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SERIE: LA CIUDAD DE DIOS “EL CIELO: EL LUGAR DE LOS SALVOS” / 2 Pst. Dr. David Campos Carrillo. Texto Bíblico: 1° Corintios 2:9
Samborondón, Noviembre 08/2015 shalom_alehem45@hotmail.com
Los dos verbos que más se repiten en el libro de Apocalipsis son: Mirar y Oír en sus respectivos tiempos. La persona que repite estas palabras es el Apóstol San Juan. Se repite unas 60 veces la palabra “Mirar” y otras tantas la palabra “Oír.” Ambos verbos son activos y tienen que ver con los sentidos de la vista y el oído. Claramente nos dice también que todo lo vio Juan en Espíritu. Siempre ha existido entre los cristianos la pregunta de ¿Cómo será el cielo? ¿Será algo real, tangible, visible? o ¿Sólo espiritual? Personalmente y apoyándome en las Sagradas Escrituras, creo firmemente que todo será real, tangible y visible. Lo que hará la diferencia entre esta vida y la vida eterna, la BIBLIA claramente lo señala. 1. LOS NOMBRES DEL CIELO. Hay varios nombres para ese lugar tan precioso. El SEÑOR JESÚS lo llama “La Casa de mi Padre” (Juan 14:2) ¡Qué expresión hermosa! Esta es una de mis porciones favoritas. Ese es el sitio que DIOS ha preparado para los que le aman. También se lo conoce como el TERCER CIELO (2º Cor. 12:2) es decir el mismo lugar de donde está DIOS. Pablo nos dice que fue arrebatado a un lugar. A continuación, al cielo se lo conoce como EL PARAISO (2º Cor. 12:4). Este era un término persa para un jardín hermosísimo con las más hermosas y fragantes flores, con los animales más hermosos. Si usted lee cuidadosamente Ap. 2:7 dice que “al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de DIOS.” Sadhu Singh en su libro “Visiones” describe lo que él vio cuando en estrecha comunión con DIOS, recibió visiones del cielo. Él dice: “Por todas partes en el cielo hay hermosísimos jardines que en toda época produce toda variedad imaginable de dulce y jugosa fruta y todo tipo de fragantes flores que jamás se secan. En esos jardines, seres de todo tipo incesantemente alaban a DIOS. Aves de bellísimos y vivos colores elevan sus dulces trinos y uno se siente embelesado.” También la BIBLIA llama al cielo como LA SANTA CIUDAD o LA NUEVA JERUSALÉN (Ap. 21:2). 2. CUERPOS TRANSFORMADOS. 1º Cor. 15:51-58 Esta porción bíblica hace una diferencia muy marcada entre esta vida y la vida con CRISTO. Hay un contraste muy claro entre una cosa y otra. Se habla de la vida en esta tierra en la que hay corrupción, todo indica un constante deterioro. Pero la otra cara de la moneda es incorrupción, gloria, resurrección, poder, cuerpo espiritual, postrer Adán o un hombre transformado. Nadie podrá entrar al cielo si no es transformado primeramente por CRISTO. Nadie se debe hacer ilusiones sobre este asunto. El único camino es CRISTO. Al cielo no irá nadie sin haber primero aceptado a CRISTO como su único, suficiente y personal Salvador. Cuando el SEÑOR estuvo entre nosotros en persona, ÉL nos dijo: “Toma tu cruz cada día” queriéndonos decir que siempre tendremos problemas que sobrellevar mientras estemos en la tierra, pero esos problemas son de toda índole, donde la parte espiritual, sentimental, afectiva y material se unen. Pero también dijo: “En la casa de mi Padre, muchas moradas hay” Juan 14:2. ¿Serán estas moradas algo reales o algo espiritual? ¿Se las podrá habitar o no? ¿Qué haremos allí? Veamos lo que nos enseña la BIBLIA y usted podrá darse cuenta si es algo tangible o no. 3. EL TRONO DE DIOS. Ap. 21:9-27; 22:1-5 Esta porción es preciosa. Juan el apóstol, ve como un ángel comienza a mostrarle la Ciudad de DIOS. La descripción es por demás hermosa. Se ve una ciudad preciosísima con puertas, muros, con medidas, piedras preciosas, adornos, oro, un río limpio, árboles, sin sol, ni luna, sin contaminación, sin pecado.
Pero lo más hermoso es el versículo 22:4 que dice: “Y verán SU ROSTRO.” El versículo 6 dice: “Estas palabras son fieles y verdaderas.” ¿Es todo eso espiritual o real? ¿Es literal o imaginario? Juan vio y eso es muy claro. El oro, es oro. Eso es un metal y no un espíritu. Las piedras preciosas, ríos, árboles, calles, no son cosas espirituales sino materiales. Tenemos que aceptar que la BIBLIA es un libro en el que podemos confiar porque es la PALABRA DE DIOS. 4. LOS HABITANTES DE LA CIUDAD SANTA. La Tierra es un planeta enfermo, como enfermos son sus habitantes. Todo está contaminado. Desde los niños hasta los ancianos. Todos sufrimos de angustias, penas, desengaños, tristezas, amarguras. A ratos, tenemos pequeñísimos destellos de alegría que se esfuman tan pronto llegan. El hombre en la tierra es pobre desde todo punto de vista. La Tierra se sigue desgastando y ya estamos en los albores de la Segunda Gloriosa Venida de Nuestro Salvador. Entonces todo esto cambiará. Pasaremos de una ciudad sucia, a una ciudad limpia, de un mundo sucio a un mundo limpio, de un universo inmundo a un cielo santo, de un sitio donde tener comunión con DIOS es una lucha, a un sitio donde tener comunión con DIOS es un descanso. Allí se cumplirá a plenitud 1º Cor. 13:12 “Mas entonces veremos cara a cara.” Allí veremos al SEÑOR y estaremos con ÉL (Juan 14:3). Allí seremos semejantes a ÉL en gloria (1º Juan 3:2). Esto es algo literal. Allí tendremos descanso, pero no el descanso de los muertos, sino el descanso del pecado. Todo nuestro trabajo se ve dañado por el pecado. Pero en el cielo, habrá mucho trabajo sin pecado, huelgas, sindicatos, gerentes déspotas y ladrones que se roban el dinero de los trabajadores. Eso no habrá en el cielo. Descansaremos de tanto pecado (Ap. 14:13). Allí no habrá luto, funerarias, llanto, cementerios, cruces, féretros, salas de velaciones, porque todo eso se habrá acabado (Ap. 21:4). Allí los habitantes del cielo, reiremos, gozaremos, jugaremos, alabaremos, nos divertiremos trabajando para la honra y gloria de DIOS. Allí le serviremos al SEÑOR (Ap. 22:3). “Y sus siervos le servirán” nos dice la Palabra. Nuestra ciudadanía en el cielo será de servicio, una vida de plena gloria, felicidad. Totalmente incomprendida a la mente humana. ¿Quiénes viven en el cielo? En el cielo vive la Santísima Trinidad. Allí vive el Padre, por eso en la oración modelo decimos: “Padre Nuestro que estás en los cielos” Mateo 6:9. Cuando el SEÑOR resucitó fue al cielo (Hechos 1:11). Cuando el SEÑOR JESÚS estaba siendo bautizado, el Espíritu descendió del cielo (Marcos 1:1). Allí también viven el ejército de JEHOVÁ conocido como Ángeles en todas sus variaciones (Juan 1:51). Allí viven todos los Santos en CRISTO, personas comunes como nosotros, pero que recibieron el premio a su fidelidad. Y para allá iremos cuando el SEÑOR nos llame a su presencia (1º Tes. 5:17). 5. ¿QUÉ HACEMOS EN EL CIELO? Ap. 22:3 “Y sus siervos le servían.” Cada vez que se ve una caricatura o dibujo del cielo, se ve un ángel con una aureola y un arpa. Realmente nada de eso nos enseña la BIBLIA. En primer lugar, DIOS tiene preparado para sus hijos “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han venido a la mente” 1º Cor. 2:9. A veces los cristianos los oímos quejarse de todo, pero el SEÑOR nos dice que “las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” Rom. 8:18. Pero firmemente también que el cielo DIOS nos dará mucho trabajo para hacer. Algunos distorsionan la palabra Alabanza en el cielo, pero con nuestro trabajo diario, nosotros podamos alabar al SEÑOR. JESÚS dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja y YO trabajo” Juan 5:7. En el Ap. 14:13 nos dice “descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. Los trabajos en la tierra nunca nos dan una satisfacción completa. Pero en el cielo como no habrá hambre, huelgas, muerte, enfermedad ni pecado, todo trabajo está lleno de pleno gozo y todo acto que DIOS ordene hacer, será hecho perfecto, con armonía y con el más grande gusto. Cuando lleguemos al cielo será una secuencia de actos. Seremos premiados por nuestra fidelidad al SEÑOR. Habrá la Cena de las Bodas del Cordero, pero también habrá asignaciones y distribuciones por lo que hicimos en la tierra.
6. SOBRE POCO HAS SIDO FIEL, SOBRE MUCHO TE PONDRÉ. Mateo 25:21
El hecho cierto de entrar al cielo es el más grande premio que recibirá todo cristiano. El también hecho cierto, de que toda persona en el cielo gozará de la plenitud de DIOS. Pero de la misma manera, la BIBLIA nos habla muy claramente de que sí habrá grados de gloria entre los nuevos habitantes del cielo. El apóstol San Pedro en 2º Pedro 1:5 nos dice: “Poniendo toda Diligencia.” Las varias versiones dicen: “Poned todo vuestro empeño”, “Poner todo vuestro estudio y cuidado”, porque al hacer tal cosa “os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro SEÑOR y Salvador JESUCRISTO.” 2º Pedro 1:11. Todo lo que hagamos en la tierra para la extensión del Evangelio será recompensado, pero entre los cristianos hay unos que siempre viven como niños espirituales. Siempre hay que estarlos ayudando. Hay otros que se quedan “enanos” y otros mediocres. Pero también hay los que avanzan cada día. Hay los descuidados y los dedicados, los que ocupan poquísimo tiempo para DIOS y reclaman mucho de ÉL. Pero hay los que dedican todo para ÉL. Por eso en el cielo: a. b. c. d. e.
Todos serán felices pero unos serán más felices que otros. DIOS asignará sitios y niveles de felicidad y grado. Todos tendrán una morada, pero no todos serán iguales. Todos prestarán un servicio, pero unos tendrán posiciones superiores. Nadie envidiará a nadie porque todo será amor.
Entonces, ¿Por qué vivir a medias para CRISTO, cuando tenemos mucho por delante? DIOS premiará la fidelidad, el amor y la obediencia a Su Palabra. Trabaje y sea fiel a su Iglesia con todo su corazón. Amén.