esto parezca demasiado fácil! ¡Tendrás a los otros creyendo que mi trabajo es hacer nada en absoluto! Noah había visto algunas cosas muy sorprendentes en su vida, pero nunca nada tan increíblemente inesperado e inconcebible, como ver al hermano perdido hace mucho de Jacob que se le acercaba caminando hacia él. El rey de forma automática tomó la mano que se le

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ofrecía, esperando totalmente que la experiencia entera fuera demostrada nada más como una aparición o una ilusión. Tal vez algún truco mágico. Pero la carne de la mano que envolvía la suya era firme y familiar, a pesar de todos los siglos que había entre apretones de manos, hasta el espesor agrietado y áspero de los callos. En el tiempo de Adam, la grasa de animal y linimentos extraños de grasa estaban tan cerca de las lociones, que alguien como Adam, no se había preocupado mucho por la suavidad de sus manos. El Adam que Noah había conocido había estado orgulloso de cada callo duro que había trabajado con propiedad. A pesar de su sorpresa, Noah tuvo la sangre fría para inspeccionar la muñeca interior de la mano que sostenía. Pinchazos de colmillos y heridas corrientes aparte, por supuesto, una profunda y fea cicatriz estaba dibujada por el brazo de Adam desde el asiento de la palma de su mano hacia el interior de su codo. Era más distintiva que de las huellas digitales para Noah. El Rey había estado a su lado el día que Adam había sufrido la herida por el hierro que lo había causado. A pesar de las habilidades del cuerpo médico, y de su propia capacidad de Demonio para curarse rápidamente, le había llevado a Adam mucho tiempo recuperar el pleno uso de su mano después de aquel singular ataque. ― ¿Dulce destino, Adam? El asombro de Noah sin duda llegó a través de él. Lo suficiente como para hacer que Adam frunciera el ceño sombrío. ― Sí, amigo mío. No ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿O es tu manera de acosarme para venir a visitar a tu familia más a menudo? Noah se echó a reír con incredulidad. ― Adam, ¡No te he visto en cuatrocientos años por lo menos! ¡Nadie lo ha hecho! ¿Qué diablos te pasó? ― ¿Cuatrocientos años? Adam se echó a reír, la risa un poco anestesiada fue la única reacción que podría formular mientras miraba a su amigo. Abrió la boca para negar el reclamo y hasta sentía el impulso de abofetear juguetonamente al Demonio por la broma por ser tan malo. Sin embargo... Dejó sus ojos a la deriva por la forma sólida de su rey, absorbiendo el ajuste de la increíble máquina de fabricación de prendas de vestir. A pesar de que Noah llevaba pantalones y Hesse, como hacía a menudo, la moda era de fecha posterior a los tiempos de Adam. Al igual que la adaptación moderna, y el sofisticado real colorante azul utilizado en la camisa de seda que llevaba con casual facilidad. Aunque los Demonios envejecieran en una velocidad lenta infinitesimal, había signos del tiempo sobre el Rey Demonio que Adam nunca había visto antes, signos de preocupación, el peso y arrugas que no habían estado en el rostro de Noah la última vez que lo había visto. Entonces, el Demonio de Agua recordó el saludo igualmente incrédulo de su hermano y su extraña vestimenta también. Todo esto lo hizo retroceder al no saber lo que la muchacha gitana le había hecho. ¿Dónde lo había llevado? ¿Él no estaba en casa? No lo sabía. ¿Era la afirmación de Noah genuina? ¿Podría ser posible que cuatro siglos en el futuro...?

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― No, ― negó rápidamente, una emoción indefinible lo llevó a la oscuridad meciéndose hacia atrás un paso. Se sentía mareado y como si no pudiera tomar aliento. ― ¿Esto es una broma cruel que me juegas? ― acusó aturdido. Noah vio la angustia genuina y la confusión sobre la cara del otro Demonio y se dio cuenta que incluso Adam no tenía la menor idea de cómo había llegado hasta allí. ― Yo no bromeo contigo, viejo amigo, ― dijo Noah cuidadosamente. ― Sólo puedo decirte que en estos últimos años, he visto cosas que podrían hacer casi cualquier cosa posible. Estás con amigos de confianza, Adam, te ayudaremos a resolver esta confusión. ― ¿Dónde está mi hermano? ― exigió Adam. ― Muy cerca. Él asiste a su esposa e hija. ― ¿Su esposa e hija? ― Adam dio marcha atrás otro paso, extendiendo una mano en un movimiento que indicaba a Noah que se quedara quieto, cuando trató de avanzar. ― ¿Quieres decir... quieres decir que aquella mujer humana? ¿Él está unido a un ser humano y que le ha dado una hija? ― Sí, Adam, y pronto un hijo también, por lo que entiendo. Siempre que ella cure sus heridas. Puedo sentir su energía muy débil, su vida está en la balanza. Yo quiero ayudarte, Adam, lo haré, pero Jacob tiene una gran necesidad de nuestra ayuda también. ¿Puedes hacer esto? ¿Puedes ayudarme a ayudar a Jacob y confiar en mí para encontrar una explicación de todo esto más tarde? ¿Puedes soportar la confusión por un rato más? Adam no tomó mucho tiempo para pensar en ello. Noah había dicho las palabras que tenían siempre, y siempre, trabajaban como magia sobre su mente. Él había dicho que su hermanito necesitaba su ayuda. Y él nunca podía negarse. La pequeña Leah estaba llorando histérica cerca cuando Noah y Adam finalmente encontraron a la familia en un valle aislado a cierta distancia. Ella se agarraba del pelo de su madre inconsciente, sacudiéndola en un intento por despertarla. Jacob no estaba convencido de que estuviesen a salvo, independientemente de la distancia aparente del peligro inmediato. Ruth era un oponente astuto e inagotable. No se rendiría fácilmente, especialmente si era arrojada en una furia loca de ira. La mujer Demonio de la Mente había sido una guerrera, y tenía un historial de no tomar la derrota bien. ― Bien ahora, ángel. ― Noah chasqueó la lengua con dulzura mientras se movía con rapidez para ponerse en cuclillas detrás de Leah, calentándola con su toque y presencia. El rey miró a Jacob, que se sentó junto a Bella como si fuera sólo la mitad consciente del mundo que le rodeaba. Ya que Noah sabía que Jacob normalmente nunca dejaría a su hija sufrir tal trauma emocional incluso bajo las peores circunstancias, el Rey estaba preocupado por el comportamiento distante y aparentemente separado de Jacob. Teniendo en cuenta la actual corriente de impronta que el actual Enfoncer compartía con la pequeña druida que amaba, no le sorprendería si Jacob había sido atrapado por una marea de lo que fuera que había abatido a Isabella. ― Silencio, Leah. No ahora. Sé una buena chica, ― le elogió cuando ella se volvió para subir en sus brazos y refregó su cara húmeda y la nariz contra su camisa, hipó hacia afuera sollozos medio cogidos. ― Va a estar bien, ― le susurró él suavemente. ― Todos estamos a salvo. ¿Bien, ovejita? No más llanto. No podemos hacer que mamá te escuche llorar y se preocupe por ti. ― ¿Por qué le dices eso a ella? ― exigió a Adam. ― Vas a hacer que se sienta culpable por una reacción comprensible. ¡Ella no es más que un bebé!

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― Debido a que en este caso es la verdad de la cuestión, ― le informó Noah con cuidado. ― Bella es un druida, Adam. Ella es un híbrido de la genética humana y la de los druidas, y cuenta con notables dotes de poder y sensibilidad. La angustia de su hija y su marido van a repicar en ella y le impedirán enfocar sus energías donde se necesita. ― Bueno, ¿Qué hay de malo en ella? Veo que no hay heridas evidentes. ― Ella ha absorbido todo el poder de aquellos con los nos encontramos en la caverna de abajo, ― dijo Jacob al fin. Echando un vistazo a Noah.― Nicodemous y Ruth. Lo hizo para salvarnos, y funcionó. Adam nunca hubieras sido capaz de acercarse lo suficiente para matar a Nico si ella no lo hubiera hecho. ― ¿Ruth y Nicodemous? ― repitió Noah con horror. ― Dulce destino. El importe de corrupción y el mal que debe haber entrado en ella... ― Noah negó con la cabeza en clara señal de angustia mientras miraba hacia abajo a la pálida mujer inconsciente. ― Ruth es un demonio que se volvió Nigromante, ― explicó con aire ausente a Adam, ― y el destino sabe qué más se puede decir para describir plenamente el poder que ha acumulado y las formas en que lo ha hecho. Y Nicodemous es un vampiro que se alimenta de la sangre de Nightwalkers, que le permite adquirir un aspecto de su poder. Los vampiros como él, son tan negros con el mal como nos sea posible imaginar. ― Miró a Jacob. ― Aférrate a ella, Jacob. ― exhortó. ― Sólo su conexión con tu voluntad la va a mantener conectada con la tierra. ― Lo sé. Estoy haciendo todo lo posible, ― prometió cuando tomó la mano de su mujer entre las suyas y se quedó mirándola a la cara fijamente. ― Maldita sea tres veces, si dejo que el destino se ría de mí ― Adam juró estrangulado por la incredulidad. ― ¡Ellos están Imprimados! ― Sí, ― coincidió Noah. ― Ellos y la niña son el cumplimiento de una antigua profecía perdida hace mucho tiempo. Mucho ha cambiado, mi viejo amigo. ― Noah hizo una pausa para mirarlo fijamente. ― Excepto tú. Tú estás exactamente como recuerdo. Cuatrocientos años. El rey no se lo repitió, pero su asombro sangraba a través de su voz y expresión. Las palabras se alzaban en los pensamientos de Adam mientras trataba de absorber todo lo que estaba pasando a su alrededor. ― Un ser humano y un demonio. Esto va contra lo más sagrado de las leyes, ― dijo, aturdido. ― ¡La ley que se supone que tengo que mantener como tu Enfoncer! ― Yo soy el Enfoncer ― escupió Jacob con repentino veneno. ― ¡Tú has abandonado tu puesto y el derecho a llamarte así a ti mismo cuando abandonaste a tu pueblo y a tu familia! ¡Cuando me abandonaste! ¡Te fuiste sin decir una palabra o dar un indicio de dónde te habías ido! ¡Pensé que... todos pensábamos que estabas muerto! Después de todo… ― se burló, ― ¿Qué otra cosa podría evitar que hicieras tus rondas designadas? Pero aquí estás, vivo y muy bien, por lo que parece. ¿Crees que corriendo en mi ayuda me hará olvidar los últimos cuatro siglos de tu abandono, hermano? ¿Crees que me harás olvidar lo que se siente al tener tu manto como Enfoncer y todos estos años de ser un paria entre mi propia gente? Fui de héroe que Caza

3 Hierophant: Un Hierofante es una persona que trae fieles religiosos en la presencia de lo que se considera sagrado. La palabra proviene de la antigua Grecia, donde fue construido a partir de la combinación de la hiera, "el santo", y phainein, "para mostrar". In Attica it was the title of the chief priest at the Eleusinian Mysteries. En Attica fue el título del jefe de sacerdote en los Misterios de Eleusis . A hierophant is an interpreter of sacred mysteries and arcane principles. Un hierofante es un intérprete de los misterios sagrados y los principios arcanos.

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vampiros a Hierophant3 demonio en un abrir y cerrar de ojos. ¡Yo no lo quería, Adam! Pero, ¿Quién más estaba allí? ‑

― No, Adam, que ya no eres el Enfoncer y nunca lo volverás a ser. Es un título que con orgullo tengo ahora, con mi esposa luchando a mi lado. Ella y yo somos responsables de su aplicación ante Noah, ¡Ya no eres nadie! ¡No tienes lugar aquí! ¡No sé siquiera por qué te molestaste en volver! Por cierto, no sentiste la necesidad, ¡Cuando mataron a nuestra madre y padre! ― ¿Qué? ― exclamó Adam con horror. ― ¡Jacob! ― trató Noah de advertirle. ― ¡Fuera de aquí! ― escupió Jacob. ― A diferencia de él, sé de mis responsabilidades, y ahora tengo una familia para proteger y cuidar. Denme a mi hija y se van. ¡Sólo váyanse! ― ¡Nunca he evitado una sola de mis responsabilidades! ― rugió Adam a su hermano, enfurecido que sugiriera lo contrario y nadando en un mar de pensamientos, preguntas e información con la que no tenía idea de qué hacer con ella. ― Y si realmente estuvieras por los tuyos, ¡No estarías despidiendo tu única protección! ― Jacob... piensa un momento, ― le animó Noah en voz baja. ― Pon las piezas en tu mente. Míralo. Se puede ver que no ha pasado cuatro siglos de vivir la vida en el exilio en algún lugar, después de haber abandonado todo lo que conoce. Mira sus ropas. Mira sus armas. Las mismas cosas con las que él estaba adornado el día que desapareció. ― Noah supo que la culpa y la ira hacían que Jacob dijera las palabras y acusaciones salvajes, que venían de la conmoción y el dolor. Una parte de la mente de Jacob preferiría creer lo que estaba diciendo que hacer frente a la verdad más obvia. Una verdad potencialmente más dolorosa. ― En un momento estaba hablando con una chica gitana de ojos violetas en la noche de Beltane, y al momento siguiente te estaba viendo darle la espalda a la amenaza de un vampiro, ― dijo Adam. Jacob levantó la vista mientras acunó a Bella aún más cerca, su comprensión sobre ella reflejo de lo vulnerable que debía de estar sintiéndose. Sus ojos oscuros estaban inundados por la emoción. Su mente era una confusión que el veneno distante de su esposa que estaba procesando en su propio cerebro y cuerpo. La impronta de datos entre ellos hizo sus latidos sincronizar, lo hacía más débil en este momento, aun cuando por lo general lo hacía más fuerte. Cualquier daño a ella era como caminar por ahí con una herida crítica en el pecho. O en este caso, con la mente. Adam se acercó a su hermano, se arrodilló delante de él, y llegó a sujetarlo por la parte posterior del cuello. ― Yo nunca te abandonaré, Jake, ― dijo con fiereza. ― Pero lo hiciste, ― dijo Jacob en voz baja, mirando a los ojos de su hermano, aunque esta vez con menos malicia y tal vez menos convicción. ― Sin embargo, no lo hiciste, ― se dio cuenta. ― Era mi hija. Mi niña. ― Él extendió una mano hacia la niña en los brazos de Noah.

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― Ella no era una gitana, pero si una chica demonio. Mi hija. La primera descendencia híbrida demonio Druida/humana y la primera niña de... del Tiempo. ― ¿Quieres decir que esta niña era la misma chica de cerca de dieciséis años que conocí? ― preguntó Adam con la incredulidad y la comprensión de conflicto en su mente sobrecargada. ― ¿Del Tiempo? ¿Hay un nuevo elemento? ¿Es eso lo que quieres decir? ¿Que esta chica me llevó a través del tiempo? ― En realidad, ― dijo Noah con cautela, ― hay dos elementos nuevos desde el momento de tu desaparición. Leah es la primera del Tiempo. Y mi hermana pequeña y su compañero Gideon tienen el primer hijo del Espacio. Apenas sabemos de lo que es capaz Leah, como veis, y nada sabemos del Espacio. Seth tiene tan sólo tres años y, sin embargo, aún no tiene poder. ― Lo siento, pero ¿Dijiste Gideon? ― Adam estaba claramente boquiabierto ante Noah. ― ¡No puede estar hablando de nuestro Siddah! ― El mismo, ― le aseguró Noah. ― Condenado. Yo no creo que pueda aguantar mucho más de esto, ― juró Adam, la cabeza le daba vueltas. Pero luego se tomó un respiro, sonrió una media sonrisa, y le disparó una mirada a Noah. ― Así que lo que estamos diciendo es... que todos estamos siendo manipulados por... niños. Tu bebé del tiempo me ha movido como una pieza de ajedrez para sus propios fines. El bebé de tu hermana y ¿Te escuche decir más joven? Capturó al estoico Gideon para aparearse. ¿Y en algún lugar existe otro bebé que tiene poderes que no tienen idea de cómo son todavía? Noah se echó a reír. ― Eso es lo que parece. ― Necesito un trago de sangre. ― Ahora una frase que no he escuchado en un tiempo muy largo. Adam levantó la vista hacia la voz familiar y se encontró capturado por la cálida familiaridad de los ojos verdes en el rostro de Elijah. Sin embargo aquí otra vez hubo un cambio. El pelo rubio blanco había desaparecido, reemplazado por un tono dorado tan cerca del metal batido que Adam no había visto nunca. ― Elijah ― Y a pesar de que sólo lo había visto, desde su perspectiva, horas antes, llegó a abrazar al guerrero como si hubieran sido cuatro siglos, porque al parecer había sido exactamente eso. Y la larga ausencia se hizo evidente en el abrazo de regreso de Elijah. ― Adam. Dulce destino, nunca pensé que... ― Elijah dejó de hablar cuando la emoción lo invadió. Había perdido tantos buenos amigos a través de las edades de su vida. Pero la pérdida de Adam había sido una de las pérdidas que le había golpeado con especial dureza. ― ¿Cómo es esto posible?

Adam se rió un poco loco. ― Pregúntale, ― dijo, señalando a la niña que Noah aún sostenía.

Con una mirada perpleja en el rostro fantasmal de Elijah, pero fue reemplazado rápidamente por una expresión de cautelosa comprensión. ― Vamos a esperar hasta más tarde para resolver los detalles, ― sugirió Noah cuando Siena y Gideon se trasladaron al campo de juego. ― ¿Vas a proteger y cuidar a Jacob y su familia? Creo que es mejor si tomo a Adam conmigo por un rato. Aunque sospecho que una

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respuesta segura jamás llegará, tal vez pueda ayudarle a clasificar a través de alguna información, le ayudará a aclimatarse un poco. Una cosa que sé, sin tener en cuenta. Sería mejor no permanecer aquí con Ruth alrededor. Adam ha matado a Nicodemous, y todos sabemos muy bien cómo reacciona Ruth cuando pierde a alguien cercano a ella. ― ¿Nicodemous está muerto? ¡Impresionante! ― Elijah abrazó a Adam otra vez, aún más fuerte y con más entusiasmo. ― ¡No tienes idea de lo que has hecho! ― Tendrías razón en eso, ― dijo Adam. ― Hemos estado cazándolo durante años, ― le dijo Elijah. ― Se estaba haciendo de modo que para nadie era seguro caminar por este mundo por sí mismos. Te prometo que no exagero si te digo que has salvado muchas vidas en ese acto, Adam. ― Y no arriesgaremos ninguna otra, ― alentó Noah al grupo. ― Lleven a Jacob y Bella a salvo, ― instruyó a Elijah y Siena. ― Gideon, creo que es mejor si tú llevas a Leah, por ahora. Tal vez algún tiempo de juego con Seth le ayudará a calmarse después de todo lo que ha vivido hoy ― Todos vamos a estar en mi corte. Cerca, juntos, ― dijo Siena suavemente cuando Leah hizo un sonido de gemidos de protesta. ― Todos vamos a ser capaces de descansar y recuperarnos, ― continuó para calmar a la niña cuando ella la recogió en sus brazos. ― Y podrás ver a tu mamá y papá, tan pronto como todos hayamos tenido una buena siesta. Gideon levantó una ceja en la dirección de Elijah ante la racha maternal repentina de la reina notablemente fóbica a los niños de los Licántropos. Elijah encogió sus grandes hombros, al igual que el médico perplejo. Luego se dirigió a Jacob y se arrodilló junto a él, llegando a descansar una mano sobre el hombro de su amigo. Jacob tenía un apretón de muerte sobre Bella, sus dedos se parecieron a garras rígidas en su carne. Se sacudió un poco cuando Elijah le tocó, pero se tranquilizó cuando miró a los ojos del guerrero y reconoció a un amigo. La comodidad en la fuerza de Elijah pareció relajar a Jacob. ― Ven con nosotros. Vamos a mantenerlos a todos a salvo, ― aseguró su amigo. ― Yo iré con ustedes, ― dijo Jacob. Y luego añadió con vehemencia: ― Pero nadie está a salvo hasta que esa perra del mal se esté pudriendo en su tumba. ― Creo que todos estamos de acuerdo con eso también, ― dijo Elijah.

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CAPITULO 6! Traducido porArisa Corregido Tabitha y Maia

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l Transporte. Líneas eléctricas. Casas modernas. Tecnología. Estas eran solo algunas de las cosas que dotaban el paisaje que los Demonios cubriendo en su camino de regreso a las explotaciones de Noah en Inglaterra. Si Adam no había creído que se había introducido en el futuro antes, ciertamente estaba convencido en el momento que Noah lo trajo a casa. El hecho de que las Sede de los Demonios tuviera la base del poder ahora en Gran Bretaña estaba sólo en la tierra, un concepto aplastante. Pero Noah le explicó que los países de origen de Adam, las tierras que una vez estuvieron pobladas por Demonios, ahora eran tierras de guerra y contención entre humanos. No era inteligente hasta para un caminante de la noche probar quedarse ahí por más tiempo. ― Los humanos han hecho avances sorprendentes, relativamente en un corto periodo del tiempo, ― remarcó Noah. ― Aunque continúa viéndose como si este fuera una mejora a largo plazo. No estoy convencido de eso. El hecho que nuestra química elemental interfiera con la tecnología, haciéndonos incapaces de usarla, me lleva a preguntarme si es bueno para el mundo natural. ― Los océanos y mares, ― dijo Adam, pesada pena en su normalmente voz calmada. ― El agua de todos lados está cargada con… con enfermedad y contaminada con cosas que ni siquiera reconozco. Puedo sentir el veneno y las tolerancias que las criaturas del mar no han desarrollado. Noah, puedo sentir a todas las especias están perdidas… o a punto de perderse. ― Siempre hemos sabido como la humanidad sin pensarlo y sin educación puede estar en el camino de la destrucción de los equilibrios delicados del mundo natural. Sólo ahora los humanos están aprendiendo el error de su proceder. Noah guió al Demonio sorprendido en el Gran Salón del castillo que había construido como el centro de la cultura Demonio y sociedad, también como su casa privada. La decoración anacrónica tenía algún poder para calmar al desplazado Enfoncer mientras se movía hacia el fuego siempre presente en el corazón de Noah, aunque aún estaba muy lejos de la manera en que se habían hecho las cosas en el Renacimiento. Adam elaboró, sin embargo, cuando una mujer con el cabello blanco como algodón se levantó de una de las sillas y se apresuró a abrazar a Noah. Aunque él se quedó viendo al Rey, quien besó obviamente a la mujer humana con una profunda pasión y familiaridad, Adam se disgustó con su propio estado de padecer una conmoción de abrir la boca que nunca se terminaría con las cosas que veía alrededor. Aclaró su garganta. ― Noah, por favor perdóname. Yo… yo pienso que necesito caminar. Necesito algún tiempo…

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― No deberías dejar los limites de mi propiedad, ― dijo Noah, apreciando completamente cómo se debería sentir Adam. ― Aunque el pueblo y las áreas de alrededor son habitadas más que nada por Demonios, no eres lo suficiente familiar para navegar con seguridad alrededor, y no desearía atraer atención. ― No, ― confirmó Adam. ― De cualquier manera no sabría hacia dónde ir. ― Caminó hacia el arboreto, el que lo llevaba afuera hacia los jardines, pero dudo un momento para preguntar. ― ¿Es verdad? Noah levantó una ceja con duda mientras acunaba la bonita rubia a su lado. ― Lo que dijo Jacob acerca de mis padres, ― aclaró. Adam sabía que lo era, solo por la expresión que cayó sobre los rasgos del Rey. No necesitaba el movimiento de cabeza en confirmación que le siguió. ― Gracias, ― dijo, reanudando su salida. Una vez que el Demonio de Agua estaba solo en los jardines, metódicamente, comenzó a ordenar a través de todo lo que había pasado, las repercusiones y la lógica, y trató de conciliar cómo reparar todos los problemas que su aparición en este tiempo había causado. Había sólo una solución, cuando la vio. Tenía que hacer que la chica Gitana que había comenzado todo esto lo regresase a dónde ella lo había tomado. Él la habría forzado a regresarlo a su propio tiempo, su propio país, y su vida, familia prospera donde su pequeño hermano no le había hablado con tan frío desprecio. Pero esa chica se había ido. Y no se había ido aún. Aun no por años, sí él hubiera entendido las cosas correctamente. ¿Por qué ella había hecho esto? Transitó en su cabeza, todas las cosas que le había dicho, todas las cosas que ahora sabía. Ella lo había traído a un momento en el que si él no hubiera aparecido justo entonces, hubiera significado la muerte de su hermano. La muerte del padre de Leah. Su sobrina. Él tenía una sobrina. Llamada Leah. Y su sobrina justo había volteado su vida. ¿Pero ella no le había hecho esa misma pregunta? ¿Ella no le había preguntado si él estaba dispuesto a dejar todo por Jacob? ¿Sacrificar todo lo que conocía? Su respuesta había sido un sí, sin siquiera saber lo que realmente significaba. Pero, Adam se dio cuenta, cuando todo estaba dicho y hecho, que aun si hubiera descubierto que Damien el Príncipe Vampiro era Noah su mejor amigo en el mundo, no importaría. Lo aceptaría. Aceptaría todo siempre y cuando eso significara ser capaz de estar ahí cuando Jacob más lo necesitaba. Jacob. ¿Cómo un Enforcers? Ha habido más de un Enfoncer antes. En este tiempo había dos. ¿El segundo era una mujer humana quien también era la esposa de su hermano? Jacob estaba en lo cierto. No había lugar para él aquí. Este era claramente el tiempo de su hermano. El cumplimiento de su destino. Así que… ¿Qué le dejaba eso a Adam? Alejó ese lamentable pensamiento. No lo había considerado, pensó firmemente. No estaba por su rol como Enfoncer. Él había sido un hombre de poder y de uso vital para su gente mucho antes de que hubiera pasado el manto de Enfoncer, y lo sería otra vez. No importaba de qué manera la arena dispersara una vez su niñez, el tiempo era para jugar, sería de uso y de poder tanto como el aliento que había en su cuerpo. El sonido de botas en las rocas atrajo toda su atención. De repente Adam se encontró a si mismo viendo dentro de unos ojos oscuros sofocantes de color de un visón. La hermosa Vampiro estaba completamente vestida, pero el aliento de Adam se fue de su cuerpo a la visión de ella justo como había sido cuando ella se paró desnuda ante él. Usaba calzones y botas, ambos abrazando sus piernas como una segunda piel, la tela suavizaban amorosamente las

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curvas de sus caderas y su trasero. Vestía un tipo de playera que apenas le llegaba bajo sus hermosos pechos como si se aferrara a ellos lo suficientemente fuerte para revelar la locación precisa de sus pezones de los cuales recordó fácilmente su color de malva. Llevaba el vientre plano desnudo, excepto por la exótica añadidura de una cadena de plata y una amatista que estaba alrededor de sus cintura y se vinculaba a través de un aro que perforaba su ombligo. Mientras ella se quedaba ahí parada, orgullosa y valientemente hermosa como siembre, él se dio cuenta que su cabello lo usaba un poco más corto ahora. Ella cortó la masa ondulada negra sólo unas pocas pulgadas debajo de su clavícula. Una pena, se encontró pensando. Había sido hermoso como caía mojado a la altura de su desnudo cuerpo. Aunque también concedió que había algo atractivo acerca de él ahora. ― Mmm, ― murmuró Jasmine en una voz baja con diversión exuberante. ― Si no es el tímido Demonio espía. Adam, ¿Verdad? ― Se rió, encantada de recordar su nombre después de tanto tiempo. Entonces otra vez, sus encuentros cortos con él eran de esos recuerdos que parecían quedarse con ella durante los años. En realidad, habían estado más que atascados, se admitió a si misma rápidamente, como si la admisión, como el quitar una tirita, doliera menos de esa manera. Una y otra vez había estado envuelta en esos recuerdos, superada por un extraño anhelo que no podía entender. Después de todo, sólo había sido diversión. Molestia. Él no había sido el primero y no había sido el último del que ella se había burlado de esa manera. Pero él había sido el más poderoso. El recuerdo se había quedado en ella por cuatro siglos, y se había preguntado en más de una ocasión a dónde había desaparecido. También recordaba sus reacciones nerviosas hacia ella cuando lo provocaba, pero mientras se diese cuenta de que las victimas más recientes eran penosas, nunca lo había recordado con tal falta de respeto. Lo gracioso era que él se veía casi igual, desde los rizos desordenados de su cabello largo negro hasta lo gastado y rayado de la piel de sus botas montándose hacia arriba en sus duros muslos. Era como ver a través de un portal hacia el pasado. Él aún usaba una espada también. La daga no estaba, una vez más, y la vaina estaba vacía en su cadera. ― ¿Pasaste todos estos años evitándome, solo para fallar ahora? ― sugirió ella en una burla descarada. Adam se fragmentó. Era demasiado, realmente. Él había pasado por suficiente en las últimas horas para destruir la cordura de un hombre. Pero juró por el Destino que no iba a dejar que esta Vampira ramera se quedará ahí riéndose de él, sacando lo mejor de él. Ella estaba en la tierra de su Rey, y sus intensiones no podían ser buenas si tan desnuda entraba en territorio de Demonios. Si era guerra lo que buscaba, bueno, Adam estaba listo para dársela. ― Entonces bien, mi pequeña puta bien alimentada, ― siseó él mientras sacaba su espada, ― déjame ver que bien te ríes con tu garganta cortada. Jasmine apenas se inclinó hacia atrás a tiempo para evitar el golpe vicioso de la espada ya manchada de sangre. Sus botas mandaron las piedras blancas del camino a volar mientras ella patinó en la distancia. Esta vez su risa era completamente incrédula. ― ¿Has perdido la cabeza? ― demandó, esquivándolo nuevamente cuando esa malvada hoja casi corta su hombro. ― Si. Estoy sintiendo bastante loco en este momento. Así que cualquier cosa es posible. ― Adam sonrió, unos dientes amplios intermitentes blancos como una luz excitada entrando en sus ojos por primera vez en lo que se había sentido eras de confusión. Él sabía esto. El sabía cómo luchar y matar en el nombre de su Rey y especie.

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Al menos nunca cambiaría, no importaba cuanto tiempo pasase. Jasmine vio el deseo de sangre que brillaba en esos impresionantes pálidos ojos verdes y tembló en deleite, a pesar del peligro obvio. Si había una cosa que Jasmine siempre podía apreciar, era la sed de sangre. Claro, se suponía que él no debería estar sediento por la sangre de ella. La gente ya no estaba en guerra, pero él estaba actuando como si ella aún fuera su enemiga. Honestamente, ella no había sido su enemiga al principio cuando se conocieron. Había estado más tentada de caer a las manos del bruto hermoso más que de pelear con él. Pero de cualquier manera, los juegos preliminares son los juegos preliminares. ― Bien entonces, estoy en un poco en desventaja, viendo como tú estás armado y yo no. ― ¿Y por qué será eso?, se preguntó Adam fuertemente. Si ella había venido a causar problema, ¿Por qué vino armada solo con tus colmillos y sus poderes de la mente? ― Ahhh, llamé tu atención ¿No es así? ― se burló de él mientras danzaban unos cuantos pasos más alrededor del otro. ― Si deseas clavar tu espada en algo, seguramente podremos encontrar un mejor blanco. ― Lo dudo. Tú eres la mejor funda para mi espada que jamás había visto, ― respondió con vehemencia. ― ¿Eso crees? ― Jasmine se lanzó a volar para evitar perder una pierna. Ella voló sobre y detrás de él, aterrizando con un ademán y una risa antes de que barriera bajo su siguiente alcance y, para la conmoción sin fin de Adam, desarmarlo de su espada con sólo el duro empuje de sus palmas. Ella casi rompe su antebrazo en dos con el golpe y él rugió de dolor aun mientras su espada volaba algunas yardas fuera del alcance. Aunque para su sorpresa la Vampira bailaba fuera de su alcance en lugar de seguir adelante con su vulnerabilidad. ― ¡Ahora tendrás que encontrar una espada diferente para clavármela! ― se rió entre dientes. ― Porque, tu pequeña… La burla descarada lo tomó más allá de la lógica y todos sus años de entrenamiento. Entonces otra vez, nunca había estado en una pelea como esta antes. Adam no podía creerlo, pero la astucia de la chica fresca era divertida para él, frustrante, y sumamente buena, ¡convirtiéndolo en todo al mismo tiempo! ― ¿Y por qué no? ― murmuró él para sí mismo. ― En un mundo vuelto loco y de cabeza, donde los Demonios hacen bebes con humanos, ¿Por qué no un demonio queriendo hacer que una inteligente vampiro grite su nombre una o dos veces? Adam se lanzó por su adversario y la atrapó en un fabuloso abordaje completo. Se fueron navegando por el camino de rocas y dentro del césped con una dura vuelta y cayeron. Para su diversión, ella terminó arriba. Su nube negra de sedoso y brillante cabello formaba un nimbo negro alrededor de su cabeza, sus rasgos aristócratas se inclinaban hermosos a la luz de la luna que resplandecía detrás de ella. Ella plantó sus manos en el pecho de él y a propósito deslizó su trasero hacia lo largo de su torso hasta que estaba a horcajadas sobre sus caderas, montándolo como si fuera un premio de caballo con su postura derecha y con sus pechos levantados. Ella se rió de nuevo, sus ricos ojos café bailando con vida y alegría. Entonces se inclinó cerca de él hasta que sus labios cepillaron los de él. ― Como recuerdo, ― susurró en precipitaciones de aliento caliente contra su boca, ― eres un guerrero bien armado. ― Ella cabalgó su sexo caliente contra el de él para estar segura que entendió lo que dijo. ― Vamos a sacar tus otras armas para jugar. ― Adam la alcanzó y la tomó por sus hombros, arrojándola fuerte sobre el piso hasta que él estaba en la posición dominante. Se encontró a si mismo ajustándose entre sus muslos, sus pechos aplastados bajo su pecho mientas ella clavaba sus muñecas al piso cerca de sus hombros.

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― ¡Creo que pudieras tener lo que estas buscando si vives lo suficiente! ― No hagas promesas que no intentas cumplir, ― respiró contra su boca justo antes de que encendiera su lengua de entre colmillos medio prominentes y lamiese los labios de él. Adam se echó hacia atrás al contacto. Lo que él esperaba era sentir su piel arrastrarse con el total disgusto a la intimidad robada de la vampiro. Pero lo que sintió en su lugar fue justo lo opuesto. El calor explotó sobre su cara, como un destello de vergüenza sin el sentimiento vergonzoso como tal. Adam sintió que su cuerpo completo seguía el ejemplo, surgiendo con él en olas ásperas y abrumadoras. Su corazón ya estaba corriendo por su lucha, pero ahora era algo más. Ahora al parecer todo en lo que se podía concentrar era en la manera que ella estaba respirando fuerte debajo de él. Respirar. Los vampiros no respiran después de sus primeros cien años o algo así. Y ella debía tener al menos cuatrocientos. ¿Por qué ella está…? Dulce destino. Adam se sentía con el mismo cambio nuevamente dentro de su psique. Venía en la manera de sus rápidos respiros, los que daban su nivel de excitación. Flotaba dentro de los sentidos en la esencia de mirra y clavo de su piel. ¿Ellos estaban peleando o jugando? Adam apenas podía recordar. O no podía decir la diferencia. Todo lo que entendía con perfecta claridad era la atracción de ella. Había sido así desde que había puesto sus ojos sobre ella. ― Mmm, ― ronroneó ella en su garganta, sus piernas largas deslizándose para envolverse detrás de las fuertes piernas de él. ― ¿Has escuchado la frase ‘Haz el amor no la guerra’? ― No, ― exhaló él ásperamente. ― Pero es una maldita buena idea. Muy mal que no tenga opción más que matarte por traspasar demasiado cerca a mi Rey. ― Tu Rey me ha dado una abierta invitación para venir, ― puso énfasis deliberado en la palabra, ― …e ir de la manera que me plazca. Adam endureció su agarre en sus muñecas tan bruscamente que Jasmine hizo una mueca. ― ¿Estás queriendo decir que Noah se mancharía con los que son como tú? ¿Qué eres la amante de mi Rey? Jasmine se rió entre dientes a eso. ― No, querido, no lo pienso. Tú sabes tan bien como yo que su esposa me habría destripado hace siglos si yo lo hubiera mirado mal. ― Su esposa, ― se hizo eco Adam. La rubia. ― Kestra tiene algo de temperamento, me han dicho. Además, estaba considerando en mancharte a ti en su lugar. ― Ella lamió sus labios lentamente, de algún modo forzando a que todo el cuerpo de Adam se endureciera en reacción. ― Pero entonces, ― susurró astutamente, ― también tú. ¡Malditas su seducción! ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo lo hacía quemarse como si su vida dependiera de satisfacer su indignante lujuria por él? ¡Era un truco! Él sabía muy bien que era el truco mental del vampiro, pero por su vida él no parecía poder salir de él. Con la conciencia de la táctica debería haber roto el poder. ¿Por qué él la anhelaba tan fuertemente?

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― Ahhh, ― suspiró ella con obvio placer levantando su espalda. ― Ahora ahí está el Demonio que recuerdo.― Jasmine levantó sus caderas bajo la pelvis fijándola al piso. Adam estaba muy excitado; lo había estado desde el principio de su encuentro, sólo la vista de ella obviamente lo había afectado. Ella podía olerlo en él, un calor almizclado masculino que crecía y crecía. Pero ahora crecía mas fuerte contra ella también, una enorme erección tendida contra lo largo de su sexo caliente. Sólo tela hecha por el hombre los mantenían separados, y el conocimiento le causó al cuerpo de ella un destello caliente y húmedo por todos lados. Era la única cosa para disfrutar el coqueteo en burla, pero Jasmine estaba bastante lejos de sentir algo en respuesta. Especialmente una reacción tan impresionante y poderosa como esta. No tu sangre. No tu raza. Escuchó a su mente darle una lección severamente a sus prejuicios. Como regla, Jasmine estaba completamente horrorizada por el cruce de razas entre Nightwalkers. Lo peor de todo de tener su propio matrimonio con un Príncipe con un licántropo, ¡De todas las cosas! El matrimonio con un Vampiro era un concepto ridículo para empezar, porque los Vampiros están tan separados de emociones de afecto reales y profundas, pero ¿Casarse uno mismo con un forastero? ¡Todo el problema que había causado había valido la pena y más para probar su punto! Pero había acabado hace cinco siglos ahora, y esto le divertía un poco. Casi nada la excitaba. Ahora que estaba bajo el cuerpo del bruto, sentía su corazón vivir con un latido salvaje por primera vez desde que había carecido de la necesidad de circulación regular. No necesitaba respirar, pero ahora no podía recuperar el aliento. Nada, nada la había emocionado tan a fondo antes. ¿Por qué? ¿Por qué en este momento, de todas las cosas, porque con este Demonio? ― Tomas placer en esto, ¿Verdad? ― La acusó él acaloradamente en respuesta de su broma. ― Molestas y manipulas, encontrándolo tan encantador. Pero déjame advertirte, Vamp, que no estoy teniendo la mejor de las noches. Encuentro que estoy perdiendo rápidamente toda la preocupación de lo que está bien y lo que está mal. Mañana podría haberme ido, y todo lo que haga hasta entonces nunca importará. ― Me doy cuenta que encuentro placer en esto, ― admitió, su voz tan sexy que hacia su cuerpo doler con un inexplicable anhelo. ― Me sorprende en confesarlo. ― Debería matarte, ― le advirtió. ― ¿Por qué? La guerra hace tiempo que terminó, Adam. Ya no somos enemigos. Tu ataque y amenazas contra mí son equivalentes a traición. ― ¡Traición! ― Soy el ayudante de mas valor de Damien. Noah me prometió paso libre, y nuestra gente vive más bien en tediosa paz. Un ataque contra mi debe interpretarse como un acto de guerra. ― Un acto de… Paz, claro. ¿Qué esperaba él? ¿Qué una guerra durara cuatro siglos? Ella podía estar mintiendo pero… él lo sabía mejor, ¿O no? El castillo estaba levemente cuidado, ella vino sin armas y no hizo esfuerzo de herirlo seriamente, y él había aprendido fuertes lecciones esa noche que decían que todo era posible.

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― Todo es posible, ― murmuró pensativo. Comenzó a bajar dentro de los ojos calientes de seda. ― Incluso la paz con Vampiros. Pero tú, mi hermosa oscuridad, eres un asunto bastante diferente ahora, ¿No? Jasmine sintió que su corazón revivía tartamudeando bajo la intensa reacción de sus palabras contemplativas causaron para apresurarse a través de ella. Era como si miles de alfileres picaran a lo largo de su piel sensible. ― Dime tu nombre, pequeña Vamp, ― le ordenó. ― Gánatelo, mi buen bruto Demonio, ― Ella se retiró antes que pudiera checar el impulso. Pero el atrevimiento lo hizo sonreír de una manera lenta y predadora que Jasmine quería provocar una y otra vez. Cualquier cosa que invitara ese salvajismo maravilloso en su pálido iris de jade. ― Creo que haré eso, Vamp. Adam vibró con la estimulación de su invitación. Las posibilidades produciéndose a través de su mente como si, por primera vez, se diera completo permiso para hacerlo. Ella estaba desnuda y obviamente era una moza con experiencia, así que no necesitaba ser delicado con ella. Ciertamente no era la primera cosa hermosa con deliciosas tetas y un buen trasero que cayera en su regazo. El pensamiento crudo vino y se fue en un destello, un apartado de su mente rechazándolo duramente por una razón que no podía averiguar. Entonces, de todas las opciones ella hizo alarde de manera flagrante ante él, Adam se estableció en lo que él más quería. Bajó su negra cabeza hasta que sus labios estaban húmedos y suaves contra su mejilla, y después puso su cabeza más y más abajo hasta que su nariz estaba recorriendo el largo de su fragante cuello y su boca lentamente se abrió contra su fuerte y pequeño pulso. Jasmine jadeó fuerte, y después cerró sus ojos con un lento gruñido de puro placer mientras la húmeda lengua de él se encendía contra su garganta. Cuando él la succionó fuertemente, ella casi se disparó del piso. Ese punto particular era altamente erógeno en su gente, y claramente él sabía cómo explotarlo. ― Mmm, ― gimió contra su oreja. De todas las cosas que él tenía para escoger. ¿Por qué escogió esto? No había satisfacción directa para él de esta manera, ¿O la había? El pensamiento lo perturbó profundamente. Sin gustarle la sensación de confusión, ella se sacudió bajo él y desenvolvió sus piernas de alrededor de él para asegurar sus pies al piso. Él levantó su cabeza cuando sintió sus actos de resistencia, y ahora eran sus ojos que estaban brillantes con diversión. ― Así que, mi pequeña Vamp tiene un borde después de todo. Ella prefiere molestar pero no ser molestada. ― Levántate, ― mordió ella en respuesta. ― No creo que lo haga.― Adam se puso nariz con nariz con ella. ― El agua es mi elemento. Todo lo que es líquido es mío para manipular y armonizar. ¿Te digo dónde estás mojada, pequeña Vamp? ― Si tienes las pelotas para decirlo, Demonio, las podrás encontrar perdidas en la mañana. ¡Levántate! Adam se rió en su cuello, incapaz de explicar este deleite. Como el poder rotaba entre ellos, su excitación se levantó para recibirlo. Se sentía más conectado a la tierra mientras ganaba control de la dinámica del momento. Incluso se dio cuenta de que la excitación estaba fuera de

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su alcance de manejo. Sólo él mismo anhelaba indulgencia en él. Aun si lo único era obtener lo mejor de la zorra descarada bajo él. ― Ven, ven, ― engatusó, su inflexión de hacer un doble juego, ― estabas tan dispuesta a jugar hace un momento. Y tengo un nombre que ganarme de ti. ― ¡Bastardo! ¿Cómo es eso por un nombre? ― gruñó. ― No lo suficiente para los que son como tú, ― Él se rió entre dientes. Los dientes de Jasmine brillaron hacia él con un siseo. ― ¿Si te digo mi nombre, te quitas de encima de mí? ― Difícilmente un trato justo después de todo lo que me has dado, ― Él cambio sus caderas hacia ella para recordarle las reacciones que sus juegos habían traído. Adam se rebeló en su jadeo casi sin aliento. Viendo la naturaleza sensual tomarla sobre ella oscureciendo sus ojos y una llamarada delicada de sus fosas nasales. Ella no pudo contener el sonido involuntario de placer que le siguió, y él podía ver la furia en su propia traición quemando sobre sus facciones. La cabeza de Jasmine estaba dando vueltas con una sobrecarga sensorial y emocional. Por un lado, estaba enojada por este giro extraño de poder, sintiendo que quería repartir, no ser una víctima de tales trucos, sin embargo, no podía creer que tan fácilmente y tan a fondo le afectó. Anhelaba mas, la excitación de eso la hacía sentir tan… Viva. Adam sintió la medida de rendición, y se arriesgó a soltar una de sus muñecas atrapadas. Levantándose un poco, estudió el paladar lleno de posibilidades que ella presentaba. Alcanzó el toque de su vientre expuesto, recorriendo un dedo bajo su extraordinaria cadena de joyas. ― ¿Todas las hembras usan este ahora? ― preguntó suavemente mientras las yemas de sus dedos callosas raspaban sobre su suave piel cerca de su ombligo. ― Algunas lo hacen, ― respiró. ― Me gusta. ― A mí también, ― le informó con una intensidad que hizo que la sangre de Jasmine zumbara ruidosamente en sus oídos. ― ¿Tienes joyas en algún otro lado, pequeña Vamp? ― Si, ― dijo en un susurro apresurado. ― Dime. ― Encuéntralo tú mismo, ― contrarrestó con un malvado regreso de su coqueteo salvaje y poderoso. La invitación pegó en el deseo dentro de los ya calientes sistemas de Adam. ― Oh, Vamp. Lo que tú me haces… Adam la miró a sus ojos, jade pálido chocando con seda caliente en un enredo de intensidad que se sentía profundamente más lejos de lo que ellos habrían querido. De repente sintió mientras respiraba que estaba fuera de su capacidad, y encontró su atención completa en la boca de ella. Sus labios eran exuberantes y oscuros, pero el pinchazo de sus colmillos evitaba que parecieran dulces o inocentes. En lugar de eso la imagen era oscuramente erótica y extrañamente tentadora.

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Jasmine volteó su cabeza fuerte a un lado cuando él hizo una finta hacia su boca. Su mano libre se disparó hacia su mejilla y la volteó para enfrentarlo, manteniéndola firmemente en su lugar. ― ¿Demasiado asustada para besarme, pequeña Vamp? ― Un beso es nada, ― fundamentó. ― Y mi lengua no está perforada, así que no necesitas buscar. ― Tu lengua… ― Adam se rió fuerte. ― No esperaba que lo estuviera. Seguramente ni los Vampiros harían algo tan ridículo. Jasmine sonrió. ― No. Claro que no. Adam tenía el presentimiento de que ella tenía un chiste privado a su costa, pero no le dio mucha importancia. ― Bésame, ángel oscuro. No tienes nada que temer de un hombre que apenas existe en este momento. ― ¿Miedo? ― se rió con eso. ― Le tengo miedo a pocas cosas y dar un beso mucho menos. No tocaría con mis labios mi comida si pudiera evitarlo, pero, como puedes ver, tengo pocas opciones. ― ¿Qué? ¿Además de cortar por arriba una garganta para tu cena? ― No por arriba, pero meramente prevenido por ley y una pequeña pizca de decencia. ― Oh mí... ― regresó él. ― Qué pequeña mentirosa eres. Tú no estás tan carente de moral como me haces creer. Dime, ¿Estas plumas prueban efectividad en mantener a otros a la distancia? ― Sólo ciertos picos necesitan ser alejados. ― Bien, dejemos ver como dos podemos esquivar tu filo, pequeña Vamp, ― ocasionó suavemente nuevamente pero él la mantuvo fuerte. ― Por favor, yo no beso… ― susurró desesperada, su mano libre alcanzaba a empujar contra su gran hombro. ― SÍ lo haces. Sólo que no te has dado cuenta aún. La boca de Adam cubrió la de ella con dominación caliente. Ella tenía una personalidad poderosa en su propio derecho, pero en ese momento estaba a la defensiva, y podía sentir el endurecimiento y resistencia como si se atornillara de ella. Pero también podía sentir el jadeo de sorpresa que hizo y el cambio considerable de su respiración apresurada. La tensión que la resistía de repente comenzó a alcanzarle mientras él deslizaba su lengua caliente e insistente entre sus labios. Encontró el raspón erótico de sus colmillos, las puntas lo suficientemente filosas para cortarlo si se movía incorrectamente, pero ignoró ese pequeño peligro si así podía concentrarse solamente en la oscuridad dulce que estaba en su beso. Ella no había mentido cuando decía que no besaba. La intimidad era claramente una que evadía. Lo podía decir por la molestia de su resistencia a su invasión inicial. Más que eso, podía decir por la manera sin práctica que ella comenzó a relajarse y ceder a su beso robado. No era como si no supiera cómo hacer lo que estaba haciendo, sólo que había pasado mucho tiempo desde que lo había permitido.

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Cuando su lengua finalmente completamente se ocupó de la de él y todo su cuerpo pareció en levantarse hacia él en anhelante participación, Adam no resistió en sonreírle triunfante. Ella hizo un ruido obstinado y sus manos se curvaron rápidas y fuertes sobre sus hombros, cubriendo su extensión en un instante. Sus besos crecieron en ferocidad y riqueza, ahogándolo profundamente dentro de ella y poniendo cada pulgada de carne en fuego. Adam se echó hacia atrás cuando sintió las yemas de los dedos acariciando debajo de toda la longitud de su espalda, una delicada caricia que parecía de algún modo la antítesis de la pasión desgarradora saltando ente sus bocas, incluso era profundamente emocionante. Él vio dentro de sus ojos oscuros y hermosos, un intento por centrarse o la posibilidad de comprender la profundidad de que era razonada hacia él. ¿Incluso podría comenzar a entender que estaba experimentando? Fácilmente admitió que a pesar de su edad, no tenía nada en su experiencia para comparar esto. Viendo dentro de su expresión desconcertada, tenía que dudar si había alguna diferencia para ella. Él quería llenar sus manos con ella, y estaba claro que ella tendría muy pocas quejas si lo hiciera. El Enfoncer deslizó hacia arriba una mano hambrienta apoyándola en las curvas de su lado hasta la carne suave desbordaba en su palma y la curva de sus dedos. Sin tener en cuenta la barrera de su playera delgada y aferrada al ángulo su pecho y su cresta hacia su boca. Al principio todo lo que hizo fue probarla con el fantasmal roce de sus labios, pero sólo le tomó un momento para darse cuenta de que había descubierto uno de los tesoros con los que ella lo había desafiado. Él podía sentir, en una emoción de excitación, un duro círculo de metal y dos pequeñas esferas acompañándolo. A través de una fascinante exploración, Adam metió su mano bajo su playera y retiró la tela que abrazaba la piel. Sintió la mano libre de ella agarrando fuertemente los rizos de su cabello, como si no estuviera decidida acerca de jalarlo más cerca o alejarlo. Pero todo lo que tomó fue sólo un parpadeo del arete plateado a través de la punta de un pezón prominente con sombra de un color rosado, y no pudo forzarse a sí mismo a detener el siguiente impulso por todo lo que valía en el mundo. Alcanzó la punta de su lengua para enganchar el invitante aro. Con un tirón experimentado y un rápido jalón dentro de su boca, Adam estaba encantado cuando ella enarcó su espalda y todo lo que agarró fue su cabeza en un repentino estímulo. Ella gimió suavemente, las uñas de sus dedos se deslizaban de su cabello a lo largo de su mejilla que hacía un cóncavo debajo de su toque cuando él se tomó la libertad de jugar con su fascinante cuerpo con joyas. La esencia que emanaba de su cuerpo en olas dulces de invitación sexual. Ella hizo un sonido bajo de vibrante seducción, sus piernas deslizándose inquietamente con tentación renovada. Adam probó su tolerancia en el punto sensible, agarrando el aro y jalándolo fuertemente hasta que ella exhaló un sonido en respuesta. El cuerpo completo de Adam estaba furioso de necesidad, y sabía que nunca había querido a una mujer con un sentido de puro de locura. Sólo la excepción que había tenido ese momento cuando ella había provocado la misma respuesta fuerte de él en lo que era ahora un pasado muy distante. El pensamiento era bastante aleccionador. Su situación en vida estaba tambaleándose de su control, nada tenía sentido y no había resolución a la vista, y aquí estaba todavía con esta hembra, y de alguna manera se sentía más conectado de lo que alguna vez se había sentido antes. Aun así estaba mal estar con ella. ¿O no lo estaba? Él no tenía idea de qué estaba bien y qué estaba mal en este mundo confuso en el que se encontraba, y lo estaba haciendo sentir como si no tuviera centro. Él necesitaba saber las reglas. La ley. Era como siempre había vivido su vida y no iba a parar ahora.

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Adam alejó la tentación acostada en el pasto, alejándose de ella aunque sus partes viscerales protestaban por lo violento del acto. Se puso de pie y recobró su compostura y miró como ella lentamente se sentaba y alisaba sus manos sobre su cuerpo estimulado. Ella tocó su boca con dedos elegantes, limpiando la humedad que había dejado con un par de golpes sensuales que hicieron que su pecho doliera con deseo otra vez. ― Hasta la próxima vez, ― rió ella mientras se levantaba del piso en una levitación fácil. ― No habrá una siguiente vez, ― se quejó oscuramente. ― Seguro que no habrá.― Su incredulidad era más que obvia. Ella se dirigió a Noah, elevándose casi cuatro pulgadas del suelo mientras rozaba a lo largo de su camino. Adam maldijo, aún incapaz de tomar la palabra de ella de que la guerra había terminado y precipitarse rápidamente detrás de ella en caso de que necesitara proteger la casa de Noah. Ella entró al Gran Salón sin tocar, justo como siempre lo hacía, completamente consciente de que el gran macho Demonio estaba detrás. Jasmine podría haber actuado bien e incidentalmente filtrar su encuentro, pero ella se sentía cualquier otra cosa excepto calmada. De hecho todo su cuerpo estaba caliente con respuesta y ansiosa curiosidad. No podía recordar cuándo había tenido un encuentro con un hombre quien había tenido tanta confianza y estado tan escandalosamente desnudo, un macho hacia el que también ella estaba atraída. Y el hecho de que él no era un Vampiro simplemente la irritó. Entonces nuevamente, ella no había encontrado a nadie en su raza para jugar en mucho tiempo. Ellos la aburrían o eran odiosamente engreídos. Este Demonio macho era fuerte y seguro de sí mismo, pero podía sentir los momentos de duda y confusión en él. Él ciertamente era un rompecabezas. ¿Por qué ella no había puesto sus ojos en el por cuatro siglos? Y, ¿Por qué cada vez que lo veía, parecían pegarse como imanes irreprimibles? ― ¡Noah! ― ladró Adam cuando alcanzó a agarrar a la Vampiro fuerte alrededor de su brazo. ― Ella dice que te conoce. ¿Es esta Vampiro bienvenida en tu hogar? Jasmine le sonrió por manera que él dijo “Vampiro”. Como si ella fuera algo realmente sucio. Bien, cuando ella estaba alrededor de él se sentía sucia. Muy sucia. ― ¡Jasmine! ― Noah se quedó parado, aventando a su esposa de su regazo y viniendo a encontrarlos. Estaba ceñudo, justo como Adam estaba mientras que él trataba de entender como los humanos se habían convertido compañeros de los Demonios. ― Si, Adam, ella es más que bienvenida aquí. Jasmine, perdona a Adam, él ha estado fuera de toque con los asuntos actuales. Adam, ella es una agregada importante al Príncipe Vampiro. Hay paz entre Vampiros y Demonios… por casi todas partes. ― ¿Casi todas partes? ― se hizo eco Adam. ― Hay algunos Vampiros que han tenido un comportamiento ilegal. Ellos nos ponen en peligro a todos. Como el que tú mataste. ― Mató a un Vampiro, ¿Lo hiciste? ― preguntó Jasmine, arqueando una ceja hacía él. Él casi podía escucharla burlarse de la hazaña. ― Nicodemous, ― informó Noah. Adam vio con un poco de asombro como ella se puso inmóvil, absorbiendo la información indiferentemente cuando todos sus sentidos le decían que ella estaba bastante conmocionada.

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― Mataste a Nico, ― dijo un poco sin aliento. Y había algo de primitivo en su entendimiento de eso. La manera en que ella encontró sus ojos, Adam casi podía probar la incitación y excitación que la información envió dando vueltas a través de ella. Era como si él pudiera leer su mente, en lugar de que fuera al revés. Pero seguramente su propio cerebro añadido estaba haciéndolo. ¿Por qué tomar placer en la muerte de su raza? Entonces nuevamente, ¿Quién alguna vez podrá entender cómo se manejaba un Vampiro? ― Lo corté el su cuello. La última vez que lo revisé, después de la decapitación, es el método más rápido de matar a un Vampiro. Y, ¿Por qué él pensaba que el hecho de que supiera la forma en que lo mató, la excitaría un poco? No podía ser por esa pequeña sonrisa que ella le estaba dando, ¿O podía? ― Bueno, él está bastante muerto, entonces, ― asintió. ― Confieso que estoy impresionada, Adam. Incluso tu Rey hubiera evitado en ir cabeza a cabeza con Nico o Ruth. No sé si considerarte valiente o increíblemente temerario. ― Haría lo que fuera para salvar la vida de mi hermano. Y como un Enfoncer no voy a vacilar en cazar a la hembra Demonio pervertida tampoco. Es de preguntarse por qué Jacob no ha podido manejarla. ― Adam presionó sus labios juntos para evitar hablar acerca de sus teorías en eso. Era claro que Jacob estaba demasiado distraído por su esposa e hija para hacer su trabajo efectivamente. Había una razón por la cual los Enforcers se reasignaban si se Imprimaban. En su opinión, esta situación ilustraba esa razón. ― ¿Cómo Enfoncer? ¿Tú? Jasmine se dio cuenta un momento después de que se rió, que era una mala idea burlarse acerca de esta particular noción. El labio del demonio se curvó y su gran cuerpo se erizó en ofensa. Jasmine levantó sus palmas y encogió su hombro, tratando de evitar la metida de pata que había hecho. Normalmente, a ella no le podría importar menos a quién marcaba, pero no estaba ansiosa para agitar las plumas de este Demonio. Cuando él fue sacudido, comenzó a hacer cosas con las que ella fue la que término agitada. Y aún no había decidido si le había gustado o no. Ella no pensaba que debiese. Pero entonces otra vez… su cuerpo aún estaba zumbando con el último ataque a sus sentidos. Su boca aún sintiendo el sabor de su calor. Se sentía como si estuviera a una marca de distancia. La llevó de regreso hace cuatrocientos años a la primera vez que ellos se encontraron, cuando él se había convertido en agua y atacado su cuerpo completamente. Ella nunca olvidaría ese momento, esa sensación increíble. Ella nunca lo había olvidado porque nadie desde entonces se había nivelado a su potencial. Había sido una promesa no cumplida, y había durado menos de un minuto para estar segura, y ninguna escapada sexual que pudiera soñar o salpicar le había pegado tan poderosamente. No es que ella alguna vez se lo fuera a admitir a él. ― Hay dos Enforcers, y tú no eres uno de ellos.

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CAPITULO 7! ! !

Traducido por Kyra Corregido Maia

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y, ― susurró Jasmine en voz alta cuando se giró para mirar al Enfoncer con el

que estaba más familiarizada. Jacob caminó en el Gran Salón, viéndose como si hubiera sido arrastrado a través de las entrañas del infierno y no estuviese muy estable. Noah se acercó a Jacob con la preocupación grabada en sus facciones, pero Jacob levantó una mano para mantenerlo a raya. ― Te necesito para acompañar a mi esposa e hijo, pero están a salvo por ahora y esto es más urgente, ― dijo Jacob mientras avanzaba directo hacia su hermano, cara a cara con él por primera vez en siglos. ― Tú no eres una ilusión. No eres un producto mágico enviado para engañarnos. Puedo ver eso. Puedo sentir eso en mi alma. Tú eres mi hermano. Y sin embargo… ― Él miró a Noah. ― Yo nunca crié a mi hija para que actuara de esa manera, para que pudiera tener tanto potencial para el daño y las consecuencias negativas. La abracé y la toqué, miré dentro de sus ojos, y era Leah… Pero ¿Cómo podría haber fallado como padre para que ella pensara que esto era aceptable para hacer? ¿Para robar a alguien de su vida de esta manera? ¿Para robarle de su propio Destino y para alterar el Destino de tantos otros en el proceso? ― Quizás no lo hizo, ― dijo Noah suavemente. ― Jacob, tienes que considerar ¿Qué te hubiera pasado a ti y a Bella y a Leah si Adam no hubiera aparecido en esa caverna? Jacob no lo consideró hasta ahora. Palideció ante el punto de Noah. ― Pero si eso es la verdad, si Nico me hubiera matado, ¿Cómo pudo Leah alguna vez sobrevivir cuando Isabella estaba incapacitada? ― Quizás Ruth pudo mantenerlas con vida, Jacob. Considera, por un minuto, qué significaría. Tú moriste, pero ella permite que Bella sobreviva. Leah le permite sobrevivir. ― Bella no pudo sobrevivir sin mí. Tú sabes eso. ― También lo hace Ruth. Y obligar a Leah a dar un testimonio lo haría mucho peor. Ambos sabemos que la perra enferma es más que capaz de eso. ― Así que estás diciendo… Estás diciendo que Leah sobrevivió mirando como su padre era asesinado… Y su madre… ― se aclaró la ronquera de su garganta causada por sus pensamientos. ― ¿Puedes imaginar lo que le haría eso a un niño? ― dijo Noah. ― ¿Un niño quien se crió con todos los que vivimos en las consecuencias de algo así? La idea por sí sola me devasta,

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Jacob. Tiene más sentido que ella use ese poder para encontrar una manera de cambiar el pasado, encontrar una manera de salvarlos a ambos. ― ¿Entró en un pasado lejano para robar a mi hermano para que la ayudara? ¿Me estás diciendo eso por qué él desapareció hace todos esos siglos? ¿Porque mi hija lo robó para poder venir y protegerme en el futuro? ¿Y si es así, porque vive? ¿Por qué ella no se quedó y me explicó todo esto a mí? ― Debes imaginar que las paradojas son infinitas, Jacob. En el momento Adam te salvó, Leah debía haber dejado de existir. El futuro y la línea de tiempo en que ella había existido tenían que llegar a un fin atronador, tuvo que desintegrarse, acaba de cambiar. ― El momento de su muerte, ― dijo Adam repentinamente. ― Exactamente. Sus acciones te han dejado a ti y a Bella seguros y vivos, y a Adam varado aquí y no hay forma de volver hacia atrás hasta que tal vez en el futuro Leah tenga la edad suficiente para controlar su poder. Pero claramente ella no va necesitar volver, o tú nunca habrías notado su ausencia. Tú nunca te habrías convertido en Enfoncer. Tú nunca hubieras conocido a Bella o sido su padre. Este camino está cerrado y comienza uno nuevo desde aquí. Adam nunca va a volver atrás porque si lo hace, Leah nunca va a existir para llevarlo en primer lugar. ― Me duele la cabeza escuchando esta explicación, ― dijo Jacob. ― Pero creo que puedo seguir de la misma manera. ― ¿Quieres decir que no hay opción? ¿Debería quedarme aquí en el futuro? O mejor dicho, ¿Este presente? ― Esto es un castillo de naipes, Adam, ― le advirtió Noah. ― Si vuelves, puedes cambiar todo. Puedes destruir toda oportunidad de felicidad para tu hermano. Para toda la gente Demonio. Jacob fue el primero en encontrar y enamorarse de una Druida. Si eso nunca pasa, entonces yo nunca encontraré a mi esposa. Tu hermano Kane nunca encontrara a Corrine. Elijah… ― ¿Mi hermano Kane? ― se hizo eco Adam con incredulidad. ― Kane nació después de que desaparecieras, ― le informó Jacob. Jacob ahora se daba cuenta que no tenía derecho a estar enojado con su hermano por todas las cosas que le había criticado antes. Todo este tiempo Jacob se había sentido inexplicablemente abandonado, y demasiado había pasado para cambiar su vida porque Adam desapareció. Pero ahora se dio cuenta que no era culpa de Adam. Era Leah. Te amo, Papi. Sí. No tuvo ninguna duda en su mente que esa era Leah. Su hermosa hija, de mayor. Y ahora, cuán lleno de tragedia y dolor ese abrazo lo había dejado. Ella se había mantenido sobre él como si estuviera sosteniendo a alguien que no viese en un largo, largo tiempo; alguien quien había sido arrancado de ella. Cuando Jacob pensó que su hija originalmente fue testigo de este día en su historia, lo hizo ir a su lado y sacar su brazo, sostenerla con fuerza en su pecho para que entonces nunca necesitara retenerlo desesperadamente otra vez. O alguna vez. ― Jacob, ¿Cómo le irá a Bella?

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― Legna está con ella ahora, ― dijo Jacob. ― Está insensible a todo pero está en coma por el veneno que adquirió. Tengo miedo que ella… ― Él nunca antes dijo que tenía miedo, pero no tenía que hacerlo tampoco. Noah conocía muy bien lo que estaba en juego. ― Entonces déjame ser claro, ― dijo Adam cuidadosamente. ― Vampiros y Demonios no están en guerra. Noah sacudió su cabeza. ― ¿Y un Nightwalkers puede usar magia? ― preguntó. ― Aquellos quienes eligieron ir hacia abajo por el camino oscuro, ― agregó Noah. ― ¿Y ustedes son dos Enforcers? Un macho y una hembra. ― Sí, guapo, y la mujer tiene voto, también, ― bromeó Jasmine con una sonrisa. ― Jas, ― la regañó Noah. Pero ella se encogió de hombros cuidadosamente. ― Bien, las cosas son muy diferentes aquí a diferencia de cuatrocientos años atrás, y es mejor acostumbrarse a eso si va a pegarse alrededor. Vamos a empezar con la idea de que ningún Nightwalkers está en guerra. La única excepción son unos pocos Vampiros. Y están esos molestos nigromantes y cazadores humanos. Pero mi punto es, no puedes querer matarme. ― ¿Él trató de matarte? ― dijo Noah ahogado. ― Entre otras cosas, ― dijo Jasmine astutamente, dándole a Adam una mirada traviesa sobre su hombro. Adam resistió la tentación de sofocar la culpa, pero sólo después de una gran cantidad de esfuerzo. Él de repente se instó a envolver las manos en su espalda en vez de torno a su esbelta garganta. Con guerra o no, las leyes de la pureza tenían que estar todavía en existencia. El sexo con otras especies tenía que ser ilegal. ¿O no? Adam miró a esa preciosa blanca y rubia humana quien se apoyaba íntimamente contra el Rey Demonio. ― ¿Demonios y Druidas pueden aparearse? ― preguntó cuidadosamente, tratando de unir las piezas de información que había aprendido. ― ¿Y los Druidas son en parte humanos? ― Sí. De hecho, los Demonios pueden aparearse con cualquier especie de Nightwalkers ahora. Sé que era diferente en tu tiempo, ― dijo Noah. ― Es relativamente nuevo para nosotros, créeme. Mas rápido de lo que hubiera querido, Adam sintió su mirada lanzándose con rapidez para encontrarse con el travieso visón marrón de la hembra Vampiro. Jasmine. Es un hermoso nombre, pero demasiado limpio e inocente para alguien tan malo y experto. ― Me gustaría dar algunos ejemplos de lo que significa, ― dijo un poco aturdido cuando intentó absorber el shock de lo que estaba oyendo. La peor parte de esto, pensó, era que se llevaba la rienda que había mantenido tan tenue sobre su control. Removía la pared que debía de estar entre él y esta Vampiro hembra. Pudo sentir las posibilidades y curiosear lo mejor para él, tal como habían hecho antes de que él se hubiera enterado que ya no era ilegal disfrutar de ella. ¡Pero debería todavía sentirse mal para él! Estuvo prohibido por tanto tiempo, ¿Por qué no rechazaba esa idea? ¿Por qué ella no le producía repulsión?

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― Aquí esta una. Elijah, su viejo amigo. Él está emparejado con la Reina Licántropo. La mandíbula de Adam se aflojó con el shock. Ahora sabía con certeza que las cosas habían cambiado de forma que nunca comprendería plenamente. ¿Elijah estaba emparejado? ¿Con alguien? No importaba que la hembra no fuese de su especie. En realidad, se hundió más, Adam se encontró desesperadamente perdido con lo que había dejado atrás. Principalmente sus padres, quienes estaban muertos. Y ahora tenía un hermano adicional y una linda y pequeña sobrina. ¿Había más? ¿Hasta qué punto estuvo perdido? ¿Cómo de posible era ponerse al día? Además, con Jacob y su esposa como Enforcers, ¿Que propósito tendría él sirviendo en este mundo moderno? Esto era desesperanzadoramente excesivo, e innecesariamente doloroso. El pensamiento que se movió a través de la mente de Adam era tan fuertemente hiriente que Jasmine no pudo evitar escucharlo. Ella sintió un momento de empatía poderosa hacia él, sabía, como un Vampiro que fuese a la tierra y despertase en una era completamente diferente, lo qué se sentía al encontrar a tus seres queridos cambiados o perdidos. Por sentado, ella nunca escuchó de un vampiro que hubiese dormido cuatrocientos años… ― Todo está bien, ― dijo ella suavemente. ― Tu desorientación y sentimientos de pérdida son de esperar, pero desaparecerán con el tiempo. Concéntrate en las nuevas bendiciones de tu vida, no pienses en lo que perdiste. ― ¿Que bendiciones? ― rompió, sonando fatalista y frío. ― Perdí a mis padres, a quienes amaba, mi posición en el mundo que me hizo el demonio que soy, y no tengo concepto del bien y del mal bajo estas leyes cambiadas. ¿Qué hay de bendito en eso? ― Perdiste a tus seres queridos, pero ganaste otros, ― insistió, tomando su mano.― Una hermosa y poderosa sobrina quien está dispuesta a sacrificarlo todo, ella sabía que podrías salvar a su padre. Puso toda su fe en ti y fue recompensada por ello. Tú tienes un hermano, a quien nunca conociste. Su esposa es buena. Claro que sí, lloras por tus seres queridos, pero no tragues tu dolor para no perderte lo demás a tu alrededor. Ella tenía razón. El entendimiento de que su buen padre y su hermosa madre se habían ido era doloroso, dejando un terrible agujero en su corazón, pero aquí había otros que tal vez nunca conocería si no creía en las valientes acciones de la joven chica. ¿Y no le había preguntado ella, más de una vez, si dejaría todo lo que tenía si sabía que habría posibilidades de salvar a Jacob? ¿Habría mentido cuando dijo que sí? No, pensó Adam. No había sido una mentira. Él hubiera dado todo en ese momento para salvar a su hermano. Y tenía que hacerlo. Este era el precio que dijo que debería pagar. Aceptaba eso. Tenía que reconocer que así era el mundo, incluso si era por el bienestar de una pequeña niña quien claramente podía no soportar la pérdida de su padre. Y su madre, se recordó. Además Jacob le había salvado la vida el hoy. Debería tratar de recordar eso. Se volvió a los cálidos y agradecidos ojos de la Vampiro hembra ante él. Jasmine. Incluso cuando se puso de pie, su ropa se ajustaba a su piel, y con esa sonrisa perpetua contemplativa en los labios, sabía que estaba preocupada por él. Sabía que entendía lo que debería sentir. Cuando la conoció por primera vez, ella le dijo algunas cosas sobre estar adormecido por un largo tiempo. Ella debió tener los mismos sentimientos que él tenía ahora. Fuera de contacto. Confuso y desorientado. Atrás del tiempo. ― ¿Cómo lo haces? ― le preguntó sin rodeos. ― ¿Cómo haces un simple despertar cientos de años después y asimilas los cambios que se hicieron a tu alrededor? ― ¿Yo? ― arqueó una ceja y sonrió astutamente. ― Acabo de adoptar el nuevo mundo a mí alrededor. La ropa, la comida, los olores, y los sentimientos de todo. Quiero que todo esto

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sea una experiencia. ― Se abrazó a sí misma mientras hablaba, pero entonces ladeó la cabeza hacia él. ― Tú, sin embargo, no pareces de ese tipo. Probablemente estarías mejor con una guía. ― ¿Qué quieres decir, con que no soy de ese tipo? ― demandó, con los pelos de su nuca alborotados con despecho. ― Los míos son los caminos sensuales, ― le dijo ella cuando se le acercó, su cuerpo apretado rozando contra él, ― y no me parece que seas el tipo que cede a sus sentimientos. El comentario era engreído y burlón y deseó poder alargar la mano y acelerar. En su lugar se encontró enrojecido de audacia frente a su Rey y, aparentemente, su Reina. O tal vez era porque si ella se hubiese frotado un poco más firme, él la habría agarrado para darle una lección de sexo que sólo un viejo vampiro de siglos podría usar. Estaba como fuera de control, sentía todo el tiempo como ella venía acercándose demasiado. Infiernos, sólo colocando sus ojos en ella… ― Una guía es una excelente idea, Jasmine. ¿Te tomaré como voluntaria? El cuerpo de Jasmine se puso tenso a lo largo de su longitud, llevándose todas las burlas que consideraba una amenaza para sí misma. Lo que sacudió a Adam con curiosidad. ¿Por qué debería alguien tan audaz y seguro como ella percibir a un demonio desplazado como él una amenaza? ― Tengo cosas más importantes que hacer, ― dijo ella, con su voz chasqueando fría y repentina con la prisa del viento. ― Tu hermano podría serlo. ― Jacob se preocupa por Bella y su hija. Sin mencionar sus problemas como Enfoncer. ¿Qué es lo que tienes que hacer? ― preguntó Noah maliciosamente. ― Lo que hago siempre. Mantener mis conexiones con nuestros circuitos de guardianes quienes están protegiendo a los Nightwalkers y humanos por igual que pícaros vampiros, demonios, y otros. Actualmente tengo planeado un seguimiento a Ruth. Ella necesita ser tratada por ahora, antes de que crezca más fuerte que cualquiera. Puede que ya sea demasiado tarde. ― Ruth no es una criatura que debería ser cazada por ti misma, Jasmine. Nadie da la cara en uno a uno a Ruth. Es tu sentencia de muerte. Entre la magia que usa ahora con tanta habilidad y el poder natural como demonio, ninguna criatura podría confrontarla y esperar sobrevivir. Ni yo ni Damien. Ella ya ha matado a Gideon. ― Noah miro la reacción de Adam con un estrangulado gemido. ― Nosotros tuvimos suerte de volverlo, gracias al Destino. ― Claramente, ― dijo Adam con voz estrangulada. ― Pero ella está por su cuenta ahora. Nicodemous fue destruido. Esta es la oportunidad justa que necesitamos, la debilidad justa que hemos querido explotar. Y deberíamos hacerlo rápidamente, antes de que ella inicie a alguien más en lugar de Nico. ― Eso es verdad, ― le concedió Noah. ― Entonces como lo veo, tienes mejor oportunidad de matar todos los pájaros si tomas a Adam contigo. Es un Enfoncer, puede detectar la transformación, rastrearlos. Ruth está siempre a nuestro alrededor. Tiene sentido que él te conduzca a ella eventualmente. Además, es un cazador y asesino excepcional. Lo tiene demostrado una y otra vez. Siendo desplazada del tiempo no tienes posibilidad con tus habilidades de lucha. Si deseas cazar a Ruth, será bajo mis condiciones. Lleva a Adam contigo. Mientras buscas, usa el tiempo para que Adam conozca el mundo tal como es ahora. ― Oh no hermano, ― resopló ella rodando sus ojos. Moviéndose lejos de Adam, marchó para enfrentarse con el Rey, con el cuerpo entumecido instantáneamente, perdido por un

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perturbado Demonio de Agua. ― ¡No lo voy a tomar a él! No trabajo con un compañero. ¡Estas fuera de tu mente si piensas que voy a ser niñera de este anacrónico por ti! ― ¡Yo no necesito una institutriz! ― tronó Adam, su voz fue un trueno haciéndose eco en el Gran Salón. ― ¡Y ciertamente no necesito a esta descarada mocosa vampiro para mostrarme los alrededores! ― ¡Silencio! ¡Los dos! ― rugió Noah de nuevo, haciendo a ambos sobresaltarse. Noah tampoco solía usar ese tono de voz. Siempre mantenia controlando su temperamento, siempre hablaba moderadamente. Claramente el Rey estaba perdiendo la paciencia en el tumulto de su vida en este momento. ― Jasmine, o trabajas con Adam, o voy a asignar un Demonio de la Mente tras tu culo y te teletransportarás a la fortaleza de Damien, donde te quedaras, ¡Te guste o no! Y Adam, ― dijo, volviéndose al hombre más grande, ― te diste cuenta que necesitas una guía, ¿Cierto? Y recuerdo lo suficiente acerca de ti como para saber que no estarás feliz sentado aquí en este castillo aprendiendo sobre automóviles y computadoras. Ruth puede y quiere matarte, dale media oportunidad. Ella es mucho más fuerte de lo que sabías. Y pienso que una oportunidad así sería buena, además de un paseo. ― Noah, esto es peligroso, ― protestó Jacob. ― Incluso si los dos nos mantenemos juntos no se si tendriamos una oportunidad. ― Tengo miedo, también, ― agregó Noah. ― Eso es por lo que sólo quiero encontrarla. Entonces podrán venir y recuperar con nosotros la suficiente fuerza para pelear. Como sabemos, el sólo hecho de encontrarla es suficientemente peligroso. Pero ella debe ser encontrada. Esto no puede continuar por más tiempo. Debería enviar otros equipos también, extendernos tan rápido y ampliamente como podamos. ― Entonces vamos a ir primero, ― dijo Jasmine rápidamente. ― Nosotros empezaremos en las cavernas donde atacó a Bella y Jacob y realizaremos un seguimiento a partir de ahí. Y puede darnos un buen comienzo para que otros no pisoteen nuestro camino y confundan la pista. Yo la quiero, Noah. Y ya he terminado de jugar. ― Tú sólo encuéntrala, Jasmine, ― le advirtió Noah cuando se dio la vuelta y camino a zancadas con la gracia de una gacela de largas piernas. La perfección de su postura y la reprimida furia dentro de ella era impresionante para la vista. Adam podría enamorarse si continuaba mirándola, pero se dio cuenta de que tenía que moverse o corría el riesgo de quedarse atrás. ― Adam trata de mantener las riendas en ella, ― dijo Noah con cansancio. ― Y recuerda que intentara engañarte a la primera oportunidad que tenga para lograr su propósito. ― Lo recordaré, ― dijo Adam sobriamente. Sólo para mostrar que no había mucho cambio acerca de los vampiros después de todo.

***! ― ¿Encontrarme? ― rió Ruth, su diversión llenando la habitación. ― Oh. Por favor encuéntrame. Voy a amar eso. ¡Amarlo! ― Ruth lanzó su mano en el cuenco de agua de la adivinación que estaba usando, disolviendo las imágenes de Noah, Jacob, y el nuevo macho llamado Adam quien habia matado a su amado.

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Por el momento, de todos modos. Ruth volvió a su cama, con el delicado flotar de la seda que fluía mientras se movía en su suave vestido coloreado de un precioso rosa. Se sentó al lado del cuerpo de su amante, alcanzándolo para alisar su pelo y envolviendo poco a poco con su mano libre el mango de la enjoyada daga a través de la parte de atrás de su boca. Su cuerpo estaba rígido por la muerte, por lo que tuvo que luchar y con un duro tirón quitarlo. Por suerte para ella, desafortunadamente para Nicodemous, la cuchilla se mantuvo muy, muy fuerte. Sólo le tomó unos intentos antes de arrancarla libre de la calavera y de las garras de la víctima. Ruth esperó durante varios latidos. En el pasado cuando Nico había sido herido de forma crítica, sólo había tenido que remover el objeto antes de que empezara a sanar. Luego debería retornar a la vida como siempre. Pero esta vez era diferente y ella lo sabía. Esta vez había sido ejecutado en la parte posterior de su cerebro, la conexión crucial que no podía reparar por sí mismo. Pero todavía esperaba. Ignorando lo horrible de la máscara mortal, la frialdad de su piel. Había sentido el frío de la muerte antes cuando había estado con necesidad de caza. Incluso habían hecho el amor mientras que en todas sus extremidades se sentían puro hielo. Tuvo una escalofriante y erótica experiencia. Esto no lo era. Ella tenía que encontrar una forma, alguna especie de milagro para traerlo de vuelta, o él estaría muerto para siempre. Ahora ella sabía lo que Noah y sus secuaces planeaban, podía enfocarse en encontrar el milagro para él. Ruth fue apurada hacia la mesa llena de compendios, después al compendio de hechizos, algunos cientos de años viejos, otros que escribió ella misma. Había aprendido que esto era lo hermoso de la magia. Si no podías encontrar el hechizo que buscabas, podías hacerlo usando los componentes de otros hechizos. Tal vez puede que no siempre funcionase de la forma que quería que lo hiciese, pero era siempre divertido descubrir que podías hacer un nuevo hechizo. Y a veces funcionaba perfectamente. Ella buscó un hechizo de reanimación para la muerte, pero sacudió su cabeza. No por el momento. Podría hacerlo solamente si lo trabajaba, pero el hechizo tenía un periodo de tiempo de sólo cuarenta y ocho horas; entonces el cuerpo podría volverse polvo para nunca usarlo otra vez… excepto quizás para componentes de otros hechizos más complejos. ― Otra vez me salvaste, querida, ― cantó mientras saqueaba página tras página antigua. ― Pero por mucho que prefieras vivir con toda tu fuerza y desde que piensan que estamos muertos, eso nos da una ventaja. Ella ralentizó la ira que amenazaba a través suyo. Estaba realmente cegada por la ira que la tocaba, entonces trataba de luchar contra lo que fuera. Sí, pensó, ellos lo tomaron todo. El gran y poderoso Noah y sus preocupantes pequeños demonios. Y todo el tiempo tomaba una carga adicional, a veces atrapando criaturas en sus corazones y los hacía cien veces más vulnerables. Ella sabía que era allí donde debía atacarlos e iba a alimentarse ella misma con sus enemigos de una vez y para siempre. Ella y Nico estuvieron tratando de llegar a Isabella y su mocosa esta tarde, conocía cómo podría alejarla de la basura y destruir absolutamente a Jacob. Bueno, eso y sumado el beneficio de tener a Nico en una fiesta con una preciosa y precoz hija del tiempo. Cierto, ella era demasiado joven todavía, pero existía un peligro esperando. ¿Qué pasaría si ella desarrollaba la habilidad de saltar al pasado? Noah pudo tomar su tiempo para atacar a Ruth, un tiempo que ella aprobecho, y destruyó.

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Tan simple no pudo ser. Ruth no pudo traducirlo. Y si ella había estado tan cerca. Y Adam había estropeado sus planes. Adam. Un perfecto ejemplo del poder que Leah popia ejercer en el futuro. Ella recordó la gran desaparición del exEnforcer cuando ellos volvieron el mundo al revés para buscarlo. Sólo tenía que volver aquí, cientos de años en el futuro, y matar el gran poder de Ruth… y emparejarse. Ella y Nico tenían un intercambio completo juntos, unidos entre sí. Él tenía que alimentarse de ella, y ganar su habilidad para transportarse. Ella había bebido de su sangre y ganado la habilidad de volar. Les había tomado un tiempo realizar eso, entonces dominar su habilidad. Era una delicia para poder viajar largas distancias y, junto al límite que saltar para teletransportarse requería gran concentración, drenaba fuertemente su energía. Pero el poder era todo lo que ellos compartieron. La verdad, esa era su motivación desde el principio, pero más poder venía con el intercambio. Entonces, a veces, ella no lo conocía después. O a veces todo conectaba. Nada como la impronta, para estar seguros. Un vampiro nunca podría sentir ciertas cosas con tan poderosa impronta. Y era una buena cosa, también. La imprimación hacía a un demonio débil. Todos ellos, Noah, Elijah, y Jacob, todos eran débiles. Ruth sabía que el mejor lugar para atacar a los demonios era a través de sus compañeros más débiles. O mejor aún, ella podría emparejarse. Todos esos demonios quienes todavía tenían que conocer la tonta sonrisa de los pequeños druidas. Y esos vulnerables humanos sin poder todavía… hasta el toque fatídico. Un pequeño toque y el poder volvería a nacer. Tantas cosas que hacer, pensó con un suspiro. ― Y sería mejor si tú estuvieras aquí para hacerlas, querido, ― murmuró en el oído de su amado muerto. ― Se está iniciando. Isabella se encuentra oscuramente envenenada y en coma, luchando por sobrevivir. Ellos no podrán verla por el momento. Mientras tanto esperaré para tomar con cuidado a los pequeños amigos que pueden comenzar en otro lado. Ella se movió de su cama, sus dedos a la deriva a través de los viejos hechizos del compendio. ― Veamos… quizás algo complejo para la nueva reina de Noah. Lo haremos pelear con la cabeza de una serpiente. Si destruimos a Kestra, Noah morirá con el corazón roto en unos años. ¿Verás como la impronta los debilita? Es el centro que los mantiene juntos. Yo nunca podría combatir con la cabeza; después de todo es el más poderoso Demonio de Fuego viviente. O es lo que dicen. Perfectamente podría tenerlo bien alimentado, obteniendo un aspecto de él. ¿Puedes imaginarte lo que harías con el poder del fuego? ¿O manipulando energía? Incluso un sólo aspecto de un demonio como Noah puede hacerte increíblemente poderoso, querido. Ella suspiró suavemente contra su pulgar pensando en sus hechizos. Ella había querido atacar a los demonios a través de sus compañeros druidas durante un tiempo, pero Nico se había forzado a concentrarse en los niños del Tiempo y del Espacio. Estaban decididos a lo imposible para conseguir a los niños del Espacio, aunque todo el pueblo licántropo, su madre Demonio de la Mente, y el antiguo Gideon, su padre, estuviesen cerca todo el tiempo. Además, la mocosa era poderosa en el presente, mostrando signos de su habilidad. Pero Leah… ― Maldita pequeña bruja. Debería recordar destruirla junto a su padre cuando me sea posible. Ya usa su poder para derrotarnos. No voy a dejar que llegue a la edad para que pueda hacerlo otra vez. Ruth volteó las páginas y las imágenes coloridas de los hechizos que capturaron su atención antes incluso que los jeroglíficos que interpretó en su mente. No era una erudita, comprendía varios lenguajes aunque no en su conjunto, pero sabía lo suficiente para salir del paso y había acompañado a quien los podría interpretar perfectamente. Pero la belleza de los

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jeroglíficos estaba en que contaban una fuerte historia que incluso un niño podría percibir en esencia. ― Mmm, ahora, ¿No es esto preciado? ― suspiró impaciente. ― Si esto es lo que pienso que es, este poder sería muy apropiado para nuestras necesidades. Y esto me recuerda, tengo que mirar en el tomo egipcio de los hechizos de resurrección, querido. Tienen tantos caminos a la muerte. Ella sonrió incapaz de ayudarse, apurada hacia la puerta, se lanzó a su desván de trabajo y se inclinó sobre la baranda. Por debajo, descansó sobre sus muebles, era su propio pequeño nido de corrupción vampírica. Eran diez de ellos visualizando el presente. Debajo del desván en otra habitación podrían estar los demonios que trataba de atraer a su camino, quienes se están convirtiendo rápidamente en la más increíble colección de nigromantes que se podían recoger. Cometió errores en el pasado, usando hechizos reprobados por humanos y cazadores, pero tenían que probar su debilidad e incompetencia. Esto era hasta que lo conectara con el enemigo de Damien, Nicodemous, entonces llegaría que entender que era la más poderosa nigromante. Ahora ella era la más poderosa Nightwalkers nigromante viviendo en la tierra. Tenía grandes esperanzas de que Nicodemous pudiese ser su segundo, pero él no tenía la cabeza para lanzar hechizos como ella. Prefería robar su poder a través de la sangre y aprender cómo se utilizaba en ese instante. De igual manera, cuando finalmente venciesen a Noah y su círculo central de demonios, serían imparables. ― Oh, niños, ― arrulló a los vampiros que estaban por debajo. ― ¡Madre tiene un juego al que jugar! Por debajo, ellos empezaron a despertar. Se aburrían fácilmente y podía ser conflictivo, pero verdaderamente todos requerían un entrenamiento constante y fuentes de continuo poder. Algunos de ellos tomaron lanzamientos de hechizos, otros, como Nico, preferían cazar por sangre y poder. El final del juego para Nico siempre fue destronar a Damien. Realmente estaba bastante obsesionado. Y eso estaba bien para Ruth. Él podría gobernar a los vampiros y ella a los demonios. Juntos podrían ser una fuerza con la que lidiar, y podrían llevar fácilmente a los Nightwalkers al infierno. ― ¿Qué es? ― preguntó Isis con entusiasmo. ― ¡Yo quiero jugar! ― Si. ¿Qué tienes para nosotros esta noche? ― ¿Y dónde está Nico? ― preguntó Benjamín. Los vampiros eran siempre mejores manejados por Nicodemous, respetando su poder más a menudo de lo que quisieran. Pero por otra parte, sus manos aún tenían que empujarla para probar qué tan mortal podría ser. ― Está descansando. Vendrá mas tarde. Pero por ahora, hay que ser cazadores. Ella se dio la vuelta para agarrar una hoja de seda que había sido arrojada sobre el desván por la baranda colorida, y luego la sacó por el borde y la extendió por la habitación inferior. Cuando la onduló y curvó, una imagen se formó en el centro. La imagen de una mujer. ― Eso, queridos, es una druida. Vendrán ondulando y curvándose, con todo tipo de poderes. Podrán ser un sabroso manjar para ustedes, y darles una nueva y agradable habilidad. La única cosa que necesitamos hacer es pasar estos demonios. La imagen cambió para revelar el oscuro pelo del macho demonio en cuestión. ― ¿Y cuál es su poder?

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― No te preocupes, ― le aseguró. ― Yo comenzaré haciéndotelo fácil. Kane es un Demonio de la Mente, pero es joven y débil. Lo máximo que puede lograr es teletransportarse lejos de ti. Pero manténganlo separado todo el tiempo de su pareja y no será capaz de llevarla con él. A su edad, debe tener contacto físico para lograrlo. ― Y, ¿Cuál es ese poder que podríamos usar para no perder el tiempo con él? ― bostezó Darren desde su posición en uno de los sillones. Era larguirucho y musculoso, estaba medio desnudo también. Era hermoso y lo sabía. Si seguía ese camino, podría reemplazar a Nico en el amor y su posición de poder. ― Ella tiene la habilidad de buscar a otros druidas. ¿No lo ven? Nosotros podríamos encontrar a todos ellos antes que los demonios se emparejen, ― rió a carcajadas en la habitación de abajo. ― ¡No sé porqué no pensé en eso antes! Si la destruimos y tomamos su habilidad para nosotros mismos, bueno, los demonios tendrán que someterse a nuestra voluntad o no habrá más druidas. ― Inteligente, ― dijo Darren. Un perfecto hilo nuevo en su tapiz de venganza y poder, pensó Ruth. Cada demonio se merecía sufrir por las cosas que ella había perdido. Y sólo podía empezarlo con Corrine. ― También se requieren algunos componentes complejos para el hechizo en el que planeo trabajar. ― Mostró la hoja de nuevo y la imagen cambió para enseñar una bonita, pequeña y lamentable paloma para convertirse en una hermosa joven con suaves, plumas castañas y ojos muy sabios. ― Tráiganme a esta sirena. No cualquier sirena. Debe ser esta en particular. Ella es la más grande de su clase y es considerada una de las líderes de su pueblo. Debería ser fácil de atrapar. El Mistral es xenofóbico y vive aislado de otras personas, incluso de la suya propia. Escojan el más fuerte y viejo telépata entre ellos. Serán más capaces de superar el encanto de su canción. Tengan cuidado y no la subestimen. ― No lo haremos, ― aseguró Darren. ― Siempre y cuando pueda obtener una muestra de ella cuando haya terminado. ― Por supuesto, ― río Ruth entre dientes. ― Nunca te privaría de un bocado tan sabroso y poderoso.

***! Adam nunca se sintió tan cansado en su vida. Todo lo que había pasado ese día estaba pesando duramente sobre él. El sueño aun era lo más remoto de su mente. ¿Cómo era posible dormir, conociendo todo lo que sabía y frente al futuro incierto? Así que estuvo contento cuando Jasmine lo buscó para no perder tiempo en el seguimiento de Ruth. ― Pero primero, ― dijo con una divertida sonrisa temblando en sus labios, ― primero necesitamos introducirte en este siglo. Ella le dio una de esas exhaustivas miradas que tan nervioso lo ponían, los sentimientos en sus ojos eran como una tormenta física que no podía evitar. Resistiendo la urgencia de gruñirle una amenaza… o por cualquier otra razón. ¿Qué tenía esta mujer..., se preguntó con vehemencia, qué lo lanzaba en picada?

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― ¿Qué se supone que significa eso? ― demandó. ― Significa que vamos a encontrarte algo de ropa. Desafortunadamente eres más grande que cualquiera de por aquí, entonces vamos a ir de compras. ― ¿Compras? ― frunció el ceño. ― ¿No tienes sastre aquí? ― No aquí. Pero hay una tienda de hombres decente. Sígueme. Él no tuvo opción para elegir en esta materia. La siguió al lado de la residencia de Noah y entonces miró como ella levitaba en el aire. Estallando en una neblina extra fina, que se perdía tras ella. Igualmente ella sabía que su velocidad era limitada, por lo que se tomó su tiempo. Él sabía que ella era más capaz que cualquier vampiro y podría volar muy rápido cuando estuvieran al aire libre. La única manera en la que podría ser capaz de mantenerse arriba con ella era a su máxima velocidad inclusive si creara un huracán y cabalgara en la cola del viento. Pero eso, por supuesto, podría tener complicaciones en los inocentes humanos bajo ellos. Llegaron a Londres en un corto periodo de tiempo. Adam nunca podría reconocerlo. Las cosas cambiaron demasiado, se preguntó que esperaba para orientarse. No quería estar en este futuro, esta extraña época dónde su hermano era tan diferente y su familia era completamente irreconocible. Se lamentaba por la pérdida de su madre. Ella siempre había sido la fuerte, el equilibrio de su familia, la piedra angular que él y Jacob tenían para volver. Ahora ella se habia ido… Sus pensamientos se sentían pequeños y melancólicos hasta que tocaron el suelo en el otro lado de la ciudad. ― ¿Cuánto más lejos? ― le preguntó irritado. ― Sólo a un viaje en taxi de distancia. ― ¿Un qué? Ella levantó una mano y señaló a la gran bestia de metal que se movía tirando hacia un lado de la carretera. ― No voy a meterme dentro de esa cosa, ― declaró cuando ella abrió la puerta y entró. ― Sí, lo harás. Piensa como si fuera un muy eficiente carruaje. Confía en mí. Hay mucho que amarás de este siglo. Sintiéndose como el culo de pie, se dio por vencido y metió su gran cuerpo en el pequeño vehículo. Este era un pobre sustituto de los finos caballos, en su opinión, pero tenía que admitir que este artefacto de movía muy rápidamente y con muy pequeños empujones. En poco tiempo se había detenido junto a la acera de nuevo, sólo que ahora estaban en el corazón de la ciudad. Edificios con grandes ventanas de frente se alineaban en el camino, nombres pintados en los vidrios declaraban que el lugar tenía “fina ropa de hombre”. Pensó que esto actualmente era muy conveniente. Sin involucrar suposiciones. Todo desde la tienda de ropa hasta el café era marcado muy claramente. Jasmine lo tomó de la mano y lo llevó hacia delante de la tienda. La primera cosa que notó fue a los hombres falsos sin cabeza que mostraban la ropa a todos los que entraban. La cosa que lo dejó verdaderamente fascinado fue la fina costura en la ropa. Las telas eran de una fascinante variedad, pero era bueno ver que algunas cosas no cambiaban. Las sedas todavía eran consideradas las mejores cosas para usar, y combinado con el extraordinario ajuste de la camisa se lo probó, le gustaba la ropa de este siglo. La ropa interior era extraña, pero reconfortable, los

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“bóxers” también eran de seda. Jasmine tuvo un placer evidente vistiéndolo, y a mitad de camino pensó en tener la cierta intimidad de la experiencia. Tenía gustos muy exigentes, pero se mantuvo comentando la temperatura de la ropa, y más bien con imprecisión. ― Eso es caliente, ― dijo ella, admirando la sofisticada combinación de la camisa y los pantalones. ― ¿Por qué tienes que seguir diciendo eso? La ropa es fresca y confortable. Ciertamente no es caliente. Se rió de él. ― Cuando digo que algo es caliente, me refiero a que luce sexi en ti. Es un término que usamos mucho en estos días. ― Jasmine miró hacia arriba cuando la iluminación en la tienda osciló por décima vez desde que llegaron. ― Vamos, vamos a terminar con esto. Tenemos una perra que cazar y estas luces se comienzan a quemar si te quedas cerca demasiado tiempo. ― ¿Por qué comprar tanta ropa? ― le preguntó mientras caminaban fuera de la tienda con bolsas llenas de ropa, incluyendo lo que él había usado originalmente en el almacén, desde que se negó a renunciar a lo que más usaba. Eso era el último vestigio de lo que tenía que saber y querer y no quería dejarlo ir. ― Porque estos días la gente cambia su ropa todos los días. Debes necesitarla dado que no tienes absolutamente nada. Ahora, vamos a deshacernos de estas cosas en lo de Noah y después a por la cabeza de Ruth. La quiero destruir y darle de su propia medicina. ― Sólo tenemos suposiciones para encontrarla. No nos engañemos. ― Sí. Seguro Adam no tenía que ser del futuro para saber que había algo que ella no mencionaba. Pero en realidad no tenía problemas con su actitud. Podía manejar un demonio dañado. Eso lo tenía todos los días de su vida. No entendía por qué Noah tenía tanto temor de que viniera con esta hembra. Entre él y Jasmine deberían ser capaces de tomarla fácilmente. Estaba tan ansioso por una pelea como la vampiro lo estaba, que no vio la razón para refrenar a Jasmine. Volvieron al castillo de Noah en algún momento, y ninguno de ellos dejó que el rey demonio viera sus pensamientos secretos de cómo iban a hacer frente a Ruth por su propia cuenta. Adam no tenía que ser un genio para saber que Noah podría desaprobar su búsqueda privada de venganza. Bajo la dirección de Noah, llevaron las cosas nuevas de Adam hacia un cuarto de huéspedes en el tercer piso. Cuando Jasmine lo obligó a colgar la ropa ocupada, fue a sentarse en su cama y suspiró con cansancio. Ella lo miró por encima de su hombro y contra su mejilla. ― ¿Sintiéndote abrumado?― le preguntó. Él simplemente asintió con la cabeza. ― Eso es pasado, ― le aseguró ella. ― Trata de tener algo de diversión. Toma placer de todas las nuevas y maravillosas cosas que viste a tu alrededor. No pienses en lo que no puedes cambiar. ― Tal vez eso es fácil de hacer para un vampiro de mente fría, pero para algunos de nosotros con sentimientos profundos y asentados, no es tan fácil rechazar ciertas cosas, ― dijo irritado.

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Ella volteó bruscamente hacia su cara, sus cálidos ojos de repente vivos por su temperamento. ― También, tengo sentimientos, sabes. No hagas suposiciones sobre mí. Tu forma de pensar está basada en una guerra que pasó hace cuatro siglos. Si quieres llamarla guerra. Si los vampiros te quisiesen muerto, estarías muerto. Pienso que lo que paso recientemente prueba eso. ― ¿Quieres decir vampiros como Nicodemous? Si no te has dado cuenta, él está muerto. Yo lo mate. ― Tal vez. Hasta que quememos su cuerpo, yo no estaría tan segura sobre eso. ― Entonces deberíamos irnos de aquí. Hemos perdido demasiado tiempo ya. ― Adam agarró la chaqueta de cuero que se había elegido, encogiéndose en la prenda fácilmente. Tenía que admitir que le gustaba la ropa del mundo moderno. Era cómoda y conveniente. Ciertamente, las telas y diseños eran algo más sencillos que los paños de oro, terciopelo, y los detalles adornados en joya de su tiempo, pero podría vivir con eso. Justo entonces tenía mayores preocupaciones. Claramente está perdida demonio hembra apuntaba hacia su hermano, su bebé y su familia. Eso era inaceptable. Lo que no entendía era porque Jacob no había tratado todavía con ella. Se suponía que debía ser un Enfoncer. Era la razón por el que su trabajo existía, un demonio que se había desviado. Tenía que ser imparcial, pensó, Adam no había detectado a esta canalla una vez que había llegado. Quizás ella también estaba dañada, demasiado lejos del demonio real que algún día detectaría de la manera tradicional. Pero eso significaría que no podría rastrearlos en absoluto. ― Vamos a atrapar esa miserable que aqueja a mi hermano, ― dijo hacia la vampiro mientras llegaba a atar la correa con las armas sobre su cintura. ― Cuanto antes esté hecho, más satisfecho estaré. Entonces quizás pueda concentrarme en otras cosas. ― ¿Cómo cuales? ― Ella le hizo una mueca. ― Tienes que saber que no podremos ser capaces de dar vuelta el tiempo. La jovencita que te trajo aquí no existe más. En este mundo, ella tiene apenas cinco años y casi no tiene la menor idea de su poder. ― Soy muy consciente de eso, ― refunfuñó Adam, irritado por la facilidad con que inmiscuía en sus pensamientos y deseos. No podía dejar de pensar… tal vez si pudiera regresar a su tiempo, podría prevenir la muerte que le esperaba a sus padres. ― Claramente no puedes. Si fueras conciente de ello como debe ser, no estarías pensando en la forma en que podrías cambiar la historia que conocemos. No tengo deseos de desaparecer de la vida que conozco y repentinamente encontrarme muerta o en otro lado. Todo destruido. El bien y el mal. ― ¡Entonces alguien debería habérselo dicho a mi sobrina antes de que me secuestrara de mi vida y me trajera aquí! ― le replicó. ― ¡Tenía una buena vida! ¡Tenía amorosos padres y un hermano que no estaba amargado! Ella se rió de eso, con un fuerte ladrido. ― ¿Jacob amargado? Por favor. Es tan dulce como el azúcar, en el amor eso es repugnante. Adora a su familia y tiene una vida feliz. Una vida que no tendría si tú vuelves y cambias las cosas. Supongamos, ― dijo Jasmine rodando en la cama para mirarlo, ― qué harías si vuelves. Un sólo e insignificante evento podría cambiarlo todo. Tu hermano ya no será Enfoncer en tu lugar. Eso significa que no tendría que hacer ese trabajo la noche que conoció a su compañera. Por lo tanto Kane, Jacob y Noah y toda otra persona que supuestamente te

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importa nunca sabrían que podrían encontrar parejas en otras especies y la felicidad de la nueva experiencia. ― Ella se encogió de hombros. ― Acepto, que no me importaría que cierta perrita licántropo nunca se cruzase en el camino de mi príncipe, pero tienes que tomar lo malo con lo bueno, supongo. ― ¿Damien se ha unido a un licántropo?― Adam se inclinó hacia ella. ― Realmente no pareces complacida con esto en absoluto. ― Sí, bueno… ― frunció el ceño sombríamente. ― Sus uniones son la razón por la que los vampiros aprendieron que podrían sobrevivir tomando la sangre de otro Nightwalkers. Eso les ofrece un nuevo poder para hacerlo. Anteriormente se pensaba que romper el tabú significada una horrible consecuencia, más probablemente la muerte. ― Y tú sientes que no debería haberla tomado a ella como pareja, que debería haber hecho el sacrificio para que los vampiros nunca aprendieran del poder que podrían lograr. ― Exactamente. ― Ella se encogió. ― Pero yo no voy a jugar al debiste, podrías y puedes contigo. Las cosas son como son, no hay nada que hacer al respecto. ― ¿Quién sabe? ― Adam le dio una pequeña y astuta sonrisa inclinándose junto a ella. ― Quizás te gustaría cambiar el pasado más de lo que estas dispuesta a admitir. Jasmine frunció el ceño. La última cosa que necesitaba era la tentación de un demonio que difícilmente tenía una pista sobre el mundo moderno y todos los muchos efectos que ocasionarían las ondulaciones de las cosas. Ella podría fácilmente admitir que haría cualquier cosa que estuviera en su poder para expresar el disgusto de la elección de la novia de Damien, todo menos matarla, eso es, pero no era tan egoísta como para no ver el panorama completo. Le gustaba su vida en la forma que estaba, y no se arriesgaría a cambiarla cuando sabía que las cosas podrían ser fácilmente peores. Pero tenía que darle crédito por intentarlo… y por conocer justo la manera correcta de tentar a una chica. Se convirtió en un rival muy digno, y eso la excitaba. Entonces otra vez, él habia hecho dar vueltas a su cabeza. Usar esos exquisitos y decadentes diseños del mundo moderno, era suficiente para hacer que incluso una elitista como ella considerase jugar fuera de su especie. Pero no podía dejar que supiera algo de esto. Era más seguro formar un simple equipo con él el tiempo suficiente para patear el culo de Ruth y luego cada uno se iría feliz por su camino. Por supuesto, eso no significaba que no podría tener un poco de diversión a costa suya en el interín. ― Pienso que me gustan las cosas justo de la forma en la que están, ― le dijo con una caída de hombro y un insinuante giro de su cuerpo. ― Tú y yo vamos a ir a jugar juntos. Vamos a hacer un seguimiento a la gran perra mala y entregar su culo para la cena. Entonces voy poder volver a cazar pícaros vampiros, y tú… puedes hacer lo que hayas puesto en tu pequeña mente. ― Pícaros vampiros, ― repitió, sus ojos descendiendo en incremento sobre su cuerpo… pechos, cintura, caderas, y eventualmente sus muslos. Era bien entrado el invierno, y como resultado ella se vestía de forma casi conservadora, si podrías llamar a jeans de tiro bajo ajustados y un suéter de ombligo descubierto como conservadores. Aunque, no valdría mucho si sólo fuera tan buena como la ropa que llevaba. ― Es gracioso como eso suena. En mi mundo todos eran pícaros. ― Bueno, eso es una cosa buena, estamos en mi mundo ahora, ¿No es cierto? De lo contrario te gustaría causarme daño corporal, y me gusta mi cuerpo justo de la forma que esta.

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¿No es así? ― Recorrió una mano por sus caderas hasta la cintura, mirando como sus ojos seguían el movimiento como si fuera una brújula y fueran al polo norte. Ella vio su generosa boca bajar completamente fruncida y sus ojos disparados para estrechar los de ella. ― Veo que las mujeres no cambiaron mucho después de todo, ― señaló con frialdad. ― Todavía tratas de jugar con los hombres para tus propios fines y diversión. Jasmine resopló una risa. ― Tan típico, viniendo de un estereotipo de macho Alfa. Si no puedes vencer algo o atraparlo a tu alrededor, difícilmente obtienes interés. ― ¿Por qué estamos teniendo esta conversación? ― demandó él de mal humor, se giró lejos de ella y se dirigió hacia la puerta. ― ¿Por qué es divertido? ― planteó maliciosamente. ― ¿Para quién? ― murmuró mientras tomaba el gran pasillo, comiendo el suelo a zancadas, obligando a Jasmine a acelerar el ritmo de sus pasos si quería continuar mordiendo sus talones como un molesto pequeño perro labrador. ― ¿No estás de acuerdo con que el hombre es esencialmente una criatura básica manejado por la violencia y el sexo? ― le preguntó. ― No a la exclusión de todo lo demás, no. Yo ciertamente no estoy de acuerdo con eso. ― Muy bien entonces. Vamos a probar la teoría un poco. Justo ahora nos dirigimos a hacer violencia, y por lo que se puede ver estás con muchas ganas de ir. ― Igual que tú, ― le señaló él mientras alcanzaba la escalera. ― Nunca conocí una mujer sanguinaria. Estás tan ansiosa por tener un pedazo de Ruth. ― Cierto, pero eso es porque ella trató de matar a mi príncipe y me mantuvo cautiva mientras ella parloteaba sin parar sobre lo psicópata demente que es. No fue una noche divertida, te lo aseguro. ― ¿Te mantuvo cautiva? ― Adam disfrutó la idea. ― Pobre de ti. ¿Cómo manejó ella eso? No me pareces una víctima fácil. ― ¡Púdrete! ― mordió Jasmine. ― Ruth es una poderosa Demonio de la Mente, más poderosa mentalmente de lo que era hace un tiempo. Tomó control de mi mente, me sostuvo paralizada en mi propia habitación, pasó el tiempo hasta el amanecer violando mi cerebro de información que… ― Jasmine apretó sus dientes. ― Una vez que salió el sol y sabía que no podría darle caza, me dejo para sembrar el caos, usando esa información. ― Que desafortunado para ti. ― Él no sonó en absoluto simpático. Claramente, no apreciaba la magnitud de lo que pasaría a continuación. ― Yo, sin embrago, estuve pensando algunas cosas. Pensando en esa niña, mi sobrina, la forma en que miraba a Jacob como si nunca lo hubiese visto antes… algo me dice que Nicodemous y Ruth lo mataron en la caverna. Cómo la niña sobrevivió no puedo decirlo, pero Ruth fue a matar a mi familia y debería haberlo logrado si no fuera por la niña. ― Leah. Tu sobrina tiene nombre. Es Leah. Eso lo detuvo en seco en el medio de las escaleras y se volvió para mirarla. ― Leah, ― repitió. ― Él la nombró por nuestra abuela por parte de padre. ― ¿Alguien a quien admirabas?― le preguntó.

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― En gran medida. Ella era una dama. Una guerrera. Una artista. Jacob tiene altas aspiraciones para su hija si la nombro así. ― Bueno, ella es la niña de la profecía, después de todo. Y logró mucho incluso para alguien tan joven. La chica que te trajo aquí, esperó todos esos años hasta que fue una adolescente para actuar. Eso significa que le dio una gran cantidad para pensar. También significa que estaba dispuesta a deshacerse de la vida como la conocía con el fin de cambiar lo que tenía que haber sido un evento no alterado de la vida. No sólo para ella, sino para todo el mundo aquí. Jacob significa mucho para mucha gente. Como lo hace Bella. No veo a ninguno de ellos hacerle frente a la muerte de ellos de muy buena manera. Adam pensó por un largo momento, con una expresión preocupada en cara. ― Tienes razón, ― dijo finalmente. ― Debo conciliar las cosas como son. Me he dicho que esto ya está, pero continúo persistiendo. ― Eso es realmente normal, ― le aseguró. ― Incluso si lo piensas ir, a tierra es una forma vampiro de moverse a través del tiempo y todo nuestro propósito al hacerlo es despertar en una era diferente, esto es quizás un intento de resistir y rebelar otra vez todos los cambios que encontraremos al despertar al principio. Incluso piensa que no hay nada que puedas hacer al respecto. Y especialmente cuando realicemos esto sostendremos las uniones y no sobreviviremos. Él hizo un sonido burlón. ― ¿Los vampiros tienen uniones? Jasmine pudo haberse enfadado con el desconsiderado prejuicio en su comentario, pero no pudo encontrarle la falla a eso. La verdad era, que los vampiros tenían pocas uniones o algún significado o profundidad emocional. ― Hay algunas que crecen cerca durante un tiempo. Con familiares. Compañeros que significan más para nosotros que los demás. Entonces sí, podría llamar a eso una unión. Tal vez esto no es una gran amistad y amor para otras razas chispeantes alrededor, pero esta una forma más y así es como formamos afectos. Sólo porque es diferente no quiere decir que sea menos válido. Ella no habló ofendida o incluso con alguna gran pasión, pero en su lugar había inteligente lógica, y todavía su mundo tenía poder para tocar a Adam. Desde el primer momento que ella lo miró él vio una persona increíblemente pensativa e intelectual, en lugar de un estereotipo plano de raza que tuvo que aprender a odiar o una criatura con extraordinaria belleza y sensualidad. La comprensión la hizo incluso más irresistible para él; de alguna manera hizo que sus curvas firmemente vestidas y su bonita piel pálida aún más magnéticas. ― ¿Y quién es más importante para ti? ― se encontró preguntándole. Hubo una pequeña picadura de inseguridad en el fondo de su cabeza y se erizó otra vez. ¿Qué le importaba a él quién era importante en su vida? Ella incluso le había dicho que la definición especial de vampiro no era nada en comparación con lo que consideraba un demonio. ¿Cómo de profundo debería ella realmente sentir? ¿Cómo de profundo podría ser alguna vez? De alguna manera Adam no se estaba consolando sus pensamientos. ― Damien, ― dijo ella sin vacilación. ― Caminamos este mundo juntos durante algún tiempo. Él es mi amigo más cercano. ― Ella frunció un poco el ceño. ― O lo era. Hasta que se unió a esa pequeña licántropo. Él está enamorado. El mundo “del amor” no podría ser más sarcástico. ― Pensé que los vampiros no podían sentir amor. O alguna gran pasión.

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― Aparentemente hay algunas grandes excepciones cósmicas. Podemos enamorarnos… de otros Nightwalkers. No vampiros. Entonces esta ceremonia… ― Ella agito demasiado la mano dando vueltas. ― Nunca me importó. Es una pérdida de tiempo y energía, si me lo preguntas. ― ¿Lo es? ― le preguntó. ― Tengo de alguna manera pensamientos de una criatura con un corazón apasionado mientras pareces anhelar la pasión del amor. O incluso el amor ciego. ― Conozco vampiros que estuvieron enamorados antes. Algunos de ustedes son menos capaces de eso. Vi como de ridículos ellos perseguían al objeto de su amor. Pero siempre se quemaban, y siempre iban demasiado rápido. ― ¿Tú me estás diciendo, ― le preguntó Adam suavemente y dio un paso cerrando la distancia entre ellos, ― que nunca estuviste enamorada? ¿Nunca otra persona te despertó lo suficiente para encontrar amor? Ella se había acercado una vez. Sólo una vez. ― Nunca, ― le mintió, levantando su mentón y encontrando directamente sus ojos. ― Agradecidamente. Nada vuelve a una persona idiota tan rápido como la fascinación sin cerebro hacia otro. Uno no debe poner demasiada energía en alguien más. Otros no pueden hacer otra cosa que confiar pero terminan decepcionándote. ― ¿Cómo Damien te decepcionó? Ella tomó aliento para responderle despacio, pero entonces mantuvo eso como si pensara sobre la respuesta más cuidadosamente. Él notó que ella lo hacía cuando estuvo comprometida emocionalmente. Ella respiró. Incluso lo pensó aunque no lo necesitase. Él sospecho que ella sentía más de lo que confesaba. A pesar de todo su exterior insensible, Jasmine la vampiro tenía un corazón sensible. Entre todas las púas, vio, lo indefenso de su corazón. ― No estoy ni la mitad de decepcionada de él como lo que estoy de ti, ― le dijo tranquilamente. Entonces pareció tan sorprendida por lo que había dicho como él, y rápidamente miró a su alrededor para ver si alguien oía. Pasó a Adam y apurada entró en el gran salón, agradecida de que estuviese vacío, sólo el siempre presente fuego como testigo de su ridícula confesión. ¡Estúpida, estúpida cosa para decir!, pensó acaloradamente. ― ¿Qué significa eso? ― Le preguntó él un poco aturdido, más por él que por ella, porque no era probable lo que había oído. Pero corrió tras ella, la agarró del brazo, y la forzó a darse la vuelta y mirarlo. Tuvo un pequeño siseo salvaje en su cara y un destello de colmillos por su problema. La soltó, sosteniendo su mano en un gesto conciliatorio. No tenía derecho a maltratarla, y a ella no le gustaba eso. Al menos no cuando se trataba de una conversación. ― ¿Qué significa eso? ― preguntó más fuerte. ― ¿Qué he hecho yo para decepcionarte? ― No importa. No era lo que quería decir. Y a pesar de todo, tenemos otras cosas que hacer en este momento. Pero Adam nunca había sido conocido por su habilidad de dejar las cosas como estaban. ― No voy a aceptar eso. Puedes decirme cómo te he defraudado. No veo cómo. ¡Apenas te conozco!

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― Ves, ¡Es por eso que te dije que te olvidaras de eso! ¡Debería haber sabido que dirías algo como eso! ¿Apenas me conoces? ¿Tú piensas que soy un vampiro que deja que cualquiera me manosee y... y meta su lengua en mi boca? ¿Apenas me conoces? ¡Yo diría que estamos en una maldita bonita amistad, Adam! Pero claramente tú no me ves como nada más que un pedazo de basura vampiro en el que puedes meter tu palo unas pocas veces, entonces deshacerse y tirarlo. Siéntate aquí con tu santa actitud de mierda sobre los delincuentes de mi clase, pero ¡Yo no voy a ser usada como una chica desnuda del montón para divertirte y luego que me des la espalda con un “no pienses en las consecuencias”! ― ¿Consecuencias? ¿Cómo cuáles? ¿Estás tratando de decirme que le hice daño a tus pequeños sentimientos de vampiro? ― la criticó de nuevo, no gustándole la incomodidad que le hacía sentir con sus palabras. ― ¡Estoy diciendo que tú, pequeño cabrón, hiciste algo conmigo! ¡Entonces me dejaste luchando cuatrocientos años tratando de averiguar por qué dos breves encuentros con un enemigo succionaban el color fuera de mi mundo! Pude haber sucumbido a la melancolía de todo la primera vez, pero la segunda vez, cuando sólo seis meses habían pasado todo lo que podía hacer era buscar la tierra vacía por las cosas que me hiciste sentir… Jasmine le dio la espalda, sus ojos quemaban con espantosas lágrimas. ¡Necesarias para callarlo! ¿Por qué ella le estaba diciendo todo esto a él? ¡Ni siquiera era verdad! E incluso si fuera verdad… Era verdad. Había sido tan cierto. Ella había ido a la tierra después de apenas seis meses, con la esperanza de que el sueño enterrada bajo tierra hiciese que sus antojos ridículos desaparecieran. ― Pero nosotros nunca podríamos. ― ¡Ya lo sé! Y también tú, ¡Pero no puedo impedir que me toques, Enfoncer! Ella gruñó y se apartó de él, confundida por su propia conducta y el tumulto de extraños sentimientos en su interior. ¡Esto no tiene ningún sentido! Las cosas estaban llegando a su boca sin que lo pudiese controlar. No entendía él porque tenía esos sentimientos. Adam dio marcha atrás después de eso. Ella tenía razón. A él nunca se le había ocurrido cómo sus acciones podrían llegar a afectarla. Se había comportado egoístamente en todos sus encuentros, cancelando cualquier impacto en ella porque era vampiro, una insensible cosa sin corazón que no merecía su respectiva consideración. Sólo consideró las repercusiones de sus acciones en lo concerniente a él y sus leyes y la forma en que otros de su tipo lo mirarían a causa de ellas. Eso estaba por debajo de él. Ella ni una sola vez actuó como su enemigo, ni una sola vez le dio motivos para ser despectivo. Se había descuidado al punto de negarle incluso la más pequeña de las cortesías, sin mencionar la existencia de sus sentimientos, ya fueran superficiales o profundos. Y él no tenía ninguna disculpa para decirle después de todo lo que había pasado, no podía esperar a tener un mejor comportamiento. Esa excusa no haría nada para explicar el hecho de que se había estado comportando egoístamente desde el momento en que puso sus ojos en ella, tomándose toda clase de libertades con ella desde que golpeó su fantasía. Incluso el enemigo merecía cierto nivel de respeto. Los hombres humanos de su tiempo a menudo se comportaban como salvajes, tomando la dignidad de la mujer, que no combatía y que nunca debían ser parte en el campo de batalla. Eso lo había disgustado. Él debería estar igualmente disgustado con él mismo. ― Espera.

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No la tocó, no la forzó contra su voluntad. Esperó para hacerlo, y a cierto nivel entendió que a ella le gustaba el dominio y el naturalmente agresivo carácter, pero físicamente era una cosa y personalmente algo más… y respetar algo completamente distinto. Él no le habia enseñado ninguna de estas y deseaba poder corregir eso. ― Por favor, espera, ― se corrigió. Quizás el “por favor” la tomó de sorpresa. Ella ciertamente lo miró sorprendida cuando se dio la vuelta para mirarlo. Su reacción sólo sirvió para hacerlo sentir más bajo. ― Siento que debería… disculparme. ― Esto fue duro de decir. Él no estaba acostumbrado a dar un segundo punto de vista a sus acciones. Mucho menos lo utilizaba para admitir sus faltas con otros. ― Nunca fue mi intención causarte dolor. Si te mostraste fuerte o muy pequeña, eso no es excusa para mi comportamiento imprudente. Jasmine apenas pudo entender sus propios sentimientos, nunca supo cómo se referían a ella. Apenas comprendió su propia ira con él. Pero eso no significaba que no pudiese apreciar lo que significaba para que él tomase una dura mirada hacia sí y luego admitiese algún defecto que le encontrara a ella. Ella podía ser una insensible perra que cansaba, pero todavía podía apreciar un generoso gesto cuando lo veía. Especialmente cuando no lo esperaba. Especialmente cuando generalmente se comportaba de manera que la hacía menos merecedora de eso. Ella suspiró. ― No merezco una disculpa, ― admitió en cambio. ― Estuve burlándome un poco de ti. ― Encogiéndose de hombros, cepilló fuera de su cuerpo todo ese asunto. ― Concentrémonos en Ruth. Creo que ambos nos sentiremos mucho mejor cuando la tengamos en el punto de mira. Y así el tema se dejo caer… por el momento. Ambos estaban muy contentos y ansiosos por dirigir su concentración hacia un enemigo que bien merecía su hostilidad. La vida de ambos se habia doblado y torcido de cierta manera a causa de la traición de un demonio. Llegó el tiempo de que ella pagara por sus crímenes.

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CAPITULO 8! Traducido por Kyra Corregido Maia

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W indsong estaba contenta con pasar su larga vida yendo no más lejos de su pequeña aldea propia. Estaba aún más feliz limitándose a los bordes de su propiedad, las fronteras de su jardín de hierbas, las paredes de su simple casa, pero confortable. No tenía, a diferencia de la mayoría de su pueblo, que hacer un viaje de su vida. Había pasado el tiempo, por breve que fuera, en casi todos los demás tribunales de otros Nightwalkers, dándoles la sabiduría y la orientación en lo que pudo, o sus importantes capacidades curativas. Contaba a los actuales dirigentes de los otros Nightwalkers, como algunos de sus más cercanos amigos. Damien. Siena. En estos últimos años, Noah. Ella ni siquiera buscó hacerse amiga de los Cancilleres Shadowdweller. Había conocido a Tristán y a Malaya un tiempo antes de que los Nightwalkers se esforzaran por mantener la paz con reuniones periódicas y comunicaciones. Los Mistral, la gente de Windsong, no tenía un órgano central de gobierno. Nunca había habido realmente una necesidad. Había uno o dos ancianos en el pueblo que hablaban en nombre de un pueblo en particular y a veces los ancianos colaboraban en asuntos de importancia para todo el Mistral. Pero ocurría raramente. Raramente necesario. Así que cuando el intercambio de embajadores entre los tribunales Nightwalkers había comenzado, sólo tenía sentido que los ancianos con más experiencia e importancia dentro de la aldea acogieran a los embajadores extranjeros en sus hogares. Así fue como Windsong había terminado no sólo con su estudiante de costumbre, Lyric, bajo su cuidado y techo, sino también con un peculiar vampiro llamado Izri. De todos los Nightwalkers, los vampiros eran los más resistentes al hechizo de la voz y el canto Mistral, siempre que fueran lo suficientemente antiguos y con suficiente fuerza mental. Izri tenía cerca de tres siglos de antigüedad, no muy viejo para los estándares de vampiro y, ciertamente, no muy viejo en comparación con Windsong y el poder de su voz. Pero Windsong había eliminado el hechizo de su voz, un acto que requería una concentración constante y había disminuido su discurso considerablemente en los últimos dieciocho meses, e Izri había centrado su impresionante fuerza mental, por lo que habían logrado encontrar una forma de vivir juntos de una manera casi musical. Windsong y Lyric habían utilizado días completos de canción constante, y esa fue la razón por la que Lyric estaba allí. Para aprender canciones. Versos curativos y poder natural y mezclas para curar a cualquiera de todas las criaturas. Algunas canciones eran más fuertes que otras. Algunas estaban sin duda fuera de la capacidad de la joven Lyric. Ella tenía sólo veinte años. Era tan sólo una niña. Necesitaba tiempo y estudio para convertirse algún día en una sirena de verdad. Una Mistral, que era verdaderamente competente en la canción y su área de

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estudio y las competencias, con el tiempo, alcanzaría el virtuosismo. Si la Mistral era una mujer, ganaría el título de Sirena. Si es hombre, ganaba el título de Bard. No había una edad fija para estas cosas. Sucedía cuando los ancianos de la aldea a probaban a la Mistral y consideraban que dominaba lo suficiente para ganar esos títulos. Lyric estaba muy lejos de eso. Y Windsong primero se había preocupado de que su enseñanza se sufriera con la presencia de otro. Se había encontrado a sí misma y Lyric frenando constantemente su canción cada vez que Izri estaba presente. Pero el vampiro estrafalario se había dado cuenta de esto y había comenzado a cantar la canción que Lyric estaba estudiando al mismo tiempo. Más bien mal. Lyric parecía disfrutar el hecho de que había alguien menos cualificado que ella en casa. A pesar de que había sido tímida y temerosa de Izri al principio, ahora se sentía obligada a dar los puntos al vampiro por su forma de cantar, pasando de lo poco que sabía, había bastante entusiasmo, y con el tiempo, su confianza había crecido como Windsong nunca había visto en su estudiante antes. La presencia de Izri en la casa también había obligado a Windsong a ampliar su vivienda. La cabaña de dos habitaciones había sido adecuada para un maestro y un alumno, ¿Qué haría con los tres? Fue vencida por una pequeña reforma y alguna modernización. Sin embargo, su pueblo no tenía ningún carpintero por lo que había visto obligada a recurrir a los forasteros. Y así, dos carpinteros, un Bard llamado Baritone y su aprendiz, Dove, habían llegado a vivir en su pueblo. Otras casas habían abierto sus puertas a ellos, invitando a los carpinteros a ellas, algunos de su raza eran xenófobos, pero no eran por lo general apresurados en serlo. Ella estaba realmente muy orgullosa de su pueblo por la forma en que se habían empujado a sus propios límites el último par de años. De alguna manera se habían visto obligados a hacerlo. Una de las razones más prácticas por que Izri había venido era para ayudar a la Mistral a aprender a defenderse de los vampiros, porque se trataba de un bien conocido hecho el que no todos los de su especie eran tan reflexivos como lo era Izri. De todos los Nightwalkers, los Mistral eran potencialmente los más vulnerables a los vampiros pícaros. Los Mistrales se basaban únicamente en el hechizo de su voz y su cambio de forma para la defensa propia, defensas que fácilmente podrían ser eludidas por los vampiros si estos eran lo suficientemente fuertes. A Windsong le pareció convincente que Izri se ofreciera a ser un conejillo de indias. Ella permitiría que el Mistral aprendiera cómo hacerle daño a ella y a su clase, confiando en que no la iban a matar en el proceso. Mientras observaba la pequeña rubia tonta afuera con Lyric en el prado durante la noche, era como ver a dos chicas jóvenes de secundaria, en lugar de dos mujeres con siglos de distancia en edad y experiencia. Sus cabezas estaban empeñados en conjunto, una clara y la otra oscura, susurrando a medida que veían el Bard carpintero y su aprendiz de trabajo en la cabina. Otros en el pueblo por lo general venían a ayudar, probablemente para acelerar el proceso no sólo para que todo el mundo pudiera volver a dónde pertenecía, sino también por gratitud. El pueblo de Brise Lumineuse tenía a Windsong en gran estima. Era la mayor y más potente de su clase. Ella siempre los había protegido. Siempre había llevado todo con prudencia. Pero esta noche no habían llegado otros, por lo que eran sólo el Bard y su aprendiz.

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Windsong sospechaba que Izri estaba algo abrumada por Baritone. Encontró la idea divertida. En el pasado, no habría tomado tal cosa en serio o le habría dado ningún tipo de preocupación, pero mucho había cambiado en pocos años. Los vampiros habían aprendido que la única manera que podrían saber de sentimientos como el amor era a través de la sangre de otros Nightwalkers. Era como poner una deliciosa galleta ante unos niños tan sensualistas. ¿Quién no quería sentir el amor por primera vez? ¿Por qué no sería Izri curiosa acerca de estas cosas? Pero Windsong sospechaba que Baritone no sentía la misma inclinación. ― Es mejor que hable con ella. Windsong levantó la vista de su posición en la hierba. Era una noche inusualmente cálida tan cerca de Samhain. Ella y las chicas habían decidido hacer un picnic en la pradera junto a la cabaña, para estar en el aire fresco, mientras todavía podían antes de que el invierno sacara sus garras y les obligara a estar en el interior. Por suerte para Baritone y Dove, hacían casi todo el trabajo en el exterior de la cabaña, y lo único que quedaba era el interior. Cuando todo estuviera hecho habría tres dormitorios, una sala muy espaciosa, y dos baños. Parecía que había que hacerle mucho a la casa, pero dado que había estado sin estudiantes en estos siglos pasados, tenía sentido. Simplemente sería un poco más que un ajuste. Y para ser honesto, sería bueno tener algo de privacidad, un lugar donde ir en el que pudiera cerrar la puerta y estar sola. No se había dado cuenta de que extrañaba su privacidad hasta que estuvo a punto de recuperarla. ― Buenas noches, Harrier, ― finalmente saludó a su amigo de la infancia que había aparecido a su espalda. Sólo había uno, otro Mistral tan antiguo como ella. Harrier. En un momento, sus madres habían tenido esperanzas de cultivar un gran romance entre ellos. Tal vez esa fue exactamente la razón por la cual nunca había sucedido. La idea de hacer el amor con Harrier era tan ridícula para ella como hacer el amor con su hermano. Eran los mejores amigos, pero carecían de la química necesaria para cualquier cosa como un romance. ― No estoy de acuerdo. Izri, es una madura mujer vampiro, y es muy consciente de las posibles consecuencias de su enamoramiento. Ha vivido entre nosotros el tiempo suficiente para saber que es muy probable que cualquier avance que haga será rechazado. ― Estás hablando como una mujer lógica. Te olvidas de lo que es estar enamorado. Uno no siempre piensa lógicamente cuando el corazón está involucrado. Su observación hizo a Windsong sonreír un poco. ― Esto viene del soltero más arraigado de toda la historia, ― dijo. ― No siempre fui un soltero, ― le recordó Harrier suavemente. No necesitaba el recordatorio. No más que él. Hacía siglos que había estado casado, había sido padre… sufrió el horror inimaginable de sus muertes. Pero ella sabía que bien podría haber sido ayer. No se dejaría a sí mismo olvidarlo, incluso después de todo este tiempo. ¿Y cómo podría hacerlo? Él había mezclado todos los componentes de cada canción que sabía. Era parte de lo que le daba a sus canciones una energía tan increíble. Era lo que lo convertía en un incomparable Bard. Windsong lo estudió un momento, su altura, su buen físico, el pelo muy corto del color de una moneda nueva, y sus características líneas aristocráticas. Era increíblemente apuesto, cualquier mujer lo encontraría atractivo, tal vez incluso a pesar de la antorcha que llevaba para una familia que hacía tiempo que era polvo. Su característica física más llamativa era el vivo

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color púrpura de brezo en sus ojos. Pero incluso eso se potenciaba con el fuego de Harrier en el momento en que pronunciaba una sola palabra. Su voz era profunda, rica, e hipnótica cuando hablaba. Cuando cantaba, era positivamente fascinante. ― Eso es cierto. Supongo que me hace la soltera más codiciada de nuestra especie. ― Es un misterio para mí, ― le aseguró. ― Nunca te faltaron pretendientes en la primera mitad de tu milenio. Y ahora, son escasos, ya que los intimidas. Eso, y que siguen siendo tan arrogante que nadie te soporta. ― O sospechan que tú y yo somos amantes y no quieren meterse entre nosotros. Él se rió entre dientes. ― Nunca he entendido eso, ― dijo mientras se sentaba a su lado. ― Los dos tenemos aprendices que viven con nosotros, y hasta la reciente renovación, están cerca. ¿Ahora sospechan que buscamos la oportunidad para hacer el amor? Windsong se encogió de hombros. ― Dudo que lo estén pensando tanto. ― Tal vez. Lo que me devuelve a mis advertencias anteriores. No creo que tu huésped Vampiro piense muy diferente a todos. ― ¿Y qué si ella lo hace o no? ― Windsong mirándolo directamente a los ojos. ― La vida no es más que una experiencia de aprendizaje. ¿Y quiénes somos tú y yo para asumir que sólo cosas malas podrían venir de esto? ¿Has hablado con Baritone? ¿Te pidió que me hablaras para advertirla? ― No. Nada de eso. Sólo quise decir... ― Él se encogió de hombros. ― Mantenemos mucho de nosotros mismos. No nos gusta la idea de que los forasteros, incluso caminen a través de nuestro pueblo. ¿Qué te hace pensar que le daría la bienvenida a uno en su cama? ― Hace dos años, ¿Podrías haber imaginado alguna vez que este pueblo le diera la bienvenida a un vampiro como un miembro de nuestra familia? Por supuesto, ha tomado algo de tiempo, pero la gente ha crecido, se han acostumbrados a ella. Incluso me atrevería a decir que ella les gusta. ― Creo que fueron deslumbrados, tal vez por su cabello. O tal vez por su ropa. Windsong sonrió. Miró por encima y se puso a pensar seriamente en el amarillo limón y las rayas chartreuse del pelo de Izri, la mitad del cual llegaba a la barbilla en el lado izquierdo y la otra mitad, a la mitad de la espalda. ― No creo que se inmuten por las apariencias exteriores. Esto no es lo que nuestra gente teme, después de todo. Tememos nuestra vulnerabilidad. No tenemos la fuerza física de otras razas, ni su velocidad asombrosa y ni los sentidos. Tenemos nuestras voces y nuestra capacidad para cambiar en aves. ― Y luego está el sol. ― Sí. El sol. ― Ellos no eran tan sensibles al sol como los otros Nightwalkers. No se quemaban o envenenaban. No sentían letargo o morían. Pero perdían su capacidad defensiva. Perdían sus voces. Se quedaban completamente mudos ante la luz del sol. No importa cuán joven o viejo, o lo mucho que lucharan, el toque del sol les robaba sus voces.

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Ellos, a falta de un término mejor, se hacían completamente humanos. No tenían defensas, fortalezas, y no tenían sentidos sobrenaturales. Todo eso desaparecía. Y si vivían regularmente en la luz del sol, comenzarían a envejecer como un mortal normal. Windsong se estremeció. ¿Quién querría vivir en la luz del sol? ¿Quién iba a optar por ser mortal? Había vivido a través de tantas increíbles eras, visto tantas cosas extraordinarias. Tenía un gran respeto por los seres humanos y su inventiva, las formas en que se esforzaban por superarse y las cosas a su alrededor, pero también lo encontraba triste y trágico. Estaban destruyendo el mismo mundo que los sustentaba. El mismo mundo de los Nightwalkers. Windsong era muy consciente de que un día los Nightwalkers podrían tener que tomar partido en contra de los seres humanos o estaría en riesgo su propia existencia. Era un pensamiento aterrador, porque los Nightwalkers como los vampiros no podrían sobrevivir sin sus fuentes de alimento humano, y ahora los demonios encontraban sus compañeros en los seres humanos que tenía sangre druida. Podría ser un poco difícil, como una pequeña casa de naipes. Pero los humanos se movían hacia una mayor toma de conciencia del mundo en que vivían. Sólo quedaba esperar que esto continuara. ― ¿Cuándo fue la última vez que viste el sol? ― le preguntó Harrier. Ella le dio una pequeña sonrisa. Ni siquiera tenía que pensar en ello. ― Lo hice hace poco tiempo. Unos pocos años atrás. Vi un amanecer. Confieso que es una cosa hermosa, tanto que me duelen los ojos al verlo. ― Hay muchas cosas que son a la vez hermosas y mortales. Ha sido mucho más tiempo para mí. No tengo ningún deseo de sentir el toque del sol o ver su belleza cuestionable. Me resulta difícil ver belleza en algo que me hace impotente. ― Él miró a la luna casi llena. ― Estoy muy contento con este esplendor plateado brillante. ― ¿Has venido a ayudar a los carpinteros de hoy? ― preguntó Windsong. ― Me parecen fascinantes, sus canciones, ― confesó. ― Las canciones de la construcción crean este tipo de uniones muy seguras. Saca a relucir la belleza como en el bosque que utilizan. ― Me parecen muy similares a las canciones de curación. En cierto sentido, está la reparación de los daños que han causado por el corte a través de la madera. ― No lo había mirado así. Pero no es de extrañar que al hacer las casas Mistral hace tanto tiempo que exista tan poca necesidad de reparación tan de marcos, techos, y cimientos. Las estructuras humanas son tan de mala calidad en comparación. ― Hacen lo que pueden, ― Windsong se irguió de la grama, de pie junto a su amigo mientras alisaba los pliegues de su falda. ― Me alegro de que estés aquí. Quisiera recoger algunas hierbas silvestres hoy y no me gusta dejar a Lyric y a Izri solas en estos días. ― ¿No las estarás tomando con ellas? ― Él frunció el ceño. ― No debes ir sola. ― Les he dado trabajado muy duro esta semana con las clases. Deben tener un tiempo para relajarse. Lyric tiende a sentirse abrumada si no obtiene un descanso cada pocos días. Ella recuerda letras de canciones y tonos mucho mejor cuando no se siente sobrecargada con el trabajo. Windsong se agachó para recoger su cesta de mimbre. Sería capaz de reunir por varias horas hierbas y raíces y no tener que volver continuamente la casa para vaciar el cesto y hacer espacio para más. Esta muy probablemente era su última oportunidad de cosechar antes de que

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la nieve cayera y cubriera el suelo por varios meses. Odiaba cavar en busca de sus raíces en la nieve. ― No te referiste a mis preocupaciones acerca de ti, ― Harrier la apretó cuando ella comenzó a alejarse de él. Ella le dio una sonrisa y levantó la frente. ― ¿No lo hice? Bueno, vamos a hablar de ello cuando regrese. ― ¡Wind...! Harrier sopló un suspiro de frustración. Hablar con su espalda no sería más eficaz que hablar con su rostro terco. Windsong no iría en realidad muy lejos de la cabaña, ya que el camino iba en línea recta. A media milla a lo sumo. Pero era suficiente para aislarla de los demás. Estaba de rodillas, dejando al descubierto una rara y generosa trufa, cuando sintió que ya no estaba sola. Sentía la malevolencia que se acercó a ella mucho antes de que el desconocido llegara a corta distancia. Una de las principales características que la habían hecho siempre destacar entre todos los otros Mistral era que ella no se asustaba fácilmente. Dejó su cesta en el suelo, metiéndola detrás de algunos matorrales, escondiéndola para recuperarla posteriormente, y se quitó el polvo de la suciedad de sus manos, se movió con cuidado hacia su cabaña. No había cambiado en su alter ego de paloma, reconociendo que se trataba de una forma quizás más vulnerable que la que ella tenía en el momento. El primer Vampiro apareció justo en su camino en una nube repentina, turbio del humo con olor a azufre, indicativo de la capacidad de un Demonio de la Mente de teletransportarse. Windsong se dijo que este vampiro había bebido la sangre de ese tipo de Nightwalkers y ganado este aspecto de la misma. Era muy probable que el Demonio de la Mente hubiera muerto en el proceso. Los vampiros renegados no eran conocidos por ser misericordiosos cuando se trataba de sus víctimas. ― Hola, palomita. ¿Yéndote tan rápidamente? ― preguntó el vampiro, sus ojos oscuros casi imperceptibles en la noche a su alrededor. Casi como si fueran sombra de una parte, las longitudes de su cuerpo no podían separarse de la oscuridad, se encontraban en las densas sombras de los árboles que interferían con la brillante luz de la luna. El segundo Vampiro apareció a su espalda, lo bastante cerca como para tocarla. Windsong se movió rápidamente fuera de su alcance. No le permitió la oportunidad de beber de ella, si eso era lo que quería hacer. Pero también tenía que esperar un poco. Necesitaba algo que todo los Nightwalkers necesitaban. Información. La mayoría de los pícaros actuaban de forma individual, o tal vez en pequeños grupos de dos o tres, pero últimamente había habido grandes bandas, y le habían parecido muy bien organizados. En su último encuentro con los otros líderes Nightwalkers había abordado esta cuestión. Se le había dicho a todo el mundo que advirtiera a su gente de tener cuidado. Jasmine había pedido cualquier adelanto en inteligencia para ella y así poder derrotar a la fuente y destruir el nido de una vez por todas. ― ¡Qué listos son para atraparme a solas! ― les dijo. Y su tono de voz, el más potente de su clase, al instante adormeció al par. Ambos relajados, la sombra del vampiro, repentinamente más solida, sus rasgos delgados y guapos se iban haciendo blandos con una sonrisa.

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― Lo planeamos de esa manera, ― dijo con orgullo. ― Pero no vamos a hacerle daño, de inmediato. ― ¿No? ¡Qué amable es usted! ― dijo ella, lo que significara eso. El sarcasmo echaba a perder el hechizo que estaba tejiendo. Tenía que ser sincero. Y ella lo sintió sincero. Ella encontró que sus acciones eran equivocadas, por desgracia. Tan triste. Así que muchas personas habían muerto innecesariamente. Se preguntó si tal vez era como la magia negra, o como las drogas, una adicción que, una vez iniciada, se hacía casi imposible de romper. Sí, el egoísmo y el hambre por el poder que podrían tener les obligaba en un principio, pero lo que sí sabía es que se convertían en adictos a la euforia que recibían de la victimización a otros y no podían evitar perseguir esa sensación de nuevo una y otra vez, si querían el poder por más tiempo, ¿O no? Ella había presentado la idea en la última reunión y se encontró con mucha resistencia y desaprobación, y esto a pesar de que una bruja nata se sentaba entre ellos. Una bruja que había llegado muchos meses atrás y les dijo que los seres humanos que utilizan la magia negra podían cambiar. Una que se había decidido por esa opción había sido puesta delante de ella una vez que se dio cuenta de que había nacido para crear magia. Ella no se había dado cuenta de que había magia que podía no hacer daño. Que incluso había una diferencia. Y en el momento en que se había dado cuenta, era una adicción que había sido casi imposible romper. Le había costado todo lo que tenía salir de ella. Le había costado experimentos aterradores para aprender lo que era la buena magia, y lo que no lo era. ¿Y si era lo mismo para estos vampiros? Windsong estaba dispuesta a arriesgar su vida para poner a prueba su teoría. ― Vamos a llevarte con nosotros, ― explicó el segundo vampiro. ― Qué bonito. Estoy tan contenta que me estés invitando a este viaje, ― dijo Windsong. ― ¿Dónde vamos a ir? ― No está lejos. La demonio tiene necesidad de ti. No sabemos por qué. ― ¿La Demonio? De repente Windsong perdió un poco de su calma. Tomó aire, tratando de recuperarla. ― ¿Te refieres a Ruth? ― preguntó. ― Sí, Ruth, ― gruñó una tercera voz detrás de ella. Agarró a la Sirena, tirando de la espalda a su cuerpo rotuliano. La respuesta visceral de Windsong fue la de gritar una sola nota, impresionante, levantando la voz salvaje en la selva fresca y clara. El control del vampiro fue laxo, casi al instante, lo que le permitió tropezar libre de su alcance. Ella perdió todo interés en conseguir la información de ellos. Los vampiros eran una cosa, y Ruth otra totalmente distinta. Windsong no era tan arrogante como para pensar que le iría mejor con la demonio de mente que había venido a torso con saña y dañado brutalmente, si llegaban tan lejos. Sabía que era fuerte y poderosa, pero no estaba dispuesta a probar su fuerza en contra de alguien tan corrupto. Un comodín que nadie realmente entiende. Y cuando uno no entiende completamente a su propio enemigo, es casi imposible encontrar sus debilidades y preparar una defensa adecuada. De repente ella estaba luchando por mantener su temor bajo control. Era imprescindible que lo hiciera. Sólo podía controlar a sus atacantes si se controlaba a sí misma. Los vampiros se

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estaban haciendo más audaces. Podía sentirlo en ellos, sentir su fuerza mental. Si hubiera sido cualquier otra Mistral, ya habrían tenido a su cautiva. Comenzó a cantar, no había palabras, sólo claras, notas agudas, sentando las bases para mantener sus mentes y las mentes de los demás dentro de rango auditivo. Su voz era potente y resonante, cortaba a través del bosque hacia distancias inesperadas. Dudaba que se sospechara de lo que era capaz llegando hasta el momento. En momento, su voz se rompió en el claro de la cabaña donde Harrier y los otros estaban. Fue entonces cuando una sensación súbita llegó, un fuerte puñetazo en el costado de su cuello. Sorprendida, Windsong quedó en silencio, sacudiendo la mano hasta el dardo que sobresalía de su garganta. Ella miró aturdida a los ojos de un demonio, cuya profunda piel bronceada lo ponía al margen de los vampiros que acompañaba. A medida que el poderoso sedante inundó rápidamente la sangre de Windsong, se tambaleó un poco. La bonita demonio de pelo negro y gris tiró de una cuerda cerca de la oreja, haciendo estallar el tapón en el mismo, era un par de color naranja brillante, obsceno. ― Ellos pensaban que eran lo suficientemente fuertes para resistirte, ― dijo mientras se acercaba. ― Pensé que era mejor prevenir que curar. ― Metódicamente cargó la pistola de dardos y apuntó a Windsong. ― Espera... por favor... ― jadeó Windsong débilmente, alzando una mano cuando sintió que sus cuerdas vocales se adormecían, junto con todo el interior de su garganta. El mundo se tambaleó y la debilidad sangró a través de su cuerpo. ― No depende de mí, ― dijo el Demonio, con un encogimiento de hombros. ― Lo que Ruth quiere, Ruth lo consigue. Pero confía en mí, mi manera de hacer las cosas es en gran medida la mejor manera. Golpeó a Windsong de nuevo, esta vez en una zona menos vital. El primer fármaco era un paralítico, y el segundo un sedante. Windsong se derrumbó sobre el suelo, sin poder hacer nada para defenderse o escapar. El demonio se sacó el segundo tapón y lo puso los ojos en los vampiros, se acaba de romper el encanto de la sirena. ― Son un montón de idiotas, ― dijo. Pero eran otros vampiros, los que venían hacia ellos, a través de los árboles para mirar hacia abajo a la inconsciente Mistral, que había sido el verdadero peligro. Sí. Su camino fue por mucho el camino más seguro.

***! Adam había rastreado una buena cantidad de demonios en los últimos años, pero siempre había tenido un poco de sentido dentro de él para ayudarle a precisar su ubicación. La ausencia de la presencia de Ruth en su red interna lo hizo casi inútil cuando se trataba de darle caza. O al menos así se sentía al ver al vampiro en su rastreo de las cavernas bajo la superficie. Los sentidos y habilidades de Jasmine como cazadora eran extraordinarios para él. Los Demonios de la Mente eran difíciles de rastrear, por su habilidad para teletransportarse con el pensamiento de

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un lugar a otro, pero si uno sabía qué buscar, no era imposible. Jasmine le había impresionado mientras se apresuraba a rastrear los movimientos del demonio. Tenía que confesarse a sí mismo que verla cazar lo encendía de forma increíble. Su ineficacia lo dejó sin nada que hacer, pero podía verla. La estudió. Familiarizándose con cada una de sus hermosas características, la longitud y la gracia de su cuello, el arco de la curvatura de su espalda en la parte trasera cuando ella se agachaba para estudiar las señales que encontraban y formular su próximo plan de acción. ― ¿Debes mirarme así? ― preguntó ella con un suspiro engañoso a las pocas horas de esto. Adam se limitó a sonreír, incapaz de pedir disculpas por haber sido sorprendido en el acto. Una parte demasiado grande de él quería que ella supiera que él la encontraba cautivadora. ― Deja de ser tan fascinante y dejaré de mirar, ― ofreció. Jasmine no pudo evitar sonreír, mirándolo desde su posición cerca de la tierra. Él estaba allí de pie con las piernas poderosas separadas, preparado, duro y los brazos gruesos cruzados sobre el pecho. Parecía como si fuera el dueño de su universo, a pesar del hecho de que había perdido en la actualidad su definición dentro de él. Ella lo encontraba impresionante e intrigante. Otro lo encontraría confuso, esperando a que otros lo ayudaran a redefinirse. Pero, no Adam. Algunas veces por el camino, se había hecho nudos por el hecho de que su mundo había cambiado, tenía que enfrentar los hechos y adaptarse o encontrarse perdido. Tal vez era el acto de la caza que había ayudado a que esto sucediese. Estaba en su elemento, en el proceso que le era familiar. Era casi tan inútil como pensaba que era, sus bien entrenados sentidos y su orientación daban crédito de una importante experiencia. Pero él estaba acostumbrado a tomar el mando en estas cosas, acostumbrado a ser el cazador solitario. No estaba acostumbrado a seguir a alguien con mejores habilidades. Por el momento, de todos modos. Si hubiera sido cualquier otro demonio al que estaban cazando, Jasmine estaba segura de que Adam la habría hecho comer polvo, pero como Jasmine había cazado antes a Ruth, sabía qué buscar, a qué olía y cómo eran sus trucos. Supuso que podría haberle iluminado, enseñarle. Sin embargo, se estaba divirtiendo demasiado al estar por delante de él, dejándolo con una gran cantidad de tiempo para simplemente mirarla. Había algo que se dijo que debía considerar. Era como si sus ojos transmitieran un contacto físico. Los sentía sobre ella, sentía exactamente dónde la tocaba en un momento dado. Ella cedió a la tentación de tomarlo en ella. Por desgracia, esto demostró ser una gran distracción. Una cierta cantidad de calor suministrado con su mirada, creó una especie de constante chisporroteo debajo de su piel. Se hizo desear tener el tiempo para hacer otras cosas además de dar caza al objetivo que buscaba. Era demasiada distracción. Tenía que parar. Tal vez. ― Tengo poco más que hacer, ― dijo él, ausente, sin dejar de contemplar la curva de su culo sin vergüenza. ― Y he tenido peores pasatiempos. Jasmine se puso de pie, alisando con las manos sus muslos y moviéndose con un giro lento y sensual. No podía evitar la tentación de que tenía de embromarlo, siempre le tentaba, paso a paso, siempre una pulgada más que antes. Sabía que estaba invitando a los problemas, que era una mala idea sobre todo teniendo en cuenta sus propias reacciones inesperadas ante él, pero no era capaz de ayudarse a sí misma.

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Él sonrió, su mirada de complicidad le decía que él era muy consciente de la forma resuelta en la que ella jugaba con él, y que sabía que lo hacía a pesar de su un mejor juicio. Se acercó un poco más cerca de ella, lo suficientemente cerca como para tocar, y aunque no llegó a ella, era como si estuviera haciéndolo así con cada fibra de su ser. ― He sentido atracciones en mi vida. Estaba obsesionado con una chica cuando era más joven. Me acuerdo de eso. ¿Cómo me fascinó y todo sobre ella parecía tan perfecto? Pero todo esto palidece en comparación con lo que siento cuando te veo, pequeña vampira. Y no puedo, por mi vida, averiguar por qué es así. ― ¿Tal vez es sólo el fruto prohibido? ― ofreció ella, cepillándose el pelo hacia atrás sólo para poder ver la forma en que sus ojos se aferraron a la acción, el cambio de los hilos, de la manera en que se reasentaban contra su cuello. Ella sintió su corazón inquieto en su pecho, el músculo queriendo salir a pesar de su largo estado de silencio. Latidos y aliento que hasta el momento no habían inspirado tanto. ¿Cómo tenía el poder para traer su sistema latente a la vida? ― Sí, ― dijo. ― Es muy posible. Pero sólo esta fruta en particular, te lo aseguro. Sólo tú, pequeña vampira. ― Bueno, tienes buen gusto, te concedo eso, ― dijo con una sonrisa. Eso le hizo reír, un sonido rico y bajo, corto y hermosamente masculino. Le daban ganas de tocarlo tan mal, que lo hizo. Era, después de todo, una sensualista. Era el núcleo mismo de su raza. Era la forma en que trataba de sentir. Así que se acercó y colocó una mano sobre la poderosa configuración de su hombro y hacia abajo en la fuerza vigorosa de su brazo. Una sensación eléctrica sacudió en el centro de su cuerpo mientras se vio obligada a recordar que había sentido por encima de ella, su fuerza y el peso pulsando en ella, su calor penetrando la piel. ― Antes, cuando he dicho que me has decepcionado...― dijo en voz baja, casi en un susurro, como si fuera una confesión. ― No me importaba las libertades que tomaste conmigo. Simplemente mi mente nunca siguió adelante. Ahora me doy cuenta que no fue tu culpa. ― Yo no podría haberte seguido en todo caso, Jasmine, ― dijo. ― El mundo era lo que era en ese momento. A pesar de que... No creo que hubiera sido capaz de contenerme. Hubiera temido que otros lo hicieran. ― Él levantó la mirada hacia el cielo, y luego miró directamente a los ojos. ― En el momento en que me fui era Beltane. Ahora es Samhain. Tal vez soy víctima de las dos lunas de gran alcance. Tal vez estoy tirando mi cuidado normal, porque estoy algo descarnado de mi vida anterior. Pero prefiero pensar que tiene algo que ver con el hecho de que eres la criatura más fascinante jamás que jamás ha caminado por la tierra. ― Tomó un respiro, lentamente, a través de su nariz, sus ojos se cerraron en el placer evidente. ― Y hueles a... Ella hizo lo mismo, con los ojos medio cerrados a la deriva mientras tomaba el olor de él. Era un aroma primario, masculino y dinámico. Lo encontró siendo, con mucho, el placer más tentador que había tenido alguna vez atravesándola. ― Eres más que suficiente para tentarme fuera de mi especie, ― le admitió en una voz entrecortada. ― Creo que, por primera vez, puedo apreciar la abrumadora atracción que Damien debe sentir por… Se interrumpió, las palabras que estaba diciendo sonaban fuertes y discordantes en su cerebro. Retrocedió un paso, sacudiendo la cabeza. No, no lo haría, que la aspen si caía en poder de las garras de la trampa en la que había caído Damien. ¿Estaba tan distraída que estaba dispuesta a tirar todo lo que tenía sentido? No, no quería eso.

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Se dio vuelta y se deshizo del hechizo de su físico impresionante lo mejor que pudo, tratando de volver a centrarse en su caza. Tenía un trabajo que hacer. Una responsabilidad con miles de personas, si no con todo el mundo, cuando pensaba en ello. Ruth era una maldición sobre todos los seres vivos, y debía ser detenida. Jasmine no podía permitir que nada se interpusiese en el camino de eso. Muchos de ellos habían dejado sus distracciones personales en el camino de destruir al demonio. Adam sintió su retirada y sabía que la debería sentir como una bofetada en la cara. En un momento ella estaba allí, al momento se había ido. Pero ella no había desaparecido por completo. No se había ido, lentamente se dio cuenta de que seguía sintiendo su presencia contra su piel con tanta seguridad como si se estuviera apoyada en él. Él sentía como si los hilos de la energía colgasen de alguna forma entre ellos, y con cada momento que pasaba, se hacían más fuertes. El instinto le dijo que tocarla podría hacer que sucediera mucho más rápido. No entendía cómo o por qué sabía estas cosas. No era lógico en absoluto, no era cierto tipo de información aprendida. Era pura intuición. Metió la mano por su pelo, pero apenas la punta de sus dedos le rozó ella saltó lejos en el aire, moviéndose para perseguir a su siguiente pista. Ah, sí. El Demonio. El traidor. Jasmine le había estado entreteniendo con los cuentos de la historia de Ruth. Cómo casi todos los actores principales en el mundo de los Nightwalkers habían ido en contra de ella. Algunos habían logrado la victoria, pero resultaba efímera y temporal, mientras se escapaba del juicio final y volvía más fuerte y más contaminada cada vez. Cuando Adam corrió tras el vampiro, supo que no iba a dejar escapar a Ruth. Sacrificaría su vida en primer lugar. Sobre todo porque era claro que ella estaba haciendo planes contra la familia de su hermano. Adam no podía permitir eso. Era su trabajo, su vida, no ver perjudicados a demonios, seres humanos o Nightwalkers. Capturar a Ruth era tal vez lo que estaba destinado a hacer.

***! ― ¡Oh, cuán bella es! ― comentó Ruth cuando sus secuaces Vampiros trajeron a su Mistral cautiva a una de las mesas de trabajo de Ruth. ― No esperaba que fuera aún más guapa en persona. Dicen que los Mistral son de apariencia tímida, ya que sólo tienen una hermosa voz. Claramente este no es este el caso. ― No, señora, ― coincidió la pequeña demonio de pelo negro y gris que había seguido a los vampiros en la habitación. ― Ella está muy sedada, ― dijo en tono de disculpa. ― Me pareció la mejor manera de traérsela sana y salva y…― Echó un vistazo a los vampiros ― sin desangrar. Deseé que estuviera en tan perfectas condiciones para sus necesidades como fuera posible. ― Eres tan preventiva, ― la alabó. Ruth ― ¿Te gustaría ver el hechizo en el que estoy trabajando, como recompensa por haberme traído su más importante componente? ― Mucho.

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Ruth impaciente ahuyentó a los vampiros que estaban husmeando a la Mistral inconsciente. ― ¡Vaya, vaya! Tendrán la diversión más tarde, ― aseguró Ruth. ― Acércate, querida. ¿Lo ves? ― Ella la llamó cerca de sus papeles, páginas con arte de interpretar el hechizo de un jeroglífico. ― Es muy cercano a un hechizo que utilicé hace sólo unos pocos años, ― Ruth hizo una pausa para dar una risita sobre su chiste privado. ― Idiotas. Todavía no se han dado cuenta de que han sido maldecidos. Pero este hechizo, a diferencia de aquel, no puede ser revertido. Incluso si me matan, va a hacer su camino a través de uno de sus componentes engranados y los planes que han trazado. ― ¿Qué va a hacer? ― preguntó al demonio con curiosidad. ― El otro hechizo era un hechizo de la esterilidad. Pero eso no va a funcionar ahora, porque la Reina de los Demonios ya es estéril. Este pequeño y precioso trabajo será mucho más fuerte. Más activo. Con este hechizo simplemente se volvería loca. Sin médico, ni siquiera Gideon, será capaz de curarla. Y debido a su naturaleza, rápidamente llegaran a entender quién está detrás de él. Ellos sabrán que era yo. Por eso es importante que el hechizo sea irreversible aunque deba morir. Sólo en caso de que me cacen con éxito, quiero incluso más allá de mi tumba, hacerlos sufrir. ― Es una venganza inteligente. ― ¡Es una venganza genial! ― la corrigió Ruth. ― Ahora dime, ¿Cómo va la búsqueda de Corrine? ― No lo sé. ¿Voy a averiguar por ti? ― Sí se puede. Pero esto tiene prioridad, ― dijo Ruth, indicando sus preparativos para su hechizo. ― ¿Cuándo desaparecerá el sedante? ― Tienes varias horas. ― Oh. ― Ella parecía decepcionada. ― No importa. Me da tiempo de volver a revisar todos mis preparativos. ― Voy a salir por ella, ― dijo la Demonio con una inclinación respetuosa de cabeza. ― Voy a buscar noticias de Corrine. Si la cacería no se dirige a mi satisfacción, me ocuparé de ella para ti. ― No hay duda, ― le sonrió Ruth. ― Has demostrado ser un alumno entusiasta y leal. Estoy tan contenta de que te hayas unido a nosotros. ― No hay otro lugar en el que preferiría estar, ― le aseguró la Demonio en voz baja. Luego hizo otra reverencia y se excusó de la presencia de Ruth.

***! Damien se inclinó sobre el respaldo del sofá y le dio un suave beso en la sien a su esposa. Ella se apoyó ante el toque de cariño, una sonrisa calentando sus facciones. ― ¿Dónde están los niños? ― preguntó Syreena.

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― Jugando en el jardín. Annalise los está observando, ― dijo. Siena, la hermana de Syreena, había venido a visitarla, con los niños demonio Seth y Leah. Con todo lo que Leah había pasado esa noche, Siena había pensado que un cambio de escenario ayudaría. Mantener cierta distancia entre Leah e Isabella quien se encontraba enferma las beneficiaría a ambas. ― No creo que Seth haya estado aquí antes, ― señaló Syreena. ― Él es un niño guapo. Estos rizos de su cabeza son adorables. Sus padres lo atesoran mucho. Él es un muchacho afortunado. ― ¿Porque es un niño de la profecía? Ella se burló de eso. ― Como alguien que fue criado con grandes expectativas, puedo asegurar que es lo menos especial que tendrá en su vida. Él, sin duda, pasará una gran cantidad de tiempo deseando ser “normal”. Pero tiene una gran y cercana familia que lo ama y lo protege a él y a todos a su vez, así que tengo fe de que no será una carga tan terrible para él, a diferencia de la forma en que era para mí. Me refería sólo a que es una suerte tener a su familia. Apenas sabía de la mía. Siena y yo sólo hemos estado cerca en los últimos dos decenios. Me imagino a veces lo mucho mejor que mi vida podría haber sido si sólo se nos hubiera permitido estar juntas como hermanas mientras crecíamos. ― Todo sucede de una manera y en su propio momento por una razón. Imagínate si eso fuera cierto, un simple cambio en la trama de la historia. Habrías sido una Syreena muy diferente y habrías actuado de manera muy diferente. Tal vez no habrías mostrado moderación y me habrías matado la primera vez que pusiste los ojos en mí cuando entré en esa enfermería con tu hermana vulnerable. Entonces yo estaría muerto, y que tú estarías siempre tan solitaria sin mí. Él sonrió y la besó en la comisura de su boca mientras ella se burlaba de él con suavidad. ― Estás muy pagado de ti mismo, ― se burlaba de él. ― Yo podría caminar muy fácilmente en este mundo sin el gran príncipe de los vampiros. ― Mentirosa, ― dijo a sabiendas. ― Te perderías sin mí, igual que yo estaría perdido sin ti. Sus ojos color carbón, con sus manchas multicolores, se elevaron para enlasarse con los suyos. Ella vio la verdad en el iris de color azul oscuro profundo. Pero no tenía que verlo para saberlo. Sabía que estaban destinados el uno al otro. Nunca podrían separarse. Emparejados o no, estaban profundamente conectados, más allá de las palabras, ceremonias, y la sangre que habían compartido. Y que a veces todavía compartían, pensó con una sonrisa socarrona. ― ¡Ah, ahí está! ― Damien tomó una respiración profunda, con olor a su esposa lenta y sensualmente. ― Sabía que iba a venir, pero quería dejar claros mis pensamientos antes de que comience el celo, que será en cualquier momento. ― Sospecho que estoy siempre en calor en lo que a ti respecta, ― dijo. ― Tal vez debería tomar un poco del aperitivo preparado para los niños. ― Se puso de pie y se alejó, muy obviamente, poniendo distancia entre ellos y los muebles. Damien entrecerró los ojos en ella y la siguió rápidamente. ― Eres muchas habilidades, mi amor, ― dijo mientras la agarraba del brazo y la volvió hacia él, ― pero cambiar de tema en forma artística no es una de ellas. Es horriblemente obvio. Y es la tercera vez que lo has hecho cuando he mencionado tu ciclo de reproducción. ¿Qué está mal? ― No hay nada malo, ― dijo encogiéndose de hombros y desviando su mirada hacia una inexistente pelusa sobre sus hombros.

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Él la tomó de la barbilla con la mano y la hizo levantar la mirada a la suya. Ella suspiró con resignación. ― Me he cansado de este carrusel de cría. Me viene el calor, y me convierto en un demonio desesperado pidiendo sexo y preocupándose por mi fertilidad. Quiero un hijo, tan mal... ― Como yo, ― dijo. ― ¿Y tú? ― preguntó. ― No puedo dejar de preguntarme si no te cansaras de ser arrastrada en esta vorágine mía y que te pone a tono sólo porque quieres verme feliz. ― Syreena, ― dijo con severidad, ― uno no se convierte en príncipe de los vampiros, porque sea fácilmente arrastrado por los deseos de los demás. ― Esto es diferente, ― dijo ella con un pequeño sello de su pie. ― Nuestra conexión hace que sea diferente. ― Es cierto. Y sí, sé que estás un poco desesperada durante tu ciclo. ― Ante su mirada severa, él mismo se editó. ― Muy bien, muy desesperada. Pero vuelves a tu nivel después, lo que me lleva a creer que el camino y la desesperación son, probablemente, una parte de tu ciclo reproductivo y las hormonas que te están sometiendo en ese tiempo. ― Entonces, ¿Por qué no se comportan del mismo modo en mi hermana? ― Quería saber. ― Tu hermana no eres tú. Y como mencionaste anteriormente, no eres como cualquier otra Licántropo. Estás en gran medida, aparte de los demás. Tal vez los aspectos duales de los animales aumenten tu calor por dos. Syreena había pensado en ello y le dio un guiño a regañadientes. ― Tal vez. ― Damien. Damien se volvió bruscamente a la dirección de la intromisión. Sus vampiros sabían que no debía inmiscuirse en su tiempo a solas con su pareja, pero no era un Vampiro. De pronto pudo percibir, sentir la injusticia de ella. Metió a su esposa protegiéndola detrás de él y susurró a la mujer. Mentalmente gritó a sus guardias, preguntándose cómo había llegado la criatura a estar tan cerca de él. ― Quédate tranquilo, no sucederá nada malo. Él no le creyó. Era una extraña y ella olía a mala magia, el hedor emanaba de ella como un perfume trenzado. Ella era una Demonio, se dio cuenta, cuando la vio con su visión infrarroja y dedujo que estaba varios grados más fría que un ser humano o Licántropo. Un remolino negro y gris de su pelo en una trenza floja serpenteaba por encima del hombro. Un pañuelo blanco colgaba de su cuello y los hombros, pero el resto de su vestimenta era de tela negra. ― Me perdonarás si no tomo su palabra, ― dijo mientras los vampiros comenzaron a avanzar rápidamente en la habitación. ― Me habré ido antes de que alguno de ustedes me pueda tocar, ― prometió en voz baja. ― Me forzaran a que me vaya, y no puedo ayudarle a usted y a todos los Nightwalkers que lo necesitan.

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― Espera. ― Syreena dio un toque a su marido en su bíceps, pasando a su lado de tal forma que le hizo que los pelos se pusieran de punta. No le gustaba que estuviera en la línea de visión de esta amenaza desconocida. ― ¿Quién eres tú? ― preguntó al demonio de aspecto delicado. La demonio miró con los más extraños ojos, el color imperceptible que parecía cambiar constantemente a través de la escala de grises espectro. ― Eso no es importante. Quién soy yo no importa. Lo que importa es lo que he hecho. ― Y en un instante se había ido, desapareciendo en un extraño pixelado de negro, gris y blanco, justo fuera del alcance de un guardia que de repente la iba a agarrar. ― No voy a decir esto de nuevo, ― dijo, de repente detrás de ellos y obligándolos a cambiar radicalmente su postura. ― Pierden su tiempo en mí y Ruth se escapará, obtendrá más poder del que se puedan imaginar. Esta podría ser su última oportunidad para detenerla. Su última oportunidad para vivir seguros y felices. ― El demonio femenino fijó la mirada en Syreena. ― Si no me hacen caso y me apartan, tú y tu príncipe no sabrán nada más que de tristeza en el futuro. ― Habla, Demonio. Rápidamente, ― la alentó Syreena. ― Mi esposo está impaciente por tener tu cabeza por haberte atrevido a llegar tan cerca de sus seres queridos con nada más que el peligro que gotea de tu lengua. ― Esta noche he secuestrado a Windsong, la sirena de Mistral, y la entregué a Ruth. Ella está a salvo y viva en la actualidad, pero esto no durará por mucho tiempo. Deben encontrarla y rescatarla antes de que Ruth pueda llevar a cabo su hechizo en contra la compañera del Rey Demonio. El hechizo requiere la muerte de la Sirena, y una vez emitido, será irrompible, incluso si el hechicero muere. Kestra sufrirá y lo hará Noah. Los demonios perderán a su líder. Los Nightwalkers comenzaran a perder la guerra contra los nigromantes y los vampiros renegados. Su paz se disolverá. Sus vidas se vendrán abajo como un tapiz mal hecho. La niña del Tiempo ha salvado a todos de una línea de tiempo profético al salvar las vidas de sus padres, pero al hacerlo se abrió una igual de traumática. Pero esto puede evitarse si salvan la vida de Windsong y derrotan a Ruth de una vez por todas. ― Si sabías que al tomar Windsong para Ruth iba a dar lugar a cosas tan terribles, ¿Por qué lo hiciste? ― exigió Syreena. Ella le debía gran parte la existencia de Windsong. Esta noticia la tocaba de cerca en muchos niveles. Sin embargo, el instinto le dijo que tenía que escuchar con atención a esta chica. Esta criatura, echada a perder con malas artes como ella podía estar, que decía verdades cruciales para el futuro de Syreena. Podía sentirlo. ― Es una trampa. Uno de los trucos de Ruth, ― dijo Damien con desdén cuando se enteró de la inclinación de los pensamientos de su esposa. ― Yo le capturé por seguridad, ― intervino la Demonio, ― porque de lo contrario habría sido tomada por un nido de vampiros poderosos. En su victoria se habrían dado un festín con la sangre de la Mistral viva más potente de hoy en día. Eso les habría dado un poder indescriptible. ― Ella sacudió la cabeza, parecía estar momentáneamente sin habla. Pero después de que ese momento pasó, continuó. ― Mediante la captura de ella y contaminando su sangre con los paralizantes y sedantes, me las arreglé para ponerlos fuera de su fiesta. De nuevo, esto no durará mucho tiempo. Sin duda, Ruth se los permitirá tan pronto como Windsong recupere la conciencia y las drogas hayan dejado su sistema... siempre y cuando no interfiera con su hechizo. No puedo decirlo. No puedo verlo. Ya he alterado una cosa, así que lo que alguna vez se escribió ya se ha cambiado. ― El tiempo ― respiró Syreena. ― Ella ha venido a cambiar la historia como ella sabe que es. Usted es del futuro.

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― Un futuro. Una posibilidad. Una que todavía existe, creo yo. Si no fuera así, entonces yo dejaría de existir. ― ¿Eres una Demonio del Tiempo? ― preguntó Damien. ― No. Yo soy... otra cosa. Y no puedo decir más que eso. Todo lo que necesitas saber es que me he infiltrado al nido de Nightwalkers rebeldes de Ruth. He tenido que utilizar la magia, la suciedad en mí misma, ya que tenía que ensuciarme con el fin de ganarme su confianza. Sólo para que pudiera estar aquí para este momento. Así podría proteger a Windsong por sólo unas pocas horas. Así podría venir a ustedes. ― ¿Y por qué deberíamos creer nada de esto? ― Quería saber Damien. El demonio levantó una ceja e inclinó la cabeza. ― En un acto de venganza, hace dos años, Ruth lanzó un hechizo sobre Syreena por lo que jamás podría concebir. Ese conjuro sólo puede romperse con la muerte del lanzador. Nunca tendrán un hijo, siempre y cuando Ruth siga respirando. Créanme o no, hagan lo que quiera. ¿Pero están dispuestos a correr ese riesgo? ― En uno de los lados de la boca de la Demonio apareció una sonrisa que no era una sonrisa. ― Además, tu amiga Jasmine y su aspirante a compañero están a punto de tropezar con el nido de Ruth, sin darse cuenta de que ha fortalecido sus filas con los vampiros renegados y rebeldes Nightwalkers. Demonios. Licántropos. Incluso Mistrales. Aquellos que han sido atraídos por las promesas de Ruth del poder a través de la magia negra. Ella teje un argumento muy convincente, se convierte en un líder convincente cuando ella quiere. Con un poco más de tiempo, no va a ser sólo una molestia. Va a fomentar la guerra civil en sus filas. Será el principio del final de la vida pacífica como ustedes la conocen. Damien se burló. ― Jasmine nunca tendrá un compañero. ― Estás en lo correcto. Debido a que va a morir cuando caigan en medio de este nido. Y ella nunca será la misma, te lo prometo. ¿Crees que ella era melancólica antes? Sólo trata de mantenerla esta vez sobre el suelo cuando lo pierda. ― Una vez más les dio esa sonrisa. ― Estas palabras podría ser para ustedes. Pero ¿Están dispuestos a tener esa oportunidad? Y con esa oferta, la extraña hembra demonio había desaparecido en una avalancha pixelada de grises y negros.

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CAPITULO 9! !

Traducido por UsaguiSama Corregido Maia

A! dam siguió a Jasmine a través del aire como la niebla, sintiendo, ya que sin duda lo hacían, que estaban en la última etapa de su búsqueda. Estaban muy cerca de su presa ahora. Y sin embargo, su mente estaba distraída de la inminente batalla. En todo lo que podría centrarse una y otra vez, era en la hermosa curva de una mejilla femenina, la seductora longitud de sus piernas envueltas en algodón y la forma en que el viento azotaba y se retorcía por su pelo. Había llegado a conocer muchas cosas acerca de ella en sólo unas pocas horas, y de alguna manera los nuevos conocimientos hicieron su atracción hacia ella mucho más poderosa. Era terca y obstinada, decidida en su empeño de ver el fin de Ruth. Él seguía confundido acerca de si era personal o debido a un profundo sentido del bien y del mal. Ella decía que era porque Ruth le había detenido una vez, pero sabía que era más que eso. Nadie cazaba con tanta pasión por lo que equivalía a un incidente. Y ella era la cabeza de este grupo de aplicación de la ley Nightwalkers. Esto no sonaba como algo que se hacía sólo por diversión. Él podría pensar que era para satisfacer su naturaleza sanguinaria. Era muy obvio que la tenía. Pero había gran cantidad de pasatiempos violentos allí para un vampiro. Podría fácilmente patear culos de renegados, sin arrepentirse. Sin embargo, no lo hacía. Había venido por el lado justo de la ley. Legalidad que, para ser honesto, lo sorprendió cuando la vio en un vampiro. Él tuvo que recordarse que los vampiros habían cambiado y, claramente, crecido en madurez y responsabilidad. La mayoría de ellos, de todos modos. Ella era un gran ejemplo de la forma en que Damien condujo a su pueblo. Era impresionante, por decir lo menos. Excitante. Especialmente para alguien como él, que vivió y respiró la ley. Extrañamente estaba entretenido con la idea, ella era... como él. Amiga cercana del monarca. Una cazadora de gran alcance. Empleada para controlar a aquellos que necesitan ser refrenados. Y todo esto sirvió para que la atracción del uno hacia el otro fuera mucho más poderosa. Maldita sea, me está mirando el culo de nuevo. Lo puedo sentir... Adam paró en seco ya que su pequeña vocecilla le atravesó el cerebro. Sorprendido, se cayó a la superficie más cercana que pudo encontrar y encajó su sólida forma. ¡Oh hermano! ¿Y ahora qué?

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Allí estaba otra vez. Muy clara y obviamente eran los pensamientos de Jasmine mientras se dejaba caer sobre el saliente rocoso, al que habían llegado. ― ¿Y ahora qué? ― preguntó. ― Sabes que Ruth no va a sentarse y esperar su captura. Es muy inteligente. Muy probablemente sabe lo que está en juego ahora y siguió adelante. ¡Va a suponer que estamos cazándola! ― Sí, sobre eso… ― dijo un poco aturdido, mientras la miraba directamente a los ojos. ― Se me ocurre que podríamos estar cayendo de cabeza en alguna forma de emboscada. Bueno, mierda. Si quieres tener toda la lógica al respecto... ― Tal vez. Pero creo que ella va a estar muy ocupada empacando su mierda para salir corriendo, ― dijo Jasmine en voz alta. Adam la miró, un poco con la boca abierta. No tenía ninguna duda que estaba en su mente de alguna manera, por alguna razón inexplicable, estaba escuchando los pensamientos de la hermosa vampiro. Pero ese conocimiento no le asustaba la mitad de lo que el entendimiento de que en realidad ella era muy honesta con él cada vez que le contestaba. Literalmente, decía lo que pensaba. ― ¿Estás tan atraída por mí como yo por ti? ― espetó antes de que pudiera detenerse. Antes de que perdiera los nervios. Decir que la pregunta la sorprendió fue subestimar las cosas. ― ¿Qué diablos es todo esto? ¡Hablas de algo que nada tiene que ver! ― Pero después de su sorpresa desapareció, ella se echó hacia atrás muy ligeramente, dejando que sus ojos vagaran a la deriva por él desde los pies a la cabeza. ― Espera. Antes de que digas o... o pienses cualquier cosa, ― dijo Adam a toda prisa, ya que su corazón latía más rápidamente en su pecho y los escalofríos hicieron su camino a través de su columna vertebral. ― Creo que debes saber que estoy bastante seguro de que puedo leer tu mente. ― Claro ― se rió tan fuerte que resopló un poco. Adam se sorprendió al darse cuenta de que pensaba que era terriblemente lindo. ― Y no soy lindo. ¡Mírame! ― En serio, ¿Crees que veo algo en este paquete que me parezca lindo? ― Ella indicó con su mano a lo largo de su cuerpo y sus prendas de vestir provocativamente apretadas. ― No eres un telépata, ― continuó diciendo. ― No eres más que un Demonio de Agua. E incluso si fueras un telépata, soy probablemente la segunda telépata más poderosa del planeta. Mis defensas son muy fuertes... ― Excepto cuando Ruth se fue haciendo estragos en tu mente para recopilar información. Pudiste muy bien haber sido una niña, por la forma en que se abrió paso hacia ti tomando de ti información que resultó perjudicial para el resto de los Nightwalkers. Era, casi palabra por palabra, los pensamientos culpables que se agolpaban en el cerebro de Jasmine justo después de su alarde ante él. Él no lo estaba diciendo para echar sal en sus heridas, sino para probar un punto. ― ¡Oh, Dios mío, estás leyendo mi mente! ― Jasmine le miró con horror y conmoción. ― ¿Cómo es eso posible? ¡Tienes que parar! ¡Exijo que pares! ― No sé cómo. Como has dicho, no soy un telépata. ― Pero entonces... ¿Cómo? ¿Qué diablos...?

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Adam se acercó y tomó firme control de su brazo, deteniendo repentinamente los agitados movimientos de su cuerpo. El saliente no era lo suficientemente grande como para que ella pasara de él, y no quería que se cayera para salir volando. ― Es fácil, ― dijo tan suavemente como sabía hacerlo. ― En primer lugar me gustaría decir que estás siendo un poco injusta contigo misma, por lo que ocurrió en ese encuentro con Ruth. ― ¿Qué sabes al respecto? ― exigió ella, irritada. ― Estabas a cuatrocientos años de distancia. ― Esto es cierto, ― asintió con un movimiento de su cabeza oscura. ― Sin embargo, incluso en mi corto tiempo en su época, ha quedado claro para mí que Ruth es una oponente formidable. Una Demonio de la Mente sin igual. No puedes esperar ser más poderoso que todas las cosas. Sería una expectativa irrazonable. Ella frunció el ceño, bajando los ojos. Gente murió porque yo era muy débil. ― Gente murió porque yo era débil, ― dijo. Los labios de Adam se levantaron en las esquinas. ¿Había pensado alguna vez que ella fuese hipócrita? Oh, no tenía ninguna duda de que ella era capaz de hacerlo si sus motivaciones eran lo suficientemente fuertes, pero parecía que, en este momento, no veía ninguna razón para ser así con él. Le gustaba, dándole una sensación repentina de intimidad. Una vez más. Era tan curioso cómo ese sentimiento surgía en él, aparentemente de la nada, y con una fuerza enorme cuando lo hacía. ― Murieron porque alguien los quería muertos. Ella habría llegado a esa información de una manera u otra, Jasmine. No te puedes castigar por los motivos sádicos de Ruth. ― ¿Quién lo dice? ― preguntó con petulancia. ― Quiero culparme a mí misma. Quiero recordarlo para hacerlo mejor. Para ser más fuerte. Para no permitir que ella me use de tal manera de nuevo. ― Puedo ver eso, ― le dijo. ― Pero ten cuidado. Una cosa es motivarte a ti mismo en formas tales, y otra cegarte por ellas. ― Él llegó a tocar con dos dedos la parte inferior de su barbilla, levantando la mirada hacia él. Abrió la boca para hablar, pero las palabras llegaron con un grito deteniendo su cerebro. Ella parpadeó interrogante hacia él, con los ojos tan verdes como el jade. Tan verdes como los suyos. La verdad lo hirió como una avalancha atronadora, abrumándolo, congelándolo en su lugar y dejándolo sin aliento. Se sintió atrapado y comprimido por todos lados, como si se estuviera asfixiando por el peso de todo. Dulce Destino, la imprimación, pensó alto y claro. Y ella lo oyó. Tal vez porque era un vampiro y una telépata, pero probablemente más por las profundas capas de compañeros imprimados, y la impronta formó una vía privada telepática entre ellos. Tomaron residencia en la mente del otro. Todos sus pensamientos eran conocidos constantemente por el otro. La forma en que se lo habían explicado a él era como que no había manera real de excluirlos. ― Como si ― exclamó ella, los ojos desorbitados por el pánico abrupto. Los vampiros no nos imprimamos, e incluso si pudiéramos, ¡Yo ciertamente no elegiría un compañero como

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tú! ¡Eres un anticuado, obstinado, Cromagñon, dándote golpes en el pecho, un idiota Alfa y nada de eso apela a mí! En su mayor parte, pensó. Bueno, tal vez un poco. Luego sus ojos brillantes de jade se ampliaron al recordar que él podía leer sus pensamientos. ― Infierno sangriento. El argumento de Adam fue hacer de sus manos una taza al aire, justo en frente de su cara, y las cambió en agua. Se arremolinaron en una piscina ovalada oscura y luego la obligó a estar completamente quieta, oscureciendo la parte trasera del mismo hasta que la superficie se convirtió en una superficie perfectamente reflectante. Le mostró su propia cara, le mostró el verde nuevo y sorprendente de sus ojos. ― De ninguna manera, ― pronunció ella mientras se miraba a sí misma. ― De ninguna manera voy a permitir que esto suceda. ¡Yo soy un vampiro! ¡Un vampiro! ― Eso sigues diciendo ― dijo en voz baja. ― Y esta noche me desperté en guerra con vosotros. Pero eso ha cambiado. Todo ha cambiado. ― ¿Tú me estás diciendo que estas bien con esto? ― preguntó con incredulidad. ― ¿Vas a sentarte allí y me dirás que deseas tener a un vampiro como pareja? ― Jasmine... ― suspiró y tomó un momento para frotar el nudo de dolor que tenía en la sien. ― Lo que quiero es estar en casa, en las tierras de mi familia, en los campos de práctica debajo del lugar de la familia con mi madre acosándome para hacer esto o aquello, para ser civilizado y respetable, en lugar de perdido, confundido en la caza y la batalla y en una situación difícil tras otra. Quiero saber que la decisión más estresante de mi hermano está entre perseguir a un vampiro por la recompensa o luchar conmigo en la arena de práctica. Esto es lo que quiero. O más bien, es lo que yo quería. Lo que pensé que quería… Pero he aprendido en mi vida que lo que pensamos que queremos y lo que es mejor para nosotros pueden ser dos cosas diferentes. También he sido criado para creer que el mundo de los demonios es absoluto. Nada puede ser cuestionado, nada se puede cambiar, y no puede ser combatido. Ha habido algunos mucho mejores que tú y que trataron de luchar contra lo inevitable de la impronta, y no tuvieron más éxito que el que cualquiera de nosotros tendría si hacemos el mismo. ― ¡Mierda! ― exclamó con vehemencia. ― Ninguno de ellos eran vampiros. La impronta es todo sobre amor, pasión y emoción, de lo cual como te has apresurado a señalar, ¡No soy capaz! Ciertamente, no a la escala de tu raza, mal de amores, impronta, ¡Asqueroso! Jasmine saltó lejos de él, girando y empujándose al saliente, saltando al vapuleo de las corrientes. En un acto de salvaje instinto, Adam saltó a la derecha detrás de ella. Se lanzó sobre su espalda, rodeando su cuello y la cintura con sus enormes brazos, sintiendo la sacudida de la gravedad, ya que comenzó a caer. Era incapaz de ajustar su vuelo a su peso, porque estaba demasiado ocupado en satisfacer su furia para compensarlo. Ella luchó contra él, su fuerza era bastante notable. Pero sólo unos momentos antes de que él los transformara a ambos en niebla, ella reaccionó con un instinto inexplicable y sus colmillos se extendieron libres justo cuando le agarró la muñeca y clavó los dientes en su antebrazo. Adam gritó de dolor, llegando a agarrarla por el pelo y pensando que iba a rasgar al salir de él.

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Pero después de un largo momento, marcando los instantes más lentos a medida que sus cuerpos caían hacia el suelo a una velocidad vertiginosa. Sus dedos estaban llenos de su cabello, pero todo el deseo de desprenderse de ella se había ido en el momento en que la punta de sus dedos tocó el cuero cabelludo. Así como su deseo de desollar su carne rasgando salvajemente con sus dientes, se desvaneció en el instante en que su sangre tocó su lengua. Sus mentes se unieron cerrándose como si estuvieran embargándose el uno en el otro mientras disfrutaban de lo que sólo podría describirse como ambrosía, el alimento de los dioses... la más divina de las frutas prohibidas haciéndoles una promesa. Su sangre, la esencia de todo lo que era Adam y todo el poder de Adam, se deslizó hasta el fondo de su garganta y ella ni siquiera podía, no quería, resistir la necesidad de tragar. Gimió cuando el primer bocado se desbordó por su garganta como si se hubiera tragado el fuego, la quemadura abrumadora y sensual corriendo por el centro de su cuerpo desde el cuello hasta el abdomen y luego hacia delante, hacia el abrigo de sus caderas y los órganos reproductivos, grabando un húmedo y caliente, camino, al parecer, justo atrás de su cuerpo. El agua es mi elemento. Todo lo que es líquido es mío, para manipular y armonizar conmigo. ¿Quieres que te diga dónde estás húmeda pequeña Vamp? Jasmine quedó sin aliento, sacando los dientes de su carne justo antes de que él fuera capaz de llegar a sus sentidos lo suficiente como para convertirlos en agua, apenas un segundo antes de que cayeran al suelo. Se estrellaron contra la tierra dura y fría, la física exigió a sus formas fluidas extenderse rápidamente en la superficie. Pero Adam desafió a la física, en lugar de revolcarse con ella y re solidificó sus cuerpos una vez que el peligro inicial de impacto pasó, cayeron en el suelo en una maraña de brazos y piernas. El demonio estaba bajo el peso del vampiro, ambas respiraciones jadeantes. Su sangre estaba en sus labios y él vio cómo la lengua sensual salía poco a poco bañándolos, sintió como en su mente florecía el placer que estalló en sus sentidos. Sus ojos en blanco, cerrados, con las manos agarrando el pecho y el hombro en el que yacía. Su frente se cayó contra él como si ella no tuviera fuerzas para sostener su propia cabeza. Y se dio cuenta que era porque también estaba demasiado débil por la felicidad. A continuación, su cabeza se levantó, de repente sus ojos se abrieron desorbitados como las cortinas de una ventana. ¿Sus pestañas siempre han sido tan espesas y negras?, se encontró preguntándose. ¿Era su imaginación, o estaba más hermosa cada vez que ponía sus ojos en ella? El marrón de sus ojos había sido tan sensual y decadente, pero ahora con el verde que habían adquirido parecían insondables, misteriosos y seductores. Y había algo satisfactorio, su alma profunda estaba profundamente satisfecha, de ver una parte de sí mismo en ella. Ella tomó aire, bajó la cabeza, y de repente le miraba a través de las pestañas superiores como un jaguar al acecho mirando a su presa. ― Más, ― dijo con una voz que era mucho más gruñido que otra cosa. Ni siquiera pretendió confundir su significado, y tampoco fingir que no lo quería tanto como ella. Alargó la mano hacia el cuello de su nueva camisa, tirándola lejos de su piel en un desgarro de tela y botones. No hubo preámbulos, ella abrió la boca y atacó su garganta de una manera rápida con una punción de sus afilados y malvados colmillos. Entonces, antes de que su sangre pudiera salir de las heridas abiertas, había sellado sus labios sobre el daño que había hecho. Jasmine comenzó a beber. Al tercer chupón que sus labios y lengua dibujaran contra su cuello, Adam estaba tan duro como el diamante. Lo estaba como mucho, porque experimentaba placer cuando tomaba cada trago, y por la forma en que se retorcía contra él en forma tan increíblemente malvada, tan

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sensual y necesitada. Ese pequeño y malvado cuerpo podría haber despertado el interés de un hombre muerto. Y Adam estaba lejos de estar muerto. Había una mano agarrando el pelo con tanta fuerza que debería haber protestado. La otra había caído en la cadera, o más bien en el lugar exacto donde comenzaba su trasero y sin pensar fue guiándola hacia su cuerpo con más fuerza y precisión. Era una tortura total, y la perfección absoluta. Él no pudo haber querido más. No necesitaban unirse sexualmente en ese momento porque uno de ellos ya había penetrado en el otro. Ahora se trataba de la sensación y la euforia y la sensación milagrosa de que las cosas se estaba construyendo más y más fuertes con cada segundo que pasaba. Ella estaba quejándose contra él, su mano izquierda corriendo sin descanso a lo largo de su cuerpo y agarrando su pecho a través de su camisa. Luego fue tirando de la tela lejos de su piel, tratando de liberarse, tratando de exponerlo a sus necesidades y el placer. Adam llegó rápidamente bajo el dobladillo de la camisa agarró el encaje bien pegado a su piel. Con sólo un toque de su gran mano para liberarlo de su cuerpo, se permitió descartarlo. Entonces, rápidamente su pecho le llenaba la mano, el calor suave era divino y agradable. Con la punta de los dedos encontró el anillo de metal que había atravesado la punta de su pezón y jugó con él sin descanso, sintiendo que se ponía rígido y duro como él estaba. El orgasmo corrió a través de su sangre a causa de esto, el poder del mismo, extraordinario, saltando de ella adentro de él. Un increíble placer se apoderó de sus cuerpos, la liberación pulsaba líquida entre los dos. Adam se sintió mareado mientras alimentaba su cuerpo en todos los sentidos a la vez, teniendo satisfacción en la idea de que iba más allá de lo sexual. El segundo estallido de sus colmillos en él fue inesperado y debería haber sido doloroso, después de haber sido drenado. Fue todo lo contrario. En todo caso, le dio una patada de regreso dentro de la ola de éxtasis que los había arrastrado. Entonces ambos estaban luchando por respirar y gimiendo repetidamente por el placer que nadie más en el mundo podría comprender o tal vez incluso experimentar. ¡Qué triste para ellos!, pensó, mientras su boca se apartaba de su piel, por fin. Adam recordó que un vampiro siempre mordía dos veces. La primera vez para abrir una herida, la segunda vez para inyectar en el anfitrión un agente coagulante y los anticuerpos destinados a cerrar la herida y facilitar la curación. Sin embargo, su comprensión de la técnica, nunca le había dado alguna idea de que la experiencia sería tan sobrecogedora. Que sería tal la dicha. La felicidad tan abrumadora. ― Debido a que no se supone que se sienta así, ― le dijo en un suave murmullo, somnoliento cerca de su oído. ― Yo no creo que ningún vampiro se haya sentido alguna vez así durante una... un... ― Alimentación, ― suministró él para ella. ― Ni siquiera se puede llamar así, ― susurró con fiereza contra el borde de su oreja, agarrándole las manos, con esa fuerza del vampiro impresionante. ― No puedo jamás llamarlo así. Eso dejó de ser, está muy lejos de ser algo tan básico y rudimentario como una alimentación. Adam... Adam, fue increíble, ― susurró. Ella levantó la cabeza y lo miró con sus ojos estrellados de jade. ― Dios mío, ¿Esto es lo que Damien siente cuando ama a su pequeña Licántropo? ― se preguntó. ― Bueno, entonces no es de extrañar... no es de extrañar... Ella suspiró y apoyó la mejilla en su pecho, con la oreja contra su corazón a pesar de que sus sentidos de vampiro podrían seguir fácilmente el ritmo salvaje del pulso. Así era como se suponía que se sentía estar drogado. Era lo más asombroso que cualquiera podía imaginar. ¿Era

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este el camino que llevaba a un vampiro a beber de cualquier otro Nightwalkers? Si era así, podía ver por qué algunos se verían obligados a hacerse renegados y deseaban alimentarse de una gran cantidad de Nightwalkers, aunque sólo fuera para saber a lo que cada uno sabía... para ver qué se sentía. Pero ella no era tan ingenua como para creer eso. Ella sabía que esta experiencia era totalmente diferente. Esto era especial más allá incluso de la impronta. ¿Tendría que tener miedo de esto? ¿Se había estado resistiendo a esto? ― Sí, pequeña Vamp. Y podrías hacerlo de nuevo una vez baje la euforia. ― Tal vez, ― estuvo de acuerdo con una inclinación de cabeza. ― Tal vez no. No soy tan tonta como crees que soy. Ni tan terca. Él hizo un ruido grosero. ― Muy bien, ― reconoció con buen humor, y una sonrisa se extendió sobre sus labios. ― Yo soy muy terca. Pero no soy idiota. ― Ella levantó la cabeza y se trasladó a mirar hacia abajo en sus ojos, sus manos rozando la cara. ― ¿Crees que me gusta ser tan fría y tan sosa emocionalmente? ¿Puedes imaginar lo qué es la vida cuando comienza a parecerse año tras año y no hay nada que te interese? ¿No hay nada que te estimule? ― Se tocó con el dedo a los labios, siguiendo su forma generosa. ― Todo lo que puedo sentir es placer físico... placeres de los sentidos... y tal vez los desafíos intelectuales. Pero mi corazón está frío. No hay luz verdadera para mí. No hay juegos en la vida. Pero esto, ― susurró mientras rozaba su boca con la suya en el fantasma de un beso, ― esta es la vida al máximo. Se trata de intenso sabor y sensualidad en toda regla y... Oh, Dios mío... ― Ella dio un pequeño gemido antes de profundizar el beso. Adam le dejó el control, le dejó marcar el ritmo y la intensidad. Entendió que este era el primer beso que ella había iniciado en las últimas décadas. Tal vez incluso la mayor parte del siglo. Más que eso. He querido besar a Damien con calidez y afecto, pero a nadie más. No he besado con pasión... hasta que te besé. Eso me satisface mucho, pensó de nuevo hacia ella. Ella salió de la boca para reír. ― ¿Lo ves? Eres un hombre neardertal ― Lo que soy es el hombre. Para ti. ― Él hundió una gran mano en el pelo y tiró de ella hacia su boca. Esta vez él estaba en el comando completo del beso, el calor estalló como una bomba entre ellos, el impacto dulce y doloroso y tan lleno de fuego. Él se deleitaba con el sabor de ella en su lengua mientras jugaba con ella. Él la besó hasta que ella se quejó con una dulce cadena sonidos que, sin duda, revitalizaban su ego. Porque a pesar de que había estado tan seguro acerca de esta cosa entre ellos como lo estaba, su rechazo aún le dolía. En algún lugar de su espíritu, había un hematoma. Pero sabía que ella estaba herida de la misma manera. Se había herido cuando le hirió. Pero todo lo que había necesitado era una muestra de sangre para enviar toda oposición a la distancia. Ese cambio se había hecho en un instante que podría haberles llevado días y una volátil Luna de Samhain para convencerlos de lo contrario. ― Mmm... No. ¡No! ― Ella tiró de nuevo de él. ― Estamos cazando a la perra. Debemos buscar a la perra. ― Ella trató de incorporarse, pero él sólo la siguió, asegurándose de que comprendía que era diametralmente opuesto a ese curso de acción. Para el futuro inmediato, de todos modos. Lo hizo reteniendola de los hombros y arrastrando su espalda contra su boca.

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― La perra ha esperado tanto tiempo. Sin duda, un poco más de tiempo no hará una diferencia tan dramática. Jasmine suspiró, un sonido largo, dulce, su cuerpo entero en fusión contra él como sus brazos alrededor de su cuello. Ella sucumbió a la persuasión de su boca, diciéndose que sólo lo haría por un momento o dos.

***! ― Ahí está, ― susurró Corrine suavemente al demonio a su lado. Puso una mano en su hombro como consuelo, la acción le activó su respiración. La pelirroja druida y el Demonio de cabello leonado llamado Aaron miraron a través del cristal de enfermeros ante los chillidos de la bebé mitad asiática, mitad hispana, su mechón de pelo negro estaba torcido de acuerdo a su indignación evidente con el mundo. ― Pobrecita, ― dijo Corrine con empatía. ― Un comienzo difícil en la vida. ― Esto es un concepto tan difícil para mí, ― confesó Aaron mientras miraba a la criatura humana indefensa. ― Nos cuidamos tanto y pensamos antes de procrear niños en el mundo de los demonios. Nuestros hijos son tan preciosos para nosotros. Me duele y me indigna pensar que una madre se envenene con drogas, mientras lleva un bebé, sabiendo muy bien cómo ese niño va a sufrir una vez haya nacido. ― Desafortunadamente las drogas eliminan todo tipo de lógica. Con este medicamento en particular, algunas de las madres no se dan cuenta que están embarazadas durante la mayor parte del embarazo... o simplemente no les importa. ― Y por eso llora. Mi compañera en el futuro. Una mujer que dicen que será un druida de gran alcance un día si sobrevive a esto. Y yo quiero ver lo que hace. Aaron se movió para encontrar la entrada a la guardería, pero Corrine le retuvo por el brazo. ― No la puedes tocar, Aaron. Incluso tan joven como es, es muy probable que al tocarla provoque esos cambios que harán que sea tu druida, lo que la hará convertirse en dependiente de ti el resto de su vida. ― ¿Y? ¿No es como debe ser? ― Tal vez. O tal vez se debe permitirle que se forme una vida como un individuo en primer lugar, antes de que sienta la necesidad de formar parte de una pareja. Corrine se dio cuenta por la oscuridad, inundando su atractivo rostro, que a Aaron no le gustaba la idea en absoluto. ― Mira lo que dejarla al cuidado de los seres humanos ha hecho por ella hasta ahora, ― dijo con amargura. ― Y no la puedes colgar en frente de mí como cebo, a la que será mi salvación, y luego obligarme a alejarme de ella sin protegerla. ― El no dijo de los “salvajes” seres humanos, pero la palabra no dicha colgaba en el aire. ― Lo siento, ― dijo Aaron rápidamente. ― Sé que eres humana.

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― No hay ofensa, Aaron. Tus argumentos son fuertes, por desgracia. Somos muy irreflexivos y, a veces crueles con nosotros mismos. Y no sugiero dejarla aquí abandonada y desprotegida como está. A través del cristal, un penacho de humo negro apareció de repente, la rapidez del mismo y el cambio, sin duda, doloroso en la presión del aire hizo que cada niño en la sala gritase. Kane llegó a tocar a la niña en cuestión, y antes de que nadie pudiera verlo, desapareció con ella. ― No, ― tranquilizó al demonio a su lado, que estaba ansioso por proteger a la niña. ― Kane está llevándola a un lugar seguro donde será criada por padres demonio en el mundo de los demonios hasta el momento en que sientas que es conveniente presentarse a ella. Tal vez en unos veinte años más o menos. ― Eso no es mucho en absoluto, ― dijo Aaron con un suspiro de alivio notable. Eso hizo reír a Corrine. Los seres humanos y demonios veían el paso del tiempo de forma tan diferente. Las luces en el hospital habían estado fallando desde su llegada, y fluctuaban tan salvajemente ahora que parecía que perderían su poder en cualquier momento. ― Vamos. Vámonos, ― le animó Corrine. ― Entre la influencia en la tecnología que nos rodea y el hecho de que un bebé está ausente en la guardería, lo mejor es irse. ― Por supuesto. Aaron se acercó a tomar la mano de Corrine, y en una explosión de polvo desaparecieron del pasillo del hospital. Algún tiempo después, Aaron dejó a Corrine en el centro de Tokio, donde su marido había prometido llevarla para una auténtica cena japonesa. Aaron, un Demonio de Tierra estaba de acuerdo con su decisión de mantener a la familia de acogida de la niña en el misterio por ahora para no caer en la tentación de interferir con su educación. Sin embargo, Corrine tenía la sensación de que pronto estaría en el umbral de su casa, quejándose por la información. Realmente no importaba demasiado. Los padres de crianza que había elegido eran poderosos y de carácter fuerte, y Aaron tendría sus manos llenas tratando de pasar sobre ellos antes de que se sintieran que era el tiempo apropiado para que la niña conociera a su aspirante a pareja. Sintió compasión por Aaron. Había llegado a Corrine, como las nuevas leyes de Noah exigían, para que el Matchmaker buscara su pareja. Corrine había aprendido de la manera dura que no siempre tendría éxito en su búsqueda de druidas específicos, sin embargo. Tal vez el compañero Druida para el Demonio en cuestión había muerto o tal vez la pareja no había nacido aún. Y entonces había una serie de otras cosas que podrían salir mal o tirar un obstáculo en el proceso de búsqueda. A menudo era la complejidad mental del Demonio en cuestión, el subconsciente del demonio trabajando en contra de sí mismo. Y más recientemente se había dado cuenta de que tal vez ese demonio no estaba destinado a encontrar a un compañero druida. Tal vez por que su compañero era de otra raza de Nightwalkers. Ella no tenía el poder para encontrar a esos compañeros. Por lo menos no tenía ese poder todavía. Estaba conociéndose a sí misma, tratando de ver si podía hacerlo... si podía averiguar el camino hacia ese tipo de habilidad. Si pudiese encontrar el poder dentro de sí misma, entonces sería una verdadera Matchmaker, sin obstáculos en su camino ni limitaciones a los compañeros que pudiera encontrar. Qué hermoso sería eso.

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Y por eso, después de la cena, iba a visitar a la Reina, Kestra. Kestra tenía un poder extraordinario que le permitía no sólo hacer un mapa de las capacidades actuales de un Nightwalkers, sino también ver las capacidades futuras de esa persona, y tal vez incluso guiarlos hacia nuevos poderes. La única constante en las carreras del Demonio y el Druida, como Corrine lo entendía, era que nunca dejaban de crecer en poder y habilidad. Incluso Gideon, el Anciano, que tenía más de mil años de edad, había aprendido el camino a una nueva habilidad. Y esto fue gracias a Kestra. Oh, él probablemente habría encontrado a su manera que le diesen muchos años, muchos, muchos años de pruebas y práctica, pero Kestra lograba reducir drásticamente la curva de aprendizaje. Corrine estaba emocionada y nerviosa al mismo tiempo. ¿Qué pasaba si Kestra no veía nada en sus habilidades que pudiera llevarla a dónde quisiera ir? ¿Cómo realmente podría llamarse Matchmake si ella sólo podía hacer parejas Demonio / Druida? ¿Y si podía ir más allá de Demonio y Druida, haría que otros Nightwalkers vinieran a su puerta en busca de una pareja? ― Oh, Dios mío. Será un trabajo de tiempo completo. Y su protección ya se había convertido en el trabajo a tiempo completo de Kane. Todas sus consultas se llevaban a cabo ahora con Kane fuera de la puerta, asegurándose de que todos ellos se comportasen en el interior. Si ella clamaba por él, siempre estaba a una rápida tele transportación de distancia. Desde el fiasco con Noah perdiendo el control en sus esfuerzos locos de obtener a Kestra, Kane se negó a correr ningún riesgo con su seguridad. Tal vez no era tan vieja y tan fuerte como algunos de los demonios que venían a ella, y tal vez él no podía ganar contra ellos en un cuerpo a cuerpo, pero sabía muy bien que iba a dar todo. Y ella lo amaba por eso. Por eso y por otras mil razones. Ella se había preocupado desde el principio, un poco en secreto, de que pudiesen estar un poco aburridos el uno del otro con el paso del tiempo. Sería agotador estar en el cerebro del otro todo el tiempo. En cambio ciertamente había resultado todo lo contrario. No perdía el tiempo dando vueltas sobre qué deseaba para su hombre y qué debía hacer para esto. En cuanto algo se le ocurría, él lo escuchaba y respondía. Y viceversa. Tenía que ser la relación más desinteresada, recíproca, y generosa que jamás había conocido. Y ahora allí estaba ella, en el centro de la ciudad abrumadora de Tokio, donde ella no sabía una sola palabra de japonés y en la que destacaba como un pulgar dolorido, con sus rizos salvajes de pelo rojo y su comportamiento turístico evidente. Y esto sólo porque ella había tenido el pensamiento pasajero antes de que le gustaría comer y hacer compras en Tokio un día. Kane había sugerido que no había tiempo como el actual, ya que estaban tan cerca. Así que allí estaba ella, la mirada perdida en escaparates extravagantes, algunos con personas que se desplazaban en ellos, haciendo gala de la moda y las joyas. Corrine miró y miró y no le importaba si estaba jugando al turista estadounidense. ― Ay, perdón, ― dijo alguien después de chocar con ella. Corrine inmediatamente reconoció el sonido en Inglés, después de pasar casi treinta minutos inmersa en las charlas en japonés de la gente en sus teléfonos celulares o teniendo conversaciones que no tenían ninguna esperanza de entendimiento. Kane no llegaba lo suficientemente pronto, pero por el momento, fue un alivio para ella realizar una conexión conocida. ― ¿Hablas Inglés? ― preguntó la morena de aspecto atlético. Ella era de piel clara y esbelta, su cabello cortado en ángulos cortos, configurando la radical estructura ósea en un bello rostro.

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― Sí, ― dijo con una sonrisa. ― ¿Su primera vez en Tokio? ― preguntó. ― Sí. Estoy cada vez mejor en el viaje, pero todavía me asombra lo que un choque cultural puede ser en algunos lugares. Pero no hay nada malo aquí. ¡Mira todo esto! ¡Hay tanta luz! ― Lo sé. ― La morena no parecía tan impresionada. Era evidente que estaba bien y viajaba muy familiarizada con su entorno. ― Bueno, lo siento. No quise decir que usted tenga que acompañarme, ― dijo en tono de disculpa Corrine. ― No, en absoluto. Yo soy quien casi te tiró. ― Ella se acercó, sonriendo con una extraña clase de incomodidad. Fue la primera indicación que Corrine tuvo de que no estaba siendo completamente auténtica. ― Tengo unos minutos, ― dijo. ― ¿Puedo ayudarle a hacer un poco de compras o algo así? Me encanta ir de compras. ― Bueno, en realidad estoy esperando a mi marido, ― dijo Corrine, con un sentimiento de creciente malestar. No podía entender por qué se sentía incómoda, pero estaba aprendiendo más y más a seguir sus instintos. ― Sólo serán unos minutos. Podemos ir en esta tienda aquí, ― dijo la morena en voz baja. Y al igual que el tono de su voz pareció cambiar. Ella miró a Corrine directamente a los ojos, su fondo marrón repente convincente. Corrine se sintió atraída y se preguntó, con una risa mental, por qué había estado tan tensa por la generosidad de una extraña. Ella realmente era tan bonita y tan dulce. En verdad inofensiva. ― Ven conmigo, Corrine, ― dijo la mujer en tonos dulces que parecían desafiar el ruido y el ajetreo que había a su alrededor. Todas las distracciones se desvanecieron como si Corrine hubiera conectado con esta extranjera de manera conmovedora. ― ¿Cuál es tu nombre? ― preguntó Corrine con una verdadera hambre de saber. De repente, quería saber todo sobre ella. ― Sana, ― respondió ella. ― ¡Qué bonita eres, Corrine!, ― dijo Sana, llegando a acariciar con un par elegantes dedos el lado de la mejilla de la pelirroja. ― ¿Quieres venir conmigo ahora mismo, no? ― Oh, sí, ― estuvo de acuerdo Corrine. ¡No! En su cabeza, el grito de la voz que conocía tan bien como la suya era frío y cortante, impactante como el agua helada que atravesó sus sentidos. Corrine dio un paso atrás de repente, sorprendida al ver lo cerca que había llegado de Sana. Ellas prácticamente abarcaban todo. ¡No, mi amor! Aparta la mirada de sus ojos y no los vuelvas a mirar, Kane le dio las instrucciones bruscamente. Ella es un vampiro y está tratando de hipnotizarte con su mente. Y sin duda se está dando cuenta en este instante que estás liberándote de su hechizo. ¡Tienes que estar lejos de ella! Corrine sintió una sacudida en el corazón, cuando un agresivo y drástico cambio recorrió el cuerpo de Sana. Corrine desvió la mirada y con desesperación buscó algún tipo de seguridad. ¿Pero que seguridad podría encontrar una druida en indefensión frente a un poderoso vampiro? Y Corrine no era ninguna idiota. Sabía que sólo había una razón para que un vampiro la atrajera a un lugar.

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Lo único que había a su favor era el hecho de que estaban en medio de una multitud de seres humanos. Como la regla, lo vampiros no podían hacer cosas que pudiesen exponer su verdadera naturaleza al público humano. Pero a los vampiros renegados no les importaban realmente mucho las reglas y regulaciones del vampiro, y estaba dispuesta a apostar que esta podría dar una mierda y la atacaría en público llamando así la atención. ― Tócame, y el Rey Demonio y todos sus hermanos te darán caza, Sana. Personalmente. Mi marido se encargará de ello, ― prometió Corrine en un siseo bajo de amenaza. La vampiro sonrió. Ella claramente no parecía preocuparse por la posibilidad de ser el blanco de los demonios por todas partes. ― Te voy a devorar, ― dijo en una especie de gruñido bajo. Luego extendió la mano y agarró a Corrine por el cuello de su camisa, acercándola contra su cuerpo. Sana abrió la boca, mostrando un conjunto de colmillos de aspecto malvado. Luego se sacudió fuertemente, su cuerpo giró un poco extraño. De repente, parecía disolverse ante los ojos asombrados de Corrine. Y con la vampiro desaparecida, apareció una segunda mujer, pequeños puntos de color negro y blanco al principio, como una fotografía de baja resolución vista demasiado de cerca. Poco a poco su imagen se centró en la imagen de una mujer pequeña con rasgos exóticos, ojos de color indefinido, y el pelo largo, negro y gris. La vampiro no estaba a la vista. ― Hay un grupo de más de ellos a la vuelta de la esquina. Estarán con nosotros en un segundo. ¡Ven conmigo! ¡No sé quién es! ¡Ni siquiera puedo decir lo que es! Ya voy, Corrine. ¡Estoy casi allí! Podía sentir su inminente llegada. Ella sabía que él estaba cerca y corriendo para llegar a ella. ― ¿Qué...? ― Ah, el infierno, Corrine, ¿Por qué siempre tienes que pensar demasiado las cosas? ― dijo la joven con desesperación. Entonces agarró por la muñeca a Corrine. La sensación que se apoderó de Corrine era como convertirse en champagne, pequeños trozos de sí misma en efervescencia y burbujeando. Antes de que se desvaneciera por completo, vio a un grupo de vampiros que corrían hacia ella desde todas las direcciones. Sin embargo, sus manos al tratar de agárralas pasaban a través de ella y la mujer misteriosa. Entonces se había ido en un remolino de blanco y negro. Cuando su cuerpo se precipitó de nuevo, se encontraban en otra calle en Tokio, quizá a pocas cuadras de su ubicación anterior. Ella fue golpeada por una ola de náuseas increíble. ― Eso se va a pasar, ― dijo la chica de cabello oscuro con escasa compasión. Pero para ser justos, se distrajo con la comprobación de su entorno más lejos buscando amenazas. ― Kane está casi aquí. A un instante se distancia. Él estará encantado de saber que esta vez no era demasiado tarde. ― Sus extraños ojos fijos en Corrine por un momento. ― Esto probablemente no tenga sentido para ti durante mucho tiempo. Si es que lo tiene alguna vez. Sólo sé que has evitado el peligro. Estás a salvo. Eso es todo lo que importa. A continuación, un enorme cambio en la presión del aire anunciaba la aparición estruendosa del compañero de Corrine, la nube de humo negro sulfúrico lo acompañaba cuando

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estaba fuera de control, ya que tendía a ser así cuando él estaba molesto o estresado emocionalmente. Sus habilidades como Demonio de la Mente alteraban las percepciones de todos los seres humanos cerca, por lo que no habían visto nada de eso por lo que era. Y cuando el humo se disipó y sus brazos aparecieron alrededor de ella, la misteriosa chica de cabello oscuro se había ido. ― Está bien, ¿Qué diablos fue eso? ― le exigió Corrine a su marido mientras la apretaba ceñidamente contra su cuerpo y se preparaban para teletransportarse lejos y a la seguridad. ― Un infierno de un ángel de la guarda, ― dijo Kane, y dejó escapar un suspiro de alivio en su hermosa melena de pelo rojo. Ahora que la tenía en su poder, nada podía hacerle daño. Les teletransportó lejos. La joven mujer Demonio volvió a aparecer en las calles de Tokio, en medio de cuatro vampiros enojados que habían sido engañados y habían perdido una comida de gran alcance. Claro, habían sido instruidos para mantener viva Corrine, pero eso no significaba que no pudieran celebrar un poco en el proceso. La habían visto. La reconocieron. Y ella no podía correr el riesgo de que se informara acerca de sus acciones. Eso lo arruinaría todo. Así que sacó la pistola de dardos que había usado antes y disparó el dardo cargado en el ojo izquierdo de la primera vampiro, haciéndola caer gritando de dolor. El segundo la tomó por los cabellos, obligándola duramente a girar y caer en un arco a Butt-Head. La maniobra logró no solo abrir y cortar de un tajo su cara sino que también envió fragmentos de hueso al cerebro del vampiro, cayendo sobre ella como un peso muerto. Ella sacó un pica hielo modificado de entre su cinturón mientras se daba la vuelta para golpear con el puño en la medida que podía a través de la garganta suave del tercer vampiro, cortando el cerebro en su tallo. En el momento en que se sacudió la mano y con el arma de nuevo, el cuarto vampiro había llegado a la conclusión de que no quería saber nada de alguien que pudiera tener a tres de sus hermanos en menos de sesenta segundos. Empezó a correr. Ella suspiró. A ella realmente odiaba correr.

***! Jasmine gimió con el increíble placer que corría a través de sus venas, al igual que con el pulso que normalmente no tenía. Pero había algo acerca de este demonio que llevó hasta la última parte de ella a la vida, la respiración, los latidos del corazón, emociones impresionantes multidimensionales. Más que nada, él trajo el placer. El movimiento de sus manos, ya que recorría su cuerpo completamente de pies a cabeza era incomparable. Él le daba ganas de arrastrarse fuera de su ropa, de despojarse de ella y proclamar su desnudez y acabar de frotar su piel desnuda en todo su cuerpo. El deseo era tan vertiginoso que la abrumaba.

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― No, ― Un gritó un poco doloroso, la palabra que era un cruce entre un gemido y gruñido. ― La perra Demonio. Tengo que ir a por ella. No puedo... Fallaste. Jasmine sintió el sabor amargo de la palabra en su mente y fue un contragolpe de gran alcance para el increíble placer que le estaba haciendo sentir. Era, quizás, la única cosa lo suficientemente fuerte para separarla de las promesas de su tacto y la cercanía y el cuerpo extraordinariamente sexy que era tan tentador para ella. ¡Oh, cuánto quería todas esas cosas que estaba tratando de darle! Ella no tenía miedo de admitir que lo había querido desde hace bastante tiempo. Pero quería que estuviese libre de albatros colgando de su cuello. Tenía que encontrar a su ballena blanca y destruirla antes de que tuviera la oportunidad de hacer daño a cualquier otra persona. No podía estar en paz, no podía relajarse y disfrutar de este nuevo estado de su ser, hasta que hubiera extraído el veneno de su vida. De la vida de todos. Adam sintió lo que sentía el mismo instante en que cayó sobre ella. Sentía la pasión de su odio a Ruth, y por primera vez Ruth se convirtió en algo más que una mina de problemas para él. Sintió el dolor y la frustración de Jasmine. Recordó su batalla más importante, con Ruth como si hubiera estado allí mismo el día que Jasmine, Damien, y Syreena se habían topado con el demonio traidor y su compañero vampiro avaricioso en el bosque y casi perdieron la vida y su capacidad para luchar contra la astucia y el lanzamiento de hechizos. Debido a la experiencia de Jasmine, finalmente fue capaz de apreciar al enemigo estaba cazando. Por primera vez se vio obligado a cuestionar la conveniencia de llevar la caza por si solos. ― Jasmine, ― dijo, su voz áspera, con la necesidad física de ella que todavía lo inundaba. ― Vamos a conseguir a ese demonio. Pero tal vez deberíamos reconsiderar hacer frente a ella solos. Y así como así, se volvió fría en sus brazos. Ella lo empujó lejos, tropezando con sus pies mientras sacudía la ropa en su lugar y trataba de arreglarse con las manos el pelo revuelto, como si al suavizar su aspecto todo lo que habían compartido, desapareciese. ― Mierda, ― balbuceó ella. ― ¿Estás siendo suave conmigo ahora, Enforcers? ― Lejos de ser suave, ― le recordó con ironía, mientras él mismo llegaba a sus pies y se ponía de pie en su altura completa. Su cuerpo estaba obviamente muy excitado. Él se ajustó a sí mismo un poco, lo que atrajo su atención sobre el hecho en contra de su voluntad. Dios, tengo conseguir salir de esto, pensó con fiereza. Hizo sonreír a Adam al escucharla. Independientemente de lo que ella quería o sentía, se admitió totalmente a sí misma que ella lo deseaba. Aún tan enojada como podría estar con él en este momento, tuvo que reconocer que su atracción no la iba a dejar simplemente porque ella quisiera que así fuera. Ella no iba a ser capaz de espantarlo como un enredo en el pelo. ― ¡Muy bien! ¡Muy bien! Estoy caliente por tu cuerpo y todo eso, ― dijo abruptamente con exasperación. ― ¡Eso no quiere decir que no vaya a estar enojada si te pones sobre mi! ¡No soy estúpida y no soy tan arrogante como para pensar que pudiera tenerla por mí misma! ― dijo con vehemencia. ― Te necesito. Enforcers. ¡Esto es lo que haces! Metes a los demonios de nuevo en línea. Y si no se puede poner de nuevo en línea, haces lo que hay que hacer. Yo necesito eso, Adam. Necesito que vengas conmigo y ¡Hagas lo que hay que hacer! En la última pelea tenía A Nico de su parte y sí, le hizo increíblemente fuerte, pero lo mataste. ¡Ahora está muerto! Ella está sola, a excepción de un par de siervos o dos. Tenemos que atacar ahora antes de que se pueda recuperar, antes de que comience a reclutar sangre nueva, tenga una nueva pareja o incluso empiece a invocar más demonios para usar contra nosotros.

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― Magia Negra, ― le espetó él, el sabor de la misma en su lengua tan vil como la noción de la misma. Era la perversión final. Una invocación de demonios. ― Debe ser detenida, ― estuvo de acuerdo. ― Sólo estoy sugiriendo que la mejor manera de hacerlo es con una fuerza mayor en números. ― Si volvemos ahora en busca de ayuda, ella va a desaparecer una vez más como siempre lo haces. Esta vez no habrá ningún rastro. Ella tendrá tiempo para hacer lo que sea que hace para asegurarse a sí misma. Adam, me tienes que creer, ― dijo ella, dando un paso adelante y llegando a su mano. Ella le agarró su mano y los dedos le apretaron con su maravillosa fuerza de raza y la pasión de sus sentimientos. Los verdaderos y profundos sentimientos. Los sentimientos que habían estado dentro ella antes de que él hubiera venido a desatarlos. ― Yo no soy tan imprudente como otros pueden pensar que soy. No estoy haciendo esto en el calor del momento. Estoy haciendo esto con la convicción de mis creencias. Si estoy equivocada, si muero, pues que así sea. Vale la pena si puedo lastimarla lo suficiente como para hacer una diferencia. Para cortarle las piernas y que no pueda ponerse de pie de nuevo. Me voy a morir arrastrando a bajar conmigo todo el camino. Lo sé, creo en el destino. Así que me siento, siento mi alma cuando te juro que esta... este es mi destino especial. Me pusieron en esta tierra, aquí y ahora, en este lugar y tiempo, para destruir al Demonio Ruth. Ayúdame. Por favor, ayúdame a hacer eso. La pasión de su emoción lo conmovió. Podía sentir como picaban sus ojos y los senos paranasales. Se apartó un poco, como si quisiera ocultar su debilidad, pero le recordó lo inútil que era cuando estaba tan claramente arraigadas en sus pensamientos y emociones. De hecho, quería que él supiera cuán genuino todo esto era para ella, así que lo abrazó. Dejó que las lágrimas llenaran sus ojos. ― Una caverna llena de Nightwalkers inocentes murieron a causa de la forma en que ella me usó para llegar a ellos. Mi culpa o de ella, como sea, ella tiene que responder por ello. Ella tiene que responder por todos sus crímenes. ― Y así lo hará, ― dijo Adam con un gesto firme en garantía. Se llevó sus manos unidas hasta los labios y le dio un beso contra sus dedos. ― Tú y yo juntos. Hay un gran poder en esta cosa entre nosotros. Va más allá de pensamientos compartidos y esta magnífica lujuria. Juntos vamos a ser una fuerza a tener en cuenta. Lo siento en mi alma. Y vamos a empezar con tu perra del demonio, ¿Eh? ― ¡En eso tienes razón! ― declaró, dejando escapar un grito de alegría. Ella saltó hacia el cielo, volando feroz y libre en la noche. El amanecer era sólo un corto momento fuera. Se les estába acabando el tiempo. Adam podía tolerar una parte de las horas del día, pero no su compañera vampiro. El sol la asaría como si fuera un pollo, lenta y dolorosamente, cocinándola de la piel hacia adentro. El pensamiento lo impulsó fuera de la tierra y después de ella. La siguió con la mayor celeridad que pudo a pesar de sus limitaciones. Salto después de ella, después de la nube tras nube, saltando como una rana que salta en las hojas de nenúfar de un estanque. Ahora que se había decidido a hacer esto de una vez y por siempre, se sentía casi eufórico. Tardó varios minutos en darse cuenta de que la euforia no era del todo suya. Tomaría algún tiempo, acostumbrarse a la presencia de otro en su mente y sus emociones. Él tenía sus propios pensamientos individuales como siempre había hecho, pero ahora sus pensamientos estaban en el interior de él y también esta extraña especie de mezcla de los dos que estaban creciendo más fuertes con cada segundo que pasaba. La impronta, reconoció, ya venía ocurriendo en serio, pero ahora que había tomado su sangre había adquirido una dimensión completamente nueva y poderosa.

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Era casi increíble para él, la idea de que había dejado que un vampiro bebiera de él. Teniendo en cuenta el mundo en el que él había estado viviendo en cuando hubo despertado por la noche... Nadie me puede acusar de falta de flexibilidad una vez más, pensó con diversión. Estoy de acuerdo. Cuando pienso en la mirada de Damien... Debería haber sido extraña la facilidad con que cayeron en la comunicación del uno con el otro a través de este conducto mental de gran alcance, pero era tan natural como respirar. Tal vez eso era lo que le hizo callar, o tal vez eran sus pensamientos acerca de Damien y todo el equipaje que tenía acumulado en ella y su relación con Syreena. Adam podía verlo todo con tanta claridad como lo sacó por la cabeza. Estabas celosa de ella, observó con cuidado. Hacía tiempo que se había dado cuenta de que no le importaba mucho que dijese sus defectos. Ella prefería admitirlos en su propio camino y en su propio tiempo. Pero para su sorpresa, no se enojó y no le cerró la puerta inmediatamente. ― Creo que estaba más asustada que llegase a ser tan importante para Damien que mi relación con él iba a caer completamente en el camino. Y aunque ha habido cambios y estamos menos uno-a-uno con Damien, tengo que admitir que él hace malabarismos también. Las dos somos importantes para él y desea complacernos a ambas, para mantenernos felices. Aún así, has sido verbalmente abusiva con la mujer que ama, señaló Adam. No tanto como antes, ― trató de excusarse. Con el tiempo he empezado a suavizarme con ella. Adam se echó a reír. Me pregunto si estaría de acuerdo con esa evaluación. Sintió la timidez desnatada de sus pensamientos. Se dio cuenta entonces de lo mucho que la había subestimado. Comprendió lo poco que realmente sabía de sus profundidades, sus pasiones y sus defectos. Sin embargo, esta conexión entre ellos cerraría la brecha rápidamente, llenando su mente con ella en dimensiones extraordinariamente completas. Y con cada dimensión, parecía más hermosa. El viento que azotaba a través de su pelo, girándolo de un lado a otro, le daba el aspecto de una diosa, una mujer poderosa a cargo de todos los elementos a su alrededor. En cierto modo era una comparación divertida puesto que él era el único en control de todos los elementos. Sin embargo, los hechos duros y fríos no tenían cabida en su visión de ella, aunque él nunca la había visto con más claridad. Nunca había visto a nadie con tanta claridad. ― Tranquilo, Romeo. No te dejes llevar por una ola de tonterías románticas, ― le gritó. Eso le hizo reír. Tal vez era romántico en algún grado. Parecía que no podía evitarlo. Normalmente era una criatura que trabajaba en la lógica y las verdades frías de piedra, que veía claramente la línea de la ley y no se dejaba ver tonos de gris. El hecho de que tuviese estrellas en los ojos mientras la miraba, podría ser interpretado como muy divertido. Su hermano nunca lo dejaría vivir con eso. Al menos, el Jacob que conocía habría tenido diversión con ello. Pero ahora que su hermano era un extraño para él. Y tenía otro hermano, a quien ni siquiera conocía. Su vida estaba en un estado de confusión... Entonces, ¿Cómo era que se sentía tan tranquilo y tan increíblemente centrado?

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Jasmine se sintió sonriendo mientras sus pensamientos corrían casi musicalmente a través de su cabeza. Como telépata era muy cómodo para ella caminar a través de los pensamientos de los demás, pero su habilidad le obligó a hacer una búsqueda. Esta conexión con Adam estaba demostrando ser como una luz que se quedaba todo el tiempo. Era una maravilla que los compañeros impresos no se quemaran después de un tiempo, tratando de gestionar y catalogar los pensamientos de dos seres a la vez. Pero como Adam había tomado nota, no había nada por naturaleza estresante en lo que estaban experimentando. Sólo era inusual. Extraño. Sin embargo, en rápido crecimiento familiar. Debería haber estado más molesta por todo este asunto, la invasión de su espacio y mente, la alteración grave de su cuerpo y su alma. Ella no era así. No podía ser ella misma. Debido a que sentía que había demasiado en juego, convirtiéndose de repente todo. Si alguien le hubiese preguntado ayer si su vida estaba completa, ausente habría dicho que sí, sin tener en cuenta todos los espacios vacíos que había encubierto estos últimos cuatrocientos años, y otros que habían existido incluso antes de que hubiese visto en su vida a Adam. Pero por primera vez... Por primera vez. Por primera vez, su cuerpo estaba cantando, y su alma estaba en coro con él. La mezcla de sus pensamientos en su mente y la sangre que había tomado de él se arremolinaban en el coro de la misma. ¡Dios mío!, estaba a punto de saltar a través de un campo de margaritas en un vestido de gasa blanca con enloquecedoras flores en el pelo. Ella se echó a reír con él ante las imágenes. No entendía la referencia completa, pero pudo apreciar el absurdo que no obstante era. Ambos dejaron de reír al mismo tiempo, como si hubiera sido planeado, cuando cada uno sintió la sensación abrumadora de injusticia que se hizo eco en la sangre de Adam. Todos los instintos de Enforcers que habían sido silenciados por alguna razón, hasta ese momento estaban gritando a la vida. De repente, todas en todas las células su cuerpo como si cada una fuera una bocina de forma individual comenzó a gritar. El Demonio de Agua se disparó al suelo tan rápido como pudo, su forma pasando de la niebla a la carne como una cortina azotando para revelar un truco de magia. Sin embargo, no había gracia en ello y no tenía talento para el espectáculo. Fue conducido hasta una rodilla cuando trató de apoyarse en contra de algo que estaba sucediendo desde el interior. Y debido a que se dedicaba a destruir por medio de él, fue a través de su extracción. Aunque ciertamente no era tan poderosa. Su ventaja era su extensa la familiaridad con su enemigo. Rápidamente, ella se puso delante de él, tomando su rostro entre las manos y apoyando la frente en contra de su plexo solar. Lo consoló pasando sus manos por el pelo y le dio un momento para recobrar la compostura. ― Ella está muy cerca. Dentro de una milla, ― le dijo ella. ― Lo que estás sintiendo es, sin duda los efectos de algún tipo de hechizo intención de aplacar al Enfoncer, utilizando su propio poder en su contra. Supongo sería igual para Jacob, en caso de que llegase a darle caza. ― Sin duda, los componentes de la misma se adjunta a estas cosas dentro de nosotros que me hacen a mí y mi hermano Jacob, Enforcers, ― dijo con firmeza. ― Luché con más de un nigromante en mi tiempo. Estoy familiarizado con sus trucos. Aunque confieso, esto es algo totalmente diferente. Una prueba de hechizos Demonio. Es tan poco natural como sea posible concebir.

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― Sí. Muchísimo. Tan antinatural como vampiros que matan a su alimento o... ― Beben la sangre de Nightwalkers, ― terminó cuando ella se fue apagando. ― Sin embargo, un tabú se ha roto y no condujo a nada más que el dolor y la miseria, mientras que el otro, ― dijo, mirando a los ojos, ― ha llegado a nosotros. No hay tal cosa como la magia buena. Y todo lo que veo en esta conexión contigo es bondad. ― Espero poder presentarte a Valera, ― dijo Jasmine, en sus labios apareció diversión. ― Ella es una bruja nata que permanece en el campo vampiro por el momento con su compañero Shadowdweller, Sagan. Es la prueba viviente de que un ser humano con inclinaciones mágicas puede usar la magia en el buen sentido. Magia holísticas. Magias defensivas. Magia bien intencionada. Hemos comenzado a llamarla magia blanca o magia a veces limpia. Es algo para ver. Adam suspiró profundamente, con la cabeza apoyada en su contra de nuevo por un momento. Hablar con ella era aliviar el dolor dentro de él, ayudándole a conseguir manejarlo en él, ayudándole a compartimentar lo que era necesario para terminar su caza y lo que no. El mundo ha cambiado mucho, pensó con cansancio. ― No dejes que te abrumen ahora. Has tocado la superficie de los cambios que se ven, y no puedes dejar que la desesperación se haga cargo. Y por todo mal sabor, te prometo que hay uno igual de bueno esperando el toque curioso de la lengua. Jasmine sintió una caprichosa y traviesa sonrisa que apareció en sus labios. Su mano suave en su cabello rápidamente envuelto alrededor de unos cuantos mechones y le dio un fuerte tirón. ― ¡Ah! Mujer viciosa, ― exclamó, agarrando su muñeca cuando subieron hasta su altura máxima. ― ¡Dame un poco de tiempo para aprender a censurar mis pensamientos mejor antes de empezar a castigarme por ellos! No estoy acostumbrado a que cada idea perdida esté siendo monitoreada. Se necesita un alto grado de control para filtrar lo que pasa por mi mente antes de venir a mis labios. ― Ah, como he sido telépata toda la vida, soy muy consciente de eso, ― le aseguró. ― No te castigué por el pensamiento, te castigué simplemente por tenerlo en una situación en la que no podía hacer nada que fortaleciese. Prefiero el odio a que te pongas en la posición de tener que ser responsable. ― Eso es una mentira feliz, ― le acusó. ― Todo lo que haces apesta a responsabilidad. Ella se estremeció visiblemente. ― ¡Ay! Tú sí que sabes cómo hacer daño a una chica. ― Confiesa, ― le instó. ― Sé que hay que ver tan claramente como yo. Tú eres la mano derecha de un poderoso monarca. Estás a cargo de una multitud de los subordinados que no siempre están acostumbrados a ser subordinados de otros, sin olvidar a los Nightwalkers de razas diferentes, y la asistencia a los líderes de otras naciones. Es posible que desees que otros lo vean como un gran saco de problemas, aunque creo que estas fracasando miserablemente. ― Mmm, bueno... ― Ella inclinó la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos, el color verde impresionante tan increíblemente bonito en la cara de alguien tan masculino. ― Apuesto a que nadie más se atrevería a decir eso en mi cara. Eso tiene que contar para algo. Y la única razón por la que no me voy lejos es porque... Estoy en un estado de ánimo suave. ― Admítelo, te gusta, ― la pinchó, ahuecando su mandíbula e inclinando los labios sobre ella.

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― No eres malo, en cuanto a evaluaciones desagradables y arrogantes, ― cedió con una sonrisa. ― ¡Bah! ― Él empujó su cara de lado, sin molestarse en ocultar la sonrisa incontenible que ella inspiró. ― Vamos a terminar con esto. ― ¿Actuar con celeridad es usual, Jasmine? Jasmine inclinó la cabeza para mirar al vampiro entrometerse en su intercambio privado con Adam. Presintió la llegada de Damien en alguna parte trasera de su mente, pero había estado más centrada en Adam y sus necesidades del momento. Ella no era tan tonta como para hacer caso omiso de Damien en el encuentro por venir. Quería que la venganza fuera un éxito, no uno privado. Por eso había estado tan ansiosa de tener a Adam a su lado. Sin embargo, Damien tenía una cabeza mucho más fría y sabía del enemigo mucho mejor que Adam. Ella había jugado con la arrogancia de Adam y la confianza un poco, con el fin de reclutarlo a su manera de pensar. Un truco en el que no caeré dos veces, pensó en amonestarla una vez más. La sonrisa que brilló hacia él era tan arrepentida como la que ella dio a Damien. ― Eso implica que no había puesto una gran cantidad de pensamientos en mis acciones. Te aseguro, Damien, he hecho otra cosa. ― Ella arqueó una ceja cuando vio a Syreena al lado de Damien, así como a Valera, la bruja y el ex sacerdote Sagan Shadowdweller de penitencia. Sagan había renunciado a su vocación como uno de los sacerdotes guerreros más poderosos de pie al lado de su protectora pareja. Él era un luchador de habilidad incomparable, y en la actualidad armado con la hoja Khukuri tristemente célebres y cruel que había ejercido con tanta soltura. ― Esto no es una buena batalla por un Shadowdweller, ― señaló Jasmine. ― La luz que emana de la magia de Ruth va a quemarte a cenizas. ― Tengo un hechizo de protección para eso, ― respondió con orgullo Valera, con la mano a la deriva a descansar sobre el antebrazo de Sagan. ― Lo cubre una sombra, una burbuja personal de oscuridad. No te preocupes por nosotros, Jasmine. Es Ruth quien tiene que preocuparse. Ella nos va a sentir aquí pronto y vamos a perder toda ventaja, si no lo hemos hecho ya. El hechizo le afecta, ― Ella asintió con la cabeza a Adam, ― probablemente haya una alarma atada a eso. Valera se acercó a Adam y le tendió una mano para tocarlo. Para su sorpresa, Jasmine de repente silbó y la bloqueó. Las mujeres se miraron entre sí, y era difícil saber quién se sorprendió más. ― Yo sólo iba a aliviar el dolor que siente, ― aseguró Valera a la posesiva vampiro. ― Así que es cierto, ― señaló Damien, con una medida de sorpresa mientras miraba a Jasmine y Adam. ― Él es tu compañero. Damien sonaba tan atónito como Jasmine se estaba sintiendo. ― Alguna clase de broma, ¿Verdad?, ― comentó ella a cambio. ― Pero no es lo importante en la actualidad, ― tosió ella. Tampoco lo era su curiosidad sobre la forma en que había llegado a estar allí. No había duda de que había interceptado su rastro en algún momento, y la familiaridad de Damien con su aroma le había permitido seguirla dos veces más rápido de como habían estado siguiendo a Ruth. ― El amanecer viene. La fuerza de combate será devastada por su llegada, ― señaló Adam. ― ¿Hay tiempo suficiente para hacer esto?

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― Vamos a hacer que sea suficiente, ― dijo Sagan sombrío. ― Damien dice que esta es nuestra última oportunidad para llevarla hasta el talón. Vamos a ir. Era cierto. Ya era hora. Todas las otras preguntas y detalles podían esperar hasta que todo hubiera terminado.

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CAPITULO 10! Traducido por UsaguiSama Corregido Maia

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indsong poco a poco había llegado a estar consciente sobre la última media hora.

Consciente, y al corriente, sin embargo, incapaz de moverse porque estaba bien atada a una superficie dura y plana. Una tabla a unos tres metros de altura del suelo. Cuando volvió a mirar hacia la izquierda se podía ver una cama con un vampiro en la misma. Un vampiro muerto. Se dio cuenta en shock de que estaba muerto porque la muerte le mantenía en la posición en que murió, sin duda, y sabía que era un vampiro porque esa posición incluía una boca abierta en un bostezo mostrando sus colmillos. Era difícil saber si el olor de él era la descomposición o las mismas cosas malolientes que se desprendían del otro ocupante de la sala. Ruth. La infame Ruth. La de malvado corazón. Y ahora Windsong era su prisionera, por cualquier razón. Windsong se había dado cuenta de que tenía la dudosa suerte de ser secuestrada por la sádica maliciosa. Windsong, no tenía ninguna duda de que los motivos de Ruth se revelarían muy pronto. ― ¡Qué bueno verte despierta! ― la saludó Ruth mientras trabajaba afanosamente en un mortero. ― No te molestes en tratar de hablar. Estás amordazada por el momento. Pero no te preocupes. Vamos a querer tu voz lo suficientemente pronto. ― Entonces ella gritó hacia la puerta de su cuarto de trabajo. ― ¡Chica! ¡Ven aquí! ― Para ella misma murmuró, ― ¿Cuál era su nombre? Nunca parece que pueda recordarlo. La puerta se abrió y entró la chica que había tranquilizado a Windsong. ― ¿Sí? ― Ella inclinó la cabeza respetuosamente como cerrando la puerta. ― Ayúdame con estos últimos componentes, ― le ordenó Ruth. ― Hay que molerlos juntos. ― Por supuesto. ― La niña se escondió detrás del cabello que caía suelto. Parecía como si hubiera estado en una pelea y vuelto de prisa. Uno de sus ojos tenía un corte malvado, y le dio una mirada inquietante de reojo. Se trasladó a la mesa, tomando el relevo del mortero de su señora, pero con una escasa mirada a la Mistral atada. ― Lo siento, no pudimos conseguir a la druida para usted, ― dijo con cautela. ― Ustedes fueron emboscados por un grupo de demonios, ― dijo Ruth con desdén. ― ¿Qué iban a hacer? Tienen suerte de haber salido con vida. Cuando otros no lo hicieron.

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― Supongo. Windsong se quedó asombrada. A pesar de no tener telepatía o cualquier sentido especial, la Mistral podía sentir con bastante facilidad cuando alguien estaba mintiendo. Los sentidos de Windsong le decían que esta chica estaba diciendo una gran mentira a su señora. Extraño. Ruth era un Demonio de la Mente. ¿No podía leer los pensamientos de su subordinada y descubrir lo mismo? Y seguramente la chica demonio sabía que la Mistral podía sentir que estaba mintiendo, ¿Por qué traer a colación el tema en absoluto frente a ella? Windsong sintió que no era un detalle que debiese desestimar, pero tampoco habría de pensar más en ello. Ruth sin duda podía leer su mente a su antojo, mientras que su voz estaba fuera de servicio. Por suerte, Ruth estaba distraída por el proyecto, obviamente, enorme en que se veía envuelta. Un hechizo, se dio cuenta de Windsong. ― Casi completo. El último y más poderoso componente se logra durante el lanzamiento, ― dijo Ruth, haciendo una pausa para mirar Windsong con una sonrisa. ― El grito de muerte de un Mistral de gran alcance. Entre mayor y más poderoso sea el Mistral, más poderoso será el hechizo. Así que ahora puedes ver por qué te necesitaba. Nada más que lo mejor para la reina de Noah. ― ¿Qué es lo que hará el hechizo, exactamente? ― preguntó la ayudante. ― Es simple, ― dijo Ruth con impaciencia, claramente por haberlo explicado antes. ― Va a llevar a sus gritos al centro de la mente de Kestra. Suavemente al principio. Pero entonces el sonido crecerá hasta que sea fuerte e incesante. Extra enloquecerá. Me imagino que se romperá en algún momento y tomara su propia vida. Noah la seguirá rápidamente, si no es que también se vuelve loco, ya que su pequeña y preciosa impronta, les hace compartir sus pensamientos. Ruth estaba tan encantada con la idea que bailó un poco en las puntas de los dedos de los pies. Su vaporoso vestido flotaba a su alrededor mientras ella se movía, algo así como una bailarina demente. Pero recuperó rápidamente su decoro, pasándose las manos hacia atrás sobre su pelo rubio liso y sonriendo como el gato que se había tragado el canario. ― La venganza es tan hermosa. ¿No lo es, querida? Y una vez hecho esto puedo concentrarme en su resurrección. Incluso ahora, nuestros hijos están investigando el egipcio… Se interrumpió con torpeza, la cabeza inclinándose en una serie de sacudidas, como si alguien la hubiera golpeado en la parte posterior de la cabeza. ― ¡No! ¡Maldita sea, ahora no! ― gruñó Ruth una maldición furiosa, recogió algo y lo lanzó contra una pared, la vasija de barro se hizo añicos, por su rabia y fuerza. Se puso al lado de una mesa y comenzó a buscar frenéticamente algo, y luego dio un grito de triunfo cuando lo encontró, empujando la daga enjoyada en el aire. ― ¡Ja! Muy bien, entonces, ven si es necesario. Voy a hacer que se ahogue con la daga que has utilizado para matar a mi compañero. ¡Tú! ― Se volvió hacia su ayudante. ― ¿Cuál es tu nombre? Maldita sea. ¡No tengo tiempo para esas trivialidades! Ven conmigo, ― La mujer con el pelo negro y gris dejó la mano del mortero y cerró los ojos una fracción de un momento, respirando mientras sus manos se curvaron en puños. ― Sí, Ruth. Quiero de todo corazón al estar a tu lado en esta batalla. Y eso, Windsong podía ver, era la verdad completa.

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***! Ruth apareció en la espesura del bosque con una marea de vampiros y demonios a su espalda. Era un pequeño contingente, pero estaba lleno de un gran poder. Más que suficiente, pensó, para abrumar al Enfoncer. Él estaba allí, recostado contra un árbol, espada en mano, la punta estaba golpeando contra el tacón de su zapato. Parecía aburrido, impaciente, como si hubiera estado esperando mucho tiempo para que ella llegara allí. ― ¿Esperas por mí, Enfoncer? ― le preguntó con malicia. ― Toda mi vida, ― dijo, enderezando el árbol para hacer una reverencia floreciente. ― Muchos me han dicho que eres el enemigo consumado. Que yo iba a morir, que no debía ser tan tonto como para tomarte por mí mismo. ― Mmm, y sin embargo aquí estás. ¿No les crees? ― Si no les creyera, no habría venido. ― Así que tienes deseos de morir, ― observó. Se rió de eso. En ella. Un cosquilleo de pies a cabeza la recorrió con furia. ― Tu lógica es errónea, perra traidora. Tu hipótesis es que soy tonto. Tan tonto como para venir solo. Jasmine salió de detrás del árbol. ― Pero no soy tonto, ― observó con haciendo un tsk4. ‑

― No, en absoluto, ― estuvo de acuerdo. Ruth sintió un destello de irritación en sí misma. No había tomado la precaución de explorar en busca de otras mentes. Lo hizo entonces y sólo sintió los fuertes pensamiento de Adam. Pero era como escuchar un eco. Ella los escuchó dos veces. Se trataba de un efecto que había cuando se enfrentaba a las parejas impresas. Pero se trataba de un demonio y un vampiro. Un vampiro cuyo pensamiento había extraído una vez con bastante facilidad. Pero Jasmine se había hecho un poco más fuerte desde su último encuentro. Apenas podía distinguir su presencia. El Enfoncer la instruyó bien con sus pensamientos, muy bien. Impresionantemente bien. Pero esa era una habilidad que incluso su hermano había mostrado. Parecía ser algo innato en su fuerza de caza. ― Entonces, ¿Cómo te encuentras en el futuro, Enfoncer? ― Le soltó, a sabiendas de que sería un punto de perturbación para él. Nadie puede saltar a través de los siglos y adaptarse perfectamente en cuestión de horas. ― Creo que es muy similar. Demonios que necesitan cazar y la clara necesidad de castigo. ― ¡Te desafío! ― se echó a reír ella. ― ¡Eres un tonto después de todo! ― ¿Tu compañero vampiro muerto también lo cree? ― Se preguntó.

! N.T: Sonido que denota molestia 4

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El carácter de Ruth estalló. Saltó con sus propias manos torcidas en garras, alcanzándolo. Ella envió órdenes mentales a sus combatientes, y ellos también, avanzaron. Pero en su ira y en su necesidad de venganza personal, erró, los dirigió hacia el vampiro, manteniendo al Enfoncer para sí misma. A ella no podría importarle menos Jasmine, a pesar de que le debía una pequeña venganza también. Eso podría venir más adelante. Ahora quería a este arcaico Enfoncer. Sabía que él era un pato fuera del agua, a pesar de su bravuconería. Nunca había peleado con un anciano Demonio de la Mente antes. Ella y Lucas todavía no se habían desarrollado en aquel entonces, y habían sido los primeros de su clase. Antiguos Demonios de la Mente, hombres o mujeres, no habían existido en su época, y mucho menos antiguos nigromantes Demonios de la Mente. Ella comenzó a cerrar la distancia entre ellos.

***! Jasmine sintió una especie hermosa de poder venir a ella mientras observaba a Ruth perder el control de su temperamento y saltar a su compañero. Ella había compartido que la locura de la traidora era su única debilidad real. A Ruth no le gustaba perder, pero la pérdida personal era un punto aún doloroso para ella. Y su rabia loca le impedía pensar con claridad. La debilitaba. Adam había jugado con Ruth como un instrumento barato, la gran calma mental y el increíble auto-control eran más impresionantes de lo que Jasmine había tenido la oportunidad de ver. Todos sus tratos con él habían sido tan volátiles, por lo influenciado que estaba por la incontrolable de la impronta grabada en él. Pero ahora era tan apacible como una piscina. Incluso los intentos de Ruth de jugar con sus inseguridades sobre su futuro habían fracasado. Se había ido lejos de sí mismo. Y había utilizado los pensamientos de Jasmine para hacerlo. Siempre y cuando te tenga a ti, mi compañera, he encontrado mi lugar. Jasmine se alejó de Adam, saltando hacia el cielo y obligando a su enemigo a seguirla. Se sentía tan facultada por la calma de Adam en el centro de su mente y en lo profundo de su alma. Debía haber sido desconcertante para ella, pero de nuevo jugó como la música más perfecta. Comenzó a comprender por qué las parejas impresas que se habían familiarizado con ello eran muy fuertes. Consiguió un poco de distancia, lista para hacer algo de daño. Se enfrentó a un grupo de cuatro personas, dos vampiros y dos demonios. Un demonio era del viento, y el otro de la Tierra. Es bastante fácil de determinar porque cada uno se había desplazado a su respectivo elemento con el fin de que la siguiera, sin darse cuenta de que era parte de su estrategia. Le habían regalado fundamental información acerca de sus capacidades, sin siquiera darse cuenta. Era un viejo truco que había usado a menudo cada vez que había sido forzado a un cabeza a cabeza durante las guerras vampiro / demonio. ― Tontos, ― dijo ella, sonriendo antes de lanzar su ataque.

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***! Adam no se inmutó cuando Ruth se abalanzó sobre él, no hizo más que una contracción cuando su propia daga apareció en su mano el segundo antes de que ella se pusiera en contacto con él. Cuando trajo su espada para dar una puñalada salvaje en su corazón le detuvo de metal chocando, era casi ausente y hecho de forma automática. Se dijo que había sido uno de los mejores guerreros demonio, entrenado por el mismo Elijah. Dio a la historia el respeto que se debía, la atención que se debía, pero había una parte de su cerebro que calculaba las probabilidades de Jasmine en el cuatro a uno al que se enfrentaba y no le gustaba mucho. Pero se recordó que tenía que tener fe en que él no era el único guerrero significativo en el campo. Una distracción, por pequeña que fuera, sería justo lo que necesitaba Ruth para obtener una ventaja. Así que con toda su atención en la Demonio traidora, cogió el puñal por la empuñadura, lo que obligó a la hoja a ir hacia arriba y girar en contra de un punto fijo en la muñeca de Ruth. Tuvo que dejar que se lo quitara o la muñeca se rompería. La dejó ir, y con una jugada practicada, la empuñadura ponderada saltó en su palma y apuñaló fuerte y verdaderamente en el cuello y el hombro. Pero en lugar de hundirse en su carne, el metal se desvió en su piel tal y como si hubiera tenido la armadura de metal pesado como corazas de su tiempo. Y fue desviado a pesar de que la maniobra que había hecho fue diseñada para superar los puntos débiles de la armadura. ― ¿De verdad pensaste que iba a ser tan fácil? ― susurró ella en su cara. Entonces ella juntó las manos, diciendo una palabra. La fuerza de la estruendosa explosión lo envió hacia atrás, golpeándolo en el árbol detrás de él. El impacto sacó todo el aliento de él, y envió un estallido de dolor a través de todo su cuerpo. Sin embargo, cuando se dejó caer, aterrizó sobre sus pies, se sacudió el dolor, y miró a su adversario. ― Habría llorado si lo fuera, ― le dijo, forzando las palabras para salieran de manera constante a pesar de la buena cantidad de moretones que sus pulmones acababan de tomar. Valió la pena. El acero de su voz y la forma en que se sacudió de su ataque la hizo vacilar un instante. Pero él no le daría ese instante. Ya era hora, ella lo usaría para pensar, para centrarse en sí misma, para dejar entrar en la lógica y sacar la ira de su lugar. ― Tu amante fue lo suficientemente decepcionante por una noche, ― le gritó a Ruth. Ira en estado puro. Ella trató de canalizar esa rabia en su hazaña al lado de la magia, lanzando un hechizo torrencial en él, sólo para darse cuenta de que ya no estaba allí. Adam se reconstruyó a sí mismo en la niebla, rodando bajo sus pies pasándola y viniendo detrás de ella. El anillado de un brazo alrededor de su cuello, los músculos de gran alcance tirando de la espalda a sus pies y en su cuerpo. No tuvo misericordia, porque fuera una mujer. Nunca había tenido un problema de los descartes del caballero cortés en sí mismo cuando estaba en la batalla. Había un tiempo para todo, y la cortesía dejaba muy poco lugar en la batalla de ningún tipo, ya sea con hombres o adversarios de sexo femenino. Después de pasar un tiempo en la memoria de su compañera sobre esta criatura, no podía pensar en nadie menos merecedor de sutilezas.

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― El mal. A través y por medio de todo, ― gruñó en su oído mientras le cortó el oxígeno y la voz, ― es digno de nada más que destrucción. Y, sin embargo, un castigo leve es demasiado leve para aquellos como tú. Pero antes de que pudiera tirar del brazo a un lado y romper su cuello, de repente no estaba allí. Impresionante, pensó mientras se daba la vuelta rápidamente. Podía mantener su atractivo digno de teletransportarse, incluso cuando no podía respirar. La mayoría simplemente entraría en pánico. Ella era conocida por teletransportarse detrás de su víctima y apuñalarlas por la espalda. Era muy notorio. Era la primera cosa que se le había advertido. Así mismo, Ruth se materializó detrás de él, se encontró cara a cara con Adam. Habló por un breve período y una nube de flechas negras en la mano se convirtió en un arma de doble punta, pasos largos dirigieron su ataque a brotar de un controlador central. El mango, hecho de una especie de madera, protegiendo al portador de los ejes de hierro. Hierro. El único elemento de la tierra que puede herir o matar a un demonio. Ella no perdió tiempo antes de intentar incrustar el metal vicioso en su carne. No esperaba luchar contra un demonio blandiendo lo que equivalía a envenenar a tanto de ellos, Adam se tambaleó hacia atrás. ― El tiempo de la respetuosa ley, ― sonrió la Demonio tontamente, ― débil ha terminado, ― siseó Ruth en él mientras lo metía de nuevo con una fuerza impresionante que le obligó a pivotar su espada a su bloque, y a sujetar los dos elementos demasiado cerca para su gusto. Él respondió con su daga, y otra vez ella la desvió como si estuviera envuelta completamente en armadura protectora. Dulce destino, ¿Cómo iba a llegar a la perra si no podía hacer un golpe mortal? Iba a tener que recurrir al mano a mano. Pero ella podía teletransportarse tan fácilmente. Era como luchar contra un oponente cubierto de grasa animal. Tan pronto como llegase a un control sobre ella, se habría escapado. Adam se dio cuenta de la verdad de la cuestión. No había manera de que pudiera matarla por su propia cuenta. Por suerte, no estaba por su propia cuenta. Adam fue a desarmarla de su última arma, con ganas de sacarla del juego, a pesar de que fuera muy probable que ella simplemente conjurara otro. Sin embargo, la magia tomaba energía y poder para realizarse. No tenía ninguna duda de que era muy poderosa y tenía una gran provisión de energía, pero no podía mantener sus trucos siempre. Con el tiempo se desgastan. Él hizo el movimiento inesperado de agarrar la cosa por uno de sus cuellos, con el mango de su daga y su mano desnuda, haciendo caso omiso de la quemadura viciosa en la palma de su mano al entrar en contacto con el metal tóxico. Él tiró de la cosa con todas sus fuerzas, mientras que al mismo tiempo volteaba su espada para que la hoja se enfrentara a su agarre. Envió el borde afilado hacia su mano, esperando que sus dedos no estuvieran protegidos con la armadura que parecía a media de su cuerpo, amaba la idea de eliminar algunos de sus dígitos. Por desgracia, el momento en que la idea entró en su mente, ella fue capaz de anticiparla. Se teletransportó de nuevo, lo que le permitió tirar el arma de hierro, pero sin darle la satisfacción o la oportunidad de herirla.

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Él dio la vuelta otra vez, mirando a su espalda. Miró hacia arriba cuando un escuálido cuervo negro en los árboles, agitando sus alas grandes. Y justo en el momento en que Ruth volvió a aparecer. Con el aliento siguiente lo intentó de nuevo, lanzando sus manos hacia adelante. Ella no quería correr el riesgo de acercarse demasiado a él nunca más, reconociendo que él era el demonio más fuerte y quizás incluso uno de los más inteligentes en el combate, cuando se trataba del mano a mano y la lucha cuerpo a cuerpo. A medida que llevó las manos hacia adelante, una colección de clavos de hierro apareció en movimiento, como si hubieran recibido un disparo de un cañón hacia él. Apenas tuvo tiempo suficiente para alterar la forma, cambiando a agua y cayendo en el suelo en un charco sobre la tierra. Como él volvió a la carne arrodillado sintió el fuego y la agonía en el brazo y la parte superior del pecho. Había sido golpeado por un par de esos proyectiles, y aunque el hierro en sí yacía en el suelo sin causar daño, las heridas de los clavos habían causado quemaduras con las virutas de metal que quedaron atrás. No había nada que pudiera hacer al respecto. Y nada que pudiera hacer acerca de la sangre que fluía libremente, que comenzaba a saturar su camisa. ― Maldita sea, ― dijo, dando a la tela rasgada un tirón. ― Me gustaba esta cosa. ― Miró a Ruth y le dio una sonrisa que no tenía ninguna gracia. ― Envía más hierro, ― le hizo una seña. ― Demuéstrame lo verdaderamente corrupta que eres. Sólo me dan ganas de hacerle todo más difícil. Y voy a encontrar el camino, lo prometo. ― Encuentra tu camino en torno a esto demonio de agua. Esta vez conjuró fuego, como si fuera el propio Noah, una gran bola de la misma forma entre sus manos antes de que ella la tirara hacia él con toda la fuerza de la magia en su cuerpo. La pelota estalló contra el árbol detrás de donde Adam había estado. Mientras se reformaba a pocos metros, se rió de ella. ― Por favor, ― se burlaban de ella. ― crecí con el Rey Demonio como compañero de juegos, y ejercía fuego mil veces mejor que eso. Vas a tener que hacerlo mucho mejor. ― Muy bien, entonces, ¡Lo haré! Ella comenzó a hablar un rato. Y mientras lo hacía, el cuervo negro se clavó hacia abajo del árbol y enfrentó al demonio rubio en el suelo, cambiando sobre la marcha a la masiva forma física del Príncipe Vampiro.

***! Jasmine sonrió cuando se enfrentó a sus enemigos. ― Parece que estamos teniendo vampiro para la cena, ― comentó uno de los vampiros alegremente. Jasmine resopló una carcajada. ― Voy a hacerme un collar de sus colmillos y usarlos de joyería, ― le prometió ella.

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― No tenemos miedo de ti, ― dijo otro. ― Deberían tenerlo, ― respondió antes de saltar hacia ellos. Ella se estrelló contra el primero con tal fuerza que el sonido de chasquido de sus esqueletos juntos se hizo eco en el bosque. Ella lo tumbó en los helechos, las hojas aliviaron la fricción de tal manera que se deslizó a una buena distancia antes de detenerse. Aturdida, meneó la cabeza, tratando de resucitar su sesera. Mientras tanto, Jasmine se volvió para mirar a los tres adversarios restantes, sonriéndoles a través de la sangre que goteaba por la herida en su frente. Entonces, levantó la mano, mostrándoles algo largo y blanco, cubierto de sangre. El vampiro en el suelo comenzó a gritar cuando Jasmine mostró con orgullo su colmillo a los demás. ― ¿Siguiente? ― invitó. El vampiro que quedaba de repente no se veía muy seguro de sí mismo. Los demonios, sin embargo, no se dejaron intimidar. Después de todo, no tenían colmillos que perder. Además, tenían la magia de su lado. A su juicio, una gran ventaja. Para demostrarlo, empezaron a salmodiar. La tierra debajo de los pies de Jasmine se transformó en arenas movedizas. Pero ella fue más rápida y levitó varios centímetros por encima de la zona afectada. Jasmine se mostró asombrada por la visión de otros vampiros y demonios trabajando juntos al servicio a la magia de Ruth. Francamente, cuando se trataba de esa demonio enloquecida, nada le sorprendía más. Pero reconoció que en realidad sólo ella y Adam frente a este pequeño pero poderoso ejército, habrían tenido pocas posibilidades de salir vencedores. Sin embargo... Mientras sus enemigos se habían centrado en ella, una criatura perfectamente combinada con las sombras detrás de ellos agarró a uno por la piel del cuello, dejando la garganta abierta con la barra rápida y mortal de una hoja de Khukuri. Un demonio cayó al suelo antes que la segunda, incluso tuvo tiempo para registrar la presencia del Shadowdweller. El ataque de Sagan fue suficiente para asustar al demonio nigromante, arrojando su enfoque y la concentración a la destrucción de su hechizo. Era demasiado joven y demasiado inexperto en su nuevo oficio para recuperarse de inmediato. Se le abrió la mente y los nervios para el grito del halcón que se abalanzó desde arriba de él. Ese grito tenía el poder para infundir miedo en los corazones de los que lo oían. En el momento en que el halcón aterrizó en la forma de la esposa de Damien y la frecuente adversaria en la vida de Jasmine, Jasmine aprovechó la apertura que Syreena había creado para ella y saltó sobre los hombros del Demonio, con la poderosa fuerza de sus piernas alrededor de su cuello hasta que encajó en dos. Tal vez incluso tres, dada la violencia que utilizó para arrancarla alrededor de casi 180 grados. Jasmine cayó sobre sus pies y se encontró frente a Syreena. Se reunió con el Licántropo de salvajes ojos carbón a rayas. Se alisó el pelo con una mano y se encogió de hombros. ― Gracias, ― dijo. No tenía tiempo para apreciar la expresión de sorpresa que Syreena le dio. Aunque en el fondo de su mente, reconoció exactamente por qué Syreena encontraría incluso la más pequeña de las cortesías comunes sorprendente. Probablemente nunca había dado nada antes. Ciertamente no con toda sinceridad. Tal vez se había equivocado. Tal vez no.

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Jasmine no tenía tiempo para mucho en el camino de la búsqueda espiritual. Cuando se había dado a la fuga desde el principio, se había separado de las fuerzas que Ruth había enviado en su contra. Ahora el resto de ellos la habían alcanzado a ella, Syreena, y el vampiro enemigo restante, que se había escabullido a un lado y trataba de alejarse desapercibido. En algún lugar de las sombras estaba Sagan. No quiso seguir adelante hasta que se le necesitase. A Jasmine no le importaba lo que Valera dijese acerca de los usuarios de magia que son rescatables, sobre las adicciones y la retirada y toda esa sensiblera tontería. La ecuación era simple para ella. Si amenazaran su vida, respondería igualmente. Habían hecho una elección libre para sumergirse a sí mismos en esta maldad mucho antes de que les hubiera manchado con la adicción. Por lo que a Jasmine se refería, ese acto de libre albedrío les hizo totalmente responsables y plenamente merecedores de la muerte que les iba a entregar. Se volvió hacia los recién llegados, Syreena un pasó adelante a su lado. ― Voy a tomar los dos a la izquierda, ¿Toma los dos a la derecha? ― Sí, claro, ― se rió Jasmine. ― Dame un segundo y voy a ser capaz de ayudarte con los tuyos. Juntas, las mujeres se lanzaron hacia adelante.

***! Ruth mental y mágicamente los reagrupó. Había sido sorprendida por la repentina aparición de Damien y el ataque. Pero había sido una guerrera a las órdenes del demonio Elijah por más de dos siglos, luchando a su manera a través de vampiros y licántropos, cuando los demonios se habían peleado con cada uno de ellos. Había aprendido que las cosas podían cambiar rápidamente. Se teletransportó fuera del alcance de Damien, de todo su alcance, y tomó un respiro para analizar el alcance del campo de batalla delante de ella. Estaba claro Adam no había venido solo. Él y Jasmine de alguna manera habían colado a los demás bajo su guardia. ¿Cómo? ¿Acaso no había explorado mentalmente por los demás? Ella era el demonio más poderoso de la mente que vivía. Nadie podía proteger a sus pensamientos de ella. Sin embargo, ahora Jasmine se las había ingeniado para hacerlo, y ¿Los demás? Damien podía entender. Era un antiguo vampiro, sus facultades mentales sin duda estaban por encima de todos los demás. ¿Pero su ramera Licántropo? Ella era tan débil como había venido. Su única pretensión de poder era su capacidad de cambiar en dos formas. Ruth una vez la había secuestrado y torturado con ridícula facilidad, y ella la habría matado, también, si no hubiera interferido Damien. A pesar de que también había jugado en su favor. Damien rescató a Syreena y había puesto en marcha una cadena de eventos que permitieron a Ruth encontrar a Nicodemous y una alianza que había duplicado su poder. ¡Si hubiera tenido tiempo para resucitarlo! De todos modos, tenía la confianza en que era lo suficientemente potente como para asumir todo un ejército de vampiros y demonios. No había nada que cualquiera de ellos tuviera que no hubiese visto antes y no hubiera aprendido a vencer. Ya era hora de dejar de jugar con ellos y llegar a la seria tarea de erradicación de plagas de una vez por todas.

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El hechizo de bloqueo... Ruth era una maestra de los pensamientos y la mente. Lo suficiente como para reconocer cuando un pensamiento no era el suyo. En los Demonios de la Mente, la mayoría de las mujeres eran sólo empáticas, incapaces de leer los pensamientos de los demás, pero ella había crecido más allá de esa limitación, y que creía que, en el corto tiempo desde entonces, había aprendido la forma de superar incluso a sus colegas masculinos que eran telépatas dominantes. El pensamiento se sintió extraño, pero ella había estado en la mente antes. Lo suficiente como para reconocerlo. Miró a la derecha y vio a su última protegida, la niña de pelo negro y gris, cuyo nombre no podía recordar. La miró a los ojos y habló del nuevo con el pensamiento en su mente. El hechizo de bloqueo... Así de simple. ¡Así de perfecto! Sin embargo, tomaba algo de tiempo para sentar las bases para el hechizo, y ella estaba en el fragor de la batalla. ― Comienza el hechizo. Voy a tomarlo una vez que estés a punto de finalizar. La niña asintió con la cabeza y comenzó a emitir la luz azul remolino de sus manos, envolviéndose alrededor de ella, extendiéndose sobre el suelo en un pequeño círculo hasta que estaba completamente envuelta en un cilindro de electricidad azul. Ruth se centró en sus enemigos con hechizos más agresivos. Hechizos más rápidos. El poder salió como un rayo, alimentándose de ella, drenándola. Perros salvajes saltaron de las manos de Ruth, golpeando al príncipe vampiro, y al Enfoncer. No había nada que ninguno de ellos pudiera hacer para escapar del ataque. Haría estragos en el Enfoncer sin importar su forma y no importaba qué tan fuerte y antiguo era; sin importar en qué animal era ahora capaz de cambiar gracias a la alimentación de su novia Licántropo, el vampiro sería igualmente incapaz de evitar su ataque. Ambos hombres fueron golpeados, echados hacia atrás como un par de muñecos sin hueso que lanzaban a las fauces de un perro juguetón. Las fauces de ese perro los atraparon de nuevo, el poder de compresión con una fuerza insoportable. Una fuerza de la que no podían escapar. Si hubiera estado fresca para el hechizo, no habría necesitado el hechizo de bloqueo. Simplemente los aplastaría hasta que parecieran guisantes cocidos y pisados. Pero estaba cansada, y el hechizo tomaba una gran cantidad de poder personal en bruto. Poder que había perdido inicialmente, mientras Adam jugaba con ella. Se dio cuenta ahora de que ese había sido su plan desde el principio. Engañarla para cansarla colgándose a sí mismo como cebo antes de que el príncipe apareciera como reserva. Difícil, difícil. Casi podría estar impresionada, si no fuera por el hecho de que sabía que estaba a punto de asestar un golpe letal. Tuvo que retirarse cuando sintió que el hechizo de bloqueo había alcanzado una masa crítica. Alcanzó a tomar el hechizo, creando el receptáculo. Colocando una bola de cristal en sus manos, creó un receptáculo, el vidrio claro más puro que jamás volvería a ver. Por arte de magia bajó al suelo y se abrió hacia arriba. La luz destellaba en un cono hacia arriba, y ella cuidadosamente se alejó. Ahora la trampa estaba lista. Se teletransportó lejos, apareciendo en la parte posterior de Adam. El Demonio de Agua estaba de rodillas, jadeando mientras trataba de recuperarse de su ataque anterior. Se inclinó hacia delante y susurró.

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― Vas a desear nunca haber conocido el futuro, ― le prometió. Y con un movimiento rápido como un rayo le arrojó una fuerza explosiva contra de él, mandándolo a volar hacia el cono de luz. Dirigiéndose hacia él, nada podía detenerlo. Sin embargo, de repente dio un salto a una parada, como si una red de seguridad invisible hubiera cogido su gran cuerpo. Cuando tocó la red que brillaban a la existencia, el azul del agua iluminaba fuertemente la forma de la misma, enviándolo rodar de forma segura al suelo. Enfurecida y conmocionada, Ruth torció de un lado a otro, buscando el nigromante que se había vuelto contra ella, el nigromante que se atrevió a emitir magia en contra de sí misma. La vio entonces, una pelirroja con unas pocas curvas de rodillas detrás de un árbol, con la mano extendida hacia Adam, sus dedos se encrespaban para retirar la energía por lo que no se perdería una vez que estuviera segura de que Adam estaba a salvo. Entonces la mujer miró los ojos muertos de Ruth, y Ruth pudo ver el miedo en su interior. Ella era fuerte, Ruth lo sintió. Una bruja nata. Un ser que, a diferencia de Ruth, tenía que hablar en voz alta o decir los hechizos en su cabeza, que puede llamar a la magia de sí misma y de todo con la misma naturalidad que podía tomar aliento. Ella había nacido para hacer magia. Sin embargo, Ruth vio en su mente y vio que tenía miedo de sus propios dones. Ella vio que la mujer se veía limitada por sus miedos y limitada por su conciencia. Sólo utilizaba magia defensiva. Sólo usaba la magia para protegerse a sí misma y a los demás. Ruth se rió de ella. ― ¡Idiota! ¿Crees que lo que haces es magia buena? ¿Magia limpia? Es la misma que la mía. ¡Estás tan profundamente en ella como yo, y se hace más profundo con cada hechizo! ― Estás equivocada, ― dijo la pelirroja, moviendo nerviosamente el labio entre los dientes. Miró a su alrededor, buscando a alguien. Alguien que pudiera darle consuelo o apoyo. Pero no había nadie. Sería tan fácil de destruir. Ruth podría fácilmente saltar en su mente y truncar el miedo en algo de lo que la pequeña bruja que nunca sería capaz de escapar. ― El portal… Una vez más, un pensamiento que no era suyo, pero un amable recordatorio de que el hechizo de bloqueo había sido a base de su energía en cada momento que el portal permanecía abierto. Llamó su atención lejos de Valera y la trajo de vuelta a Damien y Adam, a quienes ella consideraba las amenazas más grandes. Tenía que deshacerse de ellos, sólo en caso de que sus compañeros no fueran capaces de manejar a Jasmine y Syreena. Ella era fuerte, y su protegida estaba demostrando ser un gran activo, pero no tendría mucho éxito si estaban tan a fondo en inferioridad numérica. ¿Y quién iba a decir que otros demonios o Nightwalkers estaban esperando a que le salieran alas? Ruth no podría arriesgarse nunca más. No era prudente tener una batalla cuerpo a cuerpo con esta hermandad. Ella siempre lo había entendido. Sería mucho más beneficioso escapar por el momento y volver a su cuarto de trabajo, donde el componente clave de su hechizo con más fuerza destructiva estaba atado a su mesa de trabajo. Tendría mucho más que la victoria sobre los demonios, destruyendo a Kestra y Noah de lo que nunca obtendría luchando de esta manera. Así que Ruth lanzó una trampa, arrancando a Damien y enviándolo hacia arriba, deteniéndose sólo un momento para disfrutar de la inutilidad de su lucha contra el poder que lo sostenía. No había manos para golpear, ni brazos para romper

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los puntos débiles a explotar para que pudiera liberarse. Todo su antiguo poder era en vano mientras lo empujaba hacia el portal. Fue entonces cuando estalló una viña de la tierra y azotó en sí en torno a su cría. El ser vivo, fortalecido por arte de magia, dio un tirón a Ruth, tirando de ella a sus pies y golpeándola con fuerza en el suelo. Una vez que su concentración se vio interrumpida, Damien fue liberado. Cayó al suelo duro, móvil y tratando de llegar a sus pies, pero ella había abusado de él en gran medida y no hubo una rápida recuperación de eso. Ella tuvo la satisfacción de su dolor, incluso lanzó su atención a la brujita escondiéndose detrás de un árbol. ― ¿Esto?, ― se rió Ruth con desprecio. ― ¡Yo soy la dueña de este hechizo!

***! Jasmine y Syreena cada una se deshizob de su rival al final al mismo tiempo, echando hacia atrás su cabeza y su pelo para hacer un balance de lo que sucedía a su alrededor. Sus ojos se encontraron y cada mujer tuvo un latido para apreciar las habilidades mortales de la otra. La capacidad de Syreena para cambiar de forma sobre la marcha había sido siempre su mayor fortaleza, y ella también había hecho toda una vida de formación en las técnicas de lucha de los monjes del Orgullo. Antigua y poderosa, había sido bendecida con sus conocimientos y siempre había sido su mejor alumna. Y a pesar de que tenía superada esa parte de su vida hace mucho tiempo, las habilidades siempre estarían en sus manos cada vez que las necesitara. Jasmine reconoció la fuerza de Syreena por vez primera. La apreció por lo qué era. De repente se sintió como si estuviera viendo a una Syreena completamente diferente a la que había conocido durante los últimos dos años. No entendía por qué, en este momento de todos los momentos, que estaba sucediendo. Habían luchado juntas antes. Jasmine había visto su movimiento y su lucha y se basaba en el ingenio más increíble. Ella simplemente nunca había sentido verdadero aprecio por ella antes. No había tiempo para pensar en ello en la actualidad tampoco. Al mismo tiempo las dos mujeres, recordaron al vampiro que había estado sentado en la cuneta, observando para ver cómo la batalla se desarrollaba. Él y el vampiro que Jasmine había atacado inicialmente fueron los únicos que no habían muerto. No había ningún sentido en dejarles a sus espaldas, una amenaza potencial que podría atacar más tarde, mientras luchaban con Ruth. Aunque ambas mujeres tenían ganas de conseguir un pedazo de esta traidora engañosa, cada una por sus propias razones de venganza, tenían que terminar su parte de la primera batalla. No podían ver bien al Vampiro, sin embargo. Pero de repente las sombras se resolvieron en la forma de un hombre. Sagan y su ensangrentada hoja de Khukuri se mantuvo firme en la luz de la luna casi llena. Él echó algo en dirección a Jasmine, y sus instintos y reflejos sobrenaturales le permitieron arrebatarlo en el aire. Abrió la palma de la mano para ver el partido blanco largo con el colmillo que tenía en su bolsillo. ― Pensé en un buen par de aretes, ― ofreció Sagan. Jasmine se echó a reír.

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― Perfecto. ¿Recibiste a los dos vampiros? Él asintió con la cabeza. Un gesto simple, pero que hablaba de la fuerza fabulosa y la habilidad de un sacerdote Shadowdweller y la penitencia. Podría haber dimitido de su posición, pero nunca podría renunciar a sus habilidades. Entonces, de repente, dio un tirón, como si alguien lo había apuñalado en la cabeza. La expresión que se movía a través de su rostro era una combinación del miedo y una furia de la talla de la que Jasmine nunca había visto antes. ― Valera me necesita. La batalla no va bien. Se quitó a la carrera, saltando a través del bosque, esquivando árboles y matorrales bajos que parecían puestos en su camino sólo para detenerlo. Nada podía alejarlo de su pareja cuando ella lo necesitaba. Nada excepto... Luz. Sagan sacudió a una parada, esquivando detrás de un árbol para protegerse de la luz azul que estallaba en todas las direcciones en el campo de batalla. Aún así, quemó toda la piel expuesta. De alguna manera, el hechizo de protección de Valera había desaparecido. Probablemente debido a que su concentración se había roto. Ahora, como siempre la luz se interponía entre él y Valera, no había nada que pudiera hacer para ayudarla. Y en su mente sintió su desesperación y la inseguridad. Tenía que llegar a esta batalla sabiendo que ella nunca había herido o matado a nada en su vida, que era debido a que el núcleo de su alma estaba tan opuesto a la idea de dañar a otro que fue capaz de liberarse de su adicción a la magia negra en el primer lugar. Sin esa creencia central de gran alcance, no sería quién era ella. Y sin embargo, había insistido en ir. Ella sabía que la mejor manera de obtener una ventaja en una batalla de la magia consistía en utilizar la magia a cambio. Sabía que podía ayudar a proteger a los demás. Había desarrollado un afecto por Damien y Syreena durante su tiempo en sus tierras. De hecho, sentía aprecio por todos los Nightwalkers que había conocido. Ella no se podía encontrar sentada y de brazos cruzados mientras luchaban contra su peor enemigo y luchó por sus futuros. Esta es la razón por la amaba. Esta es la razón de porqué lo estaba matando no poder llegar a ella. Podía desaparecer en Shadowscape, la dimensión paralela a la que los Shadowdweller a menudo viajaban era la copia idéntica a este plano, excepto que no había gente y no había luz. Podía cruzar el campo y salir de la derecha por la sombra a su lado. Pero aún así la luz estaría allí y no estaba en condiciones de reformular su hechizo de protección sobre él. Ahora que Ruth la había detectado, Valera no tenía el foco para lanzar el hechizo. Sagan se preguntaba qué había pasado. Se suponía que se había mantenido baja y tranquila, hasta que fuera necesitada. ¿Cómo es que se expuso? Ahora, la vio salir de sus cuclillas, con los ojos quemados por la energía azul que fue expulsada de sus dedos gráciles y enfrentarse contra una nigromante que era diez veces superior a ella en la habilidad y el poder. ― Bueno, va a conseguir que la maten, ― señaló Jasmine, sin que él se hubiera dado cuenta de que Jasmine y Syreena lo habían seguido y estaban viendo la misma escena que él. ― No puedo protegerla, ― dijo con frustración. ― Tienen que ayudarla. ― Si insistes, ― dijo Jasmine, dándole una sonrisa descarada.

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***! Ruth fue arrastrada por el suelo a varios metros por los dedos que animaban las vides antes de que ella se hubiera tele transportado fuera de su alcance. Volvió a aparecer sólo a pocos metros delante de la advenediza bruja que pensó que podría ir cabeza a cabeza con ella. Sin embargo, antes tuvo que lidiar con ella, lanzó las instrucciones a su protegida. ― Mete a uno de ellos en el bloqueo, ― ordenó. ― ¡No me importa quién! Cualquiera que crea que puedes manejar. ― Oh, creo que puedo manejar a uno, ― dijo la niña de pelo negro y gris. Ruth sonrió y se volvió hacia la bruja, dejando el pulso de poder mágico azul de sus manos como si alguien disparase un sólo tiro de advertencia. El estallido de energía encima de la cabeza de Valera, el sonido y la fuerza de ella haciéndola retroceder duro. ― Ooops. Lo siento, ― Ruth chasqueó la lengua. ― Prometo que no volverá a suceder. Es posible que considere la posibilidad de que ese impulso natural de correr fluya a través de tu mente en estos momentos. ― O puedes quedarte y mirarme patearte el culo. Jasmine tomó a Ruth por su pelo con ambas manos y la tiró de espaldas a sus pies. ― Concéntrate ahora, perra, ― escupió Jasmine mientras arrastraba a Ruth sobre los helechos por el pelo. Jasmine oyó el grito de alegría de Syreena. Por supuesto, la licántropo tenía motivos para animar a esta táctica. Ruth había arrancado una vez la mitad de los cabellos de Syreena, y fue la causa de que quedara mutilada. El pelo de la licántropo era lo que era, vivo con los nervios y el suministro de sangre, lo que le hizo había sido un golpe devastador. Así que Jasmine se complacía arrastrando a Ruth por los cabellos. Independientemente de si a ella le gustaba Syreena o no, nadie merecía sufrir de esa manera. Así como aquellas inocentes personas en la biblioteca ocultas de Nightwalkers que no merecían morir simplemente porque Ruth había querido saquear los libros de conjuros. Jasmine construyó un nuevo impulso, balanceando a Ruth sobre el suelo por el pelo y golpeándola contra un árbol. Ella no quería que el Demonio de la Mente pudiera adaptarse y recuperarse, para recoger sus pensamientos y teletransportarse de sus manos. Así que la golpeó contra el árbol como una alfombra sucia que necesitara limpieza. Estaba a punto de pivotar en una tercera vez, cuando de repente una chica demonio de pelo negro y gris apareció a su lado, después de haber aumentado en voz tan baja que Jasmine no la vio hasta que estaba prácticamente encima de ella. Podía oler la magia vil en ella, vinculandola al instante de un enemigo, y enrollada para protegerse o atacar según fuese necesario. ― El portal, ― dijo a la muchacha en voz baja. ― Échala en él. Rápidamente, antes de que ella se recupere. Señaló a la pantalla cónica de luz procedente de una bola de cristal asentada en medio de las hojas marrones a la espera del invierno y dándose prisa en su caída.

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Jasmine vaciló, no confiaba en la chica. ― Hazlo. La voz de Adam en su cabeza sonó dulce y clara, compartían la confianza y fortaleza y el empoderamiento en ese momento. La vacilación desapareció y se abalanzó hacia el cono de luz, arrastrando a su cautiva detrás de ella. Sólo lo necesario para dar algunos pasos y tomar el impulso suficiente. Arrojó a Ruth a la luz como un lanzador de peso, transportándola fuera de la tierra y en el aire agarrando a la perra por el pelo. La demonio traidora voló a la luz gritando con furia, tratando de llegar a las amenazas y maldiciones, pero también abrumada por el entendimiento de que todo lo que era, todo por lo que había luchado, estaba a punto de llegar a su fin. Ella golpeó la luz y la magia se echó a su alrededor, la magia funcionaba con su energía propia y la fuerza, y dio la bienvenida a su creador con gran alcance, agarrando sus brazos. Ruth fue tragada por un torrente de energía azul, entonces, sus gritos, todavía audibles, fueron arrastrados violentamente por la bola de cristal. Hubo un destello final de la luz azul eléctrico y luego, de repente, todo se quedó oscuro y silencioso. La única luz que quedaba era el resplandor de la luna en el cielo y el brillo apenas perceptible de la bola de cristal asentada en las hojas. Jasmine se acercó a la bola y le dio una patada con la punta del pie. La luz en el interior se arremolinó por un momento, el cristal interior liso y brillante mostrando la cara familiar de una demonio rubia, su expresión contraída en rabia. Una rabia impotente. ― ¿Puede salir de allí? ― preguntó Jasmine. ― No. No, a menos que alguien lance un contra hechizo muy poderoso para liberarla, ― dijo la Demonio de pelo oscuro. ― La única persona lo suficientemente potente como para hacerlo en este momento está ahora dentro del bloqueo. Sin embargo, debes destruirla. Aplastarla hasta que sea polvo. Y luego, puedes estar segura que nadie podrá liberarla. Jasmine recogió la bola, la hizo girar en sus manos un par de veces para poder vislumbrar la cara enfurecida de Ruth, y sonrió. ― Sabes, creo que voy a mantenerla. Se verá más bonito en mi tocador, ― dijo. La demonio la miró un largo rato, con los ojos extraños cambiantes a través de una escala de grises mientras Jasmine la observaba. Luego se volvió a sus labios en una sonrisa pequeña, pero real. De alguna manera, Jasmine tuvo la sensación de que no sonreía con frecuencia. Impulsivamente, fue a buscar pensamientos de la desconocida, pero se dio cuenta que la bloqueada totalmente. ¿Era un Demonio de la Mente, entonces? Si es así, tenía que ser muy poderosa para resistir a una telépata tan fuerte como Jasmine. El resto de los combatientes habían llegado poco a poco hacia ellas dos, reuniéndose a mirar la prisión que Ruth había hecho por ella misma. Entonces toda la atención se centró en el demonio que apestaba a magia y motivos poco claros. Se aclaró la garganta. ― Alrededor de la mitad de una milla de distancia se encuentra la guarida de Ruth. Hay otros ahí para ser tratados. En su cuarto de trabajo, sin embargo, se encuentra Windsong

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prisionera. Hay que ir rápido antes de que los vampiros no supervisados quieran ir por su cabeza para alimentarse de la Mistral más poderosa de todos los tiempos. Ella se volvió hacia Syreena, que estaba ayudando a mantener a Damien de pie, dejando que el príncipe vampiro inclinar su peso significativo en su contra. ― En ese taller hay un encanto guardado dentro de una caja cerrada con llave. Lo reconocerás fácilmente porque el encanto se envuelve con su pelo, Syreena. El pelo que Ruth, una vez arrancó de tu cabeza, más tarde lo utilizó para evitar el embarazo. Puesto que no van a matar a Ruth, deben quemar el encanto hasta las cenizas, y se dará a conocer la unión. ― ¿Quién eres tú? ― exigió Adam, avanzando al llegar a su cara. ― ¿Por qué debemos confiar en nada de ti cuando apestas a magia? Incluso ayudaste a Ruth a lanzar esa cosa que se iba a utilizar para capturarnos a Damien y a mí. ― Pero no te capturó, ¿Verdad? Todo lo que hemos hecho es ayudar a lanzar la trampa en la que finalmente cayó la traidora demonio Ruth. Piensa en eso un momento. Ella se movió un poco, inclinando la cabeza hacia atrás y tomando una respiración profunda. Era como si estuviera respirando en libertad. ― ¡Ah!... aquí viene, ― respiró. Le tendió las manos y Jasmine podía ver la punta de los dedos que se alejaban. Por primera vez, la emoción rompió a través de las características de la niña. Las lágrimas llenaron sus caleidoscópicos ojos. ― Esto significa que todo ha cambiado, ― susurró a Jasmine. ― Esto significa que hice lo que tenía que hacer. Sólo ruego que en esta ocasión las cosas resulten para bien. ― Jasmine la miró con un destello momentáneo de preocupación. ― Va a estar mejor ahora, ¿No? La niña se desvanecía rápidamente, pero Jasmine sintió su dolor y creyó comprender, al menos en un sentido pequeño, lo que estaba sucediendo. ― Sí, ― le aseguró en voz baja. ― Confía en nosotros. Vamos a hacer lo mejor para ti. La muchacha dejó escapar un duro sollozo de alivio. Y entonces se había ido.

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CAPITULO 11! Traducido por Achlys Corregido Maia

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-¿Q uién crees que es ella? ― Adam preguntó. Era la pregunta en la mente de todos cuando se sentaron en el salón principal de la ciudadela de Damien, en una improvisada fiesta después de la batalla. Al parecer, Valera era algo así como un cocinero, una habilidad que se perdía más bien en una familia de Vampiros. Ella estaba contenta de poderle cocinar a alguien más que no fuera su compañero. Les sirvió los platos y cócteles, instándolos a comer y reponer sus fuerzas. Adam sintió un roce contra sus piernas mientras estaba parado en su forma habitual. Miró hacia abajo para ver un gato gordo sinuoso alrededor de sus tobillos. ¿Desde cuándo los Vampiros tenían mascotas? se preguntó. Desde que nos decidimos a tener a la Bruja como nuestra invitada, le informó Jasmine. Ella tiene tres. Y se comunican telepáticamente... cuando a ellos les da la gana. ¿Realmente? ¿Qué exactamente tiene un gato que decir? En su mayor parte, les gusta explicar cómo lo estamos haciendo todo mal, Jasmine pensó con una sonrisa interna. ― Creo que es claro que ella vino desde el futuro, ― dijo Damien con cuidado. ― ¿Crees que fue enviada aquí por mi... mi sobrina? ¿La misma chica que me trajo aquí? ¿Puede enviar a alguien a través del tiempo sin tener que venir, también? ― Adam preguntó. ― Sí. Así fue como obtuve a mi novia. ― Noah habló desde la puerta por la que había aparecido de repente. Asintió con su cabeza oscura hacia Damien, sus ojos grises y verdes llenos de emoción no dicha. ― ¿Es verdad? ¿Ruth se ha ido? ¿Para siempre? Jasmine llegó a la pelota que estaba ubicada en la mesa entre los platos de comida, pareciéndose mucho a la pieza central perfecta. La sopesó por un momento, y luego la arrojó a Noah. El Rey Demonio la capturó, y le dio la vuelta en sus manos lentamente, viendo como la cara de odio brillaba brevemente a la vista, mientras que Jasmine rápidamente contaba la historia de la captura de Ruth. ― Hmm. Ella se ve molesta, ― él señaló. Luego sonrió. ― ¿No destruiremos la cosa con ella dentro? ― Yo tenía la esperanza de mantenerlo como un recuerdo, ― dijo Jasmine. ― O tal vez trofeo es la mejor palabra. Noah asintió y la arrojó de nuevo a ella. ― Tú la capturaste, parece justo que seas su carcelera.

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Jasmine volteó el balón en la mano. ― Esa chica, fuera quien fuera, dio pasos pequeños y precisos, incluso fue tan lejos como para aprender magia y envenenarse con ella, sólo para poder estar allí en ese momento e influir en los acontecimientos para que esto pudiera suceder. ― Ella vino y nos advirtió que te apoyáramos, ― dijo Damien. ― También intervino para rescatar a Corrine del ataque, ― dijo Noah. ― Corrine describió a su ángel de la guarda con mucha claridad. Esos ojos cambiantes... el pelo de negro y gris. ― Ella no era como cualquier demonio que hubiera visto nunca antes, ― dijo Jasmine. ― Tenía una mente fuerte, podía resistir la telepatía... ― Hizo una breve teletransportación mientras rescataba a Corrine, si se podría llamar una teletransportación. La descripción de Corrine fue bastante... extraña. ― Si ella vino de un futuro lejano, podría ser de una nueva raza de demonios que todavía no conocemos, ― planteó Syreena. ― O tal vez había mutado de alguna manera. ¿Tal vez mediante un Intercambio? La sala quedó en silencio y Adam, que había sido distraído por las ondas de pelo de su compañera y estaba actualmente jugando con un fragante rizo del mismo, se dio cuenta de que muchos ojos caían sobre él. Sintió la rigidez de Jasmine bajo la atención, sintió como se erizaba de pronto bajo la expectativa implícita en el pensamiento de quienes la rodeaban. Silencio, pequeña Vampira, la calmó en voz baja. Las únicas expectativas que deben interesarte son las que se refieran a tu compañero Imprimado. Y si te has dado cuenta, no te he hecho ninguna demanda. ¿Y por qué es eso? Ella quiso saber, volviéndose para mirarlo a los ojos y despedir al resto de la habitación. Eres agresivo y posesivo. ¿Por qué no me exiges el Intercambio? Tú quieres que yo sea toda para ti entonces. No podría retroceder o alejarme. Estaremos unidos para siempre. Jasmine, ¿No has estado prestando atención? Nosotros estamos Imprimados. Estamos unidos para siempre. Nada más de lo que hagamos puede cambiar eso. La muerte es lo único que puede romper esta conexión. ― Pero soy un vampiro, ― ella dijo en voz baja, moviéndose lo suficientemente cerca como para que sus cuerpos se tocaran. ― ¿Qué te hace estar tan seguro de que será lo mismo para mí como para un Demonio? ― Mira cómo te inclinas hacia mí. Cómo me tocas. Incluso cuando tu mente está llena de dudas y resistencias pequeñas, todavía estás aquí. Aún conectada a mí. Vampiro o Demonio, no importa, Jasmine. Tú eres mía y yo soy tuyo. Y nada del pasado o el futuro podrán nunca borrar eso. Jasmine se separó de él, dio un paso atrás, incapaz de ayudar a la tentación de desafiar a la conexión, así como la mayor parte de ella se deleitaba con el entendimiento de que era suyo y que él había añadido más sentimiento y color a su vida en un solo día de lo que ella había conocido durante siglos. ― Perdónenme, ― dijo con voz entrecortada cuando salió tropezando de la reunión, con la bola de cristal aún en las manos.

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Adam la encontró en sus habitaciones sólo unos minutos más tarde, y se quedó, tan discretamente como podía un compañero Imprimado, en su puerta mientras ella se apoyaba en su comoda, haciendo girar la bola de cristal como un trompo en su superficie, una y otra vez. ― Estoy haciendo que se ponga violentamente enferma y que vomite sobre ella misma, ― dijo Jasmine con una pequeña mueca en los labios suaves. ― Me pregunto si aún siente el movimiento de su prisión, ― él dijo. ― No me lo estropees, ― ella insistió, dando a otro giro la bola. ― Más tarde, voy a hervirla en agua. ¿Cómo estás acerca de esto, Ruth? ¿Estás muy atrasada para la desinfección? ― Jasmine sonrió un poco ante la idea. ― Me gustaría ponerla en una autoclave5. Ahora, a esterilizar a la perra. ¿Tal vez ver cómo se siente tener a alguien que esterilizar te cambie?, ― le gritó a la pelota. ‑

― Creo que Syreena podría encontrar purificador quemar el talismán. ― Bueno, tal vez no lo haga. Tal vez yo crea que Ruth se escaparía demasiado fácil. ― Tal vez. Pero, ¿De qué serviría atormentarla ahora? ― ¿Quieres decir, además de hacerme feliz? ― ¿De verdad? ¿Te hace feliz? Ella se encogió de hombros. ― Tal vez. O tal vez simplemente me va a satisfacer un poco. Algo. ― Ella suspiró y, finalmente, levantó la vista hacia él. ― Todo ha cambiado. Todo en un solo día. He cogido mi ballena blanca. Estoy permanentemente pegada a ti. Ahora Damien y Syreena van a empezar a hacer bebés. ― Suspiró. ― Todo es diferente y me siento fuera de lugar. Adam se echó a reír, sacudiendo su gran cabeza peluda, sus ojos verdes encendidos de alegría. ― Creo que puedo decir con seguridad que sé cómo se siente. Aunque no sé lo que una ballena blanca tiene que ver con esto, puedo sentir empatía con tus sentimientos de desplazamiento. Jasmine tuvo que sonreír. ― Supongo que todo es relativo, ¿No? No hay nadie aquí que tenga más derecho a sentirse desplazado que tú. ― Levantó los ojos, el color malaquita6 de ellos increíblemente bello, un indicativo de lo enredados que estaban a un nivel espiritual y físico. Luego sus ojos de repente se ampliaron y sintió la idea de que lo que pasaba a través de su mente mucho antes de que llegara a sus labios. ‑

― No puedo responder a esa pregunta, ― él dijo a toda prisa. ― Pero como yo lo entiendo, ha habido una impronta de datos de otros inusuales Imprimados que cruzaron razas inesperadas. Cuando un Demonio y un druida se unen, el druida se vuelve físicamente dependiente de su compañero Demonio, a excepción de la unión de Demonio con Demonio, que

! Autoclave: esterilizador 5 ! Malaquita: es un mineral del grupo V (carbonatos) según la clasificación de 6 Strunz, de fórmula química Cu2CO3 (OH)2 (Dihidroxido de carbonato de cobre (II)). Posee un 57,0% de cobre. Su nombre viene del latín malachites, en alusión a su color. En la antigüedad era usada como colorante, pero hoy en día su uso es más bien como piedra semipreciosa.(NdT)

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no es el caso. Dime, ¿Qué de Elijah y la Reina de los Licántropos? ¿Es ella simbióticamente dependiente de él? ¿Si Elijah muere, ella se muere de hambre de energía? ― No lo sé. No creo siquiera que ellos lo sepan. Pero creo que ambos se dan cuenta de que ninguno de ellos sobreviviría por mucho tiempo sin el otro. Y sin embargo... Yo sobreviví a cuatro siglos sin ti... incluso después de que me hubieras tocado. ― Y sufriste por ello todo el tiempo, ― él dijo con gravedad. ― Tú misma lo dijiste. No es por falta de energía, sino porque desperté algo dentro de ti y no cumplí con la promesa de la misma. No fue sino hasta hoy. ― Hoy. Y hoy ha terminado. El sol está subiendo fuera de la ciudadela. Puedo sentirlo. El sueño tira de mí. ― Ella inclinó la cabeza. ― Tú tiras de mí. Tengo miedo de ser tirada de esa forma. Tu sangre se ha estado moviendo a través de mi cuerpo como... como... ― Ella no quería decir veneno. Ella no lo insultaría de esa manera. ― Al igual que el láudano, ― le suministró él. ― Pero nada tan duro o el embotador. Nada tan falso. En su lugar, es como si despertara todo. Cosas que no me había dado cuenta que estaban dormidas dentro de mí. Me siento... más fuerte. Esa batalla fue mucho más fácil para mí de lo que debería. Soy vieja y estoy fuerte, no cabe duda de que tengo ventajas que nunca tuve antes. Podía sentir las cosas. Anticipar las cosas. Creo que... creo que me has dado lo que te hace ser un buen cazador. Lo que te hace un Enfoncer. ― Eso no tiene nada que ver con mi sangre, yo creo, y más que ver con la manera en que nuestras mentes están conectadas. Podía sentirte a cada momento, y el instinto unió mis pensamientos a los suyos, te instó a actuar y reaccionar. Así como sentí lo mismo hacia ti. ― Él se trasladó a la sala, acercándose a su lado y pasando suavemente la punta de los dedos sobre la curva de su hombro. Luego tocó la herida en la frente que ya estaba cosida y curándose. ― Yo soy conocido por meterme en la cabeza de mi enemigo para deshacer sus sentidos. Ella se rió suavemente ante eso. Ella tocó el lugar donde sus dedos la habían rozado con suavidad. ― Me preguntaba de dónde salió eso. Y para ser honesto, descolmillar a un vampiro es similar a dar patadas a un hombre en las bolas. Los hombres no patean otros chicos en las bolas y los Vampiros no quitan los colmillos a otros Vampiros. ― Ah, bueno... tal vez que era un vestigio de mis instintos de combatir a los Vampiro. ― Famoso por descolmillar vampiros, ¿Verdad? ― En realidad, Jacob era el mejor en ello. Nunca lo admitiré ante él, pero perfeccioné mi técnica observándolo. ― ¿Jacob? ¿En serio? ― Ella parecía completamente aturdida. ― ¿El Señor Lo Hace Bien? ― Bueno, estabas dormida en la guerra, por lo que no sabías su reputación como un cazador de vampiros. Adam levantó una ceja. ― ¿Mi hermano es un hombre que hace mucho bien? ― Él es un purista de la ley. Por la paz. Por hacer lo correcto a toda costa. Es un milagro que alguna vez cruzara la línea y tomara a Bella como su compañera. Ellos fueron los primeros,

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ya sabes. Ellos tenían todo lo que el reglamento decía que no debería ocurrir. Pero él lo hizo. Esta cosa de Imprimarse... cambia a la gente, supongo. Adam podía sentir su pensamiento siguiente. Ella no quería ser cambiada y enredarse tanto con otra persona que se perdiera a sí misma. De la forma en que Damien se había sentido con Syreena. ― Pero ahora que lo miro, ― dijo en voz baja, ― la esencia de quién es él no ha cambiado. Él sigue siendo el gobernante fuerte, implacable, que siempre he conocido. Y sin embargo... también es más. Hay más profundidad a él. Más satisfacción. Más información... color. ― ¿No quieres el color?, ― él le preguntó, con el pulgar girando a la deriva contra su mejilla. Su piel era tan suave en contraste con sus callos tan duros. Tenía las manos de un espadachín y la piel de una dama. ― Sabes lo que quiero hacer, ― dijo ella. Jasmine, finalmente se volvió hacia él, abriendo su cuerpo al suyo, abriéndose a él en general. No es que tuviera mucho control sobre eso. El tirón de él fue increíble. Su mandíbula superior en realidad le dolía con el deseo de hundir sus dientes de nuevo en él. Quería probar ese sabor magnífico de nuevo, sentir ese placer extraordinario. Todo su cuerpo estaba caliente con el pensamiento de su sangre en la lengua. ― Yo estaré encantado de poder satisfacer tus antojos pequeña Vampira, ― él dijo sin aliento, como sus pensamientos y sentimientos se arremolinaran dentro de su cerebro. ― Pero tenía la esperanza de poder descubrir placeres más tradicionales. ― Adam deslizó los dedos por el costado de su cuello, su pulgar inclinándole la barbilla para que lo mirara a los ojos. Se detuvo un momento para poder pasar la mirada sobre sus curvas hermosas y su cara, el reconociendo lo rápido que se había convertido en familiar para él, en esencial para él. Vio cómo sus labios se curvaron en una serie de pequeñas sonrisas cuando ella lo dejó tome su tiempo en su estudio. ― Me gusta eso, ― él le dijo en voz baja, su aliento rozando la cresta de la frente un momento antes de que él dio un beso suave en él. ― ¿La forma en que sonrío? ― Preguntó ella. ― La forma en que sonríes porque sabes lo hermosa que eres. Disfrutas de tu poder sobre mis necesidades y mis sentidos. No hay duda de que has logrado bastante en el flirtreo, disfrutas de la forma en que juegas con los hombres. Ella hizo un ruido. ― Los seres humanos eran demasiado fáciles. Ni siquiera tuve que usar mi poder de Vampiro para persuadirlos y capturar sus mentes. Bueno, casi nunca. Algunos tenían, lo admito, una fuerza sorprendente y claridad mental. Eran aquellos que verdaderamente me contrataron. Yo nunca me rebaje, por supuesto. ― Por supuesto, ― él estuvo de acuerdo seriamente, aunque el humor seguía inundando su mente. ― Sin embargo, el juego era entretenido. Sus mentes eran sorprendentemente complejas. Para los humanos. Por supuesto, ellos todavía eran hombres y, al final, todo se disolvería en sus demandas por lo sexual. Exigencias a las que nunca cedí. ― ¿Y qué de mis demandas, pequeña Vampira? ― Adam empujó su pelo hacia atrás de su cuello en el lado derecho y se inclinó brevemente para pasar los labios y el calor de su aliento

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a lo largo de la longitud del mismo, desde la cima de su hombro hasta el punto justo por debajo de la oreja. ― ¿Qué se siente cuando pido cosas de ti que no estás acostumbrada a dar? Jasmine se estremeció, con las manos agarrando su ropa. La seda de su camisa hizo un sonido crujiente y ella abrió los ojos, recordando que había sido herido y había sangrado en gran medida en el tejido. Incluso ahora había bordes húmedos alrededor del agujero donde el clavo se había clavado. Las heridas de hierro no sanar bien en un demonio sin asistencia externa. Los objetos de hierro tienden a oxidarse, descascarándose en la herida, donde envenenaba y quemaba continuamente el Demonio. ― Necesitas un médico, ― ella le señaló. ― Tú necesitas hacer frente a mi pregunta, Jasmine. Debes darte cuenta de tus pensamientos antes de saltar lejos y tratar de volar cada vez que te sientas lo más mínimamente incomoda con la intimidad. Pero no tienes que escapar por más tiempo. Yo estoy en tu mente, dulce Jasmine. Mi sangre está en su cuerpo. No quiero que te sientas atrapada por este conocimiento. Quiero que lo abraces. Disfrutar del lujo en sí, al igual que una criatura que anhela placeres seductores lo acepta. ― Pero se trata de tanto... equipaje. ― Ella hizo un ruido frustrado incluso cuando inclinó la cabeza y le permitió viajar a lo largo de su cuello en la dirección opuesta. El cuello de un vampiro era una zona erógena importante. Era evidente que él se había dado cuenta de esto. Fue el conocimiento previo lo que le permitió explotar su debilidad, o ¿Era la de acceso no protegido que tenía en su cerebro? ― No. ― Él hizo un sonido duro con su lengua y agarró las riendas de su barbilla, obligándola a mirarlo. ― Esto no es como la violación mental que Ruth te hizo, y no voy a hacer que iguales las dos. Esto es algo con intenciones puras, emociones abiertas, y una reciprocidad que no causa daño alguno a cualquiera de nosotros. ― ¿Cómo puedes decir eso? Siempre serás una debilidad para mí ahora. Siempre estaré distraída por ti en una pelea... ― Y siempre serás fortalecida por mí en esa misma lucha. Te preocuparás por mí, y yo por ti, esto dará lugar a que cada uno de al otro las mejores fortalezas y habilidades. Así como lo hicimos hoy. Me equivoqué cuando asumí que Jacob se vio debilitado por su compañera. Cuando pensé que había fracasado con su deber cuando se trataba de Ruth. Ella era un enemigo extraordinario. Mira cómo nos llevó a su captura. ― Él extendió la mano y empujó la pelota. Jasmine la detuvo justo antes de que la dejara en el borde. ― No me siento debilitado por ti hoy, ― dijo Adam suavemente. ― Me di cuenta hoy que multiplica mis fuerzas. Lo sentía como un fuego en mi alma. Lo único con lo que arde con más fuerza es la forma en que ardo con la necesidad de ti. Podía ser amable con ella, comprensivo y reflexivo, en torno a sus inseguridades, pero su naturaleza y la de ella llamaban a un acercamiento más directo. Adam le puso una mano sobre su espalda y tiró de ella hacia él. Fue instantáneamente igual que la conexión de dos potentes imanes. El sonido que se le escapó fue bajo y primitivo, venía de un lugar en sí mismo con él que sólo estaba familiarizado durante el apogeo de la batalla. Pero aquí estaba, saltando entre ellos, crudo y feroz. Y Jasmine se hizo eco del sonido, la ferocidad de la necesidad implicaba una fortaleza en una parte de ella que ya era suya. Su mano enroscada en un puño, lo golpeó en el hombro, sin fuerza física real, pero lleno de protesta emocional. Odiaba que no poder controlar estas cosas dentro de ella, se sentía tan débil como él lo estaba, como los hombres que en el pasado habían sido débiles a sus manipulaciones y sus necesidades.

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― Busca la fuerza en ello, ― él le dijo. ― Ve la fuerza en ello. Él movió la boca contra la de ella, inhalando el aire exhalado de repente, tomando la satisfacción inconmensurable que le había provocado esa respiración. Él se afianzó en ella cuando sintió erizarse sus pensamientos. ¡Ella era la que se suponía que debía estar tomando satisfacción de las cosas que provocaba en los demás, y no al revés! ― Haz lo que mejor sabes hacer, ― se burló de ella. ― Hazme débil por ti. Muéstrame tu poder. Le tomó un minuto, pero la rigidez de su cuerpo poco a poco se alivió, una curva suavizada en su espina dorsal causando que su hermoso cuerpo se aferrara de una forma que no había pensado posible. Supo entonces que iba a sufrir muy bien para el desafío que había arrojado a sus pies. Jasmine inclinó la cabeza hacia atrás, dejando que su cabello cayera por detrás de los hombros, sobre la muñeca y el antebrazo que la habían capturado, dejando que el peso suave y liso del mismo le cosquilleara la piel y el cabello en su brazo. Ella exhaló ese aliento que tanto le complacía en todo un costado de la cara y por debajo de su pelo, el sonido de una burla placentera muy delicada en su oreja. Los movimientos eran tan simples y sin embargo tan complejos a la vez. Era el arte puro, tal vez porque él sentía que estaba menos en el desafío y más en darle placer de los impulsos que saltaban a través de sus pensamientos. Ella podría querer engañarse al pensar que era una batalla de ingenio y voluntad, pero sabía que era mucho más profundo que eso. Ella quería esto tanto como él lo hacía. Desde el momento en que había probado su sangre, desde el momento en que ella lo había conocido, si ella fuera clara y honesta con ella misma. Ella había querido sentir su abrazo durante cuatro siglos, había sentido su ausencia, como nunca había sentido otra cosa. Jasmine se había convertido en una experta en la represión de la necesidad, despidiéndose de su mundo cotidiano, empapándose en la amargura que dejaba atrás y sacaba de todos los varones menos que adecuados para se cruzaron en su camino desde entonces. Pero ya no había necesidad de nada de eso. Finalmente él estaba allí y ella sería capaz de volver a escribir todo lo que ella se había convertido. Pero a Jasmine le preocupaba de que hubiera pasado demasiado tiempo, demasiados años y demasiado dolor y tan privación que nunca para hacer volver a ser ella de nuevo. Ella temía no ser digna del destino de esta conexión que había caído sobre ellos. A pesar de todas esas dudas y temores, Jasmine dejó que sus manos se movieran lentamente por la fuerza masiva de sus brazos, viajando por sus hombros, donde continuó hacia su cuello. Sus dedos se movieron más allá de su cuello hasta que las puntas jugaron con el pulso prominente en su garganta. Tocar ese punto vital era como tener a alguien lamiendo su clítoris. Era estimulante más allá de toda razón, le que le hizo repentinamente mojarse con ansia y deseo. No había una sensación igual en el mundo, y ella nunca lo había experimentado antes. Ella no pudo resistirse alzarse sobre los dedos del pie y tocando con boca su pulso, con su lengua lamiendo de plano a lo largo de su longitud. Podía oler el calor de la vida y el despertar en él al momento y fue una combinación potente, el afrodisíaco Vampiro perfecto. Estaba un poco mareado por esto, por lo que se alejó brevemente para morder la oreja con la punta de los dientes frontales. La boca le dolió cuando sus colmillos hicieron una exigente aparición. Ellos sabían lo que querían, estuviera ella segura o no. El instinto y la necesidad la presionaron, volviéndola

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hambrienta a niveles físicos y espirituales. Unos niveles que nunca antes había experimentado. Había tal profundidad en la misma, tal dimensión de aturdimiento. Pero antes de que pudiera regresar a su garganta, él llevó la mano a su boca, cubriéndola y tirando hacia atrás para poder mirarla a los ojos. El color de jade se había velado por el apetito, y nunca había visto nada tan erótico y excitante en su vida. Si no hubiera sido ya duro desde la cercanía el mero hecho de su cuerpo, sin duda habría estado sólo mirándola a los ojos. ― Puedes alimentarte todo lo que quieras, después de darme de comer. Con eso agarró la parte inferior de la camisa y en un solo movimiento se la sacó por la cabeza. La dejó caer descuidadamente en el suelo, con los ojos y la atención en la Belleza de alabastro de sus hombros, sus pechos, y su diafragma. Ella era como una estatua que cobra vida, no sólo por lo frío y lo más esencial. Él cubría su espalda con las dos manos, haciéndolo comprender que ella era en realidad muy pequeña. Su vitalidad y su fuerza arrogante la hacían parecer mucho más grande de lo que era en realidad. Adam no estaba intimidado por esto. Él sabía que no había nada delicado o frágil en ella, y si él tomaba ese pensamiento por un segundo ella probablemente tendría el placer de probárselo dolorosamente de otra manera. Él no estaba de humor para su enemistad. Había tenido más que suficiente. Ahora estaba listo para la pureza de su pasión. Una pasión indomable. ― Dulce Destino, eres lo más hermoso que he visto jamás, ― sopló sobre su boca mientras ponía los labios a una pulgada de los suyos. ― Entonces miro de nuevo y luces aún más hermosa. Por otra parte, y me aturdes, me inundan con los impulsos y un deseo que no puedo controlar. No importa cuánto lo intente, no importa lo que quiero que mi mente haga, hace su propia voluntad en lo que a ti se refiere, tanto que ya no me conozco. Y sí, me asusta, también, ― admitió ante ella. ― O lo hacía. Es tan fácil para mí dar cuando significa que tendré mi boca por toda tu piel. Jasmine sintió que su cuerpo se derretía ante la necesidad que sus palabras introducían en su cerebro, y aún más profundo en su alma. Estaba en lo cierto. ¿Qué importaba más? Todo el forcejeo y la resistencia. ¿Por qué no dar el placer sublime que ella esperaba? Sus labios se separaron cuando él acercó su boca y la besó más profundamente de lo que nunca antes había hecho. Ella se dio cuenta de lo mucho que había perdido en el placer complejo de un beso. Pero otros no la habían satisfecho de esta manera. Ellos sólo la habían frustrado a punto de furia, obligándola a sacarlos de su vida por completo porque no estaban a la altura de lo que deberían ser. Esto era lo que debería ser. Caliente y húmeda y sensual hasta el punto que sus pensamientos desaparecieron y el pensarse hizo completamente imposible. No hubo ninguna parte de su cuerpo que fuera dejado al margen de su beso, ya que pasó de silvestre a sensual en la dinámica por turnos. Antes de que ella se diera cuenta, estaba desabrochando sus pantalones vaqueros y sacándoselos, pateándolos lejos para poder unir su piel a la suya. Pero él todavía estaba vestido, por lo que de inmediato comenzó a trabajar en su ropa. Se encontró con sus propias manos impacientes mientras la ayudaba en su tarea, pero ella estaba mucho más familiarizada con la forma de sus ropas, y él perdió la paciencia. Se volvió hacia el agua, echándosela en su cuerpo y la cara, corriendo a lo largo de la longitud de su pelo, la temperatura de él tan cálido como lo estaba su cuerpo.

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Jasmine apenas se dio cuenta de que colgada de las manos, se sentía líquida de y se aferraba a cada centímetro de su cuerpo. Ella lo sintió moverse por el interior de sus muslos, su cuerpo tembló cuando la humedad del agua de él juntó con la necesidad húmeda que su cuerpo había expulsado en respuesta a sus besos. La sensación era la misma, como si una boca suave y la lengua se arremolinaban a través de su carne, rozando su clítoris, mientras el resto de ella era acarició hasta que todos los nervios de su cuerpo se estimularon a la vez. Incapaz de soportar su peso, con sus piernas dobladas y encontraba de rodillas con Adam en continuo movimiento por encima de su piel y su cabello. Él deslizó el pelo desde la raíz a las puntas, y luego movió los extremos por la parte baja de la espalda, bajando sobre su parte trasera y toqueteando hábilmente el camino a través de cada grieta que pudiera encontrar antes de pasar sobre ella para hacer todo de nuevo. Jasmine había probado sólo unos instantes como este hace cuatrocientos años, pero aún así ella nunca había comprendido cuán abrumadoramente erótico y placentero podría ser tal cosa. Se encontró al borde de un orgasmo que apenas podía comprender. Ella lo sintió dentro de su cuerpo, lo sintió fluyendo de ella en un líquido penetrante que era engañosamente simple, pero no tenía nada de eso. Adam se echó hacia atrás y se solidificó en la carne ardiente de un hombre, sus sentidos inundados con todo lo que había descubierto en ella, y su duro eje enterrado profundamente dentro de ella. La alteración del agua en la carne era sencilla e impactante a la vez. Las manos de Adam tiraban hacia arriba sobre sus muslos, arriostrándolos, sentándola a horcajadas sobre él y empujando su erección mucho más profundo en ella. Jasmine se quedó sin aliento en una respiración difícil, agarrando sus hombros con todas sus fuerzas, sin querer tirar de la herida que había sufrido y hacerlo sangrar de nuevo. Pero por primera vez en su vida, Jasmine había encontrado una llamada mucho más convincente que el olor de la sangre fresca. Incluso más convincente que el olor de la sangre de su compañero. ¿Cuándo? ¿Oh, cuándo había sido la última vez que sintió tanto placer en la conexión física de su cuerpo con otro? Nunca. Oh, no. Ella lo admitió salvaje y libremente para sí misma. Ella acababa de llegar a casa. Había encontrado el lugar que siempre había estado buscando. Este, se dio cuenta, era el lugar que en el que siempre sería capaz de mantenerse. Esto mantendría su cuerpo en tierra. Esto haría que el mundo es un placer magnífico, irresistible, todos los días de su vida por venir. Jasmine tenía un duro e incomparable éxtasis. Adam sintió la felicidad en sus pensamientos, y lo invadió cuando él se sentía su propio sentido salvaje de haber llegado por fin a casa. Sintió el orgasmo golpeándolo como una tonelada de ladrillos y él no quería nada más que adentrarse en él, hacerles disfrutar tanto en su realización y que ellos eran sido, sencillamente, el uno para el otro. Como si lo hubieran sido todo en un momento dado, se hubieran separado, y se reunieron hoy de nuevo. Las lágrimas vinieron a sus ojos. En parte porque sabía lo importante lo que esta sensación de volver a casa iba a ser para él en el futuro, aprendiendo a adaptarse al nuevo mundo en el que se encontraba. Esto, lo sabía, sería lo que lo mantendría cuerdo, mantendría la nostalgia lejos, haría que su pérdida se sintiera menos y su fortuna parecería mucho más. ― Dulce Destino. Dulce, dulce fortuna. ¿Puede un hombre encontrar el amor en un solo día? ― Le preguntó, incluso cuando ella echó atrás la cabeza y gritó hacia el techo. Vio las lágrimas escapándose de las comisuras de sus ojos, haciéndolo feliz. Él quería darle ese placer otra vez. Y una vez más.

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La tensión encerrada en su cuerpo de repente en libertad y ella se relajó sobre él, con el torso como carne líquida contra el suyo. Se quedó sin un aliento que no necesitaba, con las manos alternativamente, agarrando los músculos de sus brazos, luego relajándose. ― ¿Es amor o solo predisposición genética loca?, ― Preguntó ella en voz baja. Él o había dado cuenta de que ella había oído su expresión no controlada. También se sorprendió de que ella estuviera tan tranquila al respecto. La idea del amor debía ser todo lo que ella más temía. ― Yo no le tengo miedo, ― le corrigió ella. ― Temo decepcionarme. Ella levantó la cabeza y lo miró a los ojos, entendiendo que el verde intenso que veía era un reflejo del suyo ahora, de más formas de las que podría pensar en ese momento. ― No tengo miedo, ― él se oyó decir, también sorprendido al decirlo. ― No, es cierto. La Impronta era un sueño lejano para mí. Tan distante que acabé asumiendo que nunca sucedería. Pero en el momento que entendí que me había sucedido, ya fuera con un Vampiro o una mota de polvo, comprendí que estaba destinado. Era para mí y sería bueno para mí. ― Me gusta eso, yo no soy mejor que una mota de polvo. ― Ella olfateó la idea, pero él sabía que ella estaba jugando. ― Tal vez deberías probarme lo contrario, ¿Eh? ― Adam se tiró hacia adelante, lanzándolos al suelo, golpeando su espalda con alfombra y su cuerpo bajo el suyo. ― Tal vez debería, ― ella estuvo de acuerdo. Luego, utilizando la fuerza de su cuerpo que lo empujó, revirtiendo sus posiciones sobre la alfombra. Se sentó sobre él, una fantástica y orgullosa mujer, más de lo que él jamás habría pedido, más de lo que jamás hubiera esperado. ― Sí, debes recordar que soy mejor que lo que un Demonio como tú merece, ― se burló de él. ― Guárdate tus burlas, pequeña Vampira. Yo soy tu única fuente para la cena esta noche. Me parece que no voy a darte de comer. ― ¿No? ― Ella movió su cuerpo en una pícara ondulación, montándolo con fuerza, enviando escalofríos de placer por todo su cuerpo. ― Pero tienes también apetitos poderosos. ¿Por qué no comer juntos? Él gimió, agarrándola por sus muslos largos y elegantes. ― Yo podría estar tan convencido, ― confesó en una exhalación en bruto. Jasmine sonrió. Él debería haber sabido sólo por la vuelta con aire satisfecho de sus labios que estaba tramando algo. Ella se levantó, dejándolo caer sin su calor y humedad, haciéndolo pronunciar un sonido claro de protesta, con las manos tratando alcanzarla antes de que pudiera escapar de él aún más. Pero ella no iba lejos. Sintió su aliento rozando su vientre mientras se reubicaba, su boca a la altura de su cintura, su lengua lanzándose de inmediato a lamer su longitud desde la punta hasta la base y luego cada vez más lentamente de nuevo. Las manos de Adam buscaron a ciegas en su cabello cuando sus ojos se cerraron de placer. Ella bajó la cabeza y lo tomó en la boca, inmediatamente cerrándola fuertemente para después chupaba con fuerza con su boca una y otra vez. Luego se relajó un poco, su saliva mojándolo cuando su lengua bailó sobre él provocándole oleadas de placer. Adam nunca había sentido nada igual. Estaba tan duro y enorme, crecía más por segundos... o así lo sentía. El deseo de correrse lo inundó considerablemente cuando estuvo en su interior. Sus manos en puños agarradas fuertemente a su pelo y de él salió un sonido áspero de necesidad.

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¡Te necesito! Y yo también, replicó ella. Y ese fue el momento en que sintió sus colmillos pasar a lo largo de su longitud. Ella lo mordió con fuerza. En cualquier otra circunstancia, Adam imaginó que su primer instinto hubiera sido salir de la habitación y luego acurrucarse como una pelota pequeña herido por su virilidad dañada. Pero esto no eran otras circunstancias. Esta era su compañera de Impronta, y su mordida había demostrado ser lo más cercano al nirvana que jamás había sentido. Él estalló en su boca, una mezcla de sangre y su esencia más primaria. Él se corrió de una manera que iba más allá de lo físico, el orgasmo arañando para subir por cada uno de sus vasos sanguíneos y nervios, todo de una sola vez. Bebió de él como si se le había negado la comida toda su vida y finalmente le dio la oportunidad de succionar. Sintió el placer inundarlo a través de su mente, sintió cómo a ella se le adormecía y vigorizaba todo al mismo tiempo. Entonces sintió que ella alcanzaba el umbral del placer y de la saciedad física. Se preparó para la segunda mordida, pero no estaba preparado para ello. Sintió que los coagulantes y los anticuerpos quemaban a través de él, pero era como un acto nuevo de felicidad en lugar de algo práctico y útil. Adam cayó de espaldas, con las manos dejaron el cabello y fueron por su cuenta. Tuvo que cerrar los ojos porque cuando miró hacia arriba, el techo de piedra grabada y los arcos de la habitación comenzaron a girar en torno a él, haciéndole sentir muy mareado y fuera de este mundo. Su lengua pasó por encima de él y sintió que la piel de su cuerpo se inmutaba. Todo era demasiado. Más que lo que cualquier criatura podría resistir. La impronta debe haber revoloteado por la cabeza de Jasmine, porque enseguida se alejó de él. Ubicó su cuerpo sobre su dura longitud y se dejó caer pesadamente sobre él. Ella se echó a reír en suaves estallidos de humor, moviéndose un poco aquí y allá, como una mujer que estaba profundamente en lo alto de su vida. ― ¿Sabes lo que más me gusta de todo esto? ― Le preguntó ella. ― ¿Hmm? –Gruñó él. ― Nunca vamos a tener relaciones sexuales aburridas. Nada entre nosotros será monótono o convencional. ― Eso espero, ― él estuvo de acuerdo. ― Así que... Supongo que esto es bastante bueno. No me importaría que lo fuera demasiado. Adam se echó a reír. ― Bueno, me reconforta. ― Estoy tratando de decir que acepto esta Impronta contigo, ― señaló. ― Me doy cuenta de eso, ― él dijo. No se molestó en señalar que ella realmente no tenía ninguna opción en la materia. Ya habían pasado por todo eso. Los dos estaban muy conscientes de ello. Esta era la manera de Jasmine de tomar el control de algo que simplemente no podía controlar. ― Me alegro. He decidido que realmente me gustas, Jasmine.

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― Dijiste que estabas enamorado, ― ella señaló. ― Y en menos de un día. ― Él abrió un ojo para ver cómo se veía con aire satisfecho, porque sin duda así sonaba. Ella estaba, obviamente, muy satisfecha de sí misma. ― Eso hice. Tengo que admitir, que encuentro tu irascible naturaleza, tus plumas, y tu tendencia a querer torturar a los que te rodean, bastante encantadora. Jasmine se rio de él. ― Es cierto. Yo soy todas esas cosas, ― dijo, sonando muy orgullosa de sí misma por ello. ― Pero también eres más sensible que lo que te interesa admitir a los demás, capaz de poner Bellaza en todas las cosas a tu alrededor, y ser leal a aquellos que han tenido la suerte de ganarla. Crees firmemente en el derecho moral, aunque tus métodos podrían no ser los apropiados. ― Él extendió la mano para empujar su cabello hacia atrás. ― Eres hermosa, sugerente, y nunca he encontrado mejor partido. ¿Dime como puedo resistirme al amor? Jasmine de repente se levantó y se alejó, desganchando su bata del gancho cerca de su propia vanidad y metiéndose dentro del tejido de felpa, atando el cinturón extraordinariamente fuerte. En el momento en que Adam se levantó le daba vueltas la bola de cristal una vez más, ocasionalmente interrumpiendo el estudio de la misma para echar un vistazo en el espejo por encima de la mesa. Sintió su inseguridad, su miedo, y las carreras de sus pensamientos. Adam vino a su lado, extendió la mano para acariciarle el rostro con una de sus grandes manos. A pesar de su resistencia, le hizo mirarlo. ― No voy a ocultar nada o mentir. No quiero hacerlo, ― le dijo en voz baja. ― No puede haber nada más que la verdad entre nosotros, incluso cuando queremos engañarnos a nosotros mismos. Se quedó sin aliento. ― Yo no te quiero, ― ella soltó, la declaración un poco más dolorosa de lo que había anticipado que sería. ― El amor llegará cuando estés lista para dejar que llegue, Jasmine. Pero sé que ya está aquí. ― ¡Basta! ¡Yo no te quiero! ― Ella cogió el balón con una mano y la arrojó tan fuerte como pudo. Lo cogió contra su esternón con un gruñido de dolor. Ella usó la acción de empujar más allá de él, para saltar a través del cristal ennegrecido de la ventana. ― ¡Jasmine! Gritó su nombre, corriendo tras ella, después de su inmersión, incluso antes de oír su grito. La luz del sol. En todas partes al mismo tiempo. La desesperación y el dolor emocional habían sobrepasado sus instintos, haciendo que ella olvidara que el sol estaba alto en el cielo. No había una nube a la vista, pero llegaron cuando se desplomó detrás de ella, cayendo a una velocidad vertiginosa desde la gran altura masiva de las murallas de la ciudadela. Las nubes llegaron con más velocidad de lo que había conseguido nunca, pero no lo suficientemente rápido para evitar que su piel y su pelo estallaran en llamas. Extendió las dos manos, sabiendo que no podía agarrarla, pero dispuesto a hacer algo. Cualquier cosa.

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Y de pronto sintió una fuente de agua aparecer delante de él. Jasmine, sin embargo, más para Jasmine. El fuego a lo largo de su cuerpo se apagó cuando su piel se volvió líquida, lanzando gotitas detrás de él. Cayó al suelo, Jasmine en primer lugar, en una violenta salpicadura de agua, y luego Adam, de la misma manera. Pero Adam sabía retroceder en una forma coherente y Jasmine no, así que tuvo que recoger todas las moléculas de agua en que se había convertido, y poco a poco, con sus brazos alrededor de ella, la reformó en lo que ella debía ser. Su pelo estaba quemado, su piel, también, pero ella era Jasmine de nuevo. Jasmine su compañera. Jasmine la bella. Jasmine la Vampira. Jasmine, que podría convertirse en Agua. Las nubes mantenían lejos el sol, la lluvia que caía la mantenía en calma y la protegía de forma que la llevó a la entrada más cercana de la ciudadela y, finalmente, fue capaz de refugiarla detrás de una puerta. Ella estaba gimiendo de dolor, demasiado débil para poder mantenerse en pie, tambaleándose mientras trataba de evitar el contacto con ella al principio. Sin embargo, se dio por vencido, volviendo al agua y envolviéndose alrededor de ella como una camisa de refrigeración, de protección. Él la impulsó, la ayudó a fortalecerse y guiar sus pasos. Él no quería cambiar su forma, mientras estuviera herida y dañada así, sin saber que más daño podía hacerle. Cuando los demonios estaban heridos, cambiando su cohesión molecular podrían causarse un gran daño. Él encontró un baño cerca, la condujo hacia él, y, llenando la bañera, la sumergió en el agua. La bañera era ancha y profunda, lo que le daba la oportunidad de flotar libre de los lados duros y fríos. ― Voy a sanar, ― ella dijo con voz ronca, la voz quemada por las llamas que habían sido tragadas por su garganta mientras ella gritaba. ― Sé que lo harás. Yo sé que se necesita mucho más tiempo que un par de minutos en el sol para matar a un Vampiro. Se trata de... es una de las mejores maneras de torturar a un Vampiro. Ponerlo en el sol y dejar que se inmole por horas. ― Y tú sabes bien la técnica, ― gruñó ella. ― ¿Cómo puedes amar algo que odiabas desde hace tantos años? ― Ella quiso saber. Adam se dio cuenta de que no era porque dudaba de sus sentimientos. Quería saber cómo se las había arreglado para cambiarse a sí mismo en tan poco tiempo. Quería saber si alguna vez iba a ser capaz de cambiar. ― Para mí no se trata de Vampiro o Demonio. No cuando se trata de ti. Nunca lo fue. Traté de contener mi odio arraigado por tu clase una y otra vez. No era por un Vampiro que estaba sintiendo amor. Era Jasmine, ― le dijo en voz, lavando sus dedos, convirtiéndose en agua, contra de su templo. ― Siempre fue Jasmine. Y una vez que me di cuenta de que nunca podría satisfacer mis prejuicios preconcebidos, esos prejuicios tuvieron que desaparecer. Ellos fueron diseñados para adaptarse a todos los Vampiros. Todos los Vampiros eran esto. Todos los Vampiros eran eso. Pero no eran nada de eso, así que aprendí que no podía seguir haciendo esas suposiciones que abarcaban a los de tu clase. Me hizo darme cuenta lo mucho que había estado trabajando durante algún tiempo para aferrarme a esas suposiciones. Así que dime, pequeña Vampira, ¿qué estás tratando arduamente de mantenerte en que no encajo correctamente? Jasmine volvió la cara, se dejó absorber tranquilamente por el agua durante un largo minuto. Él sintió el efecto fantasma de sus pensamientos corriendo violentamente hacia atrás y adelante en su mente.

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― Las emociones siempre me han decepcionado, ― ella dijo al fin, su voz ya sonaba más suave. Había perdido las cejas y las pestañas, y su cabello se estaba rompiendo en el agua. ― Durante quinientos años he querido sentir más de lo que hacía, pero nunca había cambiado. No importaba lo que yo buscara, como lo intentara. Así que me di por vencida. Yo sólo... me di por vencida. Luego, Damien me dijo que había encontrado la respuesta. Pero, ¿cómo pudo hacerlo?, ― Exigió airadamente. ― Yo ya lo había cancelado. Todo había terminado. Y yo no podía correr el riesgo de que pudiera estar equivocado. Es evidente que el amor estaba trabajando en él, pero ¿Qué garantías tenía yo que iba a funcionar lo mismo para mí? Dijiste que yo estaba celosa de Syreena? Yo no lo estaba, ― ella dijo en voz baja. ― Estabas celosa de Damien, ― se dio cuenta Adam suavemente. Jasmine se echó a llorar, con la mano tratando de cubrir su rostro, pero su rostro era demasiado sensible al tacto. Ella se quedó cruda y expuesta en más de un sentido. Adam se metió en el baño y la rodeó con suavidad, combinándose con el agua a su alrededor para lavarla tiernamente. Sin embargo, dejó sus hombros, el pecho, el cuello y el conjunto, dándole un punto de fuerza para mantenerse en el. Tocó con los dedos su rostro, absorbiendo toda lágrima salada tan pronto como caía por lo que no tendría la oportunidad de su picarle. ― Jasmine, ― le susurró al oído silenciosamente. ― Yo no voy a dejar que lleves mi amor, tu amor, y todas esas emociones brillantes que finalmente sientes lejos de ti. Estamos todos aquí para quedarnos. Necesitas darte permiso para disfrutar de ellos. Has esperado mucho tiempo por ellos. ― Él tomó aliento. ― Lo sé. Yo sé que te fuiste una vez. Pero si lo hubiera sabido... ― Todavía habrías ido a salvar a tu hermano, ― ella dijo. ― Y ni tú ni yo sabremos cuántas vidas habrían cambiado al hacerlo, Adam. ― Ruth se ha ido. Derrotada al fin. Creo que estoy contento de haber sufrido una vida monótona durante unos pocos siglos en vez de considerar las posibilidades. ¿Puedes imaginar lo que hubiera sido si, dentro de diez años, Jacob hubiera muerto en manos de Ruth? ¿Veinte años? ¿Te imaginas el poder de Ruth habría ganado con Nico vivo a su lado? ¿Las personas a las que habría hecho daño? ― Vi los ojos de esa chica, Adam, ― dijo Jasmine en voz baja. ― Estaba muerta por dentro. Ella era... Parecía que había esperado cuatrocientos años sólo para sentir un momento de la vida de la manera a la que estaba destinada a hacerse sentir. Se dio la vuelta en su abrazo acuoso a mirándolo. ― Debería tomar esa lección en mi corazón, ― ella dijo. ― El presente es tan precioso. No se debe perder. ¡Oh, Dios mío, mira lo que casi hice! ― Se llevó la mano a la cara quemada, tocando la rugosidad de una mejilla en la necesidad de preparación. El detalle, la dimensión de la misma, la realidad de ello, hizo ampliar su pecho de emoción. ― Nunca quisiste hacerte daño, ― él dijo, que cubre la mano que yacía contra ella. ― Sólo correr lejos. ― Nunca en mi larga vida he perdido el rastro del sol. ¿Cómo es eso posible? ― El miedo puede cegarnos de muchas cosas. Al igual que los prejuicios pueden. Yo podría haberte matado el momento en que nos conocimos. Tú habrías destruido mi corazón sin darte cuenta. ― Esto me hace preguntarme ¿Cuántos de nosotros han hecho lo mismo? Todos estos años de varias guerras entre sí. ¿Cuántos Nightwalkers han destruido su propia felicidad en

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nombre de algo tan tonto como las guerras o el aburrimiento, o leyes, o las docenas de otros tipos de tonterías que hemos puesto en nuestro camino? ― ¿Diez? ¿Un centenar? ¿Miles? Nunca podremos saber sobre el pasado. Sólo ir al futuro. ― Sí, ― suspiró ella, tirando de él hacia su boca, ― vamos a hacer eso. Vamos a ir hacia el futuro, Adam. Adam sonrió, tocó sus labios con suavidad, y le dio un ligero cabeceo.

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Epilogo! Traducido por Achlys

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Corregido por

W! indsong estaba en el prado, dejando que el viento soplara sobre su cuerpo, a través de su pelo y rozara sus oídos, el sonido de su propia clase especial de música. Harrier se sentó en una roca a poca distancia, manteniendo un ojo en ella. Él apenas la dejaba fuera de su vista, desde que Damien la había regresado a Brise Lumineuse. Su secuestro había reforzado enormemente los temores del pueblo acerca de los extraños y dejar que otros entraran en su ámbito. Ellos tontamente pensaban que si mantenían la cabeza baja, todo estaría bien. Sin embargo, Windsong creía que los Mistral sólo se estaban destruyendo a sí mismos con su paranoia y su miedo. Su aislamiento les impedía socializar incluso con otros Mistral. Sus tasas de natalidad estaban casi en un punto muerto. Windsong ni siquiera podía recordar la última vez que un par de Mistral intercambiaron votos. Se habían convertido en una familia. Harrier saltó fuera de su roca y se acercó a ella, la brisa le alborotaba su hermoso pelo, haciendo ver lo guapo que era y que sería una vergüenza si él nunca se aventuraba y se buscaba una novia, nunca se encontraría a alguien para hacer hermosos bebés. Y eso ni siquiera teniendo en cuenta el extraordinario don de su voz. El mundo sufriría una gran pérdida si ese regalo nunca pasara a las generaciones posteriores. Pero al igual que ella, lo sabía, Harrier creía que los Mistral se dirigían a su erradicación en el futuro. Al menos, eso era lo que había sentido antes de su captura. Se preguntó si el miedo había sido revivido en su interior. Si su punto de vista ha cambiado. ― Harri, somos los más antiguos de nuestra especie. Somos responsables del futuro de nuestro pueblo. Ya lo sabes, ¿Verdad? ― Siempre lo he sabido, ― él estuvo de acuerdo, sentado junto a ella y dando pasando un brazo sobre sus hombros. ― También he sabido siempre que ves el futuro con más claridad que cualquier otra persona que conozco. Yo creo... parte de mí cree que te dejaste capturar, Windsong, a fin de lograr que ciertas cosas pasaran. Me resulta difícil creer que no tenías la visión de ese encuentro. ― No del todo, ― se protegió ella. ― Nada estaba tan claro para mí. Pero he visto muchas otras cosas. Veo otras maneras en las que es necesaria mi intervención. ― Ella le sonrió suavemente. ― Mi felicidad personal... pasarán algunos años antes de llegar a ese punto. Pero

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tú y algunos otros, Lyric y su pequeña amiga Thrush, nunca encontrarás tu futuro si sigues escondiéndote del mundo. Ninguno de nosotros lo hará. ― Los habitantes del pueblo no van a creer eso. Están aferrados en sus caminos. Tienen miedo. Windsong lo miró a los ojos con firmeza. ― Entonces tengo que encontrar una manera de romper el miedo. Harrier asintió. ― Si alguien puede, y tú lo lograrás, es el amor.

***! Jacob estaba vagando por las cavernas a corta distancia de donde Bella estaba descansando y recuperándose. Sólo que ella no era completamente su Bella todavía. Ella estaba consciente, y estaba mejorando cada día, pero era como si hubiera sufrido una lesión cerebral traumática. Sus palabras eran lentas y difíciles, sus pensamientos estaban desarticulados. Tenía pesadillas horribles causadas por la infusión del mal y de energía mágica contaminada que había tomado sobre sí misma. La conexión mental telepática que habían creado juntos cuando se habían Imprimado estaba en silencio. Gideon dijo que iba a sanar en el tiempo, y que todo volvería a la normalidad un día. Ella iba a dormir en paz, lo reprendía en su cabeza, la unidad y armonía que fluía entre ellos poco a poco iria volviendo a ellos. Ella sólo necesitaba tiempo para sanar. Sanar de una manera en que las impresionantes habilidades médicas de Gideon y los poderes del cuerpo simplemente no podían lograr. ― La mente y el cerebro humano son muy complejos, ― Legna había dicho cuando él había tratado de recurrir a ella para pedir ayudar. ― Puedo trabajar con ella para ayudarla a traerla a su tiempo, pero este trauma sólo puede curarse a sí mismo en su propio tiempo. No se adhiere a nuestros horarios impacientes, no va a plegarse a nuestros deseos desesperados por ver su vuelta a la normalidad. Tiene sus propios métodos, y muchas veces esos son los mejores métodos. Si nos apresuramos a su espalda, podría causar más daño que bien. Isabella es la druida más compleja y más poderosa de su tiempo. Su poder no conoce igual y, hasta ahora, no conoce fronteras reales. Todo lo que ella experimenta parece hacerla crecer en fuerza casi a un ritmo exponencial. Yo sólo puedo creer que cuando regrese de este trauma será ella misma y más de lo que era antes. No te preocupes, Jacob. Creo firmemente que ella está en su camino de regreso a ti. Jacob también lo sintió. Al principio no. Le había costado casi una semana de ver su tartamudeo y tartamudear a su manera a través de más simple de las penas, teniendo dificultad para recordar quién era, quien era su hija, antes de que él viera por último, la pequeña luz de esperanza que había estado buscando. ― ¿V… vino l…la n…niña a v…verme?

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― Su nombre es Leah, ― Jacob le recordó suavemente por lo que era la enésima vez esa noche. ― Y sí, ella vino a verte. Pero estabas durmiendo. Ella está fuera jugando con los niños Licántropos. ¿Quiere que te la traiga? ― N… no. D…déjala d…divertirse. Jacob asintió, sentado a su lado en la cama con un cepillo en la mano. ― Voy a cepillar algunos de los enredos de tu cabello, ― dijo en voz baja. ― B…ueno. ― Ella se inclinó hacia delante, sacudiendo su cuerpo mientras ella trataba de corregir el equilibrio y controlar sus movimientos. Luego apoyó la mejilla en su hombro y sintió que ella cerró los ojos. Le cepilló el pelo en silencio, necesitando unos momentos de calma, un momento en el que ella no estuviera luchando por todo lo que hacía. ― A…Asher, ― dijo en voz baja. Era curioso escuchar el nombre de su padre en sus labios. No se había dado cuenta de que sabía los nombres de sus padres. Se echó hacia atrás y alzó la barbilla para que pudiera ver en sus ojos. ― ¿Qué fue eso, pequeña flor? ― Le preguntó. ― A…Asher. P…para el n…niño. ― Cerró los ojos y negó con la cabeza un poco, claramente se obligó a hacerlo bien. ― El b…bebé. N…nuestro hijo. Y allí estaba ella. Bella. Su Bella. En sus ojos y en ese momento de lucha obstinada de su camino, vio a su esposa, su espíritu, por primera vez en días. Las lágrimas habían llegado rápidamente, y se había visto obligado a trabajar duro para mantener el control de ellas. Él no la dejaría ver su miedo, incluso cuando la reacción fuera de alivio ante ese miedo. ― Es un buen nombre. Un nombre fuerte, ― dijo. Ella asintió. Un gesto suave y decisivo. Y por lo que habían nombrado a su hijo. Ahora, en la soledad de la caverna, con nada más que las paredes grabadas que lo rodeaban, se permitió exhalar un suspiro entrecortado, se apoyó contra una de esas paredes. ― Jake. Jake. Él no había dejado que nadie en cuatrocientos años lo llamara así. Honestamente, Adam había sido el único al que alguna vez había dejado llamarlo Jake. Había sido especial. Personal. Una conexión que había significado que Adam era el hermano mayor y Jacob el más joven. Adam era el protector y mentor, y Jacob el protegido y el cuidado. No había disfrutado del beneficio y la comodidad de las cosas desde el día en que Adam había muerto. Desaparecido. Se lo habían quitado. ― Adam. ― Jacob abrió los ojos y volvió la cabeza para mirar a su hermano. Era como una visión. O tal vez una alucinación. El Adam que conocía, grande y poderoso, llenado el espacio en las cavernas cerradas sólo con la energía de su presencia. Sólo que se había metido en ropa moderna, había más cabello en la parte superior de la cabeza y corto contra su cuello. Estaba increíblemente aseado. Jacob se echó a reír. ― Mi hermano metrosexual. Nunca lo hubiera imaginado.

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Adam levantó una ceja. ― Espero que eso no fuera un insulto. Eres mayor que yo y sin duda más hábil, pero no tengo ninguna duda de que puedo hacerte caer. No voy a tolerar que me faltes el respeto. Jacob tuvo que sonreír. ― Es cierto. Yo soy en realidad el hermano mayor ahora. ― La idea le hizo gracia. Pero no por mucho tiempo. ― Prefiero no serlo, ― dijo con gravedad. ― Yo... ― se detuvo. Él no iba a perder tiempo o energía en desear cosas que simplemente no podían ser. ― Yo siento que tengo que pedir disculpas. En primer lugar por mi hija y lo que ella te hizo. Fue egoísta y muy injusto para ti. ― Y, sin embargo, ― dijo Adam, ― salvó incontables vidas. Protegido un número de inocentes, incluyendo a Noah y su Reina. Si yo no hubiera estado aquí, yo no podría haber jugado un papel crucial en la captura de Ruth. Y tu hija me trajo a este momento, este perfecto tiempo, donde pude reclamar a una Vampira como mi compañera de Impronta. ― Una Vampiro... ― Jacob lo miró boquiabierto. ― ¿Una Vampiro? ― Jasmine y yo estamos Imprimados. Algo que nunca habría sido aceptado. ― Jasmine. ― Jacob espetó con incredulidad, interrumpiendo a su hermano. ― ¿Jasmine? Adam ladeó la cabeza y miró a su hermano con los ojos entrecerrados. ― ¿Hay algo mal con Jasmine?, ― preguntó con frialdad. ― Yo... eh... no, ― dijo Jacob con prudencia. ― Me gusta mucho Jasmine. Ella es una luchadora fuerte y es tenazmente leal a Damien. Ella se ha hecho buena comandante de la Red de Sensores de Nightwalkers. Ella... ― Él miró a su hermano, levantando las cejas con un poco de sorpresa. ― Ella es más bien, en gran cantidad, como tú en esos aspectos. ― Creo que voy a tomar eso como un cumplido, ― dijo Adam con una sonrisita de suficiencia. ― Disfrútalo. Dudo que tengas mucho más para mí, ― le disparó Jacob. Y al igual que antes, cuatro siglos se desvanecieron para Jacob. Era como si estuvieran de pie alrededor del anillo de la práctica de nuevo, y comerciando con púas. Como si el tiempo no hubiera pasado. Adam sonrió y suspiró, mirando a su hermano a través de las pestañas bajas. ― ¿Fue muy duro para ti? ¿Tal como has dicho? Ya sea con la intención de dejarte el trabajo o no... Se convirtió en tuyo. Y sé muy bien el peso de ese manto. Cuan pesado puede ser. Y más al heredarlo, de tal manera, y cuando nunca aspirabas a eso... Sólo puedo imaginar lo difícil que debe haber sido para ti. Jacob tomó aliento y lo dejó escapar lentamente mientras lo miraba a sus verdes ojos que recordaba tan seguro como que él sabía su nombre. ― Yo estaba solo, Adam. Muy solo. Lo peor de todo no era tanto ser obligado a convertirme en Enfoncer, sino que me estaba convirtiendo en Enfoncer sin el beneficio de tu orientación. Perdí a mi hermano. Yo no podía entender lo que había sucedido. Yo buscaba respuestas, pero no había nadie que las tuvieras. Jacob se encogió de hombros.

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― Nada de eso importa ahora. Tengo mis respuestas y tengo a mi hermano. Me equivoqué al arremeter contra ti. Me equivoqué al no sentir nada excepto agradecimiento de que estés aquí. Jacob tomó la mano de Adam. Su hermano la agarró y lo atrajo hacia sí. Adam abrazó a Jacob con el amor y fuerza, con el cariño, que probablemente no le hubiera mostrado hace cuatro siglos. Pero la semana pasada con Jasmine le había enseñado mucho acerca de la exposición de sus emociones y reconocerlas de forma rápida, porque no se sabía si iba a tener la oportunidad de hacerlo nunca más. ― Ven, ― dijo Jacob con el primer sentido real de lo correcto que había sentido en días, ― hay alguien que quiero que conozcas. Jacob sacó una curiosa expresión de Adam el tiempo suficiente para llevarlo de regreso a la habitación de Bella. Adam vio a la mujer de su hermano, al parecer consciente y alerta. Una mujer atractivo con una capa de pelo rojo rizado estaba sentada en la cama al lado de ella. Ella y el hombre que estaba a su lado lo miraron al unísono cuando él entró. Era la viva imagen de Jacob. Un poco menos corpulento, tal vez... pero no había duda de la sangre que corría por sus venas. ― Adam, ― dijo Jacob. ― Quiero que conozcas a tu hermano, Kane.

!

Fin!

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Agradecimientos! Moderadoras: Gracias a todas las chicas que participaron y trabajaron en este proyecto, costo pero salió, ! Gracias sobre todo por acompañarnos y por formar parte de:!

! ! ! ! ! ! ! ! Traductoras: Achlys,

Mdf30y, Tae, Ariel, Arisa, Kyra, UsaguiSama,! Correctoras: Tabitha y Maia ! Correctora general: Rhyss! Diseño:

! !

183!


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