9a Clase unida 27 de octubre de 2013

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LA REFORMA PROTESTANTE Y LA VIDA PERSONAL Una mirada desde el Catecismo de Heidelberg Iglesia Presbiteriana Ammi-Shadday Clase unida, 27 de octubre de 2013


El punto de partida bíblico He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. HABACUC 2.4 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá”. ROMANOS 1.17


Los principios de la Reforma 1. Formal La Biblia es por sí sola la autoridad suprema. En 1521, en el histórico interrogatorio de la Dieta de Worms, Martín Lutero declaró que su conciencia estaba cautiva de la Palabra de Dios.

2. Material La justificación por la fe, presentada como la suma del Evangelio, pues la absolución de cada pecador es resultado del único mérito de Cristo a través de la fe.


Las doctrinas distintivas • SÓLO LA ESCRITURA: libre interpretación (seria, crítica y responsable) sin tradición ni magisterio, únicamente la guía del Espíritu. • SÓLO LA FE: la salvación no depende, en absoluto, de ninguna obra humana • SÓLO CRISTO: sin intermediación adicional de nadie, ni en el cielo ni en la tierra • SÓLO LA GRACIA: la salvación es resultado del favor inmerecido por parte de Dios • SÓLO PARA LA GLORIA DE DIOS: todo lo que acontece en el mundo en consonancia con su voluntad


Algunos énfasis reformados • LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA: sin incurrir n el fundamentalismo, atención central al contenido de la Escritura • NO EXISTEN REINOS SEPARADOS: el mundo es el escenario de la gloria de Dios • PARTICIPACIÓN EN EL MUNDO: cada creyente es un agente de cambio al servicio de la expansión del Reino de Dios • MINISTERIOS Y DIGNIDAD HUMANA: Dios llama a quien quiere según su soberana voluntad sin considerar las clasificaciones humanas • VALOR Y CALIDAD DEL LLAMAMIENTO: todo trabajo u oficio es parte de un servicio divino


Estructura del Catecismo de Heidelberg Primera parte. De la miseria del hombre (4 domingos) Segunda parte. De la redención del hombre (4) • De Dios Padre y de nuestra creación (2) • De Dios Hijo y de nuestra redención (9) • De Dios Espíritu Santo y de nuestra justificación (3) • De la justificación (2) • De los sacramentos (1) • Del santo bautismo (2) • De la Santa Cena de nuestro Señor (4)


Estructura del Catecismo de Heidelberg Tercera parte. De la gratitud que debemos a Dios por la salvación (2) • De la ley (11) • De la oración (8)


Impacto de la Reforma en la vida personal • Saber y aplicar en todo que Dios es el Señor de la historia • Una espiritualidad auténticamente reformada, mejorada, situada en los vaivenes del mundo y la historia • Un culto continuo que busque comprender comunitariamente los signos de los tiempos • Entender y practicar que la voluntad de Dios utiliza todos los recursos para realizarse


Impacto de la Reforma en la vida personal • Adecuado balance entre individuo y comunidad, persona e iglesia, iglesia y mundo • Práctica y promoción de una ética individual y comunitaria acorde con los principios bíblicos • Valoración personal y colectiva de las diversas acciones eclesiales para el extendimiento del Reino de Dios en el mundo


• P. 1. ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte? • R. Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte(a) no me pertenezco a mí mismo(b) sino a mi fiel Salvador Jesucristo(c) que me libró del poder del diablo(d) satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados(e) y me guarda de tal manera(f) que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer(g) antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación(h). Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna(i) y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad(j). • a. Ro 14:8; b. 1 Co 6:19; c. 1 Co 3:23; Tito 2:14; d. He 2:14; 1 Jn 3:8; Jn 8:34-36; e. 1 P 1:18-19; 1 Jn 2:2, 12; f. Jn 6:39; Jn 10:28; 2 Ts 3:3; 1 P 1:5; g. Mt 10:30; Lc 21:18; h. Ro 8:28; i. 2 Co 1:22; 2 Co 5:5, Ef 1:14; Ro 8:16; j. Ro 8:14; 1 Jn 3:3.


Las doctrinas distintivas P. 44. ¿Por qué se añade: descendió a los infiernos? R. Para que en mis extremados dolores y grandísimas tentaciones me asegure y me sostenga con este consuelo, de que mi Señor Jesucristo, por medio de las inexplicables angustias, tormentos, espantos y turbaciones infernales de su alma, en los cuales fue sumido en toda su pasión,(a) pero especialmente clavado en la cruz, me ha librado de las ansias y tormentos del infierno.(b) a. Sal 18:4-5; Sal 116:3; Mt 26:38; Mt 27:46; He 5:7; b. Is 53:5.


Las doctrinas distintivas P. 49. ¿Cuales beneficios nos da la ascensión de Cristo al cielo? R. Primero, él es nuestro abogado en el cielo ante la presencia de su Padre.(a) Segundo, tenemos nuestra carne en el cielo como una segura garantía que Cristo, como la Cabeza, nos llevará consigo mismo al cielo como miembros suyos.(b) Tercero, nos envía su Espíritu como las arras,(c) por cuyo poder buscamos las cosas de arriba, dónde está Cristo sentado a la diestra del Padres, y no las cosas de la tierra. a. 1 Jn 2:1; Ro 8:34; b. Jn 14:2; Jn 17:24; Jn 20:17; Ef 2:6; c. Jn. 14:16; Jn 16:7; Hch 2:33; 2 Co 1:22; 2 Co 5:5; d. Col 3:1.


Las doctrinas distintivas P. 60. ¿Cómo eres justo ante Dios? R. Por la sola verdadera fe en Jesucristo,(a) de tal suerte que, aunque mi conciencia me acuse de haber pecado gravemente contra todos los mandamientos de Dios, no habiendo guardado jamás ninguno de ellos,(b) y estando siempre inclinado a todo mal,(c) sin merecimiento alguno mío,(d) sólo por su gracia,(e) Dios me imputa y da(f) la perfecta satisfacción,(g) justicia y santidad de Cristo(h) como si no hubiera yo tenido, ni cometido algún pecado, antes bien como si yo mismo hubiera cumplido aquella obediencia que Cristo cumplió por mí,(i)con tal que yo abrace estas gracias y beneficios con verdadera fe.(j) a. Ro 3:21-22, 24; Ro 5:1-2; Gá 2:16, Ef 2:8-9; Fil 3:9; b. Ro 3:19; c. Ro 7:23; d. Tito 3:5; Dt 9:6; Ez 36:22; e. Ro 3:24; Ef 2:8; Ef 4:4; 2 Co 5:19; g. 1 Jn 2:2; h. 1 Jn 2:1; i. 2 Co 5:21; j. Ro 3:22; Jn 3:18.


Las doctrinas P. 117. ¿Qué es necesario en distintivas la oración para que ésta agrade a Dios y sea oída por él? R. Primero, que pidamos de todo corazón,(a) al solo y verdadero Dios, el cual se ha manifestado en su palabra,(b) todas las cosas que El desea que le pidamos.(c) Segundo, que reconociendo sinceramente toda nuestra pobreza y miseria,(d) nos humillemos delante de su majestad.(e) Y por último que apoyándonos sobre este firme fundamento,(f) sepamos que, pese a nuestra indignidad, El escuchará nuestra oración por amor del Señor Jesucristo,(g) como nos lo ha prometido en su palabra.(h) a. Jn 4:24; Sal 145:18; b. Ap 19:10; Jn 4:22-24; c. Ro 8:26; 1 Jn 5:14; Stg 1:5; d. 2 Cr 20:12; e. Sal 2:11; Sal 34:18; Is 66:2; f. Ro 10:14; Stg 1:6; g. Jn 14:13; 16:23; Dn 9:18; h. Mt 7:8, Sal 27:8.


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