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El arte de cuatro mexicanos en ‘Hasta que los cantos broten’
Por Irma Idalia Cerda
Cuatro artistas mexicanos presentan sus respectivas obras cuya propuesta reflexiona y a la vez genera un diálogo sobre cosmovisiones, la tecnología, la violencia social, por mencionar algunos conceptos que se abordan en “Hasta que los cantos broten”, la muestra que se exhibe desde el pasado 4 de marzo en la planta alta de la Nave Generadores del Parque Fundidora.
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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) en coordinación con Conarte, traen a Monterrey esta exposición que representó a México en la pasada 59ª Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, Italia, en 2022.
“Hasta que los cantos broten”, título que proviene de un poema náhuatl, evoca símbolos ancestrales, pero también recurre a la tecnología moderna para crear su propia narrativa, resultado de cada trabajo de Mariana Castillo Deball, Naomi Rincón Gallardo, Fernando Palma y Santiago Borja.
Catalina Lozano y Mauricio Marcín estuvieron a cargo de la curaduría de este proyecto que tiene como objetivo afirmar una visión amplia y diversa de la noción de tecnología, liberada del determinismo mecanicista y reconociendo las prácticas ancestrales, identificadas hoy en día como “artesanía”, “rituales” o “arte popular” como formas avanzadas y efectivas de negociación entre diferentes dominios de experiencia y campos de conocimiento.
La pieza que recibe al visitante en el segundo piso de la Nave Generadores es “Talel (2022) “que realizó en colaboración con tejedores de EL Camino de los Altos, y es una instalación que se compone con 23 tejidas en telar de cintura con lana de borrego, cabello humano, madera, fibras naturales, carrizo, hilos de poliéster y algodón, fragmentos de ropa, entre otros materiales.
En la siguiente sala se encuentran el resto de las obras; la videoinstalación “Soneto de Alimañas (2022”” de Naomi Rincón Gallardo, el “Calendar Fall Away (2022)”, de Mariana Castillo Deball y Tetzahuitl (2019), de Fernando Palma. Ranas, un murciélago, un alacrán y una ser piente, son los protagonistas de la videoinstalación de Rincón Gallardo que a modo de denuncia presenta un escenario decadente de la naturaleza y del hábitat.
“El trabajo que estoy presentando se llama Soneto de Alimañas, y es un trabajo de video acompañado de utilería hecha a mano y es una fabulación que retoma algunas figuras míticas mesoamericanas relacionadas con la noche, con la muerte y con el infra mundo y va enterando algunas narrativas tanto míticas como relacionadas con situaciones necro políticas y en esta narrativa se encuentran estos personajes que son alimañas.
“Las alimañas son esas criaturas indeseables o basureables y creo que estamos presenciando momentos donde se va expandiendo la precarización de las condiciones que sostienen nuestras existencias como humanos, pero también la de las otras especies y se encuentran todos estos personajes indeseables para tratar de buscar lazos complicidades, solidaridad para reclamar la vitalidad”, expresó.
Una danza mecatrónica de 23 vestidos de niñas es producto de una investigación que realizó Fernando Palma con la pieza “Tetzahuitl” que alude a los 43 desaparecidos de Atyozinapa.
“La pieza la empecé a laborar unos 20 años atrás y he ido agregando vestidos porque de alguna manera la pieza no estaba lista, al adquirir conocimientos de electrónica uno va intentando ser más ambicioso con el trabajo
“Originalmente funcionaba con un motor de DC de corriente directa que los hacía subir y bajar, pero con los motores que ahora tiene son tipo CNC y entonces es como una máquina robótica con la que se pueden modificar los tiempos, las distancias, las velocidades y por eso se puede orquestar”, explicó Palma.
Y en el espacio destinado a esta muestra, destaca un calendario en el piso, que es la obra de Mariana Castillo Deball.
“Calendar Fall Away, la traducción sería la caída o el abismo del calendario, es una pieza de madera, un pavimento que está grabado con una serie de dibujos, y parte de estos dibujos vienen de esta idea de este calendario que se colapsa.
“Este calendario tiene una serpiente que se abre y se empiezan a caer todos los símbolos que pertenece al calendario mesoamericano, pero que también se combina con otros elementos de la época colonial, entonces digamos que tiene su origen en este momento violento de la Conquista de México”, refirió Mariana Castillo.
Mauricio Marcín, uno de los curadores, leyó en la inauguración de esta exposición, unas líneas del poema náhuatl en el que se tomó el título “Hasta que los cantos broten”.
“Temilotzin, un guerrero tlatelolca escribió hace más de 500 años un poema, el único poema que sobrevivió de los que se supone que había escrito; les leeré cuatro líneas de la traducción que Miguel León Portilla hizo del poema.
“Con cantos circundo a la comunidad, la haré entrar al palacio, ahí todos estaremos, hasta que nos hayamos ido a la región de los muertos, así nos habremos dado en préstamo los unos a los otros. Me pongo de pie, forjaré cantos, haré que los cantos broten, para vosotros, amigos nuestros, he venido a hacer amigos aquí.
“De alguna forma este proyecto colectivo intenta manifestar el deseo de que esas resistencias, esas otras formas de hacer vida que se oponen al modelo hegemónico que destruye sin piedad; y también es un homenaje a todos los seres que en distintas partes del mundo y de muy heterogéneas formas, resisten y luchan con dignidad”.
La exposición se presentará hasta el 25 de junio de 2023 en la Nave Generadores del Centro de las Artes de Conarte, ubicado al interior delParque Fundidora. Posteriormente se presentará en la Sala de Arte Público Siqueiros del INBAL en la Ciudad de México durante el segundo semestre del 2023. v