Edici贸n especiaL
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SUMARIO. El Molino. Edición especial 04
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Todos somos Argentina
El campo en palabras
200 años de hitos pecuarios
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Trabajar y dar trabajo
Sumar y multiplicar
La mejor carne del mundo
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La fuerza del tambo
País pecuario
Sector dinámico
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Etapa favorable
Hacia adelante
Carne, leche y fibra
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38
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Mucho más que una mascota
El mejor aliado del hombre
Negocio dulce
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¿Tendrán una oportunidad?
Más sanidad
Gente de campo
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El campo en la ciudad
Cifras que dicen mucho
EDITORIAL
EMPLEO
LECHERÍA
PORCINOS
CONEJOS
OTRAS ACTIVIDADES
IMÁGENES II
FRASES
INTEGRACIÓN
MAPA
OVINOS
EQUINOS
INSUMOS Y SERVICIOS
NÚMEROS
HISTORIA
BOVINOS
AVICULTURA
CAPRINOS
APICULTURA
IMÁGENES
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Staff Staff. Contenidos y diseño: Happy Together Contenidos / Corrección: Tinta / El Molino. La revista del campo productivo es una publicación de Capital Intelectual S.A., Francisco Acuña de Figueroa 459 (C1180AAG), C.A. Buenos Aires. Tel. 4866-1881 Contacto: elmolino@biogenesisbago.com.ar
NOTA
Los trabajos que dieron origen a los artículos de este número de El Molino fueron realizados bajo la coordinación de Marcelo Regúnaga, Hugo Cetrángolo y Gustavo Mozeris, a pedido de Biogénesis Bagó. Para ello, en 2005-2006 se llevó a cabo una investigación detallada sobre el potencial de las cadenas agroindustriales de los principales subsectores pecuarios, entre las que se destacan, principalmente, las cadenas de carne bovina, láctea, avícola y porcina. Dicha investigación se realizó mediante el trabajo conjunto de tres instituciones: la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, la Fundación Agronegocios y Alimentos, y el Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés. Participó de este trabajo un equipo de once investigadores, integrado, además de los coordinadores, por Ana Cristina Amador, Juan Grigera Naón, Jorge Ingaramo, Fernando Medan, Carlos Vieites, Ramiro Costa, Cecilia Gelabert y Juan Ignacio Pina. Con los resultados obtenidos, se publicó, en el año 2007, el libro El impacto de las cadenas agroindustriales pecuarias en Argentina: evolución y potencial, en el que se describe y analiza el potencial de once cadenas pecuarias relevantes para la Argentina. Los autores han actualizado, con la información disponible a principios de 2010, los principales datos incluidos en aquel libro, que han servido como fuente principal de esta edición especial de El Molino.
EDITORIAL
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Todos somos Argentina “Nadie es patria. Todos lo somos” Jorge Luis Borges Hace más de cinco años que desde Biogénesis-Bagó hacemos El Molino, la revista del campo productivo. En el año del Bicentenario nos propusimos realizar esta edición especial. ¿Por qué? Simple: queremos reflejar todos los rincones donde llega el campo, su aporte, su influencia, su espíritu, su gente. Queremos, también, mostrar cómo cada uno de los 40 millones de argentinos somos parte de él. Y, también, cómo el campo
Cuando disfrutamos de la mejor leche, de un paisaje patagónico, de una fiesta tradicional. O cuando nos abrigamos con la lana de nuestra ovejas, o elegimos un sillón de cuero de nuestras vacas. Ahí, también, está el campo. es parte de cada uno de los 40 millones de argentinos. Hace más de 200 años que se festejó la Revolución de Mayo y hace casi cinco siglos que llegaron los primeros bovinos a nuestras tierras. El español Pedro de Mendoza fue el primero en traer ganado, en 1538. Desde entonces, comenzó a gestarse una identidad cultural que hoy el mundo identifica con los paisajes de nuestras pampas. Una tradición que no solamente tiene que ver con nuestros principales íconos, como el gaucho y el asado, sino que se extiende por elementos más trascendentes: nuestro desarrollo y nuestra economía. Desde el surgimiento mismo de la nación, el comercio de los productos pecuarios fue una parte central de la economía argentina. Lo fue cuando el sebo era el principal componente de comercialización; lo fue cuando el cuero era apreciado en las ciudades argentinas y
en los mercados del mundo; también lo fue cuando la creciente población internacional demandaba proteínas de alta calidad y nuestras carnes estaban allí, para alimentarla. Y también lo es cuando disfrutamos de la mejor leche, de un paisaje patagónico, de una fiesta tradicional. O cuando nos abrigamos con la lana de nuestra ovejas, o cuando elegimos un sillón de cuero de nuestras vacas. Con avances y retrocesos, con uniones y desencuentros, los productos pecuarios fueron la base sobre la que se generó el comercio que dio fortaleza a las grandes ciudades, incluso la porteña Buenos Aires fue forjada al calor del intercambio de nuestras carnes con el mundo. Desde el sur al norte del país, las ganaderías nacionales formaron un paisaje que aportó identidad y trabajo. El desarrollo de la Patagonia austral nació con la cría ovina, los frigoríficos ovinos levantaron ciudades y las lanas movieron el transporte y los puertos, y aún hoy continúa siendo una parte central de su economía. El ganado vacuno, resaltado por su calidad en el mundo, modificó el horizonte visual en nuestras pampas y sumó actividad y desarrollo a las ciudades que se gestaban. Más allá de los cambios productivos actuales, no podría pensarse en una imagen que identifique más al campo argentino que unos animales que pastan. La ganadería de hoy no limita su lenguaje a sebo, cuero y carne; actualmente tenemos que hablar de tecnología aplicada en el campo y en la elaboración de productos, investigación, procesos industriales complejos, producciones económicamente rentables y elaboraciones ambientalmente sustentables. Un lenguaje que se respalda en nuestras tradiciones, pero que se abre como un abanico de vanguardia. Porque cada vez que amanece, en la Argentina comienza a andar desde el campo una rueda productiva que termina en los extremos más impensados de la nación.
Doscientos años después del nacimiento de nuestra Patria, se abre para el país una nueva oportunidad de revalorizar una de las actividades que aporta más de un millón de empleos en forma directa e indirecta a la economía nacional y que cuenta con uno de los más altos efectos multiplicadores de la actividad productiva. En este primer bicentenario nacional, desde Biogénesis Bagó queremos aportar una visión y un trabajo, plasma-
Desde Biogénesis Bagó queremos aportar una visión y un trabajo, plasmados hoy en esta edición especial de El Molino, que termine definitivamente con los límites impuestos por los desencuentros y nos integre en un proyecto inclusivo. dos hoy en esta edición especial de El Molino, que termine definitivamente con los límites impuestos por nuestros desencuentros y nos integre para siempre en un proyecto inclusivo. Y las actividades pecuarias debieran ser el paradigma donde apoyarnos, porque están en nuestra esencia, cimentan la economía nacional, son nuestro mejor patrimonio y ofrecen desarrollo y posibilidades para todos los argentinos. Con el mismo espíritu de Borges reafirmamos: “Nadie es el campo argentino. Todos lo somos.” Muchas gracias por acompañarnos.
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EL CAMPO EN PALABRAS… Es fácil predecir lo que se podría hacer transformando más de dos millones de hectáreas dormidas al pie de nuestros lagos con el esfuerzo
mancomunado del hombre y del Estado. René Favaloro,
Las montañas son magníficas, pero la modestia del campo nos alimenta. Valeriu Butulescu,
Poeta rumano.
Nadie es patria. Todos lo somos Jorge Luis Borges,
Escritor.
Médico.
Muchos hombres de campo conocen más de la vida
que los grandes pensadores. Manuel García Ferré,
Historietista
Toda riqueza que no tiene su origen en el suelo es incierta... Manuel Belgrano,
prócer nacional.
Creo que hay que producir 200 millones de trigo al año y tenemos que llegar a
planteles de 150 millones de vacas. Juan Domingo Perón,
Ex presidente.
Así, en infinitas tardes, fui penetrando en el canto de la llanura, gracias a esos paisanos. Ellos fueron mis maestros. Ellos, y luego multitud de paisanos que la vida me fue arrimando con el tiempo. Cada cual tenía “su” estilo. Cada cual expresaba, tocando o cantando, los asuntos que la pampa le dictaba. Atahualpa Yupanqui,
Cantante.
Estoy convencido de que los agrónomos y veterinarios podemos terminar con el hambre en la Argentina.
Producimos alimentos para 150 millones de personas,
¿cómo no vamos a poder darle de comer a los 40 millones de argentinos? Juan Carr,
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Dios hizo el campo, y el hombre la ciudad. William Cowper, Poeta inglés del siglo XVIII.
Veterinario y lider de Red Solidaria.
Deseo realzar que el campo es vida y
manifestar mi admiración hacia la gente que lo habita y trabaja. Ellos logran que estemos en
el primer nivel mundial gracias a la producción rural, con todo el esfuerzo que esto implica. Juan Carlos Saravia,
La industria más genuina del suelo argentino, la ganadería,
se encuentra en ruinas por
obra de dos factores principales:
la acción extorsiva de un monopolio extranjero y la complicidad de un gobierno que, unas veces, la deja hacer y otras, la protege directamente. Lisandro de la Torre,
Fundador de la UCR y el PDP.
Cantante popular
Tenemos que repotenciar el rol de Argentina a nivel local y en el mundo como un gran productor de alimentos con mucho valor agregado de origen. Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta.
200 años de historia… 1810
1813
El 13 de noviembre se dispone una expedición a las Salinas con unos 400 hombres, 234 carretas, 2927 bueyes y 520 caballos.
Tomas Lloyd Halsey funda la primera cabaña que introduce ovejas y carneros Merino, procedentes de Lisboa.
EXPEDICIÓN A LAS SALINAS
OVINOS DE LISBOA
1830
EL ALAMBRADO
Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, esta nueva práctica genera una profunda transformación de las costumbres en las zonas rurales.
1872
1880
1899
1907
Con la innovación de Charles Tellier y Ferdinand Carré, se establece el primer saladero con cámaras de frío que perteneció a Eugenio Terrasson.
Se presenta en la exposición rural de Palermo al año siguiente.
Primera epidemia de aftosa en el país. Gran Bretaña y EEUU dejan de comprarnos.
Incorporación en la actividad frigorífica de capitales norteamericanos.
1935
1937
1943
Escándalo por el negociado de la carne. La denuncia la realiza Lisandro de la Torre que sostiene que existe una connivencia del gobierno con los frigoríficos extranjeros y los grandes ganaderos para llevar un perjuicio a los pequeños productores y al Estado.
Comienza a utilizarse el camión jaula. Antes arriaban el ganado por el camino hasta el mercado para su venta.
Creación de Confederaciones Rurales Argentinas.
PRIMER SALADERO DE FRÍO
PRIMER MOLINO
CAMIÓN JAULA
FRIGORIFICOS
1960
1972
1984
El Gobierno nacional dispone la vacunación de aftosa obligatoria.
El Dr. Sholeim Rivenson descubre la vacuna antiaftosa oleosa trivalente que lleva su nombre. Un pilar para el control de esta enfermedad en el mundo.
Se prohibe comer carne los martes y jueves según decreto 467/84. Las exportaciones cárnicas obtienen valores irrisorios a los de 1914.
VACUNACIÓN CONTRA LA AFTOSA
En el año del Bicentenario, recordamos algunos de los grandes hitos del mundo pecuario en la Argentina.
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1835
1852
1866
LEY DE ADUANA
El ciclo lanar alcanza su mayor desarrollo después de Caseros y se extiende hasta 1883. Gran Bretaña libera la introducción de lana.
SE CREA LA S.R.A.
Rosas impulsa la sanción de una ley de Aduana, que eleva los aranceles a las exportaciones.
CICLO LANAR
Un grupo decide organizarse para defender sus intereses y buscar soluciones: crea la Sociedad Rural Argentina.
1914
1923
1933
Por el conflicto bélico crecen las exportaciones de carne congelada y en conserva.
Marcelo T. de Alvear promulga la Ley 11.205 para la creación de un frigorífico nacional.
Gran Bretaña asegura a la Argentina la compra de carne equivalente a la adquirida en 1932.
1º GUERRA MUNDIAL
PACTO ROCA RUNCIMAN
1945
1954
1956
1994
Inseminación artificial. Daniel E. Marzullo y Héctor C. Ponsatti incorporan en el establecimiento Los Cerrillos, ubicado en San Miguel del Monte, esta tecnología reproductiva. Se aplicó en la raza Shorthorn.
Limitación de la venta de ganado: solo puede realizarse en el Mercado de Liniers.
Creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
PRIMERAS CLONACIONES
1999
2001
2004
2008
Primer proyecto informado sobre clonación de bovinos en la República Argentina. Experiencias en el INTA de Balcarce.
Aparece un foco de fiebre aftosa. Se cierran los mercados externos y se paralizan las exportaciones. Se producen importantes pérdidas para los productores y la industria.
Argentina recupera el estatus sanitario de “País libre de Aftosa con Vacunación”, dictaminado por la OIE (Organización Internacional de Epizootias).
Donada por Halitus Biotecnología de la Argentina. Fue la primera gestación del clon de un caballo en América Latina.
Los primeros trabajos de clonación se realizan en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME) en un proyecto de producción de terneros fertilizados in vitro.
NACE LA YEGUA CHUSMA
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LOS EMPLEOS QUE GENERA EL SECTOR
Trabajar y dar trabajo Desde los insumos hasta la industrialización, la cadena pecuaria emplea a más de un millón de personas. Más de 350 mil en forma directa en las etapas primaria y de procesamiento de carnes, lácteos y curtido de cueros. Si se suma la comercialización, se superan los 763 mil puestos. Y hay potencial para seguir creciendo.
Cada vez que sale el sol, no importa qué día sea, hay alguien en Argentina que está trabajando en algo relacionado con el sector pecuario. Y cada vez que se hace de noche, no importa qué día sea, también. A toda hora, todo el año. Siempre hay familias dedicadas a llevar los mejores alimentos y productos a cada una de las casas del país y del mundo. Se trate de la industria de la leche, de la carne, de los cueros; sea un carnicero, el gerente de una cadena de supermercados, el jockey de un caballo del hipódromo o un camionero que transporta alimentos: el sector de animales es uno de los grandes empleadores
nacionales, incluso mucho más que industrias que fueron protegidas tradicionalmente por el Estado. Según el último Censo Nacional Agropecuario disponible, realizado en 2002, las empresas agropecuarias que producían carne involucraban a 470 mil personas, lo que significa un promedio de 2,4 personas por unidad de producción. En el Censo se considera sólo la etapa primaria. Es posible que las estimaciones de empleo no tengan en cuenta todo el personal ocupado en trabajos generales de los establecimientos agrícola-ganaderos. Por ejemplo, los vinculados con la infraestructura productiva (casas, alambrados, aguadas,
¿Qué genera más empleo en la Argentina? ¿El sector pecuario o la industria automotriz? Para muchos, puede haber algunas dudas. Pero no debería: los animales emplean un 400% más que los automóviles. caminos, etc.), necesarios para las actividades pecuarias. Tomando en cuenta los 210 mil establecimientos con ganado bovino, estimados por SENASA en marzo de
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2010, si se aplicara el coeficiente de 2,4 personas por unidad de producción, la estimación de ocupación para la etapa primaria sería de 504 mil personas. Comparaciones ¿Qué genera más empleo en la Argentina, el sector pecuario o la industria automotriz? Y siendo aún más específico, ¿el sector equino o la industria automotriz? Para muchos, las respuestas pueden generar algunas dudas. Pero no debería: el sector pecuario genera un 400% más de empleo que el sector de automóviles. Y el sector equino solo lo duplica. Veamos: en un análisis realizado en 2009 por el Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Industria y Turismo, la producción y el empleo en la industria automotriz y de autopartes crecieron de una manera notable en el período 2002-2008; y en este último año estaban ocupados en forma directa en las terminales unas 26 mil personas y en los autopartistas 48 mil personas. Adicionando ambos subsectores, se llega a 74 mil empleos, es decir, menos de la cuarta parte del empleo directo generado por las cadenas de carnes y lácteos, sin contabilizar el empleo en las curtiembres. Muchas veces, la sociedad tiene una percepción muy distorsionada
del potencial de creación de empleo del sector agroindustrial pecuario y, comparativamente, del de las cadenas de manufacturas industriales, que han sido por décadas altamente protegidas (en detrimento de las agroindustriales) con el propósito de generar empleo. Los puestos de trabajo generados por las cadenas de carnes, lácteos y curtido de cueros en la etapa terciaria, es decir, la correspondiente a la comercialización de los productos agroindustriales pecuarios, incrementaban los empleos directos en 399 mil puestos de trabajo, totalizando 763 mil empleos directos para esos tres componentes. Asimismo, los puestos de trabajo generados por las cadenas de carnes y lácteos en los eslabonamientos anteriores, correspondientes a la demanda de insumos de cada sector, ascendían a 100 mil en la etapa primaria, 84 mil en la etapa secundaria y 29 mil en la etapa terciaria, lo que da un total de 213 mil empleos indirectos. Por lo tanto, si se adiciona el total de empleos directos e indirectos (correspondientes a los insumos utilizados) generados por dichas cadenas, la ocupación ascendía a 873 mil personas, lo que representaba el 5,6% del total de ocupados en el país en el año 2003. Si se agregan los empleos correspon-
Lo que hay que saber • El sector pecuario, incluyendo los cueros, genera más de un millón de puestos, el 6,4% del total del país. • El mundo va a demandar más proteínas de alta calidad en las próximas décadas. Argentina puede tener un papel clave. • La actividad equina emplea a más de 180 mil personas. • Las cadenas agroindustriales pecuarias tienen efectos multiplicadores de producción y empleo muy altos.
dientes a la producción, procesamiento y comercialización de los cueros y sus manufacturas, las cifras de los empleos directos totales se elevarían a 256 mil en la etapa primaria, 108 mil en la etapa secundaria y a 399 mil en la etapa terciaria. Si se adicionaran los empleos correspondientes a los eslabonamientos anteriores, la generación total de empleo del sector pecuario, incluidos los cueros, sería de 1,01 millón de puestos de trabajo, es decir, el 6,4% del total de ocupados del país. Un trabajo del economista Juan Llach, en el que se midió el empleo de las cadenas agroindustriales de manera integral, considerando sus eslabona-
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mientos anteriores y el empleo indirecto, se estimó también que las cadenas agroindustriales generan en forma general, sin distinguir subsectores en particular, aproximadamente un 50% más de empleos que surgen del pago de impuestos (empleo público) y del gasto en consumo e inversión de los ingresos generados en cada subsector. Aplicando dicho porcentaje a los empleos totales estimados para las cadenas mencionadas, la generación de empleos totales de las cadenas pecuarias, incluyendo los eslabonamientos anteriores y los asociados a los pagos de impuestos, y los gastos en consumo e inversión de dichas cadenas, ascendería a aproximadamente 1,5 millones de puestos de trabajo, equivalentes al 9,5% del total de ocupados del país en 2003. En otro trabajo realizado por la consultora Mora y Araujo & Asociados, la actividad equina generaba, en 2001, en forma directa e indirecta, unos 180 mil puestos de trabajo. Se estima que en años recientes el empleo ha crecido ligeramente. Las cadenas agroindustriales pecuarias tienen, además, altos multiplicadores directos e indirectos de empleo, de acuerdo a las informaciones de la última matriz insumo-producto elaborada para toda la economía argentina, que
ha sido desagregada en 124 actividades. La producción de lácteos ocupa el cuarto lugar en el ranking nacional, con un coeficiente de 6,1; la industria frigorífica obtuvo el quinto puesto, con un coeficiente de 5,52; y el curtido de cueros, el décimo tercer puesto, con un coeficiente de 4,49. La cría de ganados y la avicultura tienen en cambio coeficientes menores al promedio nacional, con índices de 1,49 y 1,67 respectivamente, ubicándose entre la mitad y el cuarto inferior del ranking. Más producción, más empleo El limitado crecimiento de la economía nacional durante las últimas siete décadas muestra que, para lograr un desarrollo sostenido y sustentable, social y económicamente, la Argentina necesita contar con una estrategia de crecimiento de producción y empleo que tenga como pilar fundamental a su sector externo, tal como sucedió durante la última parte del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. El contexto económico y comercial internacional favorable, que se registró en los primeros años del siglo XXI, y las buenas perspectivas existentes para las próximas décadas brindan una nueva oportunidad histórica para que nuestro país se consolide y dé sustentabilidad
al notable proceso de recuperación económica logrado en años recientes. Para esto, debería basarse en su sector externo y en aquellas actividades productivas que tienen un alto potencial de crecimiento y competitividad, para acceder al aumento proyectado para el consumo y el comercio mundial de carnes y productos lácteos. Varias de las cadenas agroindustriales pecuarias reúnen dichas características, gracias a la excepcional dotación de recursos naturales de la Argentina, a los conocimientos existentes ya probados y a la existencia de una estructura empresaria nacional que ha mostrado su capacidad de respuesta a los incentivos económicos (incorporando tecnologías de nivel mundial). Como se ha señalado, estas actividades son sustentables, generan importantes encadenamientos y externalidades en la producción (efectos sobre otras áreas de la economía) y el empleo, y tienen una gran cobertura regional, por lo que pueden contribuir a un desarrollo territorial más equilibrado, al dinamizar el interior del país. Existe una gran diferencia tecnológica y productiva en los establecimientos que incorporaron mejoras en el manejo y en aspectos productivos. Por esto, es posible pensar que hay posibilidades de aumentar la producción si esos cambios
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Estas actividades son sustentables, generan importantes encadenamientos y externalidades en la producción. Contribuyen a un desarrollo territorial más equilibrado. se extienden a una mayor cantidad de establecimientos. Esta misma situación se da en materia sanitaria, de procesamiento industrial y en la comercialización, sobre todo en carnes vacunas. Entonces planteamos diversas hipótesis de crecimiento para los próximos 10 años, tomando como referencia el potencial productivo y del mercado local e internacional. Los organismos internacionales especializados prevén que la demanda mundial de carnes y lácteos aumente más que el crecimiento vegetativo, y supere la capacidad de abastecimiento de los países industrializados (los principales consumidores) y algunos de los emergentes, sobre todo de Asia. Según estas proyecciones, el mundo va a demandar más proteínas de alta calidad en los próximos decenios. Habría
que preguntarse cuál va a ser el papel de Argentina como proveedor de carnes y lácteos, así como de forrajes utilizados en su producción, principalmente maíz y harina de soja. Claramente, entre los pocos países que no han agotado sus fronteras agropecuarias y que pueden aumentar significativamente su productividad, se encuentran varios países del continente, en especial EEUU, Brasil y Argentina. El país puede beneficiarse con la demanda derivada de proteínas de alta calidad y continuar siendo uno de los líderes en la exportación de commodities (granos y harinas), o bien puede optar por el agregado de valor local, transformando los forrajes, granos y harinas proteicas en carnes y productos lácteos. Cuando se analizan los datos correspondientes al valor promedio por tonelada de las exportaciones de Nueva Zelanda o Australia, se puede apreciar que en ambos países son muy superiores a los de Argentina, porque tienen una estructura de exportaciones agroalimentarias con una alta participación de las actividades pecuarias. Transformar los granos en carne presenta ventajas para toda la sociedad, porque las cadenas agroindustriales pecuarias tienen efectos multiplicadores de producción y empleo muy altos.
Además, involucran miles de unidades de producción dispersas en todo el territorio nacional, con una alta participación de pequeños y medianos productores, procesadores, proveedores de servicios y comerciantes. También contribuirían a que la Argentina deje de ser un país concentrado casi exclusivamente en la producción y exportación de commodities y aproveche las oportunidades que brindan las carnes y los lácteos para la exportación de productos diferenciados de alto valor. Hay que superar una de las antinomias equivocadas que se han planteado recientemente en la sociedad argentina: el desarrollo industrial manufacturero no debe basarse en la desprotección de la agricultura, porque existen alternativas y sinergias posibles, si se piensa en un crecimiento equilibrado. Tampoco es real una antinomia agricultura versus ganadería. Es cierto que los aumentos en la productividad y rentabilidad de los cultivos anuales en los últimos veinte años desplazaron parte de las mejores tierras ganaderas. Pero la alta competitividad de la producción de granos forrajeros y oleaginosos en la Argentina es un punto de partida estratégico para la creación de empleo y el agregado de valor local con las actividades agroindustriales pecuarias.
ILUSTRACION DE VARI
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Actividades integradas
SUMAR Y MULTIPLICAR Más de 300 mil empresas, la mayoría pequeñas y medianas de origen nacional, componen el mundo pecuario nacional. Sin duda, son una fuente de crecimiento en todo el territorio y su efecto multiplicador es uno de los más altos de la economía.
06.00 a.m. El ganado ya pasó tres años engordando y está listo para subirse al camión. Los peones se encargarán de acomodarlos. 6.15 a.m. El chofer decide cargar combustible, revisar el aceite y aprovecha para cambiar una cubierta por una nueva. 07.30 a.m. El vehículo está cargado y pronto para partir. 40 novillos de unos 400 kilos cada uno están saliendo del campo. El productor verifica el seguro del transporte y de los animales. 12.50 p.m. Llega al frigorífico y es hora de descargar. Los animales serán faenados durante los próximos días. En la planta, varios camiones
En todo este camino, ¿cuánta gente estuvo involucrada? ¿Cuántos trabajadores, cuántas familias, cuántos sectores? La respuesta no es tan sencilla, porque las industrias pecuarias impactan en una gran cantidad de sectores. esperan el turno y los choferes almuerzan en los restoranes cercanos. 3.10 p.m. El dueño del campo se
acerca a la cooperativa para buscar un presupuesto. Hay que cambiar alambrados, reparar tranqueras y hacer mejoras en el galpón. Los animales ya comienzan a ser faenados. 4.00 p.m. Revisa desde su teléfono celular los precios del mercado de hacienda. Pasa por la veterinaria para buscar vacunas y coordina con el profesional los días que irá al campo. En la planta frigorífica ya se están clasificando las reses y secando los cueros para enviar a la curtiembre. 4.30 p.m. El productor consulta el crédito con su banco, decide la compra de más vacas y vaquillonas en
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Lo que hay que saber • El sector agrupa más de 300 mil PyMEs, en su gran mayoría de origen nacional. • Las ramas pecuarias concentran cerca del 30% del valor bruto de la producción del complejo Alimentos y Bebidas. • El valor de la producción pecuaria se estima en alrededor de 15 mil millones de dólares. • El sector pecuario involucra a 5 de las 10 primeras actividades del ranking correspondiente a los multiplicadores de producción del total de las 124 actividades de la economía.
el consignatario local y pasa por el concesionario a hacer el service de la nueva camioneta. Los operarios del frigorífico despostan las reses y separan los cortes para el mercado interno y de exportación. La curtiembre contrata el transporte y se prepara para recibir los nuevos cueros. 5.50 p.m. El productor compra semillas de pasturas y decide el plan de engorde. El gerente de Comercio Exterior del frigorífico proyecta los envíos a los distintos mercados
y contrata el servicio de containers y transporte internacional. La curtiembre compra insumos para el procesamiento de los cueros y coordina con las fábricas de zapatos y camperas el envío de los productos. Bienvenidos al mundo pecuario y todos sus derivados: es así. Un camión de hacienda, como el utilizado en el ejemplo, dispara un abanico impensado de actividades. Día tras día, esto sucede a lo largo de la geografía nacional. En todo este camino, ¿cuánta gente estuvo involucrada? ¿Cuántos trabajadores, cuántas familias, cuántos sectores? La respuesta no es tan sencilla porque las industrias pecuarias impactan en una gran cantidad de sectores. Desde el productor, hasta el camionero; desde el frigorífico, hasta la curtiembre o el exportador; desde el diseñador de sillones, hasta la carnicería del supermercado; desde el restorán, hasta el importador. El campo es una fuerza que empuja y se derrama. El sector pecuario, en particular, es uno de los principales proveedores de alimentos del país, y constituye una importante fuente de producción, empleo, provisión de materias primas y demanda de insumos de otros sectores de la
economía. Las cadenas agroindustriales pecuarias involucran a más de 300 mil empresas productoras, procesadoras y distribuidoras de sus productos e insumos, dispersas en todo el territorio nacional. La mayoría de las mismas son pequeñas y medianas empresas de capital nacional.
Durante muchas décadas, la agroindustria pecuaria fue -y puede volver a serlo- una fuente estratégica de crecimiento. Durante muchas décadas, la agroindustria pecuaria fue -y puede volver a serlo- una fuente estratégica de crecimiento: por sus aportes al producto y al empleo, por sus efectos multiplicadores de producción y empleo, por su cobertura territorial, y porque los aumentos potenciales de la producción contribuirán a un incremento significativo de la economía nacional y de las exportaciones, en virtud de su competitividad internacional y del gran dinamismo esperado para la próxima década en
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el consumo y el comercio mundial de productos cárnicos y lácteos, así como de otras especialidades de origen pecuario. Las elevadas tasas de crecimiento de la producción y las exportaciones, que se pueden esperar en el mediano y largo plazo, sugieren la conveniencia de otorgar a estas cadenas una adecuada ponderación, en el marco de una estrategia nacional de desarrollo sustentable. Algunos números Las cadenas pecuarias incluyen a varias de las actividades industriales de mayor significación económica dentro del complejo Alimentos y Bebidas, ya que concentran cerca del 30% del valor bruto de esta producción. Se destacan la “matanza de ganado, producción, procesamiento y conservación de carne de vaca, oveja, cerdo, liebre y otros animales, excepto aves de corral” (segunda en importancia luego de los oleaginosos) y la “elaboración de productos lácteos” (tercera en importancia). En el año 2004, el valor bruto de la producción de las industrias alimenticias compuestas por las carnes, los lácteos, los fiambres y otros alimentos de origen animal se estimó en unos 7.500 millones de dólares de
dicho año, que representaron más del 53% del producto bruto agropecuario (PBA), el 11,8% del PBI del sector productor de bienes y el 5% del PBI de la economía argentina en ese mismo año. Los aumentos registrados en la producción en algunas de estas cadenas (especialmente en aves y en cerdos) y en los precios en dóla-
mentos de las principales cadenas pecuarias se destina al mercado interno. El valor agregado bruto de las cadenas pecuarias, es decir, la diferencia entre el valor de la producción de las ramas industriales y el consumo intermedio, varía de acuerdo a las actividades. El conjunto de las mismas tiene una relación entre el valor agregado y el valor de la producción del 19-20%.
La mayor parte de la producción de alimentos de las principales cadenas pecuarias se destina al mercado interno.
Efectos multiplicadores La importancia del sector pecuario no se limita a su significativa contribución al PBI y al valor agregado bruto, sino que se destaca por su capacidad de generar efectos multiplicadores, es decir, que sus impactos generan beneficios en el conjunto de la economía. El análisis de las informaciones de la matriz insumo-producto de la economía argentina muestra que, contrariamente a ciertos prejuicios e ideas erradas prevalecientes entre muchos economistas y dirigentes, el sector pecuario es uno de los que presenta los coeficientes multiplicadores más altos de producción y empleo de toda la economía. Así, por ejemplo, la industria frigorífica presenta un coeficiente multiplicador directo e indirecto de producción de 2,50 y es el segundo más alto
res de todos los productos pecuarios permiten estimar que dicho valor de la producción pecuaria ascendió a unos 14.800 millones de dólares en 2009. La participación relativa de las agroindustrias pecuarias en relación al resto de actividades del sector agroalimentario para los distintos indicadores del PBI es más relevante que su contribución al valor de las exportaciones en virtud de que, a diferencia de lo que ocurre con los granos y derivados, la mayor parte de la producción de ali-
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La industria frigorífica presenta un coeficiente multiplicador directo e indirecto de producción de 2,50 y es el segundo más alto de las 124 actividades de la economía argentina. de las 124 actividades de la economía argentina desagregadas en dicha matriz; el índice correspondiente a curtido y terminación de cueros es 2,57 y ocupa el primer lugar en el ranking; la producción de lácteos ocupa el sexto lugar con un índice de 2,35; y la avicultura ostenta el noveno lugar en el ranking, con un índice de 2.23. La cría y producción de ganado, excluido el de granja, tiene un índice de 1,75, es decir que es ligeramente superior al promedio de la economía. En síntesis, contabilizando las actividades pecuarias y las de sus eslabonamientos en el procesamiento y manufactura de cueros, el sector pecuario involucra a cinco de las diez primeras actividades del ranking correspondiente a los multiplicadores de producción del total de las 124 actividades de la economía.
Las principales cadenas de productos pecuarios generaron exportaciones por unos 4.130 millones de dólares en 2009, los que representaron el 7,6% del total de las exportaciones de Argentina. El principal componente de las exportaciones pecuarias fueron las carnes y menudencias de bovinos, que en 2009 totalizaron 1.860 millones de dólares; le siguieron en importancia los productos lácteos, que totalizaron 736 millones de dólares, y el complejo de productos de la avicultura, cuyas exportaciones ascendieron a más de 330 millones de dólares. Otro aspecto muy relevante de las actividades pecuarias es que tienen una importancia fundamental para la generación de ingresos y empleo de los pobladores de las regiones de menor desarrollo relativo de la Argentina, especialmente para los peque-
La importancia del sector no se limita a su significativa contribución al PBI, sino que se destaca por su capacidad de generar beneficios en el conjunto de la economía.
ños productores. Tal es el caso de la producción de ovinos en las provincias patagónicas, donde estaban localizadas las dos terceras partes de las existencias totales de esta espe-
Las principales cadenas de productos pecuarios generaron exportaciones por unos 4.130 millones de dólares en 2009, el 7,6% del total de las exportaciones de la Argentina. cie, según datos de SENASA a marzo de 2010; en la mayor parte de estas provincias se trata de la producción agropecuaria de mayor relevancia en la generación de producto y empleo. La mayor parte de las existencias y la producción de caprinos constituyen la principal fuente de ingresos de decenas de miles de productores muy pobres de diversas provincias del oeste argentino; tal es el caso de las provincias de Neuquén, Mendoza, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y San Luis.
Nos alimenta y nos representa
LA MEJOR CARNE DEL MUNDO Esta cadena productiva cuenta con un gran mercado interno y las mejores perspectivas para exportar. Junto a Brasil, tenemos el más alto potencial de crecimiento en producción, lo que nos permite asumir un papel protagónico internacional.
Para Argentina, la carne vacuna es mucho más que un alimento: es un ícono, algo que nos representa, que nos enorgullece, que nos identifica. Así como uno no puede imaginarse a Francia sin sus quesos, sería imposible pensar al país sin el asado. Desde el restaurante más exclusivo, hasta una parrillada improvisada por obreros en el cordón de una vereda, demuestran que la carne está en la sangre de todos los argentinos. Y también en el exterior, donde es elogiada como la mejor de todas. Sumado a lo anterior, hay que decir que la producción de ganados y carnes es una de las actividades de mayor importancia del sector agroalimentario nacional y tiene una amplia cobertura regional, ya que no existe una sola provincia que no tenga vacas en sus tierras. El sector se caracteriza por su atomización y una gran participación de PyMEs: existen 210 mil establecimientos con ganado bovino en 2010, que poseen un stock total de 48,9 millones de cabezas, según SENASA.
Las estadísticas revelan que el 33% del total de las existencias ganaderas se encuentra en 187 mil establecimientos, con rodeos inferiores a 500 cabezas; el 20% en 14 mil, con rodeos de 500 a 1.000 cabezas; y el 30% en 8 mil, con rodeos de 1000 a 5000 cabezas. Sólo el 7% de las existencias totales se encuentra en 424 establecimientos, con más de 5000 cabezas.
Desde el restaurante más exclusivo, hasta una parrillada improvisada en el cordón de una vereda, demuestran que la carne está en la sangre de todos los argentinos. Luego de más de un siglo de crecimiento notable entre 1870 y 1977, año en que se alcanzó un máximo de 61 millones de cabezas, las existencias y la producción registraron una
declinación sistemática, hasta llegar a un mínimo de 47 millones en 1988. A partir de entonces, las existencias ganaderas retomaron su crecimiento hasta 2008, cuando alcanzaron cerca de 60 millones de cabezas, para luego caer en forma significativa en 2009, por lo que en marzo de 2010 SENASA estimó las existencias totales en 48,9 millones. Esto quiere decir que, durante los últimos 33 años, se registraron variaciones anuales pero la tendencia fue de estancamiento, a diferencia de lo acontecido en otros países durante ese mismo período, principalmente Brasil. En la década del 2000, la faena ha oscilado entre 2,5 y 3,5 millones de toneladas de res con hueso. La mayor parte de la producción se destinó al mercado interno (75 a 94% del total faenado, según los años), que prefiere los animales livianos de corta edad (de mayor terneza). En cambio, los animales destinados a la exportación requieren mayores pesos de faena, para asegurar un tamaño mínimo en
los cortes (novillos de más de 440 kilos, vivos). El consumo interno de carne vacuna en Argentina es el más alto del mundo, lo que está influenciado por aspectos culturales y por su bajo precio relativo frente a otras carnes y sustitutos. El consumo por habitante creció hasta alcanzar niveles muy elevados en la década del cincuenta (entre 90 y 100 kilos anuales); a partir de entonces registró una tendencia declinante hasta alcanzar unos 60 kilos a principios de los años 2000. En 2008 y 2009, se superaron los 70 kilos, pero la drástica caída de la producción en 2010 y el aumento de los precios internos seguramente implicarán una reducción del consumo a menos de 60 kilos por habitante y por año. La venta de carnes vacunas tuvo una alta relevancia en el valor de las exportaciones hasta los años 1970, bastante por encima de las de los productos manufacturados y de otras cadenas
El consumo interno de carne vacuna en Argentina es el más alto del mundo, lo que está influenciado por aspectos culturales y por su bajo precio relativo frente a otras carnes y sustitutos. agroalimentarias. Argentina lideró las exportaciones mundiales de carnes por varias décadas, hasta los años 1970. En el bienio 1970-1971, las exportaciones de carnes contribuían con el 20,1% del total de las ventas
argentinas, mientras que todas las semillas oleaginosas, grasas y aceites, y harinas destinadas a alimentación animal participaban con el 12,1%. La contribución de las carnes se redujo al 8,8% en el bienio 1980-1981; al 6.0% en 1990-1991; y al 2,3% en 2000. El crecimiento notable del valor de las exportaciones de carnes en los últimos años coincidió con aumentos significativos en otros rubros agroalimentarios e industriales, por lo que su participación en el total sólo creció al 2,8% en 2004 y al 3,2% en 2005. La disminución de los volúmenes exportados en años recientes y el mayor dinamismo de otros sectores implicaron una nueva caída en la participación del valor de las exportaciones de carnes en 2009 (1.652 millones de dólares), cuando representaron sólo el 3,0% del total. Importancia económica y social El subsector bovino es uno de los principales proveedores de alimentos del país. Las carnes tienen una elevada participación en el gasto de las familias en alimentos y bebidas. Su consumo ha registrado aumentos significativos en el último quinquenio, influenciados por las intervenciones gubernamentales, que establecieron precios máximos y restricciones a las exportaciones. Las carnes constituyen el segundo rubro en importancia, luego del que corresponde a los gastos de almacén; a pesar del aumento registrado en el consumo de carnes de aves y cerdo en los años recientes, las carnes vacunas representan alrededor del 70% del gasto total en carnes. De los 210 mil establecimientos de
Lo que hay que saber • La producción de ganados y carnes es una de las actividades de mayor importancia del sector agroalimentario argentino y tiene una amplia cobertura regional • Las carnes argentinas tienen una muy buena imagen internacional como “carnes naturales” y están libres de BSE (vaca loca). • Argentina cuenta con plantas industriales exportadoras con buen estándar sanitario y capacidad de respuesta a las exigencias de los mercados externos. • La capacidad instalada industrial asciende a unos 20 millones de cabezas por año, muy por encima de la faena anual. • Se estima que, en 2009, entre el 33 y el 35% de la faena correspondió a ganado terminado en feedlots.
A pesar del aumento registrado en el consumo de aves y cerdo en los años recientes, los cortes vacunos representan alrededor del 70% del gasto total en carnes. producción primaria de ganado, el 77% son pequeñas unidades que poseen menos de 250 cabezas y el 19% son firmas medianas con rodeos de 250 y 1.000 cabezas. La mayor parte de dichos productores (es decir el 96% del
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total) y sus empleados están radicados en el campo o en pequeños centros urbanos, por lo que su crecimiento y dinamismo tienen un gran impacto en el desarrollo del interior del país. La faena de ganado y procesamiento de carnes es una de las actividades de mayor significación en el valor bruto de la producción de la industria de alimentos y bebidas: es la segunda rama en importancia, luego del subsector oleaginoso. La mayor parte de industria frigorífica también se encuentra dispersa en ciudades pequeñas y medianas del interior, especialmente en las provincias pampeanas. Además de las 500 plantas de faena, operan en el interior unos 650 matarifes, más de 320 despostaderos, unas 370 cámaras frigoríficas, alrededor de 670 establecimientos procesadores de carnes y chacinados, y unas 3.400 carnicerías de las ciudades del interior. Se calcula que la industria emplea en forma directa a más de 80 mil personas. Las estimaciones de empleo en las cadenas agroalimentarias, realizadas para 2003 (Llach, J. et al.), indican que el subsector carnes empleaba a 544 mil personas (el segundo puesto entre las dieciséis cadenas agroindustriales, luego de frutas y verduras), cifra que representaba el 15% del total de dichas cadenas (medido como empleo directo e indirecto -o eslabonamientos anteriores- a precios de 2003). Agregando el 50% correspondiente a las estimaciones de empleos indirectos asociados al gasto en consumo e inversión de los ingresos de todos los factores de producción del subsector, los puestos de trabajo generados serían 816 mil. Ante una gran oportunidad Es un hecho: el mundo demanda carnes y va a seguir haciéndolo. El crecimiento del consumo se acelera tanto en los países industrializados, como en los emergentes, especialmente en China y otros lugares de Asia. Muchas de las naciones que producen de manera tradicional tienen limitaciones para aumentar su producción y exportaciones de carne vacuna. Es allí donde pueden asumir un papel protagónico en el aumento del comercio mundial, durante las próximas décadas, los países del Cono Sur que cuentan con un alto potencial de crecimiento: principalmente Brasil y Argentina. Las exportaciones argentinas no tienen
acceso a EEUU y a otros mercados de altos precios, por las restricciones sanitarias. La excepción es el caso de la Unión Europea, que ha tenido una mayor tolerancia a la situación sanitaria argentina y constituye un destino muy importante y de altos precios. La competencia en el resto del mercado mundial se da a través de los precios, lo que implica la necesidad de desarrollar una ganadería con precios de exportación competitivos. Nuestro país tiene una ganadería de mejor calidad, por las razas y las condiciones agroecológicas, pero la competencia con resto de los países del Mercosur es una realidad y plantea desafíos, estableciendo además un techo de precios. En este caso, la principal competencia es la producción brasileña, cuya participación en el comercio mundial ha crecido en forma notable en la última década.
Es un hecho: el mundo demanda carnes y va a seguir haciéndolo. El crecimiento del consumo se acelera tanto en los países industrializados, como en los emergentes. Situación actual La producción de ganado para reproducción y faena se realiza en distintos tipos de establecimientos, que integran, en menor o mayor medida, los procesos de reproducción (cría), desarrollo (recría) y engorde (invernada) de animales. La mayor parte de la producción vacuna argentina es de carácter pastoril: el ganado es criado y engordado a campo en sistemas extensivos, donde la carne se produce sobre la base pasturas naturales y cultivadas. Los sistemas semi-extensivos han adquirido una importancia creciente en la última década; también utilizan pasturas, pero contemplan el uso de algún suplemento; el más frecuente es el grano de maíz, en la etapa del engorde, especialmente en los últimos tres meses. Esta alternativa aumenta la carga o receptividad de los campos y completa el engorde del ganado, lo que permite conseguir terminaciones más uniformes, de mayor calidad y en un período más breve. En
Un dato para destacar es que la calidad genética del rodeo argentino es muy buena y ha sido una preocupación sistemática de los productores (cabañas) desde los inicios de la producción.
los sistemas intensivos, los animales son engordados en corrales (feedlots). Al igual que para los sistemas semi-extensivos, el ganado es criado a pasto y luego es terminado exclusivamente en corrales. Este tipo de productos es muy valorado en el mercado local, por su mayor uniformidad y terneza. En años recientes, la competencia de la agricultura por la tierra indujo a un aumento notable del engorde a corral. Se estima que, en 2009, entre 33 y 35% de la faena correspondió a ganado terminado en feedlots. Tanto durante la cría, como durante el engorde, existen posibilidades de aumentar la producción y el desempeño de la ganadería nacional. La actividad productiva primaria cuenta con una importante estructura y una gran cantidad de firmas proveedoras de servicios e insumos pecuarios (unas 15 mil). Tanto en materia de insumos, como de equipos, existen firmas nacionales y multinacionales que aseguran la oferta (local o importada), que se adecua a las necesidades actuales y potenciales del subsector.
Un dato para destacar es que la calidad genética del rodeo argentino es muy buena y ha constituido una preocupación sistemática de los productores (cabañas) desde los inicios de la producción. La estructura industrial pecuaria de Argentina se caracteriza por una gran atomización: actualmente operan 525 plantas de faena, la mayor parte de las cuales es de tamaño muy pequeño (ONCCA, 2009). De ese total, aproximadamente 200 corresponden a establecimientos controlados y habilitados por SENASA para el tránsito federal; en 2009, operaron sólo 165 de los habilitados por SENASA, que procesaron cerca del 90% del total de la faena registrada. A principios de 2010, 54 establecimientos de ese grupo estaban autorizados para exportar carnes a la UE.; se trata de plantas que tienen un alto nivel higiénico-sanitario. A pesar de que a mediados de los años 2000 se vendieron las principales plantas frigoríficas a grupos extranjeros de grandes dimensiones (Friboi, Marfrig, Cargill, Tyson), el grado de concentración de la industria es muy bajo. Así, por ejemplo, en 2007 los grupos más grandes, Marfrig y Friboi, realizaron menos del 6% de la faena total cada uno; y en ese año los 10 grupos más grandes sólo faenaron el 28% del total. Es decir, existe una gran desconcentración, cuando se lo compara con EEUU, Brasil o Uruguay. La capacidad instalada industrial asciende a unos 20 millones de cabezas por año, muy por encima de la faena anual. La industria tiene capacidad ociosa y deseconomías asociadas con la matanza de animales, con un peso promedio muy reducido cuando se compara con otros países competidores (EEUU, Australia, Brasil, Uruguay), lo que implica mayor incidencia de los costos fijos de faena y procesamiento.
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La fuerza del tambo
UNA POSIBILIDAD BLANCA
ENTREVISTA
La lechería es el tercer complejo agroindustrial después de la soja y la carne. Son evidentes los aumentos en productividad y la modernización de la industria procesadora, aunque el crecimiento de la lechería nacional tarde en llegar. Una actividad que emplea a más de 30 mil personas.
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Los lácteos son uno de los pilares de la alimentación. Desde la leche hasta los quesos, desde los yogures hasta la ricota: en todas las comidas, el argentino consume estos productos. Pero, ¿cómo es el complejo lácteo nacional? Lo primero que hay que describir son sus tres principales características. Presenta una estructura primaria, conformada por unos 11 mil tambos localizados en diversas cuencas lácteas (datos de 2008). Se trata de una industria procesadora estratificada, con presencia de un reducido número de empresas grandes y varios centenares de pequeñas y medianas firmas (muchas de ellas operan en los circuitos marginales del complejo). Su sector de distribución minorista involucra a las grandes cadenas de híper y supermercados (comercializan aproximadamente un 30% del total), con una alta participación de capitales extranjeros, y un sector de pequeños comercios y autoservicios de menos de doscientos metros cuadrados, que comercializa el 70% del total. El principal destino de la producción de lácteos es el mercado interno, que, en años recientes, ha absorbido entre el 85 y el 90% de la producción total. En 2008, las exportaciones totales del complejo lácteo (leches, quesos y otros productos) ascendieron a 1.140 millones de dólares y, en 2009, descendieron a 736 millones de dólares, influenciadas por las disminucio-
nes en los volúmenes y los precios de exportación. En el país, la industria láctea se ubica en tercer lugar dentro de las industrias de alimentos y bebidas. Actualmente, cuenta con 848 plantas industriales, localizadas principalmente en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, que emplean aproximadamente a 30.000 personas. Las nueve empresas más
Los principales productos de la industria son la leche fluida (1.700 millones de litros), los yogures (511 mil toneladas), la leche en polvo (208 mil toneladas) y los quesos de pasta blanda (254 mil toneladas). importantes concentran aproximadamente el 55% de la recepción de leche cruda. Los principales productos de la industria son la leche fluida (1.700 millones de litros), los yogures (511 mil toneladas), la leche en polvo (208 mil toneladas) y los quesos de pasta blanda (254 mil toneladas), según datos elaborados para el Plan Estratégico de la Cadena Láctea Argentina 2008-2020 (datos para 2007). Más de la mitad de los estableci-
mientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales. En gran medida, se trata de establecimientos que realizan diversas actividades agrícolas y ganaderas, pero la superficie asignada al rodeo de vacas de tambo tiene mayor importancia en el estrato de 100 a 200 hectáreas (casi la mitad de los tambos). Solamente el 7% de los establecimientos tiene rodeos que superan las 300 vacas totales. En relación al tamaño, medido en base a la producción diaria de leche, hay una Lo que hay que saber • La producción de lácteos en la Argentina se ha destinado tradicionalmente al consumo interno. • En los últimos años, aumentó la productividad, se registró una mejora en la calidad de la leche producida y hubo una gran expansión de la capacidad de procesamiento industrial. • Más de la mitad de los establecimientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales. • Más del 70% de la leche se vende en pequeños comercios y autoservicios de menos de 200 metros cuadrados. • La creciente demanda mundial plantea una excelente oportunidad de mercado para los próximos años.
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Más de la mitad de los establecimientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales. neta predominancia de las explotaciones lecheras que se ubican en el rango de 1.000 a 2.000 litros diarios. El 84% entrega menos de 3.000 litros diarios. Oportunidades Existe una importante brecha en el nivel de productividad promedio y el que alcanzan los tambos que cuentan con más tecnología. Esta importante brecha permite vislumbrar el potencial que posee el subsector en cuanto al incremento de su productividad y destaca la importancia del análisis de las estrategias que permitan hacerlo realidad. Al respecto, surge que la principal estrategia de crecimiento puede estar basada en el aumento de la productividad y, en menor medida, en incrementos del rodeo lechero, especialmente
teniendo en cuenta la competencia de la agricultura por las principales tierras destinadas a la producción láctea. El comercio mundial de productos lácteos ha registrado un crecimiento muy importante en la última década, y el
La industria láctea cuenta con 848 plantas industriales localizadas principalmente en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. dinamismo proyectado para las economías emergentes (China, India, etc.) plantea excelentes oportunidades de mercado para los próximos años, a precios sustancialmente mayores a los vigentes en los años noventa. Esto brinda una interesante oportunidad para el crecimiento de la producción y las exportaciones de lácteos de la Argentina, especialmente teniendo en cuenta que son pocos los países que pueden expandir en forma significativa su producción a precios competitivos. Esta alternativa puede tener una gran importancia social, en virtud de la alta demanda de empleo asociada a la producción y al procesamiento de la cadena láctea. Un sector con historia En la Argentina, la producción de lácteos se ha destinado tradicional-
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mente al consumo interno, aunque, década atrás, se alcanzaron volúmenes relevantes de exportación gracias a un notable crecimiento de la producción y la modernización industrial. Más allá de los ciclos que caracterizan la producción de este complejo, la tendencia general de la producción fue muy positiva durante los años 1990. En cambio, la caída en el consumo de lácteos con la crisis y devaluación de 2002 y, posteriormente, las intervenciones del gobierno en el mercado –restricciones cuantitativas e impuestos a las exportaciones, precios máximos fijados para el mercado local– generaron desincentivos a la producción en la década de los años 2000, por lo que los niveles de producción en 2009 fueron similares a los registrados en 1999. La generación de materia prima por parte de la producción primaria mostró una tendencia creciente significativa en la década de 1990, evolucionando desde unos 6 mil millones de litros en 1991, hasta 10,3 mil millones en 2000. Esta tendencia fue interrumpida en el período 20002004, como consecuencia de diver-
sos factores negativos: a) una fuerte caída de los valores del producto en tranquera; b) un aumento del precio del principal producto agrícola que compite por la tierra destinada a la producción láctea (soja); y c) la cri-
Existe una importante brecha entre el nivel de productividad promedio y el que alcanzan los tambos más tecnificados. Esta brecha permite vislumbrar el potencial que posee el subsector en cuanto al incremento de su productividad. sis económica de 2001-2002, que repercutió en una caída significativa del consumo. La posterior recuperación del consumo, y el dinamismo y aumento de precios en los mercados internacionales no pudieron ser aprovechados por la producción, por las intervenciones del gobierno
en el mercado local y en las exportaciones (impuestos y restricciones cuantitativas). En las distintas etapas de producción, elaboración, distribución y comercialización de la leche y productos lácteos intervienen numerosos participantes. En ellas se llevan a cabo actividades productivas, tecnológicas y comerciales de gran complejidad. En conjunto, conforman uno de los complejos agroalimentarios más importantes del país (el tercero en importancia, luego de los oleaginosos y las carnes bovinas). El sector lácteo ha registrado importantes cambios en la cadena durante los últimos veinticinco años. Debe notarse que, entre 1986 y 2005, el número de tambos prácticamente se redujo a la mitad y el rodeo lechero disminuyó en un 30%, pero los aumentos de productividad permitieron que la producción creciera casi en un 50%. Al mismo tiempo, se registró una mejora significativa en la calidad de la leche producida y hubo una gran expansión de la capacidad instalada de procesamiento, al incorporar las innovaciones disponibles para el sector industrial.
¿Es posible imaginar los paisajes de nuestro país sin sus animales? Cada región aporta lo suyo y el mundo pecuario convierte a la Argentina en un lugar único. En este mapa, mostramos cómo se distribuyen las cabezas
ARGENTINA: PAIS PECUARIO
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Un sector dinámico
Las aves dan un
gran salto El consumo local de carne de pollo crece, su industria se moderniza y las exportaciones aumentaron en más de un 400% en cinco años. Ya son 45 mil las personas que trabajan en el sector y, si continúa el creciendo, se incorporarán unos 4 mil nuevos empleos por año. Además, la producción de huevos alcanza los 600 millones de dólares anuales y aporta cerca de 60 mil empleos.
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Pocos sectores pueden mostrar un franco crecimiento como el que tiene la industria avícola y sumarle a esto las mejores perspectivas para el desarrollo futuro, basado en un aumento sustantivo del consumo interno y en el incremento constante de las exportaciones. La producción de carne aviar, en 2005, alcanzaba un volumen total de producción de 1,06 millones de toneladas y, en 2009, alcanzó 1,66 millones de toneladas. Las proyecciones realizadas por la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) incorporan, para los próximos períodos, un crecimiento del orden de las 120 mil toneladas anuales, lo que permitiría agregar unos 4.000 puestos de trabajo por año.
Hasta hace dos décadas, la actividad avícola tuvo un escaso de-
Pocas actividades pueden mostrar un franco crecimiento como el que tiene la industria avícola y sumarle a esto las mejores perspectivas para el desarrollo futuro. sarrollo en la Argentina y una muy limitada presencia en el comercio mundial. Recién a partir de la década de los noventa, la avicultura de
carne registró progresos relevantes, mediante un proceso de tecnificación que permitió el aumento de la productividad y la reducción de costos, y la consecuente disminución del precio para el consumidor. Ello contribuyó a aumentar el consumo per cápita, que en los últimos 20 años se incrementó en 22 kilos por habitante: de 11 kilos en 1990 a 33 kilos en 2009. La producción y el procesamiento se encuentran concentrados en las provincias de Entre Ríos (45,4% de la faena) y Buenos Aires (42,3%), a las que le siguen Córdoba, Santa Fe y Río Negro (CEPA, 2009). Los factores que favorecieron la evolución reciente de esta actividad
Lo que hay que saber • El consumo interno de carne avícola pasó de 11 kilos en los 90, a 33 kilos por persona en 2009. • Las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos concentran más del 80% de la producción y el procesamiento. • Argentina tiene bajos costos de alimentación y una excelente condición sanitaria. • Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son de capital nacional, mayoritariamente de propiedad y gestión familiar. • La mano de obra empleada en la avicultura para la producción de carne alcanza las 45 mil personas. • El valor de la producción de huevos ha crecido en la última década y se estima, para 2010, en unos 600 millones de dólares. • Los empleos directos en la producción de huevos alcanzarán los 60 mil puestos en 2010.
huevos fértiles de los reproductores (abuelas) a las empresas integradoras, para que realicen la incubación de la descendencia, que se entrega a los productores para su cría y engorde. Los principales participantes del subsector son las grandes empresas avíco-
La sanidad es uno de los puntos clave del negocio. El país posee un estatus sanitario muy bueno, ya que está libre de Newcastle y de influenza aviar. en la Argentina son: el bajo costo de la alimentación, la escala de un grupo de empresas líderes que integran todas las etapas productivas y comerciales, y la clara visión que
En los últimos 20 años, el consumo per cápita se incrementó en 22 kilos por habitante: de 11 kilos en 1990 a 33 en 2009.
poseen sobre la necesidad del aumento de la competitividad, a los efectos de alcanzar un desarrollo tecnológico y de escala competitivo a nivel mundial. Además, la sanidad es uno de los puntos clave del negocio. La Argentina posee un estatus sanitario muy bueno en esta actividad, ya que es libre de Newcastle, con vacunación, y de influenza aviar. La genética está desarrollada por empresas especializadas, principalmente de origen estadounidense. Éstas proveen los
las, denominadas también integradoras o procesadoras, que desarrollan el negocio a través de un sistema integrado, que vincula a todos los eslabones de la cadena, con principal énfasis en la genética, mediante la provisión de pollitos BB a los productores, los programas sanitarios, el procesamiento y la comercialización. Por medio de este mecanismo de integración, las firmas integradoras-procesadoras logran una reducción de los costos de transacción, una mejora de la eficiencia general, evitan grandes inversiones en producción,
HUEVOS DUROS
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Una industria que crece y se consolida: la producción argentina de huevos alcanzará los 9.300 millones de unidades en 2010, a partir de unos 34 millones de gallinas en producción (CAPIA). Las dos principales provincias que lideran este negocio son Buenos Aires –con el 47% de la producción– y Entre Ríos –con el 26%–. Como sucede con los demás sectores del mundo pecuario, la mayor parte de la producción (cerca del 90%) se destina para consumo en el mercado interno, el que, según las estimaciones, alcanzará los 210 huevos por habitante por año, en 2010. Las exportaciones son, por el momento, relativamente reducidas: se estiman en unos 33 millones de dólares en 2010, para los distintos productos del complejo huevos. Es importante destacar que los huevos argentinos son reconocidos por su excelente coloración y sabor, alcanzados gracias a la calidad de los cereales utilizados en la alimentación de las gallinas ponedoras. El valor de la producción ha crecido en forma significativa en la última década y se ha estimado que, para 2010, será de unos 600 millones de dólares. La industria de huevos en la Argentina data de pocos años y alcanzó niveles competitivos a partir de la incorporación de tecnología de punta desde mediados de la década del ochenta. Actualmente, la actividad industrial está concentrada: existen ocho empresas procesadoras, de las cuales cuatro procesan el 80% del total. La actividad tiene un fuerte impacto sobre la generación directa e indirecta de empleos, en particular en la provincia de Entre Ríos. CAPIA ha estimado que los empleos directos alcanzarán a casi 60.000 puestos en 2010. La mayoría de los empleados de la industria provienen de las localidades donde están instaladas las mismas, y suele ser mano de obra calificada, proveniente de escuelas agrotécnicas y universidades cercanas. disminuyen la planta permanente de personal y se concentran en los aspectos más críticos de la cadena. Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son de capital nacional, mayoritariamente de propiedad y gestión familiar. El resto de la producción corresponde a empresas regionales, que comercializan localmente. El procesamiento se realiza principalmente en las plantas de las empresas integradoras, las que han tenido una importante actualización tecnológica en las últimas dos décadas. Actualmente, operan 14 plantas con una capacidad de faena de 10 mil pollos por hora, capacidad que se puede considerar competitiva, aún al nivel de producción de los principales actores internacionales (Sadia y Perdigao, de Brasil, y Tyson, de EEUU). Si bien la escala de los mismos es mayor, no lo es la tecnología empleada, ya que se ha realizado un esfuerzo muy importante en los últimos años para mejorar la eficiencia y competitividad, lo que ha disminuido la brecha tecnológica. Las empresas han adoptado normas de calidad: todas han desarrollado BPM (Buenas Prácticas de Manufactura), trece implementaron HACCP (Control de puntos críticos, en inglés)y una, las normas ISO.
La conversión promedio de las firmas modernas es de 2 a 2,1 kilos de alimento por kilogramo de pollo vivo (incluyendo el consumo de los reproductores), lo que representa un muy buen valor en términos de eficiencia internacional.
Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son mayoritariamente de capital nacional y gestión familiar. La comercialización más frecuente ha sido de pollos enteros; pero desde hace algunos años las empresas están comercializando cortes, incluso piezas con mayor valor agregado. En los próximos años, el agregado de valor mediante los cortes, e incluso comidas preparadas, podrá ser un instrumento para el aumento del valor y la rentabilidad del sector. El valor bruto de la producción (VBP) de la actividad avícola se estimó, para 2009, en unos 2.000 millones de dólares. El aumento notable de la
producción y del valor de la misma durante la última década, a un ritmo mucho mayor al correspondiente al resto del sector pecuario, le ha permitido incrementar sustancialmente su participación en el valor bruto de la producción pecuaria. Asimismo, las exportaciones totales de productos avícolas han crecido en forma significativa en los últimos años, y han alcanzado los 330 millones de dólares en 2009, frente a 63 millones correspondientes a 2004 (CEPA). La avicultura para la producción de carne desarrolla sus actividades en el interior del país, donde están radicadas no sólo las estructuras de producción primaria, sino también la mayoría de las plantas de procesamiento industrial. El hecho de que las empresas del sector, aún las más grandes, pertenezcan a la categoría PyMEs, facilita la creación de una densa red de proveedores de bienes y servicios. En su mayor parte, se trata de pequeños empresarios o individuos que trabajan como autónomos, lo que produce, en consecuencia, una interesante distribución de los ingresos del sector. La mano de obra empleada por el sector se estimó en 45.000 puestos de trabajo, de los cuales la mitad son directos y el resto indirectos.
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PORCINOS
UNA Etapa MUY FAVORABLE
ECONOMÍA
El consumo local no deja de subir, los costos de producción son inferiores a los de los países competidores, contamos con un buen estatus sanitario, y se produjeron cambios tecnológicos y de gerenciamiento positivos. Las buenas perspectivas mejoraron el humor del sector.
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Hasta los discursos presidenciales se contagiaron del buen humor que inundó a la producción porcina, que atraviesa una etapa favorable: se ha visto beneficiada por un aumento significativo del consumo de carne fresca y costos de producción inferiores a los de los principales países productores, lo que se ha traducido en un incremento de la producción, que evolucionó de 2,5 millones de cabezas en el bienio 2000-2001 a 3,4 millones en 2009.
En los últimos veinte años, parte del sector experimentó un importante cambio tecnológico y de gerenciamiento. La carne porcina no tuvo en Argentina un desarrollo similar al de las otras especies, ya que, hasta el presente, el país ha sido importador neto de cortes y productos procesados. Sin embar-
go, en las últimas dos décadas, la producción ha crecido significativamente. Además, la devaluación de 2002 abrió mejores perspectivas al sector porcino por el encarecimiento de las importaciones, lo que se tradujo en un incremento del precio del cerdo en el mercado interno, que contribuyó a una mejora sustancial en la rentabilidad de la actividad primaria. En las últimas dos décadas, parte del sector productor primario experimentó un importante cambio tecnológico
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LO QUE HAY QUE SABER • La Argentina posee una población porcina de 3,1 millones de cabezas. • Existen unos 2.000 productores, de los cuales 1.600 son pequeñas unidades familiares. • En todas las etapas se emplean más de 27 mil personas. • La carne de cerdo puede actuar como un sustituto parcial del consumo de carne vacuna en el mercado interno.
y de gerenciamiento. Mediante la intensificación de los sistemas de producción, la mejora genética y la formulación de raciones equilibradas, se logró mejorar los índices productivos y aumentar la calidad producida. A esto se suma el buen estatus sanitario alcanzado: libre de peste porcina clásica (desde 2004) y PRRS. También se modificó parcialmente la organización de la cadena productiva-comercial, al integrarse en algunos casos hacia atrás la industria con la producción primaria. Argentina posee una población porcina de 3,1 millones de cabezas (SENASA, 2010), localizadas esencialmente en las principales provincias productoras de maíz; un 93% de la faena se concentra en la región pampeana. El subsector primario involucra a unos 2.000 productores, de los cuales unos 1.600 son pequeñas unidades familiares con producción extensiva de baja productividad. Por otra parte, unos 320 productores operan con sistemas intensivos de alta productividad y calidad, que contribuyen con cerca del 60% de la faena.
En 2009, se encontraban en funcionamiento unas 328 fábricas de chacinados y afines, localizadas principalmente en la provincia de Buenos Aires (50%), la ciudad de Buenos Aires (19%), Santa Fe (13%) y Córdoba (7%). La producción de fiambres y chacinados alcanzó unas 400 mil toneladas promedio anual en el último trienio. Opera un gran número de plantas de faena (de las cuales sólo alrededor de 80 están habilitadas por SENASA para tránsito federal), las que faenaron alrededor de 3,4 millones de cabezas en 2009 (MinAgri, 2009).
El sector estima que, en 2015, la producción puede aumentar en forma significativa, e incrementar el consumo hasta unos 15 kilos per cápita. La producción primaria da trabajo a unas 10.000 personas, mientras que la industria (faena, desposte e industrialización) ocupa a unas 15.000 personas. Por otra parte 2.200 personas están empleadas en servicios para la cadena. La industria de chacinados es intensiva en el uso de mano de obra: emplea un promedio de 30 personas por establecimiento. La carne de cerdo puede actuar como sustituto parcial del consumo de carne vacuna en el mercado interno y, de esta manera, contribuir a un mejor aprovechamiento de la producción de carnes en general, permitiendo la exportación de los productos de mayor valor unitario
(los cortes bovinos). De hecho, en la actualidad, está aumentando el consumo de carne fresca de cerdo, lo que modifica la estructura tradicional de consumo de productos porcinos, que se concentraba en fiambres y chacinados. La AAPP ha promovido en forma bastante eficiente el consumo de carne porcina, con campañas de promoción y pedagógicas destinadas a médicos y amas de casa, y tendientes a modificar ideas erróneas sobre las características de las carnes frescas de porcinos. La creación de un fondo de promoción para el consumo de la carne de cerdo ha jugado un papel muy interesante (campaña “Hoy cerdo”). El sector estima que, en 2015, la producción puede aumentar en forma significativa, e incrementar el consumo per cápita hasta unos 15 kilos de carnes porcinas por año. Esta evolución se verá beneficiada por los altos precios y la insuficiencia de oferta de carnes vacunas que se esperan para el próximo quinquenio, causados por la dramática caída de las existencias vacunas. Este crecimiento del consumo per cápita de carnes porcinas, asociado a un proceso similar de la carne aviar, puede ser muy interesante para que en el futuro sea viable un aumento de las exportaciones de carnes vacunas, cuyos precios a nivel internacional son mucho mayores. De este modo, la ganadería podría crecer como conjunto, valorizando los granos forrajeros producidos abundantemente en nuestro país, para abastecer el crecimiento del mercado interno y las excelentes oportunidades existentes en el comercio mundial de todas las carnes.
Las ovejas miran para adelante
Desenredando el ovillo Los ovinos superaron una de las mayores crisis internacionales. Ahora se aprestan a crecer con cambios productivos y diversificación de oferta y mercados. Es la actividad más importante de la Patagonia.
¿Quién podría imaginarse la Patagonia sin ovejas? Este animal es, además de una actividad económica muy importante de la región, un símbolo que forma parte del paisaje como las montañas y los lagos. El producción de ovinos en Argentina se ha orientado en gran medida hacia la producción y exportación de lana. Le siguen en importancia la producción de carne, el aprovechamiento del cuero y, en los últimos años, la producción de leche. Esta última actividad todavía es poco significativa pero que ha tomado un impulso marcado orientándose a la industria artesanal de quesos y de otros subproductos.
En la década del 60 el rebaño alcanzaba las 48 millones de cabezas; en los años 80, 32 millones; en los 90, 24 millones; y actualmente es de unos 15 millones.
Lo que hay que saber • El stock ovino actual es de 15 millones de cabezas. • Chubut, Santa Cruz y Río Negro son, en ese orden, las provincias con mayor cantidad de ovinos. • El 67 % de la producción de lana se destinó a la exportación en 2009. • El consumo de carne ovina apenas alcanza los 200 gramos por habitante por año.
La últimas décadas no fueron buenas. El sector vivió en una profunda debido a bajos precios internacionales de la lana y a la falta de políticas que apoyen la actividad. Esto se reflejó en una significativa disminución del stock, que también se vio afectado por la desertificación de la Patagonia y la baja rentabilidad relativa de la actividad. En la década de los 60 el rebaño superaba los 48 millones de cabezas; en los años 80 alcanzaba a 32 millones; en los 90 a 24 millones; y actualmente es de unos 15 millones de cabezas (SENASA, marzo 2010).
Según el último relevamiento de SENASA de marzo de 2010, las existencias de ovinos se concentran en las provincias patagónicas: Chubut (30,7%), Santa Cruz (22%) y Río Negro (12%). La provincia de Buenos Aires posee el 10% del total y la Región Mesopotámica -Entre Ríos y Corrientes - el 9,3%. La industria frigorífica se encuentra localizada en las zonas de producción, estando concentrada la faena en las provincias patagónicas y en Buenos Aires. Éstas reúnen la mayor cantidad de establecimientos habilitados por el SENASA. Durante 2009 nueve plantas ubicadas en la Patagonia concentraron el 72% de la faena de los establecimientos con tránsito federal. Los sistemas de producción laneros y carniceros son fundamentalmente extensivos, siendo los pastizales naturales y las pasturas la base de la alimentación. La producción ovina se desarrolla generalmente en suelos poco aptos para otras actividades; en las regiones con aptitud para el desarrollo de otras actividades, los ovinos han sido desplazados por producciones más atractivas económicamente. Espacio para mejorar La participación de la ganadería ovina en el PBI no es relevante, no obstante debe destacarse que en la región patagónica es la actividad más importante. La mano de obra es un factor crítico: salvo en los establecimientos de mayor magnitud, la organización social del trabajo es familiar y en ocasiones se complementa con extrafamiliar asalariado. El crecimiento potencial de la actividad depende en gran medida de una mayor integración y agregado de va-
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lor en la cadena. En 2009 se exportó el 67% de las lanas producidas (MinAgri, 2009); el mercado mundial demanda lanas de buena calidad y finura, a las que es necesario incorporar valor mediante algún grado de transformación. La producción de carne ovina es relativamente reducida y en su casi totalidad se destina al mercado interno. El consumo interno de carne ovina es muy bajo, inferior a los 200 gramos por habitante/año. Existen
diferencias regionales importantes, dado que el autoconsumo de los establecimientos agropecuarios de la región patagónica alcanza valores que oscilan entre los 15 y 20 kilos/ hab/año, mientras que en los centros urbanos el consumo es muy limitado. A nivel nacional no existe un adecuado desarrollo de la logística y distribución de la carne ovina, por lo que no resulta muy accesible para el consumidor de los centros urbanos. Además, los bajos stocks y la marcada estacionalidad de la producción de esta especie generan discontinuidad en la oferta, que limitan los hábitos para un mayor consumo en el mercado interno. Se cuenta con excelentes condiciones agroecológicas para el desarrollo de la producción de carne ovina. El aumento de las existencias y de la eficiencia reproductiva por mejoras en el manejo del rodeo permitirían aumentar la faena y aprove-
Salvo en los establecimientos de mayor magnitud, la organización social del trabajo es familiar y en ocasiones se complementa con un extrafamiliar asalariado. char la oportunidad existente para una mayor inserción en el mercado internacional. Un aspecto estratégico puede ser la diferenciación de la carne ovina, en particular la de la región patagónica, por ser magra, de gran terneza y que puede ser considerada como orgánica, porque se localiza principalmente en áreas en que no se utilizan agroquímicos, además de la fortaleza de marca que esta región le confiere al producto.
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Caprinos
Carne, leche y fibra Es una producción ligada principalmente a pequeños productores, que se concentra en zonas áridas y semiáridas del oeste del país.
El subsector caprino desarrolla principalmente las producciones de carne y leche, pero existen además otras actividades, tales como la producción de fibra mohair (pelo de cabra) y de cueros. La producción caprina en la Argentina está mayoritariamente ligada a pequeños productores, de escasos recursos y bajo nivel socioeconómico, y se desarrolla en áreas de menor desarrollo relativo y de baja productividad. Las explotaciones son predominantemente de tipo familiar de subsistencia, con tenencia precaria de la tierra en la mayoría de los casos, situación que ha conducido a una degradación acentuada del sue-
lo por el sobrepastoreo. A ello se suma la ausencia de conocimientos tecnológicos para mejorar la producción y la falta de capacidad empresarial. Esta situación ha determinado que distintas instituciones oficiales y ONG’S estén implementando programas de asistencia orientados a esta actividad. La actividad está orientada principalmente a la producción de carne. Se desarrolla fundamentalmente en las zonas áridas y semiáridas del Oeste del país y está especializada en la producción del chivito o cabrito mamón, de 10-12 kg. de peso de faena. Las principales provincias productoras de carne caprina son Santiago del Estero, Mendoza y Neuquen; sin embargo en Córdoba se concentra la mayor parte de los frigoríficos caprinos. La producción de leche es otra de las alternativas de la actividad caprina.
Existe una inquietud frecuente que está referida a las oportunidades de mercado para los distintos productos obtenidos del caprino. En materia de leche se plantean como restricciones: la falta de animales de genética apropiada y de información acerca de la influencia de la alimentación en la producción de leche; la falta de infraestructura local para la pasteurización y la posterior elaboración de quesos; y el escaso desarrollo comercial, especialmente para los nichos de mercado que existen para estos productos. Sin embargo se han desarrollado en los últimos años varias empresas pequeñas pero exitosas y con productos de alta calidad, principalmente para el mercado interno, con algunas experiencias en exportaciones. La actividad caprina no ha tenido un desarrollo acorde con el enorme potencial de crecimiento existente tanto para la carne, como para la leche y la fibra de mohair. Se trata de una actividad que puede tener un alto impacto en los ingresos familiares de los pequeños productores de las zonas más pobres de Argentina, por lo que debería ser un componente relevante de un programa de desarrollo social del interior del país.
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CONEJOS
MUCHO MÁS QUE UNA LINDA MASCOTA La faena de este animal se multiplicó por seis en los últimos años y su carne es cada vez más valorada. La carne de conejo ha despertado el interés de los consumidores gracias a su composición nutricional, en especial porque aporta 4,4 veces más proteínas por cada parte de grasa que la carne vacuna. Este subsector registró en la última década un interesante crecimiento cualitativo y cuantitativo debido a las mejoras productivas incorporadas. En la actualidad, un animal terminado de 1,5 kilogramos en alrededor de 75 días, frente a los 90 días que demandaba anteriormente. Además la faena de conejos ha mostrado un marcado crecimiento a partir del año 2001, evolucionando de 130 mil cabezas en ese año a más de 820 mil en 2007. También se ampliaron los actores de la cadena en el eslabón industrial. Existen 9 establecimientos procesadores, de los cuales 6 están habilitados para la exportación (MinAgri 2009). La mayoría de estas empresas se dedican a la faena y comercialización de la liebre. Los principales frigoríficos se están integrando verticalmente y dejando de comprar a los productores independientes. Debido a que la actividad requiere poca
superficie para su implementación, se adapta a ámbitos suburbanos y cercanos a zonas densamente pobladas. Es general es una actividad realizada por pequeños productores, con una intensa utilización de mano de obra familiar. En nuestro país el sistema de explotación más difundido es el semi-intensivo, con tendencia a intensificarse más
Es general es una actividad realizada por pequeños productores, con una intensa utilización de mano de obra familiar. y a aumentar la escala, produciendo en ambientes controlados (en jaulas y controlando la temperatura, la humedad y la aireación, siendo de menor incidencia la disponibilidad de tierra). Ante un mercado interno prácticamente inexistente, la exportación es el destino central de esta actividad. El principal comprador, la Unión Europea, exige HACCP y trazabilidad de los productos adquiridos. Hay muy pocos fri-
goríficos argentinos que cumplen con estos requisitos y que además, al integrarse, dejan de comprar a productores independientes, los que enfrentan dificultades para colocar su producción a precios interesantes. La mejora de la infraestructura de otros frigoríficos, para adecuarse a los requerimientos de la UE, puede resultar muy importante para resolver uno de los problemas para recuperar el ritmo de crecimiento de la producción y exportación de los últimos años, compitiendo con productos de calidad en el mercado internacional. El pelo de conejo se usa para el hilado de lana Bremmer (en combinación con lana de oveja) o lana Angora. La mejor raza para este propósito es la Angora. El mercado mundial de pelo de Angora está controlado por China que, además de ser el principal país productor, participa con el 80% de las exportaciones mundiales. En Argentina, la producción de pelo de conejo de Angora es una actividad que está radicada casi en exclusiva en Entre Ríos. La exportación de pelo no tiene casi relevancia en términos de valor, si se la compara con la venta de carne.
EQUINOS
EL MEJOR ALIADO DEL HOMBRE Nuestros ejemplares son valorados en el mundo por su calidad. Sigue siendo una herramienta de trabajo en el campo y utilizado en deportes como el polo y el pato. El sector se centra en dos actividades: la comercialización de animales vivos y la producción de carne, donde somos los principales exportadores. Un jeque árabe festeja un gol que se anota en su cancha privada de polo. Un caballo cruza la meta en el Hipódromo de Estados Unidos Delaware Park. Una familia cabalga por Tafi del Valle. Y un peón arrea el ganado arriba de su yegua querida. En todos estos rincones, ahí está: el caballo. Si el perro es el mejor amigo del hombre, podríamos decir que nuestro mejor aliado es el caballo. En Argentina continúa formando parte de la esencia de las actividades desarrolladas en el campo, tanto por su parti-
cipación en el trabajo rural como en el deporte y el entretenimiento. El subsector equino se encuentra orientado principalmente a dos actividades: la producción de carne y la comercialización de animales vivos, con fines deportivos ya que por lo general el caballo es utilizado para deportes, carreras, entretenimiento, trabajo, consumo y usos medicinales. La actividad equina genera, en forma directa e indirecta, alrededor de 180 mil puestos de trabajo y existen 1.949.005 animales en el país, según datos regis-
trados en marzo de 2010 por la Dirección Nacional de Sanidad Animal del SENASA. Calidad y deporte El país se caracteriza por la calidad de sus caballos y la afinidad de sus habitantes con los deportes ecuestres siendo las disciplinas en las que intervienen caballos las carreras, equitación (salto), polo, pato, jineteadas, y pruebas de rienda. Los caballos difieren genéticamente en sus aptitudes y esto tiene una relación directa con su valor de mercado.
Las características del caballo de polo esta basada en un buen tren posterior, que le permita correr, frenar y volver a arrancar, y capacidad para desarrollar velocidades en tramos cortos y con repentización. El hecho de que el polo argentino sea un deporte de exportación se debe también al trabajo de los buenos criadores que supieron perfeccionar la raza para la práctica de este deporte. Esto es consecuencia de las cruzas realizadas con los mejores ejemplares llegando a contar hoy con animales descendientes en su mayoría de poleros criados en nuestro país. Mientras tanto para el juego de Pato se utiliza el caballo criollo, descendiente de los caballos árabes y andaluces importados por los conquistadores españoles, que volvió al estado salvaje antes de ser utilizado y criado por los indios de la pampa, con una alzada de 1,38 a 1,50 metro. Otras razas son aprovechadas para el desarrollo de la equinoterapia, consistente en aprovechar los principios terapéuticos del caballo para tratar a personas con discapacidades físicas, ya sean congénitas o adquiridas. Tanto la venta de animales, como de semen representa un nicho muy interesante y en crecimiento, lo que fortalece la excelente imagen de los caballos argentinos en el exterior y el reconocimiento internacional de destacados deportistas, especialmente polistas. Las exportaciones de caballos vivos a nivel mundial corresponden principalmente a caballos deportivos y de carrera, comprendiendo animales ya entrenados, potros o animales para cría, tanto padrillos como yeguas.
El caballo destinado a deportes presenta un importante valor agregado, por lo cual el valor de las exportaciones no depende de la cantidad de cabezas, sino del precio de cada animal. Argentina envía animales a destinos muy variados, principalmente a EEUU, Italia y Francia. Pero existen otros destinos importantes, como Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Brasil y Uruguay. Explotación ganadera El principal uso de los equinos en nuestro país se da en los campos de explotación ganadera, donde se los destina a trabajos con la hacienda. A diferencia de lo que sucede en las
Existe una gran afinidad de los argentinos por los deportes ecuestres: carreras, equitación (salto), polo, pato, jineteadas, y pruebas de rienda. otras industrias cárnicas, hay muy pocos criadores de caballos que producen para los mataderos. Los animales que van al frigorífico en nuestro país son los ejemplares viejos, que generalmente finalizaron su vida deportiva o de trabajo; o bien se trata de animales que no reúnen las condiciones mínimas para las que fueron criados, caballos de desecho. El rendimiento de la res en Argentina es inferior al de los vacunos, pero podría llegar a valores similares a partir de la alimentación, la selección de animales de
aptitud cárnica y un manejo adecuado con finalidad de faena. Los problemas que surgieron ante la aparición de la enfermedad BSE (vaca loca), revitalizaron la producción y el comercio de carnes alternativas como la equina. Entre los principales productores, puede nombrarse a China, México, Argentina, Brasil y EEUU. Por una cuestión de tipo cultural y de afinidad hacia los caballos, en Argentina prácticamente no se consume carne equina y sólo se registra en pequeñas cantidades en las zonas rurales del sur del país, donde la carne vacuna es escasa. Sin organización ni reglamentación de las ventas, sin normas de calidad ni tipificación de las reses, la faena alcanzó un piso mínimo en el año 2000 y luego retomó su promedio histórico, para alcanzar 200 mil cabezas en 2009. Primer exportador Argentina es el primer exportador mundial de carne equina con aproximadamente 33 por ciento del mercado total en promedio durante el año 2000, seguido por Canadá (18 por ciento) y EEUU (15 por ciento). En 2008, nuestro país exportó unas 30 mil toneladas de carnes y subproductos equinos, por un valor de aproximadamente 100 millones de dólares siendo Rusia (48 por ciento), Holanda (20 por ciento), Italia (9 por ciento), Francia (8 por ciento), Japón (5 por ciento) y Bélgica (4 por ciento), los principales mercados donde se colocó la producción nacional. En la actualidad se presentan interesantes perspectivas de crecimiento para los caballos deportivos, especialmente para los de polo y de carrera.
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Miel
Un negocio dulce La miel argentina es reconocida en el mundo por su calidad y tiene un crecimiento sostenido. En época de cosecha se emplean 90 mil personas.
Chiquita pero poderosa, así es la abeja. Y Argentina lo demuestra con el destacado papel que desempeña en el escenario mundial del mercado de la miel. El total de la producción de 2008 alcanzó las 72 mil toneladas y se exportó más del 90% de la producción local, con un valor equivalente a 89 millones de dólares. Hoy, la actividad presenta notables ventajas competitivas frente a otros países que participan de este mercado, basadas en su calidad y costos de producción y comercialización. La miel nacional se caracteriza por ser muy buena desde el punto de vista organoléptico y fisicoquímico; esto nos posiciona favorablemente en el segmento de miel para consumo directo, dado que cumple con los requisitos que impone la Unión Europea. También es utilizada para el corte de mieles de calidad inferior, provenientes de otros países. Las principales zonas productoras se localizan en la región pampeana, dentro de la cual Buenos Aires es la más importante, con el 41% de la producción. Le siguen en importancia: Entre Ríos, con el 17 %; Santa Fe, con el 11 %; Córdoba, con el 10%; y La Pampa, con el 7% (MinAgri 2009). En años recientes, la apicultura ha registrado un notable crecimiento, debido al aumento de la productividad y
En años recientes, la apicultura ha registrado un notable crecimiento, debido al aumento de la productividad y del número de colmenas. del número de colmenas. Actualmente, el rendimiento promedio es de 30 a 35 kg/colmena/año y alcanza, en algunas zonas, los 60 a 70 kg/colmena/ año, valor similar a las productividades más altas del mundo. La tecnología disponible en Argentina es comparable a la de los principales países exportadores, aunque aún no ha sido adoptada en forma masiva por los apicultores. Existe un marco normativo que asegura la calidad de la miel y cada vez es mayor el número de productores que incorporaron sistemas de trazabilidad en su producción, como consecuencia de las restricciones sanitarias existentes en los mercados principales. Trabajo Más de 28.000 productores se encuentran relacionados con la actividad, los cuales poseen un total de 3,5 millones de colmenas. El total de mano de obra que emplea la actividad es de unas 60 mil personas, ocupa-
das de forma permanente; dicho número se incrementa a 90 mil personas en la época de cosecha. Muchos de los emprendimientos productivos son llevados a cabo por el grupo familiar. Es una actividad considerada importante para la generación de empleo; por ello, diversas instituciones provinciales impulsan programas para el desarrollo de la producción apícola. La actividad tiene un gran potencial que aún no se ha desarrollado del todo: si se considera que el 98 % de la miel se exporta a granel, la posibilidad del agregado de valor a través del envasado es muy alta.
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Animales no tradicionales
¿TENDRÁN SU CHANCE? Carpincho, yacaré, ñandú, choique, guanaco, caracoles y gusanos de seda son sólo algunos ejemplos de estas actividades que, por el momento, son alternativas. Las actividades que aquí se denominan no tradicionales, se consideran tomando en cuenta la lógica del consumo, es decir aquellas que no están usualmente presentes en el mercado, pero que en algunos casos son tradicionales, por sus raíces culturales e históricas en el lugar de producción. A modo de ejemplo podemos mencionar: carpincho,
ñandú, choique, guanaco, caracoles y gusanos de seda. Si bien el mercado internacional muestra interés en este tipo de productos y sus precios muchas veces son atractivos, Argentina no ha tenido hasta el presente un desarrollo sustantivo. La mayor parte de las iniciativas se han dado en contextos sociales, económicos
y culturales particulares, ya que resulta necesario una muy buena infraestructura, que permita alcanzar los niveles de calidad y un aprovisionamiento confiable a lo largo del tiempo (Vieites, 2004.). En caso de alcanzar las condiciones adecuadas para el desarrollo de las producciones animales no tradicionales, se podría superar en ventas anuales los 25 millones de dólares.
Acuicultura
CONTRA LA CORRIENTE El bajo nivel de consumo interno de pescado es uno de los factores para que la actividad no se desarrolle de manera interesante.
Animales no tradicio-
¿TENDRÁN SU
En Argentina la actividad acuícola se enLas actividades que aquí se denomicuentra estado embrionario. La misma nan no en tradicionales, se consideran se inició con pesca deportiva, tomando enlacuenta la lógicapara del luego conavanzares endecir la producción salsumo, aquellasartesanal que no de están mónidos en lapresentes región patagónica y alcanusualmente en el mercado, zar unque carácter semi-industrial partirtradide la pero en algunos casosason década de los noventa. Más recientemente ha crecido en forma limitada en el litoral,
mediante la producción de Pacú. La principal limitante del desarrollo de la actividad en Argentina es la falta de tradicionales, por sus raíces culturales e ción o cultura que dificulta históricas en productiva, el lugar deloproducción. el modo manejode deejemplo las unidades de producción, A podemos menciosobrecarpincho, todo por la falta de formación los nar: ñandú, choique, de guarecursos humanos para lograr un crecinaco, caracoles y gusanos de seda. miento sostenido y acelerado de lamuesactiviSi bien el mercado internacional dad, y por elen escaso desarrollo de tecnolotra interés este tipo de productos y gías precios adecuadas a las condiciones país. sus muchas veces sondel atracEn otros países enno losha quetenido el consumo tivos, Argentina hastaper el capita de un pescado alcanza niveles signifipresente desarrollo sustantivo. cativos, la parte acuicultura La mayor de lasconstituye iniciativasuna se intehan resanteen oportunidad mejorar econóla dieta; dado contextospara sociales, pero eny culturales Argentina, particulares, los bajos niveles de micos ya que consumo interno de pescado constituyen también una falta de aliciente para su de-
sarrollo en esquemas de autoconsumo. Argentina posee un gran potencial para la actividad, que aúnuna no se ha explotado. El resulta necesario muy buena inframismo se sustenta principalmente en nilas estructura, que permita alcanzar los características especialveles de calidadagroecológicas, y un aprovisionamiento mente en ala lo gran disponibilidad reserconfiable largo del tiempo de (Vieites, vas de agua dulce,de lo que ha despertado el 2004.). En caso alcanzar las condiinterés de otros países productores, especiones adecuadas para el desarrollo de cialmente de Chile. animales no tradiciolas producciones La demanda mundial de en pescado crenales, se podría superar ventasha anuacido forma notable y lo seguirá hacienles losen25 millones de dólares. do en el futuro. Ello brinda una excelente oportunidad para el futuro desarrollo de la actividad con un enfoque comercial, además de las alternativas de diversificación de ingresos que brinda la acuicultura para los pequeños productores.
Insumos y servicios
Más sanidad para más calidad El mundo pecuario no se limita sólo a los animales. Desde las industrias veterinarias hasta la inversión en maquinaria hay aportes para mejorar la producción. Todavía hay margen para ser cada día mejores.
El empuje del sector pecuario impactó de lleno en una de las industrias que más se está reconvirtiendo y que está realizando grandes inversiones en tecnología y mejoramiento de procesos: se trata de los productos veterinarios, que han experimentado un notable crecimiento en los últimos años. Se estima que la facturación total del sector en 2009 alcanzó los 1.030 millones de pesos, considerando todos los rubros. De todas maneras, la utilización de insumos veterinarios aún es muy baja y, en consecuencia, también lo es la inversión que realizan los productores ya que, según fuentes especializadas, debería ser casi el doble de la actual (pasando de unos 12 pesos a unos 20-25 pesos por
cabeza, sin contar los costos de la vacunación antiaftosa), lo que permitiría también lograr un aumento significativo del valor de la producción. En la actualidad se está produciendo una importante reconversión del sector como consecuencia de los nuevos requerimientos de la autoridad de aplicación. El objetivo es mejorar la calidad de toda la industria en su conjunto.
En la actualidad, se está produciendo una importante reconversión del sector como consecuencia de los nuevos requerimientos de la autoridad de aplicación.
Alimentación y genética La alimentación del sector pecuario tiene características muy disímiles en las distintas actividades. La ganadería vacuna tiene un eje principalmente pastoril en las distintas etapas de la producción. Sin embargo, en la última década se ha registrado un au-
mento significativo de la terminación a corral. Para 2009, se estima que el 35% de la faena fue terminado en feedlots. La producción pastoril ha dado lugar a una industria de producción de semillas que se abastece principalmente con productores locales (70% del
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mercado, unas 30.000 toneladas). Las importaciones son principalmente de semilla de alfalfa y, en menor grado, de otras forrajeras. No existen restricciones sanitarias, ni comerciales para las importaciones de semillas forrajeras de los principales países productores. La utilización de alimentos balanceados se realiza principalmente para las actividades o etapas más intensivas, correspondientes a la terminación de ganado bovino, la avicultura, la producción intensiva de porcinos
un porcentaje relativamente bajo de la producción total. Por ello, existe un gran potencial de crecimiento de uso para la alimentación animal. En general, en Argentina se dispone de una buena base genética para las principales especies. Este es el caso de la ganadería vacuna de carne y leche, así como de la avicultura. Otras actividades, como la producción porcina, tienen todavía que hacer progresos significativos para lograr una utilización masiva de la genética mejorada que emplean actualmente los productores intensivos.
Aún es muy baja la utilización y, en consecuencia, la inversión en insumos veterinarios por parte de los productores. Es de unos 12 pesos por cabeza, cuando podría llegar a 25.
Máquinas Y EQUIPOS El sector ganadero, tanto en carne como en leche, posee una mediana fortaleza en este rubro, porque coexisten establecimientos con modernos sistemas y tecnologías de producción, con muchos otros que tienen precarias condiciones de trabajo, principalmente establecimientos más pequeños o ubicados en áreas marginales. En cambio, en el sector avícola, se ha verificado en los últimos años una muy importante modernización, lo que ha implicado una considerable inversión en infraestructura. Otras actividades tienen menor grado relativo de desarrollo, salvo algunas producciones intensivas. No existen restricciones para el ac-
y la lechería, además de otras de menor desarrollo relativo. Se estima que, en 2009, el consumo total de maíz y sorgo de las cadenas pecuarias ascendió a unos 10 millones de toneladas y a unos 5 millones de toneladas de soja, es decir,
Lo que hay que saber • Se estima que la facturación en 2009 en productos veterinarios fue de 1.030 millones de pesos. • La producción pastoril ha dado lugar a una industria de producción de semillas que se abastece principalmente con productores locales. • La inversión en maquinaria e infraestructura varía según cada subsector. El avícola es el más avanzado. • El país cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario.
ceso a maquinaria y equipos de alta tecnología, y la limitante principal es el financiamiento de los mismos y la percepción de muchos productores sobre la importancia y necesidad de mejora de la infraestructura productiva para aumentar la competitividad. En muchos casos, la falta de solvencia financiera del sector primario ha postergado la renovación de equipos e instalaciones, lo que determina una marcada obsolescencia en una amplia franja de productores. Infraestructura industrial En el caso de la industrialización de la carne, son pocos los establecimientos que han incorporado las inversiones más modernas disponibles a nivel internacional. Gran parte de la industria, especialmente la foca-
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lizada en el mercado interno, tiene una escala pequeña, una tecnología obsoleta y estándares sanitarios insuficientes. Algunos frigoríficos cuentan con tecnología moderna, pero aun así la escala es sensiblemente menor que la de sus equivalentes en otros países. En materia de producción lechera, existe una porción de la industria con nivel de producción y escala internacional, que coexiste con una importante producción desarrollada en base a pequeños establecimien-
Argentina cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario, tanto en cantidad como calidad de los profesionales tos, muchos de ellos con muy baja utilización de tecnología y estándares sanitarios deficientes. El sector avícola ha desarrollado durante la última década una muy importante modernización, con importantes inversiones que permiten tener niveles de escala y eficiencia comparable a los mejores del mundo. El sector porcino se encuentra en
una situación similar a la del de la carne vacuna. Otras actividades como la caprina, salvo excepciones en el área de quesos, poseen en general condiciones de industrialización muy precarias. El sector lanero ha desarrollado un polo industrial que permite aumentar paulatinamente el agregado de valor de la producción. Servicios profesionales y tecnología Argentina cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario, tanto en cantidad como calidad de los profesionales, quienes provienen de carreras tradicionales como Veterinaria y Agronomía, y también de aquellas que paulatina-
Si bien las instituciones oficiales como el INTA y las universidades llevan a cabo la investigación y desarrollo tecnológico, las empresas privadas también llevan adelante un importante aporte. mente van tomando mayor importancia, como Tecnología de Alimentos y otras, que brindan servicios en aspectos puntuales de las distintas cadenas, las que en su conjunto conforman una red que determina el aumento de la competitividad de los subsectores. Si bien las instituciones oficiales como el INTA y las universidades
realizan la investigación y desarrollo tecnológico, las empresas privadas del sector veterinario, genética y forrajeras, también realizan un importante aporte complementario, que permite construir competitividad en las diferentes cadenas. La extensión y difusión de tecnología tiene un comportamiento irregular, ya que los establecimientos de mayor tamaño incorporan tecnología a través de asesores privados, mientras que los de menor dimensión tienen menores posibilidades de acceso a la tecnología, por diferentes razones: la situación del sector público de extensión, la predisposición para la modernización y el cambio, y también las dificultades financieras crónicas que limitan la adopción de algunas técnicas sencillas, pero de gran impacto en el sector. No puede dejar de señalarse la importancia de las empresas proveedoras de insumos en el desarrollo tecnológico a través de estructuras de extensión, diseñadas para incrementar la comercialización de los productos. Gradualmente, están cobrando mayor importancia otras prácticas, como la trazabilidad y las certificaciones de acuerdo a los requerimientos específicos de los clientes, las cuales tienen una alta demanda en materia de tecnología y de profesionales especializados. En virtud de lo señalado, existe en la actualidad un gran margen de progreso en materia de adopción de tecnología y, en consecuencia, de progreso productivo, en la mayor parte de las actividades, salvo las excepciones ya señaladas, principalmente ligadas a la escala de producción.
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Logística y servicios El país no se caracteriza por poseer una infraestructura muy eficiente y competitiva en el interior, salvo en sectores muy específicos. Las actividades pecuarias tropiezan con problemas inherentes a la insuficiente y deficiente red de caminos y otras vías de comunicación en general, que dificultan en muchos casos una eficiente logística de la producción. En los últimos años, se han registrado importantes cambios en los servicios comerciales, tanto en las etapas intermedias como finales de la cadena. Es así como se ha creado una marcada tendencia de disminución de la importancia de los intermediarios, debido al aumento de las relaciones directas de los productores con la industria y la distribución. El crecimiento y la concentración de las cadenas de distribución, y el aumento de la importancia relativa de las mismas en el comercio minorista, han significado profundos cambios en la estructura de coordinación de las cadenas. Sin embargo, en algu-
nos sectores, como el de la carne vacuna, aún se comercializa un alto porcentaje a través de esquemas de comercio tradicional minorista. En otras actividades, por ejemplo, lácteos, aves, etc., el peso de las cadenas de distribución ha cobrado mayor importancia.
Las actividades pecuarias tropiezan con problemas inherentes a la insuficiente y deficiente red de caminos y otras vías de comunicación en general. En materia de mercado internacional, los servicios comerciales tienen mayor importancia y, si bien existen diferencias en los distintos subsectores, se puede mencionar que existe un retraso en la materia, ya que
muchas de las operaciones comerciales se realizan a través de intermediarios del exterior y existen muy pocas empresas que cuentan con una estructura comercial externa acorde con el potencial competitivo de la Argentina. Existen también requerimientos para mejorar otros aspectos conexos a la comercialización, como la promoción de la marca país, que englobe a los distintos productos; y una participación más activa en la difusión de los productos y sus características en los mercados internacionales más relevantes, como se ha realizado en otros subsectores (el de vinos, por ejemplo), que han logrado un importante crecimiento en sus exportaciones. Por circunstancias ajenas a los objetivos para los que fue creado, básicamente por las restricciones a las exportaciones de carnes instrumentadas por el gobierno en el último quinquenio, el IPCVA ha visto limitada su eficiencia e impacto esperado para el aumento del valor de las exportaciones de carnes.
gente de campo Cada vez que amanece. Ahí están las personas que trabajan en el campo argentino. Con pasión, esfuerzo, entusiasmo, buen humor y profesionalismo. En estas fotos, rostros y manos que expresan el espíritu de un sector comprometido.
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EL CAMPO EN LA CIUDAD El sillón de cuero, el abrigo de lana, la peña, el asado con amigos, el grito de gol en una tribuna de polo, el lomo en un restaurante de primera categoría. Ahí, también está el campo.
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Números QUE HAbLAN
15.000
MILLONES DE DÓLARES MUEVE LA PRODUCCIÓN PECUARIA.
Más de
1.000.000 DE EMPLEOS, ENTRE DIRECTOS E INDIRECTOS
740
1.900
MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE LACTEOS.
MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE CARNE BOVINA.
30
POR CIENTO DEL VALOR DEL COMPLEJO ALIMENTOS Y BEBIDAS.
89
MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE MIEL.
4.200
MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES
330
MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE PRODUCTOS AVÍCOLAS.
180
MIL PERSONAS OCUPA SOLAMENTE LA ACTIVIDAD EQUINA.
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