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Por: Alejandro Perticari

Los planteos de fertilización explican los rendimientos de cultivos y la evolución en la fertilidad de los suelos

Andrés Grasso1 y Martín Díaz-Zorita1,2 1Fertilizar AC 2Universidad Nacional de La Pampa

Es reconocida la importancia de la nutrición de las plantas para su crecimiento y rendimientos. También que el suelo es un actor de relevancia en este proceso y cómo ha disminuido su contribución a la producción en gran parte del área agropecuaria argentina. La fertilización de los cultivos de grano afecta tanto sobre los rendimientos en forma individual y acumulada en secuencias, como en la disponibilidad de nutrientes del suelo. Sin embargo, los planteos para el manejo de la fertilización no son generalizados ni uniformes atendiendo a diferencias en modelos y condiciones de producción.

El manejo implementado con mayor frecuencia en la región muestra actualmente que el área fertilizada en cultivos de

cereales supera al 85% del área cultivada, mientras que en el caso de culti-

vos de soja es inferior al 70%. Además, las dosis medias de fertilizantes aplicados también muestran diferencias entre cultivos y en todos los casos con aportes de nutrientes en cantidades inferiores a las extraídas en la producción de granos. Ni-

trógeno en cereales y fósforo son los elementos mayormente aplicados y en menor magnitud el azufre -mayormente aplicado en combinación con N o con P- (Grasso y Díaz-Zorita, 2018; Fertilizar AC, 2019).

Este manejo de la nutrición de los cultivos afecta los niveles de fertilidad de los suelos y genera brechas de rendimientos entre los diferentes planteos. Por ejemplo, abundantes estudios recientes de suelos bajo prácticas agropecuarias realizados por INTA y por Fertilizar AC, entre otros, muestran constante reducciones en los niveles extractables de fosforo. Esto a la vez indica la creciente frecuencia de sitios con limitaciones en este elemento para alcanzar una producción normal. La evolución del nivel de fósforo extractable de los suelos es un indicador del manejo de la nutrición fosfatada de los cultivos y del estado de fertilidad del suelo, dosis bajas de P generan mayores tasas de extracción del nutriente desde el suelo y en condiciones críticas una estricta limitante para la producción y, contrariamente, mayores dosis de P cuando se superan los requerimientos del cultivo aumentan la reposición de este nutriente en el suelo y la productividad. Por lo tanto, se espera que el manejo ade-

cuado de la nutrición integral de los cultivos mejore en forma directa y de magnitud significativa la producción agrícola además de mejorar los niveles de P en los suelos.

También a partir de los abundantes estudios de manejo de la nutrición de cultivos y secuencias de cultivos realizados localmente, sabemos que al implementar modelos de nutrición balanceada y pautas recomendadas de fertilización eficiente mejoran los rendimientos y los niveles de fertilidad de los suelos. Entre estas pautas de manejo se incluye el uso de indicadores de caracterización del sitio y la consideración de diferentes expectativas productivas. La consideración de estos elementos en forma integral permitiría, en proporciones variables según los cultivos considerados, explicar brechas entre los planteos de manejo de la nutrición con diferente frecuencia de aplicación. El objetivo

de este estudio de larga duración es cuantificar diferencias en producción y cambios en los niveles de fosforo extractable de los suelos según planteos contrastantes de manejo de la nutrición en condiciones agrícolas representativas de la región pampeana.

»Desarrollo

Desde la campaña agrícola 2016/2017, hasta 2019/20 se establecieron módulos de evaluación de larga duración en condiciones de producción representativas de

“En promedio el rango de mejoras medias en los valores del Pe estuvo entre 1.1 y 3.9 ppm/año”

sistemas agrícolas pampeanos. En la Tabla 1 se describen algunas de las condiciones de fertilidad inicial de cada sitio al comienzo del estudio. En todos los casos, el manejo de los cultivos es bajo prácticas de labranza cero con control químico de malezas y aplicación de prácticas frecuentes de manejo de cultivos de alta producción adaptadas regionalmente (i.e. genotipos, control de plagas y enfermedades, etc.). En cada sitio, los cultivos y secuencias evaluados fueron seleccionados por los productores y fueron representativos de decisiones frecuentes en las regiones en estudio (Tabla 2). En el caso de maíz, resultaron en comportamientos similares en relación a la fecha de siembra entre los cultivos de siembra temprana o demorada y estrechamente ligados a los niveles de producción alcanzados explicándose las diferencias entre fechas de siembra a la selección de condiciones agronómicamente favorables para la implantación y producción del cultivo. Este último fue el criterio para establecer las diferentes secuencias de cultivos entre sitios de experimentación en este estudio.

En cada uno se establecieron cuatro tratamientos de manejo de la nutrición de los cultivos: i) sin fertilización, ii) fertilización frecuente aplicada en la región, iii) fertilización promedio recomendada y iv) fertilización balanceada. La dosis prome-

dio de uso en cada región se estimó a partir de la información de encuestas a productores y técnicos en la región pampeana coordinada por Fertilizar AC durante la campaña 2015/2016

(Fertilizar AC, 2017). El tratamiento de fertilización recomendada promedio se estableció para cada sitio considerando resultados de análisis de suelos y expectativas de productividad media regional según información local provista por referentes locales responsables de la conducción de los estudios. La fertilización para la nutrición balanceada de altos rendimientos se estimó según los mayores rendimientos alcanzables en cada región y considerando las demandas de NPS y Zn para tal propósito (Tabla 3). En todos los casos, para

evitar limitaciones nitrogenadas en su normal crecimiento y producción de soja, las semillas fueron inoculadas en el momento de la siembra utilizando productos comerciales.

� Tabla 1. Sitios experimentales y caracterización media de propiedades edáficas al iniciar estudios de larga duración de manejo de la fertilización en secuencias agrícolas. Profundidad Localidad (provincia) 0-20 cm 0 – 40 cm Pe (ppm) Zn (ppm) SSO4 (ppm) N-NO3 (ppm) Nogoyá (Entre Ríos) 9,3 0,96 6,9 -

Tres Arroyos (Bueno Aires) 10,7 - - Río Cuarto (Córdoba) 22,9 0,82 8,2 27

Pergamino (Buenos Aires) 14,0 0,79 8 90 25 de Mayo1 (Buenos Aires) 8,4 0,92 5,8 42 25 de Mayo2 (Buenos Aires) 10,6 0,94 6,4 62 25 de Mayo3 (Buenos Aires) 8,9 0,86 4,9 47

Marcos Juárez (Córdoba) 11,0 - 2,2 -

Eduardo Castex (la Pampa) 6,5 0,62 10,4 -

� Tabla 2. Cultivos en la rotación desde el comienzo de los ensayos

� Tabla 3. Rangos de nutrientes aplicados según cuatro estrategias para la fertilización cultivos en la región pampeana en 10 sitios de experimentación. En el caso de fertilización con N se muestran los rangos aplicados en cultivos de cereales. Tratamiento N Nutriente (kg/ha) P S Zn Control sin fertilizar 0 0 0 0 Fertilización frecuente aplicada regionalmente 38 a 60 7 a 14 0 0 Fertilización recomendada promedio 65 a 70 12 a 18 8 a 18 0 Fertilización para nutrición balanceada de alta producción 150 a 170 27 a 34 15 a 25 1,5

� Tabla 4. Rendimientos promedios en kg/ha para todos los cultivos según el manejo de la nutrición Tratamiento Cebada Trigo Maíz Soja Control sin fertilizar 3726 3473 7423 2833 Fertilización frecuente aplicada regionalmente 5392 4303 8654 3055 Fertilización recomendada promedio 5830 4750 9270 3282 Fertilización para nutrición balanceada de alta producción 7301 5093 10143 3670

ron en franjas de al menos 20 m de ancho y 100 m de longitud empleando equipos convencionales de siembra y conducción de los cultivos con cosecha mecánica en estadios de madurez comercial de los cultivos. Los resultados se analizaron considerando cada sitio como una repetición y comparación entre los promedios de los rendimientos, respuestas relativas sobre el tratamiento de fertilización frecuente y la eficiencia de uso del N aplicado en cereales y del P según parámetros estadísticos descriptivos. Los rendimientos relativos se calcularon como el cociente entre el rendimiento medio de cada tratamiento, con el máximo rendimiento registrado, para cada cultivo por sitio y por campaña. Entre otras metodologías estadísticas se emplearon pruebas de diferencias de medias significativas de T en comparaciones apareadas entre los tratamientos.

En todos los cultivos, la implementación de las estrategias de fertilización mostró en promedio diferentes resul-

tados en la producción de granos. Los rendimientos de cebada sin fertilización alcanzaron los 3726 kg/ha, la mejora en los rendimientos por el manejo de la nutrición alcanzó 7301 kg/ha, una mejora del 95 % con planteos de alta producción. En trigo, los rendimientos variaron entre 3473 y 5093 kg/ha, las mejoras fueron de un 46%. El cultivo de maíz tuvo mejoras de 36% en los rendimientos que fueron de 7423 a 10143 kg/ha. En soja, con rendimientos de 2833 a 3670 kg/ha, las mejoras fueron de un 30%. (Tabla 4).

Los aportes de cada estrategia de nutrición integrando las diversas secuencias de cultivos estudiadas se analizaron en términos de los aportes relativos a la máxima producción de cada cultivo y sitio experimental (Fig.1). En la estrategia para alta producción siempre registraron los máximos rendimientos, tanto en las secuencias integradas de cultivos (“rotaciones”) como

“La aplicación de fertilizantes, en comparación con los tratamientos control sin fertilización, contribuyó al rendimiento en un 30% en promedio para toda la secuencia de cultivos”

� Tabla 1. Efecto acumulado de rendimientos relativos de secuencias de cultivos en 2 campañas consecutivas en la región pampeana. Las barras verticales en cada columna indican el error estándar de la media. Los asteriscos (*) sobre las columnas muestran diferencias significativas con respecto a la estrategia actual de manejo de nutrientes (DMS, prueba de T p<0,05). � Tabla 2. Promedio de niveles de Pe Bray en el suelo a la siembra al inicio de los ensayos y en la campaña actual 2019/20 para cada una de las diferentes estrategias de nutrición. Las barras son el error estándar de la media

“Este manejo de la nutrición de los cultivos afecta los niveles de fertilidad de los suelos y genera brechas de rendimientos entre los diferentes planteos”

para cada uno de estos individualmente. La aplicación de fertilizantes, en

comparación con los tratamientos control sin fertilización, contribuyó al rendimiento en un 30% en promedio para toda la secuencia de cultivos con máximos de 35% en cereales de invierno (trigo/cebada) y 18% en soja.

Para la secuencia de cultivos, la mejora en la nutrición incorporando estrategias de recomendación media y para alta producción, mejoró la productividad de los sistemas hasta en un 25% respeto del manejo actual. El manejo actual más frecuente de fertilizante mostró resultados en producción próximos a los observados al aplicar recomendaciones medias, con una brecha de mejora de 10% para alcanzar el máximo rendimiento. En cultivos de soja el manejo actual de la nutrición que no se diferencia de la ausencia de la práctica. Sin embargo, en este cultivo se describieron diferencias relativas medias de casi el 50 % con la aplicación de estrategias de recomendación media.

La intensificación de nutrición implementada para la fertilización de los cultivos mejoró en promedio los niveles de Pe en los primeros 20 cm de perfil del suelo en los sitios donde se

establecieron los ensayos. El nivel de la mejora no fue el mismo en las diferentes estrategias planteadas, se observan los mayores incrementos en los niveles de Pe en las recomendaciones de nutrición para altos rendimientos. En promedio el rango de mejoras medias en los valores del Pe estuvo entre 1.1 y 3.9 ppm/año. El uso reiterado del manejo frecuentemente implementado en la actualidad muestra reducciones en los niveles de Pe. Este comportamiento se asocia a la aplicación de dosis insuficientes de P para cubrir los requerimientos de los cultivos ante la creciente productividad resultado de ajustes en otras prácticas de manejo (Figura 2). »Síntesis

En síntesis, los resultados de estudios durante 4 campañas bajo condiciones representativas de producción extensiva validan que al implementar estrategias de fertilización recomendadas o de nutrición balanceada mejoran los rendimientos con respecto a la aplicación actual de esta práctica. Los rangos de mejora, tanto en magnitud como en rentabilidad, varían según cultivos y planteos de nutrición. En

condiciones no limitadas en nutrición los rendimientos de los cultivos son hasta casi 20% superiores a los que se alcanzan con las practica actuales de fertilización.

Junto con los aportes a los rendimientos, la implementación de modelos mejorados para el manejo de la nutrición describe cambios en la fertilidad de los suelos. El fósforo es uno de los elementos que muestra incrementos al implemento, recomendaciones medias de fertilización (fertilización con ajustes con NPS acordes a resultados de análisis de suelos y a expectativas frecuentes de rendimientos). En promedio se describieron aumentos anuales de entre 1,1 y 3,9 ppm de Pe al fertilizar con propósitos de alcanzar productividades medias o altas mientras que en solo 4 años, el manejo frecuente actual redujo los valores de este indicador.

Las estrategias y decisiones de manejo de la nutrición sin dudas afectan en el corto plazo los rendimientos a producir y modifican rápidamente la fertilidad de los suelos. Hoy disponemos de información sólida, abundante y actualizada para tomar mejores decisiones y cuidar la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios que contemplan los resultados productivos y el cuidado de los recursos ambientales.

»AGRADECIMIENTOS

A Fertilizar AC y su comité técnico por el financiamiento de los estudios y los aportes en su diseño y en la discusión de los resultados. A los Ing. Agr. Luis Ventimiglia (INTA 9 de Julio), Gustavo Ferraris (INTA Pergamino), Gabriel Esposito (UNRC), Cesar Quintero (UNER), Martín Zamora (CHEI Barrow), y Cristian Alvarez (INTA Gral. Pico) por la instalación, conducción y discusión de los estudios.

La hora de los cereales

En los últimos meses el maíz y el trigo cotizan al alza en Chicago y eso repercute en el mercado local. ¿Hasta dónde pueden subir?

Por: Lic. Sebastian Salvaro - analista de mercados de AZ Group

Contextualizando, a principios de noviembre el mundo ha puesto la lupa fuertemente sobre la evaluación en las elecciones de EE.UU, cosa que ha ayudado a los precios ya que ambos candidatos ofrecían en sus promesas de campañas grandes ayudas a las empresas y a las personas, sumado a que la mirada sobre comercio internacional también se puso de forma optimista. En el mercado de trigo a nivel mundial hoy estamos en dos situaciones distintas, inclusive en dos campañas diferentes. En el hemisferio norte están desarrollándose las siembras del trigo de invierno de la campaña 2021/22 y generando movimiento de precios en Chicago dado que en Ucrania y en Rusia la falta de precipitaciones está condicionando la implantación. En el hemisferio sur, más precisamente Australia y Argentina como grandes oferentes de trigo al mundo, se encuentran en plena recolección del cultivo de la campaña 2020/21. Según datos publicados por el USDA, Australia alcanzaría luego de tres años consecutivos de seca una producción de 28,5 mill. de t desde 15,2 mill. de t del ciclo anterior. Este mayor volumen de cosecha también genera un incremento en el destino de exportación de este país. En Argentina, debido a la falta de precipitaciones en momentos críticos de desarrollo del cultivo en gran parte del territorio nacional, se espera un volumen de 16,8 mill. de t, según datos de BCBA. El trigo en Chicago, como muestra el gráfico, cotiza por encima de lo acontecido en los últimos dos años e inclusive por encima del promedio de los últimos 5 años, a igual mes.

� Produción y exportación de Brasil de las últimas 10 campañas.

Esta suba del precio internacional fue acompañada por el precio local. En Argentina, el precio de la posición cosecha en trigo (enero 21) superó en el último mes, 210 u$s/t. Las posiciones posteriores a la cosecha, en el Mercado a Término se encuentra en torno a 220 u$s/t. El pase sigue siendo positivo para aquellas empresas que no tengan necesidades financieras en momentos de cosecha. Los interrogantes son cuánto finalmente va a terminar cosechando Argentina y cuánto estará destinado a exportación. Si analizamos las compras de dicho sector, al cierre de esta edición, se ubicaba en 5,3 mill. de t frente a 7,4 mill. de t a igual fecha del año anterior. Con un saldo exportable que por la caída en producción podría alcanzar las 10 mill. de t, la exportación podría traccionar en los próximos meses por el volumen que le resta adquirir. Pasada la cosecha puede que disminuya la puja por mercadería entre los molinos y dicho sector afectando el precio interno. En maíz, el precio de Chicago cotizó al alza en el último mes. La incertidumbre productiva en Sudamérica debido a los pronósticos de “Año Niña”, la tracción de la demanda sobre Estados Unidos, y el incremento de los fondos de su posición neta comprada; son algunos de los factores que generaron esta suba. El buen ritmo de ventas de Estados Unidos provocó subas sobre todo porque uno de los principales países que están comprando maíz norteamericano es China con 11 mill. de t adquiridas superando ampliamente el volumen de campañas anteriores. Estados Unidos se encuentra con un compromiso del 51% sobre

� Exportaciones de Estados Unidos de maíz

la proyección de exportación de 59,1 mill. de t. del ciclo 2020/21, a tan solo 2 meses de comenzar el ciclo comercial. En Argentina, la siembra de maíz con destino a grano comercial alcanzó 29,8% del área estimada en 6,3 mill. de ha según datos publicados por la BCBA. La incertidumbre sobre la proyección de producción sigue vigente dado los pronósticos de menores precipitaciones para los meses de noviembre y diciembre frente al normal. En cuanto a precios, el incremento en los valores FOB del disponible generaron subas en el mercado local superando 200 u$s/t. Al compararlo con la capacidad de pago de la exportación, el mercado se encuentra pagando un premio. La suba del valor del disponible fue acompañada por las posiciones cosecha 2020/21 tanto del temprano (abril) como del tardío (julio) superando en el primer caso 170 u$s/t y en el segundo 160 u$s/t. En el caso del temprano, que se encuentra superando 170 u$s/t., se genera un mayor interrogante no sólo por la afectación que pueda llegar a tener la niña sino que Argentina en los momentos de cosecha del temprano es el principal oferente mundial de maíz, lo que provoca una mayor presión en los precios. En el caso del tardío, el recorrido que pueda tener el valor dependerá no sólo de la cosecha argentina, sino además de lo que suceda con el maíz de safrinha de Brasil y con el comienzo de la siembra en Estados Unidos del ciclo 2021/22. Claramente ha llegado la hora de los cereales, es una buena oportunidad para Argentina para seguir en la senda de tener una rotación nacional apoyada en estos cultivos continuando en el camino de un sistema sustentable económica, social y ambientalmente como se viene haciendo. Queda ahora sí, el desafío en manos de quien aplica políticas públicas, ya que uno de los mayores riesgos es que volvamos a tropezar con la misma piedra y en función de esto tengamos cambios que lleven a torcer las decisiones de los productores en la microeconomía de forma no distinta a lo que se viene haciendo. También queda en manos del empresario agropecuario una misión, que ya viene llevando delante de forma creciente, y administrar riesgos de precios utilizando todo tipo de herramientas que los mercados de futuro y opciones hoy ofrecen.

TACONE NDO

¿ES OTRO SER HUMANO LO ÚNICO QUE PODEMOS FECUNDAR?

Por Cecilia Vignau

Licenciada en Administración Agropecuaria No fui una niña que jugara con muñecas soñando con el día que llegara a ser mamá. La verdad es que cuando soñé mi vida, era una vida sin niños. El destino tenía otros planes y fui mamá demasiado joven. O no… Tal vez de no haberlo hecho cuando tenía 20 años, no lo hubiera hecho jamás. No es fácil decir “no me gustan los niños” en una sociedad que propone como metas para el éxito personal: Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Una construcción cultural arraigadísima nos quiere hacer creer que escribir un libro es tan sencillo como ser padres. Me tomó 15 años y un montón de novios entender que podía revelarme contra el mandato social y familiar. Que podía decir en voz alta que la maternidad no me había deslumbrado y que sinceramente, era una experiencia que prefería no volver a vivir. Y que, a pesar de las miradas acusadoras de mis amigas por decir semejante barbaridad, yo no había sido una mala madre. Todo lo contrario, lo hice con amor y dedicación a pesar de que no me gustaba. La sociedad no da puntos extra por eso pero mi premio fue ser hoy la madre de una mujer adulta maravillosa.

Hay mujeres que como yo, fueron madres a regañadientes, muchas más de las que son capaces de admitirlo. También están mis amigas que quisieron ser mamás desde siempre, que me hicieron tía y madrina de sus hijos. Son las que festejan cada momento con una ilusión verdaderamente envidiable, las madrazas. Hay otras que la tenían clara de entrada y fueron lo suficientemente valientes para decir “no quiero tener hijos”. Son las que se bancan las miradas más horrorizadas, como si su elección atentara contra la continuidad de la especie humana. Existen las que por no encontrar el padre a tiempo no los tuvieron en su vientre, pero amaron a los hijos de sus parejas como propios. Ella también son mamás. Y después están las otras, las que desean tener un hijo más que cualquier otra cosa en el mundo y no pueden. Las que batallan contra la infertilidad todos los días durante años, esas que son las más fuertes de todas nosotras.

La relación de las mujeres con la maternidad puede tener múltiples aristas, lo cierto es que desde el día en que alcanzamos la madurez reproductiva, nuestra vida y lo que hagamos de ella estará condicionada por nuestra fertilidad. »Fertilidad y Desarrollo La tasa de fertilidad es una variable demográfica que, suponiendo que todas las mujeres viven hasta el final de sus años fértiles y dan a luz de acuerdo con la tasa de fecundidad promedio para cada edad, devuelve el número de promedio de hijos que tendrían. Muestra el potencial de los cambios demográficos en un país de una manera más objetiva que la tasa bruta de natalidad que sólo mide el número de nacidos vivos por cada mil habitantes. La tasa de fecundidad por su parte, mide la

relación que efectivamente existe entre el número de nacimientos y la población en edad fértil.

Para Argentina, la tasa de fecundidad en 2018 fue 2,26 hijos por mujer, mientras que la tasa de fertilidad es más cercana a 3. La diferencia? Las rebeldes. Todas las que se incluyen en el índice de fertilidad por su sola condición de mujer aunque no quieran cumplir con los 3 hijos que la transición demográfica les demanda. La reducción reproductiva surge naturalmente como una consecuencia del progreso económico. El aumento en la esperanza de vida, la reducción de la mortalidad infantil, la alfabetización, la urbanización y la independencia de la mujer son todos determinantes de un aumento del PBI per cápita. A priori, no parece sensato que exista una correlación inversa entre riqueza y fertilidad ya que el bienestar económico debería permitirles a las parejas mantener más hijos. Pero eso no es lo que sucede en el siglo XXI. Se denomina la paradoja demográfica económica: cuanto más acomodada y educada es una población o clase social, menos hijos tiene. A mayor nivel de educación e ingresos, menor es la tasa de natalidad. Y mayor es el desarrollo económico del país. »En Argentina El 20% de los nacimientos del año 2019 ocurrieron de mujeres que tenían entre 15 y 19 años. Nuestras niñas madres tienen la escandalosa tasa de fecundidad de 6,5. Sesenta y cinco nacimientos por cada mil adolescentes. La peor de América Latina y sólo comparable con algunas regiones de África. Me cuesta creer que toda la culpa es de la Asignación Universal por Hijo. Podemos pensar que existe un universo de mujeres que no sabe a ciencia cierta como evitar un embarazo?

Según la ONU, los embarazos en la adolescencia son más comunes en los hogares más pobres y se deben más a una falta de acceso a métodos anticonceptivos que al deseo de tener hijos. Abandonan el aula para ser madres. Tal vez si pudieran elegir, muchas de ellas no lo harían. La educación también es salud reproductiva. »Revolución Reproductiva La revolución agrícola provocó una reducción sustancial de la tasa de mortalidad alrededor del mundo, que trajo como consecuencia una menor tasa de natalidad entre la población rural. Cuando se hizo común que los hijos alcanzaran la vida adulta, se necesitaron menos nacimientos para asegurar la continuidad de la unidad económica agropecuaria. Sin embargo, en Argentina la tasa de natalidad rural siempre fue más elevada que la urbana.

Según un estudio de la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) publicado en 2015, el patrón reproductivo de las mujeres rurales jóvenes parece haberse modificado respecto de generaciones anteriores en cuanto a la cantidad de hijos que deciden tener. La llegada de información sobre educación reproductiva a las zonas rurales, junto con la posibilidad de acceder a metodos de contracepción a traves de los servicios de salud, hacen que sus posibilidades de decisión sobre su futura maternidad luzcan prometedoras. Sumado a esto, la propia conciencia de las madres jóvenes de evitar el embarazo no deseado de sus hijas, hace pensar que la tasa de natalidad adolescente rural puede comenzar a descender lentamente despegádonse de la periurbana.

En un mundo donde 215 millones de mujeres no tienen acceso a métodos anticonceptivos y se producen cada año 80 millones de embarazos no deseados, que nuestras niñas rurales tengan acceso a la información y los medios necesarios para elegir libremente sobre su salud reproductiva, es algo que debería llenarnos de orgullo. Es nuestra responsabilidad como mujeres, luchar para que se ofrezcan servicios de salud de calidad no solo en la áreas urbanas sino en todos los rincones del país. Porque la revolución reproductiva no tuvo nunca por finalidad despojar a las mujeres de sus sueños de maternidad, sólo intentó brindarles las herramientas para que puedan decidir cúando y cómo. Porque una mujer que logra retrasar la maternidad lo suficiente para terminar la escuela secundaria tiene más oportunidades de acceder a la economía formal y alcanzar la inclusión financiera. Tiene más oportunidades de cambiar la realidad en la que nació. »Fertilizar y Fecundar La caída de la natalidad representa hoy un problema para las economías más desarrolladas. Mujeres que eligen no tener hijos para dedicarse completamente a sus carreras profesionales, dejaron a países como Japón con un envejecimiento demográfico que los coloca al borde de la crisis previsional. Se están tomando medidas tendientes a conciliar la vida profesional con la vida familiar con la intención de volver a tasas de fecundidad normales pero mucho me temo que llegaron tarde. La división sexual del trabajo y el mandato social acerca de la maternidad, mantuvieron durante siglos la tasa promedio de reemplazo generacional por encima del óptimo que es 2 hijos por mujer. Hoy las mujeres quieren otras cosas. Pero esas cosas no las hacen menos mujeres, ni menos madres.

¿Es otro ser humano lo único que podemos fecundar? Fecundar, además de su primera definición: unirse una célula reproductora masculina a la femenina, quiere decir hacer productivo algo. Fertilicemos ideas y sueños entonces. Fecundemos emprendimientos, carreras universitarias, profesiones, amistades, deportes, hobbies. Para que un día cuando nuestras niñas decidan fecundar un hijo, sean su mejor versión de mujer y madre.

“Los suelos cada vez reclaman más”

Bassi JORGE

“SOILMAN” (EL SEÑOR DE LOS SUELOS) Jorge Bassi es el presidente de Fertilizar, es un apasionado por lo que hace tanto en la empresa para la cual trabaja como para la Asociación que preside. Como suele ocurrir cuando tengo la oportunidad de encontrarme con un apasionado, solo es cuestión de acomodarse en la silla y prender el grabador.

Por: Sebastián Nini Periodista

Me puse a organizar la nota siguiendo las coordenadas de los últimos meses de ASPO, un llamado telefónico o por “Skype”, tal vez un “zoom”, o un “meet”, como para que al menos podamos vernos la cara. En esta actualidad de cambios en CABA donde algunas cosas se empiezan a alejar de la cuarentena rabiosa que supimos vivir, Bassi propuso reunirnos en un bar y volver a tener la oportunidad de un mano a mano de verdad. Dudé al principio, Jorge insistió y terminó convenciéndome.

El Presidente de Fertilizar me esperaba en un bar frente a la plaza Barrientos para compartir la mesa, una cerveza y hablar de la actualidad del negocio de los fertilizantes, de la situación de los suelos y de las acciones que Fertilizar Asociación Civil está llevando adelante, teniendo particularmente en cuenta la realidad económica y sanitaria que hemos vivido durante este año. »¿Cómo es la situación general del negocio y el consumo de fertilizantes por parte de los productores en los últimos años?

Entre el 2004 y 2014 el consumo de fertilizantes se estableció en alrededor de 3,3 millones de toneladas. En esos diez años el mercado se estancó y no creció, pero la producción lo hizo marginalmente, con lo cual se iba agravando todo el balance negativo de nutrientes. Lograbas aumentar la producción marginalmente con distintas estrategias, como el maíz tardío, que aprovecha mejor los nutrientes del suelo, o estirando a la soja sin fertilización, con una caída en los niveles de proteínas, o fertilizando menos los trigos, con una desmejora en el balance de nutrientes. Eso llegó a un punto cúlmine durante la campaña 2015 que fue realmente muy mala a nivel del uso de fertilizantes a pesar de haber tenido un diciembre récord con un cambio en las expectativas a partir del cambio de gobierno. La campaña 2015 también generó la peor cosecha de calidad de trigo de la historia. Ese fue el punto más bajo. Con el cambio de gobierno hubo un crecimiento paulatino año a año. Así el rendimiento en los últimos cinco años fue subiendo en forma paulatina hasta alcanzar en 2019 las 5 millones de toneladas.

»Si bien las expectativas eran otras por el cambio de gobierno, ¿por qué crees que el crecimiento fue paulatino?

Nosotros entendemos que esto ocurre porque se arriesga mucho capital. El productor vio que tenía oportunidades de hacer mejores trigos y empezó a mejorar las dosis, sin embargo, tardaron dos años en lograr las dosis que habían sabido hacer en el año 2011 – año récord - y sigue aumentando paulatinamente, aún en este año que encuentra un montón de desafíos y dificultades. Cuando se dan las condiciones el crecimiento del mercado es rápido y puede alcanzar lo que hubiera sido un crecimiento lineal, porque se recupera año a año, campaña a campaña, evaluando y viendo cómo va reaccionando el fertilizante.

»¿El crecimiento del uso de fertilizantes es lineal o exponencial? El crecimiento no debería ser lineal, pero debería seguir una tendencia similar a la lineal, porque uno de los principales drivers es el deterioro de los suelos. Nosotros vamos poniendo más fertilizantes porque los suelos cada vez reclaman más. El otro driver es la mejora que ofrece la genética al techo de rendimiento, que se da más por golpes, es decir, sale una genética interesante como la que ha salido en trigo y eso genera un aumento que no es lineal, sino que es por un golpe tecnológico. Sin embargo, en la Argentina nosotros decimos que es lineal y que se ha dado con un crecimiento alrededor del 5% anual en los últimos veinte años,

en etapas que llamamos de “Stop and go”. Se frena diez años y después arranca a tasas mayores a las promedio y termina alcanzando a la lineal del 5%.

“Nosotros venimos diciendo que el fósforo le guarda muy bien la plata al productor”

El suelo se deterioró 10 años siguiendo con la misma dosis, se dio un empobrecimiento en la calidad de nutrientes que podía otorgar el suelo y eso tiende a recuperarse rápida pero no inmediatamente. Porque hay que pasar por el aprendizaje año a año que implica arriesgar capital. Puede dar fácil la ecuación en el Excel –por ejemplo, poner el doble de fertilizante que el año anterior- pero poner el doble de capital no es fácil para nadie.

»¿Cómo es el panorama actual en cuanto a la reposición, a qué apunta el productor?

La primera ola de este proceso fue el nitrógeno que acompañó un crecimiento de la superficie de gramíneas y fue la llave del rendimiento de éstas - si uno quiere abrir el rendimiento tiene que apuntar al nitrógeno- Sin embargo, en las últimas dos campañas se acompañó mucho el fósforo, los productores corroboraron que la relación insumo - producto es buena y permite apostar al fósforo y levantar los niveles.

Gran cantidad de productores están haciendo mapas de fósforo en el suelo para aplicar esa fertilización al voleo con mapas y estabilizar o estandarizar el lote. Luego del Nitrógeno fue Nitrógeno y fósforo y ahora se suman el azufre que está en crecimiento y el zinc. Otro gran desafío a nivel país es el potasio. Muchas áreas de Entre Ríos tiene deficiencia de potasio. La misión de Fertilizar es anticiparse a la deficiencia de potasio y que la gente no llegue a perder una cosecha. Tenemos que prevenir, hacer los mapas y adelantarnos. Esa es la función de Fertilizar anticiparnos sin alarmar, siendo lo más asertivos posible dentro de las posibilidades que la ciencia nos otorga e informándolo para que la gente no se vea sorprendida por estas situaciones. »Jorge, ¿Qué otros factores no climáticos retrasan la decisión del productor para invertir en mejorar la condición de sus suelos?

La falta de lluvia lo que hace es bajar el potencial de rendimiento, por este motivo los cultivos van a necesitar menos nutrientes y el productor empieza a preguntarse si vale la pena la inversión, esas dudas se dan en nitrógeno que es la llave. Fósforo, azufre y zinc son nutrientes que no se lavan y quedan en el suelo. No se pierde de un año a otro. Esos tres nutrientes además defienden mejor de la sequía.

Hay algo menos racional y es que frente a la sequía se espera la lluvia para poner los nutrientes. Esto hace que la planta absorba el agua primero y no tanto los nutrientes que se utilizaron luego de que llegó el agua. »Los nutrientes se miden por su rendimiento que permite que traiga rentabilidad, esa es la base?

Si, y esa base es lo que se distorsionó a fines del 2014, pero me parece que el gobierno actual maneja las herramientas de retenciones favoreciendo la siembra de gramíneas o al menos no la desfavorece. Se sigue manteniendo la superficie de gramíneas y sigue siendo buen negocio fertilizarlas. Por otra parte, mientras mejor conocés y dominás la herramienta, menos repago le pedís a la herramienta. Creo que hay que pensar que más allá del tipo de cambio, transformar insumos que están dolarizados en un producto, requiere de una rentabilidad insumo - producto y que ir contra eso afecta la productividad y a la larga afectará a las exportaciones. »¿Cuál sería otro factor condicionante a la hora de la toma de decisiones en los planteos agrícolas? Mas allá de la ley de conservación del suelo que en su momento presentó el ministro Basterra, creo que el otro factor externo en fertilizantes que no terminamos de profundizar es la de los seguros agrícolas. Si yo sé que fertilizar es un buen negocio en un año promedio, la salida para mitigar el riesgo es un seguro multirriesgo. El tema es que hoy el multirriesgo es caro y no está tan sobre la mesa como en mi opinión debería estar.

Una imagen para hablar de balance de nutrientes es la del alquiler de un departamento a un tercero, vos sabés que tenés que entregarlo pintado y en condiciones tal como lo recibiste. Esa parte de mantenimiento en el campo está en los suelos, en el balance de nutrientes. Pensemos... cuando alguien hace soja, cuánto vale reponer el fósforo? ¿Dos quintales de Soja? y alquila el lote a 14 pero no se asegura de que se lo dejen con el fósforo en condiciones.

En la entrega de un departamento es más fácil porque con una simple mirada se nota el estado del mismo, en el agro no es así, hace falta hacer un análisis de suelo. Si se presenta un análisis es más fácil poder ver la situación de nutrientes.

»¿Qué tan lejana ves la ley de conservación del suelo?

Yo no puedo decirlo, lo que veo es que tiene consenso en diferentes actores que son importantes y están convencidos del valor que tiene cuidar el suelo sabiendo que la inversión en nutrientes trae consecuencias positivas para el sistema. Sabemos que hay consultas, pero no estamos en ninguna línea porque ya hemos hecho nuestro trabajo.

Jorge Bassi, el señor de los suelos.

¡Gracias JORGE!

“Yo creo que la gente se vio con un sobrante para invertir y lo destinó a darle fósforo a su suelo”

Fertilización con potasio en el Centro este de Entre Ríos

Por: Juan Manuel Orcellet1 y Juan José De Battista1 1INTA EEA Concepción del Uruguay

La agricultura en el centro este de Entre Ríos (CEER) tiene como principales cultivos, soja, maíz y trigo, y con una menor superficie cultivos de arroz y sorgo. En dicha zona, al igual que el resto de la región pampeana, la nutrición de los cultivos está focalizada principalmente en dos nutrientes, nitrógeno y fósforo. Este esquema productivo, donde fertilización con potasio (K) solo repone el 1,5% de lo que se exporta en granos (García, 2017), ha provocado en una fuerte disminución en la disponibilidad de K en el suelo. Recientemente, un relevamiento de suelos agrícolas realizado por INTA y Fertilizar AC, ha demostrado que zonas como el CEER, con bajos contenido de potasio intercambiable (Ki), las cuales podrían responder a la fertilización con dicho nutriente (Sainz Rozas et al., 2019). En la actualidad, un relevamiento suelos agrícolas del CEER muestreados entre 2017 y 2020 (n = 268), ha determinado que el contenido promedio de Ki es de 200 ppm (Figura 1c). No obstante, el 25% de los lotes se encuentran por debajo 160 ppm de Ki, valor cercano al umbral (117156 ppm) determinado por Barbazán et al. (2017). Estos bajos contenidos de Ki en suelos del CEER se explicarían en parte a la nula reposición de este nutriente en los sistemas agrícolas, y al bajo contenido de Ki de los suelos prístinos en comparación al resto de la región pampeana (Figura 1 a). Ante la presencia de lotes con bajos contenidos de Ki, en la campaña 2019-2020 en el CEER se realizaron experimentos de fertilización para evaluar respuesta al agregado de este nutriente, en los cultivos de maíz (n = 3) y soja (n = 3). En ambos cultivos, el diseño experimental fue en bloques completos aleatorizado, y se evaluaron 4 dosis de K: 0, 30,60 y 120 kg de K /ha. La fuente utilizada fue Cloruro de potasio (0-0-50), la cual se aplicó al voleo a la siembra de los cultivos. Es válido mencionar, que se cubrieron las necesidades nutricionales de los posibles nutrientes limitantes de rendimiento (Nitrógeno, Fósforo, Azufre y Zinc). Es válido mencionar que las precipitaciones durante el ciclo de los ensayos estuvieron por debajo de la media, en especial en el período crítico del cultivo de soja.

� Figura 1. Distribución de los valores de potasio intercambiable (Ki) en la capa superficial (0-20 cm) de suelos: a) Prístinos (muestreados en 2011) y b) agrícolas (muestreados 2018). Fuente: Sainz Rozas et al., 2019. c) Diagrama de caja potasio de suelos agrícolas del centro este de Entre Ríos muestreados entre 2017-2020 (n = 268).

“En zonas localizadas de la región pampeana, alrededor del 25% de lotes agrícolas presentan niveles de Ki por debajo del umbral de suficiencia”

POTASIO EN MAÍZ

»Síntomas de deficiencia En el cultivo de maíz en estadios vegetativos (V6-V8), en sitios con bajo contenido de Ki (Gualeguaychú y Concordia) se visualizaron síntomas de deficiencia, los cuales se caracterizan por una clorosis y necrosis desde los bordes hacia el centro de las hojas inferiores (Figura 2). »Respuesta a la fertilización con potasio De los tres sitios experimentales, el sitio con menor contenido de Ki en suelo (Gualeguaychú; Tabla 1) fue el único en el que la fertilización con potasio incrementó significativamente el rendimiento (Figura 3). En todos los sitios experimentales, la respuesta máxima se determinó en la dosis de 120 kg K/ha, siendo esta de 1424, 1437 y 1148 kg/ha, para los sitios Gualeguaychú, Concordia y Herrera, respectivamente. En general se observa que lotes con contenidos de potasio por debajo o cercanos al umbral (117-156 ppm; Barbazán et al., 2017) presentaron respuestas de mayores magnitudes, incluso con dosis intermedias (60 kg K/ha). Además de resultados físicos, es importante evaluar los resultados económicos de una fertilización, si bien se trata de un nutriente con poca movilidad por lo que las mayores dosis tendrán efecto residual, resulta importante brindar herramientas a la hora de la toma de decisiones. Para un análisis económico, se consideró la relación de precios sugerida por Pagani et al. (2008) y se tomaron los precios actuales de ClK y Maíz. Por medio de este, se estableció que son necesario 166, 288 y 533 kg de maíz/ha para cubrir los gastos implicados en las dosis de 30, 60 y 120 kg de K /ha, respectivamente. Estos resultados muestran que la fertilización con potasio no solo incrementa el rendimiento, sino que es económicamente viable en aquellos suelos donde el contenido de Ki está próximo a los valores determinados como umbrales.

POTASIO EN SOJA

»Síntomas de deficiencia En el cultivo de Soja en sitios con bajo contenido de Ki (Gualeguaychú Soja 1°), se visualizaron síntomas de deficiencia en estadios vegetativos (V3) y reproductivos, los cuales se caracterizan por una clorosis y necrosis desde los bordes hacia el centro de las hojas inferiores como superiores (Figura 4). � Tabla 1. Caracterización inicial de suelo (0-20 cm). Materia orgánica (MO), fósforo extractable (P Bray), calcio (Ca), Magnesio (Mg), potasio (K), Sodio (Na), capacidad de intercambio catiónica (CIC)

� Figura 2. Deficiencia de potasio en lotes de maíz en el centro este de Entre Ríos.

� Figura 3. Rendimiento de maíz para los diferentes sitios experimentales en función de tratamientos de fertilización con potasio. Letras distintas entre tratamientos para cada sitio indican diferencias significativas (p<0,05, LSD).

»Respuesta a la fertilización con potasio Los rendimientos del cultivo de soja estuvieron afectados por el déficit hídrico en el período crítico. En cuanto a la respuesta a la fertilización con K, se observaron 3 situaciones contrastantes. En principio, solo un sitio presentó respuesta significativa al agregado de K, Gualegaychú Soja 1°, el cual presentó muy bajo nivel de Ki (63 ppm; Tabla 1). En este sitio, la respuesta máxima se determinó con la dosis de 120 kg K/ha siendo esta de 689 kg/ha. Por otro lado, Gualegaychú Soja 2° no presentó diferencia significativa entre tratamientos, no obstante se observó que la dosis de 60 kg K/ha incrementó el rendimiento en el orden de los 300 kg/ha. Por el contrario en el sitio Concordia, que presentó contenidos de Ki por encima del umbral (Tabla 1), no se determinó respuesta a la fertilización. En síntesis, se determinó que sitios con contenidos de Ki por debajo al umbral (117-156 ppm; Barbazán et al., 2017) presentaron respuestas a la fertilización con K. Sin embargo, con valores similares de Ki, se determinó gran variabilidad en la magnitud de la respuesta máxima, la cual varió entre el 33 y el 11%. Al evaluar la conveniencia económica mediante la relación de precios sugerida por Pagani et al. (2008) y los precios actuales de ClK y Soja, se determinó que son necesarios 119, 206 y 389 kg de soja /ha para cubrir los gastos implicados en las dosis de 30, 60 y 120 kg de K /ha, respectivamente.

»Consideraciones Finales En zonas localizadas de la región pampeana, como el CEER, alrededor del 25% de lotes agrícolas presentan niveles de Ki por debajo del umbral de suficiencia. Si bien en la actualidad no es un problema generalizado, la nula reposición de este nutriente llevará a que en los próximos años esta problemática sea generalizada. Sin bien se tienen resultados de un único año de experimentación, en general se observó que en lotes con niveles de Ki por debajo del umbral, tanto el cultivo de maíz como soja, presentaron respuestas a la fertilización con K. Además, bajo estas condiciones, se determinó la conveniencia económica de la fertilización potásica a los precios actuales de los granos. »Agradecimientos Esta red de ensayo centro este de Entre Ríos se realizó gracias al trabajo conjunto con Fertilizar AC, y los autores agraden especialmente a Fernando García, María Fernanda Gonzales San Juan y Andrés Grasso, por su acompañamiento y dedicación.

Bibliografía disponible en

www.horizonteadigital.com

� Figura 4. Sitio Gualeguaychú Soja 1°: a) Tratamiento testigo (0 kg K/ha), b) Tratamiento 120 kg K/ha. Deficiencia de K en soja (c y d)

a) b)

c) d)

� Figura 5. Rendimiento de soja para los diferentes sitios experimentales en función de tratamientos de fertilización con potasio. Letras distintas entre tratamientos para cada sitio indican diferencias significativas (p<0,05, LSD).

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