CARTA A LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA HUMANA DE LA UNIVERSIDAD RICARDO PALMA Noviembre del 2011 Un viernes de cada ciclo, todos los años, somos invitados a concurrir a las urnas universitarias; muchos acuden quizás más motivados o esperanzados en algún cambio, en algún pronunciamiento coherente para los estudiantes y las autoridades de turno; otros, los de los últimos años, acuden generalmente para evitar la multa por no votar. ¡Esa es la democracia…! nos dicen. Muchos acudimos decepcionados de los candidatos de siempre, ya que en su mayoría no tienen planes ni proyectos solo improvisan y tal vez algunos son entusiastas; algunos de estos se hacen llamar “los académicos” otros les dicen “personas de buena fe”; se dicen a ellos mismos que no son políticos, pero lo son, como dijera el filósofo “chespirito” Fue sin querer queriendo; y peor aún no se dan cuenta o no quieren darse cuenta que están siempre manipulados por manos siniestras de docentes, trabajadores y estudiantes; que cual cazadores los buscan para su festín apelando a mil artilugios ya sea en el club de deporte, en el club de teatro o en el club de amigos; conocen y se agencian de muchas mañas. Los años de experiencia los han curtido y se los permite. En estas elecciones ganará una lista; estamos seguros que no será la mejor pero los nuevos representantes festejarán este día su mayor acercamiento con las autoridades. Decimos que ellos no serán los mejores porque nunca presentaron su plan de trabajo y menos estuvieron en un debate público de ideas; pero ahora ya se computarán los miembros del tercio estudiantil ¡oh! eminencias estudiantiles, ¡oh! gloriosos representantes de los estudiantes; pero nosotros nunca los vimos, nunca los escuchamos; sólo recibimos un papel con su foto que parecían modelos posando con el fondo de la facultad y un número del que me dicen que representan el cambio. Algunos con sus caritas de inocentes; otros con la misma cara de sinvergüenzas de las elecciones pasadas. Ahora ya no sólo son candidatos en la facultad, ahora quieren ser asambleístas universitarios o consejeros universitarios. Como buenos sabuesos olfatean mejor el poder. Dicen que harán escuchar nuestra voz, pero si nunca escuchamos las de ellos, dicen que realizarán nuestras ideas pero nunca dijeron las suyas y dicen que harán respetar nuestros derechos pero si ellos no respetan nuestro derecho a informarnos. ¡Que conchudes…! Hoy tiramos al viento una idea y esperamos el eco de nuestras palabras para poder cambiar de lo que hoy se nos priva y se nos engaña siendo presa del interés de estos pseudorepresentantes. Estos señoritos y señoritas, si así puede llamárseles; que buscan la exclusión de nuestros pensamientos, de nuestra libre capacidad de agruparnos y de decidir, de tener ideas y debatirlas, de tener líderes estudiantiles no sólo “académicos” sino forjados en la brega universitaria estudiantil vinculado con la sociedad, capaces de debatir y plantear con argumentos sus puntos de vista.
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Por ello hoy por hoy el acto de votar en la Facultad de Medicina de la Universidad Ricardo Palma se ha convertido, por los candidatos, en un engaño anunciado; como aquellos espectros de la muerte, que te anuncian momentos de bienestar a través de sus propuestas fraudulentas, suculentas y plagiadas. Es necesario que todos contribuyamos y caminemos en sentido inverso al viento en el que se nos trata de envolver, en su remolino de oportunismo y manipuleo. Es necesario responder por nuestros actos y exigir que respondan por los suyos los representantes elegidos. No seamos simples espectadores de esta triste realidad. Denunciemos públicamente a estos títeres que se satisfacen con beneficios y favores personales. ¿LOS MÁS DE 1500 ALUMNOS DE ESTA FACULTAD NO PODEMOS HACER NADA? NO BEBEMOS DEJAR QUE ESTOS REPRESENTANTES NOS MANEJEN Y A TÍTULO PERSONAL TOMEN DECICIONES POR NOSOTROS DEFENDIENDO SOLO SUS INTERESES PERSONALES. ¡NO…!!! ¡FISCALICÉMOLOS PERMANENTEMENTE!!
Antes del último aliento, estamos al borde de la decadencia y nuestro cuerpo exhala algo de voluntad, para no seguir caminando al vacío. Hoy nuestras ideas nos harán detenernos y pensar que aún todavía podemos hacer algo que depende sólo de nosotros. Invocamos a todos los estudiantes de medicina desde los alumnos del primer ciclo hasta los que se encuentran en el internado, a que seamos parte de este cambio, parte de este nuevo rumbo. Y a “nuestros representantes” elegidos o por elegirse darles el mensaje como dijera aquel insigne poeta encontrado en el anfiteatro de anatomía en manos del maestro bisturí: ¡Hay que dejar de ser uno tan pendejo en esta vida y dejarnos de pendejadas…!!!!!!!!!!!!
Atenta y cordialmente
IDENTIDAD MEDICINA Pdta: La palabra pendejo viene del latín pectiniculus, formada de pecten, que era como le llamaban al pelo del pubis y – iculus, un diminutivo. Pero por cierto en el Perú el término se usa no sólo para los traviesos o juguetones, sino también para los aprovechados o avispados que tratan de sacar ventaja, tomar el pelo o engañar para propio provecho.
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