Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Willis Aracena SÁBADO 15.10.2016
ESCRIBE PLINIO CHAHÍN
La filosofía también es metafísica
Modernidad y devenir del tiempo cristiano PÁGINA 6
Una flor del cuento
dominicano, problemas para una Antología esencial
Ignacio Iturria, Interformas
Andrzej Wajda
La “Antología esencial del cuento dominicano” es una antología que no busca canonizar, sino poner en manos de los lectores más exigentes una selección de lo mejor que se ha publicado de la cuentística dominicana. Página 3
Llevo muchos años siguiendo la obra del maestro uruguayo Ignacio Iturria, que descubrí en la Bienal de Venecia del año 1995, dejándome esta obra un sabor y un sentimiento de despedidas para un re-encuentro cercano...Página 8
Así lo dijo el gran Andrzej Wajda: “Siempre he tenido la sensación de que mi destino está en otra parte: la huida es el tema fundamental de toda mi obra". Página 7
HOY
AREÍTO
Sábado 15 de octubre de 2016
Zona Areíto Areito
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Simone de Beauvoir (Escritora francesa) No nos engañemos el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones.
Richard Rorty
Carlos Marx
Martin Heidegger
Jacques Derrida
La filosofía también es
metafísica Plinio Chahín
E
n un reciente artículo titulado Los enemigos de la metafísica, publicado en el suplemento cultural Areíto, del periódico Hoy, el escritor y poeta Basilio Belliard alude a los filósofos que supuestamente odian la metafísica, en lugar del razonamiento intuitivo y lógico de la ciencia, como límites del conocimiento de la realidad fenoménica y del mundo. Afirma Belliard que “en el siglo XX la tentativa más contundente por superar a la metafísica procede de Heidegger, en el sentido de postular un pensamiento del ser que no dimana de una experiencia no empírica en sí, sino de una experiencia ontológica del lenguaje. En el fondo, el positivismo lógico rechaza la especulación filosófica, y de ahí su odio a la metafísica, que se refugia en la intuición, la evasión, lo onírico y la imaginación. Los positivistas, con su afán cientificista, reivindicaron la forma científica de pensar, su filiación a la lógica y a la experiencia, y atacaron a la metafísica por su flanco más débil: los límites del conocimiento del mundo”. Parecería que Belliard intenta desconocer los argumentos que fundamentan la especulación filosófica, desde un análisis distorsionado de la historia de la filosofía, pues analizar cualquier discurso epistemológico a partir de un modelo específico de lenguaje, no implica desconocer lo que Richard Rorty ha llamado la “filosofía de la subjetividad”, o de la emancipación del yo. Rorty ha dicho: “Esta tradición –en mi propia jerga– no sería más que otro de los intentos metafísicos de combinar lo público con lo privado”. En otras palabras, la “metafísica” de Heidegger y el “logocentrismo” de Derrida suponen una vasta reflexión del ser, como expresión irónica de la razón instrumental y lógica. Esta insistencia especulativa no significa, sin embargo, una pretensión de fundamentación ontológica, en interés de negar la metafísica como límite de expresión intuitiva del lenguaje, poético o científico, como ha escrito Belliard. Si, a pesar de lo escrito por este, nos olvidamos de la metafísica como tarea fundamental de la filosofía, debemos abandonar no solo la distinción positivista entre ciencia y razón, además de la existente entre lo a priori y lo a posteriori, empleada tanto por Russell como por Husserl. Dicho de manera más general: deberíamos renunciar a todos los intentos de convertir la filosofía en una ac-
tividad tan autónoma como los filósofos mismos se la imaginan, antes de que comenzaran a tomar en serio el tiempo como problema esencial de la metafísica y su relación indisoluble con la filosofía, la epistemología, la lógica y el conocimiento científico. Desde Nietzsche fueron los “teóricos ironistas” los que se apoderaron de la filosofía de la subjetividad, pensadores que están más interesados en la filosofía como juego y no como lógica de la razón instrumental, o la ciencia positiva con su determinismo objetivo y lógico. Habermas y Dewey son herederos de Hobbes y de su idea de que la metafísica reemplaza a la contemplación filosófica como fuente de conocimiento e intuición. La tesis de que la búsqueda de la objetividad no es ni más ni menos que un acuerdo entre sujetos, va de la mano con la tesis de que ningún lenguaje se ajusta más a la realidad que otro. Pero sostener esto comporta abandonar la distinción entre intelecto e imaginación, y entre ideas claras e ideas confusas, si partimos del análisis de Belliard de que la concepción científica del mundo del positivismo lógico desemboca en crítica a la concepción metafísica del mundo, como la crítica de Marx a Hegel. No hay sitio para esa distinción una vez se renuncia a la teoría de la correspondencia entre filosofía y verdad, metafísica y verdad, o metafísica y filosofía.
En otras palabras, la “metafísica” de Heidegger y el “logocentrismo” de Derrida suponen una vasta reflexión del ser, como expresión irónica de la razón instrumental y lógica. La filosofía entraña, necesariamente, en su forma o en su contenido, una metafísica particular y propia, en el uso subjetivo del lenguaje y su temporalidad encarnada en los grandes relatos de la historia: la ciencia, la razón, el poder, las creencias religiosas, etc. Desde el positivismo, la racionalidad progresiva de los entes sociales, en su realización y en su conocimiento de la historia, constituyen una forma distinta de la expresión intuitiva de lo metafísico. El positivismo instrumentaliza la razón, con el objetivo de afirmar el tiempo de la historia, y eso también es metafísica. No hay temporalidad histórica en sí misma, sino desde y para la historia, como temporalidad del ser para la historia. La historia del ser para la historia, como ente de la razón indiscernible, y no de la razón instrumental.
Jürgen Habermas
Es imposible instrumentalizar los entes de la razón histórica, para conocer el ser, sin otra finalidad que el ser instrumentalizado por la historia. No es ningún absolutismo: el ideal marxista de una sociedad sin clases es antidialéctico, y una forma metafísica de idealismo, imposible de alcanzar. Marx es dialéctico en sus ideas, pero antidialéctico en sus hechos. En él, la verdad es un hecho, mas el hecho no es una verdad. La filosofía de Marx es mesiánica y redentorista, y por ende, metafísica, en la búsqueda ontológica del reino de la igualdad, de la finalidad última de redención del proletariado, aunque no en su epistemología y en el uso de su jerga conceptual. Al contrario de lo que piensa el poeta Belliard, Gadamer puede aceptar la propuesta de Locke de que al filósofo le corresponde la función de un encargado de limpieza, que barre los desechos de la razón, con el fin de hacer espacio para la configuración del pensamiento irracional e intuitivo. Semejante combinación se encuentra en Bacon y Descartes, quienes relacionaron el intento de eliminar los desechos de la razón aristotélica, con la visión de un futuro utópico. De manera parecida, los intentos de Dewey o Wittgenstein por desligar la filosofía de la herencia de Kant, los de Habermas por desenredarla de lo que llama la “filosofía de la conciencia”, y los de Derrida por liberar la filosofía de lo que se designa como “la metafísica de la presencia”, están todos ellos entrelazados con profecías de un pensamiento completamente utópico, cuyo advenimiento se pretende acelerar con tales intentos de especulaciones metafísicas. El dejar de inquietarse por la autonomía de la filosofía significa, entre otras cosas, abandonar el propósito de trazar líneas exactas y limpias entre cuestiones filosóficas, por un lado, y metafísicas, religiosas y estéticas por el otro. Mientras los filósofos no estén dispuestos a aceptar una cierta interdependencia entre el pensamiento y la intuición, a adoptar cierta despreocupación respecto de la cuestión de cuándo hacen filosofía o cuándo no, la filosofía no desempeñará el papel modesto, aunque esencial que Heidegger le asignó, y en consecuencia también fracasarán en asumir lúdicamente, en serio, el tiempo, como problema esencial de la metafísica. La disputa entre los que aceptan esta crítica de la teoría de la correspondencia entre filosofía y metafísica y quienes las rechazan ocupa, en el mundo intelectual de hoy, el lugar de la disputa platónica entre los dioses y los titanes. Es una disputa entre los que están dispuestos a emprender el descenso a los infiernos –el descenso de Spinoza a Kant, de Kant a Hegel y de Hegel a Nietzsche y Deleuze– y aquellos que, como Basilio Belliard, intentan recuperar la idea de un orden natural y de una facultad llamada razón que nos permite entender ese orden.
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado
1854
NACIÓ EL 16 DE OCTUBRE. ÓSCAR WILDE, poeta y escritor irlandés. Uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío. Es autor de obras como “La importancia de llamarse Ernesto”, “El retrato de Dorian Gray”, “El fantasma de Canterville”, “El príncipe valiente” o “El gigante egoísta”.
1888
EUGENE GLADSTONE O’NEILL, DRAMATURGO estadounidense, Premio Nobel de Literatura y cuatro veces ganador del Premio Pulitzer, por obras como “Más allá del horizonte”, “Anna Christie”, “Extraño interludio” o “Largo viaje hacia la noche”.
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1927
NACIÓ EL 16 DE OCTUBRE. GÜNTHER GRASS, escritor alemán, premio Nobel en 1999 y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1999. Es obra suya la conocida novela “El tambor de hojalata”.
1920
NACIÓ EL 17 DE OCTUBRE. MIGUEL DELIBES, periodista y novelista español. Uno de nuestros más galardonados escritores, autor de novelas como “Los Santos Inocentes”, “Cinco horas con Mario” o “El hereje”.
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1955
FALLECIÓ EL 18 DE OCTUBRE. JOSÉ ORTEGA Y GASSET, filósofo y ensayista español, exponente de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica. Se sitúa dentro del movimiento denominado Novecentismo.
Literatura
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Sábado 15 de octubre de 2016
Juan Bosch
Virgilio Diaz Grullón
Marcio Veloz Maggiolo
HOY
René del Risco Bermúdez
Una flor del cuento dominicano, problemas para una Antología esencial Realizar una selección de los mejores cuentos dominicanos pone en función la solución de un problema teórico.
MIGUEL ANGEL FORNERÍN
E
l texto artístico es un producto de nuestra inteligencia y de nuestra cultura. Es, en fin, un resultado de la lectura, como si dijéramos de la manera en que leemos el mundo. De lo que se desprende un deseo de pensar con los otros y de compartir nuestro ‘estar en el mundo’ a partir de lo que Paul Ricoeur llamó normatividad. La práctica común en nuestra cultura literaria es realizar un panorama de la narrativa breve, incluir a todos. Pues en “Antología esencial de cuento dominicano” [Santuario, 2016] hacemos lo inverso. Comenzamos por excluir la idea de totalidad. Sin el ánimo de hacer una panorámica del cuento dominicano desde los días en que Virginia Elena Ortea diera a la estampa “Risas y lágrimas” hasta la fecha, pensemos una selección antológica meramente construida a partir de criterios estéticos donde únicamente la calidad de los textos sea la que determine su presencia. Una antología que no busca canonizar, sino poner en manos de los lectores más exigentes una selección de lo mejor que se ha publicado de la cuentística dominicana. Los cuentos de Juan Bosch seleccionados aquí pertenecen en su mayoría a su última etapa como cuentista, y versan sobre asuntos latinoamericanos. Por la hondura en la cultura que trata, por el ritmo, la acción y un constante peligro, además, del dominio técnico que poseen, estos forman parte del canon de la mejor escritura de Juan Bosch. Sabemos el riesgo que entraña semejante selección, pero, para el propósito de esta antología, se cumple con ello dar una mirada al entorno latinoamericano que nuestra literatura breve dio con Bosch y José Mariano Sanz Lajara, de cuya obra hemos seleccionado “El candado” y “Curiosidad”. Virgilio Díaz Grullón, figura importantísima en la literatura dominicana y de una primera participación en el Boom latinoamericano, con textos que abrevan en el realismo y lo absurdo, participa en esta flor con los textos “El pequeño culpable”, “Edipo” y “Círculo”. Díaz Grullón es uno de los autores que con mayores aciertos ha cultivado el género breve en nuestras letras. De Marcio Veloz Maggiolo seleccionamos dos de sus cuentos más emblemáticos: “La fértil agonía del amor”, un texto extraordinario por el lenguaje, la relación de parejas, por lo maravilloso del amor como fuerza transformadora, y por la presencia de una situación que ella misma desborda el sentido poético; va seguido de “Odiseánica”, una especie de bolero latinoamericano en el que el amor, una vez más, sigue ganando. Veloz Maggiolo, mejor conocido por sus novelas, es un narrador extraordinario y un autor que trasciende la literatura dominicana para encontrarse con la hispanoamericana por sus temas y logros estéticos. De René del Risco Bermúdez, el clásico moderno “Ahora que vuelvo, Ton”, tan conocido por su publicación en la Edición Latinoamericana, aunque pudimos también seleccionar “Se me fue poniendo triste, Andrés”; lo mismo decimos de Miguel Alfonseca, quien participa aquí con “Delicatessen” y pudimos haber seleccionado “Los trajes blancos han vuelto”. Estos dos escritores,
Miguel Alfonseca
Pedro Peix
José Alcántara Almánzar
Armando Almánzar Rodríguez
Angela Hernández
René Rodríguez Soriano
a pesar de su corta participación en la escritura del cuento, muestran los retos de la narrativa breve en Santo Domingo por beber agua en las nuevas corrientes estéticas a partir de la década del sesenta. Algo parecido debemos decir de Armando Almánzar Rodríguez y su cuento primerizo “El gato”, un texto que trabaja los distintos planos de la narración, como lo hicieran Sanz Lajara en “Curiosidad” y Alcántara Almánzar en “Lulú o la metamorfosis”.
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Al leer esta selección, el lector aguzado y de formación literaria y estética no nos desmentirá en que los textos aquí seleccionados conforman un corpus de superior calidad literaria. Los cuentos de José Alcántara Almánzar que pudieran entrar en esta selección son muchos y esto muestra la calidad de las obras de este autor y el trabajo que ha realizado. La singularidad de sus cuentos se encuentra en todos los órdenes el interés temático, la técnica narrativa, el lenguaje y la expresión poética... Su obra está enclavada en la mejor tradición del escribir en nuestra lengua. “El laberinto recién visitado” y “Ruidos” son cuentos que presentan una escritura minimalista, proustiana, de una realidad vista desde la perspectiva de narradores muy atentos al acaecer y a fundar lo nuevo en el lenguaje. “Lulú o la metamorfosis” es un texto que el lector disfrutará por la sen-
cillez de la narración y por la manera en que el autor nos implica en el desenlace de dos planos narrativos. Se imponen en esta selección dos autores muy cercanos al Juan Bosch de “Camino real” (1933), los cuentistas Hilma Contreras y Néstor Caro. Ambos desde una estética del realismo social realizan importantes cambios dentro de la modernidad iniciada por Bosch. Hay que destacar la temática y los espacios innovadores de Contreras y el lenguaje poético y la economía de medios en la prosa del autor de “Un hombre llamado Sándalo”; una narrativa que preludia a Pedro Peix y a René Rodríguez Soriano. Es Pedro Peix uno de los cuentistas de mayores logros formales y expresivos. Su poética ha dominado por varias décadas el escenario del cuento. Ha trabajado temas sociales y políticos de gran importancia para la cultura dominicana. El tema del poder presente en la obra de Sanz Lajara y en Marcio Veloz Maggiolo, aparece magistralmente tratado en “Pormenores de una servidumbre”, pero, de haber contado con los derechos de publicación, habríamos preferido “Los muchachos del Memphis”, por la atmósfera y la crónica del mundo de la infancia capitalina, que juega con los textos de Del Risco y Alfonseca. La inclusión del cuento de Ángel Rafael Lamarche, “El día que Dy pensó en el tren”, es novedosa porque no había sido antologado anteriormente; y es signo de una literatura que ha buscado romper los moldes nacionales que la aprisionan. Por eso, el lector se dará cuenta que nuestra literatura no necesita de los referentes constantes de la cultura como las guerras nacionales, la situación de los campesinos o subalternos o las atrocidades de déspotas como Ulises Heureaux (Lilís) o Rafael Leónidas Trujillo para hablar el lenguaje del verdadero arte. Finalmente, el cuento “Masticar una rosa”, de Ángela Hernández, aparece aquí por la historia familiar, el uso acertado del lenguaje y la técnica narrativa. Entendemos que también podíamos seleccionar “Dálmata”. Hernández es de las pocas mujeres que ha trabajado con conciencia y logros significativos el cuento en Santo Domingo. Y llegamos a final con los cuentos de René Rodríguez Soriano, de quien hemos seleccionado “La radio”, “Laura baila sólo para mí” y “Manías de Piro”. Podríamos haber incluido otros como “Una muchacha llamada Josefina”, por su ritmo, su lenguaje poético y sus elementos maravillosos. Es la cuentística de Rodríguez Soriano una de las más sobresalientes y la que mejor encuadra en una antología que tiene como figura importante a Juan Bosch, Alcántara Almánzar y Marcio Veloz Maggiolo. Al leer esta selección, el lector aguzado y de formación literaria y estética no nos desmentirá en que los textos aquí seleccionados conforman un corpus de superior calidad literaria. Otros cuentos y cuentistas deben ser estudiados y seleccionados desde distintas perspectivas, pero con la Antología esencial del cuento dominicano presentamos al amable lector una propuesta que permitirá otras miradas críticas que, no huelga repetirlo, siempre ensancharán los horizontes de lectura.
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HOY
AREÍTO
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do
Los Thomen: alsacianos, como el buen vino Joan M. Ferrer Rodríguez
Encuentros
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(2 de 3)
Instituto Dominicano de Genealogía
MU-KIEN ADRIANA SANG
A
ntoine Thomen Meyer, entretanto, visitó la pila bautismal de Sant-Rémy, Baerendorf, en fecha 9 de enero de 1756. De profesión comerciante, celebró esponsales años después, el 13 de enero de 1789, en los convulsos meses que antecedieron al asalto de los sans-culottes a la Bastilla de París, con Christine Schurti, apellidada alternativamente como Jordy, natural del caserío aledaño de Weyer, hija del albañil Jean Michel Schurti/Jordy y de Marie Eve Reeb. Bastante prolijo resultó el matrimonio Thomen-Meyer, fruto del cual nacieron Anne Marie, Pierre, Jacques, que sigue; Catherine, Michel, Marguerite, Jean y Christine Thomen Schurti/Jordy. A seguidas, tenemos que Antoine Thomen murió en el hogar familiar, el día 3 de julio de 1832. Jacques Thomen Schurti/Jordy, por su parte, recibió el primero de los sacramentos en la diminuta iglesia de Baerendorf el día 5 de agosto de 1794. Su desposorio con Christine Meyer, hija del molinero Simón Meyer y de Marguerite Deker, fue celebrado el 28 de mayo de 1816, en presencia de un concurrido grupo de testigos. En lo que toca a su oficio, el acta de declaración de nacimiento civil del cuarto de sus hijos aporta datos concretos que le identifican como mercader de aceite y detallista. Durante sus años de vida conyugal, Jacques y Christine engendraron una dilatada descendencia, compuesta por Jean, Georges, Catherine, Jacques, que sigue; Christine, Marianne, Anne Marie, Pierre y Antoine Thomen Mayer. Para finalizar, el registro marcado con el número 10, folio sin numerar, del libro de óbitos correspondiente, instrumentado por el oficial civil de la comuna de Baerendorf, anota que el deceso de Jacques aconteció a primero de julio de 1866. A juzgar por lo que se consigna en la declaración de nacimiento correspondiente, fechada a 7 días del mes de enero de 1823, es de rigor señalar que, al igual que sus parientes mayores, Jacques Thomen Meyer también nació en Baerendorf. Estamos plenamente convencidos, asimismo, de que, como muchos otros de sus paisanos, decidió abandonar el terruño natal a consecuencia de los efectos provocados por años de crisis económica –agrícola e industrial– y motivado, además, por la asfixiante presión demográfica que agobió a toda la zona durante la primera mitad del siglo XIX. Sobre el particular, es preciso agregar que Alsacia fue, a partir de 1838, el escenario de un multitudinario éxodo voluntario que enfiló hacia América, utilizando el puerto de Le Havre como punto de partida preferente. A propósito de Jacques Thomen Meyer, herr Thomen, optó por afincarse en San Felipe de Puerto Plata, República Dominicana, donde fue más bien conocido por la variable castiza de su nombre: Santiago Thomen. Para entonces, la “Novia del Atlántico” servía de sede a una pujante comunidad mercantil, en la que coexistían ciudadanos de distintas nacionalidades. Allí tomó por esposa, en el año de 1866, a Bernardina de los Reyes, de presunto origen español, hija de Julián de los Reyes Cruz y Mauricia de los Reyes Hernández. Luego, esta unión alumbró a Matilde, Antonio y Víctor Federico Thomen de los Reyes, que sigue.
Para ser un buen maestro
E
l educador tiene la responsabilidad de enseñar, pero la cuestión es saber si el acto de enseñar termina en sí mismo o, por el contrario, el acto de enseñar es solo un momento fundamental del aprender. Paulo Freire. Hay una sola pedagogía… la pedagogía del amor. Federico Mayor, director general de UNESCO. Aprender a aprender significa que los conocimientos científicos son cada vez más evanescentes, periclitan antes. Esto supone la necesidad de que los jóvenes se habitúen a la contumaz realidad de un mundo en continuo cambio en el que no queda más remedio que aprender –y desaprender- a lo largo de toda la vida. Rafael Feito, ¿En qué puede consistir ser “buen” profesor? Después de haber escrito el artículo anterior, mi inquietud siguió a flor de piel. Pensé entonces en buscar algunos ensayos sobre el tema del sujeto llamado “profesor”. ¿Deben existir condiciones especiales para ser un buen maestro? Recuerdo que alguien me decía que un buen maestro es aquella persona capaz de cambiar la vida de sus alumnos. Hace un tiempo escribí varias reflexiones sobre la formación docente y preguntaba por qué a pesar de que el Estado ha invertido millones y millones de pesos en formar a los maestros, la educación dominicana todavía deja mucho que desear. Algo ha pasado que no es un asunto de formación, es decir, titulación. La inversión en formación no ha impactado lo que se esperaba en materia de calidad, pertinencia y eficiencia del trabajo docente. Con problemas similares, en Perú se decidió cambiar la política de formación docente. En esa perspectiva, el Ministerio de Educación de ese país escribió un interesantísimo documento que tituló “Un buen maestro cambia tu vida”. Sostiene que para “responder a esta demanda específica sobre la función del magisterio nos confronta con un reto singular: realizar cambios en la realidad de la profesión docente, es decir, en su identidad profesional, en su formación y su mano completo? ¿Educar para la libertad o cultura, en los paradigmas que guían sus reproducir el orden existente? prácticas pedagógicas”. En definitiva, como Como puede verse el tema de docente es ha ocurrido aquí el tema es de vocación, de complejo. Además de la vocación, se necepasión, de amor. A partir de entonces, se sitan políticas públicas claras y definidas. plantearon cambiar la forma de abordaje en Los programas de formación docente, si no la formación docente. están acompañados de seguimiento y La UNESCO planteó hace unos años la ne- acompañamiento para hacer reflexiones socesidad de plantearnos un nuevo paradigma bre su práctica docente; más aún, necesieducativo en relación a la formación docente. tamos que aquellos profesores una vez reFrente a una sociedad en que los medios de cibidos sus diplomas correspondientes, comunicación social tienen tanta influencia, sean evaluados de forma sistemática para es necesario replantear el rol del maestro: evaluar su desempeño. Recientes estudios revelan que en alguPienso que el maestro, después del alumnos países los niños pasan más tiempo vien- no, es el elemento más importante del prodo la televisión que en la escuela y que los ceso educativo. De su visión, de su acción, de medios de comunicación tienen más in- su decisión se aplicarán o no las nuevas prácfluencia sobre sus actitudes ticas pedagógicas. Pueden que la educación que reciben existir todos los recursos tecen el aula. nológicos inimaginables, peReitero mi Además gracias al creciente ro si no hay un maestro composición en el prometido, sería una inveruso de la ciencia y la tecnología, la educación llega poco a primer artículo: quien sión inútil. poco a zonas rurales y lejanas no ame educar, quien Como pueden ver el tema por medio de la educación a del docente es complejo, distancia. UNESCO, ¿Cómo no confíe en la muy complejo. En el que se juventud como debe ser un buen maestro? combina la decisión, la voA partir de estos cambios en garante del futuro, cación, el amor y las decisioel mundo, la entidad interna- quien no apuesta a la nes de políticas públicas, cional se planteó la pregunta que trasciendan el interés ¿Qué tipo de personas pueden educación no debe político de un cuatrienio pallegar a ser buenos maestros? ser maestro. ra pensar verdaderamente ¿Qué entendemos exactamenen el futuro. te por un buen maestro al acerPodríamos seguir plancarnos al tercer milenio? Estas preguntas es- teando nuevos estudios sobre la formación tarán presentes siempre, hoy, mañana y has- docente, listados de cualidades que debe teta el fin de los tiempos. La UNESCO con- ner un buen maestro; definiciones de pocluye con una verdad indiscutible: líticas novedosas para formarlos. Y yo digo, Se necesita una acción urgente para me- para ser maestro se necesitan dos cosas: el jorar y realzar la situación del maestro, para amor a la educación y la vocación. Si esos dos mejorar su formación y las perspectivas para elementos no están presentes, cualquier plan afrontar las necesidades y aspiraciones de de formación es y será siempre un fracaso. los niños y por consiguiente para contribuir Reitero mi posición en el primer artículo: firmemente a un mundo de paz y a una for- quien no ame educar, quien no confíe en la ma de vida saludable y armoniosa. UNES- juventud como garante del futuro, quien no CO, ¿Cómo debe ser un buen maestro? apuesta a la educación no debe ser maestro. Fernando Savater, en su libro, ya citado Solo los optimistas pueden ser maestros. varias veces en artículos anteriores, “El Valor Solo los que apuestan a la esperanza pueden de Educar” sostiene que a veces exigimos estar en las aulas. Solo los que amen las trademasiado a la escuela y a los maestros. Pero vesuras, las rebeldías y las inquietudes puesu pregunta esencial es ¿Para qué debe servir den llamarse maestros. Solo los que pracla educación? ¿Sirve para preparar gente al tican la pedagogía del amor, como bien demercado laboral? ¿O debe formar un ser hu- cía Federico Mayor, serán buenos maestros.
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Aporte
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HOY
Mujeres dominicanas atormentadas
Leonor Feltz Correspondencia con Pedro Henríquez Ureña (2)
Acabo de despejar el lado oscuro de esa luna que fue Leonor Feltz: su historia paterna. ¿Cómo lo logré? Armado del dato de la nota luctuosa que de su deceso publicó el periódico La Nación el 18 de marzo de 1948 (murió el día anterior), me resultó curioso y muy llamativo que el vespertino extendiera sus condolencias a sus sobrinos Nanita: Abelardo, Manuel Emilio, María Teresa, María Consuelo, María Caridad, María Luisa (…) y a sus sobrinos políticos Ramón Antonio Espaillat y Manuel María Echenique”.
DIÓGENES CÉSPEDES /DIOGENES.CESPEDES@GMAIL.COM
P
ero más excitante me resultó la frase de Mercedes García Siragusa relativa a Leonor Feltz: «Es difícil vislumbrar el vínculo de parentesco [con los Nanita, DC], pues las hermanas Feltz no se casaron y no hay apellidos comunes entre ellas y estos hermanos Nanita, de segundo apellido de León.» Pues sí, debe haberlo, me dije y voy a comunicarme con el único Nanita con quien tengo relación de amistad intelectual: el arquitecto Leopoldo –Polín– Espaillat Nanita (1930-). Relación que viene desde la Universidad estatal, donde fue Vicedecano. Redactó el Reglamento y los Estatutos del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, uno de sus fundadores y presidente y muy conocido por su participación en la Revolución de Abril de 1965. ¿Qué vínculo familiar tenía Leonor Feltz con los Nanita?, fue la primera pregunta que le hice a don Polín por teléfono. –Oh, tía Nonó fue hija de un Nanita llamado Dámaso, de Puerto Plata, me respondió, pero no pudo precisarme más. Luego de confrontar una enorme cantidad de información, me remitió al “Diccionario histórico-biográfico dominicano” de Rufino Martínez, a quien yo llamo el Tucídides dominicano, obra en la que figuraban los troncos familiares evocados por la nota luctuosa del 18 de marzo de 1948 (p. 6) de “La Nación”: los Nanita, los Espaillat y los Echenique. Por eso la nota luctuosa, como dice la profesora García Siragusa, “no repara en elogios a la educadora a quien sitúa como” «miembro de honorables familias de nuestra alta sociedad, uno de nuestros valores femeninos más destacados, quien gozaba de estimación y afecto unánimes, por sus virtudes singulares y sus merecimientos extraordinarios.» La nota debió ser escrita por el poeta Juan Bautista Lamarche, a la sazón director del periódico “La Nación” y, por su apellido, vinculado a los Henríquez, pues Flérida García era Lamarche, y no se sabe todavía si el García va de segundo apellido o el Lamarche de primero. Entonces le referí a don Polín las tres notas que sobre Leonor Feltz escribieron William Read (blog http://galileosrl.blogspot.com/2010/08, Eduardo Matos Díaz en Santo Domingo de ayer y de hoy (SD: Taller,1984, pp-84-85) y Ramón A. Font Bernard en su artículo “Convocatoria para la
nostalgia” (periódico Hoy, 4 de marzo de 2005), según datos que consigna la profesora García Siragusa. Dato importante antes buscar en mi librero la obra de Carlos Larrazábal Blanco, primero, y luego la de Rufino Martínez: establecido el parentesco de Polín como sobrino-nieto de Leonor Feltz. Don Polín me confirmó que el apellido Feltz era holandés. ¿Cómo y a qué vino Margarita Feltz de Curazao a Santo Domingo? Es una incógnita que hay que despejar. Consulté el libro Familias dominicanas, de Larrazábal Blanco, letra N (SD: Academia Dominicana de la Historia, 1978, t. V, p. 324) y encontré lo siguiente sobre los Nanita, siglo XIX: 1. Dámaso Nanita, coronel de las Reservas provinciales hacia 1863, nat[ural] de Puerto Plata, h[ijo] de Martín Nanita y Martina Lucenda [¿o Lucinda?, DC], casado con María Petronila de la Rosa, natural de Puerto Plata, hija de Félix de la Rosa y Juana Martínez, difts= [difuntos]. Hijos: H1 Dámaso, vivía en 1864, 15 años – H2. ABELARDO. – Petronila de la Rosa, viuda, m.[uerta en] 1902, 69 años. Martín Nanita, me informó don Polín, fue uno de los que condujo preso al patricio Ramón Matías Mella, deportado en 1844 junto a los trinitarios de más viso por Santana. A renglón seguido, el H2, que es ABELARDO, contiene los datos siguientes: Abelardo Nanita y Aurelia (Camelia) de León (nat.[ural] de San Cristóbal. Hijos: N1 Abelardo, n.[acido] el 13 de diciembre de 1884 (SB) – N2 María Consuelo, n.[acida] el 15 de enero de 1886 – N3 María Caridad, n.[acida] el 4 de abril de 1887 – N4 María Teresa, n.[acida] el 22 de junio de 1888, c.[asada c.on] Ramón Antonio Espaillat Genao, suc.[esores], m.[uerto] el 11 de junio de 1963 – N5 Manuel Emilio, n.[acido] el 22 de diciembre de 1890 – N6 Alejandro Aurelio, n.[acido] el 9 de diciembre de 1889, m.[uerto en] 1938– N7 Arturo Enrique, n.[acido] el 6 de enero de 1892. – El general Abelardo Nanita, 34 años, Ministro de Guerra, m.[uerto] el 11 de febrero de 1892. Aurelia de León, m. [uerta en] 1897, 30 años. He aquí aclarado el vínculo de parentesco de María Clementina (nacida el 23/11/1867 y bautizada en la Catedral el 14/12/1867) y Dámasa María Leonor Feltz Nanita, pero permanecen como incógnita los apelativos Leonor y Clementina (tía Titina, para don Polín). Dámasa, en honor de su padre Dámaso. Y el nombre María, común a todas las
hijas del matrimonio Nanita-De León, por lo tanto, sobrinas de las Feltz. Se ve entonces la conexión del apellido Nanita (originario de Islas Vírgenes, pero Rufino lo cree haitiano) con los De León, de San Cristóbal, y los Espaillat, de Santiago, vínculo este último semi aclarado aquí, pero que será ampliado cuando busque la entrada Espaillat en Rufino Martínez. Con estos antecedentes familiares, se explica el sentido de la nota luctuosa, tanto por el prestigio del general Nanita, ministro de Guerra y Marina de Ulises Heureaux, enviado a los doce años a Islas Vírgenes a estudiar, de donde regresó como perito mercantil (hay que suponer que hablaba inglés como segundo idioma y quizá francés como tercer idioma). En 1892 a la presidencia con personalidad propia, distinto a Wenceslao Figuereo o Tomás Demetrio Morales, quienes fueron candidatos de mentira para dar paso a Lilís. Hay que recordar que la nota luctuosa no podía ser redactada de otra manera, porque los Nanita pasaron del lilisismo al velazquismo y de este al trujillismo, y don Abelardo René Nanita fue director del periódico “La Nación” y compilador de los tomos 7 y 8 de “La Era de Trujillo” (Cd. Trujillo: Colec. La Era de Trujillo. 25 años de historia dominicana, Impresora Dominicana, 1955). Y por el tronco Espaillat-Nanita, Ramón Antonio, mayor del Cuerpo Médico y Sanidad Militar y director del antiguo hospital Marión, casado con María Teresa Nanita, compiladora de un Registro de Leyes que sirvió de base a la organización del Archivo del Palacio Nacional y a la Procuraduría General de la República, además de haber sido diputada al Congreso, según me afirmó don Polín Espaillat, hijo de ambos, en nuestra conversación telefónica. Y lo más lejos que tiene don Polín Espaillat es que al referirme la historia de tres familiares suyos, Pedro Ignacio Espaillat (mártir de la Guerra de la Restauración), Leopoldo –Polín– Espaillat y Emilio Espaillat, él ignora que este último personaje fue para mí la inspiración de un cuento que figura con el título de “Epalyá” (pronunciado a la cibaeña) en mi libro “La sangre ajena”, (SD: Santuario, 2011 [1996]) y cuyas fechorías, acompañadas de una valentía y temeridad inconcebibles, están documentadas y narradas por Rufino Martínez en su libro ya citado “Diccionario histórico-biográfico dominicano”. (Continuará).
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Aporte
HOY
Modernidad y devenir
del tiempo cristiano L
BASILIO BELLIARD
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a modernidad vive a expensas del tiempo. Su medición ha permeado la respiración de la vida actual, en su devenir lineal por conquistar el progreso social. La noción del tiempo que heredamos de la tradición judeo-cristiana y de la civilización occidental -que representa la imagen de la flecha hacia adelante-, parte de la idea de la creación del mundo y de su caída o destrucción apocalíptica. Es decir, desde el pecado original hasta la redención o paraíso, según la tradición bíblica. Esa concepción cristiana del tiempo simboliza la idea de abandono del pasado, en su búsqueda de purificación y felicidad de la vida espiritual. O, lo que es igual: por algo mejor y perenne. En aras de cambiar la imagen del futuro, el mundo cristiano occidental colocó como centro del tiempo el concepto de vida eterna, que habitará en el futuro, no así en el presente, lo cual crea en el ser humano un estado de incertidumbre y perplejidad, de miedo y duda ante el devenir. Esta filosofía mística es contraria a la experiencia filosófica de los antiguos griegos, quienes creían en la ataraxia, esto es, en un estado de imperturbabilidad del alma, tan caro a los estoicos. La idea del tiempo para los cristianos se asemeja a la de los medievales, quienes creían en un estado del tiempo fuera del tiempo mismo, lo cual los emparenta en su concepción de la eternidad. Contrario a los hombres del Medievo, que no creían en el futuro, los cristianos creen en un futuro promisorio, pero eterno, que será el reino del paraíso final o “vida eterna”. Esta convicción místico-cristiana reside en el hecho del carácter efímero y pasajero de la vida terrenal y en la realidad de la extinción del mundo sublunar; de ahí su afán en la idea de la liberación del alma, antes que la de redimir al mundo físico y material, es decir: la de salvar el alma, no el cuerpo o la carne. En cambio, el hombre moderno no se afana en liberar su alma individual sino en aferrarse al progreso del futuro. Bajo el prisma de la modernidad, en efecto, el hombre persigue una redención colectiva. El cristiano busca, en cambio, a través de la salvación del alma, la salvación colectiva, y de ahí que el cristianismo sea una religión proselitista. La pérdida de la fe en el porvenir constituye una actitud prohijada por el pesimismo, el escepticismo o el existencialismo, ante la derrota del amor como valor de la vida, y el temor a la muerte, como se expresan, en la actualidad, los conflictos interreligiosos, la violencia interétnica y la intolerancia ideológica del Viejo Mundo. Dijo Octavio Paz: “la sucesión temporal ya no domina nuestra imaginación, la cual ha retrocedido del futuro al presente. En lugar de ello, vivimos en una conjunción de tiempos y espacios, sincronización y confluencia, que convergen en el ´tiempo puro´ del instante”. La crítica cristiana al instante, a la vida presente como placer y goce, ese carpe diem, que busca alejar la muerte, entra en conflicto con su idea de eternidad. Sin embargo, no existe la eternidad sin instantaneidad, sin ese puente de mediación donde reside el tiempo. El otro lado del tiempo, que vendría a ser la eternidad, ese tiempo sin historia que encarna la muerte, sería algo así como el espejo donde se refleja la vida del instante del hombre. Ahora bien, ese instante temporal vendría a representar lo profano, y la eternidad, lo sagrado: el tiempo sin retorno de la vida espiritual. La modernidad se ha relativizado, contrario a la antigüedad, cuando se creía que todas las civilizaciones tenían la misma concepción del tiempo. Asistimos hoy a vislumbrar un futuro sin utopía, tras el naufragio del socialismo real, en 1989, con la caída del muro de Berlín, lo cual representó no el “fin de la historia” -como sentenció Fukuyama, o como Hegel en su época-, sino la clausura de una etapa histórica. La concepción misma del tiempo se ha relativizado ante el absoluto del movimiento vertiginoso del mundo social. El hombre occidental tiene una fe muy acendrada en el tiempo, y esto hizo que la caída fuera más demoledora. Necesitamos, pues, hacer la crítica al tiempo que hicieron los orientales hace milenios, pero para eso tenemos que buscar una nueva realidad, construir otra vida, que, empero, está en otra parte, como dijo el vidente poeta Rimbaud, es decir, fuera del tiempo real. “La moder-
nidad hizo una crítica del tiempo que está rra. Como bien afirma de nuevo Octavio Paz: más allá, al proponer que el paraíso no se “Lo maravilloso de la civilización occidental encontraba allá sino aquí, en la Historia y en es que pudimos criticar a la religión con el el futuro… Ahora hemos aprendido que la arma de la filosofía y la razón. Y luego puHistoria y el futuro son ilusiones”, sentenció dimos criticar a la filosofía, o a la racionael Premio Nobel mexicano Octavio Paz. lidad, con el arma de la filosofía”. Esta concepción de la modernidad riñe Una religión monoteísta como el Islam, con la cristiana, la cual postula que el paraíso en virtud de que prohíbe el culto a las imáreside no aquí en la tierra sino en el cielo, en genes, no se desarrolló en la pintura y la esel más allá. Ninguna religión basa sus creen- cultura, sino que alcanzó un notable procias en el pasado o el presente sino en el greso, sin embargo, en la arquitectura, en futuro, pues es un estado del tanto que, el cristianismo, La pérdida de la como estimula la imaginatiempo que aún no es, que es ilusorio, poshistórico, liberador fe en el porvenir ción de los artistas, nos ofrey esperanzador. De ahí que to- constituye una actitud ce lienzos, iconos, frescos, das postulen un paraíso que retablos y esculturas en los habita en el futuro como una prohijada por el que aparecen la vida de sanforma de crear una ilusión y pesimismo, el tos, ángeles, arcángeles, prouna esperanza de cambio y bie- escepticismo o el fetas, Dios y Jesucristo. Este nestar. En consecuencia, el existencialismo, ante la desarrollo extraordinario del fundamento filosófico de toda arte cristiano se debió, jusreligión no reside en la historia derrota del amor como tamente, a la libertad técnivalor de la vida, y el sino en el mito de lo sagrado. ca, expresiva y temática que Si bien el monoteísmo cons- temor a la muerte, la Iglesia Católica posibilitó, truyó espléndidas catedrales y como se expresan, en la y también, a su mecenazgo. mezquitas, universidades y De ahí el lugar y la trasconventos, iglesias y basílicas actualidad cendencia del Barroco, el no menos cierto es que le deManierismo y el Renacibemos también grandes pecados no como miento como grandes momentos en la hissignos de civilización sino de barbarie: por toria del arte universal, en tanto expresiones ejemplo, la inquisición, las cruzadas, la es- de su impulso místico y teológico en el conclavitud, el colonialismo, el odio y la into- texto del arte cristiano. lerancia. Como hay religiones de paz, piedad Así pues, en la historia del arte, la hay perdón, también las hay asesinas y reac- giografía cristiana exhibe gran esplendicionarias. Solo que algunas permiten la crí- dez en iconos, murales y pinturas que extica no como arma racional, sino de la li- hibieron robusta y canónica hegemonía bertad de culto, y otras prohíben la crítica durante el Gótico, el Renacimiento y el porque no son religiones de paz sino de gue- Barroco.
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Papeles de cine
Andrzej Wajda Aquel esplendor del cine Polaco queda para la historia y el suspiro Andrzej Wajda, en el año 2000 con su Oscar de honor por toda su carrera.
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Siempre he tenido la sensación de que mi destino está en otra parte: la huida es el tema fundamental de toda mi obra". Andrzej Wajda.
3/ANDRZEJ WAJDA: O LA BÚSQUEDA POST MODERNA DE UN CINE CONTRA LA CENSURA SOVIÉTICA.
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ra la Polonia nacida del aplastante Pacto de Varsovia, el socialismo real había impuesto sus reglas y los artistas tenían que regirse por el manual del Realismo Socialista. Como en la mayoría de los países del Este, la aventura cinematográfica estaba cargada de símbolos y raros códigos de expresión. Pero el vigor nacional y cultural de sus películas tiene otras raíces, otro espacio que se debe explicar, porque sin él la larga filmografía de Andrzej Wajda no tendría sentido. Me refiero a las raíces del nacionalismo polaco; me refiero también a Polonia como nación transformada por las últimas dos guerras mundiales. Pese a que no todo es nacionalismo, ese rasgo es parte de la idiosincracia de los polacos y polacas, está narrado de modo dramático por sus compositores y más de un personaje de algún polaco de altos vuelos hace alusión con decoro a ese pasado multicultural de Polonia entre Bizantinismo Protestantismo y Catolicismo, el mejor cine polaco de ayer y de hoy tiene esas peculiaridades. La riqueza cultural del cine del polaco revela también un apego a una historia sangrienta dejando huellas de genocidios que hoy la Memoria Nacional Polaca recoge sin olvido y con honorable espíritu crítico.
1 / EL VALOR DE LA CULTURA EN LA IDENTIDAD POLACA.
CARLOS FRANCISCO ELÍAS
HOY
Luego de ser provincia de Alemania, Austria y Prusia, los polacos soñaban un Estado propio, logro casi alcanzado con el desenlace de la Primera Guerra Mundial, en la segunda el Pacto de Varsovia los somete a la férula de la desmantelada Unión Soviética, Stalin dejaría su impronta allí con la famosa matanza en los Bosques de Katyn, acontecidas en lo que entonces era áun territorio polaco. Eran los tiempos en que a Beria, jefe de la policía política de Stalin, le daban esos estertores de petit chien enragé, la roja baba de perro rabioso... En dicha matanza muere el padre de Wajda, Jakub Wajda. La Matanza ha sido calificada posteriormenmte de genocidio contra los polacos en el verano de 1940, cuando el pacto Ruso-Germano ( Molotov - Ribbentrop ), aún estaba vigente. Allí perecieron oficiales, intelectuales, músicos entre otros. Era parte de la inteligencia polaca de entonces. El director de cine tenía una cuenta pendiente con esa historia, la que saldó con un dramático filme titulado Katyn (2007). Sin embargo, si medimos bien la historia polaca, han pasado dos siglos y el sueño de la Gran Polonia se vio desvanecido. Su alta aspiración a ser un Estado volvió a tomar cuerpo en un enfrentamiento abierto con el antiguo régimen del Kremlin y la aparición de un famoso sindicato de unos astilleros cuyo líder fue Lech Walesa. Me refiero a Solidaridad. Aquella lucha, bendecida por un Papa polaco ( Juan Pablo II ) en los albores de la caída de la Unión Soviética, fue el inicio de negociaciones internas que el brazo nacionalista de un sector militar de Polonia lideró. En aquel ambiente, entonces hay un cine polaco fuera de toda etiqueta oficial.
2 / LAS ESCUELAS DE CINE EN POLONIA : Corrientes y Tendencias.
Desde 1956-1961 hubo un desarrollo vigilado de las tendencias y el talento polaco en guiones, películas hechas y la luego exitosa escuela polaca de dibujos animados, cargadas del llamado archi famoso humor polaco. Avanzados los años, es la década del 70, la que podría inaugurar corrientes que todavía, según tiempo y circunstancias tienen sus seguidores. A ese período se le llamó el cine de la Inquietud moral: 1975-1981. Desde aquí entonces aparecen nombres pioneros Krysztof Kieloswski, (el famoso autor de la trilogía Blanco, Rojo y Azul) Roman Polanski, de aquella época su Cuchillos en el Agua (1962, con excelente banda sonora) y sus cortos, se debe recordar también a Andrzej Zulawski, aquel formado en Francia que con la película Lo Impórtante es Amar (1975), filme de culto, logra rescatar a una Rommy Schneider de los llantos fáciles de Sissy Emperatriz con el rostro iluminado. Faltarían dos nombres claves: Agnieszka Holland, directora de Cosecha Amarga (1985), Europa Europa (1991) película que debió ganar el mejor oscar a la película extranjera de aquel año y como una novedad refrescante encontramos su nombre dirigiendo en la temporada tercera de House Card, 2015, la famosa teleserie norteamericana que ha batido grandes récords de audiencia. Esa es la generación original de Andrzej Wajda, otros huyendo a la censura, cansado de narrar en parábolas, se fueron a otros lugares, es el caso del famoso director Jerzy Skolimowski, asentado en Inglaterra donde dirigió el Grito protagonizan Alan Bates y Susan York (The Shout, 1978) Fue selección oficial en Cannes aquel año.
Andrzej Wajda
Quiero abordar ahora el tema de la censura y Wajda, porque a decir verdad todo fue heroico. Todo. En los países de la Europa del Este sometidos bajo la bota roja del socialismo, los directores de cine polacos, marco por el fulgor de su nacionalismo intenso, el juego de sus verdaderas expresiones aguzaban su talento. Ello explica también por qué en el cine polaco, uno de los menos exhibidos en Europa, sus directores tienen una larga tradición de tejer diáspora. En los tiempos difíciles de la década del 70 hacia la del 80, directores y directoras importantes de Hungría (Zoltan Fabri, Miklos Jancso y Martha Meszaros) otros de Polonia como Wajda, Krysztof Zannusi y Jerzy Kawalerowicz (aquel famoso por sus Papeles encontrados en Zaragoza, 1964 o Madre Juana de los Arcos, 1961) escribían sus guiones a partida doble: uno para la censura y otro clandestino, que daría como resultado el verdadero rodaje de la película en cuestión.
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La riqueza cultural del cine del polaco revela también un apego a una historia sangrienta dejando huellas de genocidios que hoy la Memoria Nacional Polaca recoge sin olvido y con honorable espíritu crítico.
Muchos de estos directores de talento, con Andrzej Wajda a la cabeza (Cenizas y Diamante, 1958; Tierra de la Gran promesa 1974; El Hombre Mármol 1977 y Sin Anestesia, 1979 ) lograron impresionar y convertir sus películas en productos de marca, es decir en el lenguaje de los festivales de cine importantes era muy fácil escuchar: " _Este año tenemos un Meszaros, dos Wajda y un Fabri", no eran marcas de carro, eran películas hechas por esos directores. Entonces entre la ascendencia de esta fama de producto cultural Made in Europa del Este, los Estados burócraticos se dieron cuenta que las cuentas no iban mal en la distribución de estas películas en el exterior, ello poco a poco ayudó a dar un ligero respiro a estos directores que al ver la situación la capitalizaron y fueron mucho más osados en sus proposiciones fílmicas y las críticas al sistema apenas veladas, comenzaron a surgir entre finales de la década 70 y la del 80 del siglo XX. Eran ellos más al trópico, los Tomás Gutiérrez Alea que en Cuba desde los inicios del Icaic, a todo riesgo y desde que pudo, comenzó a realizar películas (La Muerte de un burócrata, 1966, Memorias del Subdesarrollo, 1968, su obra cumbre) a pesar de las grandes traiciones y vigilancia de Alfredo Guevara, el verdugo de los creadores. Olvidarme en este tema de Gutiéterrez Ale, hubiera sido una traición post mortem, pecado de lesa humanidad amistosa y fílmica. Andrzej Wajda, su obra inmensa y brillante, bien vale otro recorrido intenso y evocador. Era imposible dar ese segundo paso, próximamente, sin destacar la singularidad polaca que ya la música de Frédéric Chopin, ha derramado por el mundo. (CFE)
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De Señal a Señal
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Ignacio Iturria, Interformas Siempre pensamos que los eventos internacionales son importantes en las artes y la cultura cuando se dan desde afuera, en capitales de países continentales desarrollados, pero, el mundo global de hoy permite nuevas cercanías y encuentros, lo que hace muy emocionante tropezar con un asombro inesperado desde la isla.
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DELIA BLANCO
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levo muchos años siguiendo la obra del maestro uruguayo Ignacio Iturria, que descubrí en la Bienal de Venecia del año 1995, dejándome esta obra un sabor y un sentimiento de despedidas para un re-encuentro cercano, que vino a suceder tres décadas después. El maestro uruguayo Ignacio Iturria, de origen vasco, igual que quien escribe, expone en la Galería LyleO´Reitzel desde el 6 hasta el 31 de octubre en curso, lo que viene a confirmar que desde la República Dominicana se puede oficiar con las apuestas internacionales y competir con ellas, cuando se sabe llevar con profesionalidad y estrategia la responsabilidad de galerista. Una fuerte poética impacta la obra de este dibujante-pintor, y esto lo vivimos a través de una de sus obras titulada “Inmigrantes”, cuyas desproporciones entre la proa del buque y los personajes cómic, nos impactaron desde el primer momento con la entrada en puerto de una masa triangular color marrón anclada al muelle. Este cuadro se impuso como una fábula sacada de alguna historia que conocíamos, y es que el talentoso artista tiene una familia originaria de las costas norteñas de España, donde el País Vasco con sus anteojos libertarios, mira hacia el horizonte. La composición de la obra pone en primera plana los sujetos, personajes diminutos de una pareja desembarcando y buscando tierra con todos sus secretos y silencios en la maleta… Los personajes achicados llegan al Nuevo Mundo reducidos a la mínima expresión de su humanidad. La obra en su desajuste formal y emocional provoca la intensidad de conciencia de un poema o de una milonga en la voz de Atahualpa Yupanqui. Conociendo más la obra, nos fuimos dando cuenta que Iturria maneja las formas con un sentido altamente dramático y patético, aunque también, con un exquisito sentido del humor envuelto en ternura y sutil ingenuidad sazonada de una gran inteligencia visual. El artista necesita contar y fabular dibujando y pintando el contraste de tamaños entre los sujetos visuales que mantienen un diálogo con una puntuación pictórica que corresponde a su semiología visual desde lo más pequeños a los más grandes, desde el personaje central y sus personajes secundarios. Todo importa y todo es importante, tanto el detalle como la totalidad. La tela “El Elefante blanco” es una simbiosis de las geometrías macizas de un sofá corpulento con el cuerpo de un elefante cuya trompa prologa el brazo del mueble, se hace difícil distinguir el cuerpo del animal monumental del cuerpo del sofá. Si se mira de lejos…vemos un mueble kitch, con forma de elefante, y si miramos de cerca inspira sentarse…o subirte al lomo del animal. Estamos frente a un lío de metáforas e interpretaciones, dependiendo por donde gire la
óptica, bien sea desde la perspectiva del mueble, o desde la perspectiva del elefante... La colección que presenta en Santo Domingo revela telas tituladas como” Pavarotti y sus amigos”, en la que el cantante lírico aparece centrado en la tela, parece ser el centro de un mundillo escogido. Aquí lo que impresiona es que el maestro lírico llevado a tan reducida dimensión ocupa con destreza y esmero toda su potencia de “divo del bel canto” concentrando en su figura toda la esencia de su genialidad. Iturria expande en una geometría bien pensada una multitud de personajes, ninguno idéntico, que vienen a reforzar el imperio del tenor sobre las multitudes teniendo probablemente en cada uno de nosotros ecos diferentes… Lograr todo Pavarotti en un personaje de apenas cinco centímetros y alcanzarlo con toda expresión, es casi el resultado de un duende milagroso… Esto es realmente lo que nos asombra en el sentido del duende y la maravilla, pero también, en el sentido filosófico, es decir, que nos confunde. En nuestra visita a la Galería LyleO´Reitzel,nos dio mucho placer encontrarnos con una obra muy específica, ejecutada en Portillo, Samaná, hace muy pocos meses, pues el artista residió unas semanas en esta playa, y desde allí pudo conectarse con las noches celestiales y terrenales, gracias a su mágica escalerita que sube y baja, desde un escenario al aire libre, donde un personaje se mantiene en una pared, en espera quizás que se acueste la noche y que se levante el día….El fondo de la tela dispone toda vida nocturna confidencial y callada, en plena soledad, o llena serenidad. Muchas obras de Iturria nos envuelven en lecturas propias porque comparte con no-
sotros los elementos de la vida que nos acercan o nos distancian, así como los objetos que alimentan nuestra cotidianidad…”. Su obra titulada “Llegando a casa” se anima con unos colores tiernos y alegres, donde el azul se combina entre luces de cielo y mar en una intensidad de referentes urbanos de quien mucho viaja y regresa lleno de vivencias, anécdotas, esperanzas y sueños… El artista ha viajado mucho, viviendo años significativos en España, cuando la movida de la democracia se puso de moda también en el Mediterráneo, donde el recuerdo y la figura de Dalí inspiraban los duendes anónimos. Iturria tiene todo el encanto y la inteligencia de los surrealistas y la captación de visiones convertidas en imágenes eternas por la gracia de su inteligencia. En su mundo juguetón queremos estar y sentarnos en el dinosaurio de juguete mientras el de verdad sigue durmiendo Queremos estar en ese mundo de recuerdos y sueños donde la pileta de un lavamanos se convierte en el océano más grande del mundo, por el cual navega un barco de vela o de guerra. La magia de esta obra se nutre de una exquisita poética del objeto y de los sujetos compenetrados en una alquimia del dibujo y de la pintura que este artista maneja con la precisión del mínimo detalle. Su espacio y su composición pictórica responden al espíritu de la colmena, todo está sectorizado, repartido y comunicado por conexiones permanentes entre la realidad y su discurso metafórico.
En síntesis Iturria tiene una obra intensa y densa, es probablemente uno de los artistas latinoamericanos que más ha producido en estos últimos veinte años. Es un artista de pensamiento profundo con una inmensa maestría en su lenguaje personal, con una eficiencia gráfica y pictórica exquisita y un divertimento visual que invita a sonreír y a pensar. No se pierdan esta exhibición, es una oportunidad única de visitar la obra de un artista con una trayectoria impecable.