Boletín Informativo - Medikuaren Berria nº 13

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BOLETIN INFORMATIVO MEDIKUAREN BERRIA

13 Diciembre 2004

Entrevista: Cosme Naveda “Se ha llegado a un momento delicado y crucial para el futuro de la Sanidad pública Vasca” La reflexión corresponde a Cosme Naveda, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia, quien ofrece la institución como agente intermediario para la búsqueda de puntos de encuentro. El conflicto entre la Administración sanitaria vasca, Osakidetza, y la Federación de Facultativos de Hospital se ha enquistado en un frente a frente que dificulta, en alguna medida, el progreso de la Sanidad pública en el País Vasco. Esa es, al menos, la percepción que se tiene en el Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia, cuyo presidente, Cosme Naveda, ofrece la institución “como un agente intermediario, como punto de encuentro que aglutine ambas posturas y, en el caso de que la situación se agrave o se enquiste, encabece una comisión de arbitraje que medie en el conflicto y cuya decisión sea vinculante.”

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La resolución del conflicto puntual planteado por la Federación de Hospitales tiene, a juicio del presidente del Colegio, “una solución que pasa por la aplicación de la sentencia, negociando con los diversos agentes sindicales la cuantía de esas horas, consideradas como extraordinarias por la mencionada sentencia del Tribunal Supremo.” Desde esta consideración, Cosme Naveda puntualiza que “un pacto, una negociación, siempre es posible en tanto en cuanto las partes que participan en el mismo tengan voluntad de que así sea. Hay que partir del hecho de que un buen acuerdo es aquél que no es del todo bueno para todos, aquél en el que todos ganan algo y todos ceden algo y hay que buscar cuáles son los puntos de transigencia en los que ambas partes pueden confluir.” La imagen de la Sanidad, entendida esta como un conjunto de sensibilidades profesionales, se ha visto afectada por el tono de las últimas discrepancias en público. Es por ello que Cosme Naveda solicita, a ambas partes, mayores dosis de mesura. “Se deben evitar posturas y manifestaciones como las realizadas en los últimos tiempos en las que se han cometido errores del calado de asegurar que, durante la protesta, se siguen los protocolos como debe de ser, dando a entender que habitualmente no se hace así, o como que los médicos tienen a los pacientes como rehenes. Creo que son dos ejemplos de lo que no se debe hacer, ya que no se ajustan a la realidad y crean un ambiente de desconfianza social absolutamente innecesaria y contraproducente.” Cómo presidente de un colectivo que se encuentra instalado en el vértice de la disputa, el Dr. Cosme Naveda recuerda, eso sí, que “la reivindicación actual no es sino la punta de un iceberg compuesto por el desánimo y desmotivación de los médicos a lo largo del tiempo. Situaciones como sueldos impropios de una profesión con el grado de implicación y responsabilidad como tiene la medicina, de precariedad en el empleo de un elevado porcentaje de compañeros, de complementos absurdamente

discriminatorios como es la exclusividad, así como la sobrecarga asistencial o la escasa implicación real de los colectivos médicos en la planificación y toma de decisiones son, entre otras, cuestiones que han provocado una situación que ha reventado por donde lo ha hecho, pero que puede volver a hacerlo en cualquier otro momento, en cualquier ámbito y probablemente con mayor fuerza. Es deber de todas evitar que así sea.” Con respecto a la posibilidad de que la negociación derive hacia unos cauces más “civilizados”, el experto se pregunta que “si la realidad habla de una situación incómoda para todos y delicada para el sistema sanitario, quién es capaz, a priori, de no querer solucionar el problema. Tenemos una buena sanidad, con profesionales de una calidad reconocida y envidiada. La satisfacción de la población, entre otros indicadores, así lo demuestra. Pero mantener esta situación de privilegio supone que los mutuos intereses (sociedad-profesionales-administración pública) deben complementarse.” Las circunstancias han derivado hacia “un momento muy delicado para el futuro de la Sanidad Pública Vasca.” Cosme Naveda es consciente de ello y apuesta “por una política de esfuerzos y una suma de buenas voluntades para detener esta bola de nieve antes de que se convierta en un alud que arrase con todo lo que, entre todos, se ha construido hasta la fecha y de lo que cabe sentirse orgullosos.” Todo ello para que “no haya que avergonzarse en el futuro.” En cualquier caso, el máximo representante del colectivo médico en Bizkaia apunta una reflexión que puede tomarse como dogma: “los médicos, tienen, tenemos claro, que nuestro objetivo prioritario es la salud de los pacientes y que siempre estarán a disposición de la sociedad. En lo que atañe a los pros y contras del actual estado de funcionamiento de Osakidetza, Cosme Naveda indica que “es del todo punto reseñable la profesionalidad y el potencial humano, médico y no médico, que posee la Sanidad Pública Vasca, reforzada por una red de infraestructuras y medios adecuados. Es por ello que la situación laboral de ese personal, obligado a desarrollar su ciencia y sus habilidades en unas condiciones, en ocasiones, adversas es el punto negro que ha de corregirse cuanto antes, sobre todo desde el punto de vista de un refuerzo en la inversión que incentive y garantice una solución para todos.”

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SUMARIO NUBARRONES EN LA SANIDAD VASCA

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“YA NO CABEN BUENAS PALABRAS SINO REALIDADES CONCRETAS QUE SE AJUSTEN A LA LEY”

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“LA ADMINISTRACIÓN SANITARA NO TIENE VISIÓN A MEDIO Y LARGO PLAZO”

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ENTREVISTA: COSME NAVEDA

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Nubarrones en la Sanidad Vasca Se percibía, se veía venir, todos éramos conscientes de que éste momento llegaría: los políticos, los gestores, los profesionales, todos. Nadie se ha sorprendido de la aparición del conflicto en los hospitales vascos y nadie se sorprenderá si se extiende a la Atención Primaria. No ha sido más que la chispa, el detonante. Los problemas estaban ahí, creciendo, eternos, sin resolver. Tenemos una buena sanidad, con profesionales de una calidad reconocida y envidiada. La satisfacción de la población, entre otros indicadores, así lo demuestra. Pero mantener esta situación de privilegio supone que los mutuos intereses (sociedad-profesionalesadministración pública) deben complementarse. En gran medida, esta calidad sanitaria se ha sustentado en la apuesta de los profesionales por una sanidad pública potente, a base de una considerable dosis de voluntarismo por su parte y de la convicción de que debe mantenerse, e incluso, mejorarse. Pero... ¿qué pasa si en estas personas disminuye ese factor como consecuencia de la desmotivación, de sentirse minusvalorado, de saberse de los peor remunerados de Europa, de la disminución de su prestigio social,...? La respuesta parece evidente: la sanidad pública corre el riesgo de desmoronarse como consecuencia del socavamiento que se está produciendo en los cimientos de esta estructura, es decir, en los médicos. No reconocer que en este momento la situación de los médicos es de sensación de fracaso, de apatía, de falta de motivación, es querer mirar para otro lado, es intentar volver a cerrar las heridas en falso. El propio Consejero de Sanidad en una reciente intervención ante el Parlamento Vasco, con buen criterio, reconocía:”...es evidente que para avanzar en estos grandes temas tenemos que mejorar el capital humano que da soporte a nuestros servicios. Ello implica una revisión de la política de personal para que el concepto de bienestar se aplique también a los trabajadores y, en definitiva, que esta satisfacción sirva para mejorar su desempeño en pro de una mejor atención a los usuarios del sistema.”

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SE HA SOLICITADO A LOS TRIBUNALES UNA INTERPRETACIÓN EXPRESA SOBRE CÓMO HAN DE PAGARSE LAS HORAS DE GUARDIA

Este es el momento de hablar de cosas de peso. Pensar que la situación actual del conflicto se resume en “a cuanto •••

se debe pagar una guardia” es tener una visión acotada, simplista, si no egoísta o interesada, de la realidad. Es el momento de plantear la verdadera necesidad de recursos para la cuasi-ilimitada oferta que se hace a la población, de planificar redimensionamientos de plantillas ajustadas a la verdadera necesidad, de clarificar “cuánto vale” para nuestra sociedad, la piedra angular, la unidad básica y fundamental de la provisión de los servicios sanitarios: el médico. Y todo ello con criterios de verdadera eficiencia, sin despilfarrar ni un solo céntimo del dinero que los ciudadanos ponemos a disposición de los gobernantes. ¡Y decimos sin despilfarrar, no sin invertir! ¿Volveremos a asistir al lamentable espectáculo del “atrincheramiento”, culpando al contrario de todos los males, al “y tú..., más”, en vez de al respeto y al reconocimiento a unos profesionales que llevan más de 20 años en una situación que se degrada progresivamente y que puede llegar a ser insostenible? ¿Va a resultar que cualquier insinuación de discusión del modelo vigente no está sujeta a negociación y que el sentarse a buscar una solución, con lo que ello supone (todos ganan pero también todos ceden), solo son aplicables para los demás?. Sentémonos, por favor, a negociar sinceramente, a hablar de cosas reales, de recursos, de plantillas, de marcos organizativos caducos que no se han adaptado a la realidad de hoy en día, de la eliminación de complementos que discriminan, de contratos precarios, de desarrollo profesional olvidado durante tanto tiempo y ahora “incrustado”, de la formación continuada y continua del médico en una profesión en la que los nuevos conocimientos progresan de forma vertiginosa. En definitiva, se trata de crear un marco de actuación propicio, en el cual el médico pueda desarrollar todo su potencial científico y humano en provecho del paciente, objetivo final y fundamental de la actividad médica. Finalmente, en este terreno todos deben saber ya, que el Colegio de Médicos de Bizkaia tiene mucho que aportar y está dispuesto a colaborar en la resolución del conflicto a corto, medio y largo plazo y nadie debe olvidar que el Colegio de Médicos trabajará siempre, de acuerdo con los fines que tiene asignados en sus estatutos, en defensa de la Sociedad y en favor de aquellos a los que representa, los médicos. Junta Directiva Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia


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“Ya no caben buenas palabras sino realidades concretas que se ajusten a la Ley” La Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi, en palabras de su portavoz, Pedro Aspizua, entiende que “los médicos de Hospital de Euskadi viven una situación de absoluta decepción con la Administración Sanitaria Vasca, tras muchos años de abandono y desamparo y de la actitud mostrada por la misma en los procesos de negociación, una postura impropia de quienes se manifiestan como representantes de los médicos vascos.”

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De las palabras del representante sindicalista se desprende que la solución del problema que en la actualidad subyace “son hechos importantes y positivos para el médico vasco de hospital. Hechos basados en el cumplimiento de las resoluciones y sentencias judiciales y no en buenas palabras que no han tenido, hasta la fecha, ni una sola consecuencia positiva. Ya no caben las buenas intenciones ni las buenas palabras, es hora de que se actúe de alguna manera en un problema que tiene su origen, insisto, en el abandono de los médicos por parte de la Administración Sanitaria. Entendemos que se está dilapidando el capital humano de Osakidetza y que es tiempo de frenar esta pérdida.” Ante la posibilidad de efectuar un pacto flexible en el que no aparezcan vencedores ni vencidos, Pedro Aspizua reflexiona en voz alta y asegura que “los médicos de hospital no pueden ceder más de lo que han cedido a lo largo de todo este tiempo en cuestiones tan importantes como sus horarios de trabajo o el desarrollo de su carrera profesional. Además, cabe lanzar otra pregunta de cara a la Administración sanitaria: ¿Qué va a ocurrir dentro de diez años, cuando el grueso de los médicos de hospital de Osakidetza llegue a la edad de la jubilación? Hablar de pactos es una interpretación incorrecta del problema, porque la solución no es otra que el cumplimento de la ley.” A la hora de detallar los problemas que han desembocado en esta situación, el portavoz explica que existe “un claro deterioro de las retribuciones básicas y de los horarios de trabajo, no de las guardias, como habla la Administración. El “te obligo a trabajar pero no tengo dinero para pagarte” no es un argumento lógico en pleno siglo XXI.” Desde este punto de vista, ni siquiera contemplan la posibilidad de aceptar la intervención de una comisión de arbitraje neutral que decida sobre el conflicto. “Es posible”, aseguran desde la Federación de Facultativos de Hospital, “que en este tipo de mediaciones funcionen en cuestiones puntuales y estamos abierto a ello, pero en lo que se refiere a los grandes problemas, entendemos que la raíz es estructural y que los tribunales ya se han manifestado al respecto. Lo único que se solicita es el cumplimiento de la ley.” En el momento de evaluar las consecuencias que puede tener esta situación en el mundo de la Sanidad Vasca, Pedro Aspizua se muestra esperanzado en que este conflicto múltiple sea abordado por Osakidetza como corresponde. Desde el punto de vista del médico de hospital no es factible una solución de parches. Aquí no se puede hacer borrón y cuenta nueva como si no hubiese pasado nada sino que hay que afrontar el problema desde la raíz y con una nueva actitud, más dialogante.” Entiende el representante de la Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi que ha de hacerse “un planteamiento global de la situación. La Administración tiene que tener claro que es necesario cubrir las necesidades de la Sanidad vasca y preguntarse qué tipo de Sanidad desea ofrecer a la ciudadanía y cuánto cuesta esta sanidad. A lo mejor no se están teniendo en cuenta estas cuestiones y quizás es hora de que se plantee en qué se invierten los recursos económicos de este país. En ocasiones se habla de

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>> EDICIÓN ESPECIAL << grandes proyectos del Gobierno Vasco y quizás se descuidan otros que se dan por bien cubiertos, cuando está demostrado que ésa no es la realidad.” Pedro Aspizua no se detiene en su análisis en los médicos de hospital y asegura ser consciente de que “en la medicina extrahospitalaria la situación también es de descontento, al igual que en otros profesionales sanitarios que trabajan en los hospitales pero en cuyos casos no nos compete meternos, si no es para promover una revisión global del problema, porque a la hora de la verdad es algo que afecta a todos.” En el capítulo de resaltar las bondades del Servicio Vasco de Salud, el experto entiende que “hay que partir de la base de que Osakidetza somos todos, no sólo la Administración. Desde esta perspectiva, es necesario destacar la profesionalidad del capital humano médico y sanitario y la existencia de una dotación material de infraestructuras adecuada, siempre y cuando se mantenga en los parámetros actuales que requiera la sanidad, una ciencia en constante evolución. Si se mantienen los criterios actuales de dotaciones puede decirse que el servicio sanitario está bien cubierto, pero en estos campos de constante evolución no se puede nunca bajar la guardia.” Pedro Aspizua es representante de la Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi.

“La Administración Sanitaria no tiene visión a medio y largo plazo” El portavoz del Sindicato Médico de Euskadi, Kepa Urigoitia, denuncia que los problemas vienen de lejos y no se circunscriben a la medicina hospitalaria. El conflicto laboral que mantiene la Federación de Facultativos de Hospital y Osakidetza alcanza a otros sectores de la Sanidad vasca que se ven implicados en el mismo. Es el caso del Sindicato Médico de Euskadi, cuyo portavoz, Kepa Urigoitia, entiende que “la situación ha estallado por el empeño de la Administración de hacer oídos sordos a una situación de la que ya estaba advertida y cuyo detonante ha sido la sentencia de guardias. En todo caso, esta resolución judicial no ha sido más que la cerilla en la gasolina, porque el actual estado de las cosas estaba más que denunciado por activa y por pasiva.” Como ejemplo de su argumentación, Urigoitia recuerda que “ya en 2000 se envió, por parte del Sindicato Médico de Euskadi, un manifiesto al Gobierno Vasco, refrendado con más de mil firmas, en el que advertía el creciente descontento de la profesión médica por la situación que se estaba viviendo y el silencio administrativo no ha hecho otra cosa que acrecentar el malestar reinante.” En su discurso, el representante sindicalista apunta que “con referencia a los médicos de hospital, no se han atendido en absoluto sus reclamaciones. Desde 1992 hasta la fecha, los médicos de hospital han perdido un quince por ciento de su poder adquisitivo, lo que supone un promedio de un millón por médico.” En lo que se refiere a la carrera profesional, Kepa Urigoitia advierte que “se trata de una vieja reivindicación sindical puesta en marcha hace más de 17 años y a la que, una vez más, la Administración hizo oídos sordos. En 2002 se presentó un borrador de carrera profesional que el Sindicato Médico de Euskadi criticó por activa y por pasiva y en cuya elaboración, por cierto, participaron miembros de la Federación de Facultativos. En realidad, el documento no es más que un suplemento de productividad en el que no se corrige la injusticia de, a trabajo similar, dos sueldos distintos.”

medio y largo plazo y sólo se han preocupado por lo suyo, dando a entender que serán otros los que acarreen con las consecuencias de sus actos.” Desde esta perspectiva, el Sindicato entiende que “a raíz de la última sentencia judicial, sólo cabe hablar de la jornada ordinaria y la extraordinaria y pagarla de manera consecuente. No existe otra solución que no pase por el aumento de médicos o el pago de las horas extra y para ello es preciso un cambio radical de base, un giro de 180º en la gestión de la Sanidad Vasca. Hay que entender que esto no es una fábrica de tornillos y la equiparación de eficiencia con ahorro no es válida.” Como quiera que, a juicio del Sindicato, este desajuste “sólo es corregible a través de una mayor inversión en Sanidad”, Urigoitia se muestra “dispuesto a hablar de ritmos, de plazos, de tiempos, de compromisos anuales. Entendemos que la situación se ha descontrolado y estamos abiertos a una negociación firme en los argumentos pero flexible en los modos.” Todo ello amparado en que “hay ocasiones para la reivindicación laboral y ocasiones, como ésta, en la que sólo se puede hablar de justicia.” No cabe a estas alturas “hablar de una comisión de arbitraje, dada la magnitud del problema. Hay que señalar que el descontento con la Administración es exactamente igual en la Atención Primaria y en otros muchos sectores de la Sanidad que también trabajan en condiciones precarias. Además, en vista de la politización del tema, no podemos fiarnos de una comisión de este tipo.” Lamenta el portavoz del Sindicato Médico de Euskadi que “la Administración sólo sea sensible cuando ve el tambaleo. Es triste que se llegue a esto, pero es así y por lo menos tenemos que llegar a la consecuencia de que es preciso saber lo que no se debe hacer. En todo caso, a la sociedad debe llegar el mensaje de que el profesional médico va a continuar empeñando todo su esfuerzo en mantener el nivel de atención médica lo más alto posible, como ha venido haciendo hasta ahora. Desde este punto de vista no cabe desatar ninguna alarma.” En el capítulo de los defectos detectados, Kepa Urigoitia se muestra especialmente crítico cuando observa que “el Gobierno Vasco destina el 6,1 por ciento del PIB a la Sanidad, cuando la media europea es del 6,7 por ciento. Además, las plantillas son escasas, existe un nivel de interinidad por encima del veinte por ciento y una precariedad laboral superior al treinta por ciento.” En cuanto a los aspectos remarcables, puntualiza que “es de destacar la virtud de un sistema universal de Sanidad, donde el personal está bien preparado y donde se ofrece una buena calidad asistencial. Hasta tal punto llega que en numerosos países europeos se solicita a los médicos formados aquí.” Kepa Urigoitia: Sindicato Médico de Euskadi

Se ha solicitado a los tribunales una interpretación expresa sobre cómo han de pagarse las horas de guardia El director general de Osakidetza, Josu Garai, expone la visión de la Administración en el conflicto laboral en el que se encuentra inmerso el Servicio Vasco de Salud y anuncia la solicitud de una lectura ajustada de la ley a la propia Justicia.

La actual es una situación compleja. Urigoitia entiende que “por parte de la Administración no hay una visión a

En consideración a las consecuencias que está teniendo la conflictividad laboral entre Osakidetza y la Federación de Facultativos, la dirección general del ente público vasco explica, por medio de su máximo representante, Josu Garai, cuáles son, a juicio de Osakidetza, las razones que han provocado la actual situación. Describió el dirigente sanitario cómo “existe una negociación colectiva que pasa por una

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situación difícil que se manifiesta con especial gravedad con las medidas de presión que adoptado una parte del colectivo de personal médico, liderado por la Federación de Facultativos. Tras un tiempo de crudeza, la situación se ha normalizado un tanto a día de hoy, sin que eso no signifique que pueda recrudecerse.” A la hora de encontrar los porqués de este problema, centrado, a juicio de Osakidetza, en las reivindicaciones de la plataforma que hacen referencia al incremento del precio de la hora de guardia y su equiparación con la hora extraordinaria, al desarrollo profesional y a la desaparición de los contratos de guardia y su sustitución por contratos ordinarios, Josu Garai recordó que “Osakidetza ha presentado sucesivas ofertas en la mesa sectorial que no han sido aceptadas por los sindicatos.” Detalla cómo “la afirmación de la Federación de Facultativos de que se está incumpliendo la sentencia del Tribunal Supremo de 12 de julio de 2004 en la que se reconoce, según su interpretación, el derecho de abono de guardias como horas extraordinarias, no es en absoluto cierta.” Ante esta disparidad de interpretaciones, el director general de Osakidetza anuncia que “se ha solicitado a los tribunales una interpretación expresa sobre cómo han de pagarse estas horas. Pero desde luego, la posibilidad de asumir estas horas como horas extraordinarias a la hora de los pagos es del todo imposible para la propia Osakidetza. Lo que sí es posible es mejorar el valor de estas horas y en esta línea se va a trabajar desde Osakidetza.” En lo que hace referencia al desarrollo profesional, Josu Garai señaló que “la reivindicación ya ha sido aceptada por Osakidetza y desde el 1 de enero de 2005 los facultativos del Servicio Vasco de Salud podrán participar en este sistema de reconocimiento individualizado con importes equivalentes a los empleados en Cataluña, Canarias y Navarra, las única comunidades, por cierto, que mantienen hoy en día el desarrollo de la carrera profesional.” La sustitución de los contratos de guardia por contratos ordinarios es otra de las reclamaciones que maneja la Federación de Facultativos de Hospital. Josu Garai admite que “existen contratos de corta duración, pero que surgen como consecuencia de licencias, permisos, bajas laborales, vacaciones o exenciones de guardias. Es legítimo reclamar unas mejoras condiciones laborales por parte de los trabajadores y en esta línea se van a poner una serie de ofertas sobre la mesa.” La negociación es, a juicio del director general de Osakidetza, la vía de solución del conflicto. “La Administración va a realizar una serie de ofertas que tienen que ser valoradas de manera conjunta por la propia Federación de Facultativos. Entendemos que si tienen ganas de llegar a un acuerdo, éste es posible, pero si deciden no escuchar la propuesta de Osakidetza o rechazarla deberán explicar a los propios médicos de Osakidetza por qué han decidido dar este paso.” Garai no contempla la posibilidad de que se arbitre una comisión neutral que medie en esta cuestión. “Entiendo”, asegura, “que se trata de un conflicto laboral y que hay que tratarlo como tal, con todos los mecanismos previstos por la Administración y por parte de los trabajadores para negociar este tipo de cuestiones y no es pertinente sacar esta cuestión a otros ámbitos.” En su diagnóstico de la actual situación de la Sanidad Vasca, Garai precisa que “la calidad es buena y las condiciones laborales son dignas. Por lo tanto, a partir de esta doble consideración hay que señalar que es preciso evitar que la conflictividad llegue a los extremos a los que ha llegado en algunos casos.” Yendo aún más lejos, el director general de Osakidetza intuye que “si esto perdura en el tiempo puede tener repercusiones sobre el sistema sanitario vasco. De entrada, con una peor atención a la población seguro. En todo caso, desde Osakidetza no aceptamos reivindicaciones realizadas desde estas premisas. Una cosa es la situación laboral y otra la atención médica y eso tiene que quedar muy claro.” Josu Garai. Director general de Osakidetza

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“Ya no caben buenas palabras sino realidades concretas que se ajusten a la Ley” La Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi, en palabras de su portavoz, Pedro Aspizua, entiende que “los médicos de Hospital de Euskadi viven una situación de absoluta decepción con la Administración Sanitaria Vasca, tras muchos años de abandono y desamparo y de la actitud mostrada por la misma en los procesos de negociación, una postura impropia de quienes se manifiestan como representantes de los médicos vascos.”

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De las palabras del representante sindicalista se desprende que la solución del problema que en la actualidad subyace “son hechos importantes y positivos para el médico vasco de hospital. Hechos basados en el cumplimiento de las resoluciones y sentencias judiciales y no en buenas palabras que no han tenido, hasta la fecha, ni una sola consecuencia positiva. Ya no caben las buenas intenciones ni las buenas palabras, es hora de que se actúe de alguna manera en un problema que tiene su origen, insisto, en el abandono de los médicos por parte de la Administración Sanitaria. Entendemos que se está dilapidando el capital humano de Osakidetza y que es tiempo de frenar esta pérdida.” Ante la posibilidad de efectuar un pacto flexible en el que no aparezcan vencedores ni vencidos, Pedro Aspizua reflexiona en voz alta y asegura que “los médicos de hospital no pueden ceder más de lo que han cedido a lo largo de todo este tiempo en cuestiones tan importantes como sus horarios de trabajo o el desarrollo de su carrera profesional. Además, cabe lanzar otra pregunta de cara a la Administración sanitaria: ¿Qué va a ocurrir dentro de diez años, cuando el grueso de los médicos de hospital de Osakidetza llegue a la edad de la jubilación? Hablar de pactos es una interpretación incorrecta del problema, porque la solución no es otra que el cumplimento de la ley.” A la hora de detallar los problemas que han desembocado en esta situación, el portavoz explica que existe “un claro deterioro de las retribuciones básicas y de los horarios de trabajo, no de las guardias, como habla la Administración. El “te obligo a trabajar pero no tengo dinero para pagarte” no es un argumento lógico en pleno siglo XXI.” Desde este punto de vista, ni siquiera contemplan la posibilidad de aceptar la intervención de una comisión de arbitraje neutral que decida sobre el conflicto. “Es posible”, aseguran desde la Federación de Facultativos de Hospital, “que en este tipo de mediaciones funcionen en cuestiones puntuales y estamos abierto a ello, pero en lo que se refiere a los grandes problemas, entendemos que la raíz es estructural y que los tribunales ya se han manifestado al respecto. Lo único que se solicita es el cumplimiento de la ley.” En el momento de evaluar las consecuencias que puede tener esta situación en el mundo de la Sanidad Vasca, Pedro Aspizua se muestra esperanzado en que este conflicto múltiple sea abordado por Osakidetza como corresponde. Desde el punto de vista del médico de hospital no es factible una solución de parches. Aquí no se puede hacer borrón y cuenta nueva como si no hubiese pasado nada sino que hay que afrontar el problema desde la raíz y con una nueva actitud, más dialogante.” Entiende el representante de la Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi que ha de hacerse “un planteamiento global de la situación. La Administración tiene que tener claro que es necesario cubrir las necesidades de la Sanidad vasca y preguntarse qué tipo de Sanidad desea ofrecer a la ciudadanía y cuánto cuesta esta sanidad. A lo mejor no se están teniendo en cuenta estas cuestiones y quizás es hora de que se plantee en qué se invierten los recursos económicos de este país. En ocasiones se habla de

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>> EDICIÓN ESPECIAL << grandes proyectos del Gobierno Vasco y quizás se descuidan otros que se dan por bien cubiertos, cuando está demostrado que ésa no es la realidad.” Pedro Aspizua no se detiene en su análisis en los médicos de hospital y asegura ser consciente de que “en la medicina extrahospitalaria la situación también es de descontento, al igual que en otros profesionales sanitarios que trabajan en los hospitales pero en cuyos casos no nos compete meternos, si no es para promover una revisión global del problema, porque a la hora de la verdad es algo que afecta a todos.” En el capítulo de resaltar las bondades del Servicio Vasco de Salud, el experto entiende que “hay que partir de la base de que Osakidetza somos todos, no sólo la Administración. Desde esta perspectiva, es necesario destacar la profesionalidad del capital humano médico y sanitario y la existencia de una dotación material de infraestructuras adecuada, siempre y cuando se mantenga en los parámetros actuales que requiera la sanidad, una ciencia en constante evolución. Si se mantienen los criterios actuales de dotaciones puede decirse que el servicio sanitario está bien cubierto, pero en estos campos de constante evolución no se puede nunca bajar la guardia.” Pedro Aspizua es representante de la Federación de Facultativos de Hospital de Euskadi.

“La Administración Sanitaria no tiene visión a medio y largo plazo” El portavoz del Sindicato Médico de Euskadi, Kepa Urigoitia, denuncia que los problemas vienen de lejos y no se circunscriben a la medicina hospitalaria. El conflicto laboral que mantiene la Federación de Facultativos de Hospital y Osakidetza alcanza a otros sectores de la Sanidad vasca que se ven implicados en el mismo. Es el caso del Sindicato Médico de Euskadi, cuyo portavoz, Kepa Urigoitia, entiende que “la situación ha estallado por el empeño de la Administración de hacer oídos sordos a una situación de la que ya estaba advertida y cuyo detonante ha sido la sentencia de guardias. En todo caso, esta resolución judicial no ha sido más que la cerilla en la gasolina, porque el actual estado de las cosas estaba más que denunciado por activa y por pasiva.” Como ejemplo de su argumentación, Urigoitia recuerda que “ya en 2000 se envió, por parte del Sindicato Médico de Euskadi, un manifiesto al Gobierno Vasco, refrendado con más de mil firmas, en el que advertía el creciente descontento de la profesión médica por la situación que se estaba viviendo y el silencio administrativo no ha hecho otra cosa que acrecentar el malestar reinante.” En su discurso, el representante sindicalista apunta que “con referencia a los médicos de hospital, no se han atendido en absoluto sus reclamaciones. Desde 1992 hasta la fecha, los médicos de hospital han perdido un quince por ciento de su poder adquisitivo, lo que supone un promedio de un millón por médico.” En lo que se refiere a la carrera profesional, Kepa Urigoitia advierte que “se trata de una vieja reivindicación sindical puesta en marcha hace más de 17 años y a la que, una vez más, la Administración hizo oídos sordos. En 2002 se presentó un borrador de carrera profesional que el Sindicato Médico de Euskadi criticó por activa y por pasiva y en cuya elaboración, por cierto, participaron miembros de la Federación de Facultativos. En realidad, el documento no es más que un suplemento de productividad en el que no se corrige la injusticia de, a trabajo similar, dos sueldos distintos.”

medio y largo plazo y sólo se han preocupado por lo suyo, dando a entender que serán otros los que acarreen con las consecuencias de sus actos.” Desde esta perspectiva, el Sindicato entiende que “a raíz de la última sentencia judicial, sólo cabe hablar de la jornada ordinaria y la extraordinaria y pagarla de manera consecuente. No existe otra solución que no pase por el aumento de médicos o el pago de las horas extra y para ello es preciso un cambio radical de base, un giro de 180º en la gestión de la Sanidad Vasca. Hay que entender que esto no es una fábrica de tornillos y la equiparación de eficiencia con ahorro no es válida.” Como quiera que, a juicio del Sindicato, este desajuste “sólo es corregible a través de una mayor inversión en Sanidad”, Urigoitia se muestra “dispuesto a hablar de ritmos, de plazos, de tiempos, de compromisos anuales. Entendemos que la situación se ha descontrolado y estamos abiertos a una negociación firme en los argumentos pero flexible en los modos.” Todo ello amparado en que “hay ocasiones para la reivindicación laboral y ocasiones, como ésta, en la que sólo se puede hablar de justicia.” No cabe a estas alturas “hablar de una comisión de arbitraje, dada la magnitud del problema. Hay que señalar que el descontento con la Administración es exactamente igual en la Atención Primaria y en otros muchos sectores de la Sanidad que también trabajan en condiciones precarias. Además, en vista de la politización del tema, no podemos fiarnos de una comisión de este tipo.” Lamenta el portavoz del Sindicato Médico de Euskadi que “la Administración sólo sea sensible cuando ve el tambaleo. Es triste que se llegue a esto, pero es así y por lo menos tenemos que llegar a la consecuencia de que es preciso saber lo que no se debe hacer. En todo caso, a la sociedad debe llegar el mensaje de que el profesional médico va a continuar empeñando todo su esfuerzo en mantener el nivel de atención médica lo más alto posible, como ha venido haciendo hasta ahora. Desde este punto de vista no cabe desatar ninguna alarma.” En el capítulo de los defectos detectados, Kepa Urigoitia se muestra especialmente crítico cuando observa que “el Gobierno Vasco destina el 6,1 por ciento del PIB a la Sanidad, cuando la media europea es del 6,7 por ciento. Además, las plantillas son escasas, existe un nivel de interinidad por encima del veinte por ciento y una precariedad laboral superior al treinta por ciento.” En cuanto a los aspectos remarcables, puntualiza que “es de destacar la virtud de un sistema universal de Sanidad, donde el personal está bien preparado y donde se ofrece una buena calidad asistencial. Hasta tal punto llega que en numerosos países europeos se solicita a los médicos formados aquí.” Kepa Urigoitia: Sindicato Médico de Euskadi

Se ha solicitado a los tribunales una interpretación expresa sobre cómo han de pagarse las horas de guardia El director general de Osakidetza, Josu Garai, expone la visión de la Administración en el conflicto laboral en el que se encuentra inmerso el Servicio Vasco de Salud y anuncia la solicitud de una lectura ajustada de la ley a la propia Justicia.

La actual es una situación compleja. Urigoitia entiende que “por parte de la Administración no hay una visión a

En consideración a las consecuencias que está teniendo la conflictividad laboral entre Osakidetza y la Federación de Facultativos, la dirección general del ente público vasco explica, por medio de su máximo representante, Josu Garai, cuáles son, a juicio de Osakidetza, las razones que han provocado la actual situación. Describió el dirigente sanitario cómo “existe una negociación colectiva que pasa por una

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situación difícil que se manifiesta con especial gravedad con las medidas de presión que adoptado una parte del colectivo de personal médico, liderado por la Federación de Facultativos. Tras un tiempo de crudeza, la situación se ha normalizado un tanto a día de hoy, sin que eso no signifique que pueda recrudecerse.” A la hora de encontrar los porqués de este problema, centrado, a juicio de Osakidetza, en las reivindicaciones de la plataforma que hacen referencia al incremento del precio de la hora de guardia y su equiparación con la hora extraordinaria, al desarrollo profesional y a la desaparición de los contratos de guardia y su sustitución por contratos ordinarios, Josu Garai recordó que “Osakidetza ha presentado sucesivas ofertas en la mesa sectorial que no han sido aceptadas por los sindicatos.” Detalla cómo “la afirmación de la Federación de Facultativos de que se está incumpliendo la sentencia del Tribunal Supremo de 12 de julio de 2004 en la que se reconoce, según su interpretación, el derecho de abono de guardias como horas extraordinarias, no es en absoluto cierta.” Ante esta disparidad de interpretaciones, el director general de Osakidetza anuncia que “se ha solicitado a los tribunales una interpretación expresa sobre cómo han de pagarse estas horas. Pero desde luego, la posibilidad de asumir estas horas como horas extraordinarias a la hora de los pagos es del todo imposible para la propia Osakidetza. Lo que sí es posible es mejorar el valor de estas horas y en esta línea se va a trabajar desde Osakidetza.” En lo que hace referencia al desarrollo profesional, Josu Garai señaló que “la reivindicación ya ha sido aceptada por Osakidetza y desde el 1 de enero de 2005 los facultativos del Servicio Vasco de Salud podrán participar en este sistema de reconocimiento individualizado con importes equivalentes a los empleados en Cataluña, Canarias y Navarra, las única comunidades, por cierto, que mantienen hoy en día el desarrollo de la carrera profesional.” La sustitución de los contratos de guardia por contratos ordinarios es otra de las reclamaciones que maneja la Federación de Facultativos de Hospital. Josu Garai admite que “existen contratos de corta duración, pero que surgen como consecuencia de licencias, permisos, bajas laborales, vacaciones o exenciones de guardias. Es legítimo reclamar unas mejoras condiciones laborales por parte de los trabajadores y en esta línea se van a poner una serie de ofertas sobre la mesa.” La negociación es, a juicio del director general de Osakidetza, la vía de solución del conflicto. “La Administración va a realizar una serie de ofertas que tienen que ser valoradas de manera conjunta por la propia Federación de Facultativos. Entendemos que si tienen ganas de llegar a un acuerdo, éste es posible, pero si deciden no escuchar la propuesta de Osakidetza o rechazarla deberán explicar a los propios médicos de Osakidetza por qué han decidido dar este paso.” Garai no contempla la posibilidad de que se arbitre una comisión neutral que medie en esta cuestión. “Entiendo”, asegura, “que se trata de un conflicto laboral y que hay que tratarlo como tal, con todos los mecanismos previstos por la Administración y por parte de los trabajadores para negociar este tipo de cuestiones y no es pertinente sacar esta cuestión a otros ámbitos.” En su diagnóstico de la actual situación de la Sanidad Vasca, Garai precisa que “la calidad es buena y las condiciones laborales son dignas. Por lo tanto, a partir de esta doble consideración hay que señalar que es preciso evitar que la conflictividad llegue a los extremos a los que ha llegado en algunos casos.” Yendo aún más lejos, el director general de Osakidetza intuye que “si esto perdura en el tiempo puede tener repercusiones sobre el sistema sanitario vasco. De entrada, con una peor atención a la población seguro. En todo caso, desde Osakidetza no aceptamos reivindicaciones realizadas desde estas premisas. Una cosa es la situación laboral y otra la atención médica y eso tiene que quedar muy claro.” Josu Garai. Director general de Osakidetza

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BOLETIN INFORMATIVO MEDIKUAREN BERRIA

13 Diciembre 2004

Entrevista: Cosme Naveda “Se ha llegado a un momento delicado y crucial para el futuro de la Sanidad pública Vasca” La reflexión corresponde a Cosme Naveda, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia, quien ofrece la institución como agente intermediario para la búsqueda de puntos de encuentro. El conflicto entre la Administración sanitaria vasca, Osakidetza, y la Federación de Facultativos de Hospital se ha enquistado en un frente a frente que dificulta, en alguna medida, el progreso de la Sanidad pública en el País Vasco. Esa es, al menos, la percepción que se tiene en el Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia, cuyo presidente, Cosme Naveda, ofrece la institución “como un agente intermediario, como punto de encuentro que aglutine ambas posturas y, en el caso de que la situación se agrave o se enquiste, encabece una comisión de arbitraje que medie en el conflicto y cuya decisión sea vinculante.”

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La resolución del conflicto puntual planteado por la Federación de Hospitales tiene, a juicio del presidente del Colegio, “una solución que pasa por la aplicación de la sentencia, negociando con los diversos agentes sindicales la cuantía de esas horas, consideradas como extraordinarias por la mencionada sentencia del Tribunal Supremo.” Desde esta consideración, Cosme Naveda puntualiza que “un pacto, una negociación, siempre es posible en tanto en cuanto las partes que participan en el mismo tengan voluntad de que así sea. Hay que partir del hecho de que un buen acuerdo es aquél que no es del todo bueno para todos, aquél en el que todos ganan algo y todos ceden algo y hay que buscar cuáles son los puntos de transigencia en los que ambas partes pueden confluir.” La imagen de la Sanidad, entendida esta como un conjunto de sensibilidades profesionales, se ha visto afectada por el tono de las últimas discrepancias en público. Es por ello que Cosme Naveda solicita, a ambas partes, mayores dosis de mesura. “Se deben evitar posturas y manifestaciones como las realizadas en los últimos tiempos en las que se han cometido errores del calado de asegurar que, durante la protesta, se siguen los protocolos como debe de ser, dando a entender que habitualmente no se hace así, o como que los médicos tienen a los pacientes como rehenes. Creo que son dos ejemplos de lo que no se debe hacer, ya que no se ajustan a la realidad y crean un ambiente de desconfianza social absolutamente innecesaria y contraproducente.” Cómo presidente de un colectivo que se encuentra instalado en el vértice de la disputa, el Dr. Cosme Naveda recuerda, eso sí, que “la reivindicación actual no es sino la punta de un iceberg compuesto por el desánimo y desmotivación de los médicos a lo largo del tiempo. Situaciones como sueldos impropios de una profesión con el grado de implicación y responsabilidad como tiene la medicina, de precariedad en el empleo de un elevado porcentaje de compañeros, de complementos absurdamente

discriminatorios como es la exclusividad, así como la sobrecarga asistencial o la escasa implicación real de los colectivos médicos en la planificación y toma de decisiones son, entre otras, cuestiones que han provocado una situación que ha reventado por donde lo ha hecho, pero que puede volver a hacerlo en cualquier otro momento, en cualquier ámbito y probablemente con mayor fuerza. Es deber de todas evitar que así sea.” Con respecto a la posibilidad de que la negociación derive hacia unos cauces más “civilizados”, el experto se pregunta que “si la realidad habla de una situación incómoda para todos y delicada para el sistema sanitario, quién es capaz, a priori, de no querer solucionar el problema. Tenemos una buena sanidad, con profesionales de una calidad reconocida y envidiada. La satisfacción de la población, entre otros indicadores, así lo demuestra. Pero mantener esta situación de privilegio supone que los mutuos intereses (sociedad-profesionales-administración pública) deben complementarse.” Las circunstancias han derivado hacia “un momento muy delicado para el futuro de la Sanidad Pública Vasca.” Cosme Naveda es consciente de ello y apuesta “por una política de esfuerzos y una suma de buenas voluntades para detener esta bola de nieve antes de que se convierta en un alud que arrase con todo lo que, entre todos, se ha construido hasta la fecha y de lo que cabe sentirse orgullosos.” Todo ello para que “no haya que avergonzarse en el futuro.” En cualquier caso, el máximo representante del colectivo médico en Bizkaia apunta una reflexión que puede tomarse como dogma: “los médicos, tienen, tenemos claro, que nuestro objetivo prioritario es la salud de los pacientes y que siempre estarán a disposición de la sociedad. En lo que atañe a los pros y contras del actual estado de funcionamiento de Osakidetza, Cosme Naveda indica que “es del todo punto reseñable la profesionalidad y el potencial humano, médico y no médico, que posee la Sanidad Pública Vasca, reforzada por una red de infraestructuras y medios adecuados. Es por ello que la situación laboral de ese personal, obligado a desarrollar su ciencia y sus habilidades en unas condiciones, en ocasiones, adversas es el punto negro que ha de corregirse cuanto antes, sobre todo desde el punto de vista de un refuerzo en la inversión que incentive y garantice una solución para todos.”

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BOLETIN INFORMATIVO MEDIKUAREN BERRIA

Diciembre 2004

>> EDICIÓN ESPECIAL <<

SUMARIO NUBARRONES EN LA SANIDAD VASCA

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“YA NO CABEN BUENAS PALABRAS SINO REALIDADES CONCRETAS QUE SE AJUSTEN A LA LEY”

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“LA ADMINISTRACIÓN SANITARA NO TIENE VISIÓN A MEDIO Y LARGO PLAZO”

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ENTREVISTA: COSME NAVEDA

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Nubarrones en la Sanidad Vasca Se percibía, se veía venir, todos éramos conscientes de que éste momento llegaría: los políticos, los gestores, los profesionales, todos. Nadie se ha sorprendido de la aparición del conflicto en los hospitales vascos y nadie se sorprenderá si se extiende a la Atención Primaria. No ha sido más que la chispa, el detonante. Los problemas estaban ahí, creciendo, eternos, sin resolver. Tenemos una buena sanidad, con profesionales de una calidad reconocida y envidiada. La satisfacción de la población, entre otros indicadores, así lo demuestra. Pero mantener esta situación de privilegio supone que los mutuos intereses (sociedad-profesionalesadministración pública) deben complementarse. En gran medida, esta calidad sanitaria se ha sustentado en la apuesta de los profesionales por una sanidad pública potente, a base de una considerable dosis de voluntarismo por su parte y de la convicción de que debe mantenerse, e incluso, mejorarse. Pero... ¿qué pasa si en estas personas disminuye ese factor como consecuencia de la desmotivación, de sentirse minusvalorado, de saberse de los peor remunerados de Europa, de la disminución de su prestigio social,...? La respuesta parece evidente: la sanidad pública corre el riesgo de desmoronarse como consecuencia del socavamiento que se está produciendo en los cimientos de esta estructura, es decir, en los médicos. No reconocer que en este momento la situación de los médicos es de sensación de fracaso, de apatía, de falta de motivación, es querer mirar para otro lado, es intentar volver a cerrar las heridas en falso. El propio Consejero de Sanidad en una reciente intervención ante el Parlamento Vasco, con buen criterio, reconocía:”...es evidente que para avanzar en estos grandes temas tenemos que mejorar el capital humano que da soporte a nuestros servicios. Ello implica una revisión de la política de personal para que el concepto de bienestar se aplique también a los trabajadores y, en definitiva, que esta satisfacción sirva para mejorar su desempeño en pro de una mejor atención a los usuarios del sistema.”

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SE HA SOLICITADO A LOS TRIBUNALES UNA INTERPRETACIÓN EXPRESA SOBRE CÓMO HAN DE PAGARSE LAS HORAS DE GUARDIA

Este es el momento de hablar de cosas de peso. Pensar que la situación actual del conflicto se resume en “a cuanto •••

se debe pagar una guardia” es tener una visión acotada, simplista, si no egoísta o interesada, de la realidad. Es el momento de plantear la verdadera necesidad de recursos para la cuasi-ilimitada oferta que se hace a la población, de planificar redimensionamientos de plantillas ajustadas a la verdadera necesidad, de clarificar “cuánto vale” para nuestra sociedad, la piedra angular, la unidad básica y fundamental de la provisión de los servicios sanitarios: el médico. Y todo ello con criterios de verdadera eficiencia, sin despilfarrar ni un solo céntimo del dinero que los ciudadanos ponemos a disposición de los gobernantes. ¡Y decimos sin despilfarrar, no sin invertir! ¿Volveremos a asistir al lamentable espectáculo del “atrincheramiento”, culpando al contrario de todos los males, al “y tú..., más”, en vez de al respeto y al reconocimiento a unos profesionales que llevan más de 20 años en una situación que se degrada progresivamente y que puede llegar a ser insostenible? ¿Va a resultar que cualquier insinuación de discusión del modelo vigente no está sujeta a negociación y que el sentarse a buscar una solución, con lo que ello supone (todos ganan pero también todos ceden), solo son aplicables para los demás?. Sentémonos, por favor, a negociar sinceramente, a hablar de cosas reales, de recursos, de plantillas, de marcos organizativos caducos que no se han adaptado a la realidad de hoy en día, de la eliminación de complementos que discriminan, de contratos precarios, de desarrollo profesional olvidado durante tanto tiempo y ahora “incrustado”, de la formación continuada y continua del médico en una profesión en la que los nuevos conocimientos progresan de forma vertiginosa. En definitiva, se trata de crear un marco de actuación propicio, en el cual el médico pueda desarrollar todo su potencial científico y humano en provecho del paciente, objetivo final y fundamental de la actividad médica. Finalmente, en este terreno todos deben saber ya, que el Colegio de Médicos de Bizkaia tiene mucho que aportar y está dispuesto a colaborar en la resolución del conflicto a corto, medio y largo plazo y nadie debe olvidar que el Colegio de Médicos trabajará siempre, de acuerdo con los fines que tiene asignados en sus estatutos, en defensa de la Sociedad y en favor de aquellos a los que representa, los médicos. Junta Directiva Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia


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