Vocación se deriva del latín vocare, que significa llamar. Y
llamar supone a un ser capaz de escuchar, de comprender
y con posibilidad de responder (o de no hacerlo). Por
tanto vocación es algo exclusivamente humano. Si ello es así,
la vocación es un asunto serio que trasciende el instinto y los
impulsos o tendencias biológicas: del animal no puede decirse
que tenga ni siquiera una mínima probabilidad de dedicar su
vida al desarrollo de alguna faceta en especial. Y si cómo se
mencionó, llamar implica la eventualidad de responder, entonces
la vocación es un asunto de responder a la vida con profunda
responsabilidad