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“Una Fe Radical” 2 Pst. Jorge Elías Sánchez Texto Bíblico: Isaías 6:9-13
jsanchez@israelsamborondon.com Domingo, 11 de Octubre del 2015
Cuando estamos procurando entender la demanda del SEÑOR para nosotros respecto a vivir esta clase de vida abundante a la que Él no invita a vivir de forma radical en santidad y compromiso, es probable que una mayoría pudiera responder que si lo está haciendo, pero es preferible responder las siguientes interrogantes para despejar toda duda de nuestra comprensión clara de este desafío. ¿Estoy totalmente comprometido con JESÚS? ¿Estoy ocupado en la metas del ministerio? ¿Estoy comprometido a la oración y el trabajo duro? ¿Estoy desarrollando pasión por DIOS en la Gran Comisión? ¿Estoy estableciendo metas en el servicio y ministerio? Es necesario hacerse estas interrogantes pues el compromiso, es esforzarnos, ser valientes son recursos no negociables que debemos llevar en nuestras mochilas, al considerar involucrarnos en el Ministerio y si ya estamos involucrados más aun todavía. Cabe destacar que estos y otros recursos que se puedan considerar no sirven de nada, si el cristiano no camina lleno del poder del ESPÍRITU SANTO. Es necesario hacernos un autoexamen continuo, para evaluar las cosas a mejorar o a corregir en nuestras vidas de forma integral, considerando no solo lo espiritual, sino también la vida familiar (matrimonio e hijos), nuestro servicio, nuestro rol como estudiantes, profesionales, jefes, empleados, etc. Algunos pasajes que nos ayudan en este propósito son: Lamentaciones 3:40; Salmo 26:1-2; Hebreos 4:12; 2Timoteo 3:16-17. Es necesario establecer nuestro punto de partida o condición actual al momento de querer involucrarnos en la obra de DIOS, el no considerar estos elementos puede traer la frustración que muchos experimentan, y el considerarlos un conocimiento anticipado de los aspectos que hay que cuidar, o brindar más atención ya que así como podrían impulsarnos, esos mismos elementos podrían ser nuestra lamentable caída. Enfoquémonos en este personaje “Isaías” y su libro para entender de manera ampliada su misión y cómo nosotros podemos continuar con su legado. INTEGRIDAD DEL LIBRO DE ISAÍAS Una pregunta recurrente y valedera es ¿Escribió Isaías el libro que lleva su nombre? Ningún erudito competente duda de la historicidad de Isaías ni el hecho de que solo parte del libro hubiera sido escrita por él.
El análisis más popular de este libro es su división tripartita. Esta tesis es popularizada por el alemán Bernhard Duhm (1892), esta postura indica que el libro fue elaborado por sucesivos autores, tanto durante el exilio como después del exilio, este pensamiento fue anticipado por el gran rabino español Abraham Ibn Ezra (1092-1167). Las tres secciones son: “Proto Isaías” (1-39), Isaías del siglo octavo; “Deutero Isaías” (40-55), obra de un profeta que vive durante el exilio; y “Trito Isaías” (5666), obra literaria formada en Palestina alrededor de 444 a. C.
La mayor parte de los que apoyan este análisis no limitan el libro de Isaías a tres autores. La opinión de que Isaías escribió la totalidad del libro con su nombre data del siglo II a.C. Esta unidad de Isaías ha sido capazmente defendida, los factores que apoyan esta posición:
Las declaraciones de los judíos del siglo II. El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, verifica su unidad. La Base textual: 1:5 con 59:3-7; 10:1-2 con 59:4-9; 11:6 con 65:25. Temas unificadores: Sion, juicio, restauración, luz.
Cualquier parte del texto solo aflora cuando se lo lee como una unidad. El Nuevo Testamento lo cita más que cualquier otro libro (Juan 12:41). El cumplimiento de sus profecías a sucesivos contextos históricos. A pesar de no ser mencionado luego del cap. 39, la Palabra que portaba permanece para siempre (40:8).
ANALISIS DEL LIBRO El libro de Isaías es uno de los más comprensivos del Antiguo Testamento.
En el texto Hebreo, Isaías se coloca en quinto lugar en extensión tras el de Jeremías, Salmos, Génesis y Ezequiel.
Es citado en el Nuevo Testamento 20 veces, lo cual excede el número de veces que cualquier otro profeta haya sido citado.
Varios temas son rastreados a todo lo largo del libro: Los atributos y características de DIOS, el remanente, el MESÍAS, el reino mesiánico, las esperanzas de restauración, el uso de DIOS de las naciones extranjeras. LA INTENCIÓN DEL AUTOR Isaías denuncia a Sion por la falta de justicia, la violencia, el ocultismo, el orgullo, la religión hueca. (Cap. 2-5) DIOS juzgará a su pueblo por un período determinado (40:1) usando a Asiria, y luego a Babilonia (10:5; 39:6). DIOS usa a las naciones pero no aprueba su crueldad, las naciones como el mundo entero, serán juzgados por DIOS. De esta forma se proclama su soberanía sobre los reinos y la historia misma, cosa que dudaban los exiliados, por la aparente victoria de Babilonia (40:27). Frente a estas dudas DIOS se muestra como único soberano sobre los otros dioses (40:12-31; 41:29; 44:5-20; 46:1-7; 48:20). La restauración de los exiliados no es solo geopolítica, implica también la purificación por el SIERVO (52:12-53:13), que constituye al pueblo como una nueva comunidad (54) y posibilita la ética del reino mesiánico (56-66).
ENSEÑANZAS GENERALES DEL LIBRO El pueblo de DIOS hoy debe percibirse como destinatario autentico de este mensaje, la palabra hablada al rey (7:4; 41:10) como la tarea real nos ha sido transferida a nosotros la Iglesia (55:1-3; Hechos 13:46; 1° Pedro 1:1).
La descripción de las naciones figuran como símbolos para todas las edades (21:9 – Apocalipsis 14:8), por lo tanto su mensaje sigue en vigencia.
El SIERVO-REY de los judíos sigue como soberano de las naciones hoy (Juan 19:11). Sus logros (1° Pedro 2:24) son realidad para los ciudadanos de Sion quienes esperan la consumación del día del SEÑOR (Isaías 12:6-Hebreos 12:22).
APLICACIONES GENERALES DEL LIBRO El mensaje de Isaías nos invita a corregir cualquier expresión de adoración que intente manipular a DIOS o ignorar la misión de justicia para los más necesitados, que debe movilizarnos a anunciar el Evangelio de esperanza de manera espiritual y práctica. El control que DIOS tiene de la historia, nos debe inspirar la confianza y no el temor al oír noticias aterrantes (41:19). La aceptación de su salvación (45:22; 55:1) nos garantiza el perdón de pecados (1:18-20). Esto nos incorpora en esa nueva comunidad (54:17), que nos brinda la ética que requiere la ciudad de DIOS, Sion (60-62).
Es interesante para finalizar la reflexión de este día, volver a la tarea que DIOS le asigna a Isaías, en la misma no solo que encuentro su referencia entre los evangelios sino que además la antesala a esa misión es la presentación de una parábola que describe la condición del pueblo del SEÑOR.
LAS PARÁBOLAS “La Viña y El Sembrador” Isaías ilustra su mensaje en el Cap. 5, con la parábola de la Viña, la cual ha sido considerada una de las más perfectas en su clase en la BIBLIA. Israel es la viña del SEÑOR, la cual tras agotar todas las posibilidades de hacerla productiva, su propietario decide destruirla. Consecuentemente todos los votos y juicios dados sobre Judá (Sion), son razonables ya que DIOS ha ejercido su amor y misericordia sin percibir los frutos de un vivir recto en su pueblo elegido.
“ISAÍAS: ANDA Y DI A ESTE PUEBLO” La Parábola es una figura del lenguaje que consiste en utilizar elementos conocidos para comunicar verdades desconocidas. Es un relato sencillo que revela una verdad profunda. Fue el método favorito del SEÑOR para ayudar a sus seguidores a traspasar de lo natural a lo espiritual en su comprensión del reino de DIOS. MATEO 13:9-17 En la antesala a la explicación que da JESÚS del uso de las parábolas hay una figura que en la primera parte del mensaje que compartimos hace una semana fue relevante y era “oír la voz de DIOS”, aquí sentencia JESÚS “el que tiene oídos para oír oiga”. Mateo cita en los versos siguientes la profecía de Isaías, pero abre una puerta, nos da una llave y es la esperanza de oír su voz y no quedarnos pasivos ante ella, sino animándonos a responder en obediencia, en santidad y fidelidad a su mensaje.
Bienaventurados nosotros que tenemos esa gracia de oír estas palabras, las de JESÚS, el SIERVO redentor de quien nos habló Isaías con tanta anticipación.
Esto nos hace ser aún mucho más responsables de la clase de vida que vivimos delante de DIOS y de cómo estamos ejerciendo el llamado que ÉL nos ha realizado, de ser portavoz de su mensaje, ser los mensajeros de DIOS que proclaman esperanza, libertad, salvación, sanidad, que llaman al arrepentimiento, a la verdadera conversión antes de que el juicio sea ejecutado. AMÉN.