2 minute read

ICEJ AYUDA A JÓVENES ISRAELÍES EN RIESGO A DESARROLLAR NUEVAS HABILIDADES

Como parte de nuestro ministerio de bendición y consuelo para Israel, la Embajada Cristiana en Jerusalén está encantada de ver a los niños desfavorecidos florecer en un ambiente de amor y apoyo, que fomenta su crecimiento y desarrollo.

Durante Janucá, Nicole Yoder, vicepresidenta de ICEJ AYUDA y Aliyá, visitó una aldea juvenil israelí que alberga a 141 jóvenes entre 6 y 18 años que han sido retirados de sus hogares por su propio bienestar. Aunque la mayoría de los jóvenes pueden pasar tiempo en casa con sus familias de vez en cuando, no es seguro que algunos de ellos visiten sus casas.

Mientras, un pequeño grupo de niños participa en los programas de aldeas juveniles, pero aún viven en casa. La esperanza es que con apoyo, estos niños no tengan que ser separados de sus familias.

La aldea juvenil emprendió un proyecto educativo y terapéutico: Abrir una panadería operada por los niños. Un instructor familiarizado con el trabajo con niños en riesgo les enseña habilidades para la vida además de aprender a hornear y cocinar. Esta iniciativa ha despegado como pan caliente, y es inmensamente popular entre los jóvenes.

Ansiosos por comenzar, pero con pocos recursos para comprar equipo esencial, se designó una sala para la nueva panadería. Con algunos obsequios como batidoras usadas, un horno de segunda mano y un pequeño refrigerador, el proyecto comenzó con gran entusiasmo. Sin embargo, para convertir este sueño en realidad, aún necesitan más equipos para poner el proyecto en marcha.

“ICEJ está muy emocionada de apoyar esta iniciativa, ya que en los próximos años estos niños en riesgo desarrollarán habilidades y aprenderán a desarrollar planes comerciales y de marketing que impulsarán esta iniciativa para que se convierta en un negocio real en la comunidad”, dijo Nicole.

En Janucá abundan las golosinas horneadas en Israel, y había mucho entusiasmo por salir de la escuela unas horas antes para usar sus nuevas habilidades para hornear para la fiesta de Janucá de la aldea. ¡Nicole estuvo allí y vió a los alegres jóvenes trabajar enérgicamente horneando 170 deliciosas sufganiyot (donas)! Más tarde, durante la fiesta, los jóvenes panaderos agregaron coberturas coloridas para dar a las papilas gustativas de cada invitado una delicia única y llena de sabor.

Toda la aldea estaba alborotada preparándose para la fiesta de Janucá. Se podía escuchar a un joven, que lucha con la tartamudez, practicando una hermosa canción para la fiesta. De alguna manera, cuando canta, el tartamudeo se desvanece y puede cantar con claridad.

Luego, los invitados comenzaron a llegar a la puerta. Shlomi*, un niño de 11 años estaba lleno de expectativa por la fiesta, y más al ver llegar a sus padres. Llamó a la directora: “¡Maya, mira! ¡Mi mamá y mi papá están aquí!”

“Parecía un manojo reprimido de emociones y energía, todo nervioso y tan dulcemente tímido al mismo tiempo, como si no supiera exactamente qué hacer consigo mismo”, dijo Nicole. “Me conmovió mucho saber que los padres recibieron un taxi especial, pagado por la aldea, para poder llegar a la fiesta. Era su primera visita allí, aunque su hijo ya vive en el pueblo desde hace 4 años. No es de extrañar que estuviera tan emocionado”.

La directora rápidamente le sugirió elegir un regalo para su madre de una mesa cercana. “Deberían haberlo visto salir disparado para conseguir ese regalo para su madre. Qué día tan especial para él y para tantos otros niños que dieron la bienvenida a sus padres a la aldea en Janucá”, compartió Nicole.

Un cálido agradecimiento a los amigos canadienses de ICEJ que dieron la primera donación para comprar un horno industrial para poner en marcha este proyecto.

*Nombre cambiado para proteger la privacidad.

Considere también donar al fondo “Un futuro y una esperanza” de ICEJ, que ayuda a los israelíes desfavorecidos a alcanzar un futuro más brillante y esperanzador.

PUEDE DONAR EN: give.icej.org/givinghope

This article is from: