Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 19.10.2013
La gran pregunta
¿Bueno o malo?
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Origen franco-haitiano de apellidos dominicanos Página 3
Histórica entrevista con MONSEÑOR LINO ZANINI Hace treinta años que sostuve una entrevista en el Vaticano con Monseñor Lino Zanini, conocido Nuncio Apostólico enviado por Juan XXIII a Santo Domingo, luego de la masacre de los jóvenes combatientes del 14 de junio de 1959. Páginas 4-5
IMPRESIONISMO
moda y modernidad Los impresionistas que pintaron cuadros de valor marcaron una distancia crítica con respecto al uso del vestido concebido como moda... Página 6
“Destellos del Caribe” Artistas españoles de la Colección Bellapart El legado de los artistas españoles y republicanos, en su mayoría docentes, ha dejado una huella visible en la creación plástica dominicana... Página 7
HOY
AREÍTO
Sábado 19 de octubre de 2013
Zona Areíto Areito
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Jean Paul Sartre (Filósofo y escritor francés) El hombre está condenado a ser libre, porque una vez que está en el mundo, es responsable de todo lo que hace
ENCUENTROS
Mu-Kien Adriana Sang
¿Bueno o malo? LA GRAN PREGUNTA. LA PRIMERA REFLEXIÓN Soy un hombre malvado, malo por naturaleza, un asesino feroz y despiadado, con premeditación y por la espalda, a sangre fria he matado un escarabajo, y el pulso no me ha temblado. Chafándolo bajo mi pie, dejando un rastro de huérfanos y viudas, por doquier, me hace sentir poderoso como un Dios, Soy una mala bestia, un malnacido, un animal, un asesino serial, y a la vez un virtuoso, un artista nunca me pillarán, no me tiene fichada la criminal, no tengo antecedentes, ni móviles, ni motivos, no dejo pistas. No he matado al bicho por higiene, ni porque me horrorice este animal, lo hago por gusto, soy malo por naturaleza, y me gusta matar por matar, y que no lo sepa nadie. Sentir como cruje, provoca un bienestar… No le conocía de nada, era tan sólo un escarabajo que no me había hecho más
A
finales de septiembre de este año, la guardia costera italiana rescató a un barco, procedente de Túnez, con destino a Lampedusa que llevaba a 398 refugiados sirios a bordo. El 3 de este mes de octubre, la prensa internacional daba cuenta de que un barco que había salido de las cosas de Libia y transportaba a más de 500 personas se incendió provocando su hundimiento frente a la isla italiana de Lampedusa. Murieron unas 110 personas, la mayoría de los cuales eran polizones africanos que buscaban desesperadamente una entrada a los países de la Unión Europea. Había eritreos, somalíes y ghaneses. Estos hechos evidencian que la isla de Lampedusa se ha convertido en un puente de desesperados inmigrantes provenientes de África y los países de Medio Oriente, con el propósito de refugiarse en algún país europeo. Los afortunados que no mueren en la travesía, no tienen papeles y buscan asilo en Italia. Según las informaciones de la guardia costera italiana, para este mes de octubre había más de 1,250 inmigrantes en un espacio diseñado para 250. La mayoría de los que logran llegar están deshidratados y quemados por la exposición al sol y la gasolina, porque las barcas están tan llenas que el combustible los salpica y les quema la piel. ¿No les recuerda las negociaciones de los colonos españoles que compraban mano de obra esclava, obligando a millones de africanos a realizar una travesía desconocida, en calidad de esclavos, que vinieron hasta aquí, a esta América sufrida para trabajar hasta la extenuación sin nada a cambio? ¿No les recuerda a los culíes chinos o hindúes que llegaron en las mismas condiciones cuando escaseó la mano de obra africana y se “declaró el fin de la esclavitud” en los imperios europeos? ¿No les recuerda también a los judíos que huyeron como pudieron durante la persecución nazi, atravesando montañas, mares y ríos, huyendo como pudieron para salvar sus vidas? ¿No les parece que también rememora la huida aterrorizada de los chinos que huían de la guerra chino-japonesa primero, y de Mao Tse Tung, después? ¿No se parece también a los refugiados de los países que se hacían llamar comunistas, y privados de todo, huyeron hacia la Europa central en búsqueda de mejor vida? ¿No les recuerda a los españoles de la guerra civil, a los españoles de las crisis económicas o a los españoles que huían de las garras de Franco, y llegaban a Francia, Italia o Suiza a vender sus fuerzas de trabajo a cambio de pan y abrigo? ¿No se parecen esas aventuras a la travesía terrestre de los mexicanos, guatemaltecos o de otros países centroamericanos, que intentan eludir la guardia fronteriza de los Estados Unidos buscando el sueño americano? ¿No les parece esa descripción a la travesía-aventura marina de los dominicanos que buscan de donde no tienen para pagar un pa-
que una chispita de asco. Aún así, le he dejado seco sin piedad, y no tengo remordimientos, he vivido un momento, fantástico… Le corto el paso, y le doy una patada que lo deja atontado, temblando de frío, panza arriba… Cuando recupera el pulso, la adrenalina limpio con cuidado la escena del crimen, y vuelvo relajado a la rutina, de buen padre y marido amoroso, donde escondo los peores instintos. Ya conocéis, mi pecado, pero no sabéis quien es el pecador, id con cuidado, ya que un servidor le está cogiendo el gusto a hacer limpieza impunemente, y hoy es un escarabajo, mañana, quién sabe, mañana, hacia donde hemos de ir. El tortuoso camino de las pasiones para quien es malo, pero que muy malo, malo por naturaleza. Joaquín Sabina, Malo por naturaleza
saje de ida, sin retorno, a la isla de Puerto Rico en embarcaciones maltrechas? ¿No se parece también a los haitianos que aceptan trabajar en las peores condiciones laborales “contratados” por empresarios que abusan de su condición para obtener mayores ganancias? Desde hace tiempo hay una pregunta que me atormenta grandemente. ¿Es que esta humanidad seguirá la lógica indetenible y permanente de autodestrucción? ¿Por qué deben existir seres que arriesgan su vida intentando tener mejor vida? ¿Cómo es posible que haya miles, millones de seres sin techo ni abrigo, con hambre, frío y sed, cuando hay tanta abundancia que llega a la inconsciencia y a lo inimaginable? No, no puedo entender a esta humanidad. Peor aún, siendo todos humanos, con alma y corazón; seamos capaces de matar, maltratar o segregar sólo porque su color de piel es distinta. ¿Cómo es posible que supuestos creyentes en Dios sean capaces de asesinar a los que tienen creencias distintas? ¿Cómo es posible que sus religiones impulsen al odio, a la masacre y al exterminio? ¿Cómo es posible que los Hitler, los Mussolini, los Franco, los Pinochet, los Trujillo, los Duvalier, los Somoza… para citar unos cuantos, hayan tenido adeptos, y peor aún, que todavía HOY en el siglo XXI se enarbole la bandera de la superioridad de las razas? ¡Oh! Dios. No, no, no puedo entender, comprender ni aceptar que esta humanidad, o una parte de
ella, los que mandan, los poderosos, destinen dinero y que los científicos pongan su talento para diseñar armas de destrucción masiva, como la bomba atómica, poderosos armamentos de largo alcance y las armas químicas; pero no hemos sido capaces de invertir en investigaciones que permitan descubrir la cura de la peste de hoy: el cáncer. Tenemos millones y millones de dinero para los misiles, para los satélites; sin embargo, hay que realizar cenas de gala para recaudar unos cuantos miles para ayudar en la investigación del cáncer. ¡Qué ironía tan grande! No, no, no puedo entender a esta humanidad, que ha escrito su historia con sangre de millones inocentes. No puedo entender a esta humanidad que ha justificado el poder absoluto, que ha aplaudido a los gobernantes que se han sentido dioses, dueños de la vida de los demás. No, no, no puedo entender esta humanidad que inventó la guerra para conquistar con sus secuelas de muerte y dolor. Esta triste humanidad que con sus actos ha herido lo más profundo de mi alma; peor aún, ha herido su propia esencia, negándose constantemente. En la próxima sigo con el tema.
sangbenmukien@gmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do @MuKienAdriana
LA HISTORIA
1899
NACIÓ EL 19 DE OCTUBRE. Miguel Ángel Asturias Rosales, escritor guatemalteco, premio Nobel en 1967. Novelista y poeta del realismo mágico. Autor de “Leyendas de Guatemala” o de “Hombres de maíz” considerada su obra maestra.
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1931
NACIÓ EL 19 DE OCTUBRE. John Le Carré, seudónimo de David John Moore Cornwell, novelista británico especializado en relatos de suspenso y
espionaje, ambientados en la época de la Guerra fría. _
1898
NACIÓ EL 22 DE OCTUBRE. Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas, poeta y crítico literario español, que fue director de la Real Academia Española. Premio Miguel de Cervantes 1978. Su obra más importante, “Hijos de la ira”. _
1942
NACIÓ EL 23 DE OCTUBRE. Michael Crichton, médico, guionista y novelista estadounidense. Autor de obras tan populares como “Parque Jurásico”, “El mundo perdido”, “La amenaza de
Andrómeda“, “Congo”, “Esfera” o “Acoso”. Muchos de estos libros han sido llevados al cine con guión del propio escritor. _
1942
NACIÓ EL 26 DE OCTUBRE. Michael Crichton, médico, guionista y novelista estadounidense. Autor de obras tan populares como “Parque Jurásico”, “El mundo perdido”, “La amenaza de Andrómeda“, “Congo”, “Esfera” o “Acoso”. Muchos de estos libros han sido llevados al cine con guión del propio escritor.
LEONARDO DÍAZ JÁQUEZ
Cápsulas Genealógicas
AREÍTO
Sábado 19 de octubre de 2013
HOY
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Origen franco-haitiano de apellidos dominicanos
L
a tropa francesa que vino a la isla de Santo Domingo el 29 de enero de 1802 al mando del general Leclerc ha sido reclamada como la progenitora de la mayoría de los apellidos dominicanos de origen francés, aunque en investigaciones que realizáramos en documentos del Estado Civil de la colonia francesa de Saint Domingue pudimos constatar que muchos de los apellidos dominicanos de origen francés ya existían en ella, por lo que creemos que la fuente de la procedencia de los mismos es dicha colonia más que la tropa de Leclerc, ya fueran estos franceses blancos, mulatos o negros. Apellidos como Archambaud, Arnau, Baidallac, Baptiste, Belliard, Benoit, Berger, Bernard, Bisoneaux, Blanc, Borda, Bourbón, Bretón, Chevallier, Cornielle, De la Renta, Deschamps, Dubreiul, Duperón, Durand, Durant, Duvergé, Espallac, Espinary, Ferdinand, Fortuna, Gastón, Gautier, Gautreau, Gilbert, Imbert, Jaques, Joubert, Lachapelle, Lalane, Lambert, Lamy, Laujeunesse, Leclair, Leclerc, Leclet, Lemoine, Lombard, Marichal, Mayer, Metz, Michel, Miniere, Moreau, Morel, Nadal, Noel, Olivieau, Olivier, Pelletier, Porcelle, PrudHome, Roullet, Saillant, Sicard, Thomas, Valette, Valle, Verger y Villenueve, etc., existían en la misma para la época y a raíz de los acontecimientos que terminaron en la independencia de Haití. Como consecuencia de la rebelión de los negros de la colonia francesa, lo más probable es que muchas familias encontraran refugio en la parte española de la isla de Santo Domingo. Apoyamos esta hipótesis en el libro “Manual de Historia de Haití”, de Jean Chrisostome Dorsainvil, en el cual, al referirse a la “Insurrección de los esclavos del Norte”, la que estalló en la noche del 22 de agosto de 1791, el autor dice: “Por todas partes masacre…hubo actos conmovedores de abnegación: muchos colonos, menos duros que los demás, o más humanos, con sus familias fueron conducidos a lugares seguros por esclavos agradecidos.” ¿Dónde estarían esos “lugares seguros”? Sin ninguna duda, en la parte este o española de la isla, así como en Cuba y La Luisiana, pero por razones entendibles, era más fácil llegar a la colonia española. Otros testimonios al respecto los encontramos en el libro “La Era de Francia en Santo Domingo” de Emilio Rodríguez Demorizi, en el que se reproduce el reporte de un viaje por tierra que hizo Dorvo Soulastre desde Santo Domingo a Cabo Francés, las capitales de ambas colonias. Transcribo lo siguiente: “Todos los blancos y negros fieles, que pudieron alcanzar las fronteras españolas fueron por lo general, acogidos con el más vivo interés por los súbditos de su Majestad Católica. No solamente ellos encontraron asilo, sino que también dejaron a los que quisieron establecerse allí, en libertad de hacerlo, aunque las leyes españolas sean muy contrarias a las extranjeras”. Al relatar lo que le sucedió a Francoise Dalalande, dice: “Sus fieles esclavos que se habían ocultado durante aquella sangrienta tragedia se lo llevaron con su mujer y lo condujeron a Monte Cristi, de donde él se dirigió a Santo Domingo con sus dos hijos que habían venido a unirse con él.” La cantidad de franceses que cruzaron hacia la parte española de la isla fue tal que más adelante dice: “La llegada de 1500 a 2000 refugiados de la parte francesa dio a los señores Dalalande la idea de dedicarse a ese género de industria” (agricultura). En otra parte del libro citado de Rodríguez Demorizi hay una referencia a la “Lista de emigrados franceses en San Juan de la Maguana”. De este mismo libro de Rodríguez Demorizi, y específicamente del capítulo referido a “Antonio Chanlate”, General de Brigada y Comisario del Gobierno francés en la parte (antes) española de Santo Domingo”, del 9 de junio de 1800, transcribo el siguiente texto: “Muchos franceses de todos los colores, de todos principios y opiniones frecuentaron la parte española; los unos (y fue el mayor número) buscando refugio contra la persecución, los robos y los asesinatos, que llegaron a ser los elementos propios del gobierno colonial…” ¿Qué efecto pudo tener la tropa que quedó en la colonia (antes) española de Santo Domingo sobre los apellidos dominicanos
Eugenio Fondeur Lajeunesse y su hijo Federico Eduardo Fondeur Pérez.
Monseñor Juan Félix Pepén
Leclerc
de origen francés? Ferrand, para defender la plaza envió proclamas a todas partes, viniendo del exterior 300 personas, por lo que es probable que colonos venidos por este llamado se asentaran en el este de la isla, tal y como se lee en el libro citado: “Entre los franceses que se mencionan en distintas escrituras, establecidos en el este y dedicados a la extracción de maderas, estaban: Juan Pion, F. Doumas, Francoise Gilbert, Mr. Carton (en La Romana), Francois Nole (en la boca del Yuma), Mr. Claude Montás, natural de Mirabalais (en Quiabón abajo), Mr. Terrien, Jean Lampiére, Siló, Lamota o Lamothe en Yuma. Al comentar la situación en el Sur, se lee: “En Baní había un espíritu de quietud causado por la influencia de residentes franceses…”. Un apellido emblemático banilejo de origen francés es el Dumé. Al terminar la guerra de la reconquista, unos pocos soldados de esa tropa fueron llevados a Puerto Rico, y los más, a Estados Unidos y Jamaica. Para dejar mayor constancia de la proliferación de franceses por toda la parte española de la isla, a raíz de la rebelión de los esclavos, traigo a colación un fragmento del discurso que a raíz de una condecoración del gobierno francés pronunció Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio el 10 de septiembre de 2003. Aunque lo atribuye a la tropa de Leclerc, por el contrario pensamos que fueron parte de los colonos llegados desde Saint-Domingue, (compare lo siguiente con el párrafo anterior): “Así podemos leer sobre Dousón Montás que vivía en Chavón Abajo y para 1801 ganó un proceso judicial a un protegido del general Ferrand. Dousón Montás es el tronco de los Montás en la región. Por ese año llegó a la Villa de Salvaleón de Higüey el matrimonio conformado por Juan Pion y María Dermis, quienes fomentaron la siembra de café en la región. ([Lo que hacían en Saint-Domingue, LDJ anotación del autor]). De esa fecha tenemos apellidos que aún perduran, como son el Donastorg, Dalmasí, Pepén, Dalmáu, Nouel, Dotel, Richiez, Pilier, Ducoudray, Gastón, Lapoix (Lapost), Duvergé, Rolffort, Ferrand, Pouriet, Chevalier, Belté, Borg (Bort), Duchos, Duluc, Pignand (Peñán).” Por otra parte, en su ponencia en el “Seminario Internacional La Era de Francia en Santo Domingo”, celebrado el 1 de diciembre de 2007 y auspiciado por la Academia Dominicana de la Historia, el Ing. Efraín Baldrich Beauregard expuso que “Un buen número de colonos franceses que se salvaron de perecer en la sublevación [de los negros
Pedro Archambault
de la colonia francesa de Saint-Domingue, LDJ anotación del autor] lograron hacerlo huyendo a la vecina colonia española de Santo Domingo, radicándose muchos de estos en la península y en la ciudad de Samaná”, para más adelante hacer un listado de los apellidos de los beneficiarios del reparto de tierra que hizo el General Ferrand: Devers, Fontane o Fontana, Sebastien, Rodríguez, Joubert, Ferrand, Clarac, Arrenadere, Tesson, Eusebe, Cabral, Dupiton, Sustra, Panise, Wiver, Saber, Cassembon, Letang, Armand, Collier, Gasson, Lamartelliere, Delgado, Dossou, Lareche, Andrault, Elichat, Duvigneau, Clesle, Dominique, Diron, Lagarde, Matin, Fleury, Gironsse, Pichot, Augrenac, Briot, Beaucoste, D'Herisse, Maillant, Duribe, Chef, Fontaine, Truquillo, La Furgy, Lehernaff, Devine, J. Jarrin, Caone y Janoi de Lassen. En nuestras investigaciones en las Actas del Estado Civil de Saint-Domingue anteriores a 1800, hemos encontrado prácticamente todos los apellidos dominicanos de origen francés de la Línea Noroeste con la casi única excepción del Fondeur, pues hasta el Lajeunesse, que los Bergés trastocan por La Juvenile y que según ellos era el apellido de Margarita, presunta dama de compañía de la esposa de Leclerc, Paulina Bonaparte, y tronco de esa familia, ya existía en Saint Domingue. El hallazgo más importante en esas fuentes es el de Julien Augustin Sicard, comerciante de Fort Liberté, quien el 20 de mayo de 1799 declara el nacimiento de su hija Mary Ann Sicard, que tuvo con la ciudadana Ann Rogers, su esposa, que nació en Bordenton, estado de New Jersey, América del Norte, el 12 de julio de 1794. Este señor es el tronco de los Sicard de La Vega, fue Caballero de la Orden Real y Gran Maestro de Ceremonias del Rey Cristóbal en Haití. Como otra muestra de la presencia francesa y haitiana en la genealogía dominicana señalo que en San Cristóbal, en 1814 Juan Francisco Nival casó con Marta Larcehit, naturales de Francia, en 1820, María Francisca Montás casó con Pedro Langumar Feisé, y en 1822 Juan Celestino Nosé casó con María Francisca La Chapell (Lachapelle), todos naturales de Mirebalais, Haití. Nuestros prejuicios hacia lo haitiano nos llevan a negar su ascendencia en la genealogía nacional, pero ya sean blancos, negros o mulatos, no queda duda de que sobre una gran cantidad de dominicanos corre sangre procedente de la colonia francesa de Saint Domingue y de Haití.
Instituto Dominicano de Genealogía
AREÍTO
Sábado 19 de octubre de 2013
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Sábado 19 de octubre de 2013
adoptara una posición de enfrentamiento con la misma. Don Cucho, desde ese momento y dado su alto sentido político, pero además por la amistad que le unió a monseñor Beras, trató de evitar confrontaciones con los obispos, pero la presión familiar pudo más que el razonamiento sensato y juicioso de su más estrecho colaborador. El impacto de la carta pastoral fue estremecedor. Ese día las iglesias del país se llenaron de ciudadanos de todos los credos para escuchar la lectura del documento. Nadie había oído nada parecido en 31 años de dictadura. Una vez conocido el texto, la atención del país se dirigió al nuevo nuncio con marcado interés, toda vez que se le atribuyó la autoría intelectual de dicho documento. A la vez, el Gobierno arreció su ofensiva contra éste por todos los medios. Después de conocerse públicamente, Trujillo suavizó momentáneamente la tensión que creó en aquel momento: liberó a las hermanas Mirabal y algunos miembros del 1J4. Como consecuencia, la Iglesia emitió el 28 de febrero otra pastoral para la Cuaresma, distendiendo ligeramente los ánimos de la Iglesia para con el régimen, situación temporal, pues un mes después la situación estaba tan tensa como al principio.
Aporte
HOY
HOY
Cuando Zanini sale ya Trujillo no estaba en la entrada de la Nunciatura. El nuncio apostólico quedó anonadado ante aquel show montado por Trujillo y me comentó que lo interpretó como “un intento de ridiculizarlo y colocarlo en situación desairada, sobre todo frente al cuerpo diplomático acreditado en el país y a los altos dignatarios de la Iglesia dominicana.” Fue este un espectáculo más de los montados por el dictador, ya con severas muestras de falta de dominio de sí mismo y hasta de desequilibrio emocional, fruto, sin dudas, de las enormes presiones y críticas que venía recibiendo de todos los sectores de la nación, de la Iglesia y de la comunidad internacional, de la que había sido expulsado un año antes en agosto por el atentado a Betancourt el 24 de junio de 1960. Y la invitación de las mujeres fue, quizás, el “anuncio” de un acto posterior, organizado por Johnny Abbes con un grupo de prostitutas el 4 de marzo de 1961 en la Catedral de La Vega, que acompañadas de varios pericos ripiaos al finalizar un tedeum que asistió Trujillo, lanzaron todo tipo de improperios contra el obispo de esa diócesis, monseñor Francisco Panal.
Relata Crassweller. “En abril, el arzobispo Intento de soborno del canciller Herrera Báez. Zanini regresó a Roma. Poco antes de su
Histórica entrevista con
MONSEÑOR LINO ZANINI H VÍCTOR GÓMEZ BERGÉS
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ace treinta años que sostuve una entrevista en el Vaticano con Monseñor Lino Zanini, conocido Nuncio Apostólico enviado por Juan XXIII a Santo Domingo, luego de la masacre de los jóvenes combatientes del 14 de junio de 1959. Buscaba conocer de viva voz sus recuerdos y acciones relevantes en el periodo de siete meses que permaneció aquí, para dejarlo a la historia y las nuevas generaciones. Los tenía a flor de labios y fue desgranando relatos con la sabiduría de un culto narrador, yo tomaba notas. Comenzó señalándome que el “16 de junio de 1959, dos días después del desembarco de los guerrilleros, fui designado Nuncio Apostólico y arribé al país el 25 de octubre, hace 54 años, día siguiente de la fecha natalicia de Trujillo, lo que hice deliberadamente, permaneciendo unos días en Puerto Rico, para no estar presente en las celebraciones que ya conocía acostumbraba el Gobierno hacer con ese motivo”. Con esa actitud marcó el derrotero del desenvolvimiento de su gestión como representante papal. Desde que llegó y presentó las copias de
estilo al canciller Porfirio Herrera Báez se iniciaron las confrontaciones con el Gobierno, pues éste –el canciller–, consciente o presumiendo las instrucciones que traía el nuevo enviado papal, intentó manipularlo, como estaba acostumbrado hacer con su predecesor Salvatore Siino, quien desempeñó el cargo por nueve años, y otros diplomáticos acreditados ante el gobierno, y seguido me comentó que “rechazó con firmeza los intentos del canciller y jamás volví a tratar ningún asunto de la Misión con este señor, en lo adelante manejé mis relaciones oficiales con el vicepresidente Balaguer, quien era otra clase de persona”. Me confió, además, que la primera y una de sus más severas confrontaciones sostenidas con ese funcionario tuvo lugar cuando “me solicitó bendijera la ceremonia de inauguración de la Feria Ganadera el 21 de enero de 1960, a lo que me negué, señalándole que eso correspondía a las autoridades eclesiásticas del país”. Monseñor Zanini seguía actuando conforme las instrucciones recibidas: “conservar prudente distancia y mantener frías relaciones con Trujillo y su régimen, lo que este advirtió de inmediato”. Tan cierto fue ese proceder que, al cabo de aproximadamente
un mes de haber llegado, “el embajador de Francia quiso ofrecerme una comida en la doble calidad de representante papal y decano del cuerpo diplomático, a lo que me negué pues no quería vincularme con ningún funcionario del Gobierno”. El nuevo nuncio era de una personalidad altiva, de porte majestuoso, imponente, enérgico y decidido. Cuando vestía su capa púrpura y tocaba su cabeza con su bonete de rojo encendido, indumentaria propia de su dignidad eclesiástica, parecía no solo un príncipe de la Iglesia, sino una autoridad soberana, capaz de poder enfrentar a Trujillo en cualquier terreno. Lucía una figura diseñada para detener los azotes, la barbarie y los abusos en medio de los cuales vivíamos los dominicanos. Encarnaba el espíritu de las nuevas corrientes de diligentes prelados orientados por los oleajes de cambios que había iniciado desde la cátedra de Pedro, el pontificado progresista de Juan XIII, a partir del Concilio Vaticano II. La Iglesia, como ha hecho durante XX siglos, sigue adecuándose a los tiempos o provocando cambios, como hace hoy el Papa Francisco. Este hombre fue el alma e inspiración de
la pastoral de enero de 1960, elaborada en defensa de las nuevas víctimas del trujillato. Tenía 50 años de edad y había sido colaborador del Papa cuando este se desempeñó como Nuncio Apostólico en Francia, además, mantenía una estrecha relación personal con Su Santidad. No había dudas que el Papa sabía a quién había enviado a Santo Domingo a frenar los excesos del dictador y los atropellos a la Iglesia y sacerdotes. En esos momentos, el pueblo comenzó a percibir la sensación de que el nuevo Nuncio fue escogido por el Vaticano para realizar una misión específica en el país, levantar la moral de los altos dignatarios de la Iglesia, avasallados igual que los dominicanos por un régimen brutal y despótico, frente a los atropellos de que venían siendo víctimas y a la vez impregnar ánimo y valor a los mismos, para que enfrentaran con firmeza los desmanes que se vivían. Todos esos factores, unidos a las brutalidades contra los detenidos y el rechazo ciudadano al incremento de la violación a los derechos humanos que se vivió en el país después del desembarco del 14 de junio por Constanza y luego del descubrimiento del complot de enero de 1960, empujaron la Iglesia a producir una carta pastoral llamando al Gobierno a liberar los encarcelados y cesar los atropellos de los que estaban siendo víctimas centenares de jóvenes que desprovistos de protección, solo la Iglesia podía pedir clemencia por ellos. Este documento resultó decisivo para el derrumbe de la tiranía, provocó un enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado que se prolongó hasta el ajusticiamiento del tirano. Todo el pueblo percibió seguido que la pastoral fue inspiración del nuevo nuncio. A los cuatro meses de llegar y al mes de la pastoral que estremeció al país, Zanini tuvo un gesto nunca visto en 31 años de dictadura. El 27 de febrero de 1960, luego de concluida la ceremonia religiosa que con motivo de la Independencia del país se celebra cada año en la Catedral Primada de América, con la presencia de las más altas autoridades del Gobierno y el cuerpo diplomático, al salir del templo, en lugar de abordar su automóvil para retirarse a su residencia, Zanini tomó la calle El Conde, por donde transitó solo y a pie, hasta el Altar de la Patria. Durante ese recorrido, que parecía, más que un mensaje de estímulo al valor de los dominicanos, un
desafío a unas autoridades desalmadas, solo le acompañó un reducido grupo de estudiantes universitarios, que desafiando el estado de represión existente le aplaudimos delirantemente, al contemplar aquella figura gallarda, erguida como un roble y admirada hasta el delirio por la juventud, por el papel destacado que se sabía había desempeñado en la redacción y lectura de la carta pastoral del domingo 31 de enero, hacía menos de un mes. Fue conocida la opinión recogida entre los diplomáticos presentes en la ceremonia religiosa señalada y externada por el ministro consejero de la Embajada americana, Henry Dearborn, que “Zanini impactó dramáticamente con su presencia en su primer tedeum”. Y fue cierto. Además se conoció otro dato que reflejaba la creciente ola de rechazo a Trujillo que aumentaba con intensidad al paso de las horas, después de los apresamientos de enero. Nos referimos a lo señalado por el historiador Roberto Cassá, que “un grupo muy reducido pensó matar a Trujillo durante el tedeum del 27 de febrero de 1960”. La pastoral fue enviada a Trujillo antes de ser leída en las iglesias, sin embargo, éste no la conoció hasta el mismo domingo muy temprano. Al enterarse de su lectura en las iglesias, llamó a Virgilio Álvarez Pina (don Cucho) que “le buscara copia de la misma donde monseñor Beras”, quien se sorprendió cuando éste le solicitó el texto, pues “se la enviamos a Trujillo el viernes”, agregándole, como una especie de excusa: “la hicimos porque no tuvimos más camino, pues teníamos muchas presiones”. Ambos se extrañaron, cómo un documento tan importante no llegó a manos de su destinatario inmediatamente. En mis diálogos sobre historia con Balaguer le pregunté una noche, quién fue el responsable de que la carta no llegara a manos de Trujillo de inmediato, pensando yo lo que me confió Zanini, que había escogido a éste como su interlocutor ante el gobierno y su respuesta fue: “no reeecuerdo”, forma usual de evadir preguntas de valor histórico que le hacía con frecuencia. Conocía mis inquietudes y cuando no le interesaba responder las evadía con esa expresión. Don Cucho le comentó a su hijo Cuchito, quien a su vez me lo refirió, que cuando Trujillo leyó la pastoral no reaccionó como se hubiera esperado, sino al contrario: le restó importancia, comentándole que “con la Iglesia no se pelea” y que fue María Martínez quien lo instigó contra la Iglesia e hizo que
En la entrevista, Zanini me manifestó, con inocultable molestia, que durante su permanencia en el país, sobre todo después de la pastoral, hubo nuevas formas de intento de manipulación por parte del Gobierno para que cambiara su actitud y entre ellas hubo una que consideró,“la más grosera y humillante, que demostraba hasta donde llegaba el Gobierno”, que a su entender, parece se utilizaba con otros diplomáticos de la época: el soborno, rechazado por el nuncio con enérgica indignación: “Herrera Báez tuvo el descaro de ofrecerme US$50,000”, como forma de neutralizarlo y no continuara la misión que traía del Vaticano. No era de extrañar ese proceder, pues meses después se conoció “otra indelicadeza similar de Trujillo”, en ocasión de una visita a la residencia del obispo Thomas F. Reilly, de San Juan de la Maguana, el 7 de mayo de 1961, veintitrés días antes de su muerte, “cuando el dictador dejó al descuido un sobre con 20,000 dólares en efectivo”, los que el obispo devolvió argumentando que solo recibía aportes para las pequeñas iglesias de su diócesis, pero nunca para su beneficio personal. Obviamente, las actitudes de Zanini y O’Reilly irritaron aún más a Trujillo, en medio de las confrontaciones entre Gobierno e Iglesia. El dictador no estaba acostumbrado a las negativas, comenzaba a vivir su peor época como gobernante, donde la insubordinación se convirtió en válvula de escape a la opresión.
Otro exceso: “Recepción” del nuncio a Trujillo. Mi conversación con monseñor Zanini fue enriquecedora e inolvidable. Me narró que tuvo otra experiencia sumamente desagradable vivida con Trujillo. “El sábado 30 de abril recibo discretamente la información de que estaban circulando a mi nombre invitaciones para una supuesta recepción que ofrecería ese mismo día a las 12 meridiano a la sociedad dominicana, a los altos funcionarios del Gobierno y al cuerpo diplomático, con motivo de mi regreso al país, luego de estar ausente alrededor de un mes, en Puerto Rico, donde ejercía además como sufragante. Me extrañé –entre otras razones– porque no se invita a un gobernante a un acto el mismo día de la celebración. La forma revelaba la falsedad de las invitaciones”. Ciertamente, utilizando el escudo Vaticano y la más fina impresión, se distribuyeron centenares de «invitaciones» para dicho encuentro social. El día y hora fijados, comienzan a llegar a la sede de la Nunciatura Apostólica altos funcionarios de la nación, elegantemente ataviados, acompañados de sus esposas. Cuando el portero anuncia la presencia de estas personalidades, sale una de las monjas al servicio de la Nunciatura, profundamente perturbada al ver los «invitados» y les aclara que esa misión no ha convocado ningún encuentro de esa naturaleza, pero estos muestran sus «invitaciones» para justificar su presencia. A los pocos minutos arriba Trujillo a la sede diplomática, acompañado de Negro Trujillo y Johnny Abbes, accediendo a la invitación que había recibido del nuncio. Detrás de Trujillo comienzan a llegar «algunas mujeres», carentes –a todas luces– de condiciones para asistir a una velada de esa naturaleza en la sede papal. Cuando la monja le dice al dictador que no hay recepción, éste se muestra sorprendido y le presenta su tarjeta a la religiosa; ante la reiteración de ésta, el «invitado de honor» frunce el ceño, deja ver una reacción de sorpresa y se retira.
partida había ocurrido lo que desde el punto de vista del humor al menos, fue el golpe maestro de toda la prolija disputa con la Iglesia.” “Este revistió la forma de una broma pesada tan fuera de lo común que posiblemente constituya un caso único de chanza por parte de un jefe de Estado. El propio Trujillo planeó el incidente”. “Zanini acababa de regresar de una breve visita a Puerto Rico. Trujillo hizo imprimir un millar o más de invitaciones, a nombre del desprevenido nuncio, para el cuerpo diplomático y los funcionarios del Gobierno”. “El nuncio tuvo la fortuna de que en la mañana del día designado, un diplomático le visitase para expresarle su pesar por no poder concurrir a la recepción, debido a que tenía que despedir al embajador norteamericano, el cual partía para Washington en la hora indicada en la invitación.” Recuerdo que veintitrés años después de este espectáculo, a monseñor Zanini aún le enrojecía de cólera su rostro, cuando me contaba la historia.
Salida de Perón por llegada de Zanini. En esos mismos tiempos se expandió en el país el rumor que el expresidente Perón –asilado en Santo Domingo–, había advertido a Trujillo se cuidara del recién llegado enviado papal, quien había contribuido a su derrocamiento en Argentina. Cuando le comenté a Zanini esta versión me dijo que la misma era falsa, “pues yo no había prestado servicio diplomático en ese país antes de estar en Santo Domingo”, asegurándome que su designación como nuncio en Argentina “fue a finales de la década del sesenta y antes había estado en Ecuador, Chile, Bélgica, Líbano y como internuncio en Teherán. La confusión vino por el parecido de los nombres entre el nuncio que estuvo en Argentina en la época de Perón –Mario Zanin– y el mío… Zanini”.1 Esta fue de las tantas fábulas que se tejieron en torno a aquella personalidad singular que envió el Vaticano a Trujillo y quien, al ser declarado persona non grata por el Gobierno, salió del país el 31 de mayo de 1960. Apenas siete meses y seis días permaneció acreditado como nuncio en Santo Domingo. Quizás haya sido el nuncio apostólico que menos tiempo ha permanecido en un país al frente de una misión diplomática, pero sin dudas, uno de los que más ha contribuido a cambiar –para bien– el curso de la historia de un pueblo oprimido, sin aliento, y sin fuerzas, para luchar contra el oprobio que encarnó la dictadura. Vino y cumplió su misión con el aplauso no solo de los dominicanos, sino de la comunidad internacional que supo valorar cuanto hizo por la liberación del pueblo dominicano. Para la época de nuestra entrevista Zanini ocupaba la posición de responsable de la custodia de la “Basílica de San Pedro”, el cargo oficial es “Delegado de la Rev. Fabbrica de San Pedro”. Yo me desempeñaba como embajador ante la Santa Sede.
1.“Balaguer y Yo: la Historia”, Víctor Gómez Bergés Pág. 123, Tomo I www.victorgomezberges.do
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IMPRESIONISMO, moda y modernidad A Marianne de Tolentino
Señoritas a orillas del Sena de Gustave Courbet.
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DIÓGENES CÉSPEDES
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lla lleva más de cuatro décadas escribiendo crónicas de pintura y espero haya visto en París o Nueva York la primera gran exposición que sobre el tema del título tuvo lugar en el Museo de Orsay del 25 de septiembre de 2012 al 20 de enero de 2013 y la segunda en el neoyorquino Museo Metropolitano de Arte, porque la tercera muestra, clausuradas ya sus puertas, fue pautada del 26 de junio al 22 de septiembre de 2013 en el Instituto de Arte de Chicago. Si no, le queda el consuelo de estas líneas dedicadas a ella por su trabajo. Claro, no soy crítico de arte, sino comentarista o cronista semiótico de esta práctica social que necesita estudios de pintura equivalentes a licenciatura, maestría y doctorado, pero en esta área, como en la del cine, solamente he empleado los conceptos de la semiótica, tal como lo recomienda Émile Benveniste para las prácticas artísticas que no usan, como la literatura, el lenguaje. Si no lo usan, y no hay especialidad en esas materias artísticas deudoras de la semiótica, se corre el riesgo, al comentar o “croniquear”, de metaforizar generalizando. Quienes no se engañan en esto, al marcar su territorio son nuestras cronistas sociales. Me he detenido en esta exposición no solo por mi simpatía por el movimiento de artistas que entre 1870 y 1880, sólidamente aliados a los grandes escritores del momento: Baudelaire, Mallarmé, Zola, Teófilo Gautier, los primeros en definir el modernismo, pero sobre todo Baudelaire, la modernidad, como la crítica social definidora del valor o calidad de la obra en pintura, literatura y las demás artes. Solo en literatura ese aspecto de crítica social de las ideologías de época va unido indisolublemente al ritmo de la obra como definidor del valor. Esto se debe a que los signos discretos que emplean las demás artes que no usan el lenguaje (pintura, música, etc.) son deudores de la semiótica y no pueden ser analizadas con los conceptos de la literatura, sin importar el método escogido por el analista, pues corre el riesgo de metaforizar. Por esta razón, se echa de menos desde el prólogo del catálogo hasta los trece ensayos eruditos acerca de las relaciones entre impresionismo, moda y modernidad, una definición crítica de este concepto, esbozado por primera vez, con el compo-
nente de criticidad, por Baudelaire y más tarde por Walter Benjamín hasta su redondeo teórico más acabado en el libro Modernité modernité, de Henri Meschonnic (Lagrasse: Verdier, 1988). Extraña que 25 años después de la publicación de esta obra, no aparezca la definición crítica de modernidad, pues en el catálogo de 335 páginas en gran formato todos los ensayistas confunden (Cat. P. 54) los términos modernismo y modernización (que son lo actual, lo contemporáneo) con modernidad, el cual es la crítica radical de una práctica social, sea artística, literaria o de otro tipo, y sobre todo, que esa crítica es la que le aporta el valor a la obra, como se verá en el caso de los pocos cuadros impresionistas que cambiaron la pintura de ese período. Es decir, que esos cuadros no pintaron los objetos o los personajes como tema, sino, como aconsejaba Mallarmé, mostraron el efecto que causaban en el plano social. El primer efecto fue de crítica y transformación de la pintura anterior (que se detuvo en Ingres y Winterhalter, herederos de los grandes maestros medievales y clásicos) y el segundo efecto fue de crítica al aspecto social de la burguesía que ascendió con Luis Napoleón III y el proyecto que este le confió al barón Jorge Eugenio Haussmann (véase Cat. p. 151), pues el Emperador «deseaba crear un nuevo orden social ‘que ofreciera nuevas formas de diversión (carreras de caballo en vez de óperas) y crear nuevos modos de despliegue de la burguesía para legitimar sus modernos ritos y formas de identidad.’» (Cat. P. 169, 2ª col). En tercer lugar, los impresionistas que pintaron cuadros de valor, antecedidos por Gustavo Courbet y su “Señoritas en la ribera del Sena” (de 1856-57), marcaron una distancia crítica con respecto al uso del vestido femenino o masculino concebido como moda, lo cual fue un golpe ideológico a un tipo de pintura que realizaban pintores asociados al impresionismo, como James Tissot “El marqués y la marquesa de Miramon y sus hijos”, de 1865 (Cat. P.18), (“El círculo de la calle Real”, de 1868. Cat. P. 150) o al belga Alfred Stevens, retratista de lo real y al uso de vestidos de las revistas de moda sin transformación ni distanciamiento con respecto a los objetos del entorno (“Flores de otoño”, de 1867, Cat. P. 34; retrato de 1879 de la pintora Eva Gonzales, ligada al impresionismo
(Cat. P. 36) y “Mujer con vestido rosado”, de 1866, Cat. P. 1 37). A estos pintores retratistas, del mismo período de los impresionistas, no hay que confundirles con ellos, pues como dice el crítico Guy Tinterow en el capítulo I del catálogo (p. 18), los impresionistas, “osados pintores modernos como Gustavo Courbet, Edgardo Degas, Eduardo Manet, Claudio Monet y Pedro Augusto Renoir le plantaron cara al reto de pintar al hombre y la mujer contemporáneos a través de un pronunciado énfasis en el vestido y la moda –más allá de lo que Zola se sintió obligado a desenmascarar como ‘cuadros triviales y faltos de inteligencia que copian la moda’, sin duda porque se han vuelto ubicuos.” En el cuadro realista de Courbet titulado “Señoritas a orillas del Sena” que ilustra esta crónica, no es la joven semidesnuda lo que escandalizó, sino el sombrero de copa colocado al lado del remo del bote. Ausente de la pintura, no había necesidad de pintar al dueño del sombrero, sino sugerir el efecto causado. Esto suponía de parte del público que las mujeres eran prostitutas y que al menos la que figura delante se había desnudado a la vista de un hombre. La incorporación de sujetos, sobre todo marginales, en el nuevo modelo de consumo del Segundo Imperio (1850-78) les causará serios problemas a los impresionistas cuando obras más atrevidas que las de Courbet serán rechazadas en los salones de exposición, como veremos luego. Tal el caso de “Rolla”, 1878, de Enrique Gervex (Cat. P. 132). En ambas obras, las mujeres duermen el sueño plácido de un pos orgasmo insinuado. O el “Desayuno en la hierba” y “Naná” (1863 y 1877) de Manet (Cat. Pp. 87 y 126). Los impresionistas cambiaron la forma de captar “el instante” de la vida cotidiana y lo realizaron al insertar en ese breve momento una crítica social a la pintura anterior, a la sociedad y a la ideología de las revistas de moda o ilustradas, a las tiendas por departamento, al concepto de la parisiense y sobre todo al concepto de las relaciones amorosas entre mujer y hombre, una crítica al mundo de las finanzas y a la noción de muchedumbre (“foule”, en francés) como nueva noción de consumidores anónimos de los productos de moda de las grandes tiendas del nuevo modelo económico, social e ideológico implantado por los políticos del Segundo Imperio. (Continuará).
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SEMANAS DE ESPAÑA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
“Destellos del Caribe”Artistas españoles de la Colección Bellapart Excepcional exhibición de arte con motivo de las Semanas de España A: doña María Ugarte y don Carlos Curiel
DELIA BLANCO
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o podemos hablar de las vanguardias españolas sin pensar en doña María Ugarte, una inmigrante española, intelectual, que toda su vida en su labor de crítica literaria y de arte defendió los aportes que tan pronto pisaron tierra dominicana hicieran los inmigrantes Botello, Gausachs, Fernández-Granel, Manolo Pascual, Prats-Ventós, Shum, Compostela y Vela Zanetti. Al igual lo hizo su amigo entrañable el Dr. Carlos Curiel, abogado, periodista y crítico de arte, literatura y cine, quien, al igual que doña María, ejerció el periodismo hasta el final de su vida, ambos desde la plataforma del periódico El Caribe. El legado de los artistas españoles y republicanos, en su mayoría docentes, ha dejado una huella visible en la creación plástica dominicana, ya que iniciaron la plataforma para el renacimiento de las artes plásticas y visuales, así como cultural, a nivel nacional en República Dominicana. Dentro del marco de la celebración de “Semanas de España en República Dominicana”, celebrada desde el 25 de septiembre al 28 de octubre en curso, el Museo Bellapart facilitó a la Quinta Dominica las obras de su colección, dentro de su política institucional que tiene como uno de sus propósitos fundamentales la promoción del arte dominicano tanto en el territorio nacional como en el extranjero, donde han llevado a Europa maestros dominicanos como Jaime Colson, específicamente a la UNESCO de París, y luego a Japón. La Quinta Dominica exhibe su colectiva “Destellos del Caribe. Artistas españoles en la Colección Bellapart”. La misma consiste en una propuesta de dibujos, pinturas y esculturas significativas, que han sido el gran legado de nueve artistas españoles pertenecientes a la generación de la Guerra Civil, y siendo descendientes de la República Española lucharon contra la subida de la dictadura franquista. Fueron hijos del destierro y del exilio, formados por las ideas de libertad republicanas, y educados con los valores éticos y estéticos de una gesta política que puso al arte y la cultura en alto, como valor fundamental para la educación y la democracia. Fueron los herederos de una mentalidad y actitud ciudadana de intelectuales comprometidos con un sentido muy amplio de libertad, pues entendían que no podían identificarse como artistas e intelectuales sin implicarse en la creación y la dinámica de un tejido social y humano que permitiera un diálogo permanente entre el intelectual, el artista y el pueblo. Es con esa fuerza que se instalaron en República Dominicana, aportando con su arte y sabiduría elementos de diálogo y reflexión con la intelectualidad y los artistas dominicanos que intentaban sobrevivir a la dictadura trujillista. Esta exposición “Destellos del Caribe” tiene un significado profundo, pues nos ofrece muchas claves de lectura. La primera es la humana, que estamos frente a una generación de españoles que defendió la España revolucionaria y vanguardista, tanto en el sentido artístico como político, pues la República fue una de las propuestas más avanzadas del diálogo necesario entre arte y sociedad para el mayor fruto de la libertad y de la democracia. Llegaron con sus sueños y las utopías abiertas a la solidaridad, dispuestas a seguir con el arte como instrumento esencial de lucha e integración con los pueblos. Esa fuerza y ese objetivo les favorecieron una acogida solidaria e inteligente de la intelectualidad y de los artistas dominicanos amenazados por la soberbia y la represión trujillista. Por este motivo, una vez más, el arte nos permite confirmar que es probablemente la capacidad humana que favorece superar todos los obstáculos impuestos por las ideologías herméticas a la libertad del ser humano, una libertad que no sea limitada por intereses de estados, ideologías y de “moral de zarzuela”. Lo más importante es que esta generación de artistas españoles republicanos y sus descendientes fueron capaces de crear el
diálogo, de crear y hacer la obra. Porque el otro elemento fundamental es que así como llegaron cargados de ideas revolucionarias, también aportaron sus conocimientos heredados de las nuevas vanguardias europeas con sus praxis cubistas, impresionistas y constructivistas. Todas las obras exhibidas son excepcionales, y no tenemos espacio para analizar y enunciar cada una de ellas, por lo que nos permitimos darle algunos avances de la gran colectiva que les invitamos a disfrutar: Eugenio Fernández-Granel, presentando su obra de 1946, “Indio comprando un caballo” (óleo sobre cartón). Oriundo de La Coruña, Galicia, estudió música en Santiago de Compostela y en Madrid, donde inició amistad con Enrique Casal Chapí, quien le invita a Santo Domingo en el 1939, y forma parte de los primeros violines de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Casal Chapi. En el 1941, a raíz de un encuentro con André Bretón, descubre su vocación por la pintura. Este autodidacta en pintura, participa en el movimiento “La Poesía Sorprendida” e hizo las ilustraciones para la revista de dicho movimiento, del cual formaba parte, justamente, el doctor Carlos Curiel, a quien le hacemos homenaje post mortem. De Antonio Prats-Ventós, de la colección La Selva, un relieve en caoba, producida a finales de la década del 70. Este catalán se casó e hizo familia en República Dominicana, compartió su pasión creativa entre la pintura y la escultura, que finalmente se impuso, ya que su creación escultórica es excepcional, y en la que trabajó la madera, piedra, cemento y metal, conjugando la figuración y la abstracción, el relieve, la talla y el policromado. Josep Gausachs, 1889-1959, nacido en Barcelona, quizás el mejor formado del grupo, cuya formación en Barcelona la consolidó en París, estableciéndose en Montparnasse, donde compartió con las vanguardias del momento. En 1940 llegó al país como exiliado político republicano, incorporándose como docente a la recién creada Escuela Nacional de Bellas Artes, lo que permitió que muchos artistas dominicanos, hoy maestros, se nutrieran y completaran su formación con Gausachs. Formó parte del grupo Los Cuatro, junto a Jaime Colson, Clara Ledesma y Gilberto Hernández Ortega. Al igual que su amigo Prats-Ventós formó familia en Santo Domingo, donde ambos murieron y aquí están enterrados. “Sus paisajes y sus figuras femeninas manifiestan una especial sensibilidad hacia los matices y riquezas del color y del mestizaje en el Caribe”, señala Myrna Guerrero, directora del Museo Bellapart y comisaria-curadora de la colec-
tiva. En el catálogo hecho para “Destellos del Caribe” seleccionó uno de los períodos más interesantes de la historia del arte dominicano, la obra “Negrita”, hecha por Gausachs en 1944. Carboncillo y gouache sobre papel kraft, 65x46 cm. Que la Quinta Dominica haya optado por este ángulo de conmemoración de encuentro de los “Dos Mundos” nos parece responder a las urgencias y planteamientos que nos exigen los desafíos del siglo XXI, es decir: construir, diálogo, paz y reflexión, más allá de los dramas y de las tragedias históricas que surgieron de las colonizaciones y de las guerras. Es un ejercicio fundamental para alimentar el “diálogo sin olvido”, “el perdón con la memoria”, y poner en evidencia todo lo sublime del ser humano que en su genialidad de creación e inteligencia es capaz de aportar a la civilización de lo universal, a la cual nos invitan a participar con el orgullo en el pecho pensadores y poetas como Aimé Césaire, Senghor, García-Lorca, Éluard, Apollinaire y Picasso, así como tantos olvidados en los que no podemos soslayar al grupo de intelectuales y artistas españoles que se exiliaron en América Latina para darle la tunda al franquismo a través del arte, la cultura y la inteligencia. “Destellos del Caribe” nos permite estar cerca de estas ideas universales y sentirnos más cerca de todos aquellos que con la pluma y el pincel nos salvaron de la vergüenza, poniendo en alto la dignidad de ser libres. Es una exhibición que permite analizar todos los aportes técnicos y de composición que los artistas españoles republicanos aportaron al arte dominicano, en esta, podemos admirar los trazos de composición y descomposición de la imagen, así como el fraccionamiento del espacio dentro de la tela. Ahora bien, aportaron y recibieron, pues enfrentados a la luz del trópico, a una nueva geografía y a una nueva historia antropológica de los usos y costumbres, tuvieron frente a ellos una pantalla excepcional de colores y elementos que encendieron sus obras. Es ahí donde observamos “el encuentro de estos dos mundos”, va más allá de una conmemoración histórica, social y política, porque “Destellos del Caribe” es el resultado del encuentro de dos mundos unidos por la complicidad de la creación y la conciencia de la humanidad, es un humanismo hecho obra surgido del encuentro artístico e intelectual de dos mundos de imaginación, luz, utopía y sueños… Queremos concluir señalando que esta exposición cumple con una de las funciones fundamentales del arte, pues une el viejo y el nuevo mundo con la magia más inexplicable del ser humano, ¡el duende de crear y la fuerza de pensar!
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Dominicana:
¿Negro yo? No, indio
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EZEQUIEL ABIU LOPEZ
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n el auditorio de una escuela primaria llena de niñas sonrientes, Luz Bautista y Clara Morel contaban historias de princesas y héroes. Morel lucía como vestuario un plástico blanco sobre una blusa colorida, en tanto que Bautista tenía una bolsa de papel marrón sobre sus mallas azules. Ambas mujeres afrocaribeñas mostraban sus abultados peinados afro. “Sí, eres una princesa”, le dijo Bautista a Morel, cuyo personaje sufre porque su tez oscura y cabello crespo la alejan del aspecto típico de una princesa de cuentos de hadas. “Y tú también (eres una princesa)”, le dijo Bautista a una niña del auditorio, quien comparte el origen africano y español de las actrices. Bautista y Morel son integrantes del grupo teatral “Arbol Maravilloso” que visita escuelas de barrios populares con su campaña “A la escuela voy como yo soy” con el objetivo de combatir el racismo y que los niños sientan orgullo del origen negro de la mayoría de la población dominicana que, pese a sus características mulatas, tiende a describir el cabello crespo como “pelo malo” y a negar su condición de afrodescendiente. El grupo teatral es parte de un movimiento cultural que trata de combatir prejuicios históricos a través del arte y la educación. La coreógrafa Awilda Polanco dirige una compañía de danza que intenta rescatar las tradiciones afrocaribeñas, en tanto que el Instituto Tecnológico de Santo Domingo capacita a maestros de primaria para que respeten y festejan la diversidad, la tolerancia y la herencia africana. Es una tarea ímproba en un país donde los documentos oficiales que incluyen la raza o color de piel, como la cédula de identidad, clasifican a los negros y los mulatos con una “I”, de indio, e incluso con denominaciones más detalladas como “indio-claro”, “indio-oscuro” o “indio lavado”, pero muy pocas veces como negro. Aunque alrededor del 80% de los 10 millones de habitantes de este país caribeño son mulatos, con una gama de tonos de piel que va desde trigueña hasta muy oscura y con predominancia del cabello crespo y grueso, los dominicanos se autodefinen en su mayoría como “indios” con “pelo malo”. Unos pocos tienen “pelo bueno”... o lacio. Ocultar el cabello crespo es “la expresión más visible de un discurso discriminatorio que anula una parte de la cultura” dominicana, explicó a The Associated Press Morel, directora de “Árbol Maravilloso”. El uso del término “indio” en contraposición con el “negro” surgió como resultado de un sentimiento en contra del vecino Haití generado durante los 22 años de ocupación haitiana (1822-1844), explicó a The Associated Press el historiador Emilio Cordero Michel. República Dominicana se constituyó como nación cuando mediante las armas se independizó en 1844 de Haití. Los niños mulatos, que conforman la gran masa popular, “crecen avergonzados de sus rasgos físicos, su color de piel y su tipo de cabello” debido a una larga tradición que niega la negritud y la disfraza con eufemismos y tratamientos estéticos, dijo Morel. Las escuelas públicas no permiten desde hace varias décadas que las niñas de cabello crespo lo usen suelto y piden que los varones se lo corten al ras con el argumento de que deben evitar la propagación de piojos. Cuando una escuela prohíbe el cabello crespo suelto, “los niños entienden que hay algo malo en sus características”, afirmó Morel, agregando que las reglas en los colegios “no se aplican por igual”, pues las niñas de cabello lacio o “pelo bueno”, sí pueden lucir el cabello suelto, al igual que la niñas de cabello crespo luego de alaciárselo. Uno de los objetivos de las charlas, canciones y obras teatrales de “Árbol Maravilloso” es convencer a los profesores de que flexibilicen las reglas orales contra el cabello crespo y que propicien el orgullo hacia la identidad afrodescendiente. Tras una presentación, un alumno de una escuela en un barrio popular de Santo Domingo se acercó a Morel y le dijo “yo quiero ser de su grupo”, pero no deseaba ser actor. “Yo también quiero ser afrodescendiente”, detalló el niño de piel oscura y cabello crespo. El “rechazo a la negritud” se asocia a la visión de que “los haitianos son los negros y nosotros, los blancos”, consideró Desirée del Rosario, coordinadora académica del centro de estudios de género del Instituto Tecno-
Esta niña, descendiente de padres haitianos, vive en un batey azucarero de San Pedro de Macorís.
Hillary Marte arregla su pelo, en Boca Chica.
lógico de Santo Domingo. Aunque insiste que ese rechazo tiene un trasfondo racial. Durante la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), quien ordenó en 1937 la ejecución de unos 17,000 inmigrantes haitianos, el término “indio” fue incluido en la cédula de identidad y electoral, recuerda Cordero Michel. El propio Trujillo, un mulato obsesionado por mermar la negritud del país, se maquillaba el rostro para reducir el tono de su piel. “Pocos países usan el color de la piel en los documentos de identificación, pero éste es un país racista”, lamentó Cordero Michel. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas consideró en un informe del 2013 que las “denominaciones ‘indio-claro’ e ‘indio-oscuro’, que aún persisten, no reflejan la realidad étnica” de República Dominicana. La organización manifestó su preocupación por “la firme negación del Estado” sobre la existencia de discriminación racial, pese a frecuentes denuncias y prácticas de la vida cotidiana. Pero José Ricardo Taveras, director de Migración y uno de los representantes del país en la reunión de ese Comité, ha insistido que no existe racismo, como en Estados Unidos, sino sólo algunos casos aislados. “Nuestra nación se ha constituido en base a un crisol de razas y riqueza cultural donde la migración ha jugado un papel predominante”, recordó Taveras en su participación el 4 de octubre en una reunión sobre migración en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. El funcionario destacó que el código penal establece sanciones de cárcel para quien incurra en discriminación. El procurador general Francisco Domínguez anunció en mayo pasado sanciones para los centros de diversión que discriminaran a los clientes por su color de piel, raza, peinado o vestimenta, luego de que una joven de doble nacionalidad, esta-
dounidense y dominicana, aseguró que un bar de una exclusiva zona de Santo Domingo le negó el ingreso junto a varios amigos extranjeros por ser mulatos y mestizos. Entre los procedimientos estéticos orientados a disimular la negritud, el más popular y arraigado es el alaciado del cabello entre las mujeres, que ha generado una millonaria industria de belleza y ha dado prestigio a las estilistas dominicanas en Haití, Puerto Rico y en la costa este de Estados Unidos. Según el estudio económico y antropológico de los salones de belleza realizado por Gerald Murray y Marina Ortiz en el libro “Pelo bueno, pelo malo”, las mujeres dominicanas de todas las clases sociales invierten 12% de sus ingresos en tratamientos estéticos. En los salones de belleza es frecuente ver a niñas a quienes les alisan el cabello con rolos y secadora o incluso con químicos. “Eso es un asunto de racismo, pero también de protocolo”, comentó el ama de casa María Cosme, quien comenzó a alaciar el cabello de su hija María Isabel desde que la niña tenía cuatro años. “Pero le pongo un (químico) desrizado que no es tan fuerte como el de adultos”, asegura Cosme, cuya hija tiene en la actualidad siete años. Cosme, habitante de un barrio popular del oriente de Santo Domingo, narra que decidió alisar la cabellera de su hija por la presión escolar. Recuerda que un día de fiesta envió a su hija al colegio de monjas con su cabello crespo suelto, sólo adornado con una cinta, y las profesoras le recogieron el cabello y le advirtieron a la niña que para acudir a clases tenía que amarrárselo. Esas restricciones se extienden a los centros laborales. Elizabeth Veloz, una diseñadora gráfica que gusta de usar al natural su cabello rizado, asegura que el jefe de recursos humanos de la empresa de auditores en la que ella trabajaba la cuestionó, poco antes de despedirla, sobre su negativa a alaciarse la cabellera. “Me dijo que el pelo rizo no es un pelo formal, que es un pelo de playa”, comenta entre risas Veloz. “¡Pero lo peor de todo es que él es negro, como yo! y se lo recorta al ras porque lo tiene crespo”. Pero no todo mundo coincide que el alaciado del cabello tiene tintes racistas. “Los moños (los rizos apretados) son difíciles de peinar; ¿tú sabes lo que duele pasar el peine?”, explicó María Cándido, una joven de ascendencia haitiana que, pese a la pobreza y marginación del poblado donde vive, se alisa el cabello una vez al mes. La estilista profesional Yoly Reyes, quien desde los 15 años se alisa el cabello, reconoce que “soy negra y no por alaciarme el pelo voy a dejar de serlo, pero creo que con el pelo lacio me veo más bonita”. Reyes cuestiona: “¿Cuándo tú has visto a la esposa de Obama con el cabello crespo? No creo que ella se lo alise para dejar de ser negra”. (Cable de AP)