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Randy Pérez... Alma de empresario
Alberto Arizmendi
Hijo único de una pareja de emprendedores, Randy Pérez nació el 8 de mar zo de 1975 en Ponce, la segunda ciudad por su importancia en el país. Sin embargo, ha vivido siempre en la vecina Juana Díaz –la única que refiere a una persona por nombre y apellido–, famosa al haber celebrado a los Reyes Magos durante más de 138 años, así como por ser cuna de grandes literatos, como el destacado poeta y periodista Luis Llorens Torres.
Con base en lo anterior se le conoce como Ciudad de reyes y poetas, y el nombre se explica en su origen colonial. “Documentos históricos de finales del siglo XVII, de España para el gobier no insular, identificaban a esta parte del Sur como la región de la señora Juana Díaz, quien era famosa por tener la mayor producción de tabaco de la isla en ese entonces”.
Cuenta Randy que desde muy joven se relacionó con la vida comercial y empresarial, colabo rando con sus padres. Ella, doña Mildred Rodríguez, desde soltera tenía un salón de belleza, mien tras que don Radamés Pérez Vega, una tienda por departamentos. Cuando niño, de la finca familiar tomaba frutos menores como aguacates, chayotes, berenjenas o plátanos, que salía a vender cuando tenía oportunidad.
Inquieto siempre, a los 12 años ingresó a la Patrulla Aérea Civil, porque su padre hizo carrera militar; fundó en la High School la fraternidad Beta Alpha Mu, también fue reconocido entre los mejores vendedores de zapa tos por una fábrica muy presti giosa en aquel entonces. Tras graduarse se unió a la Guardia Nacional Aérea de Puerto Rico, entró a la universidad para es tudiar Contabilidad y al tiempo cursó maestrías en Contribucio nes y en Administración y Su pervisión en Educación, porque la academia le gusta.
En 1996 abrió su oficina de Con tabilidad y un año después entró en la política, elegido presidente del Partido Popular Democráti co en su ciudad. Fue candidato a Alcalde y a la Cámara de Re presentantes, pero aunque ganó en Juana Díaz no obtuvo el es caño. Hasta que en 2001 la Go bernadora lo puso a cargo de la Administración de Compensa ciones por Accidentes de Auto móviles en la región de Ponce, donde permaneció diez años.
EL ENCUENTRO
Al salir del Gobierno, en 2011, Randy reabrió su oficina de Contabilidad y como miembro de la Logia Masónica “Aurora”, de Ponce, participó en una de gustación de tabaco, vinos y café denominada Taza, copa y puros
“Ahí, gracias al Venerable Maes tro Jose Manuel López Moa, conocí a Manuel Ynoa, Master Blender de la Tabacalera La Au rora de República Dominicana, gran amigo y mentor”. De hecho, fue su primera experiencia con el tabaco, pues en la casa paterna nadie fumaba.
No se hizo aficionado, pero al siguiente año asistió al evento y se relacionó nuevamente con La Aurora y con Luis Falto, quien tiene su tabacalera en Mayagüez y produce en esa fábrica domi nicana. La siguiente ocasión, en 2013, degustó con un maridaje perfecto: un cigarro con Manuel Ynoa y un vino recomendado por el Sommelier de la bodega de Mendez & compañía, David Talavera, “y tuve una de las me jores experiencias de mi vida”. A partir de ahí nunca paró y diariamente hace algo relacionado con el tabaco: aprender, enseñar, probar o disfrutar...
Decidió entonces poner un ne gocio relacionado con el tabaco, porque en la tienda de su padre podía incluir esos productos. Así que Randy comenzó a informar se y conocer las marcas, a los tabacaleros, los aficionados, y se dio a la tarea de participar en todas las actividades de la indus tria en Puerto Rico. A principios de 2015 inició los trámites y el 5 de junio abrió Juana Díaz Cigars.
Como en el sur de Puerto Rico no había tabaquerías que ofrecieran puros a los aficionados, quienes debían comprarlos en el área turística de San Juan, la idea fue colocar sillas frente a la tienda y reunirse a fumar los martes por la tarde. Muchos llevaban los cigarros que tenían para consumo propio y “compra mos, para ofrecer, unas pocas cajas de la Tabacalera Falto, pero luego la línea completa, otras líneas, y todo fue creciendo de manera orgánica”.
Cada semana asistía más y más gente, de tal suerte que se debió comprar más humidores, más líneas de puros, obtener una Licencia de Bebidas y crear una barra. Entonces se sumaron los productos de La Aurora y de Bayamón Tobacco Corp, tabacalera local establecida en las ciudades de Bayamón y Maya güez, y la línea premium de Puros de Hostos, marca boutique ma nufacturada en la fabrica de De Los Reyes Cigars, en la Repúbli ca Dominicana.
Randy conoció a Gustavo Adol fo de Hostos y se interesó en sus cigarros porque se trata del bisnieto de uno de los pilares de Puerto Rico: Eugenio María de Hostos, a quien se conoce como padre del Positivismo y de la Educación. Aunque oriundo de Mayagüez, donde último residió en el país fue precisamente en Juana Díaz. “Gustavo vino a Puerto Rico y me enamoré de sus puros. Uno de mis favoritos es el Box Pressed 2020 denomi nado El Comendador, y que in ternamente llamamos El Embajador”.
Gracias a esta relación, en 2016 visitó la fábrica y participó en el Festival Procigar –organizado por la Asociación de Productores de Cigarros de la República Do minicana– en Santiago de los Caballeros. Regresó en calidad de Embajador y distribuidor de Puros de Hostos para Puerto Rico y las Islas Vírgenes.
VIEJA HISTORIA
A propósito de Juana Díaz y de acuerdo con Randy, una vez que fue conociendo y relacionándo se con personajes de la industria, un buen día su madre le pregun tó: “¿Tú sabes que mi abuelo tenía tabacalera?”. Entonces buscó información sobre el ne gocio de su bisabuelo, don Adol fo Torres, y encontró que estuvo en el barrio Tijeras, sector Naranjos, de esa ciudad.
Ellas no recuerdan que el establecimiento tuviera un nombre específico, o al menos distinto a como se llamaba a La tienda de don Adolfo, también de su pro piedad. “Yo conocí a mi bisabuelo, quien murió cuando era niño –continúa–, pero ya no tenía la tabacalera, sino un colmado pequeño en su barrio, y por su puesto conviví con mi abuela materna, Justina Torres”. Así que cuando comenzó en el Mundo del Tabaco se reactivaron todos estos sentimientos.
Sobre una pared del actual Cigar Lounge pende una fotografía con una escena de la fábrica de Padrón Cigars, en la que se ob serva a un grupo numeroso de artesanas trabajando. Doña Mildred refiere que “ese es un recuerdo de lo que había en la tabacalera de mi abuelo”, donde aún niña realizó algunas labores. Así que, por lo visto, se trataba de una empresa grande.
“Nosotros abrimos el negocio sin ese conocimiento –afirma Randy–, pero poco a poco nos hemos enterado de que esta ciudad tuvo una gran relación con el tabaco, así que el nombre Juana Díaz Cigars fue ideal y estamos muy contentos con eso”.
REINVENTÁNDOSE
Ya como fanático de toda activi dad del Mundo del Tabaco, en 2017 fue a la Convención y Feria Internacional de la Premium Cigar Association (PCA) en Las Vegas (entonces IPCPR). Ahí conoció a Jorge Armenteros, de Tobacconist University, y se matriculó en el curso; en 2019 se certificó en Nueva York como el primer puertorriqueño Cigar Sommelier, y en 2020, en la República Dominicana, como Mas ter Cigar Sommelier; en ambos casos por la Asociación Interna cional de Cigar Sommeliers (IACS, por sus siglas en inglés).
Pero ha explorado aún más. Posee el nivel 2 de Espirituosos Destilados del Wine & Spirit Education Trust (WSET); es Sommelier de vino por la Uni versidad Interamericana de Puerto Rico y estudiante de la Academia de Sommelier de Puerto Rico; concluyó este año con Javier Velasco Triana el curso Junior de Habanos, y tomará el Senior pronto. Con todo esto, expresa su disposición a colaborar con todas las tiendas de ci garros y todas las líneas de licores, “para tener esos maridajes que nos ayudan y disfrutamos tanto”.
¿Con qué va mejor el puro? Todo depende, responde. “He hecho maridajes con café, que va exce lente con cualquier puro. El té chai caliente y canela también me gusta, y por supuesto con whisky, especialmente añejo con más de 12 años, para poder apreciar el cigarro sin que se altere. Con ron, le encanta el Don Q Gran Añejo de la Destilería Se rrallés, de Ponce, de igual mane ra que el Cavernet. Si estoy en un lugar caliente me gusta ma ridar con algo frío, y si hace frío, con un espíritu destilado que caliente la garganta”.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas. Más bien, el conoci miento y el apoyo familiar han sido la clave que le permitió reinventarse. En 2017 el huracán María devastó Puerto Rico y la tienda debió remodelarse: “Decidimos echar pa’lante y ampliar el Cigar Lounge. Ahora tenemos más líneas de puros y se puede fumar adentro y afuera, con una vista preciosa a la plaza pública”.
Luego vino la pandemia y el lugar cerró durante un año, “porque nos clasificaron como bar”. Así que pasada la emergen cia sanitaria abrieron una se gunda tienda en la ciudad de Ponce, en el Meliá Century Hotel, sitio icónico que es el más antiguo de Puerto Rico en su tipo (data de 1895), donde en febrero de 2021 inauguraron Tabaco & Puros, by Juana Díaz Cigars
En Juana Díaz hay Cigar Night todos los martes, de las 17:00 horas hasta la media noche, y en Ponce, de jueves a sábado. Pero hay más. Este noviembre, con el inicio de la temporada de beisbol invernal en Puerto Rico y el re torno de Los Leones de Ponce –tras nueve años sin un equipo representativo–, instalaron un Cigar Lounge en el estadio Fran cisco Paquito Montaner: La Cueva del Cigarro, “que nosotros llamamos Tabaco & Puros en El Paquito”.
LA FAMILIA
Como cabeza de una familia bien integrada, Randy recibe el apoyo de su esposa, Gladys Feliciano, Nanny, y sus hijas Isis Zoé, de 27 años; Coral, de 24, y Michelle Alexandra, de 14, así como de sus padres. Cuando se le pregunta por qué decidió emprender en este negocio, en un país donde la cultura del tabaco y el consu mo iban a la baja, afirma que “es la vena empresarial que llevamos dentro, pues nos gusta desarro llar negocios siempre que ves la oportunidad”.
Prueba de ello es que sus hijas, además de estar de lleno en Juana Díaz Cigars y Tabaco & Puros tienen el suyo propio: Cattleya Flower Shop, y entre unos y otros se ayudan en tem poradas altas. Doña Gladys también es empresaria e hizo el Estudio de Factibilidad para la tienda. “Entendimos que la re -
ducción en el consumo de taba co se debió a los impuestos, ar bitrios e incluso intereses políticos de Gobierno. Pero como en todo el mundo, las cosas cam bian y los intereses de entonces no son los actuales”.
Puerto Rico produjo tabaco muy bueno –agrega–, y tuvo una ac tividad importante entre los siglos XVIII y principios del XX, cuando se registraron más de 100 marcas de cigarros. Hay una historia completa detrás de esta actividad, que era uno de los pilares de la economía junto con el azúcar, el ron y el café.
Por eso, en cuanto se abrió la tienda, quiso aprender a hacer cigarros y junto con su hija Coral recibió clases de un amigo y maestro torcedor cubano que vive en la isla desde hace algunos años y es profesor en los progra mas para artesanos de la Agencia de Gobierno FOMENTO. En 2016 obtuvieron la certificación y li cencia de Artesano Torcedor, con lo que comenzaron a elaborar puros bajo su propia marca, Juana Díaz Cigars, y cultivaron tabaco en casa. Coral fue la per sona más joven en lograrlo, con entonces 18 años.
Luego, su hija mayor, Isis Zoé, y doña Mildred, también se certi ficaron. “Así que en la familia tengo a tres damas haciendo cigarros, con tres dones distintos: Isis, por tener manos más peque ñas, hace unas coronitas prácticamente sin moldes y le quedan muy bien; mi mamá elabora un cigarro más rústico, como para el consumo diario, y Coral se encarga de un cigarro premium, más elaborado, para la marca. Cada quien tiene un toque dis tintivo”.
De hecho, la solicitud de demos traciones de torcido va en au mento. Ellos participan en varios eventos al mes, que van desde bodas hasta encuentros de ar tesanos en plazas públicas. “Coral hace cigarros frente a la gente, pero llevamos otros para que los disfruten mientras ven cómo se elaboran los puros que pondremos a añejar”.
Al igual que la mayoría de los puertorriqueños, para su marca dependen de importar hojas. El tabaco local se usa para capote y tripa, pero compran la capa a quienes la traen al país, como Bayamón Tobacco Corp. En su mayoría es Criollo 98 y Corojo dominicano, aunque ocasional mente llegan hojas de Nicaragua y Honduras.
APOYO MUTUO
Además de contar con prácticamente todas las líneas de cigarros de empresas extranjeras reco nocidas –dice Randy–, “respetan do al artesano hemos tenido en nuestras tiendas puros de la mayoría de los puertorriqueños. Ofrecemos la línea de Papiros más negocios de tabaco, como sucedió recientemente con un Cigar Lounge en Arecibo. Más personas quieren hacer tabaco, fumar y abrir espacios para su consumo. En su caso, a través de Airbnb están por ofrecer a grupos reducidos una experiencia para identificar puros, sus blends, y maridarlos con distintas bebidas, complementada con el torcido in situ.
Para Randy, La señal ha sido lanzada... Es una costumbre generada en Juana Díaz antes del Lounge, cuando se reunían frente al negocio. Como los asis tentes pedían que no fuera sólo los martes, a través de un grupo en WhatsApp y Facebook “que damos en que cuando yo tirara la señal, sería el momento de juntarnos a fumar. Buscamos algo parecido a la Batiseñal de Batman, cambiamos el murcié lago por nuestro logotipo y todo el mundo contento. Tenemos una noche de cigarros”.
UN LEGADO
Sobre los retos que la industria enfrenta, habla de las regulacio nes Federales de Estados Unidos y su aplicación en Puerto Rico, así como de los arbitrios e impuestos, que son altos, pero to davía soportables. Los dueños de marca o tabacaleros también deben educar a la comunidad en la que interactúan sobre la dife rencia entre el cigarro y el ciga rrillo, sobre la responsabilidad de los aficionados del tabaco y la aportación social de su acti vidad.
En contraparte, considera que lo mejor que ha obtenido en este medio es experimentar sensaciones exquisitas de maridaje y hacer grandes amistades: “La calidad de personas que uno conoce no tiene precio. Mucho se aprende, porque las conversaciones que se desarrollan son únicas. A veces decimos jocosa mente ‘vamos a arreglar el mun do hoy’, y lo hacemos en un ambiente extraordinario. Es algo bien poderoso...”.
La idea, en el mediano y largo plazos, es desarrollar su proyecto de trabajar en la industria se riamente como una tabacalera, con finca para la siembra y un rancho para el secado de hoja, con artesanos para los procesos de fermentación y añejamiento. Lleva años pensando en eso y avanza poco a poco, con tierras vistas en Villalba y en el barrio Guayabal de Juana Díaz, donde se cultivó tabaco a principios de 1900. “La tierra está muy buena para eso”.
En respuesta a un anuncio de crédito bancario para emprendimientos “desarrollamos, es cribimos y enviamos un Plan de Negocio. Sabremos cómo hacerlo cuando tengamos los fondos”. Y no sólo es un proyecto para Randy Pérez y su familia, pues está dispuesto a asociarse con más personas.
Entiende que están constru yendo un legado y el objetivo es crear una empresa como un modelo corporativo similar a lo que ya existe en el mercado internacional. “La rueda ya se inventó –dice–, pero es cuestión de hacer nuestro trabajo y par ticipar de ese nicho. Eso vamos a hacer y hemos dedicado el tiempo a establecer algo sólido que pueda trascender por varias generaciones”.
En los años próximos se visua liza como un amigo conocedor de la industria del tabaco que aporta en el nivel internacional y es pieza clave de la industria local: “Entiendo que en diez años nuestra tabacalera estará funcionando y que habrá más, de otras personas a quienes nuestro trabajo pueda servir de inspiración para construir. Veo un resurgimiento, el renacer de la industria tabacalera en Puerto Rico”.
Mientras tanto, finaliza Randy, “les invitamos a visitar nuestras tiendas en Juana Díaz y Ponce, para que experimenten un trato personalizado, cordial y respe tuoso. Tendrán la oportunidad de compartir con nuestra familia y disfrutar la experiencia de un maridaje” que, en este caso, será con un cigarro recomendado por el único Master Cigar Sommelier certificado en Puerto Rico.