ASAMBLEA DE SUPERIORES MAYORES DISCURSO DE APERTURA Hno. Jesús Etayo 26 de octubre de 2015
1. Introducción Queridos Hermanos, Quiero comenzar mi discurso dándoles a todos ustedes la bienvenida a Roma y a esta Casa General, que es la Casa de todos los que formamos la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios. Deseo que tengan una buena y agradable estancia durante estos días y les pido por favor que cualquier cosa que necesiten nos lo hagan saber para intentar complacerles. Espero y deseo, asimismo, que la Asamblea de Superiores Mayores que estamos iniciando sea fructífera para toda nuestra Orden, para lo cual es necesario que la vivamos como una oportunidad que el Señor nos brinda para discernir y proyectar nuestra institución hacia el futuro. Por ello les pido vivir con especial intensidad la oración y la celebración de la Eucaristía, estando especialmente atentos a la escucha del Espíritu del Señor. Quiero saludar de modo particular a los dos nuevos Superiores Provinciales nombrados durante el año actual. El Hno. Justin Howson, nombrado Superior Provincial de la Provincia del Buen Pastor en Norte América una vez que se culminó el proceso de fusión con la Congregación de los Hermanitos del Buen Pastor, aunque el Hno. Justin ya nos viene acompañando en los encuentros de Superiores Mayores de los últimos años. También saludo y doy la bienvenida de manera particular al Hno Joachim Macejowski, nuevo Superior Provincial de la Provincia de Austria, dado que el Hno. Ulrich Fischer, Superior Provincial elegido en el Capítulo Provincial de 2014, ha renunciado a su cargo por problemas de salud, que le impedían seguir asumiéndolo. Deseo agradecerle profundamente el servicio realizado a la Provincia y a la Orden durante más de dos mandatos y le encomendamos al Señor para que le asista y le ayude a superar estos momentos, siempre dificiles. Saludo también al P. Luis A. Gonzalo, claretiano, que ha tenido la amabilidad de acompañarnos durante este encuentro como Moderador y Facilitador. Viene de España y entre otras cosas es Director de la Revista Vida Religiosa que editan los PP Claretianos en España y acompaña a muchas instituciones de vida consagrada, masculinas y femeninas, en Asambleas, Capítulos y otros encuentros. Le agradecemos de antemano su presencia y seguro que será de gran ayuda para el buen éxito de esta Asamblea. Por fin saludo a los y las intérpretes que como siempre nos ayudáis para poder entendernos y realizar nuestro encuentro y a todos los Hermanos y Colaboradores que nos acompañan y asisten estos días en la Casa. Bienvenidos todos. En mi discurso quiero hablar de dos argumentos: el primero referente a la evaluación que recientemente hemos hecho el Definitorio General Ampliado sobre las Declaraciones del último Capítulo General (Líneas de Acción y Prioridades) , cuando estamos prácticamente a mitad del sexenio. El segundo será en torno al tema del futuro de nuestra Orden y al que le vamos a dedicar gran parte de esta Asamblea.
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2. Llegamos a la mitad del sexenio... El tiempo pasa muy deprisa decimos todos y así es. Ha pasado ya la mitad del sexenio. Pero ha sido un tiempo muy intenso, en el que han pasado muchas cosas, muchos acontecimientos y el día a día, además de todo lo que tenemos programado, nos demanda continuas respuestas y decisiones que se deben tomar. Por una parte es signo de vitalidad de la Institución, pero tiene la dificultad de que esas demandas, muchas veces cuasi administrativas, nos ocupen todo el tiempo, teniendo la sensación de no dedicar el espacio necesario a la reflexión y al discernimiento con una visión y una perspectiva amplia de nuestra Orden y de nuestra Familia Hospitalaria, sobre todo mirando al futuro. Y eso tiene la dificultad de que el tiempo nos pasa muy ocupados, pero hay cuestiones de tipo estratégico y de visión que el paso del tiempo en sí mismo no las soluciona. Teniendo en cuenta las Declaraciones del LXVIII Capítulo General, quisiera hacer algunos comentarios, ayudado por la evaluación que hicimos de ellas en el Definitorio General Ampliado en el mes de junio pasado. Comenzaré por el apartado de la Misión : Por parte del Gobierno General se han realizado la mayor parte de las acciones programadas hasta el momento, si bien los resultados son diversos, como diversas son las Provincias y la situación de cada una de ellas en los distintos ámbitos. Por ejemplo, se está haciendo un importante esfuerzo en el impulso de las Comisiones Generales y Subcomisiones Regionales de Pastoral, Bioética, Pastoral Vocacional y Formación Inicial, Escuela de Hospitalidad etc. Evidentemente las respuestas que se dan en las Provincias no son todas iguales e incluso en algunos de estos temas existen retrasos y es necesaria un mayor compromiso e implicación para avanzar en los criterios y líneas de la Orden. En relación a la G estión Carismática creemos también que se está haciendo un importante esfuerzo en toda la Orden, aunque existen también ritmos y situaciones muy distintas. Creo que en organización de la gestión, en la transparencia y en la búsqueda de la sostenibilidad económica y carismática debemos seguir creciendo, sobre todo algunas Provincias. No todos los centros y las Provincias han elaborado su Plan Estratégico como indicó el Capítulo General y es importante. Como saben la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica nos hace una llamada a una gestión profesional y transparente y entre otras cosas nos indica: realizar presupuestos y balances con el correspondiente control de gestión y especial monitoreo para las obras en pérdida; insiste en la vigilancia y los controles, planes de inversiones y controles de las mismos. Sobre la rendición de cuentas recuerdo: hacer balances según esquemas internacionales uniformes; es oportuno distinguir los balances de las obras de los de las comunidades; necesidad para las obras de hacer la certificación de los balances y las auditorías (también lo dicen nuestros Estatutos Generales –art. 164c-. Esto es por tanto una exigencia y muchos de nuestros centros no lo hacen, incluso aquí en Europa y eso no es admisible). En fin, indica el documento lo siguiente: “Se hace presente que esta CIVCSVA en ausencia de balances certificados, podría no conceder la autorización para procedimientos de financiación” (CIVCSVA. Líneas orientativas para la gestión de los bienes en los Institutos de Vida Consagrada y en las Sociedades de Vida Apostólica. Carta circular. 2 agosto 2014). En muchas Provincias se aplican adecuadamente estos criterios, pero en otras hay deficiencias a veces importantes que se han de subsanar. Tanto en las obras de mayor magnitud como en aquellas más sencillas hemos de estar en permanente vigilancia y revisión de nuestros sistemas de organización, gestión, transparencia y control de la gestión. La Comisión Financiera de la Curia General está trabajando algunos temas de los que nos informará, pero nunca se ha de bajar la guardia, más bien al contrario.
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Desde hace años venimos trabajando por Regiones en la Orden y creemos que las Comisiones Regionales están siendo un buen instrumento para ello. Todas están realizando sus programas y están trabajando bien, aunque sin duda queda un amplio espacio para el crecimiento y la mejora, tratando de crecer en la colaboración y en las sinergias posibles, ya que existe un alto potencial en las Provincias que hemos de poner a disposición de las Regiones y de la Orden. La Cooperación Internacional es otro punto importante para la vida de la Orden y en el que el LXVIII Capítulo General insistió. He de agradecer de nuevo a toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios la generosidad, la ayuda y la respuesta que está dando a la campaña contra la Epidemia del Ébola desde julio del año pasado. Aprovecho para hacer de nuevo un homenaje a los Hermanos y Colaboradores que perdieron sus vidas dándonos un testimonio ejemplar de Hospitalidad, así como a los Hermanos y Colaboradores que han permanecido y siguen allí, dado que no ha concluído la difícil situación. No obstante y a pesar de los avances que también se han realizado en este campo de la cooperación, sigue siendo necesaria una mayor coordinación entre los centros, las Provincias y la Oficina de Misiones y Cooperación Internacional de Curia General. No es bueno ni deseable que nadie vaya por libre, entre otras cosas porque perdemos oportunidades y sobre todo porque después existen a veces problemas de transparencia. En cuanto a la V ida de los Hermanos y de las Comunidades , desde el Gobierno General hemos tratado de animar esta parcela a través de los Capítulos Provinciales, Asambleas, Visitas Canónicas, Cartas circulares y otros medios a nuestro alcance. Aquí también la situación es diversa dependiendo de las Provincias y Regiones, pero sin duda es un aspecto central, que hemos de renovar y reavivar. Sin ello, todo lo demás perderá fuerza y significado carismático y evangélico. Creo que necesitamos insistir en una mayor exigencia en la vida espiritual y en la vida de nuestra consagración religiosa hospitalaria . En general vemos que los niveles de exigencia son escasos y en algunos lugares no llegan ni al nivel de cumplimiento de los mínimos exigidos por las constituciones. Por la forma de vida, por los comportamientos, por los criterios que se escuchan y sobre todo que se siguen, se denota poca profundidad espiritual y mucho autorreferencialismo o egoísmo. Incluso se extiende la poca disponibilidad ante las demandas de los Superiores por no hablar de otros comportamientos en relación a los otros votos religiosos. Quizá soy duro y por supuesto no quiero generalizar –porque hay Hermanos ejemplarísimos-, quizás en muchos lugares los Hermanos tienen ya unas edades altas y poco más se les puede exigir, pero es lo que observamos y creo que debe ser nuestra mayor preocupación. Respecto a la vida de Comunidad , observamos que cada vez las comunidades son más pequeñas, tanto que algunas son de dos o tres miembros, muchas veces con el fin de que en todas las obras haya presencia de una comunidad. Creemos que esto hay que revisarlo y somos partidarios de comunidades más amplias, que garanticen la vida fraterna en hospitalidad, aunque eso implique dejar obras sin comunidad. Valoramos no obstante el intento de algunas Provincias de reestructurar las Comunidades en esta línea y les animamos a seguir en ello. La Pastoral Vocacional y la Formación inicial y permanente es otra área de preocupación para el Gobierno General. Ciertamente se han hecho algunas de las acciones previstas por el Capítulo General, como el Año Vocacional que estamos celebrando, la constitución de la Comisión General y las Subcomisiones Regionales que están dando nuevos impulsos a este área, como los nuevos centros de formación para la Región Asia Pacífico en Filipinas. Quisiera recordar a todos que estamos celebrando el Año de la Vocación a la Hospitalidad y hemos de aprovechar la oportunidad también para impulsar adecuados programas de Pastoral Vocacional. Ahí queda mucho por hacer, sobre todo en algunas Provincias. 3
En la formación inicial tenemos que poner mayor empeño, tanto en los modos de realizarla como en la asignación de formadores, que debe ser una prioridad por encima de otras. Encontramos importantes lagunas, que se ven sobre todo durante el escolasticado y en los primeros años después de la profesión solemne. Hemos de ser más exigentes en la formación, debemos certificar y comprobar mejor las motivaciones, señalando e identificando mejor el itinerario formativo, con las experiencias y pruebas necesarias para ello, en definitiva debemos hacer mejores procesos de discernimiento. En este sentido la Comisión General de Formación deberá examinar el plan de formación de la Orden. No puede ser que un escolástico o un recién profeso solemne presente dificultades vocacionales o exprese criterios alejados de la vida consagrada y la vivencia de sus compromisos, viviendo un estilo de vida inapropiado. Claro que muchas veces se corresponde con el que ven en sus mayores. Sobre la formación permanente se están haciendo algunos esfuerzos y en ocasiones por la edad de los Hermanos no resulta fácil. Pero es insuficiente, hemos de crecer en ello, porque la formación permanente es la base para mantener renovada la motivación vocacional y hospitalaria. A veces no es necesario hacer grandes cursos o asistir a grandes congresos, son también válidas acciones sencillas, como encuentros comunitarios e intercomunitarios con reflexiones y puestas en común de temas sobre nuestra vida espiritual, religiosa y hospitalaria. Por último quiero referirme al tema de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios , que fue el tema del LXVIII Capítulo General anterior. Desde el Gobierno General intentamos hacer referencia a ella siempre que podemos para seguir promoviéndola, pero es en las Provincias donde se debe vivir y hacer crecer esta realidad. A veces oigo que es un concepto trasnochado, que no sirve, que no se entiende etc. Solo puedo decir que precisamente en la actualidad es un concepto que está creciendo más fuerza, especialmente en los Institutos de Vida Consagrada. Teólogos de la Vida Consagrada serios, están dando a este concepto una mayor relevancia. Desde la Unión de Superiores Generales también se ha creado una comisión de trabajo al respecto. Creo sinceramente que estamos en línea, no solo eso, creo que la Orden ha sido pionera en este tema, aunque siempre enfocado prácticamente desde la misión y no tanto desde la espiritualidad. Ahí seguramente tenemos que hacer más avances. Considero que es un tema muy actual y necesitamos todos seguir empeñándonos en ello, promoviendo la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios, con un enfoque carismático y apostólico de acuerdo a la espiritualidad de la Orden. Hemos de tener también paciencia e ir descubriendo formas y modos más estructurados que puedan dar visibilidad a nuestra Familia, con personas que puedan asociarse a la Orden con vínculos más allá de los laborales. Aquí todas las iniciativas que puedan tener las Provincias son bienvenidas. Estas son algunas reflexiones acerca del documento de las Declaraciones del Capítulo General último, sin pretender ser exhaustivo. Creo que se ha hecho un buen trabajo, pero como véis queda mucho por hacer. Sobre todo es clave la animación de la vida de los Hermanos : la vida espiritual y comunitaria, la formación inicial y permanente, el compromiso apostólico de los religiosos. Sin ello tendremos poco futuro . Y del futuro quiero hablar ahora en el siguiente punto. ¿Queremos seguir siendo la expresión carismática de la hospitalidad de Juan de Dios en el futuro? ¿Nos conformamos con una “muerte digna”, dejando las obras en buenas manos, de instituciones de la Iglesia, si es posible, o incluso ni eso? ¿Queremos estar a la escucha del Espíritu del Señor, para emprender el camino que nos tiene designado para el futuro?. Estos y otros temas nos los plantea también el Papa Francisco a todos los consagrados/as en este Año de la Vida Consagrada. Con esperanza y audacia somos llamados también nosotros a responder a la llamada del Señor y a ello queremos dedicarle una buena parte de nuestra Asamblea, a ello creemos que el Gobierno General ha de dedicar los mayores esfuerzos en la segunda parte del sexenio. 4
3. Hablando del futuro... a la escucha del Espíritu que impulsó a San Juan de Dios El último punto de la introducción a las Declaraciones del LXVIII Capítulo General dice así: Es fundamental y necesario de cara al futuro, seguir pensando y buscando nuevas fórmulas en relación a las estructuras de la Orden, con el fin de garantizar su continuidad, su presencia y su misión. Y evidentemente no se refiere solo a las obras apostólicas. Es evidente también que la reestructuración o reconfiguración de las Órdenes y Congregaciones religiosas es un signo notable de los tiempos. De hecho una gran cantidad de ellas han abordado ya este tema o lo están haciendo, incluidas las más grandes. El Papa Francisco en su carta apostólica con motivo del Año de la Vida Consagrada entre las esperanzas que tiene para este año de los religiosos, dice “ Espero que toda forma de vida consagrada se pregunte sobre lo que Dios y la humanidad de hoy piden ..., nadie debería eludir este Año una verificación seria sobre su presencia en la vida de la Iglesia y su manera de responder a los continuos y nuevos interrogantes que se suscitan en nuestro alrededor, al grito de los pobres. Solo con esta atención a las necesidades del mundo y con la docilidad al Espíritu, este Año de la Vida Consagrada se transformará en un auténtico kairòs, un tiempo de Dios lleno de gracia y de transformación”. (Expectativa 5) En los Capítulos Provinciales de 2014 hice una llamada ponerse en marcha en relación a este tema. Lo veo como el principal desafío y la prioridad más importante para nuestra Orden , y agradezco que algunas Provincias estén comenzando a realizar este camino. Solo es necesario echar una mirada a nuestra realidad y no sólamente a nuestra estadísticas, que también son un dato a considerar: nuestras obras apostólicas suben en número y el número de Hermanos desciende continuamente. Las vocaciones llegan con cuentagotas y se necesitan diez años aproximadamente para culminar el proceso formativo de un candidato. Por las razones anteriores y por la cada vez mayor complejidad de nuestras obras, es evidente que cada vez nos cuesta más poder animarlas desde el punto de vista carismático, sin olvidar que una gran cantidad de Hermanos se sitúan en tareas administrativas, alejándonos cada vez más de los enfermos y necesitados. En definitiva como he dicho otras veces, en la mayoría de las Provincias no hay más de 10-15 Hermanos en edad de asumir las responsabilidades necesarias y con las capacidades para ello. En varias Provincias, ese número todavía es más bajo. Todo ello complica mucho incluso la posibilidad de tener equipos provinciales de formación y animación competentes. Creo sinceramente Hermanos, que así no es posible pensar en la continuidad de muchas Provincias, con pocos Hermanos y tanto apostolado. Sobre el estilo de vida de los Hermanos y de las Comunidades ya he hablado antes y sintetizo diciendo que los niveles de exigencia y satisfacción de los Hermanos han bajado mucho . Creo por tanto que sería una irresponsabilidad por parte nuestra dejar las cosas como están, porque de este modo estaremos tomando la postura del avestruz , de meter la cabeza debajo del ala para no ver la realidad. Eso podría suponer una situación muy negativa para la Orden, con el peligro de desaparición y pérdida continua de muchas de nuestras obras y Provincias. Algunos síntomas y ejemplos de ello vamos teniendo ya.
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Creo que lo que el Espíritu del Señor nos pide en este momento es abrir un proceso de discernimiento espiritual, buscando aquello que nos pide el Señor, tal y como nuestros antepasados en la Orden supieron hacer tantas veces a lo largo de la historia. No es una cuestión solamente de estructuras, incluso de unir Provincias etc. Se trata sobre todo de pensar en el proyecto de Orden que la Iglesia y el mundo nos piden para el futuro . Sobre todo qué vida consagrada y hospitalaria queremos vivir . Aquí es importante contar con todos los Hermanos, porque necesitamos la motivación, la disponibilidad y el compromiso de todos para abrir una nueva etapa en la vida de la Orden , una vida consagrada hospitalaria con una nueva configuración, con nuevos aires, con nuevas ganas, con audacia, despierta para que pueda despertar el mundo. Esto es la clave . Así comenzó Juan de Dios y sus primeros seguidores. Así tantos y tantos Hermanos han renovado la vida de la Orden, comenzando por unos Hermanos a los que les “ardía el corazón” como a los discípulos de Emaús, en su entrega a Dios y a los enfermos. El tener más o menos centros, obras etc, es importante pero secundario . La misión y la vida de la Orden no puede estar absolutamente ligada a las obras, é stas son solo un medio . Lo crucial es lo primero: Hermanos a los que les arda el corazón por Dios y por los que sufren , y aquí es donde hay que poner la fuerza de la renovación y del discernimiento pensando en el futuro. Sin ello no habrá futuro. ¿O acaso es tarde para ello?. A este tema queremos dedicarle buena parte de esta Asamblea. Sin muchos formalismos, compartiendo lo que pensamos y lo que sentimos, intentando escuchar lo que el Espíritu que movió a San Juan de Dios nos dice. Les invito a entrar en ello con profundidad y compromiso. El P. Luis nos ayudará estos días. Les pido también que lo hagan con una mirada universal, pensando antes de nada en la Orden . También en sus provincias, pero aquí estamos los Superiores Mayores de toda la Orden y en este momento es necesario pensar en esta clave universal, por encima de todas las demás. Hagámoslo desde una actitud de apertura y libertad espiritual.
4. Conclusión: seamos audaces En la Asamblea de Superiores Mayores del año pasado se insistió en la necesidad de dedicar una parte importante de la misma a reflexionar sobre un tema concreto e incluso se apuntó el tema del futuro de la Orden. Pues bien, acogiendo esta propuesta, que coincide plenamente con lo que piensa el Gobierno General, queremos que la Asamblea de este año sea enfocada, como les he dicho, a estudiar el argumento del futuro de nuestra institución. Nos gustaría que esta Asamblea pudiese concluir con unas líneas guía de actuación para los próximos tres años , las cuales deberían tener continuidad en las Conferencias Regionales del próximo año y deberían ser un impulso para que en las Provincias, a nivel interprovincial y regional se trabajase sobre esto. Se que el día a día y la preocupación de los centros nos ocupa mucho tiempo y nos dan muchas preocupaciones. También al Gobierno General. Pero hemos de intentar dejar el espacio suficiente a este tema, porque como he dicho es crucial para la Orden y estoy convencido que es lo que hoy nos pide el Señor. La reestructuración y reconfiguración de la Orden es absolutamente necesaria. Cierto, como dicen los jesuitas de España, debe ser una reestructuración con Espíritu , no solo estadística, que poco solucionaría. Algunas Provincias pueden pensar que no va con ellas, que no necesitan dicha reestructuración. Puede ser que algunas no lo necesiten a nivel estructural de centros etc, pero todas lo 6
necesitamos al nivel del proyecto de Orden para el futuro, sobre todo a nivel de la vida de los Hermanos y de las comunidades, a nivel de la formación inicial y permanente. Tendremos también un espacio para los encuentros por Regiones y para algunas informaciones, tal y como está previsto en el programa. El lema del sexenio y de esta Conferencia está siendo “Vivir la Hospitalidad con esperanza y audacia”. Hermanos es esto lo que necesitamos, esperanza porque lo nuestro es un proyecto de Dios que nos confía y que lo llevamos como vasijas de barro; audacia, porque hemos de superar los miedos y todas las actitudes que nos paralizan, nos tientan y nos engañan haciendo que nuestra vida pierda fuerza y significado, dedicándonos solo a sobrevivir. Si así fuese y así se continuase debemos recordar que el Señor puede dar a este regalo de la Hospitalidad a otros. Pienso que este tema y esta llamada que el Señor nos hace a discernir sobre el futuro de nuestra Orden es un regalo y un fruto precioso del Año de la Vida Consagrada y sobre todo del Año de la Vocación a la Hospitalidad. Aprovechemos esta oportunidad con esperanza y audacia. Que el Señor, Nuestra Señora del Patrocinio, San Juan de Dios y San Rafael, nuestros y santos y beatos nos acompañen y nos ayuden durante estos días a vislumbrar los caminos que el Espíritu que impulsó a San Juan de Dios, quiere que transitemos en los próximos años.
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