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COVID-19 y el respaldo de las instituciones
La política útil que necesita y realmente quiere el ciudadano
Y todo cambió. Nadie esperábamos que la famosa “situación” fuera a prolongarse durante tanto tiempo. Cuando escuchábamos en los noticiarios, allá por finales de febrero de 2020, lo que nos contaban sobre China, acerca del norte de Italia… No dábamos crédito. Pero, tampoco hubo una reacción desmedida. Seguimos haciendo caso de lo que escribió hace cinco siglos la universal y mística abulense Teresa de Cepeda y Ahumada, aquello de “nada te turbe, nada te espante, todo se pasa…”
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COVID-19. Según la Orga-
nización Mundial de la Salud
(OMS), un acrónico que une las palabras “corona”, “virus” y de “disease”, que significa enfermedad en inglés, al que se sumaba un guión y un 19, porque todo surgió a finales de 2019. Un término, en fin, que, una vez explicado, todos tenemos claro que ha marcado nuestras vidas por un tiempo y probablemente las marque también durante muchos años más.
Llegó el parón absoluto. Entre los días 14 de marzo y el 19 de junio de 2020, la mayoría de los españoles se quedó en su casa. Con la excepción de los servicios esen-
ciales, entre los que se encontró
Iberaval, que procuró no cerrar en ningún momento las puertas de sus 15 sedes.
Al pie del cañón, junto a las pymes
2020, por tanto, tenía visos de ser un año con ciertos problemas económicos, pero la pandemia lo cambió todo, con un retroceso
en el PIB sin parangón conoci-
do para casi todos los que estamos vivos, y con efectos concretos y todavía por cuantificar de una forma más o menos definitiva. La factura de una crisis inesperada.
Y ahí surge Iberaval. Nuestra función principal pasaba por dar respuesta a las pymes, autónomos y emprendedores, una misión que ya cumplimos en la anterior crisis, la que recorrió los años finales de la primera década y los primeros del segundo decenio del siglo XXI. Por este motivo, como explica el presidente de Iberaval, César Pontvianne, «desde el minuto uno estuvimos al lado de las empresas». De hecho, ya en los primeros días de marzo, incluso antes de que se hubiera declarado el estado de Alarma en España, la cúpula de Iberaval determinó poner en marcha una serie de préstamos preconcedidos, dirigidos a los socios con sus obligaciones al día.
Y las administraciones entran en escena
De manera que, tras esa primera embestida del virus, la sociedad de garantía dio respuesta a sus socios. Sin embargo, hacía falta acometer más acciones, preparar más diques de contención. Y, así, a finales de marzo y en los primeros días de abril (incluida la Semana Santa) desde Iberaval trabajaban diferentes departamentos en colaboración con la Junta de Castilla y León para poner en marcha líneas de financiación complementarias a las tradicionales y exitosas de ICE Financia.
Esa colaboración se fue ampliando conforme se iba comprobando que la pandemia no iba a concluir hasta que no hubiera una solución científica, como la vacuna, y, a la conclusión del año, la Junta de Castilla y León había aportado a Iberaval un total de 28,8 millones de euros con un destino finalista que es la bonificación de los préstamos de las pymes, así como otros 4 millones de euros aportados para potenciar la solvencia de la SGR. Un total de 32,8 millones de euros.
Además, a finales de noviembre, el presidente de la Junta de
Castilla y León, Alfonso Fernán-
dez Mañueco, recibió al presiden-
te de Iberaval, César Pontvian-
ne, en un gesto que demostraba la buena sintonía entre ambas instituciones -en la actualidad la administración autonómica representa el 15
por ciento del accionariado de la
sociedad de garantía-, así como el compromiso en favor de las pymes de la Comunidad, en particular las más azotadas por la situación, como las de hostelería y turismo.
A fecha de 15 de febrero de 2021 la partida gruesa se ha consumido al 41 por ciento, una cifra elevada, teniendo en cuenta que todas las líneas tienen aplicación a lo largo de este año, e incluso algunas (medidas preventivas y alojamientos turísticos) hasta finales de 2022.
A esa fecha, las líneas bonificadas han permitido respaldar en Castilla y León 2.296 operaciones, por un importe global superior a los 203 millones de euros.
Las cifras son elevadas, importantes, como complejo es el reto a afrontar: dar aire a una economía tocada y salvar en lo posible
a miles de empresas -y con ellas los empleos que tienen asocia-
dos-. Por ello, es importante subrayar que los recursos no los
absorbe Iberaval, sino que los canaliza de forma finalista hacia las pymes, los autónomos y los emprendedores con necesidad de respaldo financiero.
Con respecto a La Rioja, el
Gobierno que preside Concha
Andreu, a través de la Agencia de
Desarrollo Económico (ADER)
aportó 1,5 millones de euros para financiar una línea dirigida a sostener a empresas afectadas por la crisis del coronavirus.
De igual manera, el Ejecutivo autonómico apoyó una línea dirigida a bodegas y recogida de la uva, en una región en la que el sector vinícola tiene un peso muy relevante. En ese apartado, se facilitaron 6,2 millones de euros en 2020.
De igual forma, en colaboración con la Comunidad de Madrid, Iberaval financió 340 operaciones con una inversión superior a los 12 millones de euros, para las que la administración autonómica aportó 775.000 euros, en concepto de bonificación de costes de los avales.
A lo largo del pasado año también se concretó la incorporación del Ayuntamiento de Madrid a la nómina de socios protectores de Iberaval a partir de un intenso trabajo junto al Área
de Economía, Innovación y
Empleo, con el que se sellará un acuerdo para facilitar una línea de avales que prevé aportar ayudas por 13,3 millones de euros. A través del mismo, se confía en facilitar recursos por hasta 130 mi-
llones de euros a cientos de em-
presas de la capital de España.
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El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco y el presidente de Iberaval, César Pontvianne