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Edici贸n I, 2003 $200

Escuela de Ingenier铆a - U. de Chile


Editorial I

Y

LE MENU D espedida3 c a r ta s a l d i r e c to r - - - - - - - - $ 4 doscuentoscortos-----$5 elasqueroso-----------$5 a r g u m e n to d e l i m i te - - - - - $ 5

D ebotellaalmar14 tressistemas relativos---------------$14 gritohoja---------------$10 m i d e d o p r o te c to r - - - - - - - $ 1 0 insipido------------------$5 trescirculos-------------$10 fotografias---------------$8 ultimafuncion--------------$7 mezcla--------------------$7

E llimite11 esapaginadetodoslos silencios-----------------$9 regareljardin-------------$9 espejo--------------------$12 monotonia---------------$12 muertenatural-----------$12 santiagopoetico-----------$13 contraportada-----------$16 elviejoverde--------------$15 nada-----------------------$0

II

es que quizás todo esto ya estaba decidido, y nuestra fe de ciegos nos obliga a seguir un vetusto libreto, ahora palimpsesto, creado en aquel primer momento inexpugnable, aquella epifanía cósmica cuyo único objeto fue tenernos aquí y ahora: tú, lector, frente al papel y a la tinta, nosotros presentes en forma de voluntad, en cada letra y sílaba, vagando hacia el próximo momento: el decisivo; el ansiado; la eterna justificación. Con nuevos motivos e intenciones, nos aventamos en todo sentido y dirección en busca de la sinestesia: el momento-lugar donde el sentir entra directamente por cada célula, como un líquido viscoso y homogéneo, y se incrusta a la médula para distorsionar la realidad (o rectificar la ficción, que vendría a ser un poco lo mismo). Queremos mostrar que no todo aquí es frío, que en este mausoleo los gusanos por cierto existimos, y que es nuestro deseo transformar al cadáver en el humus donde se puedan cimentar las mutaciones. Las palabras y las formas se hacen cada vez más maleables para nosotros, y se fusionan con las ciencias y las matemáticas, tal vez las mayores fantasías creadas por el hombre (no nos acompleja revolver los estilos...). Y algún día, tal vez, demos con el quod evat demostrandum: que al hablar de letras, ciencias, matemáticas y arte, en verdad nos referimos a un único y universal concepto...

E

l número 1691 es el número primo más grande que conozco ,o creo conocer, en la cadena inexorable de los números. La mayor fantasía no puede explicarse con palabras, que la deforman y maltratan , sino en una fusión que termina en otro cuerpo. ¿No habrá un cansancio de las cosas, de todas las cosas, como de las piernas o de un brazo? Fernando Pessoa ¿Se cansará 1691 de ser primo?. Sabemos que tal número es primo, desde que la definición fue descubierta (¿? descubierta), por lo que estamos en presencia (cabe la posibilidad) del cansancio de miles de años de números y más números. Las palabras son el cansancio de las cosas; palabras que podrían cansarse de significar; algo que se mezcla con la forma... . .hhia que haremos tu y yo tomados de esa mano que termina en un cuerpo que no es el nuestro? Oscar Hahn Escribir es vencer ese cansancio que envuelve las palabras; sumar Dos donde hay sólo Uno. Ser números esperando ser borrados para amarse en secreto. Escrito con tiza Uno le dice a Cero que la nada existe Cero replica que Uno tampoco existe porque el amor nos da la misma naturaleza Cero más Uno somos Dos le dice y se van por el pizarrón tomados de la mano Dos se besan debajo de los pupitres Dos son Uno cerca del borrador agazapado y Uno es Cero mi vida Detrás de todo gran amor la nada acecha Oscar Hahn Escribir es vencer con palabras cansadas sólo de ser. Revolver todo, Resolver todo en un número. Revolver con palabras.

“No se habla de la vida desde un púlpito ni se hace poesía en biblioteca” - Enrique Lihn -


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Las uñas Procure andar siempre con las manos bien limpias y cuidadas. A ellas les molesta verlas manchadas con la nicotina del cigarrillo. No cuesta nada pasarse un poquito de piedra pómez y listo. No es necesario que se llene de anillos como un hippie cualquiera. Mucho menos vaya a ocurrírsele usar argolla. Ahí va frito. Y otro detalle importante son las uñas. No se las coma, como un colegial, y procure cortarlas puntualmente. Jamás ande con las uñas largas, mire que las medias de nylon se rompen por cualquier nada. La chaqueta Este verano estarán de última moda los vestones cruzados, con botones metálicos. Elija uno de un color claro, puede ser un gris perla, para combinarlo con pantalones marengo. Se va a ver elegante y varonil y no habrá quien se le resista. La buena presentación es algo muy importante en el éxito amoroso. Y cuídese de las manchas. Si se decide por el vestón claro, trate de conquistarse a alguna niña que trabaje en una tintorería, por si acaso. Sencillito Por muy bien que le vaya en sus pecaminosas aventuras, por mucho éxito que tenga con el bello sexo, no se bote a cachiporra. Hay cosas que son para hacerlas y no para comentarlas. Trabaje callado. Un playboy de ley no necesita de un coro de amigos que lo anden mirando con la boca abierta y con ojos de envidia.

Cada uno hace lo que puede, y si usted puede mucho, apoveche mientras le dura la buena suerte y muera callado. Si no, ligerito van a aparecer amigos menos afortunados pidiendo que les haga un pase, como si el amor fuera una vulgar pichanga.¿Se imagina lo que sería su vida si cada vez que llega donde sus amigos, alguien le dijera: “Tienes una para mí, Rosco”? Estar in “Hay que estar in” es algo que repite todo el mundo. Y es cierto.No se puede uno quedar atrás. Es necesario marchar con los tiempos, acomodarse a esta época de amplitud de criterios y de minifaldas. Estar “in” no significa como algunos creen estar “in-mundo”, declararle la guerra al agua y al jabón , no cortarse el pelo ni cambiar de ropa , e ir a echarse al parque foresta, como si fuera un potrero, a fumar marihuana y hablar cabezas de pescados con lolitas cimarreras. Distancia y categoría. Sepa respetarse y lo respetarán. No se bote a lolo ni haga el ridículo; vístase , actúe y compórtese como un caballero, y verá como ellas van a hacer cola para aplaudirlo, siempre que, además de todo eso, haga las cosas como corresponden... El parrón Sí hay algo más voluble que una mujer, es el pelo de los hombres. Un buen día uno se mira al espejo y descubre que le queda muy poco hilo en la carretilla. Y ese es un momento de tomar serias y responsables decisiones. Usted puede resignarse a ser un pelado digno y masculino, o bien desesperarse y tratar de “arreglarse el parrón” a cualquier precio. No se lo recomendamos. Nada hay más triste que aparentar lo que uno no es. Si le quedan cuatro pelos en la cabeza, ¿cómo quiere lucir una frondosa cabellera? peinando unas mechitas para acá, otras para allá, haciendo dibujos y filigranas, no va a sacar nada. seguirá siendo pelado, y además tonto. Ellas se van a dar cuenta de su complejo y lo tomarán para la divina chuleta. A lo mejor hasta se les ocurre “despeinarlo” en el momento más interesante. Y eso, sin duda, le echaría a perder todo el negocio. Resígnese. Total, recuerde que su personalidad y su virilidad no están en el pelo. Hay otras partes más importantes de su anatomía que afortunadamente no suelen fallar con tanta facilidad como los rizos juveniles.

E l pájaro del viejo se pone verde al vér nuestro pájaro. A su vez el pájaro verde se pone verde con el viejo, que se pone viejo con el verde, que pone pájaro con el viejo, que se pone revista de vez en cuando. Viejo Verde fue una publicación picarezca de la década del 70`, en la que aparecen chistes y fotos de niñas pobres que no les alcanza para mucha ropa. Esta revista humurística quincenal fue dirigida por el famoso Guido Vallejos(Barrabases y Pinguino). Claramente, patrimonio de la humanidad y una gran fuente para el conocer de años pasados. ¡¡No se la pierda!!


Nos hermana la rutina imperceptible Hay un puente entre los horizontes de los pasos La belleza nos rodea con admirable silencio Botella al Mar, los miércoles a las 18:00 en Radio Integral 104.5 en la comuna de Stgo o en www.radiointegral.cl

“Aparecen a mi alrededor todas las piedras que han jugado un papel en mi vida...” - El Golem, Gustav Meyrink -

marmaduque.

La vida en tus pulmones La muerte en tus pasos Desodorante en tu axila Monedas en tus bolsillos Hilachas en tus pantalones Lagañas en tus ojos Vacío en tu alma Grito en tu garganta Tiempo en tu muñeca Lágrimas en tu manga Soledad en tus sueños

Saliendo del boliche, noté que las cervezas me empezaban ya a llegar a la testa. Crucé la calle, mientras subía el cuello de mi gabán. La noche y el frío me llenaban los ojos. Al doblar una esquina, avanzando con un leve tambaleo, una luz me encandiló; tropecé con un adoquín mal encajado y caí. Desde el suelo, me di cuenta que el soporte de un farol se había roto, haciéndolo quedar en forma invertida, aunque sostenido aún por un grueso cable, y con su fulgor dirigido hacia la vereda. Pero al pararme y sacudir la tierra de mis pantalones, sentí que todo se balanceaba. Miré el farol, paseando, como un péndulo, de un extremo al otro. En un principio, lo atribuí todo a la borrachera. Luego pasó por mi cabeza aquella idea, que entonces consideré la verdad: el fierro que había mantenido fijo el universo al farol había cedido. La Tierra, el Sistema Solar, la Vía Láctea, las estrellas cercanas y lejanas... ¡todo se encontraba afirmado ahora tan sólo por un ínfimo cable eléctrico! Imaginé el péndulo grotesco, y, aferrándome un árbol, vomité todo lo que había en mi estómago.

Querer morir Querer vivir

Inconvenientes de la Teoría Relativista (o Tres Sistemas Relativos)

Hundir tiernamente el cuchillo en la mantequilla Detener la micro con el brazo extendido Introducir el boleto de metro como moneda en alcancía Encender la luz Apagarla Correr las cortinas Contar el vuelto Abrocharse los zapatos con un nudo heredado Prender un cigarro desobedeciendo al viento Tirar la cadena Enrollar la bolsa del té en la cuchara Saludar al vecino Encajar la llave correcta en la cerradura correcta Sacar a pasear el dedo por el laberinto de la oreja Dar la llave del agua Mirarse 3 segundos al espejo con modesta vanidad Cruzar la calle Subir el volumen a la radio On Off Power Subirse el cierre Abrocharse un botón Chutear una piedra Ver la tapa de los diarios Pisar la colilla Desear la mujer del prójimo Morderse la lengua Acomodar la almohada 2 cucharadas de azúcar al café Saludar a tu pareja con un beso breve Despedir a tu pareja con un beso extenso Mirar el movimiento torpe de las nubes No pisar las líneas de la vereda Cortar las uñas de los pies Cortar las uñas de la mano izquierda con la mano derecha las de la mano derecha con la mano izquierda Cepillarte los dientes Vaciar shampú en tu mano Darle comida al perro Darle leche al gato


DESPEDIDA ...el caso no ofrece ningún adorno para la diadema de las Musas. Ezra Pound Me despido de mi mano que pudo mostrar el paso del rayo o la quietud de las piedras bajo las nieves de antaño. Para que vuelvan a ser bosques y arenas me despido del papel blanco y de la tinta azul de donde surgían los ríos perezosos, cerdos en las calles, molinos vacíos. Me despido de los amigos en quienes más he confiado: los conejos y las polillas, las nubes harapientas del verano, mi sombra que solía hablarme en voz baja. Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta: Los fracasados, las cajas de música, los murciélagos que al atardecer se deshojan de los bosques de casas de madera. Me despido de los amigos silenciosos a los que sólo les importa saber dónde se puede beber algo de vino, y para los cuales todos los días no son sino un pretexto para entonar canciones pasadas de moda. Me despido de una muchacha que sin preguntarme si la amaba o no la amaba caminó conmigo y se acostó conmigo cualquiera tarde de esas que se llenan de humaredas de hojas quemándose en las acequias. Me despido de una muchacha cuyo rostro suelo ver en sueños iluminado por la triste mirada de trenes que parten bajo la lluvia. Me despido de la memoria y me despido de la nostalgia -la sal y el agua de mis días sin objeto y me despido de estos poemas: palabras, palabras -un poco de aire movido por los labios- palabras para ocultar quizás lo único verdadero: que respiramos y dejamos de respirar. Jorge Teillier.


04

Cartas al Director Sr. Director:

Sr. director:

Escribo desde Valparaíso, aunque soy más popular en Iquique y espero que publique mi mail, pues necesito aclarar algunas cosas.

No me parece adecuado que la gente juegue con el pájro verde. Este se podría enojar...podría ser una catsa trofe de proporciones inimagianbles.

Aprovecho el éxito de su revista para desmentir algunas barbaridades que en estos días me tienen en boca de todos: Yo nunca salté, me empujó el Guatón Riquelme. No soy fleto ni cobarde. Lo del copete es verdad, pero Quién no en tales circunstancias?. Y el discurso de la bandera y mis oficiales sabrán lo que hacer y la cacha de la espada no es mío, a otro se le ocurrió. Esas son mis aclaraciones. Ahora, como hombre de letras, me alegró mucho su revista entre tanta basura que anda dando vuelta. Espero que no hablen bien de mí, ni me defiendan, ya que como Abogado puedo hacerlo solo. Un saludo desde Valpo donde está todo pasando pues se viene Mayo (los fin de semana me pueden encontrar por los bares conversando con el cocinero Serey). Espero suscribirme a su revista prontamente. Sigan así, “Aborden la historia tal como yo lo he hecho: sin querer” El barbón Arturo

Pájaro Verde

Sr. Director:

El

Señor director: Desde un remoto espacio de esta urbe contaminada saludos mandamos a los fervientes paladines de la creación y el buen vivir. Diversas son las reacciones ocasionadas por este ejemplar que ha llegado de la forma más inverosímil a nuetras manos, tardes enteras de contertulia cesuda e incoherente, pero no por ello inválidas. Brindaremos a salud y prosperidad con un buen vaso de leche y estaremos atentos a cualquier erupción que pueda arrastrar escoria como esta. A.A.

Suelo ser un pájaro azul que le escribe desde la jungla donde curiosamente ha llegado su revista y no puedo dejar de expresarle mi malestar por haber elegido a un pájaro verde en vez de uno azul para título de su revista. Me importa un bledo que sea un cuento de ese tal Emar. Exijo igualdad y propongo el cambio de nombre. Su excelente revista me ha puesto verde de envidia, lo que me transforma en una paradoja plumífera, me he terminado odiando, pues iracundo de celos me transformo en un pájaro verde que envidia a los pájaros verdes por no ser yo un pájaro verde. No puedo soportar este círculo inacabable. Cambien el nombre a su revista. Por favor.!!! Pájaro Azul Psiquiátrico de la Jungla Yugoslava

La cultura no se hace sin promotoras y café y negritas o el gran Bigotes. Son múltiples las razones que me permiten decir que nuestro centro de estudiantes (cei), es el fiel representante de los valores republicanos, encarnados en personas que no están en sus cargos para candidatearse en sus carreras políticas, sino que, están para velar y defender a los estudiantes. Digo lo anterior porque soy uno de tantos privilegiados (me emociona decirlo, es más, me cuesta plasmar en palabras tanta emoción) por la filosofía En realidad nuestro cei propone una filosofía, no una mera forma de pensar una facultad. Tal filosofía no podría resumirse (sería un insulto) en estas líneas, por lo que les recomiendo acercarse a los bigotes de la sabiduría; el verdadero oráculo de mi vida, de nuestro cei. Les resumiré a continuación mi experiencia, asumiendo que mis dedos tiritan al intentar ordenar ideas, emociones y recuerdos de reuniones memorables, promesas y palabras de aliento. A principios de este año nuestra revista comenzaba a trabajar, sin imaginar los planes que se urdían bajo el alero de dos bigotes mágicos. De la mente privilegiada de Bigotes surgió la solución a un problema de la revista, que nadie de nosotros había percatado de su existencia. Los pajaroverdeados trabajaban con un ángel de la guarda que los protegía gratis (de esos que no piden nada a cambio). Tal ángel se adelanto a nuestras necesidades y nos mostró el camino de la luz hacia lo que verdaderamente se denomina cultura. Esa cultura que se financia para decir después en tono solemne: “El cei apoya los grupos organizados, además como somos pro-cultura financiamos toda iniciativa, claro que la llenamos de negritas y promotoras y calculadoras y café”. Bigotes propuso a nuestras mentes inferiores el financiamiento continuo de Pájaro Verde, lo que nos dejaría trabajar con la tranquilidad de tener los recursos para crear cultura. Bigotes me enseñó que la cultura no se hace sin promotoras y café y negritas por lo que aceptamos su propuesta. No fue fácil aceptar la proposición de Bigotes, pero luego de disfrutar de su amplia sonrisa y gran entendimiento en temas culturales, la decisión fue tomada. Todo marchaba viento en popa, nosotros trabajabamos en la edición del segundo número mientras el cei llenaba la escuela de negritas y promotoras y calculadoras y café. Pájaro Verde y cei habían celebrado un contrato que versaba en el financiamiento del primero, bajo la condición de que los pájarosverdes trabajaran, y asi lo hicimos. Luego aconteció lo que debía suceder. Los pájaroverdeados después de mucho trabajo y tiempo (varios meses) veían que la revista comenzaba a surgir. Tranquilos en lo que se refería a dinero (recuerden la promesa de Bigotes), sólo disfrutaban y soñaban con nuevas ideas. Detrás de sus bigotes, Bigotes preparaba otro destino para Pájaro Verde. Como acontece en todo centro de estudiantes que tenga una filosofía que guíe su camino, todo lo relacionado a la cultura , es pasado por la ( Complete a su gusto. )a de cada uno de los integrantes de la directiva. Bigotes olvidó su promesa, retractándose del financiamiento prometido y dejándonos con meses de trabajo sin posibilidad de mandarlos a una imprenta. Sin un peso en los bolsillos. A raíz de lo anterior es que me he convencido de que el cei cumple a cabalidad con las políticas culturales impulsadas por su filosofía, siendo El Pájaro Verde uno de sus beneficiados. Creo firmemente en que la cultura no se hace sin promotoras y café y negritas. Esto gracias al grande entre los grandes: el sin parangón de Bigotes. Manta de carne

“epistola enim non erubescit” (Una carta no se ruboriza) - Cicerón -


Santiago Poético

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E l antejardín está siempre bien cuidado, todo el camino hacia la puerta de la casa está decorado de forma amigable, radiante e inmaculado. Pero es cosa de mover un macetero para hallar la baldosa trizada o levantar la mirada para ver un zapato asomado en el techo. Santiago Turístico es, digamos, un poco deshonesto; un antejardín que provoca más de una duda sobre el real bienestar de las personas que habitan esa casa, pues obviamente se encontrarán chicles bajo la mesa y tierra bajo la alfombra. Es entonces ese zapato reseco por el sol y esa baldosa trizada por donde caminan chanchitos de tierra lo que refleja la vida de los moradores.. Esa imagen descuidada, sincera y bella es lo que queremos enmarcar de este Santiago asquerosamente contaminado, pero habitado por historias que no queremos, acaben extraviándose. Este es el espacio para descubrir los caminos por los cuales transitar y las postales donde poner el ojo, para así desempolvar a Santiago de esa suciedad reluciente.

Para quienes quieran descubrir el verdadero nombre del santo pueden ir al Cementerio General. Calle Dávila. Pabellón 4- Anexo 4, Nicho 1063.

Romualdito? La evolución del lenguaje altera las palabras de modo casi absurdo y esto se puede observar de forma muy particular en la calle Borja, llegando a Alameda, al lado del persa de Estación Central. Se aprecia aquí una pared atisbada de placas de agradecimiento sumada a un gran número de animitas con velas siempre prendidas gracias a improvisados devotos que transitan por el lugar. La historia no es muy clara, cada persona que se persigna frente a este muro da una versión distinta. Romualdo Ibañez, o como se llame, pudo haber sido un niño, un mendigo, un deficiente mental o una combinación de estas vidas. Un día apareció muerto de forma muy violenta en el mismo lugar que se le recuerda, al parecer, en la década del 30. Lo curioso y deleitante es como va cambiando el nombre de este santo popular en las distintas plaquitas de agradecimiento por la realización de sus m i l a g r o s . Po d e m o s e n c o n t r a r : Romualdito, Rumualdito, Romaldito, Rumuardito, Rumandito, Rumaldito, Ramualdito, Ramoaldito, Ramualdito, Rwmaldito, Ruamuardito, etc. E l apellido se hace menos amigable pasando de Ibañez a Ivanes, Ivanis e Ivani. Obviamente es una curiosidad urbana que sucede en muchas partes, pero éste es un lugar que ni siquiera la municipalidad se ha atrevido a intervenir, lo que está muy bien, pues es un testigo del tiempo y una escultura colectiva sobre la memoria de alguien que no debía morir así. Se podrán distorsionar los nombre de las cosas y los actos, pero las cosas y los actos no se deben olvidar por el bien de nuestro porvenir humano. Se cuenta el milagro, pero no el santo.

El poetranseúnte “Y el amor chorree en los escritorios también” - Los Jaivas -


Monotonía

Espejo

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U

na noche monótona, ¿Cuánto había pasado desde la última vez que era capaz de percibir interrupciones en la sofocante linealidad de mi exterior? Demasiado. Mi alma está acorazada contra los inviernos, pero ya no distingue veranos. La noche y su frío penetraban por la ventana abierta del conductor. Al fin llegó el taxi al aeropuerto. Le pagué al chofer que parecía molesto, debe haber sido por el poco entusiasmo que mostré cuando habló de: Su equipo de fútbol, del cumpleaños de su hija, de sus nuevas llantas, y de muchas otras cosas que no recuerdo, porque no me entusiasmaron supongo. Monótono chofer. Me siento en una mesa de la cafetería. Chocolate caliente para mí, gracias. No. Mejor café. Cargado. De nuevo, gracias. Aunque el mozo no me pregunta la razón y da media vuelta, le respondo y me respondo sin hablar: Espero que el café me mantenga despierto para observar como la gente duerme y sueña en el vuelo. Y así sentirme un poco humano, pues si algo soy, no es más que un humano somnoliento. La monotonía se interrumpe: Primero distingo una forma de caminar (un antiguo recuerdo). Luego una altura y un tipo de cabello. Jamás podría olvidar ese pelo. En él fue que mis sueños y mi corazón quedaron enredados (prisioneros) hace tiempo, y al verlo una vez más, noté que allí estaban aún, sin duda, todavía cautivos. La seguí en busca de mi órgano robado, la llamé, era ella. Y la noche dejó de ser monótona. Nos sentamos. Y dejé de pensar, murieron las observaciones y empecé a vivir. Se fue. Cómo la amé.

Cómo la amo. En mi mano un papel, un teléfono con su letra. Suficiente me dije. Debo ser prudente (protocolar). Quizás no sea óptimo secuestrarla y esconderla del Universo y guardarla para mí (sonrío ante el pensamiento). Debo tomar mi vuelo. Camino presuroso entre la gente, hace tiempo que no tenía prisa, hace tiempo que no había razón supongo para que mis músculos trabajasen o mi corazón palpite. A lo lejos se oye una ambulancia. Sirenas. Pero debe ser común en aeropuertos grandes ¡Qué inoportunas! No saben que el mundo está de fiesta. Subo por fin al avión ¡Pero qué asientos tan incómodos! ¡¿Cómo se les ocurre pedir que apaguen los celulares?!, ¿No saben que tengo que hacer una llamada? Pero pensemos: Hubo risas. Hubo miradas. Ella me dio su teléfono (antes que yo se lo pidiese). ¿De qué le hablaré?, ¿Deberé inventar alguna interesante y justificada (muy justificada (infinitamente justificada)) mentira?, ¿O sólo confío en que ella me ame?, ¿Habré dicho alguna estupidez durante la conversación?. Ya sé, le preguntaré por un amigo en común que teníamos en el lugar donde me dirijo. Le preguntaré como ubicarlo.

Tengo un poco de sueño, eso es bueno, me dará una pizca de indiferencia, me hará despreocupado. Ocultará mi excitación. La llamaré apenas llegue al aeropuerto. Y después hablaremos de otra cosa, y luego de otra, y me amará. Porque hay un par de asientos desocupados en el Municipal en dos semanas más. Porque hay una banca vacía en el parque forestal en el atardecer de un Domingo. Porque hay una hoja en blanco que debe ser tatuada con mis sentimientos y poemas y entregada a ella. Me amará. Por fin, allá hay un teléfono. No contesta. Quince segundos después tampoco. Ni treinta. Ni un minuto después. Ya se me quitó el sueño, adiós al indiferente y seguro de sí mismo con sueño. Pasa una hora, pasan dos. Como (o más bien me siento, ordeno, me traen la comida, pago, y no como) y vuelvo. El teléfono marca ocupado. Al menos llegó. Insisto, luego insisto. Y luego una voz fría que no es bienvenida. Su hermana, recuerdo. Hola, soy yo, ¿te acuerdas?, ¿Está tu hermana?. La voz se quiebra, ella ha muerto ayer en el aeropuerto, atropellada. Y entonces recuerdo el sonido de la ambulancia, de las sirenas. Y me pregunto donde está la monotonía cuando se le necesita.

Sebastián Carmona

Q

ué es esto?, Qué se pinta ahora en ti, espejo de mierda?, Pretendes que mis ojos crean que aquel decadente espécimen bañado en lágrimas soy yo?, podrá pasar en mi lecho, mil noches de pesadillas y jamás llegar a ver semejante espanto. Ese pelo caótico no es el mío, en algo se parece, pero mi pelo es más corto, peinado, hermoso y elegante. No tenía esos espacios yermos que me muestras, en que las heridas evidencian que algún cabello brutalmente arrancado. Y esos ojos que veo, asquerosa falacia, mis ojos no tienen micro llagas carmesíes. Y mi piel, con que desfachatez opacas mi color. ¿Crees que no me conozco, espejo traidor?, ¿Crees que no recuerdo cuando salía a la calle y las mujeres me miraban, y los hombres me respetaban, y ella me admiraba? Ahora lo recuerdo tú no eres el culpable, lo sé. ¿Quién ha pintado en ti este engendro? candidato es el tiempo, el otro el dolor, de ellos dos, la partida de mi amor.

Muerte natural

E

l mundo se está perdiendo, todos nosotros nos estamos muriendo de a poco. Por más que intentemos hacer milagros para poder salvarnos, estos son inútiles. ¿Y saben por qué? Todo por la culpa de la autocomplacencia, nos carcomemos los unos a los otros, y ahí nos quedamos, no creamos nada bello, es que no lo somos, y nuestros hijos y creaciones reflejan lo podrido que estamos. Me gustaría poder decirle a la gente: ¡DESPIERTEN!. Me gustaría que terminásemos de una vez por toda con nuestro falso pastor y demos el salto hacia la cumbre, hacia Dios , hacia la nada, hacia la belleza, Pero por favor, no más placebos, no más imágenes de lo que creemos ser, no más mentiras intelectuales, no más cochina política, no más dinero, no más mentir, no más matar por la espalda, no más guerras, no más intereses. Puede que no crean lo que les cuento, entonces no tiene que hacer mucho, solo seguir con sus intereses. Denígrense más aun, sigan con su golosina en su horrenda boca. Me estoy pudriendo, me muero; sépanlo! Mas no por mi, sino por la humanidad. Si me mato, tal vez alguien sentirá en sus vísceras, en sus huesos, en su alma, lo podrido que estoy, le daré asco... y reaccionará. Quizás así, alguien se salve.

“A los historiadores futuros les bastará una frase para caracterizar al hombre moderno: fornicaban y leían periódicos”- Albert Camus-

Léon


“Chile es largo como lazo de arriero y angosto como catre de pobre” - Pablo de Rokha -

05

Insípido Son días como cualquier otro, pero el sentido se desinfla y la desazón lo invade todo. Me acosa el vacío en las paredes y las grietas en la pintura vieja claman sin cesar por mi atención. Pareciera que las horas se derriten, dejando una estela deforme de lo que fueron.

El Asqueroso Sabida es la historia del estudiante que, mientras caminaba escuchando un cassette prestado en su walkman, le par eció oir como si un hombre le escupiese continuamente por la espalda y, sin saber si atribuirlo a la grabación o a la realidad, siguió caminando, desafortunadamente, en la indiferencia.

Las causas niegan cualquier efecto, permitiendo que sea la imaginación quien cargue con las culpas de una conciencia a la deriva.

SrPipaA

Rodrigo Meza

Argumento de Límite Entre aquella obscuridad y aquel silencio, sólo aplacados por la tenue luz de la luna que se colaba entre los árboles y el sonido de su propia marcha, era difícil controlar la infinidad de ideas que se agolpaban en su cabeza. Había andado durante todo el día, y el sendero comenzaba ya a ser más difuso. “El hombre tiene una vida acotada; ergo, el número posible de eventos para él es limitado. En algún lugar (¿en la mente de la divinidad?), está grabada la cifra total de los pasos que me quedan por caminar”, pensó. De pronto, se detuvo, estremecido. “Tal vez el próximo paso complete la suma”, imaginó. Una saeta zumbó por entre las hojas. Todo se le hizo un sólo fulgor; luego, el Abismo eterno. Había cometido un error: el último paso había sido por él ya dado.

Dos cuentos cortos I Escucho los golpes. Abro la puerta y hay un hombre balbuceando algo. Tiene un papel en la mano, el cual me acerca desesperadamente. Lo recibo y lo leo. El papel dice: "Estoy teniendo un infarto cerebral. Por favor, llame a una ambulancia" II Me pongo a la altura de tu ombligo. Veo las gotas de sudor en tu vientre. ¿Por qué sudas?. Pregunto. Respondes con silencio e inmovilidad de una foto. Estás mirando hacia un lado. Tu pelo está negro y mojado. Sé que estás aquí porque te cansaste de andar. Te cansaste de que nada funcione. Recurres a mí como última instancia. Te quedas un rato. Te recargas de algo que te sobra. Y te vas otra vez, a equivocarte a otra parte. Para cuando me doy cuenta, ya es demasiado tarde. Ahora en tu vientre no hay sudor. Estoy yo. Escondido. Anghello Carvajal


“Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿Con qué se salará? ya no sirve para nada, sino para tirarla afuera para que la pisen los hombres…Ustedes son la luz del mundo, no puede ocultarse una ciudad construida en la cima de una montaña…”

06

I

Aún recuerdo el día de tu muerte, yacías agónica sobre tu mortaja de siempre. Quise dilatar tu vida por un segundo, para permanecer juntos sólo un segundo más, aunque dilatase así tu agonía y multiplicase el número de tus muertes. Pero ya estabas lejos….desconozco el número total de cámaras que nos separaban, probablemente mi desventura y mi ansiedad las multiplicaron. El silencio era hostil, casi perfecto. Luego levantaste tu mirada perdida y dijiste palabras incomprensibles, que escapaban a la razón y a la lógica. ¿Qué somos nosotros?, ¿Qué somos?, preguntaste… Un palacio… este palacio es fábrica de dioses, pensé primeramente. Exploré sus inhabitados recintos y corregí: los dioses que nos edificaron han muerto. Noté mis peculiaridades y dije: los dioses que te edificaron estaban locos. Mi voz se ha convertido en remordimiento, en horror intelectual, en miedo sensible. Este palacio es tan horrible que su mera existencia y perduración, aunque en el centro de un desierto secreto, contamina el pasado y el porvenir… ¿Cómo he de salvarte?

II

Desperté de pronto, con el ensordecedor ruido del alba. Nada más pude recordar. Ese olvido, ahora insuperable, fue quizás voluntario. Quizás las causas de mi evasión fueron tan ingratas que, en algún día no menos olvidado también, he jurado olvidarlas. Y vuelvo a tu lado, a tu lecho de muerte. A unos pasos de mi, era como si estuvieras tan lejos… que más da, fácilmente acepté mi realidad, quizás porque ya desde aquellos días, intuía que nada es real. Ni siquiera tu muerte, porque en alguna dimensión somos inmortales. Mientras te miro recuerdo nuestro futuro. Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las cosas. Nadie es alguien, solo un inmortal es todos. Como siempre supe, no hay placer más complejo que el pensamiento y a él me entregué.

III

Tu rostro pálido se torna borroso; cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo, sólo palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros fue la pobre limosna que nos dejaron las horas y los siglos. ¿Y de qué nos sirve ahora? Estás muerto. El tiempo no rehace lo que perdemos, la eternidad lo guarda para la gloria y para el fuego. Esto ha ocurrido y volverá a ocurrir. Revivirás mi vida, revivirás…sólo cuando acaben las posibilidades de que estés muerto. Vivimos en un mundo ficticio, sin destino. Porque cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que sabes para siempre quien eres. La voluntad es inútil, mi muerte es lo único real, lo único que había sucedido en el mundo y seguiría sucediendo sin fin. Ya era, de una vez y para siempre, la que sería. Me acercas un espejo, miro mi rostro para saber quien soy, como me comportaré dentro de unas horas, cuando me encuentre de frente con mi destino. Mi carne puede tener miedo, ¡Yo no! Noches hubo, en las que me creí tan segura de poder olvidarte, que voluntariamente te recordaba. Lo cierto es que abusé de esos momentos, darles principio resultaba más fácil que darles fin. Y cuando todos los hombres de la tierra me piensen… ¿Cuál será sueño y cuál la realidad? ¿La tierra o yo?

IV

Tus ojos ausentes no han despertado de la vigilia, sino de un sueño anterior. El camino que habré de desandar es interminable y moriré antes de haber despertado realmente. Sólo me he convertido en mis circunstancias. Se hace tarde. Tantos años de soledad me enseñaron que los días en la memoria tienden a ser iguales, pero que no hay un día que no traiga sorpresas. Pero estás muerto y no queda ya ni un soplo de esperanza. Tu muerte, mi muerte… es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo y aguardarlo sin fin. Vi todos los espejos del planeta, y ninguno me reflejó. Temí que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme, temí que no me abandonara jamás la sensación de volver… pero al cabo de unas noches de insomnio me invadió para siempre, una vez más, el olvido….

Por Mónica Guzmán Basado en “El Aleph” de Jorge Luis Borges


El Límite

11

SE BUSCA

V

oy a contar una experiencia que antes conseguía tener bastante, y que se ha ido diluyendo con los años en la U. En cierto modo eso me asusta, porque me siento más insensible; aunque por otro lado quizás me haga una persona más normal, porque parece que es una experiencia que no toda la gente tiene. Quizás no les interesa, o quizás todos la lleven secretamente, aunque creo que en general lo primero es más cierto. Bueno, en realidad esta no es una experiencia sino varias. Todas distintas pero con el mismo libreto. 1.- Tengo que estar solo. Enteramente solo en mi casa. Molesta a los demás que ponga tan fuerte la música, y me molesta a mí no poder ponerla tan fuerte. 2.- Tengo que estar pre-excitado por algun acontecimiento que me inquiete. O por algun recuerdo enlazado circunstancialmente con la melodía. De aquí los 2 principales tipos de experiencias. 3.- Tiene que gustarme la canción. Aunque esto último no es tan necesario si esta enlazada circunstancialmente con un recuerdo suficientemente bello.

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Creo que eso es suficiente. Estando solo, pongo la música. Despacito, para crear ambiente no más. Lentamente me dejo influenciar y paseo lo que me inquieta por mi cabeza. Las cosas (¿que cosas?, todo lo que en ese momento soy en acto) se mezclan y se diluyen como la sal en el agua, y aunque están ahí se notan cada vez menos. Apago la luz (si es de noche). Subo el volumen. Es aquí donde cada experiencia se vuelve distinta, porque de repente, mi inquietud se transforma en una leve picazón medio hiperkinética, se transforma en ganas de cantar, en ganas de ser otra persona, en ganas de llorar de alegría, de pena, o de rabia e impotencia.

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Hacer esto me gusta porque me trae sensaciones que quedaron atrapadas en un lugar que no conozco, es raro. Y esta es la única forma que he encontrado de traerlas aquí. Otras veces trae las sensaciones que tenía yo en el instante en que quedó circunstancialmente atada a los recuerdos. Las sensaciones. Eso es lo importante de los recuerdos. Por eso me gusta tanto hacer esto. Y apagar la luz le ayuda. Hace desaparecer mi entorno, cosa que no podría hacer si alguien me interrumpiera, y me transporta. O más bien yo me quedo aquí mismo y ella trae las sensaciones. O varias de estas cosas al mismo tiempo. Si estoy triste, puedo estar triste y sentirme bien, porque alguien ya estuvo ahí donde estoy yo. Subo el volumen. No peso, ni veo, ni siento, porque me sostengo en la música que me envuelve. Por eso necesito que me envuelva bien. Cada vez más soy parte de ella. Cada vez soy menos un ser y más una sensación. Canto. O grito, ya casi saliendo de mí. No se. Me muevo libremente. Podría decir que bailo, quizás sea lo que más se asemeja a la realidad. Bah, que es eso. Que importa. La cosa es que me dejo llevar. Mimetizo el ritmo en mi cuerpo, y he movido tanto la cabeza, y en formas tan raras que estoy mareado. Cada vez me siento más presente en ese lugar. Ahí donde estuve, o donde quiero estar, o donde nunca voy a estar, depende de la experiencia, pero da lo mismo. Quiero que me envuelva más, otro poco más. Hay un límite. Quiero subir más el volumen y no hay más. Creo que podría situar el límite físicamente. Está en el mismo lugar que la puerta del closet. No me sirve de nada abrir la puerta y entrar al closet porque el sonido se ahoga. Tengo que traspasar el closet con la puerta cerrada. Lo intento. Inútil... Suspiro, y estoy tranquilo, aunque siempre me pregunto como puedo llegar más allá. Como puedo cruzar el límite.

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“¿Qué es un poeta? Es un hombre desgraciado que oculta profundas penas en su corazón, pero cuyos labios están hechos de tal suerte que los gemidos y los gritos, al exhalarse, suenan como una hermosa música.” - Sören Kierkegaard -

3 círculos

Grito Grito Grito Grito grito grito!! Grito de desesperación Grito de Alegría Grito Grito Grito Grito

orgásmico de Rabia de Pena de Amor

GRITO, GRITO GRITO! Grito por ti Grito por mi Grito por mi error Grito! Grito para ser oída Grito para ser ignorada Grito de Niña Grito de mujer Grito GRITO! GRITO! GRITO! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH !!! ... silencio ... suspiro suspiro suspiro suspiro. Paz Araya

Hoja Deseosa de volar esa hoja se separa de su árbol. Suavemente comienza a caer, en ese momento yo pasaba por ahi, justo en ese momento, distraída pensando en la pena que se me venía encima, y me encuentro con esa hoja cayendo frente a mis ojos. Sorprendida por ser espectadora de tal evento me detengo, la hoja sigue cayendo lento, mas lento, sabe que la miran, no se intimida y sigue cayendo, mis ojos la siguen...que hoja mas coqueta! ahora baila moviéndose suavemente justo frente a mi.Estiro mi mano, solo quiero sentir esa ligereza, pero no la apresuro, solo un poco falta para nuestro contacto, entonces un suave viento la aleja de mi mano.....me veo en una ventana y hay una sonrisa en mi cara...miro a mi alrededor.....el viento libera las hojas de todos esos árboles.....y mas hojas caen cerca mío y más allá.

Todos hemos respirado sobre la Tierra Muy pocos han tocado la Luna Nadie se ha atrevido a rozar siquiera el Sol. Sin embargo, Dibujamos tres círculos fraternos En la misma tela Con el mismo pincel Y sobre un mismo cielo. Y esa es nuestra vida simple De humano ordinario Falto de una dimensión en el ojo Falto de un roce de Sol Falto de un palpar de Luna Falto de un verdadero respiro de Tierra.

Mi dedo protector Tapo el Sol con un dedo El Sol tapa un trozo del Universo Con su pulgar de luz. Crease un eclipse entre el universo de mi ojo y un ojo del Universo. Tras de mi la sombra mi sombra que ansía la muerte solar Apunta. No entiende su dependencia. Mi dedo escuda al Sol en un acto heróico Y la muy traicionera busca vaciar en mi espalda la daga oscura del cansancio. Entretanto, camino, hundiendo mi dedo en la llaga del Sol.

Leo Paredes


Mezcla 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17.

las mezclas heterogéneas varios pedazos de su mujer yacían a su lado la silla seguía ahí (problema) sensación de sucesos del devenir que el viento mueve hacia el presente los caminos no permiten perderse, salgo a la calle y hay calle negación de coincidencias gotas en vez de números luego infinito de agua inundación implacable la aburrida y constante realidad existe gracias a su propia limitación luchar por librarse de una sujeción fascinante cadena inexorable que a la vez es un placer sensual un hombre que es todo sus características los espejos ven si he sido muchos, no he sido nunca simulacro de simulacros hablar del tiempo antes de que se acabe

Imagino a la nada cuando estamos de pie frente a un camino que se bifurca en infinitas posibilidades, y se nos pide avanzar, simultáneamente, por cada una de ellas. 5+. Ideo una trama e inevitablemente encuentro la forma que impide perderse, que nos amarra a una de tantas posibilidades. Suponiendo cada posibilidad como una gota de agua, les puedo asegurar que ninguna toalla nos sirve para librarnos del tiempo y del espacio. 1+.Varios pedazos de su mujer yacían a su lado, mezclados con ideas heterogéneas inventadas el día anterior. Una idea cualquiera era la descripción breve y precisa de alguno de los pedazos. Tal mujer, al no existir, no es mas que el recuerdo (agradable o no) que se tiene de ella. Así que solo nos falta un manual para ensamblar ideas para tener de vuelta una mujer con nosotros. 7+. Supongamos que en vez de números tenemos gotas de agua, por lo que las gotas de agua siguen igual. # Una letra salió por la boca, rodó por el cuerpo y cayó al suelo, dejando cojo al dueño (de su)del nombre. #+ Una letra salió por su boca, rodó por su cuerpo y cayó al suelo, dejando cojo a su dueño. 11+. Entonces la sujeción fascinante llegó a su fin, así que, con justicia podemos alegar un triunfo de la disciplina. El yugo sensual se transformaba en aburrida y constante realidad. 15+.Los espejos ven, si esto no ocurriera, no vería mi propia imagen. ....Y disponemos los ingredientes, tal como usted estime conveniente, dentro de sus propias limitaciones. Al apagar un televisor y tocar su pantalla sentimos una descarga de electricidad estática. Si asesinamos a un hombre, de mediana estatura, se nos hace tocar la pantalla de un gran televisor (por lo que la descarga es larga y punzante). Las descargas nos llegan testicularmente por lo que es preferible dejarlos a un lado si vemos televisión.

Última Función

In memoriam Jaime Vivanco (1960 - 2003)

M

iré hacia el lado, y ahí estaba: con los ojos fijos en su mano derecha, a contraluz con el farol de enfrente. Tres de sus dedos, estirados, formaban una figura extraña, que él, con lentitud rigurosa, movía, tal vez corrigiendo. Debe haber sentido el peso de mi mirada sobre su creación, porque, sin bajar el brazo, se dió vuelta hacia donde me encontraba y me quedó mirando. "Grande maestro" atiné a decir. Con paso lento, se apostó frente a mí. "¿Por qué?", preguntó con voz carraspienta, mostrándome lo que todavía quedaba de su obra. No supe qué decir. "Ustedes juran que somos extraterrestres. Somos personas de carne y hueso, tal como ustedes. Tengo nombre y apellido. Me llamo Jaime. A ver, repite conmigo...Jaime", me dijo, como increpándome. "Jaime", repetí, obediente. Un poco sorprendido, me presenté. Era realmente raro encontrármelo aquí, en el paradero frente a la Escuela, minutos después de terminada su presentación en el gimnasio, donde hace un rato su música lo había invadido todo, mientras el público (entre el cual me encontraba yo) aplaudía extasiado. Le pregunté el motivo. No recuerdo lo que dijo, o la respuesta fue una frase inconexa que luego se transformó en una especie de monólogo un tanto ecléctico, del cual recuerdo dos ideas: una mujer y una soledad (tal vez era una sola). Me habló también de su casa antiquísima en Recoleta, frente al Cementerio General, por donde de noche con suerte andaba un gato vago. El frustrado intento de pasar las penas en algún bar era denunciado por el continuo tambaleo que un par de veces casi lo tuvo mordiendo el pavimento. "Maldición, no creo que pasen más micros a esta hora", dije, luego de un silencio más o menos eterno. No respondió, pero preguntó a qué me dedicaba. "Estudio injeniería", le referí (con un orgullo que nunca he sabido muy bien a qué se debe). No mostró ningún interés. Sin embargo, me desafió, como burlándose, a recitarle el cuadrado perfecto. Lo hice, medio bromeando. Deseoso de humillarme, contraatacó con el binomio al cubo, con el cual quedé finalmente derrotado. "La ciencia de los cagados", dijo sardónicamente. No comprendí. "La ingeniería", explicó. "Ahh...", le respondí, asintiendo. Una leve llovizna comenzó a mojar el pavimento, cubriendo los adoquines de una brillantez obscura . "Tu nombre es Alejandro. Yo me acuerdo,¿ves?", afirmó, de pronto, convencido. Negué con la cabeza. "Bueno, da lo mismo. Pero tú eres Alejandro.... Y todos los Alejandros son unos traidores", concluyó, y , girando sobre sus talones, se dirigió hacia un grupo de chicas que conversaban un poco más allá. Mi memoria es débil; el resto de la conversación, si es que la hubo, quedó olvidada, junto a tantas otras, en algún rincón del tiempo. Al rato pasó mi micro y al fin me pude ir. Eso sí, siempre pensando en el bizarro bautizo y en las últimas palabras por las que, confío (si a algún lado vamos a dar después de toda esta farsa), tendré ocasión de preguntarle.

marmaduque


08

“Si por error ingiere un comprimido azul durante el dĂ­a no se alarme, pero puede producir somnolenciaâ€? - Extracto de una Boleta de Farmacias Ahumada -


09

Esa Página de Todos los Silencios Parecía un ciego manejando su bastón, cuando daba su paseo matinal a lo largo de la costanera. Se detenía a escuchar el golpear de las rompientes contra las rocas y se sentaba en uno se los bancos que orillaban esa parte de la playa. Las olas parecen inspirarme, decía siempre. Buenas tardes, saludé con la mano cuando pasaba frente a él, ¿sigue creando su obra cumbre? Pues eso es lo que hacía, concentrado en el final del mar, buscando las ideas y ubicando las frases. No había podido sacar mucho de sus conversaciones amenas, mientras descansaba de su trabajo. ¿Pero aún no escribe siquiera una línea? - le objeté una vez. No ha sido posible - explicó-, cada vez que lo intento se me ocurre una frase más pura para expresar lo mismo. Comprenda que un escritor debe pretender siempre lo mejor. Y eso no lo he alcanzado todavía. Pero ponga usted un plazo. Por ejemplo un mes. Y escriba todo aquello que ha logrado en esos treinta días de su talento. Es una idea inteligente, debo reconocerlo - me contestó. Pero piense que todo lo que lograré en los treinta días siguientes dejará sin sentido lo anterior. Quedará obsoleto y resultaría absurdo tener aquello por esacrito. Discusiones de este tipo tuvimos muchas veces, recordaría después con alguna angustia. Me llamaron con urgencia del hospital pues él había dado mi nombre. Pero llegué tarde. Se desplomó cuando caminaba por la costanera - me contó el doctor -, lo trajeron de inmediato e hicimos todo lo posible. Pidió lápiz y papel. Es extraño. Lo hicimos aunque no pudo utilizarlo. Escribió torpemente una sílaba, creo que una eme y una e. ¿Qué quiso decir con eso? Aunque yo comprendí su desesperación, no le dije nada al doctor. ¿Qué sentido tenía ya? Pero he guardado esa hoja de block con la sílaba escrita en su parte superior. Esa página de todos los silencios.

Joaquín Cortés PASO 1: leo los textos que se encuentran al costado. PASO 2: leo el nombre del autor PASO 3:me pregunto si es el famoso bailarín de flamenco PASO 4: hago las preguntas correctas(a los editores) que me permiten obtener las respuestas correctas. PASO 5: me sorprendo UN RESUMEN: “Hace algunos meses atrás me llamaba la atención el profesor que daba el curso de Química que había tomado. Una simple y sin importancia coincidencia hacía que su nombre me fuera muy familiar. Nuevamente al estar trabajando en esta extraña revista la escena se vuelve a repetir. Es más, se produce un conexión que debo confesar(después de un semestre) no me produce tanta sorpresa. Joaquín Cortés Garrido es ingeniero civil y doctor en ciencias, profesfor titular de la facultad de Ciencias Físicas y matemáticas de la U. Además es el autor de “Esa página de todos los silencios”, “Regar el jardín” y varios pares e impares de escritos más.” Qué mas decir? Demasiado agrado cerciorarme que todavía hay esperanza...

Regar el Jardín Un parapléjico riega el jardín desde su cama de enfermo, con un complicado aparato electrónico. Aunque no alcanza a ver el jardín, la sensación de que éste florece por la acción de sus manos, lo llena de felicidad. El aparato se descompone sin que él pueda notarlo. El jardín comienza a secarse. El enfermo continúa regando, nadie le advierte de su acción inútil. Al fin y al cabo, ¿quién se atrevería a contarle a Dios del desorden existente sobre la tierra?

“Nada es despreciable medido en relación a si mismo”


pajaro _verde hotmail.com

El Pájaro Verde

Cosecha Mayo 2003

A fines del siglo XIX, Armando Pérez Machuca y Juan García Po elaboraron por primera vez, durante su estadía en la cárcel de Rancagua, Chile, una bebida especial, aromática, con sabor único: El Pájaro Verde. Por más de 100 años, generaciones de reos han mantenido inalterado el secreto de tan valioso legado, cuyo proceso de producción sigue los mismos exigentes e incomparables estándares de calidad de antaño. Proveniente de los peores barnices industriales, El Pájaro Verde, de notables tendencias distorsionantes y abundante fruta, es sometido a un considerable período de conservación en vasija inerte y madera noble. Luego es embotellado en origen, logrando así un brebaje de color verde esmeralda, con bouquet bien desarrollado y complejo, y notas de guinda, parafina, pimienta, desagüe y chocolate. El Pájaro Verde -- producido ahora en Beaucheff 850 y disfrutado en todo el mundo.


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