Unidos/as: Te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste. Amén.
BIENVENIDA Y SALUDOS PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA * Lectura bíblica: HECHOS 2.36-40 [Dijo Pedro:] “Israelitas, ustedes tienen que reconocer, de una vez por todas, que a este mismo Jesús, a quien ustedes mataron en una cruz, Dios le ha dado poder y autoridad sobre toda la humanidad”. Todos los que oyeron estas palabras se pusieron muy tristes y preocupados. Entonces les preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: ―Amigos israelitas, ¿y qué debemos hacer? Pedro les contestó: ―Pídanle perdón a Dios, vuelvan a obedecerlo, y dejen que nosotros los bauticemos en el nombre de Jesucristo. Así Dios los perdonará y les dará el Espíritu Santo. Esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que nuestro Dios quiera salvar en otras partes del mundo.
Mensaje: BAUTISMO, GRACIA Y FE EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN Pbro. Leopoldo Cervantes-Ortiz
RESPUESTA A LA PALABRA Administración del Sacramento del Bautismo PRESENTAMOS NUESTRA VIDA ENTERA
* Himno “Señor, tú me llamas” Señor, tú me llamas por mi nombre, desde lejos, por mi nombre, cada día tu me llamas. Señor, tú me ofreces una vida santa y limpia, una vida sin pecado, sin maldad.
C U L T O
D E
B A U T I S M O
Coro Señor, nada tengo para darte, solamente te ofrezco mi vida para que la uses tú. Señor, hazme hoy un siervo útil que anuncie el mensaje, el mensaje de la cruz. Señor, tú me llamas por mi nombre desde lejos, por mi nombre, cada día tu me llamas, Señor, yo acudo a tu llamado, a cada instante, pues mi gozo es servirte más y más. Coro Señor, tú me llamas por mi nombre desde lejos, por mi nombre cada día tú me llamas.
BENDICIÓN APOSTÓLICA POSTLUDIO
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NÚM
. 35, 29
DE AGOSTO DE
2010
ORDEN DEL CULTO 14:00 hrs. Dirige: A.I. Hiram Palomino L.
EL BAUTISMO Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana Definición l bautismo es una marca de nuestro cristianismo y el signo por el cual somos recibidos en la sociedad de la Iglesia, para que injertados en Cristo seamos contados entre los hijos de Dios. Nos ha sido dado por Dios en primer lugar, para servir a nuestra fe en Él; y en segundo lugar, para confesarla ante los hombres. […]
E
El bautismo atestigua la remisión de los pecados. Lo primero que el Señor nos propone en él es que nos sirva de signo y documento de nuestra purificación; o para explicado mejor, que nos sirva de carta patentada, que nos confirme que todos nuestros pecados de tal manera nos son perdonados, deshechos, olvidados y borrados, que jamás podrán presentarse ante su acatamiento, ni nos serán recordados o imputados. Porque Él quiere que todos los que creyeren sean bautizados para la remisión de los pecados. Por eso, los que opinan que el bautismo no es otra cosa que una señal o marca, con la que confesamos ante los hombres nuestra religión, ni más ni menos que los soldados como emblema de su profesión llevan el distintivo de su capitán, éstos no tienen presente lo principal del bautismo, es decir, que debemos recibido con la promesa de que todo el que creyere que fuere bautizado, será salvo (Mr 16.16). Testimonio de la Escritura En este sentido hay que tomar lo que escribe san Pablo, que la Iglesia es santificada en el lavamiento del agua por la palabra de vida (Ef. 5.26). Y en otro lugar: “Nos salvó por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”" (Tito 3.5). Y lo que dice san Pedro, que el Bautismo nos salva (1 Pe.3.21). Porque san Pablo no quiere decir que nuestro lavamiento y salvación se verifiquen con agua, y que el agua tenga en sí misma virtud para purificar, regenerar y renovar, ni que en ella resida la causa de la salvación; solamente quiere decir que en este sacramento se recibe el conocimiento y la certidumbre de tales dones, como claramente lo demuestran las palabras mismas. San Pablo, en efecto, une la Palabra de vida con el bautismo del agua; como si dijese que por el Evangelio se nos da la buena nueva de nuestra purificación y santificación, y que tal nueva es sellada por el bautismo. Y san Pedro dice que este bautismo no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en la buena conciencia delante de Dios, que procede de la fe. Y además, que el bautismo no nos promete más purificación que la que se hace por el derramamiento de la sangre de Cristo, la cual está figurada en el agua. […]
INTROITO Esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que nuestro Dios quiera salvar en otras partes del mundo. HECHOS 2.39, Biblia en Lenguaje Actual Preludio al piano
A.I. Rubén Núñez C.
LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN: SALMO 19 Director: El cielo azul nos habla de la grandeza de Dios y de todo lo que ha hecho. Los días y las noches lo comentan entre sí. Aunque no hablan ni dicen nada, ni se oye un solo sonido, sus palabras recorren toda la tierra y llegan hasta el fin del mundo. Comunidad: La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida. Sus mandatos son dignos de confianza, pues dan sabiduría a los jóvenes. Las normas de Dios son rectas y alegran el corazón. Sus mandamientos son puros y nos dan sabiduría. Unidos/as: La palabra de Dios es limpia y siempre se mantiene firme. Sus decisiones son al mismo tiempo verdaderas y justas. Yo prefiero sus decisiones más que montones de oro; me endulzan la vida más que la miel del panal. * Oración de ofrecimiento * Himno “¡Santo, santo, santo!” ¡Santo, santo, santo! Señor omnipotente, siempre el labio mío loores te dará. ¡Santo, santo, santo! Te adoro reverente, Dios en tres personas, bendita Trinidad.
¡Santo, santo, santo! La inmensa muchedumbre de ángeles que cumplen tu santa voluntad, ante ti se postra, bañada de tu lumbre, ante ti que has sido, que eres y serás.
¡Santo, santo, santo! En numeroso coro, santos escogidos te adoran sin cesar. De alegría llenos y sus coronas de oro rinden ante el trono y el cristalino mar.
¡Santo, santo, santo! la gloria de tu nombre vemos en tus obras, en cielo, tierra y mar. ¡Santo, santo, santo! Te adorará todo hombre, Dios en tres personas, bendita Trinidad.
MOMENTO DE CONFESIÓN Director: Dios mío, tu perdón nos llega a todos como una bendición; tu perdón borra nuestros pecados y rebeldías. Confesión comunitaria. (Oramos en silencio; el ministro termina con una oración audible)