La Magia de lo Reciclable. Constructing with Containers. Arquitectura Viva 178. Energy Matters

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ArquitecturaViva 178. 10/2015

Luis Fernández-Galiano · Sébastien Marot · Eduardo Prieto · William W. Braham Basquiat’s Pop Primitivism · Banksy’s Dismaland · DOSSIER: CONTAINERS

Energy Matters Building, Thermodynamics, Climate


Arquitectura Viva.com 178. 10/2015 Energía Director Editor Luis Fernández-Galiano Director adjunto Deputy Editor José Yuste Redacción Layout/Editorial Cuca Flores Eduardo Prieto Laura F. Suárez Miguel Fernández-Galiano Maite Báguena Raquel Vázquez Pablo Canga Miguel de la Ossa Alicia Gutiérrez Mar Pérez-Ayala Alba Carballal Coordinación Coordination Laura Mulas Gina Cariño Producción Production Laura González Jesús Pascual Administración Administration Francisco Soler Suscripciones Subscriptions Lola González Distribución Distribution Mar Rodríguez Publicidad Advertising Cecilia Rodríguez Teresa Maza Editor Publisher Arquitectura Viva SL Aniceto Marinas, 32 E-28008 Madrid Tel: (+34) 915 487 317 Fax: (+34) 915 488 191 AV@ArquitecturaViva.com Precio Price 15 euros © Arquitectura Viva Esta revista recibió una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2015

Depósito legal: M. 17.043/1988 ISSN: 0214-1256 Distribución en quioscos: Logintegral Impresión: Artes Gráficas Palermo, S.L. Cubierta: Imagen procedente del Vitruvio de G. A. Rusconi, publicado en Venecia en 1590. Traducciones: E. Prieto (Marot, Braham, Fernández-Galiano), A. Carballal (Jardonnet); L. Mulas, G. Cariño (inglés). Nota Note: El texto de Marot es un extracto del publicado originalmente en Fireplace (Marsilio, 2014); el de Braham procede de Architecture and Systems Ecology (Routledge, 2015); el de Jardonnet, ‘Dismaland, le paradis perdu de Banksy’, apareció por primera vez en Le Monde (24/08/2015).

En breve. Los refugiados ponen en jaque la cohesión de la Unión Europea; el CSCAE concede su Medalla a la Fundación Arquia, la Fundación Arquitectura y Sociedad y a las ETSA de Barcelona y Madrid; Dominique Perrault recibe el Praemium Imperiale; el Museo ICO de Madrid inaugura una muestra sobre David Chipperfield; el CaixaForum presenta una retrospectiva de Alvar Aalto; y Diller Scofidio + Renfro terminan su museo en Los Ángeles. Del fuego a la sostenibilidad. Al calor de las exigencias medioambientales y de los debates sobre la sostenibilidad, la energía se ha convertido en uno de los grandes temas de la arquitectura. Pero, lejos de ser un asunto novedoso, la reflexión sobre el fuego, el sol y el medioambiente ha estado desde siempre en la disciplina. Aquí se presentan cinco ensayos que dan cuenta del poliédrico tema de la energía desde perspectivas complementarias: Luis Fernández-Galiano presenta el debate contemporáneo sobre la sostenibilidad como una reedición de las viejas polémicas de la década de 1970, y avisa del riesgo de repetir los mismos errores que se cometieron entonces; Sébastien Marot glosa a los téoricos del siglo XX que hicieron de la energía el argumento principal de sus reflexiones; Eduardo Prieto presenta las corrientes que hoy exploran la ‘estética de la energía’, y advierte de los peligros de recaer en un nuevo funcionalismo, el medioambiental; William W. Braham explica los factores que deben tenerse en cuenta en el cálculo real del coste energético de los edificios; y Fernández-Galiano comenta la bibliografía fundamental acerca de la relación entre la arquitectura y el clima.

5 Actualidad Esperando a los bárbaros Medallas CSCAE Perrault, Praemium Imperiale Lo esencial de Chipperfield El Mago del Norte Diller Scofidio: Broad Museum Luis Fernández-Galiano 13 Memorias termodinámicas Lecciones del pasado Sébastien Marot 16 Fuegos domesticados Cuatro teorías energéticas Eduardo Prieto 30 ¿Una estética de la energía? A vueltas con la sostenibilidad William W. Braham 44 De la exergía a la entropía Construcción, flujos, moneda Luis Fernández-Galiano 52 Climas arquitectónicos Una bibliografía ambiental

Arte / Cultura Contraculturales. Mientras el Museo Guggenheim de Bilbao inauguraba una gran retrospectiva temática sobre Jean-Michel Basquiat —cuya obra conjuga negritud, primitivismo, pop y contracultura—, Banksy abría las puertas de su no menos contracultural proyecto, Dismaland, un parque de atracciones distópico y efímero situado en un pueblo del sur de Inglaterra.

Fotografía y arquitectura. La reseña de Luis Fernández-Galiano sobre la importancia de los contenedores de transporte en el mundo globalizado se acompaña con otras tres que dan cuenta de la relación entre fotografía y arquitectura a través de sendos eventos: la muestra de William J. R. Curtis en Granada; y las expos ‘Construyendo mundos’ y ‘Mirar la arquitectura’ en Madrid.

57 Julia Ramírez Primitivismo pop Basquiat, una retrospectiva 62 Emmanuelle Jardonnet Paraíso perdido La distopía de Dismaland 69 Libros El mundo en una caja Paisajes mentales Miradas objetivas Técnica y aura Recibidos

Técnica / Construcción Dossier Contenedores. Con su grandes prestaciones mecánicas, su modulación implacable, su coste reducido y su extensa vida útil, los contenedores de transporte internacional pueden llegar a ser los componentes principales de un edificio. Juan Manuel Rojas lo explica en un artículo que se acompaña con tres ejemplos: la Sede de Unionkul por Arcgency, en Copenhague, con su pabellón formado por un acopio de containers; el centro de visitantes del Tony’s Organic Farm en Shanghái, construido con contenedores despojados parcialmente de paredes, de Playze Architects; y la Platoon Kunsthalle en Berlín, por Graft Brandlab, una rigurosa matriz de elementos apilados. Para terminar, la arquitecta y project manager Aurora Galán presenta algunas de las claves de la gestión profesional de proyectos.

76 Juan Manuel Rojas La magia de lo reciclable Tres casos Arcgency Sede de Unionkul, Copenhague Playze Architects Centro de visitantes, Shanghái Graft Brandlab Platoon Kunsthalle, Berlín Productos 96 Aurora Galán La gestión toma el mando


178. 10/2015 Energy Matters 5 News Waiting for the Barbarians CSCAE Medals Perrault, Praemium Imperiale Chipperfield’s ‘Essentials’ Magician of the North Diller Scofidio: Broad Museum Luis Fernández-Galiano 13 Thermodynamic Memories Lessons from the Past Sébastien Marot 16 Domesticated Fires Four Energy Theories Eduardo Prieto 30 An Aesthetic of Energy? Mulling over Sustainability William W. Braham 44 From Exergy to Entropy Building, Flows, Currency Luis Fernández-Galiano 52 Architectural Climates An Environmental Bibliography

In Short. The current tide of war refugees is a colossal challenge to the cohesion of the EU; the CSCAE Medal goes to the Fundación Arquia, the Fundación Arquitectura y Sociedad, and to the ETSAs of Barcelona and Madrid; Dominique Perrault receives the Praemium Imperiale; the ICO Museum in Madrid opens an exhibition on David Chipperfield; the CaixaForum presents a retrospective on Alvar Aalto; and Diller Scofidio + Renfro complete their museum in Los Angeles.

From Fire to Sustainability. In the heat of environmental demands and of ongoing debates on sustainability, energy has become a leading theme in architecture. But far from being a new issue, the reflection on fire, sun, and environment has always been an inherent part of the discipline. Here five essays take stock of the multifaceted theme of energy from complementary angles: Luis Fernández-Galiano describes the contemporary sustainability debate as a rehashing of controversies of the 1970s, and warns on the danger of repeating the mistakes made then; Sébastien Marot comments on the 20th-century theorists who made energy the main point of their reflections; Eduardo Prieto discusses the currents now being explored by ‘energy aesthetics’ and draws attention to the risks of succumbing to a new kind of functionalism, an environmental one; William W. Braham explains the factors that must be taken into account in any real calculation of the energy cost of buildings; and Fernández-Galiano presents the fundamental bibliography on the relationship between architecture and climate. Art / Culture

57 Julia Ramírez Pop Primitivism Basquiat, A Retrospective 62 Emmanuelle Jardonnet Paradise Lost The Dystopia of Dismaland

Counterculturals. While the Guggenheim Museum of Bilbao inaugurated

69 Books Global Boxes Mental Landscapes Objective Views Technique and Aura Publications Received

Photography and Architecture. A book review by Luis Fernández-

a major retrospective on Jean-Michel Basquiat, whose work speaks of blackness, primitivism, pop, and counterculture, Banksy opened the gates of his no less countercultural project, Dismaland, a dystopic ephemeral amusement park set in a southern English town. Galiano addresses the importance of shipping containers in the globalized world, and three other texts look at the relationship between photography and architecture through two events: William J. R. Curtis’s exhibition in Granada, and ‘Building Worlds’ and ‘Looking at Architecture’ in Madrid.

Technique / Construction 76 Juan Manuel Rojas The Magic of the Recyclable Three Cases Arcgency Unionkul Offices, Copenhagen Playze Architects Reception Center, Shanghai Graft Brandlab Platoon Kunsthalle, Berlin Products 96 Aurora Galán Management Takes Command

Dossier: Containers. With its mechanical features, its implacable modular make-up, its low cost, and also its long useful life, international transport containers can well be made to serve as main components of buildings. Juan Manuel Rojas explains how in an article which is followed by three examples: first the Unionkul headquarters by Arcgency in Copenhagen, a pavilion formed by a sequence of shipping containers; then the welcome center of Tony’s Organic Farm in Shanghai, carried out with recycled containers by Playze Architects; and finally the Platoon Kunsthalle in Berlin by Graft Brandlab, a rigorous matrix of stacked elements.

To close, the architect and project manager Aurora Galán presents some of the keys to the professional management of projects.


Dossier Contenedores


La magia de lo reciclable Construction with Containers

nARCHITECTS, My Micro NY Project, New York (2015)

Port of Rotterdam. Netherlands (2012) © Daiy Overview

Juan Manuel Rojas Un apilamiento casual de contenedores hace soñar a muchos arquitectos con edificios. Es como el juego de ver siluetas reconocibles en los contornos de las nubes. Esto sólo no justifica la edificación con contenedores, pero este tipo de edificios puede ofrecer soluciones válidas en determinados casos al tener cualidades que le aportan valor más allá de las modas. Es obvio que la arquitectura con contenedores reutilizados es sostenible, reciclada y reciclable. Desde una industrialización realista, reduce drásticamente la huella ecológica de la construcción al incidir con sencillez sobre el más grave problema a medio plazo de la humanidad: el binomio recursos-residuos. Además, al tratarse de un material amortizado y por tanto de bajo precio, puede reducir considerablemente el coste de la edificación. Desde estas premisas, sería posible realizar todo un edificio público con el presupuesto de la maqueta de proyectos estrella. También se trata de una construcción ligera, desmontable, transportable de forma estándar, que ahorra tiempo de ejecución y por tanto recursos humanos y económicos. Debido a su modularidad, genera asimismo una arquitectura fácilmente ampliable y por tanto edificios adaptables, perfectibles, es decir, ‘inteligentes’. Pero no olvidemos que los contenedores son sólo cajas muy bien hechas para mercancías. A la gente no le gusta que la metan en cajas por muy sostenibles o económicas que sean, y menos que la traten como a mercancías. Por tanto, los contenedores constituyen un magnífico material, pero por sí solos resultan insuficientes para crear espacios adaptados a las necesidades humanas. Jaime Gaztelu, de James & Mau, cuya obra con contenedores es apasionada, explica bien esta idea: nada de arquitectura de subsistencia. Se trata de dar más espacio, más diseño, más sensaciones, pero manteniendo un precio asequible gracias a la construcción con contenedores. Se trata de dar realmente ‘más por menos’.

Los contenedores tampoco resuelven por sí solos problemas urbanos. En nuestras ciudades existen muchas construcciones modulares industrializadas (contenedores o no) con vocación de arquitectura de emergencia y que por ello sólo remiten a la catástrofe: casetas de obras aparcadas de cualquier forma; aularios de los que los alumnos sólo piensan en escapar; realojo transitorio prolongado durante décadas en viviendas incapaces de resistir el paso del tiempo. ¿La arquitectura temporal tiene que ser necesariamente un fracaso urbano? De una forma muy personal, la obra de Santiago Cirujeda contesta esta pregunta, creando intervenciones efímeras y propositivas al servicio del ciudadano que aprovechan oportunidades urbanas temporales. ¿Qué necesitamos entonces para convertir la construcción con contenedores en verdadera arquitectura de contenedores? Necesitamos la magia. La magia de la que hablamos la hemos experimentado todos y es la que permite al niño convertir la caja del juguete en una nave espacial. En el caso de la arquitectura de contenedores y de una forma quizá más sofisticada, uno puede ver el edificio, distinguir que se trata de contenedores, pero notar que esas cajas no están sólo pensadas para contener mercancías. Son espacios habitables, interesantes, que se relacionan con el paisaje, que exceden sus límites. Son palacios, rascacielos, catedrales hechas para el hombre y no para las cosas. Se trata de respetar la integridad e inteligencia de la gente proponiéndoles un juego donde la memoria y la imaginación son protagonistas. Esta magia, que es la de la arquitectura, exige el buen conocimiento del material para poder manipularlo aprovechando sus propiedades al máximo. La rigidez estructural del contenedor es probablemente una de las cualidades diferenciadoras con respecto a otros módulos ligeros de edificación y que sólo se explica por su origen no arquitectónico. Para la mayoría de edificios sería exagerado

A casual stacking of containers makes many architects think of buildings. It’s like the game of spotting figures in the shapes of clouds. This leads not only to erecting buildings with containers, but to seeing container buildings as a source of solutions for certain cases, having, as they do, attributes transcending fashions. Obviously, architecture made of used containers is sustainable, recycled, and recyclable. It drastically reduces the ecological footprint of construction by naturally addressing humanity’s most serious medium-term problem: the resource-residue binomial. Moreover, because the material is already amortized and therefore cheap, construction costs are reduced considerably. By these premises it would be possible to raise an entire public building on the budget of the model of one of those big projects. And this is a lightweight construction, collapsible and transportable by standard means, saving time in execution and therefore also human resources and money. Finally, because it is modular, it is easy to enlarge, adapt, perfect. In short, it is ‘intelligent.’ But let’s not forget that containers are really just very well-made boxes

meant for merchandise. People don’t like being put in boxes, however sustainable and economical they are, let alone being treated like goods. So containers make great material, but in themselves are insufficient for creating spaces adapted to human needs. Jaime Gaztelu of James & Mau, a practice which works enthusiastically with containers, explains the idea well: down with architecture of subsistence. On the contrary, give more space, more design, more sensations, but with affordable prices, thanks to construction with containers. That is, to truly give ‘more with less.’ Neither can containers solve urban problems on their own. Our cities have many industrialized modular constructions (containers or not) thought out as emergency architectures and therefore associated with catastrophes: workers’ huts set up in any manner, classrooms pupils only think of getting out of, temporary relocation prolonged for decades in dwellings hard put to withstand the passage of time. Does temporary architecture really have to be an urban fiasco? In a very personal way, the work of Santiago Cirujeda answers this question through ephemeral structures for

MVRDV, Cancer Centre Amsterdam, Netherlands (2006)

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PKMN Architectures, Innopia Medialab Centre, San Sebastián (2009-10)

diseñar un módulo de sólo 4 toneladas de peso y capaz de resistir 30 toneladas de carga, implicando una capacidad de más de 1 tonelada por metro cuadrado. A su lado, los módulos metálicos convencionales de edificación parecen frágiles juguetes. Además, su durabilidad y nobleza le permiten envejecer mejor. Incluso el óxido del acero cortén con el que está fabricado protege las cualidades mecánicas del material.

© Jesús Granada

Mecanos diversos Con un humilde presupuesto, Hombre de Piedra junto a Buró 4, realizaron la Terminal de Cruceros en el Puerto de Sevilla donde 6 de los contenedores se colocaron volados 3,6 metros para recibir a los pasajeros. En este ejemplo, la propia estructura tridimensional del contenedor —al funcionar toda su altura como canto útil—, permie resolver fácilmente lo que en la construcción convencional sería un verdadero alarde. De hecho, hubiera sido más costoso transformarlos, cortarlos para que se alinearan a ras de fachada. Se procuró así usar contenedores completos para evitar cortes del módulo, que hubieran encarecido el edificio. ¿Limitación o posibilidad? Depende

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si aceptamos el juego que el material propone. En este caso proyectar con maquetas de los módulos completos es lo más eficaz, y da al arquitecto la sensación de volver a la infancia y jugar con piezas de Lego. La gran rigidez de los contenedores se puede comprobar asimismo en la tienda Freitag de Spillmann Eischle Arkitecten, donde 9 contenedores se colocan de forma casi inverosímil, uno encima de otro, para constituir, más que una tienda de moda, un auténtico rascacielos-mirador sobre el paisaje urbano de Zúrich. De forma complementaria, el exceso de rigidez de los contenedores permite recortar sus paredes, y modificar controladamente su estructura. Esto hace posible cualificarlos mediante la creación de relaciones con el exterior o la vinculación de varios módulos mediante huecos para configurar un espacio mayor. En este sentido, tanto por economía como por sostenibilidad y coherencia, resulta importante contar con la estructura original del contenedor. Por tanto, estas operaciones no deben disminuir en tal medida su capacidad portante que obligue a diseñar otra estructura suplementaria más allá de pequeños refuerzos.

Usando una sucesión de contenedores ahuecados pero conservando su protagonismo estructural, en la Terminal de Cruceros de Sevilla se consiguió una gran amplitud interior. El juego rítmico de dobles alturas y luz natural permitió sugerir la sensación de profundidad deseada en un espacio con fuerte carácter arquitectónico. Por su parte, en las oficinas Made to be Moved de Arcgency en Dinamarca, también se consigue un estupendo espacio con otra estrategia: los contenedores construyen un grueso perímetro capaz de configurar un amplio vacío interior. La misma peculiaridad estructural con los que están diseñados los contenedores permite apoyarlos sobre sus cuatro conectores inferiores o suspenderlos por los cuatro superiores sin que hacerlo de uno u otro modo suponga ninguna diferencia. Aparte de los beneficios lógicos de transporte y montaje de las piezas, esta cualidad permitió a Churtichaga y de la Quadra Salcedo en su Pier 57 Interim Project de Nueva York suspender 36 contenedores creando un efecto que ellos mismos definen de ‘alfombra mágica’... Hablemos ahora de los juegos de-

percepción Recordemos los puntos de contacto imposibles de Alejandro de la Sota en los huecos de la facha da de su Gobernación Civil de Tarra gona, escondiendo los cantos de for jado tras los petos. /a potente geo metría y color de los contenedores se prestan bien a dinámicas y llamati vas composiciones neoplasticistas.

En la Terminal de Sevilla, con su fondo de escena historicista, se deci dió QR OODPDU la atención en el paisaje del Guadalquivir. De ahí la estrategia basada en la percepción en la que se repitió con los contenedores el monótono ritmo de pilones del muelle para pasar más desapercibidos, como si se tratase de una blanca infraestructura portuaria más. Evidentemente los contenedores también se prestan muy bien a ello subrayando su naturaleza industrial en la repetición. De hecho, la gente suele comentar al contemplar la Terminal que no distinguen bien el edificio de lejos, pero que cuando se acercan les sorprende. En cuanto a los plazos de construcción, el caso de la Terminal de Cruceros de Sevilla también resulta sintomático: se realizó casi íntegra en taller y el montaje in situ duró 15 días. Respondiendo a su promesa de adaptabilidad a nuevas necesidades, el mismo equipo anterior de Hombre de Piedra junto a Buró4, trabaja ahora en su ampliación, para duplicar la superficie original y mejorar sus prestaciones. La construcción con contenedores puede ser, en definitiva, un paso para esa arquitectura de lo necesario que reclamaba Vladímir Tatlin. Pero también puede poseer la magia que la haga tan habitable como interesante, además de contextualizada o extraordinaria. Basta recordar que, en una reciente entrevista realizada por Fernández-Galiano, Norman Foster sostenía que de los tres recursos fundamentales en la creación de un edificio, el dinero, el tiempo y la energía creativa, sólo éste último determina la calidad del producto final.


© Platoon Cultural Development.

La gran ventaja de los contenedores es su gran rigidez y resistencia mecánica, lo que permite manipularlos con mucha libertad, colocándolos en imposibles voladizos, apilándolos, volteándolos o recortando su paredes.

The big advantage of containers is their rigidity and mechanical resistance, allowing manipulation with a lot of freedom: positioned in impossible cantilevers, stacked, turned over, or cut in the walls.

citizen use which make the most of temporary urban opportunities. So what is needed for construction with containers to become a true architecture of containers? Magic. Of the kind we all have experienced. It’s the magic that enables the child to turn the toy box into a spacecraft. In the case of architecture of containers, and in a more sophisticated way, one sees the building, can tell that it’s made of containers, but notes that the boxes are not thought out to contain only merchandise. These are spaces that can be inhabited, interesting ones that interact with the landscape and exceed its limits. They are palaces, skyscrapers, cathedrals made for persons, not things. The idea is to respect the integrity and intelligence of people by giving them a game where memory and imagination play a leading role. This magic, the magic of architecture, requires knowledge of the material. Only in this way can its properties be made the most of, and manipulated. The structural rigidity of the container is probably one of the qualities that differentiate it from other light modular construction systems, and it can only be explained by its non-architectural origin. For most buildings it would be excessive to design a module weighing only 4 tons and able to take a load of 30, implying a capacity of over 1 ton per square meter. On the side, the conventional metallic modules look like flimsy toys. And because the metal is durable and noble, they age better. The actual rust of the core-ten steel they are made of protects the material’s mechanical qualities. Diverse Meccanos On a modest budget, Hombre de Piedra and Buró4 together built the cruiser terminal at the port of Seville with six containers cantilevering all of 3.6 meters to receive passengers. In this example, what in conventional building would be a feat was easily possible thanks to the container’s actual three-dimensional structure and the fact that its entire height worked as a useful thickness.

In fact it would have been more costly to transform them, to cut them so that they were flush with the facade. So efforts were made to use complete containers, avoiding the need to cut up the modules, which would have made the building expensive. Limitation or opportunity? It depends on whether or not we accept the play that the material proposes. In this case the most efficient thing is to design with models of complete modules, which gives the architect the feeling of going back to his childhood of playing with Lego pieces. The great rigidness of containers is also evident in the Freitag store of Spillmann Eischle Arkitecten, where new containers are arranged almost implausibly, one atop another, to build an authentic skyscraper-lookout over the urban landscape of Zurich, more than a fashion store. Complementarily, the excessive rigidity of the containers makes it is possible to cut the walls, modifying their structures in a controlled way. They can then be given character through the creation of relationships with the exterior or the linking of several modules through openings forming larger spaces. As much to economize as to address sustainability and coherence criteria, it is important to rely on the container’s original structure. These operations should not diminish their capacity to bear loads and make it necessary to design supplementary structures beyond small reinforcements. Using a succession of empty containers but maintaining their structural importance, greater interior breadth was achieved in the Seville cruiser terminal. The rhythmic play of double heights and natural light created the desired sense of depth in a space of strong architectural character. As for the Made to be Moved offices by Arcagency in Denmark, here, too, a splendid space is achieved, using a different strategy: the containers form a thick perimeter capable of shaping a large space inside. The same structural peculiarity of the designs of the containers makes it possible to rest them on their four

© Josémaría de Chrutichaga

GRAFT BrandLab, Platoon Kunsthalle, Berlin (2012)

Churtichaga + Quadra-Salcedo, Pier 57, New York (2013)

lower connectors or suspend them from the four upper ones, without it making a difference whether one or the other. Besides the logical advantages in transporting and assembling pieces, this quality enabled Churtichaga and De la Quadra Salcedo, in their Pier 57 Interim Project in New York, to suspend 36 containers and create an effect that they themselves define as ‘magic carpet’… Again the word magic. Let’s now talk about the perception games involved in the magic of manipulating containers, and remember the impossible contact points of Alejandro de la Sota in the openings of the facade of his regional government headquarters in Tarragona, with the edges of the slabs hidden behind the parapet. Moreover, the powerful geometry and color of the containers lend themselves well to dynamic and attractive neoplastic compositions. In the Seville terminal, with its historicist background, it was decided that attention should be drawn to the Guadalquivir landscape. This explains the perception-based strategy of having the containers echo the monotonous rhythm of stacks on the dock, and thus go unnoticed, like just another port infrastructure.

Obviously the containers lend themselves to this very well, emphasizing their industrial nature in the repetition. People contemplating the terminal remark that they do not distinguish the building from afar, but are amazed by it when they approach. As for construction timetables, the Seville cruiser terminal is symptomatic as well. It was constructed almost entirely in the plant, and assembly on the site took fifteen days. In keeping with its promise to make the building adaptable to new needs, the same team of Hombre de Piedra in collaboration with Buró4 is now working on an enlargement, doubling the original floor area and improving the facilities. Building with containers, in sum, can be a step toward the architecture of the necessary that Tatlin called for. But they can also have the magic to make them not only inhabitable but also interesting, besides contextualized and extraordinary. Suffice it to remember a recent interview conducted by Luis Fernández-Galiano where Norman Foster held that of the three main resources in the creation of a building, namely money, time, and creative energy, only the latter is determinant on the quality of the final product.

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