Divagario

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DIRECTORIO Dr. Gilberto Herrera Ruiz Rector Dr. César García Ramírez Secretario Académico Dra. Rosalba Rodríguez Durán Secretaria de Contraloría Dr. Jaime Ángeles Ángeles Secretario Administrativo Dra. Martha Gloria Morales Garza Secretario Particular de Rectoría M. en D. Oscar Guerra Becerra Director de Asuntos Jurídicos Q. B. Magali Elizabeth Aguilar Ortiz Secretario de Extensión Universitaria Dr. Irineo Torres Pacheco Director de Investigación y Posgrado Dr. Aurelio Domínguez González Director Facultad de Ingeniería Dr. Julio César Schara Director de Publicación

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO FACULTAD DE INGENIERÍA INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MULTIDISCIPLINARIAS

Antonio Leal

DIVAGARIO


Cuadernos de Investigación del Instituto de Investigaciones Multidisciplinarias. ISBN: D.R. © Universidad Autónoma de Querétaro Centro Universitario, Cerro de las Campanas s/n Código Postal 76010, Querétaro, Qro., México Hecho en México Made in Mexico Informes, correspondencia y suscripciones: Universidad Autónoma de Querétaro. Facultad de Ingeniería, Edificio I (Ex FLyL), Cerro de las Campanas s/n, Col. Las Campanas, C.P. 76010, Querétaro-México. Tel.: (01442) 192 12 00 ext. 7014 y 4802

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recordaré estos días, sin jamás olvidarlos Gilgamesh

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DEJA deja, -oh inexorableola trashumante, impalpablemente orla fugitiva, que tu paso agreste, acaso ya sin brida, claudique en la mejilla como una gota salaz, en balde, como rezago de un adi贸s 铆ntimo marchito que uno suele olvidar en la secci贸n de espera de cualquier and茅n de viaje.

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TOCO TU CUERPO toco tu cuerpo, invado un reino consagrado al trajín de mis hormigas. hétenos aquí que celebro un pacto. propongo aliar mis huestes inéditas contigo en el sitio del asombro que en tu piel dormita. (des)signar de sí la inedia del fruto del ángel caído. toco tu cuerpo, invado un reino, me desnudo de mí mismo, trepo, repto, sigo, te persigo, anido unido a tu cuerpo, ¡aaah, tu cuerpo!, vástago del mío asido: la única puerta que conozco para volver al paraíso. 15


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TROPO ven, asida al lumen: ala, a単eja herida.

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SI si alguien traza un ámbito, atisba al margen del renglón, del estro, acaso, su gélido bostezo; gañita a deshoras, en la otredad, un mar de nombres, -¡oh báquicos despojos!-; de la árcade deidad tan sólo tener en mano su dorado cetro añora. que el sistro de nos sea cuando ella, -oh musa-, grafite invicta en mi cuaderna vía.

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EN QUÉ SITIO en què sitio? bajo què pàrpado? en cuál yerma estatura de sombra, o de apurada ceniza, llenamos nuestra vida de acunadas caricias, revuelcos de tímidas hormigas, apenas tiernas, que desde la punta del alma custodian la blancura de los huesos?

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IDOSMENTE al periodista Felipe Hernández García, puntual lector de mi obra poética

idosmente; en el minuto enguantado del menú del día, idosmente; ante la ruindad sin fechas, idosmente; cuando te pidan subir al escenario a presidir la mascarada de los irreverentes, en estricta unción al protocolo que confiere el uso de las desavenencias, excepta todo, en absoluto, idosmente.

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INFIDENCIA DEL VERBO A Orlando Valdez, estimado amigo, hasta su pampa argentina, por su amistad a prueba de versos, a su hermandad y a lo lejos.

solo, al modo de uno, en veces en enveses de trapos que esconden alguna amargura, se puede escuchar en un puĂąo los acentos de todos los silencios que cada quien lleva dentro, en la infidencia del verbo una mar dura que madura en quemadura en los adentros, el secreto itinerario de un naufragio que mĂĄs dura, tal vez un tropo en brego.

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LA LUNA DE ANTIER …qué himnan las venas?, quién corifea el talmud de mis silencios?; quién sabe el destino -sin el cantodel destino?, quién el salmo en peligro de hablación?; qué versículo le acomoda a las malditas jarcias del mastelero que emproa ciego hacia altas mareas?; quién diantres abre infame ventanas y quiere ver desnuda por la calle ahora la luna de antier?

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CUARTO DE TILICHES estoy triste desde que advertí en su cara la molicie, su instinto innato de quedarse quieta en cualquier rincón de casa, cuya estancia -y que conste en los actos de este infolioaún sufraga con su lúdica llegada sin factura y tufo de trasmanos en un estuche portable, escorada, dentro. oh amiga que velaste mis insomnios. oh impar entre mis cosas olvidadas, casi extintas. oh artesana a quien confié mis primeros versos, el adiós de quienes fui su primera víctima.

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esta página que ahora mal digo tiene tinta de profano. te convierte en cada instante más en una sombra del cuarto de tiliches, en una momia inmueble, en una inmesurada chatarra; deja ver en claro que a nosotros nunca jamàs volverá a unirnos nada; fecha con incordia todos los instantes que quitado de la pena paso escribiendo entre el público de un cyber anodino. hoy, con total descaro, para mi descargo y con tu venia, oh frígida Olivetti, describo aquí las incontables madrugadas en que mis dedos te palparon habidamente mía.

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hoy, en favor de la añoranza, te prometo este apólogo que salvará tu nombradía de cualquier amenaza de extravío. adiós amada, con agónica nostalgia siento que hoy serà la última ocasión -oh dilectaque yo tecleo en tu obsoleta mecánica, il dolce amore que nos tuvimos siempre a manos llenas.

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EX LIBRIS en el desbroce de los argumentos, rendija ùnica que mira al sitio ubicuo de los irreverentes: si te escribí versos, que sean estos que hallaron finalmente su destino dentro de mis obras incompletas. tendrán lugar aparte entre el bagaje que habrá resistido -estoy seguro-, los destrozos de los embates del tiempo. algún día, cuando quieras, podrás venir tú aquí a leerlos. nada en esa hora fugitiva será más fácil para ti, que entre amplios márgenes en blanco los encuentres en este renglón proclive que te consagra para siempre al olvido.

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GANDHI de la neurolepsia de entonces, que aùn preservo etiquetada como inútil pecio hundiéndose en el baúl nada fácil de mi alma, cuando además intento echar todo por la borda; cuando deseo sacudirme el jaez de los recuerdos; cuando tropiezo con la verdad de mis errores, y repaso el almanaque màs barato de mis instintos que me hace dudar de mi fe en el hombre, entonces recalo en los nombres de aquéllos que poco a poco dejé perdidos en algún sitio de la memoria, y que yo, sin desdoro, recuerdo que siempre puse en alto:

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la ejemplar flacura del insigne Gandhi en taparrabos y con lentes, prieto, insólito entre la ralea de los ilustres; el dìa que me enseñò de un sòlo rasgo a comprender la antifonía de todos los salmos, el halo divino de lo santo, el indulto a la humildad orbitando para siempre una sonrisa; cuando supe que como primer ministro de estado, su trabajo oficial consistìa en retirar cada mañana el bacìn de orines conyugales como si se tratara de un voto de feligresía, un dogma, un mandala, un sutra, un canon o el onceavo mandamiento, celebrando el mismo protocolo, a diario.

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DC domingo con osario en lunación, equinoccio de primavera del cuarto mes, katún trece de la añada; cuaresma cinco mil quinientos veinticinco en la cuenta larga, que aquí llegò con bridajes alisios -como el mejor de los vientosavivando el olán de las pubescentes hojas, ora verde agua tierno -hora de ver translúcida-, de los bananos al fondo del jardín, en el fasto de un día del año dos mil doce, DC.

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LUNA RALA luna rala, ungida, ominosa, hembruna que oficia en secreto los deseos; runa trasnacida, tajada luminosa, urna sacra, ubicua uña argente en el ijar derecho del cielo; guadaña sonámbula, aljaba de reflejos, riscal donde ocultan su placer los unicornios en celo, amuleto que agota el malagüero, altiva máter, aùlica, gran Diosa.

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TRÌPTICO PARA JEANNE DUVAL i) arrima sus ancas cuando el fastidio me mata. me ayunta a su grupa de sátira en celo. como en un extraño acto secreto de magia, que no sé ni me explico y que tampoco entiendo, -de muchacha o potranca- ¡he aquí el prodigio! de pronto me encantan sus nalgas de seda como si se tratara de un maleficio.

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ii) al solaz, entre nos, cuando estamos solos como ángeles en veda, rutilan mis manos iniciando el periplo hacia los sitios más alpestres de su espalda, -¡oh galimatías, paráfrasis de un pleonasmo, espejo de mitades gemelas de la luna llena!desde donde -al cobijo de las sombrasen nómade albedrío caravanean a su antojo mis lunáticos dedos.

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iii) allí, a ratos jinete, otras veces lascivo centauro, sin reclamos de cordura alimaña, unicornio escapado de alguna página de imposible lectura en el real imaginario; bestia camada entre los faunos, doloso minotauro, caballo desbocado en el brocal de los sueños, se trincan mis venas cuando me invitas golosa brincar a tus lomos, a llevarme a galope al confín siderario, a derramarme contigo hasta el paroxismo. oh invicta animalia; cubre mi impudicia entre tus alas de Diosa, y arrima más tus ancas, relapsa, cuando me mate el tedio.

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LASTRARÈ MIS HUESOS lastraré mis huesos; mis días de guardar. olvidaré para siempre los chiqueros de Circe. manoseado por el viento, defendiendo la porción de fidelidad que le debo al numen de la tribu, como un mogote de zarza vagarè sin rumbo adondequiera el viento. en los días impróvidos me hundiré en cilicio. quemaré todas las barcas de mis sueños prohibidos. serè una sabandija perdida en el escondrijo del polvo. un estatuto de escombro en el memorial de los náufragos. un tumbo de olas en el osario de los días sin retorno; al hado ruego que mi fin sea nunca antes de volver a palpar los muros de mi Ítaca.

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ESTA CARNE QUE SOY esta carne que soy, que al goce de tu piel se transfigura; esta befa que es hoy, en tu plexo solar mi sepultura; esta sed de existir que no se cura, este nexo en que sigo sin edad perdido en una fĂ bula de espejos; este potro, esta incordia, el verso en el que no me reconozco, y ciego leo; esta nutrida soledad; esta venia de poeta narciso; este evangelio, este grito infausto que nace desde el polvo en un ardid eterno.

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ESA EDAD DE LA LUZ este batir (tres mil quinientos ya millones) que tu corazòn aveza; este badajo en sangre, a grosso modo como bitácora, que adentro llevas; este apenas puño diminuto con el que vences todas las tormentas, en el que caben todas las estrellas, con sus mundos, sus agujeros negros que a sì atraen todas las galaxias hacia los cielos de otros cielos, lejos, hacia todos los tiempos y espacios, y en cortejo, a todo el universo, como si fuera un acto extraño usado por algún mago diestro, loco, eterno.

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este latir que yace en la semilla, y ahora mismo bate en tu costado; que hace crecer la planta, y al fruto lo ensancha y lo sazona, y colorea en el vestido de las flores, y hace que el ave desgrane en su garganta un concierto con puros gorgoritos. esta lumbrera que abre tus maitines, que a contrasueĂąo vela mientras duermes, y cada dĂŹa y cada noche enciende el tabernĂ culo de tus vigilias, y aviva el pensamiento de los hombres.

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¿es esa misma luz, la mìtica chispa de un bigbang que al fin nos muere? ¿es sòlo un tictac que nos deja prestado nada màs un rato Dios, con firma de contrato? ¿vivir, morir? ¿no hay màs? ¿eso es todo? ¿es el acto, la escena, el mismo pacto? ¿es la imagen, su misma semejanza? ¿el mundo es dual? ¿ podemos tù y yo ser nosotros los yos de algunos otros? ¿soy otro en este verso que alguien lee? yo creo que sì, y sòlo en otro tiempo.

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cuando seas el poeta que le dè alas al tigre y lo vuelva esfinge, y digas como tuyo ante nadie: (es mi alma en otro instante, en otro cuerpo, esa edad de la luz), este batir en un lugar del mundo, una maùana, a las once, domingo diecisiete de febrero del aùo dos mil trece.

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PUTA CABRONA què muerte vivirè?¿què Dios oscuro va a borrarme del libro de la vida? quiènsabrà el viàtico de mi partida? de què porciòn de humanidad abjuro?. si he de morir, para mi mal me apuro, oh, gélida criatura de la nada, sombra lùcida, catrina en un aspecto que hoy conjuro. eres enfermedad que no se cura, cuna, matriz al modo de locura, barcaza de mil sueños, sepultura, puta cabrona que hurga en mis deshechos, a quien entrego un plato de cenizas, y en guisa de reparto, no mis besos.

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PUERTA DE ESTROPICIOS y habla, tratando de ser puntual -en lo que puedas-, de todo esto; tu compromiso, mรกs allรก de contigo mismo, es con nadie. evita el circunloquio, sin ambages el uso de la rueca de las frases hechas, la costumbre de otra vez cruzar la misma puerta de estropicios que en tu ayer, acaso, olvidaste, y que hoy el nudo de unos dedos imposibles toca,

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y a donde otros, ¡ay!, mañana vendrán a colgar su camisa de once varas en el clavo que dejaste. y da la cara aquí, tu brazo a torcer, total, a nadie importa. inventa la multívaga hora de tu desprecio a lo que no tenga memoria.

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SIMIÓTICA en el principio no era el verbo, era un chacaleo, un vagido léxico sin memoria de bestia o divino, pusilánimes gañidos, agugús prenómicos, ortofonemas desleídos, homonimias, acurrucos sin sentido, yemas, runas, gemas, glifos, paliques tribales, ordalías que evocan palíndromas, homilías de semillas: efe, ele, elle, eme, ene, eñe, ere, erre, ese, anonimias, nervaduras de las páginas del tiempo.

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DE POÉTICA te adjunto aquí, lector, en este escrito, toda una yunta de asonancias: rimas, versos faleucos, qué se yo, mi más reacia palabra que a leer te invito. igual que tú, también yo soy adicto a murmurar algún poema, y más aún, en cuanto a tu saber, me animas pedirte aquí lectura a un texto inédito. si acaso encuentras una voz rejega, que haga que pongas tu mirada en vilo, recuerda: cada letra, tilde o signo usado en la poesía es plagio y niega -por ser de todos- del autor su estilo; la palabra es de quien la dice, opino.

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EL TIEMPO PASA te dejé mi sombra, el silencio de mis pasos, mi cansancio, mi alegría. vaso de mi olvido, alforja de mi ensueño, tictac del corazón mìo: ¿cómo nombrar lo que un día fuimos?, ¿cómo no amar los sitios que inventamos?; ¿de quièn era esa mano igual que una paloma perdida que descorrìa las cortinas para que la tarde entrara a decirte que afuera, miles de instantes abajo, yo te esperaba guardando mi alma, mejormente a punto de escaparse, mancillando mi mejor camisa.

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CIUDADES MAYAS bajo el ala màs rala, en las solfataras recònditas, desde el pulido ojo del jaguar: (venero del àmbar); bajo el ùltimo grito del papàn que gañita que la noche comienza; junto al ramal mecido por las frondas: (techo de tiernas plumas) (hermano árbol) (abuela piedra) (silencio hijo) (pedernal) (hojarasca) (madrastra del miedo) (padre cenote) (sartal de sueños). aquì su sitial. aquì su estanza. dìa uayeb. aquí la primera hilada de glifos en el rostro de pulidas piedras.

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SI ESCRIBES VERSO, Y VES QUE SE SOSTIENE si escribes verso, y ves que se sostiene por sí solo y con cierta cadencia, es normal que prosiga su elocuencia, y exija la palabra que conviene. si algo suena, -es porque el poema viene-, si añades ritmo, rima, la solvencia de lo escrito es grande, pues hay constancia que el asunto a la métrica concierne. de acudir al catálogo, es Homero, “el vate soberano”, quien hace siglos ocupa la cabeza en ello; empero, dejando a un lado la cuaderna vía, si te atreves cantar en verso blanco, sin rimas, sin medir acentos, puedes ser como el mar que viene y va y sigue siendo el mismo a cada golpe y distinto. escribe ahora, desata todo ese mar que llevas dentro; tuyo es ese mar en donde guardas todos los ajuares del viento.

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CIRCE HOGAÑA a Silvia Hernández Luelmo, para su devota colección de poemas.

aquí, de ese entonces hasta aquí, de alguna manera en forma igual a la lasitud que los peces tienen cuando respiran lentamente bajo el agua, y andan nadando en la nada de saber que sabe a nada el agua, y desde allí edifican su babelia, todo un mundo de cosas que no tienen memoria en la innecesaria nada de los nombres.

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aquí, desde ese entonces aquí, también es babel tu nombre, y el nombre de tu nombre, y el silencio de tu nombre, la prosodia extinta, y la ortodoxia de tu callado nombre. aquí, desde ese entonces aquí, de cualquier modo, oh, Circe, te evocaré licántropa, y lejana, dispensaria de todos los ensueños, amante, hermana.

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mimusamagamásamada, faro en la penumbra de los náufragos, peñasco desasorde, bienamorada diaconisa, heliogábalo que nada hacia el sol de una sonrisa, entonces ángel de mi guarda que en el costado izquierdo de mí respira mientras duermo, pastora del insomnio, hechicera que procura cicatrices cada noche, hogaña, aquí, en esta isla de solísimas arenas. ven, dame tus mastrujes;

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véndame con un paño de ternura. ungüenta un matallagas; vendimia menjurjes de indolencia para olvidar que el tiempo pasa, y nos desnuda. ven, oh, prójima, es el tiempo de dios que nos alcanza; ven, artimaña una pócima que evite el olvido, dame, hermana, en un trago de una vez toda la memoria de mis sueños.

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INSOMNE

insomne adujo argumentos de índole diversa, entre ellos, la ocurrencia de los azotes de pandemias que hicieron impropicio escudriñar los decretos de los hados tutelados en la compulsa de las vísceras de pollos de traspatio insanes criados ex profeso. con más agobios que el urita Job, en medio de dolencias abisales, empeñado en saber el dicterio del oráculo, tuvo evidencias de la necesidad, entonces, de abandonar para siempre el ministerio de la poesía. noctumbre, con febril insomnia al fin recibió el precepto: “apela a tu saber que es el que te enseña, que cuando algo es perfecto, más siente el placer y el dolor. cuida mejor que la poesía no te abandone nunca a ti”, y despertó. 71


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HAIKÚ entre dos versos con cinco acentos, va el de siete: ¡un haikú!

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INSTRUCCIONES PARA CONQUISTAR TROYA recordaré estos días, sin jamás olvidarlos Gilgamesh a María Jesús Maricalva

a los nueve años, uno tiene un cuaderno de bitácora, con una gaviota volando sobre un fondo magenta; un trompo de madera recia, hilo trenzado de lino a modo de cuerda que lo amortaje desde la base de la puya de hierro, -con la que baila en el suelo-, hasta la altura –un poco más arribade la línea del ecuador, que imaginariamente lo circunda. simplemente uno tiene un trompo, digo, un cono lúdico con el que sale de casa un día a conquistar el mundo.

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chamaco lo carga uno de día y de noche; uno lo amanera a su modo, y lo ama, y con él sueña. lo cubre con ternura desde el tronco de su eje de fierro, hasta la última vuelta que da la soguilla que enrolla su cintura. dueño de este artefacto jubiloso, uno lo acomoda muellemente con la cabeza hacia abajo, y con la púa descansando en el soporte de la curva que forman los dedos índice y pulgar.

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aquí, autores escoliastas, generalmente anónimos, apuntan que para “picar” el dreidel, uno lo avienta desde arriba del hombro como si fuera una piedra, para que caiga de pie, zumbando, y baile con ludibrio en un palmo de tierra. uno calcula el tiro de la lienza; uno no quiere que el levitrón escape al aire a modo de un pedrisco que saliera de su honda capaz de lastimar a nadie. cierta cofradía casualmente señala que el riesgo de un percance es menos si el zurriago se humedece -para asegurar su amarre-, con un poco de agua o de saliva.

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otra fuente heterodoxa recomienda ungir el piolín con orín impúber, lo que, además, sea dicho de paso, otorga de ipso facto buena suerte. al cabo sobrante que termina al darle uno la última vuelta al trompo, se le hace pasar por un orificio hecho en el centro de una corcholata utilizando el mismo pico de la peonza. allí, un nudo ciego de remate en la cara que tiene los bordes cortantes deja firme la tapa de hojalata, justo en el sitio en donde se unen los dedos anular y medio.

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esto evita que el cáñamo se zafe cuando uno abra el puño en el aire, y suelte al trompo, y la guaraca, igual que un látigo, se jale, y finalmente quede colgando desde el dorso de la mano. aquí uno navega a todo trapo los mares. aquí uno alcanza a tocar la bóveda del cielo con los dedos. uno tiene por juguete una pirinola fabricada de quiebrahacha o palo duro, y un arsenal de sueños para conquistarlo todo. llegada la hora de nombrar los astros; una vez elegido el campo de batalla, usando su misma punta aguzada, cualquiera a esa edad puede trazar a compás, en el suelo, la fase de la luna en cuarto creciente.

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alguno debe testificar que la línea meridiana y la espalda de la media luna midan exactamente la mitad del largo de la cabuya. cuenta nueve pasos, luego, de distancia, y el otro, siempre el otro, yo, tú, él, danzando su plural en aquelarre sobre la sombra de uno mismo, planta allí un pie sobre la corcholata eligiendo el centro del corazón del universo. y uno hace girar el rejón atado al zumbel a la manera de un compás ahora a todo lo que da aquel látigo; configura en un círculo los altos muros de la ciudad prohibida.

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manuales antiguos mencionan que es el sol; en el fondo uno sabe que ha llegado el momento de asediar a la opulenta Troya. a los nueve años, uno tiene un cuaderno de bitácora con una gaviota volando sobre un fondo magenta; uno chacotea su chacona con achaques de bravura; no sabe esperar cumplir los quince, y mucho menos sufrir la abulia de lo que ocurra en otros nueve, sin poder lanzar de una vez al mar sus naves, como afirman que a la edad de veinticuatro le ocurrió al egregio griego Aquiles, quien después de ocasionar los mayores estragos de la guerra contra los teucros, una flecha hincada en el talón del pie lo mató sin haber visto la destrucción final de Troya.

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en la fragua de la infancia, uno entiende sólo a golpes de ternura; uno sabe qué gazapos lleva la chistera dentro, y que nadie debe nunca luchar contra su propio Ángel. desde los nueve años, uno carga ese cuaderno en la memoria; uno lo guarda con fervor como si fuera un palimpsesto. libro de horas, bitácora con olor a santidad, con trazo cuneiforme allí uno cala sus primeros sintagmas. ¿es la infancia la otredad? ¿puede el recuerdo de un trompo que baila en la palma de la mano quedar sin guardarse en algún paño del alma?

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CONTENIDO

DEJA

13

TOCO TU CUERPO

15

TROPO

17

SI

19

EN QUÉ SITIO

21

IDOSMENTE

23

INFIDENCIA DEL VERBO

25

LA LUNA DE ANTIER

27

CUARTO DE TILICHES

29

EX LIBRIS

33

GANDHI

35

DC

37

LUNA RALA

39

TRÍPTICO PARA JEANNE DUVAL

41

85


LASTRARÉ MIS HUESOS

45

ESTA CARNE QUE SOY

47

ESA EDAD DE LA LUZ

49

PUTA CABRONA

53

PUERTA DE ESTROPICIOS

55

SIMIÓTICA

57

DE POÉTICA

59

EL TIEMPO PASA

61

CIUDADES MAYAS

63

SI ESCRIBES VERSO Y VES QUE SE SOSTIENE

65

CIRCE HOGAÑA

67

INSOMNE

71

HAIKÚ

73

INSTRUCCIONES PARA CONQUISTAR TROYA 75

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Este libro se terminó de imprimir en marzo del 2015, con un tiraje de 500 ejemplares. Impreso por Talleres Gráficos de la Universidad Autónoma de Querétaro, con domicilio en Prol. Pino Suárez #467 Col. Ejido Modelo C.P. 76177. Papel Cultural, 120g.



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