Surco Publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista en Mar del Plata y Balcarce. Año XXV - Nº 304/
Abril / 20
Jesús
Gracia que transforma esperanza que libera
23 (Un intento de salmo para este tiempo) La gracia de Dios nos guía, nada nos falta ni nos faltará. Nos invita a lugares de descanso y de cuidado y a beber del agua de la confianza. Renueva nuestras fuerzas para no abandonar el camino de la solidaridad, porque es allí, en la empatía, que honramos su nombre. Aunque pasemos por calles contaminadas y lugares de posibles contagios no temeremos peligro alguno, porque tú, divina presencia, mantienes la distancia prudente entre la ternura y el respeto y eso nos inspira serenidad y confianza. Volveremos a compartir la mesa, el banquete, la fiesta, ante la mirada atónita del imperio de los virus y de cualquier imperio que proponga muerte y exclusión. Volveremos a sentir el perfume de la hermandad en el beso y en el abrazo y en los encuentros. Llenaremos las copas hasta que rebalsen para brindar por los mundos nuevos, despojados ya de su avaricia y de su sed de poder, más conscientes de ser familia, pueblo, humanidad. Tu bondad y tu amor nos acompañarán cada hora de cada jornada hasta que sepamos hacer de esta tierra tuya una casa en la que podamos vivir todos, todas, todes, con salud, plenitud, dignidad, pan, techo, trabajo y justicia, por siempre. Gerardo Oberman
¿Un Dios eclipsado? – Carta Pastoral de abril En Episcopado
01 Abr 2020
Entonces dijo el Rey de Israel: — ¡Vaya! Parece que el Señor nos ha traído a nosotros, los tres reyes, para entregarnos en manos de los moabitas. Y Josafat preguntó: — ¿No hay por aquí algún profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él? (2° libro de los Reyes 3:10-11) Estos diálogos son de una historia de la Biblia en el Antiguo Testamento. Y cuentan de un tiempo de crisis por la falta de agua en medio del desierto. En el relato resaltan dos miradas respecto a la situación en que se encuentran. La primera siente que Dios los ha llevado hasta esa circunstancia para destruirlos. Y la otra, entendiendo la dureza de la situación, cree que puede haber algún mensaje de parte de Dios en medio de esta profunda crisis. La palabra crisis deriva del sánscrito kri, que significa purificar y acrisolar. Es decir, se trata de un proceso en realidad doloroso, pero que conlleva la posibilidad de realizar una profunda purificación de las miradas y las actitudes en la vida. En esta visión, la fe persiste en confiar en Dios, en seguirlo de cerca, conociéndolo y amándolo. Es el despliegue de una fe que no se conforma con “gracias baratas”, sino que se arrima a una “gracia cara”, la que se juega la vida en esa aventura. Aunque no perciba resultados inmediatos, la fe es capaz de esperar: “aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos”[i], todavía se puede confiar en Dios, todavía él puede darnos palabras de confianza y esperanza para el tiempo presente. No resulta fácil analizar lo que nos está sucediendo en nuestra aldea global y en nuestra aldea local. El momento actual es complejo, lleno de tensiones y contradicciones. No todos realizan la misma lectura. Unos pocos vienen a defender sus intereses, otros muchos vienen “a ofrecer su corazón”. Pero es recurrente una misma palabra pronunciada: estamos en «crisis». La pandemia que asola a nuestros pueblos presenta una gran oportunidad para repensar el modo en que habitamos la casa común y para buscar la voz de Dios en este nuevo tiempo. La crisis que se levanta debe ser un signo de los tiempos. Dios está llevando a la humanidad hacia una nueva situación y hemos de leer y distinguir esas nuevas señales.[ii] Hermandad amada: la iglesia no está exenta de este movimiento, que nos debe conducir a ser una iglesia de brazos y rostros renovados. Así lo ratificó la XXVI Asamblea General al 2
manifestar: “Nuestra Iglesia clama por un reavivamiento misionero que nos transforme en comunidades que sean casas de gracia y esperanza –ya que ‘de gracia han recibido; den de gracia’ (Mateo 10:8)–, donde se viva el amor incondicional de Dios, que nos libera de nuestros miedos y encerramientos, en la búsqueda prioritaria de su reino y su justicia.” El necesario reavivamiento de la iglesia nos permitirá ser más pertinentes en medio de este mundo convulsionado y con dolores de parto. Y esta revitalización de las iglesias en la gracia de Dios nos hará más sensibles y conscientes para cuidar, humanizar y fraternizar esta casa común, “la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan“.[iii] Estamos llamados a resistir al presente tiempo. Resistir al día malo es reír, bromear, jugar, acariciar, abrazar… (apenas podamos). De alguna manera es resistir a nosotros mismos, a nuestra indiferencia, a nuestro cansancio, desaliento y mezquindades. Es la resistencia de Jesús, nuestro maestro y señor, en los días que llamamos de “semana santa”, que todavía no podremos celebrar reunidos, por la extendida y necesaria cuarentena. Es la resistencia profunda ante la crueldad del mundo, y este esfuerzo se llama esperanza ante la crisis. “Sólo crecen y maduran los que ven en la crisis una oportunidad de vida nueva. Pero con una condición: resaltar las fuerzas positivas contenidas en la crisis y tener el valor de reformular o inventar respuestas que integren las diversas dimensiones de la vida” (L. Boff). En esta pascua de resurrección somos llamados a festejar y a afirmar que la vida es más fuerte que la muerte. En la resurrección de Jesús descubrimos una nueva vida para nuestra vida. Afirmamos que es posible la resurrección ante las más diversas complejidades y contradicciones del presente tiempo, que se rompan los muros de los distintos cautiverios, que haya respuestas de Dios en medio de la crisis, que haya caminos de verdad y vida plena. “Todo acaba menos el amor. Creo en la resurrección del cuerpo. Un cuerpo que juega merecer vivir eternamente” (R. Alves). Hermano, hermana, mi deseo es que este camino sea para ti, y para todos nosotros y nosotras, camino de alegre resurrección en medio de los miedos y la resignación, alegre resurrección en confianza y esperanza. Abrazo fraterno/sororal Pastor Américo Jara Reyes Obispo *Comparto que contamos con una gran cantidad de recursos producidos por las congregaciones, distritos, pastores, hermanas y hermanos en este tiempo de cuarentena. Les recomiendo ingresen en el siguiente links y aprovechar los diferentes insumos: https://iglesiametodista.org.ar/tiempo-de-cuarentena-aportes-de-las-comunidades/ [i] En el profeta Habacuc 1:17-19 [ii] Evangelio de Mateo 16.1-4 [iii] Salmo 24:1
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No celebramos la muerte
Hoy es Pascua.
No celebramos la muerte, celebramos la vida. No celebramos la cruz, celebramos la victoria. No celebramos ausencias, celebramos su presencia. No celebramos "lo que pudo ser", celebramos lo que será, Toda vez que Jesús vive y reina, Toda vez que el Maestro resucitó. Toda vez que se hace presente. Nace la vida, la alegría, el sentido y la esperanza. Cuando nos amamos, Cuando ofrecemos nuestra vida y nuestras manos al servicio del prójimo Cuando construimos relaciones y un mundo con lugar para todos. Sin barreras, sin exclusiones, sin límites, como el amor de Dios, Jesús se hace presente y resucita la vida.
Y la resurrección de Jesús nos anuncia la esperanza de tiempos nuevos. Todo puede ser diferente. Las piedras pueden moverse de su lugar, las tumbas pueden abrirse para siempre, las lágrimas pueden ser vencidas, los miedos no son eternos, cada pregunta tiene su respuesta, la luz es más fuerte que cualquier noche, la alegría llega a quienes están tristes, la paz toca los corazones abatidos, los poderosos pierden y los humildes triunfan, la fuerza y el odio no pueden contra el amor, las cadenas de toda opresión se rompen, la verdad se abraza a la justicia y la justicia se besa con la paz, la memoria ya no duele y soñar ya no es pecado, el cielo se abre y Dios sonríe, la VIDA ha triunfado, Jesús vive y un mundo nuevo es posible.
Jorge Daniel Zijlstra
Gerardo Oberman (Argentina)
Envío Que encontremos motivos suficientes para ser agradecidos, Que podamos descubrir la Luz en la prosperidad y en la adversidad, Que nos llenemos de paz para encontrar la plenitud, Que pleguemos nuestras manos para elevar una oración cada día, Que trabajemos con entusiasmo para lograr nuestras metas, Que imitemos y compartamos los buenos ejemplos recibidos, Que enmendemos y corrijamos los errores y faltas cometidas, Que practiquemos la tolerancia, respetando a los demás, Que nos alcance la gracia de la reconciliación en las diferencias, Que vayamos al encuentro de los que no encuentran su lugar, Que serenemos a quienes naufragan en el mar de la adversidad, Que transmitamos optimismo y esperanza a los desalentados, Que animemos y fortalezcamos los corazones entristecidos, Que devolvamos la confianza a quienes se sienten defraudados, Que seamos piadosos y compasivos para hacer posible la solidaridad, Que dibujemos una sonrisa en nuestro rostro por el milagro de la vida, Que aseguremos nuestros pasos en las huellas que el Maestro nos dejó, Y, por sobre todo, que nos encomendemos en la sabiduría y en las manos del buen Dios, porque sólo descansando confiados en Su poder, que sobrepasa nuestro entendimiento, todo esto y mucho más será posible. Que el Señor nos bendiga y guíe en el camino. Amén. Pastor Carlos Abel Brauer (tomado de: Red Crearte)
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Pensamientos de Wesley acerca de una catástrofe En 1755 un terremoto asoló la ciudad de Lisboa y parte de Europa, nunca antes se había presenciado un fenómeno de esas magnitudes. Miles de personas murieron, la mayoría de los antiguos edificios se redujeron a escombros y luego el fuego acabó con lo poco que quedaba. El primer día de noviembre a las 9.30 horas la ciudad sucumbió ante el más grande movimiento telúrico que Europa haya vivido. Al terremoto lo siguieron tres tsunamis en menos de 40 minutos. Al destrozo de viviendas y el pánico generalizado se agregó un inmenso incendio. Ese día, Lisboa vio morir a más de 100.000 de sus ciudadanos. Este episodio marcó un antes y un después en varios aspectos de la vida de Portugal y de Europa. El sueño imperial y colonialista de Portugal en América y África sufrió un duro golpe. El antiguo orgullo de Lisboa, de llamar “Casa de Misericordia” al Tribunal de la Santa Inquisición, se topó con el grotesco mensaje del sismo: ninguna iglesia quedó en pie, pero, si los burdeles. En esa ocasión, Juan Wesley escribió “Graves reflexiones motivadas por el reciente terremoto de Lisboa” (Obras, T VII, p.p. 13-31). En ese escrito del que hoy nos ocupamos, Wesley, toma la noticia del episodio sísmico de Portugal para permitirse una reflexión acerca de ciertas conductas ante la vida. Así lo expresa el autor: “¡Pero caramba! ¿Por qué no nos convencemos lo más pronto posible, mientras tal convicción todavía pueda sernos útil, que el azar no es lo que gobierna al mundo? ¿Por qué no reconocemos ahora la mano del Todopoderoso surgiendo para sostener su causa antes que Londres quede como Lisboa, Lima o Catania? ¿Por qué siempre tenemos lista una respuesta para protegernos de tal convicción? Por eso decimos que «todas estas cosas son puramente naturales y accidentales; sólo resultado de causas naturales». Pero hay dos objeciones a esta respuesta: primera, no es verdad; segunda, es insuficiente.” (p.p. 20-21) Es decir que Wesley ataca este tipo de opinión instalada que comúnmente se conoce como “sentido común” y revela la motivación oculta: una falsa confianza de los sectores económicamente poderosos que piensan que sus recursos serán suficiente sostén en la calamidad. Varios párrafos, dedicará el autor para combatir este argumento y su escondida razón. Aquí, algunos de ellos: “¿Le rogarán al hambre o a la pestilencia que tengan misericordia? ¡Ay de mí! Tan insensatas son sus suposiciones acerca de Dios” (p.22). “¿Qué defensa obtienen de millares [de libras] en oro y plata? No pueden volar; no pueden dejar la tierra, a menos que dejen su amado cuerpo detrás. Y mientras están en la tierra, no saben adónde huir, ni dónde escapar” (p. 23).
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“¿Podrá comprar el dinero, no diré liberación, sino una hora de alivio? Pobre honorable tonto, ¿dónde están ahora tus títulos? Rico tonto, ¿dónde está tu dios áureo?” (p. 23). En contraposición al “sálvese-quien-pueda” que pregona el egoísmo de los que creen ser más que otros, Wesley convoca a la solidaridad, al amor a la humanidad como expresión del amor a Dios. “Dios es amor; entonces ama a Dios y serás un verdadero adorador. Ama a la humanidad, y Dios es tu Dios, tu Padre y tu Amigo. Pero cuida de no engañar a tu propia alma; porque éste no es un asunto de poca importancia. Por esto lo sabrás: si amas a Dios, entonces estarás gozoso en Dios. Si amas a Dios, las riquezas, los honores y los placeres de los sentidos no serán más que burbujas en el agua” (p.27). En estos tiempos de calamidades que atraviesan al mundo, Juan Wesley hace un poderoso llamado al amor al prójimo, al cuidado mutuo como sociedad y repudia a los que, abrazados a sus riquezas, sólo piensan en sí mismos. Que el Señor nos encuentre a nosotros, ese pueblo llamado metodista, en la huella de Wesley, que nos mostró el generoso amor de Dios en Jesucristo, abrazando a la humanidad toda, en misericordia, servicio y justicia. Claudio Pose Tomado de Centro Metodista de Estudios Wesleyanos
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Bendición pascual Que tu aurora rompa las tinieblas; que tu soplo remueva las piedras de la muerte; que tu voz nos desee la paz. En nombre del Padre de la Vida, del Hijo de la Resurrección y del Espíritu Santo de la Paz, Amén. Luiz Carlos Ramos, Brasil 6
Dicen las ancianas Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, el aire estará más limpio, el agua más cristalina y los bosques más espesos. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, los picaflores nos cantarán al oído mil secretos de amor, que los pingüinos harán las más bella danza, y que los delfines nos darán la bienvenida. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, seremos libres de pensamientos antiguos, libres del miedo al que dirán los otros Y que seremos libres del apego material. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, la tierra estará llena de flores de los más hermosos colores, que las mariposas volarán más alto y que los olores serán más dulces que la miel de abejas. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, no hablaremos ni de patria ni de matria, ni tendremos fronteras, ni apellidos, ni religión, ni banderas. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, Apagaremos la televisión para siempre y miraremos las entrellas todas las noches, estrellas que nos contarán la verdad, esa verdad sin pasado, ni futuro. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, nos miraremos sin vergüenza a los ojos, y que nos tomaremos de las manos y que seremos una sola tribu, tribu de los SERES humanos porque haremos menos y seremos más. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, iremos a correr por los cerros y subiremos montañas muy altas, que reiremos a carcajadas y jugaremos y bailaremos como niños, y que así la vida será un goce constante. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, llevaremos cada uno la más bella corona dorada, el más hermoso corazón y las más pura mirada. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, reconoceremos el paraíso y el cielo en la tierra, que caminaremos descalzos sin prisa y sin equipaje. y que no buscaremos propósitos para vivir, sino que simplemente viviremos. RishimaLemuria 7
LEONARDO BOFF: Coronavirus: el perfecto desastre para el capitalismo del desastre La pandemia actual del coronavirus representa una oportunidad única para que repensemos nuestro modo de habitar la Casa Común, la forma cómo producimos, consumimos y nos relacionamos con la naturaleza. Ha llegado la hora de cuestionar las virtudes del orden capitalista: la acumulación ilimitada, la competición, el individualismo, el consumismo, el despilfarro, la indiferencia frente a la miseria de millones de personas, la reducción del Estado y la exaltación del lema de Wallstreet: “greed is good” (la avaricia es buena). Todo esto se ha puesto en jaque ahora. Aquel ya no puede continuar. Lo que nos podrá salvar ahora no son las empresas privadas sino el Estado con sus políticas sanitarias generales, atacado siempre por el sistema del mercado “libre”, y serán las virtudes del nuevo paradigma, defendidas por muchos y por mí, el cuidado, la solidaridad social, la corresponsabilidad y la compasión. El primero en ver la urgencia de este cambio ha sido el presidente francés, neoliberal y proveniente del mundo de las finanzas, E. Macron. Lo dijo bien claro: “Queridos compatriotas, “Mañana tendremos tiempo de sacar lecciones del momento que atravesamos, cuestionar el modelo de desarrollo que nuestro mundo escogió hace décadas y que muestra sus fallos a la luz del día, cuestionar las debilidades de nuestras democracias. Lo que revela esta pandemia es que la salud gratuita, sin condiciones de ingresos, de historia personal o de profesión, y nuestro Estado de Bienestar Social no son costes o cargas sino bienes preciosos, unos beneficios indispensables cuando el destino llama a la puerta. Lo que esta pandemia revela es que existen bienes y servicios que deben quedar fuera de las leyes del mercado”. Aquí se muestra la plena conciencia de que una economía sólo de mercado, que mercantiliza todo, y su expresión política, el neoliberalismo, son maléficas para la sociedad y para el futuro de la vida. Todavía más contundente fue la periodista Naomi Klein, una de las más perspicaces críticas del sistema-mundo, que sirve de título a este artículo: “El coronavirus es el perfecto desastre para el capitalismo del desastre”. Esta pandemia ha producido el colapso del mercado de valores (bolsas), el corazón de este sistema especulativo, individualista y anti-vida, como lo llama el Papa Francisco. Este sistema viola la ley más universal del cosmos, de la naturaleza y del ser humano: la interdependencia de todos con todos; que no existe ningún ser, mucho menos nosotros los humanos, como una isla desconectada de todo lo demás. Más aún: no reconoce que somos parte de la naturaleza y que la Tierra no nos pertenece para explotarla a nuestro antojo; nosotros pertenecemos a la Tierra. En la visión de los mejores cosmólogos y astronautas que ven la unidad de la Tierra y la humanidad, somos esa parte de la Tierra que siente, piensa, ama, cuida y venera. Sobreexplotando la naturaleza y la Tierra como se está haciendo en todo el mundo, nos perjudicamos a nosotros mismos y nos exponemos a las reacciones e incluso a los castigos que ella nos imponga. Es madre generosa, pero puede rebelarse y enviarnos un virus devastador. Sostengo la tesis de que esta pandemia no puede combatirse solo con medios económicos y sanitarios, siempre indispensables. Exige otra relación con la naturaleza y la Tierra. Si después que la crisis haya pasado no hacemos los cambios necesarios, la próxima vez podrá ser la última, ya que nos convertiremos en enemigos acérrimos de la Tierra. Y puede que ella ya no nos quiera aquí. El informe del profesor Neil Ferguson del Imperial College de Londres declaró: “este es el virus más peligroso desde la gripe H1N1 de 1918. Si no hay respuesta, podría haber 3.2 millones de muertes en los Estados Unidos y 510,000 en el Reino Unido”. Bastó esta declaración para que Trump y Johnson cambiasen inmediatamente sus posiciones. Mientras, en Brasil al Presidente no le importa, lo trata como “histeria” y en las palabras de un periodista alemán de Deutsche Welle: “Actúa criminalmente. Brasil está dirigido por un psicópata y el país haría bien en 8
eliminarlo tan pronto como sea posible. Habría muchas razones para ello”. Es lo que el Parlamento y la Suprema Corte por amor al pueblo, deberían hacer sin demora. No basta la hiperinformación ni los llamamientos por todos los medios de comunicación. No nos mueven al cambio de comportamiento exigido. Tenemos que despertar la razón sensible y cordial. Superar la indiferencia y sentir con el corazón el dolor de los otros. Nadie está inmune al virus. Ricos y pobres tenemos que ser solidarios unos con otros, cuidarnos personalmente y cuidar de los otros y asumir una responsabilidad colectiva. No hay un puerto de salvación. O nos sentimos humanos, co-iguales en la misma Casa Común o nos hundiremos todos. Las mujeres, como nunca antes en la historia, tienen una misión especial: ellas saben de la vida y del cuidado necesario. Ellas pueden ayudarnos a despertar nuestra sensibilidad hacia los otros y hacia nosotros mismos. Ellas junto con los trabajadores de la salud (cuerpo médico y de enfermería) merecen nuestro apoyo sin límites. Cuidar a quien nos cuida para minimizar los males de este terrible asalto a la vida humana. *Leonardo Boff
“Y la gente se quedó en casa. Y leyó libros, y escuchó, y descansó, e hizo ejercicio, y arte, y jugó y aprendió nuevas formas de ser, y se estuvo quieta. Y escuchó más profundamente. Algunos meditaban, algunos rezaban, algunos bailaban. Algunos se encontraron con sus sombras. Y comenzaron a pensar de manera diferente. Y sanaron. Y, en ausencia de personas que vivían en la ignorancia, peligrosas, sin sentido y sin corazón, la tierra comenzó a sanar. Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lloraron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron con nuevas imágenes y crearon nuevas formas de vivir y sanar la tierra por completo, ya que habían sido curadas". ~ Kitty O'Meara 9
Leccionario #
Abril
Domingo 19: “º Domingo de Pascua Hechos 2:14a, 22-32 Salmo 16 1ª Pedro 1:3-9 Juan 20:19-31
Domingo 5: Domingo de Ramos Zacarías 9:9-10 Salmo 118:1-2, 19-29 Filipenses 2:5-11 Mateo 21:1-11 Domingo 12: Domingo de Resurrección del Señor Jeremías 31:1-6 Salmo 118:1-2, 14-24 Hechos 10:34-43
Nuestros cumples #
Domingo 26: Tercer Domingo de Pascua Hechos 2:14a, 36-41 Salmo 116:1-4, 12-19 1ª Pedro 1:17-23 Lucas 24:13-35
Quiénes Abril
surco Es una publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Mar del Plata y Balcarce Directora: Viviana Baccaro Redacción y colaboración:
3 - Tomás Coria (Balcarce) 8 – Marcos Levis 12 - Ian Schindler 16 – Kenny Martín Stauffer 17 – Lidia Colella 17 - Aurora Salomón 18 – Ana Van Benthem (Holanda) 19 - Felicita Idiart Martínez (Balcarce) 20 - Misael Martínez 24 – Martín Roubicek 25 - Mónica Maifredini (Balcarce) 27 – Eugenio Tourn 29 - Julieta Reynoso 29 - Santiago Burgos (Balcarce)
Abril 20 Año XXV - Nº 304
Dónde y Cuándo HORARIOS DE CULTOS En Mar del Plata: - Domingos 11:00 hs.
Aniversarios
Belgrano 3333 - Tel.: 2236860792 2234562382
1 – Miriam Roubicek y Adrián Levis 2 – Camen Paskalich y Jorge Mazuryszyn 11 – Nora Petrucelli y César Farace (Balc.) 17 - Nora Bakker y Héctor Murias (Balcarce) 24 – Cristina y Eugenio Tourn 26 – Silvia Tiani y Eduardo Blanco
Cultos en Balcarce: - Domingos 10:30 hs. Calle 15 N 677 - Tel.: 43-2668 Para comunicarse con la dirección de este periódico: viviummdp@gmail.com.ar En Facebook: Darío Ferrari 10