LAS REPÚBLICAS SIN SENTIDO

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HUICHA


HUICHA Textos e ilustraciones: Huicha (José Huichamán Estay) Agradecimientos especiales a Ángel Bernier por su invaluable apoyo y consejos. Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del autor. Derechos reservados.

Se terminó de imprimir esta PRIMERA EDICIÓN en Bazar JULY Santiago de Chile en Octubre de 2019. IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE




Las repĂşblicas Sin Sentido visitan constantemente a sus turistas, se mueven de persona en persona, volviendo siempre a la misma.



Los Biblio - edificios Ciudad Nocturna

Veo desde el tren que me lleva por la mañana al observatorio, al costado de la calle, altos anaqueles portando cientos de libros con distintas historias. Los biblio-edificios. "En uno de esos estantes debe estar el libro del que algo supe hace un tiempo, un volumen que en algún momento pensé nunca dejaría de asombrarme", pensé. El tren siguió su rumbo dejando atrás esa arquitectura viva. Por ahí debían estar los volumenes que había estudiado años atrás. Estarían, tal vez, a punto de empezar su día, sumando nuevas páginas. Me quedé dormido soñando que era uno de ellos, esperando en cualquier momento ser leído con asombro para luego dar vuelta la página.



Espejos parlantes Ciudad Libélula

Entré en ese templo a tientas. Todo era penumbra en sus salas de lectura. Le llamaban "la biblioteca de los espejos parlantes", donde cada tomo, cada libro, cada ejemplar era, no un impreso, sino cuerpos cargando vidas. Junto a mi iba una de ellas. La puse frente a mí y me senté a leer. Cada página era un mundo fascinante. Cayó la noche, pasaron los meses y aún la prosa respira agitada en mi cabeza. Hoy en mi pieza algo me sacó del trance en que me habían sumido los recuerdos: miré alrededor y vi en el espejo reflejada a otra persona, que me leía desde su espacio en ese mismo instante. Nos congelamos. Entendimos que ciertas letras anudan historias en algún punto. Salí a la calle y luego de la ciudad, con la total certeza de que cada lectura nos renueva. Supuse que el destino haría su trabajo al ponerme tal vez frente a tales palabras en el futuro, la idea me entusiasmaba y, como fuese, su historia ya era también parte de la mía.



A 210 días del sol.

República de los Días Ciegos. Bajo timbre del añoso observatorio astronómico de ciudad Nocturna, llegó este documento a la puerta de mi oficina, en la olvidada república de Días–Ciegos. El documento, amarillo y desgastado, describía cosas que me resultaron enigmáticas, como destinadas a alguien específico. Dejo a vuestra interpretación dicho texto: “Las luces llegan desde distintos lugares del cosmos. Viajan, se enfrían, detienen o quedan por meses sobre la superficie de extraños planetas. Eso es cosa de cada día y todos lo sabemos. Esta luz que ahora observo en una esquina, al interior de mi estudio en pleno día, apareció en el cielo hace meses, mientras observaba con mi telescopio. Por esos días estaba yo concentrado en la comprensión y divulgación de fenómenos relativos a las nebulosas y sus colores. Sin embargo, la cada vez mayor luminosidad de este astro opacó todo quehacer, quebró mi rutina, registré en la bitácora su aparición repentina. Sentí la necesidad de darle un nombre.


Recuerdo que al terminar dicha jornada, de vuelta a casa, caminando por veredas estrechas, me parecía ver repetido su nombre y luz. ¿De dónde vendría tal fuerza?. ¿Cuál sería su devenir? Lo notaba en las señales del tránsito, en los muros pintados de calles poco transitadas, en canciones o en cosas tan simples como el reflejo en una ventana. Y aquí está, mientras escribo, frente a mí esa luz que estuvo bajando por meses. Me llamaba. Estaba totalmente seguro de lo que debía hacer. Sentí que esa era la esquina de nuestro encuentro. El tiempo nos había hecho un espacio. Todo cambió por unos segundos, no había pieza, cielo, colores o nebulosas. 210 días exactos demoró en llegar la luz de esa estrella hasta el planeta que habito.” Producto de esta lectura se vio motivada mi teoría de la Luz y el Ser, dedicada a las simetrías que encuentran su espacio sin haberlo buscado, de colores desconocidos y por períodos indefinidos.




El Cometa

República de los Días Ciegos. Informe de rutina Nº311, departamento de nuevos hallazgos. Observatorio astronómico de Nocturna. República de los Días Ciegos.

Es un hecho indiscutible el que la luz sea incontenible. Ir en contra de tal principio es negar su esencia. Bajo el lente del telescopio Ecuador, que apunta en dirección a los míticos biblio-edificios, apareció esta mañana tres veces el mismo cometa, en distintas direcciones y en coordenadas adyacentes. La primera vez me encontró su aparición al poner el ojo en la mira, casi de frente, al levantar la mirada. La segunda fue un destello que advertí de reojo en dirección sudeste, mientras iba entrando a la sala de observación. La tercera a mis espaldas, mientras un científico desquiciado me hablaba del mito de la sonrisa espontánea y su vinculación con ciertos fenómenos astronómicos.


Tres veces apareció, tres veces lamenté no haber podido retener su imagen, pero ¿Que objeto tiene capturar aquello cuyo misterio reside en el vuelo? Luego recordé la esencia de la luz, la clave de todo.




La catedral silenciosa Zona Muda

La luz imprecisa del fuego nutre la nostalgia. Dentro de los innumerables territorios que en su conjunto componen lo que hoy conocemos como Desiertos de las Horas, existe aquel denominado "Zona Muda". Sobre sus suelos se levanta la inexpugnable Catedral Silenciosa, morada secular de la Sacerdotisa de los fuegos secretos. Entre quienes visitan el lugar existe la creencia de que al mirar dichos fuegos aparecen, por ejemplo, las imágenes que en el tiempo se alejan y en el espacio se graban; las canciones jamás cantadas; ardores que se jactan de ser platónicos y los versos sordos en décimas, sin nombres ni lectores. Cierta tarde, al entrar yo en la Catedral, me encontré con esta mujer, de golpe, túnica amarilla, tan amarilla como abrazo del sol. Me quemó su sonrisa. Sentí sed, pregunté donde podría saciarla. Puso un leño en su hoguera. Dudé de si me habia entendido. Al rato las llamas revelaron un jarrón, este se derramó sobre el piso y todo se apagó. Entre el vapor ella se despidió, sin alcanzar yo siquiera a murmurar un adios.


Abandoné la catedral, a mis espaldas se hundieron sus muros, sus llamas y el agua del jarrón inundó parte de la zona muda. Me quedé mirando largo rato el agua, los pocos restos amontonados de la catedral formaron una suerte de pileta. El sol y yo fuimos los únicos testigos. En estos momentos algo me hace sentir que ella no se hundió entre los escombros, sino que junto a sus secretos ahora observa desde lejanos fuegos nocturnos. Me senté a esperar un nuevo día, con la débil esperanza de volver a encontrarla. Mientras avanzaba la luna comprendí que el sol pasaba a ser un cálido recuerdo que se alejaba en el tiempo y, la superficie lunar, pálida, inerte, el espacio donde este había quedado grabado. El secreto se me había revelado.




La transfiguración del cuervo Ciudad Penumbra

Es sabido por muchos que, en ciudad penumbra, la aparición de un sol rojo por las noches, trae consigo la llamada "transfiguración del cuervo". Hetéroces, la gran mariposa nocturna, de piel luna y cuernos terciopelo es vista aparecer por la madrugada entre la niebla atravesando charcos y pastizales. Pocos son quienes han logrado captarla en el preciso instante que su cuerpo semeja el de una mujer, artificio que no dura más de un par de segundos. Hace 20 dias, en noche sin luna, un sol sangró, bañando de rojo la cúpula incandescente de los jardines reales de ciudad penumbra, formando una capa tal, que sus girasoles dejaron de brillar. La situación pareció propicia para que, al amparo del sangriento crepúsculo, se dieran cita el cuervo y Hetéroces. Sobre los mustios jardines se unieron, subvirtiendo sus corazones, quedando estos boca abajo, uno contra otro, palpitando al unísono y a la inversa. El cuervo no era símbolo de muerte, ni la muerte símbolo de un final. Tal como en el Tarot, la muerte es arquetipo de la transformación, mientras que en la poesía la Mariposa está vinculada a la metamorfosis.


Dicho esto, ambos parecian destinados a encontrarse. Pasó la noche, el sol amarillo lucía una cicatriz. La transfiguración del cuervo fue también la metamorfosis de la mariposa nocturna. Bastó un par de horas para entender que la cicatriz era la del tiempo, los minutos necesarios para esa unión que solo los amantes sabrían guardar.




Los ardientes hielos del sol Ciudad Penumbra

Al arqueólogo solar Luis Alberto Laloux, es atribuido el fantástico hallazgo de extrañas formaciones, similares a cristales, sobre la superficie de un astro que, curiosamente, había sido obviado en los registros cósmicos. Los llamados "hielos ardientes de Planeta Fantástico”, también conocido como Planeta Salvaje, dependiendo del estudio que lo mencione, son de una naturaleza inusitada, dado que la frialdad de estas estructuras es absoluta y, a pesar de los 2.010 grados que funden la superficie, estas impresionantes esctructuras naturales se mantienen intactas desde el comienzo hasta el fin del verano, encapsulando en frío objetos diversos, impidiendo que el Sol del verano los derrita catapultando al olvido cualquier historia que estos pudiesen cargar. Ciudad penumbra hace un par de días captó la atención de todo el mundo, al saberse que una estructura de hielo, con forma similar a la de un ave y una mariposa nocturna, había sido advertida por distintos observatorios, haciendo recordar la leyenda de Hetéroces y la transfiguración del cuervo. Los artístas encargados de llevar a cabo la difícil tarea de ilustrar aquello que los portentosos telescopios de los observatorios mostraban, coincidieron en imágenes


muy parecidas entre si. Rodaron las prensas, los periódicos hablaban de una profecía cumplida, de dioses venidos del cielo, de el verano de Hetéroces, y se vieron a muchas personas salir a los campos buscando estar debajo de la sombra de un árbol, para conversar, contemplar y reconocerse. La sombra predilecta para dicha experiencia fue la de un árbol en especial, debido a que los expedientes preliminares informaron que en el interior del mencionado hielo se apreciaba, con total nitidez, la inconfundible hoja de una higuera.


Los románticos nublares República del destiempo

"El tiempo nunca es suficiente bajo las sombras de los árboles, en la avenida central, de la República del destiempo", reflexionó Luis Alberto Lalloux, mientras veía con nostalgia como una flor rojinegra cruzaba flotando frente a sus ojos, empujada por el viento, perdiéndose entre el ruido y el sol de las calles aledañas. "Así es, ni siquiera sus recién descubiertos -hielos ardientes- señor Lalloux, pueden contra eso". Quien contestaba era uno de los astrónomos de ciudad Penumbra, en su bolsillo guardaba una carta que hablaba de un avistamiento y una estrella tan real como imposible. Ambos sentados en la avenida, en los asientos que había en las veredas, al lado de unas imponentes jardineras. Por esos días se avecinaba lo que los místicos de las regiones vacuas acostumbraban denominar "la niebla del estio", período que duraba un par de semanas, dónde un extraño vacío dejaba en suspenso a las personas, flotando sus conversaciones, pendientes sus miradas y abrazos. Sobre sus cabezas voló aquella rojinegra flor en dirección al sur. Viajaba sola, su único equipaje eran sus pétalos, que según contaban los antiguos, registraban imágenes casi fotográficas de los lugares por los que pasaban.


Nadie supo nunca con certeza que imágenes portaban antes de ser vistas, ni tampoco cuales serían aquellas que en el futuro quedarían grabadas sobre su seda. Lo único cierto eran ellas y el momento en que lograban ser vistas, Lalloux, el astrónomo, los místicos y los románticos se vieron en sus pétalos por un par de segundos, y antes de siquiera intentar señalar la flor, esta ya se había marchado. Cada cual atesoró ese momento como si a nadie más hubiese sido reservado. Al rato el viento sopló limpio. Ya habría nuevos días, en que la tinta y sangre marcaran el inicio de un nuevo florecimiento, de un nuevo vuelo y nuevos tiempos, tal vez más largos y quietos, en la avenida y su sombra.




Bipartición de una burbuja acompañada de su sombra en bajo relieve. Desierto estival

Suele avistarse próxima a los límites del desierto estival, páramo sofocante que se extiende tanto como lo que dura el verano.



Equidistancia Ciudad Penumbra

Algunos hablan de la noche del tiempo, la describen como un infinito insondable lleno de misterio, oscuridad y magia, alimentando así la creencia de que alguien vendrá en algún momento para abrir –de un solo tajo– dichas tinieblas. La noche es fragmento del tiempo, la noche es distancia, la noche es limite entre dimensiones, entre realidades equidistantes. Entre seres que habitan páramos siameses...



Arqueología Desierto estival

Hay quienes dicen que los huesos son la vida en silencio, por tanto –y por contraste- la carne es la música. Hay otros que gustan describir a las lunas como la osamenta de un planeta, quedando en duda cuál sería su carne: ¿los ríos? ¿los bosques? ¿sus insectos?. A la psico-entomóloga Margritt Desrevés es atribuida la respuesta a estas interrogantes: La de los huesos, la de la carne y la de los insectos. Fue en las excavaciones arqueológicas del desierto estival que se produjo el hallazgo de la mariposa momificada, hecha de hueso y carne, ambos en perfecto estado de conservación. Los románticos nublares no demoraron en aseverar que se trataba de una conjunción mística en consonancia con los ardientes hielos del sol, permitiendo que la mariposa se mantuviera en perfecto estado hasta nuestros días. Los románticos nublares son un misterio, se los vé caminar por las praderas, llanos y ciénagas. De día y de noche. Cargando bultos y tiendas; o totalmente libres, desnudos. Cantando a viva voz, bailando; o arrodillados, meditando en completo silencio. Este grupo casi extinto, difícil de pesquisar ha enarbolado una teoría al respecto: La mariposa momificada es una creación de la mente de su descubri-


dora y se haya enterrada en lo profundo su imaginación, sexo y entrañas: las raíces mismas de su ser. La mariposa se manifiesta en sueños y es puesta en el desierto para que Margritt no olvide su esencia. Mientras tanto, los románticos nublares siguen atentos a sus descubrimientos. Yo, que escribo en este momento, no se si hablo por mi o por ellos, no se si ellos son realmente un grupo o soy un instrumento de su conciencia. Mientras divago sólo me queda una cosa, desear un feliz día –de hueso y carne, de silencio y música– a quién este leyéndo.




Simetría inversamente proporcional. Desierto de los hielos

En el desierto de los hielos aparece esta formación gracias al conjuro de una sacerdotiza sin nombre. Conocido el fenómeno como Simetría Inversamente proporcional, nadie puede aventurar los beneficios o pesares que acarrea su aparición.



Un año.

Ciudad Libélula Hace 20 meses atrás las gente ya oía de la aparición de aquel impreciso cometa. Se mostraba sin previo aviso y, antes de que los telescopios lograran apuntar sus lentes, este se desvanecía o quedaba oculto tras las nubes. Por esos tiempos la venta de telescopios de bolsillo se disparó. No se podía concebir que alguien: niño, anciano o adulto, estuviese sin el suyo en la totalidad de las Repúblicas Sin Sentido. De esa manera empezó la febril cacería de su imagen, de su brillo, su estela o algún rastro en el cielo que pudiese quedar grabado en la placa de vidrio de los telescopios. Si se obturaba a tiempo, el cristal se grababa, y se obtenía la imagen de su paso sobre el mundo. Tal fue el grado de conmoción que la gente empezó a delirar, perdiendo la cordura si no lograban avistar el astro. Se hizo necesaria la importación de toneladas de hierbas libélulas con el fin de palear los síntomas a base de calientes infusiones de rojo profundo. Ha pasado exactamente un año desde la ocasión en que pude registrar su destello. Logré captarlo en una esquina abandonada, iba cruzando la calle cuando miré y supe que era el momento, es como si se hubiese detenido para posar, como si desde siempre nos hubiésemos coordinado


para encontrarnos ahí y grabar en un cristal mayor, el del tiempo cósmico, aquel encuentro. En secreto he guardado tal recuerdo, reviviéndolo de tanto en tanto. A veces sentía que me quería decir algo, trataba de entender qué sería. Anoche, antes de cerrar el día, ordenaba lo que sería la jornada siguiente. Revisando mi correo de pronto apareció esa imagen, más vívida y luminosa que nunca, tan intensa como la que he guardado, ahí supe que había pasado un año y de manera fugaz retrocedí al momento y lugar exactos. Aquella esquina, el viento, la respiración y los ojos cerrados mirando hacia adentro, como los de todo aquel que pisa los suelos de la astronómica Días-Ciegos.




Soltar.

República de los suelos yermos La soga se desligó del muelle, el navio comenzó a elevarse, sin rumbo ni tripulación. El viaje había terminado y de aquellos que alguna vez lo guiaron nunca más se supo. A medianoche el frágil vehículo se estrelló contra el horizonte, reventando como una burbuja, en silencio, sin más allá, sin correlato, sin sentido.



Huicha (José Huichamán Estay) Ha participado en la escena del cómic chileno desde el año 2005, principalmente en llamativos y exitosos proyectos colectivos centrados en la sátira social y política (Informe Meteoro, Irenkomics), el terror contemporáneo (In Absentia Mortis , Arcano IV) o una mezcla de ambos (Zombies en la Moneda , Mythica Ediciones). Sin embargo, es en sus trabajos más personales (por ejemplo, Las puertas del sueño) donde mejor se aprecia cómo su gusto por la aventura y lo onírico inciden en su puesta en página y donde sus influencias, provenientes tanto de la gran tradición chilena de la historieta como del cómic franco belga de los setenta, hacen nacer una poesía visual totalmente nueva. /huichagram

huicha.deviantart.com

Huicha ilustracion y comics

/josehuichaman



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