Letra 414, 19 de abril de 2015

Page 1

resurrección de Jesucristo y lo que Dios quería y quiere para mí y para la humanidad. ¿Cómo ha compaginado usted sus tareas profesionales con su militancia eclesiástica? Primero fue estudiar la Palabra de Dios, y a partir de allí, pude asociarla con la vida diaria que todo hombre vive y paralelamente con mis estudios de derecho. Bajo esta nueva perspectiva pude comprender mejor la serie de injusticias, pobreza, inequidad, que vive mi México y todas las ciudades del mundo, y entre ellas las injusticias de las mujeres por ser libres y dignas. Entendí mejor las luchas que todo ser humano debe librar para poder vivir en una sociedad más justa, para rechazar ser esclavo de muchas cosas materiales en donde impera la mentira, la desigualdad y desamor. Paralelamente las reglas y principios cristianos no se separaron de mi vida profesional. Primero fue estudiar la Palabra de Dios, (la que nunca termina uno de estudiar) y sentir en mi corazón que Dios tenía un llamado para mí, para servirle, que debía asociar mi cristianismo con la vida diaria y aunque al inicio nunca pensé que podía ser pastora, si imaginaba con gusto ser maestra, o poder escribir un libro o varios sobre las enseñanzas de nuestro Dios para que la gente que iba conociendo asumiera la bandera del cristianismo.

Tuve como inspiración a mis maestros y conferencistas del Seminario Teológico Presbiteriano. Al estudiar Teología por extensión y escucharlos, tanto al Pastor Hugo… Dan…. y a varios conferencistas pude ver remotamente la posibilidad de que algún pudiera ser pastora, pero al saber que la que había sido mi maestra, Amparo Lerín, había sido ordenada pastora, en mi corazón nació una ilusión todavía lejana, de ser pastora y poder servir al Señor dentro de esa actividad, más comprometida, más formal” ¿En qué aspectos se centraron sus estudios teológicos? Mis estudios han sido, reconociendo a Dios como creador, justo, Dios del pacto y desde luego cristrocéntricos. ¿Qué respuesta ha recibido hacia su ministerio en la iglesia donde ahora se congrega? Actualmente me congrego en la Iglesia Bethel en donde su integrantes me han ofrecido calidez humana, me han abierto sus puertas, pero además, es un iglesia que se preocupa por el mundo que lo rodea, los necesitados, desvalidos, pobres, y en acciones consistentes en misiones, y trabajos que no realizan muchas otras iglesias, una iglesia que no hace distinción o selección de clases. En lo personal me han acogido con amor y apoyado totalmente. (16 de julio de 2014)

XX ANIVERSARIO DE LA IGLESIA


EL PRÓJIMO Karl Barth Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, pp. 99.

ENTREVISTA CON MARGARITA ISLAS (DEP), NUEVA PASTORA DE LA CMIRP

No es bueno que el ser humano esté solo»

GÉNESIS 2.18

Q

uien ve al ser humano sin el prójimo, sencillamente, no lo ve. Quien a priori y

desde la primera mirada y palabra no sabe ni toma en cuenta que el ser humano tiene un prójimo, no lo ve en absoluto. Preguntamos por la luminosidad del ser humano a la luz del hombre Jesús: a la luz del hecho de que el hombre Jesús está por él. El hombre Jesús es, en efecto, el salvador del ser humano que niega su propia humanidad. Pero de ahí no se sigue que éste haya dejado de ser persona humana, ni que nos esté permitido o sea en modo alguno necesario interpretar su inhumanidad justamente como su humanidad, tomar la obra de su pecado por la obra de la buena creación de Dios. El hecho de que en el hombre Jesús tenga a su salvador constituye la prueba de que no ha dejado de ser persona humana. Tal hecho indica que el buen pastor ha salido buscando el bien de su oveja perdida, a la que sigue considerando miembro de su rebaño. Esto es lo que hace a priori insoportable e implanteable la idea de un ser humano sin prójimos. Toda supuesta humanidad que no sea ya en su raíz “cohumanidad” será “in-humanidad”. La índole humana de todo ser humano consiste en la determinación de su ser como convivencia con el otro ser humano. Su manera concreta de ser humano no es ser para sí, sino ser junto con los demás seres humanos: así responde a su definición como socio de una alianza con Dios; así es el ser a favor del cual está Jesús; así es, por tanto, el verdadero ser humano. _____________________________________________________________________

¿Hermana Margarita: cuál ha sido su experiencia como mujer creyente en el ámbito presbiteriano? ¿Cómo fueron los inicios de su formación teológica? Mi padre (que se decía libre pensador) y mi madre (de familia presbiteriana) me llevaron a la Iglesia católica, en donde únicamente percibía la solemnidad, no entendía nada, sólo sabía que debía estar callada en señal de respeto. Mis padres me enseñaron a orar por las noches y por ellos aprendí que había un Dios que era grande, nos cuidaba, al que debíamos nuestra existencia y al que podíamos acudir para que solucionara nuestras necesidades. Ya de 12 años mi madre le sugirió a mi padre que nos dejara asistir, a mi hermana y a mí, a la Iglesia Metodista, para que asistiendo a Escuela Dominical ya pudiésemos decidir libremente nuestra religión. Empecé a estudiar la doctrina cristiana y a conocer a ese Dios que tanto respeto merecía, los muchos relatos de personajes del Antiguo Testamento fueron apareciendo cada domingo, aprendí de la Biblia y de mis maestros el conocimiento y la trascendencia y fascinante importancia del unigénito hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, y así, muchas cosas más. Todo esto me hizo celebrar con júbilo y devoción su nacimiento y no sólo lo que generalmente se vivía como “navidad”, una fecha en que recibía regalos y dulces y que con mucha alegría asistía a las piñatas. En la Iglesia La Santísima Trinidad, conocida como la iglesia de Gante, por su ubicación en la calle de ese nombre, participé en un concurso de oratoria en donde gané el primer lugar concursando con jóvenes ya mayores que yo. Aun así, sentí que algo me faltaba, porque no se trataba de sólo tener conocimiento y poder expresarse adecuadamente. En esos tiempos me cambié de domicilio, (me fui a vivir a Ciudad Satélite, norte del Valle de México) y empecé a asistir a la Iglesia Presbiteriana Dios es Amor, en donde pude sentir al escuchar un mensaje, que Dios y su hijo Jesucristo se encontraban en mi corazón y no sólo era hablar, sino atreverse a vivir el desafío y reto de ser verdaderamente cristiano. Ya no se trataba de sólo ganar un concurso de oratoria sino de tomar el escudo de lo que significó la


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.