STITUTO
ICONOGRAFIA
ALEJAN0RO
I
TAPIA Y RIVERA
sobre ESTHER MARI MARCOS GONZÁLEZ BETANCOURT RAMOS 1930-2010) T
PRIMERA ACTRIZ PUERTORRIQUEÑA c-rr nerr PRODUCTORA TEATRAL FUNDADORA DE TEATRO EL ANGEL n
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Esther Mari Actriz FECHA DE NACIMIENTO
14 de noviembre de 1930 LUGAR DE NACIMIENTO
Vieques, Puerto Rico FALLECIMIENTO
28 de noviembre de 2010 en Hato Rey, Puerto Rico
La viequense Esther Mari está catalogada como una de las actrices más versátiles del teatro puertorriqueño. Nació el 14 de noviembre de 1930 y desde niña demostró su afición y talento por las artes, particularmente la poesía. A los seis años se estableció con su familia en la "Isla grande" y al cumplir los 13 se mudó a Nueva York para estudiar. En la Gran Manzana hizo su primera incursión teatral en "La hacienda de los cuatro vientos" . A paso seguido, actuó en dos producciones "Off-Broadway" y pagó su educación con trabajos alternos en comerciales de las Tiendas Claires y modelando para los productos de belleza Max Factor. Deseosa de hacer teatro en español, colaboró en la fundación del grupo Los Spanish Players, el cual alquiló un local en Delancey donde presentaba una obra al mes. Luego estudió un semestre con Stella Adler, actuando lo mismo en español (en "Casa de muñecas") que en inglés (con "Flowers for the Dead"). También trabajó en La Casa Galicia, representando pequeñas roles en inglés, así como laboró en varias radioemisoras latinas de la Gran Manzana En 1960 regresó a suelo boricua donde se matriculó en la Universidad de Puerto Rico para estudiar drama. En aquella década marcada por la guerra no declarada
de Vietnam, incursionó intensamente en el teatro de corte popular. Actuó en las calles y plazas de distintos pueblos del País. Incluso fundó una compañía teatral llamada Teatro Coabey, conocida posteriormente como Teatro El Angel, que entre sus distintas producciones presentó teatro de títeres para niños así como estrenó "Amordío" y "Avatar" de los dramaturgos puertorriqueños José “Papo” Márquez y Roberto Ramos-Perea, respectivamente. A principios de la década de 1970, actuó en "La vida nueva" en el Ateneo Puertorriqueño, protagonizó el monólogo "El responso por un bolitero de la Parada 15" en el Teatro Sylvia Rexach y en laboró en "El tajo del alacrán", con Lydia Milagros González. Participó además en "La dama del alba" y en "La celestina" , producción con la cual viajó repetidas veces a Costa Rica. Igualmente se destacó por su participación como la nodriza en "Medea" , por la que recibió el Premio Alejandro Tapia como mejor actriz secundaria. Formó parte del Teatro Rodante Puertorriqueño y en 1992, cumplió su sueño de protagonizar en la obra de René Marqués "La carreta", interpretando a Doña Gabriela. Actuando simultáneamente en las versiones en inglés y español, "La carreta" representó un gran reto para la actriz, luego de 30 años de ausencia de los escenarios de Nueva York. De esta forma Esther Mari no sólo conquistó la crítica especializada en el Norte, sino también demostró su capacidad histriónica ante un público acostumbrado a la doña Gabriela que personificaba la actriz boricua Lucy Boscana. Esta actuación le mereció a Mari una nominación al premio ACE de Nueva York. Más allá de la Doña Gabriela de "La carreta", la actriz destacó entre sus creaciones histriónicas favoritas a la Poncia en "La casa de Bernarda Alba", Celestina en la obra de Fernando de Rojas y la Madre Superiora en "Agnus Dei". Esther Mari también formó parte del elenco de las películas "Show of Force", "La gran fiesta", "The Man with My Face", "Callando amores", Sudor amargo" y "La guagua aérea",ésta última basada en tres cuentos de Luis Rafael Sánchez. Trabajó además en distintas telenovelas, entre las que se encuentran "Preciosa", "Donde anidan las gaviotas" y "Al son del amor"; y miniseries como "Flores de la Noche". Ya en el siglo XXI sus últimas dos actuaciones para la pantalla gigante se dieron en "Angel" de Jacobo Morales y "El color de la guayaba" de Luis Caballero. Recipiente de numerosos reconocimientos, en 2008 fue distinguida por el Ateneo Puertorriqueño, institución cultural que le dedicara el XXI Festival de Teatro, en una ceremonia que contó con la nutrida participación de la clase teatral. Ya para esa fecha la actriz se había retirado paulatinamente de los escenarios por padecimientos relacionados a la circulación de su sangre, quedando bajo el cuidado de sus hijos, la también actriz Angela Mari, Norma Luzunaris y Humberto Pimentel. En sus últimos días, Mari residió en el Hogar Golden Age Care, en Hato Rey, donde recibía la atenciones propias de su condición y era visitada por sus amigos de la clase artística. Allí falleció mientras dormía en la madrugada del sábado, 28 de noviembre de 2010, de complicaciones cardiorespiratorias.
Al partir, Esther Mari dejó en el recuerdo colectivo su ejemplo de dedicación profesional y compromiso social con su pueblo. Y al igual que cultivó aplausos en la escena nacional también fue reconocida por sus actuaciones en escenarios internacionales como el Teatro Nacional de Costa Rica, Teatro Nacional de Venezuela, Teatro Nacional de Nicaragua, Teatro Nacional de Santo Domingo, Teatro Nacional de El Salvador, el Kennedy Center y distintos teatros en Guatemala, Boston, Texas y Washington. revisión 2/dic/2010
Biografía tomada con autorización de la página web de la Fundación Nacional Para la Cultura Popular.
INSTITUTO ALEJANDRO TAPIA Y RIVERA CRONOLOGÍA PARCIAL DEL TRABAJO TEATRAL Y CINEMATOGRAFICO DE LA PRIMERA ACTRIZ ESTHER MARI (Esther Mari González) 1953-CASA DE MUÑECAS de Henrik Ibsen (Teatral Caribe) 1954-JESUS DE NAZARETH de Onix Baez (Spanish Players) 1954-LA TOSCA de Giacomo Puccini (Spanish Players) 1956-EL HUÉSPED de PedroJuan Soto (Ateneo) 1958-FAMILIA HONORABLE NO ENCUENTRA PISO de Luis Maté (Spanish Players) 1958-PROCESO A JESÚS de Diego Fabri (Ateneo) 1959-DIÁLOGO DE LAS CARMELITAS de George Bernanos 1959-EN LA CASA BLANCA de Roberto Rodríguez Suárez (Prod. Rodríguez) 1959-LA HACIENDA DE LOS CUATRO VIENTOS de Emilio S. Belaval (ICPR) 1960-MODELO EXCLUSIVO de William Macquade (Cisne) 1961-DELITO EN LA ISLA DE CABRAS de Ugo Betti (Arte Teatral) 1961-LA COCINA DE LOS ANGELES de Albert Husson (La Máscara) 1962-EL INCISO HACHE de César Andreu Iglesias (ICPR) 1962-MARIBEL Y LA EXTRAÑA FAMILIA de Miguel Mihura (Teatro Inc.) 1966-CLUB DE SOLTEROS de Francisco Arriví (La Carreta Inc.) 1971-TE Y SIMPATIA de Robert Anderson (Cisne) 1974-AL FINAL DE LA CALLE de Gerard Paul Marín (Teatro del Sesenta) 1974-TRES de Myrna Casas (Cisne) 1975-RESPONSO POR UN BOLITERO DE LA 15 de Luis Rafael Sánchez (Tajo del Alacrán) 1976-ANA DE LOS MILAGROS de William Gibson (Cisne) 1977-EL GRANDERO (Vaudeville) 1977-ESTAMPAS DE TEYO GRACIA de Abelardo Díaz Alfaro (Cemí) 1977-LA MALQUERIDA de Jacinto Benavente (Cisne) 1979-DONDE EL TRIGO NACE de Emlyn Williams (Cisne) 1973-TODOS ERAN MIS HIJOS de Arthur Miller (Tablado) 1980-ANILLOS PARA UNA DAMA de Antonio Gala (Cisne) 1980-MARIANA PINEDA de Federico García Lorca (Cisne) 1980-POR LAS CALLES DE SAN JUAN de Myrna Casas (Cisne) 1981-POR UN MILLÓN YO ME VUELVO de “Rotceh Oseivart” (Héctor Travieso)
1982-FILOMENA MARTURANO de Eduardo de Filipo (Cisne) 1982-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Candilejas) 1982-LA DAMA DE LAS CAMELIAS de Alejandro Dumas 1982-MARIANA O EL ALBA De René Maqrués (Cisne) 1983-AGNUS DEI de John Pielmeir (Cisne) 1983-CÍRCULO DE SANGRE de Joset Expósito (Collage) 1983-JESUS, DRAMA DE LA PASIÓN de Alex Vázquez 1983-LA NENA DE DOÑA MARTA 1983-LA PRIMAVERA DE LA SEÑORITA BRODIE de Jay Presson Allen & Mureil Spark (Cisne) 1983-MEDEA de Eurípides (Virazón) 1983-VIVE COMO QUIERAS de Hart E. Kaufman (Cisne) 1984-HABITANTES DE LA CASA EMBRUJADA de Angel Torres Cabassa (CONAR) 1984-LA DAMA DEL ALBA de Alejandro Casona (Cisne) 1984-LA CELESTINA de Fernando de Rojas (Teatro de la Comedia) 1985-DE REPENTE EL AÑO PASADO de Tennesse Williams 1985-DIME QUE YO TE DIRE de Zora Moreno 1985-VOCES DE PUERTO RICO (Como actriz. VER: Teatro Coabey) 1987-LA CORTE DEL FARAÓN (Zarzuela) De Lleo Perín y Palacios 1987-ULTIMA NOCHE DE MONARQUIA de Abelardo Ceide 1988-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Pabellón) 1988-VIDAS SECAS de Joset Exposíto 1989-EL GRAN CIRCO EU CRANIANO de Myrna Casas (Cisne) 1989-FILMOENA MARTURANO de Eduardo de Filipo (Cisne) 1989-LA BELLA DURMIENTE de Myrna Casas (Cisne) 1989-MATILDE de Angel Torres Cabassa (CONAR) 1989-MATRIMONIO A LA ITALIANA de Eduardo de Filipo (Cisne) 1989-RETABLOS DE LA ALDEA de José S. Alegría (Cisne) 198?-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Actores Unidos) 1990-EL NIÑO DE GENGIBRE de Ubaldo Santiago 1990-EL PAIS DEL DRAGON de Tennese Williams (Teatro Bohemio) 1990-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Ubaldo Santiago) 1991-LA TEJEDORA DE SUEÑOS de Antonio Buero Vallejo (Teatro de la Comedia) 1992-LA CARRETA de René Marqués (PRTC) 1992-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Arlequín) 1993-ESTE PAIS NO EXISTE de Myrna Casas (Cisne) 1993-ROMEO Y JULIETA de William Shakespeare (Virazón) 1994-LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca (Arlequín) 1995-EL NARCISISTA de Roberto Ramos-Perea (Cemí) 1995-LOS HIJOS DE LA NOCHE de Edwin Pabellón (Pabellón) 1995-YERMA de Federico García Lorca (Teatro de la Comedia) 1996-BOLERO ENTRE TRES de Harvey Fierstein (Gran Escenario) 1996-CALLANDO AMORES DE Roberto Ramos-Perea (Angel) 1996-LOS SOLES TRUNCOS de René Marqués (Teatro Municipal de Bayamón)
1997-ESPERANDO AL ITALIANO de Mariela Romero (Cisne) 1997-MADRUGADA de Antonio Buero Vallejo (Teatro de la Comedia) 1998-LA CASA DE LOS ESPIRITUS de Isabel Allende/Jorge Santiago (Creación) 1998-LA NACION EN VERSO de Edgar Martínez Masdeu (Ateneo) 1998-QUIMERA de Roberto Ramos-Perea (Cemí) 1998-TABU de Abniel Marat (Teatro 90) 1998-TARTUFO de Moliére (Aleph) 1999-HISTORIA DE UNA ESCALERA de Antonio Buero Vallejo (Aragua) 1999-LAS MUJERES Y LOS STRIPPERS de Gerardo Rodríguez (Genésis) 1999-MAMA APAGA LA PLANCHA de Abimael Acosta Portalatín 2000-LA ESCALERA DE LOS INFIERNOS de Abniel Marat (Aleph) 2000-ROMEO Y JEANNETTE de Jean Anouilh (Ver: Teatro EL ANGEL) 2004-RECITAL DE JULIA DE BURGOS
UNA PROFETA DEL TEATRO SEMBLANZA A
DOÑA ESTHER MARI PRIMERÍSIMA ACTRIZ DEL TEATRO PUERTORRIQUEÑO AL DEDICÁRSELE EL XXV FESTIVAL DE TEATRO DEL ATENEO PUERTORRIQUEÑO
Hablar de nuestra primerísima actriz de teatro, Doña Esther Mari, es como hablar de aquellos profetas bíblicos que sufrieron el dolor de sus grandes profecías. Es hablar de destierros voluntarios, de sinsabores, de pobreza, de sacrificios, de entrega total a su verdad, de humildad constante, de valentía, de coraje, de arrojo, de tesón, de firmeza; pero por sobre todo, es hablar de sus fuertes esperanzas para con su pueblo. En este caso, también para con su público. Si alguna artista en Puerto Rico ha hecho honor al arte que profesa, esa definitivamente ha sido Doña Esther Mari. Una trabajadora de la cultura patria. Una luchadora incansable del arte dramático. Una de las profetas más audaces que ha tenido el teatro puertorriqueño, entregada totalmente al campo de la actuación. Es ya más que aceptado que de todas la Bellas Artes, el Teatro es el más ingrato; por ser el más sacrificado, el más vapuleado, el que más nos duele y marca para siempre. Muchos artistas del teatro en Puerto Rico han tenido que morder las calles de este país para poder seguir engrandeciendo nuestros valores espirituales y ayudar a mantenernos con vida de pueblo. Y una de esas artistas, reitero, es nuestra homenajeada esta noche. Nace un 14 de noviembre del año 1930 en el municipio de Vieques. El mundo capitalista de aquel entonces se sumergía en la más abyecta pobreza empujando a esa masa de desposeídos hacia un abismo, “un barranco”, infranqueable, donde todo parecía desaparecer para siempre.
No sabía entonces Doña Esther Marí que aquellas palabras con que me iba a describir su nacimiento, a más de medio siglo de distancia, después, yo las entendería como premonitorias, proféticas, con la carga metafórica que emana de su sensibilidad artística: “Edgar yo nací allí, en ese Vieques al final de una calle que terminaba … entre el barranco y el mar.” Allí vivió hasta los 6 años. Y como toda niña, llena de sueños e ilusiones, con una fantasía que extasía, ajena a las duras realidades que nos embargaban como pueblo, miró tantas y tantas veces la lontananza de ese mar para sostener sus esperanzas. Es por eso quizás, de tanto mirar el mar, que sus ojos transmiten, y valga la redundancia, tanta profundidad. Con mucha ternura recuerda los consejos de su querido abuelo que fueron despertando su fertil imaginación: “de esas piedrecitas, más allá, ¿las ves? no pases … porque hay tiburones. Sí, siempre habrá peligrosos Tiburones.” Las condiciones económicas no eran propicias para seguir en tan “idílico lugar” y su familia tiene que trasladarla a la Isla Grande, llegando a Barrio Obrero en Santurce, donde continúa peregrinando de un sitio a otro hasta finalizar en el Caserío Las Casas. Cursa sus años elementales en la Escuela Asenjo, “cogiendo”, como muy bien dice ella, “el traumático cambio que se nos impuso en nuestras escuelas públicas del 7, 8 y 9”. Así, hasta los trece años, donde emigrará a la ciudad de Nueva York, a pedido de su madre que allá se encontraba. Continúa sus estudios, esta vez en el difícil, hasta cumplir los tiernos 16, cuando contrae sus primeras nupcias, y donde toda la familia tuvo que firmar para poder casarse, porque, claro, era todavía una inocente menor de edad, sin haber terminado el cuarto año Escuela Superior. Todos estos cambios drásticos, cuenta ella, representaron una etapa importante en su formación como ser humano, y por supuesto como actriz, a la que le adscribe un poder excepcional, para con su carácter y espíritu recio, que la habrá de caracterizar toda su vida. A pesar de lo arduo de estos momentos, los recuerda con mucha alegría, con mucho entusiasmo … y según sus propias palabras como: “algo hermoso que se lleva dentro”; puesto que la ayudó a crecer con grandeza, con un alto sentido de sacrificio del que no se arrepentirá jamás.
A los 17 años tiene su primer hijo. Regresa a Barrio Obrero, al mismo lugar de aquellos que la habían atendido y protegido, pero esta vez, con una pequeña criatura en brazos. La vida se le torna más difícil. Con la desesperanza sobre sus hombros, toma, al año siguiente, una fuerte pero muy sabia decisión: la de volver sola a la ciudad del Norte en aras de un trabajo que le permitiese sufragar el alimento de su infante. Y es así como a los veinte años de edad hace sus incursiones en el escenario, comenzando de esta manera otro largo peregrinar que todavía no ha concluído. Sus primeros trabajos profesionales fueron para una serie de comerciales de las famosas tiendas “Kurts”, que en aquel entonces denominaban como “Rounds”. Comerciales en vivo, con público en vivo que llenaba el lugar para presenciar los mismos. Su éxito fue rotundo. Veamos cómo aconteció. Con esa sonrisa dulce y llena de picardía, cuenta cómo la llamaron de repente, sin ella planificarlo, proponérselo, ni esperarlo. Ocurrió todo a la carrera. Tenía que presentarse en tal dirección, en la Quinta Avenida, ante un hermoso edificio todo alfombrado y con un lujo fastuoso. Había algo de luces y de escenogrfía; todo muy bien arrregladito. Todo muy típico gringo. La audición, si así se le podía llamar, era en inglés y en español. Ella, inocente al fin y tratando de hacer lo mejor posible, y ante la escasez de recursos económicos, decidió ponerse lo mejor de lo mejor con lo que pudo encontrar: se arregló maravillosamente encasquetándose un imponente “turbante” para hacerse sentir. Al llegar al lugar, aquello estaba repleto de mujeres italianas, judías, rubias; en fin, lo que podría considerarse “bellas”, para allá. Estaban buscando personas que tuvieran “un look latino”. De primera instancia el impacto fue petrificante, al punto, que la llevó, como es natural, a pensar: “No. No puedo. Yo me voy.” Pero, como siempre ocurre en esto del Arte Dramático y sobre todo en ese primer momento donde uno va a poner el pie para resbalar y restrellarse, sintió la aparición del “duende” del teatro, según Lorca, o el angelito guardián, según otros, que le susurró al oído, lo
que siempre, desgraciado, nos susurra a todos, con una insistencia de cómplice incisivo: “quédate, sigue, quédate, sigue, … no seas…” Y así le obedeció; con mucho miedo, llena de pavor, pero con un valor de fuerte heroína trágica. Siguió, no sabe sin con vergüenza o sin ella, pues la necesidad obliga, y por encima de ella, estaba tambiém la audacia del atrevimiento. “Camine así, así, otra vez, de esta forma, como si fuese una modelo, que es esto, y esto, etc., etc.”, fueron éstas las instrucciones, que ella siguó al pie de la letra y sin chistar. Y finalmente el tradicional: “We call you back.” Estaban buscando una “actriz”, no una modelo sino una actriz de verdad, que hablara los dos idiomas, y que los hablara bien, para representar una tradicional, genuina y auténtica “Housewife Type”. No buscaban esa gatuna sensual que se desliza sigilosamente por las esquinas para excitar los ojos de los clientes. Nada de eso, estaban buscando una buena actriz; y por eso fue que se lo ganó. Le pagaban bien y pudo sobrevivir, como ha sobrevivido y sobreviven todavía muchas actrices de teatro en el conocidísimo Broadway. ¿Qué era lo que vendía? Nada más y nada menos que las primeras camas de control remoto existentes en los Estados Unidos y quizás en el mundo entero; que no es lo mismo ni se escribe igual. Y después los dramaturgos dicen que sólo ellos son los que en el teatro se pueden adelantar a su tiempo. Que le pregunten a Doña Esther Mari. Con texto y todo. Funciones Jueves, Viernes y Sábados: “Rounds” en español en la vitrina de la tienda. La veía todo el mundo; primero en inglés; luego se retiraba, descansaba y regresaba a hacer la parte en español. Su éxito llegó a convertirla en una “modelo actriz” o “actriz modelo” de primera categoría, nada más y nada menos que para la famosa compañía de productos de belleza llamada: MAX FACTOR. ¿Y qué no audicionó ella durante todo ese tiempo en la Babel de Hierro? No vale la pena aquí enumerar las grandes Odiseas a las que se aventuró esta temeraria boricua para exigir lo suyo: trabajo, porque el tiempo no daría y tendríamos para escribir toda una enciclopedia de los avatares iniciales de nuestra queridísima y primerísima actriz puertorriqueña Doña Esther Mari.
Baste decir, como bien me lo indicara ella misma abriéndome sus grandes ojos y haciendo de su expresión facial casi un elocuento discurso: “hice de todo, pero de ¡Todo!.” Interpreten ustedes lo que quieran. Porque de verdad, fue de ¡TODO!. Yo se los aseguro, que acabo de entrevistarla. Trabaja con la compañía Casa Galicia donde representaban piezas en el idioma español. En el famosísimo “Off-Broadway” participa de las producciones de Casa de Muñecas de Enrick Ibsen, Flowers for the Death del Pataki Theatre haciendo el personaje de la madre, y la versión hablada de la famosa ópera Tosca, interpretando el mismo personaje. Estamos ya en plena década de los años cincuenta. Se siente más satisfecha para consigo misma: como madre y como actriz. Ha resuelto, (a pesar, confiesa ella, de la angustia que le producía el tener a su hijo fuera de sus brazos), su condición económica; y al mismo tiempo reconoce que ha crecido intensamente como artista: “Edgar las cosas se aprecian más cuando uno tiene que sacrificarse; lo fácil, en el teatro, no lleva a nada”. ¡Qué palabras lapidarias más veraces para todos los que profesamos este Arte! Continuó realizando los tradicionales comerciales que la llevaron al “Stardom” (al estrellato). Incursionó en la radio con la serie Lo que la vida nos niega en el año 1951. Trabajó particularmente para la W.H.O.M., famosa radioemisora en español, aparte de seguir haciendo otros trabajos para subsistir que no tenían vinculación directa ni indirecta con el teatro. Pero como bien me expresase ella, con otra de sus frases lapidarias y sabias, “… de todas formas todo tipo de trabajo engrandece al actor.” No abandonó esa faceta profesional del medio radial, que aparecía a diferentes intévalos, dándole vida a más de cientos de personajes de más de una veintena de radionovelas que se hicieron en Estados Unidos y Puerto Rico. Hoy por hoy, es una de las voces del equipo de trabajo del proyecto de la Estación del Pueblo de Puerto Rico la W.I.P.R. que ha vuelto a revivir las mismas (las famosas melodramáticas Radionovelas). En esos mismos años, para ser más preciso en el 1952, inicia su carrera en el cine con la película The man with my face.
Siente la llamada maternal. Reflexiona y llega a la conclusión que su vida no ha sido fácil, que sus vivencias aunque dolorosas la han fortalecido. Decide así regresar a su hijo, que ahora lo siente como se siente la patria; y regresa a su querido Puerto Rico. Y como bien me confiesa ella, esta fue otra importante decisión que tuvo que enfrentar con estoicismo, coraje y valentía, pues: “sentía que los dos tuvimos que crecer juntos y algo separados… por lo que ahora nada me desprendería de lo que me pertenece.” Corren los álgidos y revolucionarios años sesenta al setenta. Doña Esther Mari inicia otro peregrinar. Se siente, nos dice ella, satisfecha. Se integra al colectivo El Tajo del Alacrán que revolucionó el quehacer teatral en nuestro país a finales de los años sesenta y principios de los setenta. Un teatro de raigambre popular que se representaba en las plazas, calles y demás espacios públicos de nuestra isla, en los barrios, barriadas y caseríos más recónditos de nuestros pueblos y ciudades. Un teatro que escribió uno de los capítulos más gloriosos de nuestra historia teatral. Un teatro de fuerte contenido social y crítico. En esos años vuelve a enamorarse, se casa y le nace su querida Ángela. Doña Esther Mari está decidida a vivir por el teatro, a defenderlo, a amarlo, a luchar por él con todas sus energías, con toda su sangre, pasión y espíritu, hasta las últimas consecuencias, no empece la pobreza de sus medios, no empece las fuerzas que intentan deshumanizarnos pisoteando y empequeñeciendo el mismo. Había que dar la batalla y ella fue una de las pocas que la dio. Con el Tajo del Alacrán es que surge su Compañía llamada en un inicio Teatro Coabey1972 (hoy Teatro del Ángel). Ella era la que pedía “el dinerito”: lo máximo conseguido fueron unos $800.00, y cómo lo celebraron. Pero eran los momentos de las grandes decisiones y las fuertes ilusiones sociales. Se vivía con mucho dolor pero se vivía feliz, esperanzado, porque se vivía en lucha. Nada nutre más el espíritu de un pueblo que su lucha contra la adversidad. Para ella, la lucha y la esperanza de triunfo, eran parte de su vida. ¿Qué la impulsaba? ¿Qué la sostenía? Según ella misma: “el amor patrio, Vieques, Nueva York, el ir y venir por mi hijo, por mi familia; … siempre queda la constante: P.R. … P.R. … P.R..; todo ello, como que me iba afirmando … me iba sosteniendo.”
En el Ateneo Puertorriqueño representó el teatro de protesta y de vanguardia que en esos años se hacía. El teatro de afirmación nacional, el teatro de contenido social. Recordemos el espectáculo La nueva vida, satirizando aquella particular situación política por la que atravesaba Puerto Rico. Funciones a lleno total, convirtiendo, este escenario, en la verdadera opción del quehacer teatral, en aquel entonces. Memorable también fue su interpretación de la castrante mujer en la pieza La Trampa de Myrna Casas dirigida por el desaparecido dramaturgo Luis Torres Nadal, junto a las figuras, hoy famosas, de Gladys Rodíguez, Pedro Juan Figueroa y José Luis (Chavito) Marrero. También rememoramos, sobre este salón, El proceso de Jesús de Diego Fabri, y El Huesped de Pedro Juan Soto, junto a Velda González y Myrna Vázquez, y no voy, porque me lo pediste, a narrar la interesante anécdota que todavía guardas grabada en tu mente. Así otras muchas que dieron honra y gloria a esta institución que la cobijó. Recorre los centros más inóspitos pero a su vez más enriquecedores con trabajos como Responso por un bolitero de la quince de Lydia Milagros González, representada también en esta institución, y particularmente Una cajita de plomo que no se podía abrir de José Luis González, cuento monologisado donde una madre trabajadora se rebela contra las injusticias de un sistema que ha condenado a su hijo a servir como “carne de cañón en guerras abusivas” al momento de traerlo muerto dentro de “una cajita de plomo que no se puede abrir.” Los que pudimos ver aquellos trabajos, éste sobre todo, y participar paralelamente con otros grupos de teatro popular, sabemos de la fuerza dramática que Doña Esther Mari le impartía a esa madre. Cómo las audiencias de pueblo se silenciaban ante su dolor, ante su portentosa voz que imponía el sentimiento. Nada, una verdadera primerísima actriz, con una voz privilegiada; tan fortalecida como las grandes intérpretes de aquellas tragedias griegas que en el siglo IV A. C., al aire libre y ante una multitud de decenas de miles, causaban el asombro, el aplauso desenfrenado y el gran alivio catártico que procuraban las grandes tragedias. Así recuerdo a Doña Esther Mari en esos trabajos de la calle. ¡Qué orgullo para Puerto Rico, cuando en el extinto teatro Cooparte de Barrio Obrero, celebrándose aquel famoso Primer
Festival de Teatro Latinoamericano, donde nos visitaron los mejores grupos de teatro de toda América Latina (México, Venezuela, Argentina, Colombia, entre otros), Puerto Rico escenificó los textos del Tajo del Alacrán y vimos a aquella primerísima actriz imponerse con su estruendosa voz, con su infinita energía contagiosa, y con sus vibrantes y electrizantes intervenciones! ¡Cómo nos sentimos emocionados al verla, y decir esa es una de nuestras mejores actrices de teatro! Durante un momento de nuestra conversación siento que se desvanece su mirada, vuela hacia no sé qué pensamiento, qué imagen, qué idea tan absorta, y me dice con mucha nostalgia, “aquello se terminó … como todo en P.R. … fue historia … el final no lo veremos nunca.” Sus vivencias como mujer y como madre, me vuelve a confesar ella, le han servido, no sólo para interpretar estos personajes populares, con quienes se identificaba mucho, sino para llegar a momentos memorables como fue la reciedumbre que tuvo que imponerle a su caracterización de Doña Gabriela en La Carreta de René Marqués; representada en Inglés y en Español por el P.R. Travelling Theatre de Myriam Colón, nuevamente en la ciudad de Nueva York, donde volvió años después en 1992. “Cuando tenía que describir a mi hijo”, me decía, y cito, “lo decía con el alma, fluían mis lágrimas y la emoción me poseía, porque me transportaba aquel dolor de mi propia vida cuando sufrí por mi hijo.” La pieza fue luego representada con un éxito sin precedentes en la ciudad de Miami; y en todas ellas el público se desbordaba en aplausos para la primerísima actriz. La última noche de Monarquía, obra de Abelardo Ceide, le vale el Premio de La Mejor Actriz de Reparto para 1987 otorgado por el Círculo de Críticos de Teatro de Puerto Rico (años más adelante, en el 1993, si mal no recuerdo, dicho círculo le otorga su más preciado reconocimienmto al dedicarle sus actos de premiación). Medea , la gran tragedia clásica de Eurípides, también le valió otro importante galardón: El Premio Alejandro Tapia y Rivera que otorgaba el Instituto de Cultura Puertorriqueña y su Oficina de Fomento Teatral. Se suceden otras memorables e inolvidables actuaciones, que hicieron historia por la unicidad de excelentísimos comentarios de toda la critica: De repente el verano pasado
(Suddenly last summer) de Tennessee Williams, La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, Amordio de José (Papo) Márquez, y Vive como quieras, entre otros; todos ellos, trabajos que continuaban consagrándola, durante los años ochenta al noventa, como nuestra primerísima actriz de teatro. Estrena La Celestina de Fernando Rojas, en versión de Rafael Acevedo, en el Teatro Nacional de Costa Rica, la que luego se representa en Puerto Rico a través de la Universidad Intearmericana. De ese estreno guarda un hermoso recuerdo cuando el propio Presidente de la República, junto a su esposa, la nombra embajadora cultural entre nosotros y la Nación Centroamericana, pidiéndole hiciera los arreglos necesarios para un continuo intercambio cultural entre ambas naciones. Esfuerzos que desgraciadamente cayeron en oídos sordos, por no decir “necios”, en este país, y que muy bien puede dar testimonio de ello la conocida periodista Eneid Routé, quien la entrevistara al respecto, en aquel entonces. Con el reflejo de una leve frustración en su tono de voz, me dice: “es que como bien dice Myrna Casas ESTE PAÍS NO EXISTE.” Entonces recuerda cientos de experiencias e interesantes anécdotas de sus viajes por Venezuela, Nicaragua, Costa Rica y aún los Estados Unidos que compartió con la Compañía Producciones Cisnes, bajo la dirección de Myrna Casas y Josie Pérez: El Gran Circo Eucraniano, donde la Lady fue adorada por la crítica, lo mismo con la Sister Miriam de Agnes of God de John Pelmeir, Anillos para una Dama de Antonio Gala, Mariana o el alba de René Marqués, Mariana Pineda de Federico García Lorca, Matrimonio a la italiana, Filomena Marturano, y La primavera de la Srta Brodie, entre otras. En un lugar como el Kenedy Center, habla ella nuevamente: “haber representado a mi país, y donde la prensa se colmó en elogios, son momentos inolvidables que lamentablemente aquí se echan al olvido. Yo he vivido la vida al máximo con todas mis alas.” Estudió en el departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, y previamente con la afamada veterana profesora de actuación Stella Adlers en Estados Unidos. Menciona el espíritu tenaz para los estudios que todo actor debe poseer. Trabajo, estudio, disciplina y
esfuerzo son las cosas, que según ella, ha de mantener todo actor en su cabeza. En sus propias palabras: “tiene que fajarse, fajarse siempre. Lo fácil surge gratuito.” En esos años universitarios reconoce cómo se “fajó” para salir airosa, sobre todo cuando le daban esos textos en español clásico y ella, lo confiesa, era mejor en Inglés. Tuvo que esforzarse doblemente de lo que se esforzaban sus compañeros de aula, pero “echó para adelante.” Y hoy está más que orgullosa, feliz y satisfecha. Recuerda sus amigas y grandes maestras: Myrna Vázquez, Madelline Willemsen, Lucy Boscana, Josie Pérez y María Judith Franco. Las palabras de una de ellas, la segunda, todavía las tiene grabadas en su memoria: “… esa voz de vida que tú tienes; tienes que vivirla.” La muerte de Josie la aflije mucho, acostumbrada a su texitura de voz, confiesa que le costó trabajo, engranar nuevamente con las previas producciones. “Las amigas son las amigas aunque las actrices sean las actrices.” Y qué pena profunda te produjo la partida tan pronto, tan joven, como tú misma me lo indicaste, de la excelente actriz y compañera luchadora que fuese la patriota Myrna Vázquez. Nuevas vertientes, nuevos actores y actrices, nuevos dramaturgos y directores aparecen en su vida. Reconoce su consagración con La casa de Bernarda Alba de Lorca. Pues interpretó casi todos los personajes, con actrices y directores totalmente diferentes. Fue pasando de la Criada hasta la Protagonista. Sin embargo, el personaje que más disfrutó y recuerda con mucho cariño fue La Poncia. Probablemente, me atrevería a asegurar, porque has amado mucho, como aman todas las madres nuestras, incluso a aquellos que no te comprendieron. Yo sin embargo prefiero tu estremecedora Bernarda con aquel tu grito retumbando las paredes del teatro de: “Mi hija ha muerto Virgen. Silencio.” “¿Quién te vio y no te recuerda?”, como diría Lorca, pues quién presenció y te disfrutó en aquel montaje, que tú muy bien sé que recuerdas porque fue un parto adolorido, te reconoce, y repito, como la primerísima actriz de teatro de Puerto Rico. Sé que muchas cosas se escapan ahora del tintero, muchos trabajos exquisitos en tu interpretación que hubiese querido aquí mencionar, pero el tiempo apremia y debo concluir lo
antes posible. Vidas secas de Joset Exposito, Romeo y Julieta de William Shakespeare, ¡ah! no se nos puede olvidar tu imponente Inés en Los Soles Truncos de René Marqués, El país del dragón de Tennessee Williams, y sé que todavía se me quedan más. Tu labor en el cine también puede considerarse fructífera. Señalemos sólo, que después de The Man with my face, le siguieron las siguientes: Cristobalito’s horse of the conquistador para la “Walt Disney”, El Curandero del pueblo, The Gardener y La Gran Fiesta para “Zaga Films”, The Show of force para la “Paramount Pictures”, American Most Wanted para la “20th. Century Fox”, y la inolvidable La Güagüa Aerea, producción netamente puertorriqueña, basada en el cuento del mismo nombre del renombrado escritor Luis Rafael Sánchez para “Molina Productions of Puerto Rico.” Varias “SOUP OPERAS” para la “Upon Twenty of Puerto Rico” continúan tu trayectoria en el celuloide. Cientos de telenovelas, teleteatros, programas unitarios, miniseries, comerciales, así como programas de comedias para la televisión, han enriquecido tu trayectoria artística y en alguna forma han contribuído a tu formación profesional. Y los reconocimientos siguen apareciendo en tus recuerdos: homenajeada en Miami ante el éxito de tu trabajo con La Carreta, nominada como Mejor Actriz, incluyendo también tu participación en la Película de Walt Disney; lo mismo en Nueva York, la apoteosis por La Gran Fiesta y sobre todo por La Güagüa Aerea. Tus últimos trabajos, Callando amores de Roberto Ramos Perea en teatro y cine, recitales conmemorativos: el de Julia de Burgos, para ti, inolvidable, La patria en verso, aquí en este edificio, frente a esas escalinatas llenas de historia, El Grito en el Tiempo de Piri Fernández, que recorrió por los pueblos de la isla concientizando a la juventud de nuestra patria en contra de la guerra y el servicio militar obligatoria, a favor siempre de la paz, como ahora con Vieques. De esa aciaga experiencia yo sí tengo una anécdota, para mí muy reveladora que quiero aprovechar esta oportiunidad para compartirla y refrescarte la memoria, aunque sé la recordarás inmediatamente.
Representábamos ese Teatro Épico sobre nuestra gesta libertaria lareña, no puedo precisar ahora si en una plaza pública o dónde, pero sí que era al aire libre. En uno de los momentos más conmovedores de la historia, en una de las escenas más climáticas (tú representando una de aquellas mujeres que pusieron a temblar el colonialismo español en Puerto Rico en aquel 1868, Ana Méndez, me parece era tu personaje) los micrófonos se dañaron en el preciso momento en que tú le ibas a contestar, te le enfrentabas, al odioso y opresivo general español, interpretado por Alfredo Bassat, que te exigía la entrega de tu hijo, uno de los revolucionarios de Lares. En esos segundos de frío inesperado todos nos miramos. Estaba Piri Fernández, Angelina Morfi, Gloria Arjona, este servidor, Marcos Betancourt, cantantes y músicos; y vimos cómo tu cuerpo dio un paso al lado para alejarse del micrófono, llevaste tu libreto al nivel de tu cintura extendiéndolo hacia el frente, inchaste tu pecho de aire, subiste el rostro, y lanzaste aquella línea que se nos grabó para siempre en nuestras mentes, como un explosión repentina : “Yo te contesto oficial Español, en nombre del amor patrio y bajo pena de muerte, mi hijo se haya en el monte haciendo la revolución, no lo busques bajo las faldas de la mujeres.” Aquello parecía un milagro. La multitud vitoreó agradecida aquel rotundo y contundente “¡BRAVO!”. ¿Te acuerdas?, porque tu sola voz pudo mantener con la fuerza que siempre la ha caracterizado, la energía en crescendo que iba destilando toda la escena. Entró la música y los redobles, y cuando siguió el diálogo, los “altoparlantes” se habían arreglado, salvando de esa forma el dramatismo, la emoción que se vivía en esos momentos. Después de esa maravillosa experiencia, yo siempre he dicho que esa es una actriz de temple, una primerísima actriz de teatro, de la cual todos los teatristas puertorriqueños debemos sentirnos orgullosos. Hoy te queremos, humildemente, honrar en esta Docta Casa porque tú nos honraste antes con tu presencia. En este XXV Festival de Teatro, y los que le han precedido en estos últimos cinco años, sentimos tus esperanzas, sentimos tus ilusiones y sentimos tus enseñanzas. Te sentimos nuestra y ha sido tu ejemplo como actriz, uno de los estímulos que también nos
mantiene vivos, echando hacia delante, esperanzados, como las voces de los antiguos profetas, porque tú sí has vivido lo que has predicado, porque no has claudicado ni un ápice de tu existencia en lucha siempre, en ese tu doloroso pregrinar artístico, porque tú seguirás siendo nuestra luz orientadora. Queridísima y primerísima actriz puertorriqueña Doña Esther Mari esta es su casa. Sea usted siempre Bienvenida. Muchas Gracias.
Por Dr. Edgar Quiles Ferrer Presidente de la Sección de Teatro y Director del Teatro Experimental del Ateneo Puertorriqueño
Hoy viernes 22 de febrero de 2002 a las 7:00 P.M.
Satisfecha en su humildad Esther Mari - Primerahora.com
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Guaynabo, Puerto Rico, miércoles, 22 de julio de 2009 Última Actualización, 9:18:24 AM Blogs
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Satisfecha en su humildad Esther Mari
>Marc Anthony se deja sentir en el deporte
miércoles, 22 de julio de 2009 Héctor Aponte Alequín / Primera Hora
Todavía la gente sigue hablando de la presentación de Marc Anthony en los Premios Juventud junto co...
El “estilo grandilocuente” de algunas actrices y actores de su generación está ausente en ella. Esther Mari habla más de su trabajo que de sí, y evita criticar o sermonear a los jóvenes, con quienes aprendió a “adaptarse a la naturalidad de hoy”. Precisamente por escapar a la trampa de adoptar un “estilo” interpretativo se le reconoce como una de las actrices más versátiles de Puerto Rico, capaz de moverse con soltura de la comedia al drama, del teatro a la televisión y al cine, admite la viequense con 78 años de edad y 65 de experiencia en este arte. Su situación actual, asimismo, ejemplifica una manera de ver la vida que la distingue del resto, y alerta sobre la necesidad de nuevos estilos en la creación de trabajo para los actores. La intérprete viequense asegura que su experiencia en compañías de teatro de la comunidad demuestra que hoy se pueden crear alternativas “para que todo el mundo tenga trabajo”. (Primera Hora / Ana María Abruña Reyes)
A pesar de la artritis reumatoide, de la diabetes, de los dos dedos de los pies amputados por problemas de circulación sanguínea y del infarto que sufrió recientemente, la recordada abuela “doña Provi” de la serie Maripili, del desaparecido canal SuperSiete, sigue siendo muy cómica, coqueta, bailarina y parlanchina.
De “futbolista” Marc
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“He trabajado durito. Lo que ellos (los directores) querían, yo lo hacía sin vagancia. Y mira que pedían... ¡Uy, y esos españoles ni se diga!”, recuerda sobre los grupos estadounidenses y españoles con que laboró en Nueva York. “Si yo era bonita, pues mira, las cosas no son gratis, y yo me ponía al frente de los muebles sin ningún complejo de diva. Eso de que no hay papel pequeño yo lo cojo en serio”, indica con dificultad, como si su cerebro procesara los recuerdos más rápido que el lenguaje, mientras ríe a carcajadas y da pasitos. Es que tenía que pagar las clases que tomó con la reconocida actriz Stella Adler, maestra de estrellas como Marlon Brando y Martin Sheen. “Era tremenda. Aprendí los estilos. Por eso respeto lo que hacen los jóvenes”, explica mirando las vendas en sus pies. La interrumpe su hija, la también actriz Ángela Mari, con quien vive en Cupey desde “hace dos años, cuando empezaron los achaques”. Justo antes, Esther trabajó en las películas Ángel (2007), del cineasta boricua Jacobo Morales, y El color de la guayaba, de Luis Caballero, una producción para WIPR que aún no se ha publicado. “Esther se refiere a que ella ha sabido salirse de esa cosa grande que tienen algunos actores de su generación, que no es mala, pero que distancia”, acota Ángela Mari. Solidarios Ángela cuenta que en esos filmes comprobó la solidaridad de sus colegas, quienes hacían escenas varias veces para que Esther lograra su parte, pues su edad le afecta la memoria. Ángela cuida de su progenitora todos los días, sin contar con asistencia. Debido a la crisis económica, las agencias del Gobierno a las que ha solicitado ayuda aún no le responden. “A punto de irme a una función de Bienvenido Don Goyito, mami se me cae y se raja la cabeza. ¿Qué yo iba a hacer? Afortunadamente, el padre de mi hijo (Hugo Sebastián, 9), Roberto Ramos-Perea, me ayudó”, relata. Esther, sin embargo, agrega orgullosa que disfruta de ratos largos jugando Wii con su nieto. “Y le gano muchas veces”, asegura. “Mi mamá trabajó muchos años como operadora telefónica de un hotel, y por eso, tiene seguro social, pero la mayoría de sus compañeros, no. Tenemos que pensar en la autogestión como actores, no depender tanto del Gobierno, proponer cooperativas, buscar legislación que nos asegure el futuro, como está haciendo el Colegio de Actores”, establece Ángela alertando de que no todos los actores llegan a la edad de su madre
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7/22/09 9:23 PM
Satisfecha en su humildad Esther Mari - Primerahora.com
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con una actitud tan positiva frente a la vida. “Hay actrices que llegan a viejas y están vacías porque lo espiritual no lo pusieron fuerte. Yo siempre he estado contenta y voy a morir feliz. Mira este cutis, lo bello que está. Cuando llega el momento de morir y uno tiene tantas cosas para contar y tantas cosas que se hizo, lo que queda para decirle a Jesucristo, a Dios, es que me lleve en sus manos, y gracias”, dice Esther encogiendo sus manos y llevándolas al pecho.
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¿Reflejo de que el fin del mundo está más cerca? El ataque inclemente que ha perpetrado la temida gripe porcina a nivel mundial tiene a muchos temblando y no es pa... Extorsionado Pablo Montero Una bailarina exótica confesó en la mañana de ayer en el programa El Despelote de la emisora Reggaetón 94 que fue quien ... Ahora sí que se formó el despelote Todas las mañanas, de lunes a viernes, hacen reír a sus oyentes con sus ocurrencias a través de las ondas radiales de Re...
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Wao!!! Hace tiempo que no se leia una entrevista tan buena por aqui. Esta señora es gente de verdad!!! renatavera 22 Julio 2009 Wao!!! Hace tiempo que no se leia una entrevista tan buena por aqui. Esta señora es gente de verdad!!! renatavera 22 Julio 2009 Como Nuestros artitas ufren.. y mucha culpa por NOSOTROS mismos...A Quien Queremos apoyar.. Mexicanos, Peruanos ahora Nuevo Canal MEGACUBA.. Empezando con los VENAOS de GANSTER Y FUNKY El anti-cristo... Nunca gasto su fortuna para el tratamiento.. por si moria dejaba a su familia segura, y si le pidio al pueblo.. se lo deveria llevar el... Rodram 22 Julio 2009 WAOOO TREMENDA MIS RESPETOS,POR LA SABIDURIA Y VERDADERO EJEMPLO DE VIDA... dj candy boy 22 Julio 2009
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7/22/09 9:23 PM
Gala en Solidaridad dedicada a
ESTHER MARI “La Menopausia y Otros Demonios” Nuestra querida ESTHER MARI, admirada actriz de inigualable talento histriónico, se encuentra quebrantada de salud, semi postrada y con necesidades especiales entre ellas, cuidado continuo. Esther se destacó como actriz en el teatro, el cine, la radio y televisión, así como con una extensa carrera como productora de teatro. En cada una de sus interpretaciones le regaló a Puerto Rico su talento, distinguiéndola como una mujer de extraordinaria sensibilidad e inquebrantable compromiso con las artes y la cultura de nuestro país. Con una larga carrera de éxitos a su haber, hoy, Esther necesita de sus compañeros y su pueblo. Es por eso que el Colegio de Actores de Puerto Rico, la Dra. Myrna Casas, Gerente General del Centro de Bellas Artes, y el productor Edwin Ocasio de Producciones Contraparte le dedican “La Gala de Solidaridad” con la presentación de “La Menopausia y Otros Demonios” con los actores René Monclova, Noelia Crespo, Marian Pabón, Tita Guerrero y Lily García, que se llevará a cabo el jueves 23 de Julio a las 8:30 pm en el Centro de Bellas Artes de Santurce, con precios populares de $20.00 por persona. Esther goza de un magnífico sentido del humor y que mejor que a través de la risa con “La Menopausia y Otros Demonios” para despejarnos y pasar un buen rato, con las locuras que ocurren cuando este grupo de mujeres visitan su ginecólogo. René, Marian, Noelia, Tita y Lily les esperan para divertirse y a la misma vez solidarizarse con nuestra bien querida Esther Mari. Para información y boletos, Centro de Bellas Artes de Santurce, 787-620-4444 Suzette Bacó (787) 613-9080 Oficina (787) 784-3632 nuevaalternativa@gmail.com Angela Mari: 787-444-7747 Ménades Inc. Menades8@gmail.com ESTHER MARI. Actriz. Desde la década del cincuenta, Esther Mari se ha destacado como una de las más importantes actrices puertorriqueñas. Nacida en Viques, Puerto Rico y criada en San
Juan, su generación la conocío desde su primeros trabajos en el cine, la radio, y el teatro y de entonces ha sido reconocida como dama de nuestros escenarios, tanto por las críticas recibidas como la inmediata aceptación del público. Esther Mari tiene una concentración en drama de la Universidad de Puerto Rico y amplios estudios de actuación con la veterana profesora de actores Stella Adlers, en Nueva York. Su trabajo en el teatro incluye más de cuarenta obras en las que realizó papeles protagónicos y segundas figuras. Entre ellos, los más notables han sido La Celestina, donde encarnó el estelar bajo la dirección de Rafael Acevedo; La Carreta de René Marqués en el Puerto Rico Traveling Theatre de Nueva York, donde protagonizó en español y en inglés este clásico del teatro puertorriqueño. El premio Alejandro Tapia le fue otorgado por su trabajo en Medea, y el Círculo de Críticos de Teatro de Puerto Rico le ortogó dos máximos galardones en 1987 y en 1993. Otras de sus memorables actuaciones lo fueron en las piezas, Vive como quieras, La Casa de Bernarda Alba, El Circo Eucraniano, Agnus Dei, Anillos para una dama, La Casa de Muñecas, Ultima noche de Monarquía, Callando Amores, entre muchas otras producciones que han viajado por el mundo e incluso estrenado en prestigiosos teatros de Nueva York. Su labor en cine no es menos intensa. Desde 1952 comienza su carrera fílmica con la película The man with my face, y continúa con éxito en otras como Machuchal el Yerbero, Cristobalito’s Horse of the Conquistador, The Gardener, Show of force, La gran fiesta y la aclamada La guagua aérea, entre otras. Su trabajo en televisión se ha extendido desde los estudios locales a los norteamericanos. En Puerto Rico ha participado en más de 25 telenovelas y número igual de teleteatros y programas unitarios, así como varios programas de comedia. Su trabajo en comerciales es una experiencia enriquecedora en su productiva carrera. Su experiencia en la radio comienza con la serie Lo que la vida nos niega en 1951 y desde entonces son muchas las radionovelas en las que su voz ha dado vida a numerosos personajes. Esther Mari fue una de las voces del equipo de trabajo del proyecto de Radio novelas de la WIPR. Como productora de Teatro funda en 1972 la compañía de Teatro Cuabey, cuyo nombré cambió después a Teatro del Angel y tiene como prioridad la producción de las nuevas obras de la dramaturgia puertorriqueña.
ATENEO PUERTORRIQUEÑO ARCHIVO NACIONAL DE TEATRO Y CINE 28 de noviembre de 2010 COMUNICADO DE PRENSA
FALLECE LA PRIMERA ACTRIZ ESTHER MARI Es con gran pesar que notificamos el fallecimiento de la primera Actriz, Esther Mari. Mari, de 80 años, falleció durante el sueño en la madrugada de hoy, de complicaciones cardiorespiratorias. Desde hace un año la destacada actriz del cine y del teatro nacional, venía padeciendo de complicaciones relacionadas a la circulación de su sangre y estaba bajo el cuidado de sus hijos, la también actriz Angela Mari, Humberto Pimentel y Norma Luzunaris. Mari residía en el Hogar Golden Age Care, en Haro Rey, donde recibía la atenciones propias de su condición y era visitada por sus amigos de la clase artística. Esther Mari nació en Vieques, Puerto Rico, el 14 de noviembre de 1930. Comenzó sus estudios actorales en la Universidad de Puerto Rico y luego los continuó en Nueva York, bajo la tutela de la destacada actriz Estella Adler. En la comunidad puertorriqueña en Nueva York se destacó su participación en novelas radiales y teatro latino. A su regreso a Puerto Rico se unió activamente a los repartos de las obras de teatro auspiciadas por el Instituto de Cultura y el Ateneo Puertorriqueño. Esther Mari participó como actriz en más de 300 trabajos teatrales en Puerto Rico, en un centenar de proyectos televisivos y en más de 20 películas. De su labor en el cine puertorriqueño destaca su actuación en Callando Amores, Sudor Amargo, La guagua aérea y varias de las películas de Jacobo Morales. Con gran compromiso Esther Mari se unió a varios grupos
políticos y culturales que reclaman la Independencia para Puerto Rico y la lucha por sacar a la Marina de Vieques y se pronunció a favor de ella en innumerables foros públicos. En la década de los ochenta funda la compañía teatral Coabey, que luego nombrará Teatro El Angel. Esta compañía será la responsable de muchos estrenos de la dramaturgia puertorriqueña de gran éxito en la década de los ochenta y noventa, entre ellos Amordio de José “Papo” Márquez, y Avatar de Roberto Ramos-Perea, entre otras. Estrecha y sólida fue la colaboración de Esther Mari con las compañías teatrales y cinematográficas de más alto renombre de Puerto Rico, como Producciones Cisne, Teatro de la Comedia, Teatro El Cemí, así como su estrecha amistad con Myrna Casas, Marcos Betancourt, Rafael Acevedo, Jacobo Morales y Alba Nyda Díaz, entre muchos otros artistas. Su más reciente reconocimiento le fue otorgado por el Ateneo Puertorriqueño al serle dedicado el XXI Festival de Teatro, en una ceremonia que contó con la nutrida participación de la clase teatral. De recia voz y portentoso temple, Mari encarnó siempre personajes de gran peso dramático, de gran presencia escénica y de enorme sensibilidad, como lo fue su celebrada participación como Doña Gabriela de La Carreta, Inés de Los soles truncos, Victoria de Callando Amores, Agnus Dei, La Celestina y La casa de Bernarda Alba. Al comenzar sus padecimientos, Mari se retiró paulatinamente de la escena, siendo su último trabajo cinematográfico una breve participación en la película El Angel del Maestro Jacobo Morales y El color de la guayaba de Luis Caballero. En el mismo día de su fallecimiento, la compañía Teatro de la Comedia había planificado una función de homenaje de la producción Esperando a Godot, en el Teatro Matienzo, hoy a las
4:00 de la tarde, que iría a su beneficio. Tras los ritos de cremación, su familia y los artistas allegados, planifican una ceremonia de celebración de su vida que se anunciará próximamente.
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