Sociología Macionis, j y Plummer, k

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SOCIOLOGIA GENERAL Código: CSS201

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Bibliografia: "Macionis, J y Plumier, K (2000) SOCIOLOGIA. Editorial Prentice Hall Madrid."

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SOCIOLOGÍA

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john J. Macionis \"

Ken Plummer 1 1

Traducción: Robeno Garvía Celia Valieme Universidad Carlos /JI

Santiago P~rez-Nievas

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Univtrsidcd Pública dt N11'-•arra

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Laura Morales Jn.stiruto Juan Marclt dt EsTUdios e /nvesrigacioltls

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Con la colaboración de: Rosalía Mota

Universidad Pontificia ComillaS

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Francisco Javier Moreno-Fuentes London Schocl oj Economics

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Maria Femández ~1ellizo-Soto ln.stiruro Juan March de Esmdios t lm·estigacionts

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PRENTICE HALL Madrid • :viéDco • Smtafé de ~á • ButnOS : .·:;:, • . · _--:.-.:~ L.úm MonteTideo • Sin}um • SanJosi • Santiago ~ -;,aoi'au!O ;~ P~


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¡, •La aldea global: una foto sociológica de nuestro mundo 1

H~bitanla Tierra cerca de 5.700 millones de personas, repartidas en pueblos y ciudades de cerca de doscientos oaíses. Para hacerse una idea de la dimensión social del mundo. imagine por un mo~ento que en la Tierra sólo viven mil personas. Si hiciéramos una visita a esta ~aldea g!obaJ,, descubriríamos que más de la mitad (575) de sus hebitantes son asiéticos. doscientos de ellos procedentes de República Popular China. Encontrufamos 130 africanos, 125 europeos y cerca de 100 laúnoamericanos. De ..<lunérica del!"one (canadienses, esmdounidenses y mexicanos) sólo encontraríamos 65 indi-· viduos. Si esrudiára..mos las formas de vida de Jos habitantes de esta aldea global sacaríamos conclusiones sorprendentes. La aldea global cuenu con una inmer..;a cantidad de recursos, pero la mayo.rfa de los habitantes no tiene ecceso a eDos: 1~ mitad de la riqueza total de ia aldea está en manos de sólo 150 personas. Encontrar aliut(utu~ e) lo más urgente para la mayoría de estas personl!S. Todos Jos años. Jos trabajadores producen comida más que suficiente para alimentar a todo el mundo. A pes:u- de esto, la mitad de los habitantes de la e.ldea global (.ni.Oos, en su mayoría) escin desnutridos o oasan hambre. Los 200 más desafommados, oue ni tienen comida, ni agua potable, ni cobijo seguro, DO tienen fueaas Suficientes para mbajar, y están¡¡¡¡¡ débi· les que son víctimas fáciles de muchas enfermed2des morules. Los habitanteS de esta aldea globaJ presumen de que tienen muchas escuelas y universidades. Alrededor de 75 de eUos tienen un tirulo universitario v unos ¡¡ocos han tenninedo esrudios de doctorado, pero 1~ mitad ni siquiera 53be leer y ·escribir: Los que vivimos en Europa somos de los más privilegiados ea ~ta aldea globe.l. ~ ~rspectinJocio!ógic:l o_ps sir•e om. ten• ente oue muchos de lo ~ mou..llllestn..eap~cidad -: cu:ili.di~ÁQ ~_!¡ién ¡¡roducto de t posición pri~ile2iada gue

gg¡pamcn.en.cLüstem&..mWJJi~ t.

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Nt1es~ru Ccpo!lllllili;.des vital~ y_nuestras rni~m.;u~p(rieJ.>lP sq;;iucul~n~ ~po.du~e&d en .qu!...DoUl.t.,t¡x:ado nacer. No vi\imOS nues;ra.s vióa.s ~}ándonos Uevu por d ~zu. pero la vereaó ~s qÜe.uunpoé.> somos ciuel\os absolutos cie ¡JUescro destino. E.s cieno que los indi..,jáuos toman decisiones imoor.:mtes dfa a día acer.:s de SUS vidas, perO DO )o haceD aislad¿¡nente, Sino en un COnteXto ampliO que llamamos ..so.:iedad» ~n el contexro de lafilmilia,la universidad, el pw. el mundo entero. La o~­ mis:t fundamen!D.l de la sociologí¡.u_que el contexto soci3.1 ro_que..~YiiJJO.LQ.ÓenL!I.~­ tl nuestru_W:uione.s v ntWt:reS..acciones...delsoism<UIIodo.en.que..las es~c;iQ¡¡etJiet:mú­ ~i!!!! J!~_;l_calend3:ño de nu~sm.s.actividades, o la ropa qL~ nos vamos .a poner. El contexto soci31 en el que nos desenvolvemos determina en buena p3rte las decisiones que vamos a tomu en nuestras vidas. Ydado que los sociólogos saben bastante acerca de cómo funciona una sociedad,.pueden estudiar y predecir, con dosis variables, il:tuición y precisión, qué decisiones V3lllOS s tomar y qué tipo de acciones vamos a emprender.

más

;<.} La perspectiva sociológica

¿Cómo sabemos que es b sociecbd )' no las leyes de la aaDII11leZ! la que esrá Oper:IDÓO detrás de CS".as expectati\'85? Lo podemos saber companmdo la evolución de 135 . Formalmente, Da ·socioloeí::l es el mudio siJumárico, saciedades a 1ravés del tiempo o com¡iar.mdo distinw ' riguroso y ciuul¡ico di! la socit~ L3. sociología implisociedades entre sí. Por ejemplo, y U!! como se sellal31i en ca un modo particul31' de ver el mundo que nos rode3, una los ültimos capítulos, eacre los indios bopi de Norteammca determinada perspectiva. los niños tienen un nivel de independencia notJble en comp=ión con Jo; niños de la culrun occideoul, m.ientr.IS que enAbjasia (deocrn de la Fderación rusa) los ancianos no se Ver lo general en lo particular "echan a un lado», sino que en su sociedad so1la.s peClOilaS más respetadas y va!oorl•s socialml"'llt. Esto nos da una ~~ la p~pecti,·a socioló$iea~ ~ n :: Lm.~DRic:dar... Lo que Berger pism de la importancia de las socied¡des y las expecwivas ¡¡uerú decir con esti' es que l~Ql.Qg.QUPn;;aPA~e1 de sociales por encima de las leyes de la biología. i~entific3rpauw e~ales~~~~ Si echamos un vistazo m nuescro alrededor con las ~· Lo~ólogos neconoceay.rienen.presentc.que gafas del sociólogo en seguida nos damos cuenta de la c~da mdi'!ic!'!o es úniE.Q..perCUillllbitn.Ieconocen.que-sus imponancia de las posiciones sociales. En los capírulos 9 exoeriencju v.i~a.n ~ seome.s u ou.y .P~pendiendn.de ~· 10 se mo~ITlll'i :!mpli~ente que la fonna en que vivih ca1t~c>ria a au: p:nenec~.biJ.Q!LhqmbreUUI:ukru, mos (y t:llllbién, en ;;;ucbos casos, si 'ivimos o no) rit,:!! o pobres, niños 9 WiihOs. por ejemplo). Empez;¡¡¡¡os de¡>ende en gran pme dellugu que ocupamos en la jerua pensu en t~rminos sociológicos cul!lldo reconocemos quia social: si ocupamos una posición privilegiada o si, que las ctuegoñns con J.a.s que un.o. socied:!d clasiñc11 slas por el coctruio, nos ha toe:ldo vivir nuesll'aS vidas en las persona.s vl!l] ! influenciu las expe:iencias viuües de ~sas últim!.S filas y encre los más pobres. De."'SODas. Si miramos el mundo con 13 perspectiva del sociólo¡o --' En C.ld:! CJpíwlo de este h'bro se Yl a poder ver clanoodemos también oOserver la.s diferencias de 2énc.:o· estO mente el impacto de la sociedad en las acciones. pens.e~s, los modos diferentes en que hombres~· mtijeres ~­ mien!OS y seruimienoc-s de las personas. Por ejemplo, 135 n.m viviendo sus vidas. Se verá en el Capítulo 13 que en ciiierencia.s e:un: niños v adultos no son sólo una cuestión todas las socieda~s existe una serie de expecwivas (que biológic:t las sociedad~s tienen ::q¡ecwivns >ociclts dispu:den variu dependiendo de la sociedad ea concretoj tiDru p= ::31!1. ~ c!e les e~as !!: aues~ vidas. lo que ecuc3 de los lr3bajas que pueden re3lizu hombres y ll= oue nu~tr..s exr:eñencias viu!es s= distinw en csda mujeres, o de las resporu:bilidades familiares de unos y un! d! :sos e~::!S." Por e_¡:.mplo. en üU:Str=-S socicc!..!d.:s Oir.I.S. Los L1d.ividuos e:tper.mem:m el poder ~ la socieoc=:tbules espe.~ ~ue Jos niñ~s ;e;u¡ ..depe~nte.sJt dad cuando, al ilncer ;u; planes de vida, tienen que tomar y que los adultos se.m oqespoosables~. De los e.n.."ianos en cuenta lns opormnidaóe.~ y desventaja.s que se les e.spenmos que se ~echen a un laáO>o: que renuncien al proimponen según el sexo con el que h2.0 nBCido. En la Figumgo.lÍ.!mo socil!! que tenían en la etaplanterior de sus vidas ra 1.1 se resumen los factores de orden social que influy reduzcan la esfen de sus activié!Jks (vé~ C!pírulo 4). yen en nue&tra.s vidas.

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Po:er.-.cs uunc.tr mejor la irAJI!\CI 01 ta AOt:.t.,;.o J:)!llt les idllcv.a ilr.\&g¡nzt:~ te ~111r.tu r;ut larian ra:t.r.ro mur-Cg y I'II:UVU pPI.ritnc..u •lb.!ts si htJbfiBmcs raod:J tn O:~""..S 1"1\CnC.I del pV.t:a. c:o.o ts:.CJ nitos C:e Suri.'Tb. S.i lul.<L ?..e::~ Fopuizr C".r.a. :stad o África. (Fut.,:..· ;::~lrl::'..>l.J

Distanciarse de lo que nos es familiar o damos por supuesto

E!!!P!;!!r la eerspe.c~~ sQCioló2ic3_ill)¡¡lk~ :!.~un paso ~~U..~llU~~wlunjnpllo diferente~

que lo Que nos es f~ ,g _d¡¡mos por SU.P.u~to ~ ..QQj :~pms;e. djs!into o inclu~~l!aDp,J3.1 como dijo Pe ter Berger en su libro Jnvi1arion ro Sociology, •el primer enunciado de la soc:ologJ3 es qu: las cos:,s no son lo gu;, ~ (Berger 1963. ~).Por ejemplo. t1W'arelmundo c~jljos.-delsocióloe-o imolicn cuestionar la idea.Óe qu::._l!l pmone.s hl!C;n.lp q~Ji!c!dtn hacer, y td.mi!ir. 22r el cciiigjtis:¡. ¡¡ue lo o_lf_e ¡~_J1_ersonns hecen y piensw \i et.e en ~n ¡¡;~.rte de:e~o por !t soc:e::!!ó en que ·~-.:e¡¡.,

Aprender a «Ver" cómo la sociedad ini1uye en nuestras exige un poco ée práctica. Si preguntir'..mos a esmdiantes univenit!rios por qué estin esruóie.ndo tal o cucl carrera, sus respuesw podrí2.0 ser. ~c:iones

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«Estoy es;udiando esio en esta univmicbd jl('rt¡ue aouí est! esrudiando mi novi=.. · «Estoy e.smdiando esto porque no di In note de corte para estudiar Jo que queña,. ~ Estoy equí porque no encuencrn trabajo»

Esw respuesw serian t1erwnente válidas y del todo corncw p!!n! los esrudiantes, pero no pm el sociólogo. Este dirla que esas respuest3S son insuficienteS, que pe~­ d!.S a nuescro mundo cotidiano o a lo que damos por supuesto se qued!D corw. Al •<dar un pa.so aais» y mi.r..r l!.S cos!.S desde un tngulo düerente el sociólogo puede empezar a ver otras cosa.s. Si se pienst eo términos sociológicos aceres de le decisión de lw:er esnuiios universitarios, uno adviene, en primer lu2llr, oue es~t decisión es imoensable oera la mavoña de 1~ ge~te en la mayoría de los pl!i.ses, para quien~ ir a la universidad estA fuera de su alcance. Del mismo modo, si hubiéramos ntcido lrec: cien o doscientos afros,

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una decisión acerca de si quie-

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En resU!!i:n, al nivel mis general, la sociologft nos muesui ' las pauteS y procesos sociales que terminan afectando nuestras acciones y nuestras decisiones.

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Eí Individuo en el contexto social Amenudol~~

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lógica contradice (o cualiñca) ideas o perceJIClones que noÚ!ar~C~.ILdU~mido coman. Como la idea. por ejemplo, de que la conducta humana es el resulmdo de decisiones individuales. Para la mayorb de nosotros, la vida Ool>gl:lk!oéa oor ratón do duo JOOil Wtt e udavttud cotidiana consiste eo esumir cantidad de responsabilidad, en lOmar decisiones impoTWites Aguro1.1 t La aocied•d como una prisión Un ¡:cs::ádo IHI1CÍII dala toáclc;!a u q,.'tll ~lll lnftlr¡t an nutr.ros acócr.u ycpconu vlllu teerca de muchas cosas. Cnando En u:. cfag:&.'nl. lf St! hl.rnano IS ol ctnlrO ele IUT\ttnSU ptOiiotlu soc:falts. lJn butn ajtn:lc:fo do parece que las cosas nos van ralloxlón $0C10ié,-ieo u ldenllllci/IU flltlr.u sodalas qua pvtdtn habtr altc!ado nu!IM vida-.. írr.a· bien nos feliciWDOS, y cuando ;111111t quf llpo ot '""•lllbriar..os lliv1oo al tui4N:"~ 111ddo tn o111 ~d y bl¡o OC'U insliiUCCnU nos van mal oos echamos la culJ«<alas ' polilitu pa a nosoli'Os mismos. Orgullosos de nuestra . individualidad, nos es difícil reconocer que, en 1~ cdecisión• de ir 3 1~ univcaidad sólo la poc!la tomar un gru¡ parte, nuesll'aS acciones están influidas o deu:munareducido número de privilegitdos. Pero incluso aquí y das socialmente. 3hora, y si mir:unos a nues1ros compañeros de clase, La mejor demosll'ación de cómo la sociedad influye en podemos pensar que detenninados factores sociales han nuestra decisiones y conductas es quizá el esrudio del suiinfluido en lt dec1sión de ir o no a la univenidad. Tíoicacidio. En principio no parece haber nada más personal mente, Jos universitarios son personas jóvenes, g~eral­ que la decisión de quiwse la vida. Por ello, Emile Dw:k- . mente entre 18 y 24 años. ¿Por qué? Porque en nuesn heim (lS5S-J917), un pionero de la sociología al que nos sociedad, ir a la univenid.3.d eso!. asocitdo co11 esa etapa tendremos que referir con frecuencia a lo largo de este de la vida. Pero no tendrí~ por qué ser así ne:esari31Dente, libro, eliiió el suicidio como ltma de investiución. Si se tal como muestra el iocteme:uo relativo en algunos países pudiera cÍernostnr que un liCIO tan libre y pÜsonal como de esrudiames de mayor edad.!Jambién, la decisión de ir el de quitarse la vida esú en re:~lidad influenciado por a la univenidad depende de cómo se valore en la fumilja fac;ores sociales. el eswus cienúfico de la sociolopa del joven la imporuncia de Jos esrudios. Quizá 1 los (cuestionado por los anos en que Dud:heirn realizó sus padres nunca se les ha pasado por. la cabeza que el hijo investigaciones) mejprarla no:ablemente. El caso es que podría llegar a la univenidad, o que mereema la pena Dutkbeim lo consiguió. Fue capaz de demostnr que en la que lo intentara siquiera (y, menos aún. quizá, trarándose explicación del suicidio inrenienen determinadas variade la hija). Hoy eo dfa en Espana son más las mujeres unibles sociolóficas. venitl!Jias que los hombre!, ouo esto no m. así hum Durkhe~ analizó datos sobr: suicidio en F!'2llcia v ime pocos años. Pero aúo hoy-en día son casi anecdóticos otros peises. El análisis de esos datos mosnba ·que 1~ los gitanos que llegan a la universidzd. De modo que uno probabilidad de suicidarse era significativamente mis no entra en lz. universic!ad porque quiere: hay cc.tegorías alta enll't algunas cartgorias de ptrsonas. ~fás en consociológicas, como la cltse social, la etnia (paya o gi11na) =to, Durkbeim descubrió que b u.sns de suicidio de los o el g~nero (hombres y mujer-..s) que limi!ID bmante el hombres, los ororeswn.es, las oe;sonas con mis recursos número de per,onas que pueden ve;daóenmente tomar económicos los solteros eÚn coq,pa..-:ttivamenre más

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sociales, que sin embargo son distinw. Esw diferencias e.íl!.S que las de las muJeres, los católicos y judíos, las persugieren nuevos iliterrogl!lltes para los que hay que bussonas de escasos recursos y los casados. _Atribuyó esw car una respueslll. Y as! es como progresa la sociología: dllere:tcias al grado de }.r.ugración sociaJ_Bajas was de conlr3Stendo y compaundo unas sociedades con otras, y suicidio p:!recíao corresponderse con personas que maomanteni:;~do UDa perspeeti,•a global. ;eníen fuems lazos socialas, mientras que aquellas otras más individu&!isw o socialmente aisladas tenían lasas més aliaS de suicidio. La importancia de la perspectiva global En las sociedtdes eurooe:u de finales del sigo XIX que esrudió Durkbeirn Jos hooibres tenían mucha mú liberud y autonomía que l:u mujeres. Independien~temeo;e de los En elll'allSCurso de pocos años, y debido al pro~o teCbeneñcios de In libe~d. decía Durkheim,~ m~yor gn· nológico que nos ha puesto en conllCIO can las zonas mis do de Julononúa persOQJ implicc. un menor gndo de re:noru á. la 1ie.-n, much!s disciplinas académicas hao integración social y, así, l!D3 mayor probabilidad de suici· )ncorporado la(Jlerspettiva 2lobal, .es~o es, el esr11dio vdio.' Los protestantes, igualmente, parecían m!s inclina- , an6lisis dt los fenómenos v aconrtCimltniOS out OCliTT' dos al suicidio que los católicos y Jo judfos porque, a difeQ.@'t rundia/ v dt la P?,Sici6n QUt cada SOCi t OCU· 1 rencio. de los riruales religiosos protest:lllles, les riruaJes p:z ~cién a erras y ae.'IITO all sutema mu.o•~iúrlJ_ero­ de wólicos y judfos refuei'Ulll mis los lazos sociales í,qué implica esll perspecuva muoillld-p~ologfa eoll'e Jos creyentes. Las person:!S de recursos elevl!l!os en concreto? En re~oenpectiva gl~es una extensión lógitienen, por supuesto, mayor libenad y au10nomía que los pobres, y por ello, según explicó Durkbeim, también te~e::ra:::iílisma-j!CfSP"ti.va-.sOCJolQgica. Dedam.os-&nttl nío:n was de suicidio mis elevadas. Por último, los soltequ;._la ¡~misa ~i~~ !~sociq!_o~~~~~~Le~lo soe1if en gy~_viv.unoufédiias dCC15,1oGes 1'-eXpuitnewros, con VÚiculos sociales más débiles que les casados, ~:unbién parecen más dispuestos a considerar la opción dE'Ios·l9il¡uduos. Pues bi~·~t.f~o viven aisladns ~e.puede..d ue la ICl !Q.Jlll.~_c¡;¡¡_'QJ la del suicidio. Después de un siglo, la hipótesis de Durkbeirn se sigue socied.3.d enjUe uno vive deoli'D d~ c~o mWl~ ue;~uc:aS:i!WSiqnes o e..~los discutiendo. Si se mir.m los datos de la Figura 1.2, se puepárrafos con los queabrimOS"este-eapfrulo ofrecimos una de observar que, en todos ios p:úses, los hombres parecen descripaón de nuestra aldea global, y allí ya indicarnos que seguir suicidándose más que las mujeres. Esll difereacia enll'e las personas que habitao en esta aldea existen enorse mantiene ;:uando se comparan hombres y mujeres de mes diferencias en cuan10 a calidad de vida. los mismos 2n!OOS de edad. Tambi~n se puede obsuv:ll' El Mapa J.l es una guía visual en donde se pueden aue las tasas~ de- suicido en paises del sur de Europa son observar los niveles de desarroUo económico de los paí~ bajas que en los del nane, en donde hay más prolesses. Los países mis ritos so!!.MJsesjndll@ializados¡FI. uunes. En términos genenles (y al margen de algwus lo1_oue la mayo!il...!k.Jp.p!lbllc.iQluti~os excepciones), parece que puede de.'"l!Se que en la Europa abun~Jgs. Estos países son Estados Unidos, Canacü. la de finales del siglo :u siguen oper~do cien:u pauw mayona de los países de Europa occidemal, Japón, Ls=l soci:Ues que ~ceo que algunas personas (independientev Austnlia. Todos juntos, estos cuareoll pilies producen mente de su eswio de ánimo o de Oli'O tipo de variables Ía mayorfa de Jos bienes y servicios que se generan en el psicológicas) tengan más probabilidad de cometer suicimuódo y conli'Dlan la mayorla de los recursos del planeta. dio que otras. En términos generales, ]z m•¡¡nri:t dt.Ja.s..pcrscnas_que Es:!S pauw sociales no parec~n relevantes, sin e:nbarh1bitao e.1 estc¡t pís~D-haslZDte...bien,-ao-poil!j!;. go. cuanéo ;!J]alizamos el suicidio en oll'os países.-"' este !til!l múill.t105-0-!IIU~~ino..pcnqu~-ban-tanidO­ resce:to, el caso de China es muy interesi!!lte. En China, l~~pone.HJ~eu-c!el · dó~de vive el 22 por,ciento de la población mundi:U, la wa de suicidio es muy elevada. Del10tal de los suiciciios =dQ.. Una segunda e~~ ~e países so~Jiuc..dispooen que ocarreo en el mundo, un 40 por ciento se come1~ de UD!! ca.ritiaad_moderad~os.~Son alrededor en China. Pero mienll'as que eo Occidente la lasl de swCe nove;IZ, relativameiiie1i'dültrializ.ados y de renta per cidio entre los hombres es ll'es o cuatro veces m:s aha que capi'CI menor que ei grupo e.nterior de pa!s~. En compa!a de las mujeres, en China las mujeres se SU1cidan más ración con los habit!.DitS de los países ricos, los de este uue los hombres. Tl!lllbién. mie;;tras que en Occide!lle el oll'O grupo de paises (la mayoría en Europa oriental '! s-uicidio es un fenómeno urbano. en China la i!.5a de suiLarino!IDéricaj tienen mis probabilided de vivir en zonas cidio es tres veces m!s alta en las zonas rurales ~Vew rurales que en ciudades, de utilizar bicicleu.s, mOtoeicleSC:t:ui.rt. 22 de mmo de 1977, pp. 34-37). Parece entonw 0 l!llimales pzn desplazarse en !ugtr de coches, o de ces que, WllD en China como en Occidente: en el fenótener un nivel mis bajo de escolarización. En la. mayoña meno del suicidio parecen estar operando cenas pauw

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Jo que ~st! ocurrie;¡do en el sudeste. asii!tico, en concre1o en Singapur, Corea del Sl!l', Taüandia y T;Üwan (asf como en la UJtigua coloni:! cie Hong Kong): países que has!.! hace poco ten!en un renta per capita b~je y que pueden terminar perteneciendo al grupo de los países mis ricos. Algunos lUiores se han atrevido a sugerir que este nuevo «modelo asiático» (nuevo en cuanto que sigue una pauta de indusrrialización diferente a la que siguieron los países occidentales), puede convertirse incluso en el ejemplo a seguir eo el siglo XXi (Naisbin, 1997). Hasta bac: muy poco los manuales de sociología cSL!· ban centrados en una u orra sociedad. Se explicaban los conceptos básicos de la sociologí! poniendo ejemplos de esa sociedad, sin comparar con orras sociedades y sin evaluar en qué medid! lo que esLá ocurriendo deorro de esa sociedad puede explicarse a partir de Jo que ocurre fuera. Ya no es posible seguir escribiendo I!Wluales así. En el Capírulo 11 se van a exem.inar las causes y consecuencias de la riqueza y pobreza de las naciones. Y en todos los ceoírulos habrá referencias a muchas sociedncies. Los hac~mos así, incorporrunos es~g!a: b~_J:~Q~

ocurriendo en los mercados de valores de Tokio, Hoo2 Kong o Nueva Yor!.:, de la misma forma que un a_gri=u!: tor e.spsño! no puede ignorar los ctmbios en !Epolítica ag!lrit de la Unión .Europ-...1. Pero de la misma iO!lll8 que los pilies rices de Occidente e~!WI sus bienes, estilos clt vi& e incluso sus gustOs a orros países, ~tos reaccia¡m a su vez. T~~~~~ el proc~so.de glob~f!_On, au~ un¡¡li~.JQDCillas..o

luos cada vez más esrrecbos entr!'cdas sociedades.de

t~und2:.ii;aiüt:.másiiiitréo!!5,!1ldas-Sobre-1as

co~"Uesias.de ~te p~~Q_ile globalizaoión-vamos a hablar-mucho á lo largo del libro.

2. (flna perspteriva g/oba/ llO.S pt171'JU Vtr

L!nte en Europa, y especialmente en Europa orient:al. Pero como se verá en el C:tpirulo 11, la pobrezn está mucho más ex;eodióa } es un problema muciúsimo más severo en Latinoamérica, Asia y .<\!rica. De la misma manera, si la mujer sigue teniendo una condición subordinada en Europa, en orras zonas del mundo su situación es mucho peor. Y si se puede hablar de cooflictos étnicos, racismo y xeoofobil en Europa. en orras zonas del mundo (como en Ruanda, por ejemplo) estos ienómenos pueden tener consecuencias verdaderameme cawtrófic11,5 en términos de .vidas humanas. Así pues, muchos de los problemas con los que nos e~Liltllos en·Europa no parecen singulares o peculieres de esta zona del mundo. Ames bien, parecen tener dimensiones globales. La conwninación del medio ambiente es un buen ejemplo a este respecto. Tal como veremos en el Cap!rulo. 27t, el mundo es un único ecosiste:na, lo que ha~e que los perjuicios (o los beneficios) que cualquier pafs ocasione al emomo, nos va afectar a noso~ros y al resto cltl mundo.

l. .:.U...-u:!'.:IYI C~'VIAf (1$a} 'A Ylil al ñi.J;c',111lt• \'.ot¿ in liiT. ~ 1¡¡¡ il".t E::n:armz tlP.'Ipapt.t Lur.llt: (~)En

Europa

fi¡ut'l 1.le OIIOIIObtl Juk.ilf.tO G!ntrair.ll!nle u c:oruldtra el 1uicidio cc:no el ·~.rr,ú.~t>onal quo ;wooo e:;~ ur.a ¡atiOfl&. Los ~es ha.1 •S!ldo mLoy irl:truaocs on u:u6zr ti suic:i6o prtdsamtna pcr.¡uo pzre::itndo un acto pu."ll!lln:. pe~,., o irdviduat. i:-artct ruoond•r 1 denu pz.uu.s ~L us u:zoinns <!! suicidio nca muu;nn claru.;tnte Gue los lndic:u de aulc!dio vzrian r..uc:l:o tnL-. dllilnt~:~ p&lus. ¿A «:<:• cru ~ut se '!!>In uw vai.Jdonu?

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de es:os paises, además, hay mucha

desiguald~ial,

~forma ~~ mienll'i!S una pequena !@íómr conrrola 11!!..3

P:r act ~00.000 :uctun:ts ~.:~u: 5ce:c!ow7P"..-.7tif. 'ICL!. llii, :.1' (•S!i::::IIIJ tc:r.; Ul•).

~eosa ~mp~ereéur;ps, muchísima oli:tieo1e ¿arece ere vi~p¡j:. o de.una a!imeot.acióo !decuaóa. 1'0r último están los pa!ses pobres, en Jos aue vive ~~~e IJ milild de JipQ6l~a3ilmundial: SO'iiparSes escasamtnl~industrilllizados, eo !os que la pobreza más se~s la regla..:t-no-Ja excepción. Puede verse en el Y!s.P.al.l que la mayoría de estos paises están localizados en ."..frie~ y Asa En :stos países e,,;isre también una requefte minoñ~ d~ privilegi:!!ios, DerO la :nayoña de !a población tiene como úruco lfáo ,;obrevivir y s:ilir adeJa¡u~. p~ lo QI!C tiene que "COCer di5c:lltades de todO tipo: \'hiendas irualubres, escasez de agua potable, alimentos escasos, fa!~ de medicines y toc!o tioo de recursos sanitarios, y lo peor, Íalta de üusión. · • El mapa del mundo esli cambiando constantemente. Uno de Tos fenóme.1os más interesarues a este respecto es

--·-· ·-

l!lllii!UChOS

de los proble11UJ.J qUl tenemos en Europa los tsr4n sufriuu!.o tambitn, pero con mucha jmensjdad, orros -países del mundo. La pobreza es un problema impor-

-ve; mas vmcu a r , • •. En gr;u¡ parte, la historiede os umos 300 n!ios es una sucesión de acomecimiemos que b;u¡ ido vinculando cada vez más estrech.!mente a las sociedades de toóas partes del globo. Primero fueron Jos e:tplqradores y conquisudores, luego !as empresas coloni:Ues de las g:r.¡ndes porencias, la esclavirud y las emigraciones me.sivas. Hoy es el rurismo y los a\'1.1lc:s tecnológicos. En cuestión de pocos eños, las s~~ades.~o.el-:;]wii!Oli~iie;' dedo i.'lterc~~da5-Hin.ni\·cl-inima2inable..hasta haC:oocó."Los aviones cruzan los océ~os eo cuestióo-deiioras, y en sólo unos segundos pueden transmitirse textos, imágeoes y sonid~s ·je un lugar a orro del pleneu. . Como veremos m:!s adelan1e, üna coosecu~ncia de 3. Pensar en tirmmos globales es un ejercicio e~!enu' estOs avances tecnológicos es que en todos los. rincopara tnwufernos mejor a no.sorros mismas y la socienes del planeta podemos encontrll.l' geo1e con los misdad en que vivimos. Cuando nos miramos desde fuera · mos gu5IOS en cuanto a la música, la rooa o la comida: v nos comow.mos con orras sociedades Jo oue baceCon 1odo su oodeño económico, las naciones más ~os es po~er en cuestión viejos entendimie~tos, viericas parecen Íl.!b-..r'proyectado sus gustos y estilo de jos argumentos o formas de pensar que aquí parece vida sobre los miembros de 01ras socied3des: eocanque casi todo el mundo da por supuesto o acepta con tldos con !as hamburguesas :!l!lericaoas, dispuestOs a 1~ máxima oelllr"..lidad. Al utilizar una perspectiva bailu pop britinico y, c~dz vez más, a esrudiu inglés. global iucemos más flexibles ouesuos ruonamieoL.! muitiolicacióo de !os in=bios comerciales tos, aC"o!a!Ulamos nuevas herramientas explicativas y entre las niciones ba ~o una economía llob:!l. conc:prudes que nos ayudan a pensar de forma disMuchas gr-.:ndes ecnprm.s produ= y venden s~ bietinta nuestrOS viejos problemas. Con es1e nuevo utin:s y servicios a escala munc!ial, y los mercados ñoanllaje nos entendemos mejor a nosotros mismos, qaiú cie~os de 10do el mundo, conecurios emre sf JlO! via se nos ocu_'Teo nuevas Íonnas de solucionar ouestros s!!!lit:, escio oo:rando las veinticuatro horas cltl dia. viejos probletn2S y, tao imponll)te como lo ;u¡terior, ¡..,ingún operado~ de bolsa puede igño~,hoy Jo que estl conocemos mejor Oll'i!S.sociedades y nos hacemos así A

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m55 tole.r.u:ues. \'eremos a lo largo del libro que bty r:lUcbas formas distintas de ver y vivir la vida. O de i!r ?Obre. per ejemplo. En ei Capfrulo JI \'Ílit!J'einos \!n barrio pobte <!e ~ia!ir<.s (l.ndia). Vue.'!IOS que alli la gente sale sdelaote a ptsu de las diñcu!tWes más ex!remas gr.¡cias al amor, a)'llda y respeto de M iamilims. Esto nos puede hacer ptnsar. por ejemplo, por qué en mucbu partes de Europa la pobreza se ''lve y experimenta de forma tan distin11 (viviei!do muchos pobres totalmente aislados y marginados, como los •sin techo..), o cuá!lto sentido iiene seguir utilizando la nqueu material como único o más imponante indicador pan medir y comparar el bie· nesur de las personas, como tendemos a hacer en occidente, y sic tomar en cuenta el amor y respeto que las personas rt:ciben y que puede en.riquece.r enorme· mente sus vidas. En re~umen, en un mundo c~da vez mis y m5s interrelaciooaéo, sólo nos podemos entender a nosotros cismos entcmiien<!o qué es lo que está ocwriendo a nuestrO alreciedoi.

S La perspectiva sociológica en nuestra .vida cotidiana

Cuando no; er.'comrnmos con personas que son diferentes a nosotros foien en nuestra propia sociedad, bien en otras sociwadts), no nos quecia moi.s remedio que re:onocer cómo· las vidas de los individuos se ven afectadas por el conte:tto social en oue viven. En dos siruaciooes es11 influencia se hace m~o más evidente. Sociologfa

y marginación social

Para aquellos que viven en los bordes o márg:.ne.s de !A sociedad, no pe.rie::wneote im:gr.~dos, la perspectiva sociológlo es. en un muchos casos, algo narura.l. Todos nosotros e:toerimentamos. aunoue ouiú sólo =ionalmen:c. !l~a siru..Cón :o qa; pu~ce que mamas s~ ci:Umeote :;¡a.!ln2dos. ~ pm. algunos individuos en concreto la muginaci6n soctil e$ pute a! su VJda cotid.'aoa.. ~uanto mayor C$ el y¡~J~81'~UJJWJ::JJ.l!il:lÓD soci!l,_mayOr- 1a i>OSt ad a-u~os desa¡_ro. t:1 una perspecuva s~gj~e.1to sociql~¡ico.-P~a cu:Uquie~ inmlgrlri~ rurco ~o A.le;;¡ama, pakinani en lnil~tem o JI!3r.'OOUÍ e.1 Eso~ es ca\i iml:llsibie O\le eas;ur; sélo d!a ;in oénsv o re!le:ticau en ou6 medida ei colo: de S'u piel está !Íectando a su propia ~y sus experiencias coadi!<'las.•.oJ cont<ario. la mayoóa de los a.l:t=es, briúnicos o espafioles piensm en esw cue&tiooe.s de íorma cwion!l o superñcial, pues pan ellos el

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coior de le piel es un t.sunto s:cll!lduio, que sólo aiecta a los otros. a ouienes tienen otro color de oiel. Algo se~ejante 'uede decirse dt oÜls personas que no ocup:lll posiciones centrales en la sociedad, como las mujeres, los bomosexu!les, los minusválidos, los csili :echo•, o los ancianos. Estos individuos, relegados a los múgeoes de la vida social. tienen más probabilidad de re!lexionar acerca de los prejuicios, cosrumbres, vtlores, meglos políticos, etc. (esro es, en términos puramente socioló¡icos), que han conaibuicio a colocarles en esa siru!ción perüénca o de marginaci~n. que aquellos otros individuos que no se veo afecrzdos oegativamen~ por ninguna de estas cuestiones . •-\!Lsi..J!It~~:!~d~~

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ervar su e~encia y las expe~~

le~~tras personas Gesde UD PJ).!illmás lejos, y siempre

CQJ.Lbuenas dosis de curiosidad y apeñiiiilnrereeffiil Esto unpli'ca-poner~rnréparrnlesislo que en oiits!I".Í

sociedad, nuestra f:unilia, nuestrO grupo de amigos, se da

por supuesto y reconocer que hay muchas formas y muy dis!Íilw de organiune socialmente. Si ademú uno se deja tentar por .todo esto y ~e propone encontrar explicacio!les lógicas y rigurosas de por qyt las personas se organizan de formas distinw y viven vidas distintas, entonces es que uno ya esá en trance de convenirse en sociólogo. Sociología y crisis sociales E.'lJl~UWQ}.~e grllld~s•.::~bios_ §2.~~is

sociales, la gente suele sentirse bastante desorient:nda,- ;; ·esto les bace ~~o {eQexjon~.al-mQd~óÍQgo. C.- Wright Milis (!959j, un sociólogo nomnmericano, puso como ejtmplo el caso de la G= Depresión de Jos ehos 30 pzn ilusuar este principio. Por aquellos años, la wa de dese.'!lpieo alcanzó el 30 por ciento en Estados Unidos (así como e:t otras panes del mundo, pues aquella fue una crisis ¡Job3.1). Con cifras un altas. muchos desemplendos empezaron a considerar que su sirunción particular se debla a determinadas c.1II5IS socii!les. Antes gue ,!lltoinc~e con ~XJ~.!_ooes ~_;!!ielió.~estM-hac;ien­ do~g.o mal, P.~~!_!l~ co~tgg Jr.abajOJt, buscarOD-QI!e·tipodc ~aci<lJles..de:iiiaeo supti!Índi!'i..dual ~9Cilllógico a ~ SlJ\lación, del apo •hnY.I}]la.p.,.e crisis ~cQ!l2!W.fll y no h!1_ trabajo oan todos•. Pero:&·¡¡ üivers~:;~nsamie~to socio~ueóe ~l:ien promover :1 cam6i0Jl&~Ciiiiito más aprend~os sobre el .func¡ooamJento de las sociedades, más aeen:os que podemos C':L'!lbiari!IS en equ:llos aspectos que m=nos nos gusun. E.'li!te, por :je:nplo, una hte:arura sociológica que tratz ciel tema de ia mujer, y en·conc:ero de ru si~ción subor~ca resoe::to al hombre..-\d:mis de describlf esta siruación, de· medirla o dt explicarla. muchos-y muchas sociólogos/as bao dedicado sus esfutr-

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cu:!les son esas reglas del juego, mejor podremos zos a ~corur las difereoc¡::.s sociales oue ;igue.'l e:tisrienj!lg>..r nuestru canas. La sociología nos puede t)'lldar do entre hombres y mujeres :n todo eÍ mundo. 1 entender cuáles son las dificultades con 1~ que nos En resumen, una i.mroóuccjóo a Ja socioln~ oodemos encontra.r intentando cumplir nuestrOS objein~itación a ~d..rt\llnQQ_co~di~rJco:n;L4is!iota-a­ i¡,.os y, u{, t redefinir mejor esos objetivos y a ser cotiiOTo~os habjru_!l.~ ~nte, Llegado más efectivos a la hora de alcan;arlos. esté momento, muchos se puenen preguntar si mmce la pem ac:ptar esta invitación. Por decirlo de otra forma, 3. -Lo DiTS::Itc.iva socioló.11ica haet out seamos mion¿qué es lo que ganamos? ¿qué beneficios obtenemos si bros acrivos dt nuestra .rocitdad. Des.:ooocie.i!do aprendemos a lllÍrU el mundo con los ojos del sociólogo? -cómo opera la sociedad es máS fácil que aceptemos las cosas como son, que nos confonnemos con el sraLos beneficios de la perspectiva sociológica ru quo. Podemos pensar que las cosas son así en nuestra sociedad po,rque ~í son las cosas marunlmente». En latnedida en que nos v:uncs tcósrumbrando a emplelr Pero cuan Lo mayor sea nuestro conocimiento de oaas la perspecti,•a sociológica, estamos en mejores coruiici~ sociedades, mejor entenderemos las insüruciones, ne.s de miramos Q nosotros mismos y a nuestra sociedad valores, tradiciones, etc., de la sociedad en que y.¡,.¡_ de forma diiereote. Y de aquí resultan cumo grandes bemos. y as( estaremos más dispuestos a convenimos en neficios. miembros activos de nuestra sociedad. Para algunos sociólo¡os esto puede significes aceptar la sociedad l. -La ptrspi!Cri\'a sociológica rcrmina convirriiluiost i!n"' tal cual es; pero pan otros puede significar iotentar una iorrw de pc!Uar; 1010 csotcit dt ralal!rt critico uansformarla de obo a rabo o, iocl~o. uaruformar el ue sin·e ara oncr tn cutsri6n los volorts, las normundo éoTero. ti sociolo¡fa., en cuanto empresa cienmas, as t[lnJCionts ae as cosas o inc usO tífica, no es de dmchas o de izquierdas, no tiene ll}la de haccr las cosas (trabajar, amar, morir, por ejemorientación polftica que le sea coosusUUlcial. No plo), mtt ,;osorros mismos otras usonas don por teniendo una determinada orientación polfti9a, Jos s~ - smmcsras. Esto nos pone en una s1ruación pnv eg¡aciólogos pueden ser (y lo son) de todaS las tendencias. aa¡;mevaluar qué hay de bneficioso o perjudicial. Sin embargo, in sociología tiene una dimensión crítide cieno o erróneo en esos valores, normas, etc. En c:t en cuanto que, cóiiib acabamos de ver, se desenotras pala~. al ptnsu en términos sociológicos vuelve poniendo en cuestión el sentidQ.~TQ.ím, lo que podemos llegar a la conclusión de que algunas de mucha gente da por supuesto o acepta. cQn la ~ayor nuestras ideas que coosidetibamcs narurales o indisnarur.ilidad. Aun e.si en su trabajo de investigación el cutibles, temúoan zparecieodo dudosas o falsas. Por sociólogo tiene que dejar a un lado sus Yalores y-te.oponer un ejemplo que ya bemos mencionado :lflte.s, dendas poüticas y esforzarse por llegar, a cooclusi~ una afirmación muy extendida en Europa y otros p:únes s6lid~; C$tO es, conclusiones construidas con el ses desarrollados es que Jos _individuos son autóo~ suficiente ~ó_g!co como para bacer que otros mos, esto es, son perscnclmente responsables de sus sociólogos, indepe'ñdienttmente de su orientación decisiones. Pensando de esta manera, estamos !J1UY valcrativa, no teng:lfl más remedio que tomarlas en oi=n dispuestos a felicitar a aquellos que ~an tenido cuenta. éxito y a considerarles superiores a otros que pmceo Hace unos ueiota a.llos, C. Wrigbt J.,.Jills mlllteola llllber conseguido menos, a quienes imputamos algún que de.smollar !o que !1 llameba «la i.."ll!ginación tioo de fallo oersonal. Los ;ocióloEos muJl!l de averisociológka» animaría a las personas a con,·enine en gÜar la validez de :úirmaC:ooes que todo el mundo ciuqathnos más activos. El lector puede eocoouar parece compartir, que se dan por supuestas o parecen más datos sobre este sociólogo en un recu!dro que le de se:1tido ccmún, y por eso rimen que hacerse prebemos dedi~do en este capúrulo (bay otrosJecua.dros gunia.s que, a, primera visu, pneden pes~r extrañas o b~jo eltírulo de «Perfil• dedicados a otros clásicos de sorprendenres. In sociología). l. La p•rspccri'I'O s.xiol6gica r.ru pcrmiic conocer ~. jor las ooornmidades v los obsrdculos a!lt pocicmos 4. Lo sociologfa nos ayudo a ruonocer out aisrtn difirtncias tnrrtlas socitdadts, a'ruonoctr El sufrimío:jnconrrar en musrrar vidas. La sociología nos btcero hwnano, y a afronr.:u ti mo dt vivir en 101 tiwndo ve: que, pm bien o para mal. la sociedad ooera .:on • ron complejo y tan 'plural. El pensamiento sociológica cier.!S ¡-e¡Jas. Nos :tyuda 1 ente'ña!rtuáles soi\'esas sirve pan v!lorar ea M auWu:icis dimensiones la ~ikS y cÓmo se ap!ic!:l. En el juego de la vida pode::ttraordinari1! variedad ~e orgi!llizaciones sociales ~ mos decidir eémo vamos a jugar nuestraS canas, pero el mundo, así como el sufrimiento real y potencial.de es"!.a. sociedad la que repam las canas y lt qüe estemuchas personas a lo largo y ancho del planeta. Los blece las reglas del juego. Cllanto a1ejor entendamos

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Mapa 1.1 ~ Desarrollo económico y perspectiva global

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En los paises ricos (Estados Unióos, Cenedá, la mayoria de los paises de Europe OCC'id!lltal, Israel, Austrafia y Japón), la tecnología inaustrial permite que les personas, pclf ténnino mediO, vivan en la abundancia material. Los países relativamente ricos (paises centro y suramencanos, y de Europa del este, por ejemplo) tienen unz capacfcfzd Industrial Wmllada, y sus hibilantes, aun cuando tienen un nivel de vida superior ala media en el planeta, es baslante Inferior al niv;l de vic!a del que disfrvtzn los habitanlas de los paises ricos. En estos países hay también porcentajes significativos de población que vive en condiciones de pobreza, hacinada o e la intemperie, y mal alimanlada. En los paises pobres ya es la mayoría de la poolaclón la que vive en cono1ciones de pobreza, que es, adem;!s, una pobreza severa. Si bien un pequeoo porc:ntaje de la población vive en muy buenas condiciones, la mayoria de la pobladón de los pai· ses pobres tiene que luchar cotic;anememe para sobrevivir con una mínima lrección de los recursos c;u; cor ténnlno medio tienen los habitanies de los paises r1cos.

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L'l:tllcs C-COOy los 10.000 dóla!tl, y ti d! les pa!us po!lru u ~ a los 2.500 ctlatfs.

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espaiioles, los franceses o los ingleses son sólo una pequeñísima fracción de la población mUDdial. Tal y como se verá en upírulos poneriores, existen otraS mucb:u per.onas que 'iven en condiciones y bajo meglos sociales radicalmcn!C distintos de Jós que conocemos en Europa. En todo el mundo, la personas tienden a definir su propio estilo de vida como Cll!N· ral• y a ignorar (o inc!u5o t _criticar o cens~) .otros .. estilos de vici3.. Pero 'la sociología nos bact pensar Críticamente ace¡¡;a de l:u vent.ajas y desventajas relati"as de otros estilos de vidi;. de otras tnldiciooes o ins· tiruciones que haun que las personas vinn sus vidas de forma muy distinta ~ la nuestra. H2cicndo esto, también hace que riflexionemos sobre nosotros mismos: nuesto:u irutirucionu, valores, his!OO&. etc. La. sociología wnbién nos pone en mejor dispcsicióo para idenriñe:ll' y valorar el suffuniento humano 1ill! donde le enconin.mos (en la pobreza, las rupruras bmili:ll'eS, la eñiermcdad, l:u guerras, cte.), y a entender que wes sufrimientos ocurren muy frecuentemenrt por la forma en que las.sociedad~ están organizadas. _. Problemas de la perspectiva sociológica Acnbamos de ver que cuando nos esforzamos por mirar el mundo con los ojos del sociólogo podemos obtener algunos beneficio!. Pero no todo es tan positivo. u p-.rst:ectiva sociológ-ica· tambi~n encierra algunos problemas o dificulw!es. Podel!IOS mcnCíoou tm: ·

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de los sociólogos, que, !l esrudiu cosas qu~ les impücan como miembros de la sociedad, tienen muchas m!s dificuludes para dis=iuse del objeto de estudio. También e~<á el probie.ma del emoceo trismo, esro ~s. la renración de valoro o ev11u.u atrás soc1edades no desde un1 penpeetiva global, sino desde la propia sociedad.

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C. Wright Milis: la imaginación sociológica i

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3. ·El conocimitnto socioi6Jico ltnnil'.a sitr..do pant dt~ Ja socitdtzd. Las investigaciones y esrudios que hacen los sociólogos, los übros que escriben, bs expücacio-

ncs que om::n sobre cosas muy diversas, rtrminan siendo pam del conocimiento que una sociedad tiene de sf misma. Los sociólogos proponen idus qu~pue­ den Uegu a ser apücadas, lle¡aildo así 3 tr.msform:uen pane un~ sociedad. En 0ttas palabras, la sociología puede tener í,y de hecho tiene) un impacto sobre In sociedad; esto es, sobre su objeto de estudio. Esto no ocurre con cxras cieocios. los astrónomos no c:unbian, i>or mucho que los esrudien, la posición de los phmew. G Los orígenes de la ~ocicilogía

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ta que tuvo muchos adversarios pero lambién m\lchos admiradores.

Los grandes acontecimientos históricos no se producen porque sf. Son el resulllldo de dete.-minadas ceusas sociales, complejos .y sólo en pane prcdecibtes. Así fue tambi~n con el o!cimíento áe la sociología. Una \'eZ que hemos hnblado áe la oaruraleza áe l! sociología, de sus ventajas y problemas, toca ahora hablar áe sus origenes. Aunque ha habido .-efiexiooes sobre la sociedad desde los orígenes de la historia de la humanidad, la sociología es una disciplina basllnrt recienl!. Es una de las disciplinas cienáñcas más jóvenes -mucho más que la historia, la física o_la e::onoti'Ja, por ejemplo. Fue en 1838 cuanáo el pens:!dOr Augu51c Comte (al que se dedica un rt...'"Uadro en es¡e capfrulo) acuil6 el término «sociologfll» pan des. cribir una nueva forma de reflexionar sobre el mundo.

l . La sociolof(a es pant dt un mwuio tn con.rrontt rran.r-fum'.oció'n.:_ Una de las dificultades con la que se COCI!!:Dtr.lll los rociólogos es que su objeto de estudio, las· sociedades, están cambiando consllntemente. Las sociedades no son objetos fijos, y cambian mientras :1 socióio2o las es-J esrudiando. Así, un «descubrimiento• hecho hoy puede que tengamos que cualific_arlo sust.1l!Cia!mente maliaoa a la vista de nuevos iiCOilteei; mie.mos, que_nos SÚgicr~ ouevas piswlcerca de los m.i5me$ fenómenos. Dado ou: une de las ·caractcrístic:u del mundo moderoo es.Ía aceleración de cambiosde todo orden (tecnológicos, políticos, socicles. etc.), Ciencia y sociología tenemos que- esperar que nuestro conocimiento de la u oai\In.l~ de la sociedzd fue uno de los mis imporscc~d cambie también rípidamente. -~ por ejemtames temas de reile.tion para los Jl'andes pensadores del olo, muchos de los wos guc va a eoconttar el lector en este libro ya es;arán desfaSados ClWldO los lea. paswo. El filósofo chino K'ung Fu, tambi~n conocido , cemo Conñicio (551~79 a.C.), o los filóso~os griegos 2. Los sociólogos son mi~mbros dt ur.a J.OCitdad: wo· Plat6n.(cÜ';2_ 127-~7 a.C.) y Arutóteles (384-321 a..C.), ·es. son pam dtl objtJO _dt tS!'UÜO . .Esto dificulta_ por *mplo, dedic:u-on pam desus reflexiones al rema de mucho la labor del sociólogo. Otros cientfficos (w: "la sociedad. . mico. un químico. o un espe:iálisu en me:eórologíA. ·- 'j);J.i. ailit112 manera. un pensador medieya.l como Sanpor ejemploj tienen como objeto rle esru4io cosu que. .to·Tomás (circa 1225-1274), el filósofo árabe Ibn Jaldlln al margen de la vida profesioccl,les resultan áistantes {1332: I~ y el filósofo üustrado Moote.squieu (1689- · - - -o les son ajenas (los metales, los cotpp]~oJ·qgími- 1155) _tambi~ dediwoo par!C de su tiempo a reile;tioou cos, los cambio~ ~:teorológicos). Este no es el caso so~ las so:cie:!ades. Pero no fue huta el ~iglo XIX, y gn-

harles Wright MiUs (1!.'16-1562) parecia tener la habilidad de provocar un escándalo con cualquler cosa que hacia. Incluso cu;:ndo negaba a la prestigiosa Universidad de Columbia, en Nue'la Yor'.t, a dar clase, en moto, con botas, •r.qceros y 5udadera, muchos no tenlan més remedio qu: quedársele mirando. En los conservadores allos cincuenta, Milis podía p2recer atrevi· do por su forma de vestir, pero es que en verde.d lo era, y esto lo demues· tran los libros que escribió y empezó a cuajar durante aquellos años, en los que ponía en entredicho muchas de ~s Ideas qu: la mayala de las per· ~on2.s dan por supuestas. Mins ;;ra un norteamericano de Influencia marxis-

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Tal como lo v~la Mms, la sociología no debe ser una ciencia fria y ajena a li! experlencia humana. Antes bien, pensaba que la sociología debía ayúdar a las persones a escapar de sus prisiones partx:ulares, de las •jautas• en las que se han encem!co, ya que la soclologla nos puede mostrar que es la sOCiedad, y no nuestros propios errores o debilidades, la resoonsebls de muchos de nuestros problsmas. La sCC:ologla, según Mills, t11nslorma ios problemas privados en problemas sociales y politices.

En los párrafos siguienJes, Milis desc.1be cómo la scclecad puede influsnciar nuestras vidas, ysefiala la ~-nportencia de . intentar entender nues:res !XDiriencias en el ctllltexto de la historia y la sociedad en que vivimos. Cv!.ndo

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cam~sino

soel!l!ad

SI lndustr~

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se llansforma en lr.bEj2dor

tnC:us:rial, y 1! uflor kluaal ae arruina o se

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lcce !:nc;ssl.rlo. Cua.-oGo ~ c:ast eme~ o sucuml:e, un homb~ ;ana un. putlio da tr.aba,'o ~ pisrdt ti Q'JI tenia;

CUIIIdo ~ tasa de rwersión suoe o b!¡a,

un hombre collra nuevos inimos o se arruina. Cuaneo es12na una cuarn, un vtneedot dt segun:s H c:::rMe-rtt en lanzador de mi!Ves; ~ dtpt~lt ele una btr.oa se hlct anafista de radlr, una

mujer u queda sola an casa; un niOO cre-

es sin padre. Ni la vide de un indiYiduo ri la hiSIOña dt un2 socitd&d p!Jidén tnten-

mos. A 151l. dispoaiCICln (--) la podtmoa

lim!r inag.:"~~aón sociológica. · Hay que uw sltr..p;e atento a la visión cet homln (lalmlg111 gentrica c1e su na~o11l&za luilana) que esl! 1T'9[ic1ta en ti :ra~<jcl de inv-~ que tr0 tS".á rlédando, y tambiin a su visión de la his'.oria (o, mejor dicho, su visión de córno se hice la Ns:oria~ En dos palabras, an suslnves• cienes tiene qu1 refinar y rtvisv con!inua-

carst li una sin la o1re. Sin e~. los horn!ns no sw!en :;,¡r.:a su \'1$6., ace:ca deles problamu oe entender o dernir los problamas que la his:cna, les p«Jbbemu bogláficos, les astan ctravuenclo en términos dt cam- · problanas de <111 est~ sod2J an ta bios históricos (-) No suelen relacionar que 1a biograr.a c1t eu.s personas y la JU.. au situación, los cambios que !e sucaden loria en:ran en =taao. Hay at.'l esw en 5\.'S vidas, Ql1 los camb:ol que se ate1110 a 1u cistinll.s 1orm2s de ro'VIc1eestin produc:lenoo en la sociedad en que licad y a los grandes cembios tn:éricos. vivan. Apenas ccnscltntu de !u ralacioU!iilando lo que eslj oMndo y lo que Jno.ag¡. nu cornple¡u que anudan sus propias na p!.oeclt dar liS c!aves ¡;ant l!llenéEr ~ vidu aJ curso de 12. his:or.l! munclal, la vañaciloded d!!·Ja expe¡lenda humana (•.) Inmensa mayor!e dt loa hombrl5 ·deS= para tnltndlr que muchcJ problemu per· nocen lo qut inptic¡ esta l'l!!ación para el sonalu no se pueden riSdwr ccmo si fue. lico de hombre que se u y ~ 11 está ;zn meros proolemu pmooatu, •lno que hacl!ndc, y pare el tipo de prct:tsos histó- c!tbtn !tren;udoos en términos más amricos en los que esli pl11icipzndo. No tie- pioa, en térrrincs púbo'l= y no priYadoe, nen ese talante, ;;u disposición mental ¡n !!m-inos polib y soc:alts -tn 16tmlnecuana ¡¡are ceptar la inlerrt~ ncs, en !in, clt1os carTbos y prc:cesos l'is· entre el hombre y la SOCIIdad, entre su tóricol que se estin aucatfiendo. Tll!!ll que blogralla y la historia, antr~ su ptrscn!.i· penscr que cM'dmtnte podrt ver el flgnllldad y&! mundo. cado de las cesas. clt los problemas sociaLo CjU6 nectsl!!n (...) es ciena disposi· les o poll!icos, sl no les rtiWona con lu

ción que les tyut!e a ver (•••) quj es 10 que e&'.t sucediendo en el mundo(•••) y qui es te que lu U:Z sucedando a 1fto1 nu-

person25, con sus VIdas y sus problarnas pmona!u. t..ca prcblerr.a de ~ cién en cienciu sociales. cuando sa forrru. lan de una forma adecuada. é&btn dar c:abic:a a los prllOIIm2.s p6ISOI\&le.s y a. les • temes y problo..mauodaJu y públc;:s. a la bioQtalia y le histona, y a todo ti conltXlll de tntncc:ones l!l!ra unE y otre.l>-nvo de est c:lllt!XIO se cltwTcli 11 vide c1t tes lnáiviouos y las soc:ededu; y dentro dt ese ccrnexto la lmagmdón soc!ofóoica tl'lc:uann su oporiiJ'iéad pm nwjoar laJ VIda dt lu ~..onu (Mas. 1967).

En la convergencia de estas tres dimensiones. la btcglifica la histórica Y. la estructur1.l reside la lnvestige· ción sociológica. Para ur.a introduc· dón general a la obra de Mit!s, puede consultarse el libro de John.Eldri<ige (1983).• ""':"..:..:..

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S Primero fueron los avances cienúficos y tecnológicos recurrir : inter1enciooes divi:!as o sobrenarun.les, o a 1:31 que hicieron posible la producción fabril. En segun4o o cu:U principio mel!iisico o cll~trtcto imposible de contr..star emp!ric:11:1ente. Esto es lo que hicieron pc:rsonu iugu, el desarrollo de la economía industtial, basada en la producoóo en fábricas, produjo la migración de miiiOf!eS como Copémico (1473-1543), Galileo (1564-1~2), o de personas del campo a la ciudad. En tercer lugar, conIsaac :-iewton (1642-1727). Según Com~t, hnbía lleg·wo ~ntndas en rrnndes ciudades y cenaos industriales, el momentO de bacer lo mismo con respecto a la socied.ad, muchas PerSOOas comenzaron a enfrascarse en debates babia que apliclr el m~todo cienáfico pua entender y acerca del gobierno de la sociedad, la democracia y lc¡s e;{plicar (incluso para mejorar) la org:mización de la derechos políticos. En las próximas páginu vamos 1 oessociedad. En esto ndic:~ la contribución de Comlt a la sociolorfa. cribir breveiD!nte cada uno de estos !les procesos {sobre Comie fue lo que en sus propias palabras ll31!taba un . los que tendremos que seguir hablando, y más detAlladaocpositivistu; esto es, una persona que cree qut sólo mente, a Jo largo del libro). se outdc obuntr conocimieruo verdadero de las cosas apÜcando ti mirado cienr(jico. Como L!l, Comte penUna nueva economía Industrial sabt que, !.! i¡:ua) que la Natunleu se rige según leyes que bzn descubierto los cientÍficos (la. ley de la pavita· Durante ls Edad Media, la inmensa mayoría de la ¡ente se ción univenal, por ejemplo), Js sociedad también obe· dedic:~ba al cultivo de la tiern o a la producción manudece a cierw leyes que toca descubrir. Los sociólogos facrurtra a pequell3 escala («maDUfactun» es Unl pala, de hoy en día siguen pensando que es nec-..suio el métobra de origen !:~tillo que significa «producir con las do científico p3n obtener un conocimiento riguroso manos»). Pero a fi.n¿Jes del si¡lo xvm, y debido al desay vi!ido d: .la socied.!d, aunque la mayoría reconoc::n rrqllo de la mecániCJ,!iid.ráulitl! y a la invención de la que no es posible eo¡;onuar «leyes" que e.1pliquen la máquina de vapor, fue posible disellar grandes miquinas !ocit:bd 31 modo en que Com~t espenba. Se piensa as! que pudieran aprovechar esw formas áe energía y que porque se reconoce que la conductl humana es mucho hicieran posible )3 producción a gran escala. Así nació la mis compleja que muchos de los fenómenos n!tur.!les. Se produccióo. fabril: la producción en gmndes fábricas, que reconoce umbtéa que el mtrodo científico es mucho más fue sustiruyendo a la producción ml!Dufacruren. Con el sofutic:!do (y preclrio & veces) de lo que Comte y sus nacimiento de lu fábricas, los trabajadores dejaron de cootemooráneos pensaban. Los seres humanos son criatrabajar en sus casos, y al ritmo que ellos se marcaban. turaS con Wlll enorme unaginactón y c~acidad de Trabajando en f.íbriC3s, se convinieron en un eslabón en sorprender.~os. de fo.rma que resulu casi imposible expli· una cadena de prOducción. PasJ.rOn a formar p:!rte de un car nues<ra conducta según los posrulados de w o·cual enorme ejtrcito industrial, trtbaj!lldo a las órdines de otra clev de la socie:bcb. De la misma manera, el uniC3pzt.aces a Jos que no les unía ningún tipo de I'Úiculo verso mucho m:is caótico y azuoso de lo que :mtes se social distinto"de la necesidad de obedecer. Estos cambios pe:uab&. lo que b3Ce que la empresa cientiñca también ten druticos en el mundo de la producción ruviero~ granlo sea. des efectos sobre las familiu y !u tradiciones bajo las qae habían 1i1ido durante siglos.

Auguste Comte: entender las grandes tormentas sociales qué tipo de persona se le ha· brla ocurrido inventar la s~io­ lo¡;ía7 Por supuesto a alguten que haya vrvido en medio de grandes tormentas sociales. Comte (1798· 18:i7) creció en los años inmediatamero: posteriores a la Revoluci~ Francesa, que l{ansformó racf!cal· menta la sociedad. Por si esto no fue:¡ ra poco, habla otra revolución en marcha: la revolución industrié;!, que ya estaca alterando de forma impan· ble la vida de muchas personas. De la misma fotma q~P- uno r.o puede evitar hablar del tiempo cuando está bajo una tormenta. aquellos que vivieron aquellos afios _tampoco pu-

A

dieron dejar de pensar sobre ledos estos cambios sociales. Nacido en una pequeña locclided provinciana, Comte Sf vio muy pron· to. atraldo por el bullicio y dinam1smo

ci;; Parfs. Alll no tzrdó en sumergirse en los acontecimientos de su época. Su má.xlmo interés era entender los canbios que estaban sucediendo a su !!rededor. Una vez que los hombres pudieren entender el funciona· rnien:o de tes sociedades, pensaba Comte, podrían rabrarse un futuro mejor. La nueve disciplina encergade de esta tarea, a la que Comte denominó •sociologla•, se álvidía en dos panes. La primera debía estudiar los mecanismos que hacen que las so· ciededes permanezcan unidas (esté· tica sociaQ, y la segunda debía estudiar el cambio y las lransfo.rmai:lones sociales (dinámica social). o

~''"'~

cias al tr~bajo de Emile Durkheim, que se abordó el e:srudio de la sociedad desde pe~ctiva ?uramente cienáfic!.

=

en 1> bistoril! (..) descubñrt!llos que. iwu ÍtciU ID~V !eeJeatt, 00 b> mido nin¡ún ptllS!dor que !borda• nt lu e~<ti~s con uns ~t$J!tctiv~ soeiolózica r .) Hosu it!l:e muy poco par:~ sufici:ütt reflexionar sobre lzs mew que las sociedades debW! propooerse, o lqt!:lW OtnS cosu que debíl!.D :vtw- (... ) No interuab~ desen"bi( o e.q:ticar lq meior posible cómo :tulciotw~les sociedades. Sólo !e limitaban 1 ~omend.arnos !!.1-o CIU! modelo idQ o utópico óe scci!d&d y el modo de i!=io (19i2: 57; ;dición ori¡inll de 1918). St aw:unos

atrU

Pe{u, ¿uué e-s lo 4ue. en cODcreto, diferencia¡¡ la sociología lk tOdas aquellas reflexiones !tnteriores? .1\n¡es del n3Cimiecto de la scdologia. los filósofos y los teólogos se limitab:lll a deso"bir o imagint!r cómo debla ser la !ociechd. ~-tngllllo intenló :malizu la >ocie6d tal como en rclm:nte. 4o u:z-,¡ste Coro te y Emile Du.-idleim, precu~ortS de"lt socioiogia, tnvi.ttieron el o..-t!en de priQridalks. Por suouesto. estos dos pensadOrts tzmbién tenían un modelo ié~al de sociedad, prefe;c~cias nloruh•as sobrt ~mo de~ organi.une las ~QCiedades. Pero tenian..oao obje:ivo: entender y e:tp!icar cómo es o cómo funciona loocicdad. .• . _ • _ ·---

=

Pan conseguir este objetivo debía aplicarse el mttodo científico, que Ul!ltOS resultados había dado ~n otras disciplinas, al esrudio de 1~ sociedld. Según Comte puede dividirse la historia de la humanidad en m:s fases o esta· dios, según el modo en que los hombres b:m intentado =prender o explicar el mundo (1975, ed. orig., 185154). A ia p~.n fase, que abaru la Edad Media europea, CQmte la denominó reo/6gica. En cm fl15e se in~ta· ba y e.,;plicaba e1mundo y la sociedad en términos divinos. Se entendía, en otra.S palllbras, que las cosas erin así o que la sociedad esta be or!lllizacia de te! mmera pocque esa en la voluntad de Dios. En una seJUDda iase, qut corresponde al Renacimiento, las explicaciones teológicas dieron p!.!o a O!l1lS de tipo mnafisico. En esta fase, las pmonas dejaron lk entender la ~ociedad en términos sobrtll31Ur1les o segdn la interVención de fuerus di•in!IS y p!!SlrOn a entenderla segdn ide:ls :0str.ew o principios metafisicos. Así, las coc..<idertciones que se bac!9n acero de la naru:rcleu bum:mz servún pm elaborar otras, de orden pw:unente mew.L'ísico (esto ts, no cien!fficofacett:~ de la sociedad. Según Hobbes, por eje:nplo, la socii:Oad no es un reflejo d: la p:ri"=ióo d: Dios, siDo de las debilidades y egoísmo na~ de los bombré.s. . · La tercm. y última iase es la dtl'.r!fica. En esl! fase se ~Wi.UP!LcaUuá~raJ~ ~ ~.F.OpiOS ~9s, siil

e;

Cambio, transformación y sociología

Í'.

Según :\mhony Giddens, uno ·de los sociólogos con m:~yor prestigio en nuestros días, la sociología fue fruto de las inmensas transfor.naeiones socitt.!es gue ruvieron Jurar en los dos úl¡imos sirios. La Revolución Frutce;a de 1789 y luevolucjón jndusrrinl que se ori¡¡nó en Ing!ate.m en el siglo XVII •<disolvieron las fotmu de org:uuu.ción soci!.l bajo las que los hombres babi:m vivido durl!llte milenios" (Giddens. 1986: 4). Las enormes trulSformaciones soci:lles cue ru'ieroc lu2u en En.-oo~ en los siglos xvm y m e.Jt?licm el nacimiento tie ·la >ociolo~a. V:eodo desmoronarse las estrucruras toci!.les exis>en~s. no es de extr:!ñar que algunas penonu in· qu:et.i!.S se pus1eran a refle:<ionu de un ¡nodo mis riguroso y científico sobre la naruraleu de ls sociec!:id y de los cambios sociales que se estab!ll sucedi~ en aquel entonces.

El crecimiento de las ciudades

Las fábricas, que no wdaron en multiplicvse en muchos países de Europa, acruaron como im!lles para los que estaban buscando trabaio. Estos no eran oocos: muchas personas fueron ~puls;das del campo cu~do los propietarios de las tierns come111.tron a cercar sU! propiedades pan trwformarlas en pastiz2.1es para el gwado lanar, y asi participar e;¡ los beceñcios que prome~ el desarrollo esp«tacuhr de la industria textil. Este proceso, llamado wramitnro (por el cereacio de las tierras), obligó a miiés de =pesinos- a nbandonar el czmpo y trasl:&ii.rse a los centros tndustriales en busca de trabajo. Muchos ;nclaves runles fueron !bmdonados, al tiempó que pequeños núcleos indusa:i!les se ib!ll tranSfor· llW!do en grandes ciudades. La emi~ción a las ciudades y zonu industriales se produjo a un ritmo t1D rápido que

~ .•'"••-;,.;-_=:.:-:-.-;_.-.=: __.._-:••-..a;-.-:-_-:;;-..;;w;...,.¡¡¡;;.c¡¡.,¡;,¡;;-¡;;;;¡¡¡¡;w¡;¡;grc¡;-------------------------~o!>oooc:::==o:=¡¡¡¡¡¡:;·~~1Ci-X.~~~:l!:~:::;~~7""-;-'----;-, -.-.---..:.._-_ __..;...:.:==:::=:====:-;o:a=;==-•

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.10n1 Ada,. (1-11l5) fue.,.,.

uts:ona

1ocial da gran prtsU¡Io debido a tu ectlvlsmo on favor ~o los inmlgrantu. E.1 lutAda, . 1nl119"tÁ H\11 Houso. un ..ntn..do lo:>!jÍdll do lnmigrontoslocolludo on un borrlo humlldo · do Chingo. Alll e<pnh6 deboas y crm.too ~o discutión. nntrJdot en lo• probft.mal sod_. lu del momonlo y on los quo participaban ll.'llo lnloloc:!Uoloo <omo loo millmos tnmigrontu. En 1t31 Adomo tonó ol Premio Nobol do lo Pu po< ou lucho po< ti bltnullr do lao personas. Re:dentamenta. adf'mi¡s, H hl -vonldoouglriondo quo Ado,.luo lo ntdodero lundadoro do lo Eocuota do Chlcago, qut •• pattolllndarnlntaltn la lútoril y doHrroAo do la aoclologfo (sobro lo Escuela do Chic•~• hlblaromos tn ti capitulo :u; riuo t.amlriin .. larlo r!:! Dugan, 1111~

Declaración de Independencia de Estados Unidos proclamó que todo individuo óene «ciertos detecbos inalienables•, como el derecho a .ela vida, la hbertad y la búsqueda de la felicidad•. La Revolución funceu de 1789 significó una ruprura aún más radical con las ~ndiciones sociales del pasado. Cuando Alexis de Tocqueville (1805-1859) dijo qüe los cambios operados tras la Revolución Francesa implicaban, nada más y nada menos que «la regeneración de- la especie humana¡,, estaba exagerando poco (1955: 13, ed. Cambios po~fticos orig., 1856). En este contexto no es de e.-urañar que Augu.ste Comte y o:ros pensadotes terminaran por dar Durante la Edad Media, tal como Comte señaló, la mayocara de ruru.-aleu a la sociología como una nueva disciría de las personas pensaba que la sociedad era reflejo de plina científica. u sociología nació pteci.samente en la voluntad de Dios. Los-reyes decían gobernar pcr dereFrancia, Alemania e lngla.tetn, k?.s paises C!l.!os que los cho divino, y el resto de las penonas, unro las que ocupaban posiciones privilegiadas como el· pueblo com0n1 . cambios de los que hemos hablado fueroñ inás notables. Los orimeros sociólo2os te:!Ccionaron de fO!TIIa difeWDbitn fotmtban pane de un plan di•ino. Con el desa~nte ~ntc al nuevo ord~o de cosas, de la llÚ.Ima manera rroUo económico-y el ~cimiento de las ciudades fue ineque también hoy responden de forma distinta a los provitable que !e produj= cambios en el pensamiento blemas y retos sociales. Alguno~. como Auguste Comte, pollóco. Estos cambios !e iniciaron en el!ig!o xvn. con la temían las consecuencias que se podían deri'-ar de que obra de pensadOteS como Tbomts Hobbes (158S-16i9), muchas personas hubier.m tenido que abandonar las Jobo Locke (1642-1704) y Adam Smith (1723-1790)más pequeñas comunidades en que 'ivían, y 1Wll111 vivido sus cude. En la obra de estos tres oensadotes se puede obser· antepasados, y se vieran impotentes frente a los cambios var un cambio crítico de orieñtación: ya no se apela a la que se estaban operando. Se explica así que, desde esa obli~l!ción mord y religiosa de Jos súbditOS a ser 1eales a sus gobern;mtes. Se empieza o. abandonar la idea de que la perspectiva, Comte defendientla revitaliz.ación de; la instixución de la familia y de la moral tndicional. sociedad es )lroducto de l!n plan divino y se la Cllóende, Desde·= posrura difetente, Karl Mar.t (1818-1883) por el contratio, como producto de los hombres, o mejor oo se pteocilpaba mucho por lzs viejas-tradiciones. Sus dicho. como el resultado de las acciones de los hombres-, preocu~ciooes enn de orden muy distinto. Estaba p~o­ .orientadas a satisfacer sus necesidldes e. interues_Eo cupado porque el desarrollo de-Ja industria eonc:ntttba la este nuevo clima político se empieza. a tomar en serio !.1 · irumlduo y sus dimhos~Bajo-la-ini!ueocia-de.L«ke,la. riqueza en pocas.manos, mienrras queJa mayoóa..de.la muchas de eUas se vieron desbordadas, inC3paces de absorber conóngentts tl1ll numerosos de personas que buscabzn trabajo. Así, eh muchas ciudades, el hacinamiento, la oobreu, las enfermedades, el desempleo, la delincuenci~ etc., eran problemas que es ~aban a la orden dfa y para los que no parecía haber una solución fácil. Estos problemas y esw grandes trlDSformaciones soci:Ues conUlDo· yeron al desarrollo de la sociología.

población pmcla ccod:n~d!. al hz.mbre y !a miseria. AnaCu:!lldo un sociólogo se pone ~ h tarea de construir teoli:uremos el pensamiento de Marx con más detenimiento rías ace.-ca del funcionaniienro de la Socied!d úeoe mucius eo el Capitulo 3 (NSociedad»). opciones desde doode empew. ¿Qué dimensiones de la Es evidente .que ~omte y_ Mm: teolzn puntos de .llis~ socied!d JI! a ~peur e. invesógu?.¿Cómo dei>e intenru difetentes aceica de Jos cambios quue estaban opeT!lido. relacionar hechos para construir teoJÍ.as7 Cuando un socióPe:o tení:m algo en c0111ún. Pensaban que las sociedades logo intenta explicar la sociedad tiene:!. su disposición 3lgo eran algo más que .1~ sum~JI_e las decisiones ~'~.dlv~du!.l~s así como .un mapa.que va guiando sus refle.-ciones teóricas, de sus rru:mbros. Antes.bien, pensaban, y por eUo se les uo "Pzr:adigmu en la termioo]ogía de Kuhn (1970). 1!!!"" considers pioneros de la sóciologfa, que las vídiu de las · paradigma teórico ts 1uta imagen básica de la socitdad per5on:IS están en buena medide condicionadas por 1:1 que guía r.o sólo la im•esrigaci6n (esto ts, qui rtmas ae sociedad que les rodea. Esta afirmación sigue siendo cierimesnjaci6n son más rtltvantes que orros), sino tambiin ta hoy en día. A Jo largo de este horo, y en sucesivos capílas rifluiones u6r.cas dtl invtsrigiulor. -' ru\os, vz.mos a tr.nar de cuesóones como Jos valores y la - Ya hemos dicho antes que dos.de los pensadores que culture, las clases sociales, los prejuicios raci~es. el mis contribuyeron al Dacimiento de la sociología, Comte gfnero, etc. Vetemos cómo esms cuesóones unen o eny Marx entendían y e.xplicabiilllos cambios que entonces knun a Jos miembros de una sociedad. se estaban operando en el mundo de una forma muy di.sónt.a. Esas difereneias persiste.1 hoy en día: hay sociólo¡os que subrayan l3 capacidad de las sociedades para O Teorfa sociológica mantenerse estables y en..equilibrio, y otrJs que .insisten en el cambio y el conflicto social. De forma semejante, hay soaólogos que esrudi111 los factores que hacen que Buscar algún senúdo a Jos hechos y las observaciones aislas personas creen y manrengan instiruciones sociales que ladas nos Ueva a otra dimensión de la sociolo¡ia: teorizar. les permiUlll CC!Operar o mantener relaciones estables, (Üna tcorla tS un tnunciado lit rtsa c6mo y Or ui mientras que ottos estUdi110 cómo las socjedades pueden unos dtrtrminados hte s esr6n rtUJCIOnD os.1 cieno fragmentarse según divisorias económicas, !!micas, raciasentido, todos teorizamos o hacemos generalizaciones en les, etc. También, mientras que .al¡unos sociólogos.sólo tcdo mo;nento. Pero la sociología hace esto de una forma buscan explicar las sociedades tal como son,·otros qui~­ más si.stem6.tica y racional (v~ase C.-aib, 1992; Lee y ten además promover cienos cambios sociales y sei\ÍD Newby, 1983). Recordemos que Emile Durkheim obsersus criterios o v!.lotes. vó que detcrmioJdas categorías de personas (los homBtevemente, los sociólogos DQ suelen estar de ecuerdo bres, Jos protes-.antes. los ricos y los solteros) mostraban acerca de las cosas que se deben es~Jdinr prioritariamenCodices de suicidio superiotes a Jos de otras personas (las te. Incluso si coinciden en esro, posiblemente seguirin mujeres, Jos católicos y los judíos, Jos pobtes y los casarumbos de investigación disóntos, buscando ~spuesio.ni dos). Explicó esw diferencias por medio de una teoría, e.xplicaciooes tambifn disónus. Esto, .sin embargo, no seron la CUal los elevados fndices de suicidio SOD CODSe· hace que~a sociología sea una disciplina caóó~ En los cu;ncia de bajos niveles de integración social. úiómos Cíen años, Jos sociólogos han dcsmpUado tres Por supuesto, al proponer su teoría, Du!kbeim ruvo en grandes paradigmas teóricos que les h110 permitido anali- . cuenta y se preocupó de descar.:ar o~ru posibles teO!fas que zar pr3cócamente todas lu d.imen1iones áe la sociedad. dieran sentido a los datos que babia teeogido. Pero buscar Vamos a inrroducir a conÓJ)uaci6n eStos rrcs paradigmas. un se.1tido a Jos datos, o mostru que c:.tiste al!una ~!ación sobre los que hablmmos repetidamente a Jo lar¡o d~ entre eUos no es guantía de que uno ya estt en posesión de horo. Pero como ocum: con cualquier orra disciplina una ;eoria co=ta o satisfactoria. Tal como ve~mos en el científic¡, esros lRS paradigmas esún en constante ebupróximo capirulo. P!r?- evaluar una teoríe hay que tenc:r en Uición: tra.nSiormáodose, innovándose, ·reñoándQse, e cuenta muchas cosas: cómo se han conseguido Jos datos, si incluso mulóplicándose. Por eso, despu!s de explicar los !s:os son vtlidos, cte. Los sociólogos utilizan las ~glas de tres pripcipales paradigmas en sociología, tambil!n ten· le lógica y disóntos métodos o tf=úcu de investigación dremo~ que hablar de oo-os más teeiemes. p~-a conmuir y probar teorías. Los hechos permiito conñrmar teorías: cual.ificerlas, seiialando cuáles JOO sus puntOS d!'oiles; o, sencillamente, teeilazarlas. Como cu~quier otro 1tt Principales paradigrr)as en sociología cie.rufiico, Durkbeim no es!W& satisfe;bo con tener Wll idel que pudiera cxplicnr el suicidio. Tenía que COIDprobar si C!a idea o :enñz en :ometa y para ~no se dedicó t re::o- En términos generales, se puede decir que los paradigmas ger duos esudísticos sobre suicidio. Con esos datos ya fue que han dominado el pell!zrniento sociológico son tres: el capu de presentar una teeria- que, tal como oe encargó de Í'Jilcionalismo, la sociología del conflicto y la teoría de la demostrU, encajaba con todos aquellos daros. acción.


El paradigma funcionalista ·

El funcionelismo es l!n oaradian~ teóri~o se2ún el cualia sociedad es un §istema ·compkjo cuyas p~s ~encajañ.. entre s!, ~ucienrio el equilibrio y la estabilidad social: Pan el ciooilismo nuestru vicias están orient~das según la dLrección que marc:111 cienasrestmcruras socia:, les. entendiéndose IX'r ello oamas rt!ativamtntt ts¡~u dl relaciones sociales. LAs relaciones familiares, las con-

ducw rirualindas que siguen las personas cu:111do se eocuentnn casullmentt en la calle, o profesores '! alumnos cu:llldo estlrl en clase, por ejemplo, implicm comportamientos que no son aleatorios sinOJclatinmente estables y predecibles. El.iuncionalismo..:n.tiendUas ~IQ!ctunS sgsj~es en tét:rnin9S..d.e las funciones sociales 91\~Dlen; esto es, cg términos dr: lílS.consecucpcjjiS aue tienen ara el füDcionamienro de iedad. Según el funcioo estrUctUra social (la familia., por

Herbert Spencer: la supervivencia de los mejores ulzá !a efirmatlón más famosa del filósqfo Inglés Herbert Spencer (1820.1903) fue que el ~empo garantiza •la supervivencia de los mejores• (o la de •los más fuenes• ). Mucha gente piensa que está afirmación es del naturalista Charles Oerwin (1809·1882), pero en realidad es de Spencer, quien La acu· 1\ó para referirse a las sociedades humanas y no a las especies animales. En esla expresión no sólo encontramos un ejemplo de lo que es el análisis eslructuraJ-funcionalisla, si· r.o también una corriente de pensamiento, bastante controvertida pero muy popular en el siglo XI)(, qua de· fendía que se puede :xpllcer el funtlonzmlento d9 la sociedad utiiizan· do los conceptos y teorías de la biología. Las ideas de Spencer, que dieron lugar a lo que se llamó •darwinismo social•, se besaban en la tesis de que si se ceja que las persona com· pilar. ~bremante, los mas Inteligentes, ambiciosos y esforzados termi· narán dutacando sobre los demás. 1 Spencer estaba a favor de una ccm~ petsncia sin trabas de nlngün tipo, bajo La idez ce que. ~rmiUéndo!s e.si e1predominio de los :nejorss. la scC:edad exoerimentaría deserrol~ -7 mejoras.continuas. Según Spsncer, una sociEKied es:ará en mejor disposición de pre-

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miar a sus miembros mé.s capad· tadcs si sa permite que la economía ' de mercado funcione lioremente y sin Interferencias del Estado. Las._ _polftlcas de bienestar o de redistribu· ción de la riqueza Implican lastrar el desarrollo de una sociedad, según Spencer, ya que suponen desviar recursos a los más débiles o a los miembros menos valiosos de la sociedad. Afirmaciones de este tipo le va!leron a Spencer el aplauso de los ricos y de los empresarios, que encontraron en su obra una justiflceción cientlfica de su situación privilegiada y una defensa del gran capital y del libre mercado. De hecho, John O. RockefeRer, propietario de un enorme impeño financiero que Incluía el control de la Industria petrolffera, a men.udo dedicaba sus charlas en la

escuela dominlcal a inculcar a los niños el darwinismo social y a hacer· les ver el nacimiento de los grandes impeiioseconómicos como el resul· lado naturcl del triunfo de"los mejores. · Pero no todo el mundo identificaba la sociedad con una jungla en donde todos y cada uno de sus rniembtos actüan según el dictado de sus intereses egoístas. 8 darwinlsmo social fue perdiendo inHuencia entre los cler.tr:icos sociales. En versloñes · o formas distintu, sin embargo, el darvlinlsmo social s1gue ejerciendo cier· la influencia entre los sectores polltJ.. cos más conseiVadore~. Desde el punto de visla de la sociología contemporánea las Ideas de Spencer han sído muy combe!idas. Se ·ha señalado, por ejemplo, que les cape· cidades de los 10dividuos no pueden explicar por completo el éxito social y personal. Muc.'los sociólogcs tampoco están muy oe acuerdo con la idea de que premiando a los ricos y poderosos toda la sccledad vaya a beneficiarse con ello. Hoy en dla mi.IChas de les idees de Spencer parecen tan crueles e inhumanas QU!! no merecen !er c!efenóidas. Una v1slon más positiva de la obra de Spencer sa puede encontrar en el texto de Tumer Heroert Spencer (1985). .,

ejell}p!!>J contribuye e.l funcioc:uni~nto de la sociedad, al menos w~OQO la .conocemos.: E! i\.'U!;icnalismo debe mucho al pensamiento de Aunste Comte, quien frente a los grandes =bios sociales que le tocó vivir y sobre lgs q¡¡~ .t.all[() r.eorizó, estapreocupado por encontrar me::Wsmos de integración SQCi!l. Pero wnbi~n es nomble la influencia del pensador b~~cqJ#JP..e.rt_.Soencer .D~1.fH!1.03), 21 que hemos dedi~ado u¡¡ r~ua.~Q .Cll ~.t~_¡rúsmo capírulo. Spencer era uo e.srudioso del cuerpo hu."Daoo y de la sociedad, y roan1eoía que había fuenes paralelismos enrre el uno y la oa-a. Lns panes del cuerpo humeno, el esque· !ero, los músculos y los órganos internos son interdependientes unos de otros. De la misma mi!Dera, pensaba Speocer[Jas estructur3S sociales wnb~n son jmerdcpenciitnle.s. fo qL~t garantiza el funcionamientO de la SOCÍe• dad. '•El paradigma estrUcNral-funcionalista, de modo~ semejanle, busca identificar las eStrUCturas de que se , compone una sociedad y las funciones que cumplen. En Francia, y varias décadas después de la m= de Auguste Comte, Enúle Durkheim dio un paso más en esta · dirección teórica Durkheim no estaba de IIClletdo con el d:uwinismo social al que dieron pie las reflexiones de Spencer. Ames bien, su pensamiento sociológico estaba orientt.do a esrudiar la solúJaridad social; estO es, cómo las sociecbdes son ~pltes de mentenerse unidas. Dada la exuaordinlllia influencia que ha tenido Durl:heim en el desmoUo de la sociología, hcl!laremos mis detenida· mente de su obra en el Caoírulo 3 («Sociedad»). Con el desarrollo de la.sociología en Estados Ünidos, !os sociólo¡os a.merit3!los discutieron y, eo JraD parte, incorporaron en sus investigaciones y reflexiones muchas de las ideas de Herben Spencer y Emile Durl:heim. Este fue el caso, por ejemplo, de Talcon Pmons (1902-1979), el m:l.ximo zepresent.allte del paradigma funcionalista. Parsoos concebíáJa socjeda4 como t:n sisrema oue tiende al eocilibrio v ls suoerviveociá: Entendidz la so..'Íedad de esu mi!Dera, Parsons se propuSo identificar las ~as o requisitos básicos que todas las sociedades, e:~ cuanto sistemas, deben reaJ.iur o ntisfacer para. sobrevivir, y las formas en que consc¡uílll hacer esto. Dentro de la a-adición funcionalista, el sociólogo norteamericano Roben K. Menen reiormuló el coocep10 dt "ñwción socii!l.:. En primer lugu, ~en:on (1968) -señaló que les consecuencias de una pau~ de acción socii!l podim ser distinw para distintos individllos. Por ejemplo, !a familia tndicional í en la que el pudre ttabaja ÍUGI& y la medre se qued.l en casa dedicada zi cuidado de los niños) puede se;- muy func¡on:ll o positiva para. el desmallo de los niños, pero implica toda una Sl!erte de privilegios para los p:dtes y ot-:. de renuncies pan !as madr-...s. En segundo lugu, la gente ruzmente es consciente de las funciones que re!liun cuando ~ en una estn!Crura .social en concreto. Por eso ~diferenció

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entre n!Jnciones manifiesus,\oue hacen teferencia a hs, ~tcutnclas inrtncionodtü " r! n · ·n sQcial, y runcionas lalentesl que hec!n referencia a las éP.iiilcueñéias kqoocida.r-.. no jncrncjan4lfas .dc lo acción socinl. Por poner un ejemplo, la función evi'iíeiiir de li!.S uni\ ersidades es ensellar a los esrudiantes las habilidades profesionales necesarias pm des::mpellar un tra· bajo o una rii!Tera detetill.ÍlWil. f'ero quiú tan importan· te como esto, aunque pocas ve--..es reconocido, son las otras funciones latenteS que pueden cumplir las universi· dades. Pueden servir, por ejemplo, pm reducir la presión en el mcrct.do de a-abajo, al enrretener dii11Uite algunos años a muchos jóvenes que difícilmente enconul1rian un pues ro de a-abajo. También, pueden servir para reproducir y reforzar las desigualdades soci~. al ~pedir el ~ccaso a cienos trnbljos a tquellos que, por unas razones u otras, no han llegado a la uni\·e.rsidad. Que SC3D éstas u oou la funciones la temes es, por supuesto, algo que el soci~logo debe demostrar. ·· En tereer lug2r, según ).fenor;, no czbe esperar que rodas las consecuencias que se siguen c!e tsl o cual estrucrura social sean siempre funcionales o EOSitivas. Pcic eso.h.ábló de @isfundooes socillles,j esto ·~· ~~ 1~ conitClltnfias nttariv,f! fnuarivas oara tlc¡zuWbriq Q wrq la m~7-dJ.. /a SOCita'ad.t!LnLCOnÍiml!li QUt .ft <iflltn dtf fimdQIIOmiUUa.dLUJ.Lc.atO/-lSmiCJt.IT40 oausa social. En resumen, 'Stgún Menon. una pa•ua de ecó\Qdades*''n~ •ttn'cr:•m SDCiel ~en tener.con5CGI!encjasfliñcionales o dj~ ~Aquí Degaroo algunas cri~ lll. ,funci~. Al~ l\ltores señaluon que decir qp.e tal o ~ ótr:l cst!UClllD sociai es funcíooal o disfunciooal no siive óe gran cosa; no aYuch a explicar por qué e;tiste. esa paum en primer lugar, o por qu~. una vez originada, sigue existiendeo Qui.zi sea mis apropi3do pensar que e..-tiste tal o cual esl!liC• lUI1l sociai porque sirve los intereses y prefereocias de aqueUos que tienen y quieren conservar sus" privilegios económicos o políticos. Este es oa:o enfoque, el de b sociología del conflicto, que veremos a cootinll!ciÓ~ .

~~aluación crlrica _ La cartiCteristic~ mis relevante del funéi~mo .es _su visión de. la socjedad.como Wl todo comprt,n<¡ble onle; nado..v estable Los sociólogos funcionalisras combinan esta visión de la sociedad con métodos cienúficos de investigación a fin de entender qué es.lo que b~ce ~ue una socied:!d funcione. El paradiJII11 funcionelista fue el paradigma teórico domini!Dte en sociologfe hasta los años sesenta, pero desde entonces ha ido perdiendo influencia. Les c:rjticos i!l funcionilismo se pregunlll!l cómo es posible asumir que la.sociedaci·riene-U!I-ordeo .mil.IIInb> CWIDdo vemos va.iaciones tan. 'Q~IJI!lcitles enc:e distintas sociedades y en las m.ismas socied1de.s a lo largo del tiempo. Además, si

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desde ti piUilo dt vis;a dt Jg dtsiwa!· tigd, ti co!lflisto y el cambispadal. u soc1ologb del corúlicto es la oua-w;; .ck-Ja-mcneda del ouadii!!IILbmcicc . :_ .... _ ...... : nalista. Ya no se trata de explicar el equilibrio y la cohesión social, sino de destaear precis:unente lo conttario: la fragmentación. v los conflictos scieial~ -... que,son.=ecuencli'iie"la desj~aldad ~ocia!. Dena:o de este paraaígma se exploran las causas y los efectos de las desigualdad~s económicas {enue cleses sociales), de las desigualdades por razón de séuero (enue hombres y mujeres), de emiz. o r:ua (entre la mayorla y lz.s minorías émit.:as o ncilll~s), etc. P!· ra la socioloria del conflictO 1aÚil[¡¡cruw sociale; no hacen que las socieda· de5 funcionen como an todo OIJ4nico o armonioso sino que, Por el contnnO:..J.Q.. g11e bxen es perpetuar una di.su:ibu~óo desi2111í de los resvw ecnoQinirñ< y rolfficos entte In pchln¡¡i,ón. · Desde la sociología del conOicto se resaltan las relaciones de dominación que eníreoWl a los países entre sí y, dentrO de ellos, a diferentes categorlas de personas: a los rico.s y a los po~res. a los hombres y a las mujeres, a los ·blancos y a los negros, etc. Se analizan wnbUnlas estrategias que emplean los primeros para mantener su posición de domineción, y de los segundos para intentar mejorar su situación. Imapnemos el caso de una investiFi;uro 1.3 'l Ma~a cilla ltoriasoclot6¡1CI cljslca g!cióo sobre educación universitaria. St ul\aJan 111 !.Stt maoa Jos paaras dt la IOCioloqilan dstinw ¡:a!su. Htmoa clt:.'lo •p&eru• ~·=é:t ,.., horr.o:u,lo _._.. rr"'u:r& qut ta ICODio!;ia ds.ca ~ siéo una dis::;llnl ~ . Se pueden esrudiu muchas cosas al resrntwlltmtnll mueu:r.. pecto. Se puede estudiar si las universidadrs de un país están formando suficienteS profesionales e investigzdores de calidad pua garantizar el progreso económico y social se pone 1811to tnf!l.Sis ~n lz es¡j!l¡Wdad v el equilibrio de ese peis a largo plazo. Se. puede estudiar ~ tipos óe ~omo hace el iancionilismo. se corre el riesgo de infravalorar la otra cara de la moned.,; la desigualdad y acuerdos de colabonción entre universidades y empresas ban sido más renlólbles pm =bas puleS, Y. qué ~ los conflictos sociales, como los conflictos ena:e clas_es posible llegar a tales acuerdos. Se puede esrudizr cuánto sociales o entre ruas o e:nies. por ejemplo, capaces cada tiemoo wcian las universidades en adapw programes y uno de ellos de romoer las sociedades en cedazos. Este asigÜ!ruras a los cambios en la economía y el merc3do de énfasis :o ei ora:n .; la estabilicbd del f'Jnclooilismo ba ;rabajo, y qué es lo que hace que un~ ~e adapten tntes. y sido cnticado por ottos sociólO!OS, que piensan que este olras necesiten más tiemoo. Y así muchísimas oa-..s cosas. pmdigrria teórico es dem!l.Siado coruerv2dor. t:11 Ín~tig¡ulor ql!e_irabaj:!Se desde ~ sociología del conflicto estudiaría. cosas muy distinw. Esmdiarla., por La sociologfa del conflicto ejemplo, si sigue bablendo, y por qul =ras amculinas (las ing~¡lielf~ ~s. ~1 ejemplo ~lásico) y cmeru femeninas ·DentrO. de lo que. se utÜla la_{oci,iiJo2íalefC:Oññfi:iose agmpan las rtor.laJ sodo/6gicas qutp(UiiinwJ4s~li _ !1~ c;tm!S deJe~). ~mdimala composiciÓ!l ~al del

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alwnn!do. a fin de averiguar cu!mas pcrsDn!.S procedentes de minorú.s étnicas (pWlos, por ejemplo) o de familias con ~s re..'11r.os bao lleg;u!o a la universidad. También, podrú esrudiar si y en qut medida la colaboración cada.~ más estrecha entre univetsiduies y empresl!.S puede terminar por desiUrunlizar las universidacil:s y neutrliiz.ar su potencial crítico. Y así una larga lista. En la I!I!Íversided h~y conflictos de intaés. Pe.-o también en 01ras esferas de 1! vida social. En C3pímlos po51e· riores i!Jlalizaremos las estr.uegias de algunos colectivos como los tr.!bajadores, !35 mujeres, las minorl:IS tmicas. los gays y lesbil.l'.as para meJorar su siruación frente a los grupos dominzntes de la sociedad. En cada uno de estos casos, la sociología del conflicto nos ayuda a entender cómo las desigualdades sociales y Jos conflictos que fsw !entr.m tienen sus raíces en 1~ misma or¡aniZJción de la sociedad. Por último, muchos sociólogos que trabajan desde esm perspectiva no sólo busclll describir y uplicar cómo funcionan les sociedades. Tambitn tienen como objetivo reducir las desigilaldades sociales: Es¡e e¡:¡_ wnbitn el objetivo de Karl Marx, cuyas ide:IS siguen ejerciendo una fuene influencia en esta corriente de la sociología.. El objetivo de Marx oo era tail sólo eme;tder la sociedad. Según una famosa teSis suy:1, que se mandó !f01bar en su rumba en el cementerio Higbgate de Londres: «Hasta ahora los filósofos se bao limitado 2 interprew el mundo de .diversas maneras, pero de lo que se tri!ta es _de traDSforrnzr!o.•

ttrminos macro, en. términos agreg~dos . u sociedad se muestra an"te ouesa:os ojos como un agregado de estrUCruras o instituciones Oa Ia.milia, la economía, las clases sociales, el gob1cmo, etc.) que parecen afectar a todas y ctda una de las dimensiones de nues1ras ~idas . Desde el tercer paradigma teóncn que vamos a ver ahora la sociedad no se entiende en ttnninos de generalizaciones tbs· tnctas. Estas dejan paso a las uperiencias cotidianas de las personas, que se convienen en el punto de arranque para la reflexión sociológica. El paradigma de la acción

(Tanto la socio!oria funcionalista como la sociolo~a del ~ontlicto tieneo una orientación m~crcr: esto es. t piUIIO dt OTTOIIIjUl dt la re¡1ai6n t im•estigaci6n sociol6gica se sirúa al nivll dt las ~~adnlu..qllt ptrmitm tnrtndtr a la sociedad como JUtlodo. u sociología de orientación macro estudia las sociedades «desde ·a:rribu. Lo que se busca es una comprensión global, una ip¡agen completa de la sociedad, como el que se sube i un helic6jl~rD para ver toda una. ciudad: las vías de comanicaci6n y tranSpOrte, el coolraste entre los barrios ricos y los barrios pobres etc::La"teoría de la acción. por el.cÓ~· u-ario, tiene otro punto de arranque, que es el de las ~ w.._O, mis en concreto, cómo se orientan y ac:úan las petsonas en sus relaciones ·con otrar J?edonas..y sobre la de simificados o entendimientos acerca del mundo, que van crdnclose, transforrn,iodose, cns ose o desapareciendo coatinuarnente.~lo implica uña orientación mjcro, esto es, el nñ:tl cú análiiis del out st pant rw Evaluación crúica son las grandtr wrucntras sociales. sirw las inruacciou socioloe:ía del conflicto se ha desarrollado con mucha nts triiTt las at~sonas tn disrimos conu:aos Jocialu! La fueru en 1~ últimas dtcadas. Pero, como bz ocurricio con distinción ena:e el nivel macro y el nivel micro.es muy otros enfoques o puzd.igmas teóricos, ~ sociología del importante en sociologí~ y nos encontraremos con ella, conflicto ll!lTlbién ha recibido fuenes críticas. Se ba criti· bajo apariencias diferenres, a Jo larg9 dcl libro. En el C3dO este peradi!IDa porque al destaear Wlto las desirecuadro ~Controversia y debate» se explora con Un poéo gualdades y los conflictos sociPJes parece dejÚ de lado más de deulle la naturaleza de esta distinción. equellos otros meC311Í.Smos Oos valores computidos, la El origen del paradigma de la acción ~~o interdependencia entre pcrsocu y oqanizaciones) que dt teorlas de ni\•tl micrq dtsdt las Ollt st anali:on cómo iavorecen el equilibrio y la pu social. Además, siguen las · los acrores do1an dt sitniñcado al I7IJI.IIdo qut lts criticas: en la medida en que los sociólogos que trabajan rod~neuentn en la obra del sociólogo alemán dentro de este paradigma tienen g~oSJ)Olíti,QS. no M ebc 1864-1920). Weber insistía tn la necesidad }l!1eden decir oue esún hacie;¡do investigación cien@ca. de enten er t¡p cnmcxto <ocia) de,cde la pea¡¡:cóva de los Pero como· verimosen en:mfñiiO'Z\Clñv!sD28Cl()!r iJl.9ividuos ouepoirticroz.ñ en él. En el Capíilllo 3 («Sociecieoti:fic:~Jt ), Jos sociólogos qu~ trabajan dentro de la daQi;fiiáiilaremos eco m2s- detalle de la perspectiva socioloe:ía del conilicto han resOOndido a esta última críweb-..riana, pero podemos introducir ahora algunas ideas. tic:a poniendo en entredicho el ~ismo ideal de una ciencia Según esta perspectiva. fas acciones de los individuos objetiva y libr. de valores. Piensan. por el contrario, que v el si2nifiado aue ellos mismos dl!) a gas acciones van WIIO la sociología que se hace desde la perspectiva del confiEUra~~do la sociedad.'Weber reconocía que fenómecOnflicto C¡m]O cuzlquier Dtrl sociologíz tie:1en consenos no puramente subjenvos, ~ino objetivos y .tanpol~ {los avances tecnecos, por ejemplo), wnbién connicuencias políticas, :mnque de distinto signo. Oll1! críticl!., y ésta aiecta. igualmente al paradigma funbufan a conñgurar una sociedad. Weber compartía taro· bita zlgunu de las ideas de Mzrx sobre-los conflic:os · cioll2lista, es que la ':!lliied.adJ;.;entiende únicamente i:n .t

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soci:Ues. Pero su enfoque era mucho menos materiDlista y mé.s centrado en el poder explicaúvo de las ideas. Al onenur las acciones de los individuos en un sentido u ouo, las ide3S (es~ialmente las creenciAs y los Vdores) termi.1an haciendo que.las sociedades wnbitn se desarro-

llen en dire:cioncs distintas.•".s~ según esta pers~-'"liva, la sociedad modema¡poeiel producto de los a\·anccs tec· noló2icos o del c:ii:italismo, sino de un nuevo modo de ~ Este tnfasis en hu ideas conÍrasra con el érúas1s que ponía Marx en el mundo de la economía y b produc-

¿Qué viene primero, el huevo o la gallina? ¿La estructura o la acción?

ner equQ, que sugieren cómo sa puede hacer esto. Giriéens, por. ;jempto, ha desarrollado la.teoría de la estrtJc· turación., a fin de ;vitar tanto el determinismo sociológico (según el cual somos orlsioneros da nuestro mun· do) c:ooÍo el reducclonismo voluntarlste (que nos presenta como creado· res del mundo). En cualquier CliSO, y en los cap1lulos Siguientes, es conveniente que no pierde de vista los pro-

blemas que present¡ este acertljo sociológico. Parz no perder .el ¡i'lli19 puede empeur a p;nser sobre las slguiintes cuestiones: 8 Para seguir pensando

sobre este tema 1. ¿Hasta qué punto ptensa que sus

propias experiencia se han visto

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Un viejo problema de la sociología ué vie~ p(1mero, el huevo o desde el principio d; los tiempos. Es mllies, comuniciades y naciones sola gallina? Este viejo acertijo el resultado da las acciones que bre las que tenemos escaso control; tiene una versión propia en la emprendieron muchas p!!rsonas, y nuestras vidas están en gran parte historia de la sociología. Aquí la pre- tornará un rumbo u otro según las inftuenciedas por la clase socia/ a la gunta es la siguiente: ¿que viene pi}. acciones que ampre~ tos que la que pertenecen nu;stros padres, por mere, la sociedad o el inóoviduo? Y al habitan en ese momento. Los seri!s el color da nuestra piel, o por haber Igual que con aquel viejo acertijo. no humanos hacen su historia y hacen nacido hombre o mujer. No hemos hay una respuesta- ~lrnple a esta pre- sus sodedadl!s. tenido posibilidad de elecdón respec· gunta. Pero podemos empazar recoPor ejemplo, sl uno c¡uM~re entender to a ninguna da estas cosas. Aun así, nociendo que nipguno de tos dos tér- cómo lunciona la enseñanza universi- la clase social de oñgen, aa raza o el minos da la ecuación viene primero: taria, algo que hay que hacer es oosar· genere van e t~ner una lnltuenaa los 1\u;vo~ no pu~en v~!Jir a,n.t~~ que var y explicar qué es lo que hicieron y decisiva en nuestres vidas: ser.in da· las gaftines, 't las gallinas pr_eceder a esren haciendo eque!as personas que tos que siempre tendremos en cuen· los huevos. Los huevos son necesa- Intervinieron o siguen InterViniendo en ta a la hora de tomar.decisionss lm· rios para que haya gallinas, y las gaJJt. el mundo universitaio. Hay que estu- ponames y asr van a marcar nuestra nas para que haya huevos. Cada uno diar (e inlentir e~il) la e~ estructure de oportunidades, los ca· de ellOs :s condición neceseña del pofilicas que se tomaron en su mo- minos o m2pas de cerieteras que otro. Lo mismo pare el ceso del indivi- mento y que a/ectaron a la ensel\anza tenemos abiertos o sa nos hen cerra· duo y la sociedad. Lo que procuran universitaria. Estas decisiones no ca· do. Por eso los sociólogos tienen que toacer los sociólogos es mirar al uno y yeron del cielo: las tomaron persones prestar atención a las estructuras a la otra SJmuJtáneamente; esto es, de came y hueso que perseguían unos sociales, que ordenan expectativas y objeüvos determinados. De la mismz pautas socilles. Piense por un motn!eno~Fr o explicarse las Interacciones que se producen entre los dos ~llenEra, un alumno I&Qa a dese, y jun- mento da qué manera su vida es pritérminos: c6mo los indivlouos cons· to con olros alurmos y el profesor sionera o es'.á conórdonada por su truyen su sociedad, y cómo las socia· hace que la clase tenge lugá!. Un so- raza. su género, su origen social, etc. dades Influyen en la cooducta de sus ciólogo e.s'.aria muy interesado en meterse en un aula y ~81V21 lo que ccamiembros. rre alf. Asi podrie eshrdiar cómo lo$ Unir •acción• y •estructura• seres humanos hecen o producen el Individuos y acción · mundo soc:al en el que viven; en este En dos palabras: desde un enioque caso, une clase. ;struc!ur21 vemos la sociedad desde Una :ase del ané.Jisis socofógico es emba y como un todo; mientras que eslucier a los individuos. Pero no desde los enfoques de la Ección con:.o lo hacen los ¡:¡sic::iiogos, Inda- Pautas y prisiones: vemos la sociedad desde abajo, obgtnoo soore tos rasgos de ¡:ersonaB· las estructuras sociales servanoo cómo las persones, int:racoad, !as filias y iobias de las perso- como mapas de carreteras tuancio unas c:m otres, van cons:runas. Se ssrudla a los individuos en su yendo el mundo en que yiven. dimensión social; 9!10 es, cemo par· For otro laoo, las p:;rsones nacen en lóealmsnt~. a la hcra ce hacer sones onentacas a la acoón social, sociedades que et:as no hen hec.1o. inves'Jgación sociológica hay que •• autores ó.constnrdores ce la historia·- ·-Gomo dr1o el sociólogo Peter Berger, tener presente sstos dos enfoques. y de los entornos sociales en que · •la · sociedad levanta los muros de Hay elgunos desarrollos teóricos más VIVen. Uoe. sociedadJlo..viece..dada-lluestras.prislooes•..Nacemos.scJa-..!..... avanzados:(y. quUlO..vamos a expo-

determinadu ¡¡or estructuras socieies? Vuelva a :char un vistazo a la f tgUr¡¡ 1.l. 2. ¿En qué medida piensa que uno puede ~mbiar su entOrno sedal o la sociedad en que vive? 3. ¿Se le ocurre alguna solución para resolver sste problema sobre la interrelacción entre indJ. viduo y sociadad? OW.é. le sea úti el.licro de Craib (1992). e

ción. Por esta ruóo, tlgunos han descrito el tnbajo de Weber como •un debate con el iantasma de Karl Marx.o (Cuñ y Payne, 1979: i3-4). Gran ¡¡ane de la obra de Weber es de naruro!.leza C!Q.!!!· ~va. En sus investigaciones Webe; estaba con!Ínuamecte ClUJlJ!arando sociedades e'ññesí y a travts del úempo: sus creeocins relitosas, su org!llización poütica y administntiva, sus instiruciones sociales y ecooótnica.s, etc. Estos análisis históricos y compar3tivos le sirvieron para crCM lo que él llamaba •tipos idealeS». Un tipo ide:ll es una htrramrtnra conct ruaJ ut sif11t ;a;¡¡-;¡. ~ rma mili:ada una uta t u!aru;;;¡s 10cialts. Por ejemplo, hablando de la.s re nc1ooes e omin:!Ción. Weber definió tres tipos ideales: eltieo iae3.1 de ls..r!O!!Ú!.l3~ió¡¡Jeul·racioncl, de la d0111Ín3Ci6o uadicional v de la dominacióÓClrlsmfuca. Tambiiñ:"1ii6lando de r~faciones ecoilomicis dCfñlódripo ideal del espita· !ismo.J..ou!pos ide:!les descn"ben l3S c.arwerísticas búi· cas de la clase de f~óme1!9s sociales que se eSíi esruclia;;do~ y po(~~o son id~e5:porqueseréfiéreñ c~redstica,s bisics ¡¡ue no tienen porqut coincidir todas junw en el mundo real. ~pes idceles. sirven p:IJJl2r<!e;ar las qbJ~~iones v los datos. pw.ll.~ir .cor.teE_Os de relaciones socims y, evenrualmeme~ara entenderlis acetooes11!11S persooas ifl3l-que se refiere el liP_O"iOi~ (pór-'!JCmpro; pañénTeoder por qué éleapi· Wista, el1iur6c:ala.o el üdcr carism!tico acnla de tal o cual manera). l .Dentro de esta craáición de la sociología de orientación micro también e_m~¡ .interacdonismp sim.~, una corriente teórica que se desmolló a partir de la obn del filósofo nortC!.I!lenano Gcorge Herbe11....~e :d (1~631931). Las reflexiones de :vfead se ceo=n ea ~:tplicu c.Qa;~Q. !!s.p¡;rsooas van COJY..liUYCOdo jU ~denudad v. defioitndo1e a sf :cisma.s 1 travts de sus ~'ttli:ieñei:.s· ;ociales; esto-~. déSüüitCatc:;Ones~~i-sOñiS: Hablaremos áel in!CT"..c..;onismo simbólico en.el Capirulo 5 (cSoci!.lizeci6DJO). Esu coiiientt teórica estt relaciona. da coa la.Escuela de ODcago.(de la que hablaremos eñ el

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C!pírulo 23), sue inició invesúgaciooes en sociología urOOna. Segúntel interaccionismo simbólico, IIIID socit· dad u el·prodiicro o resuiiado de las inreracdonu coridiCl!UlJ dt las ptrsonas, que ~·an dtfinitndp o dóllli'AO dt significado al mundo social que lts rodea::_ - · Pc:ro, ¿cómo ;e- pueóe decir que una sociedad es el resulmdo de las experiencias e intencciones de millónu de personas? Una reipuesta, que deW!mmgteJl el Capj·

rulo 6 («Interacción social y.v;ida cotidiac3!') es que !! ~~ ~ ~~~I!U'~!WJas_c~~truye~ diui.2meme ~~US reJaCIODCS ~a]~~!!!~2t_l;!!!~.t:!El~ ~ . EQ!l-2~ _van dando. -sentidci o impuwi4o. ~igni!icaao a ~~~. que:les rodean;· Yesto les incluye ~ sí mis~~ y a sus derechos y obligaciooes baci: OIIlS persopas. · · Por supuesto, .oo hay g!lnlltias de que este ~so de io~~~ión con!lDua baga que las personas .·~!l!IÍÍlen imJ!U.I!!JdO Jo~. ¡ni.smos. si~~~os al m!UJdo. q_ne _les rodea y así, reaccioll2lldO de b mism~ manera Jlltt los mismos acontecimientos. Por ejeccplo, una :persona puede nr a u.1 vagabl!lldo, pensar que ese vagabundo no ¡je• ne remedio y pasar de lar¡o. Otn persona, por el contn· rio, pueJe definir a ese mismo vagabundo como un ser humano aue necesita ayud11. De li mism:i manera, wia persooa p~ede pasar ;;:rca d~ l!ll policía y sentirse PrQtt· gidt. miemras que Otra púede ponerse nerviosa. L.9s sociólogos que nh2-jan desde el interaccionismo simbólica la sociedad como un mosaico de definicion:.s subjttivas y reacciones variables. Un enfoque muy próximo ti interaccioilismo simbólico es el tnfoqut dramorúrgico de Erviog GoÍÍIDan (1922· 1982), del que hablaremos en el Capirulo 6 ( «<me~ón social»). Por decirlo brevemente, este enfoque se~ a oue l:Ís personas son como actores que, al igual que en Una obra de ttmro, tienen que desempe:iar los papeles socilles que les cor.esponden, y !:!accrlos creioles. Hny otros enfoques micro, como el del intercambio social, ~ bao de.surollado- George Homans y Peter Blau entre otros. Desde e.ste enfoque, se entiende laLinteraccióo· social como una ne¡ociaci6n entre indi~iduos que buscan llegar

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a alglln acuerdo que les repone algW¡_P.e!l.~fi_9.~. ~r ejemplo, podemos entender el ritual del coneJo desae el enfoque del interumbio soctal como un proce~o de tanteo y ne¡ociación en el que. entre todos los postbles C:III· didltos, "una persona busca una p~j~ qu~ pue~ ofrecer tanto {en términos de a~tivo fístco, m~eligeoCia, o estatuS económico) como ell~ misma está dispuesta a aporw en caso de maaimonio.

!Yaluaci6n crfrica Los ·paradigmas micro son ~ buen c~otrapeso a las sociologías macro. Sin negar la ~mponanoa de 1~ estnl!=· turas sociales, como la familia O las clases SOCiales, no debemos perder de visu que, de ~on_si~tir en algo, la sociedad consiste, básicamente, en mdtvt~os que están en cont:tCto entre s( e imeractotando. coonnuamerue. Por decirlo de otr.l manera. los enij¡p..H.E!JPicro nos avudan a entender cómo los indi"}duR~ van g~d~ V recr~o ~ . soélidid'en la que Vi\'en, a ~v~ de Ullllllda.d ~e m':racciones que se suceden en iofiiildad de acnVldades {ct Becker, 1986). · · · . . . Pero por otro lado, cuando la investi~ación s~t~lóp­ ca se centra en el anüisis de las interacctooes coodtan:tS. es fácil P._e~vj~uencit...® ~tras variables variables esaucturales. Detallanaa o se!ialiñílo quns lo éSp~co,o qué.es lo que. sucede en un determinado contexto de interacción soctal, uno puede pasar por alto los efectos de-variables como la clase social, el 2énero, o la rua. - En la Tabla. l.! se resumen las caracttiÚtiC:tS principales del funcionalismo,la sociología del conflicto y los enfoques microsociológicos. Como hemos di.cho anteS,. cada uno de ellos separadamente respoode a un 11p0 deteaiWiado de pre· gunw. Para tener una comprensión más veraz del funcionamiento de la sociedad, sin embargo, bay que tener en cuen~ todos ellos. Estos tres p;mdes pmdigrnas o enfoques ~ricos ofrecen ~w ~vas ~ de 1~ temu que interes31\ al soci6l9_go, pero ruoguno de ellos es suñcien~ oor sí mismo. o mejor o más corrwo que los otros. 'lo ¿¡encio suficiente ceda uno de ellos, es necesario ~ur f~uizado coo Jos tres si Jo que q=os es.me,ior.r nues1n imuición y ca.pacid2d de ~~is sociológico. Además, jugando coo estos ~ enfoques s~en debales! controversias teóriczs que !e SII'Ven a la sOCiología pan 1!' desarroiUndose y progresando. En Jos C!pírulos que siguen pr>-<emaremos muchos de estos debateS.

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g Nuevás perspectlvas en la teorfa sociológica·: otras voces

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El·funcionallimo; la teoria del conilicto y el enfoque de la acción son to&vía los enioqués teóricos dominantes den-

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tro de ts sociología. y por eso oos vamos a tener que referir a ellos repetidamente. Pero no son los únicos, sin embargo. En l:tS pasadas dos décadas hao surgido ~os enfoques y perspettiv:tS. Esto demu~a-a que la soctole>pa es un3 disciplina que está en cononuo estado de efervescencia. Pero tampoco pued: ser de otro modo: en b medida en que la sociedad está cambil!!do Y ~i~r­ mánóose continuamente es de esperu que la diSCiplina que se encarga de esrudiarla tambi~ cambie al mismo ri[!llo. Al¡unos de estos nuevos enfoques teóricos son, :n rea· lidad. desarrollos de los enfoques cJAsicos que acabm!os de .ver. Algunos, por ejemplo, se concen~ en diferentes aspectos de la caccióiD>, como ellen~a.)t y la conversación (y aquí la literatura sobre el :u~~s de las con'•.ersaciones), o en el supuesto de que las acaones son ractona· les (y aquf tenemos la literatura sobre elección r:~cional y teoría de los juegos). Otros se concentran en aspectos esaucrurales o en el funciooaroienro de las instiruciones, por ejemplo (y aquí tenernos toda .ta li~entura s~re el neoinstitucionalismo). Pero a este mvel mtroductono, no es necesario obsesionarse con todos estos desarrollos. Tambi~o hay otros nuevos movimientos teóricos q~e, seglln algunos, están teniendo un alcance mayor en la diS· ciolioa. Tanto que algunos autores se han atrevido a seña· JÚ que la sociologfa ba entrado en una etapa de crisis en la que todlS llS viejl!S ideas y los viejos p~dig~ pareceo cuestiona.rse, ya que, a pesar de sus diferenaas, los viejos pmdigmas ¡¡meen compartir un- ~mo tipo de discurso (que ya diremos cuál es). Por decliiO brevtmen· te, hay otros nuevos movimientos teóricos dentro d~ la sociología que lo que hacen es destacar otras ptrptcn~as o pUIIIos dt visra, dar voz a otras persolll!S que bao tetud.o pocu oportunidades de expres~se. Estos nuevo~ mo~· mientos teóricos están coovenados de que toda mvesngacióo sociológica. parte de una perspectiva detenninada, de una orientación o valoración pa."'icular. Se ruana que, siendo imposible alcanw el conocimiento pleno de la sociedad, hay que abrir la disciplina a otros enfoques u orientaciones y dejar hablar a los que· hasll. ahora ?an esw!o silenciados. La sociología sitmpre seri selectiva, dicen estos crlticos. El mismo Ma.~ Weber reconoció esto hace tiempo cuando dijo que eoo hay llillisis cientiñco de la cultura que sea absolutamente "objetivo" (.-) como tampoco de cualqoier oao "fenómeno social", que siempre será seleccionado, ~aliudo y ordenado desde "un punto de vista"» (Weber, 1949: 72). En la socioloria contemporánea se reconoce ca.dl vez mís ·que hay Üw orientaciones, puntos de vista o pe;spectivas óesdt las que pu~e .iniciarse el análisis .de la reWdad social. Por eso se recollllendz que uno set smcero y expiícitq &erea de la penpw..iva ~u~ emplct. .Los más crlticos dentro de estos nuevos mO\'U!Ueotos teóncos bao señalado que 1os viejó~ panci!.(l!l~ d~ la sociolcpa

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,,~; están sesgados, en cuanto que se esrudia la sociedad desde la oersoectiva de los va.rooes, del mundo occideoul y desde. la d-efensa de la beterose.tualidaci Ya fuera funcionalista, uab2jara descie la sociología del conflicto o desde el oaradimta de la acción. el sociólogo tr:~dicional, dicen lo; criticÓs, compme una serie de valores que vienen determinados por su ~:ne¡u } ,u penenencia al mundo occidental. A diferencia de la vieja Lr:tdición sociológica, estos nuevos movimie:~tos teóricos den voz a Otras personas que has<a entOnces no habían sido esCl!chadas. En coajuntc, !:!tos nuevos movimientos teóricos ofrecen una enonne pluralidad de puntos de vista desde los que estu· diar la sociedad. Aunque algunos de estos nuevos movimientos teóricos son e,;nordinanemente criticos con los paradigmas ciá· sicos de la sociología, no hay que verlos como sustitutos de esos viejos e:Uoques. M!s bien son enfoques comple· mcnt:uios. Lo que óisting~~e a unos de oaos e~ la resistencia de los :!Uevcs enfoques 1 caer en la teruacióo de decir aue se tiene una exphcanón de la socied!d. Según Jos ~evos enfoques esto no se puede consesnir. Como mucho sólo se puedec ofrecer explicaciones parcicles.

Los nuevos movimientos teóricos hablan de i<la muerte de la met.eaamtivu, de toda pretetúión á dar cuenta de todo desde un único cors~ teórico. · · ' '· · ¿Cuiles son entonces' esw nuevas voces? Son las de las .mujeres, las minorías raciales, los pueblos éolooizádos, los gay~ y lesbiénu, los viejos, los m.musválido; y las voces de otros grupos marginados (o·que la sociológía ha margjmdo). Cni!lquiera de nosotros púede peri:ne:et a uno de estos grupos. Pm resumir, las críticas que~ Dan hecho a la sociología clásiC3 desde estos nuevós movimieñtos teóricos son las siguiente~: · 1. La sociolopa la han culti~ado lo~ ht.mb:es, que l)an

investigado sobre lo que impor.a ~. !os hcñlbres Ypan el beneficio de los homtres (y par hombres, e:uiEoriase blwcos, heterosexuales y de posición social relativamente elevadaj. La sD9ol9gía, sigue•.la .~rica, siempre se k hecho dúde una perspectiva limitada, desde un sesgo detertninedo. · ·· • 2. Aquellos tel!l!S que más ~ ai:ctado ~ otros gru~s de p-..rsonas (el racis~o, el pamareado y lt su~rdi-

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tiempo, ha sido la de las mujeres. La sociología ha sido una disciplina tradicionalmeme masculina: cultivada por hombres, que se ha centrado en el mundo de los hombres y pua beneficio de los hombres. Este panorama está cambiando rápidamente con el desmoUo de una sociología y una·metodología femillis!A. Una y otra tienen como objero de esrudio el análisis de las relaciones de género, y consideran que la sociología puede y debe contribuir a bncer que la opresión de 1a.s mujeres sea cosa del pasado. El Capírulo 13 («Género y sexualidad») eslá d..>dicado específicamente a las cuestiones de género, pero eilecmr podrá comprobar que hablando de ooos· temas (desigualdad, minorías, culrura, educación, ere.) también lc!l(lremos que'bacer referencia a es ras cuestiones. Y lo hacemos así porque all!!troducir la perspectiva de género enriquecemos mucho nuestra comprensión de los temas fundamem:ales de la sociología (cf. Abbot y Wallace, 1997).

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Y otras voces Búlric~ Wtbb (Bntrlco Ponor fiJo

su nombra do IDIItrt} (1 15HII43}

1uo una ¡ron lilstoriadora y rofonnadora social Con su nwido Sl<lñoy Wobb fllndó la ~ociodod Fablanl\1

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nación de la mujer, ·la bomofobia o el impacro del colonialismo sobre las .poblaciones nativas) han sido · tradicionalmente relegados. • 3. Y cuandó·no b2n sido rele2ados y se les ha prestado alruna atención, se han nnaiiz..odo estos reml!S de fonna pa";ciii y d.isromonada La sociología, concluye la crúica. h3 sido tra!iicionalmente se.xisla, racista y bomófoba. La sociología feminista

Si es cieno aue han fe.Jtado muchas voces en la sociología, la ausencia más oocaOJe, al menas lwta hace poco

Pero :1de.más de la sociolog¡a.feminism.hay Otras nuevas conienies ·sociológicas a I:IS que baremos re.fe¡-e~~¡¡ a lo largo del libro. En el Capíiulo 4 ( ~cuinira»), por ejemplo, hablaremos de multicult=lismo y poscolonia.lismo; en el Capítulo 8 comentaremos brevemente~ teoría del discurso; en el üpfrulo 12 1endreraos que bablar sobre razas y etñias; en el Capitulo 13 nos emnderemos un poco más en la teoria feminista y en el tema de la homosexualidad; y en el último capítulo presenweiiiiis 2IgüiiasliféiS ílelá teoóa sociólogica posmoderna. Pero este es sólo uo texm introducmrio. por lo que oo clbe aquí traw con detalle rodas esw cuestiones. Por ehora, lo que queremos es que rodas estas referencias sirvan para mostrarl~; que la sociología no es una di5ciplioa que ya está ;.~emri.nada>o, sino que esrá en continuo esmdo de ebullición. Y esto implia nuevos reros, a los que se tienen que enfrentar los profesionales y los esrudiantes.

nosotros mismos. ¡La 2lobalización\ es un proceso imparable que acoru las d.isla!lcias geográficas, rompe fromeras y h~ce a les sociedades más interdepeodiemes. . 5. Las persones que experimenClQ mar!rinación social suelen r:conoc:r coo m 's faciJid•,-41e \nf11,..nci!.dt.J! soci:d•d en la yjda de las ¡x:rsoD!S. .En cualquier caso, las crisis y transformaciones sociales estimulan b reilexión sociológica emre todo tipo de personas. 6. Los beneficios que resul!-l" de emplear una r:rspecti· va sociológica son básicamente cumo. En primer luga-,ia sociología nos sirve para poner en entredicho muclw ideas aue :unes dábamos por supuesw:ü sociología permite ir descubriendo la verdad entre toda una maralla de ideas preconcebidas, dudosas o abiertamente falsas. En segundo lugar, la sociología nos oermite conllCCr me ior las ooorruriidades v los obsrácl!lQu¡ue podemos encontrar en nueStraS propias '~das. En tercer lugar, la sociología puede hacernos miembro< más acrivns de mtesrM soC:•dld. Y en último lugar, la sociología nos puede 2}11dar a afrontar el rem de vivir en sociedades ue, como las e~ peas, son c:ula vez m compleJas y heterogéneas. 7. El esrudio et~iífico dC la soctCdid encterra álgunas dificultades. En primer lugar, las sociedades ·cambi:m n!pidllllleate. En segundo lugar, el investig3óor es parte del objeto de esrudio, de la sociedad que esLi esrudiando. Y en rercer lugar, el conocimiemo sociológico termina siendo pru:te de la sociedad. . S. -~ugusre Comre acuñó el rérmioo «Sociología>o en 1838. A diferencia de otros .filósofos y pensadores dedicados a reflexionar cómo dtbían str o estar org111li.zadas las sociedades, el interés <!e Comre era el entender cómo ton o funcionan las sociedades. Y para ello, Comre propuso la utiliiación deJ méróOo científico. 9. u sociología nació en el coruexro de las grandes iranSiormaciones sociales. ecooómicas·y pOiític3s que ru-

~ieron lugar eo Europa dll!1l!1te les siglos xvm yJaX (el nacimiento de un¿ ec011omía indusaiaL el crecimiento de las ciudades, las nuevas ideas poiftico_s, ere.¡, ~· con el propósito de entender -estos c:l.mbios. . 10. Construir teoría imD!ica encontrar al!Ún sentido o explicación ! los hechos u.cbservacicñes que h3cemos. En sociología exi~ICo ~arios grandes paradigmas teóricos que han ~.ado la r~flexión y la investigación en las ú!Jimas dé!:adas. . :. .. _ ·• 11. Gl.oaradigmz funcionalista se centra en efesiüdio de las esqucruras sociales.·aue hacen aue las·sociedades se manren!an en equilibrio v sean así relativaraenre esrables. Esre p~digma sUbestima la importancia de los deseouilibrios y las desi!!Ualdades sociales.· ., ·- · 12. El nar;:dimtadel coilflicro¡por el contrario, desmca la desi!!Ualda~ el cambio y los confiicros sociales. Por esto mismo tiende a restarimoortancia a a!lP.elloffacrores que prodpc.-"!l estgfjjJjdád e joregncjóÓsnéia! 13. Los oaradjgmas funcjona!ista v de la sociología del c~to son oaradjgmas explicativos de orientación ~-Hay otros-paradigmas de orientación-micro, que esrudian las interacciones (o intercambios). qúe se producen en los contextos de la '~da cóticliana. · 14. Dado que en cada uno de los grandes paradigmas destaCa un determinado asoecm o d.imensióo de la vida soci!l y deja zl rmrgen ~!TOs aspectos o dimensiones, e la hora de hacer investigación social es conveniente rener en cuenm qu~ es Jo que puede llj)O!tllicada uno de esto~ tres paradigmas para entender cqn m_ayor profundided el fenómeno social que se esiá investigando. 15. Según las nuevas comentes en teoría sociológica, la socioloa:ía tr.1dicional ba sido una sociología de y para hombres, de raza blanca y cultura occidental La sociología, según estas nuevas corrienteS, debe empezar a d3r voz a otras categorías de personas..Esto es. la que hace, por ejemplo, la sociología fe~ta. 16. El debare en teoría sociológica entre acción y esa-~c­ rura continúa abieno.

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i. La perspectivt sociológica .:onsisre en ver~ rn ln nmicnJar C::c rr:-nnoce one ad2 indjy;duo es

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~o. ~ mismo tiempo:que ~s e:weriencies viwes es-..án influend;:das por variable.< cocinlógicas, como b clase social, :1 género, etc. 2. En la culrura occidenral solemos oensa- en términos de· opciones individu2.!~ que se "roman libremente. Por eso nos puede costar más reconocer. que lo que las persones hacen y·piensno viene en p~-¡e de:ennin3do por 1:1 sociedzd en que vi~en. 3. La investiración de imjle fi>urkheirn en lz oue se demos!i11b; que-losindices-de-suicidit:rson si~ea-

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rinmeme más ahos en~ algunai otegorlas de ?ersonas es una prueba de que la sociedad influye incluso en !as decisiones que nos pueden parecer más intimas o personales. 4. La petSoe::ti,·e doba! y comparada enrique~ enorm:1llente la investigación sociológica. En primer lugar, porque 1a.s ~edades estin.c:!da v~ ~.Eoseguodo!ugar,

porque nos ayuciu capL:!r.el ale!nce de los problemu sociales que experimentan 011'2..5 sociedades no europeas. En tere:r lugar, porque-entendiendo cómo l<iven-.otraS-personas-podemos.entcodemos mejor a

disfuncional, hace referencia a !as consecuencias ne~ati­ vas que !e siguen del funcionamiento de wo C'Jal pauJa social (de la que se dice, por este motivo. que es ·~dls­ fuociom!»). estrucrur:1 !Ocia!. es una oauu relativamente estl!ble de relaciones sociales. función !:neme. hace referencia e. las consecuencias no anticipadas de una paum de relaciones soc'...ales~ función m:mlfiesta, h:1ce refer:encia a las consecuencias queridas o espendas de úna pauta de acción.. ·

función social, hace referencia a la función que cumple wo cual pauta de acción socicl, y que sU"e pua mantener a la sociedad en eqllillorio. globaliución, es la interrelación e interdependencia cada vez mayor entre las sociedades del planeta. inttraccionismo simbólico, teoría socio!ógiC3 desde la oue se entiende a la socied!ri COIOO el resultado de multirud de irueraccio¡¡es cara a cara entre los componentes de esa sociedad, que de esta forma van definiendo o domndo de significado el mundo que 1~ rorieL

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orienlllción macro, de orientación macro soo los enfoques o paradigmas sociológicos que panco del anílisis de las esaucruns sociales para hacer investigación ~ociol6gica. . . orientación micro, de orientación micro son las sociologías que analizan la sociedad a partiÍ de sus unidades mis búic!.S: bs persorw illt;nc!U!l'ldo unas con otras en diversos contel(tos sociales.. paises pobres, so_n paises escasamente industrializados y donde gran pane de la población vi1·e.en .t:ondiciones • de pobfeza.. .. , . · •. .. . 7 • paises relativamente ricos, son los paises inediMamente iodusaia.liz.ados cuyos habitantes, sin vivir en la pobreza, tampoco.tienen la abundancia de ltt\IISOS de los que disfrutan los habitantes de los países más ricos. . , .·. . . . . . . paises ricos, ~Qn p$es plenamente illdusoilllizados que ofr~ce~ ~ 1~ mayoría de sus babi~ plena abundancia de recursos.. paradigma de. la acción, conjuoto.de teorías de prientación micro d¡;sde las que S~ analiza cómo las personas dotan de s_ignificado al mundo que les rodu.. para~igma funcional,.pa:adi!JD• teórico desde el que .se

l. ¿ÓC q~·~ fonñe la .soci~logía puede hacemos ver que tenemos menós contro~ sobre oues[!'a5 propias vidas? A la iDve~sa. ¿puede fa sociología ayudamos ~ tener . un mayo~ contrOl sobre el mundo que nos rodea? 2. Dedique unos momentos a reflexioner sobre la si-

guiente tfinnación: no b3.brb sociología si se pudiera explicu el compc¡namiento·humailo desde la biología (t:l! como se explica, por ejemplo, 'el componamiento de las bonnigas). Tampoco habría sociología si la conducm humana fueratoUlmente caótica o impredecible. Hay sociología porque la condúcta humana, sin estar lleterminedi oiológic.a o &enéticamente, tampoco es absolutamente caótica o impredecible, siDo que muestra cierta. regulari~ad. . 3. Intente dar una uplic.ación sociológica de por qué la sociologie nació en una época y luger detenninado. ¿Piensa que por su origen la sociología ye nació con un sesgo.pro~io?

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4. Teniendo en cuenta los treS grandes paradigrtll!S en sociología ¿qué tipo de preguntas se haría un sociólogo sobre (a) la teleyisi6o, (b) la guerra, (e) el deporte, (d) la ensemnu universitaria y (e) las relaciones entre bombres y mujeres, desde t:ld.3 uno de estoS treS paradigmas? 5. Sus amig<?S le di~ que esrudiar sociología es una pérdida de tiempo. Piense en los argumentos que po<!rían emple:u' para defender esta afirmación. ¿Con qu~ otrOS argumentos se podrla responder? 6. Empiece a hacer su propio diccionario de términos socioló~ Para cada. támino procure (a) describir coo la maya precisión cu.il es el significado de es~ 'palabra, (b) hacer referencia !1 paradigma re&ico o al tipo de investigaciones en el que se suele emplear este •émiino. 7. Observe la Figura 13 '! vaya ampliándola i media que avanza en el curso 8. ¿En qu! consiste el debate entre acción y estrUcture? ¡,.se le ocurre alguna forma de resolverl!>?

Aunque sólo en las últimas cuatro d~C3das se ha ido incorporando la sociología en los planes de esrudio~ uni· veriit!rios, se lleva haciendo sociología desde hace mis de 200 años. En ese periodo de tiempo la litel'iUllr3 sociológica ha alt:~.ouado unas dimensiones enormes. Este libril es sólo una gufa iruroductorie en la matarla, no es un repaso completo y exhaustivo de toda esta literatura. Por eso, al fin:l.l de cada caoírulo añadimos un listado de lecturas y referencias que deberían servir para avanzar en las cuestiones que se han tratado. Imaginemos que habrá muchos temas en los que le gustaría profundizar un 'poco más. Las lecruras y refer-...ncias que se sugieren también le pueden ayudu para hu:er un trabajo de iovesúgación o pu-a tfmar sus argumentos en las discusiones que se plante~n en clase. Lecturas Introductorias

Una buena lectura introductoria ala sociología es el' texto de Salvador Giner, Sociofogfa (Barcelona: Península. l 997), del que se han publicado mlis de diez ediciones. (Está prevista una edición en catalán). El te.~to de An· thony Giddens, Sociolotía (Madrid: Alianza Eáitorial. 3.' edición de 1998) e.s Íambién un buen material introductorio. El que quiera una illtroducción más divertida a la sociología puede ojear el texto de Richard Os borne y Borin Van Loon, Sociology for Btginnm (Cambridge: Icon Books, 1996). En formatO de comic, elte.~to sigue ~iendo serio. El libro de Kenneth Thompson. Key Quorarions in Socwlo.gy (Londres: Routledge, 1996), es una colección muy interes:mte de citas socioló2icas. También los diccionarios ~ sociología pueden s~ muy útiles. El de Salvador Giner, Emilio Lamo de Espinosa y Cristóbal Torres (eds.) Diccionario de sociologfa (}.fadrid: Alianza Editorial. 1998) es e:tcelence. 1iene mis de mil voces, que han Jedactado más de doscientos autores. Mis breves son los diccionarios de Nicbolas Abercrombie, Sttpe.hn Hill y .Bryan S. Tumer..Oiccionario de Sociologfa (Madrid: Citedra, 1986) y de Robeno G:uví2., Conctpros1ímdamtnralts dt sociologfa (Madrid: lilianza Editorial, 1998). Fuentes clásicas

C. Wright Mül.s, ÚJ imaginaoón socioiógica (Mt:tico: Fondo de Culture Económic~. 1987). Es un texto que se ha convertido en un clásico de le sociología. Milis muestn aquí de un moáo muy lúcido cu~es son los beneñcios que resu!IJID de l'er el

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entiende que las sociedades son sistemas complejos que tienden al equilibrio y la estábilidad. paradigma teórico, e.; una imagen básica de la sociecad, una especie de maplteórico que gu!a u orienta la iDves~gación científica lun Pl.!'ldipna illdica, por ejer¡tplo, qué preguntaS son interesantes y. qué otras no). perspectiT"a global, es h perspectiva desde la que se analiu. el conjunto de las sociedades humanas y el lugar que ocupa la sociedad que se quiere estudiar dentro de ese conjunto. positivismo, escuela filosófica según la cual bay que bacer uso del método científico (y no de la religión o la metafísica) p~ emender o explicar el mundo. sociologia, es el esmdio científico de la sociedad.. sociologla del conflicto, paradigma teórico desde el que se analiz.ao las sociedades a partir de los conflictos y transformaciones $OCi:Ues que generan las desigualdades entre las personas. . teorla, conjunto de enunciados consistentes entre sl que uplicao los hecbos observados. tipo ideal, es una herramienta conceptual que sirve para resal~ lo que es esencial 9. define un fenómeno social.

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mundo desde la perspectiva de un sociólogo (quien, sejÚ!l Mills, no debe dar la espalda al cOmpromiso polltico). Peter L. Be~]er, ln:roducci6n a la Sociologla: wra persptcriva hrunanúrica (M!xico: Editorial Limusa V,·iley, 1971j. OtrO clúico de un autor contemporineo. Es un e:cce.lente te.~to ioU'oductorio que hace especial-hincapié en la tradición hum3JÚ.Stica de la sociolo!rla. Textos sobre teoría sociológica

El libro de J. J. Síochez de Horcajo y Ocuvio, La sociologfa, rwos fundamtnrales (Madrid: Ediciones Liberta· riasJProdbufi, 1996) es una recopil2ci6n de lCJ(tOs clásicos de sociología. Aill se pueden encontrar utractOs de las obras de Weber, Durkhtim, Patsoos, Mm, Menen, y otros muchos autores. El libro lo abre una buena y &reve introducción sobre el desarrolló de la teoría sociológica. También hay unos pámfos illtroductorios para cada uno de los sociólogos incluidos en el libro. l os dos textos de George Ritzer, Ttorla socio/6gica cldsica y Ttorla socio/6gica contemporánea {Madrid: McGrow-Hill, 1993) se han convertido en los manuales clásicos en teoóa sociológic3.. Neil J. Smelser y R. Stephen Wamer,'Teorla sotioiógica. Análisi.r histórico y forma( (Madrid: Espasa. ~pe. 1982). Un tel(to un poco m!-s avanzado, pero muy bueno pan aclarar ideas y problemas. . Jeffrey C. Alexander, Las reorfai s'Óciol6gicas d~sde la Stgunda Guerra Mundial (Barttlona: Gedisa, 1992). EStá centrado en el funcionalismo y los paradigmas aíticos que le sucedieron. · Raymond Ar!>n. Los trapas d~l ptniamit~~ro socioi6gico. 2 vols. (Buenos Aires: Siglo XX. 1980). Para el que quiera entender bien a los clisicos: :Moinesquieu, Comte, Mar:t, Tocqueville, Durlcbeim, Pareto y.Wéber. Anthony Giddens, Jonathan Turner y ·o!rOs, lA reorúJ social hoy (Maclrid: Alianza Edit!JI'ial, 1990).. Una compilación de escritos sobre 1e9ría sociológica. que van desde el ioteraccionismo simbólico hasta el an:!l.isis de los sistemas mundiales. · Sobre teOria feminista, el tCJ(!O de Carme Castclls (comp.), Purptcrivasftmini.Jras t11 reorla polfrica (Barcelona: Paid6s, 1996) contiene aróculos de algunas de las autOras con más prestigio en la !llZieri1. E libro de Juditb Evans, F~minisr rhtory rotkry: an inrroducrion ro stcondwavt funinism (Londres: Sage, 1996) es muy interesante pan entender la evolución de la teorla ieminista. .

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Sociología, ordenadores y direcciones de Internet

Otros materiales

O!Il!S direcciones útiles (de ocras universidades, bibliote· cas, etc.) y de buscadores. . L~s documentos de Internet tienen un URL (tJUe son l!.S Siglas. de ~niform Resouret Lccaror) o d~ción. Much~ dir~c1ones (o «páginas~>) contienen lismdos de otras direc.clones que pueden serle lltiles.. Para entrar en ellas sólo nene que «pinchano en esas direcciones. De esra form.a, a través de una p!gina de sociología puede ir des· cubriendo muchísimas ocras páginas en todo el mundo. Acrualmente es imposible hacer un listado de direcciones de Internet ~edi~~das a la sociologf~. Pero si quiere empezar por algun s1uo, puede ojear el libro de

Revistas

La literarura sociológica no sólo se encuentra en libros. De h~cho, en las últimas décw gran parte de los textos más, unpoT'.antes en sociología han sido publicados en revisras especio.li.Udas. El número de revis~ de sociología es inm~nso. Las hay especii!lizadas e·n cada uno de los temas o s~bdisciplinas de la sociología (sobre la sociología del género, de.l!15 orgeniz3ciones, Já coñducrá.ele::roral, etc.), y Ulmbicn por áreaS geográficas (corno el Et¡ropean Jouma/ ojSocio/ogy, por ejemplo). . La Rerista Española de JnvwigaciontS Sociológicas que edira el Centro de [nvestigaciones SÓCiol~eíéas · ~ qui.ú la revism española de sociología m!s imPo~te. Ouas revistaS de interés son Papers; aue edira la Universidad Aurónorna de Barcelona; la Re;isra /nremacioJUJ/ de Sociolo_gfa, que ed;ira el Jr:!stituto de Estudios Sociales Avan.udos del CSIC; y Ecopomfa y SociedÍui (a cargo de 1? Facultad qe Ciencias Sociales v Po!f¡jc!l5 de la Universidad Compluteo5é de Madrid). • · . También, algunos Departamentos y cenuos de investigación tienen su propil colección de Documuuos de Tra· bajo. De aparic~ón irregular, lo~ docum~ntos de.rrnbajo son arrlculos en gestación, que se di.!aibuyen para que el autor recibs criticas o sugerencias que puedan avudacle s e:1c:iuzar su trabajo. La colección de Document¿s'de Trabajo del ~ciruto de Estudios Sociales Av:!DI:!.dos/Universidad Pompeu Fabra, J,or ejemplo, es interesante. Desuca la colección del Centro de Esrudios Avanzados en Ciencias Sociales de la Fundación Juan March. Asociaciones profesionales

Federación Espa;;.o/a dt Sociología Alfonso xn, 18 · 28014 Madrid e-mail: fes@iesam.csic.es European Sociologicai A.ssociarion ES..>,., SISWO. Plenm~e Muideruacht. 4 TV ..l,msteróam · Hoiand! · · c·rnail: .kruithoi@siSwo.uva..nl Amuican Sociological Associarion 1722 Nonh Sue:t. !:-\V Washln ton DC :!0036 2 Estados-unidos e-mail: exacut!•:e.ofñc:@asllietorg

Los ordenado~s y las nuevas tecnologías de la información es-..in jugando un papel c~da vez más importante en la investigación sociológica. Probablemente usaremos roas el ordenador para: Escnoir los trabajos, utilizando un procesador áe te:I.10S. il Ordenar cbros cuentitativos, utilizando una hoja de cálculo; o para hacer pequeños análisis estadísticos con la ayuda de un progratll! específico. o Para scceder a los fondos y bases de daros de la bibliote~ de la Unimsidad. !1

Joan Ferrame y Angela Vaughn Úr's Go Sociology: on rhe lnremtt (Belmont, CA: W3dsworth Publishing, 1997).

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La calidad de 1~ págin!l5 que le vamos a sugeri.r)' de 125 que ~no pueo.a encontrar por sí mismo es también muy vanable. Los contenidos C2mbian constantemen· te: ~ay que exploru uno mismo, meterse en ellas y ver aaónde nos llevan. · e Esto ~eva tiempo. Internet nos puede ofrecer mu~ha ayuda, pero tambiro nos pide buenas dosis de paciencia. ~ ~or úlnmo, una cue~tión más pedesue, pero rambié~ ~porrante: al escribir una dirección no cambie mayúsculas por minúsculas (o viceversa), y ter.n cui· ~do en no olvidar puntos y bmas separadoras~ Tam· b1éo, una vez que ha descubieno una dirección interesante, guárdela en «marcadores» o «bookmukS:.. Así ahorrará tiempo. ·

Irov~ls

Pero los ordenadores tienen otta.s muchas utilidades corno muchos estudirunes ya saben. Se puede, pot ejern~ plo, recibir y enviu meZJSajes 1 travls del correo electró~co (e-mail). Por medio del correo electrónico uno pueae ponerse eo conractO.E!ln profesores y ouos esnidiante$ de dentro y fuera de su propia universidad, o apunwse a un grupo de discusión espe::Wizado en un tema que !e interese panicul;umente Oa sociología de Mll!X, la teoría ferninisra, erc.). Lls páginas de Internet de la mayoría de universidades y centros tienen una opción de búsqueda que sirve para averiguDI la dirección electrónica de profesores (y, a veces, wnbién de estudiantes). Para poder aprovecharse de todas las poSloilidades lo' úniecrqoe luly que h:cer es tener una dirección e!ectrónie2. Posiblemen¡e su universidad le podrá proporcionar una a un coste muy bajo o gratis. Las direcciones electrónices tienen la iorma siguiente:

sobre el que puede encontrar información en: http://www. thomson.com/wadswonhfmdex.hrml. Lo que acaba de leer es una dirección de Internet PDiece un Jer~glífico P:ro e~ fácil descifrar lo que significa. La rna~~na de las dire::C'looes de Internet empiezan con la: expres1on ~hnp.o (o «ftp~ o «gopbe!ll), que son las sidas de hypmt.-r: rransfer proroco/. Después de las dos b~ (v./1») se.gu1das de la expresión •www» (que viene de world wtdt wtb), ~iene el nombre de la orunización e0 •ste • - caso ~ thomson». El sufijo «comn que- sigue indica q.ue thomson es una empresa («com» signific;¡ «comerCial»). O~s sufijos en dire::ci~nes americanas son •edU» (q~e Significa que es una universidad u organización edu· c.auva). Y .<org» (org:mizaciones del gobierno, volunranas, etc.). En est~ ejemplo, despuls de .«CO!ll» hay out barra, a la que stgue «wadsworth». Esto·es así porque wadswonh, una.filial de thompson. ha puesto su págúla dentro de la ~g¡na de la emp~sa matriz.

smith@udc.es

Unas palabras de cawe/a

Smitb i~enti.fica al deStinatario. El símbolo •@» (que se le: ·carrobu e'n español), se u~ para separ.tr el nombre del destinatario del lugar donde está ubicado, aue en este ejemplo ficticia es "udc.es". u exvresión «udc~ corresponde a Universid!de de A Canma, •y «es» indka España. Cada país (excepto Estados Unidos) tiene-su propio sufijo identiiicativo de do; letta.s («Uk>, es Reino Unido, '<111» es J'wes Bajos, etc.). Pero m~ interesante aún que el correo electrónico es Internet A través de l!nernet se ouede tener acceso a . ' bibliotecas, bases de datos, univ~sidades y centros de ( i investigación, organizaciones internacionales, etc. El prob!em2 de Internet es el de e~on!Úr la dÍr~ón luociación lfllernacional de Sociología (o página) de la organización en la que uno está interesaFacultad de Ciencias Políticas v Sociolotia do. Esto se puede resolver con un poco de paciencia utili- ·;~r~'!:~mplutense • Il!.l'ldo los buscadores, que le permiten hac:r la búsqueda áe nna forma más sistemática. Pero posiolemente en Ir. · e-mail isa@si.!.ucm.es-----------.. -.página de lntemetde.su universidad ya tiene un lisrado de

H3y una intnensa cantidad de datos socioló2icos en Internet a.los que se puede acceder muy fácilme~te. A lo lw!o de! übro ~emos algunas direcciones útiles para oue ~e arume a cunosearlas. Pero tiene que tener en cuenta'algunas cosas: • ~remet es un mWÍdo en conswue evolución. Las direcCIOnes que le vamos 3 ir sut.rlendo a·Jo largo del libro pued~ que ya hay:m dejado de existir cuando quiera ~eaer a eU2S. También, desde que se esctibió este lloro h2Su que ha caído e:~ st:s manos han aoacecido otta.s direcciones que posiblemente Sean mis ilireresantes.

Si quie:e empez!! a curi~ear ahora mismo, puede echar un Vl5tazo a las siguientes direcciones:

o bttp;//www.runmdu/-lridenerídss{JDde:t.lurnl Es la página de Dtad Sociologisrs 1ndt.r, uná estJCcie de club de l~s sociólogos muerros. Incluye seccion~s sobre la obra oe W.E.B. Du Bois, Emile Dur:khéim, ·Karl Marx, Thorstein Veblen, George H. Mead y otros sociólogos. S http://www.oiniry.edu/-mkearl{mdex.html Para .qui~ se atreva 3 hacer un C'l'beriour sociológico. Conuene ~ormacióo sobre bases de d:!!os, consejos para escnlllr un trabajo de investigación, etc.

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h.np://www.clas.ufl.edu/users/gtbursby/~ocsci/

eJOUmai.ban) Lisudo de revistas electrónicas en cienci:ss scx'iales o h ttp://www. inform.umd.edu/EdRes/Tooic/ WomensStudies/ · Para quien esté interesado/a en t~'mas de g6nero. e hnp://csf.colorado.edu/psn/mlr.l/index.html Pá?na de~icada a Marx y Engels. Contiene dato; bio~~os, Ll!lágnes y explicaciones de lo; conceoros mas unportantes de sus obras. • . ~obre el impacto de Internet en la investigación socioJog¡ca, puede leerse el artículo de Rob Kline cThe Cuirure of Cyberspace: The Internet for SociologislS», én· Con;emporary Sociology, 26, pp. 434444. ~o~ buenas guías para empezar con Internet son las de.Neil R~dall. Aprt~diendo /memer en 21 dias (Mt:ti· co...Prenoce Hall HispenoaD'lericana, 1995j, v ·la de Julian Mmínez,Valero y C!.rlos Esebb2.g Benchbnol,/n· ttrner para rorpes. 3 vols. (Madrid: Anava lllultimedia

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En una visita a.'l.tlanl3 dunme las vacaciones de Navidad de 1984, la ¡ocióloga noneameBenjamin (1991) Uamó por teléfono a e31a de una antigua compaiien de la universidad. Benjamin quería saber qué había sido de su amiga Sheba, si babfa conseguido terminar su doctorado, colocarse c:>mo profesora en una universidad y dedicme a la investigacióa_ Este h:~bfa sido el viejo sue&l de las dos amigas. Sheba, al puteer, no lo pudo realiz:~r. Benj~ recordó que ya había nomdo algunos signos preocupantes cuando terminaron su licenciarura. Sheba se matriculó en un programa de doctorado en Canadí, y aUí comenImln sus diñcult.ades. Parecía esw cada ~ez más aislada y reconcuunda en sí lllÍSriLl y ;us problemas. En sus C3IW, Sheba arcibufa su aislamiento y sensación de amargun a los prejuicios racisl3S. Siendo norteamericana de nu negra, tenfa la sensación de que habfa prejuicios ncist.aS contra ella. No l3rdó mucho tiempo en dejarse vencer por estaS sensaciones y abandonó el doctorado. culpando a su.s profesores blancos de esta decisión. Se trasladó al Reino Unido. donde se matriculó en otro programa de doctOrado y consiguió terminarlo. y(á! t.erde se fue a vivir a Nigeria y, desde entonces, Benjamín no vohió a saber ;Jada de ella. C~do entró eo cas2. de su ~ga Sbeba, eoAtlanta, se alegró al ver de nuevo a su amigt. Su alegría desapareció muy pronto al ver el estado en que se encootnhL Después de bat>er sufrido. unE grave crisis nerviosa. Sheba era incapaz de comunicarse con nadie. Meses mís tarde, Benjamín tenfa todavit p-abada en su cabeza la imagen de su amiga_ Sabía c¡ue :nuchos factores habían ~ootribuido a causar esa tragedia personal. Pero, habiendo sufrido ella misma la hostilid:ld y las provocaciones racistas, estaba convencida de que el odio racial había sido el causanre ciel colapso mental y emocional de su amiga. En parte pa.ra rendirle un homenaje, Benjamín se puso a investigu los efectos de Jos prejuicios ra· ciales en la vida profesional de Jos (relativamente pocos) nonearnericanos neyos que han conseguido terminar sus esrudios umvenitaños y triunfar en su profesióa_ Benj= era consciente cie que con su investigación esuba poniendo en entredicho algunas ideas muy extendidas entre los sociólo¡¡os. En concreto, que los prejuicios raciales no están lie=tzndo la vida profesiooal de los negros estadounidenses que han conseguido tene; una buena educación, como les pod.fan haber afectado en el pasado (Wilson 1978). ÓC3 Lois

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ele= con nuestra investi2a~o. ¿Queremos, por ejen!JitO', n~cer íiiVesugación cientlfica del tipo más tndi::ional, en la oue cada una de nuemes afirmAciones tiene que estar ~spaldada por dalas o evidencie empú'r e~ que no dejen Jugu a dud!l.S? ¿o queremos llegu a un entendimiento m:is general de los fenómenos que esll!mos esrudiando a riesgo de parecer vagos o imprecisos? Como veremos más adelant.e, hay diferentes fO!lllAS de hac..-r sociologí3.. S!ber qué tipo de sociología se está h.i!ciendo cuando leemos tal o cual anículo o resul!.ildo de una investigación nos puede ayudar m1.'Cho.

Otra idea extendida entre los sociólogos es que Jos prejuicios raciales afectan mucho más a los negros pobres que a los que h:!ll conseguido un buen trabaj_o y un salario alto. Su propia e.~:periencia ~rsonnl, y la de su 31Il.Íga Sbeba, contradedan esw ideas. Para COOII'!Star en qué medida sus intuiciones enn correcta.s, Benj!lllin entrevistó a 100 DOneamericilllos negros que babfan conseguido aiunfar profesioDAlment:. Les preguntó en qui medida los prejuicios raciales babfM tenido !.lguna intluenci~ en sus vidas y trayectOrias pr,ofesionales. Escuchando la 1·oz de estos 100 none3IIlericanos negros, Benjamin ~os~ que incluso para los m.ás pri\'ile¡iados los preJuicios raciales habían sido y segu!an stenao fuente de muchos problema.s y desilusiones. Más adelante hablar:unos de esu investigación con más detenimiento. ~

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a sociología implica una forma de pensar, de reflexionar sobre lllS socied!des y las relaciones sociales. Sobre estO ya hemos hablado en el capírulo anterior. Pero también impliC3 una forma de trabajlr, qu: consiste en ~cer;e pregunw que pueden parecer interesmtes y en buscar «dltos» o •evidencia empírica» que sirva para responder a esllS pregunw. En este capírulo vamos a explicar cómo los sociólogos llegan a formular pregunfllS que pare--..en interesantes y qué estrategillS utilizan pan dar respues¡.¡; a esas pregunfllS. Esto es, vamos a ver qué hacen los sociólogos p3ra esrudilr el mundo y la sociedld de un modo lógico y racional y no de forma c:1prichosa o arbitraria.. En este capírulo.vamos a repasu los métodos de investigación que utiliz:~~~los sociólogos. Pero veremos que la investigeción sociológic! no es sóló una cuestión de métodos, de procedimientos para obtener datos. Hay otros ternllS implicados que son muy imporuotes, como el de si la investigación debe (o puede) ser pW'llllente objeth·a y descriptiva o si debe ser wnbién prescriptiva; es:o es, si es !!cito que d sociólogo, esrudiando el mundo, mtent~ también cambiuio. Por poner uo ejemplo, Beoj!lllin no se puso a inl'estigar el racismo simplemente para describirlo o dej3r evidencia de que sigue existiendo. Su intención erala de S:!Cario a la luz una vez más (y allí doncie ?arecin que esteba menos presente) a fin de contribuir a su emdicacióo. Hablaremos de es!! cuestión de lo~ valores del i.nvesugador despu~s cie e.~:pon~ los fundamentos de la investiguión sociológ¡ca. Lo 11ue vamos a ve~ aquí le va a ser muy útil pan juzgar por sí mismo la vdid:z de los resultacios cie una investigación. ¿Se utiliz:1ron ·!os datos corree•os? ¿cómo se obruvieron esos dz.tos? ¿se emplearon los mé:odos m!s tpropi!dos? También, este C!.pirulo le va a ayudu a penSlr sobre la estr>_re~a o el mt:odo que empiema para llevu edelante su propia invesógeción. Al fin!! de c~pfrulo -- --<2dicmiños tiiW-.líne:!.!. a :.xnliclr cómo se diseña un proyecta de investigzción. -

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Cumionu dt ordln ricnico o mtrodo!6gíco. Aquí nos pre~os--sobre-los-métode~erwnienro~t!e' podemos_tmpleat_p.arU1ac~ue~lo~~ .de nuestra investigación .se!ll v!lidos. Se trata aquí de

e Los fundamentos de la investigación

to~~orrecw acerca de las berramieno métodos de investigación (cuestionuios, entrevistas,..ttc.) que cabe emplear para llévar a buen tl!noi00 nuestra investigación y, por supuesto, de emple3r esa.s hernmiema.s CO!Tecwnente.

sociológica

13.5

Para lw:er investigacióo sociológica son necesarias dos cosas. De la primera ya hablarnos en el capinilo anterior. hay ~ue mirf!! tl.mwrdo desde ':!!E-JU~&.!f.va socio16gi,;.p. S1 se hace a.$1, lo que nos parece natural o de sentido común se nos presen!.l e.tmño o diferente.. Come~ a ver, de repente, pauw de cooducu que como mínimo son curiosas y que me=o investigarse más en profundidad. u imaginación sociológica de Lois Benjlrnin la impulsó ~ esrudiar eo qul! medida los prejuicios raciales t!mbién te:ninan afect~ndo la 1ida oroiesion!ltle la tlite afroamericana («afroamericano" es -el u!rmino con el que se designa a los noneamericanos negros). Esto nos lleva !.1 segundo requisito: bay que tener curiosi~-J!Q{ los fenómenos soéillltS-TaiTrt'lrst"l7'hactr-s-;:;:a-luzctr-preguofllS. Benjamín quena saber si y en qué medida la iden:Ída(J' raciaJ afectaba la vida de persnñis que habían ailll!fado en sus vic!as. Y pua ello ruvo que hacer preguntas: ¿Qué efecto h! tenido sobre 13 identidad de esw persona.s ser miembros de una minoría racial? ¿Entienden blmcos y negros !liS relaciones entre las razas de la misrna manera? ¿La.s tensiones raciales se están amor.:iguwdo o se están co¡¡~irtiendo en un problel!l! aún más esoinoso? Estos dos principios -ver el mundo sociolÓgicameme y blcer pregunt3.S- son condición imprescindibie pan comeo:zar a itlcer investigación en sociología. Pero una vez que nos hemos hecho las preguntas hay que. encontrar 1:!.! respuestas. Tamooco. sin emb~"2o, hav nna única forma de huerse y h;c:r pregunw, Óe obt~ner datos y de utilizar esos &tos pan. responder a las pre¡untas. Esw son tres ;:uestiones distinw sobre las nue nos vamos a detener en les pit..nu siguientes. Breve~ente, en el proceso de investigación sociológiC3 interVienen:

• Cut.rtiQJ1tS dt ordtn ll~riC.E.J~mo/6gico. Aqui nos .pregumamos acerca dal: tipo .de-veitlad.c¡ue.qll.cremos

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:= Cuesrionts d~den iticrry-p"óf(nco. Aquí nos pregunlllinos sobre los objetivos últimos que nos han impulsado a emprender tal o .:u!l investigación. T111lbién nos preguntamos ;obre lllS consec~a.tgye la inY.estigación l!ll'lk.t~!l.JliÚl!!llm.J~~rso­ cas o_ye..l!an.a.colabcru-en-la -invesliga~.para la socied:1d en so conjunto. • !

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El resto del C3pirulo esú dedicado a desarroUar más amoli3rneme C3da lL1a de esus C't5 cuestiones. Puede ser una bue:u ¡ufa para empezu 3 p-...nsu sobre la investigación que y3 tiene en meme. Pero es sólo llll1 guía. En la bibliografía al finaJ del capfrulo se pueden-encontrar lecrur,s más esptcializ!d:I.S que le pueden ayudlr a eleboru de forma más ngurosa su proyecto de investigación. Cuestiones de orden epistemológico

El pr'.mer interrogante con :1 que se enfrenta el investigador: «¿ ué · verdld estoy · mdo educir?.., DO tS nada aiviaJ.'Este in~l)'l?lll!llte l!~antC3 CUeSil9D de

tplntmologla,~

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f'.arura!;;9-d•~d. Debemos 'empezu por reconocer que existen distin~c!». Cuando decimos q'Je -<S!hemos" algo, po<iemos querer decir muchas cos:!.! distinw. Alguna gente, por ejemplo, mantiene <¡ue Dios existe. Sólo un rducido número de personas dice haber tenido !12ÚD contacto direc:o t:on Dios, pero todos los creyemes --s~ben• que Dios existe. Ui!lll3IDos a esta forma de saber «creencia. o efe». Una segun& forma de verdad es l.a que se basa en el juicio de los e¡¡;penos. Sabemos que tenemos tal o cu!l enferme&d

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porque el médico nos !a ha diagnostic3do. Un term tipo • : de verdad es la que se bua en los acuerdos y entendimienoos comunes de la gente con la que \'ÍI'Únos. llega• mos ~ «saber», por ejemplo, que rob3r est! mal porque . .. prácticamente todos y cada uno dicen que estf mal. ·:: Las.....verdades» son distinta• en distimas s~.~ viajando a otn.S sociedades podemos encontramos con ¿: expliC3r.rones que para nosotros son ialsas. lm:l!ÍDese • : que está trabajando como voluntario para una ONG deditC1 cada promover el desmollo en ..í.bica y que su uabajo . ,._ consiste en ayudar 1!1 gente 1 S!CU más reruiimieotO a (a tierre. Una \'ez alli lo primero que descubre es que los ~ agricultores plantan una semilla y ~ co~tinuación ponen .;. un pez encima. Si se le ocurre pregunm por qué hacen ' eso,le r.:sponderán que los peces son un meuto al dios de A , la.s cosechas. L"n anciano del lugar puede esegurar!e con ~ la mayor seriedad que el allo en que no pusieron peces la a~ cosecha fue muy pobre. ~ Desde el punto de vis!.il de esa sociedad, sembrar de p-.ces la tierra que se cultiva es del todo correcto y tiene sentido. La gente cree que el dios de las cosechas se lo va a recompensar; los expenos de esa sociedad respaldan en creencia., y parece que todo el mundo piensa iguaL Pero b3biendo esrudiado agriculrura en la universidad, .uno intenta enconll'3r otra explicación. otra verdad distinLl. Quiz:í Uegue a la conclusión de que la descomposición de los peces puede fertiliur el suelo y hacer que la cosecha sea más rica.. Si ha llegado a esta conclusión es porque estaba buscando una ~verdad» distinta, que le dejara mis satisfecho. Después de haber llegado a esta Otra «\'erdad» no podrá negu, sin embugo, que los nativos tambi~n decían la cverdld». Decímlo que veíilll con sus ojos, y veían que !liS cosechll.S eran mayores·cuando los c3IDpos se cubñan con peces. Tampoco poc!ri negar que nosotros. que vivimos tn una sociedad más cavanzWl», también tomamos decisiones y organiumos nuestras vidas a partir de cosa.s oue se «saben,. de modo no cienáfico. Un investiéador ñuclear, por ejemplo, puede seguir practiC"-Ddo su- n:li¡ión porque cree en ella, puede saber aul! medicamentO tiene que dar a su hijo porque sé loba dfcbo el pediatra, o puede saber que tal o cual ouo partido puede gobem3r mis acerudlmente :1 país porque ha llegado a esa cooclusióo después de hablar con amigos, familiues, compañeros de trab3jo, etc. En otraS palabras, e:l nuestras vidas cotidianas aceptamos distintos tipos de verdades. Pero la ciencia es una forma muy distinta de obtener conocimiemo, de inten!.ll' llegar a la verdad que se ha impuesoo :.:t el mundo moderno.

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Sentido común versus evidencia científica

Ell a.lrunas ocasiones, la evidencia cienáfiC3 conndice afirma~U!ne.s...que._par.ece..c¡ue-tod~eLiíiiiiídli:.d_por su: •

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de acuerdo, pero que la investi!ación científica· ba mostrado que o bien son fds~ o bien ·son afinnaciones qúe habría que cu:ilificar mucliliimo.

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e· Vamos a dar s coorinuación cinco ejemplos de esto. de afirmaciones sobre las que todo el mundo parece l. LQJ,pobreswmetefWTJórll~t~

la orensa o \iendo los noticiarios parece que esto es asl Ef~tivamente, y como se tnostnlli en el Capitulo 8 («Desviación, delito y cona:ol»),los pobres soo detenidos en un número desproporcionado en relación a los neos. Pero una cosa es el índice de arrestos '! otra el índice de delitos cometidos. La .iJlvestigación cieotífica muestra que la policía y los aibunales tienden a ser más indulgentes cuando los presuntos deliocuentes son ricos. Tarobién, y según algunos investigadores, puede ocu.rrir que las leyes !e hayan be-..ho o se hayan redactado de lll forma que los ricos tienen menos probabili· dad de tenninar fig'nndo en las es¡ndfsticas delictivas.

sino las que sabemos, pero sabemos mal. Desde nues1111 infzncia nos hz.n eoseiíado ver~des ap=tes sobre las que todo el mundo parece esw de acuerdo, hemos sido bombardeados por los juicios y recomendaciones de los expertOS, y bemos estado sometidos a la influencia y opiniones de amigos, fwiliares y oa:as personas próximas a nosotros. La sociología nos ensei\a a cuestionar y evaluar críticamente lo que vemos, leemos y olmos. Pero como cualquier oa:o modo de conocimientq, la sociología taro· bién nene limi!3Ciones. Sobre esto también vamos l hablar. Pero la sociología oos ofrece berraroieow pan evaluar muchos tipos de información.

O LasJ renoclotc)giaSji)osüiY.is.m...tealls ta v humanista

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t!n problema impo!Wite es que Di siquiera ena:e los filósofos del conocimiento hay ecuerdo sobre Jo que signifi2. Vt\·imos.. en-mm-socildad-de...do.u-medirrtnqut lo ca «ciencia». En términos generales, hay a:es penpectigenre nm6s o menos iguol. Los datos ~1 Capítulo 10 vas diferentes acerca de esto, que son la positivista, la (oCiases:pooe~ierleslll!lt) mueslran que un reducirealista y la bumomista, que de un :;nodo aproxilliado se .do número de personas cona:ola grao parte de la riquecorresponden con las sociologías de orie.ntacióo fuocioza del planeta. Si ródos somos iguales, parece que bay nalim, la sociología del conflicto y las teorlas de la unos «m:í.s igullles» que oa:os. acción sobre las que ya hablamos en el capítulo anterior. La primen persp~tiva es el posithismo. Desde esta 3. Las dijmnci~- errÚrr:ondu~e-Jiomhl'ff1 mujms re]1ejan diftrmUas-dt.o¡den"óiológico. Mucho de lo perspectiva la ~~ ts un sisremo de ro osiciones o rrr.aciones soórt ti TTll.tllllo qut wdn enrramo • • que entendemos po~ .;naturaleza bumanu es en reali· camen!l tli[T{Sl resto es, no e atn ser conrra te ·~¡ij' dad fruto de la sociedad en que vivimos. Sobre ~sro enrre si), y qu.! están cons.mtidas a panir dt lo observo· hablaremos en el Cap(rulo 4 (cCulturv). Tarobito, y ción dt lo H. Eñ sociolo~ '5" eSto IW.oliw enl!tlatnr como veremos en el Capítulo 13 («Género y sexualiaciones o proposiciones ge.nerales (o «leyes sociadad~), algunas sociedai! deñoeo lo que es «masl.uliles•, como dedan algunos autores) sobre algún aspecto ··· no,. y •femenino» de forma muy difer-..nte a como lo de la realidad social, cuya verdad o falsedad pueda ser hacemos nosoa:os. cona:as!!da observando los hechos. El trabajo de· DÚdc4. Las personas combian mucho cuando tnvejt etn:.¡ftr-'. beim sobre el suicidio, sobre el que hablamos e.1 el cpfden ti L'l!tris que rtn(an en cosas qut amt-s les pare- rulo anterior, es un ejemplo de este tipo de sociología. A don imporraruts y tmpit:an a obsesionarse ~ diferencia de otraS formas de saber, el~ salud. Como veremos en el Capítulo 14 («El envejec\tífic~:umpírica (las estad.ísticas mienro y tercera edadlt) el proc:so del envejecimiento sobre el suicidio, para seguir con el ejemplo de Durkcm~bia poco la personelidad de los individuos. Ciertabeim), esto es, en ~e ~unüionkfolJIIO mente, los problemas de salud se hacen más imponanrigure.s.q_y objeriv.EJ-CII'jD-I!t.rdEd.oJ!';lstdod u~eqll)s, res con h edad pero básic:llilemo los viejos siguen idtalmtmt;-mínéar con..l!UtSITOS sennaos:-Pc;o mcluso teniendo la truSma personalidad. aquí lÍay iiiénes cona:ov:rsias entre los filósofos acerca de la naturaleza de la ciencia entendida desde esu pen5. La mcyo1'icnidag~mt se casa píJrr¡aresnh1famorada. Pua los oue vivimos en sociedades occ\deotiles pe::tiva pos1tivista.. .~ esto es algo que parece evidente por !i mi_<mo. Pero Desde-la-penpectiva re~ta, l;t ci~ de CClDCIP'Of o pc;¡w~ó::icas desarrollados QJUa por muy extraño que nos pueda parecer, en la mayoría trarauú-ai.tllM!:.J'" pmbl.mJg_ É!!!!!!!f!J!!da {;¡¡¡¡¡cul de 125 sociedades :1 maa:'.mooio poco tiene que ver !unsiolllllOÍ!II~"ia-..eE!nomía, de la inente humana o con el amor. En el Capítulo 17 (cF~as») e.."tplicmdel sistema soler). Mientras que aquí tambi~o se puede mos por qué esto es así. r-~urrir a la evide~pírica, .:sra no es rm¡j_al pera · •· • ·- • • - -·Es;os ejemplos conñrman el viejo dicho de que no.son obtener conocimiento científico pues se entiende que no p.uede_haber. eyjd:ncia. empírica. absolutamente-clara o '· _las ~S25 que Í&!J~_ps_las que DOS C3USAA..Woblemas

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S La perspectiva po s it ivista Los sociólogos de orientación positivista utili~ el mis; rñOiñliiii!'~~n~~que el método que emplean los científicos para explicar los ~.~1· V • ofi d . fenóroe01o~ n~.._...s. , a tenD.IDen c_o !Illl.an o una o¡nDión generaliíida sobre u1 0 cual fenómeno 0 mosrr.mdo su falsedad, los sociólogos usan el mismo método que ottos ci~óficos y, lll igual que ellos, empiezan por 9brener daros 0 recoger evidencia empírica ~bre ese fenómeno en cuestión. En secciones posteriores de este c~pítulo anzlizaremos las líneas westru de la investigación positivista.

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detenninante. Nunca podemos e.sw seguros de los ~bechos•. Lo que necesiwnos, según esu perspectiva, son exolicaciones sólidas, consuuidas a pcnir de los conceptos y las berraroientas teóriw que nos permimn llegar a :1!!.5. Según algunos autores, la obra de Mi1,1;!, re~ a esta ~su. Para ~ ~~ ente~íüG =.1 ¡;,•p't•llismo. Y para eotender esto, desa..-rolló el concep¡o de modo de EroducciM, la. ~~~tn Du'Jma !ocitdqd má organi~oauc~7.;n.?czos. .~ La terma perspectiva es r~:~l Según la epistemología humcnisu, estudiar Jifealidad humana es muy distinto a estudiar el mundo ñsico, biológico o material. Tanto es así que las ciencias sociales deben producir un tipo distinto de conocimiento, no orientado a eXplicar las cosas, sino el sig~u~~sas dan aÍas cos~sde esta perspectiva, la investiución parte ~mundo em~írico~ en el po•iti"4sma~, pero el objc.tjvo es enten er e mo las oeaonas in~ dw•.!ignificado a ese munoo, y qu~ implicaciones tiene ;·esto. . Puede haber sociolom desde cada una de estas tres perspectivas. En las p~ue sigu~ nos varoos a ceouar en sólo dos: la ~y la~

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El ideal de la objetividad lmagioe que diez peri~w que trabajan para una revista de Amsterduo reciben el encargo de escribir un wculo sobre el mejor restaurante de la ciudad.. Para ello dedican unt semana a comer y cenar en diferentes :-estaurantes. Al Cl!bo de la semana se reúnen y comparan sus notas. ¿Píensa que se van a poner de acuerdo, que todos vao a coincidir en sc.5alu un determinado restaurante como el mejor de la ciudadHno es dificil de imaeinar. En términos cieotíñcos, rula uño de los diez peciodisw ~ operacionalizado el-concepto de «<Dejor re!taU· rame» de f = diferente. Uno piensa que el mejor restaurtnte tiene que servir comida iodo.oesia a precios

razonables, otro que tiene que tener las mejores visw de los canales, UD ¡e¡cero piensa que lo fundamenlll es la decoración y el servicio, y así sucesiv=enre. Como con muchas otraS cosas en la vida, la elección del m~jor restaW1!.11te tennioe siendo una cuestión de gunos. Los valores y preferencias personales es~ bien cuando se trata dt salir a cenar, pero la cuestión se complica cuando de lo oue se tma es de hacer ciencia. Por un lado, todos los cieniificos tiene.1 valores y opiniones penooa· les acerca ~or orro lado, la investigación cienúfica exige 'objetividad,~.~wigodonflj~ a un lqdg srval!lm ;~.• tiit -~ ~·~sici6~~alidaj. Para esto -hay que seguir cienas reglas y proCediiñlentos, cuya función es. garantizar al m:iximo que los resultados de la investigación no estén sesgados. Cier..ameDte, es imposible esperar del investigador una impm:ialidad o distancill;llÍento absoluto res· pecto de lo que está estudiando. Pero lo que sí se le puede exigir es que baga todo lo posible por corueguir este disWlciamiento. Si oo hace todo lo posible es que ba renunciado al idelll de la objetividad. y entonces comienZlUl las sospechas acerca de sus investigaciones. Las cuestiones que se.desean iovestigar pueden ser resultado de experiencias personales o venir animadas por los v_alores del investindor, como es el caso de la investigación de Lois Beoj~ que hemos comentado. Es"lo es lícito. Pero lo que no es licito, según el ideal P?síti'lisra. es que una ''ez puestos a investigar, el investigador renuncie ala objeti,idad y permita que sus valores Yexperiencias person41es terminen di.storsionando ·los resultados de su invesriucióo. El ;ociólogo alemán Max Weber pensaba que los sociólogos podían !eleccionar sus tem~ de investigación a partir de sus creencias ~aonales. De becbo esto es lo que ocurre. Si no fuer.¡ asL ¿cQmo explicar que unos se dediquen a in'estigar el barobre en el mundo, oa:os los efectos del racismo y oa:os las fa.milias moroparentales? Pero Weber (1958; ed. orig. de 1918) también pensaba que si bien los sociólogos podían investigar temas que para ellos son impon:uues, debían investigu esos remas moiénóose 111 ideal de la objetividad y dejando a un ledo sus vllores. Sólo cuando, trabajando de forma rigurosa pero desapasionada (como esperamos que trabajen·los profesionales con los que trataroos), pueden los cieotíficos sociales estudi • mundo tal como ts. tal como dt}Jeria ser. Desde el punto oe vuta W r, este tipo ae dis'Wítkmienro es un rasgo distintivo· de la actividad científica, que lo distingue de la poiítica. Mientras q~ lO! poUricos ven el mundo e intentan a-ans!ormarlo según sus, valor-..s y progmnas electorales, los científicos maotieneo una perspectiva abierta y est1n di..<puestos e _acepw los resultados de sus investigaciones, cualesquiera que se:!il:"' En tfunínos g~erales,los sociólogos acepun el punto de vista y las recomendaciones de Weber, aunque recono-

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ceo que es C1Si imposible c!espeg11rse de los valores o incluro ser conscientes lre los sesgos· que uno va imroducienrio en sus investigaciones. Ad:m6.s, los sociólogos no son gent: «corriente>t: tienen \In nivel de insuucción superior a b media de la población y suelen ser menos conservadoRs que el resto de la población. Al menos este es el caso de los sociólogos norteamericanos (\Vilson, 19í9). Los .sociólogos, en otras pal!bras, wnbi~n se ven influenci!dos por sus propias trayectorias sociales y vitales. _ _ Una estrategia que sirve pm controlllr los sesgos que ¡x.oeden C".USilr los valores en la invéstigación es e:ógir el investigador que especiñque los pasos que J¡¿ dado en su investigación de !Al modo que O!fOS investigadores puedlll! repetirla. Si O!fOS investigadores repiten la investigación y llegan a los mismos resultados tenemos más garanéas de que la investigación es objetiva. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la lógica y la metodología dentífic:l no nos pueden g~~rantiz.3r plenamente la objetividad toLJ.I y, así, que vayamos a conocer la última verdad. La ciencia no es una via de con~cDIO pcrfec13, pero al meno:; tiene sus propios mccliUSmos correctores de tal modo que,.aprendiendo a conD'olar sus propios sesgos y a conD'Ol:lne unos a o!fOs los invesógadores pueden ir :~tercándose más y más a b verdad. Alcanzar una mayor objetividad o ir acercándose mis y más a la verdad no de~de de que se apliqut 121 o cut! método concreto de investigación científica, sino de la fidelidad con que toda una comunidad de investigadores sigue las normas de la investigación científica. Algunas limitaciones de la sociología positivista

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b metodología científica nació, se desmoll6 y fu~ depurándose esruriiando la Nalllr.l!eza: li ñsie3, los ienómenos químicos. el movimiento de les esD'ellas, etc. Y lo que hacen los sociólogos- es aplicar esta misma metodología pm esrudiar algo muy distinto: la realidad social. Esto óe.;:: cierw liliicultades. · l . La cond~f!! h.UIIUIIIl! u ran como/cíq

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imp_osibu pr~.;¡~EGie"M'i7.I~ndil'iduos. Los asr:ónOiños pueden ~cular el movimiento de los planetas con una enorme precisión, y pueden predecir con años de antelación clcincio un phmeta. un come12 o un asteroide va a pasJI c:rc:~ de la Tie.·u. Pero los ?l!net!S y los comew son cuerpos simples, no son objetor pensantes o volitivos. Las personas, por el conmrio, ciencn deseos, aspinciones y valores, y capacidad de pens:;r y re:~c;:or.ar. Dado que no hly dos per;onas que l!C!Úcn e:tacWI!CDte de la misma manera en l:!. mayoriá de las ocasiones, lo más que los sociólogos pueden hacer CS· moSliar que cicrus caxe2orias

La Importancia de la Interpretación subjetiva

de personas· tienen cieru tendencis a acrusr de 121 o cual mmera en ral o cucl sinw:ión. Esro no es un defecto de la so~iología o fruto de 1! incomoeteocia de los sociólogos. Es consecuencia del objetÓ de esrudio de la sociología: no se estudian cosas inattimadas, sino personas que pieosm y reaccionan, y que lo hacen de forma creativa y espontánea. • ,

Como hemos visto, ios científicos tiendeo a identi.!'icar «subjetivo,. con csesgo»; lo subjetiv~s cbtictuna~ te de errores que parece que hay que c\Ítar lo más posib~ subjetivo, o m;jor dicho, la cr~ad que nace de!1Jiundo-yde la experien~l!,!i~ar dél'sociólogo. puede-júgar 1111 :papel pontilro .en· la investiración soeiológica. Al menos en ICes casos. En primer lugar, la ciencia consiste básicamente en una serie de reglas que guían la investigación. Es como una r=u que sirve pan cocinar. Pero de la misma forma ~ue es necesario mis que una buena receu. para con ver~ en un buen chef, es necesw aJ2o másJly;._.un.conJunto de reglas·de;noEIIdimient~co para convertir.c Cnüií buen sociólogo. Pan ser un buen sociólogo wnbi~n se necesitan bueoas dosi!Jic-imnginxi.ón, y ésta no es muo de un entrCnamiento ri~so en una serie de reglas. La imaginación es algo que se tiene que cultivar y que t:uDbién depende de la capacidad =riv.. de cada pcrsotl! (Nisbet, 19i0). Albert Einstein o Max Weber fueron genios. en sus disciplinas no porque ¡;pli=on escrupulosa y autorúúcamente las reglas del m~rodo cientffico, sino porque fueron personas de una enorme curiosidad y creatividaé inrclecrual. En segundo lugar. la ciencia wnooco puede dar cuenta ri~ ~o el especD'O de las emociones: sentimientos y monvactooes humanas, como la codicia, el amor, el resentimiento, el orgullo o la desesperación. La ciencia, ciertamente, nos puede ayudar a obtener datos sobre cómo acnla la gente, pero difícilmente puede explicar los ~igniiicados. complejos y variables, que las personas 11Dputan a sus actuaciones (Berger y Kellner, 1981). Aqui

2. Al igual que los seus lumuuo.cs st vm afectados por su

enromo. rambiin st ven afectados por la pnstncio de un invesrigador. qlll pr1edt hactr que su co "aríe. Un ZSIOÓnomo que obserVl ta Luna desde un telescopio no puede de DÍD;OU!Ll m= alterar su movimiento. Pero cuando las personas saben qut son observadas generalmente alrcran su croducra.Algunos pueden mos~rme neniosos, Oil'OS se p11eden poner a la deiensiva, y aún OD'OS pueden intentar .ayudan. al investigador, dando el tipo de respuesw o acruando de la forma que piensan que se espers·de eUos. ...----, 3. Las pauras sociales cambian consranrtmenrt. Le qut,

se ha probado que ts cieno tn ral momemo y en tai luxar putdt que no lo sw tn orros momtnros o luga, ·m. Las leyes de la física funcionan hoy y mañan-( son válidas en todos los rincones del mundo. Pero la conducta hurnUJa es tan '!:ariable que resulta imposible es:abl=r leyes de rango universal como las de la física. De hecho, algunas de las investigaciooes mis imponames en sociología tr.uan precisamente de la diversidad y ~1 crunbio socit.l. 4. Dado qut los sociólogos· son parrt del mu;;¡;;;¡;w wmrigan. u azraordir.ariamliU~~ vesrigación social libr~ dt val~t!J Pm excluir la posibilidad de cooO'ariempos, los Dtólogos se desmarCllll person;ilincnrc de lo que está ocuniendo en el rubo de ensayo. Pero los sociólogos viven denD'o del wbo de ensayo: son parte de la sociedad oue están investigando, y tienen opiniones y valores ~rca de cómo deberfa estar organizada. Por eso les resulta mucho más difícil despegarse de ella y corurolsr (o recooocer} sus prop1os valores cuando se ponen ainvestigar.

?· f:a conducu: !winana st disTingue tú cualquierwo

jmómeno porqut las pusonas crean significadj}rL'os seres hurnl!llos, a diferencia ée los planetas Oías moléculos, esún conónuamcnte crel!néo signiíicwos, alterando la deñnición de las cosas, de su mundo. Y lo oue DOS disri.cgue de OtrOS seres de la eroecie animal son los sistemas !lD elaeorados ~ signiñ~dos oue hemos ido construyendo a nuemo airededor. Por eso los sociólogos no pueden esrudizr las sociedades desde ~era. ta~~~bién tienen que esrudi!rlas desde dentro; oenen que cntrJI en esos mundos o llllivcrsos simbólicos que las personas han ido consuuyendo para enten~er mejor sus comporw:Qientos. _ ·

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las-inruiciones._r...t:<Jl'r:ie~rsooales ,d&~go

¡wede.D.$eru1iles. En tercer lugar, siempre es bueno recordar que los dat~s nun~d hablan e!'!¿!_mismos. DesQ!!és_t!e .ha~ re~o.los stos, hay que mrtrprtrll.<l~ile avel'lguarquh~t~tit!~en. Por estas ruones, una buena investigación sociológics es, en muchas ocasioDCS, tanto~e..IIII~~o ~,a.

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O La perspectiva humanista

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El r=cocim.ien!o de !odas esru limitaciones ba Uevedo a muchos sociólogos ! adopt.:!r una posrura diferente ea sus investigaciones. Estos no dicen ser cienlificos al modo en que se definen 1 s! IDÍSIDOS los sociól~gos de onenrat16n positivista. Antes bien, su obÍ'JÍYº es hzc•r..dr lt s o = =ciplinMoás b•tm~p~~llfada· por o ClU!I GlliDB.DLen ;acb-\m3:·de -sus ~s. En el libro La sociologfa C0/719. uná jomra tú arre del sociólogo Nisbeqe puede leir: cQu~ dis¡ín-

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w hubien.n sido las cose.s (...) si en la époc~ de su for- •

mación en el siglo xt'<, las ciencias sociales hubieran ~:.· tomado como modelo el me- en la I!IISlDa medid! en que tomaron la ciencia como modelo~ (Nisbet, 1976: 16). . Esta sociología, que podemos Uamsr «humanista>, tie- • ne !l a:enos cuatro características cenD'cles. En orimer \?. lugar, se toma muy en serio la sz~taimdad • ~. que se muesD':l en la variabilidad de las formas v; en que los individuos responden a las presiones del eruor- • no socio.! y su cupa.cidad pua !llallejl!rse enO'e los distin- . : tos conti!XtoS sociales en los que se desenvuelven coódia• nameme. ~ segundo lugar, la soci~e

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-la ~Ol1Jl~Óo y-exp~esión.d~s~es, !17'r e:¡emplo--, ~ue oenen lt@T-"n el •eno de o~a._:¡ira· CJOII!!_!. 1/ISilluciCnt!.!~n9micas. íambiin, y en tereer fugar, la sOC)ólpgía, l:Lwn~ra tieo~te más ~~rural, que pennite acev•rse...1....esas e~enc:W co~.o de un.modtHTiás=inimisra- tentando evitar asilas absO'acciones teóricu de altos vuelos que parecen del \OCio *nas a la experiencia humana): Por último, los sociólogos de esta orienlllcióo son conscieñteS de que pueden cona:ibuir de alEWI! fonña a reducir lo$ niveles-Qe.epresién,.c;r;plota..ción o injlWJCll-)"a'haéé'n¡tle !as sociédl'üCssUITilo·JIOClti!!!UIInasJgúal~ú-

vas. Este listado de características puede ampliarse' o hac;r;e mis ~etall~o. pero es dificil imaginar una sociolog¡a humarusra que no contemple,'como IJÚóimo, esios cua1r0 criterios. ':· En la Figura 2.1 se resumen les diferencias enD'C las perspecnvas positivista y hlllllllllista. ~ Cuestiones de orden técnico

en le investigación sociológica

IndependJeorcmente de la perspectiva qu~ se ad~~~. quien quiera hacer investigación sociológica tiene que aprender les «uucos del oficio•. Esw son cuestiones puramente práctic:IS. Se trata de <!prender a mmejar ciertaS herramientaS, y de manej¡u:las correctamente, de modo que uno est~ seguro de Que está sacando el má.'<Ímo pro~echo a su investigtción. • .~onceptos,

variables y medidas

Un elemento crucial de la ciencia son los conceptos teó-

'ñcos, que se pueden definir como coiiSrrucciol'llS /1ll/Uo-

~s q!tt rtprmnran. dt IITifLfO.f:l!lD tsquunririca.o simpli¡,caaa, una pane dt lll rtalitf!y:l<EliÚil:Úno "sociedadlt es un conc.."Pto teórico, así como las panes estrUctUrales de la sociedad, como «la ~., o cla economía». Los sociólogos u.mbién 1lWl conceptos que sirven para eme-

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terizar a les personas, según. por ejemplo, su c2éne10», cruu o celase social•. - t.:na variable es un conctpto cuyo valor cambia ugún ti ca.so. El «precio• es un:~ varieble, cuyo valor cambia segl1n la mercancía de la que se lr3la. «Oase social» es también una variable, en =to que se trata de un coacep¡o que puede tenu distintos valores. Así b:!blamos de celase social :IIUJt, celases medias• o «clases bajas• (o cdesfavorecida.s•). El uso de las variables depende de las medidas. Mtdir tS dtrtnnintJr ti valor que puedt tomar una variablt tn un ca.so esptc{jico. Algunas variables son fáciles de medir, como cuando sumamos 101 ingresos que hemos obte· nido en un :lilo fiScal para obtener los ingresos totales de e~ año. Pero para el caso de mucblll variables sociológicas. medir no es algo tan simple. Por ejemplo, ¿cómo medir la clase social a la que pertenece una persona? Uno puede intentarlo observando bl5 ropas que lleva esa persona, escuchando su fo!IIla de hablar, o fi. jindose en el barrio donde vive. Si se quiere ser más preciso, uno puede pregum:~r á esa persona cuál es su profesión, qué esrudios tiene, o cnáles ;on sus iñyesos~.. •. Los investigadores son conscientes de qúe • muchas variables se P.Ue~n medir .de forma distinta, de que existen muchas cvaras• de medir. Unos ingresos altos pueden ser un buen indicador de que la persona de la que hablamos es de «clase :llta>t. Esos ingresos, sin embargo, pueden proceder del ejeteicio de una ocupación que mucha gente considera de clase media. o incluso de clase uabajadora (un minero, por ejemplo). Tambito, si un individuo deja de esrudi:~r a los 16 idos, ¿hemos de considerarlo sólo por eso como .de «clase baja»? Una forma sensata (aunque :~rbitraria) de resolver este tipo de dilemas es combin:~r las tres medidas (ingresos, ocupeción y nivel de instrucción) para .obttner un nuevo indicador, agregado, de la clase social, que, para este ejemplo se llt· ma ~estarus socioeconómico», del que h3blaremos con más deterumiemo en los Capítulos 9 y 10. Los sociólogos también tienen que encontrar formas de dascn'bir 1~ siruzción de miles o incluso millones de personas ~gún vuiables que consi~ relevantes para su mvestigación. como su nivel de riqueza. o sus rentU. · por eje;nplo. Uo de:.alle exh.ai!Stlvo de las reow de w!a pe¡sona es inútil, pues no tiene muGbo sentidb. Una form3 de resolver esto y de oote.o.er iz;formación que describa un ·eole::rivo numeroso de personas o de casos es utilizu mtdida.s esradfsrica.s ~omo la media, !a desviación á pica. etcé~ra.-En -ehe:uaóro situado en la página siguientt se expliC3D tres medidas estadísticas. ..:...,_

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Tres m~didas sencilla~ y útiles en sociología Q) n la vide cotidiana estamos acostumbrados a emplea~ le media: hebla.mos del' salario medio de tal o cual grupo de ptofesionales, el precio medio de la gasolina en el afio anterior, etc. Los sociólogos también ublizan mll'¡ frecuentemente esta meó!da, así como otras dos que sirven pera resumir informaci6rr y caotar tender.cias. ' .Imagine que Jos siete maximos ejecutivos de una empresa ganan 8 niiflones, 9 millones, 8,2 millooes, 8,8 millones, 8 mmones, 14 millones y 8 mOJones de pesetas anualmente. La mec5da estadística más sencilla es la moda, que es el valor más repetido. En el ejemplo anterior, la moda es 8 millones, porque es el salarlo que más se repite: tres ejecu1ivos ganen esa canlldad y ningún otro gana lo mls:no. Si todos tos salarios fueran distintos enlonces no podriamos calcula~ 1t. moda. Si ltes ejecutivos ganaran 8 millones y otros tres 9 millones,

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entonces tenariamos dos modas. A pesar de que la moda es una medióa fáCil de usar, la verdad es que los sociólogos raramenta le. emplean porque es una medida estadistica.poc::> útil en muchas ocasiones. Una med'Jda estadística que se usa más frecuentemente es la media. La media se calcula sumando los valores que toma une variable y dividiendo el resultado entre el número de casos. En el ejemplo de los sala-· rlos, la suma de todos los salarios es 64 mmones. Si dividimos esta cantidad entre 7 (el número de ejecutivos), el resultado es 9,1 millones. Es decir, el salario meoio de los ejecuti- . vos en esa compaliia es de 9,1 millo- . nes de pesetas anuales. Esto es cierto, pero la verdad es que seis de ·Jos siete ejecutivos reciben un salar.o inferior a la media. La media es más úm como m~tdida de tendencia central cuando los valores están próxi· mos eotte si, pero pierda utilidad

cuando aparece un valor extremo (en est5 ejemplo los 1~ millones anuales del ejecutivo mejor pegado), que •tire• de la media hacia arribe o hacia abajo. La mediana es el valor que está en al maó10, el valor cant~. Se obtiene c~nando el 0011junto de los valotes obtenidos en orden creciente·. ·o d&eteciente y extrayendo.al que esti en el centro o en el medio. En el ejemplo anterior, la mediana 8,2 millones, porque hay tres ejecutivOS que ganan menos .y otros tres que ganan más. (Si en jugar de ser siete, los ejecutivos fueran ocho o.cuali¡uier otro número par, la mediana eslarra ·eñtre los dos. valoies éentrales.) En este ejemplo, el investj§<;_dor "p¡obá: b1emente utilizará la mediana para resumir la informeción acerca de tos salarlos de los ejecutivos da esa empresa ye que· la meOia le puede parecer poco t&presenrativa y excesiVi!/11ente desviada hacia arriba. s

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La medición es Jiempre algo arbitraria porque los valores que roma una variable dependen en parte de cómo se defina esta vari3ble. Operacionnliur una variable significa especificar con e..wcriwd qué es lo qut u va a mtdir. Si nos ponemos a medir o a asignar valores a la vuiable clase social,·por ejemplo, tenemos que decidir de antemano si vamos a medir los ingresos, el prestigio ocuoacional, el llivel de insliUCCión o cnaJoujer otra cosa; si ~m os :1 decidir incluir todos o Jólo aJgÜnos de esos indicadores; y, si lo hacemos así, cómo vzmos a combinar los valores de cade uno de eUos para :!.djudicar valores a la variable cl25e social. Cuando un investigador publica los resultados de su investigación tiene que explicar cómo ha operacionaliZ:!do cJda variable y justificu que és~ fue un:1 oper.:ciooali.zación.corre;;ra o adecuada de tal forma · que otros investi~dores puedan evaluu correcumente la validez de esos multados.

Fiabilidad y validez de las medidas P:!Ia oue un.a medición se:!. cientificzmeme útil tiene que Se< fiibJe V vi!ida. U.fiabiJfdad hace refere!ICÍU la C~/i"' - ... .. .;-.-:... ~

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dad dt los datos obrtnidos tras murida.s mediciones. Una medida es fiable si repitiéndose.el proceso de medición se obtienen los mismos resultados. Pero que los datos obtenidos sean fiables no implica-que sem válidos. Los datos son v:ílidos cuando mide~ aacramenrt lo qut ur.o quitrt mtáir. Hacer mediciones vüidas. en otras palabras, implica algo más que obtener los mismos resultados medición eras medición; implica obtener las mediciones correcra.s, esto es, medir lo que uno quiere medir. Por ejemplo, ima!inese que quiere -esrudiar el iúvel de religiosidad de una poblaciOO: esro es, la intenSidad de los semimienw; religiosos de esas personas. Una estrategia razoozble es preguntar a la g~te con qué frecuencia va a IilÍsi. Pero si lo hace as(, no esú midiendo exactamente el compromiso religioso, sólo está midiendo la frecuencia con la que la gente va a misa. Y las dos cosu son distintas: hay gente que va..a misa sólo por compromi~o social o por seguir un ritual; rniencras qpe puede haber otros, muy religiosos, que no van a misa porque es;1n en contra de la Iglesia como orpni.uci6n. Un'o puede haber obttni-

do datos muy-fiables sobre la asistencia a mi!a, pero aÜn tendrá que emple:~r tiempo y energía en demostrar que esos datos son suficientemente .váJidos para estudiar el grado de compromiso religioso.

Relaciones entre variables Una vez que se han con;eguido datos válidos ya es posi· ble esrudiar si hay algún tipo de relaciones entre- variables. El ide:ll del descubrimiento científico es encontrar una relación ~. de causa a efectO; esto es UD! relación en donde cambios en una variable causan :ambios en otra varie.ble. Una relación causal, pot poner un ejemplo familiar, es la que ocurre cuando una niña hace rabiar a su hermano b25ll producirle un ataque de furia. La ~ariable que prodJtct el cambio (en este caso, las bromas o las provocaciones de la bell!lant) se Uaroa ''ariable independiente. lA wuioblt que cambia (en este caso, el cambio en la conducta del h=tno} se llama nriable dependiente. Se llama a5Í porque los cambios en el valqr ·


de es mv:~.1·i3t>Le dependen dt los =bios _en el nlor de \a ,·!!rl!l:le independiente. ¿Por qué es Wl unporwue rcla· cionil! dos vlriables en !énninos de C3US3 y efect.o? Por· q~;e oermite baccr predicciones. Sabiendo que ~te un.5 con~:tión causal enn:e dos variables, y conOClen~o el valor de la vari~ble mdependicnte, podemos predet~r qué cQJ!lbios vsna ocurrir en la Otra varii!.ble. 11:1 Pero a la bm de imputtr una cone:ti6n causal entre dos ''ariab\es hay que tener mucho cuidado. Siempre está la tentación de deciJ que existe 'una relaci~n cnusal en~e dos variables cuando vemos que los =btos en~~ Vlt· nen acomp3llados de cambios en la otra. Por e¡emplo, oewria en algunos lugares en el siglo pasad~ ~u~ !Umen· mban los nacimientos cuandp venían las ctgüenas. P~ro de anu! nadie ;e atrevía a deciJ que existía una cone;uón causd corre ellos; esto es, que las cigilew ll1IÍliD a los nillos o que los nillos traían a las cigüeñas. Lo que ~urrla era nada mis que una coincidcncu, que se c~li~ por 00 el sol~!IIlicnto de dos calendarios: el calendano tlllgrl· torio de las cigUeñas, y el calendario rural, que marcaba (e) los tiempos en que se c:lebrab:lll 1~ fiesw Y las ~as {cuyo fruto se hacia evidente nueve meses m~ wde, J~· to cu:mdo venían las .cigüeñas). A veces es f~~ dcscubnr c-tt~tncl6n que uno está cometiendo un error: que. esm unputando·-.•• .ttO<Itnd&l uoa cone:tión causal entre dos vwables cuando oo bay < tal. Pero no siempre es tan fácil. Por poner otrO ejemplo, los sociólogos ~~o d~sde hace mucho ti:mno que hay m!s .delincuenCia ¡uvenil eo ZO!l2.S ~ b. ciudad donde las perso-:!i.S viven más concen· 1r.1das 0 hacinadas. Podemos operacionaliur esw, dos variables del modo siguiente: utilizamos datos del nume· ro de detencionts de jóvenes menores de 18 años ~ara (d) medir el nivel de delincuencia juvenil, y medimos el ru~el de conc:ntraci6n caJculando la media de metiO_s habtm: bies por pcrs003 en las distil!w IOru!S de 1~ c¡ud!d.. SI hace.-nos esto, comprobaríamos que las \'arJ~Ies e;~ r•lacion:IÓ!S: que a mayor nivel de conceotrl!l:IÓDo baCl· o.arniento p=e aumen!J!C la de!inc~c~ juvenil. P~ro ¿podemos concluir de aquí que el bacmi!IDicnto _(la van~­ ble in<!ep:.ndiente) produce una mayor. dc!incueocu (vmablc dependiente)? No necesariamente. Hay una correlación tnm do~ (o mós) vr.riablts- wando Clllllbios tn la 'UU: van ugurdos de cambios l.~ !os valor1s de la oua. E!ecuv:unentc, Yel como se mucstrS gráiic:!lllente e~ la Fi~~ 2.2 (~, la F'rvu"' 2.2 • c~rrelac!Cn y causa: un tjtmplo concentración residencial Yla delincuenctJ. ¡uvenil ~ cocrelacionadas porque son ~os varilbles que cmnoJan . w . Es•• relación M..l..íe mduC!COoS a.pensar ¡un ~ • yvwu . ni1.que p el nivel de ~cinamiemo causa la de!incuencm ¡~v7 ero nillos de estas iuniliu tiene;¡ mis posibilidad de enredar· ~tes tenemos que sverigllar si no hay o~ra vanaol~ o_ue, e se e;¡ una ciDcrl d:lic:iva que los de fi!lllilias ric:u o con su vez, c3use crunbios o v!rl¿ciones en esus ao~. D: mayor nivel de insli'Uccióll: En otnS p~ab~, puede _que_ bccbo, son !.zs familias con menos rc:u:s?s económicos y baya una relación entre delincuencia ¡uvenil Y. baC!D~- · - - - -de cualquier otro U?O las que suelen lll!~t!J!C :n zonas con miento porque ·esté operando una tercera variable, lJ - · · :·- _mayor índice de__f:gncentr!ción o ~~~oto.'( los

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cobren, que produce cQJ!lbios en les dos. Esto se puede ~er ¡¡!iicrunente en la Figura 2.2 (b). La. corrcl:cióo encre defu;cuencia y hacinamiemo puede que no 'implique, entonces, una relación cause!, de causa eíecto, sino que puede tratarse de una mera correlación espuri:t, una asociación aparcnrt ojals.:J mrrt dos (o IT'.ás) variables, causada por la inwvtnci6n dt orro 1•ariablt. D:scubnr una correlación espuria se asemeja mucho 11 rrabajo de un detective. Una u!cnica muy dtil es la del control, que consisu en jugar con una única variable (la l'ariablt de co111ro/) y vtr si u observo algún ctllllbio ln los rtlaciontS o osociocionls dtl rwo de variables tnm sí. En el ejemplo anterior, sospechamos que en la asociación entre concentración residencial y delincuencia juvenil está interviniendo una tercera nrioble: el nivel d: ingresos. Pnra comprobar si esto es cierto controlamos la variable ingresos, esto es, creamos subpoblaciones de familias con igual nivel de ingresos, y estudiamos si para cada uoa de esas subpoblaciones sigue habiendo una correlación enrrc concentración residencial y dtlincuen· cia juvenil. Si sigue ha~iéndola (esto es. si se muestn que procediendo de faroilias con el mismo nivel de ingresos, los chicos que viven en barrios m!s concentrados siguen cometiendo más delitos), entonces tenemos que admitir que, eiecrivarnente, el nivel de bacinuoicnto puede expli· car Jos niveles dt delincuencia. Pero si esta correlación deja de existir (esto es, si se muestra que procediendo de familias con el mismo nivel de ingresos, Jos cbicos que viven en hsrrios más hacinedos no cometen m!s delitos que Jos que viven en otros barrios), entonces podemos af.rm:tr que b correlación entre hacinamiento y delincuencia era una correlación espuria. Esto se puede seguir en l! Figuro 2.2 (e) y (d). De hecho, se ba demostrado que cuando se contrOla la variable ingresos, la correlación corre delincuencia y b:u:inarniento dcsao:~rcce (Fucher, 1984). · Para resumir, decir que existe una correlaci6n entre dos variables sólo implica decir que esas dos variables cmni:li:.n junw. Se puede mantener, al menos ientativamcme. oue e:tis;.e una relación causal entre dos variables cuando 'se cumplen tres requisitos: (1) cuando están cccrelacionadas; (2) cu:mdo los cambios que se observan en la variable independiente preceded. a los que se obscr· van eo la variable dependiente; y. (3) cuando parece que no bay uo3 tercera variable que muestre que aquella coal.eeión es une correleci6n esouria. Los cienúiicos nl!.lllrales (les-físicos o Jos químico;, por ejemplo) puedo identificar relaciones causales ere fcnna más iicil que los cicntfficos sociales porque trabajen en condiciones de Jaboroorio. En un. laboratorio es posible aislar muchas .varitbles y trabajar sólo c.on dos, tres, o les estricwneotc c~sarias (los químicos pueden controlar en el laboratorio la temperatura, la presión, Ja altitud, la humedad, e:¡:.). Esto oo lo puede ·b~ccr un

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sociólogo, que tiene que c.~trae: datos de la vid~ real, no (. de obje!os sometidos a condiciones de laboruorio. Po. eso muchos sociólogos ya consideran un éldto mostrar fr· que, al menos, han dcscubieno una correlación. Además,. , la CC>!Idl!cta humt.ill es tan compleja que ca su expüea-.1,$ ción pueden intervenir mulnrud de variables-que no sóiOW.~ son dif!ciles de coatrolu, sino inciuso de identificu: -

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O Los métodos de la investigación ___ so_c_l_ol_ó_g_lc_a____________________ ~, Un método de invt~tigar~ón ~·no plan siJte~ico para ~ lltvor adt/QJIJl una IIIVtsn[CIC!Ón. En·csl! SCCCJÓn vamos a . a baotar orevememe de a1gül!os de los métodos de inves· ~: rigación más empleados por los sociólogos. Es convc- .~ ni ente señ11ar desde un prinCipio que no hay métodos de investigeción que sean mejores o peores que ouos. No habiendo mejores o peores, sin embargo, si los h3y mé.s o· ~ menos apropiados para la investigación que uno- tiene A; entre manos. De la misma forma qúe un carpintero elige ~ la herramienta que va a unlizar parn realizar una tarea • específica, un sociólogo elige también lá herramienta o · método de investigación que le parece más apropiado oara csrudii!! Jo que se ha propuesto. ~

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. Contrastar una tiipótesis: el experimen(? La lógic3 de la invesrigllción cienúfica rieñe s~ mejor expresión en la t6:nia del experimento, un mitiXÚJ de invtsrigaci6n qne consisre tn aislar el wsiblt impai:to dt orras vanablcs uaro descubrir rtlacconts causales lnire las VOri'ablts tn las qut el investigador m6 inltrtsodo. La técnica experimcnul tiene como cbjetivo explicnr los fenóme:~os, esto es, no se cusca dcscr:.'bir lo que está ocurriendo, sino expli~ por qué OC'.ure otso que está ocurriendo. Los experimentos sirven para comprobar si una hipótesis es ciena o no, esto es, para contrasll!r bip6tesis . Una bipótesis es :m lnunciodo actrra dt lo .relación ~qo$ ;, Mis m ·, ' Íit ?u~ g; ~fGiVr::Q ' erÍftc:.Q.G.,COm· pr.obfar rj •s ,.;,"0 O "6.

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ldealment.e, para probar uca bipotesis se nguen tres pasos. Primero, el nperimenmdor mide el valor de 13 VL<itble dependiente; segundo, el i!lvestigador expone esta variable a la 'mablc inde¡¡eodicote; y por último, mide los cambios que ha si!Írido la vzriablc dcpeodicmc para comprobar si coinciden con el enunciado de. la hipótesis. Si coinciden, entonces ya se tiene alguna evidencia de que la hipóteSis es correcta.. Si oo coinciden, hay sos· pechas de que la hipótesis no es correC".a. Pero un cambio en la variable dependiente puede ser causado oor otras variables distinw de la variable inde· pendie:u~ coo la que se csá trabajando. Para evitar sos- · pechas de est.e tipo,los investigadores deben intenw con· ·

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crolu almá:timo posible la intervención de esos pr:ros fac.toces cx¡emos que pueden intervenir en el experimento.y resl2!le valideL Este conttol puede logrme ·más fácil· mente en un laboratorio diseilado espcdptament: pan este oropósito. Otta estratecña ,.. para neua:aliz.ar la posible a los sujetos en influ.enc1•a de iactores externos es dividir · dos grupos: el grupo t.tJ!trimtma/ y_ el grupo dt C0~9/• ''esúgador miele el valor de la variable dependiente El Ul c~da uno de estos dos cmmns, pero só_lo expone al gru· en .... -..ex-rimenu! a la vañaQie independiente (el ~de DO .... conttÓlsólo queda exp~esto a un ~<placebo», un_sus¡:i~to que se sabe q~e no tiene efecto. alguno). A c?nunuac1ón, •1 investitador miele los cambt<tS_en la v:mable clepen· •· - ·- - · • · diente que se han -operado en los dos ¡rupos. La _influencía de cualquier_otto factor extefliO queda neutralizsda en cu:mto que ambos gntpos hlln sido ig¡;a!m~te e:tpu~tos ~1. En otru palabras, el grupo ele conttol ruve para oes3 c;ar.ar la influencia de hctores externos. Al comparar los ca.nÍbios en la variable clependien!e anteS Ydespués del experimento. el investigador esti en condiciones cle-d~ r ( · h al ) obs d se debe exclust que el e,ecto n ay guno erva_ 0 . . • vamente a ¡1 interYentión de la -vanable independiente que se ha considerado. . .• · . . d al co ducta o sus res Pero 1as personas pue en terar.su n . .• puestas simplemente al s~berse obervadas por,e~ uwesu--' ·• ex,....rimento clástco de la gador, w como_oc~o en un r. ;ociología. A ñnales ele la década d~ los tteiDta, la West:m aec'tric ComptnY conttató a unos investigadores para que estudiaran la productivi~d de los ~jadores de la fábrica de Hawthorne, en Chicago (Roethlisber¡er Y. · · tía averion•u si El ~ento consu en Dick.son, 1939)•·.•. :>-: aumentando_la )UIIlÍQO~Ífla~ ~;ull!~!!c~!.l~ p(OÓUC.f;!Y.Ulad. ..Para con~tai t-i~ bi~tesis, Jos in~estigadores midieroo la ptoducti~idad media ele los trabajadores (v~bl_e dependiente), luego comenuron a aum~otar la lummoSl· .d.ld de la sala de tr3bajo (v1!fia~le _independiente) y a medir si, efectivamente, se había producido un inCC"'...menen la prQducti,i dad. Sí se produjo, confirmando la 10 hitxítesis. Pero cuando el equipo~ investigación co~ozÓ i't;<iucir la III1!Únosidad de la sala de ll:!bajo, la productiv'ídtd no bajó s_i¡¡o que aumentó. Est9.contradecfa la hioótesis. Finalmente, los invesú__gadores descu)meron q~e tos trabajadÓres aumentaban su ,PfOÓUCth·i~d (mcluso cuando se reducía la lummosidad) potqUe se sabían observados por los investigaciores y seleccionados .sobre el reHo de los trabajaáores de la fábrica. Este expmmeodio origén alo qUe se llama el efecto Ha1rtborne.. que 10 hace referencia a los CO{I'IDios qau se producen tn la conauaa aeun individuo cuando lsrt sabe que esrd siendo observado. Veremos más ejemplos ele este método de in"estiga· ción en el Caoirulo _7, cuwdo bablt!!!os de los e~meñiós de SWtley Milgnin acer::adeltema óe la canfor-

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Hacer preguntas: encuestas, cuestionarlos y entrevistas La entutsta es un métOdo de investi¡ aCión que consu~ en obcentr respuucas 0 uno serie dt pr~tUII!OS jormulo· · Es!e es uno ,... •· 1.os das por medio de un cuesrionor:o. ~ métodos de investigación más empleado por los SOClu· logos, y es especi8lrnente útil para estudiar actitudes :J -· atencias, como las opiniones rebgiosas o polincas, o 1as di d actitudes racÍ!tas, por ejemplo. Si bien por me o e 1as bl encuestas se pueden obtener datos con los que es post e intenw- descubrir relaciones causales ·entte variables, en muchas ocasiones las encuestas tienen un objetivo puramen!e descriptivo, como cuando se ttata, por ejemplo, de · describir las opiniones de la población acerc:l de un tema, o de examinar las intenciones de voto.

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Poblaciones y muestras Para hacer una encuesta, hay que tener muy claro cuál es la población que se va a estudiar, esto es, 1as penoNJJ q"• son obiero dt la inve.rtigación. En la investigación de ~ ' Lois Benjamín, sobre la que ya hablamos al principio de este capírulo, la población era el conjunto de noneimerictnos de raza ne_m que habí:m conseguidQ éxito en su d vida profesional. Por poner or:ro ejemplo, ~ 0 se trata de ••tudiar las intenciones de voto, la población a la que ~ hay que hacer pregunw son las personas con derecho a voto. De la misma manera, si se quisieran .estudiar-l: 2 opiniooes de los estuditntesl ele unblac ~"ersi-~ a~ d la calidad de la enselianz.a, a po 100 es ca conJunto e los estudi&n!CS de esa universidad. •

Sin embargo. preguntar • milloo.es (en los estudios sobre intención de voto, por ejemplo), 0 a miles de penonas (en .el estudio soDre la universidad. por ejemplo) es algo que ni siquiera el sociólogo más infatigable Ycon mis re.."U!SOS de inve5tigación puede hacer. .'\.fornmadamente, existe una alterntti.va, que consiste en obtener datos no sobre toda la población, sino sobre una muestra, esto es, sobre uno parte tk la poólaci6n que represemo al conjunto de esa poblaci6n,. Por ejemp_lo, en los_b~me· IrOs de opinión que elabon el Cenr:ro de Invesu¡¡ac¡ooes Sociológic:1S. en doÓde se pide 1 los e:urevi.su.dos que e.-q>resen su opinión aceres de temas muy divenos, se pregunta sobre estos t~mas a unos 2.5~ individuos, cuando ~o España vjven cerca de .10 millones de per· senas. Aunque el término "lllUestn» le puw parecer exli:lllo, en reatidaa todo el mundo está muy acostumbrado a utilizar la lógica delmues:r-...o. Uno entta en el aula, se sienta y ~píen a~ a su al~dedor. _Hay cuatte o cin· co C!lmpaneros m~ adortDCQdos. ~no ~ede pensar que la clase .está stendo un poco abwn~ s~~o llega a

vmdo que algunos compañeros están aburridos, infiere qu: tocios están abuuiéodose. ¿Pero cómo podemos saber que una muestta representa fielment~ cl total de la población? Una forma U de conseguir esto es construir muesttas aleatorias. na muwra alearario es una muestta en lt que toda Ja población tiene exl!CUI!Dente la misma posibilidad de formar parte de la muestra. Si se obtiene una muestta de esw carac¡erísticas, las leyes esadfsticas nos d:m garantías de que, con un cierto margen de error, los miembros ele la población incluidos en la muestta represen tan al conjunto ele la población. Los sociólogos acostumbrados a htcer encuestas saben cuáles son las estr3te. . aprop1adas para obtener muesttas r~presentativas. eg1as aminar pt'r 1a talle Ypregunw al primero que se cruza con uno no es una estrmgia licita: no todos los habitantes de la ciudad tienen la misma posibilidad de cnw.rse con nosor:ros Yde responder a nuesttas preguntas. Tambi~n. es muy posible que utilizando esta esttat~gia el entrevistador termine preguntando sólo a áquéllos a Íos que le m rece que van a -<nnMer!e amablemente. ASí ilo r·-l"'"v ~ se obllenen muestras representAnvas, sino sesgada.s y, por "!o ll!tlto, inútiles para el ttabajo científico. Aunque no e.r fácil obtener muesttas re.oresentativzs de una poblaCJón, uno ahorra tiempo y dinero óe in"estigación traba)' tndo así. TrabriJ' ando con muestr3S, no teo.emos · que intentar localizar a todos los miembros de una población, y vamos a obtener_los mistiios datos útiles para la

~vestigación.

•· Cuestionarlos y entrevistas

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Obtener UD1 muestra es lo primero que hay_que hacer cuando se quiere obtener información óe un núméro el'e· \'ado d: persool!. Lo seiundo es planificar muy bien cómJ ;e van a hacer esas preguntas y a analizar las respuestaS o Jos dasos obténidos. · · Un cuestionario es un li.srodo d~ prtgUII!as a las que se espera COflllSil ti mrrevi.rrado. Las preguntas oueden ser ele formato cermcio o abieno. ·Las prime.-is soñ aqueJlas en las que sólo se le permite•aJ enrrevistado elegir entre una serie de respuesw (Como en los exámenes tipo teSt). La ventaja cOn este tipo.de pre¡unw es qUe luego resulta más iácil analizar las respuestas: Pero hay una cfes,·entaj'-t y es qut el entrevi.stzdo pueóe Verse fonado a dir una respuesta ton la que, en re:iliáad, no esti muy· de acue.róo. Con las prtgucw abicrw los entrevistados pueden expresarse en sus propias palabrm!. ET problema es, sin embargo, que luego es mucho más áifícil tratar o clasificar lt enonne diversidad ciett.spuestas obtenidaS-y sus ·matices. ·. • Los cuestionarios se pueden·preparu de fol'llla que el enrrevistado pueda rellenarlo ·a solo y·dar'iis re$puesw

es el caso de las encuesw por correo. Se pide i!l destinawio que rellene el cuestionario y·lo devuelva al equipo de in"estigactón. Dado que el enrreviswlo tiene que rellenar él solo el cuestionario, hay que tener cuidado en que esté bien escrito y las pregunw no sean confusas. También la presentación es importante. El cuestionario tiene que ser atractivo, para que el enttevistadO DO sé-&bU· rra antes ele complew-lo. Para tener algunt garantía de que el cuestionario está bien hecho y va a funcionar, los sociólogos suelen enviarlo a un reducido número de perso nas anl!s de enviirselo al conjunto de la muestn.. Esto es lo que se llama un pwe.rr, que sirve para evitar encon!r11rse con problemas para los que ya no hay remedio. Con los cuestionarios por correo (o por correo electrónico, como algunos ya hnn em~z.ado a h!cer), el sociólorgo puede contatw-, con ·el poco dinero que cuestan los !ellos, con un número elevado de penbnas que pueden "i~ir muy alejadas entre sí. Pei'o·tiene una óesventaja: muchas veces la ¡ente no 'hace caso de los cuestión.irios que recibe por cocreo y se deseñtieode. En general, sólo suele ies.oonder la mítad de las ""•so_ñas a las que se !U renvfa el cuestionario.Algo que se suele hacer entonceS es enviar de nuevo el cuestionario a aquéllos ~e no respcindieron, ro_2índoles que esta vez lo hagan. · Por último, wobién hay que tener en 'cuenta que bay n.orsonas que no puetlen rellenar solas los cuestionan·os. rLos niños, por ejemplo, no pueden; pero tainjxx:o algunÓs enfermos o las personas que no tienen el suficienie nivel de insaucción para poder entender y rellénar un CllesÍionario. ·. . • En la entre\ist:l el investigador hace las p;tg~ras dirtcromtntt. U5 entievistas pueden sér más o me·oos estJUCturaclas; esto es, el investigador puede intentar -seguir un guión de pregunw, preparado de antemano (entreviStaS estructuradas), o puede pennitir que e1 tntrevis11do se' e;;playe coi:t más libenad, procurando, por supuesto, que la coovenl!ción no se desvíe bacía or:ros temas ajenos a la investigación. En clialquier caso, el entre~istador tiene que esion:arse por mantener las dis· tancias y evitar gestos, IDÍr.1das o 'palabras que pue:ltn influir en el entrevistado y sesgar as1 sus respuestas.· · Las enrrevisw también se oueden 11acer de' !m modo más informal. Aquí el entrevist!.dor no intenta distanci:llse, sino acerCarse al entrevistado y ponerse en su fugar. Ene es el tipo de entrevistas que se suelen hacer e.n los trabajos de campo, una ttcnica de investigación óe la Que babjaremos mts tarde. B objetivo es éonsegu.ir qU'e.. el enuevistado converse libremente con el in,·estindor. Para ello no se necesita guión previó ele pre~w. pues de lo que se tt!IA es de crear el c;tima más favortble pán que la convenación se de.sirrone espontinemente. Esre tipo de eorrevista es elm!s apropia'6o paia ób!ener _un entendimiento profurido de las exnéiienCias o de las

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més pe:sonnles, como en el ctso de la investigación de Lois Benj:unin. u; encrevisras suelen gr-barse. Esto gar~riza que no se va a perder información, aunque Juego resul!e costoso y complicndo organizar y analizar la información así obtenida. Hay más probabilid:d de que un individuo responda 1' las pregunU!.S del investigador CUlOdo és1e esti presente. Pero ponerse en comacto y visitar personalmente a todos es muy costoso en términos de tiempo y de dinero, especialmeme si viven alejados entre sí. También se pueden hacer encuesw teleíónicas, pero la .,frialdad» de· es1e método tiene umbién sus desventajas. En cualquer·caso; unro en los cuestion~;os como en las entrevisw es .imPOrtante 1ener cuidado con las onlabras con l.ls que se formul:tD )35 pregumas. En m~has ocasiones, la misma pregunta formulada de forma distinta puede animar a los encuestados a responder también de forma distinta. Por ejeniplo, cuando en Estados Unidos se pregunta a la gente si está en conE111 de que los bomosexucles sirnn en el ején:ilo, la mayoría contesm que lo es-.á.· Sin embargo, cul!lldo se le pregunta si el gobierno debería impedir a Jos homosexuales que entren en el ejércilo, la mayoría dice •no» (NORC, 1991). También pueden C31Dbiar las respuesus si las preguntaS tienen una.C!!Iga emocion21; es1o es,.si se intenta apelar a t3les o cuales sentimientos de los entrevistados. Es distin1ó, por ejemplo, utilizar la palabra «abono• o la expresión «libre inlerrupción del embllraZO». Otro error es formular una oreguilla haciendo ver :U encrevistado cu:íl es la respu~sta que ;e :spera de él. Por -ejemplo. si se pregunta «¿Esrá di acumio en que la policía reaccionó correctamente?» probablememe ob1endremos más respuesw' positivas que si se pregunu o¡,¿Qui pitnsa de la reacción de la policla?» Por poner otro ejempio, si en lugu de la expresión «Se deberla prohibir tal cosaJt,.se utiliz.lla expresión «no se debería permitir w.COS;l>O, posiblemente el número de. personas que se manifiesillll en contra tie-esil cosa aumenta (Rademacher, 1992). · Por ú!tirno, hay que evi~ pregunw confus~ y que dan lugar a respuestES confusas. Por ej~mplo, C'~ando hacen pre~ del ripo «¿piensa que para reducir el déficit el gobie;no debería. reducir gastos y aumentar impuestos?,., El problema aquf es que muchas personas pued!n estar de acuercio con una pane del enunciado (que el gobierno deberia reducir g;J.Sros, por ejemplo), pero no con la ~ 6 medo que sus repuest3S, oositiv~ o neg:ttiv:!S, no dio muóa i.oÍcrmación sobre su verdadera opinión !.1 re"specro.

los nonee.meric::mos negros {o «:Úroameric~os», como se les denomina en Esudos Unidosj oue han lomdo oiunfar en su 'ida frofesional. En contra.de la opiniÓn de otros in\'estigadoret, Lois Benjl!IIlin pensaba que el éxito personal no neutra.liuba o anulaba los prejuicios raciales que se tienen contra esw personas. Su propia e~periencin personal, como única prnfeson negra del Depanamento de His1oria de la Universidad de Tampa, confirmaba su hipó1esis. ¿Pero en ella WlA excepción a la regla? Para responder a esu preguma Benjamin ~nía que averiguar si, y en qué medid3, los prejuicios racisw h~bfan ~do alg~ influencia en la vida profesional de otrns persoll.'!.S de color. Para averiguulo, 1enía que pregumar a otras personas sobre S\!5 experiencir.s. Antes ql!!: envil!l' cuestionarios por correo, Benjamín op1ó por la técnica de bs entrevistas personales por dos razones. En primer lugar, quería conversar cara a can con esas personas a fin de indagar con m~ profundidad en las cuestiones más rel.evantes y poder así bzcer preguntas que quizá no se le habrían ocuIrido de :lllternano. En segundo lugar, sabia que estaba estudiando un asunto complicado y que iba a tener que tratar 1emas person2les: el tipo de temas que la mayoría de la ~en~ tiende a evitar si no es conversando con alguie;que les ofrezca cierta confianza. Y Benj!lfllin pe:~­ saba que en una conversación cara a cara seria capaz de animar a esas personas a hablar abienameme sobre :ésos temas. La decisión de hacer entre•:isw imoliciba reduCir él número de pmonas que iban a panicipar en el esrudio. Benjamin pensó que cien= suftcientes. Dedicó más de dos años a hacer las entrevis¡as, viajando de un lugar a otro del país. y otros dos años a transcribir las cinw. a analizar tocia la información que había conseguido y a redactar el informe de la investinción. En un principio Benjamiil pe;só que podla selec~ionar a esas cien personas utilizando el Who is IVho in Black .4muica, que, puede decirse, es un listado de la población objeto~:: estudio: personas de color que hnn destacndo en su vida profesioo3.1. Con ese listado podía haber ;eletcionado :Ue:toriamente a cien personas, eSto es, podia haber obtenido lll!.2. muestra representativa de la población que se quería investigar. Pero optó por otra estraiegin. Decidió empei:!r a entrevistar a personas de su enromo, quienes, a su vez. sugerían otras personas que también podlan ser enuevisudas. ESte método de selección se llama bola dt ni~t.

Seleccicnu person~ según el méroóo de le bola de nieve puede facilit!! la invesripción: el investig~dcr comienz:! a obtener información de personas próxime.S, Un ejemplo: la inve~tigaclón sobre la eli~e que, a su vez, pueden facilitar otras entrevistas con per;oafroamericana nas que ellas conocen. El problema es el de la representa· Empez::.mos este capímlo ):¡ablando ¡le la investigación de . tividad. Las muestro conseguidas mediante es:e método Lois Benjarnilrsobrdonfccros-dehaci.smcno·la-vidrde-- no·son represenwivas:·En·eh:aso de-la investigación de

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Benj:uni.1, muy probablemente los emrevistados iban a sei'.aler a ocr:u personas con opiniones semejanteS a l;J.S suyas y, por supues1o, a personas.dispuesw a hablar de te~~ tan persondes. Para corregir este problema, Benjar:un m~ntó que en su muestr3 figuraran personas de disnnw ca1egoñas, en té:minos de edad, región del oaís género, etc. En la Tabla 2.1 se resumen dgunos.dal<is d~ la muestn. Ames de em.pezar la entrev;ista, Benjamin ya renía preparadas un. sene de preguntas, pero no siguió un guión preestablecido. Preíerla que Jos entrevistados habiaran libremente según el cuno de sus experiencias y recuerdos. Benjamin decidid grabar las entrevisw (que solían durar .entre dos y tres horas) para no tener que interrumpir el fluro de !¡¡ conversación toma.ndo oota.s. Entrevistó a esw personas en sus oñcinas, en hoteles, en el coche; en donde era posible. Después vino la t.e.\·t:a de transcribir unas 300 horas de conversación. T~ c?mo e.ti~e la ética.de la investigación sociológica, B.enJam.m ofrec¡ó el anoll.\lllalo a todos los enq;evistados. Sm embargo, muchos entrevistados, incluyendo personas

sometid";S :U ojo públic_o ~omo Ve."lloo E. Jorc!.an Jr. (antiguo pres;deme de la Nauonal. Urban Le~guej o Yvonne \V3ll(e:-Taylor (que fue la primen rec1ora de la Universidad d~ ~ilberforce) rech3Zllron esta oferta y pennitieron aBen; ll'lllll que usara sus verd!deros nombres en el informe fin.11. . . Lo que más sorprendió a Benjamín fue la disposición que mostraron estas personas a ser emrevistadas. Generalmente muy ocupadas, estas personas eran siempre Clpac~; de enco~~ un hueco en la age:ula para hacer la entrevma. Benjamm. también cuenta que en. :Ugún momen1o de la entre1~sta muchos-entrevistados, cuuema par~ se: exactos, no pudieron comener las 14grimes. y se pus¡~roJ a llorar. Ero evideme que par~ mucbos de ellos la enD'Lvista se .ha~(a convenido en una.ocasión para revelar sus seoU!ll.lenlos y expresar sus frustraciones .. ¿Cómo respondía Benjanain a esta exteriorización de los semimiemos? Cuenta en su libro que ella reía, pensaba 0 lloraba con ~as personas. Pens110do sobre el grado de compenecrac1ón que habfa·aJc=do Benjemin con es ras personas, uno puede pregunwse si un in.vescigador de


Tl!ll blanc:!. u otrO que hubiera preferido hacer enaevis~ forma.les habria sido capaz de reaü= esta investigación. Como y:!. hemos dicho, otrOs investigadores habían concluido que en las llltirnas décadas los afroamericanos bebían hecho grandes evmces. La investigación deBenjamín cua!iñca este tipo de cooclusiooes al advertirnos que la vida diaria de incluso aquella minoria de afroamericanos que habían conseguido cieno !xilo profesional ;eguia marcada por el racismo. En las ena:evistas, muchos de ellos decían temer que los prejuicios. raciales termilluan t.mtinando sus éxitos profesionales; otrOs que no pudieran se¡uir progresando en su cmera, pues les parecía que Jos prejwctos racta.les ponían un lecho o un tope profesional a las persones de su raU. En cooclusión, Benjamín mantiene que, a pesar de las mejor:.s conseguidas eo Jos últimos años, los negros de Estados Unidos siguen experimenWldo ~ivamente la hostilidad racial. Y, más imponarlte, que ni siquiera los miembros de In elite profesional del pais pueden ahorrarse esm hostilidad. En su informe dé invesligecion, y de.spu!s de haber mostr.ldo que sigue existiendo en Es13dos Unidos una •divisoria r3ciaJ,.; Benj3.min dedica algunas llneas a de-

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cimos que esto deberla cambiar. Siguiendo el ejemplo de uoo de los pioneros de la sociología ;unerican¡, W. E. B. Du Bois, tarnbiw de rua negra (y dd que hablaremos en el Capírulo 12), Benjamín afirma que la investi¡acióo no sólo sirve para aumenur nuestro conocimiento, sino que tamb1bl debe servir para mejorar las \ÍÓ:.S de les perso01.! que esrudiamos (y, quiú, nuestras propias vidas).

01!'35 culruras. Los

La observación participante La estrategia de investigación más empleada en lo que se llama el trabajo de campo es la observacion participante, un método que consiste en obsuwu sisremdriccururue

o las personas no túsdt fiura, smo dtsdt denrro; esro es, participando en la vida y las T'llrinas dt esas personas. Se puede emplear este método para estudiar desde un seminario religioso hasta una pella de amigos, a fio de obteOer un conocimiento mlis íntimo de la vida social que se desarrolla eo estos Jugares. Los antropólogos culturales son los que ~emplean este méltxio de investigacioo (que ellos llaman rrobajo de campo) pan. estudiar pequeñas comunidades de Otr.IS sociedades. También utilizan el término emograf.a, para referirse a est!S :!escripciooes de

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eso es imoortante aorander a ieer tablas. Lo Primero que hay que hacer cuando· uno se encuentra con una tabla es leer el título. El título de le Tabla 2.1 nos indica que en la tabla vamos a ancontrar lnformaélón acerca de :Os irxiividuos que componen la ,· muestra del estudio de Benjamín sobr!lla e6te afroamericana, del que ya hemos hablc:do. En la primera file, en negrita, aparecen las ocho variables qúe Identifican a los miembros de la muestra. En las columnes, y oarc caqa una de eses variaD!~. se clasffica a ases personas por dlsuntas categories, y se señala el porcentaje corresponóiente a cada una de . ~s~tegorias. Puede comprobarse que. sumando ·los porceñtejes. de c.e~~ colur:_ir.a elrésultado es l 00, .

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SI leernOs le tabla de izquierda a

tivos). Dedo el elto nivel de estuo"IOS

derecha,·. comprobamos que en la·· -de estas persones no es de extrañar TI)UeStra. de B:ec1anlll hay más 11om- que-muchos trabajen en la unlvers~

bres {63 por 'ciento) que mujeres (37 dad (como la misma Lois Benjamín). por ciento). En términos da edad, la En términos de Ingresos, podemos mayorfa de las personas de la muestra comprobar que se trata de personas (el 68 llOf ciento) tienen edades com- privilegiadas. El 64 por ciento llene prencidas entre los 36 y 54 afies. unos Ingreses anuales superiores a Podernos ver también que le maY9rie los 50 ¡nll dólares wuales. Sólo el14 de estas personas pasaron su infancia llOf ciento de los norteamericanos sn barrios predofnlnantemente negros, gana esta cantidad de dinero: y en el sur x en el nortefcentro del pafs. Por úlllmo, es interesante ver que, · Puede ciomprobarse también que, en cuanto a sus orientaciones poliUefectivemente, estas personas perte- czs, estas personas parécen inclinernecen e la errte profesional. Un tercio se hacia le Izquierda. En parte, esto Uen& el·dodotldo, y carca de ur.a se puede expfar porque le mayoría quinta parte ha conseguido el tilulo tiern! un alto nivel de estud'IOS y dan para eJercer como abogado o médico clases en la universidad (tradicional(para empezar a estudiar medicina o menl!, los profESores unversitarios derecho sn Est2.tics Unidos une americanos suslen tener unas posiantes tiene que terminar una Qcencla- ciones más a la Izquierda -<1 liberatora J SUOerar unos exámenes selec- fe.••- que 'el fcSlO Qe le población). l1l . . .. .

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sociólogos prefieren emplear el térmivaci~n .participante y las tnl!'evisw en prof\lodidad no obunación parricipa!!rt. . reqweren poco ll'ltamieruo de datos numéricos. No son Cuando comi~nun su in~esog1ci6n y llegan al Ju~ar méto~os cuantitativos de investi~ación, en dood: ti que van a _estudiar, los sociólogos suelen tener generallm•tsrrgador u propone obtener y ana/i;or do¡os r¡umlri~ente. una.•dea muy vap cie lo que van a encontrar. Esw cos. Algunos sociólogos desconfían mucho ·de. estos mvesog!cJones suelen ser v:plormonas y túscriprivas. métod~ •blandos» como la observación panicip~re o la ~ue~e que. el mvesrigador llegue al lugar con una hipóteeotre~uta ea profundidad. P.ero la investigación cualitatiSIS aetemunada, pero es muy posible que una vez allí no v~ se ha hecbo mú sistemática y rigusosa en Jos últüños tarde e_n descubrir cuáles son las preguntas verdadera~;"OS. Han aparecido incluso algunos programas inforrntmente IID!_Xl~tes a las que hay que intentar responder. nco~ ~omo. Th~ Etnographtr y NUDISJ que permiten un . Como mdicl su .nombre, la observación participante análtsts mas nguroso de Jos datos obtenidos por estos ?ene ~os ~ o Jaaos. Por el lado de la participación, el ~ét~os. Pero t2mbibl se puede argumentar que¡¡ .ioveslllVC~o¡ador llene q~e esfo~c por tener 1~ misma persogact6o cualitativa,.cuyos resultados Lanto dependen de p:co_va que los -:maovos•: Y esto sólo ~e consigue parricilas o~servaciooes e impresiooes personales del .investigaP.~O en sus llllS_mas acnvidades: trabajando ~on ellos y dor,_ nen_~ al_gu~as ventajas. Por ejemplO,.mie{ltras que un s1gwendo sus ruW!as h:!Sta llegar a sentir como ellos. Si equ1~ OIS~tplinado de investigadores dedicado a r~panir comparamos este método con el método experimentAl o c~esoonan~s puede ioterlerir o trastornar el tiPQ de n:lala encu:sta, la obse.-vación p;uticipame parece mucho tlones soetales que se quiere inv~tiS&f (recuérdese e} menos n~~osa, en el sentido de que aquí no valen reglas efecto Hawthome), un. observadQr participante puede ser o procedinuentos .~recisos o invariables. Pero es precisa,. capaz de entender mejor las actitudes y comport2Iiúq¡ros mente esa flexibilidad la que le permite al investigador de las personas que se está!¡_ esrudiando. . ,_ C.lplorar algo con lo que no suele esllr familiarizado en absoluto, Y adaptar consecuentemente su investi2ación. Un ejemplo: Street Cornef. Socfety Por el lado de la observacióo, y a diferencia <k otros métodos de investigación. este método exige al investigaA finales de los años treinta, un estudiante de dOCtorado ~or que se sumetjl en aquel !ugu o escenario social no de la universidad ~ Harvasó Uamado Wllliam Foote aur:mte una o dos semanas, siDo durante meses o incluso "-'b~'te se quedó fascinado con li!..vid! Y. e¡ b;ulicio de un años. Durante la investigación, sin embargo, siemtm bay b"'?~ un tanro deteriorado de BostoO: FJ.na!Úieñie· st qu~ mantener alguna distancia, que es la que pcn;ute no dectdió a estudiarlo. Esto le supuso cuatro años de obsérolv1dar que uno es, ante todo, un observad_or, que está a!Jf vnción participante en el barrio, al que llamó «Coruen~­ para grabar mentalmente lo que está OCwrienda V evenllCJt. El resultado de aquella investigaciÓn es 'üit-tefto·Ciátualmente, para inteo~ explicarlo. Se puede -~~reciar sico de la sociología. emooces que bay una Cierta tensión o contradicción entre En aquellos años, Comerville era un barrio de inmi1~; ~os principios: entre panicipar. desde dentro· eo la grantes italianos de primera y segÚ¡¡d¡¡ geñecacióo. l'tda Y ru~ de los sujetos que se están estudiar:oo (lo Muchos eran pobres y viviao con pocoS n:cursos, -.~ dife: que pe~te ganuse su coofianu y ac:ptacióo),_Y, obsérreDCll de Jos ricos bostonianos con los que Wli~ es-tat>~ var des~e ~er~ (para mantener la distancia'que requiere a~ostumbrado a tratar. En Boston se JlC!ISaba que Cornerel ~baJ9 Científico). 'La forma de resplver esta tensión es vill~ era uno de esos barriQs !jUe. era mejor. evitar:. ~ medtante una serie de compromisos. Peso no bav una banio pobre Ycaótico, con ClSjiS deteri<>Bdas y babiWio re:ctlmigica al respecto. por personas de mal vivir. Wh}-.e oo dio cr!dito a estos . A dife_rencia d~ ~os Ii!étoc!?s de investigación, en la estereotipos y decidió descubrir por sí mismo cómo •ioosen·ac¡ón paruClpanre el- sociólogo trabaja solo. La · víao sus babitanres. En su libro Srrw Comer Socitty obs~rvación p~ci¡iante no es una técnica de ~bajo en (1981, ed. orig., 1943), Cbrnervi!Je se nos ií:tuestradcUoreqwpo. El soc•ologo depende de sus propios recursos y ma totalmente distinta: como una comunidad al'tauiente sobre todo de su intuición. lo que hace que Jos resultados ~strucntracia_y orga.nizada. con su propio c@go devalode su mv~tigación dependan, ~, último término, de las res, sus propw peuw de intaaccióo social y.sus conflicmt7'--pr.e!Ztlones que da de UD:!S o'bservaciooes que sólo él tos oerticulares. ha nec:Jo. La observación participante es. por esras rur>Una vez decidido a esrudiar ComerviUe 'IYbVte ruvo nes, un método cualitatiYo de investigación, esto es-un -que decidir qué méttxio de investigación L ~~Jear. mi:odo <n tlqu< ti ifrVurigtuicr obiient daros subjerh:os Podía cieJar montones de cuestionarios en Jos ce'ntrOS ~ no da:os _nwnlricos. _(El métOdo de las entrevistas ~ sociales o de reunión del banio y p:dis a la gente Que los pro~dtdaa, como las que hizo Benjamín en su invesri- · rellenara.. También podía citarles en su desptcbo e~ Har¡acton, rambié.1 es un métoilo C:ual.iwivo.) A diferencia vard para ~r enaevistas. Pero es ficiJ c:ompreotler-que del mé:odo experimental o de los cuestionarios, la obsercon estos metodos formales de investigaci6o no ~ ·

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La lnvestlgeción sociológice

Uegado muy lejos. Así que decidió meterse en !1 vida del b;,rrio v obse."'·arle ~s~ den1ro a fm de ir descubriéndolo poc~ a poco y de entender la vida de sus gentes. Pero no tardó mucho tiempo en darse cuenta de 1ns difi. cu!llldes que entni\3. empe:w siquiera una in~estigacióo de este tipo. Después de todo, un ang!oujón como él, esrudiz.me de Hl!f\•ard y de familia de clase media-alta no encajaba demasiado bien en el barrio. Promo descubrió que las fónnulas de conesra y educación que empleaba para imeruar contactar con la gen~ del barrio el'l!ll contraproducentes. Un dí3. Whyte entró en un bar con la inten· ción de invitar a una. chica y, así, empe:w a- hablar del barrio. Pero sólo había hombres. f. los pocos minutos pensó que su oporrunidad había Uegado cuando vio entru a un hombre acompadado de dos chicas. '\\'byte se !es acercó: cPerdóoenme, ¿les imporurí:l si les acqmp21io?» No tardó mucho en dme cuenta de que h~tbú cometido un

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H"bo uzi momt:~to de si!tncio y el hombre empezó a minnne fijlillente aJo¡ ojos. Se ofreció 1 tirarme por l:u escaleru. Yo le aseguré que no e%'3 n=:rio, y re lo c!tmomt ala !IU}'OC rapidez confuldo esctler:u aoajo sin ayuda de oadie (1981: 289).

de que lo impor.llllt= erasaber cuindo podí!.lublar y cu~ do se tenh que callar y limi;me a rnimr. Una wde se unió a un grupo de persvnas que mab:tn dis;:utiendo sobre algo relacionado con las apuesw ilegales que se hacían en el barrio. Que.ric:ndo saber:!! momento qué m exacwnente lo que esll!ba ocurriendo, \'r'h~'te preguntó inocentemente a alguien del grupo: «Imagino que ya ~is sobornado ala policía ¿verdad?» La reacción fue la siguiente:

enricuecic!o enormemente nuestro conocirnieoto de muchas"socied.edes '! grupos hummos. Los datos yc. disponibles: análisis de datos secundarios e históricos

No siempre es necesario recoger los datos uno mismo. A veces los datos ya están disponibles. En este caso los investigadores hacen anilisis de datos secundarios, esto es, st mi/izan para su cr.álisis !os daros que orros inve.rri-

Esa persaoa se quedó coo la boa tbiena y mirindome. Despuls de un rnomen10 aiirmó mLoy entr¡ic!!llltllu qu lUiiie h:oia sobortUdo a ningún policía y camoió ellem& de converuci6n. Yo me sentí muy incómodo con esa ¡ente el ;esto de In tud:.

gadorls 11 organitacionts han recogido. Las fuentes de d~tos estad!sricos más utiliz3dos por los sociólogos suelen proc~der de los bancos de datos de orunismos oñcieles. El n-.'E (Instiruro Naciorui de Esta· díStica) tiene b3.Ses de datos sobre población, consumo y rentas de las iamilias, etc. También, el CIS (Cenao de L'lvestigacione.s Sociológicas) tiene muchísimos datos sobre !ctirudes y opiniones de los espalloles 3cerca de los temas más diversos, desde la loteria hasta la ideología política. Tw:nbitn hay fundaetones y organiiaciones·priv;tdas que se dedican a obtener daros muy valiosos para la investig9ción sociológica. como las encuesras de C1RES (Cenuo de Investigación sobre la Realidad Social), las eocuesras oue sirven de base para b. elaboracion de los informes FOESSA, etc. A nivel europeo, teaemos los b:tncos de datos del EurostaL _,.nivel global, organizaciones como el Banco MWJdial, el Fondo Monetario Internacional !a O?\'U tienen bancos de datos que son clave p= 135 investip.ciones comparativas. Estos datos suelen estar disl)OI]Íbles en muchas bibliotecns uni,·eniwias. En muc:."tas ~asioces se puede acceder a eUos vía Internet, o esuin disponibles eo iormato CD-ROM.

."J día siilJtente, Wh)''te le contó a Doc lo que babia sucedido y éSte le respondió más o menos así: cTóm~lo con cWna Bill, y cuidado con todo eso de "quién", "qué", "por qué", "dónde" y "cu!ndo". Si lut:s csls preguntii.S 1~ :tnte v~ a ce:nr la boc3. eD cu~llo u ~c.o Uegar. Si hu conse&uic!o '!lit te acep¡en mú o menos,limiwe a minr y a escuctw, y pro:uo sabris bs respuesus SÍII n::CS:cbd 6 ~r lu preJunQS• (1931: 303).

Este incideme muesn que, introducirse en un grupo social o unn comunidad (esto es, participar en In vida y ruriEn los !Iltses y allos siguientes Whyte consiguió {aminas de esa comunidad), es el primer ¡¡aso crucial (y muchas liarillr,e con el barrio y su gente. Incluso se casó con \IJU v=s impredecible) en este tipo de investig2ción. Consechica del barrio. Así, poco a poco fue descubriendo que guirlo es ona cuestión de paciencia, ingenuidad y un peco Come:ville no era tm típico barrio bajo, como decía el este· de suene.\Vhytt ruvo suene cuando conoció a •Ooc» en un reotipo. Al contrario, Whytt mostró que la mayoría de los local de los servicios sociales del barrio. Whyre le corñeñinmigrantes eran personas que 111!bajabáñ; yiñib"ij:ilian té sus dificuludcs p= hacer amigos en el barrio y Doc, duro para salir adelante. Algunos habí:tn conseguido 3lguquizá un WllO conmovido, le tomó bajo su prot!Cción y le nos ~xitos impo!WlteS, como enviar a sus lújos a la univerpruentó a mucbu personas. Con la ayuda de Doc, '''hyte sidad. En dos palabras, el h"bro es un reJaco fascinante de pronto se convirtio en un cbabitual• del barrio. los sueños, logros y frat"...sos de WJa comunidad de inm.iLJ enorme ayuda que le prestó Doc al principio de su gr:llltes, y es un rico en de!alles como sólo lo pueden ser investiglción muesn la impo!lDIIcia que en la observalas investigaciones basadas en la observeción per.icipwre. cíón panicipwte tienen los que se Uemnn il'.jomuJdom En el libro de Whyte se puede observl! muy clanmenc!avt. ESU!S personas 1!0 sólo sirv~n para romper el hielo. te que el m~ todo de ~ observzción participante está Ueno e inuoducir al investigador en el grupo que se investiga. de inc:mdumbres, tensiones y contrastes. El m~todo es EUos ¡nismos son WJ! fuente de información y pueden flexible, lo que permite que el investigador pueda adzpuunoién ofre:er ayuda cn:!cial en otros muchos asuntos de terse mejor a su nuevo entorno; pero esta íle;dbilidl!d logística. Pero 1: '-}'Uda de estos informadores puede wnb:.ce que los resultu!os sean diñcilmente contr3Subles: bién Uegar a ser perjudicial para la investigación. Esras para conll'liStarlos necesitaríamos otro investigador que personas tienen ;us círculos de 91Ilis1.2des y sus redes hiciera e:cact:amente las mismas observaciones, lo que es sociales. que pueden introducir un sesgo en ~ investig:!.· imposible-. Tambi~n existe una tensión entre la necesidad ción. Quiz.¡! más importante: los in!onn.adores clave, pm. de mirar «desde dentro» lo que mi ocwriendo, y la=· bten o »ara mal. sen vi!;os de cu:!l o \!.1 forma oor cl ressid:d de áist:lllcime y mirar cdesde fuera». b obse.-vz.to de =unid:d y su bueno. o rnall rep~mciÓn se conción pa."ttapante puede que no requiera gr..ndes inve;siotagi:l, generllment!. 111 invesog~dor. En resumen, si bien nes en :quipos sofisticados de in.vestigación. pero es útil z.oiovechar la avuda aue ;,uede ofrecer un informarequie:e muchísimo tiem¡¡o, generalmente !T.ás de WJ ~o. dor cla~e el inicio d¡ la in-;,estig~ción, más adelante es Quizá por esta ruón, y por el esfuerzo emocional que conveniente que el investigador !!DpiC"..: a caminar por su reouiere, el método de la observación per.icipa.ote se _ . .... __ proJUo_pje y!\ esubl.e= sus propios contactos. . ~mple:t con mucha menos frecuencia que ios otrÓs métoYa convenido en tm «ÍiabiNal» de Comerville, Whyte dos de los que ya hemos hablado. Sin embarga, las inves• comenzó e.ttabajal:..:luerio...l!tro.muy.pronro.&e.dio cuenta-tigaciones que se ·ban.becho siguiendo este in~ todo han ·

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IÚOIJTitranU, ho&:I!NJ ......~.... u;jJic:l 7..!t ~., unct in;tJSQ.t t ll'lta:s (!~t.otu a . las 301111 dólll!s111ualu) as superior al ~ram..

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<fo éa :.~a ur.a ~. lu tru Cli~aries. (En todo

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L! ventaja de disponer de estos bru;cos de datos es que los investigadores se ahorran con ellos mucho tiempo y dinero de investigmón. En muchas ocasiones, además, les seria imposft>le obiener datos (y, por supuestO, fiables) que s61o el gobierno u org~ones bfici:!.les pueden recoger. Sin embargo, el uso de duos secundarios tiene también algunas desventajas. A veces no es posible desagregarlos al nivel de ani!lisis que necesitamos. Pero el problema más importante son 1zs dudas que siempre nos asaltan acere! del significado exactO y la fiabilidad de los datos obtenidos por ouos. Por ejemplo, en su esrudio sobre el suidicio Durkbeim ruvo que utilizar estadúticas de suicidios elaboradas por Otr.l! personas. leyendo esw estadísticas, Durkheim no podía saber coa ceneza·cuándo un suicidio había sido clasificado como muerte accidental o, a la inversa, en qut numero de casos una muerte.verdaderamente accidenul ho.bío. sido conccpruada como suicidio. Todo lo que sabio. era qUt diferentes organismos públicos utilizal>an diferemes criteri~s de clasiii!Xión. Así, en algunas ocasiones, utilizar datQS secundañ9s. es como ir a comprar un coche o cuE.lqujer oll'lmer,c:tnCl3 de segunda mano. Es buato, pero puede que sea inútil. · Pua ver esto con mayor claridad, imi\!ÍlleSe que 13 investigación de Benj31T1Ín le ha !nÍmado a. hacer su propia investigación sobre 13 elite 2iroarnericana. Para empe, zar, uno se puede pregunu:- ¿cu4otas son.estas p-...rsonas? ¿en qu~ lugar-...s del país se CI)DC~ttan? Para ·(espoo~er.a esus pregunu.s, se puede recurrir a la Ofjcins del Censo de Es:ados Unidos. Alli uno puede.obtener graruillllilent~ les datos que necesita, y que hemos ¡epresentado piñcamente en el Mapa 2.1. Usar estos datos implicn,.sin.embargo, aceptnr como válidas las categorías t¡nicas y recio.-

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les que utiliza la Oficina del Censo, as{ como las re~pues­ ta5 oue libremente dieron los indi\'iduos acerca de ·su nivei de ingresos cuando rellenaron ~os cue.stioni.rios oficiales. Este tipo de problemu es muy frecuente al utilizar datos secundarios. . ·

Otras herramientas de inves·tlgación: desde las historias de vida hasta los vídeos Hemos descrito las.cuatro técnic_as de in.v~stifación mis empleadas por los sociólogos para o~tener ditos y contrasur hipótesis. En la Tabla 22 se resumen las cualidades v !imitaciones de cada wu de cllas. Pero hay una quinia t~cnlca que est4 emp!cándo~ ¡;ada vez mis y que consisie en epminar los cdocumen!OS de vida.. ter. Plarnmer, 1983). Estos son docume¡¡tos (generalmente documentOs eso?tos, auque !ambiép se pueden incluir otros coino los vídeos, o las forografias) en los que las mismas personas cuentait, relatan .o dan i.rÍformaciÓn de sus viiias. Hay muchísimos documentos de es!e tipo: la geo~ esa:Jl>e dianQs, envía ~. se· baee fotos, graba \í~os. plntii !raffitis, manda escn'bir su biografía; publiCa. sus mémórias, ~sénl>e . .. .... ·.. .. a las .ré~isw y peri~icos, 8!1-

ba epitafios, bace películas, pinta cuadros o escribe letru de canciones. Hay millones de documentos personales de este tipo en todo d mundo que pueden ser muy interesante$ pan la inve;tigación En tmninos generales, son «documentos de·vidu, y esW1 al!!, a la disposición del sociólogo. Estos oocumemos se pr~senten en formas distintas. Historias de vida El método de las historias de vjda cobró cana de naruraJeza en las más de trescientas pigin.Js que descnllen la historia de un emigndo polaco, Wladek \VJSniewski, escritas tres meses antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. La historia de Wisniewski formaba parte de b in\•estig!Ción de W. I. Thomas y F. Zilaniecl:i Tht Polish Ptasant in Europt; una obra en tres \'Olúmenes publicados entre 1918 y 1920. A.lli. Wuniewski, hijo de un berrera, descnl>e los primeros alias de su vida en lubo¡ynbom, Polonia.: los años ~e escuela, la etapa de aprendiz en una panaderia, la einigración a Alemania en busca de trabajo, y sus dificultades cuando Juego crnigtó a Chicago. Siguiendo este ejemplo, las historias de vida

se convirtieron en una técnica importante de investigación para muchos sociólogos de Cbicago. Estas sociólogos llegi!1011 incluso a defender es12 técnica como la mejor y rots apropiada para la investigación sociofógica. Est.lmos convencidos de que los documentos biogrifices son el material sociqlógico pufeao. Si la ciencia social tiene que echar mano de otros materiales sólo.se debe a la imposibilidad práctica de obtener un número suficiente de tales documentos con el que puedan esrudiarse IOdos por problemas sociológicos; o a la otra dificultad, L1nlbién práctica, de poder invertir el tiempo necesi!rio pan analizar derenidz.mente la inmensa cantidad de materiales que se ha podido reliDlf y que siPten para describir la vida de un grupo social (lbomas y Znanieclá, 1958: 1832-3). Diarios

Según Allport {1942: 95), el diario es el documento de vida por excelencia, ya que alli se relatan, al ritmo que se van sucediendo, los acontecimientos públicos y privados que son relevanteS para quien escribió el diario. la expresión «al ritmo en que se van sucediendo•, es lo que b3CC de los diarios un documento valioso de investigación porql!e allí se reflejan los sentimientos, comentarios o valoraciones que se hicieron cuando se sucedieron los hechos, que suelen ser distintos a los que se hacen a la luz de lo que ha pasado después de que ocurrieran esos .hechos: En investigaciones recientes sobre conducta sexual YSIDA, . algunos investigadt'res recurrieron a los _diarios como método de investigación. Para eUo pid!eron 1 peqoñas seropositi\'IS que escnbieran diarios y reJa= alli sus •. exoeriencias, con el fin de an:Uiurlas posteriormente (C~xon, 1997). Presupuestos de tiempo Sorokin fue el pnmero que utilizó este m~todo cuando pidió a varias person~.s qu~ esrribier.ID liiS actividades que realizaban dimamen te. a fin de estudiar en qué invertían su tiempo (Sorokin y Berger, 1938). El antropólogo Osear lewis utilizó una estrategia semejante con varias imlllias me:ticanas, a fin de un «díllt en .sus . vidas.lewis nii-esruvo sólo uñ día con cada ramilla e5rudiada. Tuvo que empleM «cientos de horas· con· cada familia en sus casiiS, comiendo con ellos, partic~do en sus fiestas y btiles, escucbmdo sus problemas_y hablan-. do de su pasado• (Lc,..is, 1959: 5). Al final decidió que sería analíticamente más valioso, desde un punto de vista cienúiico y humano. concentrme en ..el díu como unidad de ~is. De este modo, empieza presenündopos a' los Marúnez. G6mcz, Guoérrez, Sánchez y CiiStro. para luego descñoir sus actividades en un día úpico en 1~ vida . de la f!lllllia. Lewis pensaba que conceDtrar el estudio en- ' llll día tenía tres veo tajas. En témiinos práCiic~. i:l'dia es

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una unidad de análisu pequeña, que se puede abarcar o esruóiar con rel~tiva facilidad. En rénninos eumtitariv~. r..rmite lw:er comparaciones contrOladas entre distintas familias. Yen t~rminos cu:iliutivos, permite qu& el investigador conserve ese tipo especial de sensibilidad que sirve para captar la inmediatez, complejidad y coberencia de la experiencia hwnana. Cartas La correspondencia privada sigue siendo una fue.i11e de ÍOÍormación aún poco explotada por los sociólogos. 'l'bomas y Znaniecki en The Polish PtDSaru inEuropt, que ya hemos ciado, son quizi los sociólogos que han hecho un uso mis exhaustivo de esta fuente de información. Haciendo su invesrinción, estos dos autores descubrieron que en años anteriores habla habido mucha corréspondenCia entre campesinos polacos y polac~s emigrados a Estados Unidos. Para recoger y e:xamin~ esta ínformación pusieron un anuncio en un periódicb de Chicagó en el que oirecían entre diez y ve~ centavos por carta.J>e esta forma consiguieron recoger cientOs de arras, 764 de las cuales se imprimieron en el primer volumen de su esrudio. •.óJli las cartas se clasificaron en cincuenta series familiaru, encabezadas por un prefacio en el que ie presenta a los componentes y se resumen los acontecimientos más importantes en la vida 4e la familia.

Fotografías . _ . . ~asta nace pocos anos los soo~logos apenas mostrab~ ~ al~o e? ~ forogranas ~o docnmento de ll!''esogaaon. .Tradiao~en<e, han .s1do los anrropólogos los que mas han recumdo a ~ste opo de d_ocll:'"entos. A este respecto destaca el trabaJO de Gre¡ory Bateson y MB.!Jaret Mead (1942) quienes publicaron un volumen de fotografías que acompañaba a su estudio sobre los habitantes de la isla de Boli. También se puede mencionar a fotoperiodistas corno Jacob A. Riis, que hilo un re~jc rotográfico realmente . impactante sobre la poóreu en algunos barrios de Nueva Yotk (Riis. !970). Películas y vídeos Si los ciemfficos ~i!les sólo han empleado OC1Slonalmente los dOCUIIlCIItos fotog:ráficos en la investipci6n.la mayorla nunca ha considerado la utilidad de las películas. Sin embargo, y gnciu a los avances tecnológicos, las grabaciones en vídeo se han puesto al alcance del bolsillo de muchu frunilias de los oaíses más ricos. Posiblemente, en pOc:os años muchas i~a.s sustituirán el viejo ilbum de fotOS pcr la colección de videos familiares. Este es el sueño del emógrafo: ver los acontecimientos tal comp se suceden, y poder visual.iurlos para su ~rudio y aníli.sfs las veces que sea.netesario (véase Gondiener; 1980). · .

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Crítica Les documentos de vidl pueden ofrecer una iníormaci6n de enorme interés sÓbre las exlleriencizs vitaies áé las personas. Este tipo de ·documenios se esté abriendo paso entre los m~todos cualitativos (vtase un poco més arriba). Pero muchos sociólogos todavía son esc.épticos acerca de la utilided de este cipo de docurneritos. l'<!antieneo que los diarios, las carw, las fotografías, los vídeos, ere., son un tipo de materia! extr.~ordi.nariamenre subjetivo, impresio~ist!l y poco adecuado para la investigación Científica en cuanto que siempre habrá dudas acerca de la represent.ati· vidad, validez y objetividad de este tipo de documentos. ~

Cuestiones· éticas y políticas

Oc-os dicen que esro no es suficiente, que es necesario congeniu con los participanteS, ponerse an sus zapatos. Hay acrualmente un debate en !a disciplina acerca de todo esto, que se ha enredado con la cuesrión de lo «política· mente correcto». Pn.-a resurnir, en es re debate se enfrentan, por un lado, aquellos que como Weber defienden una socioiogía (y una enseñanza de la sociolog:iaj libre de valores, y, por otro, aquellos que, más influenciados por Mar;'(, piensan que, en la medida en que no puede cum· p!irse aquel ideal, los sociólogos deben promover los C2111· bios necesarios que bagan a las sociedades más just:as. La metodología feminista: género e Investigación Una dimensión polírica en la investigación sOC:ológica tiene que ver con el género, esto es, las expecrarivas sociales que los miembros dt una sociedad rienen aurca de los hcmbw y las mujem. Cada vez son más Jos sriciólogos que reconocen que las cuestiones de género pueden desempeñar un papel importante en sus inyestigaciones. .Margrit Eichler (1988) señala cinc9 puntos que, de no te· nerse en cuenta, pueden llegar a afectar critic:unenre la calidad de una investigación sociológica.

Segdn Welier, los cientificos y los políticos tienen orlen· ~ciones diferentes frente :tl mundo. La ciencia y la polític!!. son actividades distintas que atraen a penonas de talimie distinto, La mayod.:l de .los sociólogos acepUIII este punto de vista y defienden una sociología libre de .vaJores: Pero iambié~ hay otros que piensan que esto no es no debe ser así; que la ciencia y la política no son ••J·en~ •• una·•la ¡0 ··•-~nte ..uu•~ ~ otra. Entre l_qs soci,ólo..os .contemporáneos, Alvin Gouldner 1. A.rufrocenrrislt!{i (de andro, que en griego signiñca (1970a, 1970b1, ha ~do quiiá el más crítico con el ideal hombre). El mdrocentrismo implica observar selecti· de una investigación libre de valores. Según él, este ideál vnmenre unos hechos o reflexionar sobre ellos desde nunca podiá realizaise; No hay esfera de la vida social (Ía una perspectiva mnsculiña: En oasiónes-,t!a1a iinpt!f:uni!i:t, e) trabajo, las relaciones personales) en que 00 si6n de que los sociólogos sólo son t.lpaces de ver las interYenga la dimensión política. Tambi~n. dice Gould~ctividades de los hombres, desestiman"do como de ner, los retnis de iñve~tigación que eligen ·los sociÓlogos escasa importancia o irrelevante todo aquello que ·y_los re~~t:dos_ de sus ihvesrigaciones tienen co[\Secuenb~cen las mujeres. Por ejemplo, en sociología del tra· cw ooliocas. · bajo y durante muchos años, los investigadores pare· sf los sociólogos ·no pueden evitar que su tiab~jo renclan estar sólo interesados en ~1 trabajo asalariado de ga consecuencias políticaS, sigue la argumentación de Jos hombres, olvidándose de los lnbajos no remunera<;iouldner, al_menos pueden -elegü: desde q\l~ posÍciones dos de las mujeres, como el trabajo doméstico o el CUÍ· van a acometer sus investigaciones. y seglin él, 'ésw dado de los niños (CountS, 1925; Hodge, Treiman y de~n ser posiciones que contrii¡uyan a mejorar ¡2 socie· Rossi, 196ó). Es evidente que si uno quiere entender el &d. Aunque esras etílicas contra el ideal de ciencia funcioni!llliento de la sociedad, no puede olvidme de libre de valores las comoanen socióloeos de ledas las la mitad de esa sociedad. orieo~ciones políticas, la.verdad es' que ~tin m!s exteo· También puede ocwrir lo contrario: que se eníoque riid:!s entte los sociólogos de izquierdas, y mil ea con· . l:l investigación de~de una perspectiva femenina. Esto creto, entre los socióio2os de orientación mar.cista. tll!llbién es incorrecto. S.in embargo, en nueStn socieRr.tuérdese que, según Kari Mar.t (1972: 109; ed. orig., dad, dominzd:l por los hombres, es l,l!is comente el 18.!.5), de lo que se tr3ta no es sólo d.e inte"""'tar el mun· wdrocentris:no que su opt:esto. -r-· óo, sino de Cil!Ilbiarlo. 1. Ger.tr_áliracionu aóusivas. Ocurre este problema Los investig:óores deben siempre mantener el respeto cue.odo los invesripdores obrienen daros de pe~ollli.S que los individuos que panicipan en la i.!lvestigo..ción de uno u otro sexo y de !qi.ú sace.o conclusiones acer· merecen como ¡ie~onas, indepe:tdie~te:nenie de su rua, en óe los dos sexos. Tr~dicion:Urnente. los ;ociófos¡os , g~nero, creencizs o sociedad en la que vivan. Esto.impii· se han concentrado en los hombres y de aquí· se han ; ·····- ·-e: que el sociólogo debe esíonarse por conocer, antes puesto a Eeneralizar acer~ de }a «humanidad» 0 la ~ incluso de comenzar la invesngaci~n. los rasgos t1;1intta· ·· «Sociedad;.. Obtener inionnac:ón sobre una organiza- :· •• · •·· ·les de las sociedades·o·gruponbti2lcS"l¡ite·v!"'!~stütiiar:--- ··ción·o una•e-nipiesa'de\fn pUñado !le"burócraw (típi·

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c:unente hombres) para extraer conciusiones acerca de ese grupo hurne.oo es un ejemplo de generalización i,11correc!!. . Por supuesto. una investigación puede estar tam· bitn sesuda v reoleta de eeneralizaciones incor.ecw si no se tiene ~o ¿uenta a ~s hombres. Por ejemplÓ, si • ·.Jna I!IVesogact · · ·6n acerca de e6mo 1as famili. as.edu· .n C!lll y cuidan a los niño; el investigador se limita a entrevistar a las mujeres, quizá pueda sacar conclusiones interese.otes acerca de lo que hacen las mujeres, pero no acerca de lo que hacen las íarnilias. -::. Olvidar la "an·abl• gln·M. T·~bt"én •e o"·den come-

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errores en la investigación cuando no se cóosidera en absoluto la viil"iable género. Como veremos a lo iu· go del libro, las e~periencias virales de hombres Y mujeres difieren en casi todos Jos contextos y procesos socillles. Una investigación sobre los viejos Y el proc~so de envejecer en Europa, por ejemplo, quedaría muy empobrecida si olvidara decir que hay más mujem ancianas que viven solas que ancianos que viven solos, Y cfucutir las consecuencias oue se derivan de esto. 4. Urilizar dos varas de mtdir, que implica ev:tluar 0 medir conductas semejantes de forma diferente y de acuerdo con el género. Por ejemplo, en el caso de una pnreia het--osexu·' en donde los do• -b · a 11po é'ompl~o. un :vestigador pued; ~:~rad~m~ decir Que el v:u-óo es otel cabeza de famililllO, cuando de la iiúormación obtenida 00 hay nada que indique cómo se toman las decisiones y se repanen las tare:IS en esa unidad familiar. ter

5. Dijic1dradts por ra;6n del género dt! invtsrigador. Puede también ocwrir que el género del investigadadificulte o interfiera en el mbajo de investigación. Este es el caso, por ejemplo, de la investigación de .Maureen Giovannini (1992) sobre una pequeña comu· nidad siciliana. .OCunía que cue.odo entrevistaba a los hombres, es ros respondían a Giovannini en su condi· ción de mujer, y DO de investigadora. También, y por ser mujer, Giovannini tecla ved:ldas cier.as activida· des. No podí~. por ejemplo, mantener conversaciones privadas coo los hombres, algo inapropiado .Para una mujer soltera. Y como el resto de las mujeres del lugar, también tenía un acceso limitado a cienos lugares. Todo esro no nos debe ll~var a la conclusión de que es incorrecto centrar" la investigación en un ginero o ea el otro. Una investigación sobre la situl!ción ciclamujer"en el entorno rup.l, por ejemplo, es absolutamepte.líciÍa. Pero, en cualquier caso, los sociólogos (y. por supue~o los que leen las conclusiones de las investigaciones de los soció· logos) deben tener.en cue:ua qÚe ta vari~blé gic~¡¡).puede afectar de varias mao::ras el proc~q ~ iz!v~tig~Qn.

Investigación feminista En su coru bis toril!. b oriemación de b sociologll.ha sido tradicionalmente masculina. Esto ha llevado a aJgu. nos in••estigadores, mujeres pri¡lcipalmente, a investigar 1: vidll de las mujeres. En términos generales, s~ puede decir c_ue las investi2aciones íeministas se caracteriz . an • por dos COSas: (1) porque tienen CO!OO Objetivo esrudiar l.a siruaci•ín de la mujer, y (2) porque se bas:m en la premJsa de que la mujer ocupa una posición subordinada respecto al hombr~. El objetivo de esw inve;;igaciones, entonces, no se reduce a enrend.er o explicar la siru::ción de ¡a mujer. Por el contrario, lo que se busca es promo~er el cambio social y la igualdad entre los ¡¡e~os. Algunos investigldores áe esta corriente mm tienen que para hacer inves~gación feminista es necesi!!'Ío el método y las técnicas cientfficas coovenciooales (algunas de las CUl· les ya bemos descrito en esta t3pírulo). Pero no ~os opi· nan así. Hay quienes piensan, por el cbntrario, que e_! inétocio y las técnicas científicas conv~ciQnales ;on velúculos o expresión de l! doiunaci6n masculina. Así, pOr ·e}eaiplo, mientras que un pos rulado ~lásico de la inves~gacióñ ci~nlifica es que el investigador debe manteaer una Cierta dis· tancia emocional con los sujetos que esm investigando, las feministaS buscan ex·~tamente lo con~~o·. ac•·cars .e ~ w -· emocion:tlmente y simpatizar con las mujeres. T:unbitn, mientras que un cieptíiico convencional su~l~-~ne~ llF7Pa· rado de anttmano.un proyecto específico: de ¡hve.Stigaci6.o · en el que figuran qué cos!'S en conrn.tÓ se van·a esrudiu y cóm~ se van a esrudiu, hay inv~tigadoras· fen:¡injstas"qüe prefieren emplear eStntegias de investigación inenos iigidas, penniriendo que las miSmasniujeres q~ fonnan pÜ¡e de la in' estigación lás vayan pei"iÍlando en unó a o.cro séntido y según sus propias ideas (St.anley y V.ise, 1983; Niel· sen. 1990; St.anley, 1990; Reinban, 1992). · · Este tipo de propues~ metodólogicas, que suponen desviaciones importantes en la iorina tradicional de hacer investig11ción cieoúfica, ha. provocada 'las . criticas de muchos sociélogos. Las investigadof'..S feministas han respondido a estas criticas argume\)t.ando que la investi· gación y la polftica no deben (y no puedeni ir por ~nos seoarudos. En esto coinciden con orros cieoóñcos .social;s que tambitn piensan que le investi~ciÓn y_la defensa de ciertos valores no son ectividlldes excluyentes • Etlca de Investigación Como en el caso de ct:alquier otro investigador, el soció_logo debe ¡encr presente que sus investigacione~ pueden tener eie::tos positivos o negativos .sobre las. pmonas o grupos sociales que hilll p!f!Ícipado en la)nYestigación. Por esta razón. mucbas . asOC:~ones in-ofesiooales ~e sociólogos han establecido normas profesionales.Q~eontológicas 3 las que deben aj~tars~ ~ su trabajo. · ·.. . ·;

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Una norma f.mdamental es que el sociólogo debe conducirse de forma honesta en sus investigaciones. Esto i.;nplica que debe respetar tinto las reglas de la actividad cienúfica como a las personas que hzn participado en la investigación. Los sociólogos deben hácer públicas las conclusiones de sus investigacio!les· sin omitir datos i.mporuntes. Deben t!mbién indicu qu~ ons interpretAciones se pueden hacer de los datos obtenidos y mostrar que su propia interpretación es váli~ (o, al menos, se~a­ ta). Por supuesto también tienen que detallar los p~os que dieron en la investi!ación (qué método emplearon para obtener datos. cómo se analizaron esos datos, etc.) y justificar esos pasos (esto es, por qué emplearon tal método y no otro). Si .se hace así, se garantiza que otro investigador pueda replicar la investigación (y comparar sus resultados con los que obruvo el primer investigador). Otra norma se refiere a la necesidad de informar pre'iamente a las personas de que van a ser objeto de un esrudio científico. Todo$ están de acuerdo en que no es necesario identificarse como sociólogo cuando se trata de esrudiar las actividades oo privadas de las personas (los comportamientos de las personas en la calle, en un acrepuerro, o en un parque, por ejemplo). Pero la mayoóa de los sociólogos coinciden en que no se deben obtener datos de personas, grupos ~ociales u organizaciones sin su conocimiento y pe¡;miso previo. ~ero ¿esto.implica que nunca se ci.ebe mentir pari obtener información? En algunas investigaciones, si el sociólogo dice .por anticipado qué es Ío que está estUdiando exacwnente, Jo más posible es que las personas es~diadas vaóen sus conductaS habiruales, anuhindo asf toda.la investigacióñ. Pero por otrO lado, 1~ falta de sinceridad puede generar cienos resentimientos, que pueden ocasionar problemas i.mportalltes más adelante. No hay acuerdo entre los sociólogos acerca de algunas cuestiones de orden ético, pero sí se puede decir que estas cuestiones les preocupan cada vez más. También, todos est2n de acuerdo en que los investigadores deben proteger la seguridad de las personas que eslán participando en la investigación. Cuando la seguridad cie 1:!.5 penonas está en peligro o se sospecha que éstas pueden sufrir algún tipo de cWio por participar en la investigación. el sociólogo (as! como cualquier otro científico) debe interrumpir o dar por terminada la investi!ación. De la misma manera, si el sociólogo piensa -que la investigación puede tener alg1in tipo de consecuencias negativas para !os panicipwtes, antes debe esegurarse de que estos entienden cu'les son !os riesgos y los asunaan. Cuando publican Jos resultados de sus mvestigaciones, los sociólo~os no deben olvidarse de mencionar las ornnizaciones que ban financiado eszs investigaciones. P~ro en ning1in caso deben llegar a acuerdos con organizaciones que, a cambio de una fimmciación, van a querer inter- venireñe! prOééso ·de·investig~clóo y sesgula a fin de .

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Tecnología e Investigación En las últimas décadas, la revolución tecnológica en el

mundo de la información y las comunbciones ha cambiado mucho nuestras vidas. Pero también ha =biado, v sigue cambiando, la forma de hacer investigación. Los ~rde­ nadores personales, que aparecieron en escena tan sólo hace un par de décadas, permiten a los investigadores seleccionar mueStras aleatorias, hacer complejos análisis estadísticos, ordenar la información obtenida, escribir y rcescn'bir sus informes hasm llegar a la redacción definitiva, etc. El sociólogo que trabaja en su despacho con su ordenador personal tiene una hemmiema mucho más potente que la que teoí:m muchas universidades, empresas y organizaciones del gobierno ha~ pocos años. El desarrollo de Internet (la autopism de la información) ya está afet:lalldo, y va a afectar mís en el Cuturo,la investigación sociológica.-· -:-- · En primer lugu, se calcula que más de 50 millones rie ordenadores, repartidos en 1iS países, están conectados a Internet. Esto permite a los sociólogos crear redes de investiución a nivel ntciooal e interoacional,lo aue hace mucho-más fácil hacer investigaciones comparativas. En segundo Jugar, por medio de Internet se ha facilitado enormemente el acces;¡ a bancos de datos, esmdísticas, etc. Al fmal del capitulo, daremos algunas d~ióñes útiles en donde puede encontrar información i.ñi~te para la investigación sociológica. Estos desarroUos (y otrOs que ni siquie~ allora podemos casi imaginar) esain cambiando y van ncambiar aún má.s drásticamente las rutinas de la investigación sociológica {Monon, 1995).

La interacció~ entre teoría y método PCJ"o a pesu de todos es;os tlllllbios disparados por la revolución tecnológic~ hay cosas que no pueden cambiar. Independientemente de cómo y con qué rapidez se obteogen los datos, queda Juego ·la tarea de encontrar llgd.n.sentido.a esos datos; esto es, de constrUir teorfL La ~ .de constrUir teorla no es simple. Requiere cierta solwra pan. caminar en dos direcciones,·la inducti__s_atisi~cerl~·..tP~ro~p<!io~swin~te~reses*~·--"-""-:..._;__;,::___,..__~v~a yJl.lWhl«liv.. ~n,Jluai~n.r::ootinuo.entte.datos.y ten;-

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Por úlümo, no hay que olvid:u- la dimensión global en estas cuestiones de ética profesional. Antes de empezar una investigación co otros pafses o culwras, el sociólogo debe iami.liuizarse lo suficiente con esas culturas a fm de conocer de antemano qué es lo que allí se considera como una violación de la intimidad, como algo desagradable, o como algo que puede perjudicarles. En sociedades cada vez más heterogéneas y multiculturales como las europeas, el sociólogo tiene que seguir eSias. mismas reglas CWlDdo investiga grupos sociales con culruras, tradiciones y cosrumbres distintas a la suya.

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ría. La lógica inductiva consiste en pasar de Jo particulu a lo .ge~enl, esto es, en formular ltorfas o hip6resis a pa~rrr ~e obu.r~aciones o datos espec~icos, Utilizando la !~pea mduccva el investigador se h{ce preguntas del upo: «Tengo aqu! unos datos muy interesantes. ¿Qué es·Jo que puedo sacar en limpio de ellos? ¿A qué conclusiones puedo llegar?• -~ 16giC3 dcduct~Ya funciona del modo invers\l: .,a de lo .,eneral a lo pamculu. Aquí se trata de transformar r~orfas en munciados mtfs concretos de tal jomta que l.tego se pued~ comprobar si son cienos o no. En este caso, el mvesugndor esú pensando mís o menos así· «Tengo la sospecha de que lo que puede e.xplicar tal feo~ meno es esto.. Lo voy a poner de forma que Jo pueda comprobar empfri~arnente; voy a recoger datos y voy a ver si estoy ~n lo ~aeno .o no.• Trabajando según la lógica deducuva, el mvesngador formula unl hipótesis que se pueda contrastar ~esto es, que se pueda probar si es cierra o oo), y luego ptensa cuál es el método más adecuado par~ proba_r.o contrastar esa hipótesis. Si los datos que oboene utilizando ese método respaldan la hiMt · entOn • al l'v· CSIS, . e~ ya nene gune evidencia que indica que esa h!pótes!S o teoría es cierta. Si los datos no confirmatlla hipóteSIS en~onces tendrá que pensar qué hace con ella: la puede cambtar o rechazar c::rroplet2mente. . Los. ~ociólogos no emplean una u otra lógica con e;¡clustvtdad. Como todos los científicos los s "l ti1iz • OClo ogos u :m las dós lógicas: En la_ Figura 2.3 se ilustran las dos fases ~e este proceso:.mducuvarneme se construye teoría a parnr ~e obsernctones, y deductivamente se hacen observaciones para probar o contrastar las teoñas _La estadística puede ayudar mucho en todo est~ proce~o. t~to a la horn encontrar un sentido a los datos, de Identificar tendenctas y buscar explicaciones, como a la hora de probu o contrastar hipótesis. Pero por sí solos los m~ todos esmdfsticos no pueden sustituir las re2las d~ la ló~ca o del razonamiemo. Los métodos estadísticos son solo eso: métodos que.ca~ aplicar eh cada uno de Jos pasos que aquellas reg~as mdrrm que ~e deben dar. Si no se _hace ~f y no se aplic:m estos métodos correctanJente elmv~ug!dor puede llegar a conclusiones equivocadas' T~~ten hay que tener en cuenta que la estadfstica, apli~ ca~ mcom:ctiiii!ente puede servir para sesgar unas conclusiones en un se'ntido u otro. A menudo teae¡pos la tentación de dar como vi!ido un ~gumento porque está respaldádo por un análisis estadísnco. P~ro aquí hay que andar"t:on cautela: Ha)l'que averipnmer\l ~ó~o se obruvie:on e~os datos que luego se ~ esradfso:amente y ver en qué medida son válidos, hay que ave.nguar también si no hay otrOs riatos que puedan contradecir los utilizados en el esrudio que esta:~ evzluando, ha~ que pensar si caben interpretaciones lllltas. de esos llllsmos resultados, etc. En fin, ba\• que tener cwdado y no aceptar ciegamente lo que se ~;senta

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como «evidencia estadistitaJt. Al respecto, es conveniente lc.."T :1 recuadro de la pigina siguiente. .

0 Cómo planificar un proyecto de Investigación Teniendo en ~enta todo lo que llev~s dicho en este capft_ulo, plarufic~ un proyecto de investigación implica segutr trece pasos. ·

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l. ldlntiftque un problema imimigaci6n y tmpiect 0 PtllSar qui es uacramtntt lo que quiere tr.Jiorar tin poco "!á; dm~i~~ntt. Una pizca de curiosidad v una· ~a di~poSl~tón a mirar el mundo 4esile ¡~ perspecnva soctoló~ca son suficiebtes para identificar un problema de mvestigación. .Probableme:ue el pro~lema de inv~stigación en el que uno está pens;,n" ~o tiene ~guna tmponancia personal Pero esto no tmP_Orta SI uno es·capaz de convertirlo en un problema mteresante en términos 'científicos. . . ~ .; , 2. CorrU_e~e a esÚ'i~ir el,diario 'dt inmr~giici6,¡· El! ese di ano d~~r! e~cri~ii ~óD?Ó.~ iilició Yse'va d~s~i rrollando la mvesl.!g~c 1 ón, de qu€ igeas P.aitf~ ~~ente y có~9.ha td.o ~esc~d~ l! a,("mBJ\do e!á.s' Id~: qué ~ec~~ones IDI!X11Untes tQm~ el. de la mves~g~cto~. con qué dificult~á~ ~e encoiuró; etc. Este di~.o le puede ~er especialn)erité. ~tjl a la hora de escnb~r ~1 apanaáo metodológico en el informe ~1al. Es con_.veniente empezar ese ciiarió'desde él corwenzo de,la wvestigación. · -~ · · · .. .

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Flguro 2.3 • Lógica doducUva y klglca Inductivo •

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3. Estudie qui u lo qut ocros sociólogos han dicho scbrt tlrema l!llt se va a ii!Vcscigar y a qui conclusiones han lltgado. Probablememe UIIO nunca es el primero (!Ue le ha dado •-uelms al problcm: de investig~óo que ha elegido. Es o~esario es!U<IW a aué conclusiones h:m lle23do otrOS c:ienúficos y eÚmi!urcóma Jo h:m esrudooo. Esto le ayudará a enfocar mUCÍIO mejor su investigación.

~.

Evalút los mtdios qut \'O a ntcesirar para llt"'ar cdeÚlnrt su invesrigación. ¿Cuánto tiempo y dinero puede requerir la investigación? ¿Qué tipo de cono-

cimiemos específicos nece!ita para llevar adelante la investigación? ¿Necesí~ un ordenador o un programa Worm!tico específico? ¿Tiene y~ todo esta o necesita.ría. ayuda de ouos investigadores? ¿Necesita financiación? AnteS de ponerse a escn'bir el pnr

¿Se puede mentir con la estadística? s la investigación clentmca tan objetiva y está tan basada en los hechos como solemos pensar? No según el político británico Benjamín Oisraeli quien en una ocasion dijo: •Hay tres cleses de menti· ras: las mentiras, las sucias mentiras, y la estadística.• En un mundo en el cut se nos está bombardeando continuamente con cifras y datos (que a menudo se presenlal como •hechos dentlrtccs- o •datos oficiales•) merece la pen~ consice1'21' hasta qué punto colnclc!en la verdad y la evidencia estadística. Y es1o Jl9r vzna.i rezon~s. En prim~r luger, y como hemos dicho antes, porque no hé.y método de obtención de dates que sea periecto y esté lfora de errores. En segundo !upar, porque los datos, una vez obtenidos, no hablan por si mismos; hay que Interpretarlos. Y llegado aquf, puede ocurrir que el intérprete (el sociólogo lambl~ por supuesto) se dele llevar por la tenLeción de •decorar• esos datos l!l moóo en que los decoran los políticos al calor de la lucha electoral. Para svitar que a uno le intenten enge/lar con la estedísticc lo mejor es conocer muy bien les trucos que s11 suelen empl!!t. Vamos a detener· nos en tres tipos ce trucos.

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1. Uno pu6d1 el=gir qu& catos va a emplear y C'JIIles oucs VI! a de· sestimar. En muchas ocasiones, , _______ !Qtjiat~s_.que_se f!OS presentan no son lelsos, péro nos pueden

llevar e conclusiones incorrectas porque se han desestimado otros datos. Por ejemplo, supongamos que hablando sobre los jóvenes alguien nos da datos sobre el número de horu que pasan tren· te al televisor diariamente y otros datos que muestran que la mayoría casi nunca lee el periód'ICO, para sugerir, a continuación, que los jóvenes son una especie de autistas sociales, escasernente . preocupados por lo que ocurre a su alrededor. Pero hay otros d~ms que indican precisamente lo cootrario. Por ejemplo, ditos que mll"..stran que está aumen· !ando el interés y la par'Jcipación de los jóvenes en ONG y organi· u.ciones voluntarias. En resumen,

NiP!os P=:u cut Wltr. &.'\ Pa.mi.at tn!&.s qvt ni ol¡:lDrt:>il&ma6t tm:ljar.

puestos a debatir, siempre sa puede encontrar datos que apoyen nuestro punto de vista. Pero quedarse ahí y ocultar o desestimar sin explicación elgun¡; datos que son •incómodos• impH~ romper las reglas del juego. 2. Uno puede interprell!f los ciclos de modo sesgido. Otri lorma da engañar con los datos es ¡l(esen. tartas dentro de un paquete ya bien atedo; esto es •fistos para el c::nsumo·· y comrooenoo: •Aqui eslán los datos, y esto es lo que significan.• En un artículo reciente, por ejemplo, se presentaban los resu~atlos de un estudio del National Centre for ChiJ.. dren in Pover.y, sobre los niños que viven en condiciones de po·

Mlloq:cbra qllt""'" tn tarnílu tn !u qut

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Figura 2.4 e ¿S. puedo mtndrc::m llutadis'Jca?

ye~to

de

investig~ción

tic:Ie que hacerse estllS pre-

guntaS.

-· Concrt!l lo más posible c!uíl u aacramtnrt la prt· gMra dt invmigacion. ¿Qut es lo que quiere estu· diar exactlllleote? ¿Quiere analizar un contexto social muy singular? ¿Describir un categoría de personllS? ¿O investigar relzciones de ~usalidad e:Jtl'e

braza en Estados Unidos (citado en Populalion Today, 1595). Como se muestra en la F~g~n 2.4, los investigadores descubrieron que el 43 por ciento de estos niños vivían en familias en les qL>e ninguno ds los dos padres trabajaba, el39 por ciento de los niilos tenía al padre, la madre o los dos trabajcl1do a tiempo parcial, y el 18 por ciento de los nl005 tenia a uno o a los dos padres trzbejando a tiempo completo. 8 titulo de ese mismo gráfico era el siguiente: •La mayoría de los niños pobres viven con padres que trabajan•. ¿Es este Ln titulo adecuado para resumir ñ:Jman:e la inlormacióo que se da en el gráfico? 3. Uno puede f'.¡¡cer grciJcos a la medda. SI bien los gliñcos son muy útiles pera resunir iniormación, también dan la oportlxlidad de sesgar esa informedón. Por ejemplo, si se quiere mostrar una tendencia en un gráfico, una técnica muy empleada pan s;sgar la información consiste en reducir o ampliar el número da años que se consideran en el grilíco. Un grai· co en el que se representare el fndlce dt criminalidad en los LiJtl. mos años, por ej~fllplo, ncs da¡ia. un~ curva decrecien¡e. P;ro si tenemos en cuenta no los últimos ellos, sino las úi!Jma.s décacas, la curve saria clar2men!: :...cu;r.c;m;. Otra tScnica pera sesger le lnlormación consista : n comprimir o extender le cñs-.ar.cié en!n! los valores de una de las variables. U:s dos grá.ícos ds ~rriba nos puecen servir de ejemplo. Ambos gli· ficos se héll eli!.borcdo con los mis-

un conjunto de variables? Si su Lr¡vesti~ación es meramente explo11t0óa, ideotirique lu cuestiones generales que pueden en=ar el tl't.bajo. Si es d:scripti\'!, esp~iñque cu!les son las variables de interés. Si es expüariva, espe::iñque la hipótesis que pret ~nde contrastar y opencionalice todas las variables que va a emplear. Para concretar al má.Jtill!o b pr:runta de investigación puede hacer una lista coa

F''I!Url 2..5 9 C6mo tullllr o disimular ltndtnc:lu

mos datos. Pero mientres que en un grefico se he "comprimido• le ÓIS".ríbución de lo& velares en el eje vertlcal, en el OllO se ha •estirado•. VtSuaJmente,los mismos datos nos sugieren cosas muy distintas, sin embargo. Mientras que uno parece sugerimcs que. más o menos, las calificaciones académlces en ese psriooo d: iiempo se han rr.ant;nido reladvaments constantes, el otro pareca indcir que toar. !le¡zdo sustancialmente. Por decirlo brevemente: no hay que dejersa daslurnbroor por los gri!.ftcGs y los datos estl!dfS'!icos. entes hay que exanv· nerlos. detenidamente.

a Para seguir pensando sobre este tema 1. ¿Por E¡ué piense: que la g:nle

tiende a aceptar como válidas las e~zdfs'Jcas?

2. ¿Piensa que la sociologfa de orientaciónweberiarlz..que defienó!l una ciencia ~ d9 valores, :m en contra de esta •maquineje• de datos? ¿Y la soclolc9fa oe o.ientaoón marxis'.a? 3. Recuerda algún artículo qua Ulll¡. zara .~elo.s o Uega.-a a CQJJclusíones sesgzdas? ¿Dónde -estacan los sesgos? $

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La mvcstJgacJon sociológica

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los interrogantes o pregunw que m.ás le interesen y ll!ego ir descarundo unos y otru de 131 forma que rermin: viendo con la mayor precisión adónde quiere llegar exactamente. ·

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6. EJpecifiqut cuál es el 1(00 de invwigoción que se propone hacer y qui orienra~iiJn teórico va a empltor. Una investigación puede ser de tipo histórico, de tipo an1r0pológico, de tipo mis puramente sociológico, etc. En cualquie!' caso se le puede dar una orien~ción mis Iunciooali.ua, más próxima a la sociología del confli~to, o s: puede abordar desde un enfoque microsociológico. .

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7. No olvide/as cuestiones de orden ltico. Cierwneote, no tocbs l:u i.1\'estigncio.1CS presentan problemas de este tipo, pero siempre es conveniente anticiparse y saber si a lo largo de la investigación se pueden llegar a presentar problemas de esta nanmleza. Por eso, es conveniente hacerse preguntas del tipo: ¿Puede perjudicar a alguien mi in\'estigación? · ¿Se puede · · diseñar la investigación & otra fotma a fin de reducir 13 posibilidad de que"alguien sal!la perjddicado? ¿Se puede prometer el anonimato ! Jos participantes? ¿Qué medidas se van tomar para guantizarlo?

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8. Piense qui mi!odo dt im:esrigoci6n \'a a tmp/etq. CooSiéere todos Jos mélodos de investip:ión y seleccione aquel o aquellos que le parezcan más apropiados. Tenga en Cl1Cllta que la elección del !Dttodo de~ de la pregunta de IJ investi¡acióo y de la acicntación teórica desde la que va a trabaj_ar. Tambi~p debe pre¡unrors~ si dispooe de los recursos necesarios para emplear el método que le parece mis cooveniente.

9. Escriba el proyecto de investigación, tn ti que dtbt mumirse dt fomiD orderuuJ.a Iodo lo OJJJtrior: tUs· cri,oción dtl rerr.a de invtstigaci6n J revisióñ dt orrcu investigaciones, cuál es aacramtnre la pregunta rit invesiigación, la hipótesis, la lilerarura teórico dtsde la que se va a abordar la investigación, el micodo o mlrodos que va·a ur.p/ear, tiC. El proyecto le va·a resultar muy útil pan gui:!f la investigación y comprobu en qu! medida se van cumpliencio sus objeiD:os.

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ya ~t:úa algunos dMos antes de llegar aquf, pero ahora le loca acumular todos los daros necesarios y ordenarlos de fotma sis~emátia. La ob1eoción de datos depende del método de investigacióo elegido. En cualquier caso, recojs los datos de la fomla más precisa posible para Juego poder eocomrarlos y analizarlos COO\'eruentemente. Tenga en cuenll que puede pasnr mucho tiempo desde que recoge Jos datos hasta que escribe el informe fmal. Tambito, cuando recoja los datos tenga cuidado :n no inlrOducir sesgos. 11. .4nalict los daros t inruprere los resultados. Comeozó con una pre¡unta de investigación y ya tieoe datos que parecen responder a esa pregunta. Pero tiene 'que pensu cómo lo h2cen. Si su investigación era explicativa, ¿los datos confirman su hipótesis? ¿indican que hay que modiñcar poco o inucbo esa hipótesis? ¿o piensa que hay que descmar definitivamente la hipótesis inicial? Ko olvide que puede hab-..r interpretaciones distintas de esos mismos datos, quizf comparibles con orras orienmciones teóricas. Si se ·le ocurren, debe tenerlas en cuenta :n sus conclusiones. U. Escriba ti informt fino/. Detalle cuál ba sido el proceso de investigación y las conclusiones a Jai que ha lle2ado. En J:u ennclusiones fin.ales no se olvide seaalar qué implicaciones l~oricas o prácticas puede tener su investigación. TampocQ se olvide de señalar c~les son los puntos débiles en su investigación, y si (y cómo) otros investigadores pueden e~itarlos. Por último, es conveniente que señale qué otros in!Crrogan!eS ha planteado su investigación y cuáles son. a su p~er. las lfne.15 futuras de in'•estigacióo que se deberían seguir. 13. Hago público su informt. Uo informe de investigación sirve de poco si se guarda en un cajón. Piense cómo puede bac~r públicos ~us resultaóos: quiú puede publicar un resumen en la revista de la universió.ad, o puede dar un se!lllllario en clase. Pero, en cualquier caso, uno tiene que estar dispuesto a defender su trabajo y discutir sobre él. Es así como avanza la sociología y cualquier otra disciplina cientffiCL Se~e..1te

l. P:u-a bric:r investigación en sociologír., !Os dos todológi~. y (3) cúe.Ui.Q_nes de orden ético y polírequ4iios funciameolllles son: (1) ver el mundo desrico. de una pmpectivasociológic:~, (2) ser cu.'loso: líiCér 3. Eñ$¡;¡:ffifogía,' se pueden distinguir tres perspectivas t M~er~ pítgUñW soote el füDC¡(1bmnie~llO· de la epistemólogicas: la positivisu, la perspectiva realissóCtedid. · : ta y la humanista. · ;~. ""'~M.· -•:~. ~~ MeQir .. SIJ;~ca ·-:::: detel'llllllllT . e1 valor que tQ_ma una ca mvesugm.ón s...-....uw<...~~llP.P.i......,..,.,.__""4. cuestiorres: (1) epigernolóricy, (:2) t~cas,.o mevariable en un caso específico. Una medición. es

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10. Obungo daros y ordlntlos dt fonna swemd.'Íca.

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cientlficamente útil cU3lldo median!! ella s: obtien:n daros fiables y válidos.

5. Un objetivo de la ciencia es descubrir relaciones entre variables. ¡x;s variables están correlacionadas cuando cambios en los valores de una van seguidos d: cambios en los valores de la otra. El descubrimiento de relaciones causales entre dos variables petllllte al investigador hacer prtdicciones, pues sabe que los cambios en los valores de la variable independiente va a producir cambios en los valores de la vuiable dependien~. 6. Los sociólogos suelen elegir sus tem:u de investi¡a· ción según sus intereses o experiencias personales, pero DO por ello SUS investigaciones dejan de ser objetivas. Lo seguirán siendo en la medida en que, puestos a investigar, dejen a un lado sus valores y e>iten inuoducir sesgos en la investigación. 7. u imaginación y la capacidad creativa no soo ajenas al proceso del descubrimiento científico. De hecho, hay que echar mano de una y otra cuando toca inte· prelar los daros, que nunca hablan por s( mismos. 8. Cuando investiga., d sociólogo debe evilli mirar las cosas desde una única perspectiva masculina (o femeruna), asf como hacer generalizaciones abusi· vas cuando sólo ha ob¡enido datos bien de hombres o de mujeres. 9. Algunos sociólogos rechazan el ideal de la objeúvidad científica argumentando que en !oda invesúgación cntrm en juego valores de orden moral o político y, así, mantienen que es lícito favorecer o promover cambios sociales cuando se hace investigación.

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causa y efecto, rebción entre dos variables, se la cual los cambios en una (variable independiente) originan cambios en la otra (variable dependiente). ciencia, fomla de conocimiento bas~do en la observación empírica y la formulación y contras!C de hipótesis. concepto, una cOnstrucción mental que representa, de fotma simplificada, una pa.."te del mundo. · controlar variables, mantener cons!antes Jos vtlores de determinadas vambles para estudiar Jos efectos SODre otru variables. correlación, relación entre variables según la cual los cambios en los valores de una van seiUÍdos de c:unbios en los valores de 01n. correlación espúria, 12. relación entre dos variables que se muestra falsa. cuestionario, formulario de preguntas que ei investigador hace a una serie de personas a fin 4e obttoo: datos para su investigación.

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1O. Da4o que la invesngtción sociológica puede ¡ener consecuencias oegativ2.1 sobre las personas, es necesario que se respecten cienas normas profesionales o deonrológica.s que guían la investigación. 11. La. •~cnica experimental consiS[e en controlar toda una serie de variables a fin de investignr !:u relaciónes causales entre dos o más variables. 12. Se puede obtener infonnación de las pmonas mediante cuestionarios o entrevistes. l 3. u obsen ación participante consiste en observar direcLlll'leme las activi&des de un grupo social, participando al mismo tiempo en las actividades de ese grupo. 14. En muchas ocasiones es preferible utilizar d11os secundarios an!Cs que intentar. pbtener uno mismo esos dltos. En otras es ir.e\itable, cc.mo, por ejemplo, cuando se tienen que emplear datos históricos. 15. Los docwnentos de vida son documemos en 'tos que se recoge infonnación sobre la vida deJas personas '! que es15 nilimas personas escn"ben, ¡raban, etc. Es1os documentos (la correspondencia, los diarios, etc.) son muy valiosos para conocer las experiencias de las personas tal y como ellas las vieron. . 16. Las metodologías feministas in teman corregir el sesgo masculino que ba predomiDado en las cÍencias sociales. 17. La reflexión teórica y la obtención y máhsis de los datos pueden caminar en dos direcciones o según dos lópca.s. Median!e la lógica deductiva-se construyen lúpótesis que luego hln de probarse o contrastarse con datos en la mano. La lógica inducúva sirve para generar ide:u o teorías a partir de unos ~-

datos secundarios, son Jos duos que el investigador no ha obtenido por sí mismo pc."' que, es!aildo disponibles, Jos utiliza para su investigación. . documentos de vida, documentos en Jos queJas personas dan infonnacióo sobre su propia vida y ql:IC pueden ser lltiles para la investigación, como la correspondencia, Jos diarios, etc. efecto Hamhorne, soo Jos c:unbios obset'·abJes e:1l2s cooductes de las personas cuando éslas se saben observ!dzs. encuesta, métOdo de investinaóo oue consisie en obtener datos haciendo que "Wia serie de personas (las .incluides en la muestra o el total d~ la población) rellene un cuestionario preparado' al efecto. e.ntrevista, una se..je de preg-.mw que el entrevistador fot:mula personalmente alas personas de quienes espera obtener infollll!ción. epistemología, l'lDll de la ffiosoiia dedicada a estudiarla . Jógici. del conocimi.eoto-y ¡a investig~ción.


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tl'idencia empiriC3, datos tomados del mundo real, del mundo emoúico. 1xperimento: m~todo ée in1·estigad6n que sirve ?ara esrudiu las relaciones causales entre dos o más variables y que requiere contrOlar el resto de v:~..riables que puedm L'l~rvenir. fiabilidad, de una medid~ se refiere a la cilidad de los datos oblenidos tru repetidas mediciones. Una medida es fi!ble si, repitiéndose el proceso de medición, se obtienen !os mismo resultados. género, expectativiiS que. los miembros de un:1 socied!d tienen ac= de los· comportamientos o actitudes que deben obsé.-v31' los hombres y las mujeres por el hecho de ser hombres o mujeres. hipótesis. un enunciado según el cual existe una determinada relación entre variables, que aún no h~ sido probada o con[1115tada. l ógic~ deductiv:t, consiste en derivar una hipótesis de una teoña general a fin de contrnStar empúicamente esa hiDÓiesis. lógiC3 i~ductiva, consiste en ínierir tendencias, teorías, hipótesis a partir de la observación de los hechos empíricos. · media. el promedio aritmético de una serie de valores, que se calcula sumando todos los valores y dividiendo el result:!do enue el número de valores que se han sumodo. medi~na, orden:utdo los valores en sentido aedente o decredente, mmedinn:t es el valor central. medición, proceso de medir el valor que toma una variable en un caso determinado.

método de investigación, plan de in"estigación que señala cómo se vm a recoger y anilizar los datos que se 1'1!11 a e:nple:1r en!:! investigación. métodos cualit:lth•os, son los métodos de investigación medUnte los cuales se obtienen datos cualitativos; esto es, no num~ricos. . métodos cuantitativos, de inl'estiración son los mttodos con los que se pueden obtene; datos numéricos, que luego pueden anilizarse estadístic!mente. moda, es el valor m!s repetido que toma una variable. · muestra, subconjunto de la población objeto de esrudio. objetirid:~d, implica dejar·a un !!do los valores personales cu:mdo se está realizando una investigación. observación participante, método de investigación en el qtte el investigador observa directamente ~ un grupo de person:!! y particip;~ en sus actividades o rutinas. operacion::tliUir, una variable implica e..cpecificar e:tlct~mente cómo va a medirse esa variable. _ población, total de las personas que son objeto de esrudio positi l'ismo, =el a filosófiQ según la cual el conocimiento verdadero sólo se puede obtene~ aplicando las regl11.1 d~ la investigación científica. validez, una medida es válida cu:utdo mide exlctamente lo que se quiere medir y no 01111 cosa. ,·arbt.le, es un. concepto que puede tener l'i!!ÍOS valores. G!ne:-o, por ejemplo, es una variable que pu~de tener dos valores: hombre y mujer. variable dept11diente, variable cuyos ''atores cambi:ut segl1n los cambios·opera4os en h vari~ble- independiente. vari::tble independiente, una variable que produce cambios en otra variable (la variable dependiente),

l. ¿Qué signiiic! decir que e:tisttn varios tipos de verd~d? ¿Cuál es la razón fundaffienul para emplear !a

ción sociólogic~ y 1!1 investigación en ciencias naturales. 5. ¿Qué es lo que toma en cuenta el sociólogo cuando tiene oue elelrir un método de investi¡nción? 6. Elija Üna in~estigación sociológio- y ex3.I!IÍ.De su apartado metodológico 7 Si puede h!ber una metodología feminísu, ¿implica esto que también puede haber una metodología l!lltimcisu, o una metodología gay?

ciencia como método de conocimiento? 2. ¿Es la sociologb u.,a ciencia? ¿Debe.-ía serlo? ¿De qué tipo entonces? }. ¿Qué tipo de medidas toma¡¡ los sociólogos pam ser objetivos? ¿Por qué algunos socióiogos no Ct'nsideran posible y deseable la objeti\idad? -1. Piense en qué se puecen y düerencian la investigs.-

-' 1

dernos monográficos del ICE, núm. 7 (Bilbao: Universidad de DeUSto, 1998). - - - r - -fusé l Ruiz Olabuénega. Irarte Aristegt.li y uire Melgot]n e~celeme. tnbajo introductorio. que guía cada sa, C6mo elaboiDJ:lut.pz¡zy.ec.r.o..tit..in.vesrigOL:idn-Cllc__.. uno deJos pasos deJ.os que. ~onsta..uoa...inv~tigaqón:

1. • • •• •

Lecturas introductorias

- · •• ~ - - - - · - · . Q • •

=

cómo formular la pregunt1! de investigaClón, cómo eleel método de investigación. cóm? analizar la fillbilici!d y validez de los cbtos, etc. Frances Oegg, Es!adlsnca fácil aplicada a !as ciencias socialts (BucelonJ.: Cdtics., 1984}. Un texto divenido y excelente para quitar el miedo a la esmdística.

r.r

t:use el texto de Parricia ?.L Lengermi!llll y Ji!! Niebrug-· ; ge-Br:!ntley, cTeoríl feminista conremporéneu, recogi-· . do en Geoge Ri12.er, Tloría Sociológico Cof'.u mporánta , (Madrid: McGraw-Hill, 1993). . • Otras fuentes

a http://cis.sociol.es

Fuentes clásicas C. Wright Milis, Lo imaginación sociológica ~'{¿;tico: Fondo de Culrun Económics, 1987). Ya mencion!!lllos es!! libro en el C3píru!o anterior. Merece la pena leer el apéndice sobre cómo hacer socioloi{a. Alvin W. Gouldner, Lo cruis de la sociolog(a occidt:11al (Buenos Air..s : Amorrorru, 1979). Un te:uo excelente en el que se examina· en qué medida es posible y de~ble una sociología libre de vl!!ores. Lecturas más avanzadas ;.

La ;:olección de •Cuadernos Metodológicos" del Centro de Investigaciones Sociológicas incluye más de veinte monogr.úias breves y de lecrun fácil sobre métodos de investigación social. Hay monografías dediC3das a los métodos CUI!Iltimti,·os (cómo diseñar una muestn, hacer regresiones múltiples, encuesw telefónicas y por correo, regresión logística, an:llisis de redes, etc.), a los mé1odos cualimtivos (análisis de biogra!W e historias de vida, observación participl!llte, etc.), y otraS más generales (cómo construir gráficos, dónde encontrar 1115 fuentes de datos, cómo progr2111ar y evaluar una investigación, etc.). El libro de Manuel García Ferrando, Jesús Jbiaez y Francisco Alvira (coord.} El oná!isfs de !o realidad social: mitodos y ticnicas de im•tsrigaci6n (Madrid: Alianza Editorisl, 1994), ofrece una perspec~vn general sobre es:e temil.. El que qui= profundiz.:lr más en mé1odos cualitativos puede leer los textos de José Ipacio Ruiz Oltbuénaga Merodolog(a de la invesrigaci6n cualitariva (Bilbao: Universidad de Deuno, 1996) y de Juan Manuel Delgado y Juan Gutiérrez. (coord.) Mi!cdos y rtc.~icas cuDlltarivas dt invmigoción tn ciencias sociales ~údrici: Edi-tOrial. Síntesis, 1994). Y sobre métodos tul!lltiwivos, los libros de ~anuel Gucía Femndo, Sociat!ra.:iísrica. ITLToducci6n a la estadísnca t!l sociología o.f!.Crid: Alilllia Editorial, 1994), y de Leslie Kish, Diseño tstadúrico para la investigación (i'vl!drid: ClS), son muy útiles pm irse metiendo en mateda.. Sobre la corri!nte feminista en sociologi!, además de las referencias sugeridas en el Capírulo 1; puede consul-

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• ;. Es la página del Cena-e¡ de Investigaciones Sociológi- • ;: cas, un organismo oficial que guuda en sus bases de dll.tos más de dos mil encuesw. M¡;rece la'penz curio- • sear el catálogo de banco de detos y el de publicado~ nes. Pinchando «Otros centrQs~ se pu_ede acceder a las ·~ páginiiS d; otros organismos oficiales, nacjo.qales e iruernadonal~. que tienen dztos y est!dísticas impoi-tantes para la investigación. '<: G http://euro{Ja.eu.int/en/commiéurost:u . .. · Es la direccióo de Eurostat, la oficina esodística de la A \ Unión Europc3 Las estadísticas de Eurostat se han -r,¡ hecho imprescindibles para los ~rudios._c;o~parapvos A. a nivel europeo sobre muchos temas: inmigrante.~, ~ condición de la mujer, valores y actirudes, etc: • t1 bnp://www.socresonline,org.uk _ Un buen ejemplo de lo que puede llegar a ofrecC! llna • • revista electrónica de sociolo!Óa. e: • hrÍp://www.as:meLorg .. Es la p!gina de la American Sociological Association, ': la organinción profesional de sociólogos más. activa en el mundo. j s hnp://www.ucm.es/bucm/cps/cpsdoc. . ·. . • Es la dirección de Compluóoc, una base de duos que { contiene cer..a de 50.000 referencias bibliogriñcas correspondientes a artículos de revistaS que reciben a: periódicamente las biblio~ de-Ciencías.ae illofór- 9¡ meción, Económicas y Políticas de la Unive:-si&d .~ Complutense de Madrid. . ).

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También e:J formato CD-ROM hay he!J"..mieotas.muy 'útiles pam la investigación. Hay CD-ROM para los que se quieren iniciar en el análisis cie datos estadísticos y que son una buena herramienta de aprendizzje (El CD-ROM «Espacyo» del CIS, por ejemplo, que cootiene t!atOS ~ diez eocuesw y una apücación pm el tr3Wlliento asistido de la información). T2mbién ea CD-ROM hay bases de daios estadísticos y bibliográñcos. Puede ir a su biblioteca, sentane frente al ordenador de la sala de referencias y ver si encueatra algunos de e.~tos: Sociofile Es una base de datos bibliográfica. Coorlene res6menes de más de dos mil revisw esoecializadas, Más det!lles en hnp://www.acce.~sinn.comisocabs.

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Metbodologists Toolcbest, CD-ROM, Scolari Sage Softn"are, 1.997

Publicado por el CSIC (Consejo Superior de InvestigaEs UD progiama ·que le puede l}1ldar a planificar su prociones Cieotíñcas). El ISOC contiene in,formaci6n s~ · yectO de investigación, preparar el diseilo metodológico, etc. anículos publicados en tevista.s de ciencias sOciales espaPuede encontrar mú detalles en bap-J/www.sagepub.co.uk ilolas y e;o;!Ialljeras

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~En un principio pensé que era la cabeza de una mu~ec&Jt, dijo Helmut Simon. un rurista alemán que en 1991 hizo uno Ce los más gnndes des.."Ubrimie:11os cieoúficos del siglo XX. Sirnon estaba recorriendo un inmenso glacillr al sudoeste de Austti!., cert:t de la frontera con Iulia., cuando tropezó con algo que sobresalía del hielo. Pronto se dio cuenta de que no e!'3 una m~eca. sino un Cl!erpo humano. En el hombre de hielo, como se llamó más tarde, un hombre que vivió en aquell3 zona hace más de 5.300 liios {:lOtes de la construcción de las p.irámiáes de Egipto), y que es acruo.lmente el cadáver más antiguo y mejor conservado de un miembro de nuestra especie. E áescubrimiento promo llamó la atención de ex.penos de todo el mundo. Se ha wculado que el hombre de hielo murió cuando tenía unos treinta años, pesaba unos cincuenta kilos y medra ~erca de 1.60 meD'os. Según los científicos, se D'ataba de un pastor que soüa llevar al rebal!o a las montañas de los Alpes. Un día. a principios de otoño, le SO!Jirendió una tormenta. El hombre de !uelo buscó refugio en un pequeño recodo en la montañL Agomdo, se quedó dormido, y al poco tiempo murió. Su cue!JIO quedó enterrado illí mismo, bajo la enorme capa de hielo que ::npezó 3 formarse poco después, cuando !Oda aquella zona quedó con\'enida en un inmenso glaciar. Durante más de 53 siglos su cadáver se pudo conservu a une temper31:'.l!1! de 6 grados bajo cero. \'olvió a salir a la luz cuando b parte del glaci:!l' en le que estaba enterrado comenzó a derretirse. Alli ruvo la suene de ser desculiier.o por un nnista a!emá!l. Al eX311l1Jliil' le ropa y los utensilios que Uevaba consigo, los científicos se quedaron muy sorprendidos, pues indic•ban que la sociedad de es~ hombre de las cavernas era una socied:td muy avDJlZSé!. Tenía el pelo muy bien coll.!do y muchos uruajes en el cue¡po, que prooa.Jlernente sirnbolizab2ll su es:.Jrus en la socieéci Vestía una especie de chaquetón de cue:o, y e;¡cirns un tejido de forraje que, a modo de impermeable le servía para protegerse mejor conD'I el frío. Sus upws. también de cuero. esttban forrados por denO'o, lo que !demú de pnxegerle mejor, le dtb! más comodidad. Llevaba t5mbién un h:cha, un cuchillo con mango de m!óera. un an:o y varias r1echts con punta de piedn. No le f!lttba su mochila, en la que además cie OD'CS utensilios, llevaba planw medicin31es (R~demae­ km y Schoen&i, 1992).

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m~gíoese cuál habría sido su vida si hubiera nacido hace 1rescieotos allos. Aunque tres siglos es poco tiempo comparado con los miles de millones de años de hi!toria de la Tierra, su vida habría sido totalmente düerentt. Posiblemente habría nacido en una pequeda comunidad rural, y allí habría _permanecido basta su muem. De viajar, nada. Lo mis lejo~. quiú..hasta el pueblo más cerc3Ilo. Nunca habría ido a una tienda, y menos a un gran cen1r0.comerciaL Tillllpoco habría visto un tren, un coche, un teléiono móvil, una c:!mara de vídeo, un ordenador, un fa."t, un avión. etc. Y muy posiblemente ni siquiera se le habría ocÜnido la idea de que es necesario votlll' para elegir gobierno, de que puede elegir ~ted mismo su religión, o incluso su propia,idenridad. Esto, que no lo podía hacer antes, lo puede hacer. hoy. Com!J hemos ··~s;o e¡¡ el CApítulo 1 (.cu pe.-spectiva sociológicu), la sociología nació en medio de las grandes transformaciones económicas, po!Iticas y sociales que dieron lugar al mundo moderno ¡al CO!DO hoy lo conocemos; y nació preguntándose por Lu causas de esw transformaciones y el fururo que dejab~ adivinar. En este capítulo vamos a hablar del desarrollo histórico de las sociedades huma..~as. Esto nos va a permitir entender mejor las.sociedades del presente y reflexionar sobre las posibles tendenctas del fururo. Para em¡>e?C. podemos definir una . . .

c¡ue!fan e.-~plicar Jos cambios Wl dramiticos que se estaban produciendo en las sociedades eu.-opeas en aquellos años y averiguar el fururo que les agu!!daba. Cada uno de ellos tenía una visión distinta de la socie: &d, pero los tres se hicieron las Dilimas pregunw:

e ¿En qu~ se diferencian las sociedz.óu del pasado de las sociedades del presente? ~

¿Cómo y por qul cambia una sociedad? ¿Qul factores crean divisiones dentro de una sociedad y cuiles ·ocros hacen que se mantenga unida?

a Las sociedades ¿están progresando o van a peor? Como cabe imaginar: cada uno de ellos dio respuestis disriol!S a esta pregunw. A medida que vayamos avannndo en el capítulo iremos señalando.en qué se pareeep y en qué se diferencian sus respuesw.

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Evolución y tipos de sociedades

~de.h.iel o;

nJ que nos hemos referido al principio del capítulo vivía.enAAa ~:!ad muy,!lltigua. Vivió anteS del nacimiento del imperio egipcio y de la chiliza.. ~ .,.,.,..., ilwnlallaa ción griega. y antes incluso del nacimiento de las ciuda~ ') qlll C'OmplllttiiiiiiO IIIÜIIIG Clllnua. des en Europa. uuda de este modo, se puede hablar de la sociedad Corno personas acosrurobradas-ª 19!.m!J!l.~mc¡t Pl.edios europea, pero también de las sociedades de Jos estados de tr3IJSporte y los continuas av3Ilces tecnológicos en el europeos (la sociedad francesa, alemana, espallola, etc. mundo de la comunicación l'DÍnlroOS al hombre de hielo, (vé:lse el recuadro de las páginas n-73). un remoto antepasado nues1r0, con una eoorme e.-~pect:e­ Empezaremos este capítulo describiendo las tranSforción. Pero Jos sociólogos que esrudian las sociedades maciones socinles habidas en los últimos diez mil años. antiguas (junto con Jos arqueólogos y Jos an1r0p6logos) Adelantamos que est!J no va a ser ficil. Esto nos obligará ya bao aprendido mucho acerca de nuestro pasado. Gera caracter'.nr con cierta precisión diferenteS tipos de bard Leoski y Jean Lenski han registrado las más imporsociedades. Más adel:uue explicmmos la \isión de la tantes caracterúticas de Ju sociedades que han aparecido socie<Ú!d que tenían ¡:res sociólogos clásicos, de los que y desaparecido a Jo largo de la historia. Además de para ya hemos hablado en cpltulos ameriores. Karl Man entender las sociedades pasadas, su trabajo nos sjrve tamentendía la historia como un proceso Jugo y complejo de bién para entender nuestra propi2. sociedad. En la termicambio social. Mux esmba esoecialmente interesado en nología de estos autores, el objeto de su investigación era aoi!.lizar la economía. esto es, ~ analillr cómo las socieel esrudio ée la eYolución sociocultural. esto es, ti mudades producen bienes (a.limenros. vmidos, tecnologías, dio dé los cambios socialts qut It suudtn cuando una etc.). y, haciendo esto, cómo nacen y se reproducen las sociedad adquitrt nut'llas conocimitii!OS, tn parricular, desigualdades '! conflictos sociales que, según él, son el nut'llas rtcnologlas {Ltoski, Nolao y Lenski, 1995: 75). motor del cambio y las tranS!oi'Ill!ciooes sociales. Max De forma pmcida al biólogo que esrudia la evolución de Weber, reconociendo la !llloonancia de la economía, las especies. el sociólogo que emplea esta perspectiva ime;~tó. mostrar que las iáe:Ís (y llÚS, en concreto, izs esrudia cómo lu sociedades se van lr2.DSÍOilllando a lo ideas relig¡osas) wnbi~a tenían su pane en el desarrollo largo de los siglos t medida en que van consiguiendo de !as sociedades huma.1llS. Por último, Emile Durkheim tener un mavor co01r0l del entorno narural en el aue se se cen¡¡ó en los me.."aalÍsmos que producen cohesión desenvuelven. Las sociedades que sólo disponen dt una . social. esto es. oue hacen aue los miembros de una .socie!etnología rudime:u.aria sólo pueden alimentar a un dad c~..ren uños con otros, he.ciendo vi~ble esa socienúmero muy limitado de personas, que tienen poco condad. Durlmeim mostró oue esos mecmismos son distintos trol sobre ;us propias vidas. Por el contrario, las sociedaen las sociedades antigÚas·y modemar.Estonres autores des av~das te~ológicamente- (y aquí cavanzada.s» no

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implica mejores) son socieciades con una poblzción mucbo más numerosa, cuyos miembros son wnbi~o más diferentes o distintos ent.-e si. En estas sociedtdes viven personas que tienen profesiones u ocuptciones más especiiliudl!S y, generalmente, persones que tienen disriow actirudes. creencias, opol'tU!lÍdades y estilos de vida. Cuantll mayor sea el CJ.piW. tecnológico que tiene l!ll! sociedad, mayor seri el riuno del c!lllbio social. Las sociedades tecnológicameme simples cambian muy lenumente. De hecho, algunas prendas de vestir que llevaba el hombre de hielo del que hemos hablado son muy parecidas a las que 1Jevab3Il los pastores que vhian en esa misma zona a principios de este siglo. Por e] contrario, las sociedades t:cnológicarnente complejas cambian a un ritmo tan ripido que al final de su vida una persona aperw puede im:ginarse cómo era b socied:d y sus propi:u condiciones de vida en el momento en que nació. Piense por un inslllllte en algunos elementos que son ya parte de nuestra cultun1 que dejarían perplejo, quizá entusiasmado, pero más probablemente atemorizJdo a cualquiera que hubiera vivido tres o cua1r0 generaciones anteriores a la suya: los restaurantes de comida lipida, el fax, el teltfono mó1•il, el cibersexo, los corazones artificiales, la cirugía por lúer, la reproducción in ~;!rO, la ingeniería genética, la re:!lidad \•irtual creada ¡>Or ordenador, la fibra óptica, los misiles mteligentes, la amenaza del holocausto nuclear, las estaciones espaciales, la cirugía tr:u\SCXUIIÍ, las transmisión de imágenes vía sattlite, etc. La verdad es que nos ha tocado vivir en un mundo bastante extrnño; · muy extruio incluso si lo comparamos con el mundo de nuestros abuelo!. A med1da que una sociedad se va haciendo tecnológicamente más avanzada. se generan cambios a un ritmo y de un alcance cada vez mayor y que terminan afectando todas las esferas de la vida.. Por ejemplo, cuando nuestros antepasados aprendieron a utilizar la fuerza del viemo, pronto empezaron a construir ~os de vela, molinos de viento y. más adelante, Jos primeros planeadores. Por pooer un ejemplo m2.s acrual. piense por un momeotc> en los cambios que b110 producido en nues1ro estilo de 'ida la energía atómica o la informática.. Siguiendo las.investigaciones de Gerbard y Jeao Lenslci, y tomando la tecnología como rasgo distintivo, vamos a describir a continuación cinco tipos de sociedades, que son las sociedades de c=dor-...s y recolectores, las primeras sociedades a.gñcolas y de pastores, las sociedades propi~ente agra.1-ias. las sociedades industriales y las sociedades postiüdustriales. El determinismo tecnológico: unas palabras de cautela

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Si bten es cieno que düerentes tipos de tecüología pueden crear las condiciones espei:íficas pva que sé desmolleu

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de sociedad, !lO hay una relación causal

estricta eDIR tecnolOii& y SOctecbd. Y no la hay básicamente~ dos razones.

En primer lugar, la tecnolop no dmnniM la sociedad. · hay una relad6íi amomática entre elnpo oe tecnología de que dispone una sociedad y la follila de esa sociedad. Las tecnologías se puede11 usar de distinto modo y con distintos propósitos, y son Jos miembros de la sociedad, al decidir el uso que van a dar a esu tecnologías, los que nna determinar la forma de esa sociedad. En el periodo n:u:i, por ejemplo, Alemania era un país tecnológícarneotc muy avanzado, como lo e.-:u¡ tambi~n Inglaterra o Estados Unidos. Pero la tecnología en Alemania se ull.ii.zó pua lle\·ar adelante los planes tocilitarios de uo dictador y exterminar sistem4ticameme · a millones de personllS. Las tccnologíc.s de los i.,cas y egipCios eran muy adelantadlts, pero también implicaban sistemas de dominación y esclavitud. No hay tecnología q!Je se active sola. Las teenolQ&ías oeceSÍWI.pcDoCIIIIL.Ílue lA.desarroDen. activen y empleen, y ~ lo pueden hacer siguiendo uno u 01r0 objaivo, weaa'dO así 1111 11p0 ll oao de sociedad; Las leCIIOlolfu no 5011 buenas o malas, son unles. Son las petsonas las que les imprimen un propósito o una inteDCi6n. • - · Ei segundo lugar, DO DOS tenemos que dejar llevar por la tentación de pensar que las socie'daoes que Villllos a describir a continuación se suceden unas a otraS de forma automática y siguiendo un esquema evolutivo. De hecho, en el siglo :-:o<, oo faltan ejemplos en que estos tipos de sociedad coexisten. Hay muchas sociedades que no son puramente ag:rui:u, o ináustriales, o de cnadore5 y recolectores. En una Dilima sociedad podemos encontrar algunas caracteristicas de las sociedades agrarias junio a otraS de las sociedades posindustriales, por ejemplo. Peosar en términos evolutivos, de peor o más simple, a mejor y más complejo, puede ser síntoma de eurocémñsmo. Volveremos a tocar este tema en el capítulo siguiente, cuando hablemos de multiculruralismo. · : Sociedades de cazadores y recolectores

Son sociedades aue disoonen de tecnolo!ñas sirnoles oue les sirven om cazar animales y recolectar alimentos. Desde el origen de la especie hurnlllla hasta hace 'UDOS doce mil años, todas !u sociedades eran sociedades de cazadores y recoiec:ores. Hace pocos siglos esre tipo de sociedad era todavía relativamente irecuente en a.Jeunos territorios, pero hoy e11 día que~ pócas sociedadeS de este tipo. Los .aka y pigmecs de .'\frica cel!lr.ll, los bosquimanos de .:'Jrica suroccidental, los aborígenes ausrnli21loS, los inc!ics lwU del Ca:oadi ooroccidental; y los batek y sema.i de Malaisia son sociedades de cazadores y recolectores (Endicon, 1992; Hewlen, 1992). ·

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¿Qu é es la sociedad europea? arx, Weber y Ourkheim, d;; quienes ya hemos hablado en este capítulo, intenlaron explicar la t(ansformaclón de las sociedades agrarias en S<?cledades ln· dusuiales. Pero como los tres eran europeos su lntar~s se centró en Europa. Es diffcil saber lo que es ·Eurcpa•, sin embargo. Esto se pueoe comprobar inme!liatemente: piense un momento an las carac!erlsticas b¿sices que, segun su crilerio, pueden servir para definir Europa. Segu· ro que a otro europeo que vive en un país distinto, o en une reglón distinta en su mismo país, se le ocurren cosas distintas. En cier.a forma, es dlflci entender Europa como algo coherente. En

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!Jopa 3.1 t La construcción

Europa hay més de 40 paises y se hablan aún más lenguas. El paisaje y el clima también vería enormemente: no es lo mismo el cfima mediterráneo que el de los paises eSC211dinavos. 8 pasado y su memoria a veces acercan a unos pueblos con otros, pero otros muchos los separan doloro~nte. La CIJiun política es también distinta Los europeos del norte son més incfl.idualís'.as que los del sur. Las escalas de valores de los daneses, flllfandeses o suecos no son las mismas que las de los Italianos, pcrtugueses o españoles. Pero Incluso dentro de los mismos paises europeos nay diferencias cutturafas: Es lo no es asr únicamente pOr ruón oe identidacil!!lt~'io­ nalas o ~cionalas (como en el caso

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de Escocia o Cataluña, por ejemplo), sino también por razón de ~ emigración. En Europa viven muchas fami'as de origen asiático, magrebi, suda· merlcano, cañoello, etc. Sin embargo, y a pesar de lodo esto, muc.'la gente sigue hablando de la •SOCiedad europea•. Cuando lo hacen ul, ¿qué entienden por esto? Para hablar <!e la sociadad europea debemos in!en!é!r buscar elementos comunes: una historia común. una geografía o, quizá, algunos rasgos culturales mfnimos que todos los europsos comparten. Podemos entender Europa, en términos de Ber.edict Anderson, como una •comunidad Imaginada•, esto es, como una sociedad unida por una hiS:orla y cul· tura común. A pesar de todas las diferencias, uno podria pensar que los europaos tienen ciertps valores co-

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munes, qus se derivan de una hls;orla especifica, distinta de las de ollas regiones oel mundo. En Europa ha dominado el cristianismo, sa Inició la revolución Industrial .y emergió una cultura democrática, Tomados ·estos valores en su conjunto quiZá pueda decirse, cor.¡o Agnes Henar, que •la cultura europea ri!presenta la modernidad, que impfiCl! un afán por el conocimiento y el desarrollo tecnológico y material y, él (nismo tiempo, valores como le liberta4 y la igu¡¡ldad (Wintie 1996: 11). .• Otia forma de ver Europa es como un conjunto de países que tienen como objetivo. convertirse en una unidad polftica. Oe!da la 11 Guerra ·Murichl ttlaradójtCil/Ti:nta un ecooteciml~nto que significó el inicio de algunos prtr yectos ~ unificación), este obje~.se ha ido haciendo reafd¡¡d. En 1948 se cerebró en La 1-'.aya el Congreso pare Eurcpe. en el que érversos rnovimieotos europeistas propusieron creuuna Unión Europea. Desde entonces, este proceso ha ido tomando cuerpo. En 1951, Jean Monnet sa ..referia a la Cormrided Europea del Carbón y del Acaro como •la primera expresión ele la Europa que esté a punto de nacer•. Pero por ¡¡quellos a~ la pomuniéad Europe~ sólo tenia seiS ~íses miem· bros: Bélgica, Francia, ltaíi¡¡, Alemania Occidental, LuxemtJurgo y Paises Bejos. En el mapa de la página anterior puede verse la evoluci:ln del proceso de construcción europea, cuyas fechas mi!s signilicativas se sefl¡¡jan sn el cuadro adiunro. Esle proéeso no ha sido nade fá· cil. Ha hEbido paísés que ban apoya· do este proyec:o sin re!ervas desde sus mismos inicios. Otios países, por el contrario (como el caso del Reino Unido, por !jemplo) han·tenicio una actitud més ambivalente. Para Espl· lla, el lr.greso en la entonces Com~o. nidad Europea signi1icó el reconocí· miento del sxito 05 su lrenslclón 1 la dsmocrecla despué·s óa que durame mAs de veinte c:ños Europa le hubiere cerrado !Us poJertas. o


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Sin te.."Dologíz.s que les sirvan pua producir zlimentos, Jos !lllembros de estns sociedades están continuamente busc:mdo comida en su emomo natural. Sólo cuando una sociedad de este tipo h!bita un.a región en la que hay abundanc1a de alimentos, sus miembros tienen algW! tiempo de ocio. Lns sociedades de cazadores y recolecto· tes se dividen en pequeñns bandas de pequeñas docenas de i.odividuos cada~ & ellas, que viven relativamente alejadas unas de oll'35. Son bandns nómadas, además, y se desplazan siguiendo la ruta de animales migratorios o cuillldo billl ago!lldo los recursos narurales de la zona. Aunque periódicamente vuelven a sus lugares favoritos, no se asientan permanentemente en ningún lugar. Las sociedades de cazadores y recolectores están orga· nillda.s por vínculos de parentesco. La familia obtiene y distribuye los alimtotos, protege a sus miembros más débiles v enseña a los niños Jns habilidades básicns pm la supe;,¡,·encia. La mayoria de Jos miembros participa en la mayoría de las actividades def grupo; la más impar· tante, bus:ar comida. Hay sin emb:~rgo una especillli.zación del trabajo, seg~n criterlós de edad y género. Los más jóvenes y los ~ ~iejos cóntnouyen en ,lo poco que pueden. Los adultos sancis ti~en la responsabilidad de obtener Jos alimentos. De la recolección de frutos y aJi. meatos vegewes se suelen enc"::li!Í }as mujeres, y los hombres suelen especi:llizane en~~ caza. A pesar d! esta división del ttabzjo y de responsabilidades, hombres y mujeres tienen un esurus o posición ~ocia!. se~~jante (Leacocl:, 1978)." . · ~o existe un poder político formal en este tipo de . i' sociedzd~. En la m~ro~a de ellas. existe 1~ d:J cbaman, uñlfder espinruaj que pueae tener CJeno presngio en el giup(¡. El chiinilll no recibe ningún tipo de beneficio o com1lCDSación material por serlo, y tiene que cola· borar en la· búsquéda de alimentos como cualquier otro miembro de la comunidad. También, aquellos que parectn mis h!biles en la caza o la búsqueda de alimentos pueden tener más prestigio socid, pero en realidad la organización de este tipo de sociedades es !elativamente simple e igualitaria. Esw socied.ldes oo .suelen ser sociedades guerreras. Las II.DZJ.S, las flechas o los cuchillos de piedra se usan para la caza, pero no para.la .f!!ern. L:!S enfermedades y í los des~tr"..s oarurales (1aj sequías,li!.S inundaciones, etc.) 1 son sus mavores enemiEos. Viviendo en condiciones en 2enertl bu=.ante dificile;, los miembros de esw socieda. des cooper.m estrecb!lllente unos con oa'os y campaneo los recursos. Aun así. muchos mueren en los primeros años de vida y, quiz!, la mitzd no llega a superar los veinte años de edad (l.en.ski, ~olan y.Linski, 1995: 104). . A !o lar2o.de este siiClo, muehz.s sociedades de ca.udores V re:oiectoreS Se han' vistO fue.rtemenre amCÍ\uadas ·- i · - - oo/¿tras !ociedade$ teCnológicamente mú- complejas, . L. _ ._que las han ~onacio en espacios cada vez mis reduci:

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Prl"leras sociedades agrfcolas y ganaderas

Ha~~cb~O:nm.il años n~vas tecnologí~~mar m .gJ1!S SOCie iCeS O~ cmd!>res V recolector*- Se dew:uilló, en primer lugar, una teg¡ologfaagrieolnudiment.a.riJ.,.l¡ue. permit!a-la-prod=i6D-t!e-ilimmte~a-e:scala. Las il~ mis canct~­ dsricas en me periodo s~Ja nada, pm r~cr la ti;· rra, y todo tipo de uteriSili~tilizados para cavar _y. PÍwtar las ~millas. Parece ser que se empezó a utiliz.ar esw hem.mienw en las tierras fértiles de Oriente .Medio. Por un proceso de dh"usión culrural, esw nuevas ~cnicas agrícolas ya se habían extendido en la mayor parte del mundo hace unos seiS mil años. ·

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recolest~ooedades-agrleol3.S"'!Hue-i.nmediata...ili

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Socied~~es ~warias

Hace .~ededor de unos cinco mil años (en la época .en que VJVJÓ nuestro hombre de hielo), se produjo en Oriente Medio una nueva revolución tecnológica que transfor· mó la historia de la humanidad. Se trata nada más v nada menos que el descubrimiento de la m!._cultura ; mm tscal~{:'iltuldD oor la ÍJI\Itnci6n drTO;;áo )'el •or,pko i; ?"'l!')cs ÍÚ riro..La ilnponancJ!Sate avance tecoolól!lCO, junto con la mvención de.J e de los sist~:mes de irrigación, la escrirura, la numuac y el uso cada vez

. Las cree:~cias religiosas lllmbién sufrieron cienos cambios. Mienuas que Jos miembros de las sociedades de cazadores y recolectores solían pensar que el m1111do estaba habi~do por espfrirus. los de las sociedades agricolas pncticaban el culto a Jos antepasados y solían pensar en la figura de Dios como el creador. Las sociedades de pastores dieron un paso más y pensaban que Dios intervenía directamente en el destino de la comunidad. La metáfora d~ ~ios corno el '<}>3Sto!1t de la comunidad (que er.; su «reb~o..) la companen el cristiilllismo, el jud.úsmo y el i~Jam, tres religiones que n:u:ieron en Orien~ ?.fedio y a partiqle las creencias religiosas de laS sociedades de pas· tares .. Un mayor nivel de especialización y de compl~idad en la OJ:!arunción socicl !llmbién produce..uJlmtll!eHliYel de...Jicsig>Jll~d-sooal~ Siempre había íamilias ~ clanes que podían producir mis c¡ue otros, con Jo que obt~:oían más prestigio social y poder o influencia sobre el resto de la comunjdad. Las alia¡lZas con !amilins o clanes de iguai prestigio o posición soci2l servían para reforzar la preeminCllcia social de esas familias y ¡arannur su tran5Ink sión a los herederos. Con ello emer~eron los sistemas formlles de desigualdad social. Y así tam'bié~ sistemz.s poUricos de dominación (o go6iemos, pará en¡e;¡dernos; aunque gobiernos muy rudimentarios) que, resoaldados por una fueru militu, tenían como finalidad pr~teger Já posición social y económica de las fau¡ilii!.S o clanes más fa~ecidos. En ~ principio .eran gobiemós sólo podtan tener autondad sobnt un territorio pequeño y un ~úme:o bnstame.limitado de personns. Los grnndes impe· nos nacerían m:!S tarde, cuando ya se hizo. posible desplazar las fuen.as militares rápidamente v a distancias más lanas. · ·• ·La ci~mesticación de anim!les v el c~tivo de la tie~ transformaron las sociedades. ·Ésw aumenWon .suS recursos y se hicieron~, com~ ic'ibam~• ~e ver, .tzmbién oús..dr..tiguales..Hubo .a~. ~cos. CJenamente, pero esto; avances i'UIIgitn.die-

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--~-C:..~l---Ot lu130 phill)ldu de Eglplo,lat móa grondu aon Los trea phi,.¡. du do G~ Tionon 1.1 lllturo de un edilicio dt uncia cuoronta pltot y tn ada una da oJ1u •• tm~lnron unos 11• mlllonu ~o bloqun dt ~ Hua unos •.soo añoo doctnas do mllu dt petSOIIh trebejos ron '" lu pirámides 1 nn dt que un aólo homtno, t i rari6n, pudiera descansar tlltml.retiL Lu pllimldes son un ejemplo palpable do 1.1 tnonno du(guoJ~d aocial quo había '!" osa aoc_lodod agrarlL. ·

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geneali¡ada. Los pupas humanos nsentados en tetriu)rios ricos en caza y recursos alimentarios posiblemente no pensaron que las nuevas tecnologías fueran moiivo suñciente para abanqooar su estilo de.yida y.estrategi~ de supeTYivencia {F!Sher. 19í9). Los yanomaroo de la selva brasilella (sobre los que hablaremos en el Capírulo '4 ~CullU!a»j, son un ejemplo de una sociedad qué decidíó combinÜ la y recolección con el em¡ileo de ei~ ticnicas agrícolns rudimentarias (Chagoon; 1992). Tarabita hubo otru sociedades, en particular las que habitaban re!!iones m!s :íridns o montaiiosns (como ;la región de Jos-.o\.lpes, donde ~ivió nuesuo hombre de bie: lo), que oo encontraron grandes beneficios en las cuevas técnicas agrícolas. Estos..grnp~ embargo, desarrollarOR..()!fa-teEIIQJOgíi.J1.l!.<).p¡stQWÍ,S,_quu:DD:' siste en la domesticacióo de animales. También liubo socieOiiles. que cOii!binal't!lr'1:lf"dos tecoologíes y que empezaron a obtener la m·ayona de sus recursos alúñen· wios del.cultivo rudimecwio de la tiem y de los reba:iia.s. HOy en día, l!&Y ;ociedades de este tipo en América del Sur, Áfñca y Asia. · La. domestic~cióo de'3D.i.males y el cultivo de pequeños . tetr"'...nos eumentó rápidamente la producción de alimé:Jtos. Esto permitió que las !OCJcdades pudier.111 aumentar de umaño-, d ser posible ilimeoru oo a docenas, sino a centenares de personas. Las sociedades especializaéas eo el oastoreo sifuieroo sieildo nómadas, pues tenían qüé mudme consantei:ne.'lte en busca de pastos frescos para el ganado. Por el contrario,las que adaptaron las ttcnicns o.

e~coles comeDZ;Uoo a crw esentarnientos mis o menos pennanemes, que se abandooaben cuando Jos tm~pos dejaban de rendir lo suñciente. En estos asentll!lientos podW!llegar a vi'ir miles de personas. La posibilidad de producir alimentos (cultivando el ce.mpo o creando rebaños) implicó la . creación de un e.~cedente material, esto es, se obtenían más retU!fo; de los necesarios para 1! supervivencia diaria. Estos excedentes peliiÚtieron que algunas personas pudieran dedicarse a ouas actividades disrinw de la producción de alimentos, como Ja'fabricacióii de hemmienw, el comercio, la interpretaCión de lns se!lales divmas, etc.,:Ea... comparación con las sociedades de cazadores y recol~­ toras, 13.5 sQ,é,edade'fign~¡;::y-de-pastore~r3ll"'Dás complejns;-pues-ya empezanUJ!!Il'llf~carse11Da·división.. o.cspeciabució!Hie~ trabajo. -

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dos y d.mado seriamente !liS emomos narurales. Gerh~ y Jean Lenski piensan que a finales del si¡o X'< habrín desaparecido por completo. Pero si bien es cieno que muchas dt esw sociedades están seriamente amenauda.s o en trance dt e;ainción, también es cieno que algunas de ellas (como Jos innuit de Canadá, por ejemplo) no se han resignado a la extinción y esún luchando por mantener su culrura y estilo de vida..

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más extensivo de los meules mucan cllltamente UD periodo en la historia dt la sociecbd. El uso del =do pemutió el cultivo ele ~'Uensiones de tierra mucho más grandes que lo que pemúda la azalh u otras hemuniem.e.s semejantes. Con el arado, además, se podfa remover y !ire!!!' l! rierrt mucho mejor que con l! azad.l, C"on lo nue, sdemás de aumentllr el rendimiento del suelo, se consiguió proloogllr le fertilidad del suelo. Esta tecnología permitió a las sociedades agrarias cultivar las mismas tierras durante varios decenios, y así, crear asentamientos permanentes. Los e:\cendeotes alimentnrios, y la posibilidad de rran.sporwlos en carros tirados par animales, supuso la cre:~ción de socied:tdes de grandes dimensiones, en términos de población y tttritorio. Y también, de grandes imperios. Se ha calculado qué, en su periodo de esplendor, vivfm en el Imperio Romano unos setenta millones de personas, 'en una extensión de unos cinco millones de kilómetros cuadrados (Stavrianos, 1983; Lenski, Nol311 y Leruki, 1995). Como ya había sucedido en la etapa amerior, un mayor excedente de recunos produjo una mayor grado de complejidad social. Algunas tareas que antes acaso todo el mundo teiliuba (como abrir los campos o conservar o custodiar. los alimentos) se convirtieron en ocupKiones especializadas. La especialización hizo obsoleto el viejo

sistema del tn1eque, y asf no wdó en aparecer el dioero.

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A su vez, la invención del dinero f:~cilit6 el comercio y,

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consecuentemente. el desarrollo de las ciudades, que eran el centro de las transacciones comerciales. L11 sociedades agrarias eran también sociedades profundmtente desiguales. En el extremo illferior estabm los esclavos y los cmpesinos, la fue.rz¡¡ de trabajo de las elites. Libres c!el trabajo manual, las élites de estas socieda· des podft11 dediCllrse a la filosofía y las ams; y, por supuesto, al gobíe."llo de In sociedad. Si bien en las sociedades de cazadores y recolectores y, basta cieno puoto, en las agrfcolas las mujeres tenían un papel fundamental en la pco1isión de alimentos, con la invención del arado las mujeres fueron relegadas a t=IIS subsidiarias o secundari&s. Según algunos autores, esto produjo la suboi'C!imción de la mujer frente al hombre (Boulding, 1976; Fisher, 1979). En el recuadro de abajo se explica esto con un poco más de detalle. La religión reforzó el poder de las elites. Las creencias religiosas refo=n la idea dt que las personas estaban obligac!as monlmente a ejercer aquellos trabajos que les correspondieian segW¡ su posición en la jermquín social. :\1uchas de las maravillas del mundo ll0ti21!o, como la muralla china o las grandes pirámides de Egipto, fueron posibles porque emperadores y funones ejercfan UD

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poder absoluto sobre grmdes contingentes de personas, .>blipd.o.s a trabajar en las peores condiciones y sin espeIarlll de mejor!. . .. En las sociedades agrarias, en fin, las elites acumularon un poder inmenso. PliCa ml!ltener el conttol de los imperios se hizo necesal'io form:.r y recluw roda suene de burócratas y servidores, encargados 4e administrar y controlar los dominios. De eSta. fomu, junto con unas e::onumías florecientes, emergieron los aparatos políticos y admiiüstr:!rivos como esfen aparte o separada; de la vida social. En las sociedades agraries aumentó el nivel de complejidad y desiguo.Jdad social. También, y si las compa;¡mos con las sociedades de =4ores y recolectores o.las sociedades agñcolas y ganaderas, las sociedadts a!!rarias !e düereociaban más ent.re sí, ya que los continuos-avances tecnológicos, que perroióllO tener un mayor comrol sobre la o.a.ruraleu, dabm pie a un mayor grado \le variabilidad en bs formas de organización socio.J.

rnitieron vj:tjar a l!fll "elocidad mayor que el sonioo, e incluso traSpasar los Umites de !a 1íem.. u energía n~bién ha cambiEc!o el mundo de rormi"irre,.ersible. Y el uso cada ''eZ más extensivo de los ordenadores que han multiplicado de forma hasta, emonces ioimagina~ ble la capacidad de procesu infoñnación, ha ori¡io3do a su vez rna rzyoi¡¡Gilfñ ioftJLZr..iticarque esti dando Juear a toda liD:! nue,-aserie dt.J:e.mbios y a otro modelo des~­ dad: la sociedad pcstiodustrilll, sobre la que oos dete.'lliremos en el pró:dmo !panado. _ También el trabajo se bs ttansiorroaóo ralficaln¡ellle. Si en.Jas sociedades agranas la mayorja de,las personas trabajaban en el campo o en sus casas, en la sociedad industrillla mayorfa de las persolll!S comenzó a trabaju por cuent! '! en iábricas, ir.s¡.¡Jadas en las protimidades de las fuentes dt energís. Con ello peniiemn importanCia los vínculos de parentesco, los vo.Jon:s tradi.cionales, las creencias y las costumbres propias del mundo rural. La industrialiucióo creó sociedades. enormemente prósperas. Si l:!ie!J al principiQ.las condiciones saniwias en las ciudades y núcleos industriales.de Europa y Norttam~rica eran bastante malas, las nuevas tecn.ologí?-S y cono<;imieotos m~dicos y la mejora ep el nivel de vida de l.a poblacióll' provoc::ron 110 descenso liOtable en la inci-

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Tecnolog ía y cambio de estatus de la mujer

Sociedades industriales \

Un1 nueva transfollll8ci6n tu\'O luear con el desarrollo de la.tec;¡oJogi3 indusaia.l, basada en ~1 empleo de maquioaña.meC:alitada-por-me · e fuentes avaoudas de ener.!fa. Hasta la époc3 iod·Jstrial, la pnnClp ruen onñer."' gía había sido la energía muscular del hombre y los animales de c:trga. Al inicio de la Revoluci6n lndJJSrriaf, que podemos dmr a me!!j,ados.d~'lll, se empezó 2.'001 a ger:eraliz:tr el uso de la energía hidnlulig en uUeres y t 2000 f~cs. .M!s 3del311te....sumcezó a emplear e!..!lpor, Jo 1100 que permitió el empleo de maquinllria más graode, pesa! lfOO da y eficiente. - . La invención de estas tetnología.s disparó U!l proceso ~ de csmb;~ see::d inimagiu.l!h b•sra .""'"'"e5 fyt•(, I•OO Figun3.1). En el trulSCUISO de cien años, las sociedades ! 1::00 que incorporaron esus tecOologías cambiaron mucho · ; . más de lo que habían cambiado en varios miles.de añoren· · J 1000 el pasado: Como ya vimoren el Capítulo 1 (•La perspec- : · ... aoo tiva sociológicv), estas grandes·ttansformaciones socia~ les exp!.icm el nacimiento mismo de la socioloria. En el siglo'X!X,.lo.s. ferrocmiles v llls...b~_de...\\a~He\'Ohl· i 400 ~ :oo cionaron los tr.lSISp<lm.S. Al P9CO tiempo, en aigunas ciudades ;e empezaron a coo.sll'llir P":mdes rascacielos ql!e, haciendo peque~as las '~ejas ~3tedrales, .simbolizaban o 1000 muy bien la llegnd.2. de una nueva e111. • En Jos inicios del siglo XIX. el'lllotorde combustión. transformó aún más lu sociedades, y la electncidad Cm!·· · b.iaria c!rástic:me01e la ~ida cotidiana de lu personas'. El

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n lés socleéédes tacnolóoicaHace alrededor de unos 5.000 vez, un deterioro en la situación somems sllllples del pasedÓ les =ños se descubrió el arte oe los cial de la mujer: mujeres producían mas ellmen- mell!les. Esta nueva tecnoklgfa se El cambio de estalus de la mujer tos que los hombres. En las socleda· extenáó n!pidamenla por un proceso en las primeras sociedades agrerlas des de cazadores y recolectores le ce difusión cultural y, posiblemente, pudo heberse producido en un breve cerne se valoraba mucho, pero el a lr.!vés de las redes comerciales espacio ce tiempo, una vez que los resuft2do de la caza. a la c;ue se decft- en las que participeban los hombres. hombres monopcfizeron dos nueV2S caoan los homores, nunca era segu- Fue el Í'IOmbl'e el cue inventó ~1 ara- ocupaciones: arar la tierra y CtJidar de ro. Eso hécía nue las frvtes y vegeta- do y, como ya era un expeno en les rebaños. A partir ee entonces, la les, cue retOgían las mujeres, fueran ia domesticzcióo de animales, segu- mujer quedó relegada a lar:as subSIlz orlnctpal fuente de efimentacíón. ramen:: no tardó mucho sn ha- diarias, como limpiar los campes o También fueron las mujeres, que cer que un enlmal óe carga tirara del transpor'.cr agua. Como la extensión tenfan le responsabilidad de obtener m do. de los cultives acmentó, las mujeres Este innovación IÉCilíca mercó el ·tsnían que trabajar tantas hores · y preparar los ;:limemos, las oue desarroDeron la tlicnlca del et.~tivo a iniC:o de la agricullure a gren escala, QIT10 antes, pero en tarees seeunpecuella· escalé. Por S'J pene, los lo que !émcisn !ituó al hombre en cwas. Esto contrlbuitfa aún m!s al hcr.~bres s;; :eowc:n al comercio o une ;::os:dón dominante en C'Janto a deierioro del es!alus social de la al CtJidedo del ganado. Sólo ~n la la prcdua:lóo de alimentos. Elise mujer. e spoca oe la cosecha les hombres Souldlng expi'ICE cómo todas estas . ·- - - c:yudaban en las tareas del campo. translormac!ones Implicaron, a su

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teiUono~~ón explic3DI~ñcií

d~ se !la,mili.....coltur~as,.. Estos mediós de' c'Oiiiunic:tción fueron recoñando graduai!Iietite la ÚnJ!2rt:lllcia de las distanciu geográficas, haciendo el mundó cada vez más pequeño. Los avances en la aeronáutica per-

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denci! de enfermededes inf=iosas. Aumentó as( 1! espe· ;3./lln de vidn y, con ello, el wnaño de la poblnción. La induslrialiución produjo ~m~bién fuenes movimientos rrugmorios del campo a la ciudad, donde ~e concentra~an las fábricas. Así, mientnS que en las sooedades agnnas sólo una de cada diez personas vivfa en !:1 ciudad, en las sociedades industriales n-..s de cada cuatro personas_ viven en ceo~ros urbanos. El nivel de especialización ocupacional, que como hemos \isto ha ido aumenWldo grtdualmente en el tranScurso del tiempo, ba alc.anudo su máximo nivel en la sociedad industrial. En las sociedades industriales, el prestigio de una persona depende de su ocupad~~ o profesión, y no de su penenencia :1 un clan, una familia o una red clientelística, como ocwrla en las sociedades agra· rias. La movilidad geográfica y laboral ¡enera a su. vez una mayor conciencia de individualidad y, con ello, una mayor diversidad culrur;¡l. Esto se muesn en la forma· ción de una enorme variedad de culturas, subcullllrlS y com:raculturas, sobre las que hablaremos en el Capítulo 4

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La industrializxión ha tranSfonmdo umbién la instirución familiar. El papel de la funilia como agente de socia!Wción {esto es, como elluga.r donóe se lfl.ll.SlllÍten conocimientos, v~ores y creencias de generación a gene· ración) se ha visto bast.ante erosionado. Tambitn,las fa.rni· lias han dejado de ser unidades de productión para ser uní· d.ades de consumo. Y tal como expliczremos en el Capítulo 17 («Familias•), el cambio tecnológico wnbién está produciendo la aparición de nuevos modelos de fami· lias, distimos da la familia tradicional, como las famili2S monoparentales, las uniones de bomosexl1lles, etc. En los inicios de la industrializlción sólo un reducido número de personas pudo rentabilizar y beneficiarse de los avances ~ecnológicos, viviendo la mayoría de la población en condiciones de pobreu. Con el tiempo, sin embargo, toda la población pudo beneficiarse del aumen· to de Jos recursos que produjo la revolución industrial. Cieruunente, la pobreza sigue siendo un problema importante en las sociedades industriales, pero comparada la siru:~ción actual con la de hace un siglo las cosas han mejorado notablemente: el nivel de vida es cinco veces

mejor que htce cien añbs, y la desigualdad económica, polftica y social se be reducido notablemente. E.!to se debe, en pane (tll como veremos en el úpítulo 9.cEstn· ti.ñcación sociab), t que las sociecbdes industriales nece· sita.n ll"abajadores más cualificados. MieotnS que en las sociedades agrarias la mayoría de la pobluión es analfabet.l, las sociedades industriales dedican una pane impor· lllllte de sus recursos a la ~ducación de sus miembros, que tienen, ademis, una serie de derechos políticos inimagi· nables bast.l entonces. De hecho, la industrialización genem demandas y expectati"as cie democratización, como se ba V1Sto recientem.ente en Corea.del Sur, Taiwan, República Popular China, la antigua Unión Sovi!tiea o en Europa del Este. Sociedades poslndustriales

!\luchas sociedades industri~es están enlfilOdo en una nueva fase de desarrollo tecnológico. Hace algunos años, el sociólogo none:unericano Daniel Bell (1973) aculló el ~rrnino «sociedad posindustríab pan referirse al impac·

10 de las nuevas tecnolo2ias, oue escin orientando la economía a la producción trWtrusión de información y conocimiemos .y, así, UM.Sformando de nuevo las sociedades. Si las sociedades industriales se caracterizan por sus fábricas y maquinarias, que sirven pan la producción de bienes a ¡nn escda, las sociedades posindustriales son sociedodes caracreriradas por el WD exmu¡vo di las llCflalaR(Il! Out Sllrln DaTO erocesar, íili1JaC211W. l7WIS· m11ir informgcí6n v cpncdm•mos. Si en las sociedades industriales muchas ocupaciones.requerian dominar cierw habilidades meclnicas, las penonas .que viven en sociedades posindusaú.les tienen que .saber emplear las nuevas tecnologías de la información y lUl!DlUnic:ación. Las nuev2S tecnologías de la iñformación están cambiando el tipo de cualiiicaciones que demanda el mercado de lf:lb:!jo, lo que implica un cambio en )a eslfUctun ocupacional de la sociedad. En el Capítulo 15 (e Economía, consumo y empleo•), explican:mos esto con mís detalle. Veremos a.llí que en las sociedades postindustriales el contingen~e ~e· trabajadores dedicados a- la producción industrial es cada vez menor, al tiempo que el número de personas que esli trabajando en ocupáciones en las que se procesa informa_ción (trabajadores de oficina, cienlificos, profesores, ejecÜtivos, ·relai:íoñes :púlilicas, etc.) está aumentando promsivamerué. , . ·. -~ ~- · L:1 revolución de· la información está transformando mis drásticaniemt· a las soc;i~dades más ricas, pero ésia· es una revolución sin frootéras y su ·impacto- se está haciendo rfotar a-nivel global: Como veremos en el Capítulo 4 («Culruiu), la rapidez con la que ·es posible tr.lllSmiU. información y copocimiemos a ún. bajo coste de una puntA a otra del planet.l está haciendo que el·eonmcto entre las sociedades sea cada vez más eslftcbo y, así, que esté apareciendo una .cultura global. Las nuevas tecnologías están acelerando el proceso de ¡lob3l.izacióo. · En la Tabla 3.1 se e.xoone de una forma resumida cómo la tecnoiogía ha ·contoouido a configura! la sociedad en cada una de las e12pas que he!!JOS ido explicando.

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los límites de la tecnologfa

Si bien la ~eCOlología ha mejorado notablemeo~ el..nivel de vida cie J,as.;. personas aumentendo IL producción ·dt bie:lCS y servicios, eliminando enfermedades o, simplemente,_creand~:!. lluev~ posibilidades de ocio, no puede prOducir m¡1agrQs

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cuendo toca resolver problemas sociales complejos. La pobreu es uno de estos problemas. En Europa hay varios millones de personas que vi~en en condiciones c!e pobre· za (y sobre esto hablaremos en el Capfrulo 10 ~Clases, pobreu y bienestarlt), y en el mundo mil millones (como veremos en el Caofrulo ll cEstratificacióa glob:!.l• ). La tecnología, al traruformar el mundo y las sociedades, ~~~.¡¡re:¡¡- t~~i~P. ~u~v2s E_~bl~mas. Las s~ied~s industriales !un sido capaces de ofrecer un amplio abaruco de liberudes a sus miembros, _pero, .~o señalan alruños a\uores ' a costa de ero~ionar el sentimiento !le co""munidad y pe~oencia que éoiracteri.za a lis sociedades agnrias. La teenología también ha ~do ocras amenazas inconcebibles. hace un siglo. Sólo-una fracción del armamemo nuclear oue btn acumulado !lgúnas naciones sería suficiente paia ·hacer que la bumann volviem a sus es~ados tecnológicos más primitivos; y eso en caso de que oudiera s"obrevivir. . · Otrb p;oblema es el ~elpuomo nawral. En cada estadio de la evolución tecnológica se han introducido nuevas fuentes de ener!!ia más y más poderosas, que h3n ido awn;nwdo núe'Srro apetito porlos recunos narunles por encima de lo que podría justificar el crecimiento de la población. Esto ba flecho que estemos hoy en día ei!ÍfeDtados a un dilema de \':ita!. importancia (y. sobre :StÓ habliiiemos más detenidamente en el Caoírulo 23 «Medioambiente y sociedad»): ¿puede la humtmidad seguir aumentándo·l~njvele~ de_prqspeñdad material $\o causar daños irreversibles 31 r-lane~a? Cierumeñte, ios.~van~s tecnológi~os han mejorado~ ~~da en muchos aspectos y han puesto en .contacto ltlás. estrecho a todas las sociedades del planeta creando una c:!.ldea globabo. P..erp hay que reconocer que la ~ogia, ademú de plantear nuevos problemas (y problemas graves), no puede resolver por si misma muchos y viejos problemas. ¡>Q¡que esos problemas no son problem:s teCnológicos. sino sociales y poUticos.

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~ Karl Marx: s9cieciad y conflicto Dijimos unas páginas mis arriba que ibamos a presenw la visión de le sociedad de ues sociólogos cl:isicos. Empezaremos co~;~ Karl ~fan {1818-18~3), .:ü q~e .tam-. bién hemos dedic:uio un re=dro. Pocos auwres han reflexionado sobre b revoluCión industrial y laS ~formaciones sociaJ:s queJa SUtedieroo.COD la agudeza de . ).!an. Mm vivió P'J{l parte de su vi_de en Londres, la cloiw del"imoerio britinico y centro neurilgico. del caoitalismo. ?-.illtX"reconoció el enorme _iu¡p~ct~ de la. nu~v! tecnolo~a industri.al, que había disparado. !lasta límites basta entonces insospechado~ la cap_I;Cida? proiiüctin dé ¡Lj¡.j¡ñ'anidid'. Tal como 1Q vera Marx; ~to·. _J1abia generado un ~¡e!Úa eco~~~~u.Qéüal caractéii- ·

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udo por el aumento continuo en el número de transacciones comerciales dentro y fuera de las fronteras nacioncles y el predomi'lio de las empresas británicas, que es ~aban desempeñando un papel destacado en todas esw tnnsformaciones. Mt!it r=bién ol:servó que sólo un reducido n11mero de penoll.!!S parecía esw beneficiándose de todos estos progresos y avances. Cualquiera que paseara por las calles de Londres en la época de Marx podía observar esto p:!.lpablemente. Mientr:IS que una minoría de aristócratas v hombres de netocios vivi'a en mansiones enormes, r~dos de toda ~Jase de lujos y caprichos y un ejétcito de cnados, l:rmayoría de 13 población es!4ba condenada a soporur larguísi.mas jornadas de trabajo, que se realizaba en plsimas cóndiciones y con peores salarios, y n vivir en barracones insalubres o incluso en la calle, mal alimentados y expuestos a toda serie de enfermedades. Puede decirse que la pregunta a la que Mm se enfrentó en toda su obra es la sigu~nte: en una sociedad 1311 rica como la nuestra, ¿cómo es que hay tAntísiml!li penonas que viven en !3 pobreza? ¿Es posible cambiar eSta sirua.ción? MlltX fue üiia penona sensible al sufrimiento bumnno y, como tal, se propuso ayudar_a la humanidad a · fotjar una nueva sociedad más justa o equitativL Una idea centrll! en el pensamiento de MlltX es la idea del conflicto social que se refiere a los conjlicros que lnfrtman a aiJtinlOS St!ll'.ln!OS dt Úl socitdoiJ por /01 rtC'.JTsos diJponfblu. Para .Marx, el conflicto soci:J.! es, en. su forma básica, el conflicto-que entren u· a las· clas~s: soci:J.!es entre si: s los propietarios de los bienes ecoo6micos y a los trabajadores.

Karl Marx: una agenda para el cambio ecos nombres despiertan senil· mientas l2n intensos en la historia recienle de la humanidad como el de Karl Marx. Algunos le consideran 1r1 genio y un profeta, miea· . Iras que otros no tienen más que-~ · ticas a su pensamiento. Pero !QQ!:IJI .. mur¡do está de acuerdo en que Marx es uno de los pensadores que más ha lnftuido en la historia contampor.!-.. nea. Hoy en dla hay todavía algunos paises que sa consideran a si mismos mcrxis;as. La verdad ss que Marx fue también .un personaje controvertido· durante su vida. Nació en Tréveris (Alemania). Se doctoró en 1841 en la Universidad de Bertfn y posteriormente empezó a trabejar e.n u;; periódico. Sus criticas y actividades políticas le enfrentaron con las autorioades polfticas, por lo que tuvo que em10rar a Paris. Por la mismas razor.és tuvo que abandonar Franela. · Se instaló definitivamente en Londres

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en 1849, y e!ll permaneció hasta su muer.e. - :Junto con MaJe Weber y Emite Durkheim, Karl Marx es una de las figuras más importantes en el desarrollo de la scclologfa, como ya cfiPIJlQS en el Capitulo 1 bl.! perspectiva socio!óglca•). Sin embe.rgo, y

hasla la decada de los años ~es~~ta, el pensamiento de Kart Merx a.p¡¡nas tuvo ~t~fluencia en la sooologia nortaemeri=a. la razón puede deberse a las criticas de Merx al capitalismo y las scciedades capilafistas. los pomeros soclólooos · norteilmericanos considerabañ.q"ue. Mane no era tanto un cientlf!CO. como un crruco social. Pero p¡ra Mane. !!l pensarrue~to cientilico llene siempre un!.. dimensión social y politica. Mientras que- ra méyoria de los 'Sociólogos j ciÉntifocos sociah!s apoyaron la visión ·de Weber de ·w oencia libra de valoies (véase C2oftuto 2 •la investig!ción sociológica•), Marx puso a los-valOres en al centro de-su pensamiento. Mane no se limitaba e intentar ofrecer· un diagnóstico de la sociedad capíta· .fista: qu!!ria y defendía el ea!llblo social revolucionario. En Ja_sociolo9la europea, por el contrario, el pensamiento de Marx ha lénidó tradicionalmente un peso may!ir. t

Sociedad y producción Viviendo en el siglo XIX, Maa pudo observar óirecta-• mente el desarrollo del c~pitalismo en Europa. En témúnos de Mm, este sistema económico trmsforma a una. · minoría de la pnb!Z~ en capitalistas, "esto· es; en prripm;,¡os tit lióricas y tmprtsas prOdíJClivas-: El objetivo de un opitalist.! es a oo · e neiicios económicos, lo que s~consigue vendiendo los pr uctos a un_pre, c.io mayor que el coste de-.próduccie!n. Eñe[ otro lado "dé la bal=. el ca ' · o tr.IIISÍorma a la mayorla de l:t poblaci~} ' aiado tn es• a·los que M11tX · llamó proTetarios, rsonas qut ven en su foer:a dt rrabo.j04_ .o .. ·• isras, :j . os n sus. fdódca.Í-:l:os-pro)el.3fig~nde~O a cambio de un salario. Se2Ún Man. existe un conflicto. inevj¡¿ble entre cl!pitalisw y O.~)adores.que· tiene sus . ["lÍces en e! .mismo proceso productivo. Con el objetivo de maximiw j)A..neiicios, los caDitalistas deben minimizir 1~ cuentia de los s:J.!arios. Lo: que quiere? los a:ab~ja_ _dores•.sin. el!lbargo, es que sus salarios.sean 1~ mis altos _ p<>SJ}.I~.0 X~.JP!.~im.mmc:nto..At...s~o$..,implica, lllllt .

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reducción de beneñcios 1:¡, 31 contrario, una reducción de los salarios implica mayores beneficios para el cnpitalista), existe un conflicto de intereses irresoluble, w como lo vio Marx, entre capitalistas y trabajadores. Según MlltX, este conflicto sólo ouede resolverse haciendo desaparecer el mismo simma-capitaliSta y sustituyéndolo por otro sinem~ económico que ~el más racional y equitAtivo. · ·· ·· · · · Las socie~des se comoonen de instituCiones sociales, deñnidl!li como lar cÍfvar nuú sJ,rnificll!izel ¡u·~a vidt: S«taa !o subsiJwnas soC:alrs) rncqaqd4j dj"sarü/acu I4U lllctSidi:UJ bJ.rica; dt /cq ""1D/Ul!. Eil su an!lisis de In socied2d, Man peruaba que 1a economfa, o las institUciones económicl!li, influían ~n gÍa."l medida en las otras esfer..s de la vida social. Situado dentrO de la come:ue filosóño del materialismo! M~ pe?Saba que se puede explicar el funcionamiento de todas ja instituciones sociales Oa ftmil.il!., er sistema político, la religion,

el sistema educativo, etc.), explicao.dó ~1 funclooeiniento. del sistema económico. Según MiiiX, la economía es cla base real (_.) ~ modo de produce~ de la vida, J118teri:!.l condiciona el 'proceso de la vidá socii!l, polítici. y espiri. tU:Ü en general• 0?59: 43; orig., 1859). Marx pensaba quul sistema etonómirñ en la base o la infraesrrucn~ra de la sociedad (infra ~ un témlino lilinÓ que significa ><debajo de•). ""Otras instituciones sociaies, como la familia, el sisiema político o la relipón, construidas sobre esta base e::ooómica, fortnin lo que Maa llamó la suptrwruc:ura. La forma y funcionamiento dé estas otras úÍ.stiruciones estin gobernada$ por.lo.que ocurre en la esfera dé la economfa, w como "se muestra en la Figura 3.2. ~ ténninos mú p_tictices"esto s_ignifica que esu..s ocras inStirucione.s ~oCiales refl;lerujJ"e) ~e:. doq¡inanl! de los capi~. E!"dErecho, poi ~emj¡Jó, proteg~ l.lpfopiedali"de los' ~i¡.alisw (sus fibricaj, Sus bieoes1 y..Jes pehnite iransiñititlaa sus liérederos. · ·· ' · ·

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no sólo znalizó la sociedad en que vivió. También esrudió detenidamente las sociedades del pasado, lo que le permitió establecer una teoría sobre el cambio social. ~m observó que las s.ociedades suelen =biar o evolu· cionar de rnOdo_kn du oara sufrir luego cambios ·cales y revoluciooarios en conos periodos oe SWíll&s~~t cammo soc:at esl1 en per:e ~ ilo DOrtf~UO tecnológico. pero la tecnolog¡a DO cambia SOCIC ue cambian las sociedades soo ; o mejor dicho, los OOWITIUJCTUM qtoe erurem.eJJ ! ~ODU. Los candores y recolectores vivi111 en socíedadea Ag11ra 3.2 " El modolo do IOdtded de Kal1 t.lanc • comunistu Elrémúno comunismo se reñere a un sistema En ostt.d1zg~ 01 roprootnll la 011tn1ación materiústa de Morx, 1tgtin la CIIJ lo qut ceunalll nivel ót 11 producdÓri y 11 t=ilomiollrmina conft. social en el que to4os los miembros de la sociedad contri· giJtll1do ICdl la Jcétded. En lo oc:anomla .. induyt 1& teenclogla (1& r.t> buyen más o menos equitntiv:unente i la producción de nc:la2i• lncllltlllllon al aso éal Cl¡>l'.dsmo) y lu ral&cioneJ JDCiaJu ~~ prrAclón (gw, tn tf cz;i1.1bmo, oon lu tt.'acia:u n. los capbllbienes y Dlimeotos. Dado que en las sociedades de caza. tu. """ can8'Clol1 ti j~n>cuo'ptneldvo. y ... nbljtG:ns, .,. ......... dores y recolecrores todo el mundo ten.ía igual acceso i ~oOI\11 lal\ltm i!t lrabljc~ Scln uta Wratáur:lura tc:l!1ÓmiCO H los mismos recursos (DO había propiedad privada sobre la leVOilWllu lnall:ucionu locialu y polllicu. y les '1110111 y rUIIn de .. sodil.d. E.ltcJ OIJol tltmtnlel forman lo c;ut Marx lllmablla ~ral­ cua o las planw), y que todo el mundo bacía más o ll\lcana. Marx j,onuba OUt los tlorr.oiiiOI u.li -~tst\.ldln onujamenos las mismas l3Ieas (pues DO había tareas especíali· l:an.c:>n, y ralotuban el JIStama ta>némlco. udas), apenas hAbía lugar para el conflicto social En las primeras sociedades aJI'Uiul{a las que Marx se refería como ~el mu~do antiguo,.) ya había desigualdad En tétm.iilos generales, los miembros de.ias sociedades social. Esw eran sociedades más semienladi.S"social~ capitalistaS no suefén recpoocer qué en el seno. de.sus sis- ,mente y e.n las que y3 babfa aparecido ~o mtema formal temas le2!les o stis instiruciooes familiares eltisu confl.ic- de dOIJÚIIICÍón y el eswnenw mili13I. En el mundo ami· ro social-eri absoluto. Al conÜario, tiendt!l j,ensar que guo, los vccedores solían someter a esc]a,irud a los venesos .arreglos instirucionales (en la f~ en el sinema cidos. la pequeña elite de propietarios de tiems, por un P91ítico, ea ~f sistem3 jurídico, etc.) sOÍI «narurales». Por lado, y sus esclavos, por otro, se vieron así SU!Ilidos en ejemplo, hay gente que piensa que Jos ricos lo son por su una relación antagÓnica, una paUta de coriflicto soci31 .propio esfuerzo y que los pobres o Jos parados deben su irresoluble (Zeítlin, 1981). !iruación a una falta de motivación. Mm rechazó este La revolución en la tecnología agraria hizo aún más tipo de razonamientos, basados, según el, en la rfoica poderosas a aqueUes elites, agravándose el conflicto mentalidad condescendiente def caoitalista (que tiende a soci:ll. Las condiciones de vida de los siervos, siruados ea c:t~;!~aónns v al bjenemr de las personas, los estnros lilás inferiores de la sociedad medieval euroe _ ! ! ! - - La pobreza y el desempleo no soiflóe· pea entre los siglos XII y XVIII, no erán mucho mejores que .,;rabies. Tal como lo vio Ma.-x; que unos acwnulm panlas de los 3Dtiguos esclavos. Seg11:1. farx, la dominaci<ÍII de$ riqueus y otros se vean coodenadQs a la ~.no de !u eliteS feudales estaba cespaldada por la Iglcs11, que es algo "lllrural•, es sólo algo que el capitalismo ha defiodfa liSúbcírdinaCión social de los siervos COOIO algo he;ho real. queridó por Dios. ~lar.c, e] feudalismo no era Otra Merx rechazó la 'isión del mundo del capiu.lisll (o cpsi que ím sistema de •explotación, disimulado por generada por el capitalismo) como fal~aconciencia , que engaños religiosos y políticos• (Marx y Eng_cl~, 1~?2: es • :_ · i · · i rCcación dt los roblt· 337; ed. orig., 1848). mos social~s como proble= ir.di'vidualts y no co Gr<dualmente, el desarrollo de nuevas fuerzas producpr~=s...pr.I.JI!lD.íió• '" ''.mismo ñínc;onamunro]t tivas fue tnstocando el vi~jo orden feudal. Las relaciones ~dJJ> 9ue Mio: estaba diciendo era que el comercizles se extenóit{DD y adQuirieron mavor i.moor• - .misino capitali..cmo es. el r~able de ~ucbos proWICia a lo Jugo de la Edfd. Media coo la apanció~ de blemas soctales. La filia conciencia; se~ ~att1 hace pequeiies ied~ come:ci:tles y el consiguiente desaaoDo que los que sufren esos-problemas'i!O:Séa!Konseientes- de los ~mios. 'Los comerciantes y-los-grunios de las

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ciucllies formaron uns l!lle''l. ca~egoria social: la bar¡ul>sí una palabra de origen Cnncés, que oriJIDalmente sigoifia propio del burgo. de la ciudad)~ El desarroUo del comercio significó un tl!!llento progresivo del ooder económico de la burguesía. En la segunda mi11d del siglo xvm, algunos secto~s de la bur¡uesía·se transfOtmaron en c!pit!lisus al corneoz!!.!' a inswer sus propias fábriC3S. El poder económico de estos capitalistaS empezó a rivaJi. zar con el de la vieja nobleza terrateniente que, sin embar· go, ntaba a la burguesía con un enorme desdén, sin ima· g:inu que al poco tiempo la iba a rumplazar como la nueva elite dominante. · · · I¿_ industriali=ión también creó· ef pt9lellriado. Cuanc!Oen lñglatem los terraf=entes convuueron SUs tierras de culovo en tierras de pasto .Ca fin de alimentar al ganado lanar y, asr, de participar en los beneficios de la floreciente industria textil), obligaron a los -siervos,' que Uevaban cultivando durante siglos esas tierras, a emig!ar a las ciudades y núcleos industriales. Así nació el proletariado industrial. Según Marx. el proletariado tenninará cobrando conciencia de su explotación y, uniéndose todos por :ncíma de las frooreras nacionales, se enfrenuri direcwnente coo los capitilisw, iniciando de esre modo una nueva e11pa en la histQria de b humanidad.

c~Oirto 4o c!Jse (y a veces /11c/u; ti~ das u ) para refe· nrse al conflicro ut r rnra o ocia/es. ctn-

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El conflicto entre las clases no es, entooces, algo nove· doso, algo que haya tnído el capitalismo. En otras sociedades Llllibi!n ha habido conflicto de clase. Pero a diferencia del conflicto que e:tisúa en sociedades anteriores, en las sociedades capitalistaS el enfrentamiento corre las clases es un eW"emamjento abieno. frontal. A pesar de tener interes;s d.ist!n!OS.tl~s npl¡les.yJos siCIVos cornparúan unas tradiciones, una visión del mundo y una serie de obligaciones recíprocas que amortiguaban el nivel de conflicto que_babí~ en~- ~!!_osJ'd=•Pi~mo, al haber disuelto todos esos lazos de lealtail murua que vinculaban a nobles y siervos y ha¡,....rlos sustituido pór otros vincules ptll'21Dente salariales o contracruales, ba becbo más evi· dente la situación de subordinación y de explotación de la ~lase trabajadora. Mm pensaba que los proletariós, sin \Íilculos morales que les unieran a sus opreso~s. tenían pocos motivos para seguir tolerando esa opresión. . Pero aunque el enfrentAmiento entre las clases soéíales sea más patente en el !istemi capúalisll, Marx no·cma que esto fuera suficiente para que, d_e modo ino)ediato o automitico, se produjera no cambio o unurarisformacióO social. Pm que este cambio se prodÚzca es necesario, Capitalismo y conflicto de clase según Marx, que se cumplan dos condic;iones. En primer En su obra. ~larx retonoció que la bur211esfu v el sist.ema lugar, que los trabajadores se b~an conscientes de su proca~ habían mulrio!jcado enormemente (a cnpari~a e;tp]oració'Q;,que reconozcíií que el responsable de1r ~d producuva la sociedad, P9niendo 1 disposición del ...misíií!i no s::; oqo que el mismo sis= tapsíiliSLL J4í hombre un:~ cantidad casi inñnita de rec=s. Pero sus segundo lugar, qne los tra\Jaj!dores se manic:n y aetiien refle:tiooes ~ centran en los aspectOS neutivos de esos .coll''enientemenrc para u)ir de esa siruación. Esto imblia, mismos desarrollo~ ven mecial en~ conffitto y Ji llíeen la tenninolopa de Mazx, oue los trabaji$1gres adoÚiCnn nación que produce el C3piWisme. Esto nos va a avudar a conciencia de clase1 esto eGue stan cón.teirnrts de llJJI entender por qué Marx ..Qefendia la destrucció~ de la ';';ne;uocial y d;:r· como rol, ntntñ uno¡jzesociedad capitalista y su sustirucióo por no nuevo npo de tn·os arca rzu( '" lrr qac CjíííiiiU en tl dt a· sociedad. mitnro del capualismo y la crraci • ~ ~toria de todas las sociedades que han existido j ~oa a crue e capitalisrpo (y no h~y que ol~ hasra 3.bora es la historia de la luchad~ clases». Con esta dar que Marx vivió en el siglo >JX), Mazx ~taba convendeclaración de Marx '! Engels se abre la primera sección cido de que tarde o tem~o los trabajadores' st levanta· del Maniliesto del Partido Comunista (1972: 335; ed. rían en masa para destruirlo y crear )IDI nueva sOciedad. orig., 1848). Los conceptOs «elase ~ y «conflicto Pero ¿pueden hacer algo los apiulisu pm evitar esu corre !as cliSCSl> (o «conilicta de clase•) están en la base revoluqón? En principio, y dado su enór!ne poder econóde la crítica de Mm a la sociedad tapit.alis!l. En eSta mico y poüti~. protegido y ~fonado por las insoruciosociedad, así como en I!.S sociedades que la orecedieron nes sociales, los capitalistaS parecen invulnerables. Perb eltisten, búiccmente, dos clases sociales; IÜ!ase domi: Marx no creía que lo fuenn. En prime: lugar, Jos t::!pillll!llte v la el ¡;se dorninadz, cada una de·las cuales dese:nlisus, aun teniendo objeti''OS o intereses comunes, no pefia un papel distinto en la economía. En la SOCiedad están acosrumbndos a cooperar unos con otros, sino a capita!ist!, el conflicto es entre los capitalistas y los procompetir UDOS COntra OtroS, procurando cada UDO de ellos letarios, corno lo era en el mundo antiruo 'entre los amos m~ sus propiós beneficios i cos'tá de los demú. Y. los esclavos, y en la sociedad q¡edi~vaj eoue· sellares En segundo lugar,_y siguiendo el razonamiento de Mm, fe;¡d!Je,¡ y los siervos. En cada tillO ele sociedad;~ 11 misma lógica de la competencia anima a los capiu.lisse_sccial esú subordinada ala.sia l11ues Si !a una nllaja, tas a reducir los salarios de los trlbajadores basta el mini· la otra reroge los beneficios) el t~o mo de subruteoeia. Y eso no tiene otro efecto que aumen.. . .Marx emoleó ... ...

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Cap1talismo y alienación Marx también rechu!ba el capitalismo porqu.e crea !lit' naci6a, !UIQ cwdeec;a vf!1n la c!lal los /tpmbrq_ all!tS ~mar '"t pm.,;as yi4pJ V SIIJ ptODios durillos: JI @!!-f*imiñas ,oor fumas ajtriQl o urrañas a tilos

(t., tJrt caso las fucnas dc! ITilrcado, de la ojma y la demanda);fucr:as Qut no controlan y iz las que se some~omeridos al3s leyes del mercado y ~Wñiruzadtls (en cuanto que luc perdido lo que les es propio y Jo que les di5tiugue de Jos animales: la capacidad de gobernar sus propias vidas y de realiune mediante el trabajo y In cooperación con otros hombres), los ~rabajador:s no pu~-

den :ncon~nr ningún motivo de satisfacción e.r; su sirua-

1.!, en doode los 1rabaiadores no

tienen nin2ún conUÓI so~ e! proceso de su trabajo. En la empresa capitalista, los 1rabaj~ se veo obligsdos a n:aliur lis we:.s que se les asignan en el modo y el tiempo que se les indiCl. Tu como Marx lo ve in, eo la emoresa czci~12. no hay lugar para le creatividad: tod~ eslá debidamente reglamen!ido y supervisndo. Los' ~rabajado­ r~s. habiendo pesdido el con1rol de su trabajo, bl!l terminado convenidos eo apéodic:s de las miquinas.

ción. Aquí radica otra contradicción del capitalismo: si bien :1 capitalismo b~ au.-nent!l!o el cón1r0l de los hombres sobre la ;¡aruraleza, desmallando nuevas itcnologías que han multiplicado infiniwnente su capacidad producúv~. esos mismos hombres haL perdido e! con!rol sobre sus prop1as vidas, acruando il dictado de las leyes de la ofena y la demanda. En las sociedades capitalisus, los lfabajadores estin alieo!dos¡ no se ven n sf mismos como hombres h'bres, sino como una ·mercancía mis, que los capitalisw comou.n cuando la necesitan y se desentienden d~ e!la cuand~alno la. ~~esiun. ~ ~~.~aba. 9'!.~ e! !n.~ador in_dus- · tn esta ;oueoado respecto a:

2. los prooucros de su trabajo, to CUillUO que éstOS no le @en'"" ili Jt>n•;•noc, q•¡• Jcrh• ¡mxiucido, sino al cupitalista, que ha comprsóo su tiempo y esfüeñ'oa cambio de un salario. Tal como Mm Jo ~era; cuanto nús se impli.:an en su lnlbajo mis se deshumanizan los 1rabajadores.

L su lnbajo. Ide:!.lmeme, 1~ gente nbaja parn sruisfacu sus necesll!adcs ecooómicas, pero tambi~n para realizarse como personas, desarrollando su potencial y sus cualidades. Esto no es posible en la empresa capitalis-

3.

4. shninno, o su propia naruralen hllllWl Según Mm ..el lf~bajador no se afuma en el tnbajo, sino que se ~Max Weber: el proceso '• niega.: no se siente feliz. sino como un miserable; oo lde racionalización · 1 desmolla libremenre sus enerrias físicas v mentales sino que arruina su cuerpo y su espíriru. Sólo ~~ encueo1ra a sf mismo en su tiempo libre. Cuando tra· · Los. ampllsimos conocimientos en derecho; ·economÍll} religión e lúStoria que fue acumulando Max Weber b~ja deja de ser el, está fuera de sí» (1964~ lí!4-125; (1S64- i 920) a lo lnrgo de su carrera ihtelecrualle peimi~ ed. orig., 1844). En ouas oalabras, el caoiw.ismo tieroo cre:u- una obra que muchos coDSideran la contritrar.sforma una actividad en Ía que deberian ~;qiresar­ se la! =üd3des esenciales del hombre eo una exoe- bución individual mil.s imponante i la sociología. Sus escritos Jbarcao rnultirud de ideas en· distintos ámbitos riencia deprimeote y desbum:lllizadore. · del pensamiento. Aquí nos vamos a limitar a resumir lis jdeas de Weber acerca de las diferenCias y comrasies Les experiencias vitales de los trablj:uiores, dOIIÚ!lala sociedad mo.iema y las sociedacles (o modelos das por su ilienaci6n, no. fil-~QJ:ecen el cambio social, oo entre de organiución social) precedeutes (vtase también el reesúmuJI!IIlt voluntad 1ransformadora. Pero ~lart pensacuadroj. ba '!Ce, e'enrualmenre, los trabajadores serían caoaces de Tal como vimos en 'el Caoírulo 1 r•La DtTSilCC:ÍV! ideotiñcar cl causante 'dé ... co!Útiruirse ..). .. 4e .su. sirue"Ción, ····· sociológic:~»), l2 sociología d~ Weber ~ e~arc~ en. lo como una clase soc12l y de lranSformar la.~~ie.!Wi . que llamamos la t:oría de la acción. Weber reconoció la influencia y capacidtó trensformadora de la tecnología, Revolución pero no comp1tlÍa el e!Úoque materialista de Marx. Para

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Alienaci ón y capitalismo ·-.· - ---:···.. ·. . lodos tados. (Enseña les brazos~ Eslo es una quemadurz.. E$10 WnDtén son quedonde puede verse cleramente . maduras. No puedes hacer ned2 con1ta al rutdo. Estts jocSdo p!!ro tienes que enccrcómo un !rebajo repebtivo y tedioso vane pera poner al soldador c!ondt tienes pu~é!e senerar allenac:ón. . ~sddar. Pha Sta.."l::gs es un tr.:bajedcr del Aqul muc:.'los aslin es:resacos y no sec!or del automóvil. 11ene 27 anos. _5:)11 (lada ~~- Es muy curo. Tt vas Trabaja sn una cadena de momaje soto. Te aisles en ti mi!mo. Suellu, piende la empresa Ford en Chago. us sn eosu que has hacho. Sitmpq •Nelvo a1t4s. 1 cuando !l"l nu'io, y pienso . ~· Yc Empiezo a i\icer el ccc.,.. L!s pnme- '!11 las cosas cu!' hac!a ~mis hermanos. L3s coses que mas qU1erts son en RS solazauru. De ehi va l oua cadar.a fa que mts plensu. 01 momajt, coret le ponen los btjos, el Esto no tiene fin. s:gue, algue y sigut. ~. e! capó. ti ITille!trO, las putrtas. t..uega lo ponañ im ti tutido<. Hay ~nios Seg~~ro !l!J!O ha 1wltco OIIOS ~ua SI han puado J!G~of toda la vide y no han vislo e! cadanas dt rnontzie. nunca !1 final dt la ca.."'ena. Y nunca lo A mi me toa !nbt¡ár tn un escecio QUe v:rin, ¡x:rqt:t no tiene fin. ,..tcoo cus1p0, no mict 1.11 metrO dt larga. Tocz la noc!le. Sóio pu~ pmr cuando ! t Pan 12 cade- !in cola_..

os siguientes son extractos del libro Worklng .da Studs Terl<ef,

L

ro!.. Tene~ qua hacEr 1.1\iS trfll:z y dos

o:eraciones par unidad, por coche. PISZ/l a:venta y ocr.o unoc'&!!I!S l la llera, o=no horu al aÍé.. lmégll\lte. POI eso ltngo que

aor!iW wns was ue boiCn.

El ruido... ¡u in!cporWlle! Psro sl te dupostu puiCEn Úlllllf c!ls¡:a por

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Sharon Atlons es una llcenciaca

univer;il:ria que trabaia como :elefotll!ta en una gran empresa. No :engo muc.'lo

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tiempo ya no n.bes si se están ritnoo de ti, si !stin en ptw sarcis:ic:o o sJ son li\Wlles. Par-eso ti/' C011'1tr.<adón se hzct. más· cor'.a~le.- Eso es lo que he nol<do hébtzndo con la genlf. Mi converución st ha hed1o -rn!s COlla, rr.ts ce:rada, 1Jtilin:1do ~qutllas frtns;·~ual que cuz.ndo ~ con la·~entt por ¡a~'­ fono. En el lrlbajo lmenas len¡r !U bempo

pe!'lSanóo en otr"..s cosas: en lo que vas a hac~t ti fin de semana, o c::n 12 lamllic.. 11inu que unr bJ imaginación. Si no tie-

nes ÍI'.I!QIIllclén. 11 e.burTu en 11¡¡ulú y Zlll vienen los problemas. Pm J!'..ur el

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~U'PO escribo ~s terrt:les. o ma escribo car'.u a mi misma o e erra genl!. Pero nunc::z las tdlo aJ correo. tu cai".a · tslán llenas de flnlasíes, ólvagacionu, dUn c:5mo mt sl1mo, lo dtpMiida que u~ct.

... nunca comuro al le!éicno a:anc!o 8

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la gente.

No los putdu ver. Onpu4s dt un cierto

~;,;'"i!;;;¡"$§f.;g:;§}:F-m~,..i.~~~'fffi~¿-~~~si'~ ..'·. ..,_:~:: '. _

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La acción revolucio.nuia ée los trabaiadores tern:ioará , deSO'U~endo el eaoitali.smo y ~ando Wl!.nueva.socieá~ VISlumbnba llll..'IS!":P? Pt.'d""''''0 mds hl'm>ne-;:.;;~•·. ;Z''P~ue reiorura y nQ..j!•sm 1 ~~ lu;: se-.li~!>- Llamó a este mtemi socialismo. Marx conocía muy bien las diñcul121ics de lle~ una transformación social de eSte tipo pero, aun así, murió un tanto decepcionado al oo haber presenciado el levanta-

'~ () espeeiaimeDse las creeoc;ías Ylos •alt-

res~ ~ lrWiormar las sociedades. $ccnln él, !2. ~IIIÍÍiiilg~ ~

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~~se~ el Capfrulo_l, Weber.empleai¡a.fq qu~ _¿¡ llamó los tipos idiale$. beqa¡nia¡w cooceptuales gue sirven para descñoir y explicar pautas de relaciones sociales. En esta sección vamos a ver con más detenimiento el eofoque metodológico d~ Mu Web-..r.- - · · ·

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otroS lfllbajadnrru'larx creía que el trabajo es expre· sión .ie la oarunleu humana, básicame~te cooperati"• y solidariL En las sociedades c:tpiWistas, por el contrario, el trabnjo dejl de ser \IDl!. experiencia de cooperación y pasa a ser algo purameote competitivo. En el recuadro tirulado -<Alienación y caoitalismo industrial» nos de:enemos sobre esta cuestiÓn con un poco mis de det.alle.

:niento de los tr~baj:.dores británicos c.~ nuz el Clpitahsmo \algo que nunca I)Cwrió). Convencido de la inmoralidad y perversidet! de la sociedad capitalist!, Maú. oo t:nie :lin!U!'ll duda de le. inevitabilic.!d de la revolución, que terdria lugar, según él, cuando los trabajadores por r.n se den cuenta de Que tienen en slls menos el curso de la historiL Según M.a.~. el socialismo llegaría inevitablemente fOr vía de la revolució.n; une revolución que podría s:r viol:ota. De ahí emergerÍA una nuen sociedad, eo la que los hombres, cooperando unos con otros (y oo compitiendo unos con1ra o~ros), produciríen lo neces:uio om satisfacer todas sus necesidades. En el Capfrulo 9 («E.stra.tiñcac¡ón social») venmos los c:u-nbios que se ha.'! producido en las sociedades capialistas en el ülrimo siglo, lo que nos puede ayudar a entender por qut oo ;e han producido esas grandes tno..<formaciones revolucionarias que Marx preáijo. ~ cnpfrulos posteriores tambitn explicaremos por qut los ~ebitantts de los países de Europa del Este se han levantado para derrocar 3 SU! estedos socialistas. Todos estos acomecimiemos han quedado fuera del alcanc: de la predicción de Marx, que miraba al fururo con gran optimismo: .tos proletarios no pueden perder más que sus cadenas1 Derc:> tienen un mundo que g!nar» (1912: 362; ed. oiig., l R4S).


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Max Weber: más que un sociólogo

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osiblemente Weber hábrla sentido ofendido si alguien le hubiera dicho que ~ólo era un sociólogo.. No porque no se deó~Care al sstudio de la sociedad (pues dedicó toda su vida a ello), sino. porque sus im<Esügeciones abart211 ICiltos temas y se refleren a tantas c:isciplinas que fl!!l!Er sooólogo a Weber es quedarse corto. Max Weber nació en Alemania en el seno de una famma acomodada. Estudió Derecho y empezó a ejercer como abogado. Pero•no tardó mucho tiempo en darse cuen:a de que ese trabajo no satis1acía sus inquietudes inle!ectuales. Se hizo profesor universüario. Su enorme curiosidad intelectual le llevó a hacer investigaciones en lodOs los ambitos de la condlcl6n humana. Por eso el legado de Weber se extiende más allá 'de la sociología La influencia de sus padres fue fundamental. 8 ejemplo de su madre, une firme calvinista, probablemente le animó a embarcarse. en un es:ucf10 compar.:tivo de le religión y a·

Indagar sobre el Impacto del calvinis· mo y otras sectas protestantes en el origen de la sociedad capilaJisla (une investigación que ya hemos com&lh lado en el texto). De su padre, un político que ocupó cargos imporlanles en la adrrinislrildón del Estado, Weber recibió una sensibílidad especial para reflexionar sobre la vida polrtica y la burocracia.

Marianne, su mujer, fue una femi· nista destacada. Weber flirteó con la polftica. pero nuoca se dedicó a ella. Pensaba que la ac1lvidad pollllca es lncompahble con el trabajo _científico. Mientras que la polrtica exige una cierta disposición a la acción y fuer· tes convicciones personales, el trabajo cientffico exige tiempo para madurar les Ideas y unas buenas dosis de Imparcialidad y esceplicismo. Weber intentó resolver esle dilema personal animando a sus colegas para que se Implicaran en polrtica fuera de las aulas. Dentro de las aulas, por supuesto, debfa mantener su neutra· Udad científica. Por varios motivos Weber no fue un hombre lera. Nunca legó a congeniar con su padre y cuando éste murió Weber empezó a suirir depresiones. Esto llmiló mucho su capacidad de trabajo. Aun así, el legado de Weber es verdaderarneñte so¡:¡ireñdente, tanto que muchos le siguen considerando el mejor sociólogo que ha habido hasta ahora. e

l~ución industriJ14: el sure;jmiento del caoitelismo evidenCJ:m, se ron'!~;\.¡ niunfo ds la racionaJk diif\\ eber ac\ltió la e.~?resión r¡donalización de la s~d pm desepbjr ti cambio hist6rico tú la rradici6n a la racionalidad como modtlos domil!(l'lftf dtf. ptrJ_Samitnro. Esm racionalinci6o implica el dtstncamamitnro dtl mundo, pues se trata de un mundo orientado al cálculo racional. al peosnmjemp cjcoDfico )' e) progreso 1écnico, gue debilita o neuqaljza los vfoculos con la tn· dición y el pasado. El deseo de procurarse lo ante.~ posible la últim~ tetn()logfa o los últimos aparatos puede ser un buen indicador de todo esto. En el Mapa 3.2 se puede observar a simple vista la distribución de Jos :!p2.ratOS de fax en todo el mun· do. Se puede comprobar que en los países ricos de Améric~ del None y Europa es10s apantos se utiliz211 más qué en los países pobres, donde aún son bastante novedosos. lo cieno es que no todas las sociedades valor¡¡¡ del mismo mo<!o eli!fog¡eso tec 6 ·co. Si hay sociedades que se distinguen por su enrusiasmo en inco.rporar las t11tlmas ~ec.Jologías, hay OtraS sociedades eo w que se min coo recelo cualquter avance tecnológico, que puede suponer una nueva amenaza a la tradición. En la Grecia clásica, por ejemplo, se desmollaroo inventos tecoológicos muy sofisticados qu~ servi211 pan facilitar 31gunos lrlbajos. Pero dado que las elites tenf:m esclavos a su servicio, el desarrollo de las capacidades técnicas o inveoúvas se consideraba como una actividad menor. En la Europa ceotemporánea tOdavía hay muchas pequeñas comunicbdes que rechazan de pleno la tecnoloria moderna. En b perspectiva de Weber, e'"ruooces, es la visión dei mtmdn que rimen Jas p=rc:cn2s Jaque pmmncvc a rit:ócne

el :'IN""'º de innm•~ción tr;nnlógica En inúcbas Sociedades se bao hecho descubrimientos que podrían haber disparado grandes cambios tecnológicos. Sin embargo, ha sido eo Europa. y por razones que ahora veremos, donde estOs descubrimieo!Os se explota.-on, claodo lugar a la revolución indusorial (1958; ed. orig., 1904-5). Tradición y raciona lidad

Weber no clasificó a las sociedl.des se2ÚII el tioo de tec· oologíe que cmple311 o sus sistemas iroóucti,;os. Antes prefería distinguir entre las s9ciedades a panir de w 'isiones del mundo QUe tienen sus miembros. En térmi· nos muy g~nerale!, pode¡¡¡os decir que mientraS que los miembros de las sociedades preindusa:iiile~ se afemn a la tndiciÓII. los de w socie:iades modemas lliensan en tér. 1lliiiOS de 11Clooalidad. . Por tr~didón, Weber entencüa el conjunro de senri· mitntos~¡·-:-~ te.~trac:on a gtnua-

c;"~Así.ll' ,;;;;;A.~est!íí irurando ·aT por si$temas de a~cias f~

-~pa.sllló; :scin-~ad!.l

en :1 pasarlo. S~ miembros evrlilan los >c;joors jndjviduales posjclva o"Q";miv~luz ¡je esas m·nnr.s.:o-

que conforman su visión.del m•mdo 1 • ~ón del mundo de los miembros de Jas!sociedadrs mnde.(I;!?S, por el contnrio. n~n dt lJ tradición. ~ las sociedades modernas las personas ocní~ y toman décisiones t,sellÚn gjllrios de radooalid3d. es:o es, S.CJÚD cálculos dt wrn " bfntflcios, out sir>en para cúrtrmi;.- r loi cursos de acci6n que sirven mejor jl_aTa qkan-a¡;.w¡¡¡f4tzWZWlD s. AqUl a • dición oo deter!nioa !2.1 acciones de los individuos. Como mucho, los individuos la tienen en cuenta en sus dlculos como un dató· mM. SijuicDdo criterios de i-aciónalidad, lu penooas piensaa y IClllaD no en ténninos del pasado, poaclmDdo !as ;oosecuencia! preseates y futurU de sancdaaes: Y esw en todos los ámbitos: tanto a la hora de evaluar oienas de trabajo, como a la hora de enconrear

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Racionalidad, calvinismo y capitalismo industrial ¿Es el C3pitelismo un sistema económico rmooa17.Marx y Weber dieron respuesw distintas t esta preguot+ Pan Weber el capitalismo expresa la esencia de la nciooalic!aci, ya que el erop~sario capitzllsll. toma decisiooes según un cálculo de costes y beneñcios_ Para ~fm, poi- el C!!ntruio, el CJpitalismo es la ~títesis de ~racionalidad, pues ¿se puede decir que es racional un sistema económico que condena alt pobreu a la mayoria de la población? (Ge.'Lb y Mills, 1946: 49). · . ¿Qué expücación dio Weber al..-urgimiento del capit.z.lismo? Según Weber. el capitaU<mo pmri6 ., no rl•••rmi-~ e_!.gel CJIYiniwo (~ mo,ialíento.re~-

gioso en la estela de la refoiilla prOiCStante). Los calvinissegún Weber, at!lllban según los parámetrOS d=na disciplin1 ngw-!)u y de ao moóo racional {tal como hemos definido el túmino racional). Los c31vinisw (llamados asf porque eran seguid=s de Calvioo, 15091564) cuían en el dogma de la predestinación, según el cual Dios, todopoderoso y omnisciente, babfa predestinado a unos a la salvación y a otros al castigo eterno. Los calvinistas pensaban que no babfa forma de con~r el destino que Dios habfa reservado a cada tillO. Tambiln pcruaban que era imposible torcer la voluntad ~ Dios, que el comporwniento de las personas eo este mundo no podía alterar su destino eo el otto. La vida de un calvinis· ta, como cabe esperar, oo en nada acil.l!J}gustiado como estaba ae~:rca del destino que Dios le tiabfa reservado. .· A la muerte de Calvino, y" con el objetivo de aliviar esta angustia. los pastores que le sue~:dieroh· ütdimn lo siguiente. En primer luger, que era_obligadón ce los aeyemes creerse predesúnados a ~a ~alvoció11. Peruar que estaban condenados al castigo eterno era CJct en laJeolll· ción del demooio. Los aeyentes debí¡¡¡ tenet la cÓnvicci6o absoluta de que habían sido elegidos por·Dios para estar a su lado. En segundo lugar, se recomendaba que, pan ~ esa confianza y agradar a Dios, los creyentes debían trabajar incansabl~mente en el oJ?cio que Dios les babia reservado {en su VOCJción). El resultado, como calic esperar, eran personas que~­ baja\Jan inf~tigablemente. Pero tampoco de cualquier forma. Como el tr.1bajo era una forma de agradar y servir a Dios, ~~a r;:ilizarse cj_e modo raciooal, de forma metic;ulosa y sin desperdiciar ningún-tipo de recursos, pues lo cinurario ofendería a Dios. Los frutos del trabajo tampoco se podían consurrur eo lujos o placeres, pues todo eso pcnenecía :U reino del pcc~do. A.Dles que coosumir los beneficios, era más apropiado reinven:irlos en el propio tallet o negocio, pues eso sf que agndaria a Dios. Alent.llldo comporuunientos de esta naturaleza, el calvinismo conoribuyó a sentar l:!S bases de la e::ooomfa capitalista. Este tipo de componamjemos, según Weber, distinguía al calvinismo (y sectas semejantes} dé otraS 11:ndencias religiosas. El C310iicism<mnayoritario en Europa, genera· ba Otro tipo de comporwnientos, menos centrados en las actividades mundanas y más orientados a la espiritualidad y al más allí, pues para los atólicos hay algunu vias abienas para la comunicl!ción con Dios Oas experiencias m!stica.s, por ejemplo). Para los carólicos, wemfs,la acumulación (y reinversión) de las riquezas carecía del si¡ni· ficado religioso que tenia para los calvioisw. Por eso, según Weber, el capit2.1ismo surgió precisamente en las zonu_de Europa en las que el cahinismo (asf como otraS serus protestantes) más arraigó. Estas iovestigaci!lllC5.de Weber sobre el calvinismo y la ética prOte.St2IIte ofrecen un buen ejetDplo de la capacidad transformadora de !u idus (en ~aa ~la ~.de~· ta5,

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Mapa 3.2 ~ Alta tecnología en perspectiva global

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Hay pai!es con culturas tradicionales, en donde la gente ignora o se resiste a los cambios tecnológicos. Y hay otros paises, menos orientedoi al pesado o a la tradición y más a una visión racional del moodo, donde las personas parecan astar esperando eJ úr.imo avance tec:~ológico para incorporarlo a sus vidas cotidianas. Los eparatos de fax, un .ej~mplo de ia tecnología moderna, soñ monsda corriente en los paises ricOs. Se celcula qwe en esos paises 1\<!Y alrededor dé S millones de estos aparatos. En los paises pobres. por el contrario, la mayoría de la gente nunca ha visto un fax. Es interesante ver que en Asia le mayoría ds estos aparatos están en Japón, Corea del Sur, Tal_wan, Singapur y Hong Kong.

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oue tendía a ver I!.S ideas o creencias religiosas y filosófi-

cas como un reüejo de un sistema dado d: dominación

• paso d marge:~ de las or¡z.nizaciopes: )!S personas · n!ccn en bospi!Ales, esrudian en escuelas y universidades, trtbajm en e.'tlpresas o administraciones, se curan en hospitales o, a lo peor, les velan en funemias.

económica). Pero Weber nunca llegó a decir que el calvinismo (o, en genef!l, la ética"protesW!te) hubiera c~usado el capitalismo. Según Weber las explicaciones ~d~ en las creencias o ideas no pueden ser nUIJCa expli=ones suñcientes en sociología (de hecho, Weber pensaba que no puede haber explicación suficiente o plenamente sa~ac­ toria en sociología). Por eso no se puede ver a Weber como el oponente de Maa. Es mejor entender las propuestas de uno y de otro como alternativas teóricas. que ofrecen a veceniiae:nósticos semejantes sobre los mismos problemas (comó ~eremos más adelante en el apartado sobre racionalidad y desent311tamiento del mundo). Con el tiempo, el fervor religioso de los pñmcros calvinistas. si¡ue el análisis de Weber, se enfrió bast.ante. Aun así, sus sucesores siguieron comportindose de forma similar. buscando la satisfacción personal a través de la disciplina y la organización racional del trabajo. La ética calvinista (o, en tirminos más generales, la *ica~

4. Awodisciolina Las so<:iedades modernas ~ ~fuerzo y el mérjro persnn'II!'Para los primeros c3lviDisw, la renuncia y la awodisciplina e:1 todos los á.-obitos de la vida era una obligación moral o religiosa. Hoy ya han perdido este matiz espiritual o religioso aunque se siguen valorando en cuanto que, idealmente, el 'éxito y fraaso de cada IIDO es CCIIlSeCliUicia del esfumo y la di5ciplina personal.

allllllform6ea ~müadd ~

5. Wawr cgncitncia dtl titfi'.P•-En las sociedades tndi-

~•flidit1al* la..,._perdió todow~­

3. Aodr«ln orojuiotW y oaq¡ociOIIls C4liD vu mDi ~speciali:atúts. Al conrn.rio qoe los llllembios de las sociedades tradicionales, los miembros de las sociedades modernas desarroUan su actividad productiva en ámbitos cada vez más especializados. Podemos com· probar esto inmediatamente echando un vistaZo a las páginas amarillas. · ·

ciooales las personas median el tiempo de acuerdo con el riiD'Io de las esooones y de las activicW!es agrícolas. En el mundo ~se mide el tiempo y se planifiC3!1las actividades ell..h2ras y minutos. Los relojes empezaron a aparear en las ctUdides hace alrededor de cinco siglos, precisamente cuando el comen:io empeubz. a upandine de modo signifialivo..No se tardó mucho en pensar (como dijo después Benjamín Fr.mklin) que ce! tiempo es dinero•. ·

i:IMitlfltiOie pm coavenine a uu oecesidall- v. u: ·a.csubouloper.111do las lev del men:ado. El capita· lismo, concluye Weber, ya no necesita de ningún espúiro reliposo pm mantene¡~ a flote. · Organiz~ción· social

racional

Segtín Weber, !uevolución jndusnial y el desarrpllo del c¡¡piralismo han puesto en un primer tirmino la ncionaJi. d!.4rlr esto ba terminado por traDSformar·ia organwc10á. JOcial de las sociedades modernas. A !fZ!ldes rasgos. esw sociedades tienen las caracteristicas siguientes:

6.

l. ADcvtc(] "insrirution~s socioltr t5pttlficas. En las

sociedades de cazadores y recolectores la tamilia era el centro \le prácticamente todas las actividades. Gn· dualmente surgieron otras instiruciooes, económicas, religiosas y políticas, en el seno de las cuales se desarrollaron actividades de las que antes se encargaba la famili~. En lzs. ~ociedJdes modernas han aparecido otras nuevas instiruciones, como lv educativas p las ;aniwias. La aoarición de instiruciones sociales~ cíficns rsobre las que btblaremos en capítulos poste· riores) es una estrlltgil racional que permite acender nec:miades biii'IIIUS de un modo más eñci~-

1. parece., rambiin lfJIIIrilliil i« ll!!qni;acf.(lnts.

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7.

C~rencia~ca. Los miembros de las ~ociedades tradiClooares se evaluaban unos a otros en vutlld de su pertenencia a tal o cual familia, grupo clientelfstico, etc., o del lugar que ocupaban en esa familia o ese gro· po Oa reputación o esmrus de una penona era distim~ si se trataba de una mujer o un hombre, o si se trata· ba del primogénito o el segundo hijo, por ejemplo). Idealmente, en las sociedades modernas no se evalúa a l!.S personas por lo que son, sino por lo que se han hecho (si uno se ha hecho ingeniero o si sólo ba conseg11ido ~ar los estUdios primarios, por ejemplo). ~d.ai

Por tlltimo, juzgándose unos a otros por sus méritos o compecencia tic:niQ y proiesional.' en las sociedades modernas se separa esaicta· mente el mundo orivado (aue es el reino de los senti· mientos y las em;,c;iones) del de las otras esieras de la vida. en donde dominan las relaciones impersonales (o puramente cOlltrlcruales).

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racionalidad moderna se muestra también en la proliie~ción de omnizaciones iº'WHes. En las sociedades modernas, el plisaje social est6 dominldo por el J!!!!!:l· rtaci onal iOad-y-in:rfocracl a óo de la< cqaoizacjones. Si hace apenas un siglo- la mayoría de la población europu apenas tenía conw:to La organiución racional del mundo modemo puede Ver· • con O!ianizacioner,boy-en-dia-erimposible'llar-un- -se-con-pcrfectroitidennl:microcosmos·de lu orgaoi-

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uciooes. Las ouzaoinciones modemu, maxjmjzadoras de la eficiencia, s~n en real.i!lad un fenómeno reciente en la bjstQria de la humaoidad, v on fenómeno unjmgl con el triunfo del ccpitAijsmo. Para describirlas en sus rasgos esenciales, Weber construyó el tipo ideal de la~ (entendiendo por burocncia no la organización de las administnciones pdblicas, sino tocb ornnización moder-

na que sr aJnsra , •te deñnjQón o tipo jduJ). En el Capírulo 7 («Grupos y orgar¡izac{ones») describí· rwJOS los rasgos esenciales de las buromcias u organizaciones modernas (universidades, sindicatos, administraciones públicas, empresas, hospitales, etc.). Por el momento, es suficiente señalar que WeberJltnsaba que las organiza. ciones formales, que no soo n.ada más que instiwnentos diseñados a propósito para conseguir detemúnados fines de la iorma más eficiente. posible, eran la apresióo más evidente del triunfo de la racionalidad. -ber pensaba qu• Ji racia había transf0tm3do la sociedad en la misma llltdida que la revolución industrial había transformado la ooonúa. . Según Weber, uno y Otro ienómeno (C3pitali.<mo y burocracia) no habían surgido a espaldas el uno del otro, sino todo lo contrario:

Es ~nWm= la ecooomá c:~pitalisll quien t.Sti imponi:ndo a a !dminisrnci6n puolica que se tnmiten c!ili¡enre, pre· cisa y eontinu:uneote, y ala mayor rapidez posible, los asuntos burocriocos. las p211des tlllp!CUS capilliliSI&S SOil, en términos generales, modelos únicos de or¡urización burocr.ítica (1978: 974; cd. orig.. 1911). · ·

Racionalidad y desencantamiento del mu_ndo Marx y Weber coincidían por completo al sal!alar la enorme eficiencia ¡¡roducth a y upacidJd lrlllS!oanaddli det capitalismo. Pero wnbi~n coincidían al se!lalar que el C3pit.alisillo, a su vez. había traído (o agudizado) otros problemas de gran importancia. Lo~ problemas que preocupaban a V..i:bec no tenían que ver con la desigualáad o el conflicto social (que, como vimos, ocupaban el centro de atención de M3rx). Teclan que ver, por el contrario, con algo parecido. al problema de la üienacióa (que hemos visto en Maix). En concreto, según Weber. la sociedad mcóema e indusaial estaba .neutralizando la cümcnsión creativa. innovadora (o incluso heroica) de las personas, cuyas vidas, sigue el dilg:nóstico de Weber, 11=cen ctda vez más rutinizadas y domesticac;!as por las burocracias. Siendo una sociedJd racional, la sociedad moderna es una sociedad élesencantada, UI¡:t sociedad anguilosada y de hombr-..s dócilc$. En las organizaciones, advenía Weber, lo~ individuos se convienen en un ~o o un número y dejan de. séi- Per· sonas. El trabajo en lts ·grandes organizaciones es,: ~ muchos casos, un trabajo tedioso y rutinario.l.a sociedad

mo<!erna, se~ el :Weber mis pesimista, es un vasto sistema de re2l~ntaciones. :;:.etlliííientos v Oí'aenenzas quucf"ñein . .mírih1 bnm . · . · De modo sem~jante 1 pesimisla petuaba que la sOciedad moderna que sezvir 11 bombre, se habla vue® contra él, cpnvjnjtndolo en su _peón. En un lenguaje que recuerda baswne-al que uñliuS t!lrxpara describir el sufrimiento buniano bajo el imperio de capit.alismo, Weber dijo en una ocasión que en la sociedad moderna el hombre se ha convertido en una pieza obligada a «realizar determinadas tareas especialiucias dentro de un mecanismo que se escapa a. su comrol» (1978: 988; ed. orig., 1921). En los tlltimos :úíos de ¡u vida Weber cedió al pesimismo. Temía"que la racionaliz.ación de la sociedad terminaría convirtiendo a las personas en meros I"'..SOrtes de unas mequinarias buroc:dticas e:tda vez mis poderosas e inhumanas.

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j C Emite Durkheim: sociedad y función llAmar la sociedad es amar algo que está más alll ae nosotros pero también dentro de nosotros.» Esta frase penenece a Emile Durkheim (1858' 1917), otro 'de los padres fundadores de la sociología ti q~e-wDbi~ hCIIJOS dedicado un recuadro en este capfnilo. Eil está frase tán curiosa (1974: 55; ed. orig., 1924) se resume 01n visión de la sociedad, distinta de la M= y Weber, pero tambjin de enorme influencia en el pensamiento sociolópco: . . .. ·-· ... ..

Estructura: la sociedad más allá del individuÓ Lo primero que es necesario decir es que Dudhei.rii pea: saha que la Ulciedad.es mjs que 1> suma de los jpdividu.os '~!!'.la componen. a ~iedad ti~ne una vida y e:Wtencia propia, que,. . . . alU ~e nuestras experi~ personales. La socieaad emte anteS de que uno nazca. n a tener t1111 intlucQcia tlindamenu! en la vich ele uno. v va a squir exmieDdo cleSpaá de que tmO muera. ~-de la vida de los individuos hay aii'IICnuaJ, que implican pautas embles de coroponamiemo, que deben se· tratadas como cosas porque lo son, n cosas o hechos sociales, qu: tienen una reilidad abje~va por encima de las__vidas y experiencias de los hombres de carne y hueso. ~ DW· mas c-.Utunles. los valores. las =ias reli¡iosas, etc., cstí!l ah!, son hechos sociales. y si la sóaedtd tiene priorichd sobre los individuos es por e es · · wr en os anuentos y lu acet e os m Jviduos. ar esta rázon, esmdiar a .Jos mdhiduos lis 11: (como hacen los psicólogos o los biólogos) no sirve pua explicar la conducta huma· 111. Ua sociedld es m1s que la suma de sus panes; e-tiste como un organismo complejo que tiene sus raíce.s en JIIICStra vida colectiva. Una familia que cena junm. una

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multitud oue se aoii!a en una sut!Su. un grupo dt tOigos que celeb~an jun~s la ;\avi&c!, etc., son ejemplos de la multirud de si~.JE.Ciones en las que hay un ri!llal o una organización distin~ o separnd:1 c!e los individuos que forman p~rn de él o de ell:t t;na vez creada por bs personas. la sociedad les pide obedleoc:ia Y ésw exper.mcnWl su po:ier cuando observsa que vhen sus v¡&¡ seJÚII derw pauw que e!los no han crudo), o cuendo deciden acn1:1r en conformidad a una ~uca o UlU! moral que no h311 elegido, pero que les ha venido dada.

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~: la sociedad en acción Al lado del concepto de estrucrura está el concepto de función. La función. imooruncia o sirniiicado de cualquier hecho socw :salgo que hay que·dererminaral nh-el de la ;ociedad, no de los indi,~duos. P= ver eHo mejor, podemos pensar en la conducta delictiva. u mayoria de las personas piensan que las conducw delictivas soo conducw que cometen algunos i.odividuos (los deliocuen1es) en perjuicio de otros. Pero

!e puede reflexionu sobre el delito desde un~> penpecciv! ~macro• y mas alli de l:!.s person:u (de los delincuem:s y de sus víctimas). Como veremos en el Capírulo 8 ("Des'~ación, delito y co.:~ttol»), la identificación y el castigo de una cond!!cll delictiva puede servir pa.Tt reafumar y refon:!I las normas, valores y lazos soci:;Jes que mantienen unida a esa sociedad. En OlnS palabr..s, y aunque pm:zc3 irónico, la conducta delictiva puede teiiCL una función positiva parn la socieóad. De beche, Durkheim no pensaba que el delito fuera algo «patológica». .6,ntes bien, pa..nsab3 que en. algo·«Dormal», pues, según él, es necesario que haya delitos pan mantener unida a una sociedad (l964a. ed. orig., 1895; 1964b, ed. orig., 1893).

Personalidad: la sociedad en los individu~s La sociedad tiene una e:cistencia aparn óe los individuos, está •fuer.llO de los individuos; pero 11mbién esuí ~den­ tro». Esto es as!, pon¡ue los miembros de una sociedad interiorizm y hacen suyos los valo~ y bs normas de esa sociedad, y Dr!!:uúzan sus vidas en coiiSOD3JICÍa ~n eUos. 1.3 socieda~ según Dwkheim, regula los ~mpolt3lnien-

tos áe los in~primí'odn)esi!Oe dise~oliM mor~.. Po...-a Diincr¡eun. los seres hmanos cenen deseos insacinbles. que les pued;n Uevar a la autodcstruccton. «Cu~rno más se tiene, más se quiere, porque la satisfacción que a uno le produce satil!! U!! deseo le impulsa a. querer se.ciar el siguiente» (1966: 248; ed. orig., 1897). Setún Durl.:heun, la sacie~ pone límites o resaicciones morales a nuestrOS deseos que nos permiten cocservar la vid:l. En su investigación sobre el suicidio (a la que ya hicimos refere:tcia en el Clpílulo 1) es donde mejor se puede •ter )3 necesidad de estos límites ~ resaicciones imp\lestos por la socied3d. Si pensamos en la sociedad de nuestros días, podemos pregunll!Dos por qué las grandes esu-ell!!S óel rack. por ejemplo, p:~recen ¡¡¡¡ vulnerables a la autodestntcción. Durkheim ya ofreció una hipótesis antes de que el rocl.: se inventara: son precisamente las personas que pueden sn.l11rse esos límites y restricciones morales las que tienen más probabilidad de suicidme. El mayor grado de tolerancia que tiene U03 sociedad con los ricos, jóvenes y f:1mosos puede terminar teniendo un coste muy alto para esas personas.

Modernidad y anomia

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Durkheim: desenmascarar el poder de la sociedad

n 1887, y desiiués de una larga batalla, Durlcho:im se convirtló ;;n el primer calsdrátlco de socíc.logla, una ;¡u;;va_ áísciplir.a e la que no le fallaban detractores. Hasta sotanees, el estudio de la conducta humana estéba en manos de filóso-fos, psicólogos y biólogos. Al contrario que ástos (y ds 2hí las controverstas que suscitó), Duri<heim pensaba que cara sntender .a conducta humz· na era neeasario estudiar la soc:eci<.ci, y no C\lestiones como los rasgos psk:ológicos de las personas. En su investi!jaclon sobre !l 3ulci· dio, de !a que ya hemos he bledo en el Capitulo 1· 1•La per:¡¡ectiva scciológ,c;;•), CÚrbte•m ;nussva·ce un meojo muy convincems el pooer o& le sociedad ;¡¡¡r¡ lniluir en la conducta de los inaiv cucs. En as;a mv&Sti¡¡a·

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clón, Durkheim mostró que un ado tan libre y persone! como el de quitarse la vida está inftuenciado por tacto-

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res soci~es (er. con6eto si grcdo de integración social). • A lo largo ee est; ibro vamos a referimos cominu!lllente a la obre de Durkhelm (ul como a las de los otros dos dáslcos: Marx y Weber). Err"el Capitulo 8 (•Desviación, delito y control•) veramos su contribución el esh.'Cfio ce !a cor.tiucta desviada. Dutkheim también dedicó mucnas horas de trabajo al e!!Udio de la religión, que según él, JUega up papel !!nportanle a la horc de faolilar la Integra• ción soc!al (sobre esto hablaremos en el Capitulo 18 •Religión• ¡.. -Tan importante como todo esto, y qu1ú mü, es =1 hecho de que la obra de Dur!<h2!m u uno de los pilares básicos del patacfiQmz sstruturcJ.funcio.. nalista., del que vamos e hablar en casi ~~ K>s capilulos qu~ siguen. '

En compar:!ción con l::s socie(bdes ~guas. !~da­ des modernas, nús tolerantes, imoonen menos resuicciooes sobre los i.odividuos. Poíirí':ftto, Durkh:J..~oo­ cla los beneuchr. de Ji fi y la toleranciL Pero ad\·enill, por otro lado, que esto mismo puede proáucir anomía, que ocurre c!!!lndo. a co,uecuencia de Wl mayor gro i!t roluancia y libmad, los individuos carecm íü 'f11' __;__ rt¡ertncl llts sobrt los qut anc ar sus conliucras. El que mucbcl personaJes fáiííOSOs t:muoen oestiWdos por sus ~ltitos y su fama es un buen ejemplo de anomia. El S!lto repencino a la iama impliC3 en muchos casos una íorma de desarrzigo. Lejos de sus familias y sus rutinu sociales, muchu estrellas no son C3oaces de encootru el apoyo y el tipo de conaol social que· antes les se='<i~ par! conducirse en la vida.. lo que puede llegar a te:ler consecuencias faules. Durl.:heiro pensaba que les individl!os debím ttner libenad para experimentar en sus .vidas. pero umbiéh pensaba que, ~in l"'..stricciones o ~ror· tes que sirviersa pan anclar esas experiencias en elmun· do y u sociedad, esa libertl!d podía conducir !la ~utO<!es­ trUcción. La evolución de las sociedades y la división del trabajo Como Mar:< y Weber. Durkbeim también fue testigo qe lu vandes tr3DSformaciones soci!les que nivieicri lugar en el si¡lo XiX. Refleltion!Dáo sobre ellas; Dur~einrr~1~ bién formuló algunu ide3S sobre le e.volúCÍóo- de .lú socied!des. ·· ·

En las dades premdusirille según Durkheim, !& tradición ser.ia oara dar estabilidad a ur.a socied!c! v mantenerla unioa En sus. propios lér.ninos, la condenci~ colecril•a en est3S sociedades (esto es, ti sentimiento de pert~!:~:dll m socied!d y el ~..do en que sus miembro~ acepun las norm!!S y nlo:es de e~a comuni&dJ es fuern. En !a5 so&dades !Dtigu~. ta violzción a las normas o las tradiciones u castigada jnmediaumeott. Esw sociedades permanecen unidas por lo que purkheim llamaba sollóarid:~d mecánica, esto es, por los lazos sqci /u, bas~s tn una vinón coniú~ dtl mruuio~al ro1iiün. O.llf. mannt!ll umaos a 1os 11'.urr.oros ae las soc;ed~~. Como en lJaunos atillutDos me.caoicos, ·cuyas panes son i!'ltles o~ muy· semeJante(· lo~ individuos de las sociededes preindusoiales (11mbi~ mis o menos iguales entre sf, pues nohsy w¡a.lecnologí~ compleja que düerencie a unos de otros según sus c~pacid!des u ocupación) también se consid~ pane de un todo.: Dutkheimpens:ba que 13 eyolución o desarrollo de una soeieibd impiúiil3 un menor milO de so6~ mew.i: ca, una conciencia cnlecriva cada vez más!ifo meno~ deñSa: Pero esto no ~e que \1113 soci~se disuelva. pues plleden aparecer al mismo tiempo otros mecanismos que mantengan unida esa socied!d. Esos son los mecanismos propios de Jo que Durkbeim llamó la so~ or;gjnir:t que ce reóm a los ~g¡or·~ "'""'Ir" rgciaJI~ ·• ~ división dll rrabajo qut une_a los "útmbrJJ Jt una socitdaii · . sociedades íñdüSmiles 1as ~3tln;llit!tlR!~~ el ~cil:lll.tot.-jill.am._cti!tor al"comt ~·ere. N~te. Laoetesidid de cont:~r con otras per;ooas especializlldas en otras tareas crea ~os de imerdcpenócncia eotre los miembros de una soci~ lo que conmbuye a mmlCDCf unida esa sociedid. · · Para DurtiJ.eim, entonces, wia dimensión iundameñÜJ del e OCiíl es la di\'ISI6o llel trallajo, o'7iJ tsptciali;acll~,111 12 prothm6n tJ la aCriVidád ec.,ñ&mca. Weoer m:uuerua qu~Sóes mooemas aumenr~ ergrado de esoedafuacióo 3 fin de aumenl!.t la eficiencia. ·Dud:beim ieáondea esre cuadro manl!I!Íendo·que esá upecilliZ!Ción hace a !as persow dependientes de oaas miles de personas que no conocen direc-..ameote, que pueden vi\'ir a miles de kilómetros de distancia y qiJe, muy posiblemente, tieneo valores y visiones ócfmundo discinw. ~ decirlo eo otras pal!!bras, en comparación con las ~O!We cuyt viabiillbd ltpeodía del ton.st!IUI moral entre sus miembros, las 'ociec!!des mo0:.-na.s re hacen viables en vi:tud de 1111a inrrltptndtnciD fw¡cio_~l En las sOciedades- modernas dependemos cada vez: mas de pmonas a las que oo cooocemos. Eso no nos impide emr.r en contacto o dlanteoer rebciooe.s-con ·ellas porque, independientemente dt nuestras dúerencias en valores, coso.unbr-..s o religión, dependemos de ell.as. En las socie1lades complejas actuales, avanzadas ~ecpoló-

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¿Va nuestra sociedad a mejor o a peor? El problema.del progreso

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suele decir que una de las cosas que más diferencien a los europeos de los norteamericancs ES el optin11smo de es:os últimos. Los europeos, con una larga histoña de connictos y probfemes, miran af Muro con mayor prevención. De hecho, en buena parte de la histoña inlelectuaJ europea no faltan la cnltca, el desencatlto, el cinismo, la desesperación y el pesimismp, Weber, por ejemplo, acuñó le expre·slón •desencanlamiento del mundo•. Freud, del que hablaremos en '' Capihllo 5, pensaba qtle el-progreso 1' la ·felicidad eran termines contrapuestos. La histeria reciente de Europe,.con dos guerras mundiales 1 marcada por el Hoklceusto, no contnbuye ·mucho al optimismo. Los norteamericanos, por el contrario, perecen ver el futuro con mayor ilusión. RObert Nlsbet, un sociólogo norteamericano dijo en una ocasión que cilios rasgos definitorios de la modernidad era la confianza en el progreso. 8 sociólogo sueco Ther-

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Marx, Weber y Durkhelm quizá 11 encontrar lazos de unión de otro puedan ayudamos e enfrentamos tipo, basados en uná móral común, con esta pregunta. Es fácil Identificar en un entendimiento compar'Jdo de lo alta tecnología con progreso. Pero que está bien y lo que está mal. Parecuidado aqui. La hisloria nos ha mos- ce entonces que progreso $In. :rado que si bien el progreso tecnoló- 'CGIIIS {pero tambitn, como vimos al gico puede venir ~compañado de pnncipio, que esos costes tampoco cienes ventajas, no garantiza una están igualmente repartidos). · vida mejor. Marx, Weber y Durl<heim no tenían ningún reparo en.reconocer que los progresos tecnológicos •han ··a Para seguir pensando hecho a las sociedades mucho más sobre este tema tp.s, aunque lambi~ más pobres en otros aspeclos. Para , el capita: lismo ha hecho a las personas más 1. Haga su propio balance .sobre Inhumanas. En lugar de colaborar esle tema, anotando en un lado unes con otras parecen estar s1em- · los cosles y en otroJos benefiCios pra compitiendo unas contra otras, del progreSO. ¿A qué conclusiocuando no cegadas por el culto al nes sa atreve .a legar? ·¿Pie~a ámero y la riqueza. Para , el que .el mundo va .a mejoro a peor? precio también ha sido aHo. mpo- 2. ¿Piensa que el continuo desarrollo ne una muftilud de '!rganiza.ciones económico de nuestra sociedad es que parecen brotar como .por encanbueno en todos sus aspectos?· · · tamiento pero empeñadas en hacer 3. ¿Cree que los habitaotes di! Jos nuestras vidas más rvtinarias, y a países pobres- piensan. de· igual nosotros unos seres dócles y obefonna acerca de lo que es e~ prodientes. Buenos siervos alli donde greso? ¿Cree GUe lodo Jo·qua en hay seflor a quien obedecer. Y para Europa o EE.UU. se considera un ~ la interdependencia lunprogreso también es .vislo como nat nos ha unido, ciertamente, un progreso en esos pais;;s?.¿Se pero a costa de ponemos más (jficil . le ocurre algún ejemplo? o

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Podemos sentimos positivos . y pensar que es posible hablar de progréStf. DEsde principios del siglo xx el nivel de instruc:cíón ha eumentado notablamente. También, y aun teniendo en cuenta la inflación, el procM:lo necion!l i' la nenia per capit. han aumentado de fortna espectacular. A ·la p<tmedemidad mira cons:,namao- pMcipios de siglo casi natie tenia te hacia wH. zl pzsado, bi.'$Wldo !11 teléfono y, fuera de les grandes ciudael úlllmo ejemplo de sabiduría, de benedes, no había electricidad. Nadie za, de glo~ (•••) La modernidad mira al habla oído hablar de cosas como la Muro, Uene u;:eranza 1n "· hace planu televisión, y los coches eran lodavia para 6l Lo _construye. la posmodemídad un juguele de ricos. Hoy en día casi ha lirado por la borda o .quiú ha ~ todas las familias tienen teléfono, do 12 ldta dt .dltec:dón (-.) l.! moóarlavadora, frigorífico, radiocas5elte ·o nided termina alll dond1 palabres como incluso video. Cada vez son más los progreso, avance, desarrollo, emenc:ipa· hogares con ordenadores conectados c:ión, liberadcin, crecimiento, ecumua Internet o conectados a la televisión l!.coón, llut'.nc:icln, mejora, vengu~ etdtera, pierden su atractlvo y su fu~ digital y satélite. Mas importante: si en como gulas di la ~ sccíal• (Ther· 1900 la esperanza de vida era 47 tom, 1egs: 4). años, la esperanza de vida al nacer es· hoy treinta anos superior.··-·Pero tambi4n podemos sentimos Enlences ¿hay progreso o es que el progreso se ha detenido a las puer- pesimis+.as y ver la otra cara de la tas del siglo XXI? ¿Oué es lo que está moneda: La verdad es que tampoco pesando? fal'.an IIQIJmenlos para ello:-Clerl.i!-

bom también ve el concepto de progreso como algo que puede diferenciar el mundo premoderno de la · modernidad y lo que se Rama ··la posmodemidad. El progreso es lo que define al mundo moderno. según él: •

mente, sn algunos paises el nivel de vida de le población ha mejorado notablemente. Pero a costa de otros. Sl competamos sntre les naciones, el grado de dllrgueldad 'SOCI&I 'ts de une magnitud inme06e. Sobre esto hablaremos en los capftulos 9 y 11. Por adelantu algo, el20 por ciento de la población mundial (Eirededor de mll mi11ones de pefSllnas) carece de los suficientes alimentos para estar en condiciones de trabejar, y unos ochocientos rnilon!s tienen su vida pendiente de un hilo. SI af.~dimos a esto otros problemas como la contaminación, la dellncuer.cia, la lnlolerancia radar, ele., el cuadro se hace más negro. En muchas ciudades el aumenlo de la deflflCUellcia ha hecho que muchas personas no se encuentren seguras ni en sus propias casas. 8 bieneslar económico que hemos cooseguldo, o.:ombinado con la facolidad con que nos desplaumos y cambiamos de residencia o de trabajo, parece que nos Mn hecho més inmunes al sufrimiento ajeno, más soberbios y egoistas. En f&n, parece que no faltan razones para el escepticfsmo. Entonces ¿en qué quedamos?- ¿la sociedad ve .a !lleJor o va P, peor?

pero el hombre moderno, pens:tba Durkbeim. seria capaz gicamente y con alto grado de. división del trabajo, las personas se han hecho más independientes. H:tn ganado de encontrl!r sustitutos a aquellas cosas que, al mismo en libertad. Ycon eUo las normas y valores de la sociedad tiempo, gar~ticeo su Libertad. se han becho mis fluidas. En una sociedad compleja, que se mantiene llilida por mecanismos de solidaridad or¡inic:t, ya no es crucial que baya una cooc'.encia cole::tiva • Evaluación crítica: densa, que todos y c:tda uno de sus miembros teng:m los tres visiones de la sociedad mismos valores o visiones del mundo. Pero haciéndose más tolennres, las sociedades mod:ma.s se-hacen WllIniciamos-ene capítulo baci!odonos unas pregunw imbitn más orooensas a la anomiL porwlltl !cerca de las sociedades humanas. Ahora vaAl igÜa! ·que Weber, Durkheim tenia sentimientos mos a.ttlP.Onder brevemente a esas preguntas. encontrados ecerca del futuro de la sociedad. DluXheim, sin embargo, era !IIÍS optimista. Pensaba que 1'! que ~bía genado el hombre (un mayor" grado de Iroerud Yde res¿En qué han cambiado las sociedades? peto a su vida y a sus propias creencias), no era nada desdeñable. -<::ierwnente, había perdido otras cosas en el Comenzamos el capfrulo resumie.odo el estudio de Gercamino (un· fuerte sentimiento de peneoencia t una hard y Jean l!.eoski (1995), en el que se dtlcribe la evolucomunidad, en;a-que-uno-se-sienrn.rropadóvprotegido);- ·cióo socioculrural de las socierlades. VUDos que se puede

düerenciu enue sociedades (o etapas de desarrollo) a ~artir de la tecnología domin:u:te .. L11 ~ociedad moderna se diferencia de otras sociedades pgr su enoJ;ille capacidad productiva. Tambi6! ~=. esrudiando la evolución de las sociedari:.s, concedía una enorme importancia a los upec;tos productivos y teenológicos de. las sociedades para explicar en qu~ habían cam~iado.. Se_gún Maa, el conflicto social ha sido una consiante en la historia de la humanidad (excepmando quiú una primera et.apa comunista. que comsponde a las sociedades de cazadores y recolectorelj. Pero, lo que caracteriza a la socied2.d moderna es que tlte conflicto, que t5 el·confi.icto eoue capitzl.istas y proletarios, se ba hecho mis patente. Weber veía esta cue.stióo desde. otro ounto óe vma. Weber éstzha mis interesado en estudiÜ el cambio al nivel de !u ideas o de las orientaciones fre:Jte al mundo. .1\sí, mientras que las 5ociedadt5 ¡m:industri21es estin orientadas por la tradición. los miembros de !u socida-

des modernas tienen una -perspecñva más racional freore al mundo..la expansión del mundo organizacional, de la buroG'acia, caracteriz.a muy bien esta nueva orientación. Por último, para..Durkheim las sociedades han cambiado en lo que !u mantiene unidas. Si lo que mantenía unidas a las sociedades preindusniales en una conciencia colectiva fuene o densa, las sociedadtl modernas y. complejas se mantienen unidas más bien por mecanismos de solidaridad orgénica; esto tl, porque habicndb un alto gr:¡do de división del trabajo, los individuos se han hecho 10ás int.erdependienres.

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Lu rociedades cambian, según.Merx, :t conse::ucom del

conflicto y la·desi!ruald!d social, que·tiCDen su origen tn el sistema e::on6mico. El conflicto es el·motor de::!a his-

toria, según Marx, aquello que empuja a las sotiedades

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¿Por qué cambian ·las sociedades?

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hacia bs gnndes transíormlciones revolucion3rias. Pm Weber, las .:nien~ones frente al mundo o modos de pen· snmiemo rambiln conaibuyin al'cambio .social. Su investigación acerca de la conaibución del calvinismo y oEra.S sectas protestantes a la emergencia" del cipitalismo es una muestra óe esto. Por último, y para Dw:kheim, las sacie· dades cambi:m, en gran medid01, cuando aumenta la división del tnbajo.

porosa, se =tienen unidas porque sus indi,iduos son interdependie:ne$.

¿Y adónde se encamina la sociedad?

A esu cuestión hem.:>S reservado un reciW!ro. Pero volvieado a los tres autores oue hemos esrudiado en este capírulo podemos decir lo siguiente. Mm pensaba que d capitalismo estaba sembrando las semillas de su propia 'desuucción. Al capitalismo, según Milr.<, le sucedería ¿Qué.es lo que mantiene unidas OiXO sistema económico y sociel que ~ llamaba socialisa las .sociedades? . mo. Weber era más pesimista. Vera un fu curo de ciudada:\[llr.( subrayaba precisamente' la dimensión opuesu: la nos dóCiles, domesticados por organizacion~s o burocn.del conflicto soci31.. La dimensión del Wnructo social es cias cada vez mis poderosas; una «jaulA de b.ierro•. por !o impor.we pi..~ Marx. De5de su punto de visa, l.!uli· utilizar el tono más pesimisu. Un poco más optimista, tes pueden forzar una uegua en el conflicto, o demorar su 'Dial.im penssba que los hombres señan capaces de resolución definitiva, pero poco más. Sólo puede dejar' crear asociaciones que, como pequ~ftos microcosmos, de haber conflicto cuando la ac~vid~d productiva se base pudietliD generar UD sentimiento de pertenencia, de en la cooperación, y no eri la competencia y la explota· comunidad y que, !1 mismo tiempo garanózar.m el respe· . ción. Para W..., los miembros de una sociedad comto a la libenad que se han ganado a uavés de la historia. · puten una ~entación o una visión del mundo. Si en el Como un caleidoscopio que ~ girarlo nos ofrece una pasado las sociedades se mantelÚlln unidas porque com· visión distinta del mismo objeto, las perspectivas teóricas p3ltfliD una oricotación épicamente rradiciona!, las que hemos resumido equr también nos ofrecen una perssociedades modernas esth! unidas por el tejido organizapectiva distinta de una misma cosa: la sociedad. Ninguna ti\'O que está en su base. y que impliea una orientación de esw perspectivas es, en un sentido absoluto, verdademás racional frente al mundo. Por último, si para Dud:- ra o falsa. u sociedad es demasiado compleja para dejarbeim las sociedades preindustritles estaban unidas por se encerrar en ninguno Cíe estos corsts teóricoS. Por eso es l¡¡zos de solidaridad mecinica, por una conciencia comejor tener siempre en mente estas tres perspectivas porlectiva :Uertl.', las socied:!.des modernas y complejas. que, por separado, cada una de ellas ilumina temas y caractenzadas por una conciencia colectiva mis débil o fenómenos distintos que no es conveniente olvid.l!I.

l. Hay retlexiones o teorlas sobre la evolución socio-

culllll1!l que se cenuan en bs consecuencias sociales del desarrollo tecnológico. , 2. Las sociedades de caz:u!ores y recolectores erliD1oci!· dzdes peqlltiW y o6m:ldas, en las que la Íamilia jugaba un papel f'uo<Wnenl3l en todas bs esfe:as de la vida. Estas socied2Ces bm des:!Dare:ido orácticamente. 3. El cultivo de la tie:n i pequefii esc:lla comenzó hace unos doc: mil zños, cuando se inventaron las primeru herramienw m:!llua!es que servían para sembru la tierra. Con la domestic:ción de Jos animales a.puecieron las sociedades de pastores, que tcmbié:} se deáicaban al comercio. 4. La agricultun. a gr..n ese!la comenzó hace !lilOS cinco mil años con la invención del arado v el uso de animales de tiro. Con ello aumentó la c3o~dad oro.ductiva.. d~la:. sociedad, se eonstruveron wdes imperios, aW!lentó Jnspecialiució!! ~ el tr;;},ejo y, tambi~ la desigualóad·socid---:. - - -o

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5. La indusrrialización comenzó bace unos 250 años en Europ:~, cuando se empezó a emplear nuevas fuentes de energía con las que se podfa utilizar maquinaria m:is sofisticada. 6. En las sociedades pcstindu5ni!les 1! economía es antes una economía banda en la creación y ll'anSiili· sión de infonnación y conocimientos que en la producción de bienes. En la sociedad posindustrial 1~ tecnologías clave son las tecnologías de la informa· ción, y no las tecnologías orientadas ! l!. oroducción y cípi~ de !.t. era il:tdiunial. •

Karl Marx 7. En la perspectiv!. muerialist!. de Mar:.r., el conflicto

social jueg!. un papel fundamental en el óesenvoTvi.mier~to de las sociedades. S. El-eoailicto er1 las sociedades antiguas era el con· · i!icro·entrc·amos y esclavos; en J.U1ociedaéle5 all'l-

r..a.s, e.:~ue siervos y seiíores; y en IM sociedades c!!oiclisw enrre caoiwisw ~let~os. 9. EJ.capiulismo pro,·oci!i aliena7\'Enttelos trabajadores esta alienación es respecto al ~ucto de su uabajo, e ouos trabajadNes y a sí mismos (o su propie condición humana). J. O. Una vez que los uabajadores hayan superado el esmdo de alsa coneienci~ a uieran conciencia de clDJe inici una serie de tranSformaqones revo U· cianaoJs que darin nacimiento a una nueva socic· dad más justa y eouiutiva.

Ma.X Weber

mienrras oue las sociedzóes mQ!jem;s estiin rnitn!!· das hacia Ía racionalidad, 13. \'lcber pensaba que el niwúo de la racionalidad. encumeo en las crg!IIiuciones burocráticas maximuadoras de la enC!encta. oodla ahoey la dimensiÓn creativa o innovsdora de los hombres.

Emlle Durkhelm ~i!ÍJI Durkhei.m, la sociedad tiene una existencia oQk!iva oor encimt de las oersonas. 15. Su enfooue está orientado a relacionar los elementos s®iates con el conjunto de la sociedad en virrud de

14.

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mundo tienen capacidad il305foJ1ll6!1ora. 12. Weber pensaba oue las sociedades oreindustriale; eran sociedades orientadas al pasado v la qadi~ó~,

16. t.r,: !ocie!l!des tredicjoneles !on viebles eo vjnud de la 'Solidaridad mecinica,lbasada en un-.fuene con· ciencia colectiva. Al contrario, las sociedadeSjño. dernas, en doode hay' una mavor diviSión del ti-abajo, son viables en virrud de la ~olidaridad orgnnicít

........ experiencia segün 1! cual Jos hombres, antes que gobernar sus propias vidas y sus propios destinos, se sienten gobernados por fuerzlS ajenas o exmu"ias a ellos (en este caso las fuerzas del mert::!do, de la oferc \' la demanda). ...... ICW7e cusndo, a consecuencia de un mayor grt· C!o de tolerancia y libennd, Jos individuos c!l'eceo de modelos de referencia útiies sobre Jos que anclar sus conducw. Ml'<l 111,1 propteurios de fibric:l.S y medios de producciÓn. ~ de clast, conciencia que adquiere la clase tra· b:I.Jadora de que es una clase social que· tiene unos objetivos o una ure:1 que cumplir, que consiste en el de:rocamiento del C3pit:ll.ismo y la crución de UD3 socie6d más justt. CIIIOiciD de clases o lucha de clases¡, conflicto que enfrenta a las clases sociales, centrado en la distribución de los recmoseéouómicos y políticos de la sociedad. coaJJiciO soci conflictos que enfrentan a distintos seg· mentos de la sociedad oor los recursos disoonibles. ilhiáóa del nbajo, especiillización en 1! producción o la tctivided económica. nolucióa sociocultural, esrudio de Jos cll!lbios soci!les que se suceden cuando u.1a sociedad !dlqúiere nuevos coooc:mieDtos, en puticul:~r, nuevas tecnologías. raJsa coacitncia, todo tipo de explicación o jusóñcación de !os probiemas sociales como problemas indi,'Íduales y no como problemas orit.n.2dos en el.funcionamiento de la sociedad.

IDStiluclones sociales, son las esferi!S más significativas de la vida !ocia! (o subsistemas sociales), encargadas de satisfac:r las necesid:!.des básicas ddas pec;onas. prolelari:1do, personas que venden su fuerude !nbajo a los ClpitalistaS, tnbajando a cambio 'de un salario er1 las fábricas. . : radooalldad, se refiere al c6.1culo de costes y beneficios, coo el que se determina cuáles son los cursos de acción que sirven meJor pan alcanzar unos objetivos det;rmi· oados. · ·•' ... · racionalización dt la sociedad, se refiexe t la sustirucióo progresiva de la uadición por la rzcionalicad como modelos dominantes de peosiiiiiÍento. sociedad,loojunto de personas que intmcnian en un espa· cio det.emlinado y que comparten una misma cultura. sociedad postiadwtr~ sociedad cmcterizada por el 1150 extensivo de las tecnologías que sirven para proc:· sar, slmace:l:l! y aansmiór infolllllción y conccimien· tos. Es una sociedad de servicios antes que de indUStria. solld:~ridad mecánica, btce reierencia a los lazos socia· les basados en una visión común del mundo-, una moral común, que mantienen unidos a Jos tnJembros de las sociedades oreindusaiales. JOIIdarldad llf'Íánic:a, hace referenciu los lazos y vioculos sodales1ruados en la especialización y división del trabajo que unen·a Jos miembros de una sociedad industrial tipo ldeal1 herramienta conceprual que sirve para resalw lo que es esenci!l o defi.oe un fenómeno social. lnd.lci6n, conjunto de sentimientosoy creencias tnnsmi· tidos generación a geoeraciót:i. ;

1J. Según ~ las idelS u orientaciones frente al

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i ... '¿Qui piensa a~rca de l:i afumación de que el avance tecnológico eqÜÍvale ·, progre5o? . ··: · -· · · ·. · 2. Haga unesfuerzopordifcrenciarcoosus propias pabbra.s Ll perspectiva m=isu y la weberiana de la sociedad. J. ¿En qué se diferencia el concepto de tlienación de Marx del concepto de anomia de Durkheim? 4. Compare las ¡eofia.deJylarx, W~be! y I;>urkheim sobre la evoluciQI\ de la sociedad. ¿Qué ~s .Jo que

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encuentra más aceiUdo en cada una de esas teoñu? ¿Por qué? . 5. ¿Qué se podrfa decir desde cada una de estu pell· pectivas acerca del camb1o de la posición social de la _l~~jer_:_n.J.~..S!JCiEc!~~- c~ntempránea? ¿Có.1110 evt!uaría alguien qqe traRaje .desde ~ perspecrh·a femini~12 cad~.uno de estos tres enfoques?

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Otras fuentes La méjor fuente pzra encontrar daros estadísticos sobre

Europa son 1!.5 publicaciones de la Oficina del Eurostat, de la Comisión Emopea. que cdiu, ademú de un anuario general, o¡ros boletines y public!cion~ periódicas sobre población, e!Dplen, siruációo de la mujer y ottos temas. La dirección electrónica de Eurostát es htTP://europLeu.int/en/corom/turostat Tambi~ sobre Europa: 1

a hrtp://ib.,.ww.essex.sc.uklplus/eur.hanl. Una página de

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la Universidad de Esse;t. Aqui puede encontrar (casi)

todo tipo de información referente al proceso de formación y estado ICOll! de la Unión Europea

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eso el libro se deja leer muy bien. Es un texto breve, en doode se narra el proceso' de creación de la Unión Europea. Un examen sociológico acrual de la sociedad europea ea Gorm Therborn, Europtan Moderniy and Btyond: Tht · Trtrymory of EuroptOil Socitties (Londres: Sage, 1995). También son interesantes los libros de Joc Baiiey (ed.), Social Europt (Londres: Longman, 1992) y D!vid Edye y Valerio Lintner (eds.), Conwnporary Europe (Heme! Hempstead: Prentice-Hall, 1996). Sobre la sociedad europea como primera sociedad indusnial, Denys Hay, Europt: The Emergtnce ofa11 Idea (Edimburgo: Edinburgh Unh·ersity Press).

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Lecturas introductorias Los libros de Emest GellDer, El orado, la upadiz y el libro: la tSITitcrura de la hiSIOn'a humana (Barcelona: Península, 1994) y de Michael Mann, Las futllltS del poder social. 2 vols. (Madrid: Alianza Editorial, 1991 y 1997) recorren las formas de organización social y política :n la historia de ~ humanidad. Roben A. Nisbet, La formación dtl peruamimro socio16· grco. :! vols. (Bueoos Aires: Amorrorru, 1969). Es un buen !eXIO introductorio sobre los inicios de la refle· x.ión sociológ~ca. Fuentes clásicas

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Max Weber: tillO biografía (Valencia: Edicions A!fons El Magnanim, 1995).

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Lecturas más avanzadas Quien quiera meterse más a fondo en el debate sobre el progreso puede leer el libro de Robert A.!'fiSbet, Historia de la idea te progmo (Barcelona: Gedisa, 1991). Se pue· de ver aqui en qué conte.~tos sociales nace, y se t.lplou, la idea de progruo. También, y pars meterse más en este debate, es convenieote leer el trabajo de los historiadores. Una Jecrur;¡ del libro de Eric J. Hobswan. Hisroria dtl siglo XX: 1914-1991 (Barcelona: Critica, 1995), puede bac:rle a uno más escéptico o meoos optimista hablando del progreso. Del mismo autor, wnbiéo son muy recomendables, La era dt la revoluci611, (Barceloo~: Labor Universitaria, 1991), La era dtl capiralismo (Barcelona: Labor, 1989), y La era del imptn'o (Barcelona: Labor, 1990). Por seguir con nilogías, la del profesor Manuel Castells, L4 era dt la irformacion: economfa, sociedad y cul· rura. 3 vols. (Madrid: Alii10Z3, 1997-1998), cueota coa todos los méritos si uno quim entender el tipo de socie· dad a la que oos están llevaodo las nuevas tecnologías. Uen~ de datos, y aunque tampoco muy fécil de leer, est~ trabajo se está con~irriendo en lecrura casi obligada sobre CSios temas. De I!W ficille::rura es el hoto de Barry Lopez, SutiíóJ ánicos (Barc:looa: Planeta. 1987). Es una descripción de la sociedad eo el Ártico. Sotprende el DJVel de su teClologíL

Una bueoa selección de las obras de Marx en Karl Marx Engels, Obras escogidtu. (Madrid: Akal, 1975). Sobre el pensamiento de Mm pueden consultme los libros de Js:tiah Berlin, Karl Mar7 (M~d: Alianza Edi· 1 torial, 1988) y de Luis Ángel Rojo y Víctor Pérez Dfaz, 1'1 Marx, economfa y moral (Madrid: Alianza Editorial, 19S-I). Pm entend:r la obra de Dwtheim es muy recomen· dable el libro de Steven Lukes, Emilt Dwkheim su vidiz y su obra: esrudio hisrórico-cririco (Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas/ Siglo XXI de Espaiia, 1984). También merec: la pena echar un vistAZO al mono· griiico de la Revista Espa!tola de Investigaciones Sociológicas. 81 (1998j, dedicado ti centenario de la publica· ción de EI1111Ciáio óe Durkheim. Sobre Weber, dos excelentes textos introductorios son los de Reinhard Bendil, Ma:: Webtr (Buenos Aires: Amommu, 1970) y Wolfgang Mommsea, Ma::: Weber: sode· Sobre Europa · ··dact,-po!Lrica t hisroria (Buenos Aires: Alfa, 1981). La biografía de We~ que escnoió su mujer, Marianne, se ha Marce1 Scon, Las ll'..snrucio/les ~.uoptas (Barcel> - - traducido· recienteM!~~or-Mananne \0\e&er-;----na:·scvar;-1995)'. 'El autor es un periodista, y quizi por y F.

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Eswnos en 1997 y 1•amos a aterrizar en Hong Kong, todavía una colonia británica. La aza· fata nos desea una feliz esW!cia, pero de un modo un tanto críptico nos dice que eo Hong Kong la mitad de 13 gente tiene un teléfono móvil y la o~n mitad cree en los espíritus. Eo !ste pequeOo territorio convive;t dos culturas opuestaS: la culrura occidental, más moóerniZ311te, y la ori:nl.!!.!, má.s supenticiosa y tradicional. Este contraSte entre culruras se hace evidente en cada sitio oue visitamos. Por un lado est:illlos viejos templos, sucios y abarrotados. Allí van sobre todo muj(res,a visitar el altar de los penenres muenos. Por otro lado están los modernos ceoll'Os comerciales,.los mis =des del mundo, donde la fiebre consumís u alcanza su má.tima extllesión.. Esoirilll3!idad y materialismo a unos metrOs de disrancia. Vemos wnbién un f!UPo de nillos.de I'Uelll a e:ua. Todos llevan el uniforme del cole!!lo, cxxwnente irU!I oue los niños britinicos Pero sus casi!S son pequeñas embarcacioti'es a.1cladas eo elpueño, donde pueden vivir varias bmilii!S hac~du. También vi.siuaios el Banco de Hong Kong, un monumento de la arquitecrun moderna. Nos dicen, sin embargo, que fue diseñ~o coa todo cuidado teoiencio en coents los «maaos espírirus•. En Hong Kong conviven dos culruras que parecen polos opuestos. Podemos poner otrO ejempio. El a.gente inmobiliario neoyorquino Bony Lewen está a punto de vender un ediñcio en Madison.'\venue oor valor de !4 millones de dólares a unos inverSores lciw:meses. Un negocio redondo. P~ce que el acuerdo está cerrado pero fallll un último det!lle. Los comprdiores quieren asegurme de que todo está bieo y pan ello quieren que un me.eStro deftng shui (que signiiica "aire y agu2.»j eche ua vistazo al edificio. Dicen que van a enviar a es;e seóor clescle Túwlll pzn que h:!ga am inspección. Sólo si a él le parece que el edificio reúne las condiciones ~ptables se cerrari el contrato. •>IJ cabo de unos dfu, un tvión privado procedente de Taiwsnllega z1 aeropueno de ~ueva York. El maestro de ftnr shui es conducido directamente a ~[tdisoo Aveoue '! se pone 11. trabajar inmedia=ent.e. Bajo le. atenta minda de Wl grupo de e:nple~s. el maes¡¡¡¡ se detiene en la ~e y empieza 11. observer det.enidameote el edificio ea cuestión y los que le rodean. Una vez hecho esto, entra eo el edificio. No ;e le pasa nada por alto. Examint la lonprud y anchura de los pasillos, la localiución de las puerw y veotznas, de los I!Scensores, de los espejos, de las fuentes e incluso del aire acondicionado. cA muchos ya

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nos empeuron a sudar las !llanos• cuenta Bany Lewen. Pasados unos rreinta minutos, el musrro parece haber concluido lá inspeiclón. Se dirige a los ·presentes, que no pueden e~i· tar su nerviosismo, sonríe y dice que el edificio cumple con 1os reqcisitos: Todos ~uspinn de alivio. . . · · · Un ~dental evalúa un edificio según su localización, su tamaño, su estado gcnenl, etc. Todo esto, por s~to. tambi6llo tiene eo cuenu un taiwanés. Pm, rradicionalmcntt, en el sudeste asiático se piensa que el espacio fisico puede influir en Jos sentimientos y las emociones de l.e.s penonas. Se pie~a que hay una fuena vital, que se lJama.n qi, que fluye a Ira· \'~S del espacio, incluyendo los edificios. Hay edificios que favorecen este flujo, y otrOS que lo frenan. Un edificio «adecuado» es d que está en armonía con la naruraleza y, as!, en condiciones de rransmitir salud y riqueza a los que habiun o rrabajan en él (Dunn, 1994). EJ:¡te[!der en qué consisten estas diferencias culmrale' es parte fundamental-de la sociologít. Por eso dedicamos un capírulo a este tema. ·

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os cerca de seis millones de personas que habi110 la Tierra son miem~ros de la !nism~ especie biológ.ica~ elHoniosapitns.Aun asf,las diferencias que hay entre ellas en 1~iminos de culrura y costumbres son é.lCmordinmas. .4 veces nos pueden parecer divertidas, OtraS nos deji!D compleuunente desorientados, pero, en su conjunto, son abrumadoras. Muchas diferencias son purunente ·una cuestión de convenciones sociales. El blanco, per ejemplo; es el color de luto para los chinos, mieruras que los europeos utilizan el negro. El número de la mala suerte cDtre los chinos es el cuatro, mientras que en la cultura occidental es el !fe~. Podemos poner otros ejemplos mis div~dos, referidos a los besos, por ejemplo. En Europa la ge!lle se besa en público, pero en China sólo en. privado. Los españoles o los franceses, cuando saludan, besm dos veces, una a cada lado; los belgas, tres; pero los nigerianos no besan para sclud.u a una persona. En las bodas europeas los novios se bes11.11, en las coreanas hacen una pequeña reverencia, y en Caenboya el novio toca con la nariz la mejilla de la novia. Si ha viajado·por el extranjero seguro que ba noudo algunas diferencias curiosas. Pero hay orras diferencias mis profundas y más importantes que las que se refieren a las convenciones sociales. Hay sociedades muy prolíficas y orras sociedades en que se consid~ra que .no :s bueno tener muchos hijos. Hay sociedi!des que veneran a Jos anciaños :y orras que les relegm a un segundo término. Hay sociedades pacíficas y orras que están orientadas a la guerra. Hay düerencia también en cuanto a las creencias religiosas, el ane o la música. Pm resumir, aunqu: todos $0· mos miembros de la misma especie, hemos desarrollado ideas diferentes de Jo que e~ agradable o repulsivo, correcto o grosero, bonito o feo. o de Jo que es moral o inmoral. Esw diierencias, l1D sorprendentes, son diieren-

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$ ¿Qué es la cultura?

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Los sociólogos definen (yltura como el cat~iu.YP de l¡l}~ales(oant·

foaos), qu~ · modo dt vida de una sociedad. En esta definición de ~ti!!Ue incluyen os m os de pei\SJL de actuar. de r~.Qonarse con 01ros y con el mundo. exterior. La culrura es asf un puente que nos comuruca con el pasado, pero también una gufa hacia el fururo (Soyinb. 1991). Una definición clási~.de culrura es la del antropólogo Clifi'ord Geenz: · Como Max Weber, cno c¡ue el hombre es ws animal suspendido en unas telmii;u de si¡nificdos que 6 mismo ha ido tejiendo. La culrun son em telarañas. Por e$0, el anilisis de la eultun no ~ h=n: al modo de las ci:«'.a.s upc;imenules, bustsn· do leyes c¡ue luego se pued;m C0111r3SIU ealjiÚÍt:aiiicnte. Anali-

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w una cultura si¡ni&¡ interpretnrla, descubrir sus sipific2lios (Gte!IZ, 1995: 5). Pm empezar a entender Jo que es una cultura hay qoe distinguir en~ sus componenteS 11ngibles e inwg.ibles, entre lo que se ll:una la cultura material o tADgible, y la cultum inmaterial o inwgible. La <:lillut:unalt.tial hace referencia a los..JJ.bj~<H-q<U man los mitmbrosjt ll1!tl sociedad. Estos objetos pueden ser desde un calióo basa un ediTicio. l:!...tJoii"!A no mal~n.l hace referencia al mundo in~las idtQJ , valorts, puupcionu del mundo, ere.) que crean los miembros dl una sociedad.

El str humano ha o:roado dtterontu osutos de vida 111 !odoskls rinconu dtl piiMIL &:osa manlftosll tn oc.asionu on la lllbma ~ ritncla o::t:r.a ~. laa ptriDIIU, como lo 1:\Utt!.tln u:u fotovndfu. En la tiJa auporfor a¡:attcon poraonu da Suramiria, India y Namlbla; on le filo del modio dt Ellopla, Chino y Ntgtria; y on 11 filo Inferior de India, TlifMKflt ~ tn~L . • __.:..:......._ •

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Choque cultural: un primer contacto con los yanomamo 1pequello barco de alumtt1io se zarandeaba continuemeole sn el últino tremo, fangoso, del rlo Orinoco, en las profundidades de la selva tropical de América . del Sur. Después de :res días remontando el río; el entropOió9o Napoleon Chegnon ya se estaba eproxlmando a su destino: la tiemi·de los yar¡omemo, el pueblo lecrtológicamente mas prlmitlvo que exista sobre la lierra. Alrededor de doce mil yanom;;mo vivsn aci\Jelmente en une zona fronteriza entre Brasil y Venezuela.. Su es:ilo.de vi9a.no puede ser más diferente al . nuestro.. Los ya¡10mano apenas llevan ropa Y. no tieñén elec-

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picadlas de rnosqtJlos. En pocos.minutos Chagnon iba a lopa~Se con gente

rrocho.rnis extrc:fla de la c;ue hasta entonces hzbia vtsto :n leda su vida. . El corazón le empezó a palpitar coo lufrza cuando la barca alcanzó le orilla del río. Se podían oír algunos sonidos que procedían del interior y que delataban actividl!d humana. Chagnon y su guia se.ltaron i tierra y empezaron a caminar en dír2Cción al poblado. Avanzaban despacio, debido t la' V!Qelación. Chegnon cuenta lo que pasó e continuación:

y hootlles. apunt!r.dome con sus nte:~as. Tenían hojas de :Sblco an:rt los dientes lnferiolcs y los leboos, lo que los hécíe llin mts repulsivos; y de los a~ros q. 11 nariz lts calen ur.os hlos ba!A:sos dt un v;;rde oscuro QIJt ~ a veus hasta lz bllbill& o huta el padlo. Mi 5iguiillll des<;Ubtlmtento fue ,.., a oeros tantos perros. igutlmtnte tr,lÚWYos y as¡:eC:o ce utll rooy hambrienlcs, queno me soll&ben ~~ pi&maa, pcnslflclo c¡ve qulz:á stria su próxin2 almida. .... que"..á rigido, agam~do a mi e<Jademo de notas, impotente, pa:ilico. htdof de la veg&tic:ió.1 y del ~ casi rematan la faena. EstEba horrorizÍdo. ¿Qué tipo de

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bienv!nidi es ista para alglien gué viene

1.§,-.nte te cabeza y rr.e quedi sln aJitmo C'Janda '11 z una docena dt iloMOIJOS

ltlcidad, ñi P.or supÚesio' coclies · u desnudos, baslanta robuStos, SIX!orosos Otras muchaS cosas que CUalquier europeo da por supuesto. Sus armas, que umizan para la caz¡¡; son el aréo-y. ia flecha Choque cul1urtl: en oonta<to <on toa y.nomllftlo. los yanolllémo tu:n tenido · poco contacto con el mundo ~x1e~ior. Chagn(¡n sable que él mismo les iba a resultar tan extraño como ellos a el. Alrededor de las dos de la · tarde Ch29!101l estaba a punto de aéeniai su destino. A Esa horG, con el calor y la humedad, sa hacfa may -friici respirar. las topas de Chagnon estaban empépac!as di' sudor, y sus manos hinchadas por )as constantes

aqul para vMr ~ vosofro1, apiender vuestto modo. de vida y gi!1121se ~un

emis'.ad? (11m: 11-12).

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Al~te para Chagnon, los y-"dlO!Ilemo reconoC:e. ron e su guia y bl!jaron las armas. Esto le coov611Ció de .que, el menos, serie.. capaz desobravivir las próximas horas. Pero seguía completamente aturdido, lncapu de ~ntender a asa gente. ¡Y eso que íba a vivir entre enos durante ?tia y . medio! Se preguntó entonces por. qu' dejÓ Já- iis"ica "fiárt ponerse E estudlar culturas. e

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1 sólo le culrura influye en nuesO'as acciones; tunbi~o ayuda a iol'lll!I ouestn ¡n:rsonalidad, eso <¡ue :! veces, y de modo impreciso, ll&mamos lt 'l!ltruraleza hlllllai!a;.. Pm. los soció!o2os no existe tal cosa. La ll!tu· raleu ilumw ¡¡o cs al2o inmutable. sino oue :s un orodueto social. el producto de le·historia de cada sociedid y su culmra. Es ro oo sude ser f.icil d: !i!l!:llier, pe:-o ¡¡odemos.oonerun ejemolo ~ue lo aclare. · -- ---- --l'~o·s i:ompmr a 1os yañoioano, 1iO pueblo que vive en la selva Qruileiia con los sem!!i, un pu~blo de ~o

Me.laisia. Si los primeros coosióenn que la co.oductA violeata o u:resiva es n=a!, los segundos :nseiian a su5 hijos a ;er pacíficos y a cooperar unos con ouos. En la eulruri :urope:. y ciúna se ·talora el esfuerzo y el tnbajo; pero mie11tras que eo Europa lo que. se valora es el esfuerzo personal, en China se valora más el ~r.~bajo :o equipo } el respeto a1 grupo hlllil!l!o al que u.oo penene::e. · Dzdas las :normes diierencias culruralcs que exúteo eo!Íe las.distinw sociedades que hay en ll Tierra, y dada

~11bien la tendencia a ver nuestrz culwra como algo «nnrural», no es de e.'Ctrziiar que vinjando a OO'OS pafses e.~perimentemos lo qut se llam~ un choque cultural, esto es, que estemos dcsarirnradoJ o como oudidos al vemos t.:p!!U!Ot n ''COJ...!DStwnbr:s O tStilq dt yif!ñ drr:inraU 1 a culrura diftrtl'.!! que c¡¡tsriona nuestros ro ios ar4a!mos cu ru~:m~s. No hay rasgos cullllr1lles que sean cnzrurale~. aunque la inmensa mayorie 'de la gente piense que sr los hay (J que son los de su culrura, p~isamentt). Si hay algo oaturul en 1~ especie hum= es esa cnp!cidad de crcJT diferentes culruras. ?fmguna oaa esp-...cie animal tiene esu capacidad cre3tiva. Desde les honnigas bii.Sta les cebru, cu~quier ooa especie ~ tiene un comporurnientO uniforme, ordenado según las leyes de 1! biología. Pnra el viajero, la 'diversidad en el componam.iento humano con0'3Sta directamente con la uniformidad del comporumiento de los animales. Ul5 gatos, por ejemplo, ~ com.porun ex~tunente igual aquf que en el ocro extremo del mundo. La mayoría de los animales viven obedeciendo a sus insri.ntos, que ;oo prowmas biológicos sobre los ql!e el animal no tiene· ni.ngún'cootrol. Un!IS pocu especies, como los cbimpances y otros primatts, pueden, aunque de una iorma exO'aordinariamente limitada, ereu culrur:i. Pueden usar algun:s hemmienw e in~luso ~ lcs ha observado cómo emefum z sos crías al~ habilidades básiCliS. pero la cap~cidad de los hombres de creu culrun es infiniwneote superioL Por decirlo en dos palabras: la especie humana es b única especie animal que dtpende de su cullUI"ii y no de los instinros pan sobrevivir (Harris. 1987). Pm. entender cómo esto ha llegado a ser asf tenemos que hacer un poco de historia.

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mos de un tronco común: mayor sociabilidad, vÍnculos más duraderos y aí:cruosos coo la prole, la posibilidad de nminu erguidos (normal eoue los humanos, pero menos comúo eoue 00'05 primettS), y unas manos con las que manipular ob.;etos too grao precisión. Según los cienáficós, que 11m consegddo recoger y analiur mile! de fósiles, bac: unos dos millones de aiios nuestros antepasados ya el"iiD capaces de dominJT el fuego, de úbricar unu cuanw hemmienw y armas sencillas, de constr tir cobijos pm resguardarse de los·elementos e, incluso, de lucerse alguna rop:1. Estos ldelaotos de la Edad de Pi ~dn nos pueden parecer modeStos per!> la verdad es que m,arcao un punto de inÍiex.i6q,eo la histotU. Mucstrao que ouesuos antepasados siguicroo un c'uno evolutivo distinto al de otraS'especies: antcs 'que deju en m~os de la biologí3. su destin<?. nuesuos antepa.Swos basaron su supervivencia en su capacidad de invenlllr y iabricar herr:unienw, en su capacidad de creu una cultura. ' Para ver mejor que los seres h=os somos, en reaJidad, ll¡o muy reciente' en el il'1l!Scurso de la evolución; podemos hacer como Carl.Sagan (1977), y coocen~ la historia de.nuestro univmo en un.año. Ettcse bipotétiéo año, la atmósfera de la Tierra, fundamenw para el' de.sirrollo de la '~da, no apareció hlSÜ el OtÓño, y Jc?S primeros seres vivos parecidos aJos humanps SQIO !!parecieron el 31 de diciembre, y a las diez y10edia de la noche. Hace IDIOS doscientos cincuenta mil años; csto es; pocos segundos antes del final del año de- Sagao, apáiecio finalmeme el HoiT'.o sapitru. Esta especie continuo evolucionando basta que hace aproximadamente unos cuarentt mil años aparecieron los primeros humanos, bastanté parécido5 a como somos ihor-. Con un cerebro tiiás grande, estos modernos Homo sapitns ~ desarrollaroñ cÜitilralmeote Cultura e Inteligencia: en un periodo ccono,. de tiempo, como demues[l'¡¡¡¡ jas un viaje a t;avés del tiempo herramieru.es y las muestras de arte rupestre que se bao El pl~eu Tierra se empezó ! formar hac: unos 4.500 . conservado. millones de años. Durante mil millones de años, la Tierra Pero lo que llamamos "civilización», bii.Seda-en asenno era mis que una masa en el esp!cio, sometida a gnntamientos permanentes y la división del tnbajo, sólo ap~­ dcs cambios geológicos que iban uan.sfonnando su superreció hace unos doce mil ailos en Oriente Medio, concre· ficie. Pero no había vida en el planeta. Pasero.o varios WDeme en lo que hoy son Egipto e lrak {Hambliog, 1973; miles de milloocs de años basta que aparecieron los dinoWenke, 1980j. En el calendario de Sagao. la civilización saurios, que luego sé extinr.rieron. Hace unos 65 millosurgió pocos Stgundos antes de terminu el año. El nacines de ~OS nuesll'l historia cambió dristicameote COD Ja miento de la civilización moderna o indusoial. de la que aparición de los primeteS. be.mos hablado en capíru.los aoteriores, corresponde en el Lo que distingue e. los pri,uutes de OIIUS es~ie1 es su sllo de Se!an a ll!la milésima de segundo ao1es de fin de inteligencia. En relación al volumen corporal, el woailo año. Aunque puerla causarle cierta decepción, lo cieno cs del cerebro de los pri;neteS ua superior al de otras espeque este libro sólo esti dedicado a esruditt esa milésima cies. La evolución de los primates dio lugar, bece unos de segundo. Los se:e.s humanos «somos Jos wómos en doce milloo:s de años, 1la seo:;nción de lt línea evolutillegar a una fiesu que lleva celebrándose noos 3.500 va que luego da.-ialugar ~\a e~pecie humapa.que óiQ.P.ri· millones de años, cuaodo apareció l1 vida en el plznea, y gen a los gnndes ¡ni..m.ates. Pero los humaoos todavía que va a dunr basta que muera el mismo plll)eta. Es una CO!llputi.mos con los chimpancés, los gorilas o !os on.nfiesta ÍabWOSLCOn milcs de millones~ paróciptmtc,l Ce guWJes algunos rasgos que nos muestran ,que desceodetoda laya y co.odiciqo» (Tud¡e,l995: 7Q). .

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dado, ~ un mismo ~o puede sign¡ficar cosas-muy distintc.s en dislnles culhns .(y esto lo ap1en<iió muy ter a y mirando hcci2· atrás de vez en bien nyestro joven europeo). Esto lo cuil)do pera l/er~i !len.e ~uerte y para podeiJIOS. ver mejor comentando las algún ccmión que le pueda Uevar a la seis fotografías' del recuadro. SE trata próxima ciudad. Al poco tiempo ve de ge.s:os· absokJ!amente Inocentes acercarse una nubE 'de polvo, y cuan- pera un occiderial, pero que tienen sig· do ya 21 camión está visible levantá el nlfados opuesios en otras culturas. pulgar en sefial de autostop pará ver· Los gestps de las Imágenes (a) y si hay suerte. El camión da un frena· (b) son ofenslvos en las Sociedades zo y todos se le quedan mirando fija- islámicas. Dado que en las socieda· mente, pero no con la más amable de des Islámicas se utifiza la mano las miradas. Los del camión salen en izquierda para la higiene personal, la tropel, y le empiezan a insultar y visión de una persona comiendo con zar.iridear. Y ahí le dej¡!n, al borde de esa mano, como lo hace la mujer 9!1 la carreiera;-ün poco mágullado p~¡ro la fotografia (a), no sólo es desagra· muy confuso. • • . ->. ...! ... dable: puede ser repugnante. En la • . ¿Ó!Jé. es lo gue ~-Pi'~fQ? ¿.Es-.·. sociedad Islámica también se consiculpa .de.los nlgerianos;.que odi.an a. dera ofensivo e insultante mostrar. a lo~ e~eros? De l"irigú~ modó. Pero: alguien la suela de sus zapatos (b). como a cualquier otr~ f1!!rsona ~n_ el · . El) ¡a fotografía (e) aperece un hOrJt. mundo, a tos nige.rianos' tampoco leS"' e bre haciendo un circulo con el íná~ y gusta ser ilsu~adoS. '(.eso fue lo que el pulgar. En Es1ados Unidos e~e es hizo el joven aurDpi:O: Levantar.el pul- el gesto verbal del •OK•, con el que gar es Ufl gravisjri¡O lns;;Ho en Nigeria. se indica que todó 'está riSto, oque ya • . La comun¡caciilti )llxñaQa no sólo está terminado, o que las cosas van se reafiZil e trav;ís de las palabras. Üls me.rchando bien, etc. En Francia, es:e persona$. también se comunican por gesto puede interpretarse como •no med'10 de·los gestos o ciellenguaje cor· vales nada•, o •eres un cero•, mienporal. Y aquí hay que andarse con cul- tras que en Alemania puede indicar

n joven de Amsterdlm está de

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cier12 parte trasera de la anatomía humana. En la fotografía (d), el hom-

bres está curvando las manos, que en la cultura occidental, significa •ven aquí•. Pero esto es mejor no hecerlo en Malalsia. Allf benen exactamente el mismo gesto para indici!r lo mismo; pero sólo se puede utilizar para Pamar a los animales. Emplearlo para invitar e acercarse a una persona, es llamar animal a esa perSOOI!.. En la·fotogra· tia (e) tenemos el pulgar levantado que tanto se ubliza en Estados Unidos para feficilar a alguien porque ha hecho bien algo, para indicar que todo funciona correctamente, etc::En Nig'e. tfa. <:Oino hemcs visto, pero tambi~n en Austr..faa. la interpretaclón correcta de este gesto es algo así como: •tOUe te den..l• Por último, en la fotograffa (Q se ve a una mujer haciendo un gesto que en la cultura.occide1'1Jal significa •pare• o •deténgase•, o •no, graáas•. Pero si se le ocurre utilizar este gesto en las canes de algunos paises alricanos lo que le está óiCfendo a la otra persona es que tiene tar?tos padres como dedos en la meoo,. • Fw.ca:L::stjll:':d:J•tNA~ctlbmln I!IL

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¡Cuidado co.n lo que hacemos! El significado de nuestros gestos en otras. cul,tur~s ··· · ·.• . , .-

l~ culrun, como puede verse, es un fenómeno muy reciente. aunque ya cueme coa una larga historia. Comen· zó cuzndo nues¡¡os ameoasados desceadieron de los árboles para vivir sobre ei suelo en África cemraL Allí, caminando erguidos. promo descubrieron las ven11jas de la caz.a en grupo. Su cerebro se hizo mis gnnóe, lo que les dio más ::apaciciW para desmollar sus propias eSIIZ· tegias de iupeiVi.veocia y oó acruar según el die11óo de los imperativos biológicos. Finalmente, la cultura cobró mis impor.zncia que esas fuenas biológicas que llama... • mos lnstinros. de moóo que los humanos, Cli!IU qut plt· gane a !as 1'uu:as dt la naruralt:a, tmptraron 'j ruiap-

rar la nar.U"al~za a SIIJ.ilt".u'd<lfi~de.entoa¡:es·,.ll>s

seres humanos lwl construido sus mWidos una y otra vez, y de wformas más diversas, lo que explica la e:maordinaria diversidad cultural de la espec1e. Cultura, es1ado y sociedad

U112 vez equí es ne::eszrio detenerse un momento para ecl:uu algunos conceptos simila.-es, que son los de «cuituraiO, «esl2dO» y «sociedtdlo. L~a se refiere.• no isü)o p a unu pauw comW!es de Vlda. Un urado es una entidad politica, esto es, un ieffirorio con fronteras retonocidas. Canadá, Argentina o Zimbabue, por ejemplo, .Sll~wlttSJsp~-~ro hablucmos en..el CapítUlo l6}..Y

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un:uociuiad (sobre lo que h!bl:unos en e.J caofrulo amerior) hace referencia a' la interacción ordenad¡ de las oer· sones dentro de las !romeras de UD estado. Así, es co;ecto decir que Suecia, Noruega o Bélgic:l son esw!os v sociedades. Pero hay sociedades que soo mulnClllr.ualt;, eslO es, en mucl!u ;ocie:iades existen diven es creencias y;.,siones de! mundo o siStemes de valores que mantiene; ?if~i'tDtes colecti1•os de persoaas y que pueden dividir (o, 1dealmeme, unir) esa sociedad. LCuintas culruras ba habido en la histori1. de la bumanitzrl? Es imposiolc calcul!r un número eucto. Los ~c;s bzn documentado la e~tencia de entre ci.nctl y seu mil lenguas e.n el mundo. S1 consideramos que una

lengua es UD indiwlor de una cultura, oodriamos de..'ir que ése es el n\ÚI)ero de culruras que )¡a hibido en el mundo (Duming, 1293). ~ nuevas tecnologías de lt infor· macióo, Jos flujos üli¡ratorios y el desarroUo de p.oa ec~ oomí~ global han reducido el ¡rado de ciiyersidad cÜ!rural. A111 así, se puede ca.lculu que hay mis de mil culturas en el mundo; cientos de ellas en el contioenre eurooeo. · El número de es12dos rambiln ba fluctuado i lo !ano de la historia a co=ue.ncia de las guems y todo tipo de zcanecimientos políticcs. u disolución de la antigua Unión Soviética y de la amigua Yugoslavia, por ejemplo, ha signiñca4o lt creación de diecinueve nuevos estados. En 1995 había 191 estados en el mundo.


Cultura

O Los componentes de la cultura A pes:¡r ce que .b.s culturas pueden diferencia:;e ~n?rm~­ mente unes de otnS, en rocias ~!las podemos disWlguU" cinco comoo~emes: los símbolos, el lenguaje, los valores, las normaS y los objetos materiales. Símbolos ~ oumanos no ve¡nos o exp:runenlWlOS el mundo a nuestro alrededor ~ igual que ouos seres vivos. Los seres huml!IIOS Crt3r!IOS UDll realidad propia., un munóo de simiiic.ados. Y esto lo hacemos lllllSfOI"IIWido los ele· ~tos dt la vid3 social (las cosas maleriales, los gestoS, lu mindas, etc.) en símbolos. que es todo D!lJKilq ¡¡u para aqJKI!os qut compantn una culrura ríuu un sí~ni­ jiUdé amm""'Wl a (J'h;¡l. ea sUbtdo, un gru1ñtten una pared, una luz roja intermitente, .un puño levantado son símbolos. Poderoos ver claramente la capacidl!d de lns perronas de crur y manipular símbolos con el e¡em· plo del pestalieo. Eu algunas ~ociedades el pesu.lleo sirve p:ll'3 indicar que uno. está presta.ndo ateneión, que tiene interés en lo que la oaa persona·le está diciendo. En oa-as cullllr.IS, sin embargo,-el pestalieo es un insultO. Usamos y dependemos tanto de los símbolos que nunc~ nos ponemos a pensar sobre ellos, los damos por supuesto. Pero-cuando 'Visitamos una sociedad distinta a 13 nuesaa entonces sí que nos damos cuenta de su impor· tancia. En esas condiciones experimentamos lo que se Da· ma UD choque culturil, que no es más que nuestra incapacid¡Mi de Íllllrprtrar adicUDdmrwlru d sígnifto:ado dt los simbo/os que stt,tf111 t11 lUID s«itdad dislinra a la nutstra. Nos enconaamo$ perdidos, aislados o temerosos; nO' sabemos cómo acruar. Esto se debe a que de recente nos faltan las-claves pan interpretar correctamente·qué es lo que está ocurriendo n nuestro alrededor o qu~ imagen estarnos dando d: nosotros mismos, y para interacruar adecuadamente con otras peno02.S. Fuera de todo ei emnmado de símbolos e:1tre los que siempre hemos vivido, esls.mos desorieñtados. El choque culrural tiene dos dimensiones. Por un lado, es algo que afecu al viajero, o al que se ve rie re¡¡eote =port.1do a otro universo simbólico, incapaz de ínter· ptttu lo que sucede a su alrededor. Por otro lado, el choQue culruraJ ouede L!Ullb1én aiecter a otras personas cuando éstlS in~rcretan que el extranjero m! actll!!ldo de modo inapropiado o incluso insultanre. Para Jos ingleses, por eJemplo, los perros son aoicales de compañia. Si un in~.s viaja a China'! ve cómo se asznlos perros pa.Tllt!t· com~rselos,lo mis normi!l es que se quede muy afee· ~o. Al cor.truio, si !ilgo.rien d:l sudeste asiúico viaja a Inglate.-.a pcsiblem~ot: se sentirá- sotp_reodido (o incluso ofendido) al comprobu la tai!IÍd!d de alcohol qt!t se con·

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sume allL No hay nada mejor que visiw or;rz socied!d para comprobe.r con nuestros propios ojos i.a imponr.ocia de los súnboios culrurlles. Es entonces cuando tenemos que aod~ con p1es de plomo, porque lo que a nosotros ·i nos puede parecer un gesto inocente o incluso amable, puede ser intetpretndo eX3Ctamente a b inversa en esa oaa sociedad. En el recuadro •Sociología global• pone· mos algunos ejemplos de esto. 1 Pero incluso dentro de una misma sociedad, un mismo objeto (o un mismo gesto) puede interpretarse de.formas distintas. Un abrigo de pieles, por ejemplo, se puede interprew como un signo de éxito o de riqueza, pero también como una prueba de insensibi!id3d o de crueldad hlcia los animales. Los símbolos culrurtles wobién cambian a lo lar¡o del tiempo. Por ejemplo, hace más de un siglo, los pantalones vaqueros eru la prenda de vestir, resisttnte y barata, t:ípica en algunlS ocupaciones que e:ti· pan UD intenso esfuerzo fisico. Las revueltaS eswdiantiles de los años sesenm en Estndos Unidos y Europa convinieron a los vaqueros en una prenda de vestir h:lbirual entre los jóvenes de clase media y alta, que los usaban p:ll'3 mostrar su inconformismo o p:¡ra identificarse con los aabaJadores. Una década después aparecieron los 1 cvaqueros de marta», UD ariÍculo de consumo caro, que simbolizaba cierto estn!US social Hoy en dfalcs vaquer~s 1 siguen siendo una prenda de vestir muy popular, y la mayoría de la gente los lleva sencillamente porq\]e son coa indumentaria cómoda. · En resurn~, los símbolos.~rmiten.a Jas pers'?nas eote!lder su sociedad y también du b imagen que quie-. ren dar de sí mismas. Sin·en pan entender y éonstrUir sus vidas. Empleando correcl.llrqetlle los símbolos, .una persona puede interacruar de !ormá "diciente con otras personas de su sociedad. P~ro en un mundo cada vez más be:erogéoeo culruralmeote (y sobre esto hablaremos en el Caoíruto 12), el uso incorrecto de !os símbolos puede ~ lugar a malentendidos o siruaciones desagnóables. También, la lealtad a los propios símbolos y el ~e­ chii.Zo a los símbolos ajenos pcede ocasion:ll' graves conflic¡os. semiótia es la disciplina qut ritTll r objtro tsru· diar los S1.171D0l s s1gnos. t rminos gen , a •· seiñiÓt!C1 supere que no nay ngniñcados inherentes a los objetos, cito es. que los signiñcados se construyen a In· vés de una serie ·ae prácticas. El filósofo ooneamericano P~irte, ellingUista innc~s Stussu~ y el filósofo francts Bu-.bel, entre otros, bzn esruóil!do las formes en que un signo (que puede ser= comiseta, una banden, una ción, un menú o 110! pilibn. Pf)r ejemplo} puede tener dife:-eotes sigoific!dos en óistintos Contextos. Hablare· mos sobre esro con más detenimiento en el üoírulo 21 (ocMedios de comunicación de lnasas»), donde·baremos un análisis semiológico óe los medios de éomuniC3ción de masas. . . . -·

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Lenguaje

Heleo KeUer (JSS0-1968) es una mujer que ocupa un lugsr en la historia óe Estados Unidos. Heleo perdió durl!lte la infancia los sentidos de la visa y del oído. Esto la dejó comple~ente aislada del universo simbólico de su sociedad, lo que suponía que nunca podria desarrollasse humana y $oclelmente. No ocurrió así gracilS a los esfuerzos de su profesora Ane ~eld Sullivan, que le enseñó el lengu!je de los sordociegos. De esta forma nudo Helen romper su aislamien!o y desarrollar su poten· cial humano. .~os más tarde, ella misma se conveniría en una educadora de grnn prestigio. En su biografía, Heleo Keller cuenta cómo descubrió el concepto de leogu!je: to:unos ~ !mi~ el depósito de &Jlll, a~du por el clor cíe la auc!reselva ou: Jo cubrí!. .>J¡uien CS11ba SlQI!do agua. Mj proiesor1 me c~gió wu mano y la puso bajo la ÍU"..!llt. Sentí cómo conín elarua b¡jo la JmnO. Me co¡ió la ocra liWIO y dibujó con su dedo la palab111 ~.a!"ll>; prim:ro &spacio, lue: !O mú deprisa. Me q1!edé complewnente mmó,il; toda au ntenciÓll ~sB en los movimientos de sus dedos. De repente tuYe un.t ;:tga conciencia de a11o ya olvicbdo. Me estrt:ned. De !launa manera se me b:tbía revelado el miswio del lenJUllje. Me di cuenta cíe qL>e a-z-u-a si~c !ba eso llll frfo que fluía oor lDi roano. En ca!abD desoenó ;odo lDi ser, me dio luz. ~ f:ticidacl Me d.ío bO:.rud (1903; 21-4).

~¡e ~w ~ sf.mbolos vniveuo OOdemoses~:'! ddífíírlO;omowíriSttma)e qu 111 a los mitmbros dt UM • • s1 "'"' s . stos simbolos pueden m hablados o escritoS, lo que da lugar a una enorme variación a la vista del número de alfabetos oue existen en el mundo. (Hay variación incluso en el modo de escnoir: en Europa occident~ se esoibe de izquierda a derecla, mientraS q¡¡e en lo~ países árabes se escribe de derecha a izquierda. En el Este asiá.rico, se escribe de arriba a abajo.) Eu el :Vlapa4.1 se muestra en qué luge.res del mundo se utiliun !os tres idiomas más hablados acroalrnente. El ciúno es la lengua oñci;U de alrededor del 20 por ciento de la bumanid2d (esto es, de unos 1.200 millones de persones). El inglés es la Íengu3 marema del lO por cieot9.de la ooblación mundial (600 millones óe personas), y el espliíol es la lengua oficii!l.del 6 !JOf cieoto (WlOS 350 millones de personas). Estos son los idiomas.mis extendidos, oero hay otrOs mües de ·id,iomas que se emplean acruatnient: (se 111 cnlculado que hay entre unos 5.000 y 6.000). üoa cuera -cam de éstos lo hablan menos de 1.000. person!.S. y !3miw! menos de 10.000. Muchos están desaoareciendo. Esto ha renovado· el interés en algunos ptÍses por la conservación ~ les leoguas aui6ciooes. Por ejemplo, en el Reino Unido hay un mayor interés por el gaaico (Crysal, 1997: 287).

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Debido a la extensión de los dominios del Imperio bri· t3n.ico, orimero. y b enorme influencia económica y poli· tica de Estados Unidos, después; el inglés se está convirtiendo en un idioma uninrsal En muchos estados, el ingl~s se h t convel1ido en una segunda le:¡ gua. Se I!Sa como leng~ a oficial o semioficiaJ en más de sesenta pti· ses. El inglés es =bién la lengua más imponaote en Internet, la len!'la que se utiliza para la o3vegación aérea, v el idioma del mundo de los negocios y óe la músio ~odema. E;to oreocupa en muchos p~íses. Tanto es· !SÍ que se ba creatk, una Óficioa Europea de Lenguas Menos Habladas (que publica 110 boletín, Comaa, tres veces al año). Algunos países, como Francia, o regiones, como G!les, están intentando combatir el predominio del ingl~ resistiéndose a incotporW palabras inglesas en sus propias lenguas. · · · · . La Uruóo Europea es 110a torre de babel Eu la COilllsión Europea, con sede en Bruselas, trabajan :tcrunl.mente unos 400 nductores a tiemoo comoleto. En estos momentos, en la Unión Europe3 sé han réconocido once lenguas oficiales. Esta cifra podrí2 aumentar en el fururo. Teóricamente oueden llegar s ser trcina (Ccystal, 1991: 56). En todos los rincones del mundo el lenguaje es e~ mecanismo más imoonaote de re roducción Cllltural, que ase la uani"misi6n dt uno culnu 111 rtntracJon. e a mtSml orma que n~esttos cuerpos contteoen y lnOSmiteo los geoes de nuestros antepasados, _,a"O icapl,je CODÚCIIC 'J ttan511Úie OlllStn herencia culiunl El !eng'JS.je nos abre l!.s puenas ni conocimieoto que una sociedtd h:~ ido aC1ijllulando durant~ siglos. · En buena oarte de la historia de 1~ buman!.dad,los pue· blos han ióo nnsmitiendo su cultura por medio de la J11abn., a lo que los sociólogos ·han dado el nombre de tradici~n orat. u escrirura sólo se inventó bace unos cinco mil años, y durante mucho tiempo sólo 110 reducido mimero óe personss sabfa leer y escnoir. Sólo en el siglo xx, al2110os esudos (en su myoríalos estados más desanollados) die~ haber mbado con el an'!lfnl¡etismo (sobre estO hablaremos en el Capír.1lo 21 ~Medios de comunic3ci6n de masas»). Aun as~ en muchos países industrializados hay muchos znalf~tos funcionales (en el Reino unido, por e~mplo, una de cada cinco personas tiene problemas c!e lecrura y escritura y con las reglas básicas de dlculo). Estas p-..rsonas tienen 11025 enormes desventajas para ;alir adelante, pues .hoy ctl día el merca· do de nbajo se 11!. hecho cada vez m~ exigente con las Ull1Cidzdes abstnct.a.s o lio!iiísricas c:le los indivióuos. ~ los plises pobres, b tzñ c!e analfabettSmo p~¡ede alcanm qesdé en 30 por ciento de la población {en la Repúblic~ Populu Chin:~) basta un .~o por ciento (e:! SiemLeona). . lu capacicbdes lin~:icas no sólo nos unen a otraS pe!SODIS y DOS COIICCWI coti el p~, WObiéo ~11)111 y h"benn la capacidad de imaginaciÓII. Erlenguaje nos


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8 chino (incluyendo el mandarín, el ·C2Iltonés y docenas de otros dialectos) es la lengua metema de une quinta parte de la humanidad. En su inmensa mayoría, esl2 quinta parte viye en territorio chino. A pesar de la' abundancia de dialectos, los chinos pueden entenderse entre si pot medio del lenguaje escrito, _pues tocios utilizan los mismos símbolos gráficos. 8 dialecto ofiCial, que se enseña en !as escuelas de la República Popular China y en la República de Taiwán es el rT12J1darín (el dialecto de Pekín, la capital histórica de Chlña). 8 segundo dialecto en Importancia es el cantonés (de la provincia de .cantón), que se diferencia del anterior de modo simnar a como se óiferencian el francés y el español

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da la posibilidad de despeg:unos de nuestro mundo y de otros escenuios posibles o pununente irnaginuios. El lenguaje, hablado o escrito, es Jo que distin¡ue a los seres humanos de otres especies, pues sólo los ;eres humanos son capaces, por medio del lenguaje, de ~flexionar sobre sf mismos v ~mer as! couciencia de si Jliismos, de sus limitaciones de la muerte. Nuestra Qpacidad pl!Ill =~ y manej¡¡r sfmbolns también nos permite soñ~. imaginamos un mundo mejor, y trabajar para hacerlo realidad. imagin~.-nos

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¿Es e/ lenguaje únicamente humano? Los :urimales de otras especies se comunican entre sí por medio de olores, ruidos, movimientos u otrOs medios. En la mayoría de Jos casos, es ros signo~ son instintivos. Los biólogos nos han mostrado, sin embargo, que algunas e~cies tienen una habilidad básica para utilizar sfmbolos y comw.icarse entre sí o.inclll!o con los humanos. Tenemos, por ejemplo, el caso dt un ejemplar de chimpanc~ enano de 12 años llamado Kanzi. Los cbimpanc~s no pueden hablar. Pero la investigadora E. Sue SavageRiimbaugh descubrió que Kanzi era capn de aprender el lenguaje de los humanos con ran sólo escucharles y observarles. Bajo su supervisión, Savage-Rumbaugb ba conseguido que K:mzi baya acumulado un vocabulario de v:uios cienms de palabras. Además, ha aprendido a «habl!rlt, utilizando un teclado especial con imágenes. ~ es capaz de entender y obedecer cuando se le pide, por ejemplo, que traiga un pañal para su hermana. Es quizá más sorpruldente que Kanzi sea capaz de responder a peticior.es.que nunca antes ba oído. En dos palabras, este chimpancé tiene las. mismas babilidades lingüísticas que un niño de dos años y medio (Linden. 1993). A pes~ de casos como los dt Kanzi, las babili'dades lingUfsticas de los chimpancés, los delfines y otros pocos :urimales son bastante limitadas. Incluso los ejcmpl~es especialmente entrenados, como Kanzi, no pueden enseñar esas habilidades a otros arumales de su especie. En cualquier caso, el ejemplo de Kanzi (y de OtrOs experimentos), debe servimos para asumir que los humanos no somos los únicos que tenemos capacidades lingüísticas.

8 inglés es la lengua materna o la lengua oficial de muchas pers9na~ y · páiSes repamdós por todo'·el mund¡). .. • En muchos lugares donde no· es la lengua matema, ·el· inglés es el idiomá que más se estudia. • - ....

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·don6t 1I01bl!n HhJb!J.

en todas las lenguas, las palabras van asociadas a unas emociones det~adu. Po¡; eso, y~ro lo saben bien las personas bilingües, una misma idea t menudo evoca diferentes emociones si se expresa en alemán o e:1 inglés, por ejemplo (Falk,-1987): La blp6lesis de Sapir-Wboñ, entonces, mantiene qt!e ku ptrsoiiiJ.S ptrc~n ti mwulc tk una u orra jorrnll dtpulllUndo dt la ltllgl'tLIJU. hablan. Un filipino, un rurco, un brasileño, por ejemplo, utilizando disrintos símbolos ling!lísticos lernlinan experimentando «lllundos distintos, no el mismo mundo con distinw palabras» (Sa. pir, 1949: 162). Esta hipótesis encierra en realidad dos priDcipios. E principio dtl rdathismo lln_"'ifstlco, según el cucl ti lt111ua]t coff/ormtJ IIMtsrra ma~~era de pensar, y el principio de relatividad li.ngüístlca,..según el cual las éi.ttincionu q:u ¡e hactn tn una itngua no tienen por qulcrislir tn orra ltn.gl1l1. El estudio clásico de Whorf sobre los hopi puede aclarar esto último. Los hopi sólo tenían una palabra para referirse a todo lo que vuela o está en el cielo: insectos, planew, a~iones; ·etc. Sólo distinguían entre todo esto y los pájaros, que sí'tenían su propia palabl"': Los indios iouit, por ejemplo, tieoen muchas palabras para la nieve. ·· Asf pues, esta capacidad de ere~ y m~pul~_ ellen­ guaje da a los seres humanos el poder de:~·lter.~'la forma en que experimentan el mundo. Por ej~n¡plo; muchos norteamericanos negros consideraron un avan~ muy significativo hacia la igualdad el que los blancos hayan dejado de us~ la palabra «nigro», para . empfear la palabra «blacb, y más reciénremente el término «.Úroamericano». Por poner Otro ejemplo, los homosexuales norteamericanos de los alios setenta comenzaron a autoideotificarse como «gays», a fin de conseguir liDl imagen mis positiva de sí mismos y una mayor aceptación spCial,::, En resumen, el lenguaje puede confo~ar nuestra for· ma de ver el mundo. Pero, ~la inversa, también podemos utiliz.ar el lenguaje para moldear el mundo o vido de forma distinta. Volveremos a hablar de estos leiDas en el Capítulo 5 («Socialización•) y el Capítulo 6 {«Interacción social y vida cotidianu). Valores y creencias

La. mayorla de los hispanohablant~

4P'-!ede e/ lenguaje configurar la realidad?·

se concentran !!n Hispanoamérica y, por supuesto, en España. 8 español es la segunda lengua en importancia !!n Estados Unidos.

Los chinos. que l!ti.lizan unos símbolos lingüísticos determinados ¿~elmllllilo de fOI'Üiadistinta a los sue· eos, que piensan en sueco? ¿o~ los ingleses, que piensan en inglés? La respuesta es que sí, porque toda _JenJU~ tielle sus propios símbolos con los que se percibe la realidad. Edward )apir (1929, 1949) y Benjamin Wborf (1956), dos antropólogos especializados en lingüística, observaran que roda lengua tiene palabras y e:tpresiones que no tienen . . un equivalente exacto . .en oua,s. . ~~~.las . . .. A4em!s, .

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¿Qué puede explic~ el éxito de las pe!fculas de James Bond, Rambo o Thelma y Louise? Todos estos personajes SO!! extrermdamentc individualistas, destilan desconfian. za bacia el «Sistema», y basan todas sus estrategias en las cualid2des y la astucia personal. ·Cuando ensalzamos a personajes de esre tipo esl210os aprobmdo el inrih·idualisi:no (el individualismo de los bombres, tradicionalmente, cero óe las mujeres más recientt.;Dente): · Los socidlogos llaman a esw posturu fre!¡te a1 !Xlllllifo Yi!DriS, que son mod11M culturtúmtnU dqinüJOs con.los qu las pusorw tvalúan lo qu u dutablt, bueno o

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btllo. y qu~ sir.tn dt gufo ptJTa 14 vida mJoci11tu/ks· de el punta de vista de la culrurJ., los valores son enunciados acerca del deber ser, de cómo deben..ser las cosas. Los valores son pr'.ucipios amplios y ¡enenles que sir"en de base a wcreencia¡. Las crttDcW son tnUI!ciodcor lrptc:f.cos qut Lls ptrsofiiUI considtran ciuros. Mientras que los valores son proposiciones más abstracw acerca de cómo deben ser las cosas, las creeocias hacen referenci~ a asuntos más esoecíficos, sobre los que se emire un juicio acer.:a de su ;ercbl o fclseclad. Los -aeeocias DO sólo illfluyen ~ la manen de ver DlleSlrO enromo, también forman la eS&DI:ia o el ndcleo de nuestra perllllilidad En nuestras ia.onilias, escuelas, eu:., aprendemos a pensar y a acm3J' según unos principios ~terminados, a valorar cienos objetivos C? mew y a creer en um señe de verdades y rechUM aquello que se nos preseo11 como falso. Cienamente, en un territorio tan grnnde y diverso como Europa soo pocos los valores y las creencias comunes. Dado el elev3do oúm~ro de pmoou procedentes de tod3s panes del mundo que h:lll emigr.u!o a Europa, e1 continente se ha convenido en un verdadero mosaico de culruras. Aun así, quizá pódeinéis identificar algunos patrones cutrurales. En primer Jurar. 'JlOdemos referimos a los sedimciuos de lo que se ha ll:unado ~<la era dé la Dustraciólllt fGay, 1969). Aquí tenemos que lublu de los valores gue se remiteoa la izcíonilidild,la ciéncia y el progreso, y.que deiendieron los jil6sofos: pensadores y ensayis115 del siglo xvm. Aquel fue un po:riodo histórico Clfacterilldo por avances notables debidos a la ciencia y la medicina. Muchas penollll.S em¡x:zaron a sentir que podían con ~rolar su propio destino, ejercer cierto dominio sobre el mundo en ,jue vivían e. incluso, cunbiu ese mundo. En segundo !ugu, la religión domin:lllte en Europa bn sido el cristianismo, ya en versiones proresunres o en su versión católie3. No se puede entender Europq sin tener en cuenta. las prras & religiQII en1re proteswues y católicos que tantas veces han asol!do el continente y,. más recieoremenre, sin tener en euenl4 el preceso ele seeulari. z:u:tiS 1111t imolkl una menor influencia dt esas creen. t'W ¡eliiiow ~ la or¡mlzacióo social y la coociencit de los europe01. En cualquier caso, el miimo calendario y ñesw mis impor.antes Oas ~avidzdes,l:t Semana Sanrz, e:c.) están estrecl:ameQLe relacionadas coola culfUI'l y los valores c:istíanos: cSer europeo equivale a celebm las )';!vidaries y ls Semana Sl!ll!» (Therborn, 1995: 234j. (Quien quiera profundizar en la lúsroria de las Navidades en Gr:lll Breu.'\3, pu~e leer el libro de Hurtan, 1996.) En tercer lug!!, Europa r.embiéo se he caracterizado por el desmallo de !ts ideas del est:.do-tl!.cién y de ciudadanía. Por último, se puede decir que, tradicionalmen- re, la cultura europe! ha remudo ros w!or.:s del Í!lltiVÍ· dualismo y de clase iOcial (ff. Thetbom, 1995: 273). u · culrura europea;U1~gonn'ás'1eñtrales;-erdistinta-

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de ~ nor.e:~:1leri= o de las esiáticas, por poner unos ejemplos. Hemos dedicado un recuadro a explicu los valores de l3 sociedad noneamericane, muchos de los cuales se pueden entender como valores comunes de la culllll'3 occidental y c~pitalista. Quiz.i sería un buen ejer· cicio oue intentara coorrasur los valores de la sociedad noneaineric:tna con los que, a su entender, mejor caracre: rizan su sociedad.

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egún el sociólogo o· líams (1970}los siguientes diez valoras son los valores centra· 1s de la socisdad noneamericana. ¿En qué mecida piensa que cfifiarcn de los velares de !U sociedad?

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Normas

En ~ cuando uno quiere s~ber cuánto gana un com~ pañero de trabajo, se lo pregunta directarneote•.En Euro. pa, pregU!!Urle a alguien cuánto gan3 es 1lilll impertinenci:L Es re ejemplo nos puede servir para entender qué son las normas: reglas 1 e;rptaatú·as sociales a par.ir dt las c:ualts IUiil soc:itdad regula la conducta de sus llliunbros. ,-\lp¡w nomw son proscripri~·¡;:: prosaiben o prohibe:¡ ciuw co53S. En :Ugunes sococd:!des, por ejemplo, IL"l~ mujer caseda no debe salir sola l 1~ Cllle. 0ns normas · son prucri_ori\¡u; esc~o es, indic:m qué es lo que se deie bacer. Por ejemplo, la norma segtln la cual uno debe ceder el asiento a les personas mayores. Muchzs normas están en ~igor en Lodo momento y lugar. Los padses, por ejemplo, esperan que sus lújOi les . obedezcan siempre, y t!lllo dentro como fuera de casa. Otras no=. por el contrario, son si!U3cionales: se refieren a situaciones o conteXtos especificas. En Europa, por ejemplo, se espera que uno aplauda !1 fin21 de un concieno pero no cuudo el S2.cerdOte tel'liiiru el senn6t. Mores y costumbres

Wtlliam GI'\Üi!l!l Sumner (1959; ed. orig., 1906), uno de los pi.me;os sociólogos noneamericanos, maiuenía que hay nor:mas y son más importznres que erras. Para distinguirlas, empleó el término mores, c¡ue hacen referencia a la.rrtg/IU qurdtttrmifiiUIIO ·qut U ·IUIIl conducta moral.

de ficcién Indiana Jones) es una cimiento (la intuición o les emopersooa de acción, alguien que ciones, por ejemplo). hace 2lgo ólilcil y lo hace IJien e. Derr:tocw:ia y capítaHsm Los o mejor que nadie. Los nortenorteamericanos piensan que el emericanos prefieren la acción gobierno debe.respetar escrupue la reflexión; prefieren hacer losamente IJ!lc serie amplie:.de cosas paia prevenir otras antes derechos. Piensan también que 1. ~d dil opolfUIIidadfi.. Los . que ·lamentarse fdosófocamenla mejor forma de gobierno es la noneamericar.os eslán a favor te desoués. Por eso los nortedemocracia y que t<¡dos los ciude 11! igualdad da oportunidades, amer.éanos miran con aloo de dadanos adultos tienen el dere· pero no de le igualdad de rasulrecelo otras cunuras que iés pa· cho de elegir a sus lidere~. Tam·taóos. Esto es. se piensa que recen más Indolentes o filosóbién, piensa·n que su · sislema todas las personas deben tener ficas. econ6mk:o es capaz de resolVer las mismas oportunidades pare 5. • En Estados Unidos se las nacesidades de las persones sEiir aoell!flte, pero no se p:ens<! .valore més lo práctico que lo te& y de respetar su ~bre Iniciativa. que todos deban terminar siendo rico, a los que hacen las cosas 9. l.illiJMd Los · norteamericanos Iguales. Por el con!tario, se pienmás que a los soñadores. -Lo efi· • valofan. enormemente la ioicíatl· sa qutt es deseable que se redente, además, se traduce en va individual por ~lción a la compense a las personas según dinero. Los norteamericanos coniormiOad. Reconoc;en, . poc. su !tiento y esfue12o ~rsonal, lo también valoren mucho e qt.~e­ supueslo, 011e tienen responsaque da como resultado diferennes saben resolver las cosas de bífidedes hZcia otras ]>éiSo~s. tes niveles de vida. modo sfocaz y sin desperdiciar · -pero Insisten en que las perso2. ._., rsoMJ. El estilo recursos. Hacer las cosas mejor nas deben ser fibres a la hóra de • -· · e YIOa nort9americano estimula elegir que. es' lo quieren hacer y del modo más efiCiente es algo lá competitividad, lo que permile • . que 'si; valofa rrucho. con sus vidas. • establecer recompensas a la 6. Pi Los norteemericanos 1o. Rldsmo y supeñotfdad,.A pesar. medida de los méritos persona· son gente optim!ste. Pueden de aquenos valoras coffi9 la les de cada uno. El éxito persotaner sus arranques de nostal· . libenad, el. mérito personal o el nal es algo que se alienta y valogia, ciertamente, pero le tendenlndividuafismo, la mayorie de los ra, pero no algo que haya que norteamericanos sig¡¡i todavía cia !S a pensar que el futuro va a aisimular bajo el manto de la :njuicianao a las personas se!cr mejor que el pasado. Esta fa mode51ia. El que obtiel!i! éxito es gún su género, raza o clase en el progr~o se puede ver cla· un •triunfador• (winnery, que social: En concreto, los nortea· ramente en esa tipo de eslósiempre es positivo. ganes publicitarios eri lcis que mericanos valoran más positiva3. Conlort tnEBtízl. El éxito, genemente a los hombres que a las se identiiica •lo último• con •lo rclmen e, se ucduce en genar mujeres, a los bl211cos que.a los mejor•: óonero, y asl, en dw.nstar de las 7. · ·._ Los norteamericanos negros, a los descandient_as da coses que se pueden comprar. v"J'oran mucho la ciencia y el Ira· inrniQ~ntes eurqpeos que .a los Los norteameñcanos pueden bajo de los denllñcos, qye va cíe otras regiones del mundo, y a estar de acuerdo en que el dine· los ric:ls o a los rilás efonunedo.s · mejorando progresivamente la ro no trae la ferocidad, pero eslo que a los menos aiortunaoes. A calidad de vida de le..s persones. no les hace u~ 211ecor:!es. Los norteamericanos se consipesar de que les gus:a deñnif!e 4. · y ll'lba. El prototipo éercn, sobre lodo, gente raciocomo una soci~ad de iguales, áer 1\&rce amencano ldssde nal, lo que expfica su tendencia parece que ellos mismos píenKristi Yameguc.lU, une peÚnedo. san que hay unos més iguales (so ore Jodo entre los hombres) a rz olímpica, hasta el personaje rechazar 'otras fuentes de conoque.otros. •

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Valores: inconsistencia y conflicto

Los valores culrura!es pueden ser inconsistentes y contra· dietarios (Lynd, 1967; Bellah et al., 1985). Viviendo en Europa, muchas veces estamos divididos entre la posrura individualista del «primero yo», y lllS demandas que resulun de pertenecer a tal o cual grupo. De la misma manera, muchas persones defienden la igualdad de opor· runidildes, pero llegado el caso pueden dar la espalda y diierenciill' entre las personas p<>r su sexo, el color de su piel o por OIJ'aS consideraciones, y no por ru6n de sus esfue12os o mtritos personales. La inconsisr.:ocia valorati va puede ser el reflejo de la divenidld culrural de una sociedad o del proceso de cambio culrural, según el cual unos nuevos valores v:tn sustiruyendo a otros va.lores.tta· diciooales.

Los valores principales de una sociedad. El caso de Estados Unidqs

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Segün Sumn:r, mores son todas aqueUas normas esenciales pm el mantenimiento de un der:nninl!lio modo de vida. D~da su import:l!lcia, Sumner pensaba que el apego a eStas normas tenía una fuerte carga emocionaL Estas normas son válidas en todo momento y lugar, y se espen que toda persona, independientemente de su coodición, las respet~ La. viotaci6n de cualquier:~ de enas nonnas (por ejemplo, de la que prohibe las relaciones sexuales con los niños}provoca una respuesta inmediatA y con rondente por parte de la sociedad. Surimer wnbién hnbló de las costumbres, para referirse a las rtslas dt conduela qut u siguen tn la inuracción nL'inaria o coiidJOJlO. Estas tienen menos importancia que las anteriores y no implican una fuerte adhesión emocional. Las costumbres, entre otras cosas, hllcen referencia a las normas de etiqueta y cortesía_ Por decirlo brevemente, IDlellD'as que lo que Sumner Uamó mores sirven para distiniiJir lo que es moral e inmoral; las cosrumbres sil'Ven para distinguir en.tte la conductA adecuada y la iD ~ indisaeta o impen:i.oena. Dado que son normas lll"..DOS importan~. la soeied3d es más flexible o tolmn· te con quienes no cumplen con ellas. Aun así, el infractor no se suele ir de vacío y recibe un castigo. Por ejemplo, el que se ha olvjdai!o de ponme la corbau p:u-a asistir &·una cena formal se arriesga a que, ofendidos, los anritriones y el res ro de los invitados decid211 ignorarle. roda In noche.

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Cultur~ material y tecnología 11

nas interfieren con :1 entorno natural en que vi~ en. Conocen muy bien el ciclo de Duvias· '! la conductA y movimientos de Jos anioales que cazan. Por el contrario, las sociedades más desmoUadas tecnológicamente tienen un impacto mucho mayor sobre el enromo, pues tienen la caoacidad de explol21' los recunos narurales a gnn escala y ~la medida dé sus intereses y prioridades. Debido a que en la sociedad occidental tendemos a valorar mucho la ciencia y los avances tecnológicos, también tendemos a juzgar a las sociedades que tienen una tecnología simple como sociedades menos avanzadas. Por supuesto, hay muchos factores que pueden confinnar :$te modo de pensar. Por ejemplo, la esperanza de vida al nacer en Europa es hoy en dla superior a los i5 años, mientt:u que enrie los yanomamo es de unos 40 Dlios. Pero h11y que tener mucho cuidado y evitar la autocomplacencia cuando juzgamos otras culrun.s. A pesar de que a muchos yaoomnmo les gustarla tener tecnología moderna (armas de fuego para cazar, por ejemplo}, la verdad es que, en rénninos comparativos, estio bien alimenudos, y la mayoría est.i bastante satisfecha con su vida (Cbagooo, 1992}. Para evitar autocomplacencias, conviene recordar que si bien nuestras tecnologías están alivian• do o haciendo desaparecer muchos tr:1bajos físicamente agotadores, o combatiendo eficazmente muchas enfennedades. wnbién escáo contribuyendo a crear niveles de estrú bastante peligrosos, y dererionodo el entorno narural a veces de modo irreversible. Y, por supuesto, tenemos armas muy sofisticadas, capaceS '(le' Clis'tiiiii i:n cuestión de segundos todo lo que la burnarudad ha creado en toda su hisrnria. . P:u-a concluir, es conveniente seflalar queiillaolop es. omo las 1IOIDW o los valores. un elemento culrurJI que tllllbiin varía.J!eottD de Europa. Aunque muchos de nosottDs no podl{arnos vivir sin el CD, el vídeo o el microondas, bay otros muchos que no pueden comprar este tipo de aparatos, y otros que, sencillamente, los rechuao. En términos generales, los paises del none de J;uropa son más ricos que los del sur (que tienen un mejor clima, sin embargo).

Además de estos elementos intangibles (las nonnas y los v3lores), 1eoemos tambi~n que referirnos a los componen.-:;, tes tangibles de la culrura: los arteiactos, como a veces se ., Uaman. Los chinos comen con palillos, mientras que los -' europeos utiliuo el cuehillo y el tenedor; los japoneses • ponen esteras en el suelo en lugar de alfombras; y en la • India mucha gente prefiere Uevnr ropas más amplias y ~ menos aju.sw.das que las que Uevan los occidentales. Par.! alguien que nó esté flllliliarizado con la culrura material 1) de o·D'a sociedad, cosas como éstas le parecerán tan em~ ñas como lt leofila. los valores o las normas. . ~ los andktos de una socied3d generalmente retlej&rl • los vAlores de-uuocit~ad. El he::bo de que las flechas El auge de las lenguas minoritarias envenenadas sean un objeto muy valorado por los ytno' ·;' mamo de la selva amazónica, por ejemplo, refleja la Desde los años sesenta, tmto en Es!J!dos Unidos como en • imporuneia que concede esa sociedad a las habilidacjes Europa se está viviendo lo que podemos Uamar un auge fllerreras. de las lenguas minoritarias. Este auge se uplica porque Además ce reflejar los valores, !a culrura material tamllpDos pueb os y !"'p05 tmicos lwl adquirido una • bién revela la tecnología de una ~oeie&d. Entendemos ma,:.·or e~ áuu idc;Jndad culllinl. y lillgü!¡tica, aquf por tecnolo¡ia, el coiiOCunitmo aplicado dt qut disSegún daros del ceaso de 1990, de los 230 millones de • .._ pont una socit!dlld.J qut lt sirvt para sobrevivir. La re::noneamericaoos mayores de cinco Dlios, 32 millon~ (un nologiL por decirlo breveme'nte, es ei vinculo de 1JIIÍÓII Jll por ciento del total) hablan en sus hogares otra lengua •~ ·- - - - - - entre el entorno narural en el que vive una sociedad y distinta del inglés: el 54 por ciento el español, el 14 por 1IÍiiRrnl culrunL.Los ·yanomamo, uno de los pueblos ciento una leoguu.si!tica, y elrestanle'32 por ciento o,tra • - ·menos desarrollados te::nológicamente-eo-el-mundo,- ape-- lengua (según datos del censo, son 25 las lenguas que tie-

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dos es quizá el país más multicultural entre Jos paí~s desmoUados. , Entre 1820 (cuando la adroiniSo-aoón comenzó a el!boru estadísticas de inmigración} y 1990, más de 55 millones de personas emigruon a Estados Unidos. El origen de eslliS pe¡sonas 113. cambiado a lo largo de todo es-.e tiempo. Como puede verse en la Figun 4.1 , hace un siglo la mayorla de los inmigrantes procedía de Europa. En Jos años ochenta del siglo :a, la mayorja de inmigrantes proceden de Latinoamérica y .'\si a.. Europa, por supuesto, tambié!l es un J!&ÍS"CIIft una.enorme diversidad culrunl. Pero sobre esto hablaremos en el Capírulo 12.

Li diversidad culrural se observa también entre las clases sociale En el leo¡uaje corriente entendemos por ~·cultu­ ra» algo sofisticado, como la danza, la música cUsica, la literarun, la esculrun o la piorun; y DOS referimos a los El descubrimiento que hizo el agente inmobiliario al profesores universitArios, a los directores de- teatro o a los que nos referimos al empezar el cap(rulo de lo que es el grmdes artistas como gente ccul11», eorendiendo con ello ftng sui y de la impoiU.DCÍa que tiene pan los chinos es que esas personas son capaces de apreciar cosas que el un ejemplo más de la diversidad cultural que existe en común de la gente encuentr:l abwtidas. La palabra «CulEstados Unidos. De becbo, entre 1980 y 1990, el número l\lralO, de hecho, tiene la misma raíz latina que la palabra de personas de origen asiáúco que viven en Estados Uni~cultiviD , lo que indica que una persona culta es ~uella dos s: duplicó. Entre los paises iodustrializ.tdos del munque se ha cultivado o refinado el gusro. do quizá sea Japón, y debido a su aislamiento tr:ldicional, Por el comrario, no solemos utilizar. palabras_tan el país más homogéneo en términos ,;u!turales.. PC!r el SOlemnes cuando DOS referimos a las pre/erencr'ü musiconuario, al ser un pa.fs construido por iruuigr.¡ntes procales o las lecruru de la mayoria de la gente, dapdo a cedentes de todos los rincones del planeta, Estados Unientender con ello que úenen menos valor. Por poner uoos ejemplos, mucbos dirían que la. música de Mozm es cmás cul11» que la de Julio Iglesias, que la coeir¡a iraocesa es mejor que los palitos de pescado, o 100 que la esgrima es un depone más refi90 nado que el ping pong. G Juicios como estos muestran clara10 mente que el gusto es t.3mbién c;ues10 i tión de clase social (o,.mejor dJcbo, -! oiO que las eliles'SeCWes efinao sus gus! .10 tos para diferenciarse de quienes no están a su alrun. Hlll. fNeitz.,l993, <O i Bourdieu. 1991}. Los sociólogos ha-f lO blan de cultura.eUtls~ para n:feri!sd a las mDIIi/eszaciorrrs CllituTalu tú •o las l{llt st sintn úu tliiu poro dú10 IÍIIphiM,.,., IIIÑtllld y de o Cultura popular, para Id~ 1 w fumi/UIDckJnts Clllt11raks amp/ÜJ mtMt diftmdjiJrJs. trurt los. mitmb,rqr F.Jt.'llt:u!lllr.I,.'1>C\a.,.II~Stl\"1<t(11'i!l dt! 1111/J IDCitda ' • . EL uso com~ lit la palabra cculruFigura 4.1 1 lnmlg..-ción ra;lslnlda an Estados Unt,doa por ..-!lión de prouCanc:la ypa..- loa pllfoc!os1880-11~ y 1!14-1!14 • .,, _ n,.. puede·hacer que caigamos ~o.:)a Q

ersldad cultural: muchos estilos de vida en un solo mundo

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ne una comunidad de hablantes suoerior a las cien mil personas en Brados Unidos). En al~nos púses europeos WDbién se h:bla mis de unaleDf\11, lo que a veces ba orig:inado conflictos politicos. En España, por.ejemplo, e.l vasco (o eusquera} se prohibió al terminar la guerra ~vil . ~ los años seseqta se abrió un poco la mano, pero no fue hasu que se constiruyó el parlameoro vasco que el eusquera se co¡¡virtió, junto con el español, en lengua oficial en e~ Poús Vasco. En GT211 Bretaña, y aunque el inglés~ el idioma dominante, también se Qabla punja~(, bengalí, urdu, gujaratí y canronés, además de, por supuesto, alemán, polaco, italiano, griego y españoL También se habla lo que se llama el inglú negro ,·ernicuiQ, ~m~9 con el inglés que adquirieron los primeros a.fu.~os que llegaron a América (cf. CryStal, 1997: 36). . - ···

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: VUHUICI

tem~cióo de pensar que la culrura elitista es superior a la culrura populs.r. Los sociólogos no se meten aquí; eso es cosa de los críticos de me o de los que se dedk~ a la estética (una rama de la fllosoffa que estudia el z.'"te). Los sociólogos se interesaJT por otraS cosas. Estudian, por ejemplo, cómo se reproduce socialmente el gusto (en una clase social o un grupo émico, por ejemplo); cómo encaja cieno tipo de manifestaciones culturales en las. experiencias o \'isiones del mundo de tal o cual Otro grupo social; cómo y por qué cambi~ los gUStOs; o por qué :¡par~. en primer lugar, lo que bemosllam:!do la cultur.1 elitista. Cuando los sociólogos hablan de culrura oo se refieren a la música clásica o a las enndes obras de me o de la!itenrun.. Se refieren a toduÍas m:uúfestaciones culrur:Ues que se encuentran en una sociedad (G:lllS, 1974). Los sociólogos, por decirlo en dos palabras, no entieoden que unas clases selll cultaS y las ouas incultaS.

Sub~u.lturas

y contraculturas

El término su~se refiere a las maniftllQcionts

cufwralts qu.rdi~<!!!!:! dt la ooblaci6n_ Podemos hablar de b subculrun de Jos <ll'ilSW», de le subcultUra gay, de la subculrun de los altos ejecutivos, etc. Es tentador, pero no siempre correcto, clasificar a la.s personas en c:~regorias subcuiNrales. No suele se; correcto !lOrque casi todo el mundo tiene contacto coo, o participa eo distintos UDiversos culrurales, y no lo h:!Ce al d modo del miliLlllte o del fundamenta!ist3., sino .:oo dosis ~ variables de leal11d y desapego hacia cada una de ellas. Pero wnbién puede ocumr que las subculllll'llS tmicas o religiosas terminen dividiendo una sociedad, y con consecuencias ll'igim a veces. El caso de la antigua Yugoslavia es un ejemplo muy certu~o. eros ~e ha vi\ido es:e p:ús (y que aún se mantienen) los íwntimeo. di r.>ldaó cuina1L Antes de su awodeslriiCciÓII, en este país vivían 25 millones de personas. Se emplealr.!n dos alfabetos, se proiesaban tres religiones, se hablaban cuelto leng>Jas. se podían icemi.ñc!ll' cinco grandes grupos nacionales, el país es-..aba ói\'idido en va:ria.s repúblicas feCendas, y alo largo de su historia había absorbido la iruluencia culrural de siete plises vecinos. El conflicto cultUral que hundió a Yusoslavia·en va.-i.as guerras civiles muestra que la existenca de ''arias subculruras err UD lllWr.o territorio polltico no siempre da lugar a una con vi venda basad! en la tolerancia v el resoeto muroo. )J COillrariO, tambi~D puede originÚ ~S =sione.. O incluso enfr-:ntamientos violentos (sebre esto hablaremos cOilrnás detenimiento en el Capítulo 16 ('1Poder, estado y movimientos socia.Jes»]. Sobre el origen de los conñictos en Yagoslavia, vmc Sebilic et al., 1994). La divenidad .Wnnl no sólo imolica variedad, sine - -· ·· -- · . . ÍliAMi~~ menudo, lo que ~deramos_como __cultura dominB.Q..te_~lá ~Nrl de los segmentos dominen-

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res de lt socied!d, mienlr!S que a b cu1rura de los segmentos menos bvorecidos o de aleunos seszmeoros miDori¡¡rios la solemos l:m!ar «Subc;¡¡WflJ>. Pern como hemos dicho !liteS, esto no es correcto desde el puruo de vista sociológico. De hecho, los investigadores que trabajan desde lo que se llam! el enfoque mulricultunl JI dedican, precisamente, a investigar esta diversidad cultural dejando de lado todo tipo de prejuicios cultUrales (sobre csro, véase el recuadro sobre •Euroceotrismo, multicul!lll1llismo y poscoloniilismo en sociología» unas páginas mis adelante). La diversidad culruru wnbién puede IIWlifestme en forma de rechazo u oposicióo a los valores de una sociedad. Cuando ocum eslO hablamos de cootracultur:a. qut ~ rcfcrenQ! alas mmtiftstadonts cíii.wa!tS q~· Y~.fl...POl~ TtCJiiED Q jQ C:d:W' 1 ,¡Wj f:l ·11/WtS. Un ejemPlo de coníí'iCííltUra lo encontramos en el movimiento juvenil de los 11.;¡os sesenu, opuesto a v:llores corno la competitividad, el individualismo y el materiafumo c!e la sociedad de consumo. En su lugar, los lftppitl y otros movimientos juveniles proponían UD estilo de vida cooper;uivo anres que competitivo. Los hippies daban más irnponancia a lo que uno «es» antes que a lo que «hace» o a las cosas que ~tiene». Los hippits buscab:10 el pleno desarrollo person3.1 (o espiritual), y para ello fueron aoasúndose o disociándose del resto de la sociedad acenÑando sus rugos culrurnles. Una contillcuiNra puede materializar ese rechezo hacia los v:llores domin!llt:es en la forma de vestir, de s:lludar o en OIC!S conducw. M~chos de los que p!Ciiciparon en el mo,imiento contra' cultural de los sesenta, por ejem¡>lo, llevaban el pelo largo, panralones vaqueros, consumían dro¡as, utiliuban el símbolo de la paz como forma de saludo. y seguían sus propios riruales colectivos (en las manifest1ciooes contra la guerra del vie= o e:¡ los concienos de rock &: roll, por ejemplo). Cambio cultural

Ya Heráclito decía que lt esencia de la.s cosas es un continuo cambio o devenir. No s2bcmos si !J humanidad sobreviviri los próilinos millones de años; 3.1 fin y al cabo, otras especies ya bao desaparecido de la faz de Ja, Tierra. Pero de !o que s( podemos estar seg-JJ:Os es de que, mientraS haya sociedad, habrá cultura. También, y observando los C!lllbios COI!tinuos en las formas de sociedeá, podemos estar seguros de que a medid¿ que la sociedad sin c!lllbiando, wnbiéo cambiará la culmn. -El C!l!Dbio en una ciimen.sióo de la culrun ;uele ir !Compañado de cambios en otras dimensiones. Por ejemplo, el !umento de la participación de lt mujer en el mercado de lí!bajo ba producido C3moios eo la instirución de ll! f!lllilia: las mujeres se casan m!s tarde, ha awnenwlo el nthnero de divorcios y hay cada vez más niños qu: ~jv~p splos coo: su mac!ze (o.con el. padre).. Esto es UD

ejemrlo (según los més opúmis¡¿¡) de iatt~ración cultu!'lll. ~'C se produce cwl!lCD los tlt.'tltf!zos dí una c!l!rwll " lridl}J.If.N • Ó\Ut!•tn Q tnCQ)aT) tr. ,J «S(O 2í tqr dt!!!.t!l: sioner sxiclcr 11"0 lt 1 '"'U:~'Q.....n:J. ha;· '0"tlc;O enu f!OTf'!O' "''ou' ,v casnimb~~o.-por Ull lado, y !as trtr.t&-

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ruras fllmili.ues. tcon6micas y poliric~s por orro. Pero puede ocurrir que los elementos de una cultUra cambien aun ritmo distil1to. Wüliam Ogbum (1964) sel\a16 que mientraS que la tecnología transforma ripi~ los e e:nenros materiales de una culiura (las armas, o la t.WIO!ogía ¡¡ara Ji reprodu.:cióo asisudi; por ejemplo). JI concepcióti del mundo, las nonna.s y valores de esa culrurz oo .:ambia tan rápuwnen.te. Ogtllzm llamó ! este !enómeno.~lllte cullllnll (cu/rurallag) para referirse al h~cho d:: qc~ les t!tru.'I!OS de una cu/rur,:; r.o c.Jn:biw. ,:;/ miswtD n'rmo. lo qut putdt pUTUTbar rodo el sirctma cui/JJI'ol. En una socied!.d "CD 1:1 que es posible fecundizar a una mujer con el óvulo de otra que, a su vez, ha sido a su vez fe.'tili.zaila artifici2lmente con el esperma de un donante anónimo, ¿en qué medidA se puede seguir emples.ndo los viejos conceptos dunaternidad o pat:nidad? El cambio culruru puede producirse por ues causas. En primer lugar, por la jnwnci611, o creación de nuevo¡ efementos ;;ulrurales. Este es el caso del te!Uooo [mvent~do en i576), de los J\'iones (en 1903), o.del aerosol (en 1941), por ejemplo, que han tenido un enorme impacto en el eso1o de ~ida y en la sociedad. El número de invenciones progresa constantemente porque una nueva invención da Jugar a otras muchas y así sucesivarneme. Los registrOs de entrada de la Oficina Europea de htenres son una buena prueba de ello. Puede wnbién producirse c:1mbio culrural por los dtscubrimilntos. Un descubr'.miento irnolica entcndei Q. inte:pre:ar algo correcl3tllente, dej31ldo de lado e~plb­ ciones anterior 1.a nuunleZll de las Drotein!.s, el movimiemo de los planeus, etc., son descubrimientos. Los descubrimientos son consecuencia de la investigación científica {a veces au:tiliada con la suene, como cuando :\larie Carie dejó una piedra encima de UD papel de fotografía y descubrió el ruiio en 1898). También el cllllbio cull'Jra! puede producirse por lo que se llama difusi6n culr.ual. esto es, por la transmisióa de rasgos cullllr.lles-de IIDI. cultun a-otra.. Con la capacid!.d tecnológica que renemos hoy en día de envi:!!' iniorm:ción de UD lado a otro ~1 planeta en cuestión de segundos lpor teléfono, fa.'(, Interne~ etc.), el proceso-de difusión cultUral ha cobndo verdadera importancia. La sociedad euroou ha difundido muchos de sus elementos culrurcies por·todo ei mundo; el más signiñcativo. quiá, las len21135. Pero wnbi~n ha absorbido los elementos de O[¡'!S ui'uchas cul=s, y.esto no sólo recientemente con !a aoarición de los medios ¿; comUDicación de mesas, S\llO desde mucho tiempo atris (:¡ J. coll.Secuenci~ de la crea.cióo de imperios y colonias. Rslph Lioton, 1937),

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Etnocentrismo y relatividad cu ltural

Los ru.-i.sw no suelen volver a casa sin blb-.r visitado las tiendas y comercios de los paises donde bao estado. Si v~ a China o la India posiblemente buscarin alfombru hechi!S a mmo, si V!ll a Turqu!a buscarán bisutería u otros objetos full..menre labndos con metales, etc. Para UD rurista occidemal, muchos de estos artículos son auténticas g!llgu. Lo son, cierwnente, pero por una razón muy triste: en muchos países pobres (y no tan pobres) son los nidos, a veces de cinco o .;eis o.iios, los que ñbrican este tipo de artículos trabajando muchas horas al día a cambio de UD salario de miseriL En Europa, cuando pens:unos en la infancia, pensamos en una e~•pa de inocencia y de reiativa libemd, pues no hay apenas respon.sabilidades que i!SUlnir. En los países pobres, sin embargo, muchas f:uni.lii!S dependen del tr~t­ bajo de los niños para su subsist.encia. .'Uí, lo que en una parte del mundo se conside~ normal o natUral, ~o. otra p:ute del mundo pensamos que es inmoral. Quizá el filó. -sofo-chioo Confudo ~trua raión cuaodo decía q~e «todas las personas son igu!lcs. Sólo SOI!·sus cosrumbres las que son düerentes». Muy .posiblemente, cualquier hábito social que nos venga a la cabeza vs.ria de alguna forma~ lo largo y !lOCho del planeta. Esto puede divenir al viajero, pero tan¡biénJe puede molestar o enfurecer. Por poner un 'Par de ejemplos: en el Reino Unido se conduce por la izquierda, y esto !eneralmente confuode al ruris11 que viene de Euro¡n continental. Los egipcios se JU:ercan mucho a uno cuand~ le hablllD, al meoos desde el punto de vista de un norteamericano, por ejemplo, que puede sentirse inuy agQbiado. _ Dado que cada cul!llrl coniQfllla. una. .determinada visión del muodo. no es de extrañar que exisa @locentrismo estQ n ;! h4búo dt ¡u:tar erra c~!t11ra según los ~rtlmmTJUif.l!.rzrRRjp.'EI emoceotrismo es ,una disposición narur:ll (y universal) que resolta de estU muy vinculado emocionalmente a b cultUra donde .uoo ha cr~i­ do. El emoceotrismo ruede dar lugar a equivocas o mlllenteadidos, o incluso 2.1 conflicto. . Por ejemplo, podemos con.siderar algo apl!I~ntemente tan triVIal como la cosrumbre de los euroO".OS !1 re[erirse a China como •el lejano oriente.~. úte tfuÍ:üno, por supuesto, tiene ?OCO sentido pa.-a los chinos. De hecho, ellos se reñeren a China con una palabra que puede tr:láucine como •el reino CCDII"J•, situando así su sociedad en el centro del mundo, al igual que ·lo h!cen los europeos. ¿Hay alterD!Iiva al emocentrism~ La i!ltemarlva iógica es mirar o conside.-ar los rasgos de on c:ul111r2. desde esa misma cultUra y no de~de la nues¡n. Por ejemplo, poé.emos ir 1 PensUvania y ver l! UD llllÍ5h ~ 9entos de becúm.s coo la ayuda..de UD par de caballos y pensar que lo que hace es algo absurdo,. pues pua eso se inveot.arOa los tractores. Pero de,de el p\llllo .de vista. de~


.. , :l.Clish {que, por supuesro, s~be muy bien que los ttacrores que nuestra propi11 culrura nos ha enseñado_y ponerse en va hm sido inventados), aru la tierra de esta forma no es la piel de los demás. Por úÍtimo:·Yen qwnro lugar,·es un buen ejercicio pensar a la inversa, eslO es, imaginar cómo ~go absurdo pues, para él, ell!11bajo duro dene un signiñc~do religioso. Los !!llÍSh piensan que los beneficios muele esrarfn evaluando a uno y a su propia cultura desde l~s ri!les que se pueden obt:oer uti.lizando algunas leCOOiogías parámetros de esa otra cultura. Después de lodo; el rmy(lr beneficio q~e podemos obtener esrudiando otr:l culrura Oos lr3Ctores, por ejemplo) no compensan otros costes. La altenutiva al emocenai.smo se llama relathismo es, quizá, que podemos empezar a emendernos a nosotros cullural, que se puede definir como la disposición a ju=- mismos uq poco mejor. góiüiiá culrura desde sE misma. Por siipii?;w, h=• imll no es nana !acíl, pues no sólo se requiere entender o apre· ¿Una cultura global? hender las normas y valores. de otra sociedad:; sino que r.:unbién hay que evitar las valoraciones 3presuradas y Mucho más que en pasado, hoy podemos ver que hay mu~hos ras¡os o práCíiciS cu1ruralcs que parecen estar ¡ejusticieras que resull31l de juzgar esn sll9edad .des9e .las normas y valores de la nuestra. Pero la verdad es que semes en IOdos los riaoones del planet1.: Si uno camina por dado que cada vez. hay más contacto entre personas de las calles de Seúl {Corea del Sur), Kuala Lwnpur ~a), cul!urliS disiÍllw, es mdisposición a acercarse y entender llidrá! {Indi:~), El Cairo {EgiplO) o Casabianq "(Mamie.. cos), podrá nOtar en seguida qu~ mucha gente viste del mis· otras culruras se está haciendo m:ls necesaria. mo modo que en nuestra ciudad, que escucha la misma Cuidado aquL Tru:obién hay que poner el relativismo música, que ve los mismos anuncios publicitarios, etc. Tarocultural en sus propios términos. El relativismo cultural oos puede ayudar a aproximamos mejor a otras c¡¡srum- bita, y si uno habla inglt!.s, podrá comprotxlrque pued6ccr bres o estilos de vida sin prejuzgarlas, pero ¿esto signifi- municrse en inglt!.s con muchas pe¡:sonas de esas ciullides. ca que tQda cosrumbre o conducta es igualmente válida o Como ya hemos dicho anlCS, el inglt!.s se esú eó!iviitiiiildo correcll!? ¿Sólo porque en otros p:úses se considera nor- en la lengua que más se esiudia"en elmuodo. (v~ la!D~é~ Mapa 4.1). Coo tantas cosas en común ¿pode!I¡ós deéir,Que mal o oarural el tr.lbajo infantil debemos aceptarlo? Si·todos somos miembros de la. misma especie, pode- estamOS asiStiendo al • · ID de una cultuii·g¡olial'1"· : El mundo sigue dividido en alrede(lor:?e 200-~ mos pens:.r que, en último término, h3y algunos criterios muchos de ellos, como ya hemos dicho, ·culnnles. universales que nos puedan decir qué es correcto y qué es Hay actualmente miles de culruras en el mundo. También, incorrecto. Pero ¿cuáles son estos criterios? ¿cómo descubrirlos? Ysi intentamos aplicarlos :o otrnS sociedades, · la intolerancia oon otras culruras sigue siendo uo fenómeno actuo.l, como lo están mostrando los acontecimientos ¿no estamos en realidad imponiendo nuescros propios criterios en lugar de esos criterios presunllllllen;:e universa- en la antigua Unión Sovi~tica, en Sri Lanl-i, mOrierite les? La verdad es que no hay respueStas fáciles a estas Medio o en Yugoslavia, por poner.imos ·pocos eje;npjos. preg1inw. Pero sí podemos dar algunos consejos para el Sin emb:!rgo, y si comparamos con el pasado, podéi¡ios decir que las~- nunc;a han e.!tado ~~ que se acerque a cuas cul!urliS. unas con otras a tn.vé,s <le ·todo riDO di'v{¡j¡;uJos En primer lugar. y como ya hemos dicho antes, aunque CQili.ICIO.S eoaio lo están acrualménte. EiiOs vinculos; d las diferencias culturales poedan so¡prendemos favorablemente, wnbiéo nos pued:n causar un gr:m malestar. dimensiOnes globales, incluyen f!Üjoj de bienes· y smi· cios, flujos de ln!ormaci6ll y flvjos migratorio Es mejor estar preparados para est9. .En segundo lugar, hay que evitar hacer juicios fácil,es yjusticieros acerca de esas difer:ncias. Lo mejor es obser-var las diferencias cul- l. lA economía global: el ¡1ujo dt Ó1tnu y senicios. Nunca ha sido mayor el nivel de :imercambio de bienes rurales con una mentalidad·abierta. En tercer lugar, hay ysemcios eatR los países. Esto se traduce eo la introque hacer el esfuerzo de ponene en la piel de 1~ ~ ducción de mucho~ bienes y servicios·(coches;-pro~­ personas e intentar eiuender su conducta desde.s.u pr.opia mas de televisión, camisew, etc.) en llXIos los puntos cultura y no desde la nuestra. En cuano lugar, y desPués del globo. de pensar las cosas sosegadamente, uno ya puede empezar a evaluar lo que está viendo. Hay que ser tolerante, 2. ContiUIÍcacionu globalu: ti f/u;o dt la irrjormociótL Hzce un siglo, las comunicaciones internacionales se pero 121I1poco se debe suspender el juicio indefinidamenbasab211 en el coneo (que se transpOrtaba eo barcos, te. No se le puede exigir a uno que acepte pasiva y acritidiligencii!S, trenes, etc.), o wnbién, y ocasionalmente, cameme toáa práctica culrural. Pero al eva!UM otra socieen el tel~gruo. Hoy las oomanicaciooes vía satélite dad, uno tiene que seguir pensando que quiú se eslt permiten que muchas personas que viven ea diferentes equivocando porque, a pesar de todos los esfuenos que se extremos del globo puedan ver y escuchar los mismos bagm. no 3e puede llegar a ver el mundo.de la misma for· acomecimieotos al mismo tiempo y en el momento ea ma que lo ven los que han nacido en esa sociedad. Por que se están sucediendo. mucho que uno lo intente nunca es posible desaprender lo

Culturas juveniles 1término •cuHura•, y todos los que se diferencleban entre si en el que estas culturas Intentan •expresar otros asociados a él, se hace vestuario, las preferencias musicales y resolver, aunque de forma mágica, más comp¡er\Slble cuando nos y los valores y estilos de conducta. A las oontraá!Cciones ocuttas o que Jos mods y los rockers les siguió toda permanecen sin resolver en la cultura f~amos en un grupo en concreto de la población, como l¡¡s jóvenes, por ~na nueva gale~a de lo que hC?Y se de la sociedad de la que formw.par· ejemplo. En la mayoría de las ser (laman •tribus•: skinheads, hippies, iE• (Cohen, 1980: 82·83). Por decl~o ciedades occl¡jentales y sociedades punkls, rastas, grunges; goths, acid en otras palabras, estas culturas desarrolladas, los grupos de adoles: heads, new traveners y otros muchos juveniles son los centes crean sus propias· cuHuras que tuvieron· distinta suerte. En la problemas que generan, por un ledo, (Spctes, 1976, 1983; Spates y Per· década de los noventa la situación es las demandas generales de la sociekins, 1962). En otras muchas socie- de una mezcolanza singular. Lo que dad (que apremia a los jóvenes a dades, por el contrario, no se da este domina no son los grupos en estado . con~nuar los estudios, a buscar un fenómeno: De hecho, . las . cunuras puro y bien diferenciados unos de trabajo, a consumir, o a b~rsaaduf­ juveniles surgieron en el mundo occi· otros, sino lo que algunos llamanJos tos,y r tr ,aldental en Jas décadas posteriores.a ~ os Ciihurales posmodernos•. o de vida.de los PI~ Los-sociólogos que siguen el enfcr la ti Guerra Mundial. Aquellos)ueron stos pueden ser Uempos dnfcHes años rel~tivainef]te prósll!!ros, en los que de los estudios sobre la culttirá para los jóvenes, a los que pueden que se alargó el periodo de formación · (véase recuadro un poco más ade- enfrentarse desarrollando y nsgcr o escolarización de los jóvenes y se lante) se han hecho muchas pregun- ciando sus propias respuestas. Las desarrolló noiEblémente la sociedad tas acerca de la naturaleza y signifi- cuH r · niJes..pueden verse ccr del consumo. Sin las responsabmda· cado de estas culturas juveniles. Se mo de resistencl en la que des de la etapa adulta y con una han hecho algunas Investigaciones los venes crean su P.ropia cufi4ra mayor capacidad adquishiva, pronto de carácter más bien etnográfico y a fin de controlar una serie de prcr • ·surgió todo un jugoso mercado ce~ basadas en la metodologfa de la ob· blemas. trado en Jos jóvenes. Apar&ci~ron sarvaclón participante que han serviLas culturas jwenlles cruzan las nuevos productos espe~almenle . dirl· do para describir los sfmbolos, el len- fronteras. Hay punkies · en Sirminggidos a ellos (discos, películas, la guaje, los valóres y otros aspectos de ham, pero también en Berlín o en ropa.deportiva o juv~nil), que lenfan · la cultura de estos _grupos juveniles. Barcelona. En parte debido al ·len· Uempo y dinero pera consumirlos. A El lstlo y apariencia externa de guaje oomün de la música pop, a la partir de ·estas oonálciones- materia· esllll grupos Juege un papellmpor· televisión por cable y por satélHe, al les IQS propios jóvenes terminaron tanre, y rmichas veces sirve para cine, ele., los jóvenes imitan otros cre211do sus propios asmas da vida, parocler 111 cultura consumiste de la estnos culturales. Pero lo hacen sus propias culluras.. En el Reino Uni- que ellos mismos son parte. Mientras siempre de un medo un tanto particudo, por ejemplo, sa puede Identificar que los punkls, bikers, goths, cruslies· lar, adoptando r2S90S euHurales de claramente una sucesión de culturas y hippies, por ejemplo, preñeren un procedencia á!Versa de lo que resul· juveniles a partir de los años cincuen- :stilo más dasastrado, los mods, soul te un age de valores, moda, ta. Primero íueron tos t.eddy boy.s (al boys, o los home boys prefieren ves· priférencic.s musicales, de CQ0$W110, hilo del primer disco y la primera peli· tirsa m~jor. etcétera. o · cula rockera de E!illy Haley Roclc · Los sociólogos ll!mbién se han · ;,round the clock). En los eñes sesen· pr~guntade>¡por qué surgen estas cul- "'fASt S111 -¡¡:...,""'- Cb\ c:.itlr.. (CL~,... la llegaron los mods y los rockers, tures juvenaes. Algunos· han sugerido l)'. m5J

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3. Jfigraciont.! g/obails: t/¡1ujo dt pmonaJ EJ conqci· miento de otras sociedades motiva mú ;1 h gente a ·¡nr a. otros pilie5 en ltllílsqueda de una mejor calidad de vida. Ackm!s, la tecnología del tnnsporte, especialmeme el tmn!pone aéreo, n~ce que esto sea más iicil que en el pasado. Como resulw!o de todo esto, mochos p3ises tienen mayores contingentes de e:uunjeros que los que b~ tenido a lo-largo de su bis- · toria.

Viejas y nuevas cÚituras en Europa dad.. ·~Un trdlajador ¡x.~e tumar, llevar JOYéS o bisulerla que puede parecer os:entosa. mascar chicle, te/\Irse el palo con color:s no naturcles, tener un lelul!je en un lugar visible, es:er gordo o sudar demasiado. Los . hombres éeben lev-cf el pelo cor'.o, y no puEden levar bigote o berba• (Biyscn, 1993, 77). .¡ Desayt110s. MienlreS que en el ReiEn los primeros años de operaciono Unido se prefieren los cereeles o Nuevos estilos y culturas nes, EuroáiSiley fue un fraczso rotunlos hue'JOS con bacon, en Fr.mcia do én t~rminos económicos. En· un muchos siguen desayunando con Quizá no hay mejor forma de compro- trimestre llegó a tener unas pérdidas bollos, mientras que en Holanda se bar es'.o que estudiando la Disneylan- ée unos 60 millones de dólares, con prefiera el queso y los embutidos. cf~e que hace pecas al\os se inauguró lo que empezaron a disparerse ruo La jOme.da da trabajo. Mientras · en París. las Disneylancfias han sido mores de cierre. Se dieron muchas que en el norte de Europa las Jot· objeto fr¡;cuenla de estlrio pera los explicaciones, incluyendo los altos nedas·de trabajo son continuas, en que se deácan a hacer estudies sobre costes de explotación y el mal tiemel sur de Europa todavía muchos la cunura (véase un fistado de referen- po. Pero muchos temían que Disney trabajadoras hl.r.e:: una pausa de ciasen las pp. 81-2 del6bro de Bryman se habla instalado en un lugar poco des hofcs pare ·le comida; que que se ci'.a al iVial del r;cuadro). 8 apropiado. Parecía que no enczjaba tampoco suele ser un seri&lich, parque Disney de Parfs se Inauguró el en absoluto con la cultura francesa. 12 de abri de 1992, est2 slluado a sino una comida complete. Sl los franceses valoran el plE.cer :s Consumo. En . el Reno Unido la WlOS 30 km el ESte de P2Iis, )' ti:ne de la buena mesa, zllf en D!sney·no gente óende a·hacer colas, pero en una extensión de 600 heaáreas, en faltaban restaurantes; pero de donde se han inst2ledo s;is hotek!s dc rápida, sin eml:argo. Silos franceotros sitios se p¡efiere PEQl!ella aglomeración relativamente· Ott!e- i~ticos. Euroásney fue carccteri«- ses tienen un carácter un tanto serio neda. En =1 norte de ElJropa la gen- do por los iltelectuales franceses co- · o reservado, allf los trabajadores le tiende a aceptar el precio de los rno un Chemob~ culluraJ, y los sindica· tenían que es'.ar siempre sonriendo. productos que se venden en la ce- tos iniciaron muy pronto una batalle A los france~as no les reslita fácil ~e. En Espel'.a, pe: el contrario, recontra lo que ellos consideraban una sonreir si no hay Uf) auténtico moüvc. getear nü está mal visto. En los ubsesión casi f2SCL<ta por la uniformi· El fenómeno de Eutodisney produjo bales brilánlcos uno 21 mismo tiempo contepide la bebida en la gio y resistencia cultubarra, ·paga inmediaral. Con los al\os parelamente y no de proce que el parque ha ido plr.a. En E!palla uno tenienoo más éxito. pid9 la consumición, Después de todo, hay paga cuando se va a un montón de dinero ' marci"'.ar. y =e:a unz ·a~r Invertido. Les VEJo. cropine. res culturales tradicionales parecen también ~os son alcuxs menos rloidos cuendo :jemp!cs oa peqUeñas sa miran bajo la luz de cfderanc:as culturales. los •McOisney•. • Muchas ya es-.án parciendo SU! pecu~ari­ vw.~,~l:l'lr..yw¡;¡, dades naciom:Jes. Por 11..... l;.-.::u: F.ol.-=t!;f. "i5l ndependienlemenla de lo unida o desunld2- que nos pueda perecer Europa en términos polrticos o económicos, la verdad es ,que dentro de Europa conviven varias culturas, eslllos de vida y.formas de ~nfrentarsa a los problemas. Podemos poner algunos ejemplos curiosos.

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ej:mplo, en muchos hoteles eÚropen..s,. los clientes pueden optar sntre el desayuno británico, el que se Rama •desayuno continental•, o inclusa el desayuno jeponés, e base de tallarines o 5déos. A la vez que menlienen su caric:er distintiVo, las peculiaridades cul- .. IIRJes están tr~asando las fronteras.

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Estos vínculos globa!d h!n hecho que lu culruns de tó<!o el mundo se parezcan un poco más ena-e sí, al menos en los aspeaos más supeáiciales..P.ero wnbién ha generado unas =yores diferencia.s. Algunas sociedades, genertlmente !u socitdl!des pobres o con escasos r=sos, siguen rel!livi1111tnte aisladas y encerradas en sus propia.s culruras locales. Otras sociedades, por el comnrio, se han ~daot:ulo más a todos estos flujos, y sus culruras hao adqiürido un cmcler IIW flexible, más abierto, ro!s cosmopolita Según Ulf Hanne.n en esw soci~des hay ciu..a duposlcióo ala divmi~ (_,) ala toeXisteocia de dtverm culturu <ll b ll1Íml1 c.~pericncia individual (-) 1 rclacionam con el oa-o (...) a abrirse a e:<ptrieocias culrurules divef!entes (...)a bwcu el COillr.!Sie :n iu¡ar de b uniformidad (.-) y a s:ilir xiebnt: y cncon~rme un bu= esc-Jch:ando, oilserV2rldo, inruyendo y rellexiontDdo (Hanncrz, 1990: 239). Wl!

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hacemos sin conocer bs caracte~l_Íf~ ~ .1~ soci$d_ad de les que provienen o su significado origin:ü. Brevemente, bs personas absorben los rasgos culturales de ottas sociedades. ~ no io hacen de una for:nn-mspare:ue, sino de un modo distorsionado y a ttavls de sus propias culruru (Feat:berstone, ed., 1990; Hall y Neitz, 1993). Algunos autores se refieren a este proceso corno :Jocaiiución, que b= teferencia a los modos dmiruos tn qut cada culrura, :' ugún raJgos propios dt tSIU culruraJ, Jl rtCIÜifl las mJJIIifutacioncs y raJgos culrwaltr qut partctn rtn~r 11r.a diii!LitSi6n glooal¡ EJ kuaoke, por ejemplo, se originó en fapón y se ha extendido it nÍuCha.s ciud3des del mundo. Eo cada una de ella.s, sm embar2o, tiene un Sie:nificado social diferente, y se ca.o!lll ~iones difere~tes siguiendo rin!!les diferer~tes.

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Análisis teórico de la cultura

Por medio de la culrura poóemos eoteqder el milndQ.que nos rodea y nuestra posición en ~e ¡nundo. Principalmente, son los sociólogos y los ~mropólogos Jos que se dedican al esrudio de la cultura. Y par:~ ello han desmallado v:uios paradigmas teóricos.

Análisis funcionalista

Es!! tesis de la culrura global tiene imponantes limi13· Coli!O ya. v'imos en el C2pfrulo l.Ci<La pérspe::tiva ~oéio­ lópcu), se¡do el ¡;itradilmll funcionalisu la socied3d es ciones, sin embarxo. En primer JU.gar, los flujos de bienes un sjmma re!atin:ne01e esuble aue se coamooe de y s:rvicios. de inform~cióo y de persoll!.S han estado muy deseoui!ibcaddt. En términos ~enerales, Jo.s lOilZS urba- varias panes intemlaciooadas entR si y que contribuyen no.s (que son los núcleos resid;oc¡aJes, de comunicacio- a mantener ese sistema en eouilibrio. Desde.este punto de nes e industr'.3lcs) están más interconecud:u cntte sí que vista, lot imponancia de los ra5!0S o ma.oúesuciones.cullu zonas rurales. También, el poder económico y miliw rurales se deriva de su función paia el mantenimiento de de Esucios Unidos y Europa hace que la influencia cultu- la socied~d de la que fotlii!D parte. . ral esté muy desequilibrad3 en pe¡juicio de los paises Un siste!Íia cultural es estable a-lo brgo del tiempo, según los fuociollllisw, porque !oc nlcms c::nD"Dtes de pobres o menos ricos. En segundo Jugar, la te!is de la culrura global parece esa cu!rura "e!!CJÍID» con los olios sjstemas ecoo6micos sugerir que la mayoria de las personas de todo el mUDdo y oolírlcos. copsoljdando uí las pautas de conductas aue pueden comprar esos bienes y servicios que se omt:n en son oecesarias oara el mantenimientO de esa socie:!ad¿__ el mercado global. Como veremos en el Capírulo 11 _(Pwons, 1964, Wllliams. l970).la..afumación de.que («Estratificación global»), la realidad es muy distinta. En la.s ideas (antes que el sis~ema material de P..f9<!'!~ón) mucbss panes del mundo Jos niveles de pobreu.son laD son el fundamento de Js realicbd humana vincula al fun. cionalismo con !as ñncainos fi!nylfiw idealj.uas, ·Las altos que hay millones de personas que ni siquiera pueden cubrir sus necesidades básicas. noima.s y vaiores básicos del sistema culrur.J coofotlii!D En tercer lugar. si bien es deno qu~ pueden e;DCQ!!ip!· les acti\-ithde.s de los miembros de una sociedl!d y dan se muchas manifestaciones " ru2os culrurales comunes sentido a las relaciones que establecen entre ellos y, esf, en todas las soci~es. de !Íú no"'podemos s~cl!I h coocontribuyen a mantener esa sociedAd unida. Aquellas perclusión de que, desplazw de su Jugar de origen, 'esas sona.s que se incorporan a esa sociedad Oos iiimigrantes mllllifesuciones y rasgos : voc:m exlcwnente los mismos por ejemplo) no tienen que tener nec=sa.'iamente los missignificados. ¿Entienden de la misma.fu!7Da· el rap !os mos valores que-el reno de la sociedad. Pero, de acuerdo con el análi.<is funcionalisi! (y la idea del mtlting por), adolescentes de Tokio que los de· Nueva· .Yarl.: o Los Ange!es? Posiblemente no. Tambi~n•. cuando imitimos .e.stqs ieciéa llegados terminl!Ián aceptaildo los valores de las modas que nos llegan de otras panes del mundo, lo la sociedad de acogida transCUmdo cieno tiempo.


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E oandirma funcionclista WDbién nw puede avudar La cultura desde la sociología delJ;.QilfJicto a entender comporwnienros o estilos de \ida que nos La sociología del conflicto dirige nuesua atención t la pare en e.~ !raños o me; lÍC3bJes. Recordemos, por ejemrelación Ciltre ~eti¡u¡ld~ y señala las iormas plo, el C3SO de los amish de ensilvania, qu~ todavía en que unos rasgos o manifestaciones culturales sólo emple:J.Jl C3ballos para arar la tierra. Esta cosnunbre viola beoefician a algunos perjudicando al resto. Desde la uno de los valores bi.sicos de la culrun noneamerican.a: sociología del conflicto uno se pregunta por qut .cie.rms la eñciencia. Sin embargo, desde el punto de vista de los nlm:s se han convenido en los valores dominantes, o amish, el a-abajo duro a~1lda a fonelecer el s~ntido de la cómo, en oposición a eDos, se crean cculruns de resi.ltendisciplina y del deber, y esm es necesario, según eDos, c~os sociólogos que ííihaJI!ll denli'O de esta per;pecparu vivir conforme a sus cretncias.religiosas. Las largas jornadas de trabajo y las reuniones familiares en la mesa . ti va, especialmente·aquellos "mil .influenciad por la obra de Mm.- piensan que los valores de una scciedail y en las horas de ocio contribuyen a mantener unida a la SQ!l el J!ftejo del siste!Dl ecooómico. En palabras de iamilia y, por extensión, a roda la comunidad. Marx: cl'{o es la conciencia ,la que determina el ser, es el Por supuesto, las pricticas culturales de los arnish pueser el gue de rmina la coocienciu {1977: 4, ed. orig., den tambi~n ser disfuncionales. El trabajo en el C3IOpo es 1859). La teoría el conflicto, entonces, se basa en la doc· agotador. Tambi~n. muchos pueden decir, ls disciplina religiosa que cmcreriz.t a esta comunidad es demasiado trina filosófica dei¡MurialisfrUJ, scpgla cual el sistema ~pnómjco di una·SOC1edid (d ca¡;illlismo en Europa, estricr.a. De hecho, algunos amisb bao abaódonado su comunidad por es re motivo. Y a lo largo de la historia de por ejemplo) lemliDa iDfluvendo decisivameme en OtraS esta c_omunidad han surgido inrtrpr:r:.aciones religiosas dijprmciprrt de esa sociedid, como la culrun. EsiD cOo.. dispares que han ocasionado reosiones y a veces divisiotrasta coo las resis del funcionalismo, que benen 111111 nes profundas en el mundo de lQs arnish (Hosretler, 1980; orientación mis idealista, como acabamos de ver. Knybill, 1989: Kra bi11 Olsban..W4). Dentro de esta tradición marxista se han desarroDado varios enfoques o análisis de la culrun. que se bao DamaDado- oue las S!!!! jnsgwnen(Q$ o estrategip pan satisfacer ras necesidades humanas. ~os ~­ do 1<11eomar.tisw». Uno de éstos lo representa la teoría .. culrups de iodó el myndo tieneñ O$ os crítica, desarrollada por la Escuela de Frankfurt en Jos El támino uiJl,.maftS culturales btce referen- años treinr.a. Theodor Adorno (1903-69), uno de Jos ~ cia a esto, a ~ ~rurales que companen todas las miembros mis intluyenres.de .e~~-~:1!! ee_ns~_gue sociedades GCOrge Murdock {i945) encontró . la «culrura de masas" que entonces estaba ememendo Oa l! cfocena5 ae estos r:ügos~ UDo"de e.uos es la flllllilia, que ea música popular o el cine, por ejemplo). grvíapm ma~ .; rodas las sociedades sirve ~ regular la reproouccióñ y pul!!: ' ac!onpecer la congencia crítica de las penonas. 11 para garanriiar el cuidado y la educ2ci6n de los niños. En Adorno pensaba que la industria cultural, banalizando Jos rodas las sociedades también hay ritos funerarios, que sircoaflitiOS y ale!arJmdo las coociencias, eslaba folllCDf ven para enfrentarse con la realidad de la muerte. El tando la pasividad de las penonas y a-abaj~~ y, así, la ~umor, que rambién es común a rodas las sociedades ~6o de su propia si111aci6n de dominacióo. humanas, sirve para aliviar las tensiooes sociales. Sepu .~domo, cla iDdusaiJ culrunl en¡alla continuamente a sus coosUIDldores eo !o que les promete tmlbii!a contiouamenrt» (Adorno y Rorkheimer, 1972: 120-3). E~a/uaci6n crúica También dentto de esta tradición recemos que referirEl pa;mipna funciooalisra nos muesa-a cómo el sistEm nos a.-\nronio Gramsci (1891-1937), un pensador italiacultural conrribuve a saristaa;er fts ncctflti!dcs hmnmaa no, miembro del partido comunista, que pasó diez años en Ya manteoer una sociedad en equilibrio>-Sin embargo, al las cárceles de .Mussolini. Durante su est:Uicia en prisión, ' rcsr.lar los aspectos de equiliono y estaoilidad, el fuocioGrum.sci escribió Jos Ulldt1711)S dt cárctl, en donde se Dzlismo DO msta mucha imoortmcia a los fenómenos de expone la reru de la bqemotúa. Se¡ún esta resil,- ~ cambio soda! !g>J:llmcnte, la idea ñmciooalisra de que dast sociDJp~~¡ dt e·erctr d. minación or mtdi dtl con· los valores culturales los companen (o terminan' comparStr..so anrts q¡u por ~iolt.~cia. Gramsci, e • riéndolos) todos los miembros de ana sociedad ~da run; en rus illinnw iñíííit'esracioces. puec!e hac:r que las ~u,c:h2...umender la dbmid'li.J:)Ilturd.- ?or último, las persooas acepttn acríticamente la siiUICióo social exispautas cultunles que fa,·orecell o defienóeo a aqueDos teore, ganando su cooseotimiento. Coosigui~dose esto, coo poder e::onómico o pol!tico raminao COO\'Ír.:Íélldo5e la ~iolencia y la coercr6o se hacen imlevantes pan e:1 as pauus cul:unles c!ominw:s, am¡in3ndo otras guanrii:u ese sisteca de dominación. Por decu-lo Dana·- .. · - · -culturas o manifestaciones culturales. La··culrura puede men!e: unas dosis diarias 'de !elenovelas y de fútbol pue•. generar conilic;os, entonces, y no sólo e:juih"orio o esta· den ser suficientes. En el Reino Unido hay un grupo de 1 bilidad social: - s(f(:i6!ogos,·enaelbs'que·desraC3 Sruan BaiJ (so~ el que

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De la cultura a los estudios sobre la cu.l tura n los úlllmos treinta años han surgido nuevas disciplinas si· tuada en la fronteras de la sociología. Una de esl¿s se denomina •estudios sobre la cultura• (culturcl studies), que nació con la aparición de tres Ubres de enonne interés escntos por historiadores de orienta· clón sociaDsta e investigadores dedicados al estudio de las obras Utera· rias. Estos estuóios difieren del enfoque empleado aquí, desde el que se analiza la cultura desde una perspectiva puramente sociológica y antropológica Aquenos te nian como objetivo estudiar los valores; creencias, actitudes y cultura material de la clase obrera inglesa. En concreto, ;sos tres libros son et de Richard Hoggart Uses of Uteracy, el de Ral"' mond Williams Culture and Society. y ~1 de E. P. Thompson Tni! Mekrng ol

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the English Worláng Class. Lo que

nos muestran estos libros es que la cultura da la clase obrera es üna cul· tura inleRgible, dlnámica y coherente, y que tiene sus propias ralees histórlcas. Sus autores nos descubren el carácter creativo de la clase obrera, capaz de producir su propia cultura. Uses of Uteracy e:~amlna la cultu· ra popular y les ectitudes y respues· tas de la c!asa obrera ante los libros, la prensa escrita, etc. En Tne Meking ia::t?~~-;¡?.

of the Eng//sh Worl<ing Class, ra. 10 de. Vis:l. la aitu111 Tnompson Investiga •el desarrollo de PQPU1ar •ea uo lemlnO de conlormis· la CO!lCletltla de clase, especlalrri6n- 1\'10 y res· ie'ncia ala wz Es, en par· te a través de los sindicatoS, asocia· te, ellug21 donde emerge y se aiaf)clones cívicas, movimientos refigio- za la hegemonía. La cultura popular sos y pedagógicos, organizaciones no es el lugar donde el socialismo o la políticas y prensa. es decir, las tradi· Wtura socialista · (ya· plenl!mente clones inlelectuales de la clase obre· desarrollada) se expresa de un modo ra, sus estructuras comunrtarias y . automático, pero si .es uno de .los estructvru de sentimientos• (E. P. lugares donde el socialismo.se puede Thompson, 1968). Estas Investiga· llegar a .lns!iil!ir. Es P.ºf. es~ razoo clones muestran cómo los grupos y que la cultura popular es importante• comunidades da clase obrera fueron (Hall, en Stórey, 1996: 3). · . . capaces de crear su propia cultura y La inOuencia'de RaiT'se ha'heého de evitar, e la vez. ser absorbidos poi' notai sobre roda una generación·de los patrones culturales de la cultura jóven11s investigadores, qué "lian dominante. · ebordado el tema de la cuhura en sus manifestaciones polftices. Se ha estudiado, por ejemplo, cómo los ·meó10s Stuart Hall de comunicación tratan la.cueslión de las diferencias de género. cóm~. los 8 prolasor Stuan Hall ha recogido y grupos minoritarios (los grvpos étni· desarrollado esta 1radición acadénii- cos, poi' ejeniplo) se eslu~rzan Pór ca, primero en el Binningham Csnlre coriservar su idel)tldad cultural, o 'tófor Contemporary Cultural Studies, y mo algunos grupos han c.eado cultu· luego en la Opcn University, ~ ras, rituales o identidades altemativ2s continuó sus investigaciones en caS- que les sirven para resistir a las tuerdad de profesor de sociología. za políticas dominanle~ (como el Con Stucrt Hel, los estudios sobre lhalcherismo). e la cuhura han cobrado carta de naturaleza en El mundo académico. Bajo ~'OT~< 5 .... ,, ¡, r. ~ ..,. 11 le influencie del trabajo de Hog~art y ual!oltfloei.- Lo.,_oo,l! e'"'"..."'"' de otros lnves•;,adores, Hall destaéa r.p:eo{hrabla:Criico. •m~ ~'-''"""" V" " ~ .,_.,.~ .. u¡afd tfti!U las dl_mensiones políticas de la cuftu. ~ll i-.llclol=üi-

;;.:."f'h'W!t.w:·'*..~~~fl"§#f@#'@tti'lt:M:Xi!i~~w..;;~l.~~

hablamos en un r~uadro) que sigue trabajando dentrO de esr:.a tradición.

La tecría del coo.aic:o 3ubraya que Jos SlStellllS culnua.les

ción.o división social, la teoría del conflicto corÍe el riesgo de 511burim(ll el grado en que la culrura contribuye 1 favorecer la cohesión sociaL Por esta razón, pensamos que para enlEDder lo mejo-r posible el fenómeno de la cuJ. 111o• es coovellialte leDeT eo cuenra tento la perspectiva fuocionalitte como la teoría del conflic10.

sarisíacen de modo desirual las necesidades hWIW1114 Precis~, se¡ún esra-tradición, 1111&- de lu ñmcioo deJa culDin es 1IYIIIIeller e5Q desi~ y la dominación de unos sotn ocrot.A su vez, esta desigualdad gene· ra fresiones hacia el =bio socit!l. Sin embargo, al dar tant.l imponancit a tod!>S estos a.spec!OS d.e fragmenta·

Sa_bemos qu~ la cultura es una creación humana. per_o ¿no pueden las c3racrerísticas biológicas de nuestra especie tener influencia sobre el desmoDo de la cultura1 ~ es

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¿Qué culturas? ¿Qué voces estamos escuchando? Eurocentrismo, multiculturalismo y poscoloniallsmo en sociolog ía s algo ya tradicional ver a Europa como le cuna del mundo . moderno. De hecho, para el sociólogo sueco Goren Therborn •no hay duda de que Europa ha sido.plonera de la modernidad y su centro neuráJS!co. Ni el mundo is!ámico, ni la Á/rica negra. ni el hinduismo y confucionismo .asiático perecen ha· ber descubierto el futuro como un lugar nuevo, al alcance del hQitlbre, pero nunca entes visilado (...) Europe se convirtió en el centro-indispu· ledo de la modernidad, tanto en tér· minos de conodmlento como de poder• . Europa fu!l. el •_gran organl· z¡;dor• del mundo moderno. Y esto se manifiesta de varias formes. La 'rnoc.midaO• europea produjo nuevos c:onocimientost.nuavos asenta. mlenlos humane» en·las tierras más lejanas, nueves tecnologfel' y cept. tal, as( como todos los •11fnoC\o (el sociafismo, el comunismo, el enarql..~smo, el W beralismo, el protest=ntismo, etc.). la Identidad de Europe. puede res· trsarse mucho atrás en el tiempo. Según elguncs autores, la cultura europea pueda definirse a partir de cuatro slementos que la distinguen del resto del mundo.

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o a mundo grteo¡¡o y -et Imperio Aorr.efto, redescubieno durante el R-drniente. que han ayudado a es'.ablecer un concepto del !ríe, ds 12. política y la filosofía Q'J! son parle de un pecuflar temperamento •humanfs¡icoot.

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El ~,..,,.. que durante dos zar la contrkluclón de otras cullura . milenlos, y a pesar de continuas Actualmente, esto lo reconocen el divisiones Internas, ha impregnado ~IJICUIIII.IIrlllsmo• y el •poseolonia· Europa (lento que, en algún tiem· lsMó·. po, las pe.labras •Europa• y •cris· Origina mente una política educatienlsmo• eran sinónimos). tiva implantada en Estados Unidos, el ; La llultm:ión, que supuso el nac!· multlculturalismo es una comen/e mlento de un dime intelectual de penwnlento orientada haci2 el cientffico, creativo y esct!ptico, sin 18C0n0Cimlanto da la diversidld c;uj; el que no se puede entender- la aJral (tanto en el presente como "' modernidad. 11 pasado) y hacía la ig!Ridl!d ~ • ls ~Aunque no fue t6x!ss las trac!icionas culturales. Esta la única, ni tampoccr sea hoy la que corriente es una clara desviación de más, Europa fue la que en su aquel mooo de pensar o interpretar la • momento mis impulsó el procc~o historia de la humanidad desde une de industrlefización y lo exportó tinica perspectiva .occideñtaf. De al resto del mundo (Hay, 196a; moco semejante, desde el poscoloJoll, 1969). niallsmo se resalta e/ ilnf,ec:o nega· livo que ha t.nido 11 CCJionW/St:'.o Sin embargo, hay señas ¡noble- occidentm sobre otTu cutruras Butéames con esta perspectiva •8IJIOC8nt" lmll, y ,. explora las emtegiu ilbo. Desde este perspectiva se que siguen /u frli!Joríe~ _Ofllilpiqas corre el rfesgo de infravalorar fa pm f~Mcer su idenliáad y cult&n. importancia y les aportaciones de Durante mis de dos siglos, los his· otras cultures esj¿tice.s, latinoameri- toriadores se han cenlrado en las canas, africanas, etc. Es1e pers¡M:ctí· hazal\as y realizaciones de los pueva tambi~n puede oamos una imz· blos. europeos, y han re lalado los gen equivocada de Europa corno una acontec'.mlentos históricos desde es· entidad que tiene una hl!toria o un ta perspectiva. Ha sido ·escasa, cuanleoado común. Eslo no es esi ni do no injusta. la consideración que se miícr.o menos. l.! historia griega, por ha dado a otras civilizaciones. El mul· ejemplo, está. tan conectada a Occ!· ticulturaflsmo celilica esla perspectiva dente como al Oriente Medio. Oe como eurocéntrlca, pues lo que se hecho, el eminente historiador Amold busca y consigue es reselt2.r los comToynbee veía en esta idea detlegaco ponentes culturales europeos en pero de la historia' común c;:¡mo una juicio c!e otns culturas. Molefi Kete •interpretación repetida pero extre· Asente, uno de los mayores defenso· medemente errónea da le hislorie de ras del muiticulturafismo, lo explica la Humanidad•, una idee que expre- muy bien con la siguients analogia: sa una tendencia ¡:¡eügrosa a minimi· • Al igual quslcs auropeos del siglo xv

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no podían renunciar a la idea de que te. Términos como ·africano.., •mu· le Tierra eslabl en el cantro del unl· sWnán•, •americano• o ;chino•,'són verso, mucha gente hoy en die en· Sólo un punto d!; partida. 8 Objeoti'IO cuentre muy ádícil no ver en Europa al es .. d;sconsbuirlos• --<l!!smenuur· centro del mundo• (1988; 7). los pera ver qué es lo que esconden o Pocos pueden negar que·nuestra hay detr'..s de ellos. cultura (la cullura norteamericana, le A pesar de que el rm.~ticultumfis· eurooea, o induso la española) tiene mo y el poscoloniaEsmo sa han gana· muchas raíces de origen · diverso. do el favor de muchos intelec!lrJ es ?!!ro e! mufticulturalismo sigue sien- en los últimos eñes, tcmbién han prodo ditrcil de digerir porque exige que YOC2do fuertes rezcciones. Sus critlrepensamos muchos mftos y leyen- cos mantienen qua eslas dos corrienles intelec:uales provocan dMsiones das que darnos por sup~.'ES!os. 8 mismo concepto de •cultura• o de entre las personas, al animzr a unos •nación· son hoy en día objeto de y a otros ¡ identif1C2I!e con los de intensos debates. Para contrarrestar sus propio grupo entes que a exploel eurocsntnsmo, algunos han pro- rar lo que tienen en común. Del mis· puesto un correctivo igualmente uni- mo modo. estas corrientes henden a lateral. Es el caso, por ejemplo, de negar que exista un crileño univellial los que en Estados Unidos proponen · de verdad. Por el contrario, se nos y defienden elllfroeentrlsmo, desda anime a evaluar las ideas no sobre le el que se propone entender /a historia besa de su validez o consistencia, y la sociedad modems e partir c!ll' los sino del que las divulga. Lo que es rasgos culturiiBS afttanDe. común a la homanidcd sa disuelve de Otras culturas estál también en- esta forma en une perspectiva africa· trando en Uza. La colonizacién O. unos na, otra asiática, etc. Tambit!n, los crfticos al multlcuHu- · pueolos por otros ha sido una consten· ta en la historie de la humanidad. Ha reflsmo y poscoloruafiSITlO mantienen hebido muchos países que han sido que estas corrienles pueden volverse Invadidos por otros y visto sus cultures en contra de los grupos a quienes se transformadas o incluso destruidas. Y desea ayudar. Por ejemplo, según aún hoy en dla, a.oendo miramos otras esios critícos, e.lgunas inicianvas que cultures, tendemos a verlas desde el se han Uevado adelante en el mundo universttcrlo r.orteemerice.no (como punto de vista de la nuestra. Frantz Fanon {1925-1961), un er.- la crseción de universidades pret» ~ayista político francés, analizó el mlnantemente negras, o de progralmpecto del colonialismo blatlCO sobra mas académícos específiCOs, como otros pueblos. En sus :scritos intenta· los AfricE.li-Amerlcan studles) terml· ba liberar la conciencia de los oprimi- nan segregando a aquellos que siemdos. En una primerz tese, según él,los pre se han resistido e la segregación. oprimidos busce.n un lugar en la socie- Tembi!in, enseñar a los niños de oridad blanca. En un2. segunda fase, gen chino, por ejemplo, una serie de algunos ille!edveles. entre los oprimí-· materias centradas exclusivamente cios se ravelan comra esta srtuación. Y en la cultura china, puede Uegar a. en 12 tercara fase terminan trdlalando hipotecar el Muro de esos nil\os, que para despertar la conciencia de la ¡¡en- no han tenido tantas opottUnidzées

• .como ~:~tros pare adquirir h~i~dedes y conoclmlentos necesarios para desenvolverse en la sociedad en le que van a 1erminar vivfendo. · · ¿Cómo sa puede res<~Ner esle debate? Prácticamente todos los europeos piensan que es necesario tener une me.yor sansibilidad hacia el fenó-· meno de la diverstdld cuttural. La perspecllva surocéntríca puede lambién-nsgar nucs1ro:modo de emeoder las cultures globales emergentes, sus lenguajes, símbolos, contraaiturcs, etc. En cualquier caso, perece que la discusión acerca de cómo enconuar un punto de equilibrio entre los multlcuHurartStas ysus cnlicos-se· guiri produciendo intensos debates . en los próximos años.

e Para seguir pensando sobre este tema

1. ¿Piensa que se puede hablar de una cultura·europea, o de una his. toria europea? Si es esl, ¿cuáles serían sus rasgos principales? ¿Se ootendría un todo coherents, o para hacerlo serlá neceS'erio ocultar o mlnrnizer el impacto de · otras cunures o sociedades? 2. ¿Cuál es su postura en el debzte entre los m1..ofticulturdis!as 'f "Sus crllicos? ¿Cuáles son los puntos fuertes y débélas de cada una de estas posturas? 3. ¿Qué voces escucharle en su propia sociedéd aquel que edopt.arc la perspectiva del poscoloni;;Jismo? 01 ;:.JO.... !.tk::otl vrm (..J. c.;o., ....s loo!'.q • i-...'lr':» !Avt:urt. 1iH): 5:t:i'..,. C&r'..a L"''¡ IJ&:tl J. W!ia:,~.IÁ;I·~ ~ ~ 1 7i)¡.


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1~ pregunta que se plantea el tercer paradigma ttórico que v3111os a comentar a continuzción: la sociobiologí:~. La sociobioloela es unparcdigma u6rico tn el qut st combrIIC la bioiogia J la sociolog!a y cuyo objem·o ts uplorar tn qui mtdida y dt qulll'.ilf!tTa nuwras caracurlsricas bio16gicas putdtn aplicar nutSrros rasgos cu/ruraltS. La sociobiologfa pane de los enunciados de la teoóa evolucionista ep biología. En El Origtn de las tsptcitS, Charles Darwin (1859) ¡nantenía que los organismos vivos e,·olucionabao a lo largo del tiempo debido al mecanis~o de la ultcci6n narurttl. La selección narunl se puede e:tplicar según los siguienteS principios. En primer Jugar, todos los seres vivos ~i\:en_panzq¡roducine.. En segundo Jugar, todo ser vivo tieoe una determinada combi.o8cióo g~ esto es, denuo de cada especie e.'tiSte l!!l! enorme vari!bilidad entre los di.!tintos indi,.¡. duos, que se e.~plica por las peculiarid.1des gentticas .de cada uno de ellos. Esta variab.ili~d dentr<¡ de la especie explica que sus miembros ensayen estrategias de adapta· ción diferentes. En tercer Jugar, algunas de esas estratc1 ¡ias $;1án mú afortUnadl!s que otras. Aquellos que hayan seguido w estrategias menos eficaces tendrán menos probabilidad de sobre~ivir y, así, de reproducirse. Por el contrario, aquellos otros que hayan seguido las estrall:· gias más eficaces tendrán un índice de supervivencit mayór y mh proba~ilidad de tener descendencia.. En lllti~ mo lugar.· al ~bo de miles de generaciones, algunas variaciones terminan desapareciendo, mientraS que otras, que éorresponden a Jos mejor adaptados, terminan extendiéndose, con lo que surge una nueva especie. Según los biólogos, pues, las especies terminan adapcál!dost al enlOmo porque tste n seleccionando unas determinadu vuia..iooes y uduyendo OllUo En el caso de los seres humanos, sin embargo, las cosas sucedieron de modo distinto. Los seres humanos crearon cuJniras {esto es, · tecnololrias', conocioiientos, normzs y ,.aJores sociales}, y con ;uo biéieion que sus CODdUCW O respuestas a Jas demandas de!' entorno DO esruvier.m deteiminadas por sus características puramente biológicas. Pudiendo crear cultura, los serei humanos han podido darse un abanico casi infinito de posioilidades de aóapución a las demandas o las amenazas del entorno. Esto explica por qut la especie bumma ha cooseguido colooizar casi todos los rincones del olaneta. A oesu de esta variabilidad culrural, la especie bÜmana es uÍia llni• tspeci~t lo que se puede demostrar, según los sociobiólogos en la e:Wtencia de llrliv~rsales culrurale Peosemos, por ejemplo, en la afumación de Klose)ll'un investigador de la conducta sexual. Según Kinsey: «En tocios Jos pueblos del mundo se puede observar que Jos varO!!es tie:~den a ser mú promiscuos que w mujeresa -·- - -·- ---- (citado en Barasb, 1981: 49). Sabemos oue un recito nacido resulta de la unión de la fenilizae~óo de un óvulo por espermeo·Sin-embugo;·la

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i!nponaocia biológica de uno y ouo es muy lilitinta. Un hombre 58110 puede fabricar~ durante casi toda su ,.¡dz. En cada ey&ulación, un hombre sano libera cientos de millones de espermillozoides, una C!lltióad suficiente para fertilizar, poop.mos por caso, a todas las mujer-...s de Noneamtrica (Barash, 19Sl: 47). Los ovarios de una recito nacida, sin embargo, contienen todos los follculos (ó,'lllos inmaduros) que será capaz de producir a lo largo .de su vi~ U,na mujCf sana produce sólo un óvulo al mes. Así, mieplf!l:S que el hombre es liiológicamente capaz de producir mucha desc::odencia, la mujer sólo puede tener un :~úmero limitado de niños. · Esta diferencia biológica (puedt argumenwse) explica las diferentes esntegias sexuales de hombres y mujeres. Desde un punto de vista esaictamente biológico, un homhre tiene mis posibilióades de t:ner desc:ndencia siendo promiscuo {esto es, teniendo varias parejas sexuales). La promiscuidad, sin ~mbargo, nq puede. ser .Üna esmtegja válida para una mujer. Una mujeé· tiene mú posibilid:ldes de dejar descendencia seleccionando a un hombre que tenga detenninadas cualidades, la mú imponaote, que e$li con ella y le ayude .durante los nueve meses del emba.ruo y los primeros años de ~da del reciin nacido (Remoff. 1984). Por supuesto :!(j1lÍ hay muchas mú cosas que las cuestiones puramente biológicu (como la dominación histórica del hombre sobre la mujer, para empeur. Bany, 1983}. Pero la sociobiología sugi~r! q_ue. estua,sgo~~~.-.asJ como mucbos otros, tiene una explicación biológica. Por decirlo brevemente, se sugiere que esta es una pauta cultural univena! porque los hombres y las mujeres (y por causu puramente biológicas) emplean distintas estrate· gias p:ua tener desceodencia.

Eva/uaci6n crfrica La sociobiología ha generado algunas11ip61esitmuy mreresaotes sobre las raíces biológicas de -algÚnos rasgos cui.ruraJes, especialmente de aquellos que _parecen ser univena!es. ¡ero tambi~n ha sido muy criticada. En prfmer Jugu, algunos autores temen que la sociobiología reavi,·e aquel tipo de &r!WJlCDtos· biológiéos, típicos del siglo XlX, que servían para «demostrar» la suoerioridad de unas nza.s sobre otras, o de los hombres sobre w mujeres. Los sociobiólogos- responden a- estas críticas diciendo que la sociobiología rechu..a ese tipo de a.1-gumentos pseudocientíficos. Por el contmio, dicen, la sociobiología mantiene que no hay diferencias raciales, en tanto que la humanidad comparte la misma trayectoria evolutiva. Con respecto a las diferencias entre hombres y mujeres, la sociobiología afinna que esas diferencias se basan en diferencias puramente biológicas que la culrura no puede trastocar, ni aún cuando alguna sociedad hubiera intentado hacerlo. La sociobiologia, diC-."11 sus deí~o-

res. antes que sostener que los hombres son de alguna manera más imponantes que b.s mujeres, lo que ~antie­ ne es que unto unos como oeras son vitales para la reproducción humarta. En segundo lugar, los críticos han señah.do que la sociobiologíll oo IÍall evidencia empírica.que avale sus teorías. H~ce nlgunos años, Edward O. 'WiJs9n (1975,1978), al que se coosidera uno de los fundadores de está disciplina. dijo, en un tono bastante optimista, que la sociobiologfa pronto sacaría a la l112las bases biológíC!S de la cultura. Us invesli¡aciones que se hao hecho desde entonceS, sin embargo, muestran que las car.cterísticli.S biológicas de los seres bumaoos no detetminzn su conóucta. Al alllll'lllO, la eviclencia empfria tiende a mostrar qne la cooducta es algo que se aprende en el seno de un sistema cultural. La conaibución de la sociobiología puede consistir, si r.caso, en intentar explicu por qut algunas pautas culrurales parecen «más fáciles de aprender» que OtraS.

punto la iiidUStria y los meóiouk comunicación de masai pueden inaili¡iiiW a las penoiii!S con,·eocitndolas pan que vean la dltima película o para qt!e se visan a la tlltimamoda. Además, la imponancia que se da en tiuestra sociedad a la comoetencia y al logro personal. termina lisliridooos unos de cilios, buscando todos destacar ;obre los de.:n4.s o conseguir la excelencia. Tenemos aparatos y tecnologías que hacen nuestra vida mis f,cil, pero nuestra obsesión por comorar v coosumir todas esw cosas nos es ti alej!ndo áe los de~is y hicitodonos olvidar la satisfacción que nos puede proilucir mejorár nuestr.IS relaciones personales o cultivar nuestras .facultAdes humanas o espiriTuales. Poniendo tanto tnfasis en la h'bertad persOnal podemos ganar cosas muy valiosas cierwnente (autonomía. intimidad, etc.), pero lln)bién podemos perder el sentimiento de que penenecemos a una comunidad, que puede ayudarnos en momentos difíciles y que nos 'necesita para ir resolviendo infinidad de problemaS (Siater, 19i6; BeUah et al., 1985).

G Cultura y libertad

:\ lo largo de este capitulo hemos insistido en la idea de que, como seres que bllll cre3do culrura, los seres humanos son libres. Toca ahora hablar sobre esta cuestión con un peco mis de detenimiento. La cultura ¿nos ata unos a otros y a las generaciones pasadas o nos ayuda a desarrollar la facultad de pensar y de acruar según nueStros propios juicios y criterios individuales? Cultura y coerción A lo largo de la evolución humana. la cultura ba sido

nuestro mejor mecanismo de supervivencia. Ciertamente, los se.-es humanos no pueden vivir sin una cultura. Pero la cultura acarrea tambitn muchos inconvenienteS. Pode· mos ser los únicos animales que nos ponemos nombre a nosorros núsmos. &wtWpUC~bótica,lin embargo, 006JiKC-.SU los lÍllll:OUCm capaces de ~ñ­ m:nt.araljenadón L1 ~u~mcu.uti6nd._ hAbito; limita nues:ru opcione¡y nos Ueva areproducir o repetir pautas peli¡rpsas. ~ Joi prejuicios raci~5, por • plo, quue i!~f.odcn gc:¡uacicSA o:as ¡;aerac!ÍITam · tJila' ea electr6nica;_es sorprendente hasta qu~

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Cultura y libertad

Se podría decir que los seres humanos son prisione.ros de su culru.-a. de la misma forma que ouas especjes lo son de factores puramente biológico~. P~ hay una diferen~a crucial, sin embargo..Mientras que otras especi~. actúan si!!Uieodo el dictado de sus instintos'eri un·os entornos que n; pueden alterar, la especie humana tieo~ 1~ 'eapáci4ail de crear una y otra vez su propio entorno, que pUS; a ser un entorno cultural. . . A.sí pues, y a pesar de que en ocasioñes- nos pUeda parecer. que la cultura limita nuestraS posibilidades de acción. la realidad u que acultiiiLencama enctamttll& Jo COQII:I1Í.o; oue&ll"l capacidad tk imáginar y caar distintos tipos duociedad. )lo hay ~jor e~dencia de esto que la variabilidad tan íascinllDte en wformas·de vida social, tanto fuera de nuestras frente~ como en el interior de nuestra propia sociedad. ;\demás, lejos de ser estática, la ~~ cÁ~ pi'CIC&$0-de 1Rnsf~i6a. '! esto sliOOIIC un estímulo consllDle. a nuesC'l Uiven!Í\'1 y ~de iinagioació.o. Cüantas más cosas sepamos de nuesn cultura, mejor equip,ados eswemo.s para usar la liberwl que nos ofrece.

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~ultura no material, el mundo Íiltangi"ole (vtiores, ideas,

l. La cultura h!ce referencia a une iormL o esl!o de

entender d mundo v vivjr la vid~t· oue comomen los miembro< de un:. socjedad. Algun!S es¡=ies !cimales tienen una capacidad limitada psn crea¡: algunos rasgos de la culrun, pero sólo la especie humana hs basado. su supervivencia en su capacidad d! ere~ Cullllr11. 2. Con el desarrollo del cerebro hllliUlllO apuederon los orimeros elemenlOS de la culru.ra, hace unos dos •'t!liliones de mos. Pero lo que podemos llamar el «nacimiento de la ch'ili2ación sólo ocwrió bace unos doce mil años. 3. los seres hum!!I19S crean culrura oor medio de stmboloi. asi!!Dando sirniñcados a objetos o acciones. El.lenr:uajc..es un sisrema simbólico gue permue ~. un:;.generoci~!Lq¡¡_gmJ.i!ir In culrura a la si21lieo1t. 4. Los Y!lonf implican una orientación general frulte al mnpdo que nos mdr3 1 ói.S creencil.$ son enunciados específicos que las personas que comparten una culrura consideran cienos. 5. Las DOnO:!~ culrun.les guían la conduCta de los individuos. Mores son aquellas nomas que tienen una mayor tR.~~Scendenci a mor:U, mientraS que las co• rumbresllacen referencie a las reglas que gobiernan le imer:~cdón cotidiana y, en general, pennittn un mayor grado de discreción. 6. b culiur3 popubr hace reiueocia a las mllllifeSt:lciones culruraies !lllpliamerue difundidas en una socie&d. Tambien se bnbln de eulrura elitim, que se reñere a aqueUas otras manifes12eiones culturales, apareruemente mú .cteíinadas•, que sirven a las eliteS sociales p2r3 distioguir<..t del resto de la población. 7. La snbrnlrura hace referencia a las distintaS pauw o manjfegacjones culrurales pro¡¡jas de un SefiJICD!O de la oobl:!tión. L:~ eontncÜlt ll!'l se refiere ilai pau-

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w culrurales opuesw a los modos convencionales c!e •ida o vllores de una socied3d. El mulb.culllaJL lism implica todos aquellos esfuerzos dirigidos a coocienciu a las personas acerca de la diversída4 cul~

8. El c:unbio cultural.puede suceder por ioDOvacióo, descubrimiento o difusión. Si un componente de la culrun cambia a un riano distin10 que 01!0 se puede producir lo que se llama un de$ajusti en el sistema culrunl. 9. Dádo que hemos nacido y nos hemos educado en el seno de una detenninada cultura, telll!mul.u..ver (y a juzgar) otras cultur.lS de un modo e!!!OC~naíco Uo1 alternativa al emocentri..<mo· es el ~ativis110 culruri, gue IDlplica ¡uzu r todt cu!tyG desde sf ausma y no desd! la nuestra. 10{·Segúo el paradigma iuocionalib la culrura es 1!11 ! sis~tma relativamente esuble que se basa en unos , valores principales. Los rasgos y características de . unn culru.ra sirven para mantener el sistetm social en el oue se encudina esa culrun. 11. ',Seiún la sodolom :!el con1!ict , la cultura es una zdimensión social éo donde tamoi6o se maniiiesla la desigualdad y el conflicto. Las culruras no son neutrales, sino que benefician a unas clases sociales o calt· gorias de persooas mientras qUt perjtlditm-a c5lt.l!':""" 12. (La sociooiolop estudia las bases bioló¡ic:ls de ill enttl!f1l. 13. La culrun puelle limit.ar nuesn:os deseos y ambici<>ces, pero la culrura también nos permite C!lllbiu.una y otra vez le realidad que nos rodea· 14. El muiticulruralilmo )' el poscolooiallimG.nos a}'\.'dao a desarrollar ooos modos de emender el mundo o de entendernos 1 nosotros mismos y nuestra posición en el mundo. ·

crttnci:l.s, enunciados espe:Cñcos que las personas de !a ifrocentrismo, implica resalter las pauw culTUrales de las socie&ée.s africanas a f.n de contrarres~ :1 cm<>misma culrun consideran cienos. ce:nrismo. cultura. ~onjunto de vaJores, creencias, ectirudes y objechoque cultural. eswlo de desorieo~cióo que resul~ de tos rnmeriaies (o eneiacros), que constituyen el modo la e¡¡posición l unas costumbres o estilos d! vida disde vida óe una sociedad. tintos. cultun elitista, muliiestaciones culnutles de las que se contraculrura, rasgos o maniiestaeiones culrura1es que sirven las elites pan distinguirse del res10 de la S<>- -· -·- ·-S: oponen-a la culrura y valores dominantes. ciedad. costumbres, re¡las de cooduc~ que se siguen en la iillecultura material, (o tangiole) objetos que c::ean los · · • · • racción rutinaria-o-coridiana:- ---------:miembros de una sociedad.- • - - -

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per.:epciones cel mundo, et~.j que cre:m los miembros de una societi.'ld. cultura popular, maniíestaciones culrunles ampliamente difundidas entre Jos miembros de una sociedad. desajum cultural, (culrurollag) se refiere al hecho <ie que 1os elementos de unl!. cultllrl no cambian 1!.1 mismo ritmo, lo que puede perru.roar todo el sistema culrunl.

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ttoocentrlsmo, el hábito de juzgar otra culrura según los parámetros de 12 propta. eurocentrismo, implica resaltu los componentes culrun.les europeos en perjuicio de ot:r:lS ~ulruras. g!OC31Wción, los modos distintos en que en cada culrun, y según rasgos propios de esa culrun, se reciben las manifestaciones y rasgos culrurales que parecen tener una dimtosióo globaL ht,tmonía, tesis según la cual una clase social puede ejercer dominación por medio del consenso anteS que por la violencia. hipótesis Sapir·Wliorf, lüpótesis según la cual las personas perciben el mundo de una forma u OD"! dependiendo óe la lengua que hablan. inte:ración cultural se produce cu:mdo los elementos de una culrura •encnj&ll» tn ~1 resto de 1115 dimensiones sociales, de iorma que no hay conr1icto entre oonnas, valores y cosrumbres, por un lado, y las esaucruras familiares, e~onómicas y políticas por otro. lenguaje. simma de simbolos que permite a los miembros de una 5ocicrlad comunicme entre sí. mores. normas que determinan lo que es una conducta moral.

l. ¿Picosa que los grupos o partidos políticos activos en su pals pueden dife¡-..ociar;e cutre sí en t«minos culrurales (en cuanto a valores, símbolos, lenguaje, e.<Jética, etc.)? 2. ¿Piensa que los valores culturales europeos estb! carnbiendo? Si es así ¿por qué? . 3. litilice algunos conceptos de este capítulo Oenguaje, valores, culrura material. etc.) y hag! un anili.<is de una subculrura (religiosa, juvenil, etc.), con la que es;~ familiarizado. (R~ase el Capfrulo 2 sobre iormas de hacer i.ovestigación).

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multicultur11.lismo, origi¡ulmente una política educ:tiva oue nació en Estados Unidos. orientada liacia: 13 diversidad culrural y la iguald3d de todas las tra.dictones culrunles. - · normas, reglas y expectativanociales z. partir deJas coales una sociedad regula la conduCta de sus miembros. poscoloDialisn¡g, como modo de pensu, desde es-.a post'.lra se resalta el impacto negativo que ba tenido el colonialismo sobre ot:ras.culruras autóctonas y. el modo en que la minorías oprimidas se esfuenao por-rehacer su identidad y culrura en unos entornos culturales que les son hostiles. rel1thismo cultur:Y. disposición para juzgar una culrun desde sí misma. rtproducóón cultural, proceso según el cual una culTUra se va ttansmitiendo de generación en generación. 5tmbolo odo aquello que para aquellos que computen una culrun tiene un significado determinado o específico. sociobiolqgía, paradigma teórico cuyo. objetivo es expl<>rar en qué medida. y de ·qué manera oue51I8S caracteñsticas biológicas pueden expliCilT nuesrros.rasgos culrurales. subcoltuc rasgos o manifestaciones culrunles que distinguen a un segmen10 de la población del res10. tecnoJocía, conocimiento apliado ·de que dispone una sociedad y que le sirve para sobrevivir. universales culturaiiS, rasgos culturales que comparten todas las sociedades conocidas. · · . •. ,·:dores, modelos culruralmente deñoidos COll.los que las personas evalúan lo que es deselble, bueno o beUo, y que sirven de guía para la vida en socie"dad.

4. Eche una ojeada a un texto de cieoci:!.S soci~es (o a este mismo I.C)(tO) y evclúe en qué medioia es euroceot:rico. S. ¿Piensa que los jóvenes de su pals tienen mil.s en común con los jóvenes tle orros países que con los ancianos de su propio país? Razone su respues12. teniendo en C'~ent.a d concepto de g!obalización que introdujimos en el Capirulo 1 y el de glocilización del que hemos b!blado en este capírulo.


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~~~~~~~..;~~I..~Ts~!.~Lecturas introductorias

Para introducirse en el tema, hay dos te.'tlos breves que pueden e:npezar a abri..-!e el Epelito. Si quiere enreoder por qué la vaca es un animal sagrado en la India, por qué h!bia brujas eo La Europa medieval u otras muchas cosas que no tienen una explicación «racional» aparente, de-be leer ~ocas, cerdos y brujas de Marvin Harris, o, del mismo autor, Canfbal~s y reyes (los dos en .Madrid; Alianza Editorial, 1977). Si quiere entender mejor el enfoque materialis~ de ls, culrurn de Man-in Hanis tcndd que terminar leyendo su libro A.ntropología cultural (Madrid: Alianza Edi_t~al. 1997). Fuentes dásicas

La culrura es uno de los temas que más han obsesionado a los antropólogos. Una interpretación clásica.de la culrura está en e1libro de Clifford Geestz, Jnrerpretaci6n de las culruras (Barcelona: Gedisa, 1988), lleno de reflexiones teóricas y recomendaciones de orden metodológico que han tenido un impacto iropoll2Site en la sociología. · El texto de la antropóloga Margaret Mead, Adolescencia. sexo y culr.ua en Samoo (Barcelona: Planeta-De Agostini, 1993), es un texto clásico, muy útil para cobrar conciencia de la diversidad culrural: También suyo es La tfiversidad culrural (Barcelona: Porcel, 1981). Sobre los yanomamo, hay unas páginas interesantes (aunque quizá un poco dulzonas) en el boro de Pierre Clastres. Investigaciones en anrropología política {Barcelona: Gedisa, 1981). De Raymoñd 'IVillii!JllS, un clásico de Jo que se ha llamado «estudios sobre la cuJrura,, están disporuoles en español Culwa: sociología de la comunicación y del ane (Barcelona: Paidós, 1982), y Sociología de la c¡úrura (Barcelona: Paidós Ibéqca, 1994). Lecturas ¡nás avanzadas ~fiche! Maffesoli, El citmpo de los rrióus (Barcelona: Ica-

ria, 1990). Sobre jóvenes, percepción y uso de1tiempo, Ynibus urbanas. Aun nivel más ciivulgativo, el texto de ?:re-Oriol Costa, Jost Manuel Pén:z Tornero y Fabio Tropea, Tribus IUbal'.as (Barcelona: Paidós, 1996). Pie:re Bourdieu, La disrinci6n (Madrid: Tauros, 1991). Sobre las bases sociales del gusto; esto es, por qué personas de distintas clases sociales tenninan teniendo gustos Ypreferencias distintas (la ópera v/s el roclc, o el ~nis v/s el fútbol, por ejemplo).

fi11Dcisco Andrts Oriz~. Sistemas dt valores en la España dt los 90 (Madrid: CIS, 1996). Escrito pot el mayor espedalista en este rema. se esrudia aquí la evolución de los valores de la sO<:icdad española en las últimas dos dlcadas. El autor hace un esfueno especinl par3 contrastar las escalas de valores de jóvenes y adultos. · Ronald Ioglehan, El cambio culntra/ en las sociedades indusrria/es avan•adas (Madrid: OS, 1991 ). Sobre la emergencia de los valores !Lunados «posmaterialistas" en Europa y otras sociedades avanzadas. Sobre los orígenes del movimiento contraculrural en Estados Unidos de la d~c:do. de Jos sesenta, puede leerse el libro de Theodore Roszak, El nacimiento dt una conrrac!Út>.!Ta (Barcelona: Kzirós, 1984).

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Estudios sobre la cultura

Sobre este campo de investig1ción, originalmente más cerca de la literarura y crítica literaria y de la historia socinl que de la sociología, y que sigue siendo en gran parte un producto acadtmico británico. hay tres introducciones interesantes: Panick Bratlinger, Crusoe's Footprinrs: Cultural Studies in Britain and Amtrica (Nueva York: Routledge, 1990), G. Turoer, British Cultural Srudies (Londres: -Unwin Hyman/Routledge,-1990);-y·Ben Agger. Culrural Srudits !ll Critica/ Tluory (Londres: Fa!mer, 1992). Un texto de lecruras clásico.s sobre este tema es el de Simon Duhring (ed.) Tht Culnual Siudiu Reader (Londres: Routledge, 1993) que contiene te:uos de Bourdieu, Adorno, Hall y otros. Sobre el estado acrual de la disciplina (al menos ha.sta principios de la década de los noventa), el texto de Lawrence Gorssberg, Cary Nelson y Paula Treichlcr, C1únual Smliies (Londres: Routledge, 1992). En español, ei texto de James Curran, David Morley y Valerie Wclkerdine, Esnuiios culturales y comunicación: análisis, producción y ~onsumo culnua/ de las políticas dt identidad y el posmodemismo (Barcelona: Paidós Jbé• rica, 1998) En Internet

e hap://www.asaoet.org/Sections/culruse.htm Corresponde a la sección de cultura de la American Socio!ogi~ Associalion. Contiene el boletín elecuónico de la sección, calendarios de actividades, novedades bibliográficas, criticas de libros; e:c.

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Ocurrió en el invierno de 1938 en Pensüvania. Era un dfa de un frío intenso. Una asistente . social. que estaba investigando una denuncia de mulos tratos una niña, dec_i~ó ace~~~ a la granja donde vivía aquella familia. Allf localizó a una nil!a de cinco años, ~sconóida en una habitación que servía de almacén en la segunda plantL La niña, que se llamaba ..&.nna, esUlba inmovilizado. en una silla. los brazos atados por encima de la cabeza para evitar que se moviera lo más mínimo. Uevaba ropas mugrienus y sus piema,s y brazos, .delgadoS como alambres, estaban tan debilitados que apenas los poclfa mover. . La siruación de .wa sólo se puede describir como trágica. Habfa nacid? en 1932: Su madre era una mujer soltera, de 26 aiios, con retraso mental y que vivía con sus padres. E . abuelo, indignado por el embarazo «ilegítimo» de su hija, no había aceptado a Anca. La . madre la en~·ió a varias insliruciones después de_ que naciera, pero como no podfa costearlas ruvo que Uevársela a vh'Ír a la granja. Alli comenzó la tragedia. Para evitar al abuelo, la madre de Anna dejó a la niña en el álico, y sólo la visitnba pua darle un poco de leche. Yen esas ccmdiciones vivió laniña durante cinco años; aislada v sin contacto humano alruoo. Al saber ce la exis;encia de Anna, el socióla"go IGngsley Davis (1940) se acercó inmeóiatameme a visitarla al centro de recoeida donde la habían internado lo.s autoridades locales. Da'-is se quedó hOI!orizado con lo que ,; o. Anna estaba absolutamente óemacrado.. Era incapaz de sonreír, de hablar, de expres:!I cualquier sentimiento. Era un ser complel3111en¡e insenSible. aislado en el vacío.

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, f1 La importancia de la experiencia social

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Hemos ab1er.o el capítulo con el t:!SO real de un ser humano priv3do de cs.si ~Qdo cootaeto co!l o~ persona. Anna estaba viva, pero ipcna.s parecfa un ser humano. Esta hi.s1ori~ demuestra que, llisllldo de esta manera, un ser humano es incapu de desarrollar su capacidad intelectuel y emociorcl. Sic conw::o o experiencia socilll. un individuo parece más una coso que una persona. En es1t caoítulo vemos a estudiar lo que Anna no tuvo oponunidad de e:t!>Crimentar: el proceso que hace que un recién 113Cido tennine ~onvirtiéndose en una persona. .>. ese oroceso le Uamamo; s0Ciíillud6D, que es d conjunta it uptritncw qJU limln WJif 111D ÚUJO tk lo ~idll dt 1111 individuo 111'" Ji pmrtirtn dtSIJTTOIIor 111 pattncial lu11r112na 1 oprtndtr ku poUlaS culrurolts dt la sadtdod tn la qut ~o a vi•ir. .-\1 contrario que ouas especi.es cuya conducta está derennine.da por mec:mismos biológicos. los seres humanos b~an su supervivencia en el aprendizaje de la cultura en la que van a vivir inmersos. Y esta es ll!la wea que dura todllla vida, y que e:cige estar en conucto permanente con personas de es~ cultura. La e:tperiencia so.:ial es la base sobre la que coosuuimos nuesl!ll personalidad, esto es, el tnrramodll, rtlllll· val!'.tnu cor.Jimr.u. Jt las jom!IJ.S dt ptruar. stnrir y acl'UIIr dt Wlll ptrsar.o. Const:ruimos nues~ personalidad interioriundo el entorno social que nos rodea, parti· cipando en la so.-ie&d en ·~ue vivimos, asimilando su eulrun. Haciendo esto, vamos perfi!:llldo nuestra forma de pensar y valorar las cosas. Sic conw:to scci..al. por el contrario, es absoluw:oente imposible des3J!ollar la persondid.!d. El caso de Anna es un buen ejemplo de esto. Las e:<.oeriencias sociales son t3ll vit:!.les para la sode· dad como.lo ;on pm lo; individuos. Las sociedades existen y se prvlvnJ..lll en el tiempo pon¡ue hay icteraccióo social. L3 !nu:·xción social garantiza que los conoci· mientos que son ~isicos para la supervivencia del indi\iduo v la sociedad se rrmsmitan d~ generación a geoett· ción: En t!n:ninos generales, la socilllización es un proceso continuo y permllllente de traDSmisión cultural.

Desarrollo humano: naturaleza y sociedad · Complmmente indefenso aln.!cer, el ser huma.~o depende de otros ll:ln su cesarroUo v !l aprendizaje d: b.s cosas nemmas ~=su suoervivencla.•~uncue el caso de Aona muestr~ e;¡o de ío~t muy clua. éo ~1 siglo pasado muchl g:nie consideraba que la conducta hum:ma se oodía e:tu!ic~ básicameort, teniendo en cuenta variables puramen~e bidlógicas. . ~ ·-·~- - _ _ _ ___ Según Cbzrles D-..rwio, de quien y~ hemos babltdo en el Caoíwlo ~ {«C:ull!IW< j, todt especie es el resultado de .. .lll1 proceso evolwivo en ei.que..vu.haciéodose-domioan-

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Ideas de este tipo son todavía comunes hoy en día. Por ejemplo, mucha geme piensa que el capitalismo reiieja muy bién Jos iostintos compeativos de la especie bum~­ na. Tembi~n, muchos pieosan que e:cisten criminales «.'latoS», o qliC las mujeres son, po~ su propia n!!tlr!leza. más emocionales que Jos hombres (y que éstos, como no podía ser menos, son más racionales que las mujeres). A menudo nos referimos a los rasgos comunes de la forma de ser de un grupo de gente o de una sociedad como «narur:!!CS», como si hubieran n~cido con ellos. Como hemos \isto en el ~pirulo l!llterior, lo que o::urre es precisarn:nte lo tonlmlo:<Si por algo se puede caracterizar la namn!eza hliiiWII, es por su capacidad de crear culnrras; pauw de pensamieruo, valores y componamitntm. Tounbi~n se utilizaron las idus de D:uwin d~ fo!IIla equh·ocada para entender la diversidad cultural. Después de siglos de viajes científicQS y de la const:ruccióo de varios imperios; los europeos se dieroo cuenta de que en Otras parteS del mundo la gente·se·comportaÓaÚC}ÓrÚlas muy distintaS a la suya. Echando mano de las teOrÍas de Darwin. atribuyeron esas variaciones a causas esrricla· meme biológicas ..4.sí se eneodióla.idea (simplona, pero muy tenwlora) de que los miembros de las sociedad:s iecnológicarnente menos aviiiiZ!ldas eüaban también menos lVllllZldos en l.a esc:Ua evolutiva; ea otras palabras, que los pueblos colonizadores eran más humanos que los colonizados. Este tipo de ideas, llD autocompllciemes y emocéntricas, les fueron muy dtiles a los europeos pua justific:u su esfue:2o colooiudor, la exo!Otacióo de los r~urros de otras socied3des y la esclavirud. A fin de cuentaS, es mí.s ficil explotar a alguien si le estás occiviliz:mdo•. ·En el siglo XX ios cientificos sociales pusieron en :mredicbo todas estas ideas basWa! en los instintos o 1~ tooaturaleza,. huml!ll:!.. El psicólogo Jobo B. Warson (!87S-195S) d:sarrollóla tcOria cooductista(o .~:havlo­ rislb, como a veces se ha traducido al espailol). Según esta tenría. e! compc!UIIlÍento hllill!l:O ilO ~ wtintivo,. fino que es al¡o que se aprende. La conclusión lógic3. de esto es que no hay personas mis avanzad:s en la escala e~oh!tiva: todas las penontS son iguaimerue humanas. La diferencia entre las personzs no es·biológica.. sioo meramente culrural. Pare. Watson, 2queUo q~ podemos llzmar -la coaruralen-humaou oes -algo sWD!mente1llaleable~... ·

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se bao bedlo a partir cie 10asos como_los de Anna. Pero si que se ban hecho ex~rimenros pm estudiar el imp~cto del aisl:!!Dieruo en anim.ales. Efectos de/aislamiento social en primates

Los psic6logos Hany Harlo1Y y Muge.ret H!rlo (19~2) realizaron una icvestigación clásica que tenfu como ob¡e· tivo esmáie.r Jos eiecm delaislamiemo social sobre les Los antropólogos no wdaron en sumars~ a este deba- pñmateY. En concretO, estudiaron Jos eíectos de varias condiciones de aisl:uniento en la conducu de los rhtsus, te cienúfico, iosi!tieodo en la enorme vanedad culrural que se observa en el plenel!.. Una gran def~nsora d~ la un primete cuyo comportamiento es, en varios aspectos, muv similar al hum:lllo. ide:! de que el comportamiento no es algo UUI:UO, smo Bros psicólogos mos=o _que el lislam.ie~to IOtAI, algo que se aprende fue la amropó~oga.M~t Me3d. iccluso en periodos conos de lltlllpo, como sets meses, Se2ÚII esta cienúfica, clas diíctenctas entre las per u.! teraba substancialmente el.iesa.-rollo del animal. Alté~­ dediiñnw cultur~ del¡¡-.ismo modo que las diferenciu mino d: su aislamiento, y de vuelta con su grupo, l~s lnt· mili las pe."SSOIas de la misma culrura.. ~ :n eas~ si males que habían esudo aislados mos~ban =:dad, liXalid:KI, áüerencias que~ delien a los conwctona:lllen. pasividad y miedo al restO del !f'lpo·. . . · . ro¡ sociales, e~almente en la etapa de la.inf~ Y Estos osicólogos aislaron luego algunas en~. a las que estOS conrlicionamie.ntOs esd..'l culruralmenre determt~~:ll' les acom'pallaba una madre e.nificial hecha de alambr~. dos» (1963: 280; ed. orig., 1953). . Hoy en día los científicos ,ocwes soo muy relli!SOS. a .· con una cabeza de madera y una tetina en lugar_ del_p_ccho hablar de instiotos o conducw iostinrivas. Incluso los para alimenr¡lr a In cría. L~ c_ri~ expuestas a.este.exP,CrimentO consiguieron sobreVlVlf, aunque con CiertaS .sccue· sociobiólogos, de los que hemos hablado en el Capírul~ 3, mantienen que la conduCta humana está _en gran medida 1~ emocionales. .. . A cootinuadón cubrieron a·las madres artificiales con determinada por el enromo cultural. De~oe luego, estO no 1tla de ielpa. a fin de que las crlas pu~eran ag~ a imo!ic! que la biología no desempcae nmgún papel en la sus cnwires:o y ob~eoer de este modo CJe~ sansfJ~o­ co~ducta humana. Los seres humllllos, como Jos seres vines emocionales. A diferencia de las antenores, las en~ vos de cunlouier o~ esoecie mima!, tambi~n responden con madres de felpa mostraron ~oer menos· secuelas a sus car:!Cr~ricas bioÍ6gicas o genéricas. T~os ~:be· emocional:$. Estos.PSicólogos sacaron.la conclusipn de mos que los niños bered~ muchas cancterísncas fís1cas que es nece.souio ci~no comaao físic* y aíectiv~ entr~ de los oadres: el peso, la estatura, el color del pelo o óe los ojo$, etc~te.ra. e iccluso wnbién características de la padres e hijos pan que se produza un deHnollO e:no. personalidad, como la inreligencia (o el modo en qu~ se cional equilibrade. . . Esu pareja de psicólogos hizo otrOS dos des~billll!en­ reacciona frente a cienos esúmulos o a la frustraCJon). También, llll:1 un cieno componente genético en las ha- tos. En ori.mer lugar, mostre.r.on que e~ la ~edJ<!a _en q~e bilidAdes llrtÍsricas o musicnles. Pero el que una penooa una cría'estuviera en contacto con otras crías,la prescCJa termine asarrolllndo esas b2bilidads dependa en gran de ia madre se hacía menos nece.saña pan garan!Ízar el desarrollo emocional de su cría. Se sugier~ así que u 1 medida del entOrno en nue se desarrolle esa pers~ en lllleDCia de a>nt.:ICto social, antes '!\K la au¡encia de .:oocretO delas oportunidades y recursos de que disponga ;u de origen (Hernstcic, 1973; Plomio y Fiocb, madre,la~ue puede Uegll! atener consecu=ia.s árami1980; Goldsmith. 1983). . . _., ticzs en el dcsmollo de estos animale6. En segundo l~Je.r, En resumen, la.evidencia muestra que la influenCia del descubrieron que e:ciste una relación direua entre el~entOrno es mucho más iinponaote que los rasgos pura- .' 110 de aislamiento ya gravedad de las se~ as. Penados mente biolópcos o genéricos a la hora óe e:cplicarla con- .t conos de aisla.-'llienro producen secuelas revmible~. Produru humana. No debemos peosu en esta influencia Yen : ducen cieno deseouilibño emocion!l que luego se s;~ele Jos rasgos biológicos coco cosas opuesw, sin embárgo .. superar con ei ti~po. Por el contr...rio, ¡>ef:odos largos de Pl!r.l la especie humlllla. naiUraleza y cu!= son cosas eislamiento pueden producir dWos e!lloctonales Yconiosepmoies. ductu!l!s irr:venibles.

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Aislamiento social No es posible, ?OT ruanes obvias,.encerrar! aislar a una persona como parte de un e:tpe~Dl~ c¡e?tffico. ~or eso, los esl'.ldios sobre los efectos oelmlamientp soc1al

Efectos del aislamiento social en los niños . La historia de .-\nna as quizá el caso más famoso de aisla· mienro social prolongado de un o.iOO. Al s~ del_ en¡omo familiar .-\nna recibió toda suene de l!eocJones por parte

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!Xme un doc:nl de mllos sanes (...¡ y un cie~-aunz;lo cruo~ social para c:..óa uno cie ellos. Le ~edo f~ilW que sel~ nd.odolet :!1 uar p¡:edo bac.:r de Cla~ uno~ ellos UD es~:lis· a en lo que yo quie;a; tu1 m~co, Wl1 a.boJad~ UD liUlll; un hombre de ne!ocios, un líder, mcluso un mcndi¡o o un lonnlo oroie.siollll. Ycno iDdeoeruiie."l~=te del talento de C!lla uno, Óe sus ioclin!.cionet, teÍ!dencias, habilici~de$, vocacióo o rm (1930: 1~).

1ts bs combinacioces genéricas que mejor ganntiz.an l! supervivencia y reproducción de fa especie. Esas combinaciones o nsgos genéticos definen la marunlewo de esa especie. En la misma· medida en que la reputación cient:!fica de Danvin iba creciendo, cada vez m2s gente empezó a asumir que los seres humanos, al igual que cunlquier otro ser vivo, tenían también unos rasgos bioló· gicos determinados que permióan htblu de la cnaturaleZill> humana como si de una cosa ñja e iomutable se tra-

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Kingsley Davis (1940) vio que Ann! F...::fa más anim~­ da, e incluso m capaz de sonreír. Los progresos continua-

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El proceso de socialización

~a s~cialización es un proceso largo y complejo. En los stgutemes apanados vamos a repasl!l' la obra de cinco aurores que han hecho contribuciones valiosas para entender este proceso. ·

aijo Ymedio ya podfa alimentarse y jugar sola. • De acuerdo con las investigaciones de Harry y Margar~t Harlow; sin embárgo, cabría esperar que, después de Slgmund Freud: los elementos cmco años de aislamiento social'.'\ona no sería capaz de de la personalidad recuperarse compleuuneme. De hecho no llegó a hacerlo. Con ocho años, Anna tenía la edad mental de wia Diña de Sigmund Freud (1856-1939) vivió en Viena, en una época dos ~os. Sólo a los diez años empezó a, eb.reoder y. pro- en que b. mayoría-de los europeos pensaba que la conducnunctar algunas palabras. Podría pensarse que ese retraso tn hi!Dlana esmba biológicamente determinada. Médico de se debiera únicamente al retraso mental de su madre. Pero formación. Freud empezó a interesarse por el esrudid de la nunca se pudo saber. Anna murió a los diez años, víctima personalidad, lo que le llevó a desarrollar la teon'a del pside una enfermedJd en la sangre, posiblemente·a consecoanálisis. Algw¡os de los aspectos de esta teoría tienen cuencia del lr.lto que recibió dur;¡¡¡te Jos·cinco primeros mucho que ver cori el proceso de socializ.1cióo años de su vida (Davis, .1940, 1947). Un segundo caso de'aislamiemo social, muy similar al Las necesidades hu_manas básicas de Aru¡a, y que tuvo lugar por los mismos años, es el de Según Freud, la biología desempeiia uo papel imporunte lsabelle. Después de mt.s de se~ años de aislamiento casi en el desarrollo de las personas. Pero Freud no estaba ~· total, I.sabelle 'era incapaz de 'responder a cualquier tipo pensando ~n términos de instintos, que si pueden explicar de estímulo. Una vez descJJbiena, se la puso al cuidala cooducra de otras especies, sino de necesidades básicas do de un equipo de psicólogos, que diseñaron ¡iara ella del ser humano. Según Freud, los seres humanos, intent.an un programa ~special de apreoc¡iUje. Al cabo de Üna satisfacer dos necesidades o pulsiones. En primer lugar, semana,)sabelle ya e~ taba intenropdo Jiabiar, y al C3bo los seres humanos buscan el placer y eÍ aiecto, que Freud de año y medio. teñía un vocabulario de u'nas dos mil llamó tTq1 (una pálabra griega que signiñca amor). En 1" palabras. Seg~ Jos 'psic.ólógos que la DG~n. I.sabelle segundo lugar, y en opasicióo i'lo'mieríof,"iiiSíeñiiDi:. h?b!a sido capaz de aprender. ea dos años lo que o1r0s ruñ_os aprenden en seis allos. Con catorce allos, Isabelle biéo pulsiooes llgiCsiv a las que Frcud se refería con el nombre de ihanaJos ~tarobién del griego, y que significa ya tba al colegio, y parecía encaminada e lle,·ar una vida normal · · · · muem). Se!Ú:D Freud esLas dos fuerzas opuesLas, 'que oper.m fundamentalmeme al nivel de lo inconsciente, Otro caso de aislamiento de un o.iño es el de Genie, una gener~ gr:¡ndes tensi_ ones internas. · niñn de California de trece años, ma.IUirada por sus padres desde que tenia dos años (Curtiss, 1977; Pines.-1981; Rymer. 1994). A Genie In· encerraban a menudo en el El modelo de la person_alidad de Freud garaje, donde pasaba' días enteros sin tener contacto con Estas pul.siones básicas ne~esitan ser c0111r0ladas de nadie. Cuando la descubrieron su aspe::to era muy parec:ialgún modo. En el modelo de la personalidad de rnud se d~ al de·Anna e lsabelle: demacrada (sólo pesaba veinti- expli~ estos conlrOles. Este. modelo consta de tres par:". dos kilogramos) y con la edad mental de un Diño de un res: el1d, el tgo y el suptrtgo. Id se refie~as oul- ··. año. y pronro se ·~onc¡ · •• · qt " ,A .. mqj··ía?Qf. · · • :------:--<.- ' d Se la puso !l cuidado de e<n<>nalisw -r-.. ';:""SiC.P ...l!lU-OpealL4L.jlVef pu 0 ~ecuperar físiclllll.ente. Pero nunca pudo recupe;aJ"la mcoiiJ'C!tnU " qut !rigtn una sarisfacci6n inmtdiara: '::"P2C!dad_ver~al. Su lenguaje es el de una Diña de pocos Determinado .biológicamente, el ¡¿ se maniñesta desdeanos. Gewe 'We hoy en un centto esoecial de atención a !_1 na,.;~;enro. El beo';. lle_•a .; mundo-ll--eno--de e";o"genpersonas con deficiencias psíquicas. • . V~ · cias y de demandas IÚecrivas y sexuales. Pero la socieEstos casos parecen demosUil.que d ~ucro social da~ ~o 10¡en esta actirud un egoÍ5ta, de modo que esas es .:_;ítico pt.-a el desa..-roilo de la personalidad. Los se- p~stones ~ des~os del id rer.n.in.an encontrando oposires oumanos. somos muy resistentes, capaces de sobre- Clon y remtenc¡a. Debido a este rechazo del entorno ponemo_s a l~s ttatos vejarorios y a las peores condiciosocial, UDa de las primeras palabras que entiende un nilio ces de aulamtento. Pero pareca que esta resistencia tiene es «no». un límite. que hay Wl PUDIO de no retomo en el que él Pm evitar la frustración. el Diño iermina entendiendo - -·-iliWniecto social deja secuelas Í!Teparables Ypermz- el mundo que le rodea de un modo más realista. Con ello ~ DalleS. _______ se forma el segundo compo~ente ~J.a ~oll.aJid~<!; el

El desarrollo de la personalidad ·

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Sigmund Fr~ud (18»-1U9)

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oiii zntonuar un bUihO de eoulllbflo tntrt la ousqut..

'iiá.Jyi plccu v las txigmCJas á, la soc1tda<i Ellgo co-

mienza a desarrollarse cuando nos vamos haciendo conscientes de nuestra pro¡;ia eilitencia, separada de la de otros individuos; y madura cuancio por iiÍl nos damos cuenta de que no podemos conseguir satisfacer todos nues1r0s deseos. :Elt10 está guiado por el principio de realidad. Por úlúmo, la personalidad humana termina óesarrollancio el suptrego, que hace referencia a !a irtj1uencia a'e.la cuiñiñi7ñ ti' individuo. Con el desmalla der.rJi: pl«W. \'a poacmU> •e• !101 a$.;!; r~mos lodO} nuestros deseos, suptrtgD conrute en tos ~~os al nivel de lo consci"eiiie: gue definen los lmüres~cta moraL Et suptrtgo comienza a formarse cuando el niño asume que ios pedres pueden ejercer un control sobre su compomm.iento, y termina de formarse cuando 'IIOS damos cuenta de que nuestra propia conducta (así como la c!e nuestros padres y la de las pe;sonas que nos rodean) óebe ajnsurse al sistema de nonna.s y valores d~ la cultura en que vivimos.

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·En la etapa del id, el niJio se apro:tima al mundo como U!! lug!II lleno de sensaciones que le pueden producir placer. Con el desarrollo gradual del S!lpmgo, el Diño.empie.za'a comprender cosas que· van más allí de lo_que le produce placer o dolor fisico y comienza a entender el significado de lo que es moralmente bueno o malo. En otras palabras, en un principio los niños sólo se pueden encontrar bien en un sentido físico, P".IO cuando tienen tres o cuatto años empiezan a evaluar su propia conducta según los valore_s de su culrura. · El conflicto entte el id y el supertgo es un conflicto permanente, pero en una persona emociqnalmente equilibrada esw fuerzas opuesLas está.ñ con1r0ladas por el tgo. Los conflictOS que no han tellll.inado de resolverse, sobre todo dur.r.nte la infancia, pueden ~ lugar a desórdenes psíquicos posteriores. • De la mano del suptrtgo, la cui!Ura inu:rvi.eoe para controlar las pulsiones h_u!llanas, a lo que Fretid se refiii6 con el ténnino npmión. Esta represión es inevitable, ya que toda sociedad debe eonseguir·que sus miemiiros o.o acruen teniendo únicamente en cuenta s~ propios deseos y necesidades.:\ menudo, las necesidades.cootrádictorias del individuo y la sociedad se resuelven mediante ·compromisos, o mediante sublimaci6n, e,11 t~rminos de Freud. Con ella se consigue encajar esas. pulsiones puramente e2oísras en el seno de instiruciones o actividades soCialmente aceptadas. Los deseos se.,uales; por ejemplo,'pueden satisfacerse en el matrimonio, o las p~iones agr~i­ vas en los deportes 'competitivos. · · ... •· · .·.. freud y el complejo de EdipoJ

Un concepto fundamental en el pensamiento de Freud y en su teoría de la socialización es el complejo.de Edipo, con el que se ~ referencia a las tensiones y conflictos fisicos y emocionales que experimenta el niJio b la Diñ3 con su madre o su oadre. Freud .acuñó este ~rmino basándose en el mito de. Edipo, que sirvió de argumento a una ttagedia de Sófoc l~s. En esta tragedia se relata el matrimonio de Edipo con su madre y el asesinato de su padre. El complejo de Edipo, en la obra de Freud, se refiere a los celos que. sienten los niños conlr.l el padre. Brevemente, Freud mant~a que el recién nacido establece unos. vínculos aiectivos muy estrechos con la madre. A su vet, el padre es vist(} como una .amenaza, corno alguien qile puede inmiscuirse en, o romper esa relación privilegiada enne !a ma&e y el hijo. Por esie motivo, el Diño emoieza a cultivar senrim.ien10s hostiles contra el padre, c¡u~ terminan creando un sentimiento de culpa. Esta ambivalencia contra el padre puede experimenwse de un modo muy iotenso,.pero se rcsuelv~..final­ menre cuancia el joven termina· identificándose con el padre. ..

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Freud pensaba que la resolución satisfactoria de este edípica impüc:ba el control de los deseos y pu!sio· nes del id. Ln idenri.fic!cíón con el padre, que rermina reflejando el papel de le autoridad, conmouye a la formación del suptrtgo. Para Freud, entonces, la socialización no es un proceso sencillo. Es un proceso lu¡o, lleno de dtficult.Wes y luchas internas; pues se traU. nada mis y nada menos, de aprender a poner bajo conrrol nuestros deseos e impulsos inmediatos. f~e

@!\!S~ pero son incapaces de encender cualquier tipo de símbolos. Conocer cl2o, out un niño de esra edad similica poder e:cperimenÜr!Ó! mr~s de los sentidos.' •

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La etapa preoperacional

La $CJUnda erapa dcl desarrollo cognitivo es Lt eupa preoperacional Aqui el niño yo es co!JQz dt tnrtruúr ~ ·,_ empltor algunos sfmbolos, como los palabras. Alrededor 'Í de los dos años, los niños empieuo a imemar aba.'car mmralmtrut el mundo, superando la etapa purunenre Evaluaci6n cririca sensoña!. La capacidad de usar símbolos da alas a su imaLa obra de Freud fue muy coorrovertida en su tiempo y ginación: Aprené!cna ruiiingufrTos Süefios de Ia re3Ilaia· zún hoy Jo sigue siendo. Freud vivió en una ~poc~ muy y a "diferenciar lo que es un suceso reát de lo que se rebta puritana; por eso muchos contemporáneos no podfan o no en un cuento infantil (Kohlberg y Gilligan, 1971; Skol· querían admitir que la sexualidad.es una necesidad básinick, 1986). A diferencia de los adu!Los, sin em"bnrgo, sóio ca. Más recicnremeote, Freud ba sido fuenemente criticason caoaces de dar nombre y significado a cosas especifido por su 3.11droceoaismo, pues en su obra la mujer queda t:lS. Un niño en esu copa (que va desde Jos dos'a Jos seis reflejada de ·modo muy negativo C!l comparación con el liños), puede descnoir su juguere úvoriro, pero bo puede hombre (Donovan y Linenberg, 1982). Pero no se puede describir las cualidades de los jugueres en general. . negar que la influencia de Freud ha sido oot3ble en los Siendo hlcapaces de empleu coocepros ~stracros, ert: esrudios sobre el desarrollo de Lt personalidad. Para los es~ etapa los niños no pueden hacer preciSior:es ei soci~logo~ en puticular, la idea de que las personas rrunos de t:lm4ño, peso o volumeo. En"uno de sus experiempieLlll desde la infancia a ioreriorizar las DOrrn:!S menros más famosos, Piager puso en una mesa dos vasos .l'· sociales yde que fas experiencias en esta ~poca de Ja·vida id~nticos que contenún la misma cantidad de arua. PreJ son claves par:t el desarrollo posrerior de la personalidad gunró a una serie de niños (entre cinco y seis años) si los 1' son dos ide:tS p:micularmente relevantes· para la discidos vasos renian la misma cantidad de agua. Todos res.l plina. · o pondieron que sí. Luego echó el agua de un vaso en otrO 1 más esrrecho y más airo, y volvió a pregumar si los dós vasos renfan la misms c:.nridad de awa. ResooñdieiOñ Jean PÍaget: desarrollo cognitivo negativame:Jre. Para los niños, el vaso~strecho.renfa más F. Je!lll Piage: es uno de los psic6JogóS ~ás imporu.nres de agua que el otro mis encho. Pero sometidos aJ JD.i!mo ., este siglo. Su trabajo se cenrró en el · de los proexperimento niños de siere y ocho años, ya con éape.cicbd cesos cop¡itivos; esto es, en loS~O!J!lCliP.les que de pensar en ~lln.inos abstractos, su respuesta era que Jos guían el pensamiemo Y la ComJ~!~de Lt realidad. dos vasos, el estrecho y-el ancho, conreni!D 1z misma c:mObscrvíndo Ctmo iban evoJudotWido sÜs ~es hijos, -Pia· tidad de agua. get decidió :Srudi~ el desurollo ~la capacidad cogni.tiTodos hemos visto a un niño pequeño rapnrse Ja cara va en los OlllOS.~.li!.hunte.r:sa~rudi~ con las manos y de..T. ~¡Ya no me vesl:o A ~sas edades ~~ ~prendíll!los mñ~s._s~o.c6mo apreodian. Sus in~es- .. :Le.o .tempranas un niño piensa que-si· no pueden ~era ogac~oncs le llevaron a rormular une teoría según la cual1 • ' nadie, !!lllpoco ellos pueden ser vis•os. Esto es una mues. los ~os van ~veS30do distin~ e~p~ ?e aprendinje tra del egoccn!rismo propio de esu etl!JI dei desarrollo. qce o~ne~ que v~r coa su desurollo biolog¡co y el up~ de P:ua Jos nlllos & esas edades el mundo es tl) como ellos e.xpenellClli.S s0111ales que van llCUIDuland~. lo ven (o dejan de verlo u¡r.lndose los ojos). No pienslll que puedes~ ?.:.f~rma.~ra según co~o otros lo y~ La etapa sensomotriz La etapa de las operac~ones concretas En el esquema de Piaget, lz pnmeoa erapa que ar:raviesan los niiios es la er:ap:a sensomotrb:, en la c¡ue Les 11iños . En b etapa de las operaciones concretas los niños ;on · conOctll t/ munCo rúÚc~nu a ;r:r.-is cU S11S Slnridos. · • CJpactS dt percí'bir re!éio~es causaiu en su truorno. .· En esu e12pa de desarrollo (que se corresponde básica· · En esm erap! de desarrollo (entre los siece y los once memc con los dos primeros i!l!o; de 'ida), Jos niños CODC!: uios),los niños emoieuoa entender cómo v oor ou~ ocu• ceo el mundo tocánriolo. oli~ndolo, cl!uoándolo, mirán- :r:n !.lgun:tS cosas. ·:ca lo que e:::::piezan w"nbi~:J ·, manidolo u oyé:~dolo. • pular su entorno. --·-;---En esra empa.lashrl>ilidades soc.iJ.Ies de· los niños son Ademl.s, e.n esra erapz, los niños ya son caoaces "de __ muy limltacia.s. Como .~~cbo, inreman ~pera __::s1¡;¡ar mis de un símbolo a un o~to espediico. Por

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bi~o en otras culturas distinw de la occidental; de la que Piaget seleccionó a los niftos p!!! sus expenmemos. También, algunos wrous han seiicl~do que incluso en nuestra sociedad occid~Dlal. al menos el treiora por ciento de los adulros no ha alcanzado la última eupa de las operacio. nes iormales (Kohlberg y Giiligan, 1971: 1065).Aquellas personas que no b:tn recibido tstfmulos que pudieran haberles ayudado a desarroDu su capacidad creativa e imaginativa parecen incapaces de alcanzar por sí mismas eslll última etapz.

Lawrence Kohlberg: desarrollo moral

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Más recienterne.nte, y partiendo de las investigaciones de La etapa de las operaciones formales Piager, Lawrence ~..n.09.8.l).ha..esrud!ru!Q_eJ des~· La última etaoa del desarrollo comitivo iníantil es la tia· rrollo del razonamiento moral. esto es, el mod9 en que los pa de las op~Olciones formales.~<\quí tlniñoya tS capar·.. ruesbuiñanos se·~cen capaées de enjuicilf hechos o,,_. de ra:onar m rirminos absrracros y crlricamtmt. Esm · acontecimientos. Siguiendo un modelo secuencial, Kohl~ emoa ;uele comenznr a la edad de los doce llios. A esti berg mantiene que esa captcidad se desarro~a ~n .vmás a ed~d los niños ya pueden pensar haciendo abstracción de etapas. · · .· ~ situeciones concrew ..Si, por ejeu:plo, se le pregu,nta a un _ En una P~ .~~pa. que ~O!Ies_pOode b~ic~ente a ~ niño de siete u ocho i!l!os qué es ¡0 que quiere ser de la eupa preopeiacioiiel de Pízi"t, los Jliños evaJ~Ill el ; · , mayor, nos puedt responder. •Piloto.» Pem un adolesentqgtQ g¡ ~os de placer o dolar: Esta ~ li e!lpa · cente ya puede responder en términos .abStractos, del ~CDifV~ !Ufel desmollo moralf"En.esra erap~ l.o..; • modo: •Quiero trabajar en algo apasionanre.» General«bueno» esrodo lo que sirve pan satisiacer!os des~osdel . !a menre, en es!ll eraoa de la vida, los adolescenres suelen niño, o que le hace sentirse bita. .. . · • experiroenw una especie de sobr~a de·eoergja. que 1.3 siguieore et.apz, que corresponde a la última etapa zf•. . • muchas veces viene acompañada de sus buenas dosis de de las operaciones fOtillales de Pia¡et, es la :t3pa~~ ~: ,_. • ¡.:. creati"idad e imaginación (que se puede hacer evidente rional del desarrollo moral. Est~ ~tepa se.inicia en .la·~~ w ; en una encendida pasión por l:tliterarura o la música, por lescencia. En la adolescencia, los íóvenef empieün t · ejemplo). dejar a un lado las actitudes purameoce egoístas y empie- . • También eo esta emoa, Jos adolescentes son caoaces de zan ~definir lo que es «bueno• o cmal!l)t se¡ún lo que sua entender y emplenr meúforas. Si un niño oye i algvien pidreÚntienden·porelloyleJilnt:unbUnlasÍIOrm!scui¡. decir. cCien duros por Jo que est!s pensando», después lllltk$..En esra erap~ los j~vcnes empiezan.a t~ner en de decirnos en )o que esmba peosando nos va a pe;iir los cuenra las inreociooes que hay detrás de las ~~nes ~de; cien duros; pero un adolesc:nre sabe que esa frase ~~ una más del resultado de esas acciones. inviración pm que nos cuenre sus problemas. También _ En la última etapa ~el ~~~ema ~. Kob!berg, la ellpJo-esra es lil. época de los .cprincipio . A esra eded·los ade: @co.IDJ.lJ.(.WJW,~Ios mdiv1duos ya..emp}eZ!D a~poner lescen¡es e:opiez3:0 a_~ o r~c~:::h{ijiotb·con::.. ~e pa:r~~sís Lts n<?as y val~s c;ll~· y van . · -' atl'w oor cuenióo de pnnc!Ptos, s1endo capac-..s de el!llur sus prop1os JWC!OS · morales . · · • sobre la base de unos principios ~neos abstraciOs. A estE; E"llai!JDción cr(rica . nivel, los individuos ya son capaces de reflexioou sobre . el sipiiicado lie Lt líbcud, h justicia. Lt i¡uddad, «c. Mientru que Freud cO~sideraba el desarrollo de la perso-· Con ello, los illdividuos. qu~ ah;:mun ell!._új~~.llUJ ... naliéad en rénninos de una con5;1J1re bat.a.lb emre los ins· están en ctiñaíciones de criticar @iPJl.!.i~~ \l$. 1!21" tinros bioló¡:icos y lzs eúJcncias de la slXiedad. Plajei Jo- mas V convenciOnes de SU ormrla Sociedad; estlt es, de ·. veía como un oroceso COn5trUctivo v crt3ti,·o. La contri-· raz~ qué~ !Úilqll~ legal crlanti®ai!Opóría COStUZ!lbrc; bución de Piage¡ al est'Jdio de la !~ializaci6o.se basa, en tal o cual eomponamieoto o eonducra es inmoral. s~ idea de que !m es un pro~eso predecible eo ~L que . intervienen a la par el desarrollo puramcnie biológico del Evalllllci6n crírica inqviduo ylzs e~e:icnc~ socili~ que va i!eumulando Del mismo modo que ocurrió con la obra de ~iaget, tama lo !Qrio de su vida. bién se ba cuestiooado la hipótesis de Kohlbe;g de que el Alg¡inos rotores han criocado a l_'i2-get cuestionendo si esas cULtro etapas del desarrollo cognitivo tpar~ ram- desarrollo moral tiene lugar según 1111!" sucesión de e:apas

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ejemplo, si se le dic:e s una niila de cinco años «hoy es miércoles», puede responder: ~No. Hoy es mi cumple~1\os ~. lo que inditl que sólo es .:apaz de asignar un simbolo a un hecho. Pero un niña de 1 afias y. puede decir. «S!. hoy es miércoles y además es mi cumple3Jios.• ·· Tltrllbi~ e:¡ esu et:toa, los niños emoieZ!Il a suoeru el egocenaismo propio de b etapl !Ulterior, de modÓ que se V:tD h~ciendo C3peces de im3t.Jl:!.~e a sí mismos desde el punto de visra de otras per>onas. veremos más adel:mte, le e:tp~cidad de .qx>nerse en la piel de oao.t es ebsoluwnente necesuia para participar en iofmichd de 3Ctividades sociales mínimamente complejas·(corno los juegos, por ejemplo).

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'¡ bien definidas. También se b3 puesto en entredicho si su modelo de desarrollo por etapas es vCi.do en otras culrurzs. Parece ser, wnbién, que ni siquiera en la socied3d occidental todo el mundo es enpaz de alcanzar el último esudio o etapa posconvencional. Las razones de por qué esto es así alln no estin cluas. Otro oroblerna en el esquema de Koblberg tiene que ,.er con ·la cuescón de género. En sus investi~ciones, Kolúber¡ sólo estudió t niñp~. Parece.. . entooces, que Koblbere cometió uno de los errores ile investigación que vimos e; el Capfmlo 2 (ela investigación sociológica»), . que consiste en hacer generalizaciones a partir de las infonnaciones o los datos que han generado sujeros de un solo se.~o. Esto llevó a su colaboradora, Caro! Gilli¡an, a invescgar en qué medida el género interviene en el desarrollo moral de las personas. • Caro! Gllligan: una perspectiva de género C:uol Gilligan, a quien hemos dedicado un ¡uuadro, no estaba del.todo satisfecha con los ~tados de su antiguo colaborador Kohlberg, obtenidos a envés de la observación de niños, pero no de niñas. Según la opinión de esta psicóloga, las investigtciones de Kohlberg son un buen ejemplo de ese bibito tan eonizado en las ciencias socia-

les oue consiste en emplear los resultados obtenidos del esrudio de la población masculina pua después evaluar o. emitir juicios acerca dcltot.al de la población. Teniendo esto en coenm, Gilligan (1982, 1990) inició sus propias investigtciones dirigidas t estudiar, en ténninos compandos, el desarrollo del razonamiento moral en niños y nmtS. Brevemente, Gilligan llegó a la conclusión de que los niños y las niiitS terminan desarrollando dUo · ms modt:los de ptDSIIIliiWID a la bota de eojuicilr moralmente tcciones o comportamieollls. ]1/lientraS que1 los nilios desarrollan lo que ella llama una persptctivo dtll jum"cio, que se basa en la apUcación de principtos mora~-' les absuacros que sirven para delimitar lo que es justo e injusto, las niñas desmollaD Wll puspccriwJ más ctnrro44 tn los ntctsidadts y ruponsobilidodts dt los iruliy1 ducs, que les hace tener más en cuenta las lealtades relaciones peo,onales. Por ejemplo, mientraS que un ruñg está más predispuesto a condenar el robo porque es un . acto ilegal que atenta contra la norma moral, una niña estaría más inclinada a indagar los motivos que mdujeroo al robo. Según Gilligan, Kohlber¡ considera que la perspectiva masculina, ceou-ada en la aplicación de principios universales y abscractos, es superior a la femenina, más dispuesta a tomar en consideración los contextos particul~.

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e: rol Gilligan, una p~icóloga de la educación de le Universidad

de Harvard: se ha dedicado á estudlar el desarrollo dela.personalidad de· las· niñas y adolescentes. Su objetivo era corregir el sesgo de las investigaciones anteriores, en las que se ¡¡studiaba el desarrollo de la personafldad observando les actitu· des y componamlentos de los niños. Sus in~stigaciones le llevaron a Gllligan a O&Mar que Jos niños y las nlñ;as utilizan dlllintos cn:crios en sua V!!.!oraciones more le&. En una investigación más reclente, Gilil9a.n ha estudiado la e'lolucón de la autoesti Su equipo de invesligación entrevistó, a lo largo de un periodo de cmco Ellos, e má de dos ·- -

mil chicas entre los seis y los· dleciocho eños de edad. Los datos parecen mostrar que hay una pauta muy c!ara: en las.edades mi!s tempranas la oiñas tleneñwa gran confianza en si mismas· y un nivel alto de autoestima, que tiende a reducirse en la ádolescencía.· · · ¿'A qué se debe esto? GQilgan piense que se debe a factores culturales. En la. cultura occidental,"· er ideal de la m~r es el de una persona.¡:ll!c:ients, dispuesta y bor.dedosa. Tam~n, y a.ó\ledlda que van progresandd en la.escuela, l!.umenta la proporción·de prof&soras en perjiiicio da las· Qrofesi:lras. De este modo, las nil\as 'Jan descu~riendo que la mayoña"de-ios·rau de autorioad los-d&•

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Evaluación crfrico Las invesugaciones de Gilligao bao me!orado nuestra comprensión del desarrollo de la personalidad '! hao se~­ vido también para llamar la :uención acerca de la n~n­ dad de tener en cuenta la cuestión del género_en este ~po de investigaciones. Pero ¿qui et lo que ~lica las ~~ rencias de perspectiva entre bombres y mu_¡eres que GiJl.i.. oan descubñ6 en sus invesógaciones7 ¿Se deben a faao~s bioló¡icos o a influencias s~? Aunque ~ es posible descartar a priori la posib_ilidad de ~ue e~

diferencitS innatas eocre los se,;os, Gilligan piensa que esus diferenciu se debeo, sobre todo, ala inihleDcia. d.l entOrno soci21 y culwal Si esto es tSÍ, podemos decir que el fururo inmediato, y eo_la medida en que más Ymis mujeres van orienWldo su VIda alrededor mundo del trabajo, las d!ierencias que Gilligan derectó uin desa!>2-· recienéo.

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George Herbert Mead: el self Lo que hoy sabemos sobre el proceso de socialización se debe mucho a la obra de-Georgú{~rbe~ ~ (18631931), a quien h~mos dedicado un recuadro: Mead ( 196_2;

ed. oriz., 1934)~~ .~ ~u perspectiva teó~~~'!crua

mo social, en referCIICla al COildiictiSiiii5Cñ pstcologta Y a

'1iOl)ri"de Joho \Vats011, sobre el que ya hemos h3blado.

Tanto Mead como W:uson pensaban que el entorno tenia una enorme capacidad de. iniluencia sobre la ~o~du~~ humana. Pero mientraS que Wauon cenl!Ó su atene1ón en la conducta e,;tema, observable, Mead se dedicó a estudiar y a refie.tionar sobre la coneÑIICio, que es, según él, el rasgo distintivo de'la espe~ie b~L ·· · ·

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Caro! Gilligan : socializació~ y au!_oestima_.~e las niñas ~

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Según Gilliun. los cnterios b:uados en la aplica~i~n c~é­ EI o imp-..r;onal de las oormtS monles son los ~~enos dominmtes en la esfera del trabajo, en_la que, ~di~lonal­ mente, la.s mujeres han ocupado pcstcton~ su~das. Por el contiario, la lealtad y responsabilidad h~a OtraS personas ban sido mis imponaotes para las mu¡eres, que tradicionalmente han cumplido el papel ~ ~s~ o de IDÍór..s. Siendo distinw !tS dos perspecnvas, Gill!gan se cuestiona por qu6 debemos·considerar más· valiosa la mas..-ulina y menos la íemenina..

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semoeñan los hombres. Ya en la ádolescencia, las chicas se esfuerzan por recuperar la autoestima que ,t~nl­ an diez años antes. . Todo esto se hizo evidente Ün oía en que Gii1J9an y sus colabOradores presentaron los resultados de su lovestigacióo en una ~ las. esc;:.Jelas que ~abian .seleccionedo pi!ra su:invesbgac'.ón. Muchas de las n11\as que hablan colaborado en la investigac:ón querían que sus nombres aparecleran.en.ei fibro. La mayorf2. deJas adole~antes , por el contrario, no quería.üs horrorizaba que se habl~­ ra de enas. a ~..-~,,mr-.

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G~o_r.ge Herbert Mea.d: las personas pueden cambiar la sociedad· _:·;-~-:'. .

eorge Herbert Mead pareela menie'~l~sofí~ Lo hizo, finalmente, oredestinado a ser prolesor en Harvard y en Alemania. A su vuelta se incorporó a la reuniversitario. Su padre ya fue proiesor universitario, además de cientemente . . creada Universidad . de predicador. y su madre. presdó el Mount Holyoke College durante una década. P!!ro la verdad es que Mea~ puso· mucho de su parte para !emunar ejerciendo esa proleslér. De temperamento rebelde y huyendo _del ~li­ ma rerJgloso que domi!'aba en su entorno soCial y famifiar, Mead se dedicó a viajar incansabie':"ente un~ vez que terminó su Rcenciatura untversitaria. Pasó ~lgún tiemoo en la cosla noroeste del país, trabajando p!!.ra compal\fas de lerrocamfes. Pero no perdió el hábrto oe es~ar. Es més, poco e poco se fue ~aaen?b a la idea de ponerse a sstuo~ar sena-

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Chicago: Mead ·n~;a "ru~ 'un ai:aC:ié: mico convenclont.l. Apenas publlcó en vida. Empezó a ganar prestigio después de -su muerte, cuando sus Estudiantes y compañeros pubfJCarOI) los apuntes de sus clases. Meacrcon· tnbuyó decisÍV!!.mente ·al nac•mfento de la psicología social. · .. Nunca satisfecho con ta reaJ1dan. Mead fue también un activista social: Para Mead, el rumbo de una &Ociedad es tan mudable o malEable como la vida de una ersona. Yaquf Mead era tajante. que il bien la sociedafl es capaz de moldear a las peiiOnU, ftlll 11mblér. pue n cambiar lasociede.d. •

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nosocros mismos desde b perspectiva de las ocrsonas can qltienes estm~os uuer:~eruando, estO as, reqÜiere que nos pongamos tn ti !Lgar dt otro.

El coocepto cenit!! en el ~ns:uniemo de Mead es el concepto de st/f. IU'.D dimensión dt la oersonalidad com-puesra por !a conCiencia y la imagen qr~t dt sí mjsmo rjtEl self a través del espejo de los otros 1!1..11 suw"':1:nm!aibucitín í1! MeMI ~e bOlSa en su idea de que el stij DO puede e:tistir !.laurxen de la sociedad, ~ lz vida social, Otr3S penonu hacen la función de un Esto es !SÍ por lu siguiesues razones. · espejo en el que uno se mira y se fo!IDa wía imagen de sí En primer lugar, segW¡ Me3d, el stlf nace con la U/Jt· mismo. Charles Horton Cooley (1864-1929), un conttmri~. El Sl/f DO es-aijO puramente biológico, no porineo de Mead, acuñó el término IDokint·flais srlf es parte del cuerpo busrumo ni nace con el individuo. (que algunos lo hao 1!11ducido como el se!f tSptcular) Mead rech:12ó la tesis de Freud ~e que la personalidld se para designar la imagen que tiene I!Dl! persona de sí misfC!l!l• en virrud de ciertas pulsiooes instintivas. Pua ma. Según Cooley,las personas se ven a sí mismas serio el se!jn= y se desarrolla únicamtnr 8.111C.de cómo les ven ocras persOIIIS (1964; ed. orig., 1902)~ Si la txp~riencto soCia . m coocacto o lntera~ión social, pensamos que somos listos o tontos, aburridos o diverticomo ya hemos visto al hablar de la e:q>erieuciJI de niilos dos, se debe, segtlo Cooley, a que pensamos que los de· aislados, e~ C)lerpo puede ~esarrollarse, pero oo el se!j. más nos consideran listos o tomos, aburridos o graciosos. f;n segundo Jugar, MeJd definfa la txperiencia social Para_aquellos que hayan leído el recuadro de Gilligau, como ti inttrcambio simbólico. ,A. través del lenguaje o es11 hipótesis ya no les pareced exll"'.ñ3. Como cueol4 los gestos (como vimos en el. Caplrulo 4, «CulturaJt) las Gilligan en sus investigaciones, al terminar los estudios secundarios 'y asumir nuevts responsabilidades, muchas pe~sonu. crtan si~cados, algo que sólo puede hacer la chicas pierden autoestima. Y es¡o no se debe a que est6n especie humana. f9<femos p~miar y. castigar-a un perro mal preparadas, smo a que tienen que emoezar a enfrenpara.e01renarle, pero, aun bien eotreado, el perro ouncm l!ISC a una sociedad que no tolera muy bie~ que las mujeseri capaz de eoteoder el significado de nuestras acciores sean demasiado asertivas. nes. Los seres humanos, por el contwio, entienden el significado de las acciones de orros individuos infiriendo la intencionalidad que hay detrá.s de esas acciooes. Por B yo Y el mí decirlo en otr.I.S pa.Jabras, un perro responde automática- Nuestn capacid!d de vemos 2 nosoiros mismos a tr3vés mente .a nuest:r35 acciones, a las órdenes que le damos, de otros implica que e1 st!f úeoe dos comooneotes. Eo pero los seres humanos aéróau de una manera u OllT, una primer Jug!f, el u!f ts sujtro, es quien ~prende la vez que !un in!C!prtUdo cuáles son 135 intenciones que accióo. Los seres humanos son entidades activas, tienen están detrú de las scciones. · .. capaciCitd de actuar esponláne!Dleate y por iniciativa Volvamos al ejemplo del ent:reOlllliento del jlerro. propia (no son seres reacti\'os, que se lirniW! a resoonder Podemos :ottenu! un perro a ir al vesn'bulo Y trneroos autom!ric31'0ente a esúmulos externos). A este eleme01o un paraguas para salir ah calle. Sego.lr311!eme, d~swés de del st!fMead ¡0 Uamó el )o. 31guoos dl35 y antes de scli.r a la calle, el perro nes va 'a En segunqp Jugar, eJ st/fu objero porque, mir.lndooiS lr!er el panguu. Pero el pmo seguiri siendo incapaz de a t:rul!s de los otros, pode:nos formamos 11118 imuen lk entender el sipüficado de. esta acción. Si llli día DO D!lSOtroS miSrD06. -'\~te segundo componente' di! se/f. e:1cuent:ra el paraguas eo el vestíoulo volvérá ('nosotros Mea~ Jo llamó el mf. La interacción social es llÍl diáloro llotique3Ddo porque es inc3paz de e::Jtender la intención continuo etit:re el yo y el mí: e1 yo emprende la accid;¡, que hay detrás. Si h hubiera entendido, eñ lunr de volver pero oo lo hace de fo!IDa alelllor..a. sino tom3Ddci en cueoll~tiqu:ando, nos habría traido I!D ip!peñneabic, por tao aoticiP'ndose a la reacCJón de otras personas (que es eJemplo lo que corresponde al mz). En tercer Jugar, Mead pensaba que para tnrer.der las -- Segú¡r'Yie:~d, en el mismo acro del peo.SamienlO hacein:m;ra~s que"¡? d~rr4s_:u las a_cczo~ts d~ arra ptrso· mos intervenir estos dos componeoteS. Nuesli'OS pensana. t. 11".J!ividuo ..toe unagzn.u liJ ~rruac:ór._ dtslh la ptrs· alientos son en buem medida espontáneos (lo Que correspec:n·a de t!a orr_a persona. Grao:.2.S a m.1estra capacJc!M poode al yo), pero e:1 nuescros peosamienios <Proyectos, de crear USar SunboJos SOmOS ~pacas de «ICplrUiiOS fanwí!J, etc.), nOSOIIOS !!OS ~oraseotamOS a QOSOtrO! de :lOSOIr\M mismos• Y de imaginunos en la piel~ 0[1'35 mismos, DOS convertimos obJetO (como cuanóo, 'DOt penonas, y, así Ll!llbit:~, de vemos a nosotros 1111smos a eje:nplo, nos enftdamos con nosotrOs mismos 0 nos f~li11'3\:.s d: ocras personas._Es pcr e.s¡o que pod:mos aoli~ciumos por las Cllsas que hemos hecho). Ea 'ons pala~~:ú.l ~~ a ser la I'UCClón de otT3S pcnooas .a }as acqo- -~el ser.hWil811ll tie~e la c3nacidad de.inter..cruar coones. que I'~OS l ~~er O l _las cosas que vamos l. . :Sigp ioismo, de «dar UD paso airú,. para verse sí mismo decir, La mteneción socal.Ltquiere .que..nos veamos a ~. así, evaluar y otieiiiJr sos actos.

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Se2ún Mead, desmollamos ouescro ulf I.Ol'endieodo a p00emos en el lugar ce orras personas. De ia misma forro! que Fre~d o Piaget, Mead p-..nsaba que la infaocia es 11113 e11pa crucial pa:;¡ el desarrollo de la f"-Uonalidad. Pero, como Y3 hemos dicho antes, Mead no creía que.el desarrollo del uif esruviera ;upeditsdo a faaorzs tsaictamente biológicos. Para Me:u!, lo que explica y acelera el desarrollo d.el st/fes la experiencía socitl. Los niños inttractúao con otras personas imitándolas. lmitao las acciones de Oll'BS perSOil!IS sin enteoder cuál es el propósito o l:!S inteociones que hay detrá.s de esaS acciones. Según Me3d, sieodo i.-1capaces de crear o usar símbolos, los niños carecen de st/f. Les niños empiezen e f!II!iliw..zarse con el mundo de los símbolos a través del juego, especialmente del juego imitotivo (como, por ejemplo, cu3Ddo jueg!ll a los médicos). En una primera fase, los niños juegan a representar los papeles de las personas que son impor.antes en sus vidas: los arras significarivo~. que llamaba Mt.!d. Cuando los"niilos juegan a los papás y a las m:un!.s, por ejemplo, estdn !prendiendo a ver el mundo desde la perspectiva de sus padres. Poco a poco, los niños aprenden juegos más complejos, que consisten eo ponerse en lugar de Oli'8S varias personas. Este apre.ndizaje es el que ptnnite, por ejemplo, superar 13 f:!Se del juego de tirary devolver 1! pelota, pan llegar ajug3C al fútbol. donde uno ya ~ebe tener en cuen· ta las posiciones y anticipar las relcciones de los jugadores de los dos equipos. A los siete u ocho años, la mayoria de los niilos ya tiene la t.'tperiencia social suñciente como para poder participar en juegos de equipo, que exige asumir el pepe! de todos los que están inleractu:!ndo ea esa siruaci6n concreta. En !n Figura 5.1 se puede ver la progresión desde la simple imitación de la cooducta de otrOs al juego en equipa. Pero nos queda coment.ar la última etapl eo el desarrollo del st!f. En los juegos colectivos o Jos juegos .de equipo, el niño es cep:12 de ponerse en la situación de las ot:res personas que están jugando coa él. En la última etapa del desarrollo, uoo ya es capaz de verse a si mismo

desde la perspectiva de otras muchas penonas, conocidas o desconocidas, y ea más de una única siruación. Ea otras palebras, en ena última etspa comenzamos ~ reconocer las normas y valores que son válidos para el resto de las personas de nuestr3 socied!d y a mcorporar!os en nuestro u lj. Me:~d ~cuiió el término otro ¡eneraliudo para refe· rir;e alas ~f11!:JS y ~alorlS cul:uralts amplialr'.tnt~ act.ll· rados qut nos sintn dt óa.st paril tv.:zluarnos a r.osorros mismos Pero el proceso de socialización no t.ermina una vez qúe se ha alcaozado esta última eupa. Mead pensaba que el proceso de social.i23ción cootinlla a lo lar¡o de la vida; en la medida ea que los individuos van desen\·olvilndose socialmente y acumulando nuevas e¡q¡eriencias. Por eso, tlo largo de su vida, los individuos vao reiormulando la imagen que úeoen de s! mismos. El st/f puede cambiar, por ejemplo, [1'85 1111 di'·orcio, a consecuencia de wia enfermedad, o debido a un cambio eo la posicióo económica. Pero, según Mead, siempre podemos tener cieno contrOl sobre estos cambios, sobre la iroagen que tenemos de nosotros mismos, porque nunca respondemos a estos cambios de modo irreflexivo o eutom!tico. Siendo capaces de interaclUar con nosotros mismos y Yernos «desde · lejos,., podemos ir evaluando nuesli'8S !cciones y orientando nuesli'OS actos.

E~a/uación crfrica El trabajo de .Mead es impc)n.ante porqu~ es un e:~celente puruo de partida pan reflexionar sobre la oatunlen de la experiencia social. MeJd IOjfÓ demos~ru que ll iruw.cción sirnb6liC1 es une pieza fundaroenw.tanto para el desarrollo del sttf como pan el funciotwnietto de la sociedad . . Algunos autores han criticado a Me;1d paiqué.eo su obra desatieode Cllmpletamente los ~:os biológicos de la conducta en favor de !os purameote sociales. Cierumeote, la perspectiva d;MeJd es distinta de la de Freud (que 10m aba en cueota las ~ulsiones o instintos ;e:rua.les o de otro tipo), o de !a de Piaget (que consideraba que el desarrollo de la oersonalidad va li2ado al desarrollo físi: co o biológico).· -

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El desarrollo del self

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Figura 5.1 $u lonMción de la ptroonalidod 1 Ítovú oe la uptrlenciooodat • S~ G~Drgo rlon:111 Mue 11 st#tt va t:rmltldo a rr.oála <;L'I 11 klévbuo ~ ~'" 111 11 ~u et CliCIIII C1lalCieS socialu C... ver rr. U • •

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Los conceptos del yo y del mi de Mead se han confuri') dido a veces con los conceptos del id y del superego de , Freud. Pero mientraS que el id freudiano es un compo--: nente de le personalidad punmente biológico (en cuan~ que es la sede de instintos y pulsiones), el yo de Mead no tiene esw características. (Lo cierto es que Mead nunca e.~plicó el origen del yo.) Por OllO lado, tanto el concep¡o freudiano del suptrtgo como ::1 m( de Mead hacen refercncia alas nor.nas y valores de la sociedad, .que tieoen un impacto considerable en la formación de la personalidad. Pero mientnS que para Freud, el id y el s~perego están envueltos en una lucha continua. para Mead el yo y t el m( trabajan conjuntamente en el desarrollo de la perscr'· nalidad (MeiE2er, 1978)-

t Agentes de socialización Todo experiencia social'termina afectándooos en mayor o menor medida. En las sociedades industriales y posindustriales, sin embargo, hay determinados agenteS de socialización que son particularmente impommes en el proceso de socialización. La.familia

mentales p:~et el desazrollo intelecrual y el equilibrio . emocional del ni.io {Beis!..')', Lemer y Spwier, 1984). La famila tambié.1 tn111mi~ al mño un eswus socia!.9-f Esto es, al mundo nc· viene¡¡ omos en general, sino omof' de tal o ami otra ra;:a, rtligión o clase social, que es la rau, religión y clase de la familia de origen. Al c:~bo de pÓco tiempo, estos elem:ntos V!!l confomwldo la imagen que de sí mismo tiene el niiio. Por supuesto, algunos elementos que definen el estaros social de una persona (la{1•• clase social, por ejemplo) pueden cambiar a lo largo de su· :-.' vida, pero el estaWS social de la familia de origen siem~ va a tener alguna influenciA en su vida. \ Hay nillos que n= en el seno de familias pobres, y 01ros que nacen en familias ricas. Lo más probable es que los primeros terminen fo!Diando familias . pobres y los segundos familiu ricas. Factores como el acceso ala educ~ción o las oporwoidades que ofrece el mercado de trabajo pueden expli~ar esto. Pero también intervienen aquf Jos valores y aspiraciones que Jos padres !l'llmmiten a Jos nillos. Lo cierto 'es que las familias ttansmiten cantidades distinw de •capital cuhuralf a sus hijos, de modo que éstos tienden a seguir los pasos de sus padres. Hablmmos con mis detalle sobre esta cuestióo en el Capiwlo 19 («Educación• ).

. . La escuela ·-..... La familia es eliJCIUC de social.iz~c1ón mis importante,. tanto en el caso de las sociedades modernas y complejasj - En la escuela,,el Diño entra en conuao con personas de como en el caso de otras sociedades menos avanzadaS~~ cb.santoorigensOCial.Porestuuón,Ja.escuela.ensancbael tecnológicamente. La familia es i:m.panante como agenu:( mundo del niño, basta eotooces reducido al_ámbito !amide socialización porque los primeros años de vida de una liar. Al entrar en contacto con una gran variedad de perscr • per5ona giran alrededo~ del núcleo familiar. Como hemos nu, el niOO apre¡¡de a valorar la impo¡tancia que se da en_l_a · visto al prineipio del.capírulo, los nillos dependen en ten- sociedad al género o a la n,z.a de las personas, Po/ ejemplo,·. mente de OtraS personas para su superviveocia y des~ y empieza a :x:war de acuerdo con estas valoraciODCS. Hay; llo. En la mayorú de los casos, suelen ser los padres u investigaciones que demues1r.111 la tendencia de los nülos otros parientes los que garantizan la supervivencia del en las escuelas a jugar con oll'Os niiios de su misma raza o Diño. Al menos basta la edad escolar, la familia es la úni- género (lever, 1978; Finkelstein y Haslcins, 1983). ca insúrución que a-an.smite al niiio una serie de valores, En la escuela los nülos aprenden a leer, a escribir, a oollllas o prejuicios culwrales. contar, etc. Pero tambi~n aprenden otru.cosas que no se La sociilización que tiene lugar en fa familia se desales enseña rle un modo foiDial o sistemático. ·Estas ~tras rrolla rle forma continua- y difusa, y no siguiendo un prcr cosas componen lo que los sociólogos llammel CIITTiCII· grama o esquema preestablecido. igLAÍ,ñQ.t aQ.~qr¡,...n 110'1 oculto. Por ejemplo, por medio de los cam_P.eonztos todo lo que _o~~e!'·~ en el en tomo fimiliar y a1Jf empie- -deportivos o las califiaciones escolares los niños_aprenün a fo!Diar su personalidad. La imagen que se forma de den valores tlllllO el esfueno y la competitividad. En la sf mismo un niiio como aleuien fuerte o débil, listo o tonescuela, los omos esán continuamente recibiendo una to, querido o simplemente-tolerado, o la imageq_óel mun- .enorme cantidad de meosajes,explfcims o implícitos, q;ie do, como un lu¡ar hostil o un es¡w:io acogedor. depende tienden a reforur el sistema de valores de la sociedzd en mucho de lo que le está transmitiendo su familiL que vivell Inóependien;.emente de la forma de educar·que tienen También. en la escuela los ni.OOs aprt;~d:n ~ serevalualos padres (m3s seven o-mil tolerante), muchzs investidos según parimeuos.impmonalcs, al comrario de !o que gaciOlles han subnyado la importancia que. tiene la or~n- ocurría en el entornO~ Esto es, en la escuela se.les .ción que recibe el niño. El CODl!Cto físico, la estimu!ación ensella ucepw- que alguien ~jeno a su íamiliz pucóe eva__, __ ·verbal y el interts que muestran los padro a las ne~daluarles según lo que lulctn y no según quiinu St?n. P9r des fisic~ y emociolllles del.inño son f2e1~- fu¡Jdasupuestq, la conñanza en sí mismo que ha podido adquirir

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un ritmo tan veniginoso, los grupos de iguales pueden ri\'~ con la a.utoridad de los ¡wües debido al. •choque ¡enes;u:¡onal». La influencia de los g¡upos de iguales.se empieu a hacer más nou.ble en la época. de 1• edg!.esceocis, cuando los jóvenes empiezan a distanciarse de sus padres y a crearse una imagen de Jdult~ responsables. En esu etapa del ciclo vital, y para reducir la ansiedad que les produce saber que estÁn comenzando a romper vínculos con los padres; los jóvenes pueden desarrollar un fuerte sentimiento de adhcsi{¡p {acompaiílda a veces por dosis varia.bles de sumisión) al !JIIPO de iguales, que les ofrece una nueva identidad. . -· - Este conflicto de lealtades entre los padres y el gr1IP.O de iguales puede ser mis apmnre que real, sin-embar¡o, pues en la adolescencia los padres siguen ejerciendo una fuene in1luencia sobre los hijos. E grupo de iguales puede, quizi, formar los gustos musicales del1dol~~"Dte -o s'us preferencias en la forma de vestir, pero siguen siendo •: los padres, por lo general, los -que más influyCil'::n·las decisiones imporwttes y que tienen consecuencias a larJ' go pl:u.o. En la invesrigació'n de Da~ies y !Cand:l (198!}, por ejemplo, se demuestr¡ que los padres: tienen mis influencia que los mejores amigos de sus hijos respecto. ~ los esrudios. • Por último, los grupos de iguales tampoco o~ ~: IIJ;) lados. En toda pequella comunidad (el barrio, ¿¡ iristiwmYF El grupo de iguales se pueden identificar !pulrirud de grupos de iguales. Tal como veremos en cl-Capfwlo 7 (<Mupos -y orpnizacicr : nes») los miembros de un.grupo de iguales tie_nd~n .a ¡~ \'aJorar su propio grupo en tEnninos muy positivos y, al : 1 mismo tiempo, a desdellar otro~·grupos . ~to explica que ~1 pueda parecer tan &C'!lctiva la pertenencia a OÍ! der_etminado ¡rupo de iguales que uno empiece a imitarlas ¡:onduc!JJ w y estilo de ese grupo con la esperanza de ser admitido. . .¡· ; Este proceso ruibe el nombre de ~dc~¡p.·7 ¡ da, _qi!US e!.oprendizajt de~ ~"'!!S·.!'~Q[U. o~1j familia, en los grupos de igoJales los niiios pueden eludir duc!JJJ _socí!'Lt.s qlll. ¡jiE' c_oi!JQ Objerivo..a/~E!J ot v J' el control de los adultos. En los. gruyos de iguales los.¡', • t!E!il~~ posiciáfl-En la esc~ela, por ejemplo, un Joven jóvenes ganan unz ciesta indepcnaent!a persooal,t¡ue les ·~/ puede tmlt:tr la forma de vesnr.-~hablar_o de ac~az:-~e ; va 1 resultar clave pan aprender a establecer sus propias-, los miembros del ~po al que qwere pertenecer:~IDJctO 11 relaciooes sociales y pan formarse una imagen de sí mi;. de su canen, un JOVen ebogado _puede empezar.a b3cer ·1 IDOS' distinta de )a que r~iben a trav~s de sus padru o suyos el estilo y la ética .profesional de_un. ~acho. de ~ proicsOI:tS. Los grupos.de iguales también permiten a los abogados con la. e~~ ~e q~: se le. ~te a wc~¡po¡¡ jóvenes compartir o explprar unas inquierudes o unos rarse. Esto wnbiéo es socializactOll annc¡pada. ~¡ intereses (por ejemplo, en la música o en ln:nodz) que .. j q~ esllin !~jos áe las preocupaci~nes óe los p~s-(o, Los medios de comunicación de masas·· .¡ owzf.. demas1ado cerca. como las nrogas o el sexo, por ·· · · 1 • l ~jcmplo). .. . ~os duomuojca~ó~ de masas hac;n ¡e!em¡~ ¡;, · En el grupo de iguales, Jos jóvenes p.ueden ecwar al a los medios dt~CocWII· c~ces _dt trOIIS111Jlt.r f :~ } manen o ft.oera de la ruteiz "·cootrol rle los padres. Esto. J_llfo~ 4i'foññ!iSiíiíúh411la-t_~rSOMI•~ .VS.<. que ~s u.natractivo pan los jóvenes, es una fuente de proIIIÍmtro lll_iNiYí41AoS. Los medi~ de .éomuní~ón de ¡ . blemu para los padres, lo que explica-·;u interés por masas son el fruto avence :n ·las-tecool~- d~ la conocer y controlar las llliiif.ades de los hijos. En las iilformacióo. ·Los p~~s medios _de c~óa. ~e sociedades occident:ales,-donde los cambios -se-suceden a .masas fueron los penódicos. Con la mvenCJón de·la radio en casa o, por el contrario, los probl~mas emocionales que tienen un origen familiar terminan reflejándose en su rendimiento escolar {Belsl.--y, ~...r y Spanier, 1984). · La escuela es el primes entorno social en el c;ue el niño t:¡ene que acruar se¡ún una reglas formales y rígidas. El horario escolar tnDScw:re según rucin.a:S preestablecidas a las que los nilios eprenden a somctcrst: En la escuela aprenden wnbién el significado ·de la punwalid3d. Todas esw cosu (el sometimiento a unas normas, la punrualid2d, la disponibilidad a someterse 2. evaluacioiiCS irooerson:l!es) son los mínimos i.ndi.sp-..nsables que roda organilación, en la que esos niños terminarán trabajando cuando se:w adultos, da por supuesto. La escuela también puede enseñar a Jos niiios actirudes · y cómporu.mientos distintos según su género. Rnpbaela •. Des; (1983) hizo una investig3ción que demostraba que' en las escuelas primarias los omos pasan mis tiempo haciendo deporte o acti,·idades ñsicas que la niiias, al tanto que ~sw tienden a pellllanecer más tiempo en las aulas, ayudnr.do incluso a la profesora a limpiar la pizarra o en otrZ.s tart3S. Estas diferencias pueden prolongarse a lo largo de toda la etapa escolar, lo que quizá e.'tplica por qué las niñas terminan esrudiando caneru de «lctrult y los nilios camras de •ciencias».

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y la televisión, la cap:cidzd de ~r.~~~Sminr irúormac¡óo a un enonne m1mero de peoonas se desarrollq n~t.!blemente. • Se h! c!icho repetidamente que los medios ~: comunicación tienen un2 gran influencia en la vida de las personas. Por esta razón, wnbién se les considen una uencia impoi'Wlte de socialización. La televisión sé ha co~veni~ do en el medio de comunicaci6ti de mm.s más imporunte. Hay muchas investigaciones que lo demuestn.n. El número de horas que una persona pasa al dfá delante del televisor geoenlmente vana de país " país, y wnbíén en ruón de la edad y clase sociil! de las personas. En Estados Unidos, por término medio, una familia tiene encendida la televisión unas siete horas al dfa. Antes de que un niño aprenda a leer, ver la televisión es ya una rutina en su vidi De beehu, en Estados Unidos, un niño pasa tantas horas dehinte del televisor como en la escuela. (Sobre este tenu habl:~remos más adebnte en el Capítulo 21.) · ·

nonna.en Europa. en.otros muchos paises, e;pecialrocnte en .\frica y Asia. sigue siendo moneó¿ corriente. En el )lap! 5.1 puede :omprobarse que el trabajo infanúJ es tol!avía una práctica frecuente en los países pobres. En los paises ricos la imagen de un niño que trabaja ocho o diez horas :!l dfa suele escandaliwuos. En los p:ú· ses ricos todo el mundo está de :tcuen!o en que un niilo no puede trUbajar como un adulto: un niOO est.l desarrollándose ifsicm~ente y no tiene aún ninguna experiencia del mundo. En otrllS sociecbdes, y aunque las diferencias biológicas entre los !dultos y los nidos son las mismas, se piensa y 3c!Úa de forma diferente. Las >OCiedades nús ricas del pl:uteta tienen lllltOS recursos a su disposición que muchas personas, incluidos los nmos, pueden vivir sin tr:lb:Jjar. Ocurre además QUe anas socid3des leCIIOló¡iumente avanndas, el periodo de la infancia y b adolescancia se ha ido prolongando en las últimas décubs, a fin de que los jóvenes puedan ir adquiriendo toda una serie de b.abilid:!des y conocimientos complejos que son necesarios para hacerse sociúmente compe!totes en su eupa adulta. De esta m:utera, en las >OCiedacks tecnoló=l. La socialización y el ciclo vital gicamente avanzadas, hemos hecho cirresponsables» alll, los niños, necesitados siempre del cuidado y atención ~ Si bien las primeras etapas de la vida son fundamentales unos adultos «r--sponsables» (Benedict, 1938~ en el proceso de social.ización~abimdo-s~ En los últimos años, algunos científicos sociales han Eión ~ués.dt-la-infil.Dci~~a...adolescencis-fn las págiempezados. sugerir que nuestra concepción de la ilifancia nes sigl!ientes vunos a ver cómo la sociedad orgi!IÜU la estí cambiando de nuevo. Dada la incidencia del divorexperieocia humana segwfla etapa de b. vida que se está viviendo. Esj etapas son la inf~dolesc:ncia,lo._ cio, el hecho de que en muchas familias el padre y la mz~ estSn trahaimdo,;y deb¡do wnbi~ al tipo de proetaot adulta v a ve;ez. · · gramas de televisión a los que los niños ~tán expuestos, se ha súgerfc!o qtie, hoy en dfa, los niños oo están tañ La infancia tegidos de los problemas propios de la etapa ldulta cómo La t.ovela 0/h·er Twisr, de Olarles Dick.ens, se desarrolla lo estaban hace algunas décadas. Según algunos autores, en Londres a principios del siglo ~ en la época en que se esti extendiendo :1 SÚ!árome del ldulto prematlllO, la Revolución Industrinl esuba traDSÍonnando oro.fund!· con el que se denomina el caso de los niños que se ven mente la sociedad inglesa. Lá madre de Olíve; muere a enfrentados al mundo de la violencia. las drogas y el ;exo coosecueácia dei parto y el pequeño Oliver, hu~rfmo, sin contnr apenas ~on el apoyo o el consejo de los adultos comierin su vida «Z.Ui~Ddezdo por la vida, menospreci&(Eikind, 1981; Viinn, 1983). H~y. otros autores, sin emdo por todos y sin la compasión de narlieJt (Didens, bargo. que recbaz:ut esta hipótesis, ya que, según ellos, no 1886: 36; ed. ori~r. , 1837-39). Como muchos niños de so hay evidencia suficiente que muestre eStos supuestos condición, Olive; se ve obligado a trabaju muchas boru tm~bios en nuestrs concepción de la irifancia. Ademis, al día para poder comer y doanir en el inmundo otianato siguen estos criticos, los que hablen de los adultos preen el aue ha temúnado. maturos tienen 3 olvidar oue los niños procedenteS de claHoy en díll. euil.Ddo pensamos en la inÍancia (bási~ .. se trabajadora siempre b!!Jl asumido respoDS3bilidades mente los doce primeros eños de vida), pensamos en una'.L :' propia; de los adultos e. uns edad máS temprana que los de ~poca de relativalibemd, exentos de las responsabilida~ 1 clase meriit o alta (Lynol! y L~g>le, 1993). des de la vida adui¡a. En el siglo XIX, sin embargo, m~~r chos niños en Europa y Norteamérica ya asumíil.D Adolescencia muchas de las responsabilidades de ·la vida adulm. Según el historia,dor fn.océs Pbilippe Aries (l965j, en 1!. Por los mismos motivos oue e~ la indusnialización se época medieval, una vez que el niño ya era a.pu, de soempezó a ver l!. infil.Dcia como UD.! etapa singular del brevivir sin la atenci~n constante de un adulto, ~e.especiclo vital; también se empezó 3 representu 12. adolesceil.• • · - --n~a que empeun a !J3bajan• ! asumir otnS r"-sponsácia como llll! eta!la eSpccíDC! dei ciclo vital,.una ~na de • -~dades. Aunque el ~oajo infaniil ha d~jado d~ ~llll~~anci_::_ta_vi~ adul':_Es durjn~.la

~doies:enci! cumdo los jóvenes comie!lZ!ll ! te:~er cierta 1:

Cuw!o El_cano~ Roosevelt es~ribl! estas líne~ •. que

inéepe:~denci:~. y 3 3 dquirir cieTt.D.S habili~des soéiales ~J. ~:.parece~ un buen eJemplo d: ~o que ll!mamos 1: cnm ~

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de otro tipo que les vm a permiri.r hacerse adultos soci!ll·lt{ la mediana ed!d (o «la cnm ~ los cuar~U»). ha~a mente competentes. • mu~bas cosas que aún no sabta. Su. mu:~o, Fnnklin Teode:Dos a pensu que la adolescencia e; una época Delaoo Roosevelt, pronto se quedarl~ t.,váliao a causa de dificil, llena de conflictos person!les y emocioo11es. En una poliomielitis, aunque ~tono ser:a obstáculo Pa:a lleesl.! e!!!la, en efecto, les jóvenes están intentando cons- gar a la Casa Blanca. La ausma El~or ~e convertiiia en truir su propia icknúdad, por lo que no es de extnñar_q_ue una de lu primeras~ mis acnvas e iníluyames ~ l~ a menudo sutiw.sDoflictos-aon-los..p:u!rcs. Dndo que la historia de Esl3dos Uwdos. A.la muerte de .su m:m~o. adolescencia comienz.a con la puberwl, podemos pensar Elemor siguió estmdo en el centro de 11. vtda pu~lica aue estos conr1ictos tienen un origen pU!11111entt psicoló- como represeoWll! de su país ante las Nacton.:s Umdas., rico. AlM125 investigaciones comparativas han señalaLa vids de Eleanor Roosevelt muestra muy clanmen-~ do, sin e""mbargo, que la adolescencia se experimenta de te los dos rasgos mis impolUllteS de la et~pa adulta (qu.~ , fonnas diStintas en distintas culturaS, con lo que cabe en la cultun occidental comieDZL en.b vemten~): En po, :. pensu que aquf están acruando otras variables adernts de . ~er Iugu, es en la etapl adulta :uando la mayon~ de las ' • las osicológicas. En su investig3Ción sobre la sociedad de personas desarrollan (aunque quizá oo del ~D<!o como se, Sarnoa. Maruret Mead (1961; ed. orig., 1925) no obserJo habían imaginado) la mayo~a ~e sus aspt.ra~tones-labo· vó aue Jos jÓvenes samo;mos tu\ienn una adolesceocia rues y personales. En segundo Iugu, y espectal~ente en carg.ada de ansiedldes o conr1ictos. Al contrario, los jóveJos últimos año; de esta etapa. las personas_ nenden ~ nes pasaban a 1~ empa adulta sin. ~ayores ~oblemas o echar cuentas. ~n. su. pasad?. Est~s son.Io~ ~~ en.que comolicaciones. En la sociedad ocetdenw, sm embar¡o, uno repasa sus eJUtOS, pero, IAIDbtén. los ano.• ~nJos que te.noemos a defi.nir la infancia y la vida adull3 como el!- se aprende a reconocer que muchos de los vteJOS suei\os pas absoluumente distinw del ciclo vital, Yesto h3Ce JUDea se van a rea!iz.ar. · mucho más dificil la tranSición. De la misma fonna que con el resto de las etapas del Los pri'!'eros años de /a etapa ad~/ta . ciclo vital, la clase sociil! h~ce que la experiencia de la En esu etapa de la vidz.IQ.S.W&ºt4~.Ja perso~t!!9.de ! ., adolescencia sea distinta. Ml!chos jóvenes de clase traba.JqsiiiifiYídiitis yDi§ qu:_dado bien_definidos. Un .cam~io :-...··~ j:tdor3 asumen las responsabilidades de la etapa adulta importante en la btoguua de una persona (un divorcJo, (esto es. las responsabilid:!des asociadas 11 trabajo o la una enfermedlld nave o un IIUJO periodo de de~empleo) creación de su propil familia) !llda más terminu los estupuede, sin emb~go, eherar significstivamente la persodios secundarios. Los jóvenes de clase medil y al13, por . . el cootrmo, tienen más oporrunidades de ex.tender su nili6d (DlMefer, 1984). En esu primera etapa de la vida a~últa (desde los.vemperiodo formativo, lo que implica una ~roloo~aci6n de la te hasta los cuarenta años). ion:otan álcanw ,adolescencia. hasu bien enrndos les vemte o, mcluso, !os ueUas mew con las ~ antes htt>ían soñado•. treinta. Jiio!. El paro y la t:lrestía de la viV:e~:da, .JlOr Una ve¡ independizados de sus padres, los jóvenes adulsupuesto, t31Dbién pueden prolongar la ctap~ de 1~ adolestoS tienen que aprender a asumir toda una serié de·rescencin. incaoaces los jóvenes de h!cerse econóauc11Jl~­ oonsabilidades y a lidiar con otros tantos problemas que te indepenafeotes y de fOTIIllll' su propia familia. Son nuevos para ellos. Por ejemplo, tienen que 3preoder a cuidu y ~ucar a los hijos, y aunque para ello bagan La etapa adulta memoria de su propia experiencia. como hijos, ahora les toca ponerse en el lugar de sus padres. También, Y. n? En el diario de Elemor Roosevelt, la esposa del presiden· menos fácil, el joven adulto tiene que aprender a coo~vtr te de Estados Unidos y una de las mujeres más~~ coo su pueje, quien, muy posiblemente, también. sea en aquel !lafs por aquellos años, podemos !ter lo siguieninexperta en esto. . ..• te: "No ceo Que nunca me baya ;entido tan extr.ll!a como ~os primeros años de la vid¿ adulta son ~~~~n dif.t· durante e! p~ado año (...) be perdido toda conñan2a en mí misma. Ten2o los nef'ios de punta, aunque nunca me ciles en cuanto aue se debe atender una mulúpl.icidad at de:nanóas (los p~. la p~eja, los hijos, el tnbljo, etc.J be sentido mejor ñsicmente.» (ciudo en Sbe:by; ·1976: 260). Ele3J!or escn-oió es;a entrada de su áiario cuando que ·es casj ilnposible ~ompa~biliw ~vinsoo et !l., 1978). Las muje.-es lo nt!!eo aun mis dificil ya que, en tenía treinta y cinco afie~. Quizá eSte estado de ánimo se nuestra culrun, se sigue considerandd que es ella (J no el debía a la atención que estaba prestando su ma.;do a otra varón) It que debe responsabiliurse de las tareas del mujer más jovan que ella. O quiú Eleeoor estaba inquie. bour v del cuidado de los niños, trabaje fuera de. casa o u. por el futuro, preocupada pór enContrar uue:•as !lletas no-(H~bsChild, 1989). qi!C dieran sentido a su vidL · · ··-


EJi las ~edades industnales se ha Ido alargando le etapa da la infancia y la adolescencia, a f¡n de que los más jóvenes. puedan ~ adquiriendo las habilidades necesanas para co~ vertirse en adultos socialmente competentes. Por esta razón, el trabajo infantil es un fenómeno muy poco común en Europa y otres sociedades tecnológicamente avanzadas. En los paises menos industriatzedos, por el contrario, el trabajo de los niños e~, en muchos casos, vital para la famlia. En estos paises, muchos mños empiezen a trabajar en cuento tienen capacidad ffsica para ello.

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Socialización

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Los años centrales de la vída adulta vivimos carece h!.ber convencido a mucilas personas . . (particu.lei-mente 1 los jóvenes) de que la vida ac3.b3 a los Generalmente, los JÓvenes 110ultos se enfrentan a todas cu:~renta. Con el aumento de !e esperanz3 de vida v la e~w diñculudes con un~ _positi\"O. Las coses ca:n1, . mejora en la C3lidad de vid! c!e lÚ personas m!ymes, b1an en los afios cen~es e ía vtda adulta (desde los cu~---~J mas barre.--as psicológic35 h!D empezado a desmoronarreo~ a los sese.nta ADos). En esta ewpa, las personas-.- se. Cienarnente, quiú 00 sea realista esperar grandes ~p1ezan a reco~er q~e ~· es _poco probable ~e sus cambios en las úlrim35 et:pas de la vida pero, aun as(, el VIdes vayan a m:Joru Slgnifi~anvameme. También, en-.. potencial de aprendi.uje y la ilusión por marcme nueves esta etapa de la vtda, uno emp1eu a preocuparse por su metaS continúan !hf. es11do de salud, a la que casi nunca a.ntes había prestedo illencióo. Para algunllS mujeres que se han dedicado por compleEnvejecimiento to a su familia, esta etapa de la vida puede ser especialEsta etapa de vida correspoode a los últimos afios de laf: meme dificil. Cuando Jos hijos empiez:tn a independizarvida adulta y del ciclo vital. Se suele convenir que In[¡-:' se y el m:trido está totalmente centrado en su trabajo, la vejez comienza ala mitad de los ~enu. Esta etapa de 1~'! mujer puede senúr l!n vsdo ea su vidn.. También, las ~ida, 111 igu:11 que las anteriores, se represenu. de forma mujeres que se divorcillll a esta edid, y después de haber- distinta dependiendo de la sociedad. En las sociedades se dedicado al cuidado de los hijos durante años, pueden pn:indu.slli3.!es,los 'iejos suelen gour de cieno presúg¡o e:tperimenw grandes apuros ecor.6micos (Weilllilan, e influencia social (y sobre esto habl:~remos en el Capfru1985'). Es quizá por estas razones que, a esus edades, son 10,4 «Envejecimiento y tercera edad»), porque conserc~da vez mis las mujeres que intentan recupernr el tiemvan el control de la úerra y la mayoría de los recursos • po dedicildo a la familia e.srurliando '! preparindose para económicos. Thmbién, y en la medida en que el ri1mo de reincorpornrse al mercado de trabajo. c:unbio en esas sociedades es lento o casi impercepúble, El envejecimiento implica, tanto pm los hombre~ los anci3Dos, que a lo Jugo de su vida han acumulado como pm 135 mujeres, un deterioro físico. En la socieda~ gran cantidad de sabidwia y conocimientos ~r:i.les il esa occidental, 135 mujeres experimtn!M eslt deterioro de un sociedad, ~on trntados con gran respeto (Sbe:lun, 1976: ; modo más trau¡nático. En la .:ulrura occidental se le exi¡e Hareven, 1952). s la mup un físico casi imposible de corueguir y menos En las socied:~.des industriales, sin emb:~rgo, los jóvede mantener. Y mucho más con la edad, cuando comiennes, que ~nbajao por cuenta ajena y no en e!.seno.deJa. .•..•..•• zen a apm:cer las utUg:.s, el pelo se hace más frágil y se economía f3.Tililier, consiguen una mayor indepeodencia empieu a ganar peso. Todos estos =bios, que también respecto a los mayoc-..s. Los C.llllbios sociales que se Sl!ce: expeqmentan los bombees, son, sin embargo, más trauden a un ritmo tan r.!pido en esw sociedades y el culto ~ !. • máticos p:~ra 135 mujeres. Los hombres, por supuesto, la jUYenrud también han contribuido a ide_ntificu el en ve~ '· t3TDbién tienen que enfrentane a Ottos problem35. En los jecimiento ::on la decadencia fisic:t y psíquica. En la$ ' liños centrales v en los llltimos años de la etaoa adu.lta, sociedades indus:riales y posindlU:ri:!.les, los jóveneS muchos hombr~s ya empiezm a re~e a lt-rminar su tienden a ignorar a los viejos, aparenttmente ejenos a vida proiesional sin ninguna mejor:~ o progreso si!Jlificatodo lo que <'S nuevo, y a desdeñar sus conocimientos y su tivo. También, en los áltimos de la vide activa, es cuando exnerienci1 de la vida. uno se empieza a lamentar de Jos sacriiicios hetbos a ·Este tipo de actirudes de los jóvenes hacif Jos viejos va , favor de ~ emorese v a costa de la salud o de la familia. a =bi:~r, sin duda, debióo a que la proporción de perso-: En los afios uimed.i;wnent~ m1eriores a ll jubillción, nas m:tyores de sesenta años esti !llmenu.ndo notable; · · mucbi!S person:!.S comienzan l!!Doién a albergar dudas mente en estas sociedldes. De hecho, en las sociedadessobre su propia vali1.. aun a pesu de que nl!die lt cuesúoavtnZada!, el n~ero de personi!S mayores de sesenta ne (Farrell y Rosenberg, 1981). También, algunas mujecinco años se ha trioli~o a lo l:!r2o del si!!lo xx. Así, en res que ;e hao dedicado en cuerpo y alma a su profesión :11gunos púses, soo ya más oum;osos ]cM mayores de oueden, en esta é:loc:t de sus vidas, e:noeur a ech:tr de sesenu y cinco años que el tot3.l óe la pob!:cióo adolesmenos aquellas O~ COS:!.S 3 las que re.n~n. ce:ne. u esoe= de vida l!!Dilién se esú almando en _, Las oalabras oue escn'bió Eleanor Roosevelt en su di3estos paises; de modo que muchas personas de sesenta y 1 rio, y qÜe hemos-ciw!o un poco más 3Triil:s, quiz! se.s.n. el cú;co !Jlos (los c\'Íejos jóvenes,.) tienen todavia varias refleJO de la crisis óe la mediana eóad. Pero su propia décadi!S por delante. En el siglo XXI, el grupo de edad que experiencia personal '! la experiencia de O!rU muchz.s va a ~perimemar mayor crec'.mi:mo va a ser el de personu nos muestran que. e:1 no pocas OCfSiones..Jg!_ pmonas mayores de ochenta '! cinco años. ~ El envejecimiento Implica Cfmbios funGamenuJes ~- . ·~ ---~~!..éxitos y satisf:tcciones personales ti_c;lWll~g¡r . •- . .. :C:l_ o~_!!~ios ilíos Ii v¡iia"'"iiiiilta. Ea culrura en la que la experi~~-~e un individuo. Si =~_y ~~c~~fe'..

erll!.lto significa LT asumiendo nuevas resporuabilid!des, envejecer, al menos en ouestn sociedJd, implica lo contr-rio: rer.uJCJU a tare:!.S y :-espons:tbilidades que 101es eran fuente de satisfaccionas personales o que incluso defi!Útn la pr(lpla identidld soci!l de m persona. lA jubilación, ,POr ejemplo, puede signi.ñcar p:~ra algunos la opor.unidad de hacer aquellas cosas que antes no se pot!ían hacer. Pero también puede ser una Epoc! de frustrncióo personal Como con cualquier otra transición en el ciclo viw, la jubilación implica aprender nue•tas estrategias y paut35 de vida y dtS2prender otras tanw. Para la

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muje; que siempre ha estado trabajando eo las tareas d: !1 cas¡¡, la jubilación del marido puede se: espe~iclmente dificil, pues es el momento de renegociar cómo se van a repmir y quién va a dirigir.l:!.S t.are:!.S doctsticis.

Morir A lo largo de la mayor pane de la historia de b bwnanidad, y a causa de las malas condiciones de vida y el lento desarrollo de la medicina, la muene tenf! muy poca con· sideraciód con la edad de las personas. Hoy en día, en los paises mis desarrollados y debido a los avances de la mediciria y a la mejora de lu condiciones de vida, el 85 por ciento de las muertes ocu¡yen en el g¡upo de edad de las pe:·soD35 mayores de cincuenta y cinco años. Las per.onas ~iven más años, ciertamente, pero esos ~!timos años están marcados por el deterioró físico y la expectativil de la mue_ne. · De.spués de hablar y entrevisur -a personas que estab:ui próxiÍn35 a morir y a sus fmüliares, .EiiSabetli Kilbler-Ross (1969).~~JIIIillle "comtflíñ~ ~_¡¡.encia.l-que GO~

íliie'Cinco et.aJl'S. La primera resc• -eión-dnna·persona que sabe que ~a a morir es de fffitD:o, ya que en la éulNrl occidente! la muene es- algo que se intenta ocultar o·ignorar. En uns segunda et!pt!., la rabia ~s el senti- . miento dominante. 'En esta etapa, se · e:npiezl a aceptar la proXIIllidad de la muene, pero se entiende como uná enorme injusticia. En una tercera etapa, 1! rabia da paso a un ideÍl.l de htzociaci6n. Se piense que uno puede eviur la muene a =bio de all!o. Aouí, las convicciones relig:ioss..; puedtn ayudarle a uno a esteblecer los té."lllinos de esta negociación. La cuana eupa es de mignaci6n 11compañada ec 12. mayoría de los casos de una depresión. Y la áltima e:aoa es 12. de la aupraci6n <ie la mue~e. En esta ete¡ia. en lugu de quedme pera!Wdo por el miedo o la :wiedad, uno em-piw a echar cuenlliS- COll el mundo e intenl! aprovechar el. tiempo que le

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l1l occidenw se estt reconciliando con el fenómeno de la muerte. Afavor de em. tesis se ha señalado que hoy en día hav una mavor disnosición a hablar y discutir sobre la m~ene (y el·derech~ a morir dignuneine) que en el pasado. En este sentido, parece que soÍI cada vez n¡ás las personas que prefieren una muene cnarura!Jo a una muene precedida por un largo sufrin;liento y mediatiuda por tec·nologías sofisticadas y los profesional~ de la medicina. Esta mayor disposición a reconciliarse con l.a mueite puede a\'udar a aliviar o a abreviar ese estado de desorientación. y angustia en el que queda eii!!Íembro s~perviv1en­ te de la pareja, que suele ser la mujer.

El ciclo vital: un resumen

Podemos sl!Car dos conclusiones de este bre•e rtpaso que hemos hecho del ciclo \ita!. Ante todo, y en primer lugar, p<?defÍlos decir que aunque cada una de las ~da

depeod:n ~}~~~:=~o~~mico social en el que 1 ,Sto~'·-~ . collorte ali'que pe.~ esa persoo01. UI\!_C!_~t .a.»nw:arEf~i'fa

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%!~:·el~ , l!_9Ue l

cada una de esw le corres en unas u Dlr.l.S ~ ._ · •ociedad de la que es11'!!!05 h~ando. En otraS palabras, las ,xoerienctas de JIIL.DÍJÍO. unJdolt,.~~a...se;án-disÓI!I3S-e!t­

~eda~~· En segundo lugar, lastran-

siciones de una etapa a otra ~1 ciclo vital implican aprender nuevas estrategias y rutinas y desaprender otru t20W. Es necesario wnbi!n se6alar otra cuestión importante. Si bien una soci~ .QI'fii\IJl la ~_riencia buQll!l!_ S!'giíii wiiiferttlies e~apas-deJ·ciclo ~iw. 'Ow ;üli1Jes como b rua_la-suhcullii[J.flnig, la clase social o el g~te~ienen. En otraS palabras, lo que bemos dicbo acerca de las etapas del ciclo vital han de entenderse en sus términos más 2enera!es. Por último, las ~encias que puede tener una persona en cada..-uoa-de..lu...tijpas-del-eiel&-'Viari"tambi~n

A

••• *• ••

En George Herbert Mead, e.l que ya nos hemos referido ampliamente

en este capitulo, encootramos estos dos puntos de vista. lttud pensabt c¡oe la sociedad ejel'tl un enorme poder sobre los Individuos, obligados a Rtisfac:er las exptdúvas sWales que se les Imponen por razón de su

género, su edad u otras variables. Pero también pensaba que las personal; no están Inermes frente a este poder, pues deda su capacidad sim-

h8sia

podemos coger ro5 hilos y 'tirar

errancarios (Berger,-1!!63: 176);Si'tiramos sufiCientemente fuerte y durante el tiempo necesario, qtizá podamOs

L'~~ffiS!~i:ili~·®co"iS.:

_....

Q/itrar raaica/iñlmt SU ptTS0110fidad por ~diO dJ /o ma~ipulaci6n de sus ntcuidadu y emorno ~ual. Con

este fin. las organizaciones tOtales bus.:m el ti.sWnienio completO del interno del mundo exterior. Físicamente, se puede distinguir una organización total por sw muros, tii!!Jpio. Las cohortes construidas por razó,n de ed3d (las ventll!as enrejadas, alainbradu el~tric!S, torres de '~Ei­ generaCJones, para entendernos), han vivido Jos mismos lancia, etc., que impiden todo con12cto «eontarninant;_ acontecimientos culrure.Ies, ecQnómicos, polltii:os y socon e.l mundo exterior. Aislados de esia manen, los inter~ales: Po: esta razón, los mieJtlb~c-la-mislll.l ¡eneranos quedan a merud del personal de la organización, que ctón ~~undp de founa distinta a corno lo puede asl, si no manipulu sw conciencias, al meno's ven las geoeraei9üefl!ltenores v posteri.2ru_fRlley, Foobtener su sumisión ner y W&ring, 1988). Las experiencias de los europeos La resocializaci6a es-un proceso qne consta de dos etaque nacieron a principtos de este siglo, .marcado por dos pas. En una primera eupa; el pcGOOaJ intenll. anular o guerras mundiales y una gran crisis económica son muy neutnli.ur la personalidad del intano mediante •la distintas, por ejemplo, de los que nacieron a mitad de de~dación. la humillación, el envilecimi¡;oto y. la proúsiglo. Por su pane, los jóvenes de hÓy en dla están tenactóo» de su identidad (Goñman, 1961: 14). Por ejemniendo una transición a la vida adulta bast20te más difiplo, se pu:de requerir a los intem9s que entrégUI:'n sus cil que la de aquellos que se inc9rp0r0\ron al mercado de ro~as y ~bJetos persooales, que les ser:vfan pua caoclán. trabajo anteS de la crisis que comenzó en la d~cada de su tdenndad. A cambio, se les hace vestir e!'uniforme del los setenta. ce~tto, se les cona el pelo y se les prov~ de Jos mismos ObJetos de aseo que·tiene el resto de los internos, con lo que todos los internos terminan tenieod~elmismo·aspec­ ~ Resocializaclón: las organizaciones to pe~sonal. También, se puede someter ! los·inteibos a totales distintas variaciones de lo que Goifman llam.abi Ja-«tDortifiC!ICión del yo», como las inspecciones rutinarias de las '>tronooM~-:~~· celdas o babiuciooes,los exámenes m~Qicos ·la toma de ~--""' ex nmentll! 1as r· h ell d úl . . .. ' . .. . u as ac ares, _13 astgnactón de un número a c:tdt 5onas~ontra-4e...su.. ia volunta se 1 éoiilíñlen una prisjóll..llltJ;mJXi~~~ • lnt~o, etc. So.meodo a estas mortificaciones, e1 interno ps¡qu1átrieo u orpni.zaciooes semejanteS Los ~:._ !~a renunCI2ndo :ll derecho a la io~óad y 3 ll\-~· ' ' ' d · · :.,___. CI30Ya personal. · . ,~ aenOilUOan a este npo e o~aruzactonc~~es & la se-·....~. de · · ·. :. -~. .toiiles, esto es, OIJaiiÍ:llcrollu 9ULW.f411 --:--"'7\7· se •-~ ~~~resocllliz~too auosae/ TlJIO TQ SOCitdad COII t/~j(.rñP_ dL!!Jg!Jj • procura, de forma SlSlemítitt)' metódj~ que elmter/ar 1ll c6iíl!tiiCUl. 'PJt no !teple. y baJtlllya ~ ~· concepci6!l de sí mismo, S'e2 ílñ Ervm• Goñman (l%!) 1 • . que adquiera una nueva tdenlídad. Para ello, el persoital ~ a • u organuactones marupula su conducta por medi d · •· · · totales tienen c:es cuacterfstiC:tS que las distingu•n del Lte lib la J" .·.ón. ,0~ > C:tSngos. resrd de las org:mizaciones formales (el concep-to de r un ro, ver te evut o • ama .u !elefóni· . . , C!S, esto es, cosas que en el mundo ·exterior se dán por orgamzactón .ormallo veremos en d Canfrulo 7 «Grupos supu•..•• •0 el ~~. ~-· · ·· · ¡¡ · · · · ) En . ' . ~..... • n pnv e10os que· perso11.., = centro Y orgaruzactones» · • pnm:r lugar, en las org~oadministra cuidadosun~ote con el fin de anusé la sumíDes totales se puede disngptr clarame~te e~tre los íntersión de los internos••'\au~Uos que se ~istrn 00 ·tienen 005 Yel perso~ que trabaJa~ la OrplllUCIÓD, cuya fun.. derecho a ningún privil~gio y st azries•an a sufrir otras Clón es despoJar a los mtcrnos de su propia. penooalidad. humill•..;o""' "' b'én, la....--'ón de¡" Es ¡ · !ando .. . -· ~. 'am t "w""' a estancll en una t~ . o c:onst~ cnotro . .• todas las aunenstone.s de organización total depende, en parte, de las evaluaciones la VJaa de lo~ mternos y pnvandoles del derecho a la in tidel personal acerca de 1a coodu .. ¡ · p el ·cbd. E ---~ ¡ las - · . . qa ue mtemo. ero rru n :e:s~o ugu, en . org~~~~e.s to~es $e obj~¡ivo de e;sw org311ÍUc;i!)[)es lio es la obediencia ·de ·· 1 al Jbusc2.la ; unifomudad ¡ en todo lo que · conCierne-..a la .VJdade Jos internos· Lo que verded·~~w ......nte IDtenta ~ persoo ~s !Dteroos: en as ropas que.~men, las liabttzc¡ones o es ranane su volunll~ De -~'l · · · el -• ¡..~.. En · . "· "'"' a UDpa¡;¡encta o m~esce ._ que_ocu~:O.• etc. ~ lu~u, todas las ~vidalar del persÓnal con_los c¡u~ h3cen~1srencia plSivp (los desde J~ \'ldl db.!ll Oa CODllda, el nempo de ~balO, ele.) . que tienen UD «problema de actirud»¡ palabras de GoffesÚÍI Dl!DUC!Osameote reglamentadas, mm), esto es, 'COn Jos que se limi'- bedecery Se2UU' · . . . . de . tal modo que ..... aq 1os .mternos c:~."'Ccen de cualqwer lDietanva.persond pan los rin!2.les del ceno-o sin rendir •u v ¡ .. ~·~d. En · .· , o ....... ponctpto, . . ~-conductr sus ·'"""· las organizaciones ·ot!Jes 'JlUeden 1" ......,.¡,,...;~ bi · otal · . ·· ' ~.... cam os con. Las ~gwucJooes t es !Dl~~ este ~gunen de siderables en· la personalidad de ¡05 internOs. Pero esta VJ.da al :memo COII el fin de resoctalilarlo, esto es, de resoci2liz.ación es un proceso l!ijly complejo, y _sus_*?· • ~r' allllllll rara,:Hf.st!Ea -rlft· para ti an6lim sociol~mD-ID-td.J4or

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conseguir más de lo que hablamos soñado. Como dijo en ooa ocasión Margare! Mead: •No cometas el error de pensar que los idealistas nunca podrán cambiar el mundo. Elos son la ünica cosa que lo ha cambiado. •

bólica, slemp11 putdln Imaginarse e Para seguir pensando otra realidad, otros escenarios sociasobre este tema · les~ y pueden reacclonlr, ínllvk!IW o ColeoliYamente, para hacerlos realdad. Brevemente, Mecd reconocra 1. ¿Cree que la sociedad ~ce más libertad a los hombres que a las que la sociedad ejel'tl una enorme inllcer.cia en les lndvQJcs, pero tammujeres? Razone su r~pu~ll!. bién I'ICOnoCia que la socíeded, no 2. Ysl cor.1peramos les sociedades modernas e industriales con las siendo inmutable, la ~en carr.t:tar sociedades más tradicionales o las personas. agrarias, ¿son los miembros de Avsc:s podemos caer en la tentaun tipo de sociedad más Ubres C:ón d!! pensar qua somos como las que los de otro tipo? marionetas. movídaa poi' l'llos. Pero a díi:rencia de las marionetu, pode- 3. ¿Cómo puede la sociología hacemos más libres? o mos paramos y empezar a peryscr; o

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¿En qué medida ~o mos libres? . ..

to largo de este capítulo, he· mos tocado un teme centre.!: le scciEdl!d tiene une inftuencia enorme en nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar. 5I eslo es ul, . ¿puede decirse que somos bbres? Existen muchas respuestas a esta pregunta. En un extremo, están aquellos que piensan que la sociedad ejerce tel poder sobre los Individuos que éstos pierden casi toda capacidad de Iniciativa. Aun esi, aquenos que se Inclinan por esia postura tan pesimista plens¡¡n que -no se debe renunciar a hccer que la sociedad sea más juste (segun, por supuesto, el crilerlo ele jus:icia de cada uno). En el otro extremo eslán aquenos que opinan que la sociedad nunca poérá torcer la volunted de les personas. O al menos de aquellas personas que tienen el coraje suficiente para no dejarsE vencer. La historia de la humanidad esiá llena de ejemplos de ...... pers0f12S· que, teniendo todo en su , cornra, han contrib\ndo a transfCITilar ~- .. - - ;- .• __ ,_sÜss'OOedades:·

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Socialización • · 153 to; varí~ mucho dependlenáo de la person~~d del interno Si altunos salen de estos centros ..reh:lbililldcs» o •rec~oer~dós,., ocr¡¡s eper.:IS muesuan c:!.!Dbto tlguno cuando ~onsi~en salir. y aún ottos salen co~fusos o llc· nos de resemÍmiento. Pot último, lll13 esW!Cl:!. prolong~-

da en una organización tow, ~a le que se in~en u ~u!~ 1~

iniciatha y penon:iliciAd del mtemo, puede temunar oesttuveado ,·omplewneme la cepacid:!d de esa persona de 20~rnar su pr<>pia vida, de bacer frcme a los retos del ;Dundo merior.

. . ,_.,_....,,,.".7 .::.,..:;::..,_-~';;!,:,:;.-co~-:;;.!-._;.:: 'o\.";·~;! k',:.::..·..\ ;·_ if~ eTs.· u · M ~ ~ ~~~~ ~~~~~:1~~$-f~~~-~~~~~fr:i~~~,_,:·r:.~ .'~.". .. ~:.::?._..,,<.:,...::-.:t:..,r;•..g~·-'i~''!'" :·~-x-,- . ~ -

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namiemo moral. Según es¡e autor, se pueden disun1. Para el indi~iduo. la soeializ~ción es el proc!So que 2Uit ues eu pas. En la primen, cbuen.o" es todo lo comiste en la interioriz!cióa de los símbolos, valoque grnific 31 niño y ~alo» todo.lo que: le causa res. nomias. etc.. de la culrura a la: gue ese mdivtduo dolor. En una segunda etapa, se cmpteu a JI!2JU las penenece lo ouc le De~itc no _<ólo dmli!lll~se cosas segón el criterio moral de los ~es y_las norcomp un ser huma;¡o; smo tambt~ hz.cene s~:Umu y valor!S de Ir. sociedad. En la úlnma ellpa, las me me comDetenre. Pm la sociedad en_s~ cna;unto, personns pooeo entte par~tesis las normas y valores la socialización es el proceso de trulSmtS~ón culrurnl coovcnciontles y pas~ a valorar las cosas desde de una genel11Ción a otr11. unos principios mor:l]es absttactos. . . 2. Eri el si2lo XIX, mucb~s considera~ que, como: 7 Coa el fin de corregir el S!Sgo de b.s uwesngiCion!S 8 de otra especie,_)! :urnw esta el de la- · · · de KohlbeJx (qce babia en mn pw determjnad.l oor los msnnm• n lg< ~ulperson:ilidad estudiando únitmltl:!tc a los amos), siones j>untneote biológ:icu. Hoy eo ~se eonenCaro! Glllinn esrudió el desaaollo de.la.person:Uidad den las cosa$ de modo distioto. S~ enneode que no en nülos y- niftas. Según Gilligan, al v~o~ moralson variables puramente ~iológiCliS, sino el emomo ' mente ona acción, las niñas esán más mclinndas a socill v cultural en oue viven las ~ocas lo que~ tener en cueall Jos efectos de esa acción sobre las pcr· me jor puede e"<pljm su conduc~ cuando los sonas, mieottas que los niños parecen más inclinados sociólooos Mblan de «naturaleza humlUlaJt, no se a;'uzcrarla según prillcipios morales !bsi'I!Ctos: ·:: · :· la Herben:"M"'ead t:ntenc!fu el nroceso de sQQ;Ili. refiere;coa ello a los componentes especie hum;ma, sino a!J ~dld de los seres uS. , ció~ com~ ~~~~so que explica la constitución o m ·~s Plll11 mar y recrear connnull!lentt el e~tomo en ~~ rurnl emergencia 1 Stlj, , • 0 donde que es un cul_ . . autónomo (lo que Yen pu3. El ;$13!!1iento social puede orodum dan~s u;evemte dirigido por la sociedad (el mi). Segun Mead, a bies en la rorniu¡:¡a~ kllpacid?d de ~pren~!Ule de l~s partir de In condccu punm~ imít;tiva, :1s~lf •;a ~os co.sos ~ ~!!lld~t:-o Y_W:l!llllea~~ constituyéndose 0 desarrollilllaose a_ ~v~ ae la muestrAII ..:¡ue 1~ exptnenc¡a social .-s fun intemcción del sujeto con cada vez mas ~rsonas en pm el des3179ll0 , . con••xtos sociaJ!S cada vez mós comple;os.hasll el ud disde · las' peno~es. ttes COIIIDOOCDteS D 11 pel· ~ 4. Sigmund Fm onguta • • . reconocimiento del «otro generalizado». 5o0 alidad humana.. El id ¡porrsema 1 _os compnnrn.es e 1 ICillió el término lookin ¡; ( 1 · el 'haDQIOJ 0 9. Charles Honon oo ey insñmjvos básic.os del bom re e:.cms ~ · ) ue laJs st~ con el que se sugiere que la imagen que instiotos de b V!dt v la muerte. re.soe::nvarnente ' q ~ un~t r-· ~"'oca de sí misma deoende de la imagea . En 1~ Wll];K!ll"nte el SUJ!lrtgo, nene · son JAD&tos. e~ ~ los que de ella tiene:!:otras pmorw. . . se im:luven_Jcs lO. La familia.. que suele ser el primer a_gente de SOClali· il)djyidu05 UlteD!!!J.Z'7Q- . . • • • : • las zacíól);>lieoe uoa iniJuencia decisiva enJos compor· aa-'~ ,¡,. tt•Q{yg !a Q]OS!QÓD oermap.nte eatte . . . d .• . • . . ~~ • .¡ 1 t:lllll"D!OS V !CON es Q.1UIOO. 1 pulsioaes.d•l id y •• •ligeoQil$ o;C 'liP'"!lflEn escoJ~ los niños empieun t entrar en cooac11 5. Jean P!aget entendí~ el d~~llo ~ano como.: •· coo persooas ó~ distinJo orisen sOC:al y a tceptu 0 10 prcce.so ~e ~dunc1ón bto.ló~:~ v ~=ulfucj¡¡. ser evalu~dos serlo criterios abstractoS o imperso• de..,e:tpenencla so.: • e~ t~gc~ • ~es. Además de les mmt:ias concrew que se les 0 gume-c-.tarro et3p113 eo est. proc.so. ~V"! leña a Jos niños en la escuelr. tarnbi~ se enseilan . U. la-t2pa de les op-...rac1ooes co~~ ' . . ¡ la preopcraaoo • ¡¡j valores y comoon:umentos (la puntualidad, &. com~~ :::!!!JEsopet=unes.~onn 4 · . . . · • · vertidos en -- --·· -· ··--- ---:-· .ae ~ eetivfiTacieoan" Lawrence ltohJI> peoOV!~d,- etc:), nec!Sanos para coa 4 ·' - · - ~6..: -btrg Qesdeestudi~el~mello..1c. -fp<T P la-e!paa'"·":-del ru --i!duitos SOClalmente competentes •• ··•·· -.: ...

c1!31q~er

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12. Eo los§Upos de irJ e los jóvenes no aaú!n bajo.:l oue,·as, como las laborales .:> las derivadas de 13 conCOill!VJ o la supervisión de adulto5, como oc-Jm en la vive;¡cia familiJ.r. Lo; allos cenuaJes de la vida ad!l) esc-~eia o en el seno de la familia. ~pos de iguata son una tpoca de reflexión. A esa -alrure de la vid!, les son más imponantes en la etzpa e la adolesancta. se evlllúa lo que uno ha conseguido a. la luz de los 13. r:óS"med¡os de comunic&c!ÓÍÍ dt iDISIIi, especialsueños y metas de la juventud. mente la televisión, tienen gran influencia en el 17. LllS últimos años de la ,;da adula son allos de ttaosiproceso de soci:iliución. En algunos países desarroción, como la D'lnsici6n de la vida activa a la jubilallados los niños pesan WltO tiempo delaate del teleción. Mieottas que en las sociedades preindustriales visor como en la escuel!. las personas mayores tienen cieno prestigio social, J4. Al igual que ocwre con el resto de las etapas de la oo ocurre lo mismo en les sociedades modernas. vida, las expectltiV:IS sociales acerce de la infancia 18. En las sociedades modernas, las personas intentan son distinw en disrintas sociedades (o en la misma vivir de espaldas ala muene::La muene es algo que sociedad en lpocas dis!Íilras). En la Edad Media se iotenll negar u. ocultar. Aceptu l1 ptnximidad de europea, se esperaba que los .aiiios comenzaran a tra· la muene (de !! propia, o de penolli!S cercams) es bajar ~ pronto como su desarrollo físico lo pennipaste del proceso de socializ2ción en la última etapa tiera. En las <oci•d•de< recnol.Qricarneotun.nzade la vida. . . d:!s...!! infancia ea una etana de$ndiu;}iiose~ 19. Las organizaciones totales, omo las prisiones o los ~mera del niño que rraba_i~uma-res,PQllSab.ilidJ· hospitales psiquiátricos, tienen como ol?jetivo la des propias de Jos adultos. ~t.socialización, esto es, cambiar subs~~ncialmente la 15. La adolescenci~ es el periodo de transición enue la Per~nalida4.de los inremos. · · . inflnci2 y le e!:!pa adnlta. A diferencia d! otras 5(): 20. 1-a soc:i11iztci6a muesn el poder de la sociedad ciedades, ea las sociedades tecaoló¡icamente avansolft laSpenanas; soiNt Sil !moa de pensar, de senudas, la adolescencia es una etapa dificil. tir y de ICIIIIr. Sia embar¡o, como agentes libres, 16. Ea Jos primeros añc¡ de la e~ap~adulta la socializapodemos reacciooar. Las persona$ pueden c.ainbiar ción implica aprender a asumir responsabilidades sus jlf~ vidas y cambiar la soci:?ad.

cohor~. categoría de per.sonas que compw alguna calooking-class self (tnduC:do a veces co~o el «St/f esracterística relevante para .ej análisis sociológico, pec"Jlar»}, ~rmino de Cooley que r~sume.sÜ.!llpó!esis como la edad, por ejemplo. de que la imagen que tiene una persona de sí misro! fJO, en FreL'II, tlrmino que b!c: reierencia a los esfuenos deptnde de la imagen que de ella ri:nen Ott:IS pe.-ioaas. consciente' de u¡¡a pel>ont para encoo1111r uo equilimedios de comunicación de =sas, son los medios de brio entte la búsquedt del place: y las exigencias de la comunicación caoaces de truumitir información a un sociedad. · grao número de· indhiduos de fotma .simu!táilea e etapa de 1:15 operaciones concretas, en el esquema de impersonal. . . Piaget, et:!pa en 13 que los niños ya son cJpace' de perorganización total, organización que aísla a un grupo de cibir relaciones causales en su en tomo. individuos del resto de la sociedtd C:oo er objetivo de etapa de las operaciones formales, en el esque:na de manipulu su coocienciL . Piage¡, etapa en la que el niño ya es ~p;¡z de razonar otro generalizado, concepto acullado por George Heren términos abstractos y crl'tic~ente. ben Me2d con el que se bace referencia a las normas y tlllpa preoperacional, ea el esquema de Pia¡et, etapa en valores culturales amplía:i:teate acepudos coa los que que el niilo ya es capu de entender y emple:u- a!gll!los los individuos se eva.hlan a sí mismos. símbolos, ·:omo las pilibras. personalidad, entn,t:oado relativamente consistente de etapa stnsomotriz, en el :squemt -de Pilget, e11p2 en la les formu de pcns:ll', sentir y actuar de una persona. que los niños conocen el mundo únicamente a través resocialización, proceso que coosiste en alte.--ar radicalde sus semidos. · mente la personalidad de un individuo por medio de grupo de igual~ grupo social compuesto de personas la manipulación de sus necesidades y de su énromo que tienen más o menos la misma edad y posición · vital social, y unos intereses comunes. stlf. en George Herllen .Mead es una dimensión de la perid, t6rmino que :mple3ba Freud para referirse a los inssonalidad compuesta por la conciencia y la imagen qú.e tintos o pulsiooes b!sicas de les personas.. • · de sí mimlo tiene un indiViduo.

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,, socialización, conjunto de experiencias que tienenJu. gar a lo largo de la vida de un individuo y que le permiten desarrollar su· potencial huinano ·y aplindcr las p~uw culturales de la 'sbciedad en la que va a viv~ · · · ·

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socialización mlicipada, aprendizaje. de las. nonnas, valores, o conducw sociales que tiene como objetivo alcanzar una deten::únada posición. . superqo, ténnino de Freucl que hace referencia alas oormas y valores culllll"lles que el individuo ha interiorizado.

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l. ¿Qué consecuencias podemos e:maer de los. casp$ de IIÍslamiento social? ¿Cree que es ros casos demues11"311 que es necesaria la e:~periencia social para el de5amr llo de la personalidad? 2. En el \iejo debate.sobre si es el componente biológico o gen~tico o, por el conrr:uio, el contexto social lo que mejor explica la cooducta de Ju personas, ¿cuál es su postura? ¿Son esw dos posturas absolutamente incompatibles? 3. Comparando las teorías de Freud, Piaget, Kohlberg, Gilligan y Mead ¿en qué se pmccn y en qu~ se dife· renciao unas de otras? ¿En qué casos se puede decir aue unas teorias se basan en ocras y en qué o!IOS pare¿e que se ll"llta de teorías independientes?

4. Cualquiera que vea la televisión se habrá dado cuenta de que las personas que aparecen en la pantalla (actores, presentadores, ere.) suelen ser mú atractivas que la mayoría de las personaS que vemos en la calle, en la universidad, en el trabajo, ere. ¿Qut opina al respecto? ¿Cree que esta estrategia de la televisión puede afecw ala imagen que tenemos de nosotros mismos? 3. En su familia, u otras familiu que conoz.ca, ¿se enseoa(ba) a los nillos que hay juegos o tareas propias pan cada uno de los sexos? 6. Ala hora de plantearse sus m~ !.!!S alargo plazo, ¿quién ha tenido más influencia: su familia, sus profesores o sus amigos?

Lectura introductoria

Lecturas más avanzadas

mooografú. sociológica sobre este rema es la de Josep Rodríguez, El!\lejecimiemo y fizmiiia (Madrid: 1994). Desde la cotropología, el trabajo de Teresa Sao Romm, ~~ja y Culrura (Barcelon.t: Fund.xióo u Caixa), analiza el proceso de envejecimiento en la sociedad contemporánea.

as.

Jesús de Miguel, «EE último deseo: Pan una sociología de In muerte en España» (Rrvista Española dt lnvtsn·gacionts Socio16gicaJ, 71-72, 1995, pp. 109-156). El autor esrudia cómo los españoles perciben la muerte: la suya '! la de otros. En Philippe Aries, El hombrl anre la mutnt (Madrid: TalllUS, 1983) se pueden esrudiar los cambios en la sociedad occidental en el modo de pensar, anticiparse a, y experimentar la muerte.

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Internet ·

.• hrtp://www.unicef.org/spanish/sowc99/ Aquí se poede encontrar el infor.ne de la L'l'-11CEF sobre el Esrado Mundial de la Infancia. Hav una sección sobre trabajo infantil que me= la pe~ cunosear. • hup://plaza.inrezport.net/nypsan/freudarc.html Todo sobre Freud: su vida, escritos, bibliografía, etc. e hrtp!/www·":Pi.edu/-isg_501/osusbldo.bm¡J"¡liaget Págma del Won:esrer Polytecbnic Instirure dedicada 3 las teorías del desarrollo de la personalidad, ent:re ellas la de Pinget Se pueden encontrar otras direcciones útiles sobre Piaget

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Rehcr, David Sven, La íamilia en España: paJado y prt· semt (Maárid: Alianza Editorial, 1996). Un libro brillante. Véase esoecia!meote el capítulo 4. dedicado al·ciclo vital. · Fuentes clásicas

Antbooy Giddens, Modunidad e idenridad del yo (Barcelona: Península, !997). Es uo esrudio muy interesante, que analiu los cambios del proceso de socialización en las sociedades modernas. Erving Goffman, Internados (Buenos Aires: Amorronu, 1970). Para entender el concepto de •organización rotal». E b"bro, un clásico de 1:. sociología, es el resumen de un trabajo de c3.1Dpo que realizó.el autor entre 1955 y 19.5ó en un psiquiánico noneamcricano, disfrazado de ayudante del director de educación física. .. Jerome Neu, Gufa dt Frtud (Maárid: Cambridge Uni versil}' Press, 1998), para entender Jos conceptos básicos y la evolución de la teoria del psic~W~álisis en el ~­ texto ñlosófico, social y poUtico en que surgió.

George Herben Mead, Espfriru, puSOfl/1 y sociedad desth el punto de vista dtl co,..ducriJmo social (Barcelona: Paidós, 1982). Escrito después de la muer.e del autor por sus alumnos y colegas, a putir de apuores de clase. Es el texto básico para esrudiar la tenria de Mead sobre e.l desarrollo del se/f. Margaret )<[ead, Adoltsetncia, se:co y culiW"a en Samoa (Barcelona: Planeta-De Agostini, 1993). Un clásico de la antropología, del que ya hablamos en el Cap(rulo 4 («Cultura.-). La aurora demuestra aquí La Rt">i.na EJpailola tit /nvt.rrigaciof!ls Sociológicos, 73 que los prohlemas de la arlolesccocia no son de orden (1996), es uo mor.ogRfico dedicarlo a la sociología de lt biológico;-sino1 sobre-«ldo,-4eri"ados...DeLenrolllQ._ _ye~. Incluve mfculos sobre l~t?des hacia los ~iejos. social y cultural en el que viven los adolescentes. poUti~ públiw, ttndencias demo~étc."(Jiia:Duena.

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Tony y ~hrgam vm a cenar con unoi amigos. Ya van con retraso porque han perdido veinte minutOs dmdo vueltas con el coche, intentando encontrar la clSa de sus amigos. Tony, al que ya se le nota muy cri~o por la forma de ag!UIU el volante, conduce muy despacio y tl"..innóo a todoi lados. Muguet, senmda a su bdo, está estáóca, sin atreverse ~ soltar ¡>Jla• bra. La velada con los amigos, saben los dos, no ha empezado bien. Est~ es una historia muy normal: la de dos personu perdidas en la ciudad, incapaces de encomru la can de unos tmigos. Pero Tony y Margaret están perdidos t11 otro sentido, pues, sin saber muy bien ni cómo ni por qué. están~ vez mis irritados: con la siruación, v el uno con el ooo. • Podemos ponemos en el lug:!r de Tony. Como la mayorla de los hombres, Tony no puede ~:lmitir que se ha perdido. Cuanto más tiempo pasa, más irascible se·pone. Margaret umoién está a punto de esullar, pero por una ruón diferente. No entiende por qué su mmdo se empeda en seguir dando vueli!S en lugar de paru y preguntar a alguien. Si fuera ella, ya lo habría hecho y ya estaría sentada en casa de los amigos con una copa en la mano. Pero, ¿por qué los hombres son t2.11 rtacios a pedir ayuda? Los hombres valoran mucho su independencic, y por eso les resulta muy molesto pedir ayud:~ (y mis, acepurla). Pedir ayuda irnplic~ rt::ooocer que uno no es del todo capu de valerse por sí lOlsmo o reconocer que oaos saben !o que uno ignora. Pm Tony, es mejor seguir intentándolo unos minutos más' y evit.:r que su.!'ra su orgullo. Si los hombres est!n más inclinados a ser (o par~..r) autosuficiente.s y s salvu a toda ::osta su postción domin110te, l:.s muje~s puecen más predispuestaS a cooperu con 01ra5 personas y, a su vez, a pedir cooperación o ayuda de otras personas. Pedir ayuda no es al¡o deshonroso pan MugueL Al contrario, es algo positivo, ¡:ues rtfuena los vínculos sociales e:ure !2.! pmonas. Pan Margmt, p= y pedir información es algo un ~tural como lo es para Tony e.fem.rse al volAnte y seguir intentándolo solo. Pero ningo.mo de los dos será capu de resolver la situación a menos que puedan(::¡ quier!ll) ponerse en el lugu del OD'O {cf. TliUlen. 1990: 62).

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ste capfrulo 16 vamos a dedicu a anclizu ejemplos de me tipo, tomados de la vida coddi~a. Empezaremos inll'Oduciendo algunos ~ooceplos funda. mentales que nos sen'lrin pasa explorar la interacción socitl en la vida cotidiana. A continuación, veremos cómo a partir de lo que Jlalru.ü¡os !.a in~tr~ccióo ca..TI! a cara, vamos construyendo la realidad que nos rodu. Por supuesto (y el lector perspicaz ya lo habrá advertido), ltn· dremos en cuenc!a perspectiva de género. El concepto central de este capfrulo es el de~· 9 qn social, que podemos definicc;ruuo ll P.'llf!!E.l,~g@ ti cual ul'.a ousona acnío y reacciona tn relaci6n a OlrQj el~~oñ~~. jigu(tndO "unOS.JJA!IIOilzm.sJiEltc~ culruralmtntt. La interacción social nos permite Ci'tas y ''fecrwTárUTidnÍI que pemoimos. En nuesD'a vida cotidiana estamos continuamente interacruaodo con oO'as personas, pero no·de cualquier modo;sino, como veremos inmediawneote, según uni!S pautas sociales determinadas.

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mos si anticipamos que va a ser un profesor y no un alumno o un miembro del personal ac!minisO'ativo quien va a das la c!ue. a ·estarus nos ~~énes y qué somos en relación a OD'as ~rsonas y, consecuentemente, queb

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El estaniS que ocupamos en una determinada reJación social nos confiere entonces una identidad social (tenemos 1s ideñiidad, ~ósqüróirtisíaiecooozcan, de mldico o paciente, o de proíesor o alumno). La ocupación o profesión de una persona es una pane muy importante de su identidad social. Cuando nos presentan a alguien, el nombre nos importa poco. Nos impona más s:1ber a qué ·se dedica esa pcnona. Incluso después de jubilarse, la profesión que uno tenía en 13 vida activa sigue siendo importante p= identificas mejor a esa per· 50Dl. •

Conjuryto-'!9 ,e,st.~.!!!~

I~a-~~3.!.~..U~!E!S..~~ ~sjciOO, social~ ~al­ 4e..su ':i&a. Con elténnino conJunto de ,esta tus hacemos referencia 11odos los esrorüió~ ~ Estructura social: un m'apa de la vida ñis s'Oclolu que titnt u ocupo uno ptrsÓnlltÍI linputocotidiana 71lrdt ritmoo dmnninlldo. Una ñiña tiene el esiirünle "ñija en rel~ción a sus' padres, de amiga eñ relación a sus !_.as_c;;tru~9Éales ~rnú~~ los miembros de una compalleru de clase, de htnnanll en relación a sos hÚsociedad dar sentido 3 las sitUaciones en lis que se viñ mlllOS, o de dtlonJtra en reJacióo aJ resto de los miemliuncrsos todos tós días. Si ésto e5 'así, ¿cu!les soo. entonbros de su equipo de fútbol. También. a lo largo del ciclo ces, los elementos básícos de nuesll'll vida cotidiMa? Y!_w,las posiciones sociales qu! oc:upa·una persona ciñl-.. biáñ neá:w)iiiiCñie.UiiiiiñO~on adüli0;'1Ih _Esta tus .t;, : .. - , . . &: rrc:.~ ~v:..,': ,. . .... tSrudi:mie se .éón"Vfene eo un abogado, Wl soltero pued~ ·, -.-~ .:.. ~"' .':..~~ "·':. ~r·:•.L' .-.~..:';·:~.¿ ·c"'u~erminas coo\'ertido en marido y p~. o .separzdo o viul..in_• 1e¡¡¡emo bás1c.o de la es~~~ S~~~.:! ~~t_.a.:_us, c!o aJ Clho de los años. Al vinculamos 2 una or!!anización ~ue. ~~ce referenCla a la J?IY!EE!U~!Dl qyt_QSUPíl..,"!!- o aJ encomnr ~r.~bajo aumenwnos el número de posicio1.fl!l1"!auo Y qut lo~ ~tn:os rtconoc~n: En el. lenguaJe nes sociales que nos toca desempeñar y;muy posiblec~mun. est4rus ~ smorumo de pres~g¡o. Decunos, por meme, perdemos o renunciamos a otr:IS tantas posiciones eJemplo, q.ue el dll'Cctcn: de un banco llene .más esta~ que sociales. En resumen las , ooas ocu 211 v desocu el. empleaao que nos.noe?de en la ve~t~a. En soc¡olomuchas posiciones sO::ia!e~o largo dtsu ;ida. pan g1a, el estarus no es smórumo de presng~o. El esta rus hace referencia a una.posición social, mo es, a las responsioiEstatus adscritos y esta tus adquiridos lióades, privilegios y b:peclativas qüe acompañan aTsa - . -· - -·- .. - ... - -· ~-· - --Una disúnción búica eo sociología es la de CSilltUS adsposición. Cierumente,poáemiis decir que hay pogéiofles crito y est.:ltUS adquirido. El estatus adscrito es la porique conñeren más poder y prestigio a las personas que las ocupan, pero no podemos, sin más. ide.utiñcar estall!S con ci6{1_S!'Cia.!. qu!.:_para bitfÉ~~~~~ ocup~ ~..E¡;¡o: no al naetr o se' li. adjudicq indtptriJien(tJ!!t'!}~ prestigio. Dado que un es~rus llllplica unas rcsponsabi!idaáes, voluntad. Por ejemnlo, uno nace blanco o OCI!I'O, bol:illc ÓmÚjer, es una periona «nll!lii2ho o tiene una~minusvalía. unes privilegios y una serie de ~tpccrativas, el CS!!!!;!S que tiene una gexsona .001 va a decir mucho sobre cómo Esw son cuestiones sobre las que el indivjduo no uucde v:Ci 2COW es'a"'DCnoñá'é'zi 'un -cittctmínacio COO!.eXIO elem_ social. Por eiemoio. al en la i:otisUiii dei ~o. - - Ellénnioo opuesto es el de esta!lJ~-ª!!q~.rili.Q.JJ.ue_es póCeiiios amÍcipÜ con basl2.Dte precisión y con pea pro!!wsici6(1s«.lal ~~!l.!.!!!~ ~i~n.~g,.t;..af•. !f'!:!!.P.9'sobabilidad da equivocarnos, cómo n z acma.r el médico TIIl adquiere por sus propios esfi•tr:os. Uoo adquiere el durante la consulta. En la universid!d, el profesor y los e?.añis de csrudiante univmitirió, de deportista ollmPialumnos tienen eswus distintos, que impü.can responsaco, de esposo, de programador infonn4tico o de ladrón bilidades distinw. Por eso diñcilmente nos equivocaÍe· proicsiona!. En todorestoi ejemplOs, ·el 'indiVidUcfhnle-

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un esta rus y dffiiñOtí!JJ un ro1(Linton, 1937). Desemoe5ar teniendo una oca no sólo es el resultado de sos el rol de .csrudiañ~plo, implica L<isti! a ~tase, es uenos wsoo C1,Síño'iiiñliieñde fac~ sóbn: bacer las 1 = del curso, ¡m:pmr los :limenes, etc. '!Es q¡jé' w. ~sona oó ha tenido ~uencia !!~como Los est1rus, como los roles, vuían de sociedad asocieel género, la familia óe ongeñ:laru.a, etc. Por d=lo en o!J'OS pzlabras, el estarus !dscrito de li!S ~onas determi- dad. No es lo mismo ser padi't en una sociec!2c! empeñada .na en mavpr o men~ medida (y segtlQ el tipo"deSciCi't- en promover la igualdad de derechos entre. hombres y mujeres, que serlo en una ;ocieóad típicamente patri~l!!: dad) el cswus ~e esa persona puede llegas a con.se~ ~o..aüii-'slüeiio~~fl~t:as peiiónasoeraza, las c.;~pectanns sociales accr-..a de los derechos y obligaedad, o sexo ..adecuado» lie"neo más probabilidad de reaciones del padre son distintas en una y otra sociedad. Por lizas sus aspir3ci0bes que las que tienen o han nacido con supuesw, no todas ~~-~e d~~j\a¡ulmis~. mo rol lo hacen deJa misma manera. In bar¡ln de. una las casac~erlsocas opuestas. Las políticas de igualdad de oponunidades ueneo como objetivo, precisamenle, pro- ín"@f !Üi!Ji ·4~~~¡¡? _!!e Stí.iSsE!!.aJiliad..E!j!JJ!D curas que las person:lS puedan aJc:mzar el estatus deseado en que se P:rmi.!.r: q~e _1~ ~Qni!!Lt\td_ afecte .cLdesempesin que su ru.a, género, salud u ot.~ =ctensticas ads- - ll.o d~-~_rol v~a dt una socj~ad a I?IL':.· . . · criptivas in~ervengan en ello. Conjunto de roles '·· Estatus domjn§Jlte De la misma manera que una persona ocupa más de una Algunos esmrus son más imponanltS en la vida de una posición soc@l simultáneamente, tambi~o t~n-~ ~ que persona que otros. El estatus domí.nanlc ts aa1ttl esranu desempellar distintos roles en su vida cotic;liana. Roben qut mtjor dtfint lo _i~nJidad social de una ptrsono·¡- ~ (1968) acuñó el tbmi.oo conj~~ dc..Tol~E~ referirse a la varitdad dt roles reunidos en un Úl!ico tsra· qut, dt estt modo. tit.,t UTUl E!E~~'!e!!.~ ~JE::!!!!?t ----~-...-........----,~-~· . -·... · .~~· esa persono. P= muchas personas, el esurus ocupac¡o- nu o pos1ci6n social. En la Figura 6 .1. podemos ver e.Sw daraioente. Se pueoai o profesional es el eswus domio:!IIte, porque es muy den distinguir ahí las cuaD'O posiciones o esarus de una indicativo del origen social, el nivel de esrudios y de ingresos de esas personas. P:ro el es t.:~ rus dominznte puede ser también el resultado de una cnfetmedad grave o de una minusvalía. H3y enfermedades que son como estigmas y que prQvocao un recb¡¡zo social. Una asnisllld de todllla vida puede que no sobreviva a un cáncer, pasa sorpresa del que ha terminado vencitndolo. Lo mísmo les puede ocwrir a las personas con el síndrome de inmunodeñciencia adquirida (SIDA). También, en aquellas sociedades que ponen todo tipo·de trabas cl desarrollo pessonal de las mujeres, ser mujer termina siendo el estarus dominante para mucbi!S de ellas. T;unbiéo, y para temrinas, muchas veces tendemoS'· a convertir la nunusvaU2 de \1111 persona en su estatus dominante. Esto e~. miramos a una persona úpitlmente a O'IVés de su minusval!.a, que pare~ explicar, como por aste de magia, cualquier 01r.1 cualidad personal (buena o mal:.) que podamos ptrcioir. Por ejCillplo, si ha c:Oo.seguido salir :tdellO!e es gracias a su fuerz.a óe voluol%d, que ha icio ~emplzndo gracii!S a su minusvalía; y si se ba quedado atrás es porque su minusvalía le ha impedido llegar mis !ejes. A este tem¡¡ le hemos dedicado un rc."Uatiro.

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Rol

El segundo =~te .~ata! .de la interacción socia! es el rol. que !Íace referen~a a los erptctarivas sobrt

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flvura 8.1 a Conjunto do rolu y do OSII'!'"

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La minusvalía como estatus dominante amos a leer extractos da dos ouos c.~icos o chicas, que consigan un entrevistEs a muieres que for- trab~jo. Esoeran qu• uno desaparezca, maban parte de una investiga- que hage como si no exisdera. No puedo ción sobre las mlnusvaf(es ·físicas. hablar por otros, peno al menos en mi cuo yo me sentía lfltellctuaJmente mú l2s palabras de es1as dos mujeres madura que otros niF.os, pano ernocionzlreffej2n muy bien cómo una minusva- mente mts Insegura. Sólo en los últimos lía puede convertirse an el estatus cuauo o á'al años me he sentido une dominante de una persona. 8 primer · pa11ona completa_· extracto corresponde a Donna Finch, Rose Helman es una mujer ya una mujer de 29 años, asistente soc:)al. Qonna es clega, y vlv!! con su mayor que vive en Nueva York. Tammarido y sus dos hijos en Muskogse bién es ciega y tiene una meningitis espinal. (Okla~).

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•Muchu pe~sonas piensan que un mlnus•dlldo no pueee Hega a ser un ac!u!'.o rtsponsablt como Jos damts (...) piensm ~ los m.nusvifidos son como ni/los, pti!ON!S incaoacas ce V2ler1e por si m:smu (...) No ven bíer• que se.lgan con

•Me pregunta si t. gente es hoy d'derente a como cuando "Ita ur.a ~ No mucho. Todavia mlf1l1 con temor aloll min•~5dos. No 56 si temor es la palabra correcta, pero pvece ¡;ue se sienten lnc:imodos c:uanoo ven a un

minus'~iido.

puacio sntenóer en perta, porque una VEZ me oc::Jrnó !. mr. Estabz en el suborbar.o y prtgunti a un hombre dónde estebe la salid~ al.! cilte. El hombre me indicó pol c!ónde tenia que ir, il' ro pzrKie fiiUll complicedo, y entonces ~~ prt9(Jnte: •¿le lmpol'.a ltvarrner El hombrs me cijo: '¡POt SIJ?uesto!", y me : g!lró del brazo con el que su¡.leba al pttTO gula. Asl qut le dije: •¿le impor: la Uevarma del oero brazo?" Y me rtsponlió: "lo siento ¡¡aro no tengo oito bruo' . Yo le rupondl: 'Muy bien, fi!J!IS entoncas Sil pone al otro lado y yo le egvro la c.,aqueta'. LB ~rdad es que rna umia un peco rara agtrrad·a a una manga sin breo-. •

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mujer y los roles asignados a c:~da Wl:l de es:,s posiciooes sociales. Como "e~ la mujer tiene que desempeñar el tCTO! de cónyuge» (que implica hacer de confidente y compilñem se:aal del marido), y el '<IOI famili11» (que i.molic:~ col::lboru en e)l!l:l.lltenimieoro de 1:!. unicbd familiai). Como ocmadre», desempeii:t el ~rol de madre» (que intplica asumir ciena.s respo~abilidad:s con respecto a los hijos), y un .ero) cívico• (que implica colaborar o participu en ~uniones o asociaciones que tienen que ver con asuntos del bmio, la educación de los hijos, etc.). Como "Profeson universiwi:~>~, tiene que dese:npeñar el ero! cíe proiesor» en ~!ación a los esrudiames, pero WDoié:1 el .ero! de compañera de uebajo» en relación a ouos profesores. Por último, y en virtud de su estatus CQmo «cieotíficu, debe desempeñar el .ero! de investigadorl!» (frente a sus comp~eros de equipo de investigación), y el '<rOl ¡!e au!O!b (frente a la CQmunid:d científica que va a evaluar sus infonnés de invesngación). Por supuestO, en la FiJUra 6.1 sólo hemos desgr&D!do algunas de las posiciones sociales y los roles que tiene y desempeda esta mujer. .. Ser=ente, y por poco que nos esforcemos, poclrlamos identiñc:u- otn.S·posiciones y roles asociados ! los ante. rieres. Como c:hij~~» -quizá..se.ocup~de-atender-IWUS-p!-

dres. Pero ra.rnbi~n DOdría ser miembro activo de una asociación de voluntarios, por ejemplo. Conflicto entre roles

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Los miembrus de 6s >ociedades complejas e indusniales se ven forzados a asumir en su vida di:uia distintaS ~s­ pons~bilidades rel aciona~ con las posiciones que ocupan y los roles que dei>en desempeiW. Eno Jo acabamos de ver con el ejemplo de la Figun 6.1. Por eso-los sociólogos ~ acuñado el concepto de co nfi~les. con el que se refieren a ~~ -c_orj]i~q~l.E!t~'ndo -~ P.mo~ dliH dtJt';!P~~~r d~n!O.S~~!J~i.o!!~!_!O­

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Exceri.mentamos un cooilicro =roles cuando, a.lo l:u-20 del día. debemos bu~ frente! una serie de n:soonsabilidad:.s ·re!!clonadas con las diferentes posiciones soc'.cles que ocup:uoos: Es dificil, por ejemplo, ser madre y trabajar por cuenta ajena. H= frente satisfactoria y simultáoe:uoente a II!S respon.sabilidades que una tiene como medre y como ruajadon puede ~sultar agotador (sino imposi01e).l!!y~s9lU.É_~e problema. ~.~te en. renqn~~~- ~ posiCión sOcial (como hfcen.J.a.s.mujeres que dejan de trabajar-al tener un hijo}.

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Otn en mucarse prioñ~des o bes~ un punte de equilibrio entre J~...!!>)es ,tD_C<9nfii~¡o. Tarnoí!n, uno puede ~ separar lo más cl!ICJillente posible los espacios físicos y el tiempo que va a ded.icu a C3d.1 rol, como C!Wldo uno decide, por ejemplo, no llevarse tnbajo a casa. Por supuesto, uno wnbién puede eludir el conflictO entre roles anúcipánaose 1 ti, como es, porejémplo, el' .cs:stn!rt>T!Rii'iíbres y mtifeTeS que renunci311 a tener hijos :n f!vor de su carrera profesional. Hay otro tipo de conflicto que es tao (o quizá más) diiícil de solucionar que el mterior_ Este es el .conOicto i~que hace reierencia al conf!!~ro tfl!!_tlos roles asrgnados a una J?tisma po_sicióf!!OC!E!. El ejCll_lp!Odjiieo es e1od capataz de 1!111 fábrica. ESt:a pers0111 ocup1 una pcsieién intermedia. Generalmente es un antiguo empleado que ha ~ido ascendido a esa posición y que· se sigue sintiendo muy urudo al resto de los componentes de su lll!ler o equipo. Pero también es el último eslabón de la C3dem de autoridad de b empresa. y debe responder ante ella, por lo que umpoco debe relaju demasiado su autoridad mote a los !ciemoros de su equipo. La solución a este conilicto es conseguir cierto equilibrio enue las e.lpecwivas de sus superiores y sus subordinados (lo que diñcilrnente podrá lograr sin la cobboracióo de unos y de O!TOS).

Abandonar un rol

Helee Rose Fudu. E'oauch, una antigua rellgiosa que tbandon6 los hibitos pm tenn.inar siendo profesen de sociolog!a, ha estudiado detenidamente los =bios que se suceden cuando una penona decide ab!IJdonar un rol que ames desempedaba...una pme i.mporunte en su vida (Eb:mch, 1988). Desputs de :ntrevisw a un amolio espectro de •ex" (ex maridos, ex alcohólicos, ex mo¿jas, ex m~dicos), E'oaucb identificó varios elementos comu~ ep ~~sO!!ecoiivértihe eñ-uri-.Cei»:-' -- - Seglin ~auch, es~roces~.coÜtieE:!!I~;~_g..!!~.~E.t!::. sena e:no1eza a ~ne:conar mnc:uoente sobre su vida y a aJ¡;e;giüciiidaS~~!de su capaaaaaodeseo de seguir viviendo esa vida en el futuro_ Uno --~UJ,.pellSilf cómo seria su vida desemoeiUndo unos roles distintos hes u que, eventualmente, tóáiáTa-decmóooéiiímiief éOn

li"iñ'itñor'Y ccimeñllr"'iiiií'Óuevi Vidi··-- - -=--

'Peró-áun déspÜ{s de. haber tomaooesra decisión, el rol oue se ia abmdooado si2'Je teciendo -cierto oeso eñTaS de:isionQ~~Il.\05 del-céij;. tslc: i. só'5rc· todo al prillcipio, se sigue percibiendo a sí mismo según la imag~n que tenía cuando m:ba desempeñando el rol que ecaba de abandonu. Estas inercias cognitivas .pueden complicu mucho este proceso de transición hacia. una cueva identióeci Pn una ex monja, por ejemplo, vestir a la moda o empew a maquillme no es una.decisión f!ciL

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Un «eX» tiene umbi~n que re;on.stntir sus re!J!ciones persoo!.les coa familiares, compañeros de trabajo o amigos que, quizá, le ~ conocido toda su vida CQmo lo que pi"..eisamente ya no quiere seguir siendo. Tambi~n tien~ que apreader los estilos, éoinponamienros y btbilidades sociales que bagan creíble la nueva ÍID3Jen que tiene que dar de sí mismo. Esto puede ser difícil. Por ejemplo, Ebaug cuenta que las ex monjas, después de vivir durante muchos Idos al servicio de la Iglesia, suelen sen. tirse inedaoudas cuendo les tóca relaCionuse con los hombres. -

~ La constru.cción social de la realidad . Hace unos ochenta años, en su obra de te~tro JI piactrt del/' onwtl (El plac:r de la honestidad); Luigi Piran~~Uo

introdujo unos diálogos que bJcen las delicias de un sociólogo. Angelo Bo.ldovmo, un personaje brillante con un_pasado nubulento, entra en b !yjosa rua de la familia Rcñni, presentándose de ~a for:na un tanto peculiar: : "llnCS construyáldoilils.Ji uoi;rróS. tniJ. mt!s. Permíu.run: que me expliqll!. Y~ entro' en. t!!1 'cisa e inmeliiawnente soy ro que te¡¡¡o que $U y lo que ustll!es piensan que >oy• .Me consauyo a mi' mi1mO- Esto es, me presento :llltes u1tedes de Wla f01ma consistente coa :1 tipo de ~eltcióo que quiero te11tt con ustedes. Y, por supuesto, u.-udes ilacenlo mismo.

De ionn3 ine.,.iuble

Esta forma tan cunosa de presentarse permite ver muy claramente que si bien la conducta de las. pers9nas depende en gran parte de la posición social que ocupan o del rol que dcsempeii~. ~nas aúo pueden definu.la srruaci6n en l! que están interViniendo; pueden bac:r que ~~a situación sea una u otra muy d.istin!L En otru p~­ bras, lo que Uamamos la cre~ad>o no es ~go fijo o inmutable que se impone a las per>onllS, sino que.éstas pueden hacer que la realidad sea un~.u otr: al definirla de una u otra manera. Pan resumir esta iciea, los sociólogos Peter Berger y Thomas Lucboann (1967). acuñaron la e:rorenón construcción socio.) de la realidad, con la oue sul!iere aue

se

IOJ ptrsonc.s, inuracntando unas con oiras, van depnÚndo la srruación o la rtalidad en out se encutnrrart.. E.sta

i~ de la CQD.StiUcci6n social de ia realidad es oane fundamental del pmd.igma del interaccionismo ;i.mb6lico del que ya hemos habl!do en capírulos anteriores. Lo que sugiCitlllas palebras de ,,)._¡¡gelo Baldovino es que ea tode siruación social bay sombras o tonas de inc:rtidwnbre. Nin,!una siruJci6o s..ocial es ti deñnida completa y definitivamente. Las persones que están interacruando :D. esa situación ven dando luz a esas sombras, van aclarando la siruacióo en que se.. encuentran y, así, van creánciola.


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u imencción .social implica entOnces una _negociación continua entre la.s persona.s que están paiticipando en est interacción o e~ encuen1ro. En .lu interacciones soe1ale.s que se producen en la vi¡ia.coÍidi~a hay (o se. ya estableciendo) un acuerdo, aunque sea mínimo, ac..-rca de lo que est.{ sucediendo, y esto es Jo que J!Crmite que contimie la interacción· y que no se inlemuppL Es lOS acuerdos no son inmutables. En el desarrollo de .la interacción esos acuerdos van limándose, van cambiando o incluso IraS tocándose sustaDcicl.mente. La realidad, de esta manera. JO es algo as{ como una foto fija; es algo mudnble, que se va negociando 'f, a.sr, construyendo. Que esto es así, que al oegoctar la siruzción en que nos enconcramos podemos~ definiendo la realit:lad ~ intentar así c.-ear el e.~cenario que nos sea más favorable,lo podemos ver muy bien en "un su= que nos cuenu Piri Tnoma.s en su autobiogrÍlña Qown Ihest Mean Srrem. Thoma.i "se acaba de mudar al Harlem hispano de Nueva York, un barrio "peligroso. lJna n~. volvie.ndo a ca.sa, Piri ' ruvo un e~tto con la banda de ~aoeko:

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,...,.¿Qué h=.s aquí grlngo?• Me dijo Waneko, que hablab~ 2.rr.mnndolas pal!bru. · •Pienn ráoidn», o\e di~. «PitiiS& cómo eviw que todos te ckn qU paliÚ.. Yñulo ¡xonto•. · · · ··· · -<Me han !argado i¡ue vosoa-os los de la ~e 104 no sois uoos rillina.s. Lo clifO porqu~ ~y sitios donde IIWida una p~­ dillz de mocosos que no K me ven uno eootta una.. Queda tea· w ~ Wa.oeko a luchar solo eoon ml y cviw que ¡m di:no una paliza todos juntos. -A lo mejor nosotrOS no somos as!». Me respondi6 Wa.oeko ;raoquül!lllenle. •EsW ta)endo.eo la uuopa. cabml». Me dije. -<Yo no me e.su~ refiriendo ati. Pero de doode yo vengo, el jefe es" el jeie porque tiene eoj~s pen lutbar. uno comn uno.. . IV:Illeko er.aba empeundo a~ oervioso. Habl~ mordido el oozuelo y no l!bia muy bien ~ hacer. El reno de la pan· dilla pzrecú. mis rel:jada, mis in=da tu ver qut OC1I17á a cooúnuacióo ~ue en dmne .una paliu sin más. • -<BictL..» Fue la respuesta de WlllCko. ,Lo !abíL corueguidol Ya sólo teDdrí& que luchar c:¡)Qtta uno y no contn una douna.. Pero, si penlía, me podfm dar una p¡]jza después. Y si g~a ~m~biin. lm:nt! am~ar esto lOteS de

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empezar lt pelea -.'\o te cooou:o. Ya • nio2".mo de tw bcmbm. Pero parecea de fiar. No pare:en unos ¡i¡ww•. Dije. Al refe:ime a los de;;:;is como tflos..sepU: a Wanel:o del resto de su b&Dda. Ailo~ We..~eko estabt solo. Teiúa oue demosttar a su b~da, ti barrio y • ;i mismo que oo m un ¡:ÍlinL Waneko se cebó a un l•cio. -~Sin trums?• :>ie pre¡untó.

Bte episodict muesli} cómo podemos manejar_ .una .. . ___ .siru~ón. intentando definirla del modo qu~ más ;nos favorezca. Esto lo hacemos todos los días. Unos COJr más habilidad queotros~Pot:-supuesto,no.si~re-nos-salim~s

con la nuestra. Las sirueciones no la.s definimos nosottos solos. Tenemos que lÍ~gociar Ja definición de l~;sirutci6n coo los que estamos in:encruando y, aveces, toda nuestra ~pacidad de persua.sión y todas oueslr!S babiliciades sociales son inútiles.

El teorema de Thomas Desputs de una pelea agotadora, en la que ninguno de los dos salió ven~dor, los de Waneko terminaron aceptaDdo a Piri como uno m!s en el grupo. Para-entender mejor lOdo es10 podernos Ietwrir a W. L Thoma.s y aplicar lo que se ha llamado el teorema de Thomns, según el cual, cuoruio lUI(J situoci6n se define como rtal, rtrmino Jo.ocilndost rtal a rrtn·is dt sus consecuencias (lboma.s, 1966: 30; cd. orig., 1931). Aplicado a la interacción social, el teorema de ThomiiS significa que, aÜnque en un principio la realidad es maleable, al ser deñnida de una fonna u olla tiene unos u ottOs efec10s que son reales y concretos. En el u.so de Piri Thoma.s, después de haber cpnseguido definirse como un tipo duro, es un tipo duro a los ojos de sus amigos ocolega.s.

Etnometodología En lugar de a.sumir que la realidad es algo que está «ahí futra>t, el paradigma del interaccionismo simbólico mantiene que la realidad es algo qüe"lis peiiOñis vaiiereando en sus in!Ullccioncs diarias. Pero ¿cómo defmeo las per· son.a.s la realidad? Responder a esta pregunta es el objeti~o de la ttnomtiodologfa. El término tiene dos componentes: tútno, una palabra de origen griego que hace referencia a Jos grupos humanos y a e6mo estos grupos entienden su entorno; y «metodologíu que hace refereocia a un conjunto de aitoóos o principios de investigación. Combinando e.s~ dos palabras tenemos ernometodología, que es el esoudio de la formo en que las ptrSOII(JJ eniienae., o don selllitio. a su vido coritiiono. Harold Garfinl:el (1967), un sociologo que re::baz2ba la sociología dominante, de orientacíón macro o sistémica (sobre e.sto hemos hlblado en el Capf· tul o 3 e Sociedad»), fue el creador de la emomelOdología. El objetivo de la etnometodología es explicar cómo Ja.s personas dzn Kntido a infinidad de sitÜaciones o contextos que le.s son absolutamente íamiliares.•>IJ obserVar esw siruzciones podemos ver ala.s persona.s hablando y actuando de cierta manera, pero "debajo• de todo esto que pode¡nos ver y oír, hay toda una serie de suposiciones o entendimientos que d3.!!10S por hecho y que lllceo que .esa interaeción pueda seJ1llr !delante del modo qu~ ba.bfllllOS I!Ilticipado. Por ej~lo, cuando preguowno; a algui~: ~¿Qué 121 .,.va.s?»; dam~s a ~nre~~er, ytambién lo enti~cie asila per·

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americen os pa.san más miedo en sus ciudades que la.s per· son! a la que V! dirigida l! pregunta, que no queremos sona.s que viven en Londres, Pa..rfs, Rollll, Calcull Y saber, exac~m~ente, cómo le ,.a a esa persooa en té.-minos Hong Kong; y este sentimiento de temor conñgun ~ de salud o e.stado de ánimo o en sus asuntos de dinero o amor~. En la inmensa mayoña de las veces, hacemos parte la r~dad de decena.s de millones de 1loneamencanos. es;a pregunta a modo de saludo y no para curiosear en la Podemos ver a través de estos ejemplos que la gente •ida de la otra persona. Yesa otra persooa Jo eotieode a.sí. La emomelOdolos¡ú, entonces, esrudia esos entendí· consttuye la realidad a partir del entorno cu!Dlrl;l en el mientes bisicos, que-chn por supuestO los que interVienen que viven. En el Capftulo 4 (cCulllln») ya expli~amos en una interacción social y que permiten que esta interac- cómo los mismos gestos pueden interpretarse de forma di.stinta, e incluso opuesta, en disiÍDLis panes del mundo. ción ;e de.senvuelva del modo anticipado. Una forma de Un turista oue desconozca el lenguaje no verbal puede sacar a la luz esos entendimientos es esrudiu Jo que ocua.sí, y de la·forma más inOcente, consttuirse la realidad rre cuando alguien viola delibendamente la.s reglas conmás inesperada. Del mismo modo, lo que·cvemoS>t en un vencionales de la interacción social. Garftnkel (1967) animó a sus esrudiantes a hacer e.'qltrimeruos"de e.st.e tipo, libro o en una película tarnbi!n depende de nuestras. su¡:osicione.s o nue.sm forma de entender el mundo. · que consistían en romper las regla.s del juego en distinw Si la gente en el mundo bablta en distintaS realidades, siruaciones sociales. Unos estudiantes que vivían con sus i;bay persona.s más felices que otr.is? Cie!Úmeilre, ,Y padres, por ejemplo, debían comportarse en wa como si como mueslra la Figura 62, los .ciudadanos de algunos fueran invitados {pidiendo permiso para ir al baño, o fclipaf!es dicen sentirse más felices que los de otro$: ·Qtie los cita;xlo a la anfitriona por la comida), otros enttaban en suecos dioan sentirse má5 felices que Jos rusós ·ño eS de uemlas y comercios y se ponían a regatear el precio de los arúculos, ottos animaban a amigos o conocidos a jugar a extnllar, ~ lt vista de la.s dificultades etonómicas que algún juego y en seguida se ponían a hacer trampns, y están atravesando los últiinos. Sin embkigo, tambi~n bay que tener en cuenta qoe el sentimiento de felicigad. así caos se DOilÍan a bablu con alguna penona y empezaban como ottos muchos sentimie01os o emociones,:~~ié¡l a a~rcM mis y más su e= a la cm de esa persona. está, huta cieno punto, dete.nninn«!o socialmente:·.Como Por supuesto, lo primero que observaron sus esrudianveremos en e! recuadro sobre las emociones, hay culrura.s tes es que la.s <tVÍctilm.s• de sus experimentos se poruan muv nerviosa.s. No sabían muy bien cómo reaccionar. que animan a experimentar ci;rtas eiiiociones (y a extt· riori.urlas), mientw que otta.s procuran más bien aboPe~ el objetivo era intentar descubrir exactamente por qui K producfao esw reacciones; esto es, el objetivo era .· gula.s o neurralizarla.s. · sacar a la luz o descubrir ese bomúgueo·de microacuer. ,. dns o entendimientos que se dan por supuestO y que constiruyen la realidad.

La construcción de la realidad desde una perspectiva global La gente no consttuye su experiencia cotidiana desde el vacfo. Nuesttos intereses nos hacen entender el mundo y, a.sí, acruar de una u otta manera a fin de ntisfacer esos int:reses. :'>lientns que los amantes, por ejemplo, ven el amor en el cielo estrellado, un científico s61o ve átomos de hidrógeno fusion4¡¡dose para conv~e en belio. Tambiio1 el entorno ;ocia! en el que vt\·e una penona hace que esa persona vea el mundo de una. u otta manera. El mundo se ve de una forma bien di.stinta si uno vive en un barrio marginal y no en ottO de cla.se alt.1. · Int.e:viniendo tantos factor:S, hay entonces pocos elemenlOS que son comunes en la experiencia óe constrUirla reilidad. Desde una perspectiva ¡loba!, la expeiiencia de ir coDS!l1lvendo la realidad varía encirmemente. En Londres, la ge"ote hace cola en la: parada del autobús, mientta.s que en ~ueva York, por ejemplo. no suelen ser tan ordenados. En Arabia Saudf las· mujeres no pueden conducir, una prohibición impensable en Oéciaente. Muchos none-

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~ El análisis dramatúrgico:

ula presentación de la persona»

Ervtng Gofíman (1922·82) es considerado el investigador más imponante de los enfoques microsociológicos. Gofi· m:m a!lalizó la imeracción social desde una perspectiva dn.matúrgic~ Según Goffman. podém~s entender mejor lli.S internciones que se suceden en b vida diaria recurriendo a una metáfof3. teain], esto es, imaginándonos que cuando es¡a¡¡¡os interacruando con ottl!S personas en la vida cotidiana, est4mos haciendo como los aaores de tU· uo, esto es, representando UD p3p<:l en un escenario. El aoál.isis de la iiuencción social es, entonces, un :málisis drnmatúrgico, pues implica 1snuiia'r la inreracci6n sodll tn tlrminos dt ur.a represmración rt/JII'al. Desde esm perspectiva dr31l!atúrgica, Jos conc:pros de «estaros» y de .-rol~ !!enea sus eouivalentes exactos: el estaros es el per· sonaje qu'e uno representa en una obra, y el rol es el diálogo o los gestos 3Signados en el guión y que bacen creíble ese persoÍ!aje. Gofímao selU!ó que en uxU interaccióo social uno es personaje pero también audiencia (pues ~ evaluando cómo los demás reoresentan su papel y cómo lo va ieoresentnndÓ uno misnio). En la tenninolo!fa de Goiflñm. representar uo papel en una obra de il:llttO equi· vale a la present:lción de la persona en el mundo real; pues al 1gual que el actor de te!lttO tiene que esforwse para hacer creíble su persqoaje, Wlll pusoM en ID vida cotidiana se tiene que esjor..DT para crear unas deiemli· n.uJas impruiol'.zS sobrt arras ptrso/IDS y asf haetr creí· bit la imagm que quiere dar dt si misma. Lo puede bacer bien o mal, mejor o peor, dependiendo de sus ilabilidades y de la disposición de los. otros a :=pt:ar la image:~ c¡ue esa per.ona quiere dar de sí misma. esto es, dependiendo de córno esa persona va manejando las impresiones, por utibz:l.r el lenguaje de GofÍm!ll (1959, 1967¡. Actuaciones :\1presentarnos ! orns personas en situ~ciones de la vida cotidiana lo que hacemos es, de !ornu consciente o inconsciente, tt:msmitir un3 detennio~da impresión sobre nosorros mismos. Es!liillos 8!=ruando. La ropa y los obje· tos oue llev3.10os. el tono ée voz y los gestOS que emple!· mos.~os sirven puu h.actr creíole b irnpr:sión que queremos dar. También, con el ün de ilx:r c:reibie nuestrll ec~eción.la ~"U!!I!Oi al coraeXto en el que tiene iugu. Podemos, por ejemplo, hablar muy !lto en 13 ~lile, pero cu:mdo entramos en UDt ig!esia aciopwnos un comporumieDIO más reservedo. Tambitn J)()demos cambiar el escenario donde se va a desenvol~er nuestra. ac~JICÍÓD · - - --- pan ilacerls más crefole. .. ¡' Todo mo lo' podemo~ ~er an~ las ema~gias que utilizan Jos médicos-parab.acercre!ble"SU"'..cruactóay· ·

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conseguir que les pacientes acepten la imagen que quieren d:l!' de sC mismos. Los m~cos son profesionales que tienen poder} prestigio social, algo que se hace evidente en cumquier visita a un hospiw. Al enttar en un hospital o c::ntro de salud, el rn~dico no está a la vista. En su lugar tenemos que b!blar con wu enierme.-a o rec:pcionista, que nos di.ri si y cuándo nos puede ver el m~dico. La sala de espera, donde se ecumulm los pacienteS, todos muy comedidos esperando su tumo, es UD escenario exctlente que sirve para mosttar a todo el mundo qui~n coottOla la acción. El despacho donde el médico pasa consulta refue= aún más la imagen de poder y prestigio que ;e quiere tranSmitir. La consulta est! llena de libros que no podemos entender, de aparatos que no sabemos para qué sirven o cómo mi!Dejar y de títulos pomposos en las paredes. Cuando eoll'!lllos, el médico suele estar sentado detrás de la mesa de despteho, probablemente en UD sillón b:utante más confo!lllble que la silla desdnada a los pacientes. l..:ls palabras, los gestos, la parafemali~ de la que se rodea le s".n·c.n también para poder represenW' su p2pel correcmmente. L4 bata blanca del médico tiene la función de proteger la ropa de calle. Pero ea realidad, tiene otta función más imponante, que es la .de hacer evidente 1 simple vista y ante todos quién es el médico y qui~o DO Jo es. La jerga del m6dico; incomprensible para nosottos, sirve tambiio para marcar las distanci11S. Es más, cuando DOS dirigimos al m6dico utiliumcs el ttataiñieii'to de «Doctor» (o «Doctora»). mientraS que él (o ella) suele nnearoos, lo que expresa muy bien qui6o ocupa la posi· ción dominante. Brevemente, el sentido general de la acruacióo del mtdico esui muy claro: «Yo te ayudo si tú h=s lo que te diga.» ·

De es¡a manera. tln teatral (pero, !.l tiempo, tan coti· diana), Preddy nos esti dando un mamón de información !cerca de la imagen que quiere dar. Pero hac: todo esto

Comunicación no verbal

En uno dúus libros, Gofimao incorpora unos p!r.afos de una no\'ela de i'iüliam Sansom.. Un personaje ctrural de es mnovela es IG.t!dly Preeóy, un inglés que viene a Espa· r.a Ó: VICl!CiODeS. Pre:dy h:c'a todo lo potiblr:part evi tu que su l!li.<alk s~ c:uza.

n con la mirarla de otros. Tenía que d:j:tr muy claro, ::1 primer lu¡u, ~ue le l!"'.la sin cuidado e! n:sto de sus compañeros de via· je. Miraila ! ~nvés de (!los, iliededor de eUos. pore:Jcinu de ellos. los ojos pudidos ea el infini¡o. u playa podria ~ esw:!o v<cfL Si par CUI:1liCd tl¡ui:o tiraba una pelota e= de ~~ Pre:dy 3fUenubl so¡presa,lue¡o dejabt que una soorua iiwnill!n su rostrO (el ~..:iy bu= pe!loaa), '! minln. drede· dOL Oej!bt que 1.111!. sonrisa muen su romo pan de~..s le·110ur la vis.a y c:~mprobu qu: htbít ¡eme en la pli.yL Devolvilla pelota. con oo'l soorin, pm1 cliñ¡ida a sí mismo '! oo alu penCIW (...)' l.:lleg¡>w.opó·IOC!as sus cos:u.de payt y las metió en UDI bolsl' a-prueba de IUtll& (~ metódico);s: levmtó feo·

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t!r.l!.1t: pua !!liru y ense:W su C'Je.-po (el Pr.Oc;y foruch6n¡, y. :on u.1 mo,".mie:IW rtpido d: los pi:s, tiró las sznda!W a u¡¡ bdo (el Pr:e:ly desCIIid.éo, dtspuis de ledo¡ ~Goif:nsn, 1 95~: 4-5).

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poro, que muchas veces oo poéemos coottolu, es como un detectar de mentiras. L-uenl:l.r descubrir la ,·erdad observi!lldo un solO' resto oo es un m6u:do s:guro 1a que un mismo gesto ¡;úede tener distintos significados. Pero si en una interacción pode:nos observar algún gestO' que contr.!dice Oll'OS ges· tos o palaons, podemos empez:~r a sospechar de la veracidad de la información que se oos está dando. Por eso, pueStos a detectar mentiras, Jo que ~cemos es evaluar el conjunto de la información que recibimos por medio de gesros )' palabras, y ver si h.ay alguna discrépanciÍ o inconsisteucia en el mensaje. Paul B:in:m ( 1985) sugiere que tengamos en cuenta cuatro eleme01os de la comunicación (las pal,abras, b voz, el lenguaje corpo!!l y las :xpresiones fae'.ales) para detecW' las mentiras.

sin pronunciar palabra !.IguaL Este es un buen ejemplo de lo que !lamamos la com uniCllción DO verbal, que h.ace referencia a la rraP.rmisión dt il'formación a rral'ls dt los m01•imitn:os corp<ira!u, !es gesros y las uprlsiortls faciales. Podemos emplear casi tod!S las pmes del cuerpo para tt!UlSmitir información. Esto es, podemos ch!.bl!rlt con el cuerpo util.izando Jo que se llama el lenguaje corporal, que varía según la culrura. Las expresiones faciales son el elemenro mis importante de este lenguaje. Corno se puel. Palabras. Un buen mentiroso suele ;er una persona de ver en el recuadro dedicado 1 las emocione~ por muy habilidosa y penuli.Sivn con las palabras. ~ero medio de la sonrisa y ottl!S expresiones faciales podemos incluso los buenos mentirosos cometen errores. Al mcsttar distintos estados de tnimo, como la satisfacción, mentiroso se le puede «ir la Iengu_a,., como se suele la sorpresn, la rabia, etc. Tambiin podemos matiiá.r el decir, y comunicar precisamente aquello que quería sign.ifiC3do de delei'IOÍ!Wios gestos a ttav6s de varixioocultar. Por ejemplo, en sus vacaciones de Navidad, y nes de un mismo geuo o acompaliindolos con ottOs ges· · de I'Uelta con su ftunilia, un joven esrudiante puede tos. Una sor.risa, por ejemplo, puede ser au!oc;,mplacieo· conur con toda suerte de demlles laS virtudes de su te, puede ser socarrona, puede dar a entender que uno está compañero de piso, pero en un mOI!le!llÓ del rél3.1o, y de acuerdo con Jo que escucha, puede expresar comp•· sin d:~r;e cuenta, co lugu de decir· «él•- dice «ellillt. sióo o puede ser W12. sonrisa «sincera». Cuanw más pabbras usemos p~ oéulW' Ji verdád, El contaCto visual es ouo componente bisico de la más probabilidades ténef!!OS de cometer un erroi. · comuniczción no verbal. Solemos CTUiar la mirada con 2. .E/ror.o dt voz. E! !ene y !l! p!uc de voz no se pueden otn penona cuando queremos dar a entender que esta· controlu fácilmente. Cuando intentamos esconderi!Da mos dispuestos 1 interaCtuar con esa persona. En una sala emoción intensa tenemos que hacer verdaderos es.fuer· de espera, por ejemplo, uno puede buscar nuestra ~da z.os (que ya ~bliiJI por sf mismos), para eli tar que nos para empez.u a b.lblu. Evitar b mirada de Ottl!S personas tiemble la voz, por ejemplo. También, uno puede inten· indica que uno no desea inter3cruu con ~as pe:sonas. ;ar ocultar su rabia eviru!do 135 palabr..s malsonantes, l:!S manos, tambitü, hablan solas. Con geStOs que hacepero el habla attOpellada le delata fácilmente. O puede mos con las manos podemos insultar, pedir ayuda, animar intentar fingir un buen estado de ánimo, pero su hablar a al g>J.Íen a que se acerque a nosotros, o parar un coche en pausado y casi inaudibie nos puede sugerir tristeza. l l lll c:~.t'Tetera. Los gestos también Jirven para rec!lcar lo risa nerviosa, las pausas sostenidas enae palabras, o que dicen las palabras. Señalar a alguien con el dedo algunas exclamzciones pueden indicar que esa perso· rnieotrl.l se le está amenuando de palabra seguro que na, irldepeodientememe de lo que nos diga, no tiene intimida mis. De la misma formL no es lo mismo Jirni. mucha gana de se,rJir hablando con nosottos. . tarse a decir: •No lo!!~, que decirlo encogiendo los hom· bros. Si lo primero significa ignorancia, lo segundo impli· 3. E! lenguaje corporal. El lenguaje corporal, COIIIO be· ca indiferencia. mos visto antes, wnbi~o puede ll'alciooamos. Hay m~ Pe;o, como saben muy bien los actores profesionales, virnienros de manos que indican nmiosismo. T3!DbiéD, es muy .iüícil fingir o engaiiar can el lenguaje corporal. si vemos que :üguien esi! ttagando saliva y que tiene la En !a vida cotidiana los gestes pueden traicionamos ficil· respiración entteconada, pcdemos pensar que esti oer· mente. un aeolescente lleg• tarcie l casa y ys tiice una vioso. El lenguaje corporzl no se puede cODttOiar o excusa preparada, pero resulta poco creíble, por ejemplo, dominu en muchos casos, ll<X' eso es CID imooitante porque !l dllf la excusa evita :niru a su macfre a los ojos. contrastar la iofOIJII!Cióo aue ttinsmire con' la que Una actriz puede intentar convenctmoJ de que no:esti =miren las palal:iras. ·Si ias d!?s informaciones son cuy satisfecha con su última pelicula, pero por sus gestos. coottadictorias, tenemos alguna faZóo para pensar que animsdos sabemos que esto no es cierto. El lenguaje eor· nuesttO inrerlocuror está fingiendo u ocul!llldo algo.

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Las emociones en perspectiva comparada. ¿Todos sentimos lo mismo?

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LtJJ txpresionu f'!cialts. También las expresiones ia· ciales son óificiles cie controlu. El que intenta fil!gir una emocjóJl forzanóo el movimiento de las cejlÍ$ o los labios tiene muy poca.s probabilidÍdes de coaseguirlo. como se muestra ~o la Figura 6.3..L~ soorin del que esú tristt oero ouicre ñorir lo contrario, es una somi· sa apagada yJlO. viene ~aiP.Uíl~ .de ese movimieo· to de cejas típico de la ssmri.!a espontánea. También,

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levaow y juoW: las cejas al mismo tiempo, que es un signo de preocupación, es un :¡IO\imieoto casi imposi· ble de realizar voluntariamente. ··

En resumen, podemos detectar las mentiras, peró lo podemo~

bz.c:r porque esLl.mos eottenados para ello; esto es, porque sabemos. int.e~prttar el lenguaje no veri>U Pero es más fácil detectar mentiras cuando conocemos muy

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Flgutal.l § ¿0114 uprulón ti s incoro y cutt u lln¡ida? l!.tnlir no u nada fiel dac!o ~Jt 11 mayoria dt lu parscnu r.o pwdo mUKutcs facma a vob;;ad. u up:ul6n dt lris:ua do lo ca."l {a) u ;x:st>ftmenll ll".cora ~ poca ~I!SOtiU .,.,......,., a voJun¡¡,l, ift'1111lar les p'rpadcs y arquear lu ctlu :lo uo m.odo. U e.:;:rulen dt 11.= de la cm (!!) tamllil~ ::z.-.:e linean ~ lrNút y lu:l:ar las ctjU ¡J mis.ToO lilm? no 11 fKi de Nw C~<iéamoniL ~ tlll'fuién dt la ctrt te), por ül:lmo, pa:oca.un rot!niD dt ingir altgria o sallslac::cn Una ~trsona rnlmon<t conltnll no llltfl:antr una..,.,¡. ~

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El uso del espacio

bien a quien nos quiere mentir. Por eso los oiiios casi nunca se salen con b suya frente a sus padres. Por último, cuanto mavor su el imoacto emocional que nos oroduce un suceso:más diñcil nos resulta ocultar esa emoción. Es dificil oculw- tristeu cui!lldo uno se estí •tngando b.s lágrimas•, como se suele decir. La representación de papeles masculinos

y femeninos

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Dado que les mujeres son soci~adas para ser menos asertivas aue los hombres, cabe esperar que esta difereo· ciase manifieste en la comunicación no verbal. De hecho, las diiereocias de género implican también diferencias ea el modo en que hombres '! mujeres se ~~~~llCiven en las interacciones cotidianas. Asf al menos lo demosuaron Naocy Henley, Mykol Hamilton y Banie rporne 09?2) en sus investigaciones, a las que nos vamos l refenr a continuación.

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Comportamiento y, maneras

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se !spera que los niflos expresen sus emociones delante de los padres, éstos deben ser más reservados y ocultar sus emociones. En tercer lugar, también hay d'lferencias 9n cuanto a cómo deben las personas Jidlar con sus emociones. Algunas sociedades animan la expresión da los sanUmientos,. mientras que otras perecen exigir lo contrario. También hay diferencias de género al respecto. Asl, mientras que en Ingle· terra, por ejemplo, se consídera inapropiado que un hombre exprese abiertamente ciertas emociones, en otras sociedades no es asr, o incluso se espera que las mujeres sean más reservadas que los hombres.. En resumen; si bien hay emociones universales, la sodeded en que vivimos determillll también nuestra vida emocional. En todo el mundo las personas exjlerimentan- lós misniOs sentimientos. Volviendo al ~em¡llo de la londinense con el que abrimos este recuadro, podamos ad'rvinar que el tunsta de Nueva Guinea, por ejem· plo, también pensará que esa mujer está furiosa. Pero qué es lo que puede cesencadenar una emoción, frente a quién o en qué contexios se puede expresar esa emoción, y con qué intensidad, son cosas qúe tenemos q'ue aprénder. •

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su entorllO cultural, puede experimentar. B hecho de que cada una de estas emociones se exorese exacta· mente del mismo modÓ en distintas culluras (esto es, con los mismos movimientos faciales y musculares) sugiere una programación l!lológica. Ahora bien, aunque la especie hu: mana experimenta las mismas emociones y las expr..sa de la misma manera. el entorno cultural en el c¡ue viven las personas también es inpor1ante. En conaeto, Elana.n y sus colaboradores señalaron que el entamo cultural puede afedar la vida emodonal de las · perscnas de tres formas distintas. En primer lugar, tos c!A..sencadenentes. de las emociones varian de sociedad a sodedad. Que un individuo defina una situación como insut· '.ante (lo que causa tabia), como una pérdida (lo que causa tristeza), o com'o una vivencia religiosa o mística Oo que puede provocar sorpresa o temor), depende del enlomo' cultural en el que vive·~e ind'Mduo. En segundo lugar, las persones expresan sus emociones siguiendo las normas culturales de la sociedad en que viven. En toda sociedad hay regles o normas que dicen cómo, cuándo y con qué intensldad se pueden expresar qué emociones. F;'or ejemplo, en Estados Unidos las per· sonas expresan sus emociones con más libertad en el entorno farrnliar que en el trabejo. También, mientras

n una ajetreada cane de Londres, un joven en 1110110P8.tin pasa rozando a una mujer. Después del susto viene la cólera. Que esta mujer S!' ha enfurecido es algo c¡ue podemos comprobar fácill]'lent;; escuchando las palabras que suelta o mirando ia expresión de su cara. Perp, ¿ulll! persona de Nigeria, Nica· ragua o Nueva Gu111ea interpretarla de le misma forma la reacción de esa mujer? En otres palabras, ¿todas las personas en todos los rincones del planeta experimentan los mismos sentimientos y los expresan de la misma iorma? . Es[a era. la pregunta de investiga· Clón M Paut E.'<mln (1960a) y su equipo de colaborzdores, Para rés· pond~r a .esta pregunta, se 'Pusieron a estudiar muchas S<lci!!dades del pfaneta, incluso uña pequel\a comu· nidad de Nueva Guinea. Ekman y sus colaboradores concluyeron que hay seis emociones básiCas que todas las pelltonas, independ!entemenle de la sociedad :n que vivan, pueden experimentar. Estas son la rabia, el miedo, la repugnancia, la ferddad, la sorpresa y ta.tristeza.A~emás, según Ekman ysus colaboradores, en todos los rincones del p1211ela estás emociones se expresan rnedlame los mis· mos gestos faciales. Para Ekman, ;~toncas, hay elilOCIOOes universa· les; esto es, emociones que cualquier 9ersona, e in<!ependlentsmente de

social con mavor !iber~ e!peraodo que sus subordina· dos toleren co~ paciencia y deferencia estu intei'Tilpciones (Smith-Lovio y Brody, !989; Henley, Harnilton Y Thorne, 199:!; Joboson, 1994). ' . . Como son todavfa niás los hombres que las mújeres los que ocupto posiciones de autoridad_en la mayoña de los contextos sociales, Jos comporu.nuentos Y maneras de compomrse de unos y otns son distintos. Como vere· mos en el Capírulo 13 (ocGénero y sexutlidadlt), alr~de: dor de la mitad de las mujeres europeas y ooneamencanas que trabajan por cuenta ajeoa ocupan posiciones subordinedas (secretarias, vendedoras, e_tc.), Siet!do por lo común los hombres los que ocupan las posiciones de autoridad. Las mujeres, entonces, si qui~ieJl ~~ti~facer las expectativas sociales que les corresponde ~g~ su posición laboral, deben aprende.~: a controlar más cuidadosameote su estilo y sus maneras; y a comporn1se de forma diferente.

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U5 maneras o formas de componme de una persoña son un indiC3dor de su poder y es!AIIIS social. Por decirlo bre· vemente, las persones que ocupan posiciones de poder pueden tomme ciertaS libemdes en sus t~ooes, miel! tras que de los subo{!iioados.se ~pera. que a~eo de una fOIIOa más comedida y apegcdos a los f01malis:nos. lb.cu comenta•ios fuera de :ooo, utiliZJr palabras malsonantes o oooer los ZJIDIUOS en la mesá del despacho son cosas ~>e- puec!e haceÍ el je!e delante ~ los empl~os, pero no a la inversa. Tambié~ .~es pers.~n~ ~u~ OC)l~en posiciones de poder puede.o mtemllllpll la mttneelóo

Mirar a orra ptrson.a a los ojos implica decir que uno no está ignorando t esa otn pe!Sooa. Much~ veces¡ el.cn)ce de miradas es el primer paso .en una iliteracc.i~ Pero mientras que las muj~es tieodeo a. mira!:~ lo.s ?jos~~­ do hablan'con otns peisonas, los hombres, cuanclb h~lan con una mujer, tienden a mirula más fijamente. C~añd? un hombre habla con uo.a mujer no miro! t:ant? para .111~· tener viva la conversación como para hacer a esll: mujer objeto de sus miradas. Mirando de esta manen, los bombres inteot:an dejar clan su posición dotnioaote convirtiendo a la mujer en un objeto sexual. · .. Aunaue eeneralmente la soñrisa implica 'satisfacción, una sonrisa-puede decir otras muchas_é:o5as. ~ un m!IDdo do!OÍIUdo oor los hombres, fas mujeres sonríen a . menudo para ~ostrar conformicad o icatamiento.. ~pr esu razón, y según Hecley, Hamiltoo y Thoroe, las mUJe· res soon'en más que los bombr~. . ·. Por último; las normas c¡ue regulan el conracto foico no son umpoco las mismas pan hombres y mujeres. El contacto físico entre Jos miembros de= familia implica afecto e mtimi<bd. Fuen del ámbito familiar, sin embar: go, son geoer.Wnente !os hombres los que tienen la pre· ITOgativa de rotar a una mujer. Nos podemos imaginar muchos ejemplos: el !Iidico que pone so mano p~mal­ me.ote en el hombro de la enfermera mientras exl!.lllllla la historia c!Wca de un paciente; el jefe d: la empresa que pone su mano en la espalda de ~~ !"ujer_ invitáodo~ ~ pasar primero; o el caso del morutor aepornvo que, qwza con intenciones menbs pmm~, estí buscando la ooorrunidad de tocar a una alumna. Estos ejemplos, que e~oca.n SJruaciones muy comunes de la vida cotidiana. no parecen tener ninguna cransceodencia, pero, en realidad,

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¡El mundo es Wl ¡nn ese-...!Urio y simples =edi:!n1es los bomore~ y l&s mujere.s! Y ti:neo m:~r~s sus mutis y !u 1p:uicicoes y en eltie:npo que se lesuigna h=n mucños p~es (Como gusriii. Aao n, es:eM 7.') 1

pan hacer mis evidtnte su posic?ón de domi· ·

creíble. En segundo lugar, en te-& esceniñ~ación hay que tener en c\!enta una eno!Ille multirud de factores, que son difidlmenre controbbles, y que multiplic3.0 la posibilidad de cometer uo ecroi. . · Idealización Pero es interesam: observar la ~cción cie ia audiencia Delrás de cada una de nuestras acciones puede h.!.ber llr:! cuando altuien come:e un error en la escenificación de su papeL Lo-que suele hacer la audiencia es hacer como si infinidad de motivos. ~ero estos motivos no los dejamos ver. Úllildo estamos interactuando con Otr:IS penones, no hubiera 3dvertido el error pan evitar así la vergilenu. hacemos como si nuestros motivos esruvieran guiados Siempre e,itJunos poner al descubierta los errores que por las normas y valores sociales, y no por intereses puracometen los demis cuando representan sus papeles. Y meme personales. En ottas pa!J!bras, en la interacción cu:l.!ldo creemos necesario advenir a algúien del error que social tendemos a ithali:ar nueStr!S inrenciones. está cometiendo, inrenr:amos hacerlo del modo más cortés La idellíución es una parre imporume de la vida coti- posible, proellf3Jido evimr al má.timo que esa periona se di:ma. Los m~dicos, los profesores wliveniwios y orros averg!lenc:e. En el cuento de Hans Christian Andenen, El profesionales tienden a idealiur los motivos que les llenuevo rrajt dtl Emperador, el niño que, con roda inocenv:u-on a elegir su·profe$ión. Si les pregumamos. por esos cia, dice que el Emperador va demudo esrá diciendo la motivos, proba.blemenre nos dirán que esa en su voc:sverdad, pero recibe \Ull severa reprimenda por parte del ción, que querían servir a la sociedad, ayudu a on-as perresto de Jos testigos. son:l.S, o cos:l.S por el estilo. Pocos dirán que hubo Dll'OS los rrtiembros de la audiencia, ad:.más de ignorar los motivos, como el prestigio, Jos ingresos u paos privileerrores de esceniñcación de otras personas, pueden hacer giQs propios de esas proiesiones. En el caso de algunas algo más; en concreto, pueden indicar al que ha cometido ocupaciones, fingir es pme del tra)l1jo. Los asistentes de el error cómo salir de él de 1.3 forma menos embarazosL vuelo (aufaras .y caufatos», como se suele dedr), por En ~nninos de Goffmsn, pueden acruar con tacto. Si ejemplo, deben rener siempre una sonrisa ea !os labios alguieD comete uo e110r eD su escenificación la audiencia por muy impert4Jenres que sean los puajeros. puede ignorarlo prereDdieDdo que no lo ha oído. Pero si Desde una perspectiV! mis gC!Ieral, las idealiuu:iones comete el mismo error por segunda vez quizá alguien de son pane esencial de la conducta cívica o civilizada. la audiencia se sonría, inrerprel4lldo ese error como una "Todos mos fingimientos y pequeñas hipocresías f!ICilitan broma que él o ella ;í ha capmdo. También, alguien puela inttr~cdón en In vida cotid.Una. Incluso cuandJ sospede decir cosas como c.si no Jo he-enrendido mal;li!·re"ilichamos que la persona con la que estamos ccta,·ers:mdo dad, lo que quería decir em esto o lo otrO, ¿verdad?•. Con esr4 fingiendo, no in reoramos (y por iuo!!eS que veremos fórmulas de este tipo, la audiencia deja una salida digna nl en seguida), deseomasc:I!U·a esa persona. que ha ~O!I!etido el error. ¿Por qué la gente suele reaccionar con mcro al observar errores de esceni.iiCIIción en los demás? Porque e5ros Vergdenza y tacto errores ponen en una sirut.cióo e:nbaruosa no sólo al q~e Un eminente profesor se ~uivoca consmnemente al proha cometido =1 error, sino 3 todo el mundo (provocan nunciu el nombre del R=cror en una ceremorti1 ac~d~mi­ cvergileoza ajena», como se dice en español). Cuando ca, un dignatlilo exrr:mjero se pone en pie para hacer "el observ:I!Dos que alguien esrá cometiendo un error, podebrindis y no se da cueDra de que tiene la servilleta colmos comprobar un.a vez más que resulta c:ui _imposible gando del cuello, el presideDte del gobierno se muestra esce.:Ufi= un papel de forma impecable, y recordamos indispuesto en una .:-ena oficial. La vida coridiana estf quizá Otri!S ocasiones embaruosas en las que fuimos llena de ejemplos de me tipo: de personas .prepandas nosotros los prO!!gonistas. La r:alidad.consrruidl socialp:u-a represen(¡¡[ el papel que le corresponde pero que. menre funciona entonces ccmo uo dique que contiene y involunrui:unenre y sin advertirlo quizá, comeren un no deja escapar un.a multirud de posibles inreru:ciones error que pone en tela de juicio ~ su puesta en escenl!.. c!6tias o frustrad25. Si una persona dejar deslizzrse .un El resulr:.do es la vtrg!i~nza que, desde la perspe;tiva error, !runediat:amenre ecuden !os demás en su !\tUda. dr:unanlrgic~ de Gofiman. h:ce referencia al de.!concierTodos vamos consr:mye:xio la realidad en que op~..mos, 10 que produce ver a alguien represenr~o to¡p:mente y a nadie le g'JSia peO!S~_que-esa re:!lidad puede demun, su papel. barse en cualquier momeruo. Que !lgu1en repre~enre mal su papel o cometa eJ:rores En resumen. las investigaciones de Goffu:m nos , más o me:~os graves es algo que puede suceder en toda muestran que mientras que la conducre es, en cierto :Seninteracción social. En primer Jugar, no hay escenificaclód tido, libre o eSilOiltintt, en rellidad está más :cEUiada de -· --:----j,eñ"Caa de un papel. En toda esceniñacióo pociemos lo que nos gusÜ. pensar. Esto ya.lo captó hace ~os cun.detectar pequeños ~w~hlw.-J¡u.t.Ja..b.?-l;:lun~ - trocienros !iios Willi2.10 Sh!kespeare: _ _ ·- .... nación.

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Dos ejemplos de interacción en la vida cotidiana

Una vez que hemos e:uminado algunos elementos de la inr=racción social, vamos a de:liw la lllriml seccióo del capírulo a exnmin~~r otros dos elemenros, impollliilteS pe:o disrintos, de la ~ida cotidiana: el lenpaje y el humor.

El lenguaje desde la perspectiva del género Como yn vimos en el Cspfrulo 4 (~cuJnirv), el lenguaje · es el comoonente más imoorwue de la culrura. A.través dellen~je, Jos miembros de una sociedi!d (o 1¡!1 grupo social) cornpaneri un modo de entender el mundo y su posición en él. El lenguaje, entonces, no se limiUI a describir el mundo, no es una herramienta neutral, sino que impliCII una dmnninoda jonna de earender el mundo. Es¡o se puede ver muy claramente en lo referente a las reiaciones de g~nero l. Lenguaje y control

Un veinte:lilero llega con su moro reci~n compr.~da 3 la gasolinera. Se baja y, muy orgullosameDte, pregunta al emple1do: ~¿No es una belleza?:o Apmntemente, esu preguntn tiene poco que ver con la cuestión del glnero. Pero, curios:unente, ese joven h! elegido un pronombre femenino pan referirse a una de 125 posesiones que más valora.

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Como dijimos al principio de este capirulo, el habla de los hombres refleja su ansied~d por temas como la competitividad y el dominio o el control de las coses. En esre ejemplo, y en muchos Oll'Os ejemplos que se nos puedan ocurrir, uo hombre ha empleado el pronombre iemeoino pan indicar eso precisamente: Ull3 posesión. · • La idea de que la ·mujer es l1ll.l posesión del hombre IZI!!bi~n se e."tpresa !.ingüístiC311lenre cuando decimos, por ejemplo, que tal mujer es «la señora de Plrez ,. o ~la viuda de G6mev.. En el mundo· 110glosajón, cuando una mujer contrae matrimonio pierde incluso su spellido de soltera y toma el apellido del merido. Much~ mujeres se

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eStán resisúendo a esta cosllli!lbre y, hoy en día, ~ededor de llil diez por cienro de las mujeres casadas conservan su apellido o lo b!ll combi.n!do con el del marido (Brighrmsn, 1994).

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Lenguaje¡ valores

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MientraS qce las cosas que valorillllos o les presUllll~S mis importancia suelen ir en, o hacer reierencil a Jo masculino, pm lo que es menos importante, desagradable o aburrido soleinos r-..currir al femenino. (Por -poner un ejemplo gro ;ero, hay cosas "cojonudes•, pero hay o1ras que son un •coñuo»). A veces, el mismo adjetivo puede denotar cos25 !bsoluwnente opuesw si se aplica a l!D bombre o a una mujer. Un hombre·alegre, no es más que un hombre aleg¡e, pero uila mujer "alegre ya es otta éosa. Incluso palabras que pensamos que no tienen sesgbs pueden tenerlo en su raíz latina. VIIt\loso, procede de vir, que es hombre en ltiÍII, mientr:l.S que b raíz latina de histeria es hysrtr (úrero). Tambiln ~e a veces que alguno~ términos masculinos han conservado su significado origi_. oal. mienn-as que sus correspondierir~ femeninos Se han ido devaluando. ~iad:I!De•, por ejemplo, riene connotaciones negativas. los sufijos r:ambién son a veces muy elocuentes. Una «seóorillllt es alguíen l¡u~ parece que no se ha realiudo como mujer, mie01ras que·c.señoriro», por el conrrerio es alguien que s!be vivir-sin ~rabajar:El ieuguaje; entonces, refleja (_v coruribuye a perperuar) valores y actitudes sociales.· · · Lenguaje y atención selectiva

El lenguaje 12.mbién es selectivo. En esp!Eoj. así como en otras muchas leng~. uóliz.amos el masculino para referirnos a todo el g~nero humano. Hl!.blamos, por ejemplo, del desarrollo evolutivo del ~hombre» para referirnos a la especie hwnana. Si-decimos, por ejemplo, ce) mueao al hoyo y el vivo al bollo» nos esUI!Ilos refiriendo a hombres y mujeres, a.unque no digamos mucho de Jo que deben hecer lilS mujeres en este aso (¿ir quizá a la cocina a preparar los bollos?). Identificar uoa ?lne {los hombres) por el rodo {la humanidad) hGce poca justicia ! la pane no aludida.(MecKay, 1983). Cada lengua riene sus propias d.iñcultades para·el que quiera intentar evi.t.ar estos sesgos. En ing!~. por ejemplo, no hay problema con el nombre ae la mayoría óe las profe1iooes. Docor es docror y docrora. En espal!ol el nombre de 125 proiesiones es una diñcultad !1\adi&. «Medica» o ~~1i.1istn>l 1 por ejemplo, parece que se vQD aceptando. pe.'"D cjueza» no levanu eniUSil5llloS. la corrección de es¡os sesgos en lo que respecta·a las proiesiones úoiC:I!Denie masculin.as ha ido aviiiZ!Ildo lent.ame:~te. Ño (larece esí en el wo contrario; el de las ocupaciones rridicionalmente rem"eninas a ias que se es~ incorporando los bombres. A.ntes había !!aiWW• .y

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El humor: jugando con la realidad

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El humor desempeña un ~pel importante en la vida cotidiana. Los progr¡unas de humor son los que tienen la nuyor audiencia en televisión en muchas ocasiones; la mayoría de los periódicos incluyen viñetas humorístiCas, e incluso en tos· acros más formales casi siempre hay alguien que no puede resistirse a añadir una nota de humor. Como en el caso de otros muchos aspectos de la vida cotidiana, el humor es algo que se da por supuesto. Pocas veces uno se para a pensarpor qut e:Ucuuñente tal o CUA) chiste es giacioso,o por qué a las personas les gúsra reírse. Estas soÍI preguntas que parean no tener muc~o sentido, pero nos las vamos a hacer aquí y vamos a intentar dar algunas respuestas.

Género y leng~aie: «¡Es que no me entienqesb> 1 episodio que hemos contado al principio dé! capftulo probablemente nos rasulia familiar a muchos de nosotros. A los hombres no les gusta reconocer que se han perdido, y cuando lo hacen empiezan a refunfuñar, si no a culpar a su mujer. Todo con tal de no parar y preguntar. U(la m~jeJ, por el contrario, no puede entender esa aclllud tan o~tl­ nada. Para ena es más lógico parar el coche y preguntar. 81ibro de Deborah TaMen (1990) se ha convertido sn un éxito de ven- · las l!n Estados Unidos. T21inen ha investigado la diferencias en el habla de hombres y mujeres y ha elepficado por qué se producen esas diierencias.Es un estudio fascinante. · Los hombres,.según Tar¡nen, suelen Interpretar casi toda i¡lteracclón social en términos comp:tit!v¡ls. Así, perderse cgn el coche en la ciudad ya. ss humillante pare un hombre. Pero· más humillante serra pedir ayuda e otra ~rsone, que entonces parecerla •superior• a el. Por el contrario, y dado que suelen ocupar posiciones subordinadas, las mujeres han sido sociafizadas p2Ii! pedir ayuda. Eso expfica, según Tannen, ·que las muje-

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res pidan ayuda a terceros aun cuando no la necesiten.

Algo similar sucede cuando el hombre acusa a su mujer de estar siempre fastidiándole. Margare! y Tony nos pueden volver a ayudar para explk:ar esto (Adler, 1990: 74): Mai¡¡aret ¿Pase algo, carioo? Tonf. No pasa nade... Matgarat Me pvtce que algo no va ~e~

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Tony: Ya te he cfid1o que no pasa nada.

¡Déjame solo! Malgaret Pero puedo ver qllll algo no va bien. . . Tony: Bie~ ¿Por q~.~é c:e,s q~ al¡¡o no vz bian? Margaret Bueno, tienes la cemlsa manchada de sangre. · Tony (ya enfadedo): ¡A mi no me 1mportal . Margaret (ya gri'.ando): PERO A MÍ SÍ QUE ME IMPORTA. .. . Tony. Pues me Clrnbio de ~isa

Muy a menudo, los problemas de comunicación surgen cuando un miembro de la pareja interpreta incorrectamente lo que le asta diciendo el otro. En este ejemplo, la primera pregunta de Margare! es un intento de ayudar ~ su marido. Ma'r~aret sabe

que Tony es:á :eniando algÜnas dificullad?S (pues se ha hech9 ·ur¡ corte an la mano), y quiere ayudarle. Pero Tony Interpreta la pregunta de Margare! como un intento de rebajarle e intenta"cor.ar la conversación. Margare!, pensando que Tony podría tomar una actilud más positiva si entendiera que sólo quiere ayudarte, vuelve a hacer la. r!!lsma pregunta: Tony, pensando que Margare! quiere salirse con la suya y hacerle ver que es incapaz de hacer solo fas cosas, no suelta prenda. Esto le hace pensar a Margare! que su marido verdaderamente necesita ay}lda · Y así hasta que uno 'termina perC¡endo la paciencia y gritando al otro. · Al final Tony accede a eambiárse la camisa. Eso es todo. No es1á d'iS: puesto a discutir por qué se hizo un corte en la mano. Tony ha Interpretado Incorrectamente qué es lo que queria su mujer .y pide .queJ e deje solo. Por su parte, Mergaret no ·ha entendido que su marido he interpr&tado mal sus preguntas y termina marchándose .de la habitáción bastante enfadada. •

Las bases del humor

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1 •enfermens», i!hora son •asistemes de vuelo,. o «avu~optado esta cosrumbre y escriben, pór ejemplo, ~los/as dzotes técnicos sanitarios•, por ejemplo. • españoles/as», intenl!!ldo ser m:!s neutrales. En· ingles Una solución para evitar estos sesgos es usu alterna.algunos aut~r~ intentan evitu ht y shl para us~ el plu" til'arnente e! femenino y el mascu~o. Si uno' ojea y rál rltey que es neutrO. Ptro muchas veces resulta encomoara los libros sobre el cuidado de los IIÜios diri!!idos gorr?so forzar una frase para encajar la tercera pe~Qoa a lo; padres de los años cincuenta y los novenU: por del plural :· ejempio, encontrará diferencias not:.bles. Si en los años Independiememe:¡¡e de estos sesgos y de ios inientos cincuenta el bebé era siemore un niño, en la d~c:tda de de los habl~res por 'comgirlos, e~ lenguaje seguirá sienlos noventa el bebé es un niño en un párrafo (o una secdo una fuente de llroblemas dé comunicmón eiilre ción o capíruio), pero una niiia en el siguiente. Otra solubres y muje~. .51 el recuadro que hemos dedicado a esta ción es utilizar simult.iheamepte los dos géneros. En cuestión, nos servimnos de otrO eoisodio en [a vida de muchos textos·de sociología ~critos en inglts se pueden Tony' y Margm:t pm mostrar que, -en muchas ocasiones ·-·- ·- -encontrar'los l!ós pronombrti·eo la misma'fro..se (ht/she, de la ":!~ ~oti~a, hombfés y'm~jeres parectn hablar ~- -· . .hisjlttr, himr'her). E~_.Españe., algunos sociólosos h.~ _!óio~as·ó!srinE~S: _ · '

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En cU!lquier caso, e indeoeodiememente de la forma de combinar la oposición entre lo convencional y lo apsurdo, los mejores chis~ suelen ser 2q11ellos que contrastan m:!s vivamente esos dos ámbiros. Así, si uno ouiere bactr mís efectivo un chiste tiene que subrayar o- destacar al lhúimo ese conti'asÍe. H~y varias récnicas para conseguir esto. Una de ellas, la favorita de Groucbo Marx, es comenzar el chiste dirigiéndose a Oli'O acror, para luego, y mirando al público o a la cimara y usando otro toco. de voz, terminar el chiste en su componente absurdo. En una óe sus peUculas Groucbo dice a unn mujer: «Esta mañana be-matado a un !eón que tenfu puesto mi pijama.» Y luego, dirigiéndose aJa cámara, termina; «Pero por qué llevaba puesto mi.;.>ijarna es algo que nunca sabrt.• Esi «Caallbio de onda.. réTue.rza la oposición corre lo convericiooill y ló absurdo. Sigui~'ldo }3 misma lógica., Otra ~strategia es' dar un falSO ¡e$-piro a~~ audiencia, ponerla en el ámbiro de lo coovencionalflo serio, .Y burlar iruned!:!.tamente sus ~xpec~riv~ .. Por ejemplo, un comediaine, después de un chiste tris otro, nos dice: «Pero ahora, hablando en serio.·..~. y.nos ~uenia otro chiste. ~_ Pero la eficacia de estos trUCOS depende tat:nbién de:las técnicas dramarúrgicas que emplea quiet? cuenta el ~histe, eSto es, del vocabulario, el tono efe voz; los gestós, ·las pausas, etc. Los mejores cómicos son )os. qúe; utili.zaodo esas técnicas, mejor coosigúeo resaltar el éontraste ~niie lo convencional o lo esperadó y 'lo absurdo o ine.Sperado. Un contraste bien logrado tiene ti efec~o de·un «golpe• sobre la audiencia, <¡)te nunca podfa esperar;e lo-qu~ ~c;a: ba de escuchar (y por es9 decimos .en 'el lenguaje .~olo-. quial que «Fulano tiene muchos ~olpes»).

El humor es un producto de la constrUcción social de la realidad. Mis concretat:nem.e, el humor resulta de contrastar dos ámbitos opuestos: eJ. ámbito de lo convencional (esto es, -io que la gente espera en una siruación especíñca), y el de lo qoe no es convencional, que supone una violación de las pautas culrurales. Las contradicciones, :unbigiledades o dobles significados que resuiWI de jugar con de.finiciones disti.ot2..S de una misma siruación es lo que provoca el humor. Es;o lo podemos ver en lo qu~ dijo Woody Allen : n una OC3!ión: «No tengo miedo de morirme, pero tampoco quiero estar presente cuanto eso suceda,., En e!te ejemplo, la primera oración emra en el ámbito de lo convencioñaf (a fiñ de cuentas, pocos-quieren morirse), pero la segunda introóuce un absurdo que de ninguna manera esperábamos oír. O podemos ver este "otro' ejemEntender un chiste plo, donde se repite la misma pauta: «Vamos a llevar a los gemelos a Est:.dos Unidos por su cumpleAños. Alo mejor Cuando alguien oo ba entendido un chiste, y a oo sei que volvemos a por ellos al otro año»". O en el dia del sorreo qu.ie111 disimularlo, posiblemente nos dirá, con cara de de Navidad, uno pregunta: «¿Ya ha salido el Gordo?», y despiste, que se le ba cescapado». Entender un chiste el otro responde: eS!. ha salido del baño. ¡Lo que le ba implica entender las dos panes de las que se compone ~e costado!• chiste (la convencional y ,la absurda o inesperada), y Por supuesto, hay muchísimas posibiliri.ades de combientender por qu~ son incongruentes. nar lo que es convencion!l y lo que es absurr!o o impen· Entender un chiste es más dificil cuando se emlllea el sable. Eo algunos Cl.Sos. esto se consigue coo juegos de trUCO de omitir pane <k la información,·que la audieocia paiabras: Por ejempl~~~ e tuste :l~co enae los n¡fl11s ~s debe adivinar. Estos chistes son como esos ejercicios de llreguntar: u¿Cómo se llama el OllD15trO de Transpones oe idiomas en los oue se le oióe a uoo que «rellene !os hll!iapón?:o La respuesta es,cYaca.minamimotoll. cos» de una frase. El productor de cine Htl Roac)l dijo al Orn posibilidad es jugar con ~ e:tperutiv~ de· !a cumplir cien años: audiencia. Esto lo hacen los cómicos.. Desp~és d;: c~ntar varios chistes y al empezar orro y.a eStat:nOS a la expecta~ Si Ueg·, a saber que iba a vivir cieu liios m; habrfa C'Jidlldo tiva del absurrio que va a venir a coniiouación. Pe'r:o, eo_.s~ mejot lugar, viene lll.go coovenciond Y estÓ nos.hace reír porEntender el chiste implica adivinar lo que no se ha que no lo esp:.rábamos. ~or ejemplo, un .cóll1,ic~ estaba enli'evistando en una ocasión a un ladrón de b;mcos. Le di~bo:. q,ue Roacil debe .b~er cui~do ¡¡:¡uy bien su salud pre!UDtó: «.Y rú, ¿por qut robas ~anéos?• Y el otro respara .cumplir cien .año~ . Hay chistes ~e exigen mayor pondió muy serio: «Por que ahí es dondé es~ el !ijn.e~.~ conce¡¡tracióo . o es~o ment,al que otros. U!! QU~


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ejemplo (escriro en !o; lavabos de un! universid:d), es el ;i¡~1ente:

Dyslexis of rhe worlé, unóe! ¡Dislb:icos dt ;odD ti trWI!do, libmosl Pan enrender este chim uno debe se.ber, primero, que los di;léxicos cambian el orden de las lerns al leer o al escribir. En se!!undo lug:~r, uno debe reconocer esta fnse como una ad!pración del farooso Jem1 de M= •Wotkess oC rhe world, uni~!» («iProlewios de iodo el mundo, unío;!»). Y en tercer lugar, uno d~be captar que ~1 ~te consiste en sustiruir unirt por unrit, como un disléXJco podriah:!W. . ¡,Por qué esros chistes, que son relanvamente complejos de eoteoder, 'suel~n ~r mur ef~v~? PDniUe el ~ue los entiende tiene l! sllllSfaccJÓO anadida de haber stdo c:~p3Z de complerar el puzzle. Ackmis, al demoSll'l!.l' que hemos entei!dido el chisre coof=os t los dem~ (y_ a oo!ot:ros mismos) que somos parte de e53 audienc~a oo~nciel. Entendiendo un chisre y riel!do con los decnas daroós a entender oue estarnos al tanto ckl espíritu de ese audiencia o grupo de amigos, que_no somos ajenos al s:r:upo. Por eso, y ala inveru, cuando no entende.'l!OS el ~~s­ re tenemos la tentación de fingir que lo hemos entendido rié01dooos C'J.ilOdo los demis se r!e01. Mis tarde, _quizi, podemos pedir a algui~n de_confi~ que nos explique_el chiste. Pero expliC3C un chiste es qwtarle toda la gratJL

Los temás del humqr .

En rodas onnes del mundo In gente gasu broinns o cuenta chis~~ En esre sentido, el humor es univmaL Pero c:uia culrun tiene su propio estilo de humor. Lo que es gracioso para los mie~bros de una socie~ad o de~ culrura o subculrura puede que no" tenga rungu:1_a gracu1 e~ O!rll sociedad (o ser grotesco o de mal gulto. uiCI~o). E humor tiene frooreras. Y esto lo saben muy b1en los comediaGtes, que. tr.:btjl!D para una dete~da audiencia que suelen conocer muy bien. . ,.>,sí, un ct.isre japonés puede que no Jo e~nenda ~ :lllleriC3!1o o un esoañOL Pero deorro de un mismO palS suele ocwrir lo ~o. De la misma forma que los griegos, Jos it:ilii!DOS o los holmdeses tienen un estilo de humor ilfOPIO, también ha)' diiertnci:.s eon los ingleses y los gale~. o eon los castt!W!os y los :.odaluoes, por ejemplo. El humor t:!Illbién es distinro entre los niños y Jos adultos. o entre banqueros v lr2.bt~:-es de la COOSD'Ucción. por ejemplo. Pero en ·todo d mundo, una fueore del humor son los ternas r~Oú. a los que se puede aluéir en jue~os d: ~ala­ bru. Por ejemplo, muy pos~leiDent~ ~os me¡ores chistes que apreüdimos en la ~''7 eran crustes sobre el sexo. Las referencias imolli:iw en JUegos de palabras a todo lo aue tie'ne que ver ~oo el sexo o las funciones orgánicas provOtilD C3CCaja4Y .J los nidos y ado!escenJes. ¿Hay

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dúsrcs «univen~es:.~ SI, ptro son aquellos chistes que hacen referencia a e:tperiencias humnnas universales, como el ;e.'to, por ejeiDplo. Cui!.lldO el humor ¡i.-a !!rededor de un tabú se está pi.;ando el terreno fro?t:~o elllre lo que es gracioso y lo aue es irlsano o propao ae un enfermo. Durante la Edad ~Iedia, la plllabn ..tumor» (del latín humidus), se referia !1 flujo de los fluidos corporales que regulabilD la salud de una per;ona. :\Jguoos inves~gadores p~ beber m~~1111do que esu vieja cr-..entll de que eXlSte una releoon di.--ecta enrre la salud y el bumor no es del todo incorrecta. EJ sentido óel humor, se dice, puede ayucbr a reducir el rivel de estrés v ansiedad (Robinson, !983; Hnig, 1988). Aquellu pers~ que, sin embargo, intenun eset~p&r de Ja realidad con un excesivo sentido del bumor corren el riesgo de que ;e las cunsiúere emocional o ment:llmente inestables (óe becbo. un estereotipo del enfermo menw es el de una persona que se ríe de iotma incon!IOlabl~)También, bay cienos temas que todo grupo sOCl_nl preñere eViw- y susner al humor. Cul!Ddo U?o se arnes~a a tOCar uno de esos re:llt.S, se dice que no oeoe un sel!!lc!o del humOr •sano• (sugiriendo así que esa persona =po-· · co es muy S3na o equilibr:lda). No es cor:ecr?, por ejemplo h3Cer un chiSie del último acciden~ trág¡co que acaba suceder.

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Las funciones del humor

Si el humor es un fenómeno univmal, podemos pensar oue úeoe al2una. función social. Según el paradigma fun: cionalisu, ei humor es una especie de cválvull!. de escape», esto es, el humor sirve para que la gente des;¡hogue, sin mavores consecueociu. ;us prob!emu. sus frusrnciooes -o sus resenrimiemos cont111 oliO grupo sociaL El humor nos sirve para tOC3C temas tabú, como el sexo, los prejuicjos o las desavenencias iamiliares Oos chistes óe suegrns, por ejemplo). . .. También solemos re::urrir al humor para ataJI!! o aliVI:tt rcnsiones. Una broma a tiempo en una con•eroación que parece ir a mayores pue¿e evirar. cooili~ros. Por eso, y con el rrusmo prooósiro, uno pueae iinp.r que lo que ha dicho y ~ mole;t:tdo al orro era s~l~ ~ brome.. La ~udiencia también puede romu la uuc¡eol·a dando a !Dtenóe: mediaore una soorisa u OCIOS gestos que lo que ha oído no era más que una bromL · •.1J i211al que el teatro o el ane, el humor pen:nite a las perseo~ .uestior.u los dogmas o !as ideas doaU.r:mn~s Y exolorar !lternmvas. De h~cbo, el humor puede Il!cilitu ~1 ~bio social !1 ooo~r :n entredicho (y parodiar, IDUY frecuentemente) la;convenciones sociales. Humor y conflicto

El humor, como hemos visro, puede ayudu a liberar aogustiu y tensiones. Por esa misma razón bay también un

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¿Están las nuevas tecnologías cambiando nuestra realidad?

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Ui!lldo Thomas Edison inventó el teléfono an 1874, muchc gente no salfa de su asombro al pensar que era posible hablar con otra p&Sona sin verla. Tanto o más asombro produjo sin duda el primer aparato capaz de dessfi2r la gravedad y despegar del suelo (1 903), o ias imágenes que, de la nada, aparecieron en la pñmera pantalla de televisión (1 928). ¿Está la nueva lecnología de te información re~.rJYendo una vez más ta realidad? Sin duda. Y los cambios qus está produciendo son aún más drásticos. En primer lugar, la tecnologle Informática ha transformado radicalmente las economías desarrolladas. l.& producción de bienes materiales (ropa o coches, por ejemplo), que ca.rac:eñza e un. sociedad industrial, est! siendo reemplazada por la creación de Ideas e imigenes (programas inlornlliticos, programas de televisión. etc.). Todo esto asti cambiando no sólo la naturaleza del trabajo, sino también los requisHos para encontrar trabajo: si antes la mayoría de los trebejos aran de tipo mmual, ahora uno necesita nacer funcionar el ce:ebro u.tes que las manos para encontrar trabajo. En segundo fuga;, I!S nuevas tecnologlas de la Información están reduciendo la importancia del :spacio. Si bien los viejos teléionos nos permitran corr.unlcimOs a larga d'IStancla con otra persona, ¡:odiamos · saber con csneze dónde se encontraba ese. otra persona. Eslo ya no es así. Hoy marca.mos un número de teléfono para hablar con otra persona

y esa persona pueda estar en S'J nido de la disciplina y de las clases coche, ;;n el eeropuer.o, o en cual- magistrales. Pero en muchas casas quier rincón del país. ediloñe.les el libro estt- perdiendo Las nuevas tecndonías están terreno treme a otros mateñales cambiando también el espacio o lu- como los videos: los disqueies o los gar da trabajo. En muchos casos, el CD ROM. (De hecho, Prentice-Hal, lugar de trabajo pueoe ser todo siUo la compallla que edita es~e b'bro, perdonde sea posible conectarse a Inter- tenece e vaac'om, un gigante de la industña del ocio,) Muy 'probablenet y mandar y recibir anlormaclón. Incluso los viejos conceptos de las mente, en un Muro lrvnediato, los lronteras nacionales o de ciudadanla libros· de texto desaparecerán, y·en es'.án haciéndose más problemÉiiccs. su lugar tendremos CD ROM o poPongamos el caso de un trabajador dremos acceder a la mateña de un que trabaja con su computadora en le C!Jrso a través de InternEt Y.dada la ci1..odad de México y, viéjenqo porJu . posibftidad de transn¡itlr imágenes y aUiopistu de la ínfcrmadón, conecta sonido a través de. lntéme~ /,.OaSla con una entlded financiera de Londres C!Jándo seguiri!. siendo necesario que y sa pasa todo el dla haciendo tran- los estudil!nles se trasladen a un aula sacciones. ¿Este •Inmigrante electró- para seguir un C!Jrso? De hecliO, ¿no riÍCO• es parte de la fuella de trabajo está te clase magistral condenada a la obsolescencia? de México o del Reino Unido? En tercer lugar, no hay fundamento más básico de te re6lldad que el que sugiere el viejo refrán •verlo para e Para seguir pensando sobre este tema · creerlo• . .Pero la !:enología digital permita gue los fotógra~os puedi!ll mezclar y marjpufar todo ~pode im!- 1. ¿Qué peligros ene que presentan genes. 1.2 informática ha revolucionalas nuevas tecnologías? ¿Pueden tes nuevas tecnologías ,. restar do el munoo de la animaoón audiovisual. Un productor de cine puede ya importancia aJ contacto hurr-2no o amffialar nuesila intimidad? hacer a las personas entrcr en contacto c:¡n dinosaurios. Yla tecnofogia 2. ¿Cómo han cambiado las nuevaS lecnologías su forma dé-estudiar? de la realidad virtual pcrmHs que ¿Observa cambios en la lormá podamos ver, oír, e incfúSo sentir el de recibir las c!ases·o los· servicontacto de otra J)Ersona que está e clos en la bfollotecá de su univer1Tl1183 de kilómetros de distancia. !ldad? También el mundo de la sducadón esta cambiando dráticamente. Tre- 3. ¿Qué cambioa se pueden adivinar en los próximos decenios en éicionainente, los eSilJÓiantes han cosas como el pego de 1acturas, utilizado libros de texto, generalmenla visita al médico, el ocio o el Ir te Uenos de fotograiias o ilustracio~e compres? e nes que hacfen més •vivo• el conte..!!,

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tipo de humor que tiene como objetivo humillar a las minoñas o sectores subordinados de la socied!d: Los chisles machisw que se cuentan los bombies, por ejemplo, son unz respuesu ala inquierud o desorientadón que muchos hombres están experimentando debido a Jos avances del movimiento por la igualdad entre los g~neros (PoweU y Paton, 1988; Benoknitis y Feagin, 1995). De la misma forma. los chistes contra gays y leshiiiDas pueden ser una respuesta al desasosiego que a algunos les produce la trlllSI!l'esión de unas normas sexuales que eUos coosidetan sairadas o narurales. Por decirlo brevemente, el humor es un recurso que emplean las panes implicadas en un conflicto cuando, por las razones que sea, prefieren evitar la confromación abiena y, as~ mantener en su lugar una lucha soterr:lda (Primeggia y Varacalli, 19?Q). Los chiste$ humi.llantes, que hacen sentine bien a una C3te$orfa de personas a costa de otra categoría, son universales. Christie Davies (1990) analizó el humor de muchas sociedades, y sus investigaciones han demostrado que los conflictos éaúcos y raciales suelen ser materia de humor preferente. p¡ eliÍpico chiste de cene xeo6íobo, racista o machista se presenta aT otro·grupo o categoría de person'á! de la forma mú humillante (como estúpidos, sucios, taaños, etc.), pan sujerir así que los que oo penenecen a esa C3tegoría de personas (estO es, el que

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l . Las esauclllr.lS sociales son como gufas de la a.cción,

pues hacen'comprensible y predecible la vida·Cotidiana. 2. Un elementO fundamental de la estruerun social es el~- Dentro del conjunto de esurus (o Posiciones sociales) que ocupa una persona hay uno,~ ¡us domjnan¡e que es de oarticu!ar iml!2ll&W~ WJ!mQ.I!a.

3. Uo esmrus adscrito es el que tiene una persona iDdependieotemente de su voiuntael mientraS que un estarus adquirido es el que termina teniendo una persona como resul!3do de sus propios esfuenos. En la práctica, sin embar!o, no puede haccne una distinción !211 radical pues las posiciones sociales que teanina ocupando una persona dependen de-sus característic:!S adscriptivas (el sexo o J. funilia de origen, por ejemplo), pero también de sus empeños personales. J, El rol es la exnresión dinámiC3 de un estarus o-posición sociaL La incompatibilidad de roles que surge cua.~do uoa persona ocupa distinw posiciones sooales da lugar al conflicto entre roles. ~ intmm) OO!!IC cuando syrge un CQiifliCtO en!lt Jos roles asjmados a'11!11!'1llismayosició~rsocia];--

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5. La expresión cconsaucción social de la realidad» sugiere una idea que es fundamental: que vamos construyendo la re:ilidad en que vivimos inieracruando con otraS personas. 6. Según el teorema de Tbomas, cuando una siruación se define como ~ termina haciéndose real a IÍivés de sus consecuencias. 7. La emometodología tiene como objetivo revelar o sacar a la luz todas esas suposiciones, acuerdos o entendimie:nos que damos por hecho y que son la argamasa de la vida cotidiana. · · · · S. El aniilisis dramanlrgico tiene como objetivo explorar cómo las personas representan sus papeles en la vida cotidiana. Desde esta oenoettiva se entiende la interacción en la vida c¿tidiana eñ términos de acruaciones dramáticas o teatnles y por ello se presta uentión a los escenarios, el uso del lenguaj~ verbal y no \'erbal, o a las estnlt:¡ias que utilizan las peaooas para hacer crelbles sus paneles. 9. Las.relaciones de pode: afectan a los paJ1Cles que pueden ciesempellu las penonas y el modo en que ésw representan esos papeles. Por eso las mujetes,

que ocupan un lugar subordinado respecto a los hombres, desempeñ:lll papeles düerentes y lo hacen de modo düerente. 1O. En las interacciones de la vida cotidiana siempre se corre el riesgo de experimentar vergílenza, que ocurre cuando alguien comete un error en la intripretación de su p:!pCL Para e'itar que este sentimian1o ponga en peligro la interacción, la audiencia suele actuar con tlcto.

análisis dramltúrgico, túmiDo de Erving Gofii:nan. Im-

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cuenta el chiste y su audiencia) son preciSamente lo opuesto (inteligenteS, generosos, ere.). En Esu dos Unidos, las vfctimu de estOs chistes' han sido tradicional· mepte los negros, le-s polacos y ouu minorías éaúcas y raciales. Los c:liistes contra los irlmdeses en Gran Bretaña, los rurcos en Alemania, los hausas en Nigeria, los 1ijs en la India, los l.:urdos en Irak, o los negros y giwlos en España son ejemplos de esto. · · · Pero las minorías, por supuesto, oo suelen callar. También recurren al bumor. Las mujeres tienen chistes que ridiculizan a los hombres. A los negros de Estados Unidos tampoco les falta el sentido del humor, y los gitanos tam· poco se quedan conos. Es frecuente wnbi_éo .el humar dirigido contri la clase poütica, una auténtica válVula-de esc2pe en sociedades en las que no hay libenad de expresión. Podemos temúnar esta sección diciendo que el humor es algo par.1 tomme en serio. Según l\1:ichael .Flaheny (1984, 1990), el humor es una forma de escaparse ae una realidad que no nos sarisfac: completamente. Ellentido del humor nos hace mis h'bres, nos anima'a imaginamos otros escellllrios sociales, a poner en entredicho !aS' C<lovenciones sociales. El humor, eo suma, conuibuye a cambiar la JUlidad y a nosotros mismos, aunque no podamos percibirlo.

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plica esrudiar la interacción social en 1érminos de una representación teatral. comunícción oo \'erbal, transmisión de información a tra\'és de los movimientOs COipOrales, los gestos, las expresiones faciales, etc. conflícto entre roles, conflicto que surge cuando una persona ocupa distintaS posiciones sociales. conflicto intrarro~ conflicto entre Jos roles asimados a una misma posición social. conjunto de est:ltus, todos los estarUs o posiciones sociales que tiene u ocupa una persona en un periodo de tiempo detemúnado. conjunto de roles, vanedad de roles reunidos en un único estarus o posición social. construcción social de la realidad, expresión que sugiere que las personas, interacTUando unas con OtraS, van defirúendo la siruacióo o la realidad en que se encuentran. .estatus posición social que ocupa un individuo y que Jos demú reconocen. es~tus adquiri~o, posición social que, para biea o para mal, una persona adquiere por s_us propios esfuenos.

11. El lenguaJe es fundamemaj eo el proceso de cons-

tru~ión ~ial.'de la_ realiáad EIJ:nguije. ta!Jibi~n refleJa la posición privilegiada de los hombres con re.specto alas mujeres. 12 El humor surge del contraste entre el imbito de lo convenCional o esperadÓ.yel ámbito de Jo absurdo Ó ines¡iendo. El sentido del humor no es ei inismo en todos los rincones dCt n¡undo, ·pues e~ tzmbi~o un producto de la cU!rura en el que se ~esiiiTQlla.

esutus admiro, posición social qUC: para bien o para mal, ocupa una person1 al nacer ctse le adjudica. .... estatus dominnnte, aquel estatus que tic:ne üna.iilioorWlcia fundamental para definir lf. identidad:social de una persona y que determina Ía vida de es_3 sona. • etnometodologfa, corriente sociológiéa desarroÍI~~: por Harold Garlinkel de~e la que ~ esrudia la forma .tn que las personas entienden o dan sentido.• sÜ vida cotidiana. ' '.

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interacción social, proceso según el cual una Oc:rsona acnla y reaeciooa en relación a otras personas ;iguiendo unas pautas preestablecidas culturalmente. presenl:ltión de In person:~ , esfuerzos de una persona dirigidos a cre:u unas determinad~ ¡mp~~ion~s.sobre OtraS personas. · · rol, expecmtivas sobre la conduct~ que cabe esperar de una pe[sona según el estarus que ocupa. teorema de Thomas, llfinnación de W. I. Tbo-ilas según la cual cuando una siruación se define como real. termina hacitodose real a través dé 5us coosecuencias.

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L Haga una lista de las posiciones sociales que ocupa

acruaJme¡¡tt, ¿En qué medida sus caracteñsticas adscriptivas han determin~do que ocupe esas posiciones sociales? 2. Piense cómo la minusvilla de una persona puede convertirse en su estarus dominante. ¿Sabe Jo que es nna parálisis cerebral? ¿Qué estereotipos hay en su sociedad acerca de las penonas con parilisis cerebral? En sus interacciones con minusválidos, o con una peno-

na con minusvalía, ¿puede identificar las estrategias que se uolizan para facilitar la iote=ci6n? - · ¿Se le ocWJe algún chiste humillante contra un colectivo o grupo social? ¿Piensa que existe algún tipo de ~sión social pan reirse de esos chistes? 4. En el t:xto hemos an;ilizado las estrategias que utilizan los médicos para hacer crefole el papel que eslán repre!enWldo. Les proíesores universitarios mmbi!o tienen sus estra1egias. ¿Puede identiíiculas?

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Lecturas introductorias Mauro Wolf. Sociologfas de la vida coridiana (Madrid: Citedn, 1994. 3.' edición). . . . Esaito por un expeno e~ comun:.cac16n soc1al, se treta de una breve y excelente introducción ala obra de Ervin• Goffmilll H:t.-old Garfmkel y otros aurorcs. José R. Sebi!.Súán Erice Erving Goffman, Dt la inrt· . racci6n focali;ada al orden inrtraccional (i\ladrid; Centro ,Jc Investigaciones Sociológicu, 1994). Un trabajo introductQrio igualmente 'alioso.

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Fuentes clásicas Ening Goffmilll, La preumación dt la persona tn la vida cotidiana (Bueno~ Aires: Amorronu, 1981). El primer libro de Goffman, yel más conocido. Peter L. Berger y lbomas Lucbnann. La corurrucción social de la realidad (BuenosAires: Amorronu, 1~84~. Se expliea aquí cómo las personas construyen els1gm· ficado de las cosas, y así la realidad que les rodea. a trlvés de la interacción social. Lecturas más avanzadas Frederic Munne, La imera.cción social (Barcelona: PPU). El autor presenta los oóge~es y de~~llo de .las teorl!!5 sobre la inttracción SOC1:U. Los ulwnos caplrulos son los más relevantts pua elmáfuu sociológico. Adam Phillips, fliluar (B~eiona: A~a~ 1990). Como una exoeriencu llena de IIICemdumbres, el flirteo es un bue"n punto de arranque para estudiO!! el proceso de interacción socid

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Erving Goílí=l, Estigm.J (B11a10s Air...s, ..1\morrorru, 1986). Otro clisico. Para esrudi3J' y entender cómo una minusvalía ouede convertirse en esurus domimme. Alain Coul~o, Lo emomtiOdalogfa (Madrid: Citedn, 1988). Es una obra introductoria, y que se deja leer muy bien, a la obra de Ga.rfinl;el y otras emometod61ogos. Vivien Blurr. /n;roducció al consrruccionismt social (Barcelona: Universiw Obena de Caalunya, 1997). Un teXlO complejo. Con= la traducción sociológica del constroccionismo social con bs nuevas perspectivas teóricas sobre la posmodernidad (a las que huemos ref~rencia en el1lliimo capfrulo del libro). .~ain Bracoonier, El st.to de las tmocion~s (Barcelona: .~drés Bello, 1997). Escri1o por un psiquiatra con una larga experiencia clínic:~.. La tesis del libro es que hombres y mujeres tienen su propia culrura emocional. Por ejemplo, mie~tras que, según el auror,las mujeres óeodeo a manifestar más frecuentemente {a angustia que los hombres, éslos, por su parte, tienen menos reparos en mostrane coléricos. Aora Davis, La comunicación no vubal (Madrid: .IIJianu Editorial, 1998). Un auténtico besr-selltr. Pan el que piense que ya lo s3bia todo sobre la comunicación oo verbal pero sigue dispuesto a dejarse sorprender... -· • · -- ··- ··.

En lnttmll o hap:/fwww.soci.niu.edu/-sssi Página de la Sociedad para el Esrudio de la Inttracción Simbólica. Una buena fuente de información sobre. esta corrie:ue sociológ:itl. ·

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Hace unos !esenta al!os, los hermanos Mac y Die!.: McDoneló abrieron su primer restaurante en Pas:~de!ll (California). El restauran ~.e pasó inadvertido en un orincioio. Nadie pudo adivin3J' que este peque/lo r.egocio familiar marcaría el inicio de una" treméoda revolución no sólo en el sector de la restauración, sino en otras tan diver>os como la educación o los servicios religiosos. La filosoíf3 bisica del resuunme (y que se ha exreodido a todos los restaun.otes de comida rápida), consistía en servir un menú b2n1o, lo más rápidamente y al mayor número de personas posiCon el paso de los ble. Pua ello aplituios, Jos hermanos ca.TOn coccienzud:~McDonald se traslt· men1e el or.ncioio de ciaroo i San Bem111· la divisiÓn del "a-abadino y abrieroa otro jo. A C!d1 rarea se restaurante. Fue allí, dedicllba un traba· en 1954, cuando el jador especializado: negocio dio un giro uno prepuaba las dr4...stico. R.2y Kroc, hil!llbt!J!Uesa.s, otra un renresentantt de añ3dfa los ingredienbttidÓras y eiectrotes. otro era el encordom~sticos !e acercó ¡¡aóo de freír p~rzw. al restaurante pan Y otro presemba l~ vender sus produccomida en una bao· ros. Se quedó fascideja '! cobnba ti me· nedo por la efici:nc~a nú. Los clientes. en del sistema organilugll! ác esperu en wivo que habían di· sus mem : que vi· senado los hermaDiera un =arero. nos McDon.ald. Kroc éebían hacer cola v pensó que si aplicaba re:::>!er el menú e~ ese sistema a !Oda una bandeja. """'"'~ uoacadentderestall·

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esde un puntO de vista sociológico, el f:óto ~ los resmurantes McDonald 's nos dice cosas ~u Y. mte· resantes (además de lo que nos pueda ~11 acuca de los cambios alimenticios en algunas sOCiedades). Corno veremos cr. este cap!rulo, la historia de los McDonald's es muy sugerente porque ahf se puede v~r ~uy bien la impo~ de los principios de orgamzactón social y del trabajo (en los que se ~an los reswuantes ripidos), que se han imitado y aplicado a otraS muchas esfems de la vida social. En concreto, Vl!DOS a ver cómo y por qué lo; grupos pequeños, formados por peno~as vinculadAS eniie sí por razones d~ parentesco o de a.aus· tad v sobte Jos que descansaba la organiución d4i_ la soci~dad, esWI siendo s~tituidos por organi.tacioo~ m_ás impersonales y preocupadas sobre todo por la efiCienCia. Vamos a emoeur analiz:ln<lo lo que son los grupos sociales, grupos.de personas con las que ~ntrunos e~ con· taCto en nuestra ,.¡da cotidiana. Hace cten o doSCientOs años, la vida cotidiana de la inmensa mayoría de hll ~no­ nas estab:l casi exclusivament~ regulada por el ~ona· miento de estOS grupos. En aquel entonce~, 1~ pcnonas acenas tenfan contllcto directo con las Oi!a.nJZaClones. Hoy e~ día, por el contrario. p~ q~e no podemos dar ~ paso sin !rOpeZar con una o_rg3012~Ón: ~acemos en ~ospl· tales, esrudil!Dos en colepos y uruvemdades, !I'lbaJ~ por cuenta ajeoa en una organizaci~n. hacem~ VJaJCS organi.udos y nos velan en un tanelono. A~ m, Ycomo veremos má.s adelante, aquellos grupos SOCiales, basados en relaciones de lealwi. parenteSCo o amistad (que podemos identificar al margen, en los iotmticios o dCOirO del mundo orgaoizacional), siguen desempeñando un papel importante. En este ~pirulo v_amos a ~pi~~ qué es lo que todo esto unplica para la VIda de los mdi,'lduos. •

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~ Grupos sociales

Puede declrse que tocio el mundo tiene el se:~timi~tO de pertenecer a un grupo de persooas, a un grupo SOCial. .Por grupo social entendemos un ,nroo d~ do~ o más uers~­ /IDJ. cada UJIO de/os cuales con lUID tdtimdad nconoct· da por,¡ mro, v out mantitilt alr~ín'ripo cft vfnculo·o rdqción tn!Tt sf. Los1!rB ii1Jiiilñ6s fóntln~pupó!"tOos-

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tantemente: p=ju, :amilias, cúculos ~e :unigos, grupos · de vecinos, clu.bes, etc. Los grupos soctales se componen de persooas que tienen experiencias o intereses comunes, 0 de personas unidas eniie sí por vínculos de confi~ lealtad o depci1dcncia. Los miembro.s ~ ~ ~u~ SOCial, aun siendo conscientes de su pro21a mdiVJdualidad, se reconocen como miembros de ese ¡JUpo.

Grupos, categorías y reuniones o aglomeraciones de personas Podemos entender mejor el significado del término «grupo humano•, diferenci6ndolo de lo que ll~:~~~~os una «categoría de personas» y de lo .qu~ ~o es mas que una mera reunión o aglomeración de mdtVJduos.

Categoría · Una caregorí~ es un conjunto de oersooa;. ~ue ti~nen al runa característica (interesante pan el análisiS sOCIOlógico) en común. Las mujeres, los pa~ solteros, l~s rccluw, los que tienen su c:ua en proptedad, los católicos, por ejemplo, son c:uegorias de penooas. ¿Por q~t decimos que son categori:u y no grupos? Senc~~ente porque aunque todos ellos tiene una ~terunc1 en común, no están vinculados eniie s! de rungun modo. La inmensa mavoria de los qt!e componen una cau:goria en una sociedad determinada no se conocen eniie sí.

Reunión o aglomeración de personas En muchas ocasiones en la vida diaria los individuos coinciden en un lugar'! momentO determinado, comparten alguna experiencia, y luego se ~sgregan. Esro no es más aue una reunión o aglomenaón de personas: u audie~cia que escucha una conferencia, el público de un partido óe fútbol. son e~los _de ~to..Tam~o son grupos porque no hay una mterzcc!ÓD Significanva enlrt _es";S personas al margen del lugar y ~omento eo_e19ue comadeo. Las reuniones y aglomerat~ones de este npo son W1 ttmsitorits e impersonales que no lu podemos poner nl mismo nivel que los pupos humanos. .• Err ocasiones, por supuesto, un& reunión o aglomerac~nn humw puede coovertirsno un &JUPO; o ¡n.>edco formarse

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grupos denlrO de ella. Podemos pensar, por ejemplo, en una peñ! de amigos, aficiooados al fútbo~ que se ha formado 1ra5 vi!rios encuen1r0s ocasio03les en el estadio de ñítboL

Grupos primarios y secundarios Cuando dos conocidos se encuen.t:ran en la calle o en el lugar de nbajo, se saludm siguiendo unas normas de conesfa. Uno dice, por ejemplo: «¿Cómo estás», y el olio respoocie, cBien. ¿Y a ti que tal te ~-a?» A esto se limitan l:u nonnns de cones!a. Pero si uno de ellos intenta contarle al oliO cómo le vt re:!lmente, muy posiblemente éste intenwá escabullirse, intentando evitar implicarse en los problem:u personales de quien sólo es un conocido. Los sociólogos clnsiñcan los grupos humanos en dos grupos: los grupos primarios y los grupos sccuncbrios. Lo que los distingue es la ''oluotad que manifiestan sus miembros de implicarse o preocupane en los problemas de los 01r0s. Según Clurles Honoo Cooley (1864-1929), que acuM este término, un gTUDO orimaÓO t.< pn f'IIPº <ocia/ J'fQHtÓO Cl~O.f

miembrl)t mgnriin(O UnQ rc{acj4a I'Cr.to-

na/ v durac·ua enrrt sf. Unidos por relaciones primarias, los miembros de los grupos primmos pasan generalmente mucho tiempo juntos, realiz¡¡o una serie de acthidades conjuntamente y sienten que se conocen bien entre s{. A pesM de los conrlictos internos que puedan surgir en el seno del grupo, los miembros de los grupos primuios muesir.!ll un interés sincero oor el bienesUIJ del resto de los componenteS del grupo. En todas las sociedades, la familia es el grupo prima.no más importante. Cooley llamó primarios a estos grupos fuertemente integrados por lazos personales porque son, generalmente, los orimeros de los que ÍOITI12IDOS pane en l! vida. Lab.milia. ·los woos de ii!!Úgos. tienen además una importancia pnmaria o fundamental e.1 el proceso de socialización en cuantO que estos grupos pueden conformar los valores, las actirudes y la misma idenódad de sus mienJbros. Estos grupos primarios dan seguridad asus miembros, _que se sienten arropados por un entrunado de relaciones personlles. Den1r0 del circulo f&miliar o en el círculo de amigos uno siente qu.c puede expresarse y desen'!olvene con roás liberw!, pues' no existe ese temor a dar .una impresión equivocada de sí mismo. Lqs miembros de los grupos primarios suelen ayudarse mutuamente en caso de oecesJdiíl Pero no es para esto (ni para cualquier 01r0 objeti"o en concreto) para Jo que se forman los g:upos primarios. Los grupos primariosLy al menos uf lo consideran sus miembros, son un fin en s( mismo y no nn medio pan s:uisfacer oiios ñnes. En otraS palabru, como miembros de un grupo pri.¡oario preferi· mos pensar que somos parte de ese grupo por nzoocs de ~t!d o ~inculos de pattoteSco sin más, y no pó~ue podamos beneficiarnos los unos de ).oS otrOS. PJlr eso,

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cuando oecesiwnos ayuda y acudimos a olrOS miembros del grupo primano no espertmO$ que nos pidan algo a cambio. Nos hacen un favor. Stbemos, -sin embar¡o, que los favores son deudas, y que deberemos satisfacerlas devolviendo el favor con OliO favor. Esto alimenta la confianu mutua eniie los mieml:rcs del_¡rupo y hace que las relaciones sean más sólidas. La orientación penoni!.l, y no puramente instrumental {esto es, según un dlculo de costeS y beneficios) que existe entre los miembros del grupo hace que cada uno de ellos sienu que los demis son personas únicas o irreemplazables. En las relaciones impersonales (como cuando coro: prunos un billete de autobús i!l conductor, por ejemplb) no nos importa la persona con la que hemos establecido esa relación. En persona desaparece detris de su función (es el que nos vende el billete). Pero esto no es is{ eñ 105 grupos primmos, ya que estnmos unidos a los demás por lazos de amista~ lealad o de parcntest:o.·Aunque dos her~ manos no se lleven rouy bien, sienten que siguen siendo bermanos y qne SOQ irreemplazables el uno para et otro (pues nadie mis que el 01r0 puede ser su hermano). A diferencia de un grupo primario, un grupo secundaóo es uit tru!Xl social xronde, cuyos mitmbros, Cln!es que esror

llllidas lazos o lCIÍVOS O' ersonolts,-10 esufn ~ ue'' manritntn una oc · · do otrsi!lutn un inrtr s comtut. relaciones secundarias implican, por lo iti!ml; un cierto dir..anciamiento emocional entie Jzs personas, que no se conocen bien unas a OtraS (y que, p0r 01r1 p3ete, tampoco sienrcn necesidad de conocene 'mejor). Losgrupos secundarios pu::den sy mis efímeros o má.s duraderos, pero no se hacen permanentes. a grupo de estudiantes que termina 1~ cmen y que coincide en la asociación de antiguos esrudi21lteS es un ejemplo típico de !fllpo secundario. Unidos sus miembros por lazos sociales más· débiles, los p-upos secundarios pueden apupu a un mayor número de personas. En un edificio de oficinas, por ejemplo, pueden trabajar decenas de personas que sólo se conocen muy superficialmente. En ocasiones, y cbo el paso del tiempo, un grupo secundario puede adquirir las -caracterúticas de los grupos primarios, como puede ocurrir en!re compañeros de trabajo. En términos generales, sin embargo, la línea divisoria que distingue a los miembros de los que no lo son es mucho mis clara en el caso de -Jos grupos primarios"que en el de los secundarios. Los miembros de los grupos secundarios no esWI vinculados eniie sí por lazos de lealtad u otro tipo de sentimientos afectivos. :Mientru que los miembros de los grupos primarios estin orientados respecto a lzs Olr3S perso/IDJ del grupo, los de. los grupos.secundarios estúl orientados hacia unos deteunjnados obiccjyqs a cuyo logro puede contribuir el resto de las personas del grupo. Pa supuesto, esa orientación hacia unos objetivos 110 implica que.las relaciones en!re los miembros de lo~ grupos se=darios sean frías o distanteS. Las intencci?Jles

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Grupos y organizaciones O .181

El liderazgo en los grupos ¿Cómo funcionan los 2!11oos? Unt dimensión imooname del grupo hummo es ;!liderazgo. Mientras que ~n alsunos grupcs todo el mundo puede ideruiftcar al !Ider como el que tien~ que tomar lLS decisicmes más imporuntes, ea otros grupcs (como en los cfrculos de amigos, por ejemplo) nadie en concreto (o al menos así lo mani.fieswt sus miembros) ejerce la función del liderazgo. En la familia son el padre y la madre los que ejercen ev..a función {aunque de forma áistinta, como veremos).

Charles Horton Cooley: los grupos primarios son moralmente valiosos ucha gente piensa que la vida corra tan depñsa que parece

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Imposible entrar en contacto o mentener relaciones signifiCativas con otras persooas. Pero asto no es nuevo: Hace cien años, Charles Hor:on Cocley, que vivió su infancia sn una pequeña ciudad yque lue testigo de los cambiós tan drásticos que estaba experimeotando la socieded americane., ya pensaba así. Cooley nació en Ann Arbor, Michlgan. Se doctoró y desarrolló toda su carrera ac¡:démlca en la Universidad da Mic:hlgan. Su mayor contribución a la sociología son sus reflexlones sobra los grupos primarios. Ccolay vela con preocupación les cambios en la socieded nortaamericana. Advittló que e medida que e( país .se indus:riaf1Z2ba y urbanizaba. la gente sa hacia más individualista y

competitiva y perdfa interés en la comunidad o incluso an la familia. Estas trGilsformaciones inquietaban a Cooley, que pensaba que los pequeños grupos primarios tenían una importancia crucial SegUn Ceoley, los grupos primarios son un bien

sociales entre esmdiantes, compa6eros de trabajo o socios comerciales, por ejemplo, siendo relativ!IIDente impersonales, son wnbi~n corteses y atenw. En los 2r11pos primarios. los mitmbros se definen unos a oll'Os según quiints son, esto es, en tél'lllinos de puto• te seo o en vi.rrud de las =eristicu únicas y personales de C3da uno. Los miembros de Jos grupos ;ecundarios, por el corunrio, se definen cnll'e sí en inninos de lo qul son, esto es, en ténninos de lo que puede o le toca bacer a cada uno a fin de lograr unos determinados objetivos. Así, en los grupos secunduios, cada uno de sus miembros sabe muv bien lo que tiene que of=u al resto del grupo y cuáles" son las compensaciones .qu~ puede es¡;eru: a cambio. Esta especie de <ool!bilidtel» del debe y ael hab-..r se presenta de forma más mtida en }~S g!llpOS secundarios fon:nados, par ejemplo, por los SOCJOS de una - -- empresa.- Pero ambi~n enll't vecin~, por. poner 011'0 ejemplo, uno espera que los favores 'k sean ~~eltos. Y111Culador enll'c-stpoh'aZóDI!e"tt!!I>"ObJellvos. y 110

socii!l, o moralmente vafiosos, porque hecen que las personas se sientan queridas y arropadas por el resto del grupo, en el que, por encima de otras cosas, se valora la solldeñdad, la equidad y el respeto mutuo. Cooley tenia esperanzas de que 2l Uamar la alención sobre la impoñancia de los grupos primarios haria reflexionar a la sociedad sobre lo que estaba pertiiendo en al camino de la industriafización. Pero la sociedad americana no ha cambiado de rumLos cambios que ha experimentado Estados Unidos pondrlan aún mucho más nervioso a Cooley. A pesar de que murió hace unos setenta años, mucha gente sigue compartiendo sus preocupaciones. O '"..."ll>t!. ,,!2,c:.., 1m

por ruones punmeme afectivas, los miembros de los grupos secundarios deben aprendeJ a acruar de una manera mis formal {o profesional, si es el caso), a fin de desemoeaat satisfactoriamente la función oue les comsponde cumplir deDII'O del grupo. Por decirlo' en Oll'as palabras, cuando en d grupo secuodmo alguien nos pregunta: e¿Cómo estás?,., ooespcnque le demos una respuesta sincera {o completa). La pregunta es un fotmalismo, y uno debe 1prender a interpretarlo así. En la Tabla 7.1 se resumen las C!.r.!Ctcrútica.s básicas de los grupos primanos y secundarios. En la •ida r::~; por supuesto, difícilmente eocootrartmos un grupo blliD:!IlO que se ajuste pe:riecwnente a un tipo ide3.1 11 ol!'o. lhy que e:ltender los dos modelos como dos e."ttremos de una líne3 continua. En m iíne~ ya si pode¡nos situar los grupos bll!IWlOS a los que pemnec!IIlos o id:ntiñcamos en nUCSII'l vida diaria. ¿Hay regiones en Europa en las que los grupos primarios tengan·más relevancia en b ..,;dz. social que en on:as?

Liderazgo instrumental y expresivo

Podemos distinguir entre dos tipos bási~s & liderazgo (Bales, 1953; :B.Ues y Slater, 1955). Uno es el liderazgo inslrumenlll, oue se tjerce remando m coll.lidtraci6n ti CU!f}J2li!11icnco de 11nos objtrivos preyiamtntt olanteados. En este ·caso, los miembros del grupo esperan del !Ider que organic'e las WeJ.S del modo adecuado a ñ.n de loRiar esos objetivos. El lidmzoo e:wresiro. el éorurarlo, u ti out se t 'trct tomando en coll.lidtraci6n tl'bitntJrtir dtl coltctivo. En este ~. el líder no b= cump os qbjerivos del modo más expedito, sino qúé tie 0 eii cué:!ta y preocupa por el estado de inimo de los nÍjembros del equipO y procura sobre todo reducir las' l!I!Siones y neutra.lizár los conflictos que pued! baber denll'o del grupo. Dado que los lideres del primer tipo esttn·orientados fundamenl4lmc:nte a la ·consecución de unos objetivos, suelen tener un tipo de relación iom~al, impersonal o rois puramente profesional con el resto de los miembros del Jn!po. Los !Iceres de esta categoría premian y penalinn a cada mie;nbro del grupo según su conl!'ibución al cumplimiento de los objeti,·os. Por el contnUio, los líderes exmesivos están más incün.ados a establecer unas relaciooes mis pezsonsles o más ~dss con los miembros de su equipo: muesll'llll apoyo al que está pasando por un mal mome:uo, ~ esfu~ por mantener al equipo unirlo y procur:!ll eliminar las tenSiones internas. i\{ienlr.!.S que los !Iden:s insaumemales pueden conseguir ser respeudos por su eficiencia, los líderes expresivos consisuen, antes que el respeto, el aftc:o personcl. En la familia tradicional europea podemos itientificar es:os dos estilos tie lide.-ugo. Mienll'IS C!llC se e..tp"...n que los hombres ejerzan un !itierazgo de tipo insll'UIDental (que implict gua.nti,zar la suficiencia económica de la unidad familiar, tomar las decisiones imporuntes o administrar Jos premios y los cutigos alrtsto de los miembros de la familia), las mujeres ejercen más bien un lideraz2o de tipo expresivo. Históri=enre, tu ma$es y .espos~ bao sido las que más se han esionado por mant~ner a la fAmilia unida y libre de conflict9~ in!erpe.rsonale~. Esta división del.l!'lbaje>enl!'e el bombze y la muj~ (que implica estilos de liderazgo distintos) puede explicu po¡:; qu~

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Se ba dicho en muchas ocasio~...s que mientr.IS que en lÚ zonas rurales y en las pequeñas ciudades la vida social se desenvueh·e con mis inte:uidad en el ámbito de los grupos primmos, en los grandes núcleos urbanos los ¡rupos se.."Undarios cobran m~yor imponancia. Si bien esto puede ser cieno en t~nninos muy generales, um'poco bay que olvidar que en las grandes ciudades (y, en es¡¡eciaJ, en los barrios habiudos por grupos émicos) los giupos primarios juegan también un papel impor.aote en la uperiencia cotidiana de las personas. ¿Y qu~ podemos decir resp-..cto de otru regiones del mundo? En términos generales, podemos decir que, en comparación con las sociedades industrii!l.~s o oos:'.J¡dustriales, en las sociedades más pobres !os grupOs primarios son más imponanres porque destmpeiian mú funciones sociales. En Latinoamérica, .:tinca y .A.sia,la yj~ de muchas llCC50ñU Se desenvuelve ! ti'IV~S de Ja familia y los grupos primarios de los pueblos o comunidades donde babnen. En estos países, y especialmente en las zouas rurales, los que proceden de fuera suelen quedar :.1 margen de la vida de la comunidad. Por el con11'11rio, los grupos secunc!zrios cobren más imponancia en !u socie:!ati industri~es. en donde IM personas deben asürnir roles más especializados. En ciudades como Londres, )b.drid, Bilbao o Barcelona en11'11Illos en contacto todos los días y de f¡¡rma rutinarie. con gente que apenas conocemos y que quizá no volvamos a ver jamás (Wutb, 1938).

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tr2CicioJU!mente las relaciones de Jos hijos con sus padres son más respcruosas y disl.!nteS, mienrras que con 1~ madres suelen más cílidas y· afecruosas (Parsons y Bales, 1955; Macionis, 1978). · Por supuesto, los avances en la igualdad entre hombres y mujeres es¡j haciendo obsoleta esta distinción entre roles v estilos de lideru2o dentrO de lt iamilia. En mucha's familias, el padre la madre ejercen indistintamente esos dos tipo~ de liderugo.

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Liderazgo autoritario, liderazgo democrático

y el estilo lalssez-falre

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Según otra clasüic.:~ci6n clisica de estilos de liderugo se distingue entre elliderugo autOritario, el democrático y el estilo klissez{oirt. El omorúorio es un estilQ de liderugo puramente instntmen!JI, esto es, un liderugo orientado a 1~ resplución de problemas. En este caso, ~1 lfder _asume directamente la toma de decisiones y pide a sus subordinados que cumplan las tareas que les bao sido asignadas sin cuestionarlas. Aunque este estilo de liderazgo no es, por supue~ta. el más indicado para ·ganuse el afecto de los subordinados,1111lfder que ejeru su función de este" modo puede conseguir, al menos, el respeto de sus subordinados si demuestra que es capaz de resolver sañsfactorii!IDente problemas que aieclllll a toc!os. El estilo de liderazgo d<mocrálico es de tipo nús e.-q¡resivo. Aquí ellíde.r inteom impl~ al resto del grupo en la toma de decisione.~. Si bien este estilo puede ser menos efectivo clliUido tOC.l tomar ciecuiones ur¡erues, puede ser más efectivo CUA!1do se tra· ra de tomar decisione.~ que admiren cierta demora. pues al e.!tar los miembros del grupo más implicados en las deh"'berncione.~ y la roma de decisione.~ se enriquece tanto la discusión como la moral del grupo. Por 1Iltimo, el estilo klis· sr.jairt un plica permidr que el grupo se aororregule por sí . mismo (Whire y Lippit, 1953; Ridgeway, !983).

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Agur. 7.1 • Llodtlo do tarjetaS ÜUiíudu m loo uptrlmllltot do - ,. Atch (1!52) 1obrw conlormldod - - -- - -- - - -

La conformidad en los grupos

Las investigaciones de Milgram

En el mundo ocadental no nos gusia pensar que somos occonformisw•, CStO es, que seguimos más o menos acriti=nte las pa.uw o cfuumc:e.s de los grupos a los que pct· tenecemos. .<\.ores bie;¡, pref:rimos pmsar que, de alguna manera, nos distinguimos del resro de la multirud, quiú más d6cil o conformista que nosotrOs mismos. Pero pensemos pa un momento en los grupos a los que pertenecemos (el ¡rupo de amigos, la familia. los compañeros de clase, etc.), y en la necesidad que sentimos de ser acepl3dos en ellos. Quizá uno 5e.1 un poco mis inconformista o más rebelde que los demás, pero muchas inve.~tigacione.~ en psicología social bao demostrado que el conformismo es la norma antes que la excepción. Vamos a ver a continuación algunas ÍO\•t.~tigacione.~ clásicas en esta materia. Veremos que la presión de los gropos humanos tiene una in!luencia destacable en el compartimiento y actirude.~ de las personas, tiDlO en la adolescencia como en la e¡¡¡pa adulta. Las Investigaciones de Asch Las investigacione.~ pionms de Solomon Ascb (1952) demostraron que un ¡rupo social puede dettrminar la conducu de las pefS('DlS. Ascb reclutó a una serie de e.~rudian­ teS que supuestamente deberlan participar en unos experimentos de percepción visual Antes de iniciar los e.'tperimentos, todos los miembros de cada grupo, exceptO uno, fueron informados de la verdedera natura.leu del experimenm, que consistía en medir el ii:ñpacto de la plisión del ¡rupo sobre !u repue.sw de los incii viduos. El experimento cocsisúa en repartir dos wjew a los e.~ru­ dianres. En una W)eta aparecfa una línea recu de una longirud detemUnada (vé.lse la Ta¡jeta 1de1aFigura 7.1), y en la otra wjeta aparecían li'CS lí.nC.lS de longirudes ·distintas. Se preguntaba a los e.~rudiantes, que debían responáer en voz :t.lta uno detrás de OtrO, qué lfnea en la segonda wjeta era igual a la de la primera tarjeta. Si miramos la Figura 7.1 la respue.~ta correct.1 e.1 la línea A. En los primeros ensayos todo el mundo dio la respuesta correca. Pero en ensayos suce.~ivos, cuando los cómplic:e.s de Asch empezaron a dar la Jnisma respuesa equivOC.lda, podía verse cómo el e.~ru­ diante que hada de coneJillo de indias empezaba a sentirse incómodo en su asiento y &.mostrar nerviosismo. El hecho e.1 que en un tercio de los ensayos, y a pesar de que era evidente que el resto de Jos e.~rudiantes e.~taban dando la respuesta incorrecta, los estudianteS que actuaban como conejillos de indiz.s t.lmbién dieron !a respuesta el¡uivoczdL Las inve.~tigaciooes de Asch mostraron de esta manen c¡ue mucha gente prefi.m poner en entredi· cbo su propio juicio anteS que enfrentarse a todos los demás, incluso cuando oo se conoc: a esas otras penonas. ¡,En cuanw ocasiones en nuestra vida diaria tomamos las mismas decisiones a ñn de no ser rechazados por - los.demis-o de e\.itar snuacioDCS..incómodas?.•• - ···-·.

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Stanley Milgrnm, uo antiguo esrudianre de Alch, lle"ó a cabo un:!. serie de experimentos cuyos resulrtdos fueron ~a m!s sorprendenteS (Milgram 1963, 1965; Miller, 1986). Al igual queAsb, Milgram reclutó voluntarios uni· ' ersitarios que deberún l }ud!rle a hacer unos expen· mentas en los que, se decía, se iba l e.~rudiar el efecto del castigo en el proceso cie aprendinje. En realidad, los experimentos tenían como objetivo esrudiar la disposición al conformismo. Una vez que consiguió reclutar al suficiente número de esrudianres, Mi.lgnrn los dividió en dos grupos: los «profesores» y los «t.~rudianteS». A estos 111 timos se le.~ informó de la verdadera naruraleaa de los e.q>erimentos y así actuaron como cómplices de Milgr¡un. El experimento consistía en lo siguiente. En una habi· t:~ción se si ruaba un cesrudiante•, atldo a unn silla con un electrodo simulado en uno de Jos brazos. La habitación contigua la ocupaba el cproft.~DP, que en todo momento podía ver al «esrudiante» sentado en su silla. El investigador que dirigía el experimento pedía al «profeso~ que leyera en voz alta pares de palabras. que el cesrudiante• debfa memorizar. La urea del «esrudiante» consistía en completar el par de palabras cuando el ¡cprofesDP pronunciaba la primera palabra. Cuil!ldo el cesrudi.lDte» se equivocaba, el cprofeso~. a irlSt.lDcias del in,·estigaóor, debía dar una descarga el~­ aic.l al ~e.!rudiante». Pm ello tenía a su disposición un «generador de descargas eléctritaslt de aspecto aremdor, que incluía un. dispositivo que le permitía regular la intensidad de la descarga que iba a administrar. Los nivele.! de de.~carga iban desde los 15 voltios (marcados en el regu· lador como «descarga suave»), hasta los 30(! voltios (marc.1dos como cde.~=ga fuerte>t). Pero wnbién se podía llegar hasta los 450 voltios (donde aparecía la indicación e Peligro: desc2rga mtaL.). Como con descargas de baja intensidad el «esrudiante» no aprendía, el investigaóor iruistía en que debía aumentarse la intensidad de la descarga en 15 voltios cada "CZ oue el«esrudiante» cometiera UD error. Las de.!cargas el~c­ trlcas, decía el investigador, podrim ser dolorosas, pero no producirfan efectos permanenre.~. Yasí se desarrollaron los experimentos con varias parejas de ~rofe.~om• y cesrudiantes». Con descargas de 75, 90 y 105, el «estudianltlt emitía ~uellos quejidos. Con descargas de 120·ya podían oírse gritOS de dolor; fingidos, pcu reales para el cprofeSOI"l'. Como !l cesrudW!~ no aprendía, el cprofesOP seguia acment.ando las descat!as. Alos 270 voltios los gritas de dolor ya se convertían en gritOS de agonfz. Ydespués de los 330 voltios va sólo se oía un silencio atemdor. Estos ex~entO$ mostraron b:ast.a. qui punm las ~­ sanas investidas de autoridad (como en este caso, el inve.~tigador ve.~ticio en su bata blanca y rodeado de toda una parafema!ia científie1), pueden obtener la obediencia

de ¡ente común y corriente. De los 40 cprofesores~ que fOimm>n putt del experimento ning-,mo cuestionó la ~ti­ ca del experimento arues de llegar a los 330 voltios. Es mis, 26 de eUos, e.~to es, casi cios tercios, llegó incluso a aplicar una descarga de 450 voltios. Uno podía pen.sar que :!alto ni,•el de conformidad que Asch había descubieno en sus experimentOS se debía en realidad a que la tarea asignada (decir qul líne.l en la segunda tarjeta tiene la misma loogitud que la de la pri· mera tarjeta), era demasiado trivial. Por un asunto ll1D trivial, unQ puede pensar que 119 merece la pena molestarse y llevar la contraria al resm del gn¡po. Para descartar esta posibilidad, Milgram dise66 y realiz6 una nueva versión de su exoerimento de la silla eléctrica (1964). En esta versión h3b(a tre.! «profe.~ore.~», dos de ellos compinchtdos con Milgram. Las insttuccioDe.! eran las siguientes. C3da UDO de los tres cprofisoies• debía sugerir qut descarga se debía administrar al «t.~ruiliantei., que al final recibiría la descarga más baja. Segúri este diseño experimental, el ~rofesol"l' ajeno a la verdadera: naruraleu del experimento podía evitar c¡ue el esrudiarite SU;friera en absoluto. Los resultallos fueron sorprendentes:·El «profesen no compincbado emitía unas descar-gas li'CS ·a cuatrO vece.~ superior a las que él mismo emitía en otros experirnemos en los que e.~t.aba solo, siil otrOs «profesore.!». Este exn=enro su!iere entonces qoe las perionas no sólo tienen una gran t;ndencia a oliedecer a .lQUe.llas otras personas que e.~tJn inve.~tid.a.s de autoridad. sino también a cualquier l>tra penona, de su mismo e.~tarus o posición, que penenezca a su grupo.

Grupos de referencia ¿Cómo evalúan las personas sus actirudes y ct>mpona· mientos? Muy a menudo lo hacen teniendo en cuenu el grupo de ·referencl3, que e.1 el grupo social q~U sirut

come punto de referencia o lo hora de evaluar UJUl siruaci6n o tomcr decisiones.

EJ JOVeO que estl pensando CÓmO Va a juzgar SU fami· lia a la chica con la Que está saliendo, está utilizando a su familia como grupo. de reftm~cia. El rnbajl!.dor de un banco QUe esrudia la reacción de sus compañeros de trl!.· bajo a~ nuevo producto financiero está utilizando a e.!OS compaJieros como grupo de referencia. Los grupos de referet¡cia. enrooc:e.s1 pueden ser primarios o se.'"UildariOS. En cualquier caso, el de.!eo de acruar en conformidad con el grupo implica que las valoraciones y aclitude.! dom.ill.I.DteS en ese grapo nos van a inñuenciar..: Pero tam~i~n el grupo de referencia puede ser un grupo al que no pertenecemos. El que hace una entrevista de trabtjo, por ejemplo, examina muy bien el e.~tilo y mocio de acruar de las personas que trabajan en la empresa a fin de ajustar su propio estilo al de e.!aS p-..nooas. De.e.~to ya hemos htblado cuando nos referimos a la spcjolqod~n


anticipado (úpirulp S ~socialiucióDJt ), que ocurre cuando un individuo sigue esD"ategia coníor.nist:! a ñn de ser acepuc!o ea UD grupo óetermiludo.

mi! la imagen qúe tiene el grupo de sí i!ÚSmo (como algo del grupo rivBI (que se presenta de fcrma aún m:ls negativa) (Tajfel, 1982). El poder también deter.nina las relaciones intergrupal:s. Los ¡rupos que tienen más poder o prestigio pueden inteal3! perjudicar o humillar sociilinente a quienes no son miembros del g¡upo y tienen una capacidad dt respuesu limitada. Las re1.3ciones enD'e grupos de blancos y negros en Estados Urüdo! son un buen ejemplo de esto. Los grupos, en ñn, pueden generar vínculos de lealtad emre las penonas, pero, por la :ni!ma razón, tarnbi61 pueden generar tensiones y conflictos.

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v~o;o por sí mismo), y lt im~gen

La Investigación de Stouf!er Durume la II Guerra Mundial, Sa.muel A. Stouffer (1949) realizó UDa in,·estig3Ción ya clásica que ilusD'I muy bien la !lllponancia de los grupos de referencia. Stouñer pidió a Jos soldados que evaluaran las posibilidades de ascenso que tenía un soldado en sú unidad. Lo lógico es peasar que en las unióaées con wi índice al10 de uc:nsos los soldados s.:r'.an mils opúmims acerca de sus posibilidades de ascenso, mientraS que en las unidades coo ün índice bajo de ascenso ~bundarían las respuestaS pesimi.Sw. Los resulwlos, sin embueo, mosuarooli!.!eodencia comrori11: los soldados que serv~ eñ unidades las que babía habido muchos asceasos tendían a ser mé! pesimistas que aquellos oD"os que servían .en unidades con UD índice b1jo de asc:nsos. Se puede enttn<ier"esta paradoja si, como hizo Stouffer, UDO identifica el grupo de referencia con el que se medfan los soldados a la hora de evaluar sus posibilidades de ascenso. .-\quellos que servú.n en urüdades con índices ba_ios de ascenso se comparab:m coa Jos que tenían a su alrededor, muchos de Jos c\lales no habían coaseguido ningún asc:nso. Comparáados: con ~Uos, estos soldados no se sentían D"atados.injusumente., por Jo que sus respuesw no eran pesimistaS. Los soldados que servían en unidades con altos índices de ascenso también utilizaban como grupo de referencia al resto de los componentes de su propi! uni<hd. Como ya en este caso era fácil identificar a compalieros que habían sido asc~ndidos (o que habf:m sido ascendidos antes que ellos), !as respuestas ~tndfaa a ser más pesiminas. u investiszacióo de· Stouffer demoes~n claramente que las perso;as no evdúan su siruación nislzd!meme. Al evaj.oar su sirutcióo; una persona la compara coa la de otras perSO!!as, que son las que follllan el grupo de referencia. Esto es, cuclquiera que sea nuestra situación objeti,a. tendemos 3 evaluarla subjetivamente y ea relación a la de otru personas {Menoa, 1963; Mirowsl:y, 1987).

'3 El tamaño de los grupos sociales

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lngroups

y outgroups

Si algUDs ~ez le ha tOCO!dO ser el anñlrióo de UDa reunión social seguramente ya sabe bastante de Jo que vamos a decir. Hi!..Stl que llegan los seis primeros imitados, Jo más

frecuente es que todos participe¡: en la misma cooverstción. Pero cuando ya son m:ls de seis las personas reunidas, generalmente se forman dos grupos como mínimo. Parece evidente que el número de personas tfecta ala for· mación y dintnica de Jos grupos. P:ua emender por qul es10 es así tenemos que tener en cuenta la. elación matemática enD"e el número de personas que comFone un grupo social y el número de relaciones que se emblecen entre ellas. Esto lo podemos ver gr'.ficlmente en la Figura 7.2. Un grupo fonnlllo por sólo dos personas ;mplica una tínica relación. Si se incorpor3 UDa tercen persona B1 grupo, ya tenemos tres relaciones. En UD grupo de cuatro personas el número de relaciones es Stis Podemos comprobar entonces que el aumento e~ el tamaiio del grupo implica UD aumento mayor en el númer() de reltciones entre los miembros de ese grupo. Coo cinco miembros se establecen diez reuciones o ·.inttraccio~es posibles. Con seis miembros el número. de relacio'!CS ya llega ~ quince. Como aq~ ya es casi imposible mant~ner r: •

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Tl'mo~o

!MI grupo y númoto do relaciones

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viva une única conversación lo mú nanu-al es que el grupo se subdhida en dos o ues grupos mú pequeftos.

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Los grupos de dos (o dfada~)

fl sociólogo alemin Georg Simmel (1858-1918) escribió

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unas páginas muy sugerentes sobre la dinimica de los grupos sociales pequeños. Simmel (1950; ed. orig., 1902) acuñó el ~rmioo díada, que se refiere a un grupo socio/ compuesro de dos personas. Los romances, los mauimonios o las arnisudes intimas son grupos de este tipo. ¿Qué es lo que har;e que..Jos grupos de dos sem tao espe· cilles? En pómer Jugar, ~gún Si=el, la interacción soc:W es aquí mucho más intensa ql¡e en los grupos más numerosos, pues en una relación uno a uoonohayun rerceroen discordia con el que uno deba competir por la atención deÍ oa-o. Por es'~ mz6n es en estos gr-JpOS donde solemos estiblecer Jos vínculos sociales m:!s fuer.es o más si21lificativos. En segundo lugar, estos grupos son-más precarios o inestables. Mantener vivo un grupo de dos implica el esfuerzo de ambos (esto es, de rodos Jos miembros del grupo).'Pero uii grupo' mis numeroso puede mamenerse a flote aun COl! la deserción de uno o varios miembros. Los marrimcnios son grupos de dos y, por eso mismo, potencia.lr:::ote mis precarios que otros grupos. A!r, y dada la imponaocia soci:U de b institución del marrimoaio, todas ' las soci~dades cuentan coq tina ~~e de diSposic!ooes y no¡¡¡¡as sociales oriemadas a preservarlo.

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3. Si l:tiJrt unJ clara jtrarqufa social tnJrt grupos

Redes sociales

sociales, esos gn1pos ~r'..n más c...-mdos. En un entor:JO social en el que todos los. grJpos tienen más o menos el mismo poder o prestigio social se hace más fácil la ci.rcclación de las personas enue distintos grupos. A la inversa, en un entorno social en el que operan grupos con disúnlos njveles de poder y prestigio social, los grupos se hacen más cerrados.

Formalmente. una red soci¡l e< un cl!j'ffli'N!lla dr yjnrniD..t... ;ocio/es, qut llllt, siquiera llmoorJI o suotrficialmtnrt, a disrimos pusonos tnrrt sf. Una red sócial no implica entonces reliciones esiiéClíis o per!IWitlltes enue las perSO!I.lS. Las redes sen mis porosas o difusas que los grupos, pues sus límites nunca es!ÍD bien definidos y tampoco se reclama l su.s componentes que cultiven un sentimiento cíe lelltad o pemneocia a la r-..d. También, ~enaas que un grupo (como un cúculo de aoúgos, por ejemplo) suele estar oóentado hacia denrro, una red social sirve generalmente pan conecwse con el exterioc E'n algunas redes sociales, los contactos enue sus componentes son regulares, como entre antiguos compañeros

4. El espacio fisica también puede ser imporrante en la formación y dinámica de los gropos. En concreto, la existe:Jcia o :wsencia de borruo.sjisico.s puede hacer que los grupos sem más abienos o más cemdos. Si un ;rupo soci:U est! separado ñsicameote de oa-o, la probabilidad de COII!aCtOS O intmcciones inlel!nJpales disminuye.

Diversidad social

La diversidzd social que puede haber en el seno de un grupo afecta a la dinámica de ese grupo, y más en concreto a la posibilidad <!e que sus miembros busquen establecer relaciones con personas ajenas al grupo. Peter Blau (1977, 1982; Soutb y Mesmar, 1986) describió Cll20'o maneras en las que la composición de un grupo puede afecw las asociaciones inrergrupales. L Grandes grupos que se s~gmeman inurio~nrt.

Los grupos -d~ tres (o triadas) Cuanto más numeroso es un grupo social C3be esperar Simmel wnbi~n dedicó alguna atención 8 lo que ti llamó que el grupo sea m:!s beterog~neo. Siendo más beterola trillda. que es 1111 gro,¡po socio/ compuwo por rru per~~neo, es mayor la probabilidad de que sus miembros sanas. Como puede verse en la figura 11, en este tipo de pued!n satisfacer, deoa-o del grupo, Jos intereses· más _·grupo ya fenemos ues relaciones. Según Simmel, Jos grudiversos. Un grupo grande Yheterogéneo es relativapos de a-es suelen ~r más estables que Jos de dos. Esro es meo te estable, entonces. así porsue, de empeorar la relación enue dos de sus :\hora bien, puede ocunir que el grupo se haga miembros, hay un te.'Uro que puede acruar como mediademwdo grutde. Si el grupo crece demasiado, puedor y recomponer el grupo. (Por la mismuuón, coando de ocurrir que se segmente, foanando sus miembros UD grupo de dqs aaaviesa dificult~des sus miembros suenuevos grupos que puedan satisfacer mejor sus prefeien recuoir a un tcrcero que actúa como árbia-o.) re ocias. Por ejemplo, muchas universidades none~En Jos grupos óe ¡¡-es, sin embargo, dos.pueden formar mericanas esrán intentando di"ersiñcar la composiuna coalición cooaa el tercero, o pueden estrethar más la ción Silcitl de su alumnado, bacilodolo c:!da vez más relación que tienen enue sí y marginar a¡ tercero. Seguro heterogéneo. El objetivo es esuechar lazos. de convique todos hemos experimenrado en mis de una ocasión Jo vencia enue personas de distinto origen sociAl o ~tniincócodo que puede resultar acompañar a una pareja. . co. El resultado, sin embargo, ba sióo en muchas ocaCuanto mis numeroso es un grupo tiene más pro~abilisiones que Jos esrudiantes se han agrupado eo grupos dades de mantenerse a flote porque la pérdida de tmo 0 homogéneos Ysegún su origen social o étnico. _ varics miembros no !lllenlU neces;¡¡Íamenté la Supen.i2. Gn~oos hmrogintos qut Jt dispersan. & un grupo vencia del _grupo. .-:\J mismo ~empo, al aum.entar de tamapequeño y heter~géneo es más proba~le que su.s iio disminuye la intensidad de las rel2C:iones personzles miembros interactúen con Jos miembros de oaos grucntre sus miembros (que quizá fonnao subgrupos donde !Í pos. Los miembros de un gr.1po universituio comse formO!ll \Í!Iculos fuertes). Los grandes grupos sociales puesto por personas de distinto origen social y émico, -----fepeoqen~.tnis del cumplimiento de unas reglas formapor ejemplo, tienen mis probabili~d de esa-echar .es lo~ conesfa o protocobrizs) que de la intensidad de cootactos con orros gr'.lpos que pueden quizá sarisfa. ...las.relac:ones persomles.que.pueda.haber..enae.los.miem,_cer-mejOI-otto-tipo de.iorereses-o-üecesid.ades. •. .

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bros. Esw reglas formales penniten al grupo persistir a lo largo deltianpo, pero no lo bacul inmune al Clii!bio. Los grupos sociales numerosos tienen por natUnleu un contacto más abieno con el mundo exterior, Jo que los hace mis per.nesbles a los =bios en las actitudes o los valores que~ producen en el e;mrior (Carley, 1991}. _Pensando en un g_rupo social, ¿podemos decir que exJSre algo uf como el tamaño idesl? La respuesra depende de los obJetivos del grupo en cuestión.. Si el objetivo es forjar una relación personal inrensa el tamaño ide:tl es el grupo de dos, pero si el objetivo es proponerse y realiUr ureas más !lllbiciosas o complejas entonces oecesiramos un grupo más numeroso. Según el tipo de satisfacción que busquemos (la de esuechar una relación personal o 14 de acomerer cienas mreas más cOmplejas) formaremos o buscmmos un gupo más o =os nume:oso.

Internet: bienvenido al ciberespacio n la pelfcuta Dr. Strangelove, un producto típico de los allos de

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la. guerra fria, ya se apunta lo que luego seria lntemal Esta red mundi21 de comunicaciones se hizo reafldad en la década de los noventa. Desde hacía algunos años sa estaba intentando diseñar un sistema de comunicl;cionas 'que pudiera ser utmzado en caso de ataque nuclear, que anularía los sistemas tradicionales de comuniczciones (teléfono y t&levisión). La idea era creer un nuevo sistema que no tuviera un centro neurálgico. ni nadie en concreto que lo p!Jdisre controlar o destn.rir; En SOOla, una red electrónica que pusiera an contacto todos los rincones del pefs. En 1!!85', e) gobierno de Estados Unidos ya estaba instalando por todo el país lineas pera la transmisión oe datos a afta velocidad. Internet estaba a punto de nacer. Hoy en día, miles de oñcinas d!!l gooiemo, unlversidaces, empresas y organizaciones de todo tipo están conectadas e Interne!. Si a esto le a!iaolmos los varios millones de personas que también están conectades a través de ~us computadoras personales ya nos

podemos hacer una imagen de lo que es la •autopista de la información•. No se puede saber a ciencia cierta cuánta gente utiliza Internet Según los cálculos de Elgunos, en 1995 estaban conectados unos 50 rnlllones de personas procedentes de 175 paises. Estas cifras (que van aumenlando exoonenciclmente año lrcS af\o), hacen de ln1emet la red social más lmportanie de la historia. ¿Oué es lo que nos clrece Internet? Mucho más de lo que podamos decir a,quí. A través delcorreo electrónico podemos comenzar un cibelrornance, mandar men!a¡es a nues1ros éciOres favoritOS, O incluso éf presidente de Estados Unidos (su dirección: presldentCwhltehouse.gov) A través de Internet pc.cte(ilOS tarn~n participar en los grupos _de discusión que mes nos Interesen, y cembier notlcias o Impresiones con gente de todo el mundo. También podemos ver qué fondos tiene la bfonoteca de nueslra universidad u otres bibliotecas en olrcS partes del mundo. Podemos hacer nuestras compras, Olllanlzar nuestros viajes, etc. Dado que Internet funcione sin el coptrol de rWl-

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guna autoridéid centre!, es el instrumento ideal para CUI!Iquil!f 'tipo de proyecto, legflimo o B¡¡gilimo. Muchos ya han dado la voz. de alarma. Internet pone al alc8nce de tos niOO$ todo tipo de metenel pomográfico; permite que la gente .se .juegue su cf1nero en casinos virtuales sin control de las haciendas nacionelas; pooe aUn más en peligro el derecho a mantener en secreto datos privados; ha •enoanchado· a muchas perSonas, coñvirtiéndola en una suerte de autistas sociales, etc. Pero al Igual que ocurre en el mundo real, la gente empieza a crear sus propios mundos y ¡; protegerse contra ese espíritu del •todo vale• . Cada vez son mAs los usuarios que utif¡z;¡n claves, cobran cuotas de acceso o utiliz.en otro tipo de barreras electrónicas para formar redes más restringidas, c~estas por personas como enas. Lz r:alldad VJrtuaJ, an!rqulce e lmpredecinie, está dando lugar a otros mundos, también virtuales, pero más famiiares. •

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Ciberespacio: una red global

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,. En 1S95, 175 paises íde ur. tot!l de 191) estaban conectados e Internet Pero 21 igual que con muchas otru cosas, al accsso a Interna! no eslá igualmente repar•do. En les paises pobres, comprar une comoutadora es algo que esté fuera de la imaginación d; la mayoría de las personas. Los porcentajes más altos de usuarios están en los paises !'1ás ricos. El idicme tambien es olra barrer¡¡ de entrada. Pare secar el máximo provecho a la red. el usu21io tiene c;ue estar familiarizado con el ·alfabeto latino y el Inglés. Esio está cambiando rápidamente, sin embargo, pues muchos da los progremas que se utilizan en lnlemet ya están disponibles en otros Idiomas. Quizá en el Muro inmedialo la raafldad virtual se haga tan mullicultural como lo es el mundo real.

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.' ée esrudios que se reúoen-cack cieno tie¡npo o mantienen un! relación de lllllS!!.d o profesional Pero geoeral.meote, ru redes sociales agrupan a personas dl /QJ qflt sabtmos (o persones que saben dt nosom,s) y con las que, como mucho, intemcru;unos esporidicamerue {o no inTeracml!lllos en absolu1o). 810 Jo expresa muy bien, por ejemplo, un! mujer que dedicaba pam de su tiempo libre a una orgaoización vecinnl: «En casa recibo muchas llamadas. "Quisie;a hablar con Rossun Navasro?" Me dicen. "Tengo este probU:ma..."» {ci!ado en Kaminer, 1984: 94). U.S redes sociales son, así, conjuntos de per· sonas unidas por lazos débiles {Graoovener. 1973). Los vínculos que unen a las personas en una red social pueden ser dibiles, pero pueden ser imponantes pan esas persOIW. Por ejemplo, pueden ser imponanteS a la hora de encooaar trabaJO. lncluso :\lben Einstein se dio cuenta de esro. Despu!s de esur un 3J'lo haciendo entrevistaS, sol_o consiguió su primer D'abajo cuando el padre de un compañero de esrudios inte=dió por El {Oark, 1971; citado en FlScher, 19'17: 19). Las redes· sociales, paca el caso de muchos individuos, confumao el viejo dicho de que tan imponante como lo que sabes es s quién conoces. , Las redes sociales pueden agrupar a personas de la mi5ma promoción universitaria, aaficionldos de uo equipo de ñitbo~ a grupos de amisl!des; ~miembros de partidos políticos, etc. Algunas redes, por supuesto, agrupan a personas de m~yor poder o prestigio social que oD'as. Por eso, si uno forma pane de una de esw redes se dice que tiene ~buenos contactos,.. Si ls red es mis extensa, las posibilid:!des de obtener algún beoeñcio son mayores. Generalmente,las redes soctales mis extensas son las que mantienen los jó\enes profesionales con alto nivel de esrudios y.que viven en ceoD'os urbanos (Macsdeo, 1987; Kadushin, 1~5). . El género t2lllbt~n úecta a !a composición de las redes. Aunque las redes de hombres y mujeres son gene· ralmente del mismo urnaño, las mujeres suelen incluir a más familiares en sus redes sociales que Jos hombres, quienes, por su pme, incluyen a los compañeros de trt· bajo. Por supuesto, la incorporación de la mujer al mundo labonl está haciendo que estas <iiferencias desaparezcan {Moore. 1991, 1992). Por último, !l!S nuevas teenologías de la información pel!!!Íte.1 establece; redes sociales mucho más extensas o numerosas. En el .Mzpa 7.1 podemos \'er el progreso de Imeme1 a escala giobal.

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9 Organizaciones formales

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Organizaciones utilitarias

tipo de la comunió3d de resideocja, etc.). Estos grupos, por supuesto, siguen teniendo una importancia fundamental en w socied3des modernas. Pero hov eo día muchas de las actividades que antes c!esacroUaba!Í esos grupos se desm~ lizo en el seno de oyg:miucione.s fonnales. Si antes la fami. 1ia o la comunidad se encas¡aba del cuidado de los enfermos, de los mayores, de la socialización de los nidos, de la asigoeción y distnbución del trabajo, del reparto de los bienes económicos, etc., hoy en día e.tis1.e0 OJ!!aniuciones especializadas en cada nna de esas tareas (bo;j,iwes, resideocias de ancianos, escuelas, empresas, administraciones pu'blicas, etc.). Las OI¡<nizaciones, entooces, parecen haber absorbido muchas de las funciones que antes estaban en manos de aqueUos grupos sociales (Pezrow, 1992). UnJ organización formal es una asociod6n de pusonQJ 'l!U ritnt IIJIOS objaivos dmrmiííDJés y quefwtclo/IIJ no3!,un mooo espomaneo .!1/IIJJ!J{JtullUJf/JJt!!!!!...P.TUsrabltcido . Uii1ioi¡iitii; UOi empresa:una uni\'ersidad~o político, una oficina de la adminisD'lCión püblica, por ejemplo, son organizaciones formales. · Las orgaoizaciones form3les pueden distin_guirsdkil· mente de los grupos o asociaciones informales de personas {como las familias o la pe~as de amigos, por ejemplo). Si en Jos pupas informales las relaciones eoD'e los miembros se basan en una serie de compromisos o lea.!l!des intcrpersonales, en las orglllÚlllciones formales las relaciones enD'e sus miembros est4o reguladas de antemano según un esquema preestablecido en el que se detallan las tareas que ha de rea!iW·cadñiuio.IiióriBñl.i'ac!Ories •· formales se crean, en!OOCC$, para alcanzar unos objetivos que, por ser demasiado ambiciosos o complejos, están fuera del alcance de Jos grupos informales o de las pers~ nas que actúan indi"idualmente. Pensemos, por ejemplo, eo la infinidad de w-eas complejas que se llevan adelante [odos Jos .días en el continente ew-opeo, donde viven quinientos millones de pers~ nas. Hay que rep2IIir el correo, recaudar impuestos, adminisD'ar justicia, producir bienes, repartir beneficios, hace.r investigaciones, etc. El bienestar de todos los ew-~ peos depende de. que todas esw cosas (y muchísimas ot:U más) se hzgan [odos los días y se hagan.bien. Yóe todas esus cosas se eocugan las organizaciones foona!es. La inmensa mtyoria de los ew-opeos trabaja en esw oyglniuciones, y sus ingresos y las posiciones sociales que ocupzo vienen en grao pacte determinados por las weas que zllí desempeñan. ·

Le inmensr. mayoña de las personas que nbajzo a cunbio de un salario son miembros de una or1aniración uriliraria. Las administraciones públicas o las empresas, por ejemplo, son organizaciones utiliwias: las personas que trabajan allf lo hacen \'oluntari2lllcntc y Jo hacen a cambio de uo salario. Por supuesro, ademis del salario, los mie:nbros de esa organización pueden recibir otras compensaciones (un buen clima laboral, capacidad de inicia· tiva en el trabajo, etc.), que uno tiene en cuenta a la hora de ctlcular los costes y beneficios de la pertenencia a esa Of!anUación. Organizaciones normativas

Pero urnbién las personas crean (y participan en) organizaciones impulsadas por IUOnes de orden moral o ~úco. Estas son las OIJanizacionts nonnarivas. Los partidos políticos o las or¡aniz.1ciones de voluowios son organi. uciooes de este tipo. Como en el caso de las or¡aoiz.aciones utilitarias, la perteneocia a este tipo de oyganiza· ciones es voluowit (uno puede libremente peneoecer o dejar de per..enecer a la oyganiución), pero le ~ue las distingue de las aoteriores soo los motivos que animan a las personas a colaborar o D'abajac en eUas. Eo Ew-opa, tradi· ciooalmeote, los países del sur (como Espalla, Fnncia o Italia) presentan lodices más bajos de participación en organiu.ciones de este tipo que los países del nene (FOESSA, 1994, 360-363; Casado, 1997). Organizaciones coercitivas

Eo las oyganizaciooes coercitivas, y al contrario que eo las anTeriores, la penenencia a la organiución no es volunwia: uno es miembro de la organiución aún en contra de su propia voluot!.d. Los hospitales psiquiálricos o las cárceles. por ejemplo, son O!fani1.aciooes coexcitivas. Eo muchas ocasiones, esw oruniuciones tambi~n se distinguen físicamente de las an'ieriores: esW! rodea· d2S de muros o veJjas, tienen ven;anas enreJadas, guardias de seguridad,, etc. Son organizaciones que tienen como obJetivo aislan·los inrernos del exterior v, así, faciliw su resooaliución (sobre esto ya hemos hablado -en las últimas páginas del Capirulo 5 ~socW.izació~~»). Por supuesto, muchas organizaciones pueden com¡>zrtir cuecterísticas de los tres tipos de organizaciones que hemos vistos. Un psiqui!tricQ, por ejemplo, es una organización utilitaria para Jos empleados, ei una or¡aniución normativa pualos voluntarios que puedan colaborar zllí y una organización coercitiva paca los internos. Un parido político, de la. misma fonna, es uoa Of!aniución oormzriva pua los idealistas y utiliu.ria paca los' mibisw.

Tipos de organizaciones formales

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~te la mayor Jl2!1e de la hisToria de la humaoid2d, !J.

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Las organiuciones se pueden clasiñcar según distinros criterios. Según la clasificación de Etzioni {1975), y teniendo

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Orfgenes de la burocracia

Las DrgiliiiZ.lCÍones formales no soo un ÍOVeilto moderno. Los antiguos imperios necesitaban organizaciones de ene tipo pua recaudar impuesros. hacer guerras o construir monwnemos, como las pirámides de Egipto o la mw-alla china. Esw organiueiones, sin embugo, terúan un poder limitado no porque los eii!jltndores y elites gobernanteS carecieran de ambiciones políticas, sino porque, comparadas con las organi.zaciones fannales modernas, no podian ser tan eficienteS como Jo soo sus suC:esoras. Sólo con el triunfo de la sociedad industrial (y el inicio del deseocanramielllo del mundo, como vimos al hablar de Weber en el Capfrulo 3) y la aparición de la burocracia, las orgmiuciones formales co&racon poder e influencia en la vida social y política. Caracterfsticas de la burocracia

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La burocracia hau referencia al tioo dt ~anizaciones

q¡u esrán diJtñadas dt íorma radoiiiJl y según crirtrios de marimizaci6n dt la eficiencia. Un empresa privada, una oficioa de la adm.ini.sc:raci pública, por ejemplo, son organizaciones burocriticas: la di~isión del-trabajo, la asign" ción de responsabilidades, la escala de retribuciones, etc.; no son cosas que se han'dejado al azar, sino que son pam de uo dise!lo general que, idealmente, sirve paca que la organización cwnpla sus objetivos de la forma más eficie~ tt. Imaginemos, por ejemplo, una compi!Ma telefónica. La compañía es eficiente si consigue conectar a millones' de usuarios enD'e sf y coo el extranjero, identifica desde- qué teléfono se lúzo e~ llamada y cuál fue su destino, hacer millones de facruru anuales y cobrar esas facruras• Paca hacer todo esto, la compañía de iel~iónos necesita mareriale.; y tecnologías avanzadas {fibra óptici, eompuU!doras muy sofisticadas, etc.). Por supuesto, Gllllbiél! necesita un equipo de personas cualificadas paca llevar adelante cada unt de las t.c.reas requeridas. Pero antes necesira 01n cosa. Necesita uo buen diseño organiz:cional, de ra1 forma que todos los miembros de la organiución sepan qu~ es exactamente lo que tienen que hacer-y cómo tienen que hacerlo. Sólo a..<i la organiución puede Uegac a ser eficiente. Más en concreto, lo que explica la eficiencia de las organizaciones burocráticas son los siguienres rasgos, en !o que se resume el tipo ideal de burocracia de Weber (1978, ed. orig., 1921):

l. E.sptcialiración. Las weas de la or¡aniuci6n están reputióas enD'e ch.stintos funcionarios: qÚe' hacen responsables ante sus superiores de la ejecución de esas weas. I:.a división del trab3jo dentro deia organización implica asignu pan cada wea a uo funcionario o trabajador capacitido paca cumplirla. ... ·

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ut upos y orgamzac1ones 6 193

El lado más oscu ro de la burocracia: el asesin ato de 20 millones de personas durante el Holocausto in lugu a dudes, el suceso més estremecedoren la historia del siglo xx fue la ·Solución Final•

S

de HiUer, que supuso el exterminio de veinte millones de personas Qt.'t!íos, gitanos, homosexuales, •rezas inferiores•, etc.). Ha habido otros genocidios en la.historia (sobre esto hablaremes en el Capitulo 16), pero ninguno como el Holocausto. 8 Holocausto no fue el resultado de un ataque lnconuolado de ira. Tampoco fue la obra particular de un puliado de fanáticos. 8 Hólocausto ·rue ·una obre criminal sjecutada cuidadosamente par unos aparatos buroc:áticos en los .que intervinieron mües de persones. Pri· mero se aislaba a las víctimas en guetos o campos de detención, luego eran transportados como Ql!08do en trenes de mercancía a campos de concentración; ~1 recibían un número de ic!entifaclón (que a veca se mercaba en la piel. como se hace con

el gl!08do), y, por último, aquellos que vida civil. El trabajo anónimo en la habian sobrevivido eran aniquilados máquina burocrátlca permiiia a los en mE.Sa en ~ ~maras de gas o por ejecutores despreciar su parte de responsabilidad personal Como pieotros mecanismos. Zygmuni Baumen he estudiado el zas deshumani4adas dentro de un Holocausto dasde una perspectiva sistema que parecía tener vida prosociológica en su libro Modemity er¡d pia, los perpetredoras se fim~aban a tne Holocausr {1989). Según Bau- ejecutar su trebejo sin pensar en les men •vfvi!ncs en un tipo de socledad consecuencias. Un interrogante que sigue ocuque ha hecho posible el holocausto•. Inspirándose en el análisis de le pando a muchos investigadores es burocracia de Max Weber y en les entender cómo la sociedad elemana, reflexiones sobre la división del Ira- que entonces estaba a la vanguardia bajo de Emite 0\Jr'.dleim, Bauman del progr:so cisntífico intelectual mantiene que estas caracterí:;ticas de la época, pudo acometer una de la sociedad moderna han penniti· atrocidad de tal calibra. SI eso ocudo que un fenómeno tan hbrrendo rrió en la culta Alemania d& los años haya tenido lugar. Muchas personas treinta, ¿debemos pensar que puede pusieron su granito de arena en al volver a ocurrir en cualquier rincón Holocausto trabajando como paque- del planeta? Los recientes acontecirlas piezas an une enorme maquine- mientos en la antigua Yugoslaviz y ra y aplicando rigurosamente . una en _pafses .d!l África central.no nos serie de reglas abs:ractas, tal como dan muchas razones para ser optlestaban acostumbradas a hecer en~ mistes. o

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2. ltral't¡uia dt 1111Jlldo. Todo miembro de la organizlción burocritica ~s responsable ante su superior del cumplimiento de las tareas que se le han asignado y de las que dependen de sus subordwóos. La organiza· ción burocrática funciona. pues, según una cadem de mando. La autoridad que unos miembro; rie la organiución tienen sobre o~ros se circunscribe exclusivtmente al cumplimiento de las tm:as orgaoiutivas y no st puede extender a ot18S dimensiones utnorg!OÍU· cionales (por de::irlo brevemenle, el superior oo tiene autoridad sobre la vida privada del subordinado). 3. Reglas y prrx:tdimitnros. La or¡:mización funciont si¡uiendo unas determiDadu reglas y procedimientos que se han beche expücitos y que todo miembro de la or!aoización debe seguir. EstU re~ penniten que czcil! pieza de le mequiilaris buroci:ítica funcione dt for.na coo~ada.con el resto de la orgaoizaciÓil.

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·-·4. Coñii~t~ir..cia ilcmca: En 1.t organizaciones buroaiticas: las ~~~igDBD

teniendo en cuenta uclusiv:!llle:ne la competencia personal o profesional de los candidatos y al mugen óe cualesqwm OlrU consideraciones. hemos visto en 1: sección anterior. U5 organizaciones foDT.tles funcionan se2ÚD criterios imoenooales. L35 lealtades, simpalies o .illnidades penoña!es quedan, al meoos idealmente, a lB puena de la organizsdón, todo Jo contrerio de lo que.ocwre en Jos grupos primarios. Los miembros de estos giúpos se relacioo.10 entre si en su c:ilidad de personas y no en función de los cargos que ocupan en una jerarc¡ufl! ce mando. En la T~bla 7.2 resumimos b.s óüereocias encre las orge.oizJciones formales y los i!~Jpos pr.marios.

5. ITT!DtrsofUJlidad. En su n:bción con los clientes, las bui:ocncies ~pücan normas universales e impersona~ les s fin de conseguir que el funcionamiento de toda la maquinaria sea predecfole y eficaz, y de eviur el fayorirismo. ~to es, los funcionarios 2olican automáticamente Uli!.S normas que ya les vien~n dadas y que no pueden alterar: discrecionalmente.

6. Comunicadonts formales y ucriras. A fin de evaluar h eña.ciA con la que cada miembro de la orge.ni.zación

cumple con su we:¡, y asf de imputar responsabilidades, el tnbajo burodtico queda n:flejado en toda. una documentación escrita. en fonna de circulares internas; informes, etc. Toáos estos rasgos hxen que !u organiuciones burocrít:icas.sean.IDily..disriotas de.Jos grupos infoiiDa!es que

()rg!lliZJ::ión, se le superpone ocra estiUctUn inf:ormal a par.ir d~ bs redes de leal~des pmonales u coaliciones rie intereses que surgen en el seno óe la orgaoizeción. En ocasiones es! estiUcturt infonnd puede bacer que la organización sea 11'.!5 eficiente incluso. Ocu.'Te estO si so~ una es)II!Cl\1111 formal. qw ya se ba hecho obsoleta o demasiado rígida", acnía otra informal, que paree: más c~paz de t resolviendo los problemas con los que va tropezando la O!]anización. Pero si la estructura infor:mal funciona en beneficio exclusivo de iletermi.nados gruPQs dentro de a organización, entonces toda la organiz3ción puede lleglr ~resentirse (Sron, 198 1). En principio, el poder en b organización reside en los c:~rgos, no en las personas. Es deci.I, en u::a orgacizaci6n burocritica el subordinado obedece al cargo superior, in<kpendient:mente de la persona que ocupe ese orgo. En el mundo real, sin embargo, la penónalidad ~e los líderes rie las orgaoizlCiooes puede terminar ÍDlE<Joieodo una forma de tnlbajo, unas paaw concretll$ de relaci110és eocre Jos miembro~ de la orgaoiución Y•. ~~ fin, .en la dinámica operativa de la organíución que.puede.temünar funcionando de modo disrimo ai que fue. 'r~biln, dentro de la org:uli.z.:lción pueden coaligme person35 con inlerc.ses afines o ~omplementarios y conseguir, eventualmente, torcer el rumbo o cambiar los objetivos de la organización. Los subordinados, por supuesto, pue~en tamb_ién erosion:~r la estrUcturt fomul de Ja·orgaoizaCíón. En un C.Sl\1· dio clásico de una empresa de m~teriales tucrric()$ en Eswlos Unidos se observó que pocos trabajadores obi:rvaban algunas regbs establecidas por la dirección, como la de denuncw a aquellos compañeros que no trabajaban al ritmo que la empresa había estabiecido. Lo que ocwria era que, en oposición a esas n:glas,lO$ tnbljadores impusieron ot18S que defuúan cu~ en el ritmo de trabajo adecuado. Aquellos que intentaban desentenderse de bs reglas iníormales. impuesw por sus compañeros y operar segilil las regle.s formales de la Df!a!lÍZDción se veían sometidos a presiones tl!ll fuene.s por pane del resto de sus compaiieros que terminaban tnbajando al mismo ·ritmo que los demás (Roethlisberger y Dickson, 1939). En el mundo real, entonces, pm expli= el funcionamiento de.llll3 OI!anización hay que tener en cuenta, ademis del disei o o la estn.ocmra fonnal de la organización, aquellas estruc:turaS informales que, por unas razones u Ot18S, se han icio suoeroooiendo a h estruCtura formal. Esto nos obliga a estudiar con u.1 poco de deteni· I!Üe:~to los problemas de la burocracia.

más

La estructura informal de la orga!Jfzac19.n

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En el tipo ideal de la burocnCl3 de Weber todlacnv¡dad está re guiada de antemano. En el mundo real, sin embargo, es10 no sucede así en la. inmensa mayoria de los casos. En 1~ vida real, a ese disc:5o o estiUctun fomJal de la

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A pesar de la imponanci& que han adl¡uirido las organizac:iones formales en las sociedades modernas hay, mucha gente que se muestra 11111bivalente hacia. -este1e.n6meno.

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Problemas de la burocracia

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En los siguientes apartados vzmos a ver !I!UDOS de los problemas asociados con la burocracia: desde la tenden· c1a a deshumanizar y a alienar 1 las personas, basu las amenazas que representan para la vida privada o, según posiciones más extremas, paza las instimciones y valores democráticos.

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Pan MLl Weber, la orgaruzac¡óo burocnuca es teenJta· :· Inercia, mente superior a cualquier otro modelo OipDi.z.ativo. El ~urócr:ltii.S oueden sentirse poco motivados para ser mis~o Max Weber, sin.embargo, rec:onocía ~e la buromás eficientes, si que Jo están pan conservar su tnbajo. cn~esbum•mm c:on relanv_3 facilidad ~ ~eEsto expüca que aún cuando una organización ha cumpli· llos..t.lou¡uu.eórica¡oeele-ba..d~ ~ org~clón do s115 objetivos, los buzócratas hacen todo Jo posible pari burocrática. orienuda a la aplicaCIÓn. S!Stemánc~ ~e m:mtenerla a flete. Esto ya Jo expresó Weber: «Una vez reg~as nbs~ e jm~ooales;n<Lpl!nrute Cll'U9mmts· est~blecida, 12 burocracia es \lD3 dd sociales tri ores y acj_ll)inistrarlos s~~lacionen teniendo en cuen· m t (1978: 987, ed. orig., 1921). ia fas WK_tepst;i~as..pani.r.. Y pm~oales ~ada La Lnuc1a burocr:lti9 se zefiere a la ttndtnc!"a dt las un_o. Los burócratas deben ~lendera los c?entes como un orgatri:~ricas ~ o~st.. Por de· n~ de expediente, bnetendo abstraCCión de la persocirio en otras palabras, la or¡aniza~rocnitica tiene ~a que hay detrás de ese n~to---... una tendencia a convertirse en un fin e~ por Esto da l_ug~ a un ~timieruo ~n. ~ encima de sus fines u objetivos oficiales. S~!nizamuchas ocas1ones, las personii>DITSOII"Ímí!-que-«uha p1e· ción es un medio para a!Cli!IZar unos fines, cabe espenr za más de un mecanismo que :stá en continuo mov~enque, una vez que esos fines se han alcanzádo,la orxaniz.a· to» (Weber, 1978: 988; ed. ong., 1921). La extensión de ción, siendo obsoleta, desaparezca. Pero esto no suele la burocncia, según Weber, supone una amenaza al suceder. Lo aue ocurre, por el contrario, es que la orge.ni· desenvolvimiento de valores como J¡ libertad Y la res· zación se busca nuevos objetivos que cumpliz a fin de ponsabilidad individu!l. Una s~ dominada por liiS e~iru su desaparición. - • - . -organiz~iones ~a sociedad anquilosada Y~ hombres Un ejemplo c!!sico es el de la NztiónaMssQciation for dóciles. Infantil ParalysiS. El objetivo de esta organización era eoc001r.1r una vacuna contra la poliomielitis, que afeC!aIneficiencia y ritUil;~lsmo ba sobre todo a la población infantil. Para obtener dineParadójicamente, las mismas razooes que bacen que una ro oara la in~estiración, la organización realizaba una cue"sución públid conocida como la M:ich of.Dime$. organización sea eficiente (división del ~r.~bajo, aplicaCuando se descubrió finalmente la vacuna en los años ción sistemática de unas r~entos preestacincuenta, la organización, antes que desaparecer, se problecidos, etc.) pueden iifu!Ja ine~itnte. De hecho,~ el p1!5o nuevos objetivos, orientados también a la lucha con· lenguaje cotidiano identificamos burocmcia con inefitra las enfermedades infantiles. cj"'1~ papeleo. ¿A qu¿ se debe esu paradoja? Según ?}láw , una orgznización se hace ineficiente cuando sufre de lo que a llamaba ritualismo 1mrucr.itico. Este ri¡uafumo se produce cuando ~os bur6cra:as rrar.sforman El soc1 logo Roilert Mic~~~di~da18 76-193nd6), un. discí~dulo las r!J!;!:s y proctdimitrJos at gwi6n li'Juna, qut, tn de Weber, esrudió coo pro•uu as _te enaas ano eprincrp•o no soñi1\ds qut mtdio~ar lorfines mocriticas en.~aciones. Estii.S ~encias, ~ dt la organi:aci6n. tnfinu tn s( mismos. Hacen esto por- ~ tOda orgamz.món burocrítique saben que z.plicando escrupuloszmente las normu ca, por muy oemocrancas que sean S1!5 intenciones b 51!5 :dminis~r.~tivas, aunque esas DO!DW sean absurdas p1r2 eswutos, termina ememendo una oligarquía organiz.ael caso concreto que tienen entre manos, no van arecfoir ci~sto es, una ({Fi)ut uril~ni· castigo, mien!rU que si innovzn o se saltan esas oormas 5lii tn la organizaciónpara_auropt!E!!!!!!!St tn ti pothr, corren el riesgo de ser amonestados 0\'ñyte, 195i; Meraunqut tilo mubt una rraiCiiJ7rGtlos objetivos origir.a· too, 1968; Colemm, 1990; Kisez y Schneider, 1994). lts_it}a ocganiraci6n. Michels estaba tan convencido de - - - --·- - Tambi&!, para cwnpliz Jos ·objetivos para Jos que fuela inevitabilidtd de esQ tendencia que la exprn6 en forron creadas, las bqanillci011es deben adapwse .• Jos ma de ley: la ley de hierro de la oligm¡ufa {Micbels, cambios·que·se· sucede~rU~·el-eru.rioÑina-univemdad,- -1949:-ed: orig;'-1911~,-~---·- - - ·-- -

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En 1~ sociedades preindusaiales, los zeyes o gober- casos, lo que suelen hacer es fingir que ;st!p ocupados. nantes careciao de los medios organiz.ativos oo:esarios Estand upadeSJt a-empresa tiene que conrratu nuepu¡ controlar a toda la poolación. Pero con el paso del vos emp uaquen zdcliiííiiLt>abljCUJil~aqu~tieopo y Jos avznces tec;;ológicos, eSios medios se ban os r • Esto implica inve.."tir.tiempo _y.gf!lerzo u¡ ido desarroll3!ldo con lo que, hoy en áia, las elites en el ·Jfl!fecClÓn y contraw:i6!1 de esos nuevos tm(lleados y, a poder tienen wu enor:ne capacid3d de dominación. su vei iiempo y ~-CD.S'~ tfiñ¡jl¡O de ese Mu Weber pe;ueb!. que la~ y ieruou~n person!J. A la postre, todo esto conduce a ~tniz.ade las~v las re.monsaWidaóeHwnentaba ~ ci6u cada vez más s{J~""'iii'aa y(iD~nos-.e:bcaz. cienaa-t!e-as:organizaciones-b~ó~. Pero, como Este circulo 'icioso sC!lo-~vitar Clinbt.ull!ó~la hemos \'ÍStO, Weber ta.mbi~ pensaba que las orpnizacio- !ctirud ~ad~~~Q.~l!ada fácil. nes podían abogada~ de~~ea di~~-g,S~aque Pad::inson, Lawrenlas....e~~-espí~ dóCiles y obedientes. En la obra de ce J. Peter (Peter y Hull, 1%9) acuñó el ya fa¡ooso prinMichels, este talante tan peslllllSta está aún más ecenruacipio de Peter, que explica por qué los burócratii.S de UDa do. Según Micbels, la divis1ón de tareas y responsabilida· organización ascienden basta ocupar cargos para Jos que des pone en manos de Jos líderes wc:mtidad de recursos no están preparados. La explicaci6!1 de este fenómeno es {el control de la información, la posibilidad de distribuir muy simple. Los emple.a4os más competente$ a un nivel cugos entre los miembros parQ así coopw a quienes luede la jer:u-qu{Q organizacional son Jos que tienen más ¡Írogo les van a apoyar, el control de los debates y la agenda habilidad de ser ascendidos al siguiente nivel. La carrera de discusión, etc.) que re su! mdificil no sucumbir a la ·ten· de ascensos continúa llast:! que ocupaD cargos o posiciolacióo de uÍilizarlos a fin de orieñtar el rumbo de la orga· nes para los que no están bien preparados. Como no puenización ala medida de S1!5 intereses o prefeuncias y al den destacar en sus nuevos c~~q¡¡~l?lgqueadQs margen .clt las · ciones de s115 miembros. La -º.li!!V· ~pr~i.Q~al. 1_ieneo ~ posibilidades de ub, se • ichel , se-origina en los mismos procesos ·ascenso, pero tambi~ puede r-..sultar muy diñcil.des~ oq~nvos. aniución y oligarquía son, para Mi- ruirles y devolverles al nivel inferior del que pr~dían. chels, una Yl~UI"JSmLCOSa: «Qüíeilifice ar{añiüaón, Esto es así porque, al nivel al que han lltga.do y tÍ"as vanos dice oligtrquiSJO (Michels, 1949; Tol.!on, 1995). años de e:tpcriencia en la organización, ya saben muy ----_.... - - ~ bien cómo IUTeglánelas dentro de la orp.ni.zación y_apeoLa 1ey de Parkinson y el principio de' Peter vecharse del trabajo de 51!5 subord}nados, posiblemente c..__. -- _ _ __ _....., más com~tes que eUos mismos. Vamos a concluir este apartado con dos observacione-s, , - - - - _. ._ menos sesudas sin duda. acerca del mundo organiucio- ( • . ~ naL Lo que sigue, y que es fruto de las reflexiones de C. ~RIZBCtones Nonhcote P~oo y Lawrence J. Peter, posiblemente RoS2.beth Moss Kanter ha investigaa¿ en qué medida ye le re~ulta f~ar al lect_or. . . algunas características ascriptivas, y inás en concreto el Parkinso~ {1 ~'7) res~ó S: e~penenaa en el mund_o gtnero y la raza de Jos miembros de la org2Ilii.acíón, pued_e las org~aClones baJO el stgutente ~eno: rrob_aJO' den dete.EJÚilar las trayectorias pro~iooales. En aquellas ntndt a d~laro'!! lrasra ocupar r~o el ntmpo dJSpom'if¡) t>..IXanizaciones "relanvi.menté_JiO_Í¡¡pgéneas, aquellos que poro Jll e;ecu_czo~. Es~ ~ac16n paree: ~ cercana a comparten las caracterfsticas ascri.l!_tivas.dominantes en la nuesn:a ~nenCla cooruana en las orgaruuc1oru;s. y tan orpnizació!Ui.enen..más. probabilidad-de-sc:racepQdos verosímil que hoy s: conoce como la ley ~e P~=on. socialmente,-de hacerse valorary- de formar-p:II!e de ht3 Podemos poner un eJemplo. ~os podemos unag¡nu a un redes iniormale.s.de.I~Eganización. burócr:uz que trab.Jja en In oficina de registro de matricuComo se muestra en la Figura 7.3, mien!rU que sólo las de automóviles-. ··En una jornada. de trabajo normal, representan e142 por ciento del total de la población de este trabajador comprueba y regis¡ra unas cincuenta soli- Estados Unidos, Jos varones de rua blanca ocunan el 63 cirudes. Si un tifa s6Jo reaee veinticinco solicirudes por ciento de los cargos directivos. Las muieres blance.s, ¿cudmo tiempo va a e~plear en 70~Jllllbar)z< y rr~~- que wnbién zepzesentan el 42 por ciento cÍel tOtal de b. las? u re~es:a lóg¡cll es media JOrnada de trabaJo ....La población, sólo ocupan el 26 por ciento de Jos cargos de ley de Parkinson nos dice q~ una responsabilid~ (US Equal Employment Oppornmity jomzda completa para completar el trabajo, el trabajador Commission, 1996). Los miembros de o!rU rninorlas, y va a emplear esa jornada completa. lellie:~do en cuenta su peso en el total de lap¡;¡;iaci6n, Si los empletdos de una oqe.ni.zación tienen poco inle· parecen estar aún mú subrepresentados. . . i'és en 51!5 tareas o en el fururo de la organ.izxión, no es Según Kanter, aquellos-que son mi!lmía.en..una.empre· lógico pensar que vayan a b1!5car, voluntariamente, nue- sa OasmuJeres,las personas de color,·los que proceden de vas careas que realizar cuando !es sobra tie:npo. En estOs iamilias de medios modenos), terminan sintiéndose zis-

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Alienac/6n burocrática

por ejemplo, debe cll!lbiar Jos planes de esrudio o los prognmas de las asignaruras según Jos cambios en el merce· do de trabajo o Jos nuevos progresos científicos. Las organizaciones, sin cmbargQ. suelen ser lentas y torpes. Dado que cualquier intento de modificaci6!1 o aj1!5te implica cambios en los eauilibrios de ooder en el seno de la o~~uele.haber-.-esisiellei~ocan demoras e inef.jciencias.

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unga tn cutma ti esfuer:o de cada uno dt sus miembros. Las inve.stiglciooes de Kantcr (1977, 1983, 1989; Kamer y Stein, 1980) y de otros autores (por ejemplo, Pe~ers y "'atermm, 1982) sugieren que una burocracia mú hume· nizad.a repercute f:tvorablememe en la monl de Jos emplt!do~ y en b eñciencia de la o(!anizaci6n. Teniendo en cuenta lo que hemos visto en los pmifos anteriom, pode:nos identificar ues eSlr!tegias que pueden contribuir a que las organizaciones consigan estos obj:~vos:

Siguitlldo eco el tema del género, hay investigaciones que sug.ieren.que hombr:s y mujer:s tienen estilos directivos difertntes. Deborab Tanneo (1994) mantiene, por ejemplo, que w~orientadas a la cq¡punjcacjón, mie~s ¡ (orñbies parecen ~ás orientados a 'enlnv;;.. o cuidar sulínueñ. E"to es, mientnS que las mepare:en más disp_uesw a hew pregunla!... a los subordinados o a..qujen coue~ch s fin ~tmder !!)t.jof...!os,~o~ b empresa, los hombres JS>b ~11- / cios a h= ore"ii!nsy pedir'infor=máclón o consejos, pens~!" eso puede~ su imagen. En la misma !Íile!, Sally Helgesen (1990) destliCI treS diferenciis en los i estilo~ • En prjmer lugar, l les A!1Ujeres directivas según Helge! sen~ Asura 7.3• Okactivos uradounldensu tloslfadot por rau, s•nero y grupo 6~olco. Dalos - que • teodeocia da1ts5 los hombres a comparnr int~ón, esto es, a nQJehu!I los mtqambios ~e~.iEn segundo lugar, las ..--e:: mpjeres ricnt'l.Wl '-'¡jlo de liderazgo lados~ntrO de la ornnización. Incómodas, porque eslán rll!S' fl~t_!!!J~ que los hombres, y ;J~a'jíéimanentemente bajo el punto ae iñitá del grupo dorni· dos m ini~P.mQ~~al. Por última, los . - . mien~ue n3Dte, a esw personól S!'~ serio yse les hombres par~o más apegados a ID$ ¡¡¡~é!ñs.r r"Mde cho menos opommidades de ascenso.~o puede extrañar,.--gesrión. cm~ por la es~!fuaci.PQ..f diyjsión entonces, que terminen pensando que dtben esforzarse el ded~~ nen§ áp§curujue lo;Írabad~uc.s~3lleros fllii1I obtener Ia rrusm_u:redibi- ja ores se comurnquen y colibOren unQLc.Qll otros. lidad y conservar sus pue.stos, o asp!Iar a un ascenso Da~ empresas operan acru nte en entornos {Mnter, 1977; lúnter y Ste in, 1979). cada vez más compleios e impredeCJ}!J~s, a Jos que_ las · Según Kanter (1977). las empresas que siguen una empresas deben·sw..r adaptarse si quieren seguir a flote, polftic:t de igualdzd de opommidades pueden mejorar el los !IJ.Iná.dQS....!Il~los de gestión flexible suponen una rendimiento de lOdo el personal. Un¿ empresa en la ue ~ frente a los viejos modelos. Siendo Jos te.e;Qos profesion:.les son·l• neuma. pued conve ·· a esto as!, Helgesen piensa que tener mujeres en el equipo SUS-'~!!plesdos en euténticos czombje•~· peLSOIIliS-con direc-.:iva de una empresa es tener un activo impottliOte. tscssas. as~~~~onales..llajes :Ú"•Jes de :utoEn resumen, les investiezci es ~ en los últiesiimmsc o ~d.a.l:wll\!)ttsa. Al conauio, mos años indicm que w anizactones máfiBímas y lihñmpresa que ofrece aporrunidades de ascenso dispz- que tienen lllllyor capacid! puefón ! )os-emibios n las aspiraciones profesion!les de los empludos, su del entom~......_..eJoc...consig!lt.ll...ItDta~ la nivel de awoestima y de leaJtad ala empresa. capacid!d de sus emplead..J!!:...Miñodolo desde la Otra caro · Por último, Kmter descubrió que los directivos de de la moneda, los em~e perciben que la or¡anizaaque!l!.s ouaoiztciones ~ue tier.en uupolítica abier:.z de ción valen' mis su trabl1o nue su p:rtenencíi'iii:ñ);upo aseen>os ~ ser w:;bitn Jos que.~ior s~be:Japr-;?ar escj..b!Íxo.ll..!llrO, y que tie~.n cier..e capiCldzd de miciaticlJI::tbajo:-de-sus.sllb2~dinados, Jo que repercute ravora· vápersooa!"en el desempeño de sus we3.S, son los que más ..blemeñte'!n"el-d.ima..la!¡$>rif. Al conll"2iw. fós díí'ect~vos '! mejor pueden conaibuir alamarcba de la organización. 1 de .as empresas "que ~E · política ~na dt 1 as~ensos pueden vene co~dena s a d~chos Humanizar la burocraclá - - . ---e~erzou,¡mue11er sus on eg¡os y prn!~: sus ~os. a los que ven como·una e.menua pem1aHumanizar la burocncia con.<ist.e en orocurar oue !a 1( · - -neme.· - --·--· - - - - - - - - organizaci6n-se-gobúmt·dt un modo mds dtmOCrdrico y

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l!S organizaciones. U.s empreses que no ven a sus empludos COiiiOiiii colectivo que debe ser consuntemente supervisado y cooll"olado, sino que, l!.l!tes bien, inteol&ll desanoUar toda> sus capacidades creativas, suelen ser las más renubles. Hay lUtores, sin embargo, que bao puesto en entrecicho la a.iimw:ióo de K!nter de que les organizaciones socialmente h~terog~neas son más eficientes. En concmo, se ha sugerido que los giU2QS de ¡¡abajo socia!me,te homogéneos son mis productivos, mie:1tras que Jos g:upos heterogéneos son más cre!tivos o innovadores. Si esto es así, el grupo óptimo de trabajo no puede ser comp etameme homogéneo ni tamFOCO absolutamente bete.rogéneo. Debe ser algo intermedio: lo suñclememente homogéneo corno para que sus miembros !llledao co1~i::ornr unos con otrOs sin roces significativos, y Jo suñcientem.ente heterogéneo como para que e.tista dentro del grupo una varied!d de perspectivas o puntos de vista que aumenten la Cllpacidad de inoov3ción y adapudón de b empresa (H.acbnan, 1988).

os 1ra aumentará en la misma mclil en que todos se sien!.3ll pane del mismo ui ) En las cu;ganjzaciQD.es ompanir res ons · "dóáes. en as que 3}' una división riEida de las tareas v responsabilidades, los empieaOOS Oenden a sentirse responsables únita~~~ente de su propio. trabajo. En las organizn"CRmes máS fle.tibles, por el contrario, los tra· Equipos autónomos de trabajo b3J~ · dores se stenten · mis reSDOilSables de lo que suceEn ~· · de a, su alrededcrJam6iéD,7Ios canales de comiL"li- · los años posteriores a 13 II Guerra Munaial, !a mayoria csción son más flexibles 0 est más abienos los de lss organizaciones en Europa seguían el modelo burodirecnvos tener un e cto can crático tradicional d! división y jer~quizlcióo ógid3 de ru-.as y responsabilidades. Hoy tll dfa, y debido a la in ter~~~~ ~~o;:~~S~i~~d~U~~e:~~ nacionalización y gJobaliz!ClÓn de Jos mereados, que han hecho que los entorno.s en Jos que ooer.a¡¡ las.empresas ser escuchedos, los ttabaj~dores se hacen más c:lestiseco cada vez mis fluidos y menos predecibles, am"'J vos y pmicipativos. ,.. viejo modelo uadiciooal está e:~trando en crisis. Una muestra 3. .~umenrar las oponunidadts dt ascenso. Uns empma de esta crisis es la proliíeracióo dt Jo que podemos llamar Cllpaz de ofrecer amplias oporrunidades de ascen.co a equipos autónomos de trabajo. Estos son equipos pequesus empleados puede evilllles esa sem:lción. de estar iios de trabajadores que han sido entrenados pam ejecutar bloqueados en las mismas rutinas y aurnentar.así su de forma autónoma una serie de tareas rehtivamente commotiY~ción. 1.:. organización debe ofrecer t todos. sus plejes. Al r!SJlO!l!abiliw t!irecwntllte e Jos tr1!bajedoru e:npleaaes-llnlponwfill!diie-expresa.Meeas~;'at de lOdo un conjunto de weas.y fa.rniliariurles, de ~ta nu~~os procedimientos y de hacerles se~e.i\1 tta- manera, con panes d!J proceso de Jlf!lducción que antes bnJo-aGI\l3tn solo un peiO!ño en 30 eáíTer;¡ orofesionel. desconocían, aumenta su gr3do de im.olicacióo con su tra· -----~ ~jo, sus compañeros y la empresa. Jo que repe."Cute en la Las investig!ciones de .Kanter~n ver el feo6sati!fección laboral. En Jos años sese:Jta sóio un!S oocas me~ desde una-lfiíeVáperspec~va. ~ empresas (como la nOtteamericana Procter & Gwble) peííSar que si las estrucrures"fota*s-!oígid!s podfen tener tenían equipos dt nbajo de esw camtterlsticas. Pef?hoY sentido en el pasado, cu~e la fuerza de ya son muches las que estío intrOciuciéndolos. ~:rebajo esttba esC"...s:uneme cui!.lifit3da y muchas weas Aunque es muy diñcil m~dir y compara< la ~ñciencia ertm puramente físic:!.S '! no menwes, hoy en día. y dado organizacianal (pues ias orgaoizsciones s: diferencian el av= en los niveles de esco!W.ación, esas esuucruras mucho entrt si en infinidad de varie.bles), hay elgWl! e~iógidas ya no son · • , Antes que las empresas ógidencia que Jldica que los equipos autónomos de trabajo d!s, san l empresa$ fle."tJoles las que pueden sacsr más llUlllentan el rendimi~oto del personal, al tiempo que re~imie~to ·•• __;r:o iue tie~ ~00~_!:~ resuelven al3'.1llOS problemas típicos de Jos viejo> modelos meJoru c:e este mO<!o os mveJes oe efiCienCtl'(Slempr: y de gesoón, como la alie..ución. En el mundo empresarial, cuando, por supuesto, que'delrlttTtitla-oempresa se estimumuchas compañías han descu.bieno que los.equipos aut6le '! se premie la experime~cióo y la iniciativa perlODllj. nomos de trabajo pueden mejorar notablemeqte los fnd¡. Hay m~ evidencia empírica ~e muestra que los ces áe calidad del producto y reducir las niveles de tbseDmodelos de gestión .flexibles favorectn la eficiencia de tismo y abandono laboral (Yeans, 1991; Maddox. 19.95):

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El futuro de las ciberre!aciones a rel~ciones personales en los . • Ken Gergen. han estudiado esta ¿Qué puede pasar cuando mucha grupos pnmarios están, desde. cuestión. Según estos 'autores, está gente no sólo no puede comprarse hace tiempo, dand9 paso a l~s emergiendo un nuevo tipo de relacio- una computadora (pues como vererelaciones más impersonales y tran- nes interperson¡¡les y un nuevo estilo mos en el Capitulo 11, estas pers~ sitorias de los grupos secundarios. de vida. Podemos comantar breve- nas son la mayorfa), sino que ni Casi todo el mundo reconoce la mente algunos de estos cambios: siquiera sebe leer o escribir? ¿Nos importancia de·fbs grupos primarios, · estamos encaminando a un nuevo pero sabe también que muchas de ¡¡ Las relaciones personales cara a modelo de estratificación ·social base· las actividades diarias, en las que cara están siendo reemplazadas do en los •ciberricos• y los ..cfberempleamos la mayor parte del día, pcr otro tipo de relaciones a dls- pobres•? · tlensn lugar en el seno de grupos tancia. En estas comunicacionés Pero, igualmente, ¿qué puede secundarios. Con el nuevo m~enio, se utJlz.a el lenguaje escrito, y el ocurrir cuando las nuevas tecnol~ las cosas están empezando a cam· contacto visual se reduce a mirar glas son accesibles a g'rándes grubiar aira vez. · una pantalla. pos de la pob!ación? Algunos in.vestiComo ya hemos d'ICho en otras e! Los grupos primarios, e Incluso los gedores han sugerido que desde que partes del fibra, las nuevas tecnol~ grupos secundarios, están dando estas tecnologías se tian hecho gias están dando origen a un nuevo lugar a otros grupos cuyos compo- accesibles, mucha . gente parece tipo de· relaciones. Las podernos lla· nantes p'ueden estar repartidos haber perdido su capacidad de·rela· mar las "ciberrelacionesn. No lenepor todo el mundo. Conectado a cionarse cara a cara con otras pers~ mas más que empezar a pensar en el Internet uno puede participar en has. Se han hecho más tímidas, tiempo y la energía que empleamos grupos de discusión o entrar en rehuyen el contacto físico y sólo todos les dles usando el correo elec· contacto con personas cie intere· · están cómodas delante de una pan· Irónico o conectados a lotemet para ses afines ¡¡ue viven en cualquier. talla. damos cuentá de 10 que está pasan- · parte del mundo. do. Les relaciones que est?bfecemos o 8 esquema de pensamiento y por medio de estas tecnologías son argumentación fineal o articulado e Para seguir pensando muy distintas de las viejas relaciones queda fragmentado o interrumpido sobre este tema ca(a á cara en lo~ grupos primarios o por el •hipertexto... Los cibemausecundarios. Muchos se pasan las las pueden •Sa~ar• de una pieza horas muertes conectados a Internet de información a otra y •pegar• 1. ¿Pueden las nuevas tecnol~ Yhay gente que ya se ha necho adie· las piezas e su conveniencia. Los gfas deteriorar nuestra capacidad ta. Internet nos perm~e hacer casi modos de articulación de las ideas de relacionamos con otras pertodo sin necesidad de establecer empiezan a cambiar. sonas? contacto cara a cara con nadie: pode- · 2. ¿Pueden las nuevas tecnolcoias mas lrdlajar, hacer la compra, estuEsta es sólo una üsta provisi90al. satisfacer todas nuestras necesidiar idiomas, jugar a la n¡leta, o hacer Podríamos alledir más cosas. Pero la dades? amistades electrónicas. pregunta relevante es la siuuiente: 3. ¿Piensa que la lfnea divisoria Por eso es interesante preguntar· ¿Qué puede ocurrir cuando nos entre los cibemautas y los enaf. se en qué medida les nuevas lec~ hag~mos todavía más dependientes' fabetos iniormáUcos ss ·real e logias estan cambiando .el tipo cie de estas tecnologías? importante o es sólo el producto relaciones sociales. La socióloga También podernos hacemos otras de la imaginación de algunos Sherry Turkle y el psicólogo social preguntas igualmente interesantss: autores? a

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La eficiencia de una organizacióo no depende sólo de \'Wbles internas, como el modelo de gestión o de liderazgo, sino wnbién del cornponamiento del emorno en el que opera esa orga$ción. En el entorno de una organilación incluimos rodas oqutilos íocrorts e:aer7'.0S que pllldtn irifluir tn la marcha de una organizaci6n. Las innovaciones te::noiógicas, los avatares políticos, los cambios demográficos o el comportamiento de la econ~ mía son factores del entorno relev~res para la vida de las organizaciones. La ucnologia es una variable particularmente impor· tame a la hora de entender el comportamiento de las organi.zaciones. Ya dijimos un poco más arriba que las 9rgani¡;¡dones que con~mos actualmente DO ~ao e:tisúr sin las modernas tecnologías de la információo (desde el viejo teléfono bast.1los modems). Los cambios tecnológicos, que se suceden unos a otros a velocidad vertiginosa, van a tener, posiblemente, uo gnn impacto en las org:mizaciooes: Por una parte, In incorporación de las nuevas tecnologías en los Jugares de trabajo hace más dificil controlar el pujo de In información dentro de la organización y, así, evitar que los emplC3dos o tercei1lS perwnas tengan acceso a información 'que puede ser crlticn para la organización o empr~a. Pero por otro lado, estas nuevas tecnologías permiten que la dirección pueda controlar de fom1a más exhaustiva (o cinvasivu, com.o dicen algunos) las actividades y el trabajo de los empleados (Markoff, 1991). Una serunrla dimensión relevante del emorno es la polirica. LOs cambios en la legislación pueden tener consecuencias dramáticas en las crganiz!ciones. Las leyes de protección del medio ambieo~. ~ada vez m'ás ngurosas en mucbos paises, por ejemplo, es!in afectando !a msrcha de muchas empresas. Así también, la legislación acen:a del derecho de fund3ción y las leyes referentes a la creación de org2I!izaciones de interés y organizaciones sin ánimo de lucro puede hacer que el tejido organizativo de un paí5 pueda ser más o menos denso. · En tercer Jugar, los cambios demográficos pueden alterar el rumbo de las orgaJÚ2.3.ciones. El envejecimi~to de la población que ·¿sián experimentando muchos países avanzados, por ejemplo, está dando lugar a toda \IDa indu.stria dedicada a los viejos. Los hospitcles, !:!S universidades, l:!S escuelas, t.ambién se bi!D visto afe..'"tados por e;ros cambios demogrificos. 1.:5 caracterí5ticas de la pobl2ción de UD lugar determinado Oa distribución por e&des, el grado de homogeneidad émica o cul!Ural, el nivel medio de instrucción. el poóer adquisitivo de las familias, etc.), determ.inzn en gran pane l:!.S cam:teristicas del entra!llado organizativo de ese Jugar. En cuano lugu, la marcha de la economfa también afee· u. a las organizaciones. Las em~as invierten o desinvier•

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ten seglln el componamiento de determinadas .v~ab1es macroecon6micas Oos tipos de interés, la iDflación, los tipos de =bio, etc.), y In población aumenta o disminuye sus donaciones a las organizaciones DO gubemamentales según cambios eri la renta dispónible. También, y como he· mns vista en apanados anteriores,la mayor interdependencia de las economías de todos los países está forzando a las empresas·a ser mis competitivas, lo que explica' la introducción de nue•·os modelos de gestión más flexibles. En quinto lugar, el entorno· wnbién lo forman ·arras organizaciones. Por ejemplo; las empresas deben estar al tanto de las estrategias de los siñcÍi~tos. Los centros de investigación no operan, por lo general solos, sino dentro de redes científicas, que les p.ueden ofreeer p denegar recursos de todo tipo, El funcionamiento de un hospital d:peode del compoí.amiento de los.proveedores de tecnoiogía médica, de las estrategias de las asociaciones profesionales y sindicales del personal, de la generosidad de las administraciones y de organizaciones privadas, de las evaluaciones de los servicios de inspección; etc. ·(Penninis, 1982). · En resÚmen, ningi!Da org~ción opera en el vacío. ,<\hora bien, y como var¡~os a ver inmedia~e¡lle, de .fa misma fonna que las organiziscionts ·depen,aen .de los acontecimientos que se suceden en 'su eoto~, ellas tainbién pueden t!teru de modo drástico ese entw:no.

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La mcdo.naffzacíón de la

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No sabemos cuál ha sido su experiencia. pero 'prácticamente en todos los sitios·que los autoris de este h'bi-ó hemos visitado nos hemos topadO' con un Mc;Dónáld'~. Y algunas veces en Jos lugares más imprevisibles.. Cuando . viajamos a Hong Kong, bicimos'una·visitá.ala minúScula pení.'lsula de Mecao, un~ c;olonia p~~guesi. E ~­ nano no era nada f~ar: pqca gente bablaba aql!í inglés, y el ajetreo de las calles era absolutamerue distino to al de Londres, .-\m.sterdahl o Los Angeles. Íbamos andando, dejándonos !levar por la actividad de la gente, cu2.Ildo al dar la vuelt.1 a uha esquina encontramos uo McDonald's. Por supuesto, desoués · de haber estado comiendo comida china (o quien' sabe,qué) durante varios dfas, no nos costó mucho decidirnos a entrar y·)ledir una hamburguesa. Lo más curioso no füe encontrar un Mci>o:= oald's en M~clo, sino comprobar que las hamburgue.s!S, las pataW fritas y las bebidas saben exactamente igual en el McDonald's de Macao que en cualquier Oll'O Mc.Donald's de Estados Unidos. Como ya vimos al comenzar este capítulo, !'os restau-: rantes McDooald's han tenido un éxito enoiiDe en todo e.l mlllldo. A partir de UD ruu.urante en los ziios cincuerue, 1 &1& 10t!Udo ,. bw :o d h'loro ül mha:o ~1:1!oll< C-.or¡e !Ua.: {3u-..!!Dtu:Ariel, i9ffi.

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Grupos y organizaciones O 201

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la emoresa cuema thora con cerca de vemt~ mil restaunntes.rq>anidos en casi todos !os rincones del mundo. En Japón, por ejemplo, h:~y ·m~ de 850 McDonald's, -y en muchos países del antirJo bloque comunist.a {como la antigua Unión Soviética), o incluso en Pekín ya se puede comer en un McDonald's. McDonald's se ha convertido en UD símbolo del muodo modernll. Pero mis impo~ante que esta dime~ión simbólica es comprobar cómo los principios en los que se inspin esta cadena están extendiéndose y dominando la sociedad entera..Nuestn cultura se está ICIIICdona!W.ndo», esto es, muchas dimensiones de nues~ vida parecen gobernarlas según esos principios. Los padres compran los juguetes de los nillos en grandes superficies como Toys R Us; la col"(lunicttión cara a Clllll está perdiendo terreno frente a ouos modos de comunicación {el contestador del teléfono, el mensaje electrónico, el fax, etc.); cada vez son más las personas que se van de vacaciones en viajes orgsniudos; la televisión nos da fragmentos de noticias que no se pueden comentar más de diez segundos; en bs !mive.oidades se prepa.nn pro!RJDas preparados para decenas ocentenares de alumnos; y cada ve¡ son más profesores los qllt evalúan a los alutMos sin haber mantenido jamás una conversación con la mayoóa de ellos, utilizando e.dmenes tipo test Podríamos ampliar la lista bma el aburrimiento. Los cuatro principios de la mcdonalización

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¿Qué es lo cjue tienen en común. todos tsos fenómenos? SefÚD George Rilier, en la «mcdonalización de la sociedad» operan cuatro principi~s básicos: · l . Eficitncio. Ray Kroc, el genio dd mar:keüng que bnzó a la empresa al éxito, ~ puso como objetivo Stl'\'ir una hambcrguesa, ~!m 'bolsa de patataS !ri~ y un refresco en ciocuente segundos. Hoy, uno de los menús mis populares en los McDonald's de Estados L'nidos es el Egg McMuffin, un desayuno completo en un sólo sendwich. En los McDonaló's, los clientes vacW! w bandejas o, mejor aún~e llevan el.menú a su c:ua o al tnbaj~. 'abotnndo a le empresa el tr:~bajo de deshacerse de los desperdicios.

rodean, sino que t!.l!lbién, y en muchas ocasiones, los :~ctos de nue= vida cotidiana (como óemlua.-se al tnbajo o e a llilÍversidad, o sentirse a un3.hon fija a ver la televisi~o) püecen segUir un plan o esquell!' propio sobre el que apenas tenemos control

3. UniformidDd y pmliccién. Uno puede entrar en un McDonald's en Valencia o en Pekín y estar seguro de que va a consumir, e.ucwnente, la I!Úsma hamburguesa, las mismas pawas o los mismos postres. Esto es el resultado de aplicar un sistema que especiñca al de13lle cads uno de los pasos que hay que dar sin dejar nadlt a la improvisación. 4. .A.momarizoción. El elemento mis impredecible en toda la c.."<iena de producción sen los e.71pleados. Despu6s de lodo, la gente tiene días buenos y malos, alguIIES veces parecen en Babia y Otr!S se empeft.an en hacer las cosas de forma distinta. Para elirninM imtlfe· vistos como estos, McDonald's ha hecho todos. los esfuerzos para automatiur al máximo el tr~bajo. Las · máquinas de distribución de bebidas, por ejemplo, tie-nen. un seusor que cierra automátiC:~mente el ¡rifo cuando el vaso estli lleno. Las mayoña de las teclas-de las cajas registradoras son dibujos de los menás o productos. Todos estos esfutnos tienen el mismo objetivo: limitar al mínimo la posibilidad de error humano. Siempre que es posfole, se sustiroye al trabajador por una m4quina. Estos principios se están c;ttendiendo en toda EuropL Los bancos ya oos dejan hacer muchas operaciones a uavés de cajeros automáticos y sin la intervención directa de ningún.empleado; en la producción de pan se ha. conseguido prescindir del tnbajo humano; tenemos ipcli!So incubadoras ~utomatiudas para los huevos. En los supe;mercados, las esjeras utilizan un scanner para leerel cóói· go de bams y descanar la posibilidad dCJ error humano. Mucbos pequeft.os comercios están desap~endo y siendo sustimidos por las pand~s superficies en las que absolut3.mente todo {lt temtl(nuura, la iluminación, la música) estli controlado. ¿Puede la racionalidad ser irracional?

2. Cálculo. El primer manUJl interno de la -compañía Nadie puede oegu ia populmdad y la eficiencia de los espe.."iiicaha cuánto debia pesar la bambUf!Desa precoMcDonald's y otr.s empresas similares. Pero pode~os cineda (unos 45,5 g), su wnaño (unos 10 cm), y el tollver todo esto des& otrO pu:uo óe viste. · te:lido de mzteria ¡rasa {ell9 por cientoj: La pequeña Ma.x Weber veía la oroEresivl racionalización del muoloncha de queso pesa unos quince gramos, y las patataS do con bastante recelÓ. Según él, las organizaciones forse :ortan·a un grosor de unos siete mi!ímelfi)s. males, que hacen a las personas mis o~óienteS, conforSi nos paramos a pensu un minwo y nosñjamos en mistas y dóciles, pocízn en peligro valores como la las cosas que tenemos ! nu:stro alrededor podremos !foertaó y la responsabilidad individual Weber reconocía comorobar oue casi todas ellas han sido iabric:~&s et'i que las orxaninciones formales son iosaumentos muy éfi. · • ·-- --· .. - mas; y a pmu de un e5quema de producción cuidado- tientes. Pero no se dejaba cegar por ello. La aplicación de samente diseñad~. fero ~~~ ~t..JlU . _1ouuatro principio$ que-hemos visto ~teS·implicarr 1lDl

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renuncia a la tre3tividad y autonomía individual. Tampoco 13 comida de McDoruld's es particularmente s:Uudable, ni cl sistema de ernpaquetU individu!lm~te cada uno de los productos que se sic\en es muy resperooso con el medio ~bientc . .~1. y en un talante que nos recuerde mucho al de Weber, George Ritzer concluye: «Quizá la última imcionlllidad áe l3 mcdonalización consista en la posibilidad de que las personas queden a merced del sistema, y que Este llegue a controlarnos» (199ó: 160). Organizaciones formales en Japón

Arues hemos visto cómo pueden humanizarse las orxanizaciooes. En algunos países, las orgL'lizaciones parecen babc:r annudo más en este c:unino. Este es el caso de Japón, por ejemplo, un país con una culrura orientada a valores como la pertenencia y la fidelidad a un grupo social {antes que valores puramente individualistaS, como en Europa o Estados Unidos), y que se hn. convertido en una primera polencia económica. Esta cultura, que favorece a cohesión social, se ha traSladado al terreno de las empresas que, en J2póo, campaneo muchos de l.os rasgos de los grupos primarios. Siguie.1do a \V!.!!iam Ouchi (1981), podernos sellalar cinco aputados en los que se ve muy bien cómo se diftren. cían las empresas japonesas de las occidentales. l. Polfricos dt conrraroción y dt asceruos. En Europa,

los ascensos y los aumentos salari3Jes son premios que el trabajador se ht ¡anado compitiendo con otros l!1lbajadores. En las empresas japonesas, por el contrario, los trabajadores suelen recibir el mismo salario que reci~n los que entrarOn en la empresa el mismo año que ellos. Sólo al cabo de los alios un lr!bajador puede conseguir un ascenso individual y diferenciarse del resto de compaf.ems de su promoción. 2. Seguridad ln el tTI'.pleo. En Europa, muc_bos a-abajadores no esperan, ni wnpocn desean qued!rse·en la misma empresa de oor vida. Generalmente buscan cambiar de empresa progres:~r e;¡ su camra profesional y mejor.lr su salario. .'\ w emprew ümpoco les suele temblar el pOlso (aunque sí el ~lsillo) cuando toca despedir trabtjadores. En Japón, por el contriiio, las empresas más importantes contrliWI a sus ~nbajadores oua toda la vida. Esto ;efuem enO!IIIemente los lazos de le~tad entre el trabajador y su empresL También, las empresas japonesas intelltan evitar los &spidos formando a sus trabajadores pan ll!ltVU tareas cuando no es rentable mantenerles en sus viejz.s ~as.

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3. Compromiso y ltaúod. En Europa, los aabajadores reservan sas recursos afectivos a la fJmilia o al círculo de ami¡os y distinguen muy bien lo que es la familia de lo que es el lugar de_trabajo. En Japó":esw dis-

UnCiones no están tan cl3!aS. u emoresa se conviene

en una gran familia. La empres~ jfponesa organiza para los :oabajadore~ mucbas ~.etivido.des sociales {cantpeonatos deportivos, vacaciones de empresa, etcéteraj, que cona:ibuyen a refomr ese sentunieoto óe Jll:nenCDcia ala empresa. 4. Toi7Ur de dtcisionts. En las empresas euro~. las decisiones se suelen tomar 'unilateralmente o' eón escasa p•nicipación de los trabajadores. En la empresa japor esa, por el contrario; se iñcenün a los tr:~bajado­ res a expresar sus puntos de vista acerca de los cambios ~n los que se está pensando. También, y en la medida en que la düerencia salarial entre direcúvos y trabajadores es menor en Japón, se facilita el irabajo en equipo y el intercambio de opiniones entre empleados de distinta categoña. Esw diferencias explican muy bien por qué los trabajadores japoneses son um leales a su empres.._ tos rasgos competitivos e individnalis~ de la cultura occidental tienen su contrapartida en cl espín ro colectivo y cooperativo de los japooeses. Al vincular sus intereses penonal:l con los intereses de la empresa, los trabajadores japoneses intentan s:uisfacer sus ambiciones wnbi~n dentrO de la empresa. Mucbos de estos rasgos de la empresa japonesa liasemejan a lo que algunos han llAmado la empresa posmodemao posburocritica (Qegg 1990, Heckschery Donnellon, 1994). Estas ~ empresas mu~ho mis flui!W y flexibles. que las viejas empresas tradiciouales caracterizadas por una esiricta división del trabajo. Aquf no '&ay' demarcaciones estrictaS de tareas y competent ias, y· éJi muchos casos se emple~ el sistemafu,rt in r.-me (JIT), que consiste en producir bienes i!l ritmO eri q~:e son óemaodados {esto es, «justo a tiempo»). Este sistema permite i¡ue hu emprell!S puedan adaptam mis rúpidamerite a 'los caprichos del mer_c~o.

O Grupos y organizaciones desde una perspectiva global L:!s or¡aniz.aciones, como hemos visto antes,

DO Operan e:t un vacío. Operan en ttoos entornos que, inevil2blementc, tel1!1han detenninando muchas de sus caracteñsticas. Esto explica por qué el mundo orgllliuciontl en Estados Unidos es distinto del e:lfll!leo, por ejemplo, o por-qué, como acabamos de ver, las organizaciones japonesas tienen rasgos tan distintos de las que vemos en el mttodo occidenW. Las organiuciones wnbién cambian con el =curso del tiempo. Hece unos pocos siglos, la producción de bienes se 'realizaba· en pequedas -empresas-familiares. La Revpluci6n Jndusaial significó el .triunfo de lJ. organizl-


ción burocrática. En este contexto, en Europa y Estados Unidos se empezó a entender que las lealtades. y n:.laciones personales con la familia u QO:O~ grupos p~anos no tenían cabida dena:o de la oreanizactón. El oepotumo o el clientelismo eran consideradas prácticas poco profesionales o incluso inmorales. . El desarrollo de las orgznizaci~nes formales en Japón siguió una ruta distinta. Histói:ic.amente,la s~eded jaP-<: nesa ha esl!do más cohesionada .socialmente que la OCCIdental, debido fundamentalmente a la imponancia que ha 1enido la familia y otros grupos primarios .en el ~jido social. Cuando Japón se indusiiializó, estas redes y esta culrura de le.aludes personales no se perdieron. Antes bien, los japoneses crearon sus empresll$. siguiendo e~ta tr!dición, Jo que permitió que los trabajadores transfirieron sus lealtades personales a las empresas. Desde el punto de vista occidental, Japón es, al mismo tiempo, una sociedad moderna y tradicional, pues se intenta hacer a las organizaciones eficienttS cultivando un sistema de leal!ades primarias. Yaunque esrm apareciendo algunos signos que indican que los a:abajadortS japoneses se están haciendo más individualistaS, el caso japonés muestra que las organizaciones no tienen por qué ser tan impersonales como las occidentales.

En el escenario económico de hoy en día, en el que cada vez ~más diiícil aislarse y competir uclusil~aroen­ te a nivel local a naciOnal, muchas empresas. occidentales han puesto sus ojos en el mQdelo japonés,.intentan9o imitarlo. De hecho, mu6as·de las propuestaS para hacer a las empresas más humanas y menos impersonales las ha sugerido el modelo japonés. Pero hay oa:as razones que deben animamos a esrudiar el modelo japonés con más deulle. ~ sociedad occidental está menos cohesionada hoy que en tiempos de )Veher. Las organizaciones de estilo típicamente bur~tico, se piensa, pueden eternizar eúo más el tejido social de la sociedad occidental. Por eso tenemos que evaluar modelos de gestión como los de las empresas japones.as que, quizá, pueden despertAr un sentirnienlo de identidad y n:sponsabilid.cl colectiva. Según muchos analistaS, muchas organizaciones europeas y noneamericanas son todavía la envidia del mundo en términos de eficiencia. Pero el ritmo de cambio social qué est.11Dos experimentando desde las últimas dtcadas nos previtl)e cona:a todo tipo ~e «verdades absolutaS» tn este terreno. Esta es otra razón para no descartar a priori oa:as formas o modelos de rtnrganizar el fururo. ·

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11. La burocracia favorece la eficiencia pero también puede generar alienación o n:sultar ineficiente. Las buro..""Tacias tienen tendencia a auroperperua!se más allá de .rus objetivos originales. n. Las burocracias pueden tambi~n a:aicionar los valores democr~ticos y convertirse en oliga.-qu!as: Las investigaciones de Rosahetb Moss Kaorer han demostrado que la empresa nonel!lllericana refleja el sistema de desigualdades existente, dejanao· a las mujen:s y las rninorlas émicas ·subrepresentadas en los equipos dirtctivos. 13. Las modernas tendencias a humanizM las empresas y las organizaciones panen de la base de que el capital b.umano es el activo más valioso. A fin de desarrollar este capital, las organizaciones deben hacerse más flexibles. Una forma·de conse-

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l l. Les gmpos sociales, que son pane importante del tejido de c~alquier sociedád. además de cumplir

cienas tM!'eas espédñcas, permiten que las personas se desarroúen como u les v que eme¡ja un sentimiento de identidad colectiva. 1. Los gDJPºLllrimarios son genenlmente giupos pequeños v de oóen[!cjón omonal, miena:as que los g¡upos secundarios son más numerosos y de orientacion.imlOimiííi.iL: 3. Elliderugo dé tipo instrllllleatal está orientado a la CADStC UCJOD

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4. Se ha-demosuado que, en determinadas circuostandas. las oersonas pn:fie;en mostrar su coniormídad antes que parecer extraños o uriesgme ~ en&entárniento con el res1o del woo. Si esto es así, puede ocurrir que un grupo de Üabajo genere menos ideas innovadoras que las que podrfan generu los compone:~ttS del ElUDO trabajando aisladamente. 5. :\la hora de r~mar decisiones o formarse unas actiru~ies, las personas tienen en cuenta los grupos de referencia. -6. Según Georg Simmellos grupos formados por sólo dos personas (o díadas) suelen implicar ~na n:lación intensa pero.inesrabld.ln..gt~~po..de.tres.pcrsonas.{o -

a:íada) puede fácilmente disolverse y transformarse en una dfada cuando se excluye (o autoexcluye) un miembro. 7. Peter Blau esrudió en qué medida el t.11Dillio de los grupo_s, su composición socihl, las ·diferencias de poder o prtStigio que puede haber enae ellos, y el espacio ñsico puede afectar el comporurniemo de los miembros de los ·gzupos sociales. . S. Las rtdes sociales son grupos de persooa5 que tienen una identidad común muy difusa y que apenas interacoían ·ena:e sí La red de Internet ha dado lugar a una infinidad de rtdes sociales compuestas por personas que tienen intereses, gus1os, afinidades o expecwivas similares. . .· _ . 9. Las organizaciones formales soñ grupos se..--nnóarios creados a propósito para llevar adelante unos objetiVOS prtestablecidos. Según el criterio o las motivaciones de penenencia, podemos clasificar a lú"organizaciones en utilitarias, DOnDativas y coercitivas. 10. El fenómeno bu."'CTárico es característico de las sociedades modernas, La burocracia se basa en la especialización, la jerarquía, las reglas Íormales, la competencia ~::nica o profesional, las interacciones orientadas a la ejecución de tareas y las comunica· -· .cienes-escritas. ·- · -- - - - -·- .-- -

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guir esto· es mediante los equipos autónomos de a:abajo. .· . ·· · · ' . 14. Una organización nunca opera en el vacfo sino en un enlomo, a cuya influencia diñcilmeme se puede sus!T!er. Las" variables del entorno más imponames son la te~nología, los acontecimientos oolíticos, la demografía, la economía y oa:as orgañÍzaéiones. · 15. . La tendencia a «la mcdoilalización de lnociedad» implica una mayor automatización de los procesos, un menor grado de iniciativa per;oilil y" un ·deterioro de las n:laciones personales. ' 16. En cona:aste con las erDprtSas occidentales, en las grandes empresas japonesas tienen más imponancia y se cultivan !=OD más cuidado los vínculos de penenencia de los trabajadores a la empresa, que funciona come une gran fsm.ilia. .. ·

burocracia, hace referencia al tipo de organizaciones que ingroup, grupo social que reclama a sus miembros ·cieno es1án diseñadas de forma racional y según criterios de grado de apoyo y lealtad. maxirniución de la eñciencia. liderazgo expresiYo, es el que se ejerce teniendo en condíada, grupo social de dos personas. sideración el bienestar del colectivo. entorno de una organización, todos aquellos factOrts liderazgo instrumental, es el que se ejerce Íeniend~ en externos que pueden influir en la marcha de una orgaconsideración el cumplimiento de unos objetivos prtnización. viamente planteados. grupo de referencia, grupo social que sirve como punto oligarquí~ organizaciona!, surge cuando los líderes utide referencia a la hora de evaluar una sirunción o tomar lizan los recursos disponibles de la organizaCión para decisiones. autoperperuarse en el poder, au0que e!Io·.~te una grupo pr imario, grupo social pequeño, cuyos miembros "traición de los objetivos originales de la orgarikación. mantienen una n:lación personal y duradera ena:e sí. organización formal, asociación de personas que tiene grup.o secundario, grupo social grande,. cuyos !llÍemunos objetivos determinados y qt¡e funciona po de un bros, ames que estar unidos por lazos aíectivos o permodo espontáneo sino según un esquema preestahlesonales, lo están porque mantienen una actividad o cid~ . . pe~iguen un interés común. · owgroup, grupo con el que se está co_~pltiendo o que~ grupo soc¡al, grupo de dos o .más personas, cada una de recb:¡za simplemente. las cuales con una identidad reconocida por el resto, red social, es un entrarnl!do de_vfnculos sQc:ialei ~e. une, y que mantiene algún tipo de vínculo o relación ensiquiera temporu o superñcialmenre, a distintaS pe~o­ a:e sí. nas ena:e si . humanizar la bu~~cia, cansiste en orocurar que la ritualismo·burocrático, se p¡;Qduce cuando los burócraorganiulción se gobierne de un m~omás.dem~ti­ taS transformen las regl:u y flOO"..dimientos de gestión co y tenga en cuenta el esfueno de ca~ uno de sus inreroa que, en principio no ~on mis que medios para miembros. alcanzar los fines de 1~ orgenizáción, en fines en sí inercia burocrática, tendencia de las organiuci.ones bumismos. · ~cas a auto~~=· tríada, grupo social de tres ~rsonas .


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Pan entender mtjor Jos orígenes oe !liS 011erencw entre las empresas japonesas y las occi~ntales, ~obre las que ya hemos hablado brevemente en el czp1ru!O. Xavier Coller, La tmpwa fluiblt (Ybdrid: Centro de In~estinciones Sociológicas, !997). Bas;do en un enfoc¡ue emogrifico, el autor analiza las illcertidumbres que se plan= en bs empl'esas cuando !e quiere poner en mar.:ha nuevos modelos de organiución del trabajo más flexibles. Carles JUmió y Xavier Billan (comps.), Ltc~tras dt !torla dt la OrtCll!rZDci6n. 2 vols. (Madrid: lnsllruto Nacional de Administración Pública, 1993). . Uns sele~ción de tecnuas cllsicas de teoría Ysoc!oIom de las or¡miuciones que ~te~ e~~er el d~arrollo de la disciplina. . Sally HelgeSen. La vtt!laja dt st~ muju: d l1dtrazgo • funt!ÜTIO (Barcelona: Juan G.nmca. 1992). . Los manuales de Richard H. Hall, Organi:ac:o,.~s La 3 utora desarrolla la tesrs de que el estilo de. ~de­ (1itltico: Prentice-Hal.l. 1989), de ~es Perrow, Socaorazgo de Las ejecutivas, mis hliiDanO y menos npdo, logta dt las organiracio,.~s (Madrid: M~w ~. es una ventaja competitiva para Las empresas. 1993) y de José Ignacio Ruiz Olabuénala. Socaolt?g(a dt las o~ani:acious (B~bao: üoivenidad de Deusto, \'\'"illinm G. Ouchi, TtorúJ Z (Bucelo03: OrbiS, 1985), Y Tboaw J. Peters y Robc:n H. WJ.Itanan, Jr. E~ b11sca 1995) son excelentes pua 7Dtr=r en ~at!!l!.. · dt la aetltnciD (Barcelona: Folio. 1989). • . La literanrn sobre or~ories está dirip~ a un sector mu~ especielizado. Estos dos libros, sm embargo, Fuentes clásicas . se han convertido en best-sellers en todo el mun~. Gecne C. Homans, El gn'J'o hiJillano (Buenos Aires: Los autores desmcan la bondad de los modelos ile:uEu"'deba. 1977). . blesde~ón. Uw rdlexiones clá.sJcas sobre el comporumlenro e:~ los grupos h111Danos ~ue co~tribuyero~ 1 de~urollar post.erionnente las teOnas del mterc3J1lbto. La era Internet Georg Simmel, Sociologra. EJ~os s~brtlasfo~I!JS Tres e:!!&vos sobre e\. imoacto de las nuevas tecnologías sociaii!ad6n. 2 vol.s. (Madrid: Reruta de Occideru~, en las rel~ciones bum:mz5 y l!. vida coñdi.!na ~ 1~ de 197i). . el d Kenneth J. Ger¡en, El yo sarur.uio: diltmas ~~ Jdenn~ lila obra que tUVO m~cha iDilueOCil en esz.rro. d mundo cot!lunpocá11to (Bucelom: Puoós ~nca. 01 no de !a-microsociología. 1992); José B. Terceiro, Socitt!Jul .digiral: ~el .ltomo sapiUIS al hamo digúalis().oladrid:,1Ji~ Editorizl. 1996), v •1 de Juan Luis Cebrián, La rtd (Mtcirid: Taurus, 1998), . Lecturas más avanzadas . ~~-Ron:lii Den, Em~r~ bl'iubaiar, ~~esa japo':~sa CMa· ~ ~go de un socióTogo, ~ ecónomisu Yun pe.riodisu, ~ drid: Ministerio de Tnilajo y Se~did Social 1'989)•. -~~~~~· Lecturas Introductorias Jesús de Miguel, El inüo dt la sociedad orgoni!ada {B:Il'· celona: Península. 1!?90). El autor se ~¡unta en qué medidaes cieno,_o es l1il mito, que la sociedad moderna está~ v~z mas regu· bds y coñao~ por cJ.mUDdo o~g~tooal. ~ un ensayo muy illleresante que se deJa lee~' con.facilidad. George Ritzer, ia mcdo~li:.a~_i6n dt !D ~ocre~: 101 andlisis de la radonalrzae~on en la vrda condr= (Barcelona: Arid, 1996). . . · De estilo Givulgaúvo. Como ya he~ ~o .en.el capítulo, es un examen (q~ ~m~iado unpres1o~ta) de b tendencia a.la rucronalll3C1Ón y despersonalización eo las Of!aniiaciones.modemns.

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Hubo un tiempo en el que Suecia parecía ser el modelo de una sociedad pen:niliva. En eomp:rnción con los ciudadanos de otroS paises. los suecos se habían ganado muchas libertades. En cuestiones de sexo, por ejemplo, SuecU en la sociedad del «<l!!or libre» '! de la tolerancia. Ademls, el plpel tr.1diciollll o paaUraJ del hombre se cuestiooaba mis que en ocros países. Dunnte los alios seseou, Suecia era un lugar de destino favorito de Jos hippitS, porque allí se podía coruumir droga públicamente (segdn algunos, el segundo lugar favorito, después del barrio de H:.igbt:\shbwy de San Fnncisco). En Suecia se consumía droga tbitrU~DtDit. Aunque la ~en:ncie de eannabis era oficialmente ile¡al, su COOSUIDO se aceot.1ba de manera habirual. Todo eso ha cembiado boy. Aunque sigue siendo una sociedad abierta en cuestiones de bienestar'! sexua!iW!, Sueci:t ti.eae boy una óe l&s pol!tias cor.ll'lla droga mis re.stricnvas y represivii.S del mundo. Los !.l!os setenta piiSic.ron fin a la tolerancia en este terreno, y a través de la RNS Riksorbundet Narkotikafria Samhalle (Asociación Nacional por una Sociedad sin Drogas) se introdujeron nuevas políticas que penalizaban mis y mis el c:onSUIDO de drogas. En la acrualidad no sólo esd seriamcltte castigado d tráfico sino tambiEn la posesión de drogas, por pequeña que sea la cantidad. Pasar un porro, por ejemplo, se considera uáfico de esrupefacien~es y está wtipdo con penas de prisión. Fuera de los círculos m~. no se ve a nadie coruumiendo drogas. u oposición a !as drogas se rnendió de tal forma en b sociedad sueca que boy resulta muy chfícil encODli'V a alguien que bable en favor de la liberalizxión de su consumo. TanlO es así que la palabra utiliza¡la para desi!Ilar a Jos que defienden 1~ liberaliucióa de las drogas (droglibual) se ha ~onvertido en un insulto. Existe zdemls un consenso unánime entre los medios de comunicación en cor.cn del coosumo de esrupefacientes. liefLenke, profesor de C.-iminolo¡ía ea b Uoivenidad de Estoeolmo comenta con relación a este probba: En utt collfenxia or¡aniuda por el Instiru10 Nacioo.el dt La Salud. ax :11mi 1 Í1!W UD pu dt ¡n· !'J.~us sobre tu dro¡as. Pre¡urué si ruul11bl creiole &fumar que el etnnabis en liD peli¡roso como la heroína. y si re.sul!!b&lpropiado que cl¡obierno sueco se aepn t proportionu jerin~ a los texieóawlos CIIIDÓO iac!wo La OM.S lo r=mieodl. lmnedWam= se oyó liD 111m0r de dq&pnlilacicln. L!S p-.nonas que ewbm p=tD!U empeu¡oo a silbar. t lac:r ruidos y a imm'umpimle. Me


U!.!D:!tOn •leg:lliudor». Al cabo dt unos dí~ ré:l'bí unz invi.w:ión pm dar una chula 50bre la poliñc eu¡·opu ton reltción alu dro¡u, cfuigidt a !.SÍ5tentes socii!e5. Pero loeio me U!inaroo por teléfe>-• no y me dijeron que bl.bíao oído cierw ccse.s sobre mí y que ilcllÍI.D optaio por 011'0 eo!lferenciaore. El dtp:u-.amento de Servicios Sociales del ¡obiemo 5UCCO me bz iD!ollT'.zdo uimismo c¡u..puede que · no reptUCn.tt l Suecia eo el Comité del Co=jo cíe Europa pm cuestioou sobre esrupe.f!cientu... Cuendo se le.¡nguntó al director delwtiruto Nacional de la Salud sobre todo lo que ~cabp de des."libir eonturó lo si¡uieme: eTodo el mundo deberil sabe~ que estamos eontn Je.s drogas. óe iorma convencidt y siD que hayl Ju¡ar pU2 compromisos. ElWte ua gran coOStllSo en Suecia a este res-

pecto.»

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L~ e"idencia, sin embargo, señala que la «guerra contra las drogB.SJt no está funcionando en Súecia. A pesar de la dureza de lis penas, el 20 por ciento de la juvenrud sueca que vive en las gr3.lldes ciudades consume drogas (principalmente cannabis); las mafias del narcotráfico soo. m:ls 'poderosas; y han aumentado los delitos relacionados con ~l.~onsumo de drogas. Los delitos cometidos por adultos han aumentado en Estocolmo en un 80 poi' ciento desde 1975. ·

1debate sobre las óroge.s es sólo un ejemplo de las muchas cuestiones relacionadas con la desviacióo y el delito a las que se enfrentan prácticamente todos los países del mundo. Los de.litos de todo tipo parecen es!ar en aumento, y algunos, como el tráfico de drogil.S, est!n cobrnndo dimensiones imemacionales. Por otro lado, el miedo a ser "Ictima de un delito tambi~n aumenta, lo que explica por qué en muchos rincones del mundo se están endureciendo las pene.s. En nuestrns díe.s, las cuestiones relacionadas con la delillcuencia constiruyen uno de los principales cab:illos de batalla en le.s confronuciones electorales, y por Jo general, el mensaje unánime es que h3Y que endurecer las medidas para combatirla. En muchas pmes del mundo, el problema de la deli.ocuencie ha pasado a un primer plano. En este capírulo se analizan las cuestiones que tienen que ver con la desviación y la conformidad. ¿Con qué propósito las sociededes crean normas culrurales, dentro de I!S cuales debemos incluir las leyes? ¿Por qué hay personas que tienen más probebi!idades qüe otras de ser acus3óas de violar esas normas? ¿Cómo controlan las sociedades la delincuencia y qué impacto tiene ese conuol?

Q Desviación y control ~niación (o •conducta desviada») es lo que~ tntilnde o dtfine como cal a la vis ut altuitn esrá

un espectro igualmerue arnplio. Existen, por ejemplo, normas en el carnoo de la sexualidad o en el de la relitrión, y quienes violan dicbas normas se transforman auto~áti­ camente en perver..idos o herejes, respectivamente. .§! delito es un tipo claramente específico de desviaci6il. ~lila consiste e.u.J.a rransgmión dt·la i!J. Por supuesto, hay muchos tipos o caregorias lie delitos y de delincuentes. Se habla·por ejemplo de dellñcuenc:iajuvenil para referirse a la conducto delicciwi de los jóvtnts. Como es obvio, en algunos casos la desviación apenas produce reacción alguna. mientras q~ en o~rq~ puede dar Jugar a respuestas severas por paitt lie lá~ociedad. Nadie presta prácticamente cinguna atención al detalle de ser zurdo (que implica, al fin y al cabo la transgresión de-una vieja norma culrural); pero somos más severos con quien conduce bajo los eiecros del alcoltol o con quien·abandona los esrudios. Y hay oce.siones en las que no dudamos en llamar a la policía, como cuando sospechamos que en la casa del vecino se está maltratmdo a la mujer. La desviación no implio en todos los casos una acción o una opción vol.uiuari~ Par.r algunas categorías de indi>iduos el mero hecho de uiJtir imolica la condena de otros. A menudo es así.como ven los·jóvenes a los·ancianos,los miembros de la raza blanca a los que no lo son, o Je.s personas pudientes a quienes oo puecu¡ componane según sus propios cánones de conducta y etiqueta. · La mayor pane de los ejemplos de desviación o di.sconfollllióad que se nos ocurren son casos en los que alguien rompe una norma social.J1czjudict!lldo t terceros, como el aue ioba en el .supermercado, el que maltrata áun animal o:el.que.contiut"-borracho..P.ero también solemos

delillcuentes están aleatoriame~te repartidos en ti total de la población. No hay forma posible de distiDguir al delincuente de. quien no lo es fijándonos en sus rasgos físicos (Goring, 1972; ed. orig., 1913). A mediados del siglo xx. Wtlliem Sheldon desarrolló un argumento similar al defender que la ~tirucióo corporal puede se~.r p~ra predecir la predisposición al deliro. Sheldon registró los datos de cientos de jóvenes, los clasificó según su constirución fisica y bUI¡ó en sus antecedentes penales. Con toda esta información, Sheldon concluyó que la ~obabilidad <~! d¡;J.i.r!.q_uir ~mayor entre El control social las personas de constirución muscular v atlética. En todas las sociedades hay regle.s y norme.s, y en todas · Las investigaciones de Sheldon Eleanor Glueck le.s sociedades sus miembros · eje~en ci o coritrol (1950) conñrmuon Jos resuludos de Sb~lóoo, pero sus social, ue es una rma de resión social 'nfo y autores llegaron a la conclusión de que con sus datos no 'ciiJusa~.out cient co i 'v virar la con 1cra eswaes posible afirmar que una constirución fuem es un buen d'J. anzas y las criticas, por ejemplo, son pme de predictor de la propensión al delito, y mucho menos que e:5'ieéontrol social, pues pueden animamos a seguir rumsea la causa. La hipótesis del matrimonio Glueck era que bos de acción que parecen apropiados o a desistir de otros los padres tratan a los hijos de constirución fuene coo que pueden damos muchos dolores de cabeza. En casos menos mimo que a Jos que parecen más d.ébiles, de forma más serios. la sociedad reacciona de otro modo mis forque Jos más fuertes crecen con una menor predispOsición mal (y conrundenre). Aquí es cuando interviene el sistea mostrar afecto por los demás. Además, como ellos misma jurídico y penal, esto es, e/ conjunro de instituciomos se encargaron de señalar, en la medida en la que la nes policialts,juliiciales y p~ir'iñé1anas qut S( po"ñF:in gente espera de los chicos ñsi=ente·un comport.amienfuncionamiento c1U111do se produce una violación dt to agresivo, éstos acaban desarrollando ese tipo;de éómla ley. ·· · porwniento. · . · .. · En resumen, ia desviación no es una pura cuestión perLa investigación gen~tica recien re 'éó!ituiúa:explo;:a.,. sonal, una cuestión de opciones o fracasos personales ~ do las posibles cone.xiones entre la biología y litconducu ~ómo se defme la desviación, a quiin se le ambuye, y pero al ófa de hoy no existe evidencia definitiqui es Jo que se hace 3.1 respecto, son cose.s que dep:nden desviada. va que correlacione la propensión a la conducta delictiva de cómo ·está org:mizada la sociedad. Pero como vamos a con tales o cuales componentes genéticos. Sí pareeé; sin ver :!hora mismo, no siempre se ha pensado así. -··embargo, que determinados fiS20S gcbéñcos combinados con determinadas ·e;\!Jeriencias !Ocizl~iii-•xp~ai. ·en parre, determmadas conauctas. Eñ otr-..s palabras, Jos ~ Teorías sobre el de.lito · ·· · fa~lienen-prllbablemeote un impacro real, aunque modestO¡ solire la propension de los individuos a embarcarse en actividades delictivas {Rowe, 1983; Enfoques desde la biología "·' ·· Rowe y Osgood, 1984; Wllson y Hernsteio, 1985; Jencla Ya ~os en el capí~o~ ~S;,oalización») que hace un 1987). . siglo mucha gente pensaba, equivocadamente, que el comporwnienro humano oodf~ exnli=e en términos óe Eroluaci6n critica los im~os o los instinios naMales. Esto explica por qué los primeros ~ólogos se empeñarc;m erLexplicar Las teorías biológicas que intentan.explicar la conducta delictiva recumendo a Ja. eenética sólo .pueden explicu. la conducta delicti\'l en términos biológicos. En 1876 como mucho, una proporción muy pequeña de este tipo de Caes~e L~ (1835-1909), un.méclicq perútenciario italiano lanzó la teoría de que Jos deli.ocuentei tienen ·conductas. :"..lgunas investigaciones recientes en el campo de la biología social (que se1ialw, como hemos visto, que unos rasgos ffsicos caracteristicos: estiecbos de frente, los hombres parecen m:ls predispuestos que las mujeres a ~andioulas y pómulos promin~ntes, orejas sepandas, vello abundante y brazos extremz.(inmente !Jrgos (obséremplear la violencia; o que los adultos .muestran una vese qu~. tomados en conjunto, estos rasgos descñben l!ltyor propensión a abusar de los hijos adoptados que de muy bien a los simios). los- narurales) resultan prometed=. Pero :S·Ízl! pOc:o )o .Aunque las tesis de Lombroso fueron muy pÓpt!lares 'qüe sabemos sobre lz influencia óe los rasgos genéticos CD SU tiempO, le. verdad :S que prO.DtO se mOSI:ra!Dn falsas. sobre la conducta h.umt!lla que no póde~s eXtraer conLos rasgos ñsicos que, según él, ~éterizabzñ 2. ·ios clusión deñnltiva alguna (Daly y Wilsoo, i988). . . . , .. .. ·-· .

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consideru como «desviados» a quienes cjliiJplen con I2S normas superando las upeaativ115. EI.efilpoll6n,.o el que. t!lltes que defraudar paga religiosamente sus impuestos, son ejemplos de. esto (Huls 1.9.87). Ta!ito en unos como en otros casos (cuando se rompe la norma pe¡judicando a terceros o cuando uno se excede en el cumplimiento de le.s leyes y las normas sociales), observarnos algún grado de difertncia. Esos individuos no se comoortan como el común de las personas: son «extraños• {Becker, 1966).

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Desviación, delito y c'ontrol ·o 209 :

.1 En cualquier c:lSO, el hech_o de que un análisis bi?lógico pueda servir pan prcdew algunos compoTllllllle~tos humanos no explica cómo y por qué t.a.les comportarruentos pero no otrOs son definidos como comportamientos desvindos o delictivos. Además, aunque la carga genérica de un individno puede impulsarle a deserrollar tales o cuales tipos de conducta_ el medio social en que ese individuo se ó.esenweh•e determina en gran parte qu~ ~a conducta se desmolle o no. Por es-.as dos razones, el esrudio de la conducta desvíada nos obüga a esrudiar el entorno social en el que viven los individuos: pues es ahí donde se define lo que es delito y desv.~ión, '! donde se alimentan o coartan tales conductaS (Gibbons y Krohn, 1986; Liska, 1991).

a la desviación. Brevemente, esu es le rtorla dt lo conltnción de Rec!dess y Dini12..

ar.estado por vender chicles. En Estados Unidos el sexo oral es delito en algunos estados, pero en olros !lO. Esms son sólo algunos ejemplos.

Evaluación crf11ca

2.

Los psicólogos hw demostrado que existe algunt reltc!6!! entre d:te.r.ninado; ruges .de E. ~onalidad y la ocumncia de comporumi~t!)S desviados o delictivos. El valor de esus teOrÍas; sin embargo. es muy limitado. Y esto se debe a un hecho contundente: la inmensa mayotía de los delitos más graves Jos cometen individuos que tienen un ¡>"..riil psicológico normal. Pan resumir, tantO desde 11 biología como desde la psicología se intellta explicar la desviación esrudiendo las características de los individuos. Por esta razón no estudiln cómo> en primer lugu, se califica a !.eles cooduaas como conducw desviadas y ll!es otru como conducw normales, o cómo, en segundo lugar, termina sucediendo que la desviación sea un fenómeno que termina concenl!ándose en detenninados sectores de la sociedad. Nos toca ahora detenemos en esw cuestiones.

La personalidad · Al igual que en el caso de las e..~plicaciones biológicas, las que provienen ~ la esicolo!fu suelen estar ceno-adas en los tJlllOS~t~uale:. E ~gen~ causal es aquí la personalidad de Vlduo; o meJOr dicho, los J?TQblemas en , ll formación de·la persoilalidad.. Aunqué algunos rasgos ,----. :--...., de la pcrson3Ld.ad son ~os, la mayor parte de los · Los fundamentos sociológicos ' psicólogos cree que, antes que la herencia, )as 7~periende la desviación r ci:lS sociales son más imponanteS en la formaC!óo de la ---__ . 1' 1 personalidad. En 'coocreto, muchos psicólogos 'piensan Aunque_ tOOcir"tenemo .. na tendeoct~ a pensar en la 1 \!e j 1 conduca desviada es el resuludo de una socializ.adesVJ:!Oón como el resultado de opcto~es o fracasos \ fallÍd · · ·· · · puramente personales, la conducta desvuda (asf como 1l CJ ~1 trab~~ & Waltér R~kless y ~imoo DinitZ (196i) cu_alquierotrO tipo d~ cond~cta} vicn{ ~A.~ parte dete:• 1 1 és un ejemplo de este ·upo de explicaciones ceno-adas en minada por el conte;uo sOCJal ~Y tres ruones que expli1 r la personalid:ui E.itos dos psicólogos pidieron a una ~t. serie de profesores. que estimar:m. pan ~ada uno de ~~ oul ¡e tnritndt como condur¡o duviada var(a alumnos (que etitoitces teoilll doce ailos), !a probabiliL . • sttún ' a 1oc1tdod enil T li dad de que se hicieran delincuentes juv es. aro ton - cuál~¡ ¡tan la¡ ·entrevistaron al:lS madres y_alos mi_smos alumnos, a ñn ~1. :-lingún pensamiento o ICC!Dí'tn cesde ~veriguar cómo se .relacionaban esos chicos con las viado en sf mismo. La desviación.sc-d~ación pasool! de su ento~o y qul pe~pc~ones tenían de si . a ~· y este algo SOJ! pautas culrurues ~cas, mi.snios. Él anilisis de Jos datos obtenidos mostró que que son disñow en sociedades disnnw. Ti$piuw los «niños buenos» tenfan un carácter (o un «SÍiperego», culrurales de le ooblaciOO ñiñii de .lslanc!ie, de la pan utilizar la teniunologja de Freud) más formado, poblaéión urbana de Caliiornia. o de las comunidmes parecían más capaces de superar 11s frustnciooes, y se m.ineru de Gales, dii'ieren entre sí de m20em signifimosn-aban más conformes con w normas y valores culcativ:¡; por ello, lo que cada una de estas comunidades runles. Por el conuario, Jos «amos. malos. ¡eoftn el valora o desorecia tambiln varia considerablemente. c:riaer menos formado, 00 sobrellevaban bien la frusPor supuesto: las leyes wnbién difieren nrublernente. tru:ión y se encono-aban menos cómodos con las normas En .->.msteró3Jil, por ejemplo, se permite el consumo y valores culrurales. . de drogu blandas y ha.;.a é!inen coiñeiéios para su En la última f:lse de su investi¡eción Recldess '! Dini12 verua. En el listo de Europa, por el conaa."io, la col!lÓrobaron que los 'llliños buenoS» terminahm temenmarihuana está prohibida. do menoS problemas con la policía que los <Ciliños Si coosidenmos el problema desde una perspectiva malos,.. Puesto que todos los n.ilios que participaron en 1~ global, la dhe;sidad en lo que se considera conduru investigación \ivían en una zont con un ¡¡Jto Cndice ~e desvíada o delictiva aument!. En la AlbW! estzllnisdelincuencia, los investigadores am'buyeron la auseOCla ta_ oficialmente a.tea, sllltigumt. en un delito. En Ji:. comoorwnieotos delictivos a UD npo de personalidad, · algunos países islámicos el ~go de epuesw está ter.- - - cju"e h~ que los individuos logren dgllUIW' los impulsQs . minantemeote Pl?~'bido~ ~ ~ingapur_ UD~ ~e~ ser

lo cu12ndo lo¡ dtmtls !a de"nen Ór(. la conduela dt uM ts una conduela de¡vi::éa. os nosotros nos saltaillOS muChl5 normos Cülfurales con rel!llbridad, en ocasiones hasu el punto de quebrantar 1~ ley. Por ejemplo, casi todos- hemos ido alguna vez por la calle ech~donos un discu.-·so, o hemos «tomado presado» boU~os o papel de 1! oficiM El que terminemos catalogado; como uno; locos o unos laG!ones no depende de nosotros, sino de cómo oo-as perSOll2S entienden y definen esas conductas.

3. La c:::Jcciéad dt elabOrar reídas. omnrar aJ 119 utd igWllli!fttH-diuribtiida enrru ~m Karl Marx, la ley es poco menos que una estrate~tia con la oue lo< podero<o< protegen sus ~or ejemplo, los propietarios de una empr~­ Sll que tiene p~rdidas tienen el derecho de cerrar !J fébrica aunque la coose•uenciuea ql!e ·miles de personas vayan al paro. Por el contnrio, si esos trabajadores cometen un acto vandilico por el que la fábrica tiene que cemr durante un d!a, la ley puede pers~guir­ Jos. Otro ejemplo: un vagabundo que se ponga en una esquin3 a denunciar a voz en grito la poUtica del ayunumiento puede ser mestado por escándalo público, pero si lo hace un poUrico ea campw electoral no · pasa nada. En otru palabras, la definición de la$ normi!l y su aplicación no son indiferentes a las pauw de desigualdad social

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fQ Por qué necesi'tamos que haya conductas desviadas: la teoría funcionallsta

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obsumte, toda defillición de lo que esti bien o es líci- • lO, SÓlO .Se entiende en oposición a lo que está mal Oes •. ilfcito. Del mismo modo que oo e.v.iste el bien sin el mL, n~"ti~¡¡jcia si no n i ere el delito. !:!_ ' c!esvinción, ~r t!llto,' es indisoensable en el ~eso ~ó&y m:'nr•nimiemo del consenso sore las .:y. nor.nas morales. ·

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3. La uspuwa a la dtr•iación omtnra a unr • ~ o eme a reacct o os individuos frente a os casos extremos de desviación fomenta un senrido de_ sg_lidarid:ld colectiva frente al ultreje. Cuando esto ocurre, de acuerdo con Dur!dleim, se consolidtn los lazos morales que unen a la comunidad. Las manifestaciones de dolor que se sucedieron al atentado ttrrorista que desu:uyó un ediñcio del gobierno en la ciudad de Okfalióm"a en 1995, o las manifestaciones-que siguieroo al asesinato de Migllel Ángel- Blanco en E.syalil en 1997 son un buen ejemplo de esto.· ." ·

-t La dmiacién fqmtnra .01 rnmhjo social. S~gun:~-

¡¡e¡¡-;;, los aws que uañsmdcn las oormas. sociales

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ilndlliD a reflexiooar sobre lin~ruraleza de es!lSMilllas y sobre la converuenc¡a oe seguir manteméndolas. Las conOiiais aemaoas nos oo~ gan a. eensar y i:Cpeiúar ~· yotra vez dónde nonemos los~ y que graao de tolerancia eswnos dispuestos a mirueóer, Las éÓnductas desviadas oos presentan !ltemaiir':lS al orden vigente que puedto empujer en la dfrecCióri de \!1\.!;am'bio en las oonnas. Lo que bey es una conducta deSYiada pcede no se:io en el fu~ (1964a: 71). En los allos cincueua, por ejemplo, mocha gente vefa el! el rock & roll un2 amenau a las cbuenas cosiu:nbrts» (además de una herejía musical). Hoy, sin caf~o. la culltln del rock & roll forma parte de la experieociá vital de millones de jóvenes (y no tan jóvenes), y a su ~d:dor se ha generadc:> uoa indUStria m~timillon:i.-i.a. ·

En su análisis oionero ;obre iad~v~~ióq: ~e~­ heim (1964t, ed. orig., 1895; Í96<Íb: cd. Orlg., 1893) llegó a _la sorprendente conclusión de que no existe nada anormal en la desviación. Según Dur!.:beim, la.desviación cumple cuatro funciones esenciales_ para la sociedad. e COI'-10iidar /o¡ valoru y las nomuu Cltlruraltr. La culrun unp ca cemt"'f"' i1Cii!a ..:._le qu: •sr5....2ten y Jo que esta miL

l. La desviación

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La investigaCión de Kai Erikson (!966)sobre los-puritanos de la baltia de Massachuseru sirve oua ilustru el análisis de Durkheim. Erikson demostró q~e incluso eoue los puritanos, que vivían 'Jejo la. más esrricu discipli.M religiosa, se dieron casos de desviacióo que, a !a posue, lJ<U.J..-vi~¡qn pm. glariñcar su-universo moral. Es·posible que.Durk.ieim esruviera peasllldo en los puritanos cueodo escribió lo siJWeote: . !.map.oense 1111a ~edld de wnos, un grupo p:Tit-,"10 cíe incii~ duos ejemplues. ~delito propiiiDCillt dicbo s:rla ~ ienól!lalo desconocido en esz socied&d; pe!1l lu pequeñas ft!W Q!1t pue-

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Un ejemplo: Los puritanos de Massach~seHs

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2. La nsoutsra a la dlsviación conrrib ·e a c/ari car lllL!'aimas mo CJOn e guno; mdi\iduo.; como desviados ayuda a la ¡ente a tr= una línea entre lo que está bien y lo que estámal

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ceo insi&niñ~ntes !1 comila de los moNJes ~ d ~ e(e:to oue el delito mú pave en en COOlunidad (.-) Por la 11115ma razÓn, el hombre honrado y perie:to julp svs f:llw mú leves con unt severid3d que el n:sto de lu personas sólo RICIVl pan los crímenes miS honibles (Dvr!;.htim. 1964a: 63-9).

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La des~iación , par wuo; no es el resultado de la bondadO'iiimlm ituuta de los individuos sino la·consecuen· cia oarunl de la vida eo socieda~ · . No ocstantt, et-ripo-de-1lisviaci<» ~ue condena U!ll sociedad depende de les cuesnon• roo les o~e se~ Úll dirimien o en esa sociedad. A lo largo de su histona, los puritanos de Massachusens ouvieron que enfrenwse con mrulifestacioriés ·aelicúvás ·o¡iecátriinos1s qúe parecían recurremes. Esto les obligó a reflexionar sobre la oaruraJeza de sus normas sociales y, así, a repensar~ ~.~epurer algu.>:!.S cuestiones morales que ocupab3n un lugar central en su visión del mundo y a redefinir Jos límites ae lo que era tolerable y de Jo que nunca se podía tolerar. Lo sorprend~nte del caso de los purit211os, se¡tln descubrió Erikson, es que, a pesar de estos cambios en sus evaluaciones morales, el número de individuos a los que la comunidad' catalogaba como tranSgresores se lllllllOUVO constante a lo largo del tiempo. Este hec.bo, según Eru:son, confirma la liipótests·dé Durkheirñ de' que la.i des,·iacioncs sir\'en para delimitar las fronteras morales de una sOCte~ !unque esw fronteras puedan cambtar con eJ-pnso"ilel-!iimJ!&:'€11talogarntcn: 1lD blllllero deterrrunado (y cons1211te) de individuos como tranS~~· _fmlte a los que Jos'<!emás se podían deñnifcoñio buenos creyentes o dudad3no's, los puritanos fueron capaces de mantener una serie · de nOllllas y mandatos (aunque, muaables deruni~te) que manruvieron a flote su comunidid, "alejruido el Peligro de la desintegtación soci4

niños que se crían en ambientes mi!J!inales,.por.ejemplo: tienen pocas oporrunidades de a l = el éxito, mcluso s1 siguen clas rtglas del juego•. Para sanear este problema uno puede intentar conseguir esos objetivos Ucitos a travás de medios ilícitos o delictivos, como ttafiC!r con droga, por eje:nplo. Menon llamó innovclCJÓn a este tipo de estrategi.c.: el intento de conseguir uo.~etiv~al -~~~~eu) a a-aves oe me:; smos no CQOvencionales (el tráfico de drogas). La Figura 8.1 define la innovlcióñ como la aceptzción de los objetivos convencionales y el tecbuo de los mecanismos convencionales que sirven pua conseguir esos objetivos. De acuerdo con Me:<OAr esta tensión o contradi~ entre- el deseo de r onocimiento soc1il que gan.ntizala ri ueu y l!S dificulta < a e ante por m.eaiíl1Jícitos ldjficul~des que soo mnyores en:re las ·capu menos favorecidas de la poblii:Tóii)'b-le~nr duct-ª._delito:Si!!}iendo este ra.zonamiento,.tl..f~ Capone hizo 10 que cabría esperar que hiciera. Al igual que el resto de sus companiotas, .AJ Capone que?a hacer re1liclad el «sueño americano». Pero como, debtdo a sus orígenes, no contaba con las mismas oporrunidades Y recursos que otros para conseguir sus objetivos, y tampoco sndaba escaso de iniciativa y espíriru emprendedor, terminó decidiéndose por la carrera delictiva. Tal y como Jo descn'be uo analista del mundo criminal:

El l!pico g!111tLr de la lpoca de Al Capooe era un individu_o que de nillo habla(...) aprendido a Jdeooiicar cu~u eran los SlJIIbolos del éxito: el cadíllac, :1 ap:!tW!Iento lujoso, etc. ¿Cómo podrú. uno lo¡nr uw- cosas? En cm todos los casos, se ~u­ b~ de chitos con mucha inicimiva, imagiDJción y copacidad. E.-an chicos que en otraS cirtunsuncias hubienm sido graudes empresarios o políticos influ)entts: Puoestos chicos no habían tenido la ooonunidad de ir a Ya!t y conv.erurse tll\)aoqueros. o de obctner. una licenciarun en derecllo por Harvard. Sr existía, no obs~mte una iorma relativamente fkil de obttoer estos bieLa desviación en la teorra de Merton oes que. e~ si<m¡~R habían oído, todo cucladano ~Aunqoe la des,itCión es inevitable en todas l:U sociedacano ltiiÍa &1 &lci!Dce de la mano (y sin los cuaJes, uno pod1z sen"des, :Roben Menon argumentó oue los periodos recurrentir ouc haiña incuoóo como ameriano): ~ ~· tuÓceoesViatldtiSi!Geoenacovuntun.SsocialesespecífiianiÍiñ1. ~lbopl1~1 :~6). - ~.- ..: .-~.- -..• - - . c~En parúcular. el grado y·el cnráctet de la desvi~ción . . _ •.• dependen del !f!do en que los miembros de una sOCtedzd La imposibilidad de obteoe; !xit~ á_través ~7 ü]ecanis· puéóen lograr iOS"ób]lrivos culiü@es vi rentes en esa ~mos lfcitos puede ~!..o_tro D d\ ¿ewec¡ón, a la'· sOCTéaao (tomo el mm tCODOIOUCO, por ejemplo) l traVé5 que Menon üilñolñiüíílumo vease lz Ftgun 8.1). ~ d~mcuJnSutucionalizados {CO!DÓ, pot ejemplo, rirualigas rcsu• · medios Y fines los que ofrecen las polftic11 de igualdad de QpQ[DIIlilral15lDUWidO esos fines eo conductaS casi..~ tvas, _ diaes¡. Q[Íenwias a V!\'1! «respetablemente». los rirualisw. VI- ' , .Sezún )![eno11, ~te corrjormidad cuando se b~C3 ven wa vida gobemadi por un s~guimiento escrupuloso ~tisi~cer uhas !Ill:taSuobjeíjvos uC1tOS a uavts Jeme; de ese estilo de vida que dicen que conduce al éxito, hasiusmOH¡ue-tambiéo son legítimos v ~tán. aceota os ta el pun!O de que se C?.lvidao del éxito.(que.~~ca parece socia.!mente.-:Es~ el czso Cid que coi\Sigue una buena llegar) en favor de ese estilo ~e vidL ~Ofl!.O v:~os en el _po.,!i~~~~~ómi~!_g:racie:s a_1u t;J~~C! y §U. ~abaj?. J?e~ ~ín:Io ~teriºf. algo stmeJ~te pueae ocwnr ~ lz.s el prnbleru es que.no todo el mundo que desea satisfacer or¡~ones rormales: obsestonados lo~ ~ por unos objetiYQ$ u.iJQ$~~~dAdJI\.hawlS?..Lcu....Jumplir ctegamente les reglzs deJa..orgaru.u.ctón, pu~deu

F1gwa 1.1 • La r.«lo dt 11 desvi•el6n dt Mltlon

dejar de pensar si y en qué medida esas reglas siguen siendo útiles para que la org : · pla sus objetivos. Una tercera opción es el rr imitnt · el rechazo tanto de los objetivos culrurales como de los medios para cónseruirlos. Este es el casó tte 10• alcobOikos, de :os to.ticÓrMiiOS o de esas personas sin.hp&lf que entontiamÓS en las calles de las grandes ciudades (los «Sin techo», se les suele llamar). Al contrario que los ritualisw, los que siguen (o se ven empujados) a esta ~ión llc;van un estilo de vida marginal. Pero Jo que resulta quizi más sorprendente es que muchos de ellos term.ioan aceptando o con!onnándose con su siou.ación. Pero queda una última opción, que es la ~.bJ igual qoe los anteriores, los rebeldes rechazan tanto las deiiniciooes culrurales de éxito como los mecanismos para obtenerlo. Pero dan un paso más: defienden alternativas 2l orden y les normas sociales existentes. Los rebeldes no soa conformisw. Al contrario, defienden la ~onnación política. (o inclusq religiosa) de la sociedad: Estos son-los que notren los niovimient~ contraculturales. - -· _ _

Las subcultyras de la ees•;iac:lóo Richud Ooward y Uoyd Ohlin (1966) ampliaron la tenría de M=n en su investigación sobre la delincuenciá iuvenil. Estos dos autores defienden que la conducta de!ictiv! no depcode sólo de la cscmz de opomiWfides lícitzs o legitiiozs, sino también de -la ofeita de opómmidiaa ueg1amas:-fn otras palabras, la conformidad o !a desviación dependen de l! estruc:urañllír.\IU o'! cpo• i.t-

nidodu, que es eo deñoicva lo que condicional!vida de los jóvenes. Consideremos de nuevo ei C3.SO de .lJ Capone: un individuo ambicioso que no tiene aéceso a una serie de oporrunidades lícitas y que te:lllina creando un imperio del crimen aprovec~do la oportunidad que le brinda la demanda ..de alcohol durante los años de la ley seca (1920-1933). Como demuestra la vida de Ai Capoo,_e, !as ooorrunidades ilegales fomentan la aparición de·subculro:U.as dt iieiin.cuenres, C!l las qu.e, Íd~mis .de o~tener la aceptación de un grupo de igoa!es, uno puede aprender los conocimientos del oficio, necesarios para obtener éxi~o por mecanismos no co!lvenciooa!es. ~ becl)o, las bandas de delincuentes se espeqaliz.an de. acuerdo con las oporrunidades y los recursos existentes. (Sbeley et al.. 1995). · Hay ocasiones, sin embargo, en que no sólo no hay oporrunidades üciw, sino que wnbién ~casean las.ilicit!!J:! C'-.SO de barriadas muy marginales o de ~xpenat,­ cias peoonales extremas). Eo estos casos la del.tncuencia se manifiesta en la forma de S!Lbculruras del éonfucro do¡¡de.Ja fumración desemboca en episodios de violencia. Alternativamente, pueden aparecer también suóculru: FOSdtl rerraimitnro, abandonándose los lndividuos. áJ consumo del alcohol o de olr.l.S.drogas. .. .· Alben Coben (1971) <Wn!i~ qqe la in~idencia d~ ~n­ ducw delicúvas es maJor entre los jóveoes·de las clases más desfavorecidas porque soa ellos Jos · que tienen menos oponunid:tdes de alcllllU[ el éxito a· travé5 de mecanismos convencionales. A aquellos de los que la sociedad reniega, buscan la autnes.tima a través .de .una subculoura de la desviación. que «de!in~ como merit~ri!S las características que ellOS poSUI\, el tipa ii~ tom¡iora~ mi.entos a Jos que esW! acosrumbrados• (1971: 66). El poseer una buena reputacióo callejer~ puede que no gane la estima del conjunto de la sociedad, penr puede satisfacer la aspiración de un joven~ «SCr_alguietllt. Walter Miller (1970) tamliiéo piensa que las culraras de la desViación tienen mis orobabi!idades de desarrollarse entre los jóvenes de clafe baja, que son q~enis tienen menos oporomidades de ~atüfacer sus espiraciopes por medio$ leg:itimos. Segtln Millet en 1~~~ la cle.sriación.se presentan los siguientes rasgos: ci!!!f: ná:.di1 conj1igo, que es fündimentalmeote im con.O.icto con JosprofeSores y la policfa; (2) Ji dureza, que es el gru¡ valor que se da a la tucaa fi.<ica, panicilll!.!liiente entre los chicos; (3) la saraci<fad o la capacidad de adelantarSe a los demás, tomarles~ pelo, y a~ vez eVÍ)!r ser objeto de burla; (4) la-,!!7!~e consiste en·~¡ i.!~dE experiencias emocionalestuenes, miesgadzs y pelig:ro:. sas, tr!.WJdo de escapu de une rutina diaria q~ es predectble e insatisfaaoria; (5) noa::¡m;ngm~cicín.;le! el ifwino, que manifiesta li falta de control.cjue estos jóvenes Sienten por su tururo; y por ~timo (6) lá aw~~:lm

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Des~iaclón, delito y CC;>nlrol

deseo de !iberw! que l menudo se manifiest3 en un resentimiento hacia tos simbolos de 3ü!Oridad

E'·aluac11ln r:rírica El trab2jo pionero de Durl\heim. sobre las fw¡c!5-n~ de la desvi2cion sigue siendo fund:l!nenta! en sociología. No obs!Ailte, algunas citiClS recientes señalan' que·~ la conducta desviada no siemore generan uo sentimiento d~solidario entre los que manueoen pautás convencion~ducta. Puede ocuriir por el contrario, que se dt la reacción opuesta, esto es, que los que ar:nl:!n conforme a las nonnas sociales decidan refugiarse en los ámbitos privados y dejar de intervenir en la vida pública por miedo a las ~as (Lisb y Warner, 1991). L3 teoda de"MertO!J wnbién ha sido critic:!da, porque si bien puede explicar unas detenninadas formas de des'i_ación (como el robo, por ejemplo), no puede explicar otrñ$Tel crimen pasional, o los delitos que cometen los c¡ue sí cuentan con oporruoidades !feítas para satisfacer sus asoinciooes). Además, no tQ<Io el mundo evalúa el éxito Personal en los términos convencionales descritos por Menon; esto es, en la ndquisición ~e riqueza. Como vimos en el Capítulo 4 (cCulrurilt) los tiPos de motivacióo que gufaq el comoorwniento humano son muy diferentes y respor.dcñ a e5qúerms i!e ~od qúe pueden ser muy distintos entre sí. El 3fg\ll!lento telltrai de Ooward y Ohlin, y de Cohen y Miller, én "el sentido de que !a in_cjdencia de lo. desviación reilejal_a estrUctura de"opornmidades de la sociedad, se ha rarificado en investigo..ciones posteriores (Allw y Sre!íenst¡~eier, 1~89). Sin embargo, esms reorias también panen de !a.asuncióo de que toc!o el mundo compme los mismos valores culturcles a la boro. de juz¡ar lo que esti bien y lo que está mal, lo.que es lícito y no Jo es. Además, no debemos o:\'ido.r que la conducta delictiva no es monooolio de las clases mis desfavorecidas. No son miembros de estaS clues !os aüe oéultan su$ iñ~os a Hacienda. los que trafican co¿ información priVilegiada eo la bolsa o los que utiiiz:UI sus e-.rgos püblicos para obtener beneficios pñv~dos, por poiler un par de ejemplos. Por último, desde la teorías funcionalistas se mantiene que uno es un !nllSJresor o un delincuente por lo que hace (esto es, por violar o transgredir las nor:mas culrurales convencionales). Como vamos a ver a continueción, esto es mucho más complejo de lo que parece.

8 La teorfa del etlquetaje

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tiene adjudicado un ~a (estO es, !UIO ~!al • ce rie11t connoracior.ts negarivas y de la que ll resw dt lo 1 • • • r ')ftr¡¡ llU _omona), a dificil desembarazarse de ti y adquirir una toen dad distinta de la q~ se le ha impuesto. Si a unt persona se la define como vago, l!drón o prostituta, y se la lll2rgÍill en su tra· to con los demás, esa persona puede terminar incutriendo en ese tipo de conducu.s si es la única estralegia de vida que le queda, iniciando así lo que Goffman llama una nueva andadura delictiva o trans!!!esora. Comó yn vimos en el CapiWJo 6 («Úitt.--acclóo soci3.1»), eLc•rig:m• ediudicado a una peoona funciona cam.o su eswru< dam;n,r•: cualquier cosa que baga esa persona se.e:tp!ica porque es un vago, un ladrón o una prostirura. En l!lgunas ocasiones, la sociedad estipnatiz~ formal y públicamente a un individuo. ES!O ocurre en lo que Harold Gufinkel (1956) llamaba las cmmoiÚLIS de dtgradación. Un juicio es un ejemplo de este Íipo de

acripnu de las personas como por la usDuura deltnJorno social a esas acaontS. Según esta fo!tll1 de enteñi!tr l~.lfdesVJIMn es siempre alro relativo: un mismo comporwnien10 se puede definir de formas mny diverias eñ diversO! co'niextós séiciáié's-:-se¡\íñ Howerd S. Becker,la conducta desviad~ és la que es ciilllogách o etiquetada as( por los demás (1969: 9). Imagine las si¡uieotes sirunciones: una esrudianre utiÜZ! una prenda·de vestir de su compañera de piso; un hombre casado que está de viaje de negocios tiene relaciones con una pros ti ruta; el presidente. de uo país tiene cieno tipo de relxiones sexuales con una becaria. En todos esms casos lo que ~es» esa conducta depende de cómo los· demás la valoren (si llegan a rener noticia de eUa). 'Eir el primer ejemplo ¿se trata de un pdswno o de un robo? Lo qúe hizo aquel presidente cbn'aqueUt becaria m delito en unas panes del país pero no en otras, y las reaccJones que todo· aquel asunto originó fueron de lo mis diversas. En fin, la. conduca desviada no es algo que «es:., sino algo que ca~ sociedad va haciendo al deñnir· b como tal colectivamente. En el recuadro de Controversil y dcbm, hablaremos de las peleas de gallos: ¿es esta actividad un rirual de carácter culrunl, o por el contrario un actO de crueldad injustificable?

ceremonias. Se sien~ el acusado en el benquillo reservado para ti (el «banquillo de los acusados»), desde donde debe escucbu pacieme '! calladamente los relatos de sus fechorías que dan otras personas. \El etlqú?taje retrospectivo \

a caza del zorro es uno de los deportes traóiCionaJes de las·clases zltas de lnglcterra. Es una actividad controvertida por su crueldad ccn los enímales, de modo que es probable que se haga Oegal en el futuro próximo. No obstante, en casi lodos los pafsas se precúca algún tipo de actividad que lmprJCa el empleo de vlolencle contra los animales. En Españe son los toros. Aunque no es h2bituel ~n Europa, las peleas de ganos es una tradición muy extendlds en algunas partes del planeta. Es legal en algunos estados norteamericanos (l.ouisíana, Texas, Arizona), mueve caritii!ades Ingentes de dinero en México, y es eJ ·pcsatlempo nacional en Fillpinu, en donde exisll un local p!Bparado para esta activid<:d ha..cta en los puebjos más pequefic.s. Asociadas a lu peleas de gallos v<:n por supuesto las apuestas. En Filipinas, en una sola jolilé.de pueoen tener 1~ hestz d'tez pelees. Antes de empew la pe!ea, y para que los

ru~plican por aul es tan difícil desembmzarse del.ss~grna qu,e se le ha ~djudicado a uno esti en lo que se llame el el.i.QJI'!ajc retrospectivo que no es m_is que una i¡uerprttación.del pasado de una P!!· ~I!Ir Dt la tnqutra o del tsn ~ma a11e titnt. tn el p;isenrt.lJn ótliñcuente es arrestado en su domicilio, y la teleYisi(•n entrevista t los vecinos. Invariablememe, las respuesus suelen ser del tipo: vNo, si ya. lo decía yo~. «Esto lo \'tíamos venir•, vu verdad es que en muy extraño». Aquí empieza el etiquet.aje retrospectivo, que sirve para disrorsionar la biografía de una per>ooa de forlJiii"i!el¡iJ

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El estigma Pzra referirse l esra-posibilidad Erving Gofiman.(l963j scuiló la e.~sión «codadura o carrera delictiva o tranS· d~ la·conformidod-u·lhftnt~:.Ffiis---,gnsoru-td~ianr corur).-l:!na· ver que- una- persona-ya

Una de las cootriouciones m3s intereu.nttS. del enfoque del intenccionismo si.mbó)icO'l la sociología-de la des· viación es la teoría del etiqueaje. S~a

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jugadoles puedan hacer sus ap;estas, los dual\os mueslran sus gi\Uos al púbfjco. Pare recoger el óinero y confirmar las apuest-d existe la figura del cr.sto, que recibe este non br& porque sa espera que sea tan honesto como Jesucñsto. · Une vez hecl-~s las apuemu ·comienzan les peleas. En la parte posterior . de la pala izquierda los gallos ne•tan atada una pequeña y efii¡da ~2 (que tiene vc.ria¡ltes eftarentes en distintos lugares del planeta). Les gallcs no necesitan recbit m~:chos állimos para pelear, pero los dueños practican algunos actos rituales antes de que empiece la pe!ea. Pase.dos urios minutos, lo habitual es que uno !k! los gallos caiga exhausto. Entonces se p2ra la palee y los dueños reanimen a sus callos. L_uego se ream¡da la peleL pj firuf, Slll embzrgo, les c-JChillas acaban cumpfiendo su función y uno de los gallos cae mu:r.o. El anim&J que sobievívé' reserva pera otre pslea u,na V?Z q~~e !~ .ha cureoo.

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En muct12s partes del mundci.'Jas pele~ de gallos

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mascuf100 por excelencia•..#; ~es lo$ llombli!s dedican á sus gallos Lna atención equiparc:ble 2 la que deif~ a sus famil'!as. Lo hahítüal es" Invertir un p:r de eñes en la cri2nza de l.ln ga&l. Pasado esa tiempo el gano ya está prepomc!o para·. pelear. Desde ese momento, el gafto ci.lmpfe una fun. ción culturzl paR! el hombre. Alrav;s del rito de la pelea, elltofnt>re reafi11112 su masculinidad ysu posición jerárqüa:, al aempo que tras!a:!a a.sus llJjos varones los vzlores del honor, la Cllmpetitividad y la masculinidad. · SI uno procé* de una· cultura en donde no existe este ñtual, muy posiblemente no sienta más que repugnancia el obsetvar una pelea de gallos. Pero si uno antie'Jde el significado cultural de esta zctMdad posiblemente se haga un juic1o más benévolo. •

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Las peleas de gallos. ¿Rito cultural o crueldad con los animales? . .,

La desviación primaria y secundaria

Según Edwin Lemer. (1951 , 1972), muchos episodios de tran.!gresió!l (como, por ejemplo, el-abuso-del alcebol), !peñas p ·v0C311 reacción por pam de Jo ás y wn~afec!Ail neg en concepción que ;( mil!!!o oene el que ba cometido esa ~l!l'~ióo. Lemen ll:lllla a estos epiSOdios:J._"';ar;ññrs~as. ¿Pero qué ocurre si otras personas toman nota de loS actos del tranSgresor y empiezan a ncraar en COtJS~cuen­ cia? Si, por ejemplo, se empieza 1 calificar al que se ba sorprendido bebiendo como un «bomcho» y se le excluye de sus círculos sociales b!biruales; puede ocurrir que esa persona, pan eviw la censura de los demás;_ti~ue la compañía de Otr"..S perionas que ÍlO seañ IÁ!I. ~everas con la c:osnnnbre de beber. De eSte modo,lare.spuesm inicial del individuo que ha cometido ooa transgresión puede dar Jugar t una cf!:Wtción SWII'.daria; esto es, ~ · la comoañía de los u insistiendo e · de conducu,-uno puede rermi~eiíóo 1! taenoa~d social que en un principio se le dio (en nueStrO ejemplo; uno puede remúnar siendo un mo.rgixlal. pues no hcce far.a :nás que ver con qué gente se junta). ·

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morales, el transgresor debe cargar coo el peso de la culpa. Pt.-o si se entiende la tnDSgre.sióq e:n términos clínicos, por el colllrarÍo, se exime 2l individuo de toda (o pm:te de la) culpa, presentáodosele ~o~o alguien que no es capzz de controlar (o siquiera entender) sus acciones. Convertido en un caso clínico, el transgresor debe someterse, casi siempre de forma involuntaria, a un tmarniento que se escapa a su conD"ol Aunque sólo 5ea por esta última rzzón, debemos ser muv cautelosos a la bon de medí~ las conductas. •

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tlltimos cincueot.l años, y óebi~o ala influencia cada v~z mayor que cm cobrando la medicina y la psiquiaii'Ú, es¡.á ¡enfenóo lugu lo q:~e se ll&nla Ja medicaliUció.rú.fe.Ja des1iaci6o, qué i:Or..siste en. la inurpmaci6n dt c~asrio­ El etfquetaje y I(J salud mental · nts ajenas a ltrmttiicina (como ia moral o las liytsl"en Una mujer que cree quÚ~;ús a~oaipiai en eÍÍÚtÓbús c/011t midica o psiqaidrrica. todos los ófas cuando va al trabajo ¿está mentalmente En esencia, la medicalización consiste en la sustiruenferma o esú simplemente e:tpres~o su fe relig:ios~ de dón de un conjunto de etiquew por otro. En términos una forma particularmente gillica? Si un b.ompre•. para morales, evaluamos a las personas o su comportamiento consternación de su familia, decide no duc)lane ntincn, como «bueno• o cmalo». Sin embargo, usando la pre~e.n­ ¿esú Joéo ·o sólo se compOrta de follDa PoCO convenciodida objetividad científica de la medicina modema hemos nal? Un vagabundo que no permite a la policia q~ le llesustiruido esw etiquew por los diagnósticos clínicos de ven a una residencia pública en una oocbe de invierno, «Sano• o «enfermo•. · ··~-~ -- ··· - - .. .. . . ¿es un cnfcnno mcotal o está simplemente tralalldo de Por ejemplo, hast.a la mi11d del siglo XX se juzgaba a proteger su independencia? los alcohólicos como personas d&iles y moralmente El psiquiatra Thomas Sz.asz cree que en la vida cotidiadeficientes, fkilmente tentados por el placer de beber. na empleamos el téimino «locuru para describir Jo que no lentAmente, sin embargo, los especialistas m~icos han es nada más que una conducta diferente. Por tall!O, seg¡ln · redeftnido el alcoholismo, basta tal punto que en nuesD"os este psiquiatra. deberíamos abandonar el concepto de días la mayor parte de la gente lo considen una en.fenne«enfermedad mental» (1961, 1970, 1994, 199S). La enferdad. De modo similar, otros componamientos que solían medad, de acuenlo con Szasz, ts siemore fisica, y afecta vern en términos estrictamente monJes, como lt obesisólo al cuerpo. U, enfermedad mental ~ sólo un mito. l;l dad, la adicción al juego, o la promiscuidad tienden a mundo está lleno de personas ~difmnten que, cieradciinirse en la acrua!idad como enfermedades, de modo mente, nos pueden irritar, pero esto no es razón suficiente que, quiú, aquellos que exhiben esw conducw pueden para catalo~las co~o enfennas mentales. El qut. así Jo protegerse mejor contra el rechazo social y obtener ayuda hace, dice Szasz, DO hace más que aplicar unos criterios de especializada. clasificación que, al fui y al cabo, son los criterios que Jos sectores dominantes de la sociedad consiguen impocer a Láimporlancia delas etiquetas. los demás. Por decirlo de 0011 fonna, loco es todo aquel Definir una conducta desviada en t~rminos morales o en que cuestiona las cosrumbres o vzlores de una sociedad, de los que·depende .el bienestar de los privilegiados. · té!lDinos científicos o médicos tiene consecuencias Por supuesto, las ideas de Szasz son demasiado radicaimponanteS. En primer lugar, dependiendo de cómo se les para la mayoóa de los psiquiaii2S que sf opinan que al define la transgresión, son unas u otras personas las que igual que hay enfermedades somáticas bay también en- van a renccionar frente al transgresor. Si una trangresión se define en términos morales, es la gente de la calle o la fermedades mentales. Aun así. muchos psiquiall1.S pienpolida los que van a intervenir, pero si esa misma tranSsan que, efectivamente, es necesario pr~ dónde :stá la diferencia entre la enfeii!Ieóad mental y lo que no es gresión recibe un término médico, el transgresor queda en mi.! que una conducta diferente a fin de evitar que la psi- maoos de médicos, psiquiatras, terapeutas o psicólogos~ quiania (como ya hizo en el pasado) se ponga al"servicio En segundo lugar. está la cuestión de cómo JI mponde los sectores dominantes de la sociedad. DesDilés de th a la desviación. Si se entiende la transaisi6o en !irminos mOrales. el transgresor se convie~- automftica· todo, muchos de noSOtrOs bemos pasado por peri~os de .an.siedaci; estrés, il:ritabilidad o inestabilidad mental en mente en un 41iniractor» o un «deliocuente»·; en cualquier algún momento de nuestras vidas. La me.yoría de estos caso, alguien que merece un caStigo. Pero si se define en episodios suelen ser pasajeros, pero si los demás {Ó nosotérminos médicos, el tranSgre$01" se convierte en un tros mismos con relación a terceros) empiezan á adjeti•enfermo~. esto es, alguien que, tntes que un castigo, vamos y cle.sificamos, podemos empezar a bajar pcr la necesit:a un tratamiento (por su propio bien, por supuespendiente de la estigmatiznción, de la que no es nada fácil to¡. Y mienii2S que el C3Stigo suele rec~ en función salir (Scheff."l99J). del delito cometido, eltrawnie:uo médico debe ajuswse a las caracterúticas del paciente y según )a terapia é¡ue puezca más apropizda para evitar la reincidencia (von La medicalización de la desviación Hirsil. 1986). -la tearb del eti~etaje, y en puuculu las ideas de S~ La tercera y q~ más imporwue cons~-uencia se YGoíiman, coñaibuyel) a e;q¡licar Jos Cap¡bios que bao reñere a la imputación de mponsabilidatf pmoiUII dtl ·tenido lugar en el·~odo:f~ntend~-la-~esviaCjón~En-l?s~a,~sgrisor.·-s¡ ·se. de~e-Ja-transgresión· e~·-~os mt selectiva y prejuiciosa 1 panir del estigma que se le h~ adjudicado. ·

La teorfa de la asociación dlfere~ci.al de Sutherland

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El apr~ndiZ3je de toda p:wt:l de conducta (t:aüto de la conducta desviada como de la más convencional) es un proceso qu: tiene lugar en el seno de grupos snci;!]~ . Según la teorfa de la asociaci6n difueneia/ de Sutbedand (1940), la tendencia de un individuo bacía la confOimidad o bxia la desviación depende de la frecuencia con la que ese individuo entra en conw:to con grupos de personas que fomentan un tipo de comportamiento u otro. Una in•estigación llevada a cabo en Estados Unidos sobre el consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes (A.J.:ers et al., 1979) puede servir para ilustrar esta teorfa. En es~ investigación se pasó un cuestionario a una muestra de esrudianteS de secundaria. El arullisis Ge Jos datos de aquella encuesta mosD"ó que existía una relación muy estreCha entre el consumo de alcohol y drogas, y el grado en el que Jos grupos de amigos fomentaban ese consumo. Los investigadores llegaron a la conclusión de que un joven tiene mi.! probabilidz.d de implicarse en palll3S delictivas si lti.S personas de su entorno se refieren a la conducta desviada como algo positivo y a la conducta convencional como algo a evitar.

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La teoría del control de Hirschí

Según la teOría del control de Tnvis Hirn:hi (1969, 1995), el ocia! es eficaz porque la 2ente anticipa las coruecuencias ue onar la co ·( ·n de • < ó un delito. Hirschi parte de la l'femisa de que todos hemos !.512do tentados alguna vez a btcer algo «Ttlalo». Para la mayor pam de la gente, sin embargo, la perspectiva de ver expuesta. su cooduc:t:a a la luz pública es suficiente para evitar la tentación. Por el contrario, aquellos que tienen poco que perder_ son los que tienen más probabilidad de dejarse tentar. Hirschi distinguió cuatro dimensiones del control social: l. Lt11 rclaciay• •ocia!¡s. Las relaciones social~ fuertes fom.enran la conformidad. l>ara,aquellos que no se sienten muy vinculados a su familia, sús amig05 o ::

compañeros de ttabajo los costes de la conducta des\iada son menores. 2. La tSlTUCtUTa de oponunldadts. Aquellos que cuentan con mas opoí'líllllaaoes ieg¡amas o llCltas parnatisfa~cfi Jllíts venmias en ia con~

f<mni~61'11ed~ad, ~. tiene un mayor interés en ajustarse a pau-

tas convencionales de comportamiento que otro joven que no tiene esta opommidad. Aquellos que tienen poco control o escasa confimu "en el futurO tienen más probabilidad de present.tr pautas de conduc11 no convencionales. 3. La implicoci6n. Una fuerte implicación en activid~

U"tas o lepnmas~n~. etc.), · · iento desviado.. Los individuos que por el contrano nenen meo opo~nidades de implicarse en actividades de este tipo pueden terminar empleando su tiempo y energías en ptrc¡ tipo de actividades no tan lícitas o legítimas.

4. Las creencias. Las penonas que aceptan y-defienden

las pauw morales .de la sociedad en qot viven y que respeWI ala autoridad esW! en mejor disposición para reprimir las tentaciones. Por el ·contrario; "Jos mi.! tibios son los mi.! vulnerables ala tenw:í6n.

u teoría de Hirschi combina varias ideas que acabámos de ver sobre las caus35 de la conducta desviada.. Puede observarse que Hirschi wnbién pitnsá que una posición social relativamente privilegiada y una citna formación del carácter son factoreS que conm"buyen a generar pauw de conductas conformes a !:u normas conve:~cionales (Wiatrowski,' Griswold y Roberts, 1981; Sampson y L.aub, 1990; Free, 1992). Evaluoci6n cr{rica

En todas las teadas que acabamos de ver (mfluidas por la coaiCDtC del interatcicmismo simbólico), se entiende la desviación CO!IlO un proceso.. .Desde la ICQrfa.~e; etiquetaje se esrudia la conducta desvi!da no 12nto en téaninos de un2 acci6n, como en témúnos de la rlDCCi6cr que esa.conducta provoca en los demás. Así, se· ~a,· se puede terminar calificando como desviado el componamiento de tal ¡rupo, mientraS que tal otro grupo de personas que present.lD las mismas o semejanteS pauw de comporwnieruo puede aborrme tal calificación (el adulterio, por ejemplo es cosa muy distinll si lo comete un bomb!e o una mujer). los conceptos de cestigmBJ>, «desviaci6o secundJria., y Cl!ldadun o cmera delictiva o transgr-..sora» ayudan a COlOprender cómo zlgunos individuos pueden terminar haciendo suye.s las etiquew que oaos les han puesto. · No obstante, esta familia de teorías tiene varie.s limitaciones. En primer fugar, al sugerir que la desVitl:ión"es Ün


Desviación, delito y control

proceso que resul1a de la in~Uacción social quizl.~e esti relativizando en e:u:eso el concepw de desviación, pues hay comporwnientOHielictivos o desvitdos que parecen univemles (el asesinato o el.inceSto, por ejemplo). Quizá por esg.,r..zqq, este tipQ de :rúoques u:óricos es m4_apropiado o mis ulil p3ta esrudiar cómo se gene= (c.onstnlyen o alimerum) los eStiflllAS. pero no para esrudiu la. incidencia de la conducta criminal, pór ejemplo (pues, no lo olvidemos, la sangre es re:¡J y 09 una coostnlcción social). En seeundo lu23t, esw 1eonas no .han dejado cl3to cuáles s~ las co~ecueocias de la impuración de las etiquetAS o de los estigmas sobi-e las pe~ooas. En concre1o no S3bemos en qul casos la impu!4ción de una etiqueta o de un estigiJ?a produce la re.incidencia en el comportamiento 11ue originó esa impuuciól! y-en,qué otros C:!SOS m misma impuución inhibe la reincidencia (Shennan y Smi!h, 1992). En 1ercer lugar, no 1odo el mundo se rebela contn las etiqueLaS que recibe. En alg'JDI!S circunsWlcias, esas etiquetas pueden ser buenu banderu que se pueden utilizar pm que oaós imileo esu condUCtAS que parecen ofender a b mayoría (Vold y Bemard, 1986). Las l~sbirmas , por ejemplo, se idemifi~an como ules (y quizá por eso la pute ofendida tiene que inventarse ptru etiquew). Tamo .la. teoría de la asoc;iación düereocw de Sutherland como la leona del control de Hirschi han tenido Wl& buena recepción en la sociolopL Pero 'ninguna de es1as dos 1e0rias, sin embargo, e.~plit1 satisfac1oriamenu: por oué hu normas y las leyes sociales definen tAles o cuales ionducw, pero no O!fl!S, como conducw desviadas. Para es1o necesiwnos 1eorías más sociológicas. Vamos a empezar con el enfoque del conilic1o.

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f9 La conducta desviada desde la teoría del cohfllcto La .eoria del conílicto ¡nu de demostrar que la desviació~~ocial~~¡~Qder. J?es"CieeS'ta ttoña se sos nene que la causa pl11lClpal del deli10 son las .d•siguald'>lles (de clase. raciales, ~micas, o d: g~nero), y q11e lo que C3.1ificamos (o, de nuevo, eójetivamos) como conducu desviad! depei!Ce .de cómo es!é distribuido el poder en la. sociedad. Según la teoría del conilicto, poder y desviación no son ins!Ailcias eisladas o ind:pendienles. En primer lugar, !~as '(y en especial las leyes) de cualquier sociedad il.Q. son JIDl\DltS, sino que favorecen a las cla.ses sociz.les orivile2iadas. Los oue amenazm aJos ricos, o bien porse ~poderan d: su propie~d. o porque deñeoden nna .. , _ _ ___ soCiécfiiíiiiE'iguálitaria soo cvulpres ladroneS» o mdi. · cales•. Como Y.l vimos en el Caoitulo 3 ( «SOcicde.d»), Karl Mm- pe'ñsaba que la ley (así-como el res1o de~

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instituciones del es~ado) sirve para proteger los in1ereses de l!S clases dominantes. Quir.Dey ha formuleóo es!A idea de fo!1II1 muy expresiva: «la justicia capitalista esti hecha wr la ~Jase capital.isu. pa.rt la clase ~piul.ista, y en cootn de la clase u-abajado~ (1977: 3). En segUDdo lugar, si un miembro de la clase privile2ild3 se ve en un ~rielO, cuenu con más recursos para ;viw su condéna (simbólica, por medio de etiquetas, o la condena real ante los aibunales). Por ejemplo, el dueño de una empresa que orden! el deshecho de uoos residuos peligrosos difícilmente va a terminAr carg:mdo con la responsabilidad ind.ividual de sos ICIOS. El caso de O. 1. Simpson en Esudos Unidos (un caso complicado, sin embargo, ea cu11010 que hubo acusaciones cruzad:lS de racismo de uno y otrO lado) muestra que Jos que no i.Ddan esclUOS de recunos tienen más probabilidad de defenderse que los que sf van escasos. En 1ercer lugar, existe una creencia muy exendida de que las leyes son buenas y na rurales por definición, lo que conaibuye a maquill3t su c:uácter politice (y !pUdable). Por esto, y como mucho, se critica la aplicación desigual de la ley, pero pocos se llegan a cuestionar si las leyu misnw sonjusw (QuiMey 1977).

La delincuencia desde la sociología de orientación marxista Aunque existe uoal~a tradición de teorías del confiiao aplicadls al estudio de la delincuencia (de Mm ea adelante), existe un renovado inu:rés en este c:unpo desde los a.llos setenta. Una obr1. clave en este sentido fue The New Criminology de Taylor, Wal1oo y Young (1973), de orienlación m.ar.Wta. En líneu geoerues sus autores ar¡¡wnenabnn que las 1eorlas e.ústemes sobre la delincuencia no habf!n prestado a~ención ! factores macro o eStrUcturales (como k disnibución desigual de poder y la riqueza, por ejemplo), que, en su opiniÓII, podían e:tplicar al!Wl85 cuestiones que los enfoques an~eriores (más orientados a lo micro), habfan quedado demendidas. El uso de etiquetas o calificativos .. de desviación: la perspectiva de conflicto · ·

Siguiendo esta aadicióo masxista. ~"'!' (1980) sellaló que los cal.ificarivos o etiquew que se refieren a la conducta desviada se suelen !plicar a las personas que obstaculizan el desenvolvimiento del canitalismo. En primer lugar, como el ~pitalismo se basa e~ la propiedad priv_a· da, aqu:llos que amenuan la propieóad privada son Jos primeros en recibir eúqueu:s o diiicaóvos de es1e tipo. Por el contrario, el.rlpo de ICCÍ<?Des que emprende~ lu clases privilegiadas 'en cootra de los intereses' de las das~ s~~CZ!diflac!as ~o ~u e!~ ~cfoir ~~Q~~s ~yorari­

vos. El duefio de la. casa que sube exageradamenle el

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e 217

grupo de criminólogos de orientación mw:isll (Jock alquiler! sus inquilinos, o que les etha cuando no pueden pagi!..i' el alquiler, está "defendiendo sus in~ereses», como Youog, Roger Mllthews y John Lea, todos ellos de la Universidad de Middlmx), a la que se denominó «realisse suele decir. En segUDdo !ugi!..i', como el capiulismo depend! de la mo de izq1úerdu. Estos auwres habían consa.-ado que en los ultimo; años se habú dtdo un aume:uo de la incidencxplm.acióo del trabzjo productivo, aquellos que no pueden ci3 d: acrvidades delictivas, en cuticular en· las zonas o no quieren aabajar wnbién se expooea a ser calificados urbanas, y triUUOn de conceprualizar el problema en lo como delincuentes (los «vagos y maleantes» en la tradición que denorr.inaron el «cuadrado• del delito, que tiene cuajurldica española. a los que habría que añadir !os cinútitro An2Uio; o dimensiones: el est:ado, los mecanismos de les•,'boy llamados minusválidos o disc:tpacittdos). El que control informal, los delincuentes y las .-íctimas (véase la no tiene nbajo, aunque no sea responsable de ello, tiene Figura 8.2). SegUn los realistaS de izquierda; para emenmás probabilidad de recibir alguna de esu:s etiquew. En terctr lugar, el cspitalismo depende del respeto a der 13 conducu delictiva hay que tener en éuenta éstas cuatrO dimensiones. Los dalos c'on los'" que aabajaron lu figuras de 'autoridad, de modo que aquellos que no es¡os a.uteres mosLT!ron un hecho particularmente telep.lftcen tener el ..debido respe!o» soo los que más probavante: que la mayor pan! de las víctiniiS pi:ru:necen ala bilidad tienen de recibir alguno de estos calificativos. Es clase obrera. Más in1eresa¡ue quizá: la probabilidad de el caso, por ejemplo de los niños ..rrespoodoneS», de los que un trabajador no cualificado sea vfctiíDa de un deli1o adultos que se niegan a cooperar con la policía o sus jefes inmed.iatos, o con cualquiera que se oponga al «sistema». es el doble que en el cuo del resto de los aabajadores. As(, si bien es cieno que son los sectores más desfavorePor Ultimo, todo aquel que se atreva a poner en eotred.icho el sraru quo tiene todas !as carw-eo &u ma.J!O para ' cidos los que más delitos come1en, ellos sao ¡ambi~n las principales víctimas. La delincuencia, según estos autorecibir etiquetas o calificativos que aluden a su «des~ia­ res, es el resultado de profundas desigua\dades estrueruCÍÓII». Aquí estñn los pacifistAS, los ecologisi!S o los sinrues (v~ue el Capítulo 10). Por decirlo en Otras palibras: dit1!istu, por ejemplo. hay delincuencia CUllldo Sllf!e 'lin sentimiemo de privaPor conaaparüda, la sociedad o1orga cilificativos ción relativa (esto es, cuilndo·/os que riemn-pocorrteurpositivos a lodos los que conaibuyen al mejor funciooasos comparan su si!'!Ulci6n con los qut más ucursos ritmJeoto del capitA!iSIIlO. Los deponisw, por ejemplo, son ntn) y cuando luy marginación. Si este es el diagn6sÚCo, ensruzados porque refuerl30 valores como el individuala solución es simple: una mayor justicia social, cambios lismo y la competithidad, Ulll necesarios para el funciofundemcoul!c5 en el funciooamienlo de la eco!lomfa. una namiento correcto del capitalimlo. Por aiiadidw-a., de acuerdo con Spitzer, se condena el consumo de las drogas de ~,·e.sión (como la marihuana, la hero!na, o las drog:lS sint~ricas) pero no el de las drogas aceptadas por el sratu quo (como el alcohol o la cafeína). CA>nool Tampoco es lo mismo jugar en el casino que jugar ea bs -+--- - - - - - - : - - l ! o - '!llonnal máquinas tragaperras. El sisleiiia opitalis11 se esfuerza por contrel3t las cuegorias de personas que amenazan su supervivencia. Aquellos grupos de pe~onas que represen!AD ~una tltgl rebtivamente onerosa pan la socieded, pero que soo inofensivos», como los alcohólicos, los 1olticómanos (eSto es, los que siguen la opción del retraimien1o, en los 'tÚminos de Meneo), fas ancianos sin recursos o los minusválidos fuicos o psíquicos, quedm bajo el contrOl de !as i!l5tiruciones del estado de bieneSIDT. Aquellos que desafim los fundamenlos mismos del S!SICma caoitalisla, como las clases marginales que se hacinan en b periíeria de las grendes ciudades o los grupos revolucionttios quedan bajo ei CODI,fol, más conrundente, de' la policfa y de los aibunales (o del ejérc;to. en Ultimo término). o.nna..nto--- - -- - - - - + - Vkllma

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El surgimiento del realismo de'izquierda

DentrO de la criminología britinica, surgió a mediados de los años ochen1a una nueva corriente ·introducida pOr un

F!gut11 1.2 • EJ ouodrldo del cfelilo


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mas de desviación es quiú el momento de resumir brevemente cuil es la contribución más imoortante de cada u.ao de ellos. Pan esto estila Tabla S. l. ·

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El surgimiento de una

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crimlnol~gía

Hate crimes en Estados Unidos ¿Castigando acciones o actitudes? feminista

Resulta ir6ruco que la sociología del conilicto (a pesar de centrarSe en la desigualdad social), baya ignorado .durante tanto tiempo la cuestión del género. Si, tal como sugiere la teoría del confliCto, la causa pnncipal de la delincuencia es la desigualdad social¿cómo es que las muj~s cometen muchos menos delitos ~ue Jos hombres? Hasta los aiios setent:l, el camoo de estudio sobre la delincuencia y la de5\~ación era territorio masculino. Cicrtalllente, t:!IIlbién !.a conductA delictiva es mavorit4· ri:untnte masculi!a. Las estadísticas oficiales m~estran una y otra vez que los hombres cometen más delitos que las mujeres. Si miramos las estadísticas judiciales o peniteociarias, la pobi3Ci6n mJSculina predomina sobre la femenina. Hasta cieno punto, estos datos pueden justificar por qué Jos estudios e investigaciones sobre la delin· cuencia se bao centrado en el comportamiento de la población masculina. Ahora bi!ll, esos mismos datos sugieren preguntaS interesantes. Si es cieno que los hombres cometen más delitos que las mujeres ¿qué explic:~ción tiene esto? ¿qué tipo de relación hay en~re género y deliocueocia? En todas las sociedades ha habido y sigue habiendo mecanismos de control social (formal e informal) sobre la conducta. Pero Jos mecanismos empleados pan controlar la cooducta de las muj~s hao sido, generalmente, mucho más expeditivos. Para empezar, en muchas sociedades la mujer se ha tellido que desenvolver en la esfera del ho¡ar, sometida a la tut:la. de un varón y al margen de la vida pública. Incluso en la Europa de nuestros dfas mumejora de las políticas penitenciarias, mejores equipac.bas mujere.s tienen dificultades para incorporarse al mermientos en los barrios margin!les, etc. cado de trabajo, a la política, o a otras mÜéba.i actividides Este enfoque teórico, basado en la tradición de la !ociopúblicas que siguen estaado dominadas por los hombres. log!a del confliCtO, también ha m:~'bido sus cñticas. En pri· Fuera de Ewopa las restricciones son alln mayores. En mer Jugar, desdt eSte enfoque teórict;~ se parte de la premiArabia Saudí, por ejemplo, alas mujeres les está prolll'bisa de que las Jeye.s y las normas culturales están hechas por do vot4I p \Jiclus9 conduc'.r un cóehe. En Ir.ín._l~ mujey pera los seaores privilegiados de la sociedad. Esto pareres que llevan el pelo suelto o que usao maquilhje pueden ce algo simplista (por decir poco). Además de las políticas ser castigadas. y programas de bienestar,liay leyes que protegen a los nDe modo que, en realidad, tenemos dos pregunw: bajallores, a Jos coosumidores o al medio ambiente, a veces ¿qué conexión bay entre g~nero y delincuencia? ¿harun e.1 clan O!JOSición a los intereses de los mis privilegiados. control social para hombres y otro para mujeres? PregonEn ;egundo lugar, según este erúoque de.! conflicto, la w como estas hm dado lugu a un nueva comente de deliocuCncia (o la tranSgrestóa) e.s siempre el resuludo de investip.ción, qoe es la criminología feminisl!l. la diferencia de opornmiclndes y recursos entre la poblaPor Jo general se considera que la obra pionera en esta ción. Sin embargo, tal y CQmo señaló Durkheim, todas las corriente de investigación es el h"bro de Caro! Smm, ~ie~_s.: in_depe:¡dienie:nente de cuzl sea su sistema Romtn, Crimt ar.d Criminology, publicado ea 1976. La económico, generan pautas de des-,tjación. tesis central del boro es que la mujer ha sido tradici~al_Coq¡o ya ht.!!!2ir~...Jm..h~o..al1m~<Uie_tnf~_mente 'i¡nora.da. ea l~estigaciones..ca este .camoo. ques sociológicos acerca de la delincuencia y.de otras for· Pero c-Jando no io ha sido, y se ha hecho alguna re!~

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os céátgos penales cambien a lo largo del Uempo. Lo que antes era. considerado un defito puede de;ar tia serlo al cebo de los afios. Ala Inversa, lo que antes era une conduc· ta lf9al, puede convertirse en un delito. Hace más de una década se ecu116 el t!rmino hi!le crimes en Estados Unidos para rsferim a los de6tos o crímenes que tienen su origen en los prejuicios raciales, o de otro tipo (como los prejuicios basados en tareigión o la orientación sexual de la víctima). Estos defltos son doblemente odiosos, pues a la violación de la ley se le allade el desprecio que muestra el crimilal por la víctima. Aunque Jos crímenes alimentados por los prejuicios no son nuevos, el gobierno federa.! estadounidense los Incluyó como una cctegoria especial de delitos en 1990. Este tipo de deitos representa toclevia une pequeña parte del total de delitos que se cometen en Estedos Unidos, pero su incidencia está en aumento. Un estudio llevado a cabo en ocho ciudades norteamericanas por el National Gay and Lesbian Tesk Force (citado en Berril, 1992: 19·20). puso de refieve que el 20 por ciento de los homosexuales de uno u otro sexo haliien

sufrido algún tipo de violencia física por esta razón, y mis del 90 por ciento algún tipo de violencia verbal. u investigación revela asimismo que las víctimas de este tipo de crímenes suelen ser personas que tienen más de un estigma, como por ejemplo, los negros homosexuales. Mis de la mitad de tos estados nortee.mericanos han adoptado inl· ciativas penales en las que se considera el prejUtcio como una circunstincia agravante a la hora de jUlgJr un deflto. los que apoyan este tipo de medidas ofrecen tres lipes de jus· tifiCaclones. En primer lugar, sie.mpre se ha tenido en cuenta tes íntencicr nes del delincuente, de modo que incluir la intención originada por los prejuiclos no represente una novedad. En segundo lugar, tos crímenes motivados por razones sexistas, racistas, homofóbes, etc., suelen provocar més alarma social que otros tipos de crimenes como los que se cometen por razones económicas, por ejemplo. Por úhlmo, el daño que sufren fas victimES de este tipo de delitos suele ser mayor que et que suiren las vlctlmas de otros demos. Por otro lado, tos que se oponen a es:as medidas penales argumenten

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que la mayor parte de los crímenes de este tipo no son cometidos· por hom9fobos racistas incorregibles, sino que responden a un comportamiento compulsivo en al que, a menudo, los responsables son menores de edad. Hay también quien píen· sa que la consídera.ción daf preJUicio co::w cin:unstancia agrav-clite es une . amenau~ contra la libertad de expr&sión. Argumenten que considerar los prejufdos un agravante equiVale a condehar a los delincuentas no sólo por lo que hacen sino también pqr lo que piensan. En este sentido, el profesor de Derecho de la Universidad de Harvard, Alan Dersholyitz, aqvierte: •Por más que odie la Intolerancia, me asusta.mucho más que los lribÚ. nafes Intenten controlar la mente de los ducjadenos.• Para los que· se oponen a estas medidas, en resumen, la consideración del prejuicio como circunstancia agravante puede ser un precedente peligroso que puede extenderse y cercenGr la libertad de creencias. t

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cía a la mujer, el autor, g~néralmen~. no ha podido evitar hacerlo ae iorma sexls9, cuando'Jlo tbiertameote misógi· na. Por poner u.a ejemplo, Ono Pollak mar.ren!a que, en realidad, las mujeres cometen más delitos que l!JS hom~. pero como suelen ser más aviesas y taimedas, cónsiguen escaparse coa mis facilidad del brazo de la justicia. Podtmos hacer ana pequeaa pansa y aoz.liz¡¡r algunas de las reorfas que he..."los vino an poco mis a.-n'ba desde la perspectiva del género. Se puede argumentar, por ejemplo, que la teoóa de_Menon tiene. un ~sgo sexista, pues, ;egún ;.\fenon, el é:tito ecooómico e.s un objetivo cultural dominante. Puede que sea as( (ó Jo fueri ásí en EE.UU. en Jos aiios ea que Menon aes!IIoUó su teoría) coo ielpecto a la pobiacióo masculina, pero no con ~speao e la poola-

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ción femenina (y no ciert4men.te en los años en que Meeton habló de estas cuestionas), pue.s los objetivos cultll!'a· les con los que se medía el éxiro o el fracaso de una mujer eran bien otros: el mmimooio y la mmmidad (Leooard, 1982). Tanto e.s así, que aún mocha gente (hombres y mujeres) sigue colll!iderando que las mújeres que no se CJSl!ll (1.u csol!eron!u es la etiqueta más frecuente) o no tienen hijos han fracasado (Huner y Wüliams, 1981; Smart, 1984: Ricbudson, 1993). · ·. Dentro del enfoque del interacciooismo simbólico, la teorla del e~quetaje deja quizi un m~en mayor de juego para introducir la perspettiva del gtouo. En ~ da en que en nue.stra sOciedad se juzja la conducta de hombres y mujeres según estiadare.s· distintoS, ~~os

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estudiar en qué casos el mismo tipo de conduca recibe las etiquetas o los calificativos más opueStOs si quien la

comete es un hombre o una mujer (el hombre que tiene muchas compañeras sexuales es un «ligón», pero "si es una mujer la que tiene muchos compalleros sexuales los calificativos que suele recibir no son nad.l elogiosos). .'\demás, dada ls posición subordinada que ha tetúdo y si!lle teni:ndo la mujer en nues1n sociedad, si puede investigar cómo se reproduce esta reli!Ción de subordinación en distintos conteXtos soéiales, y qu~ tipo ile con: ducw emplean los hombres para reafirmar su posición dominante. Pegar a la mujer o acosar se.~eote a la secrttaria., por ejemplo, eran conductaS que, hasta hace mur poco tiempo, no se consideraban ilíciw. P...ro wCriminólogas fe:ninisw no sólo se han limitado a ~visar aitiamente tas ttorias dominantes hasta entooce~ en este =po de investiglción.•Al intn:iducii )3 perspectiva de géo:ro, han des:uroUádo toda una nueva agendn de in'·estigacióa. Aparecen as! nuevos temas de investigación, como el sentimiento de indefensión o el miedo a ser \'fctima de un ·delito que tien~o algunas mujeres (sobre todo las mujiles ancianas, como veremos en el Capítulo 14); el aumento de la ~ioleocia doméstica; o cl"tr:Uo düe~ntc que reciben la mujeres por parte de las instituciones policiales o judici.a!es (vélse el Capítulo Ji), piles (al menos así lo b.:m señalado algunas autolliS), si frente·a la POiic!l o los aibwules los ho~s reciben un trato mis j,rofesional, las mujeres suelen ~bir un tmo más displicente o pa.ternalist.a (cuando no burlón). Al fin y al ~bo. en la cultura occidenw (y en la tiadición cienúfica), si el hombre puede ser un aimioal, la mujer tiene mis probabilidad de ser una enajenada o subir un trastomo mental. Recuérdese que la histeria era una patología ópicamente iemenina. Son cuestiones de tipo, a las que apenas se h~bia pres:ado atención, las que h1 szado a la luz la criminología fcmioist.a (Busfield, 1997; Corrin, 1996). Para terminar, otra coottibución imporunte de la criminología femenisu. ba sido la de estimular la investigeción acerca de la relación coa-e la violencia y la conducta delictiva o criminal. Si es cieno que los hombres cometen más delitos que las mujeres merece la pena investigar a fondo si ew.e dguiut rdación determinadas fonnas de III!SCulinidaci y detcnnioadas formas de deliocuencia.

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conducw (Lisu y Tausig, 1979; UMever, Fruier, y Hellrena, 1980; Smith y Visher, 1981: Holmes er 11., 1993). En el Reino Unido, en los años 1994-1995, el22 por ciento de la población perteneciente a minor!as émiC3S fo.~c interpelada en la calle por la policía, frerue 11 5 por ciento del totll de la población. Todo paree! indicar que los <megros~. por el mero hecho de serlo, :esult.an más sospechosos para la polic!a y la pobii!Cióo en general (ISTD Fasuhcet, 1997). En segundo lugar, las minorías raciales suelen encootram entre los sectOres m:is desfavorecidos de la población. Y como hemos visto antes, existe una relación directa cotte pobreza y dclincuenci!.. .".quellos que 1'iven en la pobreza (o en la pobreza ~lativa en relacióo ~ los que no son pobres), tienen mis incentivos p3!3 embarcarse en una carrera delictivo. que aqueUos otros que cuentan con más oporrunidndes para satisfacer sus aspiraciooes por medios Ucitos o convencionales. En Estados Unidos, la wa de desempleo entte la población !dolta afroamericana es el doble que entre la población blam;a, dos ~os de los nillos negros son hijos de madre soltera (cuando entre la población blanca sólo uno de ~da cinco niños es de madre soltera), y casi la mitad de los niños n~gros crecen en una siruación de pobreza (frente a sólo uno de cada seis oillos blancos). D3dzs esw diferencias de oporrunidndes y recursos, no es de extrañar que el índice de delincuencil sea más alto entre los :úrolmericanos que entre tos blancos (Sampson, 1987). En lerccr lugar, en Estados Unidos, liiS estad!stic3S oficillles de IUTeStos excluyen los am:stos efecruados pac dcli· tos como conducir bajo Jos efectos del alcohol y ocros deli· tos de cuello blanco (como el fraude fiscal, el tráfico de ioio!lll3CÍ6n privilegilda en bolsa, !:1 evasión de capiwes, etc.). Estas omisiones ayudan a fomentar ca la población ll fwa idea de que e! típico delincuente es una ~ooa de color. Si incluyéramos este otro tipo de delitos en las estaasricas oficiales tendrí-=os un paisaje muy distinto. Por último, algunas ~tegorí3S de población muestran índic:s sorprendentemente bajos de arresto. En Estiidos Unidos, la población de orixeo asiático representa un 3 por ciento de la población total, y sólo un .1 por ciento de los amStos, Como vcr~mos en el C!pírulo 12 («Raza, efnia y mi2!'3Cióe»), los no=cricanos de origen 3Siático tienen un -nivel educativo y económico superior a la mema de la ¡¡obW:ión. Además, algunos de sus rasgos culrurlles, como la rmponaocia que se da e los lazos famili~s o a la disciplina, acnlan como 'inhibiáores de !!S coo<!u.c w ~vas.

de origen hindú ti porcentaje es mayor: el 22 por ciento, y para lts de origen paquiswú o bengalí de un 25 por ciento (Morgan y Newbwn 1997: 27). Si eXIlminamos esta cuestión desde el otro punro de visll, CStO es, de qui~es cometen los deliros, se observa la misma tendencia. En 1995, sólo cll.S por cientO de los habitantes del Reino Unido era de origen afrocan"beño, pero este JIUpo de población representaba clll por ciento del tow de la población reclusa masculin:~. Entre las mujeres, las diferencias eran mayores, pues representan el 20 por ciento del tou.l de la población reclusa femenina. En el caso de otras Iriioorías étnicas no existen ranr:u difcrcnci3S, sin emb'!fXO. Los sud3Süticos rcpreseoran un 2,7 por cientó del toW de l:l población y un 3 por ciemo de la población reclusa. Los datos de Estados Unidos son mucho mis dramáticos. El 66,9 por ciento de amnos que se efectuaron en 1993 fueron sobre personas de raz3 blanca. Sin embargo, en relación a su peso en el total de la población, los úroamcricanos sufrieron un mavor número de arrestos. En efecto; los afrom~cric!.Dos r~p~sentan el12,5 por ciento del tot.!l de lt población, pero sufñ~ el33,2 por ciento de los arrestos ~lacionados con delitos contra la propiedad y cl45,7 por ciento de los arrestos relaciooados con crímenes violentos (US Fedml Bwuu of lovestigation, 1994). ¿Cómo podemos explicar estos hechos? Podemos señllar varios factores. En primer lugar, los prejuicios rnciales pueden hacer que la jl(!blecj~p_(o_ mlic.W.E~ más predispuesu a denunciar (o 3. amstar) a esus personas ames ~uc a las de 1323 bl:1.0~ :1.01e el mismo tipo de

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Raza y etnia

La. probtbili&d de verse enV1lclto en un acto delictivo o de ser la vfcoma de un delito es mis dta entre las minoFw:z!-=o u<-'. co:.. rías étruc:!.S o rzcialcs que entre el resto de la población. En el Reino Unido, por ejemplo, se ha calculado que Lo qu• •• qutria tw:or CQIIutJ totogralia, qui tonn1 por1o de.uno oue un 26 oor cs"ento de las "--"'·· de ~~· camplllil publlc:lwla de !lnel!on, 111 transrilir la Jeu de GUt llll•·~-· ~u~ LCUWl&> •u limes condtnadot 1 vivir juntct, OUIIquiera que su el eolot dt nei!!Hieo~o una·probabilid!d 21~ de. ser víctimas de un nuutn pjtl Sin tmbtf9o, nuuvoa projuicloa sobre la rau y la lll~ento de m-"· el pore!nta"e om el caso de las doUncuoncll wn lln arraigodos qut ¡nuchu peraonu crayoron vu•ua, J • • quoll totosralfa rapruonllt.. a un olido! do polic:ít blanco familias biJDC.!S"es-de-wr.!O'porcienur.Parrlasfámi!ias--- tltVindOsi iltllnldo"1 un doUnewnto ñog,..,- - - - - -· ·• 1

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e Las estadísticas En los últimos años ha habido un aumento persistente de la delincuencia en algunos paises. :go el.Reino Unido, por ejemplo, las tasas de delincuencia enn ~te bijas

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h!Sta las déctdas de los cincuenta y sesent:t- pero a partir de entonces las cifrns se dispararon. .En el pe nodo entre 1876 y 1920 se registró Íma media dé unos cicñmil delitos anuales, pero entte esa última fecha y 1950, el niÍinero aumentl hasta el m~o tiwlóo. En 1980Je re.J.istraron dos millon ~! y medio, y en 1990 más de c~o millones. Por supues:o, para te_n~ una mejor idea de lo que~ estado oclllrieu!o en este tetreno debcriamos ponderar esw cifras teniendo en cuenta el crecimiento de la pobllción. Pero ~~-ventad es que habrÍt que tOII12.f otaS muchas cautelas, pues, como vamos a ver ahora misñló, "éuantificar los delitos no es asunto fácil.

Las estadísticas sobre delitos y delincuencia

Las estadísticas que el MÍoisterio del JQ~n~r .brii.ácico publica aoutllmente muestran que ~C!_S índices.de ~~~­ cucocia hln aumenudo en las últimas décadas, aunque se

puede observar un3 tendencia decreciente en la d~a.di de los noventa. Si repres~nt:Aramos estos "datos en un~· curn, el pico estaría en 1992, cuando s; ~gistral"OIIII!! i?tal de 10,5 delitos por cada 100 habitanteS.(mienttas que en 1995, fueron sólo 9,5). : . ;" .." . · · · • En Estados Unidos el índice ~e delin~ciacimucbo más alto: durante.la d~cad.a de los noventa._ ~~sttó una media anual de 8 millones de delitos graves · aun9ue, como en el caso británico, existe cierta elcidenci.a de.quc esta tasa se ha estabiJ!udo. En cualquier C..!Sf!, .~ comó \·eremos a continuación, la interpretación de estos datos presenta s.Jgunos problemas. · · ·

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Tipos de delitos Si nos dejáramos guiar exclusi'!'amente por los mediOs de comuni~ón pens2lÍamos que. los crímenes vio!entos .y p~iooales salios m:is habiruales. Pero no es así. f,n ln~te: rra y Gales, por e_r.mplo, la inmensa mayori:l de los delitos que se deollllCÍllron fueron delitos coon la propiedad (gran parte de ellos robos de coches). Allllque las cucr.:s violentas atniCD mLcho más la a~ención, ea el Reino Uoldo no suman más de seiscientos o setecientos casos al año, y mis de la mitad tienen lugar en el eÓiomo iamili~ Los homicidios y !Sesin2tos fuera del. entorno doméstic~ soo ~l~va­ meote raros en el Reino Unido. Si examinamos las !Stadís· ti.c!5 briúnics ~=os las si¡uienteS cooclusioc:.s:

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e La probabilidad de que una casa de un barrio c~ntrico

de u;¡a ciudad sea robáda es el doble qoe en :1 ~sto de los hogares.

• Cuatro de czda diez responsables de un delito tienen entre 14 y 20 años. o La mayor !!!líe tk los resPoosábles de un c!eJ.ito tiene~ teeedcnlts peoalcs (siete de c3dadieÍbombrt,s en.l994).


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Para cualquier tipo de delito el número de mujeres declmdas culoebles es mucho menor oue el de los hombres (v~ Tabla 8.2). •

Los problemas de medición de la delincuencia Como con cualquier O!!'! e~dística, es necesario in!trpre· tar !as e>.aóísticas sobre la delincuencia con muchas CJL'le· las. u Fiill.--a SJ nos muesn cómo se elabora esre tioo de madísticis. Se corni= con una estimacióo del nú~ero de áelllos cometidos, que es imposible de ve.:iiicu coa e;uctin.'ii Luego se hac: un re..'"'lleDlo de los delitos ootificaéos v denu¡lC:u.óos, de los delitos aclarados v de los Ol!e ~te hzn resultado t= condena. Se~ esw es"taáisticas. y pa.TUendo de e<¡ueila primen eswnación, perece ·-ser que, al menos en el Reino Unidc, sólo un 2 por ciento de !os delites cometidos zcaban en sentencia fume.

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No todos los delitt'S nolificados a la policía 5011 delitos que tumin2n en la intcrpcsición de una denuncia (pues no IOdos los nocifiados 5011 delitOS re:!.les, y WDbién los hay Wl aiviales que 110 tcnninan en denUDcia). En cualquier caso, el problema est! en la notificaciól! y posterior denuricia de los delitos. Hay cieno tipo de aímenes (los asesinalOS, es el mejor ejemplo) que c:ui nunca pasan ~Di­ dos paca la policía; pero hay mochos 011'05 que las víctimas o los testigos no se ~~revena denUIICiu. Entre éstOS los hay de naruraleza muy grave (el meltnl!l a la'mujer,por ejemplo), y otros de imponancia relativamen~e menor (el robo, por ejemplo). l.as ruooes por 125 que las vlctimas o ~ ros no notiñcan o deniii!Cim un delito son varias: oor tm10r ; represalias (en los deli101 de acoso sexual, por ~~plo), porque el delito lo ha cometido un familiu o un conocido, porque la víctima tiene una t:!pacidad limitada pan deriunciar el delitO (mallra!O a nidos, a zoci3nos en residexias de la rucen edad o a iorernos de centros psiquiáaicos), porque se pt=a que no mere:e la pena moles=e en inrerpoo:r lz de:nmc:ia, pon¡ue no se .sabe a ciencia ci~ si se trata de un delitO (algunos fnudes, por ejemplo), por tolerancia con ese tipo de áe1ito (casos de gamburismo, maltntO a entmales), porque es un ~10 sin víetim.is (~ COIIS}!IDO de órotas-pot.ejcmplo),.o.porque tiene come-

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f1Vun 1.3 a Dllos sobre dtUncuoncio tn el Roino Unido

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este caso se pregunta a una mues!ll de individuós si han cometido algún <l;eli· to y si fueron denunCiados. Un ejemplo de este lÍpO d: esrudios soo las encuesw sobre Estilos de Vida de la Juven· tud que se hicieron en el Reino Unido en los años 1992 y 1993. Los datos de esw encüesw muestnn que la con· ducta delictiva est2 mucho más ex· tendida entre los jóvenes que en oaos ¡rupos de edad. Uno· de cada Cll1tro jóvenes de entre 18 y 21 aiios, y una de uda 8 mujeres entre 14 y 18 aftas ad· mitió haber robado o illanado una vivienda (Social Tr<ndJ, l997: 159). Las cifras aum.enWI en el easo de los hijos de familias monopmnwes y los lújos

cuencias 110 iremendas pan la víctima que antes prefiere olvidarlo que recordarlo denunciándolo a la policía (el caso de los delitos cootnla libertad sexual. por ejemplo). Tenemos oaas formas altem.ltivas de medir o de estimu el núo:tero de delitos cometidos. Una forma es pre· gunm a la población (mejor dicho, a una ~uestn re~~­ senwiva de la población), en cuántas ocas1ones han SinO victimas de un delito y, en su caso, de qué tipo de delito. El problema, como con cualqu;,r Qti'O tipo de en=tas. es el de la fiabilidad de 1zs respoesw. Desde 1982 se viene realizando en el Reino Unido una encuesta peóódica de estas c=cterística.s, en la que se pregunta a_una mues· tra de cinco mil adultos si hcn sido víctimas de aJgúo deliro. si lo han denUp_ciado a la policía, hasta qu! punto creen que pueden ser víctimas (o volver a serlo) de~~ tillO de deliro, etc. Los resultados de esw eocuesw mdi;Ín que el número de delitos cometid~ ~-m~c~o _!IIlyor que lo que sugieren las estadí.<ticas policiz.les. Compuaoáo esw des fuentes también !e obs:::v~ que hay_~e_ren­ ciu siD!iñcativas entre los tipoS de delito qne.la gente denun;ia v los que observa (o de los que ha sido víctima). Los dato; de estas encuesw cl!e!tionm WDbi!n la idea de que ha habido un incremento t1D: ~otaole de la delincue.:lcia como sugier-...lllos datos polici&les. Una segunda. forma de medir la incidencit de la delincuencia es a aavés de Jos esrudios de autodtnuncia. En

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tt El delito desde una perspectiva global

Dad.u esw dificultadas que aca't!amos de ver, es muy azriesg!do hacer compmcioues in~trnacionales. No obswl· te, en la Figun 8.4 ofrecemos algunos datOS companti\'OS de países y regiones ewupeas. Si echamos un vistuo a los gráficos. podemos observar que existen diferencias importantes (sobre todo en lo que respecta ala percepción ~ ser víctima de un deliro). Si comparamos Estados Unidos con los países europeos, las diferencias son más grandes. La incidencia de delitOS violentos en E.slados Unidos es. cinco veces mayor que en Europa (a pes3r de que en Europa WDbim ha wmenado en Jos últimos años el n~ de delitos violenlOS, sobre todo en el Reino Unido, Alem2IIia)• Francia), y en el caso de los delitos cootnla propiedl!d la incidencia es el doble. Si compznmos Emdos Unidos con países ~ cos como h India o Japón. las diferencias se hacen todavta mucho mís noubles. De bedlo. estos dos páses presenlllll los índices nús bajos de criminalidad y delincuencia en el mundo. En Irán y, en general, en los pahes isltmicos, los índices de deJ.iDc:uencia suelen ser baJOS wnbíén. Pero las was se dispann en algunas grandes ciudades, COIDO en Manila (en Filipin.as) o Sio Paulo (en Bn.sil), donde se hacinan millones de personas en condiciones ~ extrema pobn:za. Por lo genernl, sin embugo, la e~ menos indiviáualista y la importancia que tiene la familia en las !Ocieciades ~ meoos óes2.1I0lladas hacen que 1zs was de criminalidad y delincuep~.~ compmtivameore menores (Clinard y Ab~~. 191 ~; Dtr . Sp1tgtl, !989). .

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La desviación, el delito y el proceso de globalizaclón

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T:!.l y CDII!O hemos visto en capítulos illter:iores, el proceso de g!obilización abarca numerosos frentes, y entre ellos el del crimen organizado a nivel iotem:tcional Algunos tipos de crímenes siempre han tenido una dimensión inte.-n:cioncl, como el terrorismo, el espionaje o el tráfico de armas (Ma..-rin y Romano, 1992), pero es;án surgiendo varilmtes nuevas. Una de ellas es el tr2fico de drogas. Desde el lado dt ~ demanda, exi;.e efectivamente un mercado para la coc:úna:y todo· tipo de drogas ilegales en Europa y Estados Unióos. No falWl collSli.!Didores ni tampoco· gentt dispuest.~. 1 tnficu ·~~~ para gannniuse el

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propio consumo a ol>teoe; unos beneficios. Pero si miramos es12 cuestión desde el lado de la oí~na podemos entender mejor por q~ es lAll dificil combatir el iráfico de drogas. Se calcula que en Colombia, alrededor del 20 por cienro·de la' población se gillla l3. vida en tomo a la producción de cocafna. La cocníoa no sólo es la exponación más renuble del país, sino que supera en beneficios al resto de las exooruciones juo~ (inciuyendo el cú6). Por wno, para entender la verdadera n:uuraleza de este oroblema es neces';mo IIU!izar las condiciones sociales tanto de los países consumidores como de los..países productores. Y este no sólo con respe_cro . 3l tráfico de drogas. Para entender la naruraleza de muchas actividades delictivas .se. hace cada vez más necesario atender al contexto intemtcional y no sólo a !o q~ esú ocurriendo óenD"o de las !romeras del piÚS.

$ El sistema de control social Un .sistema de control social imoiica rodas oou~llas mttüdas que se roman paro pr~lt,;, , ro e • ar ti dtfiro ~beñT98S:2).En-su.pan \1St .e, el sistema d~comroL.sccial incluye :t la policfa, los a:ibunales, los correccionales· y las cárceles. Son estas instituciones las enc~..das de d!r una respuesta fOJIDal al delito. E:tisten, no obs~te,. redes de control menos visibles: desde la labor desempeña~ por asistentes sociales y psiauiaD'IS, basta los circuitos c:nados de televjsjón "en ·centros cooiei'éiales, páSañdo ix>r !á'geñCralízación del etiq~étado

El cultivo casero de drogas en los Países Bajos: una política distinta frente a las drogas ñ nuestros días sa conoce a Amsterdam como la •capital eurooea de lé.s drogas•. Desde 1976 se tia venido ejerciendo en los Paisas Bajos una política de tolerancia frente a las drogas blandas. Está permitido poseer has1a t"l!lnta gramos de marihuana o de hachís. También se pueden comprar legalmente :n uno de los famosos Golfa Shops, y hasta !e pueden cultivar en casa. El propósito de esta politice liberal y pragmática (que contrasta con la qúe describlamos al comienzo de este cap¡lulo) es el de reducir al mfnirno posible ef da/lo que se deriva del consumo de drogas, lanto pera ef individuo como para ~ sociedad. No cbstante, esta polilica distingue muy c!araments enlre drogas duras y drogas blendas, partiendo del principio de que las primeras son muy daflinas y deben seguir prohibídes, mientras que las segundas no lo son tanto (o quizá menos perjuátciales incluso que las drogas •aceptadas• soc!almente corno el tabaco o el alcohol}. Las drogas blandas só!o

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resultan peligrosas para grupos muy nes pubficitarias, o la prohibición de especlficos de la población (como los conducir bajo los efectos de estas nms} y no parece que inciten al con- drogas). sumo de nueves drogas. De hecho, la mayor parte de los paises del se estima que mientras que 675.000 mundo condena la postura del gopersonas fuman drogas blandes, sólo bierno neerlandés, entre otras razo25.000 individuos consumen cocer- nes porque puede tener consecuenna. Estos datos contrastan con los cias negativas. Algunos mantienen índices de consumo mucho más anos que esta polftlca debilita los esfuerque presentan otros paises euro- zos de otros paises en su lucha conp!OS. Mientras en otros paises eurotra las drogas; que fomenla el turismo peos 12 cdicciórt e las drogas alcanza especializado en el consumo de droun indlct de hasta un 2,7 por ·cada gas, que mueve a mHes de personas míl habitantes, en los Paises Bajos todos losa/los; que la distinción entre esa ind'ICe es sólo del 1,6. drogas dures y blandas es ¡;xcesivaEn algunas ocasiones el gobierno mente simple; y que, en última insneerlandés ha expresado incluso su tancia, no ha conseguido terminar intención delegafiZllr completamente con ~Es redes mafiosas asociadas al las droges blandas. El objetivo seria tráJico de drogas. hacer bajar el precio y reducir asf la Estas crilices y ;:1 posible daño delincuencia· aSQCiada al consumo ql!!l está sufrtendo 12 reputación del de este tipo óe drogas. En defensa país an los foros iltemacionales está oe une legalización completa, se haciendo que el gobierno neerlandés argumenta que para el control del empieC1! e reconsiqeiar esta polfüca consumo de droges blandas ba!laria tan liberal. o . con les med'Kias que se empleen de forma rutinaria con el alcohol (coino los limites de edad, les r:striccio-

electrónico en las tiend:u, o la creciente presencia de guardias jurados en todo tipo de empresas y organiz.aciones. Luego .nos extenderemos un poco más sobre estos ( ooos meclU!l.Smos. las c:~rec:erlsti~ fundamentales de los actuales sistemas de control tienen su origen e ñnales del siglo :..'V!I!. Auooue antes dei xvm también e:ósóan drce!es, no eran los i,mdes espacios esD"Ucrundos en celdas individuales y ni el tipo de organiz!ciones rígicJ¿mente bi!!OCT2tizad!s que conocemos hoy..-\ores bien, eran pequeñas depenóencias IOCE.Ies, bastante reducidas, donde se hacinabé.!l sin diferencitción !lfl!na twto los grandes criminales como los pequeños ladror..zuelos. A menudo no ertn más que clugares de espera», el vesóbulo de .las galeras o del patíbulo (lgDadeff, 1978). ~modo semej!!.Dte, la vigilan-

cia y el cooD"ol de l:.s cclles erl un asunto exclusivamente local. . .. Todo esto cambió con la industrializ.ación y el desarrollo de las sociedades modernas. En concreto, el conrrol Jocial Jt profuionali:ó y burocrorizó, y !a odminiJrración ctnuol tmpe:ó o jugar un papel coda vu má.r impor!lJI'.tt. E control del orden público pasó a manos de organizaciones dirigidas por nuevos proíesionales (directores y funcionarios de prisiones, policías, jueces), que óependí:ln cada vez más, en cuanto z. su ñnanciación y regulación interna, del estado, que también extendió su capacidad de intervención legislativa.. En Inglatetn, así como en la mayor parte de los países'indnstri.ilizados, la Parte destinad! al control del delito consume una proporción nada des}mciable de Jos presupuestos pllblicos. •


En el clásico de Michel foucauh Vigilar y ca.trigar, podemos ras11ur muy bien esro.s cambios. Las pqinas introduc1ori2s del boro {una lecrun recomtlldable) son muy útiles pm comparar las fonnas de castigar de la sociedad del siglo ;,:vm {orienlldas a infligir el mayor sufrimiento a los condenados), con los sis1emas de vigilancia y castigo de la sociedad actUal, más racionales {esto es, más eficienres y más burocráticos). En la primera página de ene libro se transen-ce Ulll orden de ejecución de 1757:

este fenómeno la •bifurcación del sisrema... En sus propias palabrzs, esto significa que ca los "delincuenre.s peligrosos" se les aplican medidas más expeditivas, mientras que con los "delincuentes ~omune.( nos pelliÚtimos ser más indulgenre.s• (Bonoms, 1983). En~ lugM, en su conjunto, el sis1ema de control ha sufrido una expansión considerable debido a lAincorporación de nuevas t6cnicas de vigilancia. muchas de ellas promovidas y sufragadas por el secror privado. Dados es1os cambios, muchos piensan que nuestra sociedad se ha convertido en una sociedad «Vigilaole»: quien dice CJ I!D c~daiso que se erigiri 3.1 tfc:::ro (eo l1 pbu <k Grhe) se modernidad, dice conrroL En las sociC<W!es no iodusaia~ am.oczn ~=e &1 pe:ho, <k los bn.ws, de los muslos y de les, la vigilancia funciona de manera informal, a menudo w paniO<riiW coa un>S lt~W&~ al rojo >ivo, su mano d:re- a través de grupos de socialización primaria (véase el cha (_) quefl12da con icido sulfúrico, y sobre los huesos de.¡poCapírulo 7). Pero en 135 sociedades más complejas exigen jados se veneri olomo fuodido, acei~ hirviendo, resina aniiensistemas tcmbién más complejos de cootrol. Desde Jos 1!, c..-n.. '!:!::ido $,¡1fl1rico, IOdo ello mezclarlo pm que llii!¡O su orf_!enes de la sociedad industrial se ha venido empleancuerpo sea despedUJado por cuauo caballos, desputs 'l:onsumido por el fuego, y sus ceniu.s mojadas al vienro (Foucauh do cada vez más tiempo y energía en recopilill informa1977:3). ción sobre la vida de los ciudadat!os y en vigilar su com. ponamiento. En este sentido, uno de los aspec¡os mis n.xables de los Ocben¡¡ años mis Larde, sin embargo, el reglamento de últimos años ha sido el incremenlo eJthaustivo de los cirun correccional decfa Jo siguieme: cuiros cerrados de televisióeL Muchas autopistas, comercios y ediñcios públicos esr:tn vigilados las veinticuuro .o.zt. 1i. u jonlldl del preso tomeo.w:l a las seis de ~ maliana horas al día, 365 días al aiio. Con ello, y aunqué la presenen invierno y a las cinco en verano(...) trabajarán nueve hon.s al día. cia fi.!ica de la policfa quizi no sea muy notable, nuestros .-\n. 18. Al primer ruido de Lambor Jos presos deben levanac1os esrin mucho más vigilados que en el pasado. wse y vestirse eo silencio. Al se¡undo, deben esrar ya vestidos r La nueva tecnología digital pellllÍte .asÍ!I).ÍsmQ.~rear y sus camas hc:::has. Al U.'CUO, deben ponerse en lila y diri¡irse archivos de personas con antecedentes. Gracias a eSios a la capilla puala misa de m>.6anL. • archivos se puede identificar a un ladrón tm1 pronto como .-\n. 19. Un copeUáo diri¡iri lL oración. a la t¡Ue seguiri un entra en una tienda. Otros sis•eroas en desarroUo son la se.-mó.1 religioso. El ejercicio complero no dehe.dur.!r cás de idenllficación electrónica de indiVIduos a travts de la media hora (Fou~ult. 1977: 6). voz, o por la forma del iris. A medio o largo plazo, es1o -1 --1 podria implicar la rusrifliClón de los pasaportes, o incluso Las diferencias entre los dos sisremes de conrrol que.-! de las !aljetas .:le crédiro, por un sistema de registro elecdan claramente reflejadas. trónico de nuesrros rasgos físicos. Sin embargo, no todos los sistemas de control funcionan de manera l2.ll forr11al y precis&. Otro desarroUo ioteNuevas pautas de control 1 resante, por lo menos en el Reino Unido, ha sido la apaW El moderno sisrema de cootrol reúne tres CJnetuisticas rición de los Programas de Vigilancia Vecinal. Desde "'' fundamentales. En primer lugM, cl viejo sisrema de con1983, ha habido un cn:ci.mie¡¡to enorme del número de • troJ. que conuba con U.1a red policial y penitenciaria personas que se dedican a patrullar sus barrios. Se calcu•e' fin31lciada por el Es-.ado sigue .vigente y en expansión. Se la que para el año 1996, exisw ya unos IdO mil prograsiguen construyendo nuevas cárceles, y en algunos países mes de este tipo en el Reino Urudo (Mor¡an y Newbw:n. la población penñenciaria se ha iocn:men~ado nouble1997: 62). . • menre. Esra intensificación del control quizá nos hap. sentirEn segundo lugM, se han ido sumando nuevos m~tonos más segurO!. P:ro la cuestión es basa. qué pun1o eslos • dos d~ com:rol más inionn!les. El resullado es que son nue1•os sistemas pueden mermar nuestraS libertades o •• · cada vez más per.onas las que esr:tn bajo controL Si antes atentar conrra nuestra intimidad: no somos nunca plena• los menores de edad aue cometían una inincción o un menle conscienteS de quién, dónde y cuándo se n.os esú ... delllo sólo recibitn una-amonesiJción,lo normal en nues- mirando a trUvés de Ull1 cún!n, o alma=do datos de 1 • __ --~--~ dí,?S es qt~e se les obligue a segw una tenpia de grunuestra vida privada. 12 pesadilla descrita por George ,. ~ o_cu~quier ~tro. tipo de pro¡:rama de rehabiliiJci~n. El Orwell en su oovelaJ984 puede terminar haciéndose rea,,·_, __cruxuoaJista briW!ico..'\n~rJlottoms-ba-denoi!Wlado lidad (e:;.minaJ Justice Mll!m, nlhn. 20, 1995).

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Michel Foucault: vigilar y castigar 1 filósofo franc's Michel Fouceult (1926-1984) es uno de los p-ensadores más influyentes de finales del si9lo xx. Duri!Dte muchos años se deóiCÓ a esiUdler una serie de grandes cambios soazles que han sstado asociados a nuevas formas de entender 'el mundo moderno', y ha desarrollado asimismo una importante teori! en la que se raladonan el poder, el conocimiento y el discurso. Siempre radical y critico, Foucault observó que la transición al mundo moderno supuso una ruptura drástica con el pasado y que, el contrario de lo que sa suele mantener, los desarroRos que se han producido en los últimos tiempos no son srgno de un progreso ·~ustrado•, sino la extensión de nuevas lonnas de poder y vigilancia. Para Foucauit, el poder está en todas partes y se ejerce a través de discursos (ldeologfas y lenguajes respaldados a menudo por las ins~ clones). Asf, por ejemplo, la cnmrnología seria un discurso que inventa o produce sus proplas ideas y su propia terrninologfa. y que cuenta con el respaldo de instituciones como la

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cárcel y los tribunale!. En este caso, el poder hace uso del discurso para determinar la visión que la s.xiedad tiene del deflto, ~ntras qus el •conocimiento• funciona corno un mecanismo pera mantener a las personas bajo control. Dentro de esta perspectiva general, sus trabajos abarcaron aspectos tan diversos corr.o {1) la aparición del sistema carcelario moderno y el nacimiento de la criminología; (2) el •nacrmlento de la clrnica• corno un sistema caracteristlcamente moderno de atiorda.r los problemas sanitarios; {3) el desarrollo del discurso

psiquiátrico y les visiones contemporáneas de la locura; (4) el desarrollo de un lenguaje nuevo en torno a la sexuafldad. Muchas cie les idees de Foucault desaiían las concepciones que_ habllu2lrnenle se entienden como .de •senlido corntin•. Foucaul~ por ejemplo pensaba que la •sexuafidad• no ha existido siempre sino que es IJIIll. creación del mundo moderno. Por poner otro ejemplo, creía también que .1!1 sistema carcelaño,lejos de sqluc;ionar el problema de la del!nctJencia, c;ontribuye a agravarlo.

Su libro más accesible es V1f1tisr y . castigar (1977) en el qué describe el desarrollo del sistema carcelario moderno, y de! que hemos incluido un extracto en el texto. · · ' Las ideas de Foucaull han dado lugar a ll'IUCh2s controversias y debates. Para algunos, Foucaull ha sido uno de los pensadores más briftantes del siglo xx, mientras que para otros. su estilo enrevesado y complejo denota más bii!D un contacto rroy super!icial con la realidad. Para l.lla inL-oducción a su trabajo véase Bany Srr.art, Michel FocJcall! {loodras: Routledge, 1gas¡. •

... En resumen, las sOCiedades mockmas hao sido restigos de un coosiderable desarrollo de los sistemaS de \igilaocia v control. Esta eitensión e inlensific:~ción de los sisle~ de control está desdl"bujando la Unea que .separa el comÍol justiñe!do del control por sí mismo, de modo que., con más conductas observadas y controladas, estamos «creando» mil óes•iación. Las cárceles

Las re:ies ¡r...nirenciuias 11mbiLn e.!r:tn en expmsión en orácti=e:ne todos lo! países del mi!Ildo. l'2.n1o es así. que N"lis Cluisrle ht acuñado .el túmiDo de _-scomplejo industrial penirenciarie». Tanto .el_ número a:. drceles

como el de reclusos ha aumeowio exponencialmente en Jos r!ltimos años {véase Figura 8.5). · A menudo se cita a Es !Idos Unidos como el caso más =mo.Eñtre 1985 y Í99S lapoblació!lreclusaseduplicó, y hoy ya 1,6 IIÍílloDeS de personas 1a.s que esiÍD encerradas en las clrceles de ese país, má.s o menos el eouivalenre de población de una ciudad nonumericana m~dia cómo Filadelfia (Young 1997: 37). En junio de 1994. )a ~?Cblacióo sentenciada a más de no año de cárcel e."ade 373 porcada cien mil hahil2.llles {el doble que en-la dkacia mterior), y en romo al de cada 37 habitantes estabi en hDettad vigilada. El cone de mameniento'del jim. IDl peniienciario es astrOnómico. En 1990 alcanzó los veinte mil iÍJ.illones de dólues (Jam~ et al., 1~7: 1:2):

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Desviación, delito y control e ~g

En Europt lns cifras no son tan exag:mdns (vúse Figura 85). Los regímenes peni_tenciarios de Sueci.!., Noruega, o Países Bejos, hllll sido tradicion:!lmeote los mis ben~volos del mundo. Pero tunbi~n en esws países se est!n prodi!Ciendo algunos cambios en Jos últimos a&ls: el número de reclusos está en aumento y el tmo que reciben está empeorando. En P:úses Bajos, por ejemplo. en 1975 sólo diecisiete de cacb cien mil habiwues esuba en prisión; en 1996 ya son ochenta por c.!da cien mil habitlllltes. Dettis de Porrugal, el Reino Unido es el país con la población reclusa mis numerosa en Europa: sesenta mil personas viven en las cárceles británica; esto es, una persona por Clda mil habitantes ~anhews, 1977: .15). El crecimie01o de la población reclusa ·ha venido acompañado de un endurecimiento de las oenas. Por ejemplo; en Escóos Uliidos el sistema del rhree srril:ts ami you au our (que se puede uaducir, como ca la tercen. va la vencidn), que hllll aprobado algunos estados, implica que la tercera condena ya es una condena perpetua. Otros países también han endurecido sus políticas de lucha contra la delincuenci:!.. De hecho, en la última d~ca­ da del siglo XX se observa una reorientación desde las tradicionales polfticas de rehabilitación a políticas I!W represivas. El aumento de b población reclusa y los cambios en la orientación dé la pol!tica penitenciaria lla pues-

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La privatización de las cárceles .'\finales del siglo :a se ha dado un giro desde la gestión y fmanciación públic3 de las cárceles hacia la creación de drteles privadas. Aunque ya se babfa.ti ensayado algunas fórmulas de interVención del sector priv!do con anterioridad, fue a comienzos de la década de los no\·enta cuando un número creciente de países viemn en la pri,.ariztción una posible salida a la crisis del sistema penitenciario. Las prirner:u privatizaciones ruvieron IU:"lr en Estados Unidos en correccionales, en circeles de mujeres y en cárttles pm internos poco peligrosos. El primer comccional privado se inauguró en Pensilvaoia en 1975. Unos años mis tarde, dos empresas, Comcrions Corporarions ojAmuica·(CCA) y rl'alketthur, come=.n a conseguir contrlltos para cúceles de adultos. Los que defienden esta política argumentan que las cárceles privtdas resultan mis económicas, son mis flexibles y eñcientes (pues se pueden ahorrar costes en la constrUcción de las cárceles y en su gestión y maotenimiento). Los que se oponen piensan que, conio empresas privadns, estas instituciones esún rn!s interesadas en obtener beneficios que en procurar el bien de los internos "'f, consecuentemenie, de la sociedad ea su "COnjunto:- -En Austrai.Ía también han aparecido cárceles privadas, y en Europa este fenómeno tamooco es desconocido. En Francia ya son mis de diez millos internos que esún recluidos en diecisiete eúteles privadas. En Alemania, Pmes Bajos y el Reino Unido tambifn se han ensayado programas similares (James et al, 1997).

Las condenas

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to en entredicho el viejo sistema de control, lo que h! d2do lugar a la búsoueda de nuevas soluciones. Una de ellas son las cdrteles-privldas. ·

la necesidad de las condenu por cuatró razones distintas: el desquite, la disuasión, la rehabilitación y la protección del resto de le sociedad.

no merece b pena correr riesios. Esto es lo que se llamt 1! disUOJi6n -tsptcíftca. Per~ umbién tiene un efecto disuesorio sobre el conjunto de la población, porque el castigo infligido a uno sirve de ejemplo a los demás. Esta es la disUOJi6n gtntral. ·

El desquite

La rehabilitación

Vayamos por putes. Volviendo a la primera pregun11,

a lo largo de 1:!. historia óe la humanidad se ha defendido

T31 como lo expresó en una ocnsión ou~er Wendell HolLa tercer.! justificación pan b coodeM es la reh:~biUta­ mes, jüez del Tribunal Supremo de Estad~ Unidos: «El ción, t! propósito dt reja171!DT al dt!il'..t:utntt y tvirar as( deber principal de tOdo sistema legal que quiera ser senla rtoerici6n del dt!iio. El principio de rehabilitación sursato y coherenre es satisfacer las demandas de la sccie- . gió ~o el siglo XIlC, cul!lldo comenzaron a ~arrollarse las dad.• Y como la sociedad reacciona frente al delito con ciencins sociales. Los primeros sociólogos llegaron a la un !oimo de venganza, sigue el argumento de este juez, conclusión de que la delincuencia y otras formas de des«l b ley no le queda oc-o remedio que satisfacer esa vitción en.o el resultado de un entorno desfavorable mardemanda. {citado en Carlson, 1976). cado por b pobreza y la falta de una rutela.iamilinr efecPor unto, UDa primer3 r.IZÓn pm la justificación de la tiva. Si la delincuencit era UDa conducta aprendida, por condena es la demanda social del d~uitt. oue implfFa lógica también se puede aprender a respetar las normas. que la Jocitdad chbt imt'O LD..deJincuwrr 11 " mfriLa clave esú en el control del entorno. Surgieron así los mlt Clona/ al u · 6-ti-Jtliro..awwido. rtfonruzrarios y los c"rrlCciGnales,instiruciones de conEste m 10nar frente a! delito se basa en la vietrol donde. se erueiiaba a los inilividuos un estilo de cooja idea de que en toda sociedad hsy una suene de equilidueta aoropiado. · brio moral que se debe m!DteneL Si tlguien rompe ese El principio óe rehabilitación es similar al de disuasión equilibrio debe restituir lla sociedad y pagar en proporen tanto que los dos tienen como objetivo alteru la conción al delito cometido, de tal modo que la balanza vuelducta del delincuen~e. (o pcmocial delincuente), haciendo va a mar nivelada. Ya lo é.ecía la Biblit: •Ojo por ojo, que se ajuste a lns pautaS convencionales. Pero mientrns la rehabilitación está orientada a la mejora constrUctiva diente por diente.» El desquite es quizás la justificción más antigua. pm. de la conducu, la disuasión (así como el desquite) se basa el castigo y la condena. En la Edtd Media se creía que el en el casti2ci o la ameoua de castigo. Por otro lado, miendelito era, además de un ultraje lll resto de la comunidad, tr!S el prui"cipio del d~!quite e:cige que el castigo sea prouna ofensa a la ley de Dios. Por eso los castigos no podian porcional ala importancia dd delito cometido, según el ser beni!DOS. En nuestros dfas, y aunque son muchos los principio de rehabiliución el castigo sert uno u oao que piensan que el desquite o la venganza no sirven para dependiendo del perfil del delincuente. De esta forma, reform3C al delincuente o prevenir la delincuencia, este si2Uienóo el principio del desquite, el mismo delito siem~ da lugar al mismo castigo; pero siguiendo el principio principio sigue siendo muy popular. de la rehabilitación, el mismo delito puede ser castigado de formas distintaS.


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casti~o re fuerte las con~icciones morales de aquellos que cue~uonao los vtlores dominantes, haciendo as! que el conJunto de la pobbcióo emoiec: wnbi~n a cuestionar· los. P~ro esto también lo coruideraba Durkheún como hemos visto. ' ~ muy r_azonable pensar que el castigo tiene un efecto dJSuasono sobre la personas {Wright, 1994). Pero entonces es difícil explic:¡¡ por qué en Estados Unidos o en Europa es tan alta lil tasa de reincideotés. Se2Ún un esruáio llevado a cabo en Estados Unidos en 199i el 62 por ciemo de la población reclusa ya había sido en~e­ la<h con anterioridad, el -15 por ciento 1res o más veces (US Bureau of Justice Statistics, 1991). Dicho de otro modo, la mitad de la población reclusa noneamericana vuelve a prisión en el espacio de unos pocos años después de haber conseguido la libertad. Tasas tan altas de reincidencia ponen en duda el efecto disua5orio que pued:n. tener las p:_nas. Por otro lado, sabemo~ que sólo ~ remo de los cnmenes que se cometen sé. denuncian a la policía, y que de éstos, sólo uno de cada cinco termio~ en un arresto. Si son tantos los delitos que quedan llllllunes, el efecto disuasorio de las condenas no puede ser muy alto: parece que para muchos merece la pena correr el riesgo. Esto en cuaoro a la disuasión específica. . Medir los efectos de la disuasión 2enen.l es todavia más difíc¡) en cuanro que no hay modo de saber cómo ·acruaría la genre si ignorara que las conde~as se están cumpliendo. En Estados Unidos liayunvie]o· (!~tiá: te acerca de los efectos disuasorios de la FC!I8 de muerte ¡, (que existe en aeinta y seis estados). Según algunos ¡ autores, la evidencia disponible indica que la pena capital a~nas tiene eiecto disuasorio alguno (Sellin, 1980; van ceo Haag y Conrad 1983; Arc~er y Garmer 1987; L.ester, 1987; Bailey y Peterson, 1989; Bailey 1990; consecuencias del castigo. ¿Conseguimos disminuir la Bobm, 1991). delincueocia castigando a los delincuentes? Como vamos Las cárceles, efectivamente, protegen a )a sociedad, a ver a continuación. es muy difícil responder a es;a ¡mal menos durante el tiempo en que los delincuentes esguo5ta. · · ~- curnpliend~ condena. Pero, a largo plazo. la cuesi Durkbeim está en lo cierto, el castigo ayuda a rea· aon se co ¡¡ L cárc 1 f.nnar la conciencia moral de una comunidad. Es o.. ;.~ - . "!P as e es no son organizaciQnes ~ muy. enctentes st & lo que se trata es de modificar las por este motivo '!Ue durante muchos si!!los las sente~cias actirudes y Jos comportamientos que conducen a1 delise ejecutaban pübiicamenie. El principio del desquite nos to (Carlson, 1976; Wrigb~ 1994). Si )a leona de la asorecuer~a el argumento de Durkbeim de que el castigo ciación diferencial de Sutberland es cierta, encerrar a una consolida la conciencia moral de la comunidad. En Inl!lamasa de deliocuenres en un mismo retinto durante met:n:a hubo ejecuciones públicas basta 1868, Yen Estados ses o mos puede que renga los efectos contrarios. Los ürucio;, la última ruvo lugu en Kenrud:y en 1937. Hov largos periodos de reclusi6o dererioran Jos lazos socitles :o cifa. en aquellos paises en los que sigue vigente ·la pen~ que ~a tener el pre!a con el mundo e;uerior, con ¡ 0 ae mu~ne. ~como en Estados Unidos), los medios de que pueaen convertirse en un incentivo oan 1a reincic~~~caCJo.n se enc:¡¡gao de aansmitir a la opinión denciL . . • P.uouca las eJecuciones que tienen lugar dentro de las pn·'\dem'· 1 · 1 . o._ • ... os t.ctemos que cumo eo su condena y salen . __s~one_:_.(Killi2_C 1,/ l). Resulta diñcil, no obstante, probar de ltcircel, no saleo i~al ouehzbian entrado· llevan con Clen!l1lc~~nte q~e el castigo comribuye a mantener la ellos el estigma de los-ex p~sidiarios Jo que.muv a m·· . _mor:!] soc:a.t. Pu_eoe oue el efecto~ntraria:..qu:..eL -llUdo.es.nn obst.icuJo.para·su·integración: Sei!IÍn~ es~-

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¿Qué soluciones hay al problema de la delincuencia? n toda Europa la gente está harta de la defincuencie. Nunca antes las cerraduras y los sistemas eSpeciales da s;;guridad habían sido ten popular:s. Además, el miedo a ser víctima de un delito es cada vez mayor. muchos adultos temen incluso c;::minar a solas por la noche en su propio barrio. En muchos paises el gasto púbi'ICO en la prevenciófl de la delincuencia ha aumentado extraordinariamente en las últimas décadas, y sin embargo esto no ha impedido que la tasa de deUncuencla haya seguido aumentando. ¿Qué se puede hacer? El sociólogo Trevis Hirschi, autor de la famosa teoría del control, sugería recientemente que deberíamos abandonar el sislema de justicia criminal tal y como lo conocemos hoy y adoptar un nuevo sislema. Sus propuestas son muy polemices, pa..ro están basadas en décad¡¡s de investigaciÓ/1 sobre el c:imen y la defincuencia. Hirschi comienza señalando dos aspectos que caracterizan a la población defincuenle. En primer lugar, la edad. Por lo general las personas que cometen un delito son personas jóvenes. Por grupos da edad los defi· tos son más frecuentes en la adoles· cencia tardía y al comienzo de le veintena. En segundo lugar, muchos defincuentes parecen actuar con une perspectiva de corto plazo. Según Hirschi, muchos defincuentes son individuos a los que resulta díiícil plenteerse unas metas a largo plazo, sean educativas, prófesionales, o de otro tipo. De hecho,.una de las carecterfslicas que define'ri"al delincuente es su ascasa sentido de la disciplina y capacidad de autocontrol. Estos dos aspectos, por sf mismos, hacen muy dificil que el sistema de justicia criminal, !al como está funcionando hoy, pueda ser eficiente. Para empezar. la probabilidad de que un delito tennine en condena es muy incier'.a (después de todo, 1! mayor pene de les delitos quedan Impunes),

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y si hay co.;dena, el periodo de tlem· po que va desde la comisión del dsli·

cielo de tamma monoparental. •la erradicación de los embarazos no deseados entre las adolescentes• argumenta Hirschl •s;;ría más útil para prevenir la delincuencia a largo plazo que toé:los los programas existentes de prevención de la delincuencia•. En conclusioo, la solución e la delincuen· cía, según Hirschi, pas2. por un aumento de las 2yudas destinadas al cuidado y educaci6n de los niños. Las propuestas de Hirschi son muy cor.lrovertides. Si se reducen los recursos desiiMdos a Ji¡ policía y a las cál't1!1es ¿no se está !acirllando el Ira· bajo a los deincuentes? Si no encenamos a los derlllCUentes ¿qué les decimos a las víctimas? ¿No debería· mos empezar por Intentar atafar la delincuencia en sus reicss sociales, procurando ofrecer une maYor igualdad de oportunidades? Y por último, ¿hesta qué punto se pueden vulnerar los derechos y ~bertades civiles de los jóvenes sólo pera prevenir que algu· nos df! ellos Q?~tan delitos?

to hasta la ejecución de la condena suele ser bastante largo (por lo general, el proceso completo de arresto, juicio y encarcelamiento lleva más de un año), de modo que si efecto disua· sorio de las condenas es escaso. Por ssta razón, de acuerdo con Hirsch!, . una mayor dureza en las penas (como proponen elgunos), tampoco ayudaría mucho. Por otro lado, para cuando se consigue enviar al delin· cuente a prisión, por lo general éste ya ha sobrepasado la •edad critica• de la defincuencia. Recluirles en una prisión une v¡;z que han sobrepasado esa edad sólo aumenta la probabilidad de que vuelvan a delinquir. ·Dados lodos estos factores, axislen mecanismos allemativos más efectivos para proteger a la sociedad que el de enc&rrar y !retar de rehabilitar adultos. Hirschi cree que se ha de Intervenir en edades más tempranas, antes de que el Individuo cometa el derrto. Una de sus propuestas consis, te en ejercer mayor control sobre las actividades de los adolescenles (el e Para seguir pensando sobre este tema grupo de edad con mayor probabilidad de verse envuer.o en actividades deriC!ivas). Según Hirsch!, se conse- 1. ¿Cree que &mitar le 6bertad de los ouiría reducir los in<f~ees de defil'ljóvenes contribuiría a reducír la euencia si se restringe cóit-iné.s rigor deincuencia? .¿Cómo y a qué deel acceso que tienen los jóvenes¡¡. lzs rechos de ,las. personas alectaña armas, las drogas, el alcohol, los un plan que siguiere esla line·a7 coches, e incluso a olros jóvenes. 2. ¿Cree qu11 un incref11~nto de los Una secunda iniciativa tendría hogares traólcionales reduciría como objetlW a los más- jóvenes. la la der.ñeulmcia a largo plazo? forma más electiva de controlar la ¿Cree que es· realista pedir a la defincuenci;!, de acuerdo C()(} Hirschi, sociedad un determinado modelo es enseñando a los niños a autoconde unidad·famiUar? trolarse. Pero Hirschi adVierte que 3. ¿Cree que los programas destiense~r a los niños que su comportanados a reducir fa pobreza redumienlo tiene COflS!!CUencias a largo cirían asimismo la tasa de deplazo no es una tarea que correspon, r.ncuancia7 Si la respuesta es de a los gobiernos, sino a los padres. añrmativa ¿qué prqgramas e.speLos gobiernos, eso sí, pueden ayudar cilicos podrían eplicerse?'Sl a las familias que están atravesando problemas importantes y fomentar 1: unidad familiar, a fin de evitar el mo-

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dio sobre.delincuemes juveniles en Filadelfia, los jóvenes que habie.n sido condenados a luga.s peni!.S de prisión (y por ta.1t0 con m!yores posibilidtdes de adquir'.r un estigm:1), tenían mis probabilidad de re~dir y de cometer, además, delitos más gnves (Wolígll!lg. Figlio y Sellin, 1972). \

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u desviación abuca todos aquellos compo~en­ tos o actiruóes que reoresenun una quiebra de li!.S normas habiruales o convenctonales de una sociedad. Desviacióo es desde un inocente acto de ~rroseña, hasta un asesinato. 2. En hiQiogía c;¡istt...~•na vieja trJdició.n d~ investigáción dedic3da al esrudio ae la conducta desviAda. u biologfa, sin embargo, no ha sido capaz de dar una explicación satisfactoria óe este fenómeno. . 3. la investigación;sicológica asocia la desviación a 11M altei3clón de la personalidad, que puede tener distious causas: biolóricas o relacionadas con el enromo. las ieorías psicológicas a~11dan a e:tplicar algunos tipos de desvi2eión, pero soo insuficientes. 4. Para áplicar la conducta se han de tener en cuenta variables sociológicas porque (1) sólo hay desvi.!ción en relación a unas normas sociales; (2) sólo hay conducta desviada cuaodo se define como tal y (3) . l.as desi!Üaldades económicas y polfricas que existen en una sociedad determinan quiénes tienen más probabilidád de presentar coociucw desviaths. 5. Q¡¡rkheim pensaba que la reacción social a la deso viación conrribuve aaflmílíf Jos va:Jores V liürronnas ~~ mavornitidezdónde están los lfmites entre lo lícito y lo ilicuo, o q e fomenta la unidad social v esúmulajl cambiO socJ3l. 6. •taleórra del eqquetaje parte del enfoque del in~ac­ ciooi~o. $egún eSta teoria, la des~ -es1il!jlle.l:l..g~nrr defuie como tal cu.ando se ·e~o­ ta a determinados tioos de coociucus o comnoñliiilentOs oue se sil!ll-tilla !lótttla Olo convencional. Imputar a un ind.viduo una ehquela o un rnigma pu e acer que ese i.ndi uo se emoarque en un1 ta.'Tera o andadura de desvitci6o (o delictivl). 7. Inspirada por Karl Marx, la teorfa del contlicto social sostiene que !as leyes y las normas sociales reflejan-Jos intereses de l!s clases privilegiadas de la sociedad. la teorla del conñ.icro social bE conmlluil.

Pua terminar, no podemos caer en la tentación de ~..n­ su que la policía, !os jueces y las cúcéles ·van a ser ctpaces, por sf mismos, de eliminar 1! delincuenciL Las causas de la delincuencia hay que buscarlas en el ñ¡ncionamiemo de la sociedad, no en patologías individuales (que, cienamente, puede haber).

do umbién a que se esrudie con más detenimiento lo que se llaman los delitos de "'cuello blanco». S. Para esrudiar la incidencia real de la delincuencia, además de los datos policiales, se debe emplear otro tipo de datos, como los que ofrecen algunas encuestas especíñcas. 9. Las estadísticas oficiales muestran que el grupo de edad coa el mayor lndice de arrestos es eide los jóv~En el Reino .Unido, treS cumas panes de los arrestados por crímenes conua la propiedad son hombres. También son hombres nueve de cada diez personas acusadas de crlmenes violentos. 10. En el Reino Unido, y en relación a su peso en el ¡oul de la población, los airocaribeños sufren más arrestOS que la población blanca. 11. la criminologia feminisla surgi~ como !EEc!.~.n J 1~ ignorancia u olvido coñ e¡ qúe la criminología a-adicional había tratado la cuestión del ¡énero. Desde 1~ criminologfa feminista se ha explOI3do coa más detenimiento aspectos como la relación entte la conducta delictiva y la masculinidad, o las pauw de género insertas ~o los procesos de co~trol_scx.jal. 12. En lo relativo al control social, los asoectos más desucables son los siguientes: la expao.rióo del sistema uadicional, sobre el que. se han añadi~ eleme~tos nuevos; y el aumento de los meouüsmos y técnicas de viri!l!llcia. 13. Las sociedades modernas son socied3des viirilantes. 14. E:! todo el mundo ha habido un incremento-notable de la población reclusa. Algunos países, además, han empezado a utilizar la iniciativa privada oara resolver me problema: reduyeodo a los internos éit cár· celes privadas. 15. Hay cuarro pnncipios o argumentos que hao sido liadicionalmerue utilizados para justificar la condena o el castigo: el desquite, la disuasión, larebabilimc:lón y já protección social. Resulta düícil evaluar cientiñcamente las consecueocias del castigo.

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~~-~;:$1P.~m~~l!~"tlfli~~~E.:~&~&J:.]::~,~;·,~.·, :·· . . control soda!, forma de presión social informal y difusa, que tiene como objetivo evitu la conductA desviada. delincuencia junnll, se refiere tla conducta delictiva de los jóvenes. delito, t:ranmesióo de la ley. desquite, principio que sirve para justificar el castigo segW! el cual la sociedad ~be imponer a un. delin· cuente un sufri<niento proporcional ti que OClSJonó el delito cometido. desviación, \'Íolación o II30Sgresión de una norma social. disu!!Sión, intento de desincentivar el delito a través del castigo. . . estigma,ll!fJTca social que tiene connotacionts negauv~ y de la qLoe el resto de la sociedad se sirve para definir a ese indi\iduo. etiquet:ije retrospectivo, implica la reinterpretacióo del pasado de una penona a la luz de la etiqueu o del estigma que tiene en el presente.

mediuliz:lción de la desviación, consiste en la interpre· tación de cuestiones ajenas ! la medicina (como 11 moral o les leyes) en clave mMica o psiquiáf!'iCL protección social, principio que sirve p~ justificar el castigo y que implica evitar que el delincuente vu~lva a ser una amenaza a la sociedad, lo que se coOS!JUe encaztel!ndolo o por medios más expeditivos, como la penacapit.al. · . · • rellabilitac.ión, propósito de reformar !1 delincuente y evitar asf la repetición del delito. . .. sistema furídico y penal, conjunto de ~tiruCio.oes policiales: judiciales y penitenciarias que se ~ en funcionarnien¡o cuando se prod~te una violación de la ley. . •. teorfa dfl etique!llje, teoría según la cual la desvJ.BcJón y lo. coiúonnidad se definen no taoto por 1~ acciones de las penonas como por la reSJ!Ú~Sll del en~o social a esas tcCiones.

1. ¿En qué se diferencian las teorías biológicas y psicológicas de las teorías sociológicas de la desviación? 2. Identifique las funciones de la desviacióo de ~­ heim. ¿Es posible, de ecuerdo con este autor clásiCO, una socieó3d sin desviación? 3. ¿Cree que la dismbución desigual de los rwJCSos produce la delincuencia? ¿Habría delincuencia en una socied~d en la que no hubiera desigualdades .de ni.n~tioo? . ~. Reoa.Se las ideas de Michel Foucault sobre el delito y las-cárceles. ¿Está de acuerdo con la idea de que el traiO que se cb a lo; internos en las drc:les modernas represent!. en re.ilidad un refuerzo de los mecsnismos de control social?

S. ¿Por qué cree que la delincuencia en el mundo ha aumentado en los últimos cincuenta ·años? · 6.

Lecturas Introductorias E:nilio Lanlo de Espinosa, Dtiiros sin vicnma.s: onitn social y ambivaltncia moral ()ladrid: .>1Jil!II1 Editorial, 1989). Un análisis al problema de la desviación, con especial atención alas cooducw que estin en los !fmiteS de lo que la sociedad considert corno actividades delic· tivas.

i. 8.

Elena Lmauri, lA htrtJJcia dt la criminología crúica (Madrid: Siglo XXI; 1991). . · Una revisión critica, y desde una perspe~uva llll!I: xista,.a las.principales teOrias de la ~ologíL

Lecturas clásicas Micllel Foucault, Vigilar J casrigar: El nacimitnro dl la priJi6n (Mtdrid: Siglo XXI. 1978).

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Se analizan Jos cambios en el sistema punitivo, y de control y vigilancia, que hm tenido lugar dunote los últimos siglos en la sociedad occiden!.al Edwin H. Sutberlaod, Ladronu profesionalú (Madrid: La Piqueta, 1993). · Un repaso a la sociología del delito con[l'a la propiedad por parte del autor que identificó y acuñó el término «delitos de cuello blaoco•. Thomas Szasz, La fabricaéión de {a locura cBarcelona: Kairos, 1981). . '· · • Un ensayo muy conttovertido in él.que se defiende que la enfcnnedad mentAl es un mifó diSeñado para imponer la conformidad a aquellos que soo diferemes.

Lecturas más avanzadas SWiley Cohen. Visionts de control social: deliro~. casrilOS, y c/asificacionu (Barcelona: PPU, 1988). · Este ttabajo desco'be los cambios en las pautas de control social' que han tenido Jugar a finales del siglo XX. Se ha quedado un poco desfasado, pero sigue siendo muy recomend!ble. Carmen Ruidfaz, Justicia y seguridad ciudadana (Madrid: Edersa, 1997). Un estudio que emplea datos de encuestas y grupos de discusión para aoalizar el problema de la insegllri-

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dad ciudadana en España. La autora se detiene WDbi~n a exzminar cómo los medios de comunicación cooaibuyen a collSll'llir algunos estereotipos en el ámbito del delitÓ. Juan José Toharia, Pleitos tengas (Madrid: 05/Siglo >.:Al, 1987). Un ensayo de sociología jurldica. Ricard Manínez (1999) cVideovigilancia. Seguridad ciudadana y derechos humanos» en Claves dt Ra=ón . Práctica; 89, pp.-40-47. · El aútíit pondera las ventajas (en términos de seguridad ciudadana y, así, de libertad) y los inconvenientes (en cuaoto ala merma de O[I'OS derechos, como la intimidad), de la instalación de cúnaras de video en lugares públicos, una medida recientemente regulada en Espalla.

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Otrás fuentes

• http://sun.soci.niu.edu/-critcrim/ Página de la sección crítica, (esto es, próxima a la sociología del conflieto), de la American Sociecy ofCriminoJogy (cuya dirección es: http://www.asc4l.com) & http://www.ibLI.."U.dk/NSfl</aca_l.iru:s.h!ml Dirección de la Scandioavian Res=b Council for Crimioology.

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El 10 de abril de 1912, el transatlindco Tiranic abandonó el pueno de Southampton con destino a Nueva York. Esta seria su primera y última travesía. Súnbolo orgulloso de la nueva en indusr:ria!, el barco tr.111Sporu.ba 2.300 pa.sajeros, algunos de los cuales disfrutaban de un lujo que la mayor pam de nos01ros no podemos siqwera imaginar. Por contra, centenares de pobres inmigrantes se apelotODaban en la.s cubienas, con la esperanza de empeZllf una nueva vida en Estados Unidos. A los dos días de comenzar la travesía Lt. uipulación recibió un mensaje por radio en el que se le IUivenfa de la proximidsd de icebergs, pero el mensaje fue desatendido. Era cerca de medianoche y el buque surcaba tranquilameate bs aguas del aciano cuando unos de los vigías vio aterrorizado que de la oscuridad del mar, y justo eo.frente, emergía uaa :norme mole. Instantes despu!s el Tiranic chocó contra un iceberg casi t3JI alto como el mismo barco. Con la mismz facilidad coa la que 1brinllos uaa l.!.ta de conservas, el blO<!ue de hielo abrió en pocos minutos un enorme boquete a esttibor del barco. El agua comenzó a :nuar en los pisos iníeriores del barco, y en veinticinco minutos los pasajeros ya estaban apelotonados en cubierta traW!do de b:ce.rse un hueco en los botes s:Uvavidas. Ala.s dos de la madrugada la parte delantera del Tiranic se encontraba ya sumergida y la hélice se levantaba por encima de las aguu. Cientos de pasajeros pasaron sus últimos minutos-agarrados a cubierta. antes de que el buque se hundiera deñnitivamente en las frfa.s eg¡w del Atlb!úco 1\one (lord 1976). Ll uágia muen: de 1.600 pas3jeros fue una noticia que conmocionó al mundo. Pero si !lla!iumos la c!úsuote del Ti;anic desde una perspectiva sociológic:., podemos ver que las posibilidades de supervivencia no fueron !as mismns para todos los pasajeros. Como correspondb a !a caballerosidad de Lt. épocs, las mujeres y los niños fueron los prime:-os en introóucirse e:~ los bot:s, de modo que el SO por ciento de los que perecieron fueron hombres. lt clase socit.l tuvo tambi~o un impacto impctU!lte )1!s del 60 por ciento de los pastjeros de primera clase consi!1Jieroo salvme, entre otras razones porque se :ncont:nlban e.1 las cubie."US superiores donde se ciio prinllero la voz de alarma y donde los botes salvtvidas eran. mis ac~bles. Por contn. sólo el 36 por ciento de Jos pasajeros de segunda clase, y el 24 por ciento de los de terc:n sobrevivieron al desastre. En el Tiranic


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la cl!Se detemtioó tlgo más que la comodidad de la que se climua~ a bordo: dete:minóla probabilidad de vivir o morir.

expliczciones de por qul existe esa desigualdad.WD· bién vuíao. No obsttnle, e¡¡ todas panes son los gro· pos privilegiados !os que en mayor medida apoyan el sistema de es~ratificación de la sociedad, mienll'as que 1)S más desfavorecidos son los que con más probabilidld lnltuáo de que se produzca un cambio.

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l destino del1it011ic ilustn de fOillla muy griñea las coosecuencias que la desigualdad social tiene en la vida de las personas -y a veces haslll eq su muene. En el presente capítulo se analiza el concepto de la estratificación social. En el Capítulo 10 («Oase. pobreu y bienestar») veremos aspectos más específicos de la desigualdad social en Estados Unidos y en Europa. Pan. tenninar, en el Capítulo 11 («Es~tificación global») estudiaremos el problema de la desigualdad y la pobreza desde una perspectiva internacional.

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¿Qué es la estratiflcac]?n social?

d! la sociedad tn su conjunto, y no de altu ~ros cons1 era os 1 tvtaualmtnrt. En las sociedades indusai3les tendemos a peosar que la posición social es el resultado del talento y del esfumo pe!lODal y, así, a euwar la medida en que los individuos tic: neo caoacldad de co!III'Oiar lUS destinos. Volviendo al ejemplo áel Ttr011ic ¿sobrevivió 1).D porcentaje mayor de pasajeros de primera clase porque fueran más listos omejores nadadores que los pasajeros de segun~ o de tercera clase? Evideotememe no. Coosiguieron sobrevivir gracias a su siruación privilegiada ea el barco. Del mismo modo, los niños oue nacen en iamiliu ric!.S ¡je¡¡en más posibiliclades ·que !os que nzC.....ñ en fenlilias pobres de ¡ener mejor szlud, de obtener un título universiwio, de triunfar profesionalmente. o, sencillamente, de llegar a viejos. Ni los ricos Di los pobres son áir~tamente responsables. de este sistema de esll'llificacióo social, pero el sistema acaba teniendo no impacto.dife.reote.en·WI05-)'-9tros.-.- - -

l. Lo wcn~ñcacján socjgl u UJIUI}!E.Cl([Ú,rica

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que lB es~r.~tificactón soci3l. es una característica social y no un reflejo dé m~ritos individuales que obse¡var la persisteocia de la desigualdad con el paso del tiempo. En todas las sociedades, los padres tnnsmiten a sus lujos su posición social, de modo que las pautas de desi2Ulldad tienden a perpetuarse geoerat~oo en generac1ón. Sin embargo, y de modo especial ea las sociedad~ indusnial.iz.adas, hay mo"j!jdad social. es decir un combjo en la oosición gut ti individuo ocupa tn la jccargu{q wcial. La movilidad social puede ser a.sundeote o desculdente. Los logros conseguidos por per· sonajes como Madoooa o Los Beades son ejemplos obvios de.mo\ilidad social asceodeme, pues eo ambos casos Jos comienzos fueron modesios. No obs1an1e, sabeÜlos que en O!fiiS ocasiones también se puede desceneer ea la escili. social como resul!ldo de una enfermedad, del desempleo, o de uoa crisis financiera. La movilidad hori·qnral mamlo "A in4Md~ja a ocu ación oor olla e · aru ás frecuente. En cu uier caso, la posición social de la mayor parte de la gente es z.Jgo que no varia susWlcialmeote a lo largo de sus vidas.

En la mayor pane de las sociedades existen sistemas de estratificación social que hacen posible que eategoóas enteras de in<J¡viduos destaquen por encima de los demis, otorgándoles ademú una cantidad desproporcionada de dinero, poder y prestigio. Pan referirse a esw cuestiones. los sociólogos hablan de ...r..~!l.!]~cióo s cial, que implica una clasi(icgci6n ojcrarq¡¡~e los in 1v1 uos seguñTtíéartsoria a la que penentctn (o stles aslgiiiij:-l'""ara empezar, vamos a resumir cua~ro principios básicos del fenómeno de la estratificación social

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2.. Él siJrtmD dt mrarijicación social n t rúa dt yneración t.~ glntract n. ' meJor para eotendet

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esrran i es univenal otr. v • d~ unas sociedades a orras. Esto es, en todas las sociedades ~ay desilll!aldad, pero el stnrido y el grado de esa desigualdad no es igual ea unas y ea OII'lS. En las sociedades primitivas, la desigualdad social es mínima y se basa principalmente en el sexo y la edad de sus miembros. Con la aparición de una tecnología mis avanzada las sociedades desarrollao también formas más complejas y rígidas de distribuir Jo que producen. Por último, y como veremos después con más detalle, los procesos de indusniiliución que conduc:o a un aumeo1o de la movilidad social a largo plazo reducen algunas Íormas de desigualdad. ·

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4. Lo tsuarijÍcacióñ socie!.IJQ es sólo lUla cumión de dtsjruaftfad !ÍI!O rmahi{ñ lft m/mm iocia{ V tStQnla· · ·' · nada con ti sistema dt crttn ; · Los sistemas e estr.~tificacióo no sólo distribuyen los re=os desigualmeo~e sino que definen esa desigualdad como justa.~liiiÍ.51Do modo que d siiíillio dl:-ia _da1güiltíid difiere de unas sociedades a . o~:~.-as, las

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los que los cambios de posición social soo diñciles, y lQs sistt:mas «abiertos• que penniten una·movilidad social mucho meyor (rumin, 1985). La esclavitud

u lavitud es una fonna dt estrariñcación aut st basa Durante mucho tiempo los sociólo!OS se .c:.ntmon tn t! dtrlcho de oro i ut IU! : :...idJIOs principalmente en una forma de ematificación, la que tie- titnt sobre otro KnrDO. ·La esclaVJtuct drma a los ne que ver coa la posición social v económíca o, en otras seres humanos en cosas que pueden·ser compradas ó venpalabras, la disnibución jerárquica de Jos individuClS de didas. Muchas cjvi.lizaciones de la· .<\htigüeilad cooio acuerdo coa su renta. su prestigio y su poder social. Más Egipto, Persia (en la aclll!lidad Irán), la Grecia cl!sica o recientemente, sin embargo, los sociólogos hao reconoci- Roma, emplearon masivamente mano de obra escl11.va. do que las divisiones sociales y los sistemas de estratifi- Pero la esclavirud no es un fenómeno exclusi\ii·de la cación dependen tambi~o de ottas casacteristicas como el Anti¡íiedad. Enll't los si dos xv y XIX se desmoUó un floénero, la etnia y la edad. Estos tr..s, junto con elJIQiier reciente comescio de esclavos en el Nuevo Mundo: económico y soci , son quizá los criterios m:i.s imporomLn esclavirud ha aáop!ado multitud de variantes. En tes de es!I'atificación, pero existen otros como las disca- cada una de ellas, los derecbos legales y1a autonomÍa de pacidades físicas, la lengua y Los .dialectos, o la oriema- que disfrutaban Jos esclavos era distinta. En la Atenas clációo se.xual · sica, por ejemplo, los esclavos a menudo oc_upaban.~­ En este capítulo vamos a esrudiar algunos aspectos ros de gnn respoosabilidad-a pesar de que segufin:~endo propiedad de sus llllOS. Por coocn, los esclavos que coosespecíficos de los sistemas de estntific3ción;. daremos II'Uyeron las pirámides, o Jos que trabaj-_ban en minas" o ejemplos coocre1os, y presentaremos algunos de los debates sociológicos sobre este tema. Por ahora sólo vamos a plam~ciones, tt:nían mucha menos liDertad. y recibf!lll un analizar a grandes rasgos la es~r.~tificacióo socioecooómi- trato inhumano. En la AnrigUedad lo babirual <ra que los • . ca En el próximo capírulo ya esrudiaremos la. desigual- prisioneros de guem pasaran a ser ésclavos: dad en países concretos, como Estados Unidos o el Reino En el Imperio BriWiico la esclavirud no se abolió hasta 1833, y en Esllldos Unidos se manruvo basta el final de Unido. En el Ct!lírulo 11 1rauremos este tema desde una perspectiva globll, tomando como punto de referencia guem civil en 1865. Auoqoé la ~l.avirüd ya no eillte en todo el planeta, lo que nos perm.irirl. esrudiar la distribu- las formas que adoptó ea la Antigüedad, hoy en"Ciía, y en ción de la riqueza a escala mundial. En el Capitulo 12 muchos rincones efe! mundo, persisteñ OII'as...~ariai:Jtes menos obvias, como la prostirución infantil o los maaianalizarenw.Jas desigualdades que se producen pqr~ oes étnicas y" raciales, y hablaremos de Jos movimieil!os monios pactados, ea los que las mujeres son desposadai migratorios. En el Capftulo 13 hablaremos .del patriarca- cootra su voluntad. Según datos de organismos internado y l!lalizaremos la desigualdad que se produce .por cionales, cientos de millooes de·persooas podsian encoo: razón de g~ocro. Por último, ea el üpírulo.l4 explicare- !I'arse en una de esw situacio!les. · · ·· · · mos cómo la edad puede ser también un factor de desi· ¡ucldad. Analizaremos el fenómeno·del envejecimiento y El sistema de castas los mecanismos de exclusión social que afectan a los más viejos. Una cuestión sociológica imporwue es estudiar ea qué medida estos sistemas de estruiñcacióo concw:reo o no en los mismos grupos de población. Esto lo iremos J2W!UJ1l:S· El sistema de castas es un sistema· social viendo a. medida qile' vayamos avanzando en la .e."tpli- "~"• de modo que cuando aparece en su forma pura el destino social del individuo estA absolutameo!e detercación. a¡ioaijo Dor su nacimiento, sin" llÍ!Íguna posibilidad demovilidad basade en el mérito ioáiVidual El sistema de 8 Los sistemas de estratificación social c->..stas constiruye una forma de es~ratificacióo social rigida. y muy.jerúquicL y económica: la esclavitud, el ~ls}ema .... . ... ·-· de castas y las ~!ases ~·ocia les, .... :

Cuando describen sistemas áe estratificación social específicos. Jos sociólogos emplean por lo .geo~s áe categorías óe clasiiieacióo: los sistemaS e~ en

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Dos ejemplos: India Y.Suc{áfJ.ic!J_ ....•.~ · ·-·~~

Existen todavia vams sociedadesen·ei·mundo;·e¡¡ su mayor pute sociedadas agrarias, ·q¡ya organización social sigue las paow de los sistemas de casw. Un pri-

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I:Stratltlcaclón social .e 241 ll!~r ejemplo e~ la India, donde. el sisttma de ta.SW sigue en vi2or sobre todo en las zOitaS rurales, Cl'\ óonde vive la mayor p= de la población del pzís. El sistema de c!Stas de la Indie (o vorno, que en s~to significa «color») se compone de cuatro ca1egorías principales: ~rahm.in, kshaaiya, veishya y shudra. Sin embargo, en el ámbito loc:U, ~~!-!! cuat¡'O ~~eJ,~tegor(~ se subdivigen ~n cenl~­ res de suhcasw (conocidas como jori).. . .... _ . Ei. sistema de'casias lia'ejercido wnbjén un p2pel.au.ciel en Suráfrica hasta muy recientemente. Bajo la poUtia del oponlllid, cinco millones de swafric311os de origen europeo mooopolizarnn duriuue dtcadas la riqueza y las instiruciones poUticas del país, some~endo de.esta forma

1 n-ein~:t millones de compzaiow negros. En una posición intem~edie se encontnban oaos ~s millones de personas, producto del mestizaje de distintaS r..zas, y un millÓn de origen asiático. En el recuadro «~ociolog[a globoh se examina brevemente el proceso de desi!Wltelamiento del aponhtid y los problemas que !l1n quedan por molver. En los slsteJIJ!S de castaS, el nacimiento deten:oina la vida futura de las pe.-sollas de cuaüo fonnas, todas ellas importantes. 8! E_[imer lugar, .las castaS suelen ir asociadas a ocupaciones especificas, ~e modo que, por lo gene· ral, los hijos eSÚII condenado~ a desempeñar el mismo tnbajo que sus padres. En las zonas rurales, aunq!le

det:r.nilledas ocupaciones está.'! abiertas a todo el mundo (como la agricultura y lt gamé!erla), pued: identificarse la casta a la que penenece IW per.one pór la profesión que ejerce (si es sacerdote, b~rn. éwtidor de cuero o barrendero, por ejemplo). En Suráfric11, la pobl!ción blanca todavla ocupa los empleos más prtstigiosos, miecns que las IW<>res manullles o menos cualific3das continúan siendo desempeftadas por la poblllción negra. En-un sisttma tan rígido como es el .sistema de ta.SW, el maaimonio con individuos de otras categon'!S es prácticamente impensable, pues de otro modo el rango de los hijos resultaría incierto. Para poder mantener d sentido tradicional de la jenrquía es absoluwnentt necesario que

los maaimonios se celebren entre personas de la misma castL Los sociólogos llaman a-esta pautA de unión inaaimonilll endogamia (el suñjo tndo procede del griego y significa ~dentro•). En la India, es tradicio~ qoe los padres pacten el maaimonio de los hijo; !l!!tS inch:so de que tuos nlcancerr la !dolescencia.. Has11 1985, el mt:rimonio e inclus·o les relaciones sexuales entre rilieinbrns de distinw razas estaban prohibidas en Suráfrica. Hoy en día los mnimonios mi'tiOS stguen siendo muy poco fre· cuentes. En tercer lugar, la penenencia a una casu determina también la vida cotidiana en la medida en ¡¡ue los individuos han de permanear en compañía·de los de «su pro-

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~esigualdad

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y apart_held

~ 1W5 Suráfrica tenía una población de 45 mmones de habi-

tantes. Los primeros europeos que sa esta9!ecleroo i!lli eran comerciantes hólandeses, que a mediados del .siglo XVI se asentaron en las tierras de las ZonaS cosieres, hasta entonces propiedad de los lnd(genas africanos. A comienzos dél siglo XIX, una segunda oleada de irvnigrantes britinlcos emeuió a los colonos descendientes de 'los holandeses hacia el interior. Aprincipios del siglo XX. los británicos sa habían hecho con el control de todo et pais, al que U~­ ron la Unión de Surilrica. . Con posterioridad, la Únlón de Surá/rica se convertirla en un estado indepe_ndlente, y para 1961, se ha· bían efi1111nado lodos.loslazos que le unían con el Reino Unido. La ~bertad, sin embargo, fue sólo a!eétiva para ta minoria blanca del ¡>ais que impuso üna ¡iolitlca de aparih•id o s!9rega· clón racial. 8 eoar.held había sido una práctica habitual durante déca· das, pero desde 1948 se convinió en ley, nesando a la m¡¡yorfa negra del peis los derechos de ciuc!ac:ianiE. ce

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propiedad Sobre la tierra, o de c:ua'quier forma de representación en el gobierno. El s~flheid convinió a la poblc· ción négra en una ~asta sometida, condenada a desempeñar los traba· jos que los bl¡illCOS consideraban indignos para ellos. El abismo que separaba a ambas razas era W que el salario medio de los blancos era cuatro veces mayor que el de los negros. Era relativamente frecuente, incluso, que los blancos de recursos más modestos tuvieran uno o más criados negros. Por últimó, el apCiiheidforz6 el reasentamlento de millones de negros en las denominadas homelands, las zonas del pals más desoladas y pobres. - La próspera minoría blanca se resistió durante. muchos años a fiqul· dar este,J[ste¡na, argumentando que la poblcción negra suponía una amenaza a sus tradíclones cufiurales o, mis · c:t~nte, que los negros eran seras irJeriores. A medida que ~umantaoa ra _resistencia al eplirtheid,·· tos blancos fueron también ~er!!entand~ les nivelss de rapre-

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Jón contra la población negra. Bajo las leyes raciales, la poiicla podía ¡¡rrestar y det;ner a cualquier negro por el único defito de oponerse a la segreqación racial. A pesar de todas ·las.-.medidas represivas,· los enfrentamientos violentos se hicieron cotldíar.os. En la mayoría de los casos los protagonizaban jóvenes negros, que pedían igualdad de d~;rechos politicos y de oportunidades económicas. Tambjén desde el exterior se presionó contra el gobierno surafricano. Muchas grandes emp111sas rompieron sus relaciones comerciale's con Surálrica, yJos consumidores de muchas par· tes del mundo comenzaron a boicotear los productos del pafs. El electo sobre la economía surafricana fue devastador, obligando ai gobierno a iniciar el camino de las reformas. El desrnantelamiento del apa(ohEid comenzó en 1984, cuando el gobierno concedió a todos los surafri· canos, sin áistinción de raza, e! d!!recho e iormar sindicatos, a acceder a emplees que con anterioridad héibí211 es'.ado reslrlngidos a los blar.cos, y a

poseer propiedades. Al poco tiempo le.rlzadas. Ll! reafldad es qu~; más de se abolieron todas las regulaciones un tercio de los negros adultos no que hasta entonces habfan manten~ pueden encontrar un empleo y, óo la segregación en lugares públi· según las propias estimacion~;s del cos~. éOi\io ~ayas! ·.tos·. mli~l~ ~~ Qóbíemo, la 'ñiitad de la población neg'r'! Viveenuna situación de n~;ce­ trañspone, lOS hospitales, etc. · En 1990, se legati~ó el partióó' sldad extrema. ·Los peor pé!radcs son los namae.nU·apzrlheid Congreso Nacional Africano (CNA) y se excarceló a su dos uktJhJeleleka, que en la lenguelidef Ne!soo Mandela. Esto aumentó xhosa ·signlfica .. tos marginados•. la confianza de que ' tos carribios se- Los siete mmones de nsgros sudalrl· rian irreversibles. En 1992, una ma· amos que pertenecen a esta categoyoría de votantes blancos puso f111 al ría viven en los márg~;nes no ya de la 1ip1111Mid. Dos años despyés, todos los surafricanos, sin dlslinc!ón de razas, fueron convocaécS· e las ur· Hdson l.llndola, lfdor dol Congruo Nacional nas·. Ne!son Mandela iue elegido · Altkano (CitA~ UIUVO .. prla16n dlnnte 27 nuevo presidente del pals. · aAos por su l)ltha oonln ol apor1hfld. Acjul le vomos oolebrando la ork:to<la electoral dt A pesar de estos cambios tan significativos, queda aún un l;ugo ca· su partido. ll&ndellluo 11 primor 'prtsldontt mir.o por recorrer. El derecho a la ntg!o dt SuR!rica. • propiedad no significa mucho pera l'!llllcnes de negros que viven en una situación de -pobreza total. El fin de la disc:irninac!ón raclel. Efl los hosolla: les es un gesto sin consecuericizs para aque ~os que no pued;;n pagar un seguro mé!llco. Por último, !1 des· mantelarniento de las b2rreras de acceso a determinadas prof~;slones no ofrtce una mejora real ée oport~'­ nicades para los v¡¡rios miUones de pe~onas que apenes h2n sido esco-

sociedad, sino de la vid11 misma. En Sowetó, una comunidad da -resonancias mitlcas e ideaflll!das, miles de persones viven en chabolas construida~ con reStos de embaf¡¡jes, place$ de meW, canones y otros desechos. Carecan de luz eléctrica Y. agua ~ rriente: Las oportunidades de eii!Pfeo son escasa~. en parte po~i! lá_Ford y la . General -Motors cerraron sus fábricas en la cerci!na Port Elizebeth, y en part! por el fiujó éontiñuó ile per: senas que emig~n a la__cluda.d huyendo de una miseria aún ináyor. Los pocos que logran encontizr empleo tienen suerte si corisi!liJI!n un ~Mario que legue a las veinticinco mil pi!satas el mes. · · · · En Suráfrica ~e he pues:o f10 a la po!itica de apartheid; y la mayor. par· te de jos expertos· par.:cen estar de acuerdo en que no' hay-VIielfa atres: No obstante, no S\! pueden d~shacer sfg!os· de· cli~érfrrllnación- racjal ·por decreto. Incluso·si logra.super¡¡rse u~. racismo tan amigado, Suráfrica todavía tendrá que resolver la situación de ·pobreza a la que se gnfrel)ta la mayor ~ane de sus ciudadanos. •

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pia clase». En la India, el hinduismo impone esta segregación bajo lil creenCia·de que el contacto de los miembros de las castaS inferiores coa Jos miembros de lu castaS superiores •contaminaJt a éstos últimos. Aunque no estaba fundamentado en ninguna creencia religiosa el ooarrl:tid·surafticD1lo funcionaba en la práctica del mis~o modo. En cuarto lugar, y-por. último, ·los sistemas de C1.Stas se apoyan en fuenes creencias culturules. Según.Ja culrura y las tradiciones hindúes, es un mandato morill aceptar la posición S(ICial que-a uno le ha tocado en suerte: Y aunque el sistema legal qunostenia el apon!Jtid ha sido desmantdado, los sudafricanos siguen aferrados a las nociones que distinguen Jos .empleos·«blancos» de los empleos «negros».

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Las castas y la vida rural

Con¡oap4ptábamos 3J1tes, Jos sistemas de. casw son más CaraCterístiCOS en las sociedades agrarias, dado que el funcionamienio de una economfa basada en la agricultura e.xig·e de la fuerza de trabajo 1!0 sentido rígido del deber y de la disciplina (o la resi!Dación}. Es por eUo que el sistema de casias sobrevive ·en la India rural. medio siglo después de ·que fuera oficialm~me desm_antelad~ legalmente. En las ciudades indusaiales del país el sistema de castas se ha relajado bastante y las personas tienen mayor libenad para elegir una profesión o la persona con la que uno quier~ comput;r su vida (Bahl, 1991}. De modo similar, la rápida: indusaialipción de Suráfrica conaibuyó a f.onaleccr jos ,derechos individ~es y la libertad de e)ección·, hasta" el punto de que ·~1 mantenimiento del apanh~id se lúzp imposible. . · ·Es imponan·¡e subrayar, no ob.irante, que la er~sión y !IÍ desaparición paulatina de 1!0 sistema de casw ~o signific3Jl el fin de la estratificación social, sino un cambio en su oaruraleza, tal y como se explica en la siguiente sección.

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La consistencia de estatus

La e djmrnslanes dr drsifualdad. ·En lo~ sistemaS e cas

· Las sociedades agranas dependen de Ja·discipiina, sometimiento y obediencia qÜe garantiza sistema de castas. Las sociedades industriaJi¡adas, por contr:t, sólo soiÍ viables si se permite el desarrollo de habilidades o taieiltos especializados. Es por ello que los procesos de i!ldusaia· lizacióo tienden a erosionar las castaS y fomentan su =formación en uo sistema de clases. uoo de

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Qiranñcación social basado en las carzacidodep;lu;os... f.CTSOna/tS. OS Sistemas de' Clase se canctelÍlllll por Ser más cabienos».- de m oue os·üidiVíáúóilliV~s del !/;ema educativo o notoii'onne~ueden. exoe. •· · · . ... =cmar · alwna- moV'iiíiitJ roc--==ación · a sus Pidtes.EstaMoviliO!ll,'"l"3\!Vei;eroS1onalasdistinciones ..

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faracttx!zadoqltl~d social muy limitada,

Jos indi•iduos ocupan posiciones similares con relación a la renm, el poder y el prestigio. Por contra,Ja mayp¡ movilidad que caracteriza a los sistemas de clases genera una...menor consistencia de estarus. En les socieda~ des indusaializadas, un profesor universitario, por ejemplo, puede disfrutar de un alto prestigio social, y sin embargo, recibir unos ingresos modestos. .J;.s esta menor consistencia entre las distinw dimensiones de desigualdad la que bace que ly clasts estén menos defini~ que las casras.

Un eje":lplo: Japón

El sistema de clases

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sociales se hacen también más flexibles corno consecuencia de Jos movimientos migratorios desde el extranjero, o internos (del campo a ·¡a ciudad) en busca de mejores oponunidades educlcionales y laborales (Lipset y Bendi.'l:, 1967; Cuaight, 1968; Treinman, 1970). Otr11 caracrerisrica de las sociedades industriales es la creencia extendida y compartida de que existen cienos derechos tmiversales que no dependen de la posición social de los individuos. El principio de iguilldad A!lle la ley ocupa un lugar central en la culrura política de las sociedades industrializad:IS. Sin embargo, los sistemas de clase se parecen a los de casw en un :!SpCClO fundamental: en ambos casos e.'tisre desigualdad, con la diferencia de que en el primer caso la posición que termina ocupando un individuo en la sociedAd depende mucho menos de sus C3!3Cteriticas adscriptivas. Aqw ya no se entienden las ocupaciones y el empleo como una cuestión de deber moral sino de OP,Ciooes individuales. Del mismo modo, los sistemas de clase permiten una mayor libertad en 13 elección de pareja.

L1 esnriñcación social en Japón es el resultado de una extraordinaria combinación de rndición v modernidad. Japón es la monarquía más antigua del m~o y, a la vez, una sociedad moderna en la que el nivel de renm depet:Jde en buena medida del esfuerzo personal. El Japón feudal

Desde el siglo v Japón era una sociedad agraria con un rígido sistema de castaS compuestO de nobles y siervos, y gobernado por 1IIll!. «familia imperial•. A pesar de la creencia extendida de que el emper~dor gobernaba por derecho divino, Jos recursos limitados del monarca le obligabao a delegar· grao parte de su autOridad m·una red de

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Por debzjo de la nobleza se encontraban los samurai, o casta guemra. u palabra samurai significa ttServir», lo que indica que este segundo estrato estaba integrado por guerreros al servicio de la nobleza. Para diferenciarse del resto de los plebeyos, los samurai se· vestían y se componaban de acuerdo a un código de honor tradicional. Al iguel que en la Edad .Media europea, la mayor parte de la población del Japón tradicional eran siervos dedicados al cultivo de las tierras de los señores. E:tistía además un grupo de . personas que ocupaban una posición inferior incluso a la de los campesinos, los bttrakwnin o «descastados», despreciados taoro por los señores como por sus siervos. De manera similar a las castas inferiores en la Indi:t, los burakumin vivían segregados, dedicados a los tr.lbajos más desagradables y sin ninguna oporrunidad de cambiar de ocupación. El Japón de nuestros dfas

Los cambios que e~perimentó Japón en la segunda mitad del siglo XIX (iodliSaialización, crecimiento urbano, apeeruca de la sociedad al exterior) debilitaron la tradicional estructura de castas. En 1871, se abolió oficialmen.te la categorfa social de los «descastados" o lnua.bunin, aunque incluso hoy en db se trata a sus descendientes con desprecio. Despu~s de la derrota·del país en la II Guerra Mundial la nobleZll pe~dió sus privilegios legales, y con el pzso de los años son cada vez menos los japoneses que aceptan la idea de que su emperador gobierna por derecho divino. la estratificación social del Japón contemporáneo es radicalmeme distinta del rigido sistema de castaS que imperó duraote siglos. Hc¡y se puede dividir a la población de acuerdo a una gradación sociel. que va desde las clases «altaS» a las «bajas», pasando por los distintos marices de las clases «medias». Pero, dado que no es posible distinguir de un modo claro y definitivo entre clases sociales, la proporción que ocupa cada una de estas clases en el conjuntO de la sociedad va¡ía según los indicadores que se utilicen. No obstante, el mOderno sistema de clases japonés pone de manifiesto a la vez la singular habilidad de este pa.fs para combinar tradición y modernidad. A la bóra. de evaluar la posición social de elg-Jien. muchos japoneses todavía tienen en cuenta el origen famili ar de esa persona. ."o. pesar de las reformas legales que garantizan la igualdad ante la ley y el desarrollo de una culrura moderna que valora el m~rito y Jos esfuerzos personzles, la cultura trad!cional si¡ue.teniendo cierta importancia a la hora de evaluar a las personas. Esta particular mezcla se reileja des4e los campus ~­ versitarios hasm Jos centros de de~ión de las ¡nodes multinacionales j~ponesas. Lzs universidades más prestigiosas (que constituyen Ja.vf~..de acceso al wto en el mundo indusaial y financiero) admite!! sólo..a los esru-

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diantes que obtienen las mejores now.en las diñcillsimes pruebas de acceso. A pesar de la introducción de estos mecanismos meritocráticos, la elite empresarial y burocrática procede en su mayor parte de famil' as de ori· gen noble o samurai. En el extremo opuesto, los «descastados» siguen vh iendo en comunidades aisladas, despro~istos de opornm.idades para mejorar su posición (Hiroshi, 1974; Norbeck, 1983). Por último, las ideas tradicionales sobre g~oero tienen todavía una imponante vigencia en la sociedad japonesa. A pesar de las reformas legales que reconocen la igualdad formal entre hombres y mujeres, la mujer est.i claramente subordinada al hombre. Los padres japoneses, por ejemplo, ayudan y animan mucho más a sus hijos a continuar sus esrudios que en el caso de sus lújas. Esto explica por qué Japón muestn tod3vía un imponaote desfase •educativo" a este respecto (Brinton, 1988}. Y también explica el hecho de que en las empresas japonesas las mujeres ocupan en su mayoóa puestos de meiior respoo~ sabilidad y sólo muy ocasionalmente jlUestÓs diiectivos. En resumen, los principios merlrocráticos, que premia.ti el esfuerzo y rn~ajo personal openñ en realidad a la bra de otros principios más rndicionales' que no son de ningún modo inocentes p neutrales. .. .

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Federación Rusa Tras la revolución rusa de 1917, el inmenso territorio encuadrado en la antigua Unión Soviética pareda·haber· se embarcado en un proyecto muy arnbiciosq: construir una sociedad sin clases. En In antigua Rusia, el viejo sistema feudal Uegó a su fin cuando la revolución &olclievique transfirió la mayor parte de las expiotacionCl 8@-a.. rias, las fábricas y todos los bienes prOductivos.de manos privadas aJ control estaW. ¿Una sociedad sin clases?

Esta transfonnación esruvo guiada por I:IS ideas de Karl Mar:t que argumentaba que la propiedad privan• de fos medios de producción era la causa pripcjpal de la cxjneocia de clases soetiles (véase el Capítulo 3, «SociedadJt}. Conforme el ~tado fue ganando contrOl sobre la econcr mía, los pol!ticos soviéticos comenzaron a proclamar que hablan conseguido un logro espectacular: la primera ser ciedad sin clases. Fuera de la Unión So11i~tica, sin embargo, muchos ponían en duda. est~ supuesto logro (Lane 1984). Señalaban que, siguiendo el criterio ocupecional, se podía clasificar a la población de la Unión Soyiética de acuerdo e una jerarqwa de cuatro niveles. En la. cima estaban los altos ftmcionarios, o apparJJrchll>s. A continuación los in· telecruales, como los profesores uniYersil4fios, Jos cientír ficos, los médicos, los ingenieros o. Jos funcionarios:de

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menor rango. Por óehajo,lcs trabajadores manuales; y en el estr3tO inferior, los camoesinos. · Puesto que la poblacióÓ perteneciente a cada \!IIa de esw categoñas disfrutaba de un nivel de vida muy diferente, la Unión Soviética nunca fue una sociedad sin clases en el sentido de ausencia de desigualdad .social. No obstante, puede lÚir!!l3ne que la agrupacién de fibricas, tierras, hospitales o universidades bajo cQnttol estatal pudo contener en alguna medida (al menos en comparación con las sociedades de Europa occidental), la desigualdad social (aunque no, cie.-wne.:ne, la desigualdad políticaj. Fieles al pens~ento de Mm, Lenin y sus sucesores ttansfonnaron radicalmente la sociedad rosa. Este experimento a;:sb6 en los a..ios ochenra. Au.1que el sis=a sovi!tico había conseguido reducir la desigualdad econóniica; el nivel ck vida de la población era muy inferior 11 nivel dt vida de los ciudadanos de muchos países occidenlll!es. Cuando ~1ijafl Gorbachov llegó· al poder en f985 ~peuron los cambios. Gorbacbov puso_en práctica un· pragrama de reformas conocido popul:umente cómo b ocmcmjka. gue consistía básicamente enliberaliznr el conirol .esw~r óe !J economía. Esw refonnQS desencadenaron tÚ!o de los procesos soci:!les más importantes de lor hiStoria reciente. La consecuencia !Utima de dicbo proceso-fue la caída, uno tras otro, de los dis~tos gobiernos socialisw de la Europa del Este, lwta que finalmente se desPlomó el mismo sistema soviético. U5 .revuelt:IS y confli~ros que se sucedieron en aquellos áños tenían como objetivo derrocas a los partidos comunistaS, a quienes se responsabilizaba de los problemas econóniicos v de la ausencia de h"berwles. Éfecñvameme; desde fa fundación de la Unión Saviética en 1917 hasta su cnlsnso definitivo en 1991, el Parodo Comunista de la Unió~ Soviética había mooopolizado el poder. En vísperas del dcmunb~emo· óe la URSS, el parndo tenía unos 18 millones de afiliados (en tamo a un 6 por ciento de la población soviética). Estas personas tomaban (o badea obedecer) decisiones de tOdo tipo en todos ·los ámbitos de !a vióz (la culrura, la economía, el deoone, la viviend3, etc.), 11 tiempo que clisfrut1ban de unos privilegios (CQSas de campo, vacaciones ~almente organizadas pm ellos, acceso ! cietenninados bienes de con.<lllllO, escuelas especiales para sus·hijos, etc.), que estaban muy lejos del alcance del resto de la poblnción (ülavsl..-y, 198~: Shi.ple:, 19~; T.t:een. 1984). u se21111~ revolución rusa, por tanto, fue similar a la primm en cumto que t=bién supúso un levanLlmiemo cootr3 una clase privilegiada y opresora. · · El ñn de! experimento soviético nes muestr! algo1nteresanre. Como puede verse en !a Figura 9.1, la desigual- dtd soci!l en la antigua Unión Soviética era menor que en ottos países occidentale.s, como el Reino Unidó, ·Suecia o -- Jap6a: ·Pero esto·oo-impidi6--quc-la·~btaci6n-terminan-

la movilidad social estructural, que implica IUI cambio t.~ la postción social de un gran número dt individuos o~.U se dtbt mds a cambios de/a sociedDd cofiSidtrodD tn

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o La de&lgualdad ocanómla on algunos paisu, 19111-1Jf2 La an~1 Union Soviilic:a r.c pn:¡:orCcnó 01101 ~~br1 da.:V~d da rtntu. Los c!ztos qut ~"'"., buan 1n tuutimadcnu da lol IUIOru 1 plllir dt la inlomaoón et las luoonu Uridas sol:ta palsu que potllnKian aJ ar.tisuol>loque s..Wac:o. ur como da ouu '-ts. FlgUtlll.l

rebelándose cono-a sus líderes. Los soviéticos podían ser mú igunles, pem eran m3s pobres. y más importante: podían ser más iguales, pero no tenían libertades. Los altos funcionmos del Partido Comunista no tenl'an los sueldos ni el nivel de vida de muchos ottos ttabajadores cualific3dos de Occidente, pero terúan mucho más peder polltico que cualquier atta funcionario o gobernante de 1:15 democracias occidentales. ¿Hnbía movilidad social en la antigua Unión Soviética? Sf. Los datos disponibles señalan que hubo más movilidad social en la Unión Soviética que en países como Gran Bretada, Japón o Estados Unidos. ¿Cómo se puede explicJr esto? Para empezar, la sociedad soviética terminó con los grandes patrimonios que en ottaS sacieá:des se ttansfieren de una generación a b~ra··aei:!lro de =misma familia. Por Otr3 parte, la rápidiin"dlisttialiución y busoc:rariución que experimentó la sociedad soviélica a lo lu¡o ce esr.e siglo perm.iuó el escenso soc:W óe grandes sectores de la clase obrera y el c:!l!lpesinado (Dobson-, t!in; Lane, 19~; Shipler, 1984). (F.sta paut&, sin embar2o, está cambi!lldo en los últimos años. en la medida en-que se estin íollllando nuevas dinz.slia.s pwimolliales, s menudo asociadas~ c:imen org!lli.z.ado.j La movilidad socicl en la antigua Unión Soviética tiene su explicación en las yandes ttansformaciones socia.Jes.y. económic:IS que experimentó esta. sociedad. Esta es

o políticos; tienen wnbi~n a su disposición crtencil!5 o

su conjunto qut a las acciol!ls paniculares dt esos itulividuos. Hace más de mtdio siglo, el proceso de industria!i=i6n empujó a milloocs de soviéticos del campo a las ciudades. Del mismo modo, IQ burocratizacióo hizo que muchos sustiruyeran el uado por el o-abajo administtativo. En la acrualidad, con la restauración de la propiedad priv11.da se vaticinan nuevos C3.1Dbios eso-ucturales de similu cllado aunque :lhora el resuludo previsible es el aumento de la desiguald!d social (Róna-TQS, 1994).

idtolog!QS que enseñan que ese distribución de.sirJal de los recursos es ~go narural, necesario o justiñcable en último csso. La.s ideoltlgi!S no li2C:n de modo esponclneo, ni llillpoco son el fruto de una conspiruión de prhileriados reunidos con el propósito de.elaborar un sistema d; ideas o creencias qOJe justifiquen la desigualdad..La.s ideologías son el resulwdo de un largo proceso de :;edimenteción culrural. En la medida en que una persona acepta como suyas las cre:ncias dominantes puede quiú lamentarse de su si~ción particular, pero düícilmeote va a poner en entredicho esQS creenciQS.

La ideología como justificación de los sistemas de estratificación

Las pautas históricas de la Ideología .

Observando la desiguald3d social uistente en algunQS panes del mundo, nos podemos preguntar cómo pueden me.ntenerse viables esas sociedades en las que exisre una grnn desigualdad social. El sistema de casw de Japón se maoruvo dunnte varios siglos, durante los cuales unos cientos de familiQS controlaron y monopol.iznron los recursos económicos y políticos del país. En la Indin, y durante más de dos mil illlos,la mayor parte de la población ba aceptado como algo natural el destino que ·le ha tocado vi \le por ruón de na~imieruo. Una ruón fundamental para explicar el mantenimiento y la reproducción de las desigualdades sociales es la ideologÍ3, COnjUniO dt CTWieiOJ cu/tuTalts OUt sirven para justificar La esrrarijicaci6n ¡ocfaJ. Las ~ncias que refue;zan la dominación de una minoría privilegiada sobre la mayoría de la población (la creencia, por ejemplo, de que los ricos son ricos porque son más li.stos y tos pobres son pobres porque son perezosos), sao ideologías.

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Las visiones de Platón y Marx sobre la Ideología

El filósofo griego Platón (427-347 a.C.) definió la justicia como el acuerdo que surge tn una sociedad acerca de quie;¡ debe.1a ;ener qué. Según Platón, todas las sociedades enseñan 1 sus miembros 1 ver comp ~<jus!P algl!lll forma de esttatifieación. Karl Maa también pensaba que en !Odas:las sociedades se intenta legitimar la desigualdad social, pero era mucho menos condescenciente que Platón con !a desigualdad. Según Marx. las sociedades capitalistas son sociedades exttanrdinariamente ciesiruales: una minorfa de P"'..nonas co!!trala todos los recuñes económicos y políticos, lo que se ju.stifica en vinud del funcionamiento de las «leves del mercado». En las sociedades capit:lisru, el de~bo sanciopa y protege a propi~dad. uf como su ttarumislón h:r:ditaria, lo OJ!e perm.n: que las desigualdades sociales se reproduzcan de genmción en generación. Las elites económicas y. polí¡icas no sólo disponen de recunos pumnente econóll!icos

Las creenciss ue contribuyen a sostener los sistemas de eso-a · · e a econom"oa y la tecnología de una sociedad van .cambiando. Las socledad6 agnriQS de la Anugiiedad deJ!endi~ de la esc!a'>irud pan el desrmpeiio de las tareas m!ñuales más duru. En ~ Grecia clásica, .w!&eles justificó la esclavirud con el argumento ~ que los iÍtdividuas· de escala inteligencia debían vivir bajo la direCción y, el "control de sus csuoeriores» naturales. · · En lÜ sociedades :!.!fUÍ!S de la Eda~ Media, la. mayp. ría de la población s~ dedicába a las tareQS agríccilas, coo lo que se podían ~ene;-r los ~xced~ntes necesarios'p"m mantener a una aunona de pnvílepados. En es1as sociedades, wuo el señor como el .siervo eotéodían qué ~~ lugar que les babia!OC3rlo OCI!Jlar en la sociedad era algo querido por Dios, de modo que aceptarlo era !10• cuestión de responsabilidad moral. En la Edad Media, así col!lo en las sociedades de casw, la desigualdad social o las jel1lrquíes sociales pertenecen al Orden narunl de las cosas. Tan cieno y narunl como que ala noche le sigue el di&, es que unos tengan más y OlrOS menos. Con el des¡lmlllo del capitalismo industrial, ya no es lícito justiñcas la desigualdad como algo .narural ó algo oec_esari2.!llente querido por Dios. La !iesigualdad enu~de como el resultado de lo~ esfue.--zos perso¡¡ales: equellos que ~ se esfuerzan o son más emprendedores so_n los que coosiguen poder y ri,qÚeu. Esro explica que rruentras que en la sociedad medieval se eotendia que la pobrez:1 merecía una respuesta caritativa, en los orígenes de la sociedad capitali.stala pobreza es una señal de faiu de e~iueno o voluntad. Hemos dedicado w¡ recuadro a analizas con más de ralle esta transición en el modo .de entender (y justiñcar) la desigualdad y la Pobreu. A lo largo de le historia de la humanidad la¡nayoría de las pe!SOllaS han considerado que las _desigualdades socitles SOD il'.routables. Sin embargo, e medida qúe el peso de.la tradición se va ·~bilitendo, los individuoSJl~~deo empezar a cuestionarse la validez.Qe las normQS·culn¡n-

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les que s3llcionan las desigualdades, y a pregunw-se en qué medida esas normas sólo sirven para proteger los privilegios de unos a costa de los otros. Por ejemplo, la idea de que el lugar marural" de la mujer es el hogar esrá muy cuestionada en muchas sociedades. Sigue baslliDte extendida, no obstante, la .idea de que la mujer desempeña algunas labores por mero alll'IIÍSmo, mientras que el hombre ha de ver siempre recompensados sus esfuenós económicamente. Aunque aún existen diferencias de género en Europa y en todos los rincones del planeta, las desigualdades originadas por razón de emia o raza provocan cad~ vez más rechazo. La resistencia de la pobl3ci6n negra sudafricana y el apoyo imernacion~ a sus reivindic:tciones hicieron · in~iable la continuidad del sistema del aponhtid, que durante décadas determinó todos Jos ámbitos de ~ida en aquel país. El apanhtid no fue nunca ampliamente acepllldo por la. población negra, y entre la población blanca la idea de que se trallt de un orden «narurabo.ha perdido apoyo (Friedich,-198~; Co~tr7r~: 1.99~).

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9 Las funciones de la estratificación social ·

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¿Por qué e:ti.ste la estratificación social? Se han dado muchas respuestas a esllt pregunta, tantas como escuelas sociológicas. Deozro del pmdigma o escuela funcionalista se entiende que la desigualdad social juega un papel crucial para el correctO funcion:unientO de las sociedades. Este argwnenro, que ha sido muy influyente pero lltmbién muy conzrovertido, fue expuesto por primera vez. hace más de cincuenllt años por Kingsley Da\is y WJ.lbert Moore (1945).

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La tesis de Oavls

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Según tesiS de D:nis y Moore, la esrranificación social titnt resulrados positivos para la saciedad en su canjun· ro. ¿Cómo podemos explicar, se preguntaban Davis y Moore, que todas las sociedades que conocemos son desiguilles? En Ollas palabras ¿por qué la desigualóad es un fenómeno universal? Si lo es, debe halier alguna buena ruón. Según Davis y Moore, la razón es la siguiente:· en toda socieaw compleja o moderna existe la división del trabajo. En las sociedades modernas hay miles de ocupaciones distinrzs qu~ requieren habilidades y niveles de preparací(in distintos. Cienos trabajos, como limpiar una oñcina, son bz.sr:ante sencillos y Jos puede reclizar práctic:unente cualquiera. Otros, como hacer un traspla.:1te de corazón, por ejemplo. son bastante difíciles y requieren - - ----muchos años de esrudio.y aprendizaje. Son generalmente las ocupaciones o·proíesiones que requieren-una-alta-cualliicación-las-más-necesarias-para-

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mantener viable la sociedad. Por eso es necesario reeom· pensar de !lgum forma a aquellos que parecen dispuestos a invertir tiempo y energías en adquirir los conocimientos necesarios para ejer..er esas profesiones. Las recompensas pueden venir en forma de ingresos, prestigio, poder ·u otros beneficios; pero en cualquier caso la sociedad que quiere seguir siendo ~iable tiene que ofrecer algún tipo de recompensas. El resultado es una disrribución desigual de los recursos, de la que se beneficia el conjunto de la sociedad Podríamos ·intentar crear una sociedad igualitaria, ciertamente. Podríamos, por ejemplo, ~mütir que cualquiera, independientemente de su formación, pudiera desempeñar cualquier trabajo. EstÓ, por supuesto, no es una perspectiva azractiva. Podríam!)s también hacer la vista gorda y dar la misma. recompensa al que hace bien su zrabajo y al que lo hace mal. Tampoco esto es atractivo. Si queremos que las cosas funcionen y la sociedad se mantenga a flote, pare.."C que debemos ofrecer recompensas desiguales según Jos esfueaos desiguales de las personas. En principio, la tesis de Davis y Moore es una explicación muy sensata de la desigualdad. La tesis de Davis y Moore puede quiú explicar por qué existe alguna forma di: estratificación en todas las socied~es. pero, sin embargo, no puede e~plicar variantes esptc{jicas de estratificación. Ciertamente, la tesis de Davis y Moore puede explicar por qué un médico, por ejemplo, tiene unos ingresos más altos que un camarero. Pero no puede explicar por qu6 muchas profesiones que implican grandes esfueaos y años de aprendizaje esuin peor remuneradas que Ollas que, comparativamente, apenas requieren esfuertes ..J\nálogamente,las ocupaciones tradicionalmente femeninas ¿está¡¡ peor remuneradas porque son menos críticas para el funcionamiento de una sociedad o porque son mujeres las que las desempeñan?

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¿Cuándo es injusta la desigualdad?

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Con 1! llegada de la Revolución .. que ..la_riquez.a _y _el poder de los justa. Todas las sociedades jus- lndvstrial, la elite capllalista raempla- empresarios eran el ju~to premiQ a tifican algunas manilestaciones zó a la nobleza de origen feudal . ~u esfuerto e iniciativa. Para Rockede la desigualdad y condenan otras.. . como clase- dominante. Coó. e!IÓ. ' lefler, que . los . más. capaces -<;ansiNo obstante, las justificaciones de la triunfó un nuevo sistema de creen- · guiaran mayores forlli~as no ~ebia eslratiflceción social varían a través cias que justificaba o explicaba la sorprender a nadie;" era Ufla ley ha tudel tiempo y de cultura a cultura: desigualdad. La elile cipitalista ya·· ral. De a·cuerdo ·con está forma de 8 rígido sistema estamental de la no podia acsptar la idea de que la pansar, los pobr&s (quienes· érr la Edad Media se apoyaba en la doctr1- posición social viene determinada época preindustñal merecian·lá cañna de la Iglesia, según la cual di~ho ·· por el origen famiiiar. Aunque ·tañí: · dad ·cristiana), ·lo- eran:·porqtlb no orden social era algo querido por bién en la época industrial· se se- ...tenien.ainbldón, ganas!le·trabajar o Dios. De esta forma, la·Jgfesia justifi- guían oyendo argumentos o justifiCa-· · la astucia necesaria 'Para saflr aClecaba un sistema que obf¡gaba a la cienes de orden religioso, en último !ante. De Ja miSOJa .forro¡¡..que ,los mayor parte de la poblaclón a traba- lérmino, la nueva ideologfa defendía ricos se habian ganado. -s11.riqueza, jar como siervos al servicio de sus que los individuos más capaces o los pobres se habian ganado su sel\ores, y éstos, a su vez, a prote- más emprendedoras deberían ocu- pobreu. Esta ideologia puramente ger sus dominios del espíritu del mal, par las posiciones dirigentes .en. la .darwinista .sirvió 1)~ ~ par¡¡. juslillcar fa desigüaldád socia!;:~IIJ.Q.}amo del pecado. Asf, cue~ticnar el or- sociedad. John Rockafellar (1839-1937). bien para culpar a lo~ P.O~(es·de s~ den social suponía !!nfrentarse a la Iglesia y, an última Instancia, a Dios que conslguíó acumular una enorme situación (lo que hacia más fácil fortuna gracias al ~tróleo, pensaba desentenderse de- enos):• · . ~ • : mismo. .. . .: -~

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Meritocracia

La ll:Sis de Davis y Moore se basa en el ideal de la meritocracia, según el cual, s6lo debe bqbu desigualdadu tn · n de los trjutr..os y miriros desiguales dt lasJJ!!· sofUIS. Las mentocra rerruen e !ieSiimiUo oe~ to individuiíl y fomenUID e!Cslííeño:l'oonocíedad que quiero. aproximuse al ideal meritocrático debe garantizar la igualdad de oporrunidades y, al mismo tiempo, procurar que los beneñcios y recompensas no se distribuyan igualitariamente. Si a la hora del repano de los premios y las recompensas.s6Jo se tienen en cuenta los méritOs y los esfuerzos de c:uia. uno, entonces esa sociedad es una sociedad meritocritica.- Dado que la meritocncia se basa en l2. igualdad de oporrunidades, en una sociedad meritodtica el índice de movilidad social (11D1<1 ascendente como descendenre):ciene que ser aito.

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Al contrario. en las sociedades de casta, el ~mérito" es muy distinto. Son dignas de mérim (y de alabanus), las personas que se resignan a ocupar la posición a la que han sido destinadas por razón de nacimiento o voluntzd divina. Cada uno en su lugar: el rey que se resigna t asumir las responsabili&des del gobierno y el campesino que se resigna a tirar del arado son personas dignas de mérito. Los- sistemas de castas ·favorecen la estabilidad y .el orden social a;cpsta.de desperdiciar los talentos personaJes. En las sociedadés cnás meritocráticas los t:llento~ per. sonzles se toman más en cuenta, pero no hay· sociedad meritocritica en estado pw-o. En las sociedades modernas y complejas eximo redes de !ealt.ades·personales y clientelísticas y redes de parentesco que controlan y disrribuyen recUISos según ozros criterios que- el mérito y el esfuerzo personal de . sus miembros: En una sociecitó como la griega, por ejemplo, en la que un elevado porcentaje de la población tr.1baja en empresas familiares, los vfnt:ulos y lealtades personales 'f familiares siguen teniendo imponanc:ia a la hora de e:tplic;a¡; cómo se distribuyen los recursos. . -·

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Evaluación crúica Davis y Moore hicieron una gran conrribuéiótÍ a la socíoJogía al intentar explicar las razones (o las funciones) de la desigualdad social. Su teSis, no olistante, ba sido criri, cada desde distintos puntos de vista. Melvin Thmin (1953) se pre~¡a ~i es reilmente la itDporinnd~ ~cio­ oal de algunas profesiones la ql.le expli_ca !o.s. altos ~nefj.­ cios asignados a tos que desel!lpefian e~ p¡-ofesion~. ¡Es poSiblé.inCdir y coinpÍuar profesio~~s u ocupaciooes se&ú" su «imporlliDci~ funcional»? Un~ estrella ~el,.r~P puede ganar en un mes todo lo que gana un profesor de ensedanza primaria a Jo largo de toda su vida. ¿Es más importarue el trabajo de una estrella de r.p qÚe el de. un maestro? ¿cómo Jo podemos saber COf1. certeu? Ysilo es ¿cómo PQ<iemos medir con e~actirud cuántas ve~s es más importznte? . . En segundo luglf, Tumin cree que la tesis de Davis y Moore exag~ra la medida en que la.desÍgualdad puede íomentar el esfueno y. el n-abajQ perseo¡¡!. Gienamente, DUeszra· sociedad,desigual premia.e~ esñu;no·y e1.m.tiito individual. pero.wnbién permite que la riquez.a..y el pjlder

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t:stratrllcaclon soc1al 8 Z49 \

se tnr.Smitan intergene.-aciooalmente. Además, la desigualdad social puede desin~ntivar el esfuerzo y el ~n­ bajo cu:.ndo cielt45 categorías 4e personas, como las minorías étnicas o las mujeres, síguen C!lCOntnndo dificuludes pua hacerse valer y valorar, o, simplementt, pars acceder a las mismas oporrunid:~des que tienen Olr.I.S personas. En la práctica, di~ Tumin, nuestro sisttma de desigualdad social fomenta el desurollo del ulento v el esfuerzo perso~al entre algunas categorías de peno~as. pero répreseot: un obstáculo para otraS. Por 111timo; 03vis y Moore m:llltienen que 1:~ desigua.ld:td social beneficia en últi!Jia insl:lllcia al conjunto de la sociedad. Quizá se~ así hasta cieno punto, pero tambiin es cieno que la desigualdad social puede dar lugar al conflicto social, Esto nos conduce -ai pa.""3digma de) c;mflicto social, desde el que, como vamas -~ ver inmedia!IUDente, se,ofrece una expliución muy distinu deJa e.tistencia y reproducción de las desigunldades sociales: • ·· ~ E_s tr~tificación

y con!licto

SeiÜJlla. sociología del conflicto, la estruificación social, lejos de beneficiar al conjunto de la sociedad, favorece a \!nos sectores a coslll de otros. Esta ide:~ se inspin princip3.lmente en la obra de K:lrl Marx, aunque posteriormeme Max Weber hizo lllmbién imporuntts contribuciones. · Karl Marx: clase y conflicto

Esw ide:!S se b:!Saban en el iuncionzmiento del capitzlis¡¡¡o del siglo :'iiX, cumdo el poder e=onómico se concen~nba en las mznos de los gr>.Jides empresarios y financieros. En Eswlos Unidos, por ejemplo, Andrew Cll!legie, J. P. Morgan y John Jacob .-\stor (por cieno, uno de los pocos p3!ajeros ricos delTiranic que pereció en el hundimie!lto), vivían en magníficas Ill3llSiones decoradas con piezas de arte de inCl!culable valor, y rodeados por docenas de sirvieotts. Sw fonunas ernn fabulosas: la de John Jacob Astor ascendía a veinticinco millones de dólares, mientraS que Carnegic gannba veinte millones de dólares al año a principios de siglo (equiva.lentt a cien millones de dólares de nuestros dfas, esto es, unos quince mil millones de pesew aproximadamente); sen cifras que contraStan con los quinientos dólares 3.Duales que por término. medio cobraba un trabajador m3.Dwli en aquellos años. .'\demás, se21ln .Mm, la elite caoitalista no sólo e.,;trae riquez.a y todo-tipo de recursos & la esíera econ6mica. Las instiruciones políticas y legales _gannriZ3.ll que las desiguald;!des sociales se reproduzcan generación· tras generación. U.s leyes herediwi3.S pennittn la reproducción de las dinastías financieras y empresariales, y el sistema edue3tivQ pennitt que los más aforrunados esrudien en universid!des de prestigio, donde pueden esublecer vínculos privilegiados con personas de su misma condición que les van a ser muy lltiles a lo largo de su vida. En resumen, Mm creía que la sociedad capitalis1:1 rtprod"'c(a la l.Srrucrura de" clasls dt generación tn gtntración.

¿Merecen los ricos lb que ganan? n trabc.jador en una residencia de Sarah Fsrguson tienen m¿s valor de ancianos del Sur de Inglete- social que la labor desempe~ada por rra gana unas 3,25 libras la los profesores de la escuela primahora (ochocientas ptas. aprp)dmad<:- ria? Dicho de otro modo, ¿son los mente); un profesor ayudante univer- Ingresos de una persona un buen sf.;;rio unas cuatro libres (mi ptas.); y lndicadOf de la importancia social del un técnico informático, entre las nue: .. trabajo lfe esa pe~ona? . .. . . ve y las treinta 6bras la hora (entre En las sociedades capitalistas dos mil y siet!f mil ptas.). Sin embl!r· lodustr1ales como Gran Bretaña y go, las cfrlerencias entre estos saJa- España, los salarios son el resülti"do rios parecen insignificantes cuando de las fuerzas del mercado, de la ley se comparan con los cientos da de la olerta y la demanda. En otras miles, o incluso míUones de tibras que palEbras, aquellos que lienen ciertas ganan anualmente actores como capEcidades que, pot las razones .Rowan Atkinson (Mr. Bean), estrellas que fuesen, están muy demandadas, del deporte como Eric Cantona, o ~rminar2n teniendo unos ingresos · grupos musicales como las Spice altos. De ahl que las estrellas de Girls. Otro ejemplo: la d~ooquesa de clne, algunos deportistas profesionaYorl<, Sarah Ferguson, consiguió pE- les, o los directivos de las grandes gar une deuda de mlis de un millón empre!as ganen mucho mas que el de libras ídosclentos cincuenta millo- trabajador medio. nes de ptas. aproximadamente; esto Aquellos que critican este orden es, más de lo que la mayor parte de de cosas argumentan que el mercala gente gana ~ lo largo de to~a su do no si.Ve "para evaluar la importanvida),.escribiendo cuemos para niños tia de las ocupaciones o las prolesioy e¡wecieJl(lo en programas de tete- nes. En primer lugar, no sirve cuando VISión norjeamericanos. un pequefio sector de la población Como ·vimos antes, la tesis de tiene cier1o control sobre la marcha Davis yMoore sostiene que"los bene- de la economía y la distribución de ficios f111Qresos, ·prestigio, : te.) rene- los recursos. En Gran Bretafia, por jan el Vlllor social de la ocupaclóo o ejemplo, los óir;;ctivos de las grandes profesión de una persona. ¿Quiera empresas reciben salarios anuales esto decir que los cuentos infanbles de millones de fibras, incluso en a/los

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El·aluación crin"ca

En el Capítulo 3 (.cSociedaW.) ya explicamos con cieno

detalle la visión de Mm sobre la desigualcbd social. Por. El IIJlál..isis de Marx sobre la es~ntiñcaci6n social y sw conclusiones sobre la inevitable l ucha de clases han teniel lllOIIIC!ltQ, ba..<te c.on recordar que para Mux e.tisltll do un enorme impacto en la sociología. .El tono revoludos clases sociales principales. que se pueden diferenciar cionario de sus teSis U!!Dbi~n ha contribuido a aumentar entre sf en función ée la pos1ción que OCI!pen en la esfera este impacto. económica: la de los propietarios de los medios .de proUna de las criticas principales que se han hecho al anáducción, y la de Jos trabajadores. En la Europa Medieval, lisis mar.ti.s111 es que ciega el postulado ceoD111 de 1: ¡esis de la nobleza y la Iglesi3. posef:m la mayor p:me de la tiem. Davis y Moore, según el cual es necesario 2lgún pado de que cultivaban los tm~pe.sinos. De mznera similar, en las desigualdad Uin d• mrenrivar ~ue se ~ren sociedades capitilisw, los empresarios (o la burguesía) esforz.u más y, así, glr3.Dliz.ar el funoonamiento de la soson propiewios de las fábricas y los medios de producciedad. Mm pensaba que los beneñcios y rtcompensas no ción, y los trabajadores (o proletarios) deben lnbaju pm debían ir vinculados alas c:!pacidades y los m~ritos c!e las· ellos. En sw investigaciones, lV!:lr.< describió J.a gnn dispari- persooas. Por el comruio deftndía uo IÍ51t:m3. de re~ dad de riqu...aza y poder que =teriz.aba a los sisremas ~e~ a cada uno según sus nee:sidades» (1972: 388).l.os que-b:lll productivos capiWisw. Según Mm, las diferencias criticado :1 Man señalan que fue pr:cisame:lte este princientre ricos y pobres serio c:!da •:ez may~s. con lo que el conflicto entre uno¡ y OtrQS mí inevitable. Una soci~dad pio de rtpano (por supuesto nunca aplicado de forma pura) C!da vez más poll!li.l:!da ell!re l!lia mayQña c~da yez mis el que e.-cplic:! por qué el itlldimiento laboral fue l!ll bajo pobre y una minoría cada vez mis rica no puede ser via- en las empresas soviéticas y, en última irua:ancia, el que ---·---ble, jus!ll y racional, .<on lo que la confrolltlción y el expliC3. el derrumbe del sisttma SOVIético. . . derrumbe definitivo del sistema capitalim e:nlgo inevj, los defensores de Mzr:t conaut2can seiíalando que .. - tabJe... . - ~- ....... - -.......,.-.....--- - - - - - ' - · es un e¡¡or·pensar que w persoo3.S siempre acrúan segtin

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en.los que la empresa no gene¡¡~ m2s que péróldas. P.or contra, los salarios .de .. los . dlrec'.ivos japoneses son mucho menores a pesar-de que, por lo general, las empresas japoneses generan más beneilcios que sus riVales britárucas. En segundo lugar, los Salarios de muchas ~rsonas, i:uyá conlllbución al bienesl2r social es incuestionable, son ·más bien !ieíOS. Asf ocurre cori los"ínaestros; las asistentes sociales y centen~es ée otras ocupaciones. Según estos críticos, entonces, el va!Dr'o Ja lmpor'~cia s~-~.!1 las ocupaciones. no parece exjlficar. (y menos jusiifiCII") las diferar¡clas d.~ renta: Estos crfticos niántienen· que lo que el mercado valola puede no tener ningún •¡alor. social. de modo que es necesario introducir otros mecanismos de evaluación en_ !a cistnbucíón de los recursos. En principio esta parece ooa propuesta sensata. Pero, por supues:o. también se puede criticar: ¿l:l.láles SOl\'" exactamente esos mecanismos? ¿hasta dónde debemos apliailos? ¿estemos seguros de que ~ apUcación·ae esos mecanismos· no va a alterar el funcionamiento- de las leyes del mercado en perjuicio de toda la soc;iedad? ~

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un c:ilcu!o de costes "y beneficios personales. El ser humnoo. señalan, es solidario y no un ser impulsado por instintos egoísw (Om 1991; Fuke 1991). Asf, argumentan, no deberlemos asumir que el beneñcio o la recompensa personal (y menos aún la rtaibución monetaria.) es el único medio pan incentivar a les persones a cumplir o desarrollar su cometida. -Ea la Tabla 9.1 se resumen )3.5 diferencias entre el pmdigma Í"llllcionalisu y el de la sociología del conflicto rtspeoto al p{Oblemt de la desigualdad. Por último, si se mantiene, tal como hacía Mux, que la sociedad capitalista contriboy~ a perpemar la pobreu y el

prhilegio, emonces cabe. pregun!llrSe cómo es que aquellos acoote..-imientDS revolucionarios que él anticipó no han tenido luear. O, al menos, no en aauellas sociedades en las '!ue, s~gún él, deberían hmr ·ocurrido. Esto lo vamos a ver inme1!iaumente. ¿Por qu~ no ha habido una revollJclón proletaria en las sociedad.~s capi,ta!ls~a~? .

A pesar de lt.prediccione,~ de Marx, el sisttmt C3.pi~ta sigue en pie. ¿Por qu~ los prolewios del Reino Unido y de otraS sociedades indwtriales avanzadas oo ~ ley.anta-


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dt ia clast copiralis1o. En primer lugar, es e a muene ae ! m se "dtdo un proceso ~-. de fra!!lllentación de la clase caoitalistá. Hace un sielo la ma):or pane de las compañíaS eran propiedad de Una • familia, mientras que en nuestros días la propiedad i.:A está repartida entre muchos accionistas. Estas difereo-.., cías en las pautas de propiedad hao estimulado tam· ~:~ bién el surgimiento de una clase gerencial, Íormada ._ por ejecutivos que supervisan el funcionamiento de f::l... las compall.ías y que, con frecuencia, son también 'W accionisw (WrighL 1985; Wright, Le vine y Sober, ~ . ·.., 1992; Scon, 199lj. En el próximo capírulo nos rieren,.; l dremos ¡¡¡¡poco más en este punto. 2. Trabojodom dt cuel!o blanco y mtjoras en la calidad de v1do.. Una «revolución de cuello blanco» ha trans· • formado el prole!lh-iado industrial caracteristico de la ~:-. época en la que Marx escribió su obra. Como se expli• ca en el Ca pirulo 15 («Economía, collSUIIIO y em'-_·• · pleo»), la mayor parte de los !Salaria~s del siglo XIX trabajaban en fábricas o, en su caso, e~' trabajadores ,__-,.-_,· del campo. Estas son ocupaciones anuales o de cuello azul. empleos cú bajo prmi qut s61o rt' · ·· · -- -- quimn·ei !IJO dt habilidades manual . Por contra. la : mayor pane ce los asalariados de h:o eñllrañeñen ocupaciones de ·cueUo blanto; "ttnpleos de mayor •

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¡ menra e_¡,.l a m•yoóa tk..JM trabajo.s c¡&_sector servi-

\ cios (maestrOs. enfennc:ra< cmpl•a~trati\ vo~on rrabajadores de cueUo blanco.:... Aunque-muchos de los trabajadores de cuello blanco realizan We;!S repetitivas como las que llevaban a cabo los trabajadores induslria!es que Mm conoció, la evideocia sellala que esa no es la pen:epcióo que muchos de éstos sueleo tener de su trabajo y de sf mismos. La mayor pane de los trabajadores de cuello blanco pe"rcibeo que, en comparacióo con sus padres y abuelos, que tenían ocupaciones manuales, sus condiciones de trabajo y su posición social b:m mejorado ~otablemente. De hecho, y seglin algunos cálculos, la calidad de vida de los trabajad.ores es hoy cuatro veces superior a la de los trabajadores de principios de siglo. La división en~ ricos y pobres está tambi~n mucho menos aceoruada que en los tiempos de Mnn (Edwards 1979; Gagliani, 1981; Wrighty Manin. 1987). 3. Mejoras en las u/acionu lobera/u. Los trabajad\)res disfru~m hoy de recursos orgamzativos. de los que cmcían hace un siglo. Desde Jos tiempos de Marx los trabLjadores han ido conQuistando muchos derechos, como el de org~n sindicatos o el recurñr"a la huelga pera hacCflt¡¡j¡:¡ ,Ql aeiíiiíl"d!s. Y aunque a finales del siglo XX !on carla vez menos los trabajirlores oue participan ~o la vida sindical, ·1 hech es q los sindicatos ~igu;n siéndo or_ganizaclooe$ !uy. e~~ cientes !la 15:6ra·ife·defender lo$-dertchos de loHnba-

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ororecci6n letal. Desde !os tiemoos de Mux hibaotao üna .ign;:ficativa mejora en 1; ~ón, ue rote e los derechos de los trabajadores y les a~ppara ante .os tnouna! •· n í!aS m de prote~ los subsidios "de desempleo, las regulaciones sobre salud lebora!, etc., que garantizan UO?seguridad a los trabajadores que los capitalistas del siglo pasado no estaban dispuestos a conceder.

Tomados conjuntamente, la implicación de estos cuatro desarrollos es que, a pesar de que la estr~tiñcción social prniste, muchas sociedades han conseguido suaviw algunos de los aspec!Os más negativos del sistema capitalista. En consecuencia, el cooflicto social es hoy menos in¡eoso de lo que era hace un siglo.

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1süwna letal sigue favoúcitndo a los neos. Ciertamente, a lo largo del siglo !O' os;n . Jaoo~ hao "éohseguido muchas conquiStas legales. No obstante, en las sociedades capita)istas los sistemas juñdicos ·siguen protegiendo la dislribución · desi~al áe lá ñqueza. Además, frente a"los tribunales, la "geme·4<comUID. sigue teniendo mecos rec~os que los ricos~ defe!lder sus derecllos. · .:

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Max Weber, cuya visión general de la sociedád hemos vis·

Muchos sociólogos siguen ~ando que las ideas de Mar.t, matizadas de una u otra forma, continúan teniendo validez Q..Iiliband.-1969; Edwards, 1979; Giddens, 1982; Domhoff, ·1983; Stephens, 1986; BosweU y Dixon, 1993; Hout et al.1 1993). A los argumentos que acaban:ios de expol)er. los sociólogos que trabajan desde el paradigma del conflicto bao respoodido ton varios cootraasgumentos.

L (¡r riqueza sjrut crra,do ~'')' cnnctna:m!a. Tal y como Mm predijo, la riqueza sigue concentrada en las manos de unos pocos. Alrededor de la mitad de las acciones de las empresas privadas europeas continúa en manos de sólo un uno por ciento de la población. Este sector de la población sigue constiruyeodo la clase capitalista. 1. La.!. ocuoaciones dt cue/1~> blqaco JJp.cnos ogecC/1 .J!'.tioras a los rrabojadom. Hay sociólogos que piensan que la revoluCión ae cuello blanco apenas ha mejorado Jos ingt~os o las condiciones laborales de los trabajadores. Por el contrario, se insiste, muchos tr2bajos siguen siendo monótonos y rutinarios, en especial los trabajos administrativos, óesempeiiados genenJme;:¡te por mujeres.

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Contraargumentos

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revolucionario? Hace ya algunos :úlos, Ra!f D2hrendorf (1959) señaló cuatrO razones.

guieron precisamente graci~ a la lucha de clases que Mm describió.·Y la luclia; o el conflicto, no ha terminado; en especial, en las dos últimas dtcadas del siglo XX. cuando debido a las reformas neoliberales, los sindic2!0s se es!Ú! esfomndo por ¡fiariti~ei loi)ogros que han podido arrancar alo largo de las 11ltimas dtca~.Qlmo muestra de lo que1odavía queda por hacer, la mitad de los trabajadores de Esta~Qs:-_llni_á~s siguen despro~istos de planes de pensiones financiados por las empresas. ··· · -· ·· · ·

jadores (Rubin 1986). Por último, en la ac!U3l.idad,las oe¡oci2ciones entre sindicatos y patronales son por lo genenl pacíficas y están basWJte insrimcioo<ilizadas, ~ diferencia del siglo pasado, cuando la riorma era los enfrentamientos violentos.

hayan mejorado las condiciones de los_trabajádores en el. último medio siglo, p-...ro el becho de que hoy_ existan negoci!ciones regulares e instimcionaliudzs entre trabaj2dores y patrOnal no sipifica. que_se haya puesto fin al conflic!O soci2l. De hecllo, _grao pane de las mejoras coiL.~guidas por lo! trabajadores .se ~onsi-

toen el Capírulo 3 («SociedaQ,.), coincidía con Mm enla creencia de que la estratificación social genera conflicto social. Su ioterpreU!ción de la desigualdad social, no obsWite, es distinta en I!Spectos iro¡ionaotes. fara empezar, Weber creía que el modelo de Mm de dos grandes clases sociales era demasiado simplista. Weber entendía la esm: tificación social de forma más compleja, ccmo el resuludo.de la jn¡eracción de tre,< dimensiones disñntas, '[A pri· mera dimensión es "la de la d.lli,"'Í.aldad ecop6míca (la única relevante para Marx), a la que Weber denoinioó ccr m2~si~a-4~aunqu~ Weber no ént~niiíaJa ~cla­ se» como una cat~gona absoluta en el sentido que le. daba Mm, sino como una dimensión continua). Una segunda dimensión,~i:e referencia al pr~. Y _por último, . ooder ompleta la configuración ~_la jerarquía social según_ e esquema de Weber.

La jerarquía de posiciones socioeco_nom~éas M= pensaba que el poder y el prestigio ~ociafse derivan d~ la posición económica, de modo que ~o vio 111ZQD para estudiar estas dos dimensiones de la designildad de forma separada. ~or el contrario, W@er creía que una de las características peculiares de las sociedades industriales es precisamente la escasa consistencia de eswus. ES!o es, un individuo put!le ocupar una posición alta en una de esas tres <jimensión de la desiguald~d _so~jak:l! otra m~. baja e.n otras dimensiones. Por ej~mplo,_ un bulOcnitá"puede teoer un gran poder de decirión y sin embargo disfn·~ óe una renta o un pr~tigio ~ocial-limitadc¡s , . . _ Por tamo, mientras Mux ~tendió la dtsiguaJ~d ,en t~os de dos grandes clases sociales ?ien defiili~as y

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tstnunrcacJon social O "253 ciiferenciada.s enut s~ Weber oen.saba que k eslnlificrción en las sociedades indiisffi~es funciO!I! de fonna más compleja. La contribución principal de .Weber radica en baber identificado la multidimen.sionalidad de la eslmific3cióñsocttl. Por ello los sOC1ólogoSnncuuJo emplean el ttrmiD~Ia~ para referirse a una clasijicació,, 11-jMJJ:q~ siciofllS socia/u tn la _qut u titnln t!UJJtnra varias dinunsronts dt la duigualdad social. Una soc1edia en donde las personas ocupUJ posiciones distintaS según (1) la ctpacidad que teagan de wmardtci· siones que van a termiDu afecWido a ouas personas; (2) sus recursos económicos, y-(3) el prestigio de la profesión que desempeñan o el grupo al que pemneceo, da lugar a una multitud de-posiciones sociales. Entendiendo la desi· gual~d social desde esta perspectiva mulridimensiooal, ya no es posible hablar de una sociedad polarizada en dos cleses sociales y en conflicto permineme eo1re sf, como lo b3cía Marx. Cierwnente, s...o.gúo el esquema de We~. sigue habiendo conflic10s de intereses entre personas que ocupan distintaS ·posiciones sociales, Pero es!Ds conflictos son múltiples, mudables y de natUialeu divmL Según este esquema multidimeosional de la estr:Uificación .social ya no es posible entender el conflicto social como UD3 «<ucha» o «guerra de cb.ses».

La desigualdad en la historia ~ wnbi~n

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contribuyó a aclarar algunas cuestiones de la estratificación social desde una perspectiva histórica. Según Weber, cada una de estas tres dimeosiones de la desigualdad soc:W ruvo una relevaocia distirua en distintos periodos de a historia. Desde su punto de vista, en las sociedades agrarias la jerarquía social era UDS ~fa b:isic:unemc. est:!lllentcl. El eswnen10 (aristocrático, reli· gioso, urbano, etc.) al que penenece una persona sirve para dasificar a es3 persona en UD punto u o1r0 de la jerar· quía social. La industrialización y el desarrollo del capitalismo redujeron las diferencias tradicionales basadas en los pri· vilegios eSllllllentales. Las diferencias socialmente más relevantes pasaron a ser lll$ diferencias e::on6micas ~en l~diciooes materiales de existeoci!. Con lt industrializ:~Clón, JOS recursos o la posición económica de las per;ooas pasó a ser el factor más imponaote en el sistema de estruificación social. Con el tiempo, D1JliiDClll3ba lYeber, la complejidad de las sociedades indu.<&idiudas ge~ra un creclllll!nÍO del a~ burocrático dei estzdo. La expansión de las com· pct:ncJi!S guoemameiíí!les, z.sf como la proliieración d: otro tipo de organizaciones formaJe~ aume!!Wlla ímpor· - - W!cit de la dimensión del·ooder en el sistema de estrati· fimión social,.I.a c!imensióo del jxxler es tambi~Q cru· · • cial en h ·organi.zacióa deiu-sociedades-socialist.U:±a·

e:u~nsivs regu!uión gubeml!!llental sobre :I.SJlC$ltlfeieh vidaccotidi:w de los ciudadznos es sólo una mues:tra de la imporw~cia de las burocraciz.s en·este tipo de sociedades. cuyas elites lo son no Wlto por su riqueza personal, como por su capacidad de tomar decisiones que afecliD signifiC!tivameote al resto :le la población. Este aná!isi.s histórico subraya Jlll~ VJ.tima. ciiferencU. emre M:lr.< y Web-..r. Mienuas el_primero qeía que, en.el iururo, se podríll.eli!nin3{ la estratificación social medizn· te la abolición d: la propiedad privada de los medios de producción, el segundo dudaba que llt deiapiricióo. de! c3pitalismo iuera a suponer una disminución de a e.stn· tificación social. De :cuerdo con Weber, con la abolición del si.stema capitalista, las desigual~ e::ooómicas podrían reducirse, pero sólo t costa de aumentar las desigualdades poUtic:iS. Según Weber, a revolución socialis· ta, al expandir las competeaci~ gubernamentales y C9D· c:n111r el poder en manos de uns reducida elite poUrica, podria incluso aumtnrar la desigual~d social Los recientes levantamientos populeres coptn los estados burocntiz.ados del Este de Europa y de la antigua Unión Soviética parecen coofumu la hipótesis de Weber.

vimos con de tille en el Capítulo 3 («Sociedad»), ansliza lt es;ratiñc!ción social desde una perspectiva histórica y nos tyuda a entender los distintos niveles cit desigu~dad que podemos encon111r en el mundo contemporáneo (leoski, 1966; Lenslci, Nol2Jl y Lenski, 1995). Las sociedades de cazadores y recol~ct'?res

En las sociedades de cazmores y recolectores a tecnología se limita a producir lo que es necesario para la super· vi·•enciz diaria. Sin duda, algunos individuos son mejores c323dores o recolectores que OtrOS, pero la supcrvh·encia del conjunto de a comunid:!d depende de que todos compartan lo que tienen. Cocno apenas bay e."tcedentc.S, no surgen categorías de individuos que quieran apropiarse de esos e."tc:dentes. Sin excedentes que acumular apenas hay espacio para la jenrquiución. En conclusión, la eSlTirificación social en bs sociedades de c:uadores y recolectores se fundamenta exclusivamente en el ~éoero y la edad, y es menos compleja que en sociedades con una tecnología más avanzada. Las sociedades agrfcolas y ganaderas,

Evaluaci61! critica

y las sociedades agrarias

L3s tesi.s de Weber sobre la multidimensionalidad de a estntificació · en~ flu entre los sociólogos, especialmente en uropa. No obstante, inuchos (especialmente los más próximos al perlSlllliento de Marx) siguen pensando que si bien es verdad que lz.s bw.eras en1re las clases sociales se han desdibujado, w pau~ de desigualdad social en el mundo indusirializado continúan vigemes. • Como veremos en el Capítulo 10 («Clase, pobreza y bienest.UlO), las eoonnes fom.mas acumuladas por un reducido grupo de individuos en ~ sociedades occidentcles contnSun enormemente con w diñcillt!des a las que se enfreo¡an millones de p:nooas para cubrir sus necesidades diarias. Si a esto se añade el aumento de la desigualdad producido en los países doode bao triunfado con mayor iuerza las políticas neoh"berales, no es de ema!W" que en algunos sectores sociales, po!Iticos y acadimicos se hayan ;evaloriz!do los anillisi.s de orientacióo mar.tista y de «elase» en perjuicio de aquellos otros de orientación mis weberianJ.. O La estratificación y el desarrollo tecnológico desde una perspectiva global

YI!!Dos a ver aben !z. re!uión eDtre el desurollo teCDológico y a estratificación social. El modelo de·evolución socioculrur2l·de ,Gt.rlwd Lenski y Jean.Lenski que ya

menos analfabe1.1 termina dejándose oír en iz.s instituciones po!ItietS, lo que comn"buye a disminuir la desigual· dad social. Tal y como hemos descri10 ea un apanado anterior, el continuo clesmollo 1ecnológico tnnsformó muchos de los empleos de cuello azul en empleos de cuello blli!Go, que cuentzn con mi! prestigio social. Todas esw tru!Sformaciones explic:111 que bs revoluciones marxistaS tuvieran !ugu en sociedades predominmte· mente agrarii!.S (Rusia en 1917, Cuba en 1959 o Nicmgua en 19i9), donde persisóan formas de c.lesigualdad más pronuncia~. y no, cQmo predecfa Mm, en sociedades pleoaroente industrializadas. . . · , . · · ·No obstante, en la fase inicial del desarrollo industrial a enorme riqueza generada par el c:!lllblo tecnológi~ tiende a concentrarse ea las manos de unos pocQs, algo que Marx observó tc:nadamente. Con el paso del tiem· po, sin embargo, esta pauta se modiñca algo, aunque no necesariamente mucho en todos los casos. Se-ha calcult· do, por ejemplo, que justo ames de la. crisis financiera de 1929 el uno por cien10 de las familias mis ricas de Esta.· dos Unidos posefa el 36 por ciento de tixla la riquez~ del

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Los av:mces tecnológicos generan un e.xcedeote productivo, lo que a su vez resul1.1 en una m.ayor desigualdad social. En 1~ sociedades agrícolas y ganaderas una minoría controla la m.ayor pane de dicho uc:d:nte. En una fase pi>sterior, la tecnología agraria, que permite la explotaCión de grandes tem:nos, genera una mayor abundUJru, pero t21Dbi~n más desigualdad, de mO!i!) que distintaS categorías de individuos terminan vi,•iendo en condicio· nes muy düerentc.S entre si. La enorme distancia que separaba a !a nobleu heredituia del campesinado es qui· zis el mayor abismo social que ha existido e:~ a historia de la hU!D3rudad. En la mayor parte de los casos, los señores disfrutaban de poderes ilimitados sobre sus siervos. Las sociedades industriales

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Con la llegada de ~ revolución industrial se invirtió lo que hiSt!l emonc:s ·era UD3 tendencia iointerrum.Pida bacía una mayor desigualdad socit.l. La jm!ustrializ3ciÓn fomentaba el degrmllo de 13$ cav~cidades individuales, lo'~ 2ener6 una mavor .igll~dad de oponuni~ en diaiíííemo de la rigilb úíTiiití6ciáií:a• casw & fas sociedade~ :tgrarias. Por añtdidura; la mayor productivié¡¡d ¡ener:lda por los ava¡¡c:s tecnológicos pe.-mitió UD! mejora en !a calidad de ~ida de la mayor pute de la pobltción. L3.s l!bores técnicas y especializadas, típicas de las -sociedades industriales, nec:sil:I.D una mano de obra debidzment~ folllltdt., lo que conm"buyó a disminuir el aoiliabetismo. A su vez, una población más educada y

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Flgura 1.2 • La eslrltlflcación aocial y ti l!esorroUo lt<nológlco: la Cl.IMI dt

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La c:uva dt Kiant:a mii!Slil que uiS:t una ~~~ ar.111 e! duanclc 11~"0 y tl rivtlot ées'.gualdld social. Antu ct 11 rt~n lneua· lnii.J:t t...,., u'"-~ ditron luiar a..,.. ~dos CKifn. !!1. Otspo_i¡ dt la raYOiución ln:b:r.ai la tl!u!On 11 irMllll, ét nuo q\:1 1/1. GIUITOIO ttcnclógi<o vifM a=pa/'.aóo ót unos niv!lu mtno:n ét dts~tldad. C<ln la W!'.:.;rtabcadn. lea riFas s;i-.....W da cu:as y enmonw.. :.uJIIIKOI\ hay ,.~ igl!lloLd c:o ~uu.·" amplían tea ~t1'*- poiítior y se ~ l"ogr&!TW.. o poliii<U ót bitnuttr, ::¡n Jo qut 11 rt;fl:c•n tu du;gl:alda:!u tc:O..imic:u, ~.....,. c!t K&antts IIJr.biin u vtliéa .,, rupec:o 1 tu ~u produdcuporiUCnda~wro. ·. . · '· ~ : : , _


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que tiene más de es:a lnlefigencia ara es la vez que la publica· general tiende e tener más exito ción de una investigación de en su vida profesional que los que ciencias sociales c¿plii la tienen menos. etenaón de la opiniÓn públi~ El ibro de Richard J. Hermslein y Charles ~ Entre el sesenta y se:enta por Ciénto de es:a inteligencia general Murray The Bel Curve: /ntefigence sa transmite heredilariamenle. B and Class Slllleturs in American Ufe resto sa explica por factores es una de esas excePc:iones. En ambientales. Eslados Unidos el libro ha dado lugar a un encendldo debate sobre cuáles 3. En las sociedades Industriales, a lo largo del siglo XX, la lnlellgencia son las causas de la profunda. desl· .ha Ido cobrando más relevancia gualdad de la sociedad norteam·erica· en la asignación de posiciones na y, lo que·quizli. es más imllC?flatlle, sociales. qué se puede h2cer para pafiarta. Aunque el libro sólo trata de forma 4. Al mismo tiempo, 125 mejcns universidades norteamericanas han especifiCa la sociedad norteamericc.ido cambiando sus criterios de na, hay otros autores que sostienen edmisión, de mBill!fl! que la vieja qua sus conclusiones son apfJCables pofftlca que favorecla a los hijos de también a otros paises. En Europa, las ctases privilegiadas se ha sus· por ejemplo, su máximo defensor es tiluido por olla que emplea prueel psicólogo Hans Eysenck. bes estandarizadcs que mlli."'l la El libro de Hermstein y Murray es inlefigencia de los so&ci'.antes•. largo.(más de ochc;lcientas páginas), abo/da múltlples cuestiones y se 5. Como resultado de estos cambios en la universidad y en el mundo resiste e las simplifJCaciones. No obs· . laboral, una •eüte cognitiva• dotante, el argumento principal se puemina la sociedad norteamericana. de resumir del siguiente modo: Esta efite no sólo tiene una mejor formación sino que es, de hecho, 1. Existe algo· que poeemos llamar más intefigente. •inteligencia general•. La gente

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6. Este grupo social más intefigente

tiende a concentrarse en los cam· pus universilarios y en dstsrmina·

dos ámbitos leborales. No es sor· prendente por lanto, que tiendan a arnpuejarss y casarse entre eftos. Como le in:engencie es en gran parte hereditaria, la •elite cognitiva• tJenqe a perpetuarse da unas generaciones a ot;as. 7. Un proceso similar tiene lugar en el extremo opuesto de la escala social. De forma progresiVa, los pobres tienden a ser Individuos de menor Inteligencia, que viven segregados en detenrJnados ámbitos, y cuyos hijos heredan sus capacidades limiladas. Dando por válidas las siete proposiciones que acabé!mos de exponer, Hermsteln . y Munay ofrece!) una octava propostción, en la que resumen su visi6n de les polilicas-púbfi· cas enfocadas e combatir la desigualdad.

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8. En la medida en la que la perte-

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nencia a la elile social o a los sec· lores más pobres de la po?lación

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aumento del número de personi\S •Sin techo~? ¿Se ·están desentendlendo de estos problemas porque piensan que los que los sufren. tienen pocas poslbllidad!s de 521ir ade:lante debido ·a sus características innatas, o piensen d; este forma porque es más barato?

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Para seguir pensan~o sobre este tema .. • • •

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1. ¿Piensa que. '!~te ~~e.sí e~ la •lnleligeni:ia general• ~ .

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La curva de Kuznets

1 La tendencia que hemos de~cri~en el aparu.do anterior 1 podria resumirse áel siguiente moóo: a lo largo dt la his•- __'._ ___ UlJla...ti.Jirogrt~o rtcno/6gico primqo.alflTI~!'la, puo ln • un stgundo momtruO disminuye !a jnttruidad 'J rigi·

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dcd<IO'morifi<od""«~6o..n.Lfw.

cionamiento o viabilidad de una sociedaá agraria depcn· de de una desigualdad social extrema. la sociedad iodus· tria! necesita de un entorno mis igualil2rio. Esta tenden· cía históriu, descrita por el Nobel de eeonom!a Simon Kuzneu (1966), se muestr.l grific:uneote eo !a Figu· ra.9_.b _ .. • Q¡ .la :IC.rualidad, las distiow pauw de de~!'l~.dad social que se observ111 ~ todos los rincones .del iJI\UIÓO concuerdm, por lo ¡eneal, con. la ..C11r"& de .K~tS. Como se mu~ en el MJpa 9.1, las_sQfi.$c;les iqdustrializ:ldas preseilt.an por lo general una menor disparidad de re.nta (un ·indicador importante de la esrratif!cación socialj que las sociedades que hoy par hoy siguen sielllio predominmteme.nte zgnriu. En particular, las viejas sociedades indusaiales de la Unión Europea, Aasual.ia, o los Estaáos.lini~os,..¡nsentan.ll!l!.menor desigualdad de

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rales, las personas -de p9sldón social más alt¡¡ son más inlen: gentes que las ·de_'poslción .soéial f!lás baja? Si piensa que hay r~ !ación entre ·estos ..dos ienóme. nos, ¿cuál es li!.~turaleza de esa relzcióñ? ¿cuál es la causa y cuál el efecto? · . 3. ¿Piensa que los sociólogos debe. ríll\ entrometerse en asuntosian controvertidos como la me~n de la inteligencia? ¿Por qué s( o por que no? ~ · · · . .•. Rlt:•x ~.tnr.r!ÚI r IA1l:loy. ' " '' r.an. tfi.S ·

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país; en los alios ocbeota. esta elite económica poseía un tercio del total de los re=os económicos (W"illiamson y Linden, 1980; Beeg!ll~. 1939; 4~1 Gmn Book). Por 11Jtimo, la industrialización conaibu_ye a mejorar la posición de la mujer con r~to al hombre. Esta ten· dencia a la igualtb.d eotn los sexos se explica p6r 11 necesidad de b.s econo~ industriales de foment.u l2s capa· ci<iades individulles.

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2: ¿Piensa que, en términos gel)fl-

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exisle un componente gané~ en la inleligencia, han estimado que el peso de este componente es mucho menor, como mucho entre el 25 y 40 por ciento; ·es decir, le m~ad de lo tlcos. que estiman Hermstein y Murrey. Muchos piensan que el bbro no es 8 libro ha dado lucar e un intenso más que una vuelta al viejo- darwldebate. Para empezer, ¿qué se quie- nismo social del siglo XIX, según el re decir exactamente con •lntefigen- cual se justifica la desigualdad socia•? Muchos psicólogos piensan cial como el resultado de una espe· que es absolulemenle imposible cie de selección natural, lal como medir y comparar objetivamente la lo hacían los viejos magnate$ Indusinleligencia. Además, suponiendo triales. que pudiéramos medir eso que lla· Quizás, cuanto más se parecen memos •inteligencia•; ¿cómo pode- nuestras sociedades a una jungla, mos separar lo que es capacidad más atractiva es la Idea dé ver la Innata de los efectos del procaso de desigualdad social como algo pura· socializ¡¡ción? Ciertamente, los hijos mente biológico y no como el resulde familias · ricas suelen obtener tado de determinados procesos mejores resultados acadtimicos. Lo sociales y polflicos. En cualquier extra/lo es que no lo hicieran, habida ceso, er éxito del libro Indica que sus cuenta de que han sido educados en autores están tocando algunas cueslas mejores escuelas y con los mep. tiones que no se pueden ~orar res medios. Además, ¿en qué meoi- fácilmente. ¿Puede un sistema deda los logros profesionales (en el mocrático admiUr la •peligrase cer· moodo de los negocios, por ejemplo), teza• de que las elites (no sólo los ·-·dependen de la intefigencia y no de lo ricos sino también los lideres poli~ pertenencia a redes sociales pnvile- cos) son, cuando menos, algo más giadas que bloquean la carrera prole- inteligentes que el resto de nososlonal de unos e impulsan las de tros? ¿Y qué decir de la descripción olros? · · · •· que se hace del desentendimiento Además. entre equenos.que como de las elites de problemi!S sociales Hermstein y Murray piensan que como la proliferación del crimen o el depende fundamentalmente de la Inteligencia, que en gran parte se transmite heredil2.rtamsnte, los programas contra 110 pobreza tendrán escasos beneficios pr.!c·

¿Cuál es la relación entre la riqueza y la inteligencia?

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ren~ ~ue los p~es menos des2n0llados de L21inoemérica, Afiica o A.stL No olistaote, a la hora. de e~plicer la desigualdad tenemos que tener en cuenta oaos fectores distintos de la tecn0logí2, especialmente w po!Íti2as c::oo6micas que se han aplic:ldo. U5 sociedades que han estado regidz.s por si.:."telli!.S ~ micos soc'.ali.<taS (como la República Popular China, la Fedcncióo Rusa. o los países del Este de Ewopa) presentan bzjos Diveles 4e desiguJ.IdW económica. Hay que recordu, sin embargo, que algunas de esias sociedades, c0111o la Repuolica Populu China., prescnt.an un Divel de renta compare.tivameote bajo. En estas sociedaáes, además, los recunos políticos están muy tiesigm.lmcnte distribuidos. ·· Pua ttmúnar. ¿qut nos depua el futuro en ~rmioos de estnrificación social? Aunque en líneas generales, la paüm descrita por la curva de Kuznet5·pmce correci., de

aquí no podemos deducir que todas las socied3des industriales Yl!.ll a ser más y más igualitarias. Si bien en teoría todos apoyamos el principio de igualáad de oportunid.t· des, en la prictica este es un principio muy ~cil de De· var adelante. En realiáad, el concepto de igual&d social, como todo lo rilicionado con la estruificación socW, es mí.s controvertido de lo que parece, y cotliO se explica ea el apartado final de este capírulo. ·

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O La estratificación social: hechos· y valores normativos En e1 l!lo 2081 y, por fin, r.ocW w penon2.nno igu~ No sólo ere!! ifUiles mteDios,Y we a ley. Eran iguales i.~ los iie::tos. No bzbíl nadie m!s lísto qué el r-..s.o, !li uidie mú ¡ut·

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Mapa 9.1

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Las desigualdades económicas en el mundo

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Las distintas sociedades del mundo difieren entra sí, no sólo an cellded de vida sino también en el grado de intensidad y rigidez de sus respecti· vos sistemas de estretificGclón social. Este mapa refleja la disparidad de rsnta dentro de cada peis, asl como las diferenoas entre paises en este sentido. En general, los paises que han estado regidos por sistemas soeafis'.c.s centralizados (entre los que se Incluyen la Repúbfica Popular China. la antigua Unión Soviética, y Cuba) son los que muesttan una menor desigualdad de renl2.s, aunque la calidad de vida en esos paises es baja en comparación con otros. Las sociedades industriales de economía capitalista, entre les que se incluyen Estados Unidos y la mayor parte de los paises de Europa Occidental, presentan índices de calidad de vida més altos, pero también una mayor óiSpa· ridad de renta. En los paises latlnoa· mericanos y airi<:2.nos (entreJos que se índuyen MéXJCO, Blasíl y.Congo), les desigualdades son más pronunciadas .


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·'r .;po. No f¡¡bia nadie más fuerte, ni mis ltpfdcf. Esa igualdzd se deliíaa 1ll enmienda.s ndmeros 211, 2l2, y 213 de ti Con.sti.mción, y ! lo vigil211cia perm211ente de ·tos qentes del Igualador GenmL

El novelista Kun Vonnegu{, Jr (1961) comienza así la historia de cHarrison Bergeromo, que tiene lugar ~n Esta· dos Unidos en un fururo imaginario, en el que la desiroaldad social ha sido abolida totalmente. Son muchas las novelas y ensayos utópicos que hao o-atado este tema. Las novelas de George Orwell Rtb~li6n ln.Ia Granja y /984 son dos buenos ejemplos. !;st.as a-es Qbras comparten un enioque similar, que a-ata de mostrar que aunque en teoría el principio de igualdad es muy aa-activo, su puesta en práctica conlleva ciertos peligro~. La novela de Vponegut describe un.-mundo de pesadill!l en el que el menor talento individual que _puede düerencjar a una persona de otra ha sido neutralizado por poderosos agentes gubernamentales. Para eliminar las difereocias que hacen a algunas personas «mejores• que oa-as, el .esw!o obliga a las personas atractivas físicamente a llevar máscaras que les den un aspecto mediocre, a las inteligentes a usar auriculares que a-ansmi(en ruidos que les distraen continuamente, o. a los de buena condición física a llevar pesas en las piernas. La conclusión a la que quiere llega¡; Von· negut es que la igualdad social, en lugar de permitirnos desenvolvemos mis libremente, en lt práctica nos redudria a todos a uo mínimo común denominador. L3S distintas explicaciones de la estratificación social que se ban ex:uninado en este eapfrulo no están, por supuesto, exenw de valores normativos. La e:tistencia universal de la desigualdad social llevó a Davis y Moore a la conclusión de que la desigualdad e·s un elemento neces.uio de la orunización social. De acuerdo con su arromento, las düe~encias de clase no serian sino el reflejo-de las distinus capzcidades humanas y c!e la distinü1

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l. Los sistemas de Cstrl!tific;:ción social son sistemas jerarquía de castz.S, que por lo general se apoya en d~er;:rouizacióo se~ los cuales las persoo~ ocufuertes creencias religiosas o morales, determina la ia!í. pasjcione( deJl"o.!moacion o suliliiQiííiliQn vida entera de las personas, incluyendo su ocupación de_¡enriiendc de su pertenencia a unas u oa-as cate2oo la elección de pareja. rírult..JZW.Dll2.S. 4. Los S:.s:u:mas de clase. típicos de las soci~~cies ind~ 1. La esa-arificación n¡ se refiere ala sociedad en su aiales,r~flejanenm~yormedidllJasapacidaciesylos conjunto, v no a sus mj~ms.cons¡oerados ID<ll''lesfucnoS1ruliVJ.duiles. Por estz ruÓI)Tosmtemas de dualm~nte; (2) se reoroduce in~eneracionalmencla,se se caracteriiaD por una mayor movilidad social te: (3 es universal, aunque puede tomar termas muy y por una menor rigidez de las barrens sociales en variabl • tm " • :· t ~ compa.r;~ción con los sistem2S de castaS. un sistema de creencias culrunles. 5. Históricamente. las sociedades socialisw decían ser 3. Los sistemas-de....ca.ms í?ñji'oc Jl,;Jas sociedades socie&ades sin clases, pues habían abolido la propieagrarias, SI' =~cioio ~e adsrnpcló¡j_y dad prinda de los medios de producción. Aunque . ·· . - -,- - :--·-===-· ""t!ñ"litn m .;;;.:.;_...:...::::;:":....::._-.::..._ . "''"2.-DlO"ilidad-iOEia}p.l.a---dicbas-sociedades-se caracterizan. a menudo por una _ __

menor desigualdad económica que las sociedades capit.ali.stas, presentan por el 'cootruio un~ enorme desigU!ldad política. 6. La esa-at:ificación social persiste por dos razones: el a o ue recibe de ÓJSIUltas msu e u es y el poder de la ideo o a pan oenmr ciertas formas üe_ªeSt2UaJd~d como tustas o neruEJes. . 7.. La tesis de Davis y Moore establece qu~ •srn<L'i · cac-iQIJ <ocia! es nni11•rsal porque e< jndimen<able pm-e! fmJciunamienro de Jai ,ee¡eade5. Según esta tesis, la dism'bución desigual de beneficios crea el incentivo necesario para que los individuos aspiren a desempeñar las tareas más importantes para el funcion;mUento correcto de le. sociedad. 8. Se ha criticado la tesis de Davis y .Moore por las sig'Jiemes ruones: (1) resulll1 dilicil medir y comparar de manera objetiva la importancia funcional de las profesiones u ocupaciones; (2) b estr:ttificación impide que mucha gente desarrolle pleoame01e sus capacidades; (3) a menudo la esa-atificación genera conflictos sociales. 9. S~ sociedades iñdustriales están dtvididas en dos grandes clases soc1 es: . · ~ .~l!oitalista. o burguesía, poseedora ·os de ¡<tod~cióo:X$. tana ~ que s61o~su fuerza de trabajo. · ·

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consistencia de est.atus, el grado de consistencia en la posición social de una persona en las distint:IS dimensiones de la desigualdad social. escl:l\•itud, una forma de esa-atificación social basada en el derecho de propiedad que un grupo de individuos tiene sobre otro !!ll!OO. est.atus socioeconÓmico, posición o estarus que ocupa una persona según una clasificación o jerarquiZlcióo de posiciones sociales en la que se tienen en cuenta varias dimensiónes de la desigualdad social, como los ingresos, el prestigie¿ o el poder. estratificación social, clasificación o jerarquización da los indi,·iduos seg-.ío la categoría a la que per.cnecen (o se les asigna). ideología, un conjunto de creencias culrurales que 1inu para justiñcar la esa-arific.ación social. · meritocracia, un sistema de estratificación social que se fu!ld2menta en el mérito individual.

10. La revolución socialista que Marx prefÜjo no ruvo lugar en sociedades indusqiales como ..4Jemania o Estados {;nidos. Algunos sociólogos han señalado esto como la más firme evidencia de que el análisis de Marx era incorrecto; otros, sin embargo, subrayan que nuesa-a sociedad se sigue caracterizando por una profunda desigualdad social y un conflicto básico entre trabajadores y capiral.istas. · 1J. Max Weber idenóñcó a-es dimensiones distintaS de la desigualdad social: la dimensión económica, la dimensión del estarus y la dim~ drl pcd•r (o ca'"jllí~;dad de wm2f oecmones que afectan. a muchas personas). La posición socioeconómica de un individuo depende de su posición relativa en eada una de est.as a-es dimensiones. 12. Según Gerbard Leoski y Je311 Lenski, los a'laoces ttcnológicos han ido siempre acompañados de una mayor esa-aófic.ación social. Sin embargo, ral como se muesa-a en la curva de Kuznets, ·las sociedades indusaiales avanzadas penniteo una cierta inversióA de esta tendencia. · 13. Las investigaciones sobre desigualdad ·o esa-atific.a· ción social bao sido particularmente polémicas y cona-overódas debido a que los conceptos de igualdad y desigualdad siempre han estado impregnados de una enorme carga valorativa.

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mo\ilidad social, un cambio ae !aposición que el indi,iduo ocupa en la jerarquía social. . • . ¡l monlidad social estructural, un cambio en la posición :¡ social de un gran número de personas que se debe más 1 a C3JDbios de la sociedad misma que a las acciones par1 ticulares de esas pe10ooas. ocupaciones manuales o de cuello a.rul, empleos de bajo prestigio que sólo requieren el uso de habilidades 11 11 manuales. 1 ¡ ocupaciones de cuello bliioco, ocupaciones de mayor · ¡irestigio que requieren el desempeño de· habilidades i mentales. sistema de castas, un sistema de estmüic.ación social ba¡1 sado en las caracrerisócas ad.!criptivas de las pers.v.....,~-­ sistema de clases, un sistema de' estraóficl!ción social basado en i2s capacidades y logros pe~>onales. 1 tesis de Daris yMoore, tesis según la cual la desigualdad es funcional para el equilforio y desauollo de una sociedad. 1 1

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imporuncia que tienen unas u oa-as ocupaciones y profesiones en una sociedad. La teoría del-cooilicto de M= interpreta la desigualdad social ée maoert muy distinta, pero está también determjoada por los vrJores normativos de su autor. Mm rechazó la noción de que la desigualdad social fuw. necesaria en ningún caso, y condenó la jerarquía social como el producto de la avaricia. Guiado por sus valores igualimrios propugnó un modelo de sociedad que permitiera a todos los individuos disfrutar de los recursos de una forma más equitativa. Marx crefa que la igualdad, lejos de ir en detrimemo de la calidad de vida, la mejorapa. En el recuadro ~Cbmroversia y debate• resumimos la polémica que generó una investigación que pretendía demostrar que inteligencia y clase social están coaelaciooadas. Esta cuestión, en la que de nuevo se entre'mezclan datos empíricos y valores normativos, es una de las más 1 espinosas de las ciencias socie.les, en parte po¡ la dificultad que se deriva de definir y medir eso que IJamamos «inteligencia., pero también porque la idea de que las elites son intrínsecamente «<llejores» choca cori nuestra cul1 rura democrática. En el próximo capítulo (•Clase, pobreza, y bienest.arJt) se examina de manera más detallada la desigualdad en las sociedades contemporáneas. Allí podremos comprobar una vez más cómo, incluso aquellos que acept:an y usan Jos mismos datos empíricos, a menudo los interpretan de fonnas muy distintas. Lo mismo ocurre con las exp~c~ ___ ciones de la desirualdad en términos mundiales, que se uaminará en el Caoírulo 11 («Esa-atificación global»), donde expondremos dos teorias diameo-almeote opuestas. El esrudio de la esa-arlficación social. ori~ina toda una serie.de debates, complejos e. impregnados de valores, de . J. los que resulta muy difícil extraer conclusiones que satis--i1 fagan a todos.

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l. ¿Cómo se manifiesta la esnti.ficadóñ socúl en su

sociedad? 2. ¿Por qu~ wsociedades agmias se organiza., normalmente en sistemas de casw? ¿Por qut los procesos de indust:ria.liz:¡ción sustituyen los sistemas de castaS por sistemas de clase5? 3. .'\nalice y compare distintos sistemas de esclavitud. Por ejemplo, el sistema noneameriCAnO de plantiCiones del s~lo XIX frente a los sistemas todavía hoy vigentes. 4. ~acuerdo con la tesis de DaVis y Moore, ¿por qu~ se paga. mejor al rector de una universidad que a un p~ fesor?

Lecturas Introductorias

James Linlejobn, La mrarificación social (21 Edición. Madrid: Alianza Edi!Ori~. 1983). Una buel\a revisión de las teorías ~obre es01llifiC!I· cióo y cb.ses sociales. Julio Caraba.03.y .<\ndr6s de funcisco (eds.~ Ttorlas collltm· porántoJ de las clasts socia/u (Madrid: Tecnos, 1993). Una introducción a los debates teóricos sobre esn· tificación social ·, los que ea pme hemos hecho referencia en este e3pfrulo, Fuentes Clásicas

Gerhard Lensld. Podtr y priviltgio: llOrfa de la esrrarif.cación social (j3arcelona: Paidós Ibérica, 1993). Una aproximecióo teórica a casgo de uno de los expenos nús conocidos sobre 'ste temil .~tbony Giddens, La tstTllcrura dt clases en las socitdiJdes avan:adas O<fadrid: Alía=. Editorial, 1989). Convertido eo un clá!ico. Es un e.xuneo teórico de la. esntificación social en una sociedad muy distinta de la que Mm conoció. Lecturas más avanzadas

Harold R. Kerixl Esrrarificación social y duigualdati: ti conftiao.dt clases en pmpecriva hisrórica y compa· radiJ (Madrid: McGraw Hill, 1998).

5. ¿Qué compoocnes de las predicciootS de Mm no se cumplieron? ¿Y qu6 cOmponentes ~! pirt:Cen haberse cumplido? · ·· · ·· 6. Piense en la clase social, !á éinia, el género y la edad .como variablés que pueden situar a iáS peñonas en unas.po_Jjciones u ouas del sistema de éstratificación social. ¿Tienen todas estaS v:uiables la misma importancis en la sociedad en que vi~e? 7. ¿Cuál es su propia posición en lajerarqufa social? ¿Es la misma que la de sus compmíeros y amigos?

u esll'llrificacióo social en Estados Unidos desde una puspectiva bistório. José F. Tez~os, Ttndtncias sociales sobre mrarificación j desigualdad {Madrid: Sistema; 1997). Una introducción a la estrati.fitación social en Es·

Imagínese un desfile de una hora de duración en el que la estatw11 de la gente fuen pro- · porcional s su renta. ¡Menudo desñlel En los primeros veinticinco minutos desfilariJ.n juntos niños y enanos. Pasarfan más de tres cuartos de hora. antes de que viéramos personas de estatura media o mis altas. De pronto, en el últin"!o minuto nos asombrarla ver aparecer ·a· gente eo tomo a los veinte metrOs de esl3tura. En los llltimos segundos desfilliiÍa.n figuras colosales, tan alus como los ¡randes ras.-acielos. Pero éstos son muy pocos, en compara· cióo con la mulúrud de enanos. Uno de los hombres más ricos del mundo, John Paul Geay, llegarla a medir 15 km de altura (Goodman et al., 1997). Esta es una de esas metMoras que se suelen emplear ea informes sobre dtsigu.aldld. En lengW!je más prosaico, podemos decir que en 14 mayor parte de las sociedades occidenu!es hay una gran desigualdad socil!!: mientras ql!e muy pocas familias viven con unas rentas muy aJw. hay muclru familias que tienen que vivir con renw muy bajas. P!ro las esu.d(sticas no dicen nada de las experiencias que se derivilD de estas düerencias. Por un lado el lujo: un nivel de riqueu. que la mayor pane de nosotros no podemos.siquiera imaginar. En el exc-emo opuesto, lo que el soció!oxo Rich31"d Sei!Det bt denominado •las heridas ocultaS de clase... Cicatrices profundas en las vidas de las pe11onas por faltB de tr.lbajo o por un nbajo degradante sobre !l que se tiene poco corurol; por falta de vivienda o ¡xx: vivir en habitáculos insalubres; por ialta de dinero y los bienes mínimamente necesarios ptn !lévar una vida di!lls y, peor aún, la sensación (o la. certeza) de encooii"UU al mar¡en de la sociedad.

pafia. Lorenzo ~hóo, ¿.lfovilidiJd social o rrayworias dt clase? Elimenros para lUID critica de la -sociologla dt liJ movilidad social (Madrid: CIS, 1989). E.lnidia el fenómeno de la movilidtd social desde una crítica del paradigma funcionalista.. Graciela. Sarrible, Población y duig!UIIdad social (Ma· drió: os. 1991). Cenr:rado en Espada. Se estudia el componamiento de algunas variables demogrificas (nupcialidi!d, fecundidad, mortalidad) ea distintos grupos sociilles. Ot~a!!

fuentes

o btrp//www.marx.orr/ Un completísimo archivo sobre Marx y Eogels. Con dalos biográficos y sobre sus obrz.s. g bnp://www.mailb~e.pscw.uva.nl/sociocite/topics[me­

quality.htlm Bta página da !cceso a una gran canti<hd de información sobre la clase y la desigualdzd social. Incluye las últimas aportaciones en este CJmpo de investigación. Está dividide ea cuatro apa.-tados: desigualdad, clase, es;ratificación y pobreza.

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¡. n todas las soci~:bdes contemporáneas hay clases sociales, aunque no en todas ésta es una cuestión social de primer orden. En los Estados Unidos, donde la población es muy consciente de !u di~isiones raciales, existe sólo un interés moderado por las cuesti~r nes de clase, y la gente apenas se ve as{ misma como perteneciente a una clase social u 01111. Por el conlnrio, UDl persona que viaje por el Reino Unido en seguida oirá a la gente hablar de clases sociales. No sólo se puede oír que existen clases: tambi!n se puede ver. Uno puede visiw la Cámara de los Lores, Jos clubes de caballeros, Jos colegios privados reservados para las elites, o universidades como O.úord y Cambridge, por poner unos pocos ejemplos. En el e;ttremo opuesto, uno puede pasear por cienes calles de- las gnndes ciudades; allí no faltan mendigos, personas sin hogar o familias en las que todos sus miembros adultos están en el paro. Estos dos mundos parecen vivir a espaldas uno del otro. Uno puede.desenvolverse en uno de los mundos y ser totalmente inconsciente de la existencia del otro. Y sin embargo, todos Jos partidos políticos del Reino Unido, al menos retóricamente, dicen estar luchando por facilitar la movilidad social ascendente, esto es, una sociedad en la que todo el mundo pueda salir adelante. De hecho, los dos últimos primeros ministros conservadores, John Major y Margaret Tharcher, son de procedencia humilde: ti, hijo de un acróbata de cirt:o y vendedor de figuras de jardín; ella, bija del propietaiio de una tienda de comestibles en Grantham. En este caoírulo e;;a.minaremos la naruraleza de las clases sociales, la riqueza y la pobreza en las sociedades ricas, haciendo especial hincapié en el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos. Veremos cÓIIlo se pueden identificar y cuantificar las clases sociales, y examinuemos las principales variables que se han utilizado para hacerlo. Presentaremos un o<retraro• de las clases sociales en el Reino Unido y en buena pane del reSIO de Europa. También uaminaremos la pobreza. Después se estudiará la movilidad en Estados Unidos: la sociedad que se e:~orgulle~e de tener la mayor movilidad social del mundo. Fmalmente h:l.blaremos del est!do de bienestar. llna serie de políticas o programas que tienen como objetivo enfrenw-se a algunos de los problemas que se derivan de la desigualdad.

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" La desigualdad en Europa Según Goran Thcmbom, la clase social es uno de los rasgos deñnilorios de la EuroP' mocitma, pues fue en Europa donde ruvo lugar la primera industrialización. Aquí, m~ que en ningún otro lugar del mundo, se puerie hablar cit: clases -sociales (Thernbom, 1995: 68). Fue el continente europeo ~primero en expe\Í!I!Jm!! ~l.!~!lll! Qtl\!lJ,l:l~e I{J-

bajadora manual en el pe..-iodo de la iodustrielizaci6n, cuya importancia numérica ha ido decr.:ciendo en las llltime.s d~cadas. Hoy co tila, menos de un tercio de la población activa tr:lbaja en el s~tor industrial (Ibembom, 1995: 76). Otros sociólogos han comparado la estrUcrura de clases de Europa occidental con una pelota de rugby: una gruesa cl!Sc meón en el centro y las closes alta y trabajadora en los extremos. Entre el 45 y el 50 por ciento de la población de los sociedades de Europa occidental pertenecen a la clase media; una clase que ha ido aumentando sus efectivos a medida que el sector servicios ha ido cobrando más import:lllcia en la economí~ (Eyde y Lintner, 1996: 108). Pero la sociedad europea. sigue siendo una 'sociedad muy desigual. Los miÍS ricos no sólo controlan la mayor pnne de la riqueza, sino que tienen mejores colegios, mejores médicos y consumen b mayor p:ute de ca5i todos los bienes y servicios (Scott, 1991). Estos privilepos contrastan fuenemenre con el aumento de las tasas de desempleo en toda Europa y las condiciones de vida de millones de personas, que al Jev110tarse cada dla no sabeo si se yan a poder llevar algo a la boca. Cierwnente, si miramos las estadísticas, la mayoría de la población es de clase mediL Pero la verdad es que es fácil subestimar el nivel de desigualdad sociaJ que hay en estas sociedades. Esto es asf por cuatro razones:

Sin emhargo, algunas investigaciones•bechas en los di timos años sugieren que si bien la clase media ha ido aumentando, le dist:lllcia entre los ricos y los pobres en Europa ha ido creciend~y el ntimero de pobres ha aumentado (Fun.l:en y Cooper, 1995; Joseph Rowotree Founóation. 1995). Habluemos de eStas investig•ci~r nes un poco más adelante.

G Dimensiones de la desigualdad social Los sociólogos h110 debatido durante mucho tiempo qué es exactzmente la clase social. Ya vimos en el eaoítulo anterior que hay formas muy distintas de entender definir lo que sbn las clases sociales. En esre capíruló veremos algunos intentos para idenúficu y medir el tamaiio de las clases sociales que se basan en la uplotación de datos de encuestas. Hay ouos sociólogos que adop~ una estrategia de investigación m~ cualitativa, y utilizan, por ejemplo, historiAS de vidL Vamos a ver a continuación algunas de las formas más habituales de identificar o medir las clases sociales. Luego veremos las cara¿rerúticas principales de las clases ya identificadas y analiwetnos si existe movilidad entre ésw. No vamos a detenemos a uaminar en toda su complejidad los debates teóricos y metodológicos que hay en este campo de investigacionei. Para nuestros propósitos bastari con dar una visión general de la cuestión. ·

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Definiciones y medidas.de clase Como se explicó en el Capfrulo 9, los que viven en un rígido sistema de casw pueden averiguar a simple vista la posición social de una persona. Averiguar la posición social de alguien en un sistema de ~Jases más fluido, sin embargo, presenta más dificultades. En pane, estas dificultades surgen por nuestra forma de percibir las clases sociales en nues;n vida cotidiana. La gente suele pensar en términos de una «escala» social, como si la desigualdad fuese el resultado de on sólo factor como el dinero. Las clases sociales tienen dimensiones más sutiles; como veremos a continuaCió'n. Marx definió a las clasenociales en función de P.rO ie 1 s me os de roducción (con una clase residual entre ambos grupos). Erik Ob1iil nght ha desanoUado el esquema de )fm dividiendo la propiedad en tres categorías: los que controlan la dislribnrió'l d• TEJTSos, los que conn-olan los medios fisicos de produc~. y los que controlan la fuerza de traOaJO- Olillñ Wrlght define a los empleados de baja cualificación como clase trabajzdora, mientras que el resto ocuparla una: posición contradictoria en la que pueden identiñcarse o bien con le clase capitalista. o bien con la clase trabajadora.

2. Las sociedadts occidtnralts valoran la auronom(a y ~pemmal. Nuestra ~~e-iaaeme se hace camino con su talento y su trabajo nos hace subestimu el importanre papel que ejercen el nacimiento y la posición social.

3. Nonnalmtnrt tll!ramos en comacro con gtnrt como nosorros. En toda Europa. los grupos de socialización primaria, incluyendo a la familia, vecinos y amigos se nutren noiiDalmeme de personas que tienen una posición social similu. Aunque en ocasiones no~ tamos «como v¡v.e la otra mitad.~, la verdad es que normalmente sólo entramos en contacto con ¡ente de otra clase social de manera breve e impersonal. . 4. Ewcuza ts una sodtdad dt la abwulancia. El nivel de -;fda medio europeo es de los más iJiOs del mundo, aunque emten importiiDtes variuiones. En comparación con la mayor parte del resto del mundo, son pocos los europeos que viven en condiciones límites de pobrua. Esta abundancia nos hace aeer que todo el mundo disfruta de un nivel de vida relativamente aceptable y que vivimos-en. sociedades..igua!ilar:ias. :..

Otros autores Uegan más ·lejos y hablan de seis (WI!I1ler and Lunt 1941) o incluso de siete (Co!eman y Rainwater 1978) caregor!as diferentes. La separación entre dirección y propiedad de la empresa, y la ausencie de lo que .Marx Uarnaba «conciencia de· clase» ·entre la inmensa mayoría de los trabajadores, bicen que todas estas clasiñcaciones tengan una validez teórica limitada, al menos desde las premisas clásicas del pensamiento de Marx. Otros autores siguen una perspectiva m~ weberiana, según la cual a¡¡ tes que clases sociales tlararnéii!edeñnidas, lo que vamos a encontrar es un colllinuum de posiciones socj!Jes. Los que siguen esta perspectiva ..suelen hablar de posiciones sociocconómicas, entendier:ldo que las sonas ocu an una u otra sición se variab1ts como la rot renta o el erad uisitivJL"--gunos sociólog~s incluyen aslll!iSliiO a ensión de estarus, y para eUo tienen en cuenta ~1 estilo de. vida de las personas, el barrio en donde viven o ~ómQ se autoubican eUas mismas en una escala de -posiciones sociales. Esw defuriciones de clase son siemp~e. proble­ máticas debido a la escasa consisrencia d~ C,$tarus que es característica de las sociedades europeas. E.s¡¡eciilmente en los niveles medios del conzinuwn, ln.ubica.c:.ón en un punto en una de esas dimensiones (el nivel de rentas1 por ejemplo), a menudo no se corresponde con la ubicación en otra dimensión (el estatus profesional o el poder, por ejemplo). Un alto cargo del gobierno puede tener en-sus manos la capacidad de adminis1111r un presupuesto millo~ nario y rener, sin embargo, uno~ ingresos personales relativamente modestos. De forma similar, algunas p(ofesiones pueden gow de mucho prestigiÓ, aunque procuren rentas escasas. Otros investigadores, en especial los que trabajan para organismos de la admininción pública, ®finen la clase en función de la sjruacj6n laboral de la gente (en concreto, seg¡ln sus responsabilidades o el grido de control sobre su trabajo o el horario), y su situación en el mercado de trabajo (que implica sus oporrunidades de as~eoso o de movilidad). Iohn Scott, por ejemplo, distingue entre tres tipos de capitalistas: Jos empresarios (que posee;¡ y dirigen sus propios negocios), los direc_ti1•os o altos c_argos, y los capitalistas financieros (propie¡.arios y administradores de grandes compañíu financieras o co~glomera­ dos de empresas). Para analizar de Ípn;¡]a más cletallada las dificultades que presentan estas estraiegias de definición de l2.s clases sociales, e;~aminaremos a continuación dos escalas que se emplean habitualmente. La escala del Registrador.General del Censo!

La escala del RegiStrador General del Censo es ,quizá el sistema más sencillo y arnp~~en_re ~tilizado eti el Reino ·:.

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tinido pua cbsificllf las cb.ses soci.!les. l.a escala se b1Sa en la nodón ,..-eberiana de las óporrunidades ~itales y tiene en cuenu ru dimensiones del prestigio profesio~ "IÍ ocupacional, el salario y la capacid2d de tomar decisiones que afecW! a óii"U penonas asoci!ndolas a distintos grupos ocupacionales. En la Tsbla 10:1 se muestran las cate¡orias de esta escala de éstr:nific~ción: · ~a de Go/dthorpe

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Jobo Goldlhorpe, ún sociólogo británico y uno de Jo~ mayores esoecialistas en esll1lriiicaciáo, ha .construido O!J' esc!la. -~ agrupa a Jos trabajadores en ñes categorús principales que, a su vez., se d!~·idtn en varios subgrupos. Su escala e~ la siguiente: (l)_c/asc de wyjcios. que ~ COII!DOne de al rofesione.!es v tn~;edores tranvos y (b) suoervisores de tnbajadores no manuales: (2) clast inllm!tdia. oue se compone d:elaJ empleados no manunles qu~ tienen trabajos-relativamente rutinarios, (b) pequeños propietarios, (e) supervisores de uabajadores 1113nuales, y {d) !étnicos de baja cualificación; (3) clast rrabajadora, dende están los (a) trabajador~ manuales cunliñcadQs, (b) los semicl!:ilificados y (e) los no cunl.iñcados. Tanta la escale. que vimos en el apartado anterior como la de Gold!Porpe tienen en cuenll! las ues dimensiones weberianas: el prestigio de la profesión u ocupación, las renw y el poder sobre oii"U per· sanas.

Prestigio El prestigio es la coltSidtración social qut ntnt una proftsión u ocupación. Hay profes1ones, como Ji memcma,

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k judicarun o las ingenierías que suelen tener mucho prestigio y generar ingresos rehtiv!lllente altos. Pero el prestigio de que goz.an esw profesiones oo se debe ! los ingresos que reporu.n, sino al~ de préne.raci6n va los ~el'Los educativos ~ue son necesarios pm ej~rcer esas protes1ones u ocupaCiones. En el otro CJtE:emo, hAy ocúpaciones como Jim¡nador o vendedor que reportan menos iilgresos y gozan de menos prestigio. No obsWite, tcl y como se dijo antes, el prestigio y la renta DO sieme_re van jUlllOS. Aun !S!, las esc2las de prestigio profesional son basll!n~ narecidas en mdas las sociedades indusuiales (M¡, 1987; ün y Xie, 1988).Pñaicamente enlodas partes, las ocupaciones que cueoll!O con más prestigio son las que requieren ciena actividad menw y las que dejan ni criterio dcl orofesioonl decidir cómo a hacer su lr1· bajo. Por el cÓnuario, las OCI!paciooes que tienen menos prestigio son las manuales y las que implican una super'isión esuicta por pme de un superior, que dice cómo se debe ejecull!r el trabajo. En todas las sociedades, los grupos más privilegiados tienden a ejercer las profesiones más prestigios~.

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u renta i!!E!:le los ingmos s:zlarialu más los btujicios out se dtrivan de las ínvtrsioMs. La renta es una segundi

dimensión IUiporwue de la desigualdad. Podemos examine.r brevemente la- situación en el Reino Unido (ver Figura 10.1). En 1996, ~1 sueldo medio semznaJ más alto ·lo obtenía la población residente en lo que se llama el Gran Londres: .f50 libras {alrededor deJas 100.000 pU!S); mi~n­ ¡ru que -el más bajo lo perCibía u población de Bl&C.'Illl Gwem (sudeste de Gales): 255 libras (unas 60.000 pw). Durame los lliíos ocbenu, la brecha entn las renw 3llllS y bajas sument6 en el Reino Unido más que en ningún oao país de la OCDE con la ucepción de Nueva Zelanda. .-\ COmienzos de Jos aiios noventa las diferencias tendieron a embil.izarse. A pese.r de ello, en 1995, la Fundación Josepb RoWDtree calculó que Jos ingresos medios del cinco . por ciento de los bogares 'lllás pobres suno!ÚZ!r unas I'26 libras a la semana"(un!S 30.000 ptas). Dos ftr· cios de los h02ares DO Jleuban a las 254 libru se;i¡enales {wW 60.000 pw eproximadamente), al tiempo que los ingresos medios del cinco por ciearn de Jos hogares más .ricos sobrepasaban las 342 horas seiD!oales ·(unas 80.000 pw). Lo más ¡nocupante es qu~ las desigualda-

ées hAll aumenudo: enat 1979 y 1992 Jas rentas totales de !~ poblmón hl!l aumentldo un 36 por ciento, pero se han reducido en un 1i por ciento para la decila más pobre de la pobl!ción. Enue 1983 y 1993, larentamediadel cinco por aenw de los lioge.res más ricos aomemó casi-un 50 por ciento, mienii"U que cl ci!'.co por ciemc de los bogues nús pobres apenas ha visto mcremenllldas sus rcous. La brecha erure ricos y pobres !umentó en 1997 (Fundación Jc.seph Rowntree, 1995; Social Tr~nds, 1997; GoodmiUI et al, 1997). Según algunos cálculos, en el ilío dos Ínil Ílllbrá doscientos mil milloncrios en el Reino Unido (en 1997 habfe 120.000). Esto repr-...senll! una de cad! 480 personas. Esto es, algunos se estio haciendo más ricos, mientraS que muchos se esW. haciendo más pobres. En Esll!dos l!nidos, el 20 por cienrn de los hog~~res más rices (con unos ingresos de al menos 70.000 dól31'es anuales, y una media de 115.000 dólares, esto es, unos 10.500.000 p!IS. y 17.250.000 pw. respectivamente) tiene el ~6,8 por ciento del 10Lll de las rent:s, mientraS que el 20 por ciento más bajo (con unos inJresos de 18.000 dóie.res y una media de 10.000 dólares, esto e!, 2.700.000 pw. y 1.500.000 pw. re"spectivamente) sólo controla el 4.2 por cie.110 de la renll!. El cinco por ciemo de los hogares noneamericanos más ricos obtiene unos ingresos medios de cerca de doscientos mil dóle.res al año (aproxíID!damtnte unos 30 millones de pw.), lo que supone el 20,1 por ciento del tow de las rentas: más que el 40 por ciento de los bogares más pobres. En b punu rnislll3 de la pirlmide, el 0,5 por ciento más rico de l! población gM! al menos un millón de dólares anuales {unos 150 rnillones óe ptas.). En deñoitiva., una pequeiia proporción de los bogares •gan:llt la mayor pane de la reo~ mie;¡trn.S que el · resto de la población ha de meglme con mucho menos. De manera similar a lo oclllrido en el Reino Unido, la dispmdad :nue los grupos de renw aumemó en Estados Unidos durante los años ochenta como consecuencia de una refol10ll fiscal y de varios recones en algunos programas de asisteocia social (Levy, 1987; Reich 1989; Cutler y Knu, 1992). Desde 1990, sin embe.rgo. la brecha eoue ricos ): pobres ha disminuido, sobre todo a pa..••ir de 1993 y de!:lido a Olr! reforma fiscal que grava m:!s t.~ cinco por ciento de la población con mayores ingresos. Au!K¡ue eo el Reino Unido o en Eswios Unidos las desigD3.ldades pueden ser menores que en países como Venezuela, Kenia o Sri L.anb, la distribución de la renta en e~tos dos paises es más desigual que en ocru sociedades industriales. Mienii"U aue en el Reino Uuído la relación entre las reow :Utas y bajas es de diez a uno, en F~ci! esta relación es de ocho a uno, y en .'\lemania de seis a uno.

La renta es uno de los componerues del .P,atrimwit_de ~persona. En el natrimooio incluimos ~1 valor rora/ dt ~

los bilnts muebles t Íl'.mlltbiC~. deduciendo las deudas J!!l!d;•"" S Los bienes pueden ser la cast.u otr...s pri:l¡ne· dtdes inmobiliari!\5, las joyas, obras-de ane, automóviles, los yms, Jas acciones en bols:¡, el dinero en depósito, ere. En 1911, el uno por ciento ~;~~á.s rico de los brilinicos controlaba el f9 por cienrn de la riquez.a. tolill del país, mientraS que hoy sólo cooiTQla el 20 por ciento. No obstante, este uno por cientO conuola eproximadamente tanta riqueu COr!IO el 50 por ciento.más-pobre de la póbJación. En Estados Unidos, una vez desconll!das las ob~gaciones fml!llcieras, e1 40 por cientO de los hogares meños "privilegiados no posetll ningún p":ilrimonio en absoluto, y el 20 por cientO de los bogues mú humildes están endeudados (~fase Figura 10.2). . Aunque !l! rique:u está más repartida, la población más rica aún conttola una cantid!d considerable de recur;os. Entre las 25 penonas oW ricás del Reino Unido·~Stáo el ex-Bealle Paul McCanney, cuyo patrimonio sobrépasa Jos 400 millones cie libras (casi mil millones de pw.); Richard Branson (el empresario fundador de las; compañías V!J"!Íil), con una fonuoa penonal que sobrepasa los 895 millones de libras (más de dos mil millones de ptas.); o el duque de Westminster, con un patrimonio de 1.500 millones de libras. Estos patrimonios se pueiie!rconvértir en capacidad de influencia política, pues pueélen servir para pauocine.r políticos o, como en los C1Sbs de Sir James Goldsmilli o del noneainericano 'H. Ross Perol, para crear sus propios partidos políticos. Los superbillOnilrios tienden asimismo a reforz.ar y proteger sus intereses muruuneme. Tal como scmla John Scon. el 0,1 nor ciento mis rico de la población de los paises mdustriaies suele tcoer el mismo origen social, ocupar los ce.rgos directivos en las compañías punteras y ser Jos accionisus mayorit:uios de las empres~ más importantes. Los problemas para definir la clase .s?clal Incluso si eónseguimos encontr;~r indicadpres válidos para ci!.da una de las dimensiones relevantes, idmtificar y

medir el tamaño de cada úoa de las clases sociales sigue presenmrido muchas diñcultaees. Teiiemos que [éner en cuen~ por ejemplo, c¡ue la mayorfa.de lai pa;onas son miembros de una unidad funilie.r, donde la renll y el patrimonio (así como ias deudas) se reparten enat los miembros de la familia. ~o es lo mismo, P.Or ejemplo, una familia de CU!IIO miembros con un sueldo, que 01n ~ seis miembros con óos sueldos. Si qpe.-c;nos calcular la renta per capita familiar podemos dividir. el tata! de las rentas por el número de miembros; pero esto no e! del todo correctO, pues puecie haber eé:coomias de escala en tu iamilias m!.s numerosas. Tenemos entOnces que utiliz.ar :!lgún comaoc c¡ue pondere esw economías, y de éstos hay muchos (lo que puede dificulw el análisis coinpar-li.· vo si los investigadores uñlizan COIIeetores distintoS}.


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kin, 1971, Goldtborpe, 1980). Hoy ya bay que ir con mucho cuidado a ene respec1o. Aunque eiliu: una 1eodencia a que los bombees sigan trabajando en profesiones u ocu· paciones de mayor prestigio que sus parejas (Goldiborpe 1987), ya son C3da vez más las mujeres que son cnbezas de familia, Y!l que Uevan el mejor sueldo a casa (a~em!s de las madres de hogares monoparentaJes que también son Cllbez.as de familia). Es también un problema de!erminar a qué clase social penenecen los bogares formados de la unión de individuos de posición económica muy distinta. No se puede asumir que el miembro de extrae· ción más baja adquiere au1omáticameme la posición social del miembro de extracción más alta. A continuación vamos a exolornr las cmclerísticas de las clases sociales con un pOcO más de de1alle.

debate» se profundiza sobre es;e esquema del 30:30:40. La propuesta de Hunon coincide con la imagen popular de la división de clases en el Reino Unido, pero ha recibido muchas aítieas. Por eso vamos a utilizar la propuesta de Runciman (1990), que disoibuye a la población del Reino, Unido en ;eis niveles y según las siguientes proporciones:

e Clases sociales

TOC3 ahora exaininar cada uno de estos niveles con más detaUe.

Una vez que ya hemos mostrado las dificultades de cjasi· ficar a la población en clases sociales, vamos a descnoir 13.5 caracteñsticas de las cuatro clases sociales que podemos encontrar en IOdo el mundo indusoializado: JA.date alta. la clase media, la.E!!S'! ~2:42@ Y.l~es. De acuerdo con Will Hunon. en tomo al 30 por cien10 de la población briWUC3 pene:¡ecería a lt subclz.se, un 30 por ciento. ala clase tnbajadora, y un 40 por cienlO a w clases media y alta. En el recuadro de «Controversia y

Clase alta-alta Clase alta Oa.Se media-alta y clase media Oase media baja Ol!.Se trabajadora cual.iiicada Clase trabajadora no cualificada Subclases

0,2..0,1% menos del lO% 15% 20% 20% 30%

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Podemos distinguir entre dos grupos: la clase alta-alla y la clase alta. .:-;-:La clase alta-alta

La penenencia a la clase alu-alta~ casi siempre el resul· tado del origen o nacimiemo. En buena parte de Eurcipa, las grandes propiedades de ~erra se h_¡¡.n ~.mitido de generación en ¡eneración duraou: síglps..La.ariS¡ocncia bri1ánica es propietaria del :.W por.éien'to d~ la n"erra. Esw familias poseen enormes patrimonios que; pór lo general, hao sido heredados más. que adquiridos. Por elló, a ve~s . nos referimos a lqs miembros de es1e irupo c9mo 'd~o viejo. Diferenciadas del resto óe la :·Pobl~ción por su riq'iim:; las clases alw superiores Viven' ~n tin mundo de relaciones exclusivas. Los l!ijos de estas·fatDiliaS por lo g;neral esrudiJIÍ en colc!ios privados c(¡n chicos del mi.!· mo orig~n soda! y éompleian sus esnidio's en lás'üniversidades más prestigiosas. · · ·

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la clases altas

La clase alta·

En los paísu industrializados las clzses alw coii.Stiruyen entte el c;inco y el diez por ciemo de la població11, e incluyen un muy peque!io se::tor de super ricos (en romo al 0,2 por ciento de la población). Tradicionalmenu:, las clases alw han ido asociadas a las vjt<ias cn<rumbres arió~~ees . Pero a ent dinero «viejo• se ha ido sumando un dinero «nuevo».

La mayo_r' dé lo que meoudo.se denomina ·e~ altas» se podría en realidad cli!..<ÜiCllf dentro de la clast diia.Para 12. mayor paru: de la genu:·, ~u: grupo es tan privilegiado como la clase alta-alta. Una diferencia import!Ilt:e, no obstante, es q~]ot m i•mhm~ dr· fa clase alta i!j.elen ser peponas gue dependen de SUS iol!!esOS.!JIO de un patrimonio heredado como fuente principal de mur-

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. si2uen fonniÍ!Idose después de tenninar Wl! licenciarun (;asrm, doctorados, etc.). -~ terminar su for.nación, sueien incorporme a! mercado de trabajo ocupando puestos de responsabilidad (como m6dicos, ingenieros, ejecutivos de empresas, abogados, etc.). Si bien los miembros de la clase media-alta no tienen la misma capacidad de influencie política que los miembros de las cla· ses altas, sf pueden jugar un papel imporwue en la política local.

La sociedad _del 30-30-40 1 ecooomis'.a inglés Will Hutton ha lonnalíudo lo que era una

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descripción 2111pli2111&nte acep· tada de las transformaciones sufridas P<:r la ecOiÍotnla y le. estructura de clases en el Reino Unido. Hutton se basa en una •descripción 2111plia· mente"aceptada•;-que subraya algunas de las cuesUones més relevantes de la estruc:Ura de clase del Reino Unido. Su argumento es que la sOciedad británica se ha dividido en lles grandes grupos. <:

Los privilagiadcs: el 40 por ciento superior más favorecido, en el que están los que tienen puestos de trcba¡o ~lOS y tienen seguridad económlc:a.

• Los marginados 11 inseguros: un 30 por ciento de la población, qLoe son los que tienen empleos precarios, pocas prestaciones y sclalics por debajo de la media. e "Los meoos privilegitdos: el 30 por ciento más desfavorecido, com• puesto por.los desempleados o los que tienen a la pareja en el pero. ·

Est: descripción del Reilo Unido es compatible con muchas de l2s Ideas sobre los efectos de la •ftexibifi. dad• da! mercado de trabaJO y la emer· gencia de las sutclases. 8 Aeilo Uni-

do es una sociedad ITH1f segrr.etll2da en este sentido: mientras un grupo de Individuos trabaja cada vez más, otros no pueden encontrar trabajo. Son cada

sos. En este grupo incluimos a los que colQ!!uLaj¡¡lente Uam3IIIos'«peCB gordoS», cuyas renw a v~~llllZ!II niveles extrao¡dinarios. La clase alta incluye ~l!i{n a lo . que popularmente conoce.!!l2s é_gmo1!!.!9ets~t» (persona· jes .farnosof""éomo ¿~t!>2~~.~E~timi!l.~!l!!lo!. los músicos·de-mod.a,los oourooes financieros, etc.). Pers~r n¡lj~~omo..\1ario eonl!C "ó"EltónJ01lñ-Se'iii.n-ejemplos t picos de este grupo. Son por lo general, empresarios, altos ejeCllóvos o grandes financieros .. Pm algunos, y en especial para los miembros de viejas Í8miliu de apellidos nobles, los miembros de la clase alta no son mi.s que onuevos ricos•, persona.s que nunca podrán alean= su es~tus y con !os que ;e guardan cier· w distanciu. · ·

Las clases medias Históric!!.lllente. las clases mediu estuvieron cpflstiruidas oor los 21"\lpos intem~tdios eot:re los ricos -y !Qs pobres: j,ersooaS"ljUe se ganZbán 1~ ~id! gracias alfO~ a la industria maoúfoéÍl.ÍÍUL ~10 Y Man su deseoarici6n. La realidad es que las clases m~vtni~ndo en Wl grupo cada vez mi.s · -··---·--- --amp!iOe"o.!'csOCie:fad iurope¡¡, );as itesion~-~a-, __··-·· -~iones de dase_IJ!.~ _pr~ o S~!:'-t~res¡

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ve! más lo QU!! se ven ciectados por la lnsaguridad o la precariedad .en . el empleo, lo que termina afec'.aodo su capacidad dé relacionarse o de mcntener a note su relacíón de pareja. · Esta visión da las cosas, sin em· bargo, puede ser demasiado simplis· ta. En COI1Cf&to, cada lino de estós grandes grupos se subdivide a sú vez: en muchos oltOs subgrupós;y lo que as todavia más Importante, Hutlon · Ignora las desigualdades-que se o,¡; ginan por razón de género o etnia. ¿Cree que esta caracterización de la estratificación soci~ resulta 'Convin· cente? e

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m:n~es económicas.~ 1~ oc~ac~:n~~e

ventajas y la cmtütbsjádora."us prof~oneS'uOcü¡iaciooes de f~ clases medias tienen, por lo general, más prestigio y dan una mayor seguridad en el mercado de trabajo. Entre las clases medias My una mayor diversidad étnica y racial oue emrew clases alw. MienliU mu.cbor"!!éllSs liiiem~t1uclisesllw (eñ especial de la clase alta-alta) se con~ttrellns;'esta úmiliarid.ad no se da ent:re las clases medias. Podémos iden~ ¡¡-es gru¡x¡s prinCipa· les entre las clases medias: la clase media-alta (o tradicion!l), la due media y la clase media-baja.

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La clase media-alta La clase media-alta es la más privilegilda dentro de las

clases medias. Lbs ingresos medios de los hogUts de esta cate2oña son sutleriores a los ineresos medios del conjun~ de la población. L.uencaf~ ede a ma or si WltO el hom · · - toS nlYel:.S a.e tr.1r" ntrmiren .., hs f•maj::as d·~ mCOIN.l~ d; íorma mduz!UDA coó"siderable

c:!!Ítióad\l~~~éiá.en Unt--~ zo~c:rpñ:epada, vanos rñ¿hrs ~ ma.reuna~ in9ersicoes::i:a.-m yor par.c. de los hilos ck.clase.;media- · • altl"~cibe~-fduc~~~llos

asociada.s a une induslria determinada, -como en el aso de las tradicionales comunidades mineras (Deonis 1956), de los trabajadores del metal (Beynon 1991), los pesca· dores, etc. Estt tipo de comunidades compacw, con un fuene sentimiento de identidad y·ae penenencia de clase esú en declive. En el Reino Unido, las viejas minas de carbón alrededor de Durham o los horros de acero de Middlesbot:>ugh han desaparecido, y las comunidade$ pesqueras d! todo el país esún en franco dest.."TTSO. Con Ja· desaparición de minu y hornos s~ evaponroo wnbi?n los empleos, los sueldo~, la seguridad y. las culturaS de La clase media clase. Después de Wll~o periodo de desmoralización y Los miembros de la clase media son generalmente profe· desempleo, han aparecido nuevas formas de empleo en sional:s-ótf jecror s~1CIOS muy Y'i!.h>radory bien p!!esw áreas. Estas nuevu formu de empleo, ~bugo, gaóos. Son, por ejemplo;-tmple:rdorde-taMgencia.s de son muy distintas, y 1 menudo implican·ttasbdos y un btenesUIC;iiiinnos: 1 pwiesoteS"dadutliCi~ trabajo más imgulu, lo que e>.-plica el declive de esta.s secretanas de dirección, eiecutivos o mandos intermeviejas comunidades de clase trabajadora. · dios. también se incluyen a los que trab~n los No obstaote, h3 surgido Wla nueva clase ~ajadora. 1· medios e comurucacton, en la mdustna del ooo, etc~ posee sus propi!.s viviendas, reside en árw subur' i Ollembros de esta cliSe llendi gt~tollOl:!u"nii'Su tra- Ésta 1 bajo: ejercen v deleun autoridad, y siguen trayectorias banas, y lleva una vida más acomodad!., con automóviles y videos. Es incluso probable que sus miembros Óo se pr~larivo.nieote segura.s,úo!C!~Si; ubiquen a sl mismos como ¡illembros de la clas~ trabeja. Lash y Urry 1987). David Lock.W000(1992) subdividéa dora. · . su vez a la clase media en: profesionrues con-alta follllliLas ocupaciones de cuello azul de la clase Q]bajadora ción universitaria; gestores; pequeña burguesía (comer· 1 ciantes y pequeños propie:3rlos). Las f31ililias de la clase genenin unas rentas familiares oue por lo renera) son iñl'ériores a la mema nacionll.~ de la· ct~e media son por lo general propietarios de su vhienda habitrabaJadoru son por tanto más~ • los ócJos tual, ~J!l~n v~Jú~lo propio y sus miembros tienen un econónucos y 1 Ol!a5 muchas conuneenctas como J;u enoiveleducativo relativwente :Uro, aunque muy probablefermedades. AcleoW de !enerar menos ingresos, los tra· mente no han estudiado en escuelu o universidades de bajos de la clase tra02J2dOra oroaucen menos s:msracción elite. t n . s tralla suele -,. ...,......,_ dores .e1 n esUIC sometidos a un cootrol poLpart~ -La·clase·meC11a-baJa dei:rempfesa o sus supenores. Btos:aab:ljos;l&mas, no su~rr.renir-acomo2íiiCiOsCie!lll"OS bene~mo-.pla..._ Los miembros de la cleJ.~~:~':!j~~n .tener trabanes privados cté peosiooes, segurós.m€diC::Os.orivados, etc: jCS de menor resa o. ~on, bie~Uai::nctlllQ:tOJriíbaJado­ .Eñ-tl"R!il!o"üiúdll;">ólo-en tomc!'l:Jañiiia~ ddlf fami· • oficinista.s. contables, etc.), bien lías de clase trabajadora posee su propia :tivienda. que trabai!dor os de «cuello azul» {e ectnrutas o suele estar ubicad! en distritos o barrios modestos. Iontaneros, wr ejemplo). Lo habitual es que l!.S ren e loShogues de clue media-baja es;én en tOrno a la media La st,Jbclase naciooal: Estas renw orowrcionan Wla calidad de vida modesta peronlauv;m;enie ,Mora: A lo largo de su vida La subclase abarca a todas aouellas oersonas out mán al laboral. lo normru es que los miembros de la clase media· m"tiitiiroatfiOiot"iít la wnu:rura dt cla.w: son las.otr· baja acumulen aliÚII pemmonio, casi siempre en la forma son~s _mary,r"!Wdol')'~/ai~onómzca. P?Jllrica l de una viviend:l. Por lo !e:~era!, las oe11onU de esta clase s~mt~It. EJtas s~~41!S.Wllli\..~.-~.Elten reiliz:m !.lgún tipo de formacióo crofesiooa1 uas la edu· entre eneseropleo y el empleo precaria. Gentr.ilirieotc, .,p~ ubllgatonáO los ~ab1idwso"ii}iiau sotiaJen¡ue:"teciben siiñcriiíéos

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La clase trabajadora La historia de las clases trabajadoras ba estado marClda por dos fu es clU"..meote diferenciadas. La vida de las clases trabajadoras solía· definine en t~os de fuertes sentimientos de identidad enraizados en. comunidades

pan hr e:onom.frí2111Íli1!r:Ta!li6ién se-inclüye.ll.2qui a los qut't!Ciben-penrioner bajas-;TaiiiiliiS desesliUCturtdis (c2_ñ=EfooTerii1Sae eaiptep:~~Cldadfa~.J!S:Va· Ua, abandono escolu, _e~}•.o.los.&sempl.endos de-lar-ga ~cióo; eSto es,-in términos genenles,-loso.~e viven «iueru del men.:ado laboral El¡ 1987, Dahrendaá calculó que al menos el cinco por ciento de la poblacióo hótá:-

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nica penenecía a este grupo. Este potceotaje eslá aumen- se emplea a tnenudo como.un cajón de sastre en el que se · 1 agrupan personas con experiencias 1~t.ales muy diferentando. tes. Por ello, los sociólogos han de ser muy cuidadosos al , El concepto de subclase tiene una larp y cootrovenie~plearlo. da historia. Marx hablaba del lumpenproltrariado Oos 1t • Hasta qué punto la clase social es vaeabundos, los inválidos, la escoria social). Boom y 1 1 t:.·. M;yhew se referían a las «clases peligrosas», fonoadas 1 e Lamovilidad social y el sueño •...·. por «indige01es, mendigos y marginados a los que les or qué los sociólogos invierten americano .. ., repugnaba el trabajo regular», lo que coincide bastante . tanto tiempo estudiando las clacon el colectivo de personas a las.que se r~ferlan las leyes 1 ses? La respuesta es que, sin ' de peligrosidad social, .o las leyes de «vágos ymaleantes~ duda, la estratificación social afecta a d en la viej4-Jcgislació¡¡ ,española. El hecho es gue eilite casi todos los ;:spectos de nuestras ' una vieja tradició~'que'separa a·las personás:ealificadas vidas. Aunque·la clase, por si misma, • 1 corno indignas, sospechosas o de.escasa reputación, del no basla para determinar nuestra ubiresto de la sociedad. N,!uehos sociólogo~. SÍ!t_ernbargo, no cación en la sociedad, resulta sin · ·· suelen trazar lineas .divisorias tan nítidas y suelell en tenembargo uno de los elementos más influyentes. Nuestra posición da cla• der que los miembros de las subclases son persoo~ estigse nos afecta de manera objetiva (en matizadas, con muy es~~os recursos·, sin apenes oponunuestrá salud, nuestra formación o • nidacles Jabon:Jes 'y ati"apadas en lo que algunos llaman el nuestro estilo de vida, por ejemplo), ; «círculo vicioso de la ¡)obrez11>0 '(Morris 1994). Hemos pero también subjetivamente (en el · • dedicado otro recuadro dé. «Controversia y debate» a modo en el que nos vemos a noso"" e~plicar ·esw .dos pos,!UPLI.<Las·posturaS' menos geoe~o­ tros mismos, nuestro:le'nguaje; valb-. sas, en cualquier'caso, iáeotifican dellncuencia y pobrezn, • res o ideas). En esta sección 'se exv, como veremos más adelante, tambi~o se suele asociar ponen algunos ejemplos del impacto • pot>m~.Y delinc~!!cia cplÚ!l9.t;ÍO!J~J racial e~. _. de la clase en distintos aspectos de la • .F.ue :el_s()jjóJQg!LJIQO~mmcano_Charte~_J.J_I!ITolY . socledad británica. quien popularizó. recien.teme11;~ el. ~~pte~ ~elt.~~o · «subclase» . .Munay_i¡¡,l~~·s.tigó .!a pQ\J[ii:l ~n Estados' Úni· • do~. cn.su libro L.9;fngQ~!?ll.!l~.<i~84¿,-M~ilY.sé lamen- ~acielWlgue a.tectan prácticamente a t o el mundo. • taba del fracaso de las políticas de bienestar, que según él, En Estados Unidos es frecue nte ·oll'·que lnooedad sólo ~a~í~-~~fi!li<!2.1.ue~_s:C:~f?ies"' ciec.ieiúes ·ae la americana es, entre todas las sociedades del mundo, la l pobl.a.ción pasaran.a depen¡l~r_d~l ~st.ado: :.u fíñaJ. de los que tiene las tasas más altas de movilids,d social. El sue· • 1 ~ años ocbeolll. ~Iumy exponó S\1.1 ideas arReiDo Unido ño americano se alimenta de multi,~d ~e !!i~~~·'::•i<Th'iiliil~....,.... • . donae .f1¡erpo 'publicadas semu,¡almeiue en The 'Sunday viduos que pasaron de repartir penoeiicos a dirigir empre~ Times (26 áe noviembre de 1989). De acuerdo con Mu- sas. No obstante, aunq~e J~.Esrados Unidos son muchos rray, la subclase vive en un mundo apane, educa a sus los que ven la penenen<;¡;. a una clase como poco menos , 1 ' hijos de forma distinta y posee distintos valores. que un estadio' o una fase transitoria, la ·verdad es que • ,. .. ... . ..iíil. En Europa, el problema de la subclase a menudo va wnbi~n allí las clases sociales juegan un imponante • asociedo a problemas de inmigración. Lonrabajadores . papel en la estratificación social y en la disaibución del que no pueden encontrar trabajo en sus propios paises se poder. Yaunque efec~vamente existe-movilidad social, lo l. Entre los hombrts-tsradouniderJes.-1(/ movilidad "so· Q.· desplazan a otros donde sí existe empleo. Como·recién cierto es que muchas personas se encuentran att11pad.as en cial es basrqntt aira La vieja idea de que en Estados · "' llegados y émiC"..me01e diferentes, suelen ser marginados la pobreza. . Unidos hay mucha movilidad social es, en última iosSegún algunos esiudios de movilidad in~ergen~cional pqr._el_r~stq_ ~e l.~~~.fl!.d"'"g_llilJO dtlQ!.ygelin2,s en ·tapcia, ~acta. ·Per\1 CStO DO es muy.sorprendeme dado en Estados Unidos· (que, desgraciadamente, han tomado . Fraoci~, los ~CC?~ ~::IJ~rqania o loS:mªgr,!:bíes co_P.paque la sociedad no~'lmericana es uoa·sociedad indusña•.que.eocuentran rquFl!~ di,ijcul~d;~~.Pm i,nt,egrars.ten como referencia la'posición y movi!idad·de los hombres), . trial avanzada. casi el40 por cieo,io de los hijos de clase-'l!'ab~ador?- obtie._J ·.·_ el mercado laboral. Los inmigrantes ilelal~s 1e en.~uen2. Desde una persp~~riva !~PÓ~ÓI y ~n términos inrer• tran eo una posición mucho más dificil iodavia, pues en nen emplebs de «cuello blanco», mientras que ~PO por gtntraciQnaru, ·ha oré@miñado fa~movilidad socJal muchos casos ño puede~ 'siqlileri "'soiicim ·beneficios ciento de los hijos nacidos de padres con zrabajos de «cueasécnddre~ I a iodustria.lizacióñ, la éxpaoston !teta • sociales con los que atender sus necesidades básicas. u llo"blanco» terminan desempeñando trabajos óe «cuello economía americana y el crecimieotg de los empleos .-.._· lucha por la vida diaria obliga a los 'individuos dC'Ia sub~· ~d~ horizoo[al. esto es, los =bÍade de <<c4ello blmcó,. a IQ (árgo dd_sigf9.:<;< explican este • clase a concentra."Se el: presente. Sin perspectivas de oc.upación qpe no imolican desplazamjentos en la pasifenómeno. · -- - -· .. trabajo, la subclase vive en los márgenes de la sociedad. ción..social-.so~incl,¡¡.l.ll.J!!ás frecuenteS (Blau y Duncan 3. Dentro de Ul'.a misma !neración, la·movilidad social Aunque son muchos los que viven en las condiciones 1967; Featherrnan y Hauser, 1978). La investigación dis~ -·- ·-··· · -·-· -que sugiere· eF téiniiño ~subclase,.; "el ~!50 a~adémico o se l)roduce de·modo-o a . .~fc?.1710do que no }¡ay pom'ble señala cual!o conclusiones generales con-respecto grandes •saltos». ·Son muy, J!6CosJos que pasan ae cienñ.L"ico ~e est.~ vocablo es ..E!'~co. La «subclase!.. a la movilidad social en los Estados Unidos.

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«vestir trapos a lucir riquezas». Son pocos los que sé enriquecen (o arruinan) de !anoche a lamaiiana o a lo largo de su vida. u mayoria de las personas se-desplaza a las posiciones máS coñtiguas (hacia -arriba o ba~a abajo) en la escala de estratificación social. · 4. En las últimas dlcqdt,. u ohur•a una r•?dméja. ~ esmr~itnro y a una ciena oolaázaci6n de-rentar. El aumento en la Cilioaa de. vida que se produjo ~lo largo de ¡a primera mitad del siglo xx se ralentizó a comienzQs de la década de los sese¡¡t,a. La .renta real (ajustada a la inflaclón)·de la población estadounidense veri6 muy poco durante !.os años ocbent.a y aumentó algo más en los primeros· a_!fos -*q_vent.a.. {Neum 1992). Entre 1980 y \994, el20-cieoro-de los ):iegares más acomodados aumentó sus rentaS en cerca de-un 30

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por ciemo, y el siguiente 20 por ciento de los hogares aumeñwon sus rentas en un 9,5 por cien¡o. f'or con· tn, el 20 por ciemo de los bogMes m!s pobres Yieron reducidas sus renus en un 6,4 por ciemo (US Bureau of Ll)e Census, 1996). Según datos del gobierno federal, en 1993, 39,3 millones de none!ltleticanos podfen ser clasificados como pobres (el 15,1 por ciento de la población). Aunque la mayoría son blancos, las poblaciones de origen africano, lltinoam~ricano o los indígenas del país están sobrerrepresenw!os en los estratos moís bajos de la escala socioeconómica. Efectivamente, b.s renw de los blancos y de los none3mericanos de origen asiático han aJl!IIenmdo m:ls rápidamente que las de los americanos penenecien· tes a otros grupos ~micos. En 1992, las fliiiilias úroamericanas ¡enfan unas rentas que suponían el 58 por ciento de las ren~ de las familias blancas, cuando en 1970 el porcenuje era un poco más a)¡o (el 61 por ciento). Las f3tllilias ·de origen hispano tD.mbi~n nan aumentado su distancia 11:specto a los blancos. Si en 1975 l1s reow medias de los b,ispanos suponían el 72 por ciento de las renw mediu de los blancos, en 1993 el porcent.aje bajó al 69 ~r ciento (US Bureau of the Cep.sus, 1994). Las madres solieras y sus hijos tien~n también muchas más posibilidades de vivir en condiciones _de pobreza que el resto de los estadounidenses. Además,. los pobres de Estados Unidos (y ea.especial los pobres de minorías ttnieas), tiepen mucbas más posibilid~des' de vivir wlados del resto de la sociedad en barrios margin21es, con escuelas y servicios públicos de mala cal.idad (en compamción a los que reciben los resideotes de barrios más aforrunados) y con pocos mode)os o ejemplos penonas que han conseguido romper el círculo vicioso de lt pooreza. Esto no quiere detir que los barrios pobres carezcan de dinamismo e de un sentido de comunidad. Despu~s de esrudiar un barrio de una ciudad del none del oili, C!!OI SL!ck (1975) mos;:ró que, lejos de careter de ~dativa y responsabilidad, los residentes de :ste barrio inventab2.1l sus propias estrategias (muchas veces ingetúosas) de supervivencia. En cualquier caso, las instiruci,ones financieras norteamericanas suelen mosrrarse muy reticentes a colaóoru en proyectos de 11:modelación o de mejora de estos barrios. Pero si esto ocurre, si uno de estos banios empieza uemodelarse o a ser objeto de intervenciones publicas puede ser que el tejido social del barrio termine deStrUyéndose antes de aue las nuevas redes formales hayan terminado de cuajai: En res-<~men. en Estados Unidos, ti!Dque la movilidad social es posible, resuita una opción remota para much2S r..now que viven !.isl!das o segregad!!S del resto de la sociedad, y.entte las que lu m.ino!ÚS ~miy las fuoilizs enc!beuóas por madres ~oltms suelen _ eSta! sobrerre)lGZ.Il~JS. _

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O Clase y género Hasta fechas muy retiemes, a la hora de ubicar a las familias en la esc:ala de es~nrilicación social se tenía en cuenta la profesión e ingresos del varón c~beza de familia. Al igl!!! que en muchos otros =pos de esrudio en sociología, la mujer habla sido relegada a un segundo plano en la investigacióo. Hoy esto ya no asf. Las investigaciones recienteS incorporan ya la perspectiva de género 31 estudio de la esnatiñcación soci31. ,.!¡sí surgen nuevos interrogantes de investigación. Es interesante slber, por ejem· plo, si las ~w de hombres y muje11:s están acerc:lndose o si, por el contrario, las diferencias esún lumentando. También es interesante esrudiar cu:ln · distinw son las consecuencias económicas del divorcio pan hombres y mujeres. Aunque la discriminación por t1!ZÓn de g~nero es ilegal en la Unión Euiopea (asf como en la mayor parte de los paúes industrializados), las mujeres tienen m:ls postbilidad.es de ser relegadas a ocupaciones peor remuneradas, como l1s de limoiadora. asisten~ soci.al, enfermera, seaewia, maesrm:etc. (\'~e el üpfrulo -15 p:&ra una descriv-ióo\le la siruación en Europa). En los Esta· dos Utúdos, las diferencias de rema entre hombres y mujer~s 1wt disminuido. En 19SO, las muJeres que trabajnb2.1l a tiempo completo ganlban un 60 por ciento del salario de los hombres. En 1993, ya ganaban el 72 por ciento. Esto se debe, en pane, a.que mien[!'l!S que los s31arios de los hombres disminuveron en términos re31es en la d~c3da de los ochenta, los d~ las mujeres se m;Q"iu;ierÓn conswtes (US Bureau of the Census, 1995).

E'i El debate sobre ~< el fin de las clases» E:! los últimos treinta años, .hao sido tantos los =bios en ~1 entorno soé'inetonómico que multarfa sorprendente que. a su vez, no bubien habido =bios en la composición y IWlraleza de las clases sociales o en el modo de entenderlas o esrudi:ll'l:!.S. Los sociól.ogos británicos, por ejemplo, no se ponen de acuerdo som la imporuncia de ·las clases socialas o sob11: el modo de esrudiarlas. En palabras de Jobn Scon (1994: 19), por ejemplo, ci!.S clases siguen siendo la piezn fundamental para entender la esrrucrura de la socieda!L.; tniencru que sego.1n Ray P!hl (1989), cla clase es un concepto obsoleto para la sociologí;uo. ¿c;:uü de esus des afirmnciones es más acertada? Ah:unos ;oció!0205 afirman Que, de tiWltta !0'11riual, las ~edades mccÍemzs han idÓ desdibujando Ía vieja frontera entt1: 1'-5 clases hasta el punto de que el concepto de ucl:ue sociw ha pe;dido utilidad. Según estos sociólogos, los =bios sociales que han tenido lugar en las últimas d~adas no se pueden eotenrier apropiadamente desde una persptctiva·te6(ica que retenga todavía el vie-

jo concepto de ccllses sociales ~. Cienamente, las desig•J!Idades ;oci!les asib incluso aumentando en algunos púses, pero la cuestión es, seg11n estos autores, si esw dcsigualdedes se pueden explicar en. túm.inos de cllses sociales. En concreto, ~tos autores señ31010 que las viejas comutúdades de clase ~nbajador! han desaparecido (o es;m en D'aoc: d: desaparecer), y están siendo sustituidas por una nueva generación de ttabajadoras con mayor poder adquisitivo y pautas culrur31es típicamente ~nsu­ mist!.S. La cultura de clnse obrer:t parece un rCC'Jerdo del pasedo. Las orgatúzaciones de clase, como los sindicatos, han perdido c:tpacidad de moviliz..:lción y tienen cnda vez menos afiliados. Incluso un marxistn como Aodré Gonz !u dado 1l!llO de sus libros el significativo título de Miós al prolltariado. Hoy en dfa, la línea divisoria que separa a las clues soci21es ya no as de car:lcter político. Por el conttario, las düerencias m:ls apareotes se refieren al estilo de vida o l!!S pauw de consumo. M:ls imparw!tes que las diferencias entre lrilbajadores y propiewios de los medios de producción son, quizj, las diferenci~ en~re los que est4n integrados en el mercado de trabajo Y.los que viven gracias a los prog:nunu y subsidios estatales, en~ los que poseen su casa en propiedad y los que viven de alquiler, en los que tienen un contrato indefinido y los que están entte el desempleo o con COOIT3fOS precarios, en.~ los que tienen buenos sueldos y los que .tienen salarios de rtúseril. Según Klauss Elder las clases sociales se bao disuelto en el ~jido social, en donde ya no existe un conflicto bipolar, entre nabajadores y empresanos, sino multipolar, como muastrao todos los movimientos sociales sUCJidor a partir de los lllios sesenta (el movimiento ecologista. el feminismo, el paciiismo, etc.), y que suelen estar impulsados por las clases medias. Pan. estos socióiogos, el análisis de las clases sociales se ha complic3do basta llll punto que ya oo está claro lo que uno está esrudi.ando. Según eStos autores, hay mulrirud de variables que son 11:leventes para esrudiar la desigualdad, y el concepto de celase social» no puede abarc:ulu tod!!S. Las "clases» están siendo sustiruidas por «e!tilos de \'ÍO!Il>, cidentidades», Olas d~si gu!ldades asociadu a la emicidad o al género (vénnse los Cspfrulos 12 y 13). El an!lisis de clase, según estos.autotl:s, es el último reducto de al~unos sectores acWttnicos. · t-io obstante, ~n segundo grupo de sociólogos, como John Scon, sigue considerando que l1s clzses sociales son relevantes para el análisis sociológico. Ciertamente, la natunleza y com!lC)sición dc las clases soci:lles puede h&ile; cambiado en las últimas décadas, pero las clzses siguen siendo la fuente -principal de la wéulación de imereses en las sociedades complejas. Este serJDdo grupo de sociólogos, anl!S que cuestiolllii'Se la existencia de lzs clases, esrudia los cambios oue están sucediendo a este nivel. Entre eStos cambios, e~ sedalar:

l. La relevttcia decreciente de la distinción erure traba-

jadorei m:mu31es y el resto de los D"'..baj~ore5 , darlo que mucho~ empleos manuales ~st.in de=di~ndo.

2. La desaparición de la vieja clase ttabajadora (en concr:to, de lzs comunidaces de clase lribljadon). 3.

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expansión, tanto cuantitativa como en C\Wito a su divmidad, de las clases medias, debido fundamentalmente al tTe::imiento del sector servicios.

4. Le imporuncie creciente de las subcl:ses, debido a la inrtúgnción, a )a in~smbilidad etonómica 9 a los recones en las polfticas de bienestar en algunos países. 5. La importancia creciente del sénéro 'y la eütia como

elementos que añaden complejidad al'análisi~ de clase. Como puede observarse, este segundo grupo~ soci6logos ha tratado de incórpomr ~ucbas ~e las ~eryac!o­ nes que bao hecho los que defienqel! ll obsolescencia'~ej amílisis de clase. Ltjos de ser uná c~teg'oría oosoletá, • este segundo gi'upo (fe·sociólogos mantiene que la el~ social y el málisis de clnse sigilen siendo todavfa irurru·mentos útiles pan el aoilisis s~iológicQ y' la compren: sión de los camtiios soci~es que está!¡ ienlel!,dO lugar, Puede que (¡¡,divisoria entre las cl~s se J.¡ay~ ~ibüja~ do, pero de ahí resulta exagemdo decir. que vivimos en un! sociedad sin clases. De hecho, señalaii eStos !litoies, aunque hayan surgido nuevos conflictos mpvilii:ientos sociales, todavía e.'tiste en E'uropa una fuerte identificá~ ción de clase. '

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0 Los cambios en las pa.utas de empleo desde ú'na perspectiva · ·, ' · ~.: · ~-·· ... · de globalización · Lo que se ha denOIIIÍmdo el declive de la clase media, esto es, una cirrm 'l"deac ia hacia el dtctrioro dt la cali.: dad..d.t....ri~/a sc:!!ridad teonómica ir.ue las cliüu medias de las socfedadu industriales,· puede en par.t explicarse por el fenómeno & lA giobihiietóo de la economía. Gmn pane de la industria que hace sólo tJDa gene· ración ofrecla trabJjos bien remunerados a.mi!!S·dc e~ ¡¡tos, canadienses, y astadounidenses, se ba tn.Sladado·a países en vías de desarroUo (Ros~n 1981; Tburow 198-n. Muchos de los productos de coosumo que antes se fabricaban en Europa o Nor.dm~ca (coches, equipos de vídeo, jug-1eteS', ordenadorts, etc.) ahora se fabrican e;¡ países asi!ticos (como Corea del Sur, Ta.iwáo, China, o Singapur). ·Los emplees bien remunerados en la industria, que solían dar empleo a Uila-pane ~oosiderable de la mano de obra en las primeras dé..'"ldz.s de este siglo, bao disminui· do considerablemente. En su lugar, las economíaS ócci:


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dentales oírtc~n nuevos empleos en dh·ersas ramas del sector servicios que suelen estar peor nmuner.~dos. El cierre de los complejos mineros y Jos hornos de acero, con el consiguiente debiliwruento de las comuoidades de

clase tradicionales, es un imhador de estos WDbios; mientraS las cadenas de comicb rápida como McDonald's experimenWI uro r2pida expaosióo. Cier..amente, ll¡unos de los empleo! tradicionales de la clase D'lbaj3dora

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!Úll se muuienen; pero los nuevos que ap~=n esW! peor pagados y son menos seguros. Puede que la redistribución del empleo a escala glob!l no sea una mala notic1a para todo el mundo. La globali-

ución de la economíz haabieno nuevas oponunidades l un se::tor muy cualificado de la población [mformtticos, abogados, economisr.as, etc.). Adem.ú, la revalorización de los activos de las compaMas multinacionales ha

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¡i,. ¿Son los ~obres cul.pables de s~ propia condición? los pobres •vlctimas• . y los pobres La culpa es de los pobres: n las· reglones mas tfcas de la •culpables•. En la creencia de que tierra (Europa y Norteamétfca) ciclos de privación y cultura la posición social depende princieldsten decenas . de mmones de pobreza palmenle del talento y del es:Uerzo de pobres y esto da lugar a elgunas preguntas. Es cierto, como La primera perspectiva se fundamen- individual, esta perspectiva defienta en la siguiente premisa: los pobres de que las sociedades lndustlializaalgunos analistas se encargan de recordamos, que muchos de los que son los principalss responubles de das ofrecen sufiCientES oportunidaen · los países de esas regiones su situación de pobreza Desde la des para salir adelante a cualquier es¡¿n reg1strados oficialmente como creaciórr de las Leyes de Pobres en persona capaz y con ganas de apropobres tienen un .mejor nivel de vi- lnglater.a, muchos de los que han ve<:harfas. De acuerdo con este razoda que los· pobres de otios países reflexionado sobre ·este problema namiento, los pobres son aquellos (en "Estados Unidos, por ejemplo, el han distinguido dos tipos de pobres: que no puedan o no quieren trabajar, que után menos 40 por ciento de cualificados, peor las famillas poeducados, o que bres son propiesimplemente catarias de sus viviendas y el 60 rece¡l dfl .. J!!Qil· · vación. Aunque por ciento tiene algunos pobres automóvil -Jen(tradicionalmenkins, 1!!!!2): Pero te, las viudas, los también es cier: • huérfanos, y los to; c·omo. se· seincapacitados) ñalo-antes, que la pueden- ser conmalnutrición y eJ· siderados •vfctihambre után beslmas•, el razonaIante ext!;ndidos: i miento anterior nos junto con la vio[ 211 niwarfa a cOndelencia, la enfer..nar al resto res· medad y una sa10 ponsables de una ne de proolemas u otra manera de que acompañan su destino y, asf, a la privación eco•culpables•. nómica. Vamos a Dentro de estE examinar a contimisma forma de nuación dos forver las cosas camas de pensar be una Interpretaacerca éel proción diferente. En blema de la poconcreto, algunos breza en-Jos paiAgur-. 10..3 o La1 eauJas de fa pobreza. En un& lntutSII cf~ l muultU tlpruonllltlll dt la po!:lac!:ln dt varios PIÍIU 11 pttses ricos y sobre argumentan que ~:ó: •¿POt.qué,hay Plm>I\U tn osa paJI qua vlvln tn ~de Mtui<!ad'l• Como !Mexiste algo 2Sf ~ las que se ha orfct v.tll 1111 ti gláJic:> :1 ~liTIS, lu IUIMiiiJ •par po:,:a c!t la ptiiOfll• r "PP< ~ oinl!do un inlen•ocf..,. "'"""' 1u prtloi'Cu ¡:orles tnlrWVIr.ld:s. Los Ffttntlju ro l\r.IOIIICIO ;JOII;\.'1 hlllla mo una cultura de la pobrf!Za, que B· -- -· -so.detate. .... rupuulU ~<;'... ""ha., 1-'d:!lr.dl.iw.tn ti gr'.=co..

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ITII!a a las personas que la sufren y La culpa es de la sociedad: que fomenta la resignaciÓn a esta la exclusión social situación. 8 antropólogo Osear Ley las divisiones estructurales wis (1961 ), que estudió los barrios La segunda perspectiva sa puede pcbres de las ciudades latinoamericanas, fue uno de los primeros en resumir de. la siguiente forma: 1~ enunciar esta int!!rpre!aclón. Lewis sccleded es la principal responsable de la pobreza. Según esta perspectidudaba de que la mayor parte de los va, defendida entra otros por Wdliam pebre~ no pudiera hacer nada para Ryan (1976), fas estructuras sociales superar su situación, pero no Jos culdistribuyen los recursos de lorma pó individualmente, sino al medio cul- desigual, lo que hace que unos tentural de estos barrios, que fomentan gan más y que olros vivan en condila creencia de que no merece la pena ciones de pcbreza. si comparamos aspirar a una forma de vida mejor. 8 sociedades, observAmos que aqueresultado es un circulo vicioso de la llas que distribuyen su -~queza de pobreza: la pobreza se reproducé al manera desigual (como el Reino Unilr5nsmilirse lntergeneracfonalmente do) son las mismas que pruentan esas pautas culturales. En el Raino altos niveles de pobreza; mientras Unido, este tipc da interpretación de que las que tratan de conseguir una la pcbreza ha tenido cierta acogida mayor igue)dad económica (como en algunos sectores. por ejerñji(O Suecia yJapón) presenEn Estados Unidos, Char1es Mu- tan niveles más bajos. Según Ry-..n. la pobreza no es algo rray ha negado a conclusiones muy parecidas. Según Murray, en entor- n8Cf58rfo o Inevitable. Es la carencia nos de mucha pobre:ra, como en de oportunidades, y no tales o cuales algunos barrios de fas grandes ciuda- carencias o defectos da las personas, des, se ha consolidado una subcuttu- la causa del problema.·Ryan piensa ra de clase lrabajadora que cues5ona que la !afta de ambición de las persoMs~es~a~~yno la ambición personal y el éxi:o. Un una e2usc de su falta de oportunidaelemento de esta subcultura, a su modo de ver, es una orientación ha- des. Ryan critica el análisis de Lewis, cia el presente, que iomenta a vivir que invita a •culpar a las víctimas·· de para al momento. Al contrario, y su propia s~uaclón. Para Ryan, los programas y las políticas sociales dirisegún Mursy, la mayor parte de la gidas a los pobres ~enen un efacto gente en mejor situación está orienta- real, que es el de reducir la pobreza y da hacia el largo plazo~· iO qua les ani- procurar una-distribución más equitati~ a invertir en educación, a planear va de la riqueza. su carrera laboral o, sencillamente, a ahorrar. Murray pensaba que la mayor parte de los pobres son incapa- Las propuestas prácticas CEs de ver mi!s allá del momento pre- Cada una de estas explicaciones da sente. los pobres, de este modo, se la pobreza cuenta con el apoyo de un ven atrapados en su situación de · sector de le opiniqn púbftca, esi como pobreza.. En última inslancia, cose- con sus propios defensores entra la chan lo que han sembrado. clese polltica. Para Murray, la igual-

dad de oportunida~es ¡leberia ser un objetivo social, en ¡iarticular para los jóvenes; pero mas all;i de esta meta global, la gente debería hacerse responsable de·sú propia situación~ de forma que el éxito que alcsncen-·sea la consecuencia de su trabejo· y sus es:U~:rzos. : ·· La perspectiva defendida por Ryan implica introducir poliliéas sociales orientadas a reducir !a pobreza pi-ocuranclo distribuir los recursos de una forma más equftaliva. Un sistema público de guardarlas, por eíemplo; permitirla a les maéres en situación de pobreza adquiñr cuaJílicación en el mercado lsboraf. En rea6dad, se pcdrla auménta.nr ñNeJde vida de todas las familias pobres garantizando ~a renta minima, que debería ser financiada inediante 11'1 sistema fiscal progiesivo. · ·· · · . Estos dos tipos de--Soluciones·a·ta pObreza sa han puesto en ¡irácliéa; a veces en los mismos paises y·según las orientaciones Q6~rtkkL~n el Qobie[TlO. Por Jo general, nileotras lós partidos conservadores prefieren ta pñIT!éta opción, los de ori6ntacién soé:i2J. demócra.ta se irlc:iren por la segunda.

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e Para seguir perisando

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sobre este tema

1. ¿Cuáles son los pnncipcles· sUbgrupos dentro de la pobli~ po!:>re? ¿Cree que e5 ¡az~e átStinguir entre •víctimas· y •culpa.blas•?

2. ¿Por qué la pobreza parece aumentar constantemente en Europa? · · 3. ¿Qué Upo de políticas. contra la pobreza: cree que ~ mis efec· !iVas? • . ,

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En 1 915 .Rowr¡tr~ llegó a la conclusión de que sólo un

aumentado de forml consideroble ~1 patrimonio de los individuos mú ricos de las sociedades industriales. Pero la globzlización umbi!o he destrUido empleos: se· c11cula que en los últimos veinte !líos las grendes compnñias han eliminado en tomó·a una Cl!l!"o.3 parte de su personal. En Euro_;.-a y Nortel!mérict han sido m~chos !os q~e se 113!1 quedado sin trabajo 11 haber sido «exporn.dos• sus empleos (Reich, 1991). De b misma forma que hace un siglo la iodustrinliz.ación generó una ola de prosperidad, el proceso de desindusnializacióo está socavando la calidad de vida y la con· fianza en sí mismas de muchas personas. En comparación coo la generación anterior, hoy son menos los que pueden esperar mejorar (o siquien mwteoer) el nivel de ~ida de sus padres.

ción, llevó a cabo un esrudio que consisóa en recorrer puena 2 puena t~~~plia.s zonas de Londres, contar el número de personas que ocupaban cada viviecd!. y medir su nivel de pobreza de acuerdo con los ingresos de cada hogar. P311l Boolil. la pobreu era un concepto absoluto y se podla medir con criterios objetivos: era pobre el que no tenía b suficiente cantidad de dinero para cubrir las necesidades nutritivas. Se:bohm Rowntree llevó a cabo tres esrudios entre 1899 y 1951 en la ciudad de Yorl.: (concluyendo en el último de ellos que !.a pobreza en el Reino Unido había sido más o menos emdie!da). Rowntree también definió la pobreu en términos de subsis~ncia.. Segl1n Rowntree, pobres son los que oo tienen recursos sobr.uues y deben empleu ¡(Idos sus ingresos en el mantenimiento de b s:Uud físicn (parn unn revisión·excelente de la.s investi¡aciones de Booth y Rowntree, véase John Scon, 1994). Pobreza En fechas más recientes, Pe ter Townsend ha investigado la pobreza en el Reino Unido durante más de cuaao d~. Townsend d:ñoe la pobreza como 4\la !altn de Ln pol!reza es un producto· inevitable de todos los siste· lQs recursQs qu~ son oe::esa¡j9s para permil:ir.~ p~cipl,:. mas de desigualdad social. Nq obsWll.e, los sociólogos ción en las acrividades, comunbr-...s y hábitos que son han abordado el concepto de pobreza desde dos perspecconsiderados como normales por la sociedad» (1979: 81). tivas. L3 pobrcz:t rcJ:lljV~ se refiere a/a privaci6n de rt~¡as_gl•r untriñitnran aJ.&.unas ousonas tn rilnci6n Las investigaciones de Townsend (basl!das en eocuesw a ' muestraS a.lel!Orias de la población), mostraroo que la o/ rwo de la sOCiedad. Eoteodid:t eo lé.rmínos iilauvos, definición oñci:ll de pobreza Qa que se emplea para Otorla pobreza es universll.l e ineviuble, pues incluso en las gar beneficios asistencU!es) era demasin.do restrictiva. ·sociedades mis ricas siempre hay un sector de la poblaSegún la definición de la pobreu rtlariva de Towsend, ción que, en .relación al resto, tiene muchos menos recurhay muchos pobres que se quedan fuera del sistema asissos. Podemos medir la pobreu· relativa en un_a sociedad tenciel porque en la definición oficial de la pobreza no se teiliendo en cuentA lo que eo esa sociedad se entiende que tiene eo cuenta la satisfacción de las necesidades básicas es un nivel de ~ida digno, y cootando.eJ número de hogapara cputicipllll> en la sociedad. res que no tienen ese nivel de vida. Por conn, l~­ Posteriormente, y L11Dbiéo desde la perspectiva de la ~ se refiere a una pri~ación ra/ dl rlcursos qUl n tn elii ro 10 a 11/JtrvtvtnCJo ot lDS trs . pobreu relntiva, Macl.: y Lansley rul.iza.rolf otrll investigación, con el propósito de el:~.bor..r un documen!altclePara- medtr a pobreza absoluta tenemos que teller én visivo. Mncll: y Lansey disellaron una encuestn que tenía cuenta 13 llisiaa:ión dé las necesidades ounitivas de por objeto identificu las cosas que la gente consideraba OtrO tipo qLe ua.r ~VÍf;!ldO. necesnrias para tener una vidl digna. Uónez que obroComo v~remos en el siguiente Capítulo («Estrlltific:;vieron esta información esrudiaron las carencias a partir ción globaJ,.), las dimensiones ·globales "de la pobreza de una muestrll 1le11oria c!e la ooblacióo. Los resultados absoluta son tales que podemos considerar que la vid! de se pueden ver en la Tabla10.2. • alndedor de ochocientos millones de personas est! en peligro-: Incluso en Europa, uns de las regiones más-ricas · Esta estnltegia de investigación. consistente eo medir la pobrezl a partir de las ~pcióoes de la gente de lo del mundo, hay un sector de la población que pasa ham· bre y que tiene graves problemas de salud. Vamos a que es un nivel de vida di_gno, tiene un problema: a medida que !umen!!Dlas expe:;tztivas de la población sobre la eltlendemos ahora eo este prob1cmL · calidad de vida, aumenta !.utomáticamente el número de pobres. Si hoy en dfa, por ejemplo, muchos esrudiantes Cómo medi~ la pobreza \IIIÍ'fe.rsiwios piensan que es oetesnrio tener úoa compu· Algunos de los primeros intentos para medir la pobreu wiora para esrudiar, ¿hemos de considerar pobres a los fueron llevados a obo en el Reino Unido en la segunda esrudiaores que no p11eden comprme una compuwlora? mitad del siglo m. El filioaopo y .empr.csario Charles Dada es~ óüicultad, muchos prefieren medir la pobre1 .¡.. __ .Bootb. consciente de las teuibles coodiciooes de vida u relativa 1 través de la renta y no de las pe..--c:Pciooes de ¡ imperantes en ciudades como MancbeslU y Londres la población. Hasta 1987, en el Reino Unid~ se clasiñcacomo consccuencia..del.J:ápióo.procesó.de..industrializa._be..como.pobre.ubdo aquel:quc..viVÍa bajo.un.detennina-

1.5 ¡:orcieoto de los habitnotes de York vivía en la !'obi*...z.a.

pero aplicaba criteri~s de medición absolu:os y t;~uy esaic:tos. Con los criterios d: medición reiativOl qüe se emplean hoy, se esrirno que los niveles de pobreza oscilan e¡uie un dé::ir:lo y un !en:io d: la población. En 1993, Low Pay Unit estimó que •!lrededor de un tercio de !.a población británica vivía ea !iru!.cióo d: pobreza.. Según las estimaciones de la OCDE, hay doce millones de pobres en el Reino Unido (una ctWU parte de los 50 millones de pobres que viven eo Europn). Por oat par.e, un 10 por ciento ¡le la población británica (CSIO es, 5,6 millones de persoo!S) ha solicimdo el subsidio de ~poyo (Skellington, !996: 105-11). En la Unión Europea. y a pesar d: lospr9grama$_ para combatirla, la pobreu y la exclusión social han ·ido ·en aumento. En 1975 se estimaba que había 38 millones de pobr-...s, pero en los años ooveo11 se ha calculado que son 50 millones los europeos que podrían esll.f viviendo·bnjo el umbnl de pobreza. Esta cifn.represeot1 el "!5 pOr ciento del conjunto de la ooblación de la Unión. Normalmente se conside~ que se ~cueñ~ en nru.ncióirde po"breu tquellos con reo~ por debajo del cincueot1 por ciento de las .renw medias nacioóales. · La pobreza oo aicCll a tOdos los países europeos de igu:U manera.. Podemos distinguii tres grupos de paise5:

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'> países con altos niveles de pobré"za: Grecia, Irlanda,

Porrugal, Espafta y el Reino·Unido. ·-:

e países con niveles medios ~e pobr-~ Francia e Iu.lia_. e países con niveles bajos de pobreza: Bélgica, Dinnma.rca, .4Jemania y Países Bajos (véase la Figurn. lO.ó) {Bemt Scbultc;l995 en Funkeo y Cooper. 1995: 127).

do ni,·eJ de renl!, oue d!ba cerecbo a recibir una avuda suplementaria. ·

La extensión de:la pobreza

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Dadalz complejidad de medir la pobreza,.los datos sobre el número de pobres pueden vmar mucho. Los gobiernos conservEdores británicos del periodo 1979-97 trliWoo de ignorar el probleme de ta pobreza ugumentando que •oficialmente la pobreza no existe eo el Reino Unido. El gobierno no defme un límite a partir del cual podamos hablar de pobreza.. Se argumenu que una deñnicióo objetiva es l!llposible, que cu!lquie.r intento de conra.r el número de pobrts está descinedo al fncaso porque depeoderi de las deñoitiooeS SUbjetiV!S que deo io~ expertoS de lo que es ser pobre• (Fraym211 1991: 2).

En EstAdos Unidos, uno de los p~es más :icos del planerJ!. el nivrl de pobrezy. relativa e~ muy alto. En 1993, un total de 39,3 millones de hombres, mujeres y niños (esto es, un 15,1 por ciento de la población) viVÍan oñcialmente en condiciones de pobrea Otros 12,5 millones vivían coa renw oo superiores al 125 por ciento del umbfll oficial de pobreza. En 1993, el umbral esuble:ido pan dos adultos y dos niños que vivieran eo un á!-..a u;banzera de 14.163.dólares al año (2.300.~ ptaS. !pto:umadameote). La renta media de las familias que Viven ~n c;ondiciones de pobreza es de 5.960 dólares por ~e bajo ae ese umbral, y algunas estimaciones sugieren que"el40 por cie.:tto de los pobres {tlos que podríamos llamar los m4s pobm de tTUTt los pobres) está intentando salir adelante con la mitad de ht renta que determina el Wnb.ral de pobreza (US Bureau of thc Census, 1995).

¿Quiénes -son los pobres? Si bien para e! análisis socioló&ico es posible liablar ·de los pobres como una categoría s~al, algunos grupos ,de


población e.!lán sobrerrepresentados cq_ esa categoría. La pobreza suele afectar a personas que·atraviesan algún tipo ~al de dificultades (los parados de Jerga duración, por ejemplo), o que oe.íi"e!tlllguna des\'entaja (los ~nbaja-

dores con s:Uarios bajos, los minusválidos, los ancianos o los niños, por ejemplo). Nos vamos a centrar a continuación en cuatro grupos principales: los niños y los ancianos, las minorías EtniCl.S, y las mujeres. Todos ellos pre·

sentan u¡¡ alto riesgo de caer en una siruzción de pobreza. Cuando estas categorías se solapan, el riesgo es todavía mayor. • 1

La edad

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Hace sólo unas d~cadas la tercera edad era el gru.Po que mayor riesgo coma de caer en la pobreza. Todavía es un grupo de riesgo, pero las últimas inv~tigaciones henllegado z la conclusión de que los rúños ·y los jóvenes tienen tambi~n una probabilidad alta de temúnar vi"iendo en condiciones de pobreza. En el Reino Unido, el número de ancianos necesitados de asis;encia social descendió de 1,8 millones en 1974 a 1,4 millones en 1991. En nueslros días, son los niños las principales víctimas de la pobreza. En el Reino Unido, el número de jóvenes menores de 16 años necesitados de asistencia aumentó de ochocientos mil en 1974 a 2,3 millones en 1991. E diez por ciento de los niños britlnicos es~ por debajo del límite de la pobreza.

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Lo mismo puede decirse del resto de Europa, as! eotno de Es;:ados Unidos. En este último pili y.en 1993; el22,7 por ciento de la población menor de 1hiios (esto es. 15;7 millones de jóvenes y niños) fueron oficialmente clasiñ· cados como pobres. Dicho de otro modo, cuatro de cada diez pobres .nonearnericanos son menores de 18 años. Raza y etnicidad

Los esrudios sobre pobreza sugieren que las minorlas étnicas son especialmente prOClives a sumr «privaciones mUltiples:o y, as~ a vivir en siruación de pobreza: La investigación que llevó adeiante la Josepb Rownne Foundarion (1995) terminaba mos1rando «una eSjlecial preocupación (... ) por lo que está sucedjen~o. éon las minorías Emicas». En concreto, en el Reino Unido, uno de cada 1res individuos de las minorías étnicas está eiJ el cinco por ciento de la población más pobre. Pero qillZá más significativas son las tasas de desempleo (y sobre todo entre la población de o.rigen pakistaní) y las di.ficul· tades a las que ~e enfrentan las mujeres de esw minorías, en especial las m3dres solt= de origen :úrocnribeiio. Muchos de estos grupos han conáibuido al surgimieñio de una subclase en el Reino Unido. ··· Este mismo fenómeno se puede observar en otras par· tes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, dos ter· cios de la población pobre es ~e ~ b~anca. P~!.o ~~o es en términos absolutos. En términos Itlativos, los afroa· mericanos tienen tres veces mis probabilidad de ser pobres que los ~lancos. En 1993, el ~3.~ p;or ci~nto de los afroamericanos (10,91Jlillones de personas) vi"ían en la popreza, comparado.con un 30,6 por ciento de hispanos (8,1 millones), ~ 15,3 P,Or ciento de asiáticos y óriginarios de las islas' del Padfico {1;1 inillones) y un 9,9 por ciento de blancos (18,9 inil.ioó~): . Género y pautas "familiares El t&tnino feminización de la pobreza descn'be la Un· dtnCia rú las mujerzs a represtmar una proporción cada >tz mayor tn el conjunto dt la población pobrt. Peter

To....nsend (1987) ba identificado cuatro grupos de mujeres que tienen mayor riesgo de vivir en siruación de pobreza:

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más riesgo de VIVir en situaciones prewias. Si la mujer es además miembro de una rninoóa ¿mica, la probabilid3ó de vivir en la pobreza es sún mayor. Este es el caso, por ejemplo, de la.s madres sohera.s airoamericana.s en Estedos Unidos (vbse Glendinning y Millar, 1993).

~ El estado de bienestar

Un a.spec10 importante de Ja.s sociedades modernas capitalisw ha sido la evolución de lo que se conoce como «eStado de bienest8J'». En un 'sentido restrin¡ido, el estado de baenestar ~mplica «la interVención del estado en el sistema de seguridad social y los seiVicios sociales» (Cocbrane y Clarl.:e, 1993: 4). En un sentido· mis amplio, oua.s definiciones del esudo de bienestar incluyen un com romiso con el pleno em v tod un con ·unto oo ticas· relaciona as con la educ3ció~la ~ ~tar,-port:an· to: tienen como Qn¡etivo mejorar la calidad de vida de lauiudadanos de una sociedad v reducir II.Uiesigu41-

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Algunos sociólogos de orienución manista veo el estado de bienestar desde una óptica muy distin11. Para ellos, el objetivo de las polftic!!S de bienestar no es·el de promover la igualdad, sino el dr f•ri 1it•r a_m¡roducir el ftmcionamiento del cap;:'§.mo. Pm que el capitalismo runc.t"One, necesita de una mano de Q)¡m_ bien formada v. rrlañy~ ~El estado de bienestar garantiza precisamente esto. Los servicios sociales y los programas de bienestu, según los sociólogos de esta orientación, sirven para «ganarse" a los trabajadores y g:uw as! su nquiescencia (Piven y Cloward 1972).

La ampliación de los derechos

Los tres modelos del estado de bienestar

La crítica mancista

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' a trabajar en el país de

la U~ de libre elección a e un salario digno • a mejoras tanto en las condiciones de vida como en las conáaciones de trabajo o a unos niveles adecuados de pr~ lección y seguridad social Q a pertenecer a un sindicalo (o colegio o l!sociación profesional) y a ser represemado en los órganos de negociación cofectivz a a unos niveles satisfactorios de asistencia sanitaria y tinas condl· dcnes de trabajo seguras.

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En 1990, Gosta Esping·Andenen publicó un estud.io. que sigue siendo muy cona-ovenido sobre los distintos· modelos de estado de bienestar. Según ;ste autor, «el sistema 11= hicnesw no es •ólo un me::mismo que ~ce m. (... ) ~dad, sino que es, por derecho propiº=.,UD

'S.J'Óiur.mo•~•II:W"c!:l"l!oJCt.

.. .,>NF"r:<>"lk.,dlos: k• ~ Úocbdos. la~= bJ ..,....., ~ aú ... -:::l.stt.......C..

La carta social: políticas sociales en la Unión ·Europea n mayo de 1989, se aprobó la Carta de Derechos Sociales Fundamentales de los Trabaje· dores Eur~ (conocida popularmente como la Carta Social Europea), que posteriormente se Incorporó al Capitulo Social del Tratado de Maas'&lichl de 1991 (véase el Capitulo 3). Las principales disposiciones de la Carta incluían los siguientes derechos y gar.,ntías de los trabajadores miembros de los países de la UE. Derechos:

Seg1Ín Mmball, estos tres tipos de derechos swgen en periodos distintos. Los derechos civiles surgen en el si¡lo xvm, los políticos en el XIX y los soci:l!es en el JO{ 1• Son muchos los que oo están de ¡¡cuerdo con la periodización establecida por Marshafi y argumenl3D que su modelo se fundamenta en el esrudio de un solo caso: el del Reino Unido. Bryan Tumer (1990), por ejemplo, señala que en Franct:l, Alemnnia y Suecia eSta periodización no está tan clara. Én cualquier caso, el modelo de Marsball subiuya algunas de las cuestiones clave acerca de la evolución de los derechos y las re~nsabilidaóes en las s~iedádesriiOdemiS.

parte de Ías ::nes indusÍriales bay políticas d_e.bienesur, copla.s que se intenta paliar problema.s sociales coo fondos públicos. En el Rei!lo Unido y en 1981, el56,3-por ciento del presupuesto del estado se destinó a este tipo de políticas. En 1993 ya era el 64,1 por Clento. Lo sorprendente es que este inaemen10 ha ocunido bajo el mandató de los conservadores que, en principio pmcfan qu-...ret recorw: el esmdo de bienesur (en realidad, pene de este incremento. se debe al crecimiento de los costes de desempleo generado por el aumen10 del puo). Algunos países indusuialiZJdos, como ros países es..-.ndinavos, por ejemplo, tienen políticas o prov.una.s de bienc!tar muy generosl\5. mienuas que en otros pmes, como Esll!dos Unidos, el estado ofre--...:, comoantimneote baoll!ldo, muy pocas prestaciooes sociaÍes. En cualquier caso, un ra.sgo característico de las socied3des inóusuia.lcs comemporáneas es que destinl!l u.n buen por· centaje de su presupues;o a :fimnciar las politica.s de bienestar. En la Figura 10.7 se oir-...::en algucos datos comparativos.

Tcl como !l~os lo bao visto, el origeD de las políticas de bienestar coincid: con el desarrollo de las sociedades industrialeS. Según :Jgunos au10res, el desarrollo del estado de bienestar equivale al desarrollo o ampli!.ción de los «derechos del ciudadano». T. S. Marshall (1893-~ ·-~ · ___1.2jJ), por_ej~plo, ~aba que la industrialización dio lugar a la e:..tensión de los derechos de los ciudndanos. En ___ .concte!O-, de los ·· ------..;._~~~-

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l. dtrtchos civilts, que son lo! que gar:tntizan las libertades individuales básicas (libetw! de e."<presión, lii:>er.ad ée creencias, ete.), a.sí como el derecho a la propiedad o la igualdad ante la ley. Las instituciones encargadas de garantizar estos derechos y libenades !on los tribun!les de justici~; 2. dmchos polúicos, como el derecho de reunión y asociuión, o el derecho aelegiro ser.eleg!_d_~l?~.!~~ ~­ gos pllolicos. La.s instituciones claves son aquí la.s dmaras.legisl!rivas y los Óf!anos de gobierno represenutivos; 3. dmchos sociales, que son los derechos a disfrutar de unos mínimos de bienestar y seguridad económica o, en ttrminos amplios, a 1•hir el tipo de _vida que la sociedad considera dignu. Las organizaciones y agen· cias de bienestar son aquí las instituciones encargadas de garantizar estos derechos.

Garanlfas: • trelamlento equitativo para hom· bres y mujeres en el lugar de Ira· bajo, esi cerno la •posibilidad,

pera hombres y mujeres. de com· no siempr~ se ll~va[l 1! le prác!íca paHbllizirsils oofigacion~s ~role· Aunque h¡¡.y un pronunciamiento cla· ro soi:>re la Igualdad de hombres y sionales con les familiares• ~ diálogo entre los ampre serios y_ les . .rnuje(es•. en 12 prac;~ca .e¡ci~ten cffte· trabajadores rencias signlfacalivas en Jos salarios y , protección de los niños y· los 'ido- · en las oPortOOidades de ·que disfrutan lescentes, edad laboral mínima unos y otras. Además, la Carta ~al para trabajar de 15 ams, salarios 'no contampla medidas para el cumplimiento de sus dÍsposiciones. Algujustos y horarios razonables. • una CI!Jidad de vida aceptable pera . nu cuesUones, como las de una semana laboral máxima de 48 horas la tercera edad e cambios que permitan a los minus-· y una edad de jubilación común para válidos integrarse en el mercado hombres y mujeres, sa. determinen de trabajo. :n. el nivel eufQPeo, mientras~ que otros asuntos, como la edad de jubi· Hasta 1597, el Reino Unido no se !ación, ~guen siendo cor;.petencia de sumó a la Car'.a Socia Aunque en la los gobiernos n2cionares. práctica se reconocían fl!uches de las Con le directiva de Protecclón conáaciones, el gobierno conservador Social en Europa (i293);-iodós. los puso objeciones a la regulación de paises de la UE deben tener un nivéf límitu en los horaños méximos y en· mínimo en cuanto a los subsidios de los salarios mínimos, asl como al per· desempleo, las pensiones; la coberrráso de maternidad de tres meses tura por accideptes de lrabajo, la pare las madras o los padres. 8 argu- asistencia sanitaria. y los permisos mento de los conservadores ara que por maternidad. Existe un alto niyel estas cisposldones aumenlarfan los da ¡;;at;;cción a los trabajadores en costes para las empresas y reducirien Suecia, Luxemburgo y Piilses·Ba/Os; la capacidad competitiva del Reino un nivel" bajo en España.: Portugal, Unido frente a Estados Unidos, JaOOII Irlanda, Grecia y el Reino l,)nido; y un y los nuevos paises industñalizados. nivel medio de protección en Frencia, 8 gobierno laborista !legído en 1~97, .AJemania, Finlandia, D namarca;Bélrechazó estos er¡¡urrumtos y firmo la gica y Austña. l.a.Figura 10:7 muestra los niveles de protección social de Carta Social Como ocurre 1 menudo en decla· algunos países míémbros de la UE raciones de este típo, en la Carta se comparados con los de Japón y Estalnclt.n'en unos objetr.os Ideales que dos Unidos. •

sis~a de estntiíic!ción» (1990: 23). Según Esping·.~­ demn, eXíSten tres ;nO&los básicos de ·sis".emas de bienestar. Estos son:

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l. EliTIC(Ú/o socialduntcrOia. Es ug, modelo univW-aliS· ta; esto es, está basadoen los c!erec'bos universales, le igualdzd y una puticulzr noción de «SSlidlridad uni\'er· sal». Este modelo tieoe como objetivo cotiegir, y oo sólo paliar, los eftClos de las~ del m~d<?, y asu¡ne muchas óe las r:e.sponsabilidade.s traóicioo.almente

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ami:>uióas a la familia. Los pwes ~vos son los que en mayor mulida se aproximan a este modelo.

2. El mgdrlo corporariJra () bismarckiano. El objetivo original de este mO<relo es proteeer a la cla.se trabajt· ._ dq_ra y a svs familias de cgnongenci3S como el desempleo, la enfeuntd3d.cül_muecre del cabeza de familia. Lzs empresas y el est!do son los e:nciliaoos ele Illl!D· ciar estos beneñcios. El objetivo no es ei;uonces distri: buir los rec~mos sino.antes.bien,.manttnei-el mode.Jo familiar tradicional Originalmente conservador;' el

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Figura 10.7 O Gast~ en. bi;nu~r en rei1ció~ al

t~tal ~el gasto pübli~o

· modelo corporarista o bismarckiano ha ampliado la provisión de ·beneficios basta hacerse en la pr.!ctica muy semejante-al modelo universalista anterior. Los é.stados de bienestar·de Austria, Francia, .-'\lemania e Italia son originalmente corporatisw o bismarckianos.

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3. Él modela LibO:al. Es.te modelo rl~ne como principio irperferir I,o menos posible en el funcionami.ent.o de las leyes del mercado. Se tráta aquí de proveer una ni.ínim~ red de següripad ·a los más deSfavoreciqos.. El q¡o~elg fómeq'!l un sistema de provisión duill: el mer. cado para el general de la PQblación, y se!Vicios.estatcles para los más pobres. En este modelo 'se.prom'uevea los seguros pñvado.s. Los es~dos de.bienesw de Clnndá. Estados Ynidos y Australia sop. de este tipo. . El Rei.!lo Unid9 solía estar próximq al modelo socialdemócrata, pero bajo el thatcberismo se fue aoroximand? poeo a_¡i~o al ~odelo li~ral o·de meicad~.

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Esping-Aridersen elaboró esta clasificación a partir de sus· investigaciones compmóas en sistemas de pensiones, seguros de desempleo y de eruermedad.·Etaminó los niveles de prestación, ·los mecanismos de protección )'las regulaciones de acceso a los sistemas de provisión estatal en uo·a ;cric de países. En base a esto'clasiñcó los paíseS de la siguiente forma:

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a niveles más bajos de prestación (modelo liberal): Est:~dos Unidos y.Reino Unido; a niveles intermedios de presmción (modelo comoratis. ta): Francie, Aiemania, Illllia y Suiza; · e niveles altos de prestación (modelo socialdemócrata): países escandinavos, Bé~gica y País:s Bajos.

El t d d b. ,• ·- - - es a 0 e tenesta_r en Espí;!ña • . - - ·En año;, algunos inves'tigadores se han cues., i' ... _ tionacio si es p~sible.bahlaui~JIII'.mllddll:liistinrQAA,e~-

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· do de bienesw que sería caracteós· rico de los paises del sur de Europa: de Grecia, Porrugal, Italia y España (Castles, 1995; Ferrera, 1995). En concreto, se han señalado tres características que hacen distintos a Jos es!!rlos de bienestar del sur de Europa: en primer Jugar, el impacto del catolicismo en el diseño de los progr:unas sociales en este grupo de paf· ses (Castles, 1994); en segundo !ugar, el papel de la familia en la provisión social; y por último, la reJativa cicateria (en comparación con Jos estados de bienestar del norte de Europa) en el nivel de prestaciones sociales. En su origen, el estado de bienestar español sigue el modelo corporatis1a o bismarckiano. Las raíces del estado de bienesw español se remontan a la creación de la Comisión de Reforms Social, en 1883, y del Insriruto Nacional de Pre,•isión;en 1908. En esta primera etapa; e¡ papehlel estado ~ra meramente residual, pues se limitaba a apoyar los programas voluntarios de seguridad social organizados por los.propíos trabajadores. La introducción en 1919 de'ilñ programa de ~nsiones obligatorio para los trabajadores de la indusr.;a supuso el primer paso hacia la mación de un sistema de seguridad social. Fue durant.e la dictadura de Franco cuando ya terminó ·de crearse .un estado de bienestar propiamente dicho (Rodríguez Cabrero, 1989). El punto de partida de esle estado de bienestar fue la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, que esta· blecía un sistema de seguridad social centralizado y de control estatal en un contexto de moderniz3ción económica ·y desarrollo industrial. Desde mediados de Jos sesenta basta el periodo de la transición política al final de los setenta, España compartía muchos de los rasgos propios de los 'estados de bienestar co~poratiSta.S. Los derechos sociales se ba5aban en el emoleo v en las contri· buciones, a a:avés de un siSTema de s~guridad social que garantizaba una pensión y coberrura sanitaria a aquellos trabajadores que hubieran pagado sus cuow a la seguridadsocialalolargodesuvidalaborai.Elcabezadefami.lía, por lo general hombre 'y con un empleo fijo, se convertía así en el eje principal de la provisión e$rntal, acenruando de esta forma la dependencia del resto de los miembro~ de la farnilie.. Ade!Dé.s, la seguridad soeial se comoartiment.ilizó Cle acuerdo a un criterio de estarus ' ocuPacion!l, basta ·el punto de crear distintos programas -.·. de pei.Uiones ·para: distintas categorlas de trabajadores. Por áltimo, los servicios sociales (como las tyudas ato· cianos a minu_svfiidos) se· quedaron sin desarrcllar, bajo j:--.·' IA.p~n qe que la atención a esw penecas cOITes·

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pondfa a la mujer o a las instiruciones benéficas de la. I2lesia católica. - No obstante, exisóan aspectos del estado de bienesw franquista que lo düerenciaban de los estados de bienestar corporarisw, en especial, la escasa proporción del gasto público destinado a la seguridad social y, en cense· cuencia, los bajos niveles en las prestaciones. En 19i3 el gasto social dd estarlo franquista representaba sólo un 8,6 por ciento del total del PIB (veremos lo que es el PIB en el próximo capítulo), comparado con un 23 por ciento en Francia o un 28 por ciento en Alemania (Moreno y Sarasa, 1993: 46). El hecho de que el sistema de protección social se financiara fundamentalmente a partir de las contribuciones de trabajadores y empresarios obs1aculizaba su expansión. En 1977, sólo un 4 por ciento de la financiación del gasto social procedí~ del presuouesto estatal no contributivo. . La transición a la democracia vino acomoañada de un aumento sustantivo del gasto social (en el Periodo 1.9751980 el gasto social aumentó a un ritmo anual de un 8,9 · por ciento cuando el índice de crecimiento del PIB fue sólo de un l,S.por ciento), y-la expansión.de.Ja.cobertura, feci!i~ada por el' crecimiento de .~as transferencias esta· tales. Además, fue en este periodo cuando el es1ado de bienesw se·consolidó políticamente, con la plasmacióo edn el texto constiru~onal d7I derecho de todos Jos ciudaanos a 1a protecctón SOCial. Sin embargo, el sistema siguió igual en lo que se refiere a la financiación (pues seguían siendo los trabajadores y los empresarios los QUe hacían la mayor parte de los ingresos) y cobertura (pues aseguraba exclusivamente a Jos trabajadores que pagaban sus cuow). Sólo en la década de los ochenta comen2ó el est:~do.de bienesw espallo_1 un proceso de convergencia con sus homólogos europeos. La expansión del gasto socia.! durante la transición vino condicionada por la.necesidnd de legitimar y censolidar el nuevo e~gimen político, que los ciudadanos asociaban con el estl!blecimiento de un sistema universal de protección socie.l y una ~ejora de los civeles de prestación. El.sistema de seguridad social español, por ejemplo, seguía sin guantiw' el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, un principio distributivo básico que ya había sido incorpo~do a la mayor parte fle los es~dos de bienestar corporatisw. En 1980, la pensión· media seguía represent2JldO sólo un 71 por cie¡¡to del salario mínimo. Asf, los primeros gobie:nos demgcráticos se ' esforzaron por sarisíacer algunas demandas de protección social que además podían condicionar el ~xito de la tran· sición política. Al mismo tiempo, estos primeros gobier· nos ruvieron que esfonme en mitig~ los efectos de la crisis económica que se inició a finales de los setenta, y que disparó .la wa de desempleo a unas cotas desconocí· das hasta entonces. las medidas de ajuste a la.cri..<is, que hebtfto obstaculizado la e!pansión del gast<?.social,

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fueron pospuesw basta la llegada al poder del primer gobierno socialista. · Las políticas en materia de bienestar de los sucesivos gobiernos socialisw (1982-1996) esru,ieron guiadas por dos principios relativamente opuestos contra~ictorios. Se intentaba, por un lado, controlar el gasto social y aplicar una· política de .!juste económico bas!da en un control estricto del déñcit público y dell! inflación. Esta política de ajuste era necesaria para la admisión d~.Espalia a la Comunidad Europea (hoy, Unión Europea). Por otro lado, también era necesario satisfacer una creciente demanda de universalización y mejora de la política social, de acuerdo con la promesa elector~ sqcialista de construir un estado de bienesw bomologable al del resto de los países europeos. Coino consecuencia oe esta combinación de principios contrapuestos, las políticas socialisw oscilaron entre la raciona!Uación y el contrOl, por un lado, y los objetivos universalistas y redistriburivos por otro. Entre 1980 y 1992 el gasto social aumentó (aunque más despacio que el total del gasto público), debido a un reforzarniento del principio cQotributiv9 de financiación y al desarrollo de.la..¡¡:r¡¡v.isión ·privada de servicios públicos (principalmente s~dad) y pensienes. · ·· · · · .. · Al mismo tiempo, sin embargo, se exie~d_ió.'Ia c!'berrura de las políticas sociales, con el esra6Iécimiento de una red descenrrali.zllda de servicios sociales personales, y la introducción de crittrios redismoutivos en los siste'inas de pensiones contributivas (Bandrés y Cuenc:t; 1996): En la segunda mitad de los años ochenta se' univers~ó la asistencia sanitaria, se introdujeron P<>i Primera vei pensiones no contributivas (1990), y"desde 1989 se!establecieron rentas mínimas de apoyo t_n las diecisie¡e COP.~Üni· dades autónomas. El desarrollo de esw innovaciones ha lenido un doble impacto. Por un 1ado, ba la introducción de una renta mínima de apoyo que no tiene en cuenta el pasado laboral del individ\lo. io que ~nnite sentar las bases de un sistema de protección social má,s amplio que in;lplique una mejora su~tantiva de la calidad de vida de sectores imponantes de !~.población (Ayaja 1995). Por otro lado, sin embargo, el carácler marcadamente asistencial de estos nuevos progr:un;¡s ~que se manifiesta, entre otras cosas, en sus bajos niveles de provisión), refleja el compromiso limita4o del es¡ado de bieneslar español con los principios univenalistas de proteccióp. social. El nuevo gobierno de.centrD derecha continúa con es1a políricá dual de racionalizac1ón yi:néjoras parciales del sisttma. • Si se le compara·con sus homólogos de la Unión Europea, el estado de bienestar español es' de unaS düñensiones medias. En 1992, el gasto social español representaba un 22,5 por ciento der·PIB, frenie al27,1 por ciento de la media de !a Unión Dentro del esquema de Esping-Andenen. el estado de bienestar español es~ a

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----·• r--··-- J medio clllllino enD'C el modelo bismarckiaoo orl!ÍJlal y el modelo universal.ista (Moreno y Sansa, 1992). Sin embargo, a medida que se flexibiliza el mercado l~ral, y si no se toman medidas que adapten el sistema de protec-

l. La desi2Ualdad soci:!l imolica disparidad en una serie de variables enD'C las que se incluyen la rtllta, el pmrlmonio y d poder. . . . 2. El ano di proteston. u ocupación de una persona es un indicador que sirve para ub1cu a esa. persona en la escala de esautificación soc!Ííl. Otros llllliCaaores so~ la rtllr& y .d pammoruo. 3. Para los sociólogos de oriemación Dll!IXÍSLl, el indicador mis relevante para clasificar a las person3S en el sistema de clases es de tino económico. En concreto se clasifica a 135 oersonas en virtud de si son p oiewias o no de los w¡¡:1on. 4. Las fM:!Cttruncas scri tivas d~ las personas (su raza, etnia, género, familia de cirigen, etc.) ~­ vames ala hora de determinar la posición soci11 ~ te!TDiMo ocupando en l11. escila de estníificac1ón

SOCld. al~, que repres~nlllll un porcentaje P.equeño de la póblación (apenas 11!1 S por ci~nto), incluyen a las f:unilias más poderow y riCilS. El patrimonio de los miembros de la ~e aira-alta {los viejos ricos) es ópi=ente el patrimonio f~. trallS111itido por bereocia de g~nmción en genera... ción. Por el i:ontnrio, el patrimonio de los miembros de la clase alta, o nuevos ri~os, es fruto de sus ingRsos profesionales. 6. Las clases medias incluyen al cuarenl3 o cincuenu por ciento de la población. Los miembros de la clase media-alta tienen rtlltaS superiores, trabajos de mayor prestigio y una mejor fonnación que las personas del reSto de las clases medias. 7. La clase tnbajadcra abarca alrededor de un tercio de la población. Con rentaS inferiores. a la media, las familias de clase trabajadora tienen unt siniación económica mú insegura que las de las clases medias. Eo el Reino Unido, se ha calculado que sólo un tercio de los hijos de clase tr:~bajadon realizau C$Dl·

5. Las .clases

ción socicl a un emoleo menos !Sll!ble, el estado de bienestar es;¡aJiol CO!Tt el riesgo de acabEI cumpliendo Ull p~pel residu~ cercmo al del modelo libe..'31 descrito por Esping-Andmen.

declive de la clase media, tendencia hacia el deterioro de b calidad de vid! y la seguridad económica entre las clues lll!dii!S de las sociedades indusil'ia!es. feminización de la pobreu, tendencia de las mujeres a representar una proporción cada vez mayor en el conjunto de la población pobre. movilidad social intergenerncionnl, movilidad socie.l aseen· dente o descendente de los hijos con respe:t:O a los~ movilidad soci:LI intrngener:~cional, un c:unbio en la posición social que tiene lugar dentro del cicló vit:.l de un individuo. patrimonio, valor total de lÓS bienes muebles e inmue· bies, deduciendo las deudas pendientes.

dios ;wversiwios, y la mayor parte termina como ~jadores de cuello azul o tnbajadOI'C5 de cuello blanco en ocup3ciones de escaso prestigio. Existe un sector creciente de la población que vive al margen del mercado y la esuucrura de clas!S propi~­ meme dicha. Los que se ubican aquí son miembros de lo que se ha llamado las «subclasCS>t. 9. La clase social influye en prácticamente todos los aspectos de la vida de una persona: desde la esperanu de vida hasta b culrun y hábitoS de vida o incluso las pautaS familiares. 10. La mo•ilidad social es un fer~ómer~o característico de las soctrdcdes indusqi!!)e~ (a dife1Cñcia de las sociedades .de castas a las sociedades !StalllCOillles). En túmiDoS generales, !Qs pmhjns de pn<ició¡¡..e¡¡.la

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11. A partir de la crisis económica de la década de los setenta se ha podido obs~ar un empeoramiemo relativo de Ji calidad de vida de las familias de renw bajas. La globiwzaéión y la intcrdependeñcll económica ba signiñcado la pérdida de muchos emoleos en el sector industricl y la c:r-...acióa de nuevos empleos peor remunerados en el se"tar servicios. 12. Según OsQI' Lewis y Charles M.urray existe una «culrura de la pobreza», expresión que sugiere que los prtljnllltS asistenciales dirigidos 1 Jos pobres pueden geoerar unas pauli!S culrurales de dependencia que reducen la capacidad de esw personas para salir adelante por sí mismas. w·illiam RyliD, por el contrario, piensa qu'e la pobreza se debe a una distribución desifll21 de la riqueza. Según Ryan, de existir una «Cuurun de la pobreZl.», ésta sena éonsecuencia, pero no causa, de la pobreza. 13. Un desarrollo imporunte de las sociedades capitalistas modern:is ba sido el surgimiento de los estado.s de bicnesw. ·

prestifio ocupacionsl o ptofesional, consideración social que tiene una ocupación o prof!sión. pobrua absoluta, privación tal de recursos que pone en peligro la misma supervivencia de la persona. pobreta relaúra, privación de recursos . qu~ e:~peri­ mentan algunas personas en relación al resto de la sociedad. renta, insresos nlariales mis los b>..neñcios que se derivan de las iover.ioóes. subclase, agrupa a todas aquellas_¡ierS.onas que están al margen (o debajo1 de b estJUcrun. ~ clases de una socie<bd: son lts personi!S marginadas .Y exc1uidlü económica, política y socialmente. ·

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l. Evalúe la posición social de su familia. Teniendo en cuenta las dimensiones de pr!Stigio, ·iintas y poder ¿puede dedr que en su f:unilia eStaS tres dimensiones coinciden o, por el contrario, piensa que su familia deberla estar ubic~de en '"distintaS posiciones sociales según cada una de esas ~..s dimensiones? 2. Identifique algunos de los efectos de la desigualdad social en la salud, los vlllores, les preferencias políticas y las pautas famili=. 3. ¿Cre que el colectivo de personas a I.2.S que podrla· mos agrupar en las «subclases» ha aumentado en su sociedad en los últimos años? 4. ¿Cree que el concepto de «el!se social» es obsoleto? Si es así, ¿por qué? 5. ¿Cuáles son los grupos de individuos que presentan un alto riesgo de C3er en siruación de pobreu en su

Lecturas introdu.ctoras

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Ademis del texto de Julio Drabúia y Andrés de Francisco citado en el capítulo aruerior, merece la pena !e--..r el vol. 11 (1992) de la revistaPolttica ySocitdad, dedicado a! debate sobre las clases sociales.

Lecturas clásicas Ralf Dwendorf. úu clases sociales y s11 con¡7icro 01 la sociedad indusrrial (Macirid: Rialp, 1979). Se explica aquí lo que se ha llamado la «in.stirucionalización del coofl.icto», esto es, el fin de los coofl.ic.

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sociedad? ¿Existe alguna evidencia· para a¡ioyar la afirmación de que los pobres son los piiocipa.l!S responsables de su siruacíón?' O, por el contrario, ¿pitnsa que es mis sensato argumemnt que la sociedad es la principal responsable' de li'})Obreza? · • 6. Pensando en los orígenes de los estados de bienestar, ¿cree que se explican mejor en ttrmioos de derechos colectivos o por el funcionamiento del mercado? · · 7. ¿Porqué los program:IS"de ayuda i.los pob-es lev:mtan más controversias en unos paises que en OtrOS? ¿Se le ocUJTe alguna explicación? · S. ¿Piel!!a que los inmigrantes deben rener Jos mis· mos beneficios asistenciales ~~e el re5to de lts personas?

·tos de clase tal como se conocieron en los inicios de la industrialización. Erik Olin Wrigh~ Clase, Crisis y Es;ado (Madrid: Si· glo ~. 1983). · Un tofoque de onentación marxista de las clases sociales.

Lecturas más avanzadas Rosemary CromptoD., Clase y mrari¡icación social: 11110 inrroducción a los debaits acrualtJ (Madrid: Tecnos 1994).

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Aunque se uata de una introducción, es tambitn una revisión baswue compleja de este campo de esrudios y una defensa del análisis de clase. G!Ssta Esping-Ande!Sen, Los rrei rnumioi del t.Srado cú bient.Siar (Valencia: Ediciones Alfons El Magnanim 1993). El ya clásico esrudio sobre los tres modelos de esta· do !;le! bienestar. Amartya Sen, Nuevo txll!Tiln de la desigualdad (Madrid: Alianza Editorial, 1995). Un examen reciente al problema de la pobreza y la desigualdad por parte de uno de sus :malisw más conocidos, reciente premia Nobel de economía. Miguel Juárez y Victor·Renes Ayala (dirs.), «Las clli.Ses sociales eo España», «Estrucnira social y desigualdad», y «La pobreza y su distribuCión teirimrial», en Miguel Juárez (dir.), V !Tlforme sociológico sobre la situación social en España (Madrid: Fundación FOES· SA, 1994), pp. 231-334. . Tres informes sobre la estrucrura de clase, la desigualdad y In pobreza 'eo la España de principios de los noventa. Sobre el caso espailol son muy recomendables las obrli.S de la serie ~Igualdad» de la Fundación Argentaria,

Otras fuentes

o bup://www.cccbxamllll.org/pobreu Una pagina en español donde se discuten temas relacionados con la pobreza. Conecta con OO'as direcciones de interts. e bap://www.jcpr.org Es la dirección del Joim Center for Poveny Research (de la Nortbwestem University y la University of Cbicago). Incluye información sobre la pobreza en Estados Unidos.

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..!IJiment.ados por el metano procedente de la basura en descomposición, los fuegos de la Monuña de Humo, un enorme venedero siruado junto a Manila, no se apagan nunca. El humo envueb•e los d~secbos como si se tratara de una densa niebla. La Montaña de Humo, sin embargo, no es sólo un venedero, es también el bogar de miles de personas. Los babit.ames de la Montaña de Humo son los mis pobres de entre todos los pobres, y es d.iñcil imaginar un entorno más bosril para la vida humana. Entre el humo y la basura, estos hombres y mujeres deambulan haciendo lo que pueden para sobrevivir, como remover la basura para recoger bolsas de plástico que luego lavan en el río, o canoaes para construir lachabola de algun~ familia. Pero en la Montafia de Humo también hay niilos; chavales que de algún modo han de ser conscientes de la extrema siruación de pobreza en !a que viven. ¿Qué oponunidades tienen estos niños, cuyas familias apenas ganan unos miles de ptaS. al ailo, que no van a la escuela y que están respirando continuameote un aire W1 contaminado? Aunque la vida de los habitantes de la Montaña de Humo está en el extremo opuesto de la mayor pane de los habitantes de Europa, su caso está lejos de ser único en el mundo. Millones de personas en Latinoamérica, Africa y Asia viven en condiciones similares. Por supuesto, también en Europa hay geme pobre pero, como vamos a ver a continuación, en los países pobres del mundo la pobreza no sólo está mucho más extendida, sino que también es m.~cho más severa.

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que ha organiza~o además varios simposios sobre eSta cuestión. Algunos tírulos de esta serie son: LaJ desigualIÚldes en España: sfntesis esradfsrica (Madrid: Fundación Argentarla/Visor, 1995), investigación dirigida y realizada por Analítica; Bena .ÍJvarez de Miranda et al., DilliTias del esrado de bienestar (Madrid: Fundación Ar¡eotaria/V"lS()r, 1996): Eduardo Bandrés et al., Las políricas redistributivas (Madrid: Fundación Ar· gentaria/Visor, 1996); Luis Ayala Cañón et al., La desigualdad de recunos (Madrid: Fundación Argentaria/Vuor, 1996).

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cuios oor la tconom!a át un pals en un año dtrtrminodo. L~ re~ta que los inc!i~iduos ·o las comoañfus nacionales generm fuera de las fronteras del pili ~o se incluyen en el cómpu¡o del PIB; en eso consiste precisamente la difereoci1 entre el PIB y el producto nacional bruto o P)I"B, que incluye además la rema generada por los nacionales dli país tn e! tXtronjtro. Los países que invierten mucho eo el e~[r30jero (como, por ejemplo, Kuwair) tienen un PIB mucho menor que su P/'<13. Por el contrario, los países que reciben muchas inversiones de C3pital folioeo (como, por ejemplo, Hong Koog), tienen un Pm más a.lto que su PNB. En otros países, como Estados Unidos, en los que los flujos de inversión son equivalentes, los dos indicldores dan cifras muy similares.

cer mundo• al resto de los países pobr!s y sin desa-

~ El desarrollo económico global

rrolhr.

En el Capirulo 1O(«Clase, pobreu y bienesW») esrudiamos la desi211zld!d social en las sociedades mú ricas. Pero si euudill!lo5 la desigu:J.Idacl a nivel internacional, las düerenc¡as entre pobres y ricos _son c~vía más pronunciadas. En u Figura 11.1 podemos ver có~ se repute el total de la renm mundial: e120 por cienro más rico de la población recibe el 70 por ciento del totcl de l! renta En el otro extremo, el 20 por ciento más pobre ha de sobrevivir con sólo un 2 por ciento de la ren!L Como la renta global está tan concentrada, el habitante medio de las sociedades ricas vive, en términos comoantivos, extraordinariámeme bien. De hecho, la calidad de vida de los que viven en Europa por debajo del umbral de pobreta, es mucho mú nlta que la de la mayor pme de los habitantes del planeta. 1 1

El problema de la terminologí~

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En los llilos oosteriores a la II Guerra Mundinl se cmple3ba una terminologfu que servía para _clasificar n los países según su grado de riqueza. Se denominó «Pri· m~r mundo~ a Jos países ricos e indusaialilndos; a los p:úses algo menos desarrollados y regullldos por siste· mas socinlistas se les llamó cSeglindo mwido», y «Ter-

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Esta te:minología, que ha estado empleándose durante dé::aóas, ha perdido validez en los 11ltimos años. Aquella era una terminología que reflejaba la siruacióo interoaciono.l dur3nte los al\os de lo. guer.a !ri:t, cuando el capitilismo occiden¡al (Primer mundo) se enfrentabz al mundo socialista (el Segundo mundo), mieotra.s el resto (el Tercer mundo) permanecía. más o menos, o.l1113tgeo. Lágr~ tranSformación que ha tenido lugar en el Este de Europa y en la antigua Unión Soviética implica que ya oo existe un Segundo mundo; y lo que es mú importaOte, yn no existe aquel enfrentamiento ene-e supe¡potencru que caracterizó a la guerra fría. Un segundo problema con aquel esquema clasificatorio es que bajo 1~ calific:u:ión de •Tercer mundO» ~e engloba a más de cien países coo niveles de desarrollo muy disón tos entre sí. La productividad por trabajador de un plf5 como Chile, por ejemplo, es diez veces mayor que la de un país tan pobre corno Etiopía. Se h3CC por tanto necesaria una revisión del sisteme de clasificación..De acuerdo con la terminología que ya uúliumos en el Capitulo 1, llamaremos pa{szs de rema aira a los 40 p:úses mis ricos, de ecoooi!Úas más desarrollada.!, y con mayor calidad de vida. A continuación tenemos 90 países mil.s pobres que los anteriores y cuyo nivel de desm-ollo viene a ser equivalente a la media plaoetarin, a los que llamuemos países de rema mtdia. Por último, a los 60 países restantes, que se c:.~sn por una baji!t3piCÍdad productiva y una exrrema pobreza, los deoominueroos países dt mua baja. Frente al Qlltiguo sistema de los tres mundos, esta forma de clasificación ofrece dos grandes ventajas. En primer lugzr, utiliza como criterio princi¡r.ll el desarrollo económico, dejando de lado la cuestión de si se tratll de sistemas sociilistas o capitalisus. En segundo Jugu. ofrece una información más detall3c!a eo la medida en que no engloba a todos los países menos iodustrializzdos bajo la únic:1 etiqueta de •Tercer mundo». No obswtte, incluso la clasificación que eswoos proponiendo ignora diferencias impor.antes entn: Jos países: eó sus formas de vi&, constituciones politiC3.5, etc. También con,iene reconbr que c!el mismo modo que existe una jeruquía de países que vn desde el muy rico hasta el muy pobre, cada uno c!e ellos está estratificado internamente. Lo que estO implica es que la desigualci3d ¡loba! es de hecho mayor que lo que sugiere la mera companción eotre países. pues la diferencia entre los ricos de un país rico, y los pobres óe un país poi:lre. es con.ciderablemeote más gr..ocie que la diferencia enue sus respectivas rentaS mediJ.S. La producthidad económica de un pzís. se mide normalmente a través del PIB y el P~"B. El PIB o producto lllterlor bruto es tl.conjlwo dt bitnu y suvic'.os _arodu-

Paises de renta alta

Los p:úses de renta alta fueron los primeros en experimenw la Revolución Indusnial, algunos hace ya mú de dos siglos. Su productividad se multiplicó por cien como consecuencia de esta ;:rmsformación. P:u-a hncene una idea de hasta qut punto se enriqueció esta parte del mundo, pensemos que es probable que una fnmilia media europea contempor.inea gaste en el cuidado de sus animales de compañí3 más de lo que una f:unilia europea del Medievo tenia para cubrir todas sus necesidades. En el Mapa 1.1 (del Capitulo 1) podemos ver los cuarenta países de renta 1lu. Enue ellos se encuentra España y la mayor parte de los países de Europa Occidental, incluveodo el Reino Unido, donde ruvo lu2ar la orimera RevoÍución Indusnial en torno a mediados del si2io xvm. En el cootinente americano, Estados Unidos C!nadá pertenecen tambiéo a esta categoóa de naciones ricas. En el continente asiático tenemos que incluir a Japón, de hecho u.,a de las economías más fuenes del mundo; y lliiT1bitn a Hong Kong y Singapur, que ennroo a formar pme de este grupo de naciones ricas gracias a un desarroUo más reciente. Para ;erminar, Australia y Nuev3 Zelanda ciemn el gn¡po de paúes inóusnializados de renta alta. . Tomados conjuntamente, estos 40 países representan un 15 por ciento del total de la supe.rticie terrestre, y en su mayor pane se eocueocno en el hemisferio norte. A mediados de 1996, la población conjunta de estOs países era de 8i0 llli.l.lones4e personas, esio es, un 15 por ciento del total de la DOoi:!Cióo mundial. La densidad media de estos paises no. es altl. tuoque existen excepciones como Jepón. No obstante, deoliO de sus fronteras, las tres cuzrw panes de su peblzcióo se conceo1n11 en ~ w;bll!as. Gracias a la enorme caor.cidad productiva de estos oeises, sus habitantes di.!fJWn de un alto nivel·de vidL Su renta per C3pita oscila desde los 10.000 dólares snuales (un llli.l.lón y medio óe pw. apromadameote) de Ponu-

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gal o Chipre.-hasta-los mis de 20.000 dólzres ele Estados Unióos o Suiza 1• La riqueza coojunta de estos países es tal que represeou más de la mitad de la tenta mundii!l. Del rnis10o modo que en toda sociedad hay una especialización laboral o unt división del II!bajo e~ue sus miembros, dicha división o especialización del trabajo se reproduce ~ nivel intemaciooill entre la comunidad de naciones. D!ntro de esta división iotemacioocl delirabajo, los países de renm alta se especialilno el desarrollo cieoófico y ::oplean la tecnología mú pr~ucúva y·compleja. La producción de los palses neos es de C!pjtal intensivo; etto es, se basa en altas invemones de caoital en fábricas v tecnología. Los p:úses de renta aira e'slán también a la vmguardia de la tecnología ioforroftica: la mayor pme de las compaMas qué diseñan y comerci~­ zao computadoras proceden c!e este grupo de naciones ricas. Siendo poseedores de la mayor ¡iane de la riqueZa mundial, los pa.íses de reots alta tambitn controlan la mayor pane de los merc3dos financieros: las subidas o bajadas de las bolsas de Nueva York, Loodras.o Tokio, afectan a la ecooomfa de. todcs los rinc~s def triundo.

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Países de rérita media

Los pafsts dt r~o medio son equellos cuya renta i>er capita oscila entre los 2JOO v los 10.000 dólares anuales. Su. nivel de renta.se eocuen~ en romo a la mediana en Jo que se refiere a j,aiSi.s (pero por ~ncima de la mediani: en lo que se refiere ala población mundinl, pues tsta rieode l!. concentr.llSC en piíses de retita baja). Esiós p~ Iiao experimentado alguna forma de indusnializacióo, principalmente en terno a los núcleos urbanos, pero 13 mitsd de su población vive todavía en el campo y trabaja en la producción agrícob_ Es precisam~me en las áreas rornles de estos países donde es más difícil eocoonr escue!J.S, cobenura sani:aria, viviendas en condiciones aceptables o, incluso a ve:es, algo tan básico como'agua potable¡ én definitiva, los bieoes '! servicios que se considerzo vitales en los países de renta :111!.. En el extremo zlto de em categoña se encuencno países como Barb1dos en Latinoamérica, Grecia en Europa, o Core3 del Sur eo .:\sia. Países como Ecuador, A.lbania o Sri Uo.ka, por e.l contrario, ocupan las posiciones más desfavorables. Examinando de nuevo el Mapa 1.1, vemos que son un total de 90 los p:lÍSes que per.eoec:n a esa categoría, por lo que los vamos a dividir por $Ubgrupos. Uo prime: subgn¡po está formtdo por los países de Europa del Este y Jos pertenecieptes a la aotigu¿ Unión 1 S.~ ¡:wa C. """ IÍtlll¡"'llos arf1 moa 'J<: ap.:. ..-p loo 10.000 ddluu ~ ~ (s n==:Sa, .....~ .. Cll)'l<Cl ooQ c:ll:'tlos 1.!00 7los IO.<i'..() ~....: 1 e!: =u b>j> los '!"'K~ .... t:!iojo t!sloo l.!iiO.I.os daiDS ~· =.""'"' ~""' 1 c¡;ori~ c!: poc!::- ~..... f:o C. .-!w la dln:nldo e-..ulooada por lo>lip.."' de tim\ioll c:::ovuor 111 t::aadu =!o:Wu t:>O!Ions Par dio, leo..,..'!"'~ 100=<>& ~la.....

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Soviética (los que se conocían en el pasado como países del «Segundo mundo»). La antigu! Unión Soviética rivalizaba en capacidad militar con los Estados Unidos, lo que la convertfa en una superpotencia. En todos sus estados satélites en el Este de Europa, entre los que se incluyen Polonia,.la Reoública Democrárica Alemana (Alemania del Este), Checoslovaquia, Hungrla, Rumanfa y Bulgaria, la economía estaba di.rjgida por el estado hasta que las revueltas populares d~ocaron a sus respectivos _gobiernos entre los años 1989 y 1991. Desde entonces, este conjunro de países ha emprendido una serie de reformas enClminadas a introducir la economía-de mercado, un proceso llerio de diñculrades, como veremos con más detalle en el Capfrulo 15 («Economía, consumo· y empleo»). Por el momento, basta coa señal:11 que estas refonnas económicas han disparado la inflación, y que algunas de las poblaciones de los países del Este. se enfrentan a una escasez de bienes de consumo sin precedentes. Un segundo subgrupo está formado por la mayor pane de los países productores de petróleo de Oriente Próximo. Algunos de ellos, como Arabia Saudí. son relarhamente ricos, pero presentan una distribución de la renta muy desigual. Por último, el tercer subgrupo.está formado por los .países de Latinoamérica, a los que habría que añadir algunos del none y el oeste de África, como Argelia o Botsuana. Btos serían los países ricos entre lo que antes se llamaba el «Tercer mundo». Suráfrica pertenece también a este grupo porque aunque su minoría blanca disfruta de un nivel de vida similar al de la población estadounidense, la renta media de la población mayoritaria negra es muy baja. El conjunto de los países de renta media ocupa un 40 por ciemo de la superñcie del planeta y agrupa a ahdedor de un .tercio de la población mundial (unos dos mil millones de personas). Su densidad de población es por Jo tanto alea si se compara con la de Jos países de rerua alta, aunque, de nuevo, es más alta en unos (como El SaJvador) que.en otros (corno. por ejemplo, Rusia).

en aJdeas rurales corno hicieron sus antepasados durante siglos. De he::ho, se calcula que la mi~d de la población mundial es campesil:z, y la mayor parte de ism se encuentra en países de reata baja. Por lo general, los campesinos son un grupo de población muy tradicional que sigue los usos y corounbres hereóa4os desde tiempos remotos. Eslos países carecen de teenología industrial, Jo que hace que su producthi dad sea muy baja (una de las ruones Cj!le explican su extrema pobren). ~ h~~:JI~.bre y las enfermedades son fenómenos cotidianos en la vida de la mayor pane de la población de estos países. Esu dasificación general, construida a panir del nivel de des:urollo económico, nos da una primera idea de la · desiguaJcbd :1 escJ.Ia planetaria. Para Jos habitantes de los países ricos es difícil entender la siruación de necesidad en la qúe vive gran pane de la población del mundo. Sólo c~da cierto tiempo las imágenes televisadas de las hambrunas en países como Bangladesh o Etiopía logran transmitirnos el horror de la pobrea La intensa desigualdad en el reparto de la riquen a escala mundial se explica por ruones culrurales, históricas y económicas que vamos a ver ahora. ~ La riqueza

y la pobreza en el mundo

Por supuesto, en Jos países que hemos clasiñcado como de renm baja no sólo vive gente pobre. Los barrios ricos de Manila o Medrás son el reflejo del alto nivel de vida de que disfruta una minoría de personas. Como los salarios medios son bajos, lo nonnal es que las familias ricas tengan varios criados, un jardinero y un chofer. Para la m~yor·pane de la población de los países de renta baja, sin embargo, la pobrex:1 es la nonna..

La severidad de la pobreza

El} los países pobres, las condiciones de la pobreza son máJ duras que tn los pafsts ricos. Los datos de la T:lbla 11.1 nos dan una id~ de por qué esto es así. En la priLos países de renta baja mera col= se muestra el producto interior bruto (Pffi) Los paiJts dt rtnra baja, donde la mayor pute de la dé Josdistintospaísescatalogedossegúnsu nivel dedesapoblacióa vive en una siruación de extrema pobreza, son rrollo e::onómico. L~ países industrializados, gracias a en su mayoría sociedades predominantemente agrarias. su alto nivel tec;lO!ógico, tienen un Pm elevado. El Pm La mtyor parte de estos 60 países, cuya disoibuci~ pue- de Estados Unidos en 1993 supe.-aba Jos 6 billones de de verse de nuevo en el Mapa 1.1, se encuentra en .-\frica dólares, y el de 1:!.pón, los 4 billones. Compzrando.estaS (sobre todo ea su Darte oriental) v en .~ia. Ocuoen un 35 ciiras con ~1 Pm de !os paises pobres, se compru~ba que por ciento ~e. la S~.JlCrñcie terreS'tre, pero en elios habita la productividad de Jos países ricos es basta miles de más de la mitad de la población mundial. Son, por tanto, veces mayor que la de los países pobres. p~es con \lOa al u densidad de población, aunque ésta es En la segunda columoa de la tabla se muestra el Pm mucho mayor en los países asiáticos (como Bangladesh o . per capita a paridad de poder adquisitivo, es decir consi_ Jalodia) que ea los países africanos. derando el valor de comora de las monedas locales en sus En este grupo de países pobres ·sólo en tomo a un 15 respectivos mercados n~cionales. L1s cifras resultantes - por ciento de la poola~ióo-qye.c!Kiudades..El-rest04'ive - -para~os peíses ricos como Canadá, Eswios Unidos o Sui-

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u son muv altaS: en tomo a los 20.000 dólares anual;s, En los países de renta media como Brasil, Irán o Polonia, el Pm per clpita esci. en tomo a los 5.000 dólares, y en los de renta baja es sólo de unos cientos de dólares. En Etiopía, o el Congo (antigua Zaire), por ejemplo, la renta que obtiene una person:1 por el trabajo de todo uil aiiQ es equivalente a lo que gana el ~bajador medio noneamericano en sólo unos pocos días. Por último, en la tercera columoa aparecen los valores de un indice de calidad de vida_ Este indice fue elaborado por las Naciones Unidas a partir de indicadores como la esperanza de vida, el nivel de· renta o el nivel educativo (este último s partir de tasas de :malflbetismo y de la media de años de escolariución). Los valores del.índice son decimales que oscilan entre O·y 1. De acuerdo con este cálculo, los canadienses (0,950) son los que disfrutan de la mayor calidad de.vida, seguidos muy de cerca por los japoneses y norteamericanos (0~37). En el extremo opueStO, Jos nigerianos tienen la peor calidad de vida en el mundo (0,207). · Uno de los principales factores que explica esta disparidad en la calidad de vida es que la productividad económica es menor precisamente en aquellas regiones del planeta en las que el crecimiento de la población· es mayor. En la Figura 112 se muestra la disoibución de .la renta y la población mundial parz cada una de las categorías de desarrollo económico. Los países de ·renta alta son Jos más privilegiados en este sentido porque allí sólo vive el l5 por ciento de la población, que disfruta del 55 por ciento de la renta mundial. En los países de renta media vive un 33 por ciento del toca! de la población mundial coa un 37 por ciento de la renta total. De Jo qu~ se deduce, por tanto, que máS de la mitad de la población del mundo vive sólo con un escaso 8 por ciento de la renta global: Por cada unidad de renta que recibe \Dla persona en un paí.s de renta baja,' en un país de renta alta recibe basta 28 veces más. · · Pobreza relativa y pob;e7-a absoluta En el caoíruÍo anterior hicimos una referencia a las dos formas de medir la pobreza: segdn la pobren rel~va y la pobrezl absol~ta. En las sociedades.ricas lo babirual.es analizar !k .poóma relativa, calculando, por,ejemplo,_eJ

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F'ogura 11.2 • Oialribucíón dt población y rrn~ nwndbl

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por..entaje de población que tiene una renta inferior a la mitad de la renta tr~dia. Por deñnición. la oobreza rebtiva existe en todas las soc1edades en las q~e e'liste desigualdad, sean tstas ricas o pobres. Para lo que esmmos hacienilo en este capitulo resulta especialmente QtiJ el concepto de pobrca absolUia, que implica tal falta de recursos que la vida de aquel que la sufre eStá en peligro. Las personas que se encueollaD en uos situación de pobreza absolura carecen por lo geoeru de los alimentos necesarios para su supervivencia a largo plazo. Sin duda, la pobreza 3bsolum ~te en Europa Occident:U, y wnbitn en España, pero M'ecta a un:1 proporción muy pequeii:! de la población. En los paises de renta baja, lin embargo, un tercio de la pobl~ón (o incluso m:is), pueije encomrme ~n estll silU3Ción de extrtma nece~idad. Puesto que la pobreu absolut:l e:tpooe a los que la sufren a ~peligro de muene, un posible indicador de su exiensión es la meó.iw de la edad de fallecimiento en distintas panes del mundo. En el Mapa 11.1 puede vem que eo !os paises de renta alta lamayorpane de.las muerteS tienen lugar cuando se han sobrepasado los 75 años. de eded. En los oiiÍses de rema media la muene tiene !u2ar a edades mis te~or.mas, lo que reflejtla peor calidad d; vida de sus habitantes. Lo más Demttivo,'no obst:ll!te, es que en la .maY.oria de los países de rtllta baja mis de la mi!!d de las muerteS tieñeo lupr eñO"e niños menores de 10 !!lios.

pa aproximadamente uno de cada cinco habitanre.s se encuenD'a en situación de pobreza (los datos, por supuesto va.li!.ll mucho entre países y regiones). En los paises de renta baja, sin embargo, la mayor pane de la población vh•e en condiciones peotes que las de los europeos pobres, y muchos al borde de la supervivencia. Como se desprende de las alw was de monalidad infantil, la e.ueosión de la pobreza absoluta es mayor en los países africanos, donde la mitnd de la población esti maloutrida. Un 20 por ciento de la población mundial (es decir mil millones de personas) carece del apene nutritivo necesario pan desempeñar un C"abajo regular. Su situeción es de pobreza absoluta. En este grupo de personas, hay 800 millones que corren el riesgo de muerte (Sivard, 1988; Helmuth, 1989; Progr:u:oa de Desarrollo de las Naciooes Unidas, 1993). Por contra, los habiwtes de las sociedades ricas están por lo general sobrealimentados. Por t~rmino medio, los hnbiuntes de los países de reou alta consumen 3.500 calori~ diarias, un exceso que conduce a la obesidad y otros problemas de salud. Los habitantes de los países pobres, por d contrario, no sólo desempeñan una mayor a.:tividad física, sino que consumen. !llenos de 2.000 calorías diarias. En definitiva, gran parte de la población mundial se eofrentll serias deficiencias alimentarias. En Jos diez mmlllOS que lleve leer esta sección del c:~pítulo, 300 personas habrán mueno de inanición en el mundo. Dicho de otro modo: cada día mueren en el mundo 40.000 personas por carencias alimentarias, lo que suman unos 15 millones al año. Mucho mis que en Europa, las consecuencias de la pobreu son especialmente duras para la población iníantil. Como 1•imos wtes, en los paises de África centr:U la mitad de los niños muere antes de los diez años. Podemos hacer otras comoar:tciones. Al final de la n Guerra Mundial, Estados Uñidos arrojó uña bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Pues bien, cadll rr~s dfas mueren de inanición en todo el mundo la misma cantidad de pmonas que perecieron en Hiroshima. 01111 comparación: la wa !DUi!.l c!e mortalidad en el mundo por problemas de malnutrición es diez veces m1yor que la que se deriva de todos los conflictos armados juntos. VlSta la enorme magnitud del problema, la reducción del hambre parece ser una de las grandes prioridades t las que debe enfr= el mundo de hoy.

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La pobreza entre la población femenina

La pobreza entre la población Infantil

Como ;e. explicl en el último capítulo, la pobreza en Est!.dos Unidos y Europa golpes con especial dureza a la población infar.u1. Esto wobi~ ocurre eu el resto del La extensión de la pobreza . mundo, y en especial en los países de rentl baja. Ya - --La pobrtza en los paíus pobm esed más e:rrendida qut hemos vi.!to que en los países pobr:es la mortalidad infao·- tn lo]. paises ricos,.~.~~i!Y!2J~ .Q9U!L~I!!!t..-til ;~ es.peci~~ alta.~i?id9 a distiniOS faaores, como

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1~ f!lu de una alimentación adecu!da, de agua pouble o de asistencia médica. Amenudo, la necesidad obliga a los niños de estos pdses a recurrir a acti.vidaties peligrosas o delictivas con el fin de sobrevivir y ayud!f a sus itmiliu. Según datos de algWiu organiuciones, hay en el mundo unos 75 millones de niños dedicados la mendicidad, el robo, la orostitución o el tráñco de drogas. Estas es1111<egias d~ vida implican C3Si siempre el fin de !:1 escolarización y una probabilidad muy alta de morir victima de la violencia o de ~guns eof:rmed~d mor..al. :Muchas r.iñB que ejercen la prostirución sin con12.r con ningún tipo de asistencia mtdica se quedan emb:l!U3das, lo que da lugar lllr!a situación doblemente dnunática: una niña sin OU'O recurso oue su cuerno trlle al mundo orros niños. · Asimismo, se estima que en tomo a unos 25 millones de niños viven solos, durmiendo en la calle y sobre,~­ viendo como pueden. De éstos, la miud aproximadamente se encuenD'a en utinoamtrica. En Brasil este problema ha alcanzado dimensiones estremecedoras. Como consecuenc~ de un fuene movimiento migratorio .que ruvo lupr en muy pocos años, millones de niños brasileños deambulan por las calles de las grandes ciudades. Lo re:Ume!!te preocupante es que 13 opinión pública brasileña ~reaccionado con1111los niños. En Río de J:mdro han aparecido •esculdrones de la muerte», a veces formados por policías, dedicados a operaciones de «limpieza urbaO:ll> que no son mis que mataDZ~ indiscriminades de niños. Sólo en Río mueren ciemos de oioos :U ailo en estas circunstancias (Larmer, 1992: US House of Represeowi·:es, 1992).

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En Si.icandernar, una de las miles de aldm rurales de la India, le jornada labor:U p:u11las mujeres comienu a las cuaU'O de la mañ:ma: encienden el fuego, ordeñln el ganado, barren la casa Ysalen a buscar ll,"'la. Después de todo esto tieDtD que atender al r:sto de la f:unilia. Para cuando 13 población europea está denyunando, es decir en tomo a las ocho de !l mallana, estaS mujeres comie= su «segundo tltl'DO», trabajando en el =po hasta las cinco de la w-de. De caminO a casa, recogen leila p:u11 el fuego, y una vez de vuelta dlln de comer al ganado. Su joroadn l~boral suele durar unas lS horas (Jacobsoo, 1993: 61). En lu sociedades ricas el 1111bajo de las mujeres está ~valoredo e insuiicientemente =unerado.en comparxión con el de los hombtts, cero en Jos paises de renta baja tSta desiJUtldzd es much~ más pronuncied:. En las 1 b· d 1 · sociedtdes pobres sue1e ser e tr~ &JO e a muJer e1que genera 1.2. i'Uita que m!lltiene a lt familia, pero, al i¡ual que en las sociedades ricas, las mujeres tambié~ se cocarg!ll de crii1 a los hijos y deliiWlteoimiento de La casa. Según estimaciones de las.Neciooes Unidas, en las socie-

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!W!es pobres, el 90 po~ ciento de la ~rra es propiedad de los hombres, Jo que representa una desiguald!d entre los géneros mucho mayor que en los países industrizlizados. A1111padas eo un laberinto del c;ue no hay salida, la situación de pob•eu ti; las mujeres de estos paíse.s es especialmente grave. De los 800 millones de personas que viven en sin"'ción de pobreza 3bsoluta en el mundo, más de 500 son nujeres. Las mujetes de estos pwes no suelen disponer ademts de m~todos tnticonceptivos (lo que evi&n~mente contribuye a aumt'l!3r la tas:l de natalidad), y por lo general dan a luz sin asistencia sanitaria de ningún tipo. En la Figura 11.3 se mues1111n los fuertes cootra;tes entre los piÚSes de rema alta y los de renta baja a este respecto. En conclusión, y gener:UilMdo, la d:.sigualdad an~ hombres y mujeres es mucho mayor en los paises de renta b~a (y especialmente en Asia donde las 1111diciones culrurales son particularmente sexistaS), que ..en los piÚSes de renta alta. Correlacio.nes de la pobreza ¿Por qué existe esta enorme desigualdad entre las distintas sociedades del planeta? ¿Qué es lo que e:tplica que la pobreza de 'los paises de reota baja sea 12.0 extrema? En el resto de este czpítulo \'amos a resumir alguoas·.expliczciones que emplean distinw variables pan dar cuenta de este fenómeoo. Esl2.S v:uiables, que se totrelacionan con la pobreza, son las siguientes:

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L Ttcnologio. En los p:ús:.s de renta baj:t, el porcentaje

de la población eo el sector pnmario es de casi dos tercios. Los países m:is pobres carecen de 1~ tecoología industrial que permite multiplicar la productividad del trabajo y geoeru riqueza. Ademis, la espttiafuación de la población en 13bores agócolas y gi!.Dade!'l!.l inhibe el desarrollo de otras cualificaciooes laborales. · 2. El crtcimifmo dt la población. Como veremos en el Capítulo 22 («Población y urbanización»), los paises de menor desarrollo ecónómico ·son precisamente aquellos de mayor crecimiento demográfico. A pesar de su ail2. taSa de monaiidad, la población de los países polires de ..\mea se duplica cada 25 años. La tímida e:tpansión económica~~ aigunos d.e'esios países se ve desbordnda por este crecimienw demogriñco vertiginoso. La población de Kenia, ¡xn: ejemplo, creció . . un 4 por ciento en 1993, de modb que aunque el p:ús experimentó un cie;to crecimient~ econ~co e..<e año, fue insuficiente pan absorber el crecimiento demográfico. El resultado global fue un tlet.erioro aún mayor de la cilidad de vida de la poblzción del pais. . 3. Los paUias culntrales. Por lo general, las sociedades pobr:s están regidas poc un modo de vida 1111dicional que se ~te de gen~ón en generación. a traVés

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El mapa refleja la edad po1 debejo de la cual llene lugar la m"ad de las muertes en cada pafs. En los pafses de renta alta 12 mayor parte de las muertes tienen Jugar a los 75 .Qmás años. En paises de renta medía, incluyendo la mayor parte de Latinoamérica, la mitad de los falleclmien19s tienen lugar por debajo de los 40 o 50 años. Por último, en paises de renta baje, especiálm&('lte en·África y Asia, la muerte es más blll?ltuel entre los nlrlos, hasta el punto de que más de la iniiad de los falleéidos · son meno~és- d11·1oa1\os. ·

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cstrauncacton global

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¿Morirá el mundo de hambre? Los anlmal•s dejan sus twellu sOOte ~

arena del duieno. 8 t.ambra es real, Wl raaJ . que puede hacerte dar vueltzs alrededor de un tronco Sial buscando algo que

comer. No una vez Nidos Ni m ._

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Estos versos éel poeta Indio Amit Je~­ ram désc!iben el .h.embra ql.ll! se vive eo Rc.jast2n, en el.noroeste de la Inda. Como se explica en este czpituki, la amenaza .del hambre se extiende no sólo por amplia zonas de Asia, sinO también en gran parte ~ laÍlnoaméri· ce y por casi !oda África. Se. C2lcuta que hay C:entos de milones de adultos CUY\) consumó calórico diario. no es suficiente para ltabEjat. Lo que es ·elin peor, unos 10 millones ~ nilios mueren cada afio por falta de alimentos. A finales del siglo pasado, la humanidad 010 un gran peso adelan·

4. La mrorificación social. La distnoución de la riqueza en los países de renta baja es muy desigual. Ya vimos en el Capítulo 9 (cEstruifiCl!ción social») que en las sociedack.s ~ lt ~esigualdad social es mú inten· ;a que en !u sociedades inóuslrializadas. En les regiones agrícolu de Bangladesh, por ejemplo, el 10 por ciemo de los terratenientes-posee más de la mirad del total de la superñcie cultivable, CIWldo más de lt mitad de.! a población (11T2k no óene.pmpltdad.!lgunt.

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sino que ha aumantt:do en relación al pasado. das, de modo que, por término Los datos agregados que hemos medio, los habitantes de esta planeta prasentado heslé ahora no permilsn cuentan hoy con un mayor nivel de distinguir entre distintas partes del renta con al que adquirir alimentos y mundo. La zena·que da mes motivos otros bienes de pnmera necesidad para al optimismo es Asia, donde en que en cualquier etapa anterior. una sola generación se ha lc<¡;rado triEste crecimiento ha contribuido a pr1C8r la renta En el extremo opuesto aumentar el importe calórico diario, está el Áirica subsah61iana donde, a la esperanza de vida, el acceso e lo largo de la últina década, se ha agua potable y los fndices de alfa· deteriorado notal¡femente lp calidad betlz.ación. ¡IJ mismo tiempo, la mor- de vida y ha aumentado el número de tafid;;d infanbl ha descendido. Anart- personas al borde de la inanición. En z.ando todos estos indicadoras, la esta zona del planeta, que-tiene una distancia entre. los paises ricos y de las ll!su de natalidad más altas pobres esli en realidad cftSminuyen- del mundo, la tecnologfa productiva do. la conctuslón. por tanto, es que, sigue siendo muy ru<frnentaria. Los en términos proporcionales, la pobla· pesimistas suelen señ;;Jar a África clón que pasa hambre es menor que pera argumentar que los países poen los ellos sesenta. En números bres están perdiendo la batalla del ebsolutos, sir. embargo, hoy hay tan· desarroUo. las personas en 911ligro d¡t muerte Por lo genersl ~s la televisión, con por lneniclón como en el pasado. imágenes tomadas de Etiopía o .SoAdemás, si emplaamos Indicadores mafia, la qua se encarga de mostrar· distintos de los que hemos uUiizado nos la situación de exuema pobreza antes, la distcncia entre paises ricos en la que viven millones de personas. y pobres no sólo no ha disminuido, Según hemos visto, sin embargo, el de producción se han visto !leda·

te al conseguir abolir la esclavitud ~n casi lodos los paises ·del mundo. Pero, ¿cuáles son las perspectivas para erradicar·el hambre e f1nales de este siglo? Es fi.dl ser peslmistc. Para empe· zar, la población de los países pobres crece a un ritmo de 90 millones de personu al año; e!io es. el equivalente a la población ce México. Si hoy por hoy las sociedades pobres apenas pueden e.imentar a su población, ¿cuál será su situeción dentro de una generación, cuando tengan que alimentar al doblt 'de su población actual? Un problema alladido, que veremos con más detelle en el capíiulo 22 (•Medio ambienle y sociedad•) es que, en ocasiones, el hambre obliga a la población pobre a emplear estrategas de explotación de la tierra que, aunque a cono plazo aumentan la producción, a la larga resultan

de laz.os de parentesco. Las fonna.s de \ida anc:sttales esw ~ amigedas que la pobiDción se resiste a las innovaciones \mcluso la.s que conducen a mcjora.s mil· teriales). Con frttuencia, los habitantes óe los países pobres se ruign.an a su fururo, condicioll!dos por la herencia culr.ual de sus sociedades. Puede que esta actitud fomente la cohesión social. pero a costa óel desarrollo ecooómico. En el recuadro titulado «<tra clase de pob!UalO se descibe la actitud a-adicional de la poblacióJ hindú frente a lt pobreZ:J., diametralmente opuesta t la dominznte en los países occidentales.

agrícola, s;no que todas las esferas

desastrosas. En los países tropicales, por ejemplo, con el propósíto·de alimentar a una poblcción creciente, se están ganando tierras de cultivo a costa de la selva. Pero destruid;; la selva, eses tierras se convertirán en un desierto en muy pocos ellos. Teniendo en cuenla el ritmo de . cracimiento demográfico y sus potenciales consecuencias ecológicas, (t ¡ parece que fe situación actual sólo i puede ir a peor. Mirando asi las ! cosas, ti futuro es de lo más-desolador, con niveles de hámbre y miseña sln precedentes. Eldslen, no obstenle,"algunas razones~ el optimis- · mo. Gracias a las iMovaciones en tecnologfa agrlccla. la producción de alimentos en el mundo ha aumentado vertiginosamente en los últimos cin· cuenta ellos, más rápidamente inrluso que el crecimiento demográfiCO. Es:e aumento de la capacidad produetiva no se ha rrn~ado áJ sei:tor ··-- - - -

minoría dt paúes por medio dtl con.rrol tconómico y polfn·co dt orros poúes. El desarrollo histórico de determinadas pauw de comercio a escala mundiu fomentó el desarrollo económico de algunos países a costa del empobrecimiento de o~ros. Las sociedades de Europa Occidenw tuvieron una presencia colonir.l en Am~rica Latina durente más de 300 años. El periodo de dominio colonial .fue similar en mLoches pa.ru:s de Asia y en particular la Indiá. En África se prolongó durante casi un síglo, desde fintles del siglo XIX hasll la décadz de Jos sesenta del siglo ;a. ·

(Hanmann y Boyce, 1982). Otro ejemplo: ti 10 por ciento m!s rico de los centroamericanos posee tres cuartas panes de las tierras cultivables de lt región. 5. La desigualdad dt glntro. Como ya se ha e:q¡licado, la posición subordinada de la mujer es por.Jo general más pron~ciad.l en los países de renm baje. que en los países de renta alta. Ademis, y por Jo general, en aque. llos países las .mujeres .= n de irúorrnación sobre métQdos antic.Ónceptivos, lo que favonce la reproducción de la polnu. Así, muchos piensan ¡¡ue si se quiere mejorar la calidad de vida de estos paises, hay que mejoru la.s condiciooes sociales de la mujer..

6. Las rtlacionts inurnacionalts. Para temlinar, hay ~tores que piensan que el sistema o lt narun.lcza de las relaciones intemacio02les, tanto en su desurollo histórico como coruemporáneo, put& explicar esta desigualdad. Dentro de :stt perspectiva, se Dl!lltiene que el colonialismo he. jugado un papel determinante. E colonialismo ha sido con fre..""Utncia defi:údo como tLpr.octstL.qu.e...permiri6. e/. ti'ITiqutcimitruo dt una

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Dun.n!! el sigl? xx, 130 mtig"JZS colonias accedieroo a la independenC!a, de modo que en nuestros dfa.s son muy pocos los territorios del mundo .que siguen siendo colooia.s (Strang 1990). No. obsWite, muchos anilisis sugieren que las úeas ricas del mundo siguen eje.-cienóo un control sobre la.s úeas pobres bajo gueva.s pautas de dominio, a !a.s oue se les ha dado el nombre de cr¡eocoloniales». Por ntocolonialismo (neo es un prefijo que procede del griego que significa tCIIUe'o!o») se entiende uno

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mundo cuente con suficientes recursos tecnológicos para alimentar a todos sus ~bilantes. a problema, entonces, no es de falta de recursos. Siendo otra la neturaleze del pc'oble· ma, la cuestión es si hay la suficients determinación moral pera solucionarlo. ·

e Para seguir pensando sobre este tema 1. ·¿Cuáles cree que son las princi-

pales causas del hambre· en el mundo? · 2. ¿A quién cree que le corresponde la íesponsabilidad de solucionar este pc'Obfema: a los paises ricoS o a ros países pobres?·¿Porqué? 3. ¿Cree que en el Muro aumentará o disminuirá el hambre en el mun· ·do1 Argumente ~el iespu.esta:- e F(JtM&Ur~tl:l f.&a:íG."lt0t'tflic;:T'Uil?rt;.'1tÑnt, 1Si", \ii! .

nuevo paura dt relaciones iruimacionalts qut ha susri· tu ido el conrrol pollrico dirtcro por la t.."'Pioraci6n económica a monos dt las grandts compañías flllllrinacionalts. Por multinacionales se entiende grandes.tmprtsas.con prumda en mudws pa(srs. Como veremos en el C3pítulo 15 («Economía, consumo y :mp!CO») el poóer e in· nuencia de algunas 'de estzS multimciontlles sobre los países pobres del mundo es muy semejante & la que tenían las potencias coloniales en el pastdo.

G La desigualdad a escala planetaria: explicaciones teórica~ · Se han desarroD2do ~os grL'Ides corrientes teórices para explicar la desi!~!t!.l distnbuciór¡ de la riquen y el poder en el mundo: la ttorla de la modtmi:ación y ltltorla dt la dtptndtncia. Cada una de estas corrientes propone explicaciones disdnw que, sin embargo y en alguna medida. se solapan entre sí. Tanto una como ooa coinci-


1 toch sn ¡Kllítica exterior en relaci~n_con los país~s menos des:urollados 1• ...

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Una per~pect~va histórfca

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Los teóricos de la modemizaci6n parten de la cocstatación de aue hace sólo unos sielos el mundo entero se encomraba en Ull! siruaci6n d; pobreza. Pues¡g que la iO pobreu ha sido la nonna en la historia de la humanidad, 60 es In abundancia !o que en realidad requiere una explicación. t so Fue en Europa Occidental, en el periodo final de la ~ Edad Media, cuando ruvo lugar una primen acumulación ~ •o relativa de riqueu asociada a un proceso de expacsión económica. Esta orimera fase de crecimiento surgió en el >O imbito de lu ciudades y ligada al desarrollo o~ unos mer2'l C3dos locales. Como consecuencia de los grandes descub~entos en el siglo XVl, se hicieron evidemes las enormes posibilidades que ofrecía el comen:io a escala mundial, de 0~/&3:1.~~ ,J!)'d~~ -- ~/~/~~¡/~~ forma que pan mediados del siglo siguiente en todas !u panes del mundo exima ya una presencia comeocial emo. .; ' ql' . ~ pea. Pero fue la Revolución Indusnial la que disparó el ~ . · desarrollo económico. La tecnología industrial, unida a la Fullli:UniiN14.... 0&~~r.o~.. (ili5) capacidad uinovadora de miles ile empresarios, generó Figura \1.3 • Por.,.nlajo de alumbramleniDs nislidoa por poraonal ·-una ·colosal icumuliiCióo de riqueza. Según admiten los mídlco propios téóricos de la_modernización, al principio esta nueva riquw benefició sólo a unos pocos, peso la nueva tecnología industrial !DultiP.ii~ó la produ_cti~ic!_a~ de _ta! fQillla que la calidad de vida del conjunto de la población 1 den en setialar que en el mundo existe una desigualdad terminó por verse también afectada, mejorando ostensieXtrema y que ·son necesarios algunos c~bios par3 blemente. Parecía que las sociedades occide!!tales habían garantiur el futuro del conjunto de la humarudad {y no dado con la fónnula p:u-a erradicar el fantasma de la sólo de la parte rica de la hU1111llidad). No obs~te, _en )a pobreza absoluta, hasta entonces una consWite en la hismedida en que esw dos teorías ofrecen explicaClones toria de la hUmanidad. · distintaS de la desigualdad a escala imemaciooal, ofrecen En el.sig)o XX. la calidad de vida en las z_onas induswnbitn soluciones diferentes a este problema. trializadas del mundo se ha cuadruplicado. Muchos países de Asia y l.a[ÍOO:unérica (en general, los que aquí hemos denominado países de renta media), están ahora La teoría de la modernización mismo inmersos en sus propios procesos de indumi.a.liz.nLa teoría de la modernización es un modelo dt desarroción, de modo que k calidad de vida de sus respectivas llo tcon6mico i iocia/ qut uplica la dtSij~/ disrribupoblaciooes también esá mejorando notablemente. En cí6n lit la rlqut:a tn ti mundo tn junci~n dt il!s disrúuos los paises de reno baja sin embugo, y debido a la ausennivtlts dt desarroilo rtcnol6gico qut han -alcCIIIZada las cia de una tecnología industrial, la calidad d~ ~da de la sociedcdts. Esta comente surgió en los años cincuenta población no ha mejorado. cuando la idea de «l!lodemizarse» era popular en el ámbito occidental. Sin embargo. durante esos mismos al!os La importancia de la cultura hubo wnbi~n una ciena hostilidad hacia Estados Unidos ¿Por qué la revolución industritl ha reducido los niveles (símbolo _suptemo de la modernidad) en muchos de ~os de pobreza en todo el mundo? ¿Por qut hay países que no países subdesarrollados. La influencia de los países saetahan av211Udo en este ;entido? Según los teóricos de la listas (y en especial de la Unión Soviética) estaba en moderniución, la cultura ha jugado un papel relevante. ascecso, y se extendió la cre:ocia de que era imposible el _- - - -desarrollo económico bajo la influencia .de los países capitalistaS. Estados Unidos contnatacó con una- de!eosa ' L>~~:!:bl!oria"l&~~sib>&ac:J~ u~ro !uc.<UilJ y.3o:¡c: (!JMl. · - dellibre-merudo-que.desde. enumces...ha detenmo•do

Infanticidio femenino y esclavitud sexual

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casa después de haber dado a luz en el hospital. Su lamina sin embargo, no estaba contenta. Por el contrario, tras conocerla notlda, los hombres abandonmln ll casa de oalTO en acbtud sombña. A continuación, Rani y su suegra se enzarzaron en 12 desaoradahle tarea d9 machacar semillas de adena para obtener así un aceite con el que preparar una papilla venenosa que después obligaron al bebé a comer. A úHima hora de la tarde, Rani salló de casa para enterrar a su hija en un' campo can:ano. Caminando de weHa a su casa, Rani no sentra tristeza por haber perdido a su hija, sino por no haber tenido un hijo. los habitantes de su aldea, como miftones de personas en todo el mundo (pero especialmente en Asia) prefieren a los nll\os porque consideran que las nll\as representan una carga económica. u ruón radica en que en las sociedades pobres, el poder y la riqueza tienden a concentrarse en manos masculinas. Para los padres, un niño es siempre una mejof Inversión económk:a, pues si sobrevive hasta la edad edufta contribuirá a mantener a su famifia. Además, la tradición obfiga a los padres de una nil\a a reunir una dote con la que recompensar a la familia del futuro marido de su hija. Dicho brevemente, la situación económica d9 las familias siempre es mejor si lienen nil\os, y peor si liener¡,nlllu. Una consecuencta' ele este doble rasero as el alto ínóJCe de abortos

selectivos en les zonas rurales de la India, en China y olrcs paises asiáticos. En este sentido, resulta sorprendente comprobar cómo en muchas eldeas de la India que carecen Incluso de agua corriente hay un médico que tiene la tecnología necesaria para hacer una ecografía o una amniocentesis y determinar asl el sexo del feto. Las mujeres que sa someten a es:as pruebas reaccionan con alivio si se treta de un niño y, por lo general, dedden poner fin e.J embarazo si se trala de una ni'\a, para asl -volver e inlentario- tan pronto como su posible. Aooque no hay datos fiables sobre el número de abortos e infanticidios •.selectivos•,los expertos estiman que en algunas zonas rurales de Asia hay diez hombres por cada mujer. us nii'las que logren sobrevivir tampoco son muy ¡¡forttJnadas. Por lo g611Eral, las niñcs reaben menos alimentación y cuidados que !os nillos. En momentos de crisis, como por ejemplo una sequía, las lamiljas pueden incluso dejar morir a las nillas, para así poder cana.ilzzr los escasos recursos con los que- cuentan para garantizar la supervivencia de los nll\os. · Una manifestación totalmente distinta de la áiScriminación que sufren las mujeres en los paises subdesarrollados es la esclavitud sexual, un fenómeno que sa ha extendido rápidamente por el Sudeste asiático. Bangkok, en Tailandia, se ha convertido en la ca¡¡ital del mundo del turismo sexual. Se estima que existen

Para los teóricos d: lt modernización las tradiciones cuiOJiales constituyen el mayO! impedimento al desam>llo económico. En las sociedades basadas en fuertes redes de parentesco y orientadas hacia d pasado, las tradiciones culwrales tienen un enonne imputo en las decisiones de

unas 800.000 prostitutas en la dudad, la mitad de ellas menores de 18 años. En muchos casos. los propios padres venden a sus hijas a agentes que a su vez pagan a 'terceros para que las críen hasta que Jas.·nil\as alcsncen la edad ádolescente y puedan iniciarse en la prostitución. Aesa edad, los agentes pasán-e • fecoger su cosecha•. Otras veces se trata de jóvenes que emigran de~de aJde_as rurales donde no exjsten ~\Jchas perspectivas de __futu~. Al llegar a la ciudad son recogidás por pr~ene­ tas que las colocan _en burdeles, barras americanas o en espectáculos sexuales. Los proxenetas proporcionan a las jóvene~ ropa y aiQjamlento, pero por un preéio que las chicas no pueden pagar con sus Sa.arios. Endeudadas,·las jóvenes acaban convi~ en esclavas de sus empleadorss. Las que huYan son perseguidas y obi'IQBdas a volver. El número de esclavas &exua!es está aumentando rápidamente. Sólo en Tailandia sa, estima qu~ existe~ entre uno y dos··millones de p'rostitutas (en tomo al ocho por ciento de la población femenina del pais), la mitad'de las cual as-tienen menos de 18 años. El futuro de estas jóvenes y mujeres es desolador. la mayar parte de ellas sufre de multitud de enfer· medades ocáslonadas Por el abuso y la falta de cuidados, y se estima q!Je un 4!0 por ciento puede estar Infectada con el virus del SIDA. e ·

las p-..rsonas. Se habia así de tma suene _de <inercia culrurzl,., que inhibe cualquier experimento social que v!ya contra la tradición. A todo lo !asgo y ancho del planeta, hay muchos ejemplos de grupos de-población (desde los grupos islimicos de Inn, hasta los profundamente ~on:

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serv2dores Sem!i, en MzJaisia), que se ~rude · ten 1 ~­ p0f3l' avanas te.."!!ol6p:.os bajo la creen~a '!U:e e os ~,·znces desrcuirlzn sus aadiciones Y~tilos. de vlda. Según Weber (1904-S). esw resme.ncus cul~es fueron vencióu a comienzos de la Edad ~~ en . ··' La ale unas reg!O!leS de Europa OcCl'denuu. . te!"- de Web-..r . -no mH' el catolies- que !a reiorma proteswue. al co~.. ~· ":cismo aadicional. g=ó un nuevo npo de cüllliii o f~r­ ma de emender el mundo orientado el ~rogreso. El t:o~ y la riq1:eu mat:rial (ha.so entooces baJO sospecha por hlesia Duílica II"..diciooal). se convinieron en la prueba d.e las virtudes o la vili! de úna persona. A~~· el F" tes(3Iltismo wnbi!n impulsó elJ!fOCCSO de indh1duaetón, debiliWldo así los lazos comunitarios 0 de parentesCO que basta entonces absorbían los planes de vida d~ las ~ nas Todos estos elemenú)S, consid:~ conjuntamt~~· . ~··~·"' culwral prooido pan la Revolucion ettaron un ............... ·lll aial. ro, su vez. tuda Revolución Industn a que · Indus · ·dad .......n las con' pelillÍÓÓ que una par~ de b h~ SUr:--~ diciones de pobreza esi!Uctmcl en las que VIVÍa. • -~

Lo~ estadios de la modemlzación de Rostow De 'aéuerdo e~ la ~de la modemiztción,la ~~ión de ¡iqueu ts una posibilidad abi~ a. t~ las s~eda­ des. A medich ~ue los avanc:s tecnológrcos se difun?~ plll' el mundo,

tod!.s las socieda~s con\'ergen en un wu·

-. _, modelo indusa:ial. De acuerdo con Rostow co 1:1odelo. Q '6 . cuatr

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(1960,1978), el proceso !le modemizaet n stgue fases o estlldios:

las socie~des ~ tradi· ciooes muy amigadas se resisr-:n- a la :m~vaoon tet· . ··no16~ Sus miembros han 51do socializ3d~ ~el culto al pasado, de modo q~e _no les resulta íicil una~ una fonna de yidl duunta a la que ~ ~eneran. Viven en (Qijl() a sus familias y comum cercanas, goUID de escasa libertad individu~ y en co': secueccia esún basW!te c:mdos ~ ~quler expen.al. Con frecuencia, los 111div11luos de esus mento SOCl • • sociedades llevan una vida espin~al muy nca, per0 bre desde el punto de vista ma.t:nal po Hasta hace. sólo un sig.!o la mayo! parte del m~o vivía en este estadio tndicional St en nues~os dias deter.Dinados pi.ÍSC$ como Bangladesh. Nige~n o Soniali~ e.<Wl en situlción de po~e~ esto es, ae acuerdo coo Rosrow, porque sus sooeaa.des se enc'J.entnl.ll todavía en este esu&o. · .. dt d•m~•"• 1 El waao -r-o.... Conforme .las socieólóes - · se -· des¡mnden de las tndiciones. sus ?U~5 de¡ienae~ más de sus wemo~ y !Wlili~ ¡ndh•~ ~riendo !SÍ~ creci!Ditll'.o ecoo6mico..u ~~te COllllen·u a producir bie:JCS no sólD pan su-pr$o. ~o sino part.cometxiu.con -orrr:s ~obtener pn hew:ouC:W.

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con lo que se cn:an los mercados. El-con~:«? ~tu!al ·~· en detrimentO de valores indicionales. se tr:IDSiv•. . como la f!milia. v a Íi\'Of del logro '! las aspu1C!Ones individuales. G~ Bretaña.hlbria al~o ~esta­ dio de despegue hacia el !iio 1800, Y.Esudos ~DidOS en tO!!lO! 1820. Por 01!0 lado, Tailandia. un pw de ·renta media del lejano oriente, eswía ahon en esta fase de desaaollo que. de acuerdo con Rostow, se al~ por lo general gracias a los cont!CtoS con el extenor en f~­ ma de ayudas económicas, .acceso a ~~ recnolog¡a ~\'!112.3Ó!, inversiones de capit!l o educadon. J. Hacia la madure: rww16gica. ~.la t=m ~ de desarrollo el concepto de «creciiDlento• esti l' pie· namerue a~eptado y consolid:ldo, de modo. que el ~n­ . unto de la soci:lbd considen normal aJPU'3f a mejO~ la calidad de vida y apr~vedlar la tecnol~gia . · · _, ,, ~••mo riemoo sm embil!o, ls poolamousm.... .-u ....... • • ~- 1 _....;...,.;a de lo! coStes cnlrurales "" • o.6n gana........--· .. indusaialiución. lo que puede gen~ .mo~entos sociales y políticos opueStOS ala moaerruuct~n. En 71 Re' unido se habría. ücanndo este estadio.Mcia en Sl*los Unidos hacia 1860. En nuestrO! días, •países como M~;óc~, Corea del .Sur o Pueno Rico estarían en este estadto. En esta fase dtl desarrollo· etopómico, la ~ absoluta esui disminnyendo rápidame?te. Las.~~des wnbié.n cn:cen rápidamente graetas Llos, movimientos mimtoril?!~~ ~~-~~~-~~s--~ cerc:mas: EÍtrabajo en las fábricas y ~ ~etente .indi-. ·•vidualismo gcnen. movixnientOS .soc:Wes que _deman. dan una mayor parricip2cióo política det'cOnJ_unto de la sociedad. AsimiSmo, coinci~~o ~~-es:a ~e de · desarrollo, aument!. la wa ae es.:oluuac1~ Y: ~ sector creciente de la pobla9ón ac~? 1~ UD1VefSt:- ~· d:I<L Este seetor co:lSriruye una nuev~ eli~ mtel~ que rdlW las trldiciones autóctOD2S del ~ por. coosiderarlas dll'~Sl;Wlo. imwJsan~ aún mas~ este proc:so de c;unbio. Ls.posición social de 1~ mu_~tr mejora y dende a equiparme a la del borobre. ~o~ tante v a cono oluo, el proceso de modernt;JCI n pued~ ~ar nuev"os problemas para la [IIUj:r c~s:_

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Otra clase de pobreza: un informe desde la India a mayor parte de los occldenlaEn Madrás, más ele medio rni.lón En sociédac!a trc.di:ionales como· les saben que la India ss una os de personas· vive en barrios de c.'la· las de la India, uno no puede esperar las socied2des más pobres óeJ bolas. En su mayor!a se trata de eni- canbios bruscos en er modo de Yida mundo. Su renta per Cé!pila e.pen2s granles procedentes de l<:s zoras de una persona'Para le mayorjiar.e supera los mil dólares V~Uales {váa- rurcles del país en b\Jsca de un futu- · de los hindúes fa vida está condiciose la Tabla 11 .1).-la escasez es la ro mejor. Las chabolas están cons- n2de por el .cfl2nna,la noción hindú norma en esta sociedad, en la que lruldas a partir de ramas de árboles y de'deber ydes5no. 8 clhlirné 1~ ar.lviven UIJ tercio de !odas las perSOIIéS matanal de desecho. Es:as vivialdz.s -ma a. aceptar con resignación· su que pz.san l'.arrobre en el mundo. no permiten intimidad alguna y·por situación, sea ~al sea. la Madre Pero dilic:Wnente oo oa:idenlaJ supuesto carecl!n dugua corriente y. _Teresa, 12/TlOsa por su-trabajo enue puedelleger a comprender lo que slg- electricidad. los europeos y noitea- · la población pebre de la India, entenMic2 sar pobre en la lnola. La meyor mericanos no se atreven a adentrcr· dió muy bien es1as·tflferencias cultuperte de sus 900 miHones-de hzbiWJ- se por asíos barrios Por miedo a qué rifes. pomo !Íf¡a."en üna oéaslón:,_~[l :es vive en condiciones mucho peores el sentimiento de lrus1r.ción que pue- pobreza americana es una pobreza que las que sufren los que l1amamos de gentrcr este- tipo de-·pooreza en ía ira (...),la pobreza en la lñdia es •pobres• -en !Juestr'cS sociedades. se descargue violenlamente contra peor, pero es ~na pobreza fefiz•. Los turistas que ftegcn a la !roa por enos, tal y como ocurre en los suburDescribir la sitoación- de alguien prime:;: vez sUfren a menudo lXI cho- btos pobres de sus sociedcdes. que esta al borde de ¡a·m~:erte-coino que emocional AJ llegar a Madrás,· Pero también en este sEntido la . •feliz• puede ser una exagérecion, una ds las mayores ciudades del país, India ofrece un iuerte conlrute con pero si es verdad que los lézos iamial viaj3ro le cona la respiraclén el olor respecto a las sociedades desir}o- - iareS y comunitaños supónen un nauseabundo que se desprende de nadas, porque sus habitan!es J!R- Importante alivio para los que· viven los reslos de defecaciones hu-nanas. · tienden la pobreza dt forma muy en la pobreza. También puede servir Un olor t¡\Je- se extiende por toda _la distinta a nosotros. En astos barrios de éllvio la creencia de que uno debe ciudad. Los paisajes y sonidos de · no hay trar~antes ele drogas, ni jóve- acéptar lo qua la vida ~ depara. Es Madrú son exltaiios e intensos. En nes delincuentes y recoirerlos no por esto que, para el visitante~ver la sus caJ;os se e.pelotonan motocic!etas, rapresenta, por lo general, pertgro pobreza de la India puede resultar a c:amlones, C2/TOS tirados por bueyes y alguno. En Estados Unido~ o Euro--. veces un poco coniuso: ¿cómo-puemlles de viandantes. Como sresruvle- pajapoQ[eza Implica a menudo Ira y 'de la gemuívir en semejante'n:Jseria ran aislados del tremer.do caos uJba- · soledad, pero en la India incluso las y, sin embargo, P2fecer resignada o no que les rodea, los habítantes ~e ·comunidades de un barrio como el ilduso· satisfecha? e Madrás tr..bejzn, conversan, se lavan que hemos descrito estúl estructu· e lnduso duermen en la cde. En las radas Socialmente en virtud de lazos ciudades de l_a lné:la viven decenas de¿ -~d~ parentesco que ofrecen un mini- ,._ !a..:o .. 111 r.~c!OI "' _.., .., millones de personis sin hogar.. -~ • 'mo de proti!;Ción. · L!a::U ~-.... .. 1R1 . . ·-·-.. :

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e;cplica en uno de los recuadrúlos .de efasst7 t;ad.~=~!lo- - . 4. El cansumo dt masDJ · En la nma e . e . e::coómico, la teCDologia industrial p:nnne_un~J~ 10 ra SUStaDCia1 de la calidad de· vida del conJII!l _de la ooblación. El desmollo de la C3pzcidad productiva en esta !:!.Se de modei:Iiución da lugar al c~ns~o ~ í masas. Dicho de otro modo, la gente apr~D?e l cnec.· .~ ~ siran IJ gran variedad de bic:Jes Y serYICIOS ~e ~ · 1 sociedldes prociuc:n. u mayor par.e-de los pllSCS qu~ hoy consideramos de renta alta ena-aron en ~ta fase a comienzos del presente siglo; otroS aún.m~1tr09-que espero slg¡mas qétac!as. Hada los ailos vein~, Japón.

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por ejemplo, !lcanzó un nivel de industrialiución n!fícreme pan convertirse en una pottoci~ militar, aunque sólo después de su de:rota eilla II.Goerra Mundiil entró-en esta etaDa del consumo 'de masas. Por su parte, España entro' en esta w.pa a 1? ·lar¡o de los aiios seseou. y setenu.. · ·:• El papel de los países desarrollados La teotú. de la modemiución aoibuyú los países ricos un papel fundamental en el proceso de desarrollo econó-

mico a escala mundial. Concrtwnente, las sociedades ricu contn'buyen a ali_viar la desigualdad eñ nuestrO placeta dt cuatro formas disrinw:

l. Ayudas para ti cotUTol demográfico. Ya hemos. dicho en t!isti.ntas put~ de este capítulo que en las SOCÍeda· des más po~ dtl planeta el ritmo de mcuni~to demográfico es mocho más llto que en otras sociedades más ricas. Estas d~ was de aecimiemo de la población ¡b~ los tf¡nidos avances ecooómicos que se pued,an prodiiCÍrJ cona:ibayen :1.


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En los palsu dt rent.o baja, loa niños son volorodos llmblén por oucopacidod de gtnom una renla. E.slo u esptclolmanlo verdad para las ni~as. En la India, lo habitual u quelu laminas que 11 lo putdon perm~lr lnvlorlon tn lltducnlón dt los hijao, do111odo quo en la tdod oduf. 1a putdon ganot moyonoslngruos. A lu níñu, por ti conlnrlo, n lu aaco do la ncutlo pan quo puedon gonor un cftnero con ol quo ayudar a la tamllla. En la "brlea cfondt ••tí lomado ula fo1 011 rona la o nlftu cobron un sueldo misero por Uor clgorrlll9o.

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• .deteriorar la calidad de vida. Al diiuodir las"técnicas de coottol de la o3!3lid~ y fomeow su uso, los p:úses desarrollados cooaibu)·eo a moderar el cretiau . ·emo demográfico de los países pobres, algo que resu!Ja crucial J!af& combatir la pob!WL Dentto de ~m polirica de conttol de la nat.ilidad, los programas de ayuda a la muJ·er son espeCJ"almeote ~.·b·cos. A medida que se inicia el despegue econ6mic;~ la reno. disponible de la mujer aumeot.a, las tasas de na!alidad comienzan a descender, tal y como ocunió en los países industrialiudos. ·

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2. El a11menro de la capacidad dt producción de alimentos. La imporución de t~nología agrícola permite a los pilies pobres aumentar de forma drástica su capaciclad de producción de alimenros. La iottoducción de esta tecnología da origen a una revolución ogricola, pues supone el empleo de nuevas semillas, sistemas de regadío, fertil.iuntt.S químicos Ypesticidas. 3. La inrroducci6n dt la ucnologfa indu.nrial. Los países ricos no sólo eXDOlWI teenoloe:ía amria. Las socie&cies ric:i.s conaibuye..""l a acele...;; el desmollo económico de las sOCiedades pobr~ export211do tecnología industrial e inlbrmitica. Esta difusión tecnológica permne que Jos países de reota baja. no~ limiteo exclusi~IUileote a !a producción.agr.m y d~mollen también los se::tores illdusttial..y..de..stn~.ic.io.s~- _ _ _ _

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n términos generales, cuanto más pobre es una sociedad tanto mayores soo las desigualdades entre hombres y mujeres. Por esta razón, el desarrollo económico ofrece a las mujeres todo un abanico de oportunidades: de recibir una educación, de trabajar fuera de casa, de reducir el número de embarazos y de eluoir (o, al menos, mitigar) la dominación masculina tradicional. Es posible, sin embargo, que durante si proceso de modernización las mujeres encuentren dificultades añadidas. lnvesligando la vid~ de las mujeres en un distrfto pobre y rural de Bangladesh, Sultana Alam (1985) observó que e! desarrollo económico en ocasiones genera nuevos problernas para la mujer. En primer lugar, muchos de los hombres que emigran desde las éraas rurales hacia las ciudades en busca de empleo venden sus tierras y abandonan a su mujer e hijos. Pt:~r otra pana, el deb1lilamlento de los lazos lamíliares y comunHarios tradicionales hace que estas mujeres se vean solas en su situación de tbandono. Esto último afecta también a les mujeres que enviudan o se divorcian. En e! pasado, de ecuerdo con All!m, los lazos vecineles o de parentesco hacian que una mujer de Bangladesh que se encontrara por cualqule1 razón sota siempre IUV!era a alguien a quien recurrir. En la actualidad, sin embargo_, cor~forme el

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pais comienza a desarrollarse económicamente, el número da hogares pobres cuya cabeza de famf~a es una mujer sola está aumenlil)do. ·La r:_on0

Una dt las conaecuenc.l11 de la rnodtrnlUielón u lo que 11 puede llamar la ...uuafiZid6n dt la mu)tro. SI en la ooclodad lradlclonal o! ublluo ooclat dt lo

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VIIOJada rn tirminos dt su llt'lc:tlvo au·u•f. ¿No u olgnllieallvo quolu prollitulu dt lu cludodu ••1411eu n vlsbln 11 ulllo

occldtnlal?

clusión de Alllm es que el gesanollo ~• .le~ de genefil ~ ma· yor autonómie para"ia·mu¡er, ha.aeado un nuevo 1ndiyicju8nsmo.qua. j;etjlidlca su posición i:lentro de ta sociedad. En segundo luga{, y debidO a la influencia del cine y los med"tos de comunicación occidentales, se deblli· ta el papel tradicional de 111 mujer como esposa, madre hermana,' y contn"buye.a defini¡ta exciusivarriente como el objelo de deseo sexual del hombre. Este énfesis en el atractivo sexual, que resulta laminar a le mayor.perle de los occidentales, · ha- empujado a muchos hombres e abaÍ"lCionar a sus

esposas poi mujeres ·o)b¡ jóvene!¡ y atractivas. Esta ou¡va forma de entender la sexualidad es l2.mbién r~ sable de la aedente as de prostitución de le que ya hemos hablado en otras sea:iones de este capitulo. La conclusión, por tanto~ es que la modernización y el desa!7011o. no afectan a hon!bres y muje~es por Igual. A largo plazo, la evi9eñcia sugiere que los procesos de·modemiza· clón mejoran la posición social da la mujer. A-corto plazo, sin embargo, la situación particular de muchas mujeres puede empeorl!f, teniéndose que enfrentar a nuevos problemas que no exislian en el modo de vida tredi· clona!. e

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,__,....W.LJoll o&rs En tercer lugar, la teOtÍlt de la modemiucióo tialltlos países ricos y pobres coroo mundos eo sí mismos, como si las sociedades siempre hubieran estado aisladas, sin pres· tar tteoción al modo en el que la historia de las relaciones iotemaciooales ht detem:linl!do la DOSición zduiva de los países. Los que critic:m esta ltOÍía señalan que fue la colonización de otnS panes del mUDdo la que permitió el despegue económico inicial de Europa. SegW¡ ~~~ crlli-

ca. los p&fs~ de Latinoamérica y Asia están toda"ia pagando las CO!l!iecueocias de es-..a exploración europea. En cuano lagar se acusa a la teorú. de la modemiución de ser excesivamente emodnaica. esto es, de tomar a los países de renta alta como pnntn de referencia básico desde el cual se evalúa 11 resto del.mnodo. Tal como veremos eo el Capírulo 23 (cMédioambieme y sociedad»), cabe pensar que la concepción occideotal de «progreso»

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La teoría de la modernización ha tenido una eoorme influencia eo la investigación social (Parsons, 1966; W. Moore, 1977, 1979; Bauer, 1981; Berger, 1986; Fuebaugh y Beck, 1994). Este modelo de desanollo, además, ha orientado la polftica ex· tcrior de Estados Unidos y de "ottos países occideot.ales durante décadas. Los defensores de esta teoría ~eiialan el rápido cre..--imieotO económico de

los llamados eti Eit.S asJálicos» como prueba de la valldu de sus premisas. Coo la l\'Uda de las sociedades desarrolladas, Corea del Sur, Tai~án, Siogapur y la antigua colonia británica de Hong Kong hlD con.<eguido notables cow de desano~o económico. · Desde sus comienzos, sm embargo, la teoó.a. de la moder· aizaci~ fue aiocada eo los países socialistas y eo algunos sectores occideot.:lles, que la entendfao como lJn1 defensa poco dL<imulada del sistema c:apit.:llista. Según estOS criricos, era obvio gue la ttoría no era cometa: ~podía comprobar que en muchos países del mundo no ba habido tal proceso de modernización. De becbo, d=te·la ~da de los ochenta, la C31icWI de vida de los países del A!rica subslbariana se deterioró eo lupr de mejorar. Une segunda crítica a la teoría de la modernización tiene que ver con el papel que ésta aaibuye a los países ricos en el proceso de desmollo económico mandial La teorla defiende que b mera existencia de país~ warrollados dispuestos 1 prestar distintos tipos de ayuda !tace que las posibilid!de.! que tiene llll3 sociedad de desmollarse~ nómic:unente se:n hoy may~s de lo que bao sido nunca. Los críticos a la teoóa del c!tsmollo argumcnWI, por el cootrario, que los países ricos, anres que ayuda¡.a resolver el problem1 de la pobreza, Jo que hacen es ~produci:rla. Y lo bateo gnciu a. su posición dominanrt eo la escena mundial, de modo que no -es n.zonab!e, sigue la critica, e.speru que los países pobres se desmallen desde la posicil1n li~1je~~ubordimción de la que par.tn.

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Mujer y modernización. El mundo rural de Bang_ladesh

Ew2luad6n rnrica

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Los programas dt ayuda al duarrollo: L.ü inveniones de capital oroce4em~ de los oaíses ricos ~yudan a los países Pobres a al· canzar el esiádio de wpegue económico. A lllVés de los prognrD!S de ayuda al des!!rollo, los países de rentt meáia y baja in!IOducen la tecnologíz agricola e industrial que 1~ permite aumentar su capacidad prOductiv~


Eslratlfieación global

ha coot.;buido a degradar el medio ambiecte de todo el planeta. Ademú, no es legítimo esper:u que todas las culturas actpt:n o se a&pten sin m3yores inconvenientes a valom como 13 competitividad o~ valores materialistas o consumistas. Por 1\ltimo, se la crüicado b teoría de la modernización porque, se mantiene, tiende a culpar alas sociedades pobres de su siruación. Como ya VÍ!DOS en e¡ Capí!Ulo 10, no parece que «culpar a las vfctim~» sea una f = seoSilla de explicar el problema de la pobreza. Por esta razón, muchos de los que han criticado la teoría de la modemiZlción creen que para explic:~r la desigualdad en el mundo se deberla prestar wHa o más atención a los países ricos que a los países pobres (Wiarda, 1987). De tcdes esw coosidenciones surgió unn seguodn teoría que inteoraba e:~plicar la ~esigualdad en¡re los paises. Esta es la teorla de la dependencia. La teorfa de la dependencia

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La teorla de la dependencia sosrilllt que lo d!siguoldad en el 171UJ1Jio st dtbt o pauras hi.rróricas dt uploroción dt los poíus pobm por los palsts rico.s. La teorla de la dependencia ofrece una explicación de la desigualdad entre paises diametnlmente opuesta a la de la teoría de la modernización en ln medidn en la que considera a los paises des:l!Iollados como responsables principal~ de la pobreu de otrOS países. En concreto, según esta teoría. los países de renta alta han cooaibuido al empobrecimiento de los oaíses de renta baja 31 hacerlos económicamente dtptfldil!lru. Esu dependeocia es la consecuencia de un proceso que en realidad comenzó hace siglos. Una perspecUva histórica Antes de que ruviera lugar la Revolución lndusaial, la riqueza {o excedente productivo) del phmeta era más limitada de lo que es hoy. Sobre es-.o e:tiste1111 cierto consenso. 1.3 teoría de la dependencia sostiene, no obstante, que la siruación ecooómica de algunos países fue mejor en el pasado que en el presente. Un conocido defensor de est:a perspectivz; .~dré Gunder Fr.mk 0975), argumenta oue el desarrollo eeonómico de los plises ricos se áeriva de los mismos lazos coloniales que tmpobrecitron a los paises que hoy consideramos subdesarrollados. La teoría de la dependencia se coaslillye 3 p:!Ciir de esa pre:nisa: 1.! posición económica de los psises desmollados sólo puede entenderse en función de la posición subordinada de los paises pobres. No se puede decir, por tan10, que los países pobres estén cretrastdos» con respecto a los ricos. De lo oue se~ por el contrario, es de averiguar en qué -medid~ la. prosperidad de los primeros se consiguió a cos13 de los segundos. Según la ttorla de la dependencia, \!1105. pocos paises·se·enriqueeiuon:~~orqut-otros se empo-

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brecieron. La posiciÓil relativa de unos YOtrOs es el resultado áe uns.s pauw de comercio intemeciooal que se origin&on hace quinientos años.

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Jmmanuel Wallerstein (1974, 1979, 1983, 1984) explica la desi2Ualdad entre !as naciones en términos históricos y

según '"el esquema o modelo conceprual de «economía capitalista a escala mundiW. 1• Este modelo sugiere que ) AJ:t:u cm~ te !:u& t=t•rr-,!;:nz· ~ 1u ~d.: \\rallt."1= o:!:>~c::>eléawov.:.'i.. n.."ajosá Fncl:(lPIO, 1981), Dolac:oilly

P.1pa (1911) y-li<IJUt:>fl91JJ. - --· - · •

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rio que las economías del centro. del sistema., más diversificadas, la economía de los países pobres depende de la produccióo o explotación de unas pocas materias primes. En Lariñoamérica esw materis.s primas, cruciales para la economía local, son el café y ti frutll; en Nigeria el petróleo; en Ma!aisia el aceite de palma, etc. Esu falta de diversificsción de 125 econoaiías pobres se debe en gran medida al impacto de las multinacionales que comprc.o estas materias primas a bajos precios y las transportan a los países del centro donde se procesan indusaialmente basta convertirlas en bienes de cuya venta obtienen un sustancioso beneficio. Para impedir que .las sociedades pobres diver: sifiquen su ....educción, las multinacionales emplean distintaS es;.;tevias. Entre las mÁS babiruales es~ la ,.. compra=ivadetimu,cooloqueademásseobliga al camp-..sinado local 1 con,•ertirse en mano de obra ,___ · <=""'-En definitiva, los países d~arrollados impiden de forma efectiva. que los países pobres desarrollen sus propias industrias.

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El esquema de Wallerstein

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al co!oniilismo formal, las grandes multinacionales con bese en Jos paises ricos si~en e:wayendo beneficios en • 1 otras panes del mundo. Los paises de renta baja forman la ptriftrÚJ del sistema ecooómico mundiaL Inici!!roente fue el colcnialismo el que incorpcró a este grupo de p~s al sistema eeonómico mundial, pero en nuestros dfas los países pobres siguen sosteniendo la economía de los paises ricos ·cediéndoles el !cceso a materies primas, a una mano de obra barata y a un mercaóo en el que dar salida a su producción indusaial. Según este esquema, e:úste además una tercera categoría de paises que forman la stmip~riferia de la economía mundial En esta semiperiferia esún, por ejemplo, Porrugal o Corea del Sur, que, al contnrio que·lcs países de la periferia, mantienen unas relaciones más estreehas con el centro del sistemL De acuerdo con Wallerstein, este sisteml eeonómico mundial beneficia a las sociedades ricas (donde se concentran los beneñcios) y perjudica al resto del mundo, reproduciendo la pobreu y les desigualdades. La economía mundial impone a los paises póbres del mundo una relación de dependencia con respecto a los pafses ricos que conservan una posición dominante. Esta dependencia se fundamenta en tres pilsres:

La Importancia del colonialismo Desde finales del siglo XV los europeos comenzaron a explorar los otros continentes del plane13. Con la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanes se inicia lo_que la bisroria oficial europea ha descrito como el «descubrimiento del Nuevo Mundo•, cuando quiús lo corr-..cto bubim sido descnoirlo como 1! conquista sistemática de una de sus panes por otra (Sale, 1990; Gran, 1991). La colonización coollevó el traSvase de una enorme cantidad de riquezas a las o6ciones de Europa: Esp:ula y Porrugal fueron las primeras potencills coloniales desde comienzos del siglo XVI basta mediados del siglo XIX, momento en el que Francia, y sobre todo Gran Bretaña, tomaron el relevo. Después de la I Guerra Mundial, la presencia colonial de estos dos paises abarcaba. casi la totalidad de África, Oriente Próximo, India y todo el .suáeste asiático, excepto Tailandia. Este periodo coincidió wnb:éo con In expansión co!oiiW de Estados Unidos: .AJasb, las islas Hawaii, Haiú, Puerto Rico, Cuba, Filipinas y Guaro. El colonialismo, sin embargo, oo fue la única forma que los europeos emple3r00 pm explol3r otraS partes del mundo. Entre 1500 y 1850 se desarrolló un brutal comercio de esclavos que supuso el trasla~o- ~~~~o, y =~ c.~!­ diciones abominables, de millones de africanos a OtrOS continentes, pero especialmente a ,.li,Jnérica.. Cuando la esclavitud comenzó a. ser considerada éticamente reprobable, los europeos se hicieron con el control del mismo cootinente africano. Como se muestra en el Mapa 11.2, los europeos dominaron In pclctic:! totalidad del continente (excepto Etiopía) hasta los años sesenta del siglo >C<. En los 31ios setenta del siglo :a, el dominio colonial direao babfa desaparecido casi totalmente. Sin embargo, la teorlt de la dependencia sostiene que la h'beración poUtica no se ha traducido en una nuiODO!IlÍa !con6mica. Dicho de otro moáo: las relaciones económicas de los países pobres con Jos países ricos siguen reproduciendo la lógica de la explotación colonial. Este neocolonialismo resoonde :!. las necesid!des de una economía capitalista a. escáta mundiaL

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la productividad de todos los países-del mundo depeode del funciollllmienro de una red económica que -se extiende al Conjunto del planeta. Los orígenes de eSte sistema global se remont:lll a unos ouinientos años, cuando los que hoy son los países ricos comenuroa a tomar conciencia de los recursó'te:Wtentes en el resto áel mundo. Pu esto que la economía a escala mundi3l se originó en los países de renta al.!a, su carácter es fuollameotalmente ~italiSla. . De acuerdo con Willerstein. los paises desarrolhdos del planeta for.nii!ÍaO el ctnrro de me sistema eeonómi~ co mundial El coloni3lL<mD contrfouyá a enriquecer este centro al favorecer el tnSvase de materies primas de todes pmes del mundo a Europa Occidental. Para WaRllemein fue este trasvase de riqueza el que permitió lt evolución Indusaial. Según.Wallerstein, este-traSvase conriolla en la acrualidad porque, aunque se ba puesto ofin

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2. La jalro dt capacrdod industrial. .AJ carecer de una base industf.al, les sociedades pol:y'es se enfrentan a una doble dependencia.. No sólo neéesitan"de los páfses ricos pua que les compteo las tlllleiias primas que producen, sino que tambi!n s: veo obllgadas a recurrir a ellos para adquirir bienes maoufacrurados.

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judicedas por ello. Por el contrario, a medida que los países ricos exoonan esa nueva tecnologfa, Jos países sub- · desarrollados ac:tban también beneficiándose. Por contra, desde la teoría de la dependencia se insiste en l! producción o re~roducción de la pobreza. Según los teóricos de la dependencia, los paises desarrollados se han apropiado injustamente de la riquezas del mundo en su propio beneficio. Dicho de oao modo, el desarrollo de algunas zonas del planeta esd. directamente relacionado con la pobreza y el subdesarroUo de las demás. Los defensores de la teoña de la dependencia no piensan que lns ayudns pua controlar el crecimiento demográfico o para aumentar la capacidad agrlcola o industrial de los países subdesarrollados sirvan de mucho. Desde su punto de vista, este tipo de ayudas, y programas benefician sobre todo a los países ricos, pues en la mayor parte áe los casos se obliga a los países pobres a emplear una 3. Lo deuda externa. Dadas estas pauw de comercio recnología que sólo aqua!os producen y venden. Sólo las desigual, no es de extrañar oue la deuda externa de los elites dominantes de los países pobres, responsables de paises pobres haya aumenrando en las ültizÍias d~cacrear un clima favorable a los intereses de las grandes das. A comienzos de la d&ada de los noventa el con- multinacionales, pueden obtener algún beneficio de estos )~to de dicha deuda -sobrepasaba el billón de dólares programas (Lappé, Collins y Kinley, 1981). (Banco Mundial 1993). La mayor parte de los países Según Francas Moore Lappé y Joseph Collins (1986), pobres tiene enormes óiñcultades para hac..-r frente a la culrura c:~pitalista nos hace creer que la pobreza es de la deuda, que eonsume los escasos excedentes que algún modo inevitable. En concreto, dicen estos autores, pueden proilucir (Walton '! 1990). resulta habiru:ü presentar la pobreu como el resultado de Para climplir con sus obligacio!les financieras, los tener una familia numerosa, de las catistrofes narurales o d d 1 dd países pobres transfieren a los países industrializados • aliededor Ú cincuen'ta mil millones de dólareS cada de unns seqwas muy pro1ongn as, cuan as ver· a· e~ · · · causas de la pobrell son bien distintas. Según los cálcuaño 1Pro2lima de Desarrollo de la.5 Naciones Unidas, · 1os de estos autores, en e1muodo se produce sufi Cien te 199 3). Ei resultado final es un empobrecimiento y una grano . para que todos los hombres, mujeres y niños del depend~ncia económica aún mayores. Para la teoña plmeta COllSUmllll 3.600 calorías al día, es decir, lo basde la" dependencia,' la deuda externa juega un papel tante para que todo el mundo esté gordo. En realidad, crucial al cerrar el círculo vicioso que hace a los paí- muchas de las sociedades que aquí hemos considerado ses pobres aún más pobres y a los paises ricos toda•ia · • pobres prod uceo 1o sufiClente para alimentar a 1oda su más ricos. TralaDdo de buscar una salida a este cutupoblación. El problema, por tanto, no está en lo que se lo vicioso, al&unos países pobres hao optado por dejar produce stno · en cómo se wotn "'· 'buye. La d'lStn'buCl'ón des¡· "' '" 'f de pagar. Hace ya algo más de una década, Cub~, por gua! de la riqueza ere:~ siruaciones paradójicas como la 1 ejempiQ, decidió dejar de pagar su deuda de más de siguiente: mientras miilones de personas sufren de mal.¡ siete mil millones de dólares. Puesto que la inrerrup- nutrición en la India, el país es un aportador neto de terción del pago de la deuda externa puede amenaz.ar el nera, trigo !f arroz. Esta y otraS contradicciones surgen, de crecimiento económico de los países desarrollados, acuerdo con Lappé y Collins, porque la producción aliEstados Unidos y otros países se han op\!esro feroz• · • de ben fi · mente a estas acciones unilateral . es, o.oniendo en mar- mentaria esú orienmda a 1a ootenCJon e ctos y no a la satisfacción de las necesidades básicas de la poblacha programas para la refinacciación de las deudas de d ¡ aí b van' os pw·•s · ción. En concreto, las elites e os p ses po res cooeeran · · con las multinacionales de los países ricos para producir cosechns de cuya exponación obtienen un beneficio parE/ papel.de los países desarrollados ticular. En Latinoam6rica, por ejemplo, el principal cultiEste es probablemente el aspecto en el que las diferencias vo es el café, pero no los frijoles o el maíz, que constiru, e®e las ~as de la modernización y de la dependencia yen la alimentación básica de la población local. Es .• ·-- _ _s~n may~..s. Desde la teoría de la modernización se frecuente que sel!ll los propios gobiernos de estos países .:~ insiSte en la producción de riqueza: cumdo gracias a las · Jos que fomenten los cultivos orient3dos a la ~xportación .~1 inn.o.v~~i.ont;ll~J!~Cas se genera riqueza. en las socie- . _ para obtener así las divisas necesarias con las que pagar la ~ dades desa.-rolladas, las sociedades pobres ¡;¡o se ven per- eóorme deuda extema. Sin duda el problema es complejo, .:!!: Eilite un ejemplo clásico de esta doble dependencia. En la India del periodo colonial, el poder británico fomentaba el cultivo local de algodón. Dicho algodón se transportaba desputs a las fábricas de BirmiLlgham y Macchester, en Inglaterra, donde se producía todo tipo de productos textiles que, de \'Uelu a 1~ Indi:i, se vendían a precios muy ventajosos. Siguiendo esta linea, los teóricos de la dependencia no son 1!0 optimisw en cumto a las posibilidades del desarrollo rural. Pi!!a tratar de mejorar su c3pacidad productiva, los países de la periferia se ven obligados a compru a Jos del centro fertilizantes, pesticidas y maquinma. de modo que puede ocurrir que sean los países ricos los que más se beneficien, en ültima ins!:!llcia. de la introducción de nuevas tecnologías en la producción agrícola de Jos países pobres.

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sociología que ha esrudiado basta qué punto la culrura determina el comportamiento humano. Los condiciooamientos culrurales varían enormemente en distinw parres del mundo, y para algunas sociedades es más fácil que p11Ia otrns adaptarse al cambio. El fundamentalismo islámico iraní, por ejemplo, ha fomentado la ruprura de lazos económicos con Jos países occidentales. Si como consecuencia de esto 1-án atraviesa diiicultades económicas, no se puede culpar a las sociedades capiralisw por ello. En la misma línea. tampoco se puede responsabilWr a Jos paises occidentales del comportamiento corrupto de algunos líderes de los paises subdesarrollados. Marcos en Filipinas, Duvalier en Haití o Mobuto en el antiguo Zaire, son sólo algunos ejemplos. de hasta qué punto algunos regfmenes pe=ali.stas contribuyen a deteriorar aún mis las condiciones de vida de sus respectivas poblaciones. H~ habido casos en los que en momentoS de crisis Jos gobiernos hao llegado a retener provisiones.y ayudas procedeDtes del extranjero por razones políticas domtsticas cómo ocurrió en Etiopía, Sudán o Somalia. En otros casos, la falta de cooperación de los gobiernos loc:ües ha. contribuido al fracaso de programas de control demográfico. En cuarto Jugar, se ha criticado a la teoría de la dependenci~ por ignorar delibera~amente la dependencia económica creada por la antigua Unipn SovittiC!. ~uts de la n Guerra Mundial, los países de la Europa del Este pasaron a depender económica y polí¡iCl;IDente de esta superpotencia. Para muchos, 11!$ revolucio~s que tuvieron Jugar en estB.parre del mundo entre 1989 y1991 fueron ante todo un levacwniemo contra lo que, de hecho, era un extenso sistema colonial soviético. Por último, tambitn se critica a la teoña de la 'dependencia porque, frente al problema de la pobreza y la desigualdad globl!.!, ofrece prescripciones muy vagas. 1.3 recomendación más habitual es que los 'países subdesarrollados reconen sus relaciones económicas COl! Tos países ricos. Otras veces se reeomienda la nacionalización de las empresas ex.tranjeras. La implicación última qe la teoría de la deptndéocia es que p~ teoninar con la pobreza en el miL'Ido es necesario ac:~bar con el sistema capitalista intemacionál. Los que critican la teoría de la dependencia piensan que esto equivale a proponer un sistema socialista internacional. En vista del fracaso de los sistemas socialisw en los países del este de ·Eunipa, sigue el argumento, difícib:Íiente se puede'espéiar que un sistema socialista internacional vaya a conducir al mundo a una mayor prosperi~d.

Según la teoría de la dependencia, Jás zonas pobres del planeta no podrán desarrollarse económicamente mientras se mantengan las reglas .del juego que impone.n los países ricos. La solución a la pobreza en el muñdo no está tanto en el cambio de las sociedades Pobres, como afinná la teoría de la modernización, como en el cambio en el sistema ec9nómico jnternaciona.l. Los críticos de la teoría de la dependencia creen que esta línea de análisis es errónea por las siguie!)tes raz9nes. Se argumenta, en primer lugar, que es falso que la riqueza de los pAÍSeS de renta alia se derive de una apropiaci5ü ilegitima de los recursos de los países pobres. La di.!tribudón de la riqueza en el mundo no es un juego de suma wo, según el cual el excedente que se genera en un área del planeta equivale a unas pérdidas en otra. No hay t2! juego de suma cero: la capacidad productiva dcl q¡undo se ha multiplicado por cinco desde 1950, g;raci~ en gran parte a los avances tecnológicos. En segundo lugar, si la teom de la depe!Jdencia esruviera en lo cierto, enronces los p:úses más pobres ~crían precisamente aquellos que mmtienen o han mantenido vínculos más estrechos con los pafses desarrollados. La evidencia muestra que esto no es así en muchas ocasiones: algunos de los países más pobres de la tierra, como Etiopía, por ejemplo, han tenido una relación con el mundo desarrollado relativameme débil. (A priilcipios de siglo Etiopía era el único territorio :yricano no colonizado por los europ:os). Por el-contrario, entre los países que más han crecido económicamente en las ültimas dtcadas ñguran muchas de las antiguas colonias europeas. Singapur y Hong Kong son los ejemplos- paradigmáticos en esre sentido. Japón, un país que no tuvo que sufrir un dominio colonie.l pero que se abdó al cou•e¡wo con Occidente, está hoy entre los países más ricos de).mundo. No !:Uta además evidencia que indica que las inversiones de capital procedente de los países ricos favorecen el crecimiento económico, .~ y como predice la teoña de la modernizació11 (Voge1;1991; Flrebaugb. 1992). . En tercer lugar, se ba criticado la teoría de i!' dependencia por ser excesivamente simplista, pues en última instmcia considera que la desigualdad en el mundo se debe a un único factor: el impactO del.si.srema capitalista a escala mundial (Worsley, 1990). Al prestar atención única y exclusivamente a procesos que tienen lugar fuera La qesigualdad global: p~rspectlvas de las sociedades subdesarrolladas, la teoria de la depende futuro denc~ tiende a consideralas ~ictimas pasivas, ig¡Íorando aspectos cruciales que tienen Jugar den"?- de esas-socied~des y que contribuyen a: explicar sus dificultades ecoUno de los desarrollos más importalltes de ·las ültimas nómicas. Existe una tradi.cion· muy consolidada U!· la dtcadas es la creciente globaliución de Ji economía:

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Estratificación global

Pm los países industri:ilizados, esta globaliución ha implicado que gran pene de ~ producción industrial que antes tenfa lugar dentro de estos peíses, se ha trasladl!do a ouos donde la romo de obra es mis barata. Aconsecuencia de esto, los salarios del secwr industrial han disminuido. En 1íltia¡a instancia, por tanto, el resultado de la globiliz.aci~n en los países desarro~~os ha sido UD! mayor desigualdad y polarización social. No obswue, c:Omo se ha traudo de dcmOSII'ar en es1e capfrulo, la desigualdad ·y la polarización social son mucho más pronunciadas si se considera d conjunto del planeta. Los procesos paralelos de concentr.lción de riqueza en los países que aquí bemos llnmado de renu alu, y b creciente pobreza de los países que hemos llamado de renta baja, representan las dos caras de r.. moneda de lo qce será quiií uno de los mayores dilenw del siglo ;oa. Para algunos, son los paises desarrollados Jos que dcben solucionar es1e problema. pero psr:t otros, como hemos visto, son estos países !:1 csusa principal del problema. Enfrentados a esw dos formas diametralmente opuesw de entender la desigualdsd en el mundo, parece lógico pregunwse cuál de ellas es «corrccUIJt. Como ocwre con on-os muchos debe.u:s sociológicos, las dos tienen sus méritos y limitllciooes. En la Tabla 11.2 se resumen los principales IDJUIIIentos aportados por c;,.da uno de estos enfoques. · Para tratar de resolver este deba1e necesiwnos hacer uso de la-evidencia empíríca. El rápido crecimienro económico de algunos pmes del Pacifico, uf como de Chile

b~ la ltoria de la modernización. es decir, la idea de que dicho crecimienw sólo er: oosible en una ecooomía sin intervención esuta! y sujetiúnicamente a las fuerus del mcr¡;ado. Por otrO lado, Jos recienu:s i!l:Ontecimientos que hm tenido lugar en la Unión Soviética y en los países de Europa del Este indican que es necesario revisar los fund!memos en Jos que se apoyaban los regímenes socilllisw de estos paises. Puesto que, tradicionalmenit, la teoría de la dependencia ha apoyado un:t vía socialista para el desarrollo económico de los paises pobres, el colapso de los sistenw socialistas exige una revisión de esta teoría. En cualquier caso, y aunque el fururo sea inciene1, podemos extraer 3.!gunas conclusiones sobre la es!l'atifi· cación global a panir de lo que hemos visto en esie c:~p(­ rulo. Sabemos por un lado, gncies a la teoría de la modernización, que la pobreza es, en parte, un problema Il cnológico. En muchos paises del mando, la mejora de

y otros paises latinoamericanos, parece conñmur las tesis de la teoría de la modemiución. No obswue, la si!Ulldón económ:ca de otros muchos países, especialmena: en Africa. está totalmente es1ancada. Los paises del pti..mer grupo, es decir, los que esWI experimenr:10do UD rápido desarrollo económico, tienen dos carac1erístice..s en común. En pr'.mer lugar, son relativamente pequeños. Si uniéramos Jap6!1, Corea del Sur, Tliwán, Hong Kong y Singapur, su rerriwrio y población conjunl.á apenas representa 11114 quinta parte del territorio y la población de la India. L!s economías de los paises pequeños son mis manejable..s, y en consecuencia, la administrución de los programas de :tyuda al desmullo resulta mis ficil y eficienlt. En segundo Juge.r, esws paf· ses compart::¡ cienos r:ugos culrorales, especilllmente una tradición que concede un gran valor al logro ,iodivi· dual y al éxito-económico. Esta segunda cmciUÍstica es imporunte porque hay otros países pequeiios donde, sin embargo, el contexto cultur.!l parece haber inhibido el cambio. La conclusión es que la evidencia e;tiSt~ote cootradice tanro algunos arxumemos de la teoría de la deperidencia como otrOs de la teoría de la modeminción. Por ello, los teóricos de una y oua perspectiva están revis110do sus prescripciones o recome.odxiones para el desarrollo. Por un lado, e:tisre en la acrunlidad un cieno consenso sobre la necesidad de una cierta intervención gubenwnental si se quiere fomenw el crecimiento económico,lo que con~dice al liberalismo onodo:to en el que se fundmlenta:

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la calidad d~ vida de la población local depende, en definitiva, de que se incremente su capacidad producave., tanlo agricola cotQOindustrial. Una sejuoda conclusión que se deriva de la teoña de la dependencia es que la estratificación global es, en parte, una cuwión polfrica. Aunque s~ consigan was de productividad más al tu, la humlnidaj debe enfrenwse t aspectos cruci!les sobre cómo se disaibuyen Jos recursos del planeta. tanto deo!l'o de cada una de sus sociedades, como en su conjunto. Por fin. y para 1trminar, no hay que olvidar que aunque el desarrollo económico puede mejorar In calidad de vida, a menudo condl.oce a uo deterioro aún mayor del medio ambieme. Imaginemos por un instante que los mil millones de habl13.0tu de la India se epriquecierap súbitamente y comenzaran a utilizar el auwmóvil en su$ des· plazamientos. El equilibrio medioambiental del conjunto del mundo se vería seriamente afec1ado. ·

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1. El nivel de desigua!dad social a escala mundial o capacidad tecnológica. Para teoría, el intemacionll es mayor que la desigualdad que se impedimento a la modemizecján Jo !CJ!fes.e?ta la observa dentro de las sociedades desarrolla~. Sólo persistencia de las culruras tradicionale..s, que_impiell5 por cien1o de la población mundial vive en pafden el cambio social. ses indus¡,;n!.izados (o de renm alta), pero mzs per6. Rostow, uno de los principales repiesenwues-de.Ja sonas cootrelan el 55 por ciento deltollll de 13 riqueteoría de la mc¡dernizaci6n,. ha identificado cuatro Zl del plane~a. Un tercio de la población mundiill esr::dios de desarrüllu ecooómico: ei !!'adicional, el ~ive en pafses de renu media y contrnlan un 37 por de despegue, el de la madurez tecnológica y el del ciemo del total de la riquen La población rest~me, consumo de masas. es decir, más de la miud del tollll de la población, 7. Partiendo óe la idea de que la evolución histórica de que vive en paises de renta baje., sólo dispone de un las sociedades avanzadas presenta las claves del S por ciento de la riq~eza munqial. dese.rrollo '1 la modemización, los teÓricos de la 2. La pobreza relativa e:tiste en todas las sociedades, modernización piensan que e..stu sociedades pueden pero sólo en los países de re01a baja un porcentaje . con!l'l'buir de tres iorm3.S diferentes al desarrollo de significativo o elevado de la pobl:1ción vive en con.las sociedl!des pobres: a travEs de progrune..s de ayudiciones de pobreza _3bsoluu.. Se calcula que unos da para el conuol demográfico, a través de la expor800 millones de personas en el mundo esún al borde taciól) de tecnología agrícola e industrial y, por últi· de le. muerte. Ünos 15 millones de persoozs, la mo, a través de la inversión de capitales y de ayudas mayor parte niiios, mueren de hambre cada mo. económicas al dessrroUo. 3. Aunque prácticamente en todo el mundo las mujeres S. Para algunos investigadores la ~toria de la modernitienen una 1ll!.yor probabilidad de vivir·en condicioución es emocéooica, pues asume ljUC sólo e:tiste nes de pobreza que los hombres, en las sociedades . uoa vía al desarrollo, oue es la oue sieuieron hece agnrias la siruación de la mujer con respecto al siglos los países de Europa Occi~tal.. hombre es alln más desigual 9. u u:oria de la dependencia sostiene que la desigual 4. La pobreza de muclw de lzs sociedades del mundo distribución de la riqueza en el mundo es el resulta· puede s:r ~ resulwio de fac:ores t:!l1 distintos =sí do del funcion:uniemo de un sistema capitalista como son el desarrollo tecnológico, las pauw demoi.ntemacional. gráfica.s,la culrura, la estratificzción-social iotema ola 10. u dependencia económica de los países pobres se posición económica en el sisu:ma intemaeio021. inició en la e11pa colonial. Aunque en la actualidad 5. La teoría de la modemiución sostiene que el desala mayor pa.-te de los paises pobres es independienrrollo económi.co de una sociedad depende de su te, la teoria de la dependencia cree que persiste una

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forma de explotación (o neocolonialismo), a manos de las gnndes multinacionales. 11. Immanuel Wallerstein es uno de los principales representantes de la teoría de la dependencia. Desde su punto de \i!ta, los países de renta alta fonnan el «cenlro~ privilegiado del sistema capi~sta internacional; los países de renm media la «semiperiferia.o, y los de renta baj;3., la «periferia» de dicho sist~ma. 12. Existen !res factores fundamentales que conaibuyen a p!rpetuar la dependencia económica de los paises pobres: la orienmción de sus economiAs a la exponación, la ca.-encia de una infraestructun indusai~ y b deuda externa. 13. Los críticos de la teoría de la d~pendencia creen que este enfoque no puede t.'{p!icar el ejemplo de muchos países que han sido capaces de desarrollarse

colonialismo, el proceso que petmitió el enriquecimiento · de una minoría de países por medi~del con1rol económico y político de otrOs países. multinacionales, gnndes empresas con presencia en varios países. neocolonialismo, nueva paum de relaciones internacionales que ha sustituido el contrOl político directo por le explotación e::onómicn a manos de lls grandes multinacionales. producto interior bruto (Pm), conjunto de bienes y servicios producidos por la economía de un país en un año det=nninado.

l. ¿Cree que los anuncios de café d~ Colombia o de

vacaciones en.E!ipto, por poner dÓS ejemplos, ~ portio= una imtge:~ verídica de la vida cotidiana en estos países? ¿Cru que en Europa ha habido una toma de conciencia de la magrutud y severidad de la pobren en :1 mundo? 2. .Explique la diferencia erure pobren relativa y pobreza absoluta. ¿De qu~ modo la distincióq entre estos dos · conC!ptos es relevante pan el estudio de la estratificación social en Europa y en el conjunto ciel plzneta?

económicamente, como es el caso de Japón o de los llamados «tigres asiáticos». Estos críticos subrayan que la riqueza global del planeta se ha quintuplicado desde media<ks del siglo xx. Además, creen que contra lo que predice la teoría de la dependencia, las sociedades mis pobres del planeta no son aquellas más vinculedas económicamente a los países ricos. 14. Tanto la teoría de la modernización como la de la dependencia aporran elementos útiles para el análisis de la desigualdad en el mundo. También, ambas teorías cuentan con al¡uoa evidencia empfriC3 a su f!vor. Por esta razón, el debate entre estos dos enfoques va a continuar en el futuro. En cualquier caso, y a pesar de sus diferencias, estas dos ttorías coinciden en la urgente necesidad de abordar el problema de la pobreu en el mundo.

producto nacional bruto (Pl'o'B), conjunto de bienes y servicios producidos por la economía de un país en un aiio determinado, incluyendo la renta generada por los naciooales del país en el extranjero. teoría de la dependencia, teoría que sostiene que la desi¡ualdad en el mundo se debe a pautas históricas de explotación de los países pobres por parte de los ricos. teoría de la moderohación, modelo de desarrollo económico y social que explica la desi~ distribución de la riqueza en el mundo en función de los distintos niveles de desarrollo tecnológico que han alcanzado las sociedades.

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3. ¿Por qu~ hay mucbos :.~s que que el de.SI!rrollo ecvnómico de los países de renta baja pasa por mejoro- le posición social de la mujer? d. Explique cuáles son los principales argumentos de la teoríz de la modernización y de la teoría de la dependencia. ¿Cuáles son lzs criticas que se hacen a cada uno de estos eoioques? 5. ¿Cómo se relacionan la edad, el género y la etnia con la dismoución de la pobreza en el mundo?

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Lecturas introductorias

Enrique Amw, Lo pobreza en ti m1mdo (Madrid: AguiJar, 1996). José Ramón Lasu~n. Miseria: El conflicto pmtntt enm las naciontS (Madrid: Aliwa Editorial 1996). Dos introducciones al problema de la desigunldad en1re distinw partes del mundo. Fuentes clásicas

Walt W. Rostow, Los trapas dtl crtdmitTJIO tconómico. Un mo.nifitsto no comunisca. (Madrid: Centro de Publicaciones, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1993). t:on una fuerte influencia de los clásicos de la soc:ología (incluyendo a Emile Durkheim y a Max Weber), ésta es la primera e.'{pDsición sutemática de la te orla de la moderniucióo. . Frantz Fanoo, Los cor.JÚnDdos dt la cierra (Mwco: fondo de Cultura Económica, 1963). Con prólogo de Sar1re. Es un escrito de combate centrado en la lucha por la independencia de Argelia. Lecturas más avanzadas

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P;o=a de Desarrollo de las Naciones Unidas, El abis-

mo dt fa desigualdad: infor= sobrt IÚsarrol/o hUITID-

1992 (M!drid.: .M<l"imieruo Cultural Cristiano, 1993). Public:ción periódica de las Naciones Unidas, donde se ofrece una grao V2riedad de in!Ollltación sobre el desmono comparativo de los países del mundo. En Emuiio mundial sobrt t1 pa]Hl de la mujer tn ti dm· rrollo, 1989 (Nueva Yotk: Naciones Unidas, 1989), y Conferencia iTJiunacional Scbrt !a Población y tl Desarrollo (Madrid: PPC, 1995), dos informes de Naciones Unidas, se aoali.un en detalle algunas de las cuestiones que se han traWlo en este C3pÍrulo como la conexión en1re ~cuto demogríñco y desa!rollo, y el papel de la mujer en el despegue económico de un país. 1!0,

Peter L. Berger, La revolución capircilista. Cincuenra proposiciones sobre la prosperidad, la igualdad, y la libertad (Barcelona: Península, 1991). · Una defensa de la teoría de la modernización de manos ·de uno de sus mis conocidos representantes. Immanuel Wallerstein, El moderno sisrtma·mundia[ (Madrid: Siglo XXI, 1984) y El fururo dt-la dvilizad6n capitalista (Barcelona: Icária, 1997). Dos de los textos mú representativos de este autor al que hemos citado repetidamente en las páginas anteriores. En el primero el autor expone de forma sistemática su visión del funcionamiento del capitalismo inte¡-¡¡acional. El segu.1do, más reciente, es una refle· xión sobre los cambios en el antiguo bloque socialista.

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Otras fuentes

• htrp:/www.worldbml.:.org/ Página del Banco Mundial, con información sobre países, noticias, y publicaciones. Ofrece acceso a su banco de wos. • htrp://www.un.org . Página de las Na.ciones Unidas. Hay iqformación sobre los principales problemas que aiect.an al conjunto del planel.\ (paz y seguridad internacional, desarrollo económico y social, derecho iotemaciooal, dere· cbos humanos, etc.), así coli!ll de conferencias y otros eventos, noücias de todo el mundo, publicaciones, y bases de daios. Se puede le:r en espciiol • htrp://www.odci.gov/ Es la di:recc:ión eleclr6nica de la A2enc:U Ceolral de Inteligencia (CIA). Contiene inf~acióo sobre población, demografía, economía y política de todos los países del mundo. e htrp://www.acusd.edu/ethics Es una disección dedicada a cuestiones v debates ~ti­ ces como el abono, la orieutación ~ el bamln en el mundo, la pobreza, etc. Con bibliognfía recotneilda!b pan C3da uno de estos temas.

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Las Ulll!W del fuego centelle!D en la acogedora oscuridad cuando el jefe Kaobonk se sienta, como viene haciendo desóe hace muchos años cuando acaba el día, p~parado para comenzar un:1 velada de animada charla y narración de hi5torias (Simons, 1995). Este es el momento en el que los kaiapo, una pequeña sociedad de la selv:ltica región amazónica de Brasil, celebran sus tradiciones. Debido a que lns k.aiapo forman una sociedad tradicional sin lenguaje escrilo, los ancianos dediC3.11Ias wdes alrededor de la lumbre para enseñar su culrura e instruir a sus nietos. Antiguamente, las tardes como tsta se dedicabali a las binonas de los valientes guerreros l:.aiapo que luchaban contra los comerciantes porrugueses que iban en bu!ca de esclavos y oro; pero, con el paso del tiempo, ya sólo se ~úoen unos pocos habitantes para celebrar los rituales vespertinos. «B el Gr.l.D Bp!riDilt, dice uno de los hombres, que intenta explicar la escasa presencia. de sus vecmos. El «Gran Esp!riDilt, efectivamente, ha descendido para quedarse entre ellos; su ~sp!andor azulado sale de las ventanas y se extiende por todo el poblado. Los oiiíos y niñas kaiapo - y rambi~o muchos adultos- están 1•ieodo la televisión. Las consecuencias de la instalación de una antena parabólica en el poblado han sido mayores de lo que cualquiera irnagin3ba. Fmalmeore, lo que sus enemigos no consiguieron hacer a los kaiapo con las armas, puede que se estt consiguiendo con la programación televisiva. Los kaitpo son uno de los L"'.OOO nr.tivos que habitan lo que hoy es Brasil Son conocidos por lis irnpr:sionr.otes pinruru corporales que Jkvan y por las vestimenw ceremoniales que se ponen. tJltirnamente, se están enriqueciendo gracias a los beneficios que llegan al pobl!do provenientes de lzs minas de oro y de la explotación de la ca~ de la zona. Ptro, ahora tendrán que decidir si su ~ciente fortuna es una bendición o una maldición. Para elgunos, la riqueza ofrec~ la oporruni~ de tprender sobre el mundo exterior a través de los vi~jes y la televisión; para otros, como e! Jefe K.anhonk. el tenia no está tliD claro. Sentado alrededor del fuego, piensa en voz alta: «He dicho muchas veces c¡ue la gente debe comprar cosas útiles, como Cl!chillos o cañas de pescar. u televisión no llena el estómago: sólo enseña a nnestrns hijos y nietos les cosas de los blancos». Bebtnpup, el sacerdote m!s viejo, asiente conforme: cLa noche es el momento en el que los viejos ens~an e. los jóvenes. La televisión nos ha roWdo la noche• (Simons, 1995: 471).

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Cambio soci21: sociedades tradicionales, modernas y posmodemas as tranSformaciones que han experimentado los k.aiapo suscitan preguntas muy pro!uDdas sobre las causas del cambio y sobre si.-el eambio -aunque su en aras de un mejor nivel de vida material- es 'Siempre una mejora. Por ouo lado, el dnm;l de los kaiapo se reproduce en otras panes del mundo, a medid~ que un mayor número de sociedades uadiciooales son despoja· das de sus tradiciones por el materialismo y la abundancia de las soc:edades ricas. Este cnpfrulo examina el cambio social, entendiéndolo -como un proceso que tiene consecuencias positivas.y negativas. De particular intezis para los habitantes del mundo occidental es lo que· la sociología ha denominado la mcdtrnidod, los cambio$ inuoducidos por la revolución indusaial y la posmodenücúui, ias transformaciones más recientes que se han producido con la revolución de la información y la economía posindusuial, y que están afectando a Europa y al resto del mundo.

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~¿Qué es-el cambio social?. .

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Capfrulos anteriores han an:iliudo las sociedades hUilli· nas considerando WltO la estabilidad .como el cambio. Algunas de las pauw sociales que son "relativamente wdricas son el esr.arus y los roles sociales, la esuariñcacióo social y distintas instiruciones sociales. Algunas de las fuerzas dmámicas que han desurollado la conciencia, el comportamientO y las necesidades bu manas, van desde bs innovaciones tecnolótricas al crecimiento de la buroct:!Cia y la eltpansión ~las ciudades. Todas ellas son . dimeo.siones del cambio social, la rrans(grmacián d~ la cul¡¡cra v de las insrirucionts socialts a lo lorto del ritm· ~- El ~so del cambio social muesua ues elementos cancterlsticos:

l. El cambio social surtt m todos oams. aunout ti rir'M dtl cambio outda variar dt un lutar a orro. Hay un viejo refr.ln anglosajón que dice: «Nada es para siempre, excepto la muerte y los impuestOS». Sin embargo, incluso las p&utas sociales relacionadas con la muene bm cambiado radiC3.lmente, ya que la espe· ranza de vida en los países occidentales casi se ha doblado en los últimos siglos. Por su pme, los im· puestos no existieron dur.nte la mayor pane de la histOria de la humanidad, y sólo surgieron coo la org!lli· zación compleja de la sociedad, hace unos cuantos miles de ziios: En deñnitiva, todo parece apuntu hacia el hecho de que !10 hay nada que no est~ sujeto a los vaivenes del c!IIlbio. A pesar de todo, algunas sociedades cambian a · · - - - mayor velociaia que Otru. Como ya se ba explicado en el Capirulo 3 (.cS~eciad»). las sociedades m adoras y recolcaoras manifestaban una teudencia al cam-

bio bastante lenta. En el otro exuemo, los habitantes de las sociedades teCDológicamente complejas pueden ITegar a conocer cen:.bios importantes dunnte el tiempo de vida de una sola generación. Por ouo· lado, incluso en una misma socied&d, algunos elementos culrurales cambian de forma más rápida que ouos. La teoría del desajuste cultural de William Ogbum (1964, véase el Capfrulo 4) réconoce que la culruri m"aterlal (es decir, las cosas) normalmente cambia más deprisa que la cultura no mmrial (II!S ideas y las actirudes). Por ejemplo, las t6cnicas m6dicas que prolongan la vida se han desarrollado más deprisa que las formulaciones éticas sobre cuindo y cómo se deban emplear.

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2. El cambio socilll a vtgs u jnuncional, otro con frt· cucociq no es olanificado. Las sociedades industriales han promovido muchos tipos de cambio; por ejemplo, la ciencia busca formas más eficientes de energía, y los publicitarios intenten convencer a los consUJDidores de que su vida'no está completa si no utilizan un nuevo insuumento. Pero, a pesar de IOdo; los espeCia" · · listas ran ve¡ prevén todas las consecuencias de los cambios que promueven. Seguramente, los primeros productores de automóviles comprendieron que éstos petmititían a la poblacióo vi3jar en un solo día recorriendo distancias para las que antes era necesario emplear varias SCI!liDIS o meses; pero lo que nadie podía pre~er era en qué medí: d& la movilidad proporcionada por los automóviles iba a modificar las socied.ldes e~. disocrsando a los miembros de las familias, ~~o el ·medio &mbieme y molde:mdo las ciudades y los barrios. Además, los pioneros del automóvil no podían predecir que, sólo en el mundo occidental, se producirían unas 50.000 muertes al año por accidenteS de coche.

El cambio social se debe a múJtiP.les causas y factores; y en un mundo como el Jcrual, conectado por sofisticad::s te:nologfas de comunicación '! crwpone, el c!mbio en

un lugar normalmente produce cambio~ en otros lugares. Cultura y cambio

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Turquía. Normmoente, las cosa.s.materillles se difunden con mayor f!Cilidad que los aspectos culturales no mate: riales. Los k.aiapo, descritos al comienzo del capírulo, baÍ! adoptado rip d&mem~ la tdevi.sión p~ bJ:I sido reticen· tes a &eeptar el materialismo y el individualismo que, a veces, sí ha c->.Jaáo en aquellos que pasan horas viendo·la progt3llllCión comercial occidentaL A uavés de innumerables migraciones, el !lllllldo occidental hs cantbi&do continuamente como consecuencia de la difusión cultural. En d6cadas recientes, I&S poblllciones de África,:Uia y otras p:mes del mundo han inuoducido nuevas pautas en!rurales en los -países europeos, que son fácilmente identificables en el aspecto, los olores y los sonidos de sus ciudades. De·modo inverso, el poder mundial del mundo occideow ha asegurado que mucha de su culrura -desde el gusto por·las hamburguesas, al canto de Psvarotti- se haya difundido a otras -sociedades.

S Las causas del cambio social

3. El cambio social wttrq dtsae>.mdos. Como demuestra la histOria de los autOmóviles, la mayoóa de Jos CliDbios sociales tienen consecuencias oositivas v n~. Los czpitali.stas acogieron con enÑSiUmÓ la revolución industrizl porque el desarrollo tecnológico aumentaba la productividad y disparaba los bene· ficios. Sin embargo, muchos trabajadores, que temían que las máquinas hicieran que sus habilidades C!Uech· ran obsoletas, se resistieron frontalmente al «progres~. En el mundo occidental, el cambio en las pautas de inte;zcción enue las personas negras y las blancas, enue las mujeres y los hombres, y enae los homosexuales y Jos heterosexuales, dio luru z la incomoren· sión, la tensión y, a veces, la hostilidad. • 4. Alruaos cambios son md,r impohaa'tr que QJXOS. 0=s cambios sólo tienen una importancia pasajera, auentras que otrOs son uansformzciones que j>elll)a· ..neceo durante vui.as generaciones. En uno de los emtmos las modas en la vestimenta de 1os jóvenes

surgen y óesapaxeca:1 muy deprisa; en.el ouo, podemos ver cómo aún estl!lliOS adap!Íildonos a impor· tantes d,aanollos tecnológicos -como el de la tele· visión- !J!Wio stgio despu~s de que apareciera. Si mirunos h!cia el fururo, ¿quién es capaz de predecir con algün ¡ndo de cenidw¡:¡br~ ~uáles setin los C3m· bios que introducirán las compu<adons dllr.!Dte el próximo siglo? ¿Sed la revolución de la información tan irnponante como Jo ha sido la revolución industri!..l? .~ igual que el automóvil y la televisión, las computadoras han !raÍdo cons~uencias positivas y negativas, introduciendo nuevos tipos de traQajo' peto eliminando ouos viejos, petmitiendo la conexión .de las penonas en redes elecuónicns aue se exoanden constante· mente pero que también P<>nen en ~ligro el ámbito privado de los individuos.

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LÜul!lJ!a es un sistema din~f.Q.Jllle continuamente incortXln nuevos elementos y se deshace de otros. En el Capírulo 4 (cCulrusa.:>) se identificaron ~res fuentes Ímponantes de cambio culrur.!l. En primer Jugar,l~­ .ttf:roduce nuevos objetos, ide3..S v relaciones soéilll::s". Con a ;.,vestigación sobre Jos cohetes a propulsión, que comenzó en los alias c=n~ se han construido '!ehfculos de alta tecnología pan recomr el espacio. Hoy en día, consideramos este tecnología algo narusal ·y, e) 'próximo siglo, es posible que un buen nllmcro de'penonas"viajen por el espacio. Segundo, el dtscubrimiemo sucede cuan· do las oenow se dan cuenta por =era vez de qjerxos ete~mps del mundo o cuagdo ~prenden a yerjns de "D modo distinto. Por ejemplo, los avences mtdicos nos . ,ofrecen una mejor comprensión del cuerpo humano. Pero, más allá de los efectos directos que tienen sobre la salud h\lilli!D:., los descubrimientos mtáicos bao ampliado 1! esperanza de ~ida, y bao dado lugar al cenve,X:cl· mientO del mundo occiclentalJo (véase el Capirulo 14, (ifr;&v~ "?IDento '! tetcen ed!d.~ ). En tercer Jugar, la • produce cambios, a medida que el comercio. las ~;iones v lzs comunic&ciones de masa ba~ru.)llU!is· tintos elementos culrurales se extiendan ~ todo el mundo. Ralnh I.inton (1937) reconoció aue muchos elementos de ñucsua culrura, q\le pos resuh~ tan familief~J. han provenido de OtrOS lugares. Por ejemplo, Jy ~9P-~- se desmollaxon en Asia, y las monedas se inventaron en

Conflicto y cambio ,.---·~---.....- ___ .

la tensión y el conflicto en el seno de una sociedad iam~ bién provoca el cambio. Mm_ argumenra~?a- que ere el conflicto de clase el Que.ac~como motor del cambio social de un periodo histórico a oqo (véas~ei.Capirulo 3 ~s~~!!~" y ej G.P.I!J!Io 9 cEsuatificáción.social»). .El pensador ale!!!~. ..C9~~era~~-qu_e_~n 1~ _s2_cied.aªes industrial~p\tAli~tas. ~UJ..w....cn![U.gpjtaljms y qabjl.· jadnres conducirle 3 In

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lista de nroducción. En el. siglo.que ha pasado desde la muene ~e M.arx. este_l!!gdelQ .haJ~ulra~er.~go ~im­ plism. Sin embargo, s[ predijo que el conflicto socíal.producto de la.desiruald3d (entre las que se p~e incluir la raza, el género '!la sexualidad, además ~la clase social) fonaría cambios en todas las socied&des•. incluida la nuesua. Ideas y cambio Mu Weber también contribuyó a la comprensión del cambiQ social~ alillque rr.conoció la jmoortancia del contlicto basado en la oroduccióo material, buseó-las r.lices del cambio social en el mundo de las ideas. Weber ilusu6 ~eme mosuando cómo lts personas que tienen ~ (descrito en el Capfrulo 16 .Poder, estado y movimientos sociales. y en el Capirulo 18 «Religión») pueden transmitir mensaies que, algunas veces, cambjan~ el mundo. Weber Ialllbién subrayó )! importancia de las ideas al señalar cómo la visión del mundo de los primeros Pl2!,CS· tanteS les condujo ! desmoperel capitalismo industrial (véase el Capirulo 3 cSociedw). Ep ~ lrica pro.ce.sta.n· tt y.tlupfritu dtl capitalismo, ml!es:tra c~C! q~capi,!-!: lismo industrial se desmalló Ílllldamelllalálente en .las


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área.s de Europa occideot!l en las que la ttica protestante del 1n.bajo c."l. mí.! fuerte (1958; ed. orig., 1904-1905), y concluyó que la racionalidad disciplinada de los protesWlteS ealvinisw fue insll1llllental para que se produjera este cambio. L.u ide!S l!!l!btén impulsan Jos movimientos sociales. El Capítulo 16 ha aniliz.ado los movimiemos sociales y ha mos!IJ.do cómo pueden surgir a partir de la decisióo de modiñcar la sociedad de algún modo (por ejem_plo, para proce¡er el medio ambiente) o a partir del sentimiento de que cierw normas sociales son injusw. E movimiento internacional por los dezechos de los homose:ruales se desarrolla por las dem;u¡da.s de ga}'S y lesbi~ de.disirutar de los mismos derechos y opornuúdades que la mayoría heterosexual. Por o~ro lado, la oposición al movimiento por los derechos de los homosexuales muesIn. Wllbitn el poder que tienen las ideas para impedir el cambio social. El entorno natural y el cambio

Como ~ ha analizado en el Capírulo 23 (orE! medio ambiente y la.socieda4.del riesgo»),las sociedades humanas es¡4n muv unidas a su entorno n:trur.ll.j'or~f!ruÓ.!l, el cambio en uno de estos ámbitos tiende a producir cambios en el oao. En gran medida, la culrura «modeme,. ha considerodo que la naruraleta es uoa fuerza oue debe ser domada v molde3J!a para favorecer los propósitos humanos. Desde el comienzo de la indusaializacján v el auge del capitalismo, las pc!lonas han talado sistemáticamente los bosQJies pm cm.r pastos para los u.n:tdos v oap elabo=materiales de consr:ruccióo; bao erigido ciudades y pueblos, han consr:ruido carreteraS en todas las. direcciones y h:tn embalsado los ríos para obtener una fuente de tgua y energía. Esw acciones humanas no sólo reflejan la decisión cultural de conr:rolar el entorno narural. sino que wnbi~n subrayan el papel cenr:ral óe la idea de «m:. cimiento» en nuesr:ro modo de vida. Pero las consecueocia.s de esta forma de pensar han llevado a·la apzrición de L jJ.}¡~f P; .• • .. . _.... numerosos problemas medioambientales. L.u sociedades occidentales se enfrenun a prnblcmM cierindos del ere0 La modernidad cimiento imoar-able de momajj¡:.< de residuos ~óli.dos a la - - - - - - - - - -- - - - - - - Uno de Jos conceotos centrales. en el esrudio del cambio contaminación de la tllilósfera y del agua. y al consumo social es el de la 'inodernidad, las pautas sociales rt!aexcesivo de los recursos mundiales. La creciente .con· cion.adty con úz inciu.rrrializaci6n. En su oso diano {en ciencia de la imposibilidad de sostener estos comportalatfn, modtrruiS sigmfica •de hace poco o lo mí.! recicñmientos alar¡o plazo. nos fueru a enfrenOirnos a la n=· teJo),la modernidad hace referencia al presente en compasidad de cambiar ouesuo modo de vida en algunos ración con el pasado. la sociolo2fa incorpora a ese conaspectos fundamenwes. CetltO eeneral muchas pautas sociales que sllr2ieion con el comienzO de la revo!pcjón indusn:jal en F•r:ropa occidental a m~dos del siglo JCVliL Así, la modernización es ti procrso dt cambio social o''' se jnici6 con la in4u.rel medio ambieme. v wnbién altera fas cosrombre trializaci6n. E cuac!To histórico que figura en las .prime!]!!.ales. En las ciudades de los Países aJOS, 1m p ras 'piginas de este libro destaca algunos·de-los-'sucesos

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més impo~tes que marc:!ron el desarrollo de la modernid:ld.

una alt.a densidad de población, las casas son.pequeiias y esuechas, y tienen escaleras muy inclillacbs para b3cer un uso eficiente del espacio. En Tokio (Japón), los habit&Dtes que vivt,n e!l la periferia Y. tra~jan en el ceor:ro sufren todos los días la masificación del mer:ro, a unos niveles que 1cabaría con la paciencia de un londi!!ense o un parisino. E modo de vida apresurado y anónimo típico de las gnndes ciudades tiene poco que ver con el de los pueblos y las pequedas ciuc4des que ~óan. en el pasado: ___ AI!WIOS cambios profundos wnbiéo son el resultado del nmhin en le cornpo<icióo de la pobbcióo. Como se ha explicado en el Capitulo 14 («Envejecimiento y tercera edad»), muchas sociedades están envejeciendo. Denr:ro de poco tiempo, uno de cada cinco habitantes de Jos paises nccident!les tendrá 65 años o más. La investigación médica y Jos servicios de salud ya se ocupan fundamentalmente de los ancianos, y Jos estereotipos habituales sobre las personas mayores irán cambiando a medida que un mayor número de hombres y mujeres cocüenzan esta etapa de la vida. Los modos de vida pueden cambiar en or:ras muchas direcciones, debido a que los hogares y los productos del bogar estfa siendo rediseñados pm satisfacer las necesidades del creciente número de penonas ancianas. L.u rnimc:iones dentro de una misma sociedad o entre paises, so~ oao de los factores demogrmcos que inducen el cambio. Enr:re 18701. 1930, millones de habitantes de zonas rurales de las Soéiedadi.i OCCiiienwéS;júnToCoii ·· millones de inmigrantes de países pobre!, posaron a habitar las ciudades industriales. Como resultado de este fenómeno, las comunidades agricolas eottJ.ron en crisis y las metrópolis se expandieron y, así, el mundo occidental se convirtió -por primera vez- en una sociedad predominantemente urbana. Actualmente, se 'c:St.áñpñxlui:len: · do cambios similares debioo al movimiento de personas entre los países.de ~a Unión EUCOJlC~ y ~ ~u ~tencci~ . ~o~.~~~.o~e~~. =~~ que VJeoen de Afiica y.Asia.

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Dimensiones principales de la modernización Peter Beraer (1977) seiiala cuatro mcteñsticas principales de la modemiz.tción: l. El~ las peeutñas comunidades !Tadicion.ales. La modernidad implica cel oromsivo debiliwniento, U no la desquccjón de !2.5 cpm•mjdades definidas y relativamente cohe$ismadas en las O)'• las pmooas enconttJ.ron solidaridad_y áig¡Mqlijul~te..la.ma~or parte de su historia;o (Berger, 1977: 12). ~te miles de años, en Jos asenwnienros de las sociedades cazadoras y recolectorJ.S, y en los poblados rurales de Europa, la.s poblaciones vivían en gnipos pequeños con su fa· milia y sus vecinos. Este tipo de mundos r:radicionales ~~~9os en los centimjcnros y en las creencias rrans.. mitidas de generación en generación- asi gn:tba a cada persona un papel bien definido. Estos grupos primarios limitaban el especr:ro de experienci2.5 de las personas, al mismo tiempo que les proporcionaba un fuerte sentido de la identidad, de la pertenencia y del destino. Por supuesto, las pequeñas comunidades aisladas todavía existen en el mundo occidellllll, pero ahora sólo están babitacbs por una pequeña proporción de personas. Incluso para los habitantes óe las zonas rurales, Jos veloces medios de transporte y las comunica· ciones -mcluvetido la televisión- hi!.D ouesro a estos indh'ióuos en ~ooi!Cto directo con el ri~o de ia sociedad mis amplia y del mund? entero.

2. Lo apansi6n dt las dtéisionts r~mon.ales. Para los habitantes de las socjec!ade.s r:radjcionalts prcinc!u•tólll~t.la vida está determinada por fuerzas que escapan 21. conuol humano: dioses. espfrirus o, sjmplemeute...eiAt.sJino..ersos en la tradición. las personas de esw sociedades sólo se penn.iteo unos a or:ros un número limitado de decisiones oersonales. Sin embargo, a medida que el poder de 1~ ttJ.dición se erosiona, las oersonas comienzm a concebir sus vjdas pnmo una sucesión sin fin de-.opciones. un proceso que Berger denomina individualizaci6n. Muchos iDdividuos ¡e$-. pandeo a las altermtivas que les presentan las sociedades modernas cambiando SuS «estilos de vida» a lo lat¡Q.,d;l..titmpo... 3. El aumcnw dt la Qiycuidad de cmndas. En las sociec!ades oreindus!ria.les, los emechos· lazos~faui.i­ liw y las turnes geeocias relia:iosas .obli2aban a ]¡ unifonnid!d v desinceruiu.Ju..n.kdiJ!wj~2111; bio. La modemjzaci6o favorece·una ~isión del mundo más Qciooa! v cien¡ffic3., en la que la iradii:ióñ Piéiile su fueru y la moralidad se convierte en una.~

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inll.ividual. El crecimiento de las ciudades, la expansión de las ormúzacioncs impe!looales, y la ·intenc· . ~ión social entre person~ de distintos orígenes, ~ combinan para multiplicar la gran varie&d de creencias y comportamientos. .. ..... .. 4. La oritnraci6n Jtocia ti (urnro y úz coniiinéiá dt! IIOJQ dt! rimpo. Los h1bir•nr•• d: las<ncirdoc!ts rnty!emes r;flerionan más sóbre 'el fururO, oiienr:ras que loS habiWltes de sociedzdes ··preiodustriales ·se concenr:ran más en el pasado. 4~ ¡¡wrma.s modernas, ademis de mirar hacia el fu111ro, Son gptimjstas m¡¡;ctn a la CIJl~Cidad de los descubrimientos y de la.S nuevas jnvenciones para meiorar sus vidas: ademá.!; organizan sus rutiDas diarias de acuerdo a unidades ¡zrcci<as de rieli\¡)Q, Con la in!roducción de lós relojes i finales de la Edad Media, la luz del sol y ·las estaciones del aiio perdieron impor.ancia cómo medidns'det'ticmpo, en favor de las horas y los minutos. Preocupados por los negocios penonales, los habitantes del mundo moderno calculan el tiempo de fonna exacta y, normalmente, c¡een que «el tiempo es oro•. ),'lergcr s~lia­ la que uno de los indicadores pñncipalc:s del grido de modemiución de una sociedad és la llll!~ J!eTS002.$ que u!jlizan reloies de oulseia: · · Por último, recordemos que la moder:n.i.ulción impulsó el desarrollo mismo de la sociología. Como se explicó en el Capítulo 1 (..U penpectiva sociológic.v.), esta disciplina apareció en los albores de la. revolución industrial en EU!QJ11 nccident•1 precisamente donde el cambio social se estaba produciendo con másrapidez. Los prime· ros sociólogos intentaron analizar y c::qilicar la modernización y sus coose::uenci2.5 -tllllto buet;~as como maJas- para Jos seres humiUlos. . Ferdinand Tonnies: la pérdida de la comunidad

E sociólogo alernin Ferdinand Tonnies, cuya biografía aparece narrada brevemente en el recuadro sigu'ente, aportó a la disciplina la teoría de la Gtmeiruclurft y la Gtstllschaft (véase el Capitulo 21, ~Población y urbanizacióDJt). Al igual que Peter Berger, cuya obra influyó, Tonnies {1963; ed. orig., 1887) .~ocebía la moderoizaci6n como un proceso de progresiva pérdida de Goneinschajr, o comunidad humana. A ojos de Tl5nnies,~­ ción industrizl debilitaba el tejido social de la farrulia v la r:radicióg. al promover el individualismo y poner un Wasis de tipo emoresarial en la eficiencia. A medida que las personas empezaban a asociarse, fuodarnentalmetlte, de acuerdo a su propio interú -siruaciótl úta que Wmiies ca!iñcó de Gulilschaft-, las íociedades europeas y nQiteamericanas perdflll mduaJmeote SUS. rafees Se COD·

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Cambio social: sociedades tradicionales, modernas y posmodernas $ 645

A comienzos de este si¡Jo, alJUna.s áreas del munc!o occidental se parecían a lo que describía el coocepto de Gemtiruchaft de Tónnies. Muchas iamilias gue habían ~ivido durante enmciooe.s en uel!os núcleos runles y en oueblos. estaban muv intemdas. Tenf;u¡ un modo vida que se deserrollab'- :Urededor del trab!jo y que cambiaba sólo muy Icni8Jll~nte. Así, antes de la lplrición de los teléfonos {inventados en 1876) y la televisión {intrOducida en 1939 y extendida después de 1950), las fill!lilias y las comunidades se en~reten!an con les comunicaciones por caiu; illites de· 13· difuSión del uso del auiomóv.U. tras la II Guerra Mundial, mucbes penonas cref;u¡ que su pueblo era su mundo. Alguna.s tcosiones y conflictos inevitables -a veces basados en 1~ raza, la emia y la reli¡ión- caracterizab:ID a esw comunidades. Sin embargo, de acuerdo con TlSnnies, Jos lazos lr!dicionales de Gemtinschaft unían a las

personas en una única comunidad, o:esencialmente unida, a pesar de los factor-..:; que les sep1111R.D• {1963: 65; ed. orig., 1887). La modernidad coosi211e modiñru comoletamente estas sociedades, de forma que - a decir de TOnniespoblación permanecía esencialmente separada. a ~sarde Jos factores oue le§ unían» {1963: 65; ed.. orig., 1887). ~-~es_ el ¡nun<!o de la G(sellschaft. en el que la mayoría de las penona.s viven entre extraños v se il!!lDran cuando se c:ruzan en la calle. esoecia!mente en las 2!"ll1des ciudades. No es fácil confiar en los dem:ls.en una socied5ll móvil y anónima en la que, de acuerdo con los resultados de algunas investigaciones, Jos habitantes tienden a dar preferencia a sus necesidades personales frente a la lealtad de grupo; y en b que la mayoría de los ad\lltos considen que t<llunca se es !o bsst:uJte prudectn con los dem:ls (Russell, 1993). De este modo, no es de extrañar

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Ferdinand Tonnies: ¿existe la virtud en la sociedad moderna?

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usden sobrevivir las vinudes tradicionales como el desprendimiento y el honor en un mun-

do moderno 5n rápido cambio? El scx;íólogo pionero Ferdinand T6nnles

(1855-1936) dedicó su vida a buscar la reS¡)uesta a.esta importante pr&gunta. Durante esta tiempo, junto con sus colegas Max Weber y Georg Simrnel, TOnnies conlnbuyó al es:abtecimiento de la sociología como disclpfine a~démic:c en Alemanla. · Nacido en una rica tamma ·de la camptlla alemana, TOnnies fl¡e criado en un ambiente cómodo y nídbió una amplia educación. También aprendió mucr.o a partir de la observación del mundo que te rodeaba, :staba especklmenle fascinado c:m el modo en que la revolución lndustnal estaba transformando Alemania y otros paises europeos. Le obra de TOoni~s pone en avidencia su profunda desconfianza haciala noción de ooprogr&SO•, que consideraol! responsable de

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la progresiva pérdida de la moralidad tradicional. Su ínfluyente Ubro, Ge(Tiei!J$~

und Gesellschait (1887), es tanto una crónica de la modernización como una critica a un mundo que era cada vez m2s impersonaL

la t~sis de Tónnies es la siguiente: las sociedades tracftcionales, ba-

sadas en las relaciones de pareotes: co y de vecindad, deserrollan sentimientos colecdvos, viriud y honor. La modernización deshace la socisdad tradicional, como un ácido que corroe la comunidad humana y pone en su lugar un fértB YJa(Dpanle IJtqvidualismo. TOnnies se cuidó de no afirmar que las sociedades modernas eran •peores• que las sociedades del pasado, y alabó el desarroUo del pensamiento racional y científico. A pesar de todo, el creciente incfrviduartsmo y egoísmo caractaristicos de las soci&dades modernas te preOCIIpaban. Sabia que no podla haber una vueha al pasado y, por !llo, miró hacia el Muro, esperando Qlle nuevas 10/TIIés de organización social se desarrollaran para combincr la racionalidad . modema con la respon..~ldad colectiva tradicional. O ·

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que en Estados Unidos, 15 millones de perseo~ asisten al !iio a grupos de apoyo psicológico para establecer lazos emocionales temponles con otras personas y para eocon, trar a alguien que, simplemente, esté dispuesto a escuchar {Leerhsen, 1990). E·~qluac¡6n

crlrjca

La teoría de Tl>Mies de la Gtmeiruchaft y la Gmllsd.af. demcs entre las teorías mAs citadas ala hora de desC:Óoir el proceso de moc!emizaciÓo, La fuerza de esta teoóa reside en su capacidad de sintetizar varias de las dimensiones del cambio: el cr:cimien¡p de la pobloción, el desarrollo de las ciudades y el aumento de la imoersonali{ad en la interacción sociAL Sin embargo, uno de los problemas de la teoría de Ttmnies es que la vida moderna no care::e completamente de GemeinscJ!ajr.lncluso en un mundo de extr&Bos, las amistades soo frecuentemente profundas y duraderas. Las tradiciones son muy importantes ea muchas comunidades émicas, en las que los componentes de éstas ma¡¡tienen fuertes lazos comunitarios. Otra crítica que se le ha hecho es que sus propuesw dicen poco sobre cuáles soo los factores Oa iodusaia.!ización, la urbanización, ·el debilitamiento de las familias, ete.) que son causa de la modernización y cuáles sus consecueocins. Algunns persona.s tambi~n han afumado que Toonies oo tuvo en consideración Jos a.-pectos negativos de las organizaciones tradicionales de la comunidad social.

Evaluación crlrica

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Émlle Durkhelm: la división del trabajo

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Dur!.:.'1eim, cuya obra ha aparecido en numerases ocasiones a lo largo de este !Joro, compartía con T!lonies el interés por Jos profundos cambios soci31es que aparecieron con la revolución industrial. Pan Durkbei.m, la modernizacj9Jw~acteriza.~e~jo. es ~c;ávidad.~onómica especializada (1964b; ed. orig., 1893). Mientras que todos JO"S'hbit:uJteS de las sociedades1r&dicionales participan en una amplia gama de ac:tividaáes,las peaonas que. viven en sociedades modernas lleno a cabo roles muy esoecializados. · Durkbeim añnn~ba la·solidaridad mtc6nica, los luos sociales que.surgen de Jos sentimientos.monles compartidos, mentenfa unidas a las sociedades preindusniales. Los btbiWltes de est2S sociedades sentbn que todos e;;u¡, básitm~ente, parecidos y que pertenecím a no mismo moo. La solidaridad me::ánica -<le foanuimiJar a la Gt"meiruchaft de TOnnies- se ba.sa en una división mínima del trabajo, de modo que la vida de tod"osJos ii:dividuos sigue un cuno muy parecido. ·- ·: -. . Coo la modernización, l! división deL trabajo s~ bece mls pronunciada; la depeoóeocia murua entre peaonzs con ocupaciones especializadas, o solidaridad orgánicá,

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es Jo que mantiene unidas alas socied2des modema.s. Es la diferencia, más que la similirud, lo que integra esw socied2des; todos nosorics dependemos de otras personas para satisface¡ nuestras necesidades. La solidaridad orgánica comsponderft al concepto de TOnnies de GtstllscJo.aft. A pesar de que existen cluos parecidos· entre sus teorias, Durkheim y TOOnies interpretaron la modernidad de forma algo cfunnta. Para Tónoies, la moderna Gesellschaft equivale a b pérdida de solidaridad .social -el resultado inevitable de la disolución mdual de Jos lazos «11arunl.w y corgánicoS» del pasao;rural- y sólo permiiiiecen los lazos ~anificiales» y I(JJ)ectoicos• del presente. Durlcbeim no esraba de acuerdo·con esta visión e, incluso, invirtió la terminología que utilizaba para eofatiur aúo mú su posici~o. El autor francés empleó el ~ir­ mino de sociedad «orgánica» para designar k sociedad moderna, sugiriendo a.si que el mundo actual no es menos narurnl que el anterior, y descoció la.s sociedades tradicionales como «tllecánic:;.s:o por l\1 rigidez. Por tanto, Duskbeim concebía la moderni.ución, nq lll!tO en términos de la pérdida de comünidád, sino relacionada con el cambio de las bases de la comunidad, desde la fuodamentsción en Jos lazos de similitud {parentesco y comunidad) hacia la inteniepeudencia económic3 ·oa <Íivi.si6n del trabajo). La per-spectiva de Duskbeim sobre la modernidad es más compleja y m:ls positiva que la de Tllnnies.

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La obn de Duskheim dest.aca, junto Lla de Toonies, por · ser un ~ muy influyente $Obre la modernidad. Anoque temía que la.s sociedzdes modernas pudier:uJ Uegar a ser e,;tremadamente c!iversns '! que colapsaran por !a anomia -una condición en la oue ·Jas normas '!los valores son tan débiles e iocoosiste~tes· que la socie~d ofrece muy poca guia moral a Jos individuos-; el de Durld!eim es no milisis mucho mú"optimist.a. En medio de escasas presiones morales por pane de 1~ sociedad, las personas del mundo moderno tienden a ser egoc~nnicas y a anteponer sus propias necesidades frente a las de los demás. Hay datos que apoyan el argumento de Durkheim de que la anemia abunda en las sociedades "modernz.s. Las cifns áe suicidios 4ue Durkbeim coosidéró uo buen ·mdice de anomi&-, efectivamente, han aumeñtado a Jo Jugo de este siglo. De forma creciente, las persooas se Sienten idenJiñcadu COD una regla sobre )O que «está bien o mal» y, en su ln¡u, emplean {o ignoran) ideales morales concretos en las ciistimas siruaciones sociues en las que se encuentran. Por otro lado, las normas compartidas y los valores soo todavía elementos sociales sólidos, que dan a los individuos un cieno sentido dd significado y del comporwniento. A!lemú, iude-

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Cambio social: sociedades tradicionales, modernas y posmodernas G 647

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pendientemente de que se produzca o no -anomia o atomiuci6n, la mayoría de las penonas parecen valorar e~ ámbito privado y la autonomía personal que las sociedades modernas consienten.

Max Weber: la racioC)alización Para Ma.x Weber, cuya obra ya se lr!UÓ en detalle en el Capítulo 3 (.Sociedad»), la modernidad supone la progresiva sustirución de una visión tradicional del mundo por un modo de pensar racional. En las sociedades preindustriales, la tradición actúa como un freno constante del cambio; Weber explica que, para los pueblos tradicionales, la «verdad» es casi un sinónimo de «lo que siempre ha sido» (1978: 36; ed. orig., )921). Por el contrario, en las sociedades modernas, las personas conciben la verdad como una cuestión personal que debe ser deliberada. Debido a que la eficiencia es más valorada que la reverencia al pasado, los individuos adopWl el .comportanúemo que les permita conseguir sus objetivos. De forma similar a los argumentos de Í6nnies y Dud:beim, que creían que la industri3lización debilita las tradiciones, Weber :úurnó que las personas de las sociedade$ modernas se sienten «desencantadas». Las verdades que antes eran incuestionables· pasan a formar pane de c:ilculos empíricos; l!Í, al adoptu un tipo de pensamiento racional y científico, las sociedades modernas se alejan de sus dioses. A lo largo de su vida, Weber e.srudió los distintos tipos de individuos modemor -el capitalista, el científico, el burócrata-, Jos cuales companen una visión del mundo racional y distanciada que Weber creía que empezaba a dominar en toda la humanidad.

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E\00/uación >rfrica

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Comparado cpo. T6nnies y, especialmente, con Ourkheim, Weber criticó en profundidad las sociedades modernas. Aunque reconocía que la ciencia podía prodÜcii manvillas tmucas y organizativas, le preocupaba que nQS esruviera !lejando de les cuestiones fundamentales relacionadas con el significado y el propósito de la exiStencia humana. Weber temía que la racio~ción, ~cial­ m:nte en el funcionamiento de la burocracia, pudiera dañar el espíritu. humano con un sinfín de reglas y reglamemos. Sin embargo, algunos críticos de Weber creen que la alieDaCJón que aaibufa a la burocracia es, principalmente, una consecuencia de las desi211aldades sociales. Esta afum2.ción nos conduce a las id~ de Karl Marx.

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Evaluación cririca La teoría de Marx de la modemizlcióo. agrupa varios factores de explicación, dominados por el capitalis~o. Sin embargo, .Man subestimaba la importancia de la burocracia en las sociedades modernas; y, en un giro qúe Marx nunca hubiera predicho, fue el inmenso apaiato gubernamental de las socieda'des socj~tas_lo que asfiXió el ánimo de las penonas en estas sociedades. Los recientes levantamientos en Europa del Este y en la antigua Un16n Soviética muestran lo profundo de la oposición populat a las rígidas burocrtcias controladas por el estado.

9 Los análisis teóricos de la modernidad _ __Éljug!fjle esrudiar el orden social, Marx.se centró en el conflicto social. Para .Marx, la sociedad moderna era sioóEl auge de la modernidad constiruye un complejo ~•. •• nimo de_..--apitalismo.-Concebfa.-Jt.-revoluoión·indusaial-, -so social que está rele.cionado 'con muchas dimensiones

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Karl Marx: el capitalismo

fundamentalmente, como una rcvoluci6n capiralisra. Como ya se b! e.tplicado en el Cap!rulo 3 («Sociedacb), Marx afirmaba que la burguesía de la Europa medieval había surgido como una fuena que mebawfa el comrol de la socie&d a la nobleza feudal. La burgue.sfa consiguió el ~xito final cuando la revolución industrial le facilitó el COntrol de UD nuevo y poderoso sistema mctivo. Marx estaba de acuerdo con las afinnaciones de que la modernidad debilit.!ba las comunidades de pequeño tamaño (como describÍó TOOnies), acentuaba la divisÍón del tra· bajo (señalado por Durkheim), e impulsaba una visión del mundo racional (el argumento de Weber). Sin embargo, considerab! que C,.SIOS factores eran, simplemente, coodiciones ne(esarias para que el capitalismo se desmollara. De !cuerdo con Marx, el capitalismo upu!sa a las poblaciones desde el campo a las ciudades, hacia un sistema de mercado en continua expansión que está asentado en las ur~...s. La especialización es lt base de las fábricas eficienltS y la racionalidad aparece en estado pum en la figura del cnpitalista constantemente en busca de beneñcios. A pe.sar de todo, la visión marxista de la modernidad incorpora grandes cantidades de optimismo. Al contrario que Weber, que creía que la sociedad moderna era una «jaula de hierro• burOC!:'tica, Marx estaba seguro ~e que el collflicto social en el seno de los sistemas sociales espita· lisw pronto darla lugar al nacimiento de cambios sociales revolucionarios que, finalmente, conducirían al socialismo igualiwio. Tal como él Jo concebía, este.ñpo de-sociedad emplearía las maravillas de la tecnología indusaial para enrique= las vidas de les personas y para liberar al mundo de la división en clases soci3les, la principal fuente de conflictO social y de deshumanización. Por tanto, aunque Marx evaluaba de forma negativa las modernas sociedades capitalistas, imaginaba el porvenir como un brillante furoro de gran libenad, creati1•idad y comunidad hum:mL

del cambio, descriw en anteriores capírulos y mumidas en la Tabla 24.1. ~Cómo se puede entender un proceso en el que se produjeron iAOtos cambios simultáneamente? La sociología ha desarrollado dos tipos de explicaciones generales de las sociedades modernas; una proviene del paraciigma iuncionalista, la oaa se basa en el enfoque del conflicto sociál.

La teoría funcionalista: la modernidad y la sociedad de masas Uno de los enfoques generales -que adopu algunas ideas de Ferdinand Tonnies, Émlle Durk:beim y Ma;~ Weber- considera la modernización como el proceso de desarrollo de la sociedad de rro.DJas (D:lhrendorf, 1959; Komhauser, 1959; Nisbe~ 1966, !969; Baltzell, 1968; Stein, 1972; Bergcr, Ber¡er y Kellner, 1974; Pearson, 1993). Una sociedad de masas es u/ID sociedad eri la que la industria y U/ID burocracia en e.tpansi6n han erosionado los lazos sociales tradicionales. Una sociedad de masas se caracteriza por las esrrucruras dé parentesco débiles, las comunidades impenonales y los individuos socialmente atomizados. Al constiruir unidades aisladas en la sociedad de masas, los individuos sienten incertidumbre moral e impotencia personel. La masificación de la v/da moderna

La teoría de la sociedad de masas subraya, en primer lugar, el aumento del tamallo de los ámbitos de la vida modemL Antes de la revolución industrial, Europa y Norte:unérica eran mosaicos de innumerables poblados rurales y pequeñas ciudades. En esw pequellas comunidades, que inspiraron el concepto de. Gemeinsclulft de Tonnies, las personas vivían rodeadas de sus pariemes y guiadas por una tradición compartida. Las habladurías y la murmuración eran un medio informal, pero efe(tivo, de asegurar la conformidad rígida a las normas de la comunidad..El tamaño limitado del grupo, junto con los ñgióos valores morales, impedían la diversidnd social, ts1.1. es la solidaridad mecánica descrita por Durkheim. . Debido a que las diferencias sociales eran rep~das, las subculturas y las conn-aculruras surgían en raras ocasiones y el cambio se producía muy lentamente. De este modo, la posición social de los individuos se establecía prácticamente con su nacimiento, y la movilidad $Ocia! era escasL El aumento de la población, el crecimiellto de las ciudades y la especialiución de las actividaóes económicas, productO de la revolución ind~ cam!Jió paule.tina· mente la situación. Las personas comenzaron a conoc'erse mutuamente por las funciones que desempeñaban (como «médico• o ccomable»), en lugar de hacerlo por su grupo de parentesco o su Jugar de origen. La mayoría de las per-

sonas se relacionaban con el resto como si fueran extraños. Los medios de comunicación -los periódicos, la radio, la televisión, las redes info~ticas, etc.- sustiruyeron la comunicación dixecta de los pueblos, y conuibnyeron más al vroceso de atomización social. Por OliO l2do, las grandes organizaciones comenzaron a asumir mayores responsabilidades sobre las necesiáadés diarias 9e la población -antaño cubiertas por la familia, lós ami· gos y los vecinos-: por ejemplo, la educación pública de carácter universal amplió el ámbito del aprendizaje~ la policía, los fiscales y los tribun3les dirigían un sistema de justicia de amplio alcance; incluso la caridad p.Só a ser una tarea de los -burócratas que trabajaban lJara distintas agencias de bienestar social. La movilidad · geográfica, las ccliÍluñicicioo!! de masas y el contacto con disúntos tipos de vida, erosionaron los valores tradiciolllll.es: Las personas, al estar menos seguras de lo que había que creer realmente, se hicieroh más tolerantes con la diversidad social, y se defendieron Jos derechos individuales y la libertad de ele(ción. Las subcu!IU1115' y las contraculruras se multipliCaron¡ las dis· tinciones categóricas entre las j¡ersonas·..:.e1 !tato diferencial basndo en la raza, el sexo o la religión-- pasaron a ser definidas como auasadas e ·injustas. ·Durante este proceso, las minorías que estuvieron en-los márgenes de la sociedad durante mucho tiempo, consiguieron mayor poder y mayor participación en la vida .Pública. Ape.sar de ello, Jos teóricos sobre la sociedad de masas temían que la transformación de distintós tipos-de personas en una '!!nica masa general, pudiera terminar deshumanizirido a todas ellas. ·. ·· El estado en con tinua expans/6n

En las pequeñas sociedades preindustriales de Europa, el gobierno se limitaba a poco más de unos cuantOs notable$ locales. Las fiiJililias reales reinaban formalmenu::en el país entero, pero la ausencia de medios de transpone y comunicaciones eficientes hacít que el poder de los monarcas (incluso los absolutos) fuera mucbo menor que el que oStentan actualmente los líderes políticos. ·· ,. A medida que las innovaciones te(nológica.S comeouron a permitir qpe los gobiernos se expandieran, el estado centnl creció en tamaño e importancia. El gobierno se ha adentrado cada vez más en un gnn número de áreas de la vida social: reguJa los salarios y las condiciones de trabajo, estabJC(e nonnas que deben cumplir los prodúctos, escolariza a la población y facilita ayuda económica a los enfermos y Jos desempleados. Los impuestos que sirven para financiar e.stos programas constituyen, en muchas ocasiones, Jos ingresos de varios meses de las perspna.s que los pagan. · ·· · En una sociedad de masas, el poder descansa é:n grandes burocracias. con lo que los habitantes-de las pequeñas

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comunidades pierden buena parte del conttol sobre sus vid11. Por ejemplo. los funcionarios est:blecen UD programa educa~h·o genera.! pm !Odas las escuelas; los productos deben llevar una cenificación pública de cnlidad, y todos los ciudadanos deben llevar un archivo de sus cuenLeS para el pago de los impuestos. Aunque estos reglamentos pueden proteger ala población y favorecer lt igualdad de tr.ltO, tarobi~n nos obijg~ a ttttar, cada vez más, con lejanos funcionarios desconocidos y con burocracias que son, frecuentemente, poco receptivas. Esto, en cierta medida, limita la autonomía de las familias y de las comunidades locales.

perspectiva, !a modernidad adopta la forma de una socie· dad de cl:lSes, una socildad capitaliS'.a qut 111Utscra una profunda urrarificad6n social. Estt enioque teórico mantiene qur.la desigualdad es lo que yace ttas los eXttn· didos sentinjentos de impotencia personal.. ,~unque se reconoce qur las sociedades modernas se'han desarrollado hasta alca.nw ttm2iios imoresionaotes, se coll5idere que la característica principal ·de la moderniz!ción es la expansión de la e::ooomía cnpitalisu yla desigualdad que produce (Miliband, 1969; Habermas, 19í0; Blumber¡, 1981; H:urinJtllll, 19&4).

El capitalismo

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Evaluad6n critica La teorin de la sociedad dt masas admite que la transformación de las pequeñas comunidades tiene Lcpectos positivos, pero ve en esta tr.lll5formaci6n histórica la pérdida de una herencia i.mmpl.azable. L:IS sociedades modernas aument.ah los derechos individullles y la tolecancia h2ci3 las diferencias sociales, al mismo tiempo q\le ele\"111 los niveles de vida. Sin embargo, tienden a constrUir apamos burocráticos excesivos -lo que Weber consideraba más peligroso-, a favorecer el egocenaismo -como temía TOOnies-, y a producir anomia -como predijo Durkbeim. El ~o. la complejidad y !a tol=cia con la diversidad, que se encuenum en las socie&des modernas erosion¡¡¡¡Jos val~ tndiciO!Uies y las relaciones familiares, y dejan a Jos individuos en UD estado de aislamiento, ansiedad y materialismo. Como se ha comentado en el Capítulo 16 (•Poder, estado y movimientos sociales»), el absentismo electoral se ha convenido en UD problema importante en Jos países ~enwes; peto, ¿es ncaso sorpitndente que bs penonas que viven en grandes e impersonales sociedades lleguen a la con_clusión de que tma sola persona DO es capaz de influir sobre el mundo que lerocb? L2s críticas que se le han hecho a la teOría de la socieded de m:uas afirman que ide3ii.zan el pasado; y tambi~ nos recuerdan que muchos hzbitaDtes de las pequeñas ciudades dese!ban alcanzar 111 exciración y el nivel de vid.t que se encuentra en las grcndes ciudades. Estas criticas también subrayan el hecho de que el ecfoque presm poct aunción a Jos probleinas de la desigualdad socilll. Las aític3s que se hacen a los análisis de la sociedad de masas sostienen que éstos atnen a las personas social y ecooómicnmente conservadoras, que quieren preservar la moral convencional y que son indiferemes a las rei~dicaciones históriru dt las mujeres y de ottas minotias sociales.

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teoría de )Q sociedad de clases sigue el pell5amiento de Mm al afumar que el aumento del tl.lll1iio ~ los ámbitos en Jos que se desarrolla la vida social se debe al apetito insaciable del capitalismo. Debido a que la economfa capiulista persigue incesantemente la, acumulación de beneficios, tanto la producción como el consumo c;ecen conti.o~:amerue. De acuerdo t<On Mnn;, el c~ita· lismo descansa en «el puro interu propio» (1972: 337; ed. ori2., 1848). Estt egocentrismo erosiona los lazos sociale; que una vez fueron la base de laS péqueñns comunidades. Por oo-o lado, el capitalismo tambiin fnvorece la impersonalidad y el anonimato, al transformar a los seres humanos en mert:anCías, como fuente de o-abajo y como mercado de consumo de la. producción. capitalista. Así, el resul11do final es que el capitalismo reduce 11 las personas a meros engranajes en la maquinaria de la producción material. El capitalismo tambiin promueve la cenci:~, no sólo como la fuente de una mayor producti1'idad, sino tnmbi~n como una idtolopa que justifica el .r.anu quo. De .este modo, en las sociedades modernas las persooas coocibeo su propio bienes~ como un rompecabez.ls t:cnico que debe ser resuelto por los ingenieros y oo-os expenos, ea lugar de concebirlo como una cuestión de justicia social {Habermas, 19í0). Por ejemplo, la culrun capitalisll busca mejorar la salud de sus ciudadaDos a o-avts de la medicina cientíñca, ea vez de a través de la erradicxión dt la pobreza, que es una de las causas de la mala ~alud. Las emoresas wnbién enarbolan la bandera de la lól!ica ciemffica cuando afu¡¡¡an oue la eficiencia sólo -se ale= coo el Clecimiento con.ti.ouo. ·En el Capítulo 15 («Economía, collSUlllo y trabajo.») ya se ha -explicado cómo las comp2ñí.a.s capit.alistas han un ~a­ ño impruionante y Cómo·conttolan una cantidad inimagi· nable de riqueZL Esto lo h!n coll5eguido con la cglobaliZ!ción~. es decir, openndo como mi.tltinacionales en todo el mundo. Por"tanto, desde la perspectiva de la teoria de la sociedad de clases, la expansión de la escala del ámliito de la vida social se debe menos a la·Gmll.rchaft, que a.las inevitables y desttuctivas C005ecuenciu del capitalismo.

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La modernidad ba hecho que, gradualmente, desaparezcan algunas de las dgidas düereociu que dividían a los nobles )' a las penorw comunes en las sociedades preindus_triales A pesar de ello, la teoría de las clases sociales afuma que ~rica elite empresarial mantiene ba.st.ante poder. Hoy en cifa, en muchos pafses, el S por cien!O mis rico de la población controla más de la mitad de la riqueza. Aunaue los teóricos de la sociedad de masas afirmi!D que los ·gobiernos juegan un papel creciente en la lucba contra Jos problemas sociales, Marx era escéptico respecto a que el estado pudiera llevar a cabo algo más que pequeñas refonnas. Tal como El lo concebfa, el estado defiende fundamentalmente la riqueu y los privilegios de los capitalisw. Otros teóricos de la sociedad de clases añaden que los trabajadores y las minorías han conquistado derechos pollticos y un mayor nivel de vida sólo a través de su autilorganización contra los capilAlli~ hostiles y los dirigentes de Jos gobiernos. Eva/lUición ·crfrica

La Tabla 24.1 resume las interpretaciones de la moderuided ofrecidas por la teoría de la sociedad de masas y por la teoría de la sociedad de clases. MientraS la primera se c-..ntra en la ampliación del ámbito de vida social y en el crecimiento de los gobiernos, )a segunda subr.1ya la expansión del capitalismo y la. persistencia de .la desigualdad. La teoría de la sociedad de clases también descarta el argumento de Durkheim de que las personas en Jai sociedades modernas sufren la anomia: en su lugar, se afirma que lo que sufren es la alienación yla carencia de poder. Quienes adoiitan esta interpre!Jción de la modernidad abogan poP la c;l(!ensiva regulación (o 1~ abolición) del mercado capilalista: - · Las criticas que se han hecho a la teoria de la sociedad de clases aducen que e!te análisis no presta atención a los

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disriDtos modos en que las sociedades modernas han aumentado la igualdad. Aunque sigue existiendo la disaiminación en base ala :aza, la ettlia, el género, la clase y la sexualidad, esta discriminación es ahora pe..-~oida c01110lado onla comparwoienio desviado y no acept2ble. Por otro , mayoría de las penonas de los países occidentales apoyan la eiliteocia de selerios desiguales, el men.os en la. medida en que reflejen düerencias en el talenro perlOIIal o el esfueno. Además, muchos de los problerrw socilles que se pueden encontrar en el mundo occidental -d desempleo, la contaminación industrial o los gobiernos no receptivos a las demandas de sus ciudadanos- también han sido babitllll]es en p~s socialistas como Corea del Norte.

La modernidad y el individuo Tanto la teoria de la sociedad de masas, como la teoda de la sociedad de clases se centran en el an4lisis de las pandes tendencias de cambio que se han producido desde_la revolución industrial. Pero desde cada uno de estos IIUlcro-enfoques se pueden derivar también ~luSiones a nivel micro, es decir, sóbre cómo afecta la modernidad a las vidas individuales. · · · Micro-acción y sociedad de masas: los problemas de la idl!ntidad La modernidad liberó a Jos individuos de las comunidades pequeñas y estreclwneme orgnoiz.adas delpasado. La mayona de los habitantes de las sociedades modernas dis!Jutan de una vida privadt desconoetda antaño-y de libertad para expresar su fonna de ser pmonal. Sin· embargo, la teoría de la sociedad de masas sugiere que la sran diversidad social, la atomización y el vertiginoso camtiio sociu. pueden dificultar que muchas penooas adquieran una identidad coherente de cnalquier tipo (Wbeelis, 1958; Riesmao, 1970; Berger, Berger y Kellner, 1974). . El Capítulo 5 («Socialización») e~licaba que las personas se fonnan una persooalidad panieulu a partir de sus experiencias sociales. Las sociedades pequeñas, homogéneas y de cambio lento .que e.tistían en el pasado, aportaban una base firme (y limiUIÓa) para Jafo[lllaCÍÓn de identidades con significado. Las comunidades amisb que existen en algunas partes de Estados Unidos enseñan aJos jóvenes las formas ccomcw» .de pensar y compon.me. No todas las persones que nacen en una comunióad amisb pueden soportar estas presiones, p:ro la mayoóa de .ellas se forma una identidad penonal bien integrada.y satisfaaoria (véase HOStetler, 1980; K.-aybill y Olsb2.D, 1994). Las sociedades de masas, con su divetsidad y cambio característicos, sólo ofrecen bases move-

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dius en las que construirse UD! identidad penooal. AJ tener que adoptar sus propias decisiones vitales, muchas de lu personas de estas sociedades ~specialmente las que disñutan de mayor abundancia material- tienen ante si una gran gama de opciones posibles. La autonomía penonal sirve de poco si no se tienen modelos pm decidir y, en las tolerantes sociedades de masas, las personas pueden encontrarse con que unos caminos oo son más atractivos que otros. Así, no es sorprendente que muchos individuos cambien su identidad penonal en varias ocasiones, cambiando su modo de vida, sus relaciom s personales e, incluso, de religión, en busca de un ~verdadero yo• que no alcanzan. Consternados por el extendido crelativisma» de las sociedades modernas, las personas que se encuentran sin guía moral, pierden la segu.'idad y la cmidumbre que vez proporcionaba la tradición. .. Para David Riesman (1970; ed. orig., 1950), la modernización introduce imponantes c~bios en el .cnrácter social, es decir, en las ¡x;was de pma_na/idad que son comunes a los miembros de UIUI sociedad doda. Las sociedades preiodustriales favorecen el carácter social que Riesman denomina tipo dirigido por la tradición, la conformidad rlgidiJ con los modos de vida venerados tradicionalmente. Los habitantes de las sociedades tradicionales orienun su ~ida adecuándola a lo que ha sucedido bastl ese momento, de modo que lo que es «bueno» equivale a Jo que ~siempre ha sido así». · Por IAIItO, el concepto de tipo dirigido por la tradición traslada al nivel de la experiencia individual los elementos implicitos en la GemtiTJJchaft de T6nniC$ y en la solidaridad mecánica de Durkheim. Las personas culruralmente conservadoras o dirigidas por la tradición, piensan y acnían de forma similar, porque todas se .basan en los mismos fundamentos culrunles. La población amisb es un ejemplo de grupo guiado por la tradición; en la cultura amish, la tradición liga a todas y cada una de las personas con sus an1epasados y con sus descendientes, en una cadena inintemunpida. Much9s de Jos habitantes de las heterog~neas y cambiantes sociedades mode."ll~ consideran la penonalidad dirigida por la. tradición como algo desviado porque parece muy rígida. La.s pe~QDas de las sociedades modrnias estiman mucho la fleXJoilidad personal, la- capacidad de adapwse y la seOSJoilidad bacía los demás. Riesman deiine este car.!.cter social como un tipo dirigido por los otros, la rtctpril-ídiJd a las úlrimas rtlldencias y mc/ÚJJ, a llllnuda apresadas en/a prácrica d~ imirar a. los demás. Debido a que han sido socializa.das ~o sociedades en constante transíormación, las personas dirigidas por Jos otros desarrollan identidades fluidzs que se caracteriz.an por 11 supemC!alid2.d, la inconsistencia y el cambio. Prue- . ban distintos tipos de <lYO•, como si fueran piezas de ropa nuevas; buscan «modelos de rol». y p~cipan en düeren-

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tes crepresent&CJooes» a medida que cambian de. «escenario" (Gofimao, 1959). En una sociedad tradicional, esta «m~tabilidad» hace que una penona sea considerada indipa de confia,nu. pero en las C3.111biantes sq:ciedades moderoas, la capacidad camaleónica de adaptarSe a cualquier ambiente constituye un ras¡o pe!1on~ muy valorado. · En las sociedades en las que se val~ lo inás i'ecieote, en lugar de lo tradicional, las personas buscan ansiosamente la aprobación de Jos demás, y miran a los de su generación -más que a las personas· mayores- como modelos de comportamiento. La «presión de los~·· a veces, puede ser msisóble para aquellos que no encuentran otros modelos estables que les orienten. Nue.ttra sociedad pide a los individuos que sean· •verdaderos»; pero, cuando el entorno social cambia tal! deprisa, ¿cómo puede la gente saber cuál de sus posibles «YO• debe ser el verdadero? Este problema esti en Ja· b~e de la crisis de identidad que está tan enendida en las. sociedades industriaiC$ actuales. «¿Quién soy yo?» es una pregunta re..'"l!lTente con la que muchas .personas se enfrentan e intentan responder. En realidad, este problema no es tanto psicológico cómo sociológico, y refleja la inestabilidad inherente de lü sOciedades de masas modernas.

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La sociedad de clases: los problemas · de la carencia de poder La teoría de la sociedad de clases muestra un cuadro distinto de Jos efe.:tos. de la .modernidad sobre los individuos. Este enfoque sos~CJJe que las penlnentes ~es igualdades sociales impiden que se cumpla ln pro!pesa de,la sociedad moderna deJa libe~ individuaL Para algunas personas, la modernidad ha supuesto grandes J1!ivilegios, pero, para la mayoda, la vida diaria supone enfrenwsé a la incertidumbre ~ooómica y a un tormentoso ¡entim.iento de carencia de poder (Newman, 1993). Para las minorías étrúcas, el problema de las desventajas relali\•as C$ aún mayor, y, de fonna parecida, aunque ·las mujeres gozan cada -vez de· mayolis" oporomidades, y los bomoSQ\ales de mayor acepración social;estos·grupos conriDilaó enfrenúndose alas bamras tradicionalC$ de) sexismo y ia. bomofobia.-l;n de.iillitiva, estE enfoque re::bau la afirmación de la teoria de la ·sociedaclde masas óe que las personas snfren por el exceso de hllc.nad. En lugar de ellQ, la teoría de la sociedad de clases sost;iene que nuestn. sociedad todavía niega a una mayoóa de individuos la participación completa en la vida sociu. Como se ha yisto e."! el."Capírulo 11 («Estratificación global»), la e:aensión del capitalismo mundial ba guido que un mayor conriDgente de la población mÚu~ esté sujetQ a la j.nfluencia de las compañías mulliniciQ~ . les. Como resultado, unos dos tercios de la riquéia-inWf~

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dilll están conccnuados en los paises nús desarrollados, c!onde sólo h!bi[.l_ell5 por cién¡o de la población de la tima. Así, los teóricos de la sociedad de cle.ses pregun[.ID si es de extral!ar que los habi¡:m¡es de los paises pobres [.l(Dbién deseen tener mayor poder pan decidir sobre sus propias vicbs. ' fs¡e tipo de problemas llevó a que Herben M=use {1964-) contradijerlla afutn;¡ción de Mu Wéber de que la sociedad mQdernn es raciorial. Marcuse considmba que !a sociedad moderna es irracional porque es incapaz de cubi.r las pecesidades de un gillll illla!ero de penonas. A pesar de que las sociedades tapítalistas modernas prOducen una camidad de riqueza desconocida en épocas :ulteriores, la pobreza sigue siendo la siruación diaria de más de mil millones t!e oezsooas. Además, los avances tecnológicos redu~n el éomrol que las personas tienen sobre sus propias vidas; la alta iecnología ha concedido un gran poder a un núcleo de especi:ilistas --desde luego, no a la mayoría· de la poQiación- que ahora comrolan lo _que -sute4e y dominllllla ~genda pllbl.ica,_ya se. ¡ruede temas .como 13. producción de-l! energía o los cuidados saoi[.lrios. Fr"..nte a la visión habirua.l de que la ¡ecoologia rlsutlvt los problcmas.del-Jllundo, Marcuse aiirma que la ciencia, en reilidad, los caUJ.CJ. En definitiva, la ¡eoria de la sociedad de clases considen que las personas sufren porqu~ !as soe!edades modernas han concentt:ldo J¡ riqueza y el poder en IDO!D9.S .de unos cuan¡os·privilegiados.

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_¡ Figura 24.1 ;, Elopoyo 1 111 doncll: una oncuull mundlol P-.gunla ótl cutllicnzria: •A largo p~UQ. ¿=nsid!~ ~ les IYII".CU cillll>llc::a '~'" 11 oS!in cet~~q..oenc!:l tyudllin o porjl:c5a.lin tlcs nru humillO&?•

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La modernidad y el progreso En la.s sociedaacs modernas,·~ myorín espeiu y aplaude el =bio social. Noiinalmente ligamos la modernidad .con la _idea de progreso {defl~ progrlssus, «ir Mcia adel:!D[e»), el estado~ conÓÍiua mejoñ; por er ~oomrio, "despreciamos Ja· estlbilidád por considerilrla esW!camienw. Este capítulo comenió descnoiendó a los"kaiapo de Brnsil, para quienes la"t'Íqueu ha ampliado bs oporninidades que ieoíop a sil. ~canee, pero ~biéo ba debilitJdo la herencia de 1~ tradición. Al anal.i.ur el =o de los ruapo, observmos que el cambio soci.a.l ---<¡ue tiene consecuencias positivas y negetivas- es demasiado complejo pan poder equiparme con el progreso. El que consideremos o no ll!l cambió "cooen¡o como un progreso depende, fundamenulmen¡e, de nuestros propios valores. El aumento del nivel de vida entre los hiapo -o entre la poblzcióo europea-ba contribuido a que- vivllll mAs alios y de forma mis cóiDoda. Pero la rioueu WDbi~n ha dado paso ilmz¡eri:ili.smo, a com de la -vida espitirual, por Jo que cualquier noción simplista de «progreso• resulta poco útil·En perspectiva· mundial, la. Figura 24.1 muesua cómo la pohl!ci6o de Jos p_aíses occidenteles tiene bU[.IOte confii!DZI. en la caoaC:idad de --- - ---~~ CienCii para-inejorar sus. yidu. A pesar de eÜo, alguD!S -'-.. • __ .encu~~ recientes muestran que muchos edul¡os wn-

bita creen que la ciencia •hace que nuesa-o modo de vida C5!Dbie demasi:~.do deprisa» (NORC,l994: 321). . Par tantO, el cambio social es al2o intrínsecamente complejo y sujeto a discusión. En eCmundo occidental esumos orgullosos de nuestra deicosa de los derechos humi!.IIOs iundamenwes; sin embarJo, coino se ha expliCado _en el Capírulo 4 (cCui01r11Jt), hemos desariollado una especie de cculrura de los derechos» que pone el acento en lo que los demú. nos deben, pero que ignora nuestras obligaciones mutuas. En principio, en nuestras sociedades pdcticamen¡e todo e! mundo apoya la idea de que los individuos deben te.1er suficiente auwnomía para decidir sobre sus propias vidas. De es¡e modo, muchos apl~uden el desuso del concento ndit1cml de honor, considerándolo un si!!JlO·de Progreso. Sin embargo, el ejercicio de lt.libemd de eleccióa, ine\ittblementc, e:~rra en .cooilicto con las normas sociales de aquellos que mantienen un modo de vida mis tnrlicional. Por ejemplo, las personas pueden decidir convivir con alguien sin casarse, o pueden preferir mantener una re!Lcióo intima con alguien del mismo se.xo. Pm gguellos que adop¡a¡¡ es"w decisiones índivjduales, esto~ caq¡bios ~bo)iun el !lf0gre50; sin embargo, para

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·1 quienes valoran las relaciones .familiares rndiciooales, esi!S transformaciones son un signo de declive social. Las nuevas tecnologías wnbitn SIUCÍUD deba[e. Los medios de [!ID5porte mls veloces y J;:s comunicaciones m:is eficientes pueden mejorar nuestras vidas en muchos aspectos; pero la tecnología l3.1Dbitn ha disuelto Jos lazos uadiciooales con los lugares de nacimiento e, inciuso, con las iamilias. La tecnología indusaial wobién 113 introducido ¡iligTOS anteS inexistenteS para el medio ambiente. En definitiva, sabemos que el cambio se está acelerando con el tiempo, pero la valoración sobre si constiruye un progreso puede variar mucho de unas personas a otras.

la modernidad: las diferencias mundiales Aunque puede se.r útil connponet las relaciones sociales tndicioo2les a las modernas, las scciedades acruales normalmente combinan lo viejo y lo nuevo de forma sorpreodeme. En la RepúbliCll Popular Chin3., los annguos principios confucionistas coexisten con -el peos:unien¡o socialista contemporáneo. De forma similar, en México y en buena parte de ..6,m~rica Latina, la población participa en ritos cñstianos que se remontan a varios siglos de existencia, al mismo tiempo que luchan por conseguir el desarrollo económico. La descripción de los kaiapo de Brasil con la que se ha abieno es¡e capírulo, mues~nlas tensiones que habit\Wmente rodem a la ccxnbiñaci6o de pauw sociales ~ndicionales y modemas. El argumeruo genenl es que estas combinaciones~ en vei de se.r algo raro, se encuent:raD en rodu pmes del mundo. ~

muchos críticos posmodemos, el siglo ~ oo ha conseguido emdiw problemas socioiles como la pobreza o, 1m siquiera, guanow la seguridad económica de muchas personas.

2. La worr.ha que guía el «progr-..sO» se esti apagendo. Los habiWl¡es de las sociedades modem~ m.ir!J1 al fururo con la esperanza de que sus vidas mejoren de forma coo.s:derlble; sin embargo, las personas de las sociedadu posmodertias (e, inclu.so, sus líderes) tienen menos coo.fuott en lo que pueda deparar el fururo. Es mis, el ttemendo optimismo que invadió a la sociedad con el comienzo de 1:t era mod=a hace iDis de un siglo ha sido sus tiNido por el pesimismo de una aiayoña de adultos que creeo que su vida esli empeonndo. 3. .La ciencia ya no tiene las respuesw. El rasgo principal de la era modana era la perspectiva cieori6cá y la creeocia firme eo que la =logia baria la \ida mejor. La aítica posmodema nfuma que la ciencia ha creado m.ás problemas (como la degndación ambiental) de los que ha resuelw, ea general, los pensadores posmodemos desprecian b ÍlllldamenUlción misma del! ciencia -la =ocia en q1!e la realidad objetiva y la verdad e:cis¡eo rulmente. La rtalidad es algo que se consauye socialmente y no algo que existe mruralmente; además, la «tÚCOIISUllt:ci6~~» de la ciencia muesua que este sistema de ideas ha sido muy wil.i.udo con fines-políticos, especi3lmente por los se::wres poderosos de la sociedad. ~-

La posmodernidad

Si la modernid2d fue el producto de la r~volución industrial, ¿ha sido la revolución de la información lz que nos ha em!"'jado s la era posmoderna? Un buen número de estudios contesta afinnativameme, y usan el término posmodtrnidad para referirse a las relacionts sociales caracrtrisiicas de las sociedades posindurrrialts. Sin embargo, una mayor atención al debate revela la existencia de desacuerdos respecto a qué constiruye exacl3.1Dente la posmodeiñldad. El término -usado desde hace tiemoo en el ámbito de la lirerarura, la ñiosofía y la srouiteemn- se ha incorporado a la sociología rras una ola de crítica social que se desarrolló con el auge de la política izquierdista en los !ños sesenta. A1.0que 111y muchas variaciones eo el pensamiento posmodemo, tOdas las comentes comoaneo cinco afirmaciones {Bernstein, 1992; Bor_gmrm, 1992; Crook, 1992; Hall y Neilz, 1993):

Los deb:!.teS culrurales se est!n in¡ensificaodo. Como ya se ha explicado, la modemidad surgi~ envuel~ ~ una promesa de promover la individualidad Y. de exten~ der la tole1"31lcia.. Sin embargo,los c:ó6cos afirman que la actual sociedad posmodema no ha alcaozado esta me¡¡¡; por ejemplo, Jos ésrudios sobre la identidad homosexual consideran que el «hcrerose.WtDo• contiolla dominlllldo la sociedad. El mulóculnírali.smo defiende el" que las minorías que han sido uadiciooalmente marginadas e·ígnorada.s, consigan mayor poder.

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5. Las instiruciooes sociales es~ cambiando. La indusui.2lización uajo consigo la rransformacióo radical de le.s insriruciooes sociales; y el auge de la sociedad posindusaial está reconfigurando la sociedad una vez mis. Por ejemplo, del mismo· modo que la revolución indusaial siru.aba lo mattrial en el centro de 1~ vida productiva, ahora la revolución de la información ha potenciado las id~OJ. Así mismo, la familia posmoderna ya no se ajus[.lt una sola fórmula; en su lugar, los individuos es tAn cconn-ando distintos modos de relacionzne unos con otros.

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El debate comu11itari~ta

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pacer los impuestos. Concretamente, los comunltaristas han hecho cuatro propuestas diseñadas para equilibrar ~ derechos mrviduales y las r.esponsabilidades públicas. En J'IÍI!ler lugar, les socie~a­ des deben'an frenar ta expanstva •cultura de los derechos•, por la cual la gente ha situado su propio interés por encima de las responsabilidades sociales. En segundo lugar, los comunitarisW afirmen que todos los darechos conneven responsab{Hdades: simplemente, no P.<X~emos reci~r de la sociedad sin dar algo a cambiO. En tercer lugar, hay ciertas responsabifi· dades que ninguno puede ignorar, como proteger et medio ambienta, Por último; defender algunos intereses comunes puede requerir lim~a.r derechos iodlviduales, como la instalación de cámaras de seguridad en las canes pMcipales pera grabar la inleracción humana. con el fin de identiflcar a los derlllCUentes. 8 movimiento comunitarlsta atrae e muchas personas que, cómo·etzioni, desean equilibrar la libertad personal y la responsabilidad social; pero sus cn"licos han atacado. ~stas ~a-

oco después de la medianoche noves e nos fuerza a enfrentamos a la la sociedad puede unir a sus miemde un frío dla de marzo de l?regunta de qué es lo que debemoS! bros en una comunidad moral sólo en 1964, Krtty Genovesa eotró en los demás. Los habitantes de las . la medida en la que pueda limifar el el aparcamiento de una torre de sociedades modernas valoran sus espectro de decisiones personaNueva York, cerró el coche y se en· propios derechos Individuales y su les sobre cómo vMr. En resumen, caminó hacia la enirade de su edift. vida privada, algunas veces Ignoran- aunque . valoremos la comunidad y cio. Allí fue asaltada por un hombre do ias responsabilidades colectivas la autonomfa, no es posible tener que llevaba un cuchillo. Mientras gt1· hasta el punto de que perece ·que la ambas. taba, la apuñaló repetidas veces. sociedc.d misma puede colapsar. En los últimos años, el sociólogo Las ventanas 1lel edificio se abrieren, Cuando un grito de ayuda se encuen- Amltai Etzioni (1 993) ha tratado de cuando los vecinos alertados por los tra con el stlencio de la Indiferencia, fdentiflcar un punto intermedio. 8 gritos buse2ban el origerr de la con- ¿puede ser que hayamos llevado de- •movimiento comunitarlsta•, forma· moción. Pero i!l ataque continuó mas¡ado lejos nuestra concepción do en E~tados Unidos, se basa en la -durante más de 30 minutos- has- moderna de la aulonomia personal? simple premisa de qúe •los derechos ta que Genovesa cayó mue]'ta la En un ·clima cultural de derechos sólidos exigen responsabilidades sóentrada del edificio. Posteriores in- humanos en constante expansión, lidas• o, dicho de otro modo, le pervestigaciones no consiguieronJdenll- ¿es posible mantener un cierto senti- secución Individual del inferés ¡Íropio ficar al asesino, pero ·sr confirma- do de ccimunldad humana? debe ser combinada con el COI'I'lP.foron un hecl!o sorprendente: ninguna · Estas preguntas subrayan la ten- miso con una i:OIJlunidad más ampersona de la~ ·docénas ~e vecinos .slón entre los sistemas sociales tradi- plia. La crítica de Etzioofa la moderque presenciaron el ataque a Kitty cional y moderno, eviden:e en los nidad se centra en la prolif¡;raci~n de Genovesa se molestó en Ir en su escritos de Jos sociólogos tratados en los derechos Individuales. Desde su ayuda o, tan siqui~ra. en llamar a la este capitulo. TOonles, Durkheim, y punto de vista, au~que las. persa,_ • por~eíe.. otros, concluyeron que, "eñ muChós nas esperan que el sistema se ocupe Al igual que los numer~s mendi- aspectos fundamentales, la comuni- de ellas, son reticentes a apoyar digos oue píden dinero en laS calles de dad tradicional y el lndividuar.srnil cho slsteme. Por e]empi9, el público moderno son Incompatibles. Es decir, acepta ráf,idamente los servicios púmucha~ ciudades, la traged!a de Ge-

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tives. Algunos han aducido qut la vaga noción de •reintegración social• es demasiado simple pera poder elrontar problemas que van desde la apatía electoral a la ~fincuencia caHejera. En su lugar, arguyen los crf.. ticos, son necesarios mayores esfuerzos gubernamentales para ptomover la lguatdad en las sociedades modernas, dismiluyendo la. Influencia política de las persones con más recursos y combatiendo el racismo, el sexismo y la homolobla. . Les criticas conservadoras a. las propuestas de Etzionl, las tachan ~e ser una reinvención de las lallldas Ideas izquierdistª' de decedas anteriores. Estas crltiCás se preguntan_ si una sociedad libre debería adentrar· s.e en el tipo de ingen(erla soclél que Etzionl propone {como lnstitücionaJizer progremas escolares q,ue Eromuevan la tolerancia, exigir a los jóvenes la realización de ~n año de servicios públicos). . Mientras que algunos creen qu!J Etzioni he identifiCado una respuesta moderada y sensata a problemas Importantes, puede ser~ _los habi~n­ tes de los distintos paises europeoS nunca se pongan efe acüerdo en qué

mundo muestn que algunos cambios que son exttemanecesi~des humanas. Aun así, pocos eswí!.D de acuerdo con que la modenúdad ha fracasado complewnente; al damente necesarios no se han producido. El Cap(rulo 11 fin y al cabo, hemos asistido a un imponaote.aumento de («Estntiñcacióo global•) descnoía dos inte.-pretaciola duración y la calidad de 1~ vicia a lo largo de este siglo. oes distin~ de la causa de que mil millones de habitan· Es miÍS, aunque acepWarnOS las críticas posmodemas a la tes del pl!.Deta se!.D pobres. La rtor(a dt la modunizaCÍC!lcia y a lu nociones trulicionales de P.~greso, ¿cuiles ci6n afuma que, en el pasado, todos los habitantes del son las alternttivas? En este sentido, wnbitn hay una planeta eran pobres y que el cambio tecnológico, espe: eialmente la revolución industrial, impulsó la produegran variedad de inteti>retaciones muy diferenteS sobre . tividad humana y elevó los niveles de vidL Desde eslu tendencias sociales más recientes. te punto de vista, la solución a la pobreu mlllldial es ~ la difusión del óesmollo iecnol6gico hacia los p:úses ~· e! Mirando hacia adelante: pob~. la modernización y el f~turo global Sin emb&IJO, por lu razones que ya se hAll explicado, la modero.ización ¡lobal puede ser una tarea. difícil. • •1:>, :' En el Capítulo ·1' sugeriamos la imagen de un mundo Recuérdese que David Riesm.&D descñbía a los pueblos preindustriales como dirigidos por la rradici61T y estos , •---~u~do a un poblado de~ habita,ntes, en el que 175 ponol~t,e ~resistiesen al .cambio. En respu~ a este ·..•. · . vtvían en el lujo mientras que o:ros 200 luchaban por ~:, : __¿QbrevivirJ..a.tr'..gi~~~onas.pobres.deL freoo.cultunl al.desarrol1.9; la teOría-de·la modemización

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2. El primer ministro británico Tony

Blair ha lm¡iuisé!dci.una rel0ffi.18 del sistema brilánlcQ .de . eslstencia social en 1;1 que sa exige a los~ nes y los padr~adressoftecos 8 aceptar los cu~ de lpn)l8!=ión o tos empleos ~.lts ofrecen las ag_encí~ jstatales. de:lo C?ntrario perderían el a¡l(l'ft.>.~ del estado. ¿Cfe~ q~ . e.~e Upo .de polilicas trala,.bienJas necesida9es de _ las·pe~ dEslavonicidas_y las de la socledad en su conjurito_? Ofrezéa . atQOOos e~m~ para lustrar su opiniOn. : ·· ' 3. ¿Está· de acuerdO Córi la alirmackin de que nuestra sociedad ne~a encontrar un eqi!Íiibrfo il)!re los derechoS indiViduales y la res· poiisabil'Kiad soci2l? ¿Por qué? O

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sugiere que las sociedades ricas deben ofrecer ayuda a_ los países pobres pan incentivar la innovación producnva. Los p~es industrializ2dos pueden acelerar el desa:rollo e.'tport.alldo iecoología a _los púses pobres, acogum_do esrudiantes extr.10jeros y faciliumdo ayuda e::ooó!lllca p,ara estimular el ctt~j,miento económico. . La revisión que se hiz.o de la teoría de la modermzacióo en el Ctpítulo 11 sc!lalaba el limitado wto de este tipo de JX!llticas eo Amúica Taiwán, ~orea del Sur, Singapur y Hong Kong. Sm embaf!o, el e1esanollo por transmisión muestra muchas óificultad!l en el caso de los países más pobres de la tiem; e, incluso. cuando se han producido cambios, estós han sido a costa de otros eltlllentos. De este modo, poblaciones tndiciODales como los kaiapo en Brasil, pueden ~dquirir mayor riqueza coo el desliiOllo económicO, pero sólo t costa ck perocr su propia identidad cultural y sus valo~, a meili~ q~ se incOIForart ala •aldea ~obaho, basa~ en el I~atenalismo

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occidental, la música pop, la ropa de moda y la c~mida rápida. . . . . • . Un antropólogo brasilefio mostró su esperaóza sobre ~1 fururo de los lo:aiapo: «Por lo menos se dieron \:\lenta pronto de las consecuencias de ver la televisión (__) AhOra pueden elegir» (Sirllons, 1995: 471). P~ no todo el m~mdo pieÍISa que la·modemizacióo es ~almeote una opción. ·De acuerdo COD el segundo enfoque sobre la estntificacióo global, la Itorla dt la dtptndzncilr, las acruales sociedades pobres tienen pocas posibilidades de moderniz.me, aunque quisieran. Desde ~te puDto de~­ ta, el mayor freno al desm:ollo e¡:onómico no es. la tradi· cióo culrural, sino la dominación mwidia! por parte de las sociedades ricas. Como se explica en etj_apítulo 11, este sistema adoptó inicialmente fa forma óel colonialismo, mediante la cual las socieóades europeas ·se· apoc!enrolt de grlll pme deAmériá Látiña, Ábi~ i ~ Li:S.~!a­ ciooes ·comerciales prontO eoriqueciet90 a paiSes-tomo

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Cambio social: sociedades tradicionales, modernas y p~smodernes () 65?

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Hacer balance: un futuro pos moderno l final del milenio, muchos sociólcgos y sociólogas· han sugerido que se esti produciendo una ruptura an el "mundo moderno, y que un nuevo orden social comienza e surgir a esel!la munóial. ·Pos;nodornismo, tardomodernismo y posindustrial, son términos empleados pera hacer raferenda a la aparición de aste nuevo orden soclal. Jean-FranyOis Lyotard he definido el posrnoder· nlsmo como •la IOCfedUIIdad hada las metanarralivas-. Con asto, quiera decir qua ya no podemos creer en una sola historia o verded omnt-comprenslve.; ehora nos damos cuenta de que hay muchas vras, caminos, posibilidad~ y verdades. De este modo, para otro conocido sociólogo frcnds, Je211 Baudnltard, lo posmodemo.es •la característica de un universo donde ya no hay más definiciones posibles... Todo está ya hecho._ Asi que todo lo GUS queda son piezas. Todo lo que qu~a por hacer es jugar con las piezas, eso es lo posmoderno•. · Estas discutioles teorías e ideas han sido utilizadas a lo largo de este &bro, y debería quedar c!aro qua no todas las personas que se dedican a la sociología están de acuerdo en su uso. En este capitulo, se han SÜgerido cinco temas principales asociados i!l posmodemismo; pero, prictlca· mente todos los capítufos de aste libro sugieren que algo está pcsanáo realmente a fine les del siglo xx, y que

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debe ser considerado como un cam- se hacen mas relevantes. Se ha anebio importante. Así, el Capítulo 1 lina- W.do el auoa de la nueva sociedad liu proponiendo la afirmación de que lnformitica .:.¡a cíbersociedad-, sacomienzan a existir · nuevas formes turcda de información y comuníca· de estudiar la sociedad desde·distin- ción (Capnulo 21 ); y el capitulo sobre tas perspectivas: las viejas ortodo- el medio ambienta (Capitulo 23) llaxias del funcionelismo, el conflicto y ma la atención sobre un nuevo bpo la acción h211 sido cuestlonadas. 8 de •sociedad del riesgo•. FinalmenCaoftulo 2 afirma oue se están Intro- te, en·esta capl1ulo, hemos subra~­ duciendo nuevos métodos en la reali- do la aparición de nuevas formas del zación de la investigación sociológi- •yo• y de la Identidad. ca. El Capítulo 3 211aliza 12 idea de Junto con lo anterior, otro lema ha que un nuevo tipo de sociedad estado continuamente presente: la •posindustrial• está en fase de desa- globalizacióo. Comenwnos a darrrollo, y el Capitulo 4 subreya la im-- nos cuenta de un cambio importanle por.anda del multtculturafi~mo y el en el modo en el que el mundo está poscoloniefismo. Posteriormente, en situado en el tiempo y en el espacio. el Capitulo 7, vimos un nuevo bpo de Más y más paises viven en un espaorganización posmodema, mientras cio rodeado por otros países: hay relique en el Capftulo 8, todo tipo de giones globales, medios de comuninuevas técnicas de vigilancia y con- cación mundiales, desigualdades trol de la defincuencla se han hecho mundl¡iles, ciudades globales, cenpatentes. En el Capitulo 15 hemos tros finat1!=ier~ ¡nur¡dial!S e. iQI¡luso, visto cómo surge un ñuevo ·u¡iO"ile estructuras de poder que surgen a economla y de relaciones laborales nivel global. Estamos saliendo de la · -que hemos denominado •posior- era del •estzdo-nación• pera ádendista•; y así sucesivamente: nuevas trarnos en un nuevo periodo en el formas de ·farnifia posmodema•, que los pafses están profundamente nueyas pautas de relaciones de ügados unos a otros. género y sexuales, nuevos modos de Para fnefiZBr su lectura de este consumo, nuevos movimientos so- texto, puede que quiera revisarlo ciales e, incluso, nuevas refigiones. nuevamente y realizar un catálogo de También hemos tratado los debates los tipos principales.de cambios que sobre las das~s sociales que sugie- se han sef\2lado en cada ceprtulo. ren que pueden sar cada vez menos Cucndo se haca un balance compleimporl2/lt:s (Capitulo 10), mientras to, no es dlffcíl ver por qué se hable que la etnia (Capl1ulo 12), !1 género · tamo de la aparición de un nuevo tipo (Capitulo 13) y la edad (Capitulo 14} de sociedad. o·

Inglatem, ~ Poltllgal, Francia y otraS potencias coloniales, al mismo tiempo que sus colonias se volvían dependientes y pobres. Prácticamente todas las socieda¡ des que fu:ron ~ometidas a este tipo de dominación son j ahora políticamente independientes, pero los lazos de tipo --;- --colO!Pal·continúan existiendo en foiiiia de un neoco!onia1 lismo, gracias al CU!l las compañías multinacionales ope-nn e:r tOÓ(). el rolllldo... . ..

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Por tanto, la teorla de la dependencit afuma que los pafse.s ricos consiguieron alcanur su propia modernización a expeosas de los países pobres, que conmbuyeron a aquélla con sus valiosos recursos natunles y m2no de obra. También en la acrualided, los. países menos desmollados estin ilrapados en -uo cóojunto de relaciones económic!lllente desyentajosas coo los países ricos; ya que l!ljieiidtñél!""eiióspin póé!er venacf íñateriis"pri¡ñas' y, t

cunbio, comprar los productos manclactundos que se pued!ll pennirir. En definitiva. la teoría de Js depen&ncia concluye que la continuación de Jos lazos con les sociedr.des rices sólo setvirío pan perpetuar las actuales relaciones globales de desigualdad. Cualquiera que sea el enfoque que uno encuenue más coo,incenre, ya no es poslole estudiar el mundo occidental sepandamente del resro del mundo. A comienzos del siglo XX, la mayoría de Jos habitantes de los paises boy más desanoll.!.do> viv{:m en asenwnientoS relativamente ~quellos y con una limitada conciencia de la existencia de un munáo más amplio. Hoy en día, 1 las puertas del siglo :00. los habitantes de todos Jos rincones del planeta son partícipes de !o que S'Jcede con la humanidad. El mundo PJ!ete más pequeño y las ,;das de toda la población están cade vez más 1igadas UD!1S a Ott:lS. Abon discutimos som las relaciones enue los países deii!Úsmo

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l. Toda sociedad cambia continuamente, de forma

intencional o no, y a distintas velocidades. El cambio social a menudo genen debate. \ 2. El csmbjo <ochl es nrpdur•o ll~ l:t iflo;e~~- 1 8. Ciibrimiento o la difusión, as{ como del conflicto \ sociaL --:::.-3. :f:i:"nmñrm•rl•d h. e¡¡ refereocia a las consecuencias . ~a indusuialización, (jii!;-tie se~ef~on Peter Berger, incluyen la disolución de las comunidades UQdiciowes, JQ ampliación de !as decisiones ~rsowes, la creciente dive11idad de las c:reencW y una clua concieocia del tiempo, especialmente del futuro. 4. Ferdinand Tonnies describió la modemización como 9. la uansición de la Gtmtinschaft a la Gm!IJcJJ4, que supone lt progresiva pérdida de comunidad en medio ci: un creciente individualismo. 5. Pua Émile Duikheim, la modernización es el resultado de la qecieñrr división del trabajo sociil. La JO. solidaridad uiednica. basada en las actividades y las cre:ncizs computidas, es paulatinamente sUStilllida por la so!idmdad orgánica, en la que la especializa11. ción hace a las persones interdependientes. 6. Ajuicio de M~odernid•d snstin!ve~ a""..encias a-adicionales por !&· visió!H'!eieo~ ~tml!§. Wdíei temía qúe la organiz!ción racional tuviera eiectos deshumanizantes. 7. Kul Marx gmuhft la moóemidad_g¡¡no •L a:iunfo 12. del-upi~el fe~o. Al:considerv que las sociedades ~tabi!D cargadas de

conflicto social. Man abogaba por el cambio revolucionario pan conseguir una sociednd socialista roás igualitariL ·' : De acuerdo con la teoría de la" sociedad ile masas, le aumente la esc~e1 :iio de IM •ida s e incrementá el papel e ! rnoyé!e-otras or¡anizaciones formiles en el desarrollo de funciones que antes eran realizadas por la. familia y !os vecinos. La dive11idad cultural y el dpido c"31llbio social dificuiW! que las pe11onas de !~eda­ des modernas puedan formwe·identidades esubles y que encue.nu-..n segUridad y certidljlllbre en sus vides. ·.. La teóría de la sociedad de clases afirma que el capitalismo es fundalñeiual en el proceso de II!odeinización occidental. Este enioq)le considera q_ue el capitalismo provoca seotim}entos generalizados de impotencia, al concenuar ~riqueza en pocas manos. El cambio social es demasiado complejo y coouovenido como para que sea posible equiparolo al progr-..so social. La posmodemidad hace referencia a Jos rasgos cultunles de las sociedades posindustri!Jes. Las crltic:s posmodemas de la sociedad se cenuan eo el SL'Puesto fracaso de la modernidad, y concretamente de la ciencia, en el cumplimiento de lt promesa de prosperidad y bicnesw-. En perspectiva global, la teorít de la JDodemización· une la pobreza mundial al poder de la U1dición. Par tmw, aJr.mos teóricos de la mQdemizació'o ápoyan

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modo en que, hace L'tl siglo, se babl!ba ~obre los C!,ecien· El siglo que tmnina na asisúdo a logros históricos; sin embar.~o. las soluciones a muchos prob)emas de ll existencia bumi!Da -incluyendo l! búsqueda de un signiñcado de la propia vida, la resoh¡ción de los conflictos entre las distintas sociedades, y la erradicación de la pob.!"'..za- no se han alcanzado: A esta lis tÍ de pr~ blemas' urr~ntes se han añadido nuevas preocupaciones en los últimos años, como el conuol del crecimien¡Ó demo2riiico vel establecimientO de un d:sl!JOilo soste"nible.-A medida que nos adeouamos eo el sigJo X>.1, debemos estar prepandos para enfrent!IDOS a estos problemu con imagin2.ción, compasión y decisión. El reto es grande, pero nuestro amplio entendimiento de la ' sociedad humana nos permite encarar la urea con optil. mismo. ~~ . tes vfncclos emre las ciudedes y los pueblos.

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la interyenci6n inte!}cional de las sooiedades ricas para estimulu el desarrollo de los países.pobres. · !3. La teoría de la dependencia e¡qJlica la pobreza mundial como un producto del sistema económico

mundial. El funcioo2111Íento de les compañías multinacionales a.segun que l;¡s sociedades pobres continuarán siendó económicamente dependientes de las ricas.

c:tmbio social, transformación de la culrura y de las instiwciones sociales a lo largo del tiempo.. carácter social, pautas de personalidad que son comW1es a los miembros de tl:l! sociedad dadL mod.ernidad, pautas so¡:ial~s relacionadas con la indusaia.liZación. modernización, proceso de t:unbio social que se inició ·con la induslrialización. . . posmodernidad, relaciones sociales características de las socie~ades posind~lriales.

sociedad de clases, sociedad capitalina que muestra una profunda estruiñcación social. sociedad de masas, sociedad en la que la induslria y una burocracia en e:toensión han erosionado los lazos sociales ttadicionoiles. tipos dirigidos por la tradición, conformidad rígida con los modos de vida venerados ttadicionalmente. tipos dirigidos por los otros, receptividad a las últimas tendencias y modas, a menudo expresadas en la práctica de imitar a los demál.

Fuentes clásicas

tnile Durkheim, El suicidio {Mzdrid: A.k!l, 1992, 4.• ed.). tnile Durlrheim. La aivÍSión del rraliajo social (Madrid: Akal, 1995, 3.' ed.). Dos obras b4.sicas para el esrudio del cambio social y de las consecuencias óe la modernidad. Immanuel Wallerstein, El moderno sistema 11WIIIiial (Mtxico: Siglo XXI, 1991). Un libro básico pan conocer Jos orígenes de la teoría de la dependencia. . Frederick Jameson, El posmodmu.smo o la lógica del capi;ali.smo avanzado (Barcelona: Paidós, 1991). Jezn-Fran~ois LyDllll'd, La condición pPS11Tiodtma; injr¡rmt sobre ti saber (Barcelona: Planeta-Agostini, 1992). Ambos son formulaciones clisicas del!Xlsmodernismo: muy citados pero nada .fácil de leer. ·

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Lecturas más ava.nz~das . Peter Berger, Brigitte Berger y HartSfried Kellner, 1Jn mundo sin hogar: modemi:aci6n y concitncia (Santander. Sal Terrae, 1979). Discute el significado de la modernidad.

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l. ¿Piensa que Tonnies, Dur.\cheim. Weber y Marx describieron de fonna exacta los rasgos de la sociedad moderoa? ¿En qué difieren sus visiones de la. socied!d? 2. ¿Qué rasgos hacen de su país una «SSCiedad de masas»7 ¿Se considera a sí misroo y a la mayO!Ía de sus iiiilÍgos como W1 tipo de personas «dirigidas por los ottos»? 3. ¿Cuál es la diferencia entte la anomia (un. rasgo de la sociedad de masas) y la alitnacion (W1a característica

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de la sociedad de clases)? ¿Entte qué sectores de la población esperaría que cada una de ellas apareciera -·-de fonna más acusada? · 4. ¿Qué ttansformaciooes han llevado a algunos anaJis. ¡ 1 tas a afinnar que los países europeos se han convertido en sociedades posmodemas? 'l 5. ¿Cree que hay alguna sociedad posmodema eo el mundo acrual? ¿Cuáles?

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Andrts de Francisco, Sociología y cambio social (Barcelona: Ariel, 1997). .·Analiza, desde una perspectiva epistemológica, las teorías del cambio social a la luz de las nuevas perspectivas de la ciencia socie.l. --que dan mayor imporUDci3 a ·¡a agencia humana y a la contingencia de los hechos. Anthooy Giddens, ModtmidiJd e idenridad del yo: ti yo y la sociedad tn la lpoca' conumpordnta (Barc::Jona: Península, 1997). . Se ba convertido en un libro fundamental para el análisis del efecto de las iransformaéiones sociales sobre la identidad individuál. · Steven Connor, Culrura postmodtrna: inrroducci6n a las reorlas dt la conr~porantidad (Mad..-id: Akat; 1996). Una clara e inteligible gUía que e;umioa la ~éulru­ ra» proporcionando muchos ejemplos. Salvador Giner y Ricardo Scane4izii (eds.), ffnivtrsq/idad y diferencia (Madrid: Álianza Ei!itorial, 1996). Este libro reúne varios ensayos que tratan, desde distintas perspectivas, el debate entte universalistas, multiculruralistas y posmodemistas.

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Lecturas Introductorias Roben Nisbet, Tbomas s. Kuhn, Lynn Wbite et al., Cam(. bio Social (Madrid: Alianza Editorial, l988). • Amitai Etzioni y Eva Etzioni, Los cambios sociales: ~.:. fiumts,tipos y con.secuentia.s (México: Fondo de Culwra Económica, 1984). ~:• . Estos dos boros comoilan Jecnttas clásicas del esrudio del cambio social. Son dos fuentes funeamentales ,.... para comenzar a leer direcWDente a los autores clá.;icos. ..'··· '-·-----'Teresa- EZillero ..t\rbat ·(ed.), Mockmiuzci6n, desarrollo polfrico y camb:O social {Madrid.~ Alianu Editorizl,

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Reúne varios eosayos breves sobre las teorías de la modemi.zacioo y el cambio social, ofreciendo una útil perspectiva geoerai de los distintos enfoques. Piott Sztompka, Sociologfa del cambio social (Madrid: Alianza Editorial, 1993). . Constiruye un libro de tmo especializado en el ználisis del cambio social Yttata en detalle todos Jos temas relevantes para su estudio. · R.icbard Appignanesi Y Chris Gman, Posmodemi.smo para printipianlt.s (Buenos Aires: Era Neciente, 1998). Este boro, allllÍ.5mo tiempo que resulta enttetenido, analiza con cieno detalle el mundo de lo qiosmo., _

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