Surco Publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista en Mar del Plata y Balcarce. Año XXVI - Nº 310/
Octubre / 20
Jesús
Gracia que transforma esperanza que libera
¡Vive la vida sabrosa e iluminada! – Carta Pastoral de octubre En Episcopado
06 Oct 2020
“Ustedes son la sal de este mundo… Ustedes son la luz del mundo.” Evangelio de Mateo 5: 13-14 Aunque la sal y la luz no tienen nada en común, coinciden en que ninguna de las dos es provechosa por sí misma. La sal sola no sirve, solo es útil para acompañar los alimentos. La luz no se puede ver, es absolutamente oscura hasta que tropieza con un objeto. Y entonces podemos ver los objetos que nos rodean porque la luz que se refleja en ellos llega hasta nuestros ojos. No somos absolutamente nada separadas o separados del resto de la gente. Nuestro existir solo tiene sentido en la medida que pase a formar parte de los demás, en un amor que sea eficaz y que se muestre en una práctica que exorciza el fatalismo y el desaliento. Jesús constituye un pueblo de gente que ilumina, un pueblo de personas transformadas en luz. Personas que alumbran con generosidad y gratuitamente para que todos vean y vivan relaciones solidarias, tejiendo vínculos entre hombres y mujeres que buscan justicia y paz. No se trata de una lucha de la luz contra las tinieblas, sino de un alumbramiento de vida, es decir que todos puedan ver. ¡La luz de Jesús el Cristo es ofrecida como regalo generoso para todas y todos! Me gusta el decir de Eugene Peterson, en su traducción libre del texto en el Evangelio de Mateo: “Mantén la casa abierta; sé generoso con tu vida. Al abrirte a los demás, incitarás a las personas a abrirse con Dios, este generoso Padre en el cielo”. ¡Así que vive la vida sabrosa e iluminada! Ahora, si la luz tiene un sentido positivo, advirtamos que nosotros y nosotras, la comunidad, también podemos apagarla. Y la sal, si no está sazonando la vida, muestra nuestra existencia como inútil en cuanto a la misión de la Iglesia al mundo todo. No se trata de parecer luz y sal, sino de serlo. Luciérnagas en noche oscura y cerrada, somos convocados a que con humildad ofrezcamos un resquicio de luz o con una pizca de sal hagamos la diferencia en la desabrida comida del mundo. En esta línea nos inspira esta canción que solemos usar en nuestras liturgias: “Parte tu pan donde hambre hay, Habla con quien no puede hablar. Canta con quien triste hoy está: Abre a los solos tu hogar.” Tomo prestadas las palabras de Xabier Pikaza, que nos ayudan en la reflexión: 2
‒ Ser como la sal… La tierra corre el riesgo de podrirse, porque no tiene sal o porque la tiene mala y excesiva (el Mar Muerto). La sal no vale para sí, sino para conservar y sazonar, para diluirse en el proceso de la vida de la tierra… No somos sal para nosotros mismos, para un grupo pequeño, sino sal para la tierra entera. ‒ Ser luz… Tampoco la luz vale en sí, sino para alumbrar a otros… El peligro de cierta iglesia ha sido petrificar la luz o, mejor dicho, confundiendo su oscuridad con luz, y queriendo imponerla sobre los demás… Amada hermana, amado hermano, oramos pidiendo al Espíritu nos acompañe para amar y servir, y así nuestro pueblo reconozca la presencia de Dios y seamos sal y luz de la tierra. Y lo hacemos con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe. Caminamos fortalecidos en prácticas de ojos abiertos, de corazones compasivos y de amor eficaz. Nunca tratamos de apagar, sino de iluminar; nunca de amargar, sino de dar gusto y sabor. Compartimos para todas y todos la palabra de Jesús, convocados a ser sal que mantiene la vida en la totalidad de la casa común y luz que hace amanecer días claros y llenos de sentido. Abrazo fraterno/sororal Pastor Américo Jara Reyes Obispo El Buitre: si pones a un buitre en un cajón que mida 2 x 2 m, y que esté completamente abierto por la parte superior; esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza el vuelo desde el suelo con una carrera de tres a cuatro metros. Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo... El Murciélago: el murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche es una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo, en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrarse indefenso y sin dudas, dolorosamente hasta alcanzar algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar hacia el aire, entonces, inmediatamente despega a volar... La Abeja: la abeja al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada del mismo. Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando de encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo. Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que completamente se destruye a sí misma... Las Personas: en muchas formas somos como el buitre, el murciélago y la abeja; lidiamos con nuestros problemas y frustraciones, sin nunca darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es mirar hacia arriba. Ésa es la respuesta, la ruta de escape y la solución a cualquier problema. Solo mira hacia arriba. La tristeza mira hacia atrás... la preocupación mira alrededor... la depresión mira hacia abajo.... pero la FE siempre mira hacia arriba... porque allá está Dios Todopoderoso... la solución a los problemas, la paz y la felicidad. Aporte de Teresita Biscotti
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Co-creación hoy: Gracia y Responsabilidad Por Pablo Oviedo Una de las revelaciones que han emergido en esta pandemia, es que la misma ha sacado en algunos casos lo mejor de los seres humanos, y en otros lo peor. Lo vienen diciendo muchos filósofos y analistas sociales desde el comienzo de la misma.
Por ello Maddox define la teología de la gracia wesleyana como gracia responsable. Sostiene que la concepción wesleyana de la gracia y de la “gran salvación” incorpora a su sujeto, el ser humano, como parte del proceso. Es gracia con responsabilidad: gracia responsable. La gracia de Dios demanda una respuesta participante y participativa. De ahí, también, que el mismo concepto de “mayordomía” sea constitutivo del pensamiento wesleyano. Como decía Juan Wesley en su sermón n°51, sobre el tema: “La relación que el ser humano tiene con Dios, la criatura con su Creador, se nos presenta en sus oráculos bajo varios calificativos [es decir en la Escritura, agrego]. Se le considera como pecador, criatura caída, se le representa también como siervo…. Ningún apelativo, sin embargo, concuerda mejor con el estado presente del humano que es el de mayordomo.”[4]
Así como hubo y hay personas que han entregado su tiempo y trabajo para acompañar y suplir necesidades de todo tipo durante la pandemia (como los trabajadores esenciales de la salud, que en mi país ya han muerto más de cien en seis meses), también se ha consolidado una irresponsabilidad individualista, desprecio y odio que se manifiesta de diferentes maneras. Sospecho que esta irresponsabilidad y crueldad no es nueva, lo que ha hecho es desnudar lo que ya existía. De hecho, hay analistas como Rita Segato que sostienen que el sistema dominante en su fase actual en occidente se basa entre otras cosas en una pedagogía de la crueldad, que nos inhibe de percibir a los/as otros/as como personas y nos amputa la empatía. Por ello, pregonar que la empatía y la responsabilidad afectiva son dañinas socialmente, es arrancarnos las herramientas para resistir la dominación y para construir otra forma de relacionamiento. También sostiene que esta pedagogía imperante se basa en la irresponsabilidad de los sujetos en relación a los otro/as.[1]
Wesley continuará aplicando este concepto a distintas dimensiones de la vida. Y al final de este sermón presentará la tensión dialéctica característica de su teología práctica, en este caso entre la gracia divina y el esfuerzo humano: “De aquí aprendemos, tercero, que no hay obras de supererogación, que nunca podemos hacer más de lo que es nuestra obligación. Puesto que todo lo que poseemos no es propiamente nuestro, sino de Dios, todo lo que hacemos se lo debemos a él. No hemos recibido sencillamente esto o aquello, ni siquiera muchas cosas, sino que todo proviene de él; por lo que todo se le debe. Él es quien nos ha dado todo, y tiene derecho a todo. Por lo que, si le pagamos a él un poco menos que todo, no podemos ser mayordomos fieles. Y considerando que cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor, no podemos ser mayordomos sabios, a menos que trabajemos con toda nuestra fuerza, no dejando nada a medias si lo podemos evitar, sino aplicando toda nuestra energía …. No es cosa fácil poner en las manos de Dios todo lo que has recibido de él. Requiere toda tu sabiduría, toda tu resolución, toda tu paciencia y constancia; más de lo que antes tuviste por naturaleza, pero no más de lo que puedes tener por gracia.”[5]
¿Cómo podemos enfrentar estos desafíos desde la teología? Uno de los conceptos claves de la teología cristiana es la gracia, y en la tradición wesleyana de la que soy parte, “la clave para entender todas las doctrinas soteriológicas de Wesley es su entendimiento de la gracia.”[2] Un estudioso contemporáneo de Wesley como Randy Maddox, dice que los teólogos occidentales generalmente han definido la gracia como el indulto y perdón divinos, mientras que los orientales han interpretado la gracia como el poder de Dios trabajando internamente para renovar nuestra naturaleza.[3] Y según estos estudiosos Wesley no duda en utilizar ambas tradiciones, porque la gracia de Dios como él la define, es tanto el amor de Dios evidente en Cristo dado a la humanidad (y a la creación), como la respuesta del ser humano a ese amor de Dios.
En definitiva, Wesley sostiene que en toda nuestra vida, no somos más que mayordomos. 4
Somos responsables ante Dios y rendiremos cuenta de nuestra mayordomía, que continúa a lo largo de nuestra vida hasta el día de la muerte. No somos propietarios, pero Dios no nos trata como siervos, sino que nos ha puesto como mayordomos. Incluidos los talentos, el dinero, la dosis de poder, el tiempo que Dios nos confía cada día y nuestras relaciones con los demás, en especial con los hambrientos, enfermos y demás marginados. Que Wesley los menciona en este sermón 51, citando la parábola del juicio a las naciones en Mateo 25:35-36.[6]
co-creadores en dirección al Reino de Dios.”[9] Ante una creciente experiencia del odio, la crueldad y la irresponsabilidad, somos llamados/as desde este rescate teológico, a experimentar y co-crear una pedagogía de la solidaridad profunda, la empatía y la responsabilidad en todas nuestras relaciones. ____________________________________ [1] Ella trabaja desde una perspectiva feminista esta pedagogía de la irresponsabilidad en el ámbito carcelario y define la cárcel cómo una escuela que produce y reproduce una comunidad moral de sujetos irresponsables. Ver Segato, Rita. (2003). El sistema penal como pedagogía de la irresponsabilidad y el proyecto “Habla preso, el derecho humano a la palabra en la cárcel” Serie Antropología (Nro. 329). Departamento de Antropología, Universidade de Brasília. Disponible en: http://www.lanic.utexas.edu/project/etext/llilas/ cpa/spring03/culturaypaz/segato.pdf [2] Theodore Runyon, La Nueva Creación: la Teología de Juan Wesley para hoy, Nashville, Abingdon press, 2006, p. 33. [3] Randy L. Maddox, Responsible Grace: John Wesley’s Practical Theology. Nashville, Kingswood books , 2006, p. 23. Somos conscientes de la discusión entre el pelagianismo y el quietismo agustiniano y del tema del sinergismo teológico en Wesley. Pero no entraremos en detalle, por razones de espacio. [4] Sermón 51, “El buen mayordomo”, en Wesley J.. Obras de Wesley, 14 vols., Franklin, TN: Providence House Publishers,1996-98, Ed. Gonzalez Justo. T. III,p. 219. [5] Op.cit. p.239 [6] Op.cit. p.236. [7] Op.cit., p.237 [8]Segundo J.L: ¿Qué mundo? ¿Qué Hombre? Qué Dios?, Santander,Sal Terrae, 1993, p.491. Ver como trabaja el concepto de ser humano co-creador , como motivo del universo, en p. 348-349. [9] Op.Cit. p.124.
Y por último se nos ha confiado –dice Wesleyla gracia de Dios y el poder de su Espíritu, sobre el cual descansa el resto.[7] Concluyendo, podemos decir que aunque esta palabra mayordomo nos es lejana en nuestra cultura actual, no debe ser así la riqueza de su fuente y contenido: la gracia responsable. La idea de responsabilidad ante Dios, ante los otro/as, ante la creación y uno mismo es una idea teológica clave que nos desafía en nuestra vida humana y cristiana. Y mucho más en este tiempo de pandemia. Un concepto análogo más contemporáneo y relevante, lo propuso el teólogo de la liberación uruguayo Juan Luis Segundo, cuando habló de la humanidad como co-creadores en la historia de la salvación, llamados a co-crear humanización y cuidado de la creación, en sintonía con el reino de Dios. Dice Segundo: “Tenemos algo del reino de Dios que está en nuestras manos y que Dios no hará si nosotros no optamos de manera responsable por un progreso del amor, progreso que hacen posible las circunstancias únicas que cada uno de nosotros vive.”[8] En nuestro contexto latinoamericano-caribeño y global signado por la injusticia social, la destrucción de la tierra y la exclusión, estamos convocados como socios de Dios a colaborar como “super-reguladores ecológicos o como
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Iglesia reformada, siempre reformándose Los reformadores, Lutero (en Alemania), Calvino (en Ginebra), Zwinglio (en Suiza), no quisieron nunca cortar relaciones con su Iglesia madre. Sin embargo, con diferentes matices y por distintas razones, todos terminaron creando movimientos reformadores que finalmente se independizaron. Los cambios que propusieron en su Iglesia de origen no fueron bien recibidos, ni entendidos como una búsqueda de fidelidad a la Palabra de Dios. Por el contrario, como en el caso de Lutero, terminan provocando que éste reciba la bula de excomunión, quedando fuera de la Iglesia. Un lema de las Iglesias herederas de la Reforma Protestante del 1516 es “iglesia reformada siempre reformándose”[1]. La frase original en latín parece ser “Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei”. La frase completa en latín nos recuerda las últimas palabras que suelen ser olvidadas. La Iglesia reformada que siempre debe reformarse, debe hacerlo siguiendo la Palabra de Dios, o en la búsqueda de fidelidad a la Palabra de Dios. De esta manera, queda claro que no es reformarse por el sólo hecho de reformarse, sino en la búsqueda de entender lo que el Espíritu nos quiere hacer entender en la Palabra en el tiempo que nos toca vivir. El Apóstol Pablo utiliza en su carta a los Romanos una expresión sumamente interesante que vale la pena recordar en este sentido: “Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir, cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (Ro 12:2, BJ). Aquí Pablo utiliza el término griego μεταμόρφωσις, traducido “transfórmense”. Literalmente significa cambio de forma: μετα- (meta-), “cambio” + μορφή (morfe) “forma”. Pablo instala la idea de transformación, de esto no puede caber duda alguna. Sí podemos interrogarnos acerca de a qué se refiere con no acomodarse al mundo presente, porque la transformación es lo opuesto a ese concepto de mundo presente. Para intentar responder esa pregunta, debemos recordar que se cree que esta Carta a los Romanos es el último escrito de Pablo, que no es sólo una carta, sino que es su obra escrita más extensa y de mayor desarrollo teológico. En este sentido, algunos de los temas allí presentes podremos encontrarlos -o tendrán relación- con otros presentes en sus cartas anteriores. Un tema recurrente contra el que el Apóstol tuvo que enfrentase en varias oportunidades es el que también está presente en su carta a los Gálatas. Allí menciona que hay personas entre los creyentes que perturban y alteran el Evangelio de Cristo (Gál 1:7), y que existen falsos hermanos que se introducen en la comunidad a escondidas para espiar la libertad que se tiene en Cristo Jesús, para volver a reducirlos a la esclavitud (Gál 2:4). Pablo se enfrenta así a aquellas personas o grupos que pretendían que los creyentes gentiles adquirieran las prácticas judías. Esta fue la discusión que mantuvo fuertemente con Pedro, también relatada por el Apóstol en la misma carta a los Gálatas (Gál 2:11ss).
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De esta manera, podríamos animarnos a postular que “el mundo presente” no tiene necesariamente que ver con lo que solemos llamar el “mundo secular”, como algunos han interpretado, o el “mundo externo”, sino por el contrario, con el “mundo interno” de la misma comunidad cristiana. Siguiendo esta línea, Pablo no estaría cuestionando la vinculación de la comunidad cristiana con el mundo externo, sino la existencia de grupos y personas que querían volver a los creyentes a creencias y prácticas anteriores, antiguas, esclavizantes, judaizantes. Esas personas y grupos serían los cristianos conservadores de origen judío. El pastor Raúl Sosa (Metodista, Uruguayo), afirma hablando de Pablo y su predicación en Atenas (Hechos 17:16ss): “este hombre con un temperamento tan apasionado y con convicciones tan firmes, al punto tal de “enardecerse” en la discusión (v.16s.), no es sordo ni ciego a los demás, observa cómo viven, detecta lo que les interesa y les preocupa, intercambia puntos de vista y opiniones, por más diferentes que sean de las de él. Y en ese intercambio, a partir de esa apertura a los demás, el apóstol recoge y valora todo aquello que puede constituir un aporte. En este caso en particular, recoge algo de la tradición religiosa de los atenienses y lo conecta con el evangelio, lo incorpora a su visión de Dios. Tan radical es esta apertura al otro, esta inclusividad del evangelio, esta inclinación al diálogo, que tal vez algunos de nosotros lo consideraríamos demasiado riesgoso, porque llega a poner en juego la “pureza” del evangelio. Precisamente ése era el temor que tenían los cristianos judaizantes con la evangelización de los gentiles, y por eso trataron de imponer la práctica de la circuncisión a todo gentil que se convirtiera”[2]. Ahora bien, como venimos afirmando, este no era el temor del Apóstol. Era el temor de aquellas personas que no estaban dispuestas a dialogar con los diferentes. Que no estaban dispuestas a incorporar elementos ajenos a la tradición y religiosidad judía. Pablo anuncia el Evangelio buscando dialogar con estas realidades diferentes para que el Evangelio tenga llegada, para que pueda ser recibido y las personas puedan encontrar al Señor. A los Gálatas les dice que no vuelvan a caer en la esclavitud, que permanezcan en la libertad que tienen en Cristo Jesús. De esta manera, se advierte el desafío de anunciar un Evangelio contextual y pertinente al tiempo y a las personas que lo escucharán. Las Iglesias herederas de la Reforma Protestante nos hemos encargado de fosilizar ideas, de fijar criterios teológicos inamovibles, de postular dogmas inmutables, de encerrarnos en una manera de pensar. Cada Iglesia, según su tradición, en mayor o menor medida, ha hecho esto. Aquel lema que invocábamos al comienzo es una linda frase que no ha vuelto a hacerse realidad. No hemos asumido el desafío del Apóstol Pablo, de no acomodarnos al mundo presente (a nuestras seguridades, a lo conocido, a lo instituido, a lo permitido), y de aceptar transformarnos por la renovación de nuestra mente para distinguir la buena voluntad de Dios. Alguno, quizás, podrá afirmar que han habido muchísimos cambios. Que hemos dejado de ser tan serios en nuestros cultos. Que hemos permitido que otros instrumentos participen de la música en nuestros servicios. Que hemos aceptado cantar canciones y no sólo himnos. En algunos casos hasta proyectamos letras para cantar en pantallas.
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Si bien es verdad que estos son cambios reales, como afirma el pastor Pablo Chacón (costarricense), son cambios superficiales, estéticos, temporales y falsos[3]. No son cambios profundos. En lo personal, he escuchado personas que quieren que la Iglesia se “modernice”, y de esta manera proponen incorporar canciones cristianas que han escuchado de artistas evangélicos (Marcos Witt, Jesús Adrián Romero, Marcos Vidal, Marcela Gándara, Hillson, etc.). En la misma línea, otras personas proponen cambiar bancos por sillas, incluso animarnos a invitar a pastores de otras tradiciones (que no son las nuestras). Pero, cuando se propone –por ejemplo- repensar un postulado teológico tradicional, aparecen las mayores resistencias. No les importa demasiado si los pastores o pastoras se visten con ropa clerical. Incluso, algunas personas sostienen que esa costumbre les parece antigua. Parecen grandes innovadores, pero a la hora de repensar la teología, la forma de ser comunidad, los alcances del Evangelio en este tiempo, la pertinencia de ciertas verdades “incuestionables” en este tiempo, no están dispuestos ni siquiera a conversarlas. Estas personas deciden quedarse con los cambios estéticos, superficiales, temporarios, falsos. Son cambios para realmente no cambiar. Estas personas pueden ser hoy, aquellas a las que se refiere el Apóstol Pablo en su carta a los Gálatas. Quienes siendo parte de la comunidad, perturban y alteran el sentido profundo del Evangelio, trabajando contra la libertad que se tiene en Cristo Jesús. Estas son las personas que no están dispuestas a transformarse mediante la renovación de la mente, buscando distinguir la buena voluntad de Dios (Romanos 12:2). Prefieren permanecer y acomodarse al “mundo presente” interno de la Iglesia, en el sentido anteriormente expuesto, sin dejar que soplen vientos de cambio, apertura, transformación y libertad. El desafío que tenemos las Iglesias en este 500° aniversario de la Reforma Protestante, es animarnos a repensar aquellos postulados teológicos que consideramos indubitables. Repensarlos no significa bastardearlos, sino ponerlos en diálogo. Especialmente, animarnos en ese ejercicio dialógico con los ajenos a nuestras Iglesias, como hizo el Apóstol Pablo con los atenienses, poniendo en diálogo nuestra fe y creencias con los aportes y puntos de vista que pueden enriquecer nuestra mirada. Ser Iglesias herederas de la reforma en este tiempo, implica animarnos a pensar diferente, a reconocer nuestros errores y temores y a seguir en la búsqueda de fidelidad a la Palabra de Dios. Buscando discernir lo que Dios nos quiere decir en este tiempo, que seguramente va a ser pertinente y necesario. Es mi deseo y oración, que el mismo Espíritu que inspiró e iluminó a los reformadores, y a los pre refromadores antes de ellos, nos inspire e ilumine a nosotros hoy también, para que nosotros y nuestras iglesias sigamos en la búsqueda de fidelidad a nuestro Dios. Maximiliano Heusser [1] Para esta ponencia fue significativo el artículo de Leopoldo Cervantes Ortiz “Metamorfosis: La Reforma Protestante aquí y ahora” Parte I y II, FTL (Fraternidad Teológica Latinoamericana), disponible en: ftlal.com/reforma-protestante-i [2] Raúl Sosa “Dones y ministerios para una misión integral”, Documento inédito, p. 6 [3] José Pablo Chacón “¿Una iglesia reformada, que siempre se reforma?”, Disponible en Facebook, 2017. Fuente: http://alc-noticias.net/es/2017/10/31/iglesia-reformada-siempre-reformandose/
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“DIOS NO HACE EXCEPCIÓN DE PERSONAS” ¿Es posible leer la Biblia en clave feminista? Dialogamos con Mariel Pons, pastora metodista y feminista, sobre perspectiva de género y religión. ¿Pueden convivir ambos mundos? Por Dana Goin A simple vista, feminismo y religión no parecieran ser temas que vayan de la mano. Culpa de la caza de brujas, de la “conquista” de América Latina o del hecho de que la Iglesia se ha opuesto a básicamente- cualquier ampliación de derechos para minorías, no importa. La cuestión es que muchas veces se los piensa en veredas opuestas. ¿Puede una persona religiosa ser feminista? ¿Puede convivir la Iglesia con el movimiento de mujeres y el colectivo LGBTQ+? ¿Hay otra lectura posible? “Cuando tenía 15 años, en un campamento de adolescentes de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA), conocí a una pastora, Alieda Verhoeven. En ese entonces, yo estaba acostumbrada siempre a ver pastores varones, no mujeres”, recuerda Mariel Pons, como hecho que la marcó y la llevó a convertirse ella misma en pastora de la IEMA. Verhoeven, de hecho, fue una pastora de esa iglesia y activista por los derechos humanos. Holandesa de nacimiento, se radicó en Mendoza en 1963. Fue una de las fundadoras de los Encuentros (Pluri)Nacionales de Mujeres y del Comité por los Refugiados Chilenos durante la dictadura de Pinochet. Su lucha es coherente con la institución en la que se desenvolvió. La Iglesia Metodista, desde su llegada a Argentina en 1836, ha participado en diferentes causas sociales: desde el reclamo por un estado laico a fines de siglo XIX, como la denuncia de los crímenes de lesa humanidad en el último golpe de Estado cívico-militar de 1976. En 2010, en el marco de la ley de matrimonio igualitario, esta institución dio libertad de acción a cada congregación para que decidiera si bendeciría uniones de este tipo o no. “Seguramente tenemos más preguntas que respuestas, pero decidimos acompañar”, afirmaba Frank de Nully Brown, el entonces obispo de la Iglesia. Algo similar ocurrió durante el debate por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. En una de las audiencias previas a la votación, Américo Jara Reyes, actual obispo de la institución, declaró: “Nuestra mirada evangélica afirma que la vida toda es don de Dios y ello nos hace reticentes a apoyar el aborto. Pero también es cierto que respetamos el sentido sagrado de la vida y el buen vivir de la mujer, para quien un embarazo inaceptable puede ser devastador”. “Pensar y dejar pensar” es uno de los lemas por los que se guía esta comunidad de fe. Dialogamos con Mariel Pons sobre las posibilidades de pensar la iglesia desde el feminismo (y el feminismo desde la iglesia). ¿Qué significa leer la Biblia desde una perspectiva feminista?
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Laura Luque, en un artículo acerca de lo que el arte enseña sobre la desigualdad de género, cita a un autor que dice: “Los hombres miran a las mujeres, las mujeres se miran a sí mismas a través de cómo son miradas, y esto va a determinar no solo la mayoría de las relaciones entre hombres y mujeres, sino también la relación de las mujeres consigo mismas”. En este sentido yo me atrevo a modificar y decir que los hombres teologizan a las mujeres y las mujeres se teologizan a sí mismas a través de como son teologizadas. Esto determina no sólo la mayoría de sus relaciones, sino también la relación de las mujeres consigo mismas.
Cuando nos acercamos al texto bíblico, y cuando lo hacemos desde una perspectiva feminista, lo hacemos con la necesidad de descubrirnos en él y de mirar nuestras propias vidas, nuestras relaciones y nuestro trabajo. Y no a través de cómo los hombres han mirado y han teologizado, sino a través de nuestra propia mirada y a través de nuestra propia construcción de teología. Esto también abre un gran abanico, porque dentro de la categoría mujer hay infinidad de variables en tanto infinidad de mujeres que somos. No va a ser lo mismo la lectura feminista de una mujer blanca de clase media latinoamericana, que desde una mujer también latinoamericana pero perteneciente a un pueblo originario o al colectivo LGBT. ¿Qué hallazgos arroja esa lectura feminista de la Biblia? La propuesta de la teología de la liberación abre todo un ámbito diferente para las mujeres. En este sentido, a nivel latinoamericano, aparece el nombre de la teóloga mexicana Elsa Thames. Ella va a establecer la lectura de la biblia a partir de la hermenéutica de la sospecha; es decir, de sospechar de por qué está escrito lo que está escrito en la Biblia, de por qué hay cosas que no están escritas y de por qué muchas veces leemos diferente a lo que está escrito. No tenemos que olvidarnos que el texto bíblico surge inspirado por Dios, pero al mismo tiempo fue plasmado por personas determinadas (se cree que quienes la escribieron eran varones, porque eran quienes tenían acceso a la escritura) y en un contexto y una cultura determinadas. Así y todo, en el texto bíblico podemos encontrar historias de mujeres que nos siguen inspirando aún hoy, porque se atrevieron a ir contra las leyes de su tiempo para vivenciar la justicia de Dios. De hecho, el movimiento que acompaña a Jesús está compuesto por mujeres. Al mismo tiempo, hay
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historias terribles de violencia contra ellas, que se mantienen vivas por la realidad que seguimos viviendo hoy. Entonces, ¿por qué generalmente las mujeres ocupan el lugar que ocupan en la religión? Como todo movimiento, a medida que se fue institucionalizando como Iglesia empieza a respetar los parámetros culturales de la época, un tiempo marcado por el patriarcado, y las historias de las mujeres se comienzan a invisibilizar. La perspectiva de género nos abre la posibilidad de volver a visibilizar las historias de esas mujeres y su compromiso con la propuesta del nuevo reino manifestado en Jesús. Una teóloga española, Carmen Bernabé, dice sobre el nacimiento de la iglesia primitiva que se da en casas cuyas puertas eran abiertas por mujeres. Es decir que la iglesia inicia su movimiento desde la casa como la plataforma doméstica de la misión. ¿Hay lugar para el revisionismo dentro de la Iglesia? La perspectiva feminista nos provee una mirada diferente hacia la historia, y nos obliga también a un revisionismo sobre el lugar que ocuparon las mujeres a lo largo de toda la historia de la iglesia. Cuando las mujeres accedieron desde el conocimiento al texto bíblico, y a una interpretación alejada de la mirada masculina del mismo, fueron perseguidas, torturadas y violentadas. A lo largo de toda la historia de la iglesia se pueden identificar diferentes momentos y países en los que grupos de mujeres que se atrevieron a desafiar la cultura de su tiempo y a establecer un vínculo con el espacio sagrado, con la divinidad, sin estar mediado por la mirada masculinizante. Todos estos movimientos fueron combatidos desde el propio seno de la iglesia, que tiene que ver con un ejercicio del poder y con relaciones asimétricas del poder. En ese sentido, la lectura bíblica es liberadora y contracultural, en tanto que rompe con los estereotipos. ¿Liberadora? ¿En qué sentido? Vivimos en un mundo plagado de imágenes, incluso de Dios y de cómo debe ser Dios. Tiene que ver con las construcciones humanas que se hacen en relación a los espacios sagrados y la divinidad. Cuando nosotros intentamos conceptualizar en imágenes a la divinidad, ahí es cuando se producen los cierres, es cuando se producen los dogmas, el deber-ser con todo su peso. Entonces es cuando volvemos la mirada sin interferencias al texto sagrado, y ahí lo que descubrimos es que todos los límites humanos, todas aquellas cosas que nos separan, lo que establece una línea entre lo bueno y lo malo, entre lo que tiene que ser y el deber ser, se diluye. Esa es la propuesta de Jesús para quienes tratamos de vivir una vida de fe acorde a su propuesta. ¿Por qué? Porque la propuesta de Jesús es la construcción de una comunidad de iguales, en la que se puedan vivenciar vínculos amorosos y sanos. Una comunidad que encuentra formas de resolver sus conflictos sin violencia, donde no deberían existir las desigualdades por ningún motivo: ni por género, ni por educación, ni por color de piel. Yo creo que la invitación de Jesús para formar una nueva comunidad es liberadora, porque nos redime de los límites que como humanidad nos imponemos. Como creación de Dios junto con la naturaleza todos y todas somos iguales. De hecho, Dios no hace acepción de personas: cada vida tiene el mismo valor y con sus dones y sus capacidades está llamada a trascender los parámetros culturales. Dios en su creación ha creado diversidad de colores, diversidad de perfumes, diversidad de colores, diversidad de razas, de proyectos, y la sociedad lo que tiende en general es a uniformar. Por eso vuelvo a insistir: Dios nos ha creado para la libertad en igualdad. Aporte de Gisella Dinarte 11
Leccionario #
Octubre
Domingo 4: Isaías 5:1-7 Salmo 19 Filipenses 3:4b-14 Mateo 21:33-46
Domingo 18: Éxodo 33:12-23 Salmo 99 1ª Tesalonicenses 1:10-10 Mateo 22:15-22
Domingo 11: Isaías 25:1-9 Salmo 23 Filipenses 4:1-9 Mateo 22:1-14
Domingo 25: Deuteronomio 34:1-1 Salmo 90:1-6, 13-17 1ª Tesalonicenses 2:1-8 Mateo 22:34-46
Nuestros cumples #
Quiénes Octubre
¡¡Feliz cumple, Surco!!
2 – Leonardo Althaus 3 - Lidia Tabolchuk 4 – Edith Baccaro 4 – Mateo Vazquez Baccaro 4 - Renzo Ferrari Cortese 5 – Gisella Dinarte 5 – Elisabeth Stauffer 5 - Jennifer Mc Cargo (Balcarce) 7 – Mónica Grauberger 7 – Viviana Baccaro 8 - Paloma Mansor (Balcarce) 11 – James Wheeler 13 - Matías Burgos (Balcarce) 14 – Blanca Montenegro 15 – Santiago Glavina Levis 15 – Patricia Sosa 15 – Nora de Farace (Balcarce) 16 – Cinthia Montenegro 20 – Juan Stauffer 20 - Kiara Elisabeth Ruffini 20 – Victoria Montenegro 22 - Teo Carrer Genovali 23 – Paula Litre Burggi 26 – Mabel Althaus 26 - Javier Maifredini (Balcarce) 28 – Sonia Levis Sánchez 30 - Federico y Elisa Martínez (Balcarce) 30 - Natalia Villarreal (Balcarce) Aniversarios: 1 – Mirian Merlo y Carlos Mucci (Balcarce) 20 – Blanca Barrios y Miguel Montenegro 28 – Sonia Levis y Vicente Sánchez
surco Es una publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Mar del Plata y Balcarce Directora: Viviana Baccaro Redacción y colaboración: Teresita Biscotti Gisella Dinarte Octubre 20 Año XXVI - Nº 310
Dónde y Cuándo HORARIOS DE CULTOS En Mar del Plata: - Domingos 11:00 hs. Belgrano 3333 - Tel.: 2236860792 2234562382 Cultos en Balcarce: - Domingos 10:30 hs. Calle 15 N 677 - Tel.: 43-2668 Para comunicarse con la dirección de este periódico: viviummdp@gmail.com.ar En Facebook: Darío Ferrari
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