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Primavera del 98, el surgimiento de Hora Cero

El país buscaba resolver la crisis de paz y el entonces presidente Ernesto Zedillo, que tenía una sana distancia del PRI que lo llevó al poder, recién había cesado al secretario de Gobernación Emilio Chuayffet.

El estado cargaba con la responsabilidad de la masacre de Acteal, que dejó unas 45 personas asesinadas por un grupo paramilitar de uso 60 sujetos, quienes acribillaron, incluso por la espalda, a niños, mujeres, algunas embarazadas y hombres de diversas edades que oraban en una ermita de Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó. Chuayffet pagó con su cese la barbarie, pero no fue a juicio.

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Algunas notas de por aquellos días rezaban: Encuentran 82 indocumentados en doble fondo de tráiler de carga/ Washington envía mil soldados a la frontera (por el problema migratorio) / Vinculan a Raúl Salinas de Gortari con narcos/ México, sexto lugar en corrupción (de 52 países)/ Celebra PRI 69 aniversario/ Penales de Tamaulipas, primer lugar en fugas/ Aguda crisis en proceso de paz/ Si pierde el PRI las elecciones en el 2000, pierde México: Zedillo.

Les recuerdo, era el umbral de la primavera de 1998.

En la Arena Coliseo de Reynosa el cartel anunciaba en la lucha estelar a: Atlantis, Parka y Súper Porky v.s. El Yuma, Máscara Año 200 y Halcón de Oro, mientras que en la Arena Juba, Mil Máscaras, Tinieblas Jr. Y el Zorro se enfrentarían a Dandy, Pantera del Ring y The Panther.

En el box, en el Auditorio Reynosa (cerca de la Plaza de Toros) los combates entre Toro Vicencio y J.L. Bedolla, así como el de Rocky Montoya y Pancho Dueñas despertaban expectación. Mientras que en la Plaza Monumental se harían los honores a 6 Matancillas, siendo Alfredo Gómez, José Daniel y Alberto Espinosa “El Cuate” los principales toreros.

Los editorialistas de la época, Carlos Ramírez, Miguel Ángel Granados Chapa y hasta Armando Fuentes Aguirre hablaban de las posibilidades de que la oposición de derecha ganará las elección presidenciales que serían dentro de dos años.

Andrés Manuel López Obrador dirigía entonces el PRD, que alistaba la tercer candidatura consecutiva del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia del país. No se ría, pero por aquellos días Layda Sansores, senadora, ex candidata al gobierno de Campeche, denunciaba espionaje por parte del entonces gobernador campechano Antonio González Curi. Todo indicaba que era cierta la versión de la entonces perredista.

En los multicinemas de Reynosa y en los Cinemark las películas del momento eran: Titanic, Justicia Roja, con Richard Gere; Se lo que Hicieron el Verano Pasado y Tierra de Policías. El súper Blanquita ofrecías en sus ofertas: tomate saldet 2.30 pesos, aguacate hass 7.40, papa blanca 5.70, cebolla amarilla 6.90, plátano tabasco 4.35, mientras la pierna y muslo de pollo estaba a 9.95 y el litro de aceite en 9.70.

Por aquellos días el Gran premier del Hotel Mirage ofrecía el buffete desayuno en 35 pesos y en 45 el de comida. En la Terraza San José se anunciaba con bombo y platillos a Los Reyes Locos, para bailar hasta el amanecer y “El monstruo del ragge, Big Boy” estaba anunciado en la Plaza Las Américas, en vivo y a todo color.

Así estaba Reynosa por aquellos días, con todo eso, y ávida de un nuevo periodismo.

Heriberto Deándar Robinson, entonces un joven empresario tenía un plan bien armado y decidió lanzarse al mercado, con el nuevo concepto de periodismo de investigación en ejemplar tabloide y gratuito.

Vanguardista, al fin, innovó en el periodismo norestense, haciendo eco a nivel regional y nacional.

En el surgimiento sumó al periodista Héctor Hugo Jiménez y a un gran equipo de jóvenes que hoy a la vuelta de los años, hemos madurado, porque amablemente fui invitado al equipo al que siempre he pertenecido, este o no forma presencial.

De aquella primavera del 98 a esta que está por llegar del 2023 han pasado infinidad de sucesos. Hora Cero ha desenmascarado a políticos corruptos, ha incidido y presionado en actos de justicia, ha investigado y descubierto infinidad de tropelías, ha escrito infinidad de historias y ha acompañado a los reynosenses, tamaulipecos y neoloneses y gente del Valle de Texas en las crónicas de sus entornos.

Hora Cero ha hecho historia y la sigue haciendo.v

POR HORACIO NÁJERA TORONTO, CANADÁ

Un domingo reciente conocí a Gustavo, un taxista mexicano que por su forma de vestir era evidente que tenía muy pocos días de haber llegado a Canadá. Sin una chamarra ni calzado adecuados para protegerse del invierno en el Este del país, el inmigrante yucateco me contó que decidió abandonarlo todo para buscar una mejor oportunidad de vida. Gustavo es uno de los miles, si, miles de mexicanos que tras la reapertura de la frontera después de la pandemia están llegando a Canadá; la mayoría lo hacen aprovechando el acuerdo migratorio en el que no se requiere visa, solamente se necesita tramitar en línea una autorización electrónica de viaje (ETA). De acuerdo a estadísticas Canadá, solo en diciembre del 2022 se reportó que 49 mil ciudadanos mexicanos ingresaron al país, más del doble de los 22 mil que habían entrado en diciembre del 2021. Después de vivir 14 años en este país puedo decir que las dinámicas de migración de mexicanos a Canadá se dividen en tres grandes grupos: los que migran por trabajo, los que migran por estudios y los que migran por seguridad. Por lo menos una o dos veces por semana, en charlas telefónicas con mis padres me comentan que en periódicos de Monterrey aparece publicidad en la que se anima e invita a mexicanos a que emigren a Canadá con la promesa de un renovado sueño de progreso. De forma ordenada, miles de trabajadores agrícolas temporales vienen y van cada año. De forma irregular, muchos vienen como turistas y se suman a la economía subterránea que se alimenta con trabajos en limpieza y construcción particularmente en grandes ciudades como Vancouver, Toronto, Calgary o Montreal.

Gustavo es uno de los que entró como turista. En Yucatán contrató a una “agencia de viajes”, una de muchas que operan en todo el país, que más bien son organizaciones de tráfico de personas que ya tienen montada una infraestructura ilegal en Canadá, en la que les ofrecen “servicios” como vivienda y contactos para empleo sin necesidad de contar con la autorización migratoria adecuada. En varias ocasiones, las autoridades locales han detectado que una vez que los migrantes llegan al país son sujetos a abusos de parte de quienes los reciben.

En noviembre del año pasado, un ciudadano mexicano denunció ante la policía en los suburbios de Toronto los maltratos que recibió por parte de un grupo de personas que los mantenían hacinados en condiciones insalubres, los obligaban a trabajar largas jornadas en granjas, bodegas y fábricas con sueldos miserables, además de sufrir vejaciones que incluso llegaron a los ataques sexuales en contra de migrantes femeninas. La investigación, llamada “proyecto norte”, se extendió por varios meses y culminó el ocho de febrero con redadas en tres ciudades en las que se rescataron 64 ciudadanos mexicanos en condiciones de explotación. Cinco personas, tres mexicanos y dos canadienses, fueron arrestados y enfrentan 44 cargos crimina-

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