Boletín de El Buen Pastor - febero 2020-

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Mes de febrero de 2020 ESPÍRITU SANTO, ESPÍRITU DE VERDAD ¡VEN Y HABITA ENTRE NOSOTROS! “Pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto y testifico que este es el Hijo de Dios” Juan 1: 33b- 34 El evangelio de Juan siempre nos invita desafiante a escudriñar con mucha atención lo que nos quiere transmitir, lo que desea que interpretemos. En este sentido, es llamativa la certeza con que Juan testifica sobre Jesús: “sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, este es el que bautiza con Espíritu Santo”… recordemos que el bautismo que Juan realizaba y que vimos que Jesús tomó es el bautismo por agua, esto entraña para sí el significado intrínseco de la limpieza. Se lavaba a alguien de sus impurezas. Pero el bautismo por el Espíritu Santo nos indica la transformación y el comienzo de una nueva vida. Bautismo de baptizen refiere a hundir, sumergir, de manera que si el bautismo es por el Espíritu Santo, quedamos empapados de él, sumergidos en este espíritu, saturados, en nuestra mente y en nuestra vida de este Espíritu. Retomemos el significado de Espíritu. “Ruah”- viento. Para los judíos el espíritu era poder, como viento muy fuerte que tiene poder. Vida, el corazón mismo, el alma y la esencia de la vida, la misma dinámica de la existencia del hombre. Dios, el poder y la vida de Espíritu estaban más allá del logro y el alcance meramente humanos. La venida del Espíritu a la vida de un hombre, es la venida de Dios mismo. Cuando el espíritu de Dios actúa, en primera instancia revela la verdad de Dios. Así es que otorga el poder de reconocer esa verdad y por efecto de predicar esa verdad. Quien conoce a Dios sabe que no puede guardarse esa verdad para sí y tiene que ser compartida con otros, con otras, que necesitan de él. Por eso el Espíritu Santo en tanto viento fuerte produce acción, ningún cristiano que conoce a Dios, a Jesucristo, se queda dormido, ofreciendo sacrificios pasivamente, dando ofrendas los días domingos, solamente. Sino que actúa, se mueve, busca, sale al encuentro de los otros. No se queda encerrado/a en casa, sentado en un sillón viendo las noticias que dan cuenta de la injusticia que sufre nuestro mundo. Es hora de despertar. El versículo citado se sitúa en el contexto donde nos es presentado a Jesús como Cordero de Dios. Me preguntaba por la certeza con que Juan el Bautista da cuenta, y reconoce a Jesucristo como cordero de Dios, así como afirma con total convicción “este es el Hijo de Dios”. ¿Se dieron cuenta el grado de certeza, de seguridad con que habla? ¿De dónde proviene esta certeza? Y la respuesta se nos presenta casi por añadidura, ¡de una relación íntima y profunda con Dios! Quien se sumerge, se empapa en el Espíritu Santo, se mueve, como el viento, sin un


cuerpo definido pero con una presencia atroz, que deja huella, que deja marca en aquellos con quienes se encuentra. El anonimato en las obras del Espíritu es fundamental, no se vanagloria con comentarios en Facebook, con fotos en Instagram, actúa sin que nadie lo sepa dejando las más profundas huellas sobre las vidas que transforma. La certeza de Juan, y la nuestra claro está, proviene de haber entendido el plan de Salvación para el que Dios entregó a su hijo Jesucristo. “Yo lo he visto y testifico que este es el Hijo de Dios”. Una Salvación que es para todos, sin diferencias, sin privilegios, sin discriminación. Y por el que los cristianos en tanto bautizados por el Espíritu Santo, tenemos que forjar, tenemos que apostar, tenemos que actuar, para que la Salvación sea una realidad compartida, no se quede encerrada en sí.

Que es el Espíritu Santo, Espíritu de verdad actúe en nuestras vidas, nos ayude a mirar el horizonte con sabiduría y nos mueva a actuar. ¡Bendiciones! ELIANA MACCHI


ESTUDIOS BÍBLICOS El 8 de febrero se reanudaron los Estudios Bíblicos de adultos, Segundos y cuartos sábados de cada mes, 17 hs. El tema del estudio serán las dos Cartas pastorales de Timoteo y la carta de Tito. ¡¡¡ESPERAMOS SU PRESENCIA, PARTICIPACIÓN Y OREMOS POR ÉSTOS ESTUDIOS!!!

EL SÁBADO 11 DE ENERO A LOS 85 AÑOS PARTIÓ A LA PRESENCIA DEL SEÑOR, EL PASTOR PABLO SOSA, MAESTRO DE MÚSICA, LITURGO. PROFESOR Y PASTOR PABLO SOSA FUE ALGUIEN QUE SUPO ARMONIZAR LOS SILENCIOS Y LOS SONIDOS Lo sonoro y el silencio nos acompañan en la vida. En un jardín o en un patio con macetas domina el silencio y la quietud; pero ese silencio es el que nos permite oír pequeños rumores, cantos lejanos, sonidos que nos llegan desordenados y confusos, ruidos desconocidos. En un cruce de calles priman los sonidos, pero al anochecer, cuando todo se calma, también nos dará la quietud y el silencio que nos hace intuir que la vida continúa moviéndose dentro de las casas que nos rodean. Pablo Sosa fue alguien que supo armonizar los silencios y los sonidos. Desde muy temprano en su vida descubrió que ambos elementos estaban allí para encontrarse, no para rivalizar. Y compuso obras musicales donde ellos se combinan de una manera maravillosa, creadas para mostrar el regalo que Dios nos hace al darnos una voz para cantar y un oído para recibir la voz de otros. Este don que recibió lo puso al servicio de algo peculiar: quiso cantar (y más aún, quiso que cantemos) a la gloria de Dios. Comenzó con aquellos memorables himnos de la tradición evangélica que tanto emocionan y que han sido fuente de inspiración y sostén para creyentes en los intrincados caminos de la vida y al encarar los momentos finales. Pero fue en 1954 cuanto un teólogo y músico de la India, Daniel T. Niles, que visitó Buenos Aires, le hizo notar que las melodías populares de nuestro continente tenían un potencial enorme para expresar la fe y la alabanza. De acuerdo con sus mismas palabras, Pablo lo escuchó con respeto pero con cierta incredulidad. Después de todo, pensó, este teólogo asiático poco o nada sabe de nuestras melodías nativas. Sin embargo la semilla estaba echada y cuatro años más tarde Pablo compuso la que quizás sea la primera canción evangélica con melodía folklórica: El cielo canta alegría. El cielo canta alegría porque en tu vida y la mía brilla la gloria de Dios. Pero también canta alegría porque esta vez la voz latinoamericana irrumpe en la alabanza para cantar su fe y su voluntad de hacerse oír. Aquel día fue el comienzo de una nueva era en el canto congregacional evangélico. Pablo continuó componiendo canciones y también otros al calor de su naciente obra se animaron a hacerlo. El cabo de un tiempo nace el Cancionero Abierto, obra dirigida por Pablo y que agrupa canciones de diversos autores latinoamericanos. Es imposible exagerar el cambio que significó este aporte de Pablo Sosa al canto en nuestras iglesias. Allí estaban los latinoamericanos, pero también obras de otras latitudes que utilizaban sus expresiones folklóricas para cantar la fe. Allí había un espíritu ecuménico reflejado en obras evangélicas pero también de compositores católicos. Quizá también por primera vez se incluyeron obras de creación colectiva: cantos nacidos en campamentos, en encuentros, cantos anónimos. Pablo quería que todas las voces tuvieran un lugar en ese Cancionero que se abría a todos.


El ministerio de Pablo fue amplio y diversificado. Compuso decenas de canciones y cantó, pero también hizo cantar; dirigió coros y por años condujo el conjunto coral «Música para todos», por el cual pasaron decenas de coreutas, el que en sus presentaciones siempre incluía el hacer cantar al público que se había reunido para oírlos. Supo ejercer con responsabilidad de condición de pastor. Fue docente de teología y de música y formó a cientos de personas que luego volcaron sus dones en la iglesia. Condujo liturgias masivas en estadios pero también en cultos en pequeñas congregaciones. No era dado a contar los reconocimientos que recibía: fue premiado en los Estados Unidos y en Europa; sus canciones fueron traducidas al inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés. Algunos de sus temas fueron arreglados para ser ejecutados por una orquesta sinfónica. Desde aquel carnavalito, simple y profundo, hasta las obras de sus últimos años, sus canciones recorrieron un extenso camino. Damos gracias a Dios por su vida y obra, y por haber tenido el privilegio de ser bendecidos por su compañía y ahora por su legado. El cielo canta alegría tiene un estribillo donde se repite «aleluya» cuatro veces. Aleluya es una palabra hebrea que es una confesión de fe: significa «nosotros alabamos al Señor». Al evocar la vida de Pablo Sosa decimos con él “¡aleluya!”. Que así sea.

PABLO R. ANDIÑACH Texto publicado en la página web de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina


LECTURAS BÍBLICAS: DOMINGOS DE FEBRERO

Domingo 2 Malaquías 3:1-4 Salmo 84 Hebreos 2: 14-18 Lucas 2: 22-40

Domingo 9 Isaías 58: 1-9a (9b-12) Salmo 112: 1-9 (10) Corintios 2: 1-12 (13-16) Mateo 5: 13-20

Domingo 16 Deuteronomio 30: 15-20 Salmo 119: 1-8 1° Corintios 3: 1-9 Mateo 5: 21-37

Domingo 23 Éxodo 24: 12-18 Salmo 2 Pedro 1: 16-21 Mateo 17: 1-9

CUENTO: La “parte que falta” encuentra la “O Grande” (Adaptación de un cuento de Shel Silverstein) … Un cuento para pensar en la búsqueda de nuestra esencia como personas y de nuestras interrelaciones con “un otro”. Ocurrió que… “La pieza faltante estaba sola esperando a alguien que viniera y se la llevara rodando a algún lugar. Ella era de forma triangular, buscaba un círculo al que le faltara una parte triangular. Con algunos cuadrados calzaba, pero no podía rodar. Con algunos círculos podía rodar, pero no calzaba. Unos círculos no sabían nada de calzar, otros eran muy delicados y se rompían fácilmente. Un círculo puso a la pieza faltante en un pedestal, ahí la dejó y se fue. A algunos círculos les hacían falta muchas piezas a otros les sobraban muchas piezas. La pieza faltante aprendió a esconderse de los círculos hambrientos y de aquellos que la miraban ¡muy de cerca! Otros rodaban a su lado sin siquiera notarla. Así es que intentó hacerse más atractiva. No funcionó ya que le arrebataron su atractivo dejándola nuevamente sola. Trató de ser extravagante y llamar la atención, el único resultado fue espantar a los círculos asustadizos (y a los “pagados de sí mismos”). Por fin… llegó uno con el que calzaba perfectamente. Ambos se fueron rodando. Pero de repente la pieza faltante comenzó a crecer. ¡Y crecer! -

No sabía que crecerías – dijo el círculo. Yo tampoco – dijo la pieza faltante. Estoy buscando una pieza faltante, pero una que no crezca. Adiós,

La pieza faltante se quedó nuevamente sola, suspirando. Hasta que un día… pasó un círculo que lucía diferente. Era un círculo completo, no le hacía falta una pieza. -

¿Qué quieres de mí? - preguntó la pieza faltante. Nada - dijo el círculo completo.


-

¿Qué necesitas de mí? Nada - volvió a responder el círculo completo - ¿Quién eres? - pregunto la pieza faltante. Soy la O Grande. ¡Creo que tú eres el círculo que estoy esperando! se alegró la pieza faltante y le dijo: - Quizá yo sea tu parte faltante. Pero… a mí no me falta ninguna parte - respondió la O Grande. – No encajas en ningún lugar. Es una lástima - dijo la parte faltante - Yo esperaba quizá poder rodar contigo. No puedes rodar conmigo pero puedes rodar por ti misma - le dijo la O Grande. ¿Por mí misma?... Una pieza faltante no puede rodar por si sola - dijo asustada. ¿Lo has intentado alguna vez? - le preguntó la O Grande. Pero… yo tengo esquinas puntiagudas - se lamentó la pieza faltante Las esquinas se desgastan – dijo la O Grande – y las formas cambian. De cualquier manera, me tengo que ir. Tal vez nos volvamos a encontrar…

Y se fue rodando. La pieza faltante estaba nuevamente sola. Se quedó inmóvil por mucho tiempo. Entonces se levantó lentamente sobre una de sus esquinas y dio una voltereta. Y ¡plas!... cayó al otro lado. Nuevamente se impulsó y se levantó y volvió a caer. Pero así comenzó a avanzar. Impulsarse… levantarse… caer… impulsarse… levantarse… caer. Pronto sus esquinas comenzaron a redondearse. Su forma comenzó a cambiar y se halló rodando en lugar de caer, rodando cada vez más suavemente y con más facilidad. No sabía dónde rodaba, pero no le importaba. ¡ESTABA RODANDO! Así encontró nuevamente a la O grande y rodaron juntos, pero cada cual por sí sola. APORTE CUENTO: LILIANA CONTINO FUENTE: “DIMENSIONES DEL CUIDADO Y ASESORAMIENTO PASTORAL”. ED. KAIROS. CUMPLEAÑOS DE FEBRERO 3 - Celia Scicolome 5 - Leila Manoukian de Romero 9 - Eliana Macchi – Hugo Garcia

21 - Roberto Manfredi 24 - Piti Maceratesi 26 - Ester B. de Biasotti

ACTIVIDADES DE FEBRERO

Estudios bíblicos 2dos. y 4tos. Sábados del mes – 17.00 hs. Un espacio para compartir, reflexionar y orar. Si querés unirte a un grupo que desea descubrir como la Palabra de Dios habla a nuestra realidad cotidiana, estás invitado.

Domingos 10.30 hs. Culto de adoración – Santa Cena

Edición y recopilación: M. Cristina P. de Maceratesi: mcristinaparodi@yahoo.com.ar Pastor Bladimir Coro www.iglesiaencolegiales.com.ar-iglesiaencolegiales@gmail.com


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