SE MIÓ TICA.
Ilse Daniela Duarte García Editorial 11º UAM Xochimilco Diseño de la Comunicación Gráfica
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Nietzche “Dios ha muerto”. Martin Heidegger El malestar en la cultura. Sigmund Freud Rizoma. Deleuze y Guattari La escritura y la diferencia. Jacques Derrida El método. Edgar Morin Autopoiesis, acción y entendimiento comunicativo. Niklas Luhmann Tratado del Todo-Mundo. Édouard Glissant Ser singular plural. Jean-Luc Nancy
Nietzsche “Dios ha muerto”. Heidegger reflexiona sobre la metafísica de Nietzsche dentro de la corriente del nihilismo, un movimiento importante en el siglo XX, pretende resumir dicho movimiento con la frase “Dios ha muerto”.
El nihilismo es visto por Heidegger como un movimiento histórico, no como la doctrina de Nietzsche exclusivamente, sino como el movimiento fundamental del occidente. El nihilismo no sólo predomina donde es negado el Dios cristiano, donde se combate el cristianismo o donde existe el ateísmo a base del libre pensamiento, es una posición metafísica.
Martin Heidegger El nombre de Dios, es visto como una figura, que pretende ser para esta vida el fin existente por encima de la vida terrena. Cuando desaparece la autoridad de Dios y de la Iglesia, aparece entonces, la autoridad de la conciencia: se impone la razón. Y más tarde el culto a la religión es suplantado por el entusiasmo por la creación de una cultura o por la extensión de una civilización. Aquí, en la posición nietzscheana, la metafísica es el ámbito histórico en que se convierte en destino el hecho de que el mundo, las ideas, Dios, la ley moral, la razón, la cultura, pierden su fuerza y se anulan. Los valores supremos se devalúan ya por el hecho de haberse impuesto la idea de que el mundo ideal no es realizable dentro del real, ni lo será nunca. La nueva posición de valores se transforma en una “alteración de todos los valores” respecto de los valores anteriores, no hay transformación ni arreglo alguno de los viejos valores, a esto le llama nihilismo consumado.
Por el contrario, llama nihilismo incompleto al que sustituye los valores con otros, y los pone siempre en un lugar anterior. En el nihilismo se tratará de buscar lo más viviente, con lo cual, cambia radicalmente la valoración de la vida, de aquello en que consiste la esencia determinante de todo lo viviente. Aquí el sujeto es sujeto para sí mismo, la esencia de la conciencia es la conciencia de sí mismo; a partir de esto el hombre comienza a poner valores y, a apreciar todo según sus valores. En su frase, Nietzsche, no quiere decir que Dios no existe, sino que literalmente: “Dios ha muerto”. Matar significa ser anulado, por parte del hombre; es el proceso en que lo existente, como tal, se transforma en su ser. En el fondo es el hombre, y sobre todo él, quien se transforma en todo este su proceso, él es quien anula lo existente en el sentido de lo existente en sí y el poner valores pone a lo existente bajo sí, por lo tanto, lo ha matado, agoniza ya en sus últimos momentos, y la subjetividad es la única que la da su nuevo aire, su respiro, en otro ámbito.
En esta lectura, Freud se pregunta cuál es el objetivo de toda cultura y si verdaderamente contribuye a la búsqueda de la felicidad o, por el contrario, genera malestar.
El malestar en la cultura.
Uno de los objetivos primordiales que se propone la cultura es unir a la mayor cantidad de personas posible. Pero para acceder a sus beneficios y poder convivir en sociedad, el sujeto deberá renunciar constantemente a una serie de impulsos. Así, el individuo deberá reprimir sus pulsiones sexuales y agresivas. Esto genera un sentimiento de culpabilidad que Freud lo identifica como malestar. Para controlar la violencia innata de los hombres y evitar la desintegración de la cultura, ésta busca lazos de unión que trasciendan las creadas por el amor sexual. Así, por ejemplo, el cristianismo manda amar a toda la humanidad desinteresadamente (“Ama al prójimo como a ti mismo”). Esto significa una clara restricción de la vida sexual, al inhibir cada vez más la satisfacción de los instintos. De esta manera, la cultura cree evitar las tendencias agresivas del hombre, pero lo que verdaderamente logra es que se sea cada vez más difícil alcanzar la dicha.
Sigmund Freud El hombre dentro de la cultura introyecta su violencia, creando un super-yo, cuya conciencia moral pauta muchas veces su comportamiento, generando incluso sentimiento de culpabilidad. Esta sensación es la angustia producida en dos instancias determinadas: una es el miedo a la autoridad externa mientras que la otra es el temor al super-yo. La primera obliga a renunciar a la satisfacción de los instintos, pero la segunda impulsa, además, al autocastigo, ya que no es posible ocultar ante la instancia parental internalizada la persistencia de los deseos prohibidos. El individuo ha trocado una catástrofe exterior amenazante (la pérdida del amor y el castigo por la autoridad exterior) por una desgracia interior permanente: la tensión de sentimiento de culpabilidad. Toda nueva renuncia, en vez de apaciguar el sentimiento de culpabilidad, aumenta la severidad de la conciencia moral y, por consiguiente, el malestar. Por ejemplo, toda renuncia al instinto de agresión es incorporada por el super-yo acrecentando su agresividad contra el yo.
Rizoma.
En el mundo actual y su forma lógica, las relaciones humanas se refuerzan por la idea de que éstas se llevan a cabo mediante redes. Entendiendo como redes todo aquello que unifique, ofreciendo generalidades como semánticas, medios de comunicación, formas, y otras, sin embargo a lo largo de la historia del hombre y su desarrollo siempre ha ocurrido esto, pero evoluciona conforme el hombre lo hace, debido a que podemos compararlo paralelamente con una figura denominada “Rizoma”, una forma vegetal que establece la forma de lo vivo, y lo que da vida, muy ligada a la naturaleza. Comparándosele con la raíz de cualquier árbol o planta que se expande sin seguir ningún patrón.
Como nuestra forma de pensar y comportarnos, nunca sigue un modelo sincronizado, va de un hecho a otro y va del pasado al futuro. Todo esto basado en las conexiones, lo que une y da sentido a esta forma ramificada de pensar y actuar. Ellas conectan un punto con cualquier otro, combinando al azar, multiplicándose, siendo conexiones heterogéneas.
Deleuze y Guattari Lo que conforma al ser humano no es en sí, un objeto definido, el humano es un cúmulo de experiencias, sueños, metas, decisiones, el espacio en que se desarrolla, las personas con quienes entabla comunicación y por ende socializa e incluso lo que come, lee, respira y más, por consiguiente a partir de lo que vive, se direccionando, pero no a una sola dirección, sino que a muchos caminos, dando forma imitativa a la rizoma. Entonces, se puede deducir que se encuentran en el ser humano dos elementos distintivos: Está organizado de forma fractal, el todo y su partes son la piezas que lo conforman (la sustancia que lo conforma), compuestas de los mismo, pero los tamaños varían. Dando libertad a que cada ser se desarrolle de forma genuina y distintiva. En el segundo elemento, los componentes fractales se desarrollan como si fueran una raíz, absorben. Como ejemplo podemos hablar de la muralla china se construyó por segmentos que, al encontrarse, se articularon formando estratos y finalmente una unidad, material y con un gran significado. La muralla es consistente. Algo semejante ocurre en la configuración de un libro. La segmentariedad está compuesta por los subtemas contenidos en cada estrato. El Quijote es una máquina
abstracta y cada capítulo tiene conexión con otro y con el todo; pero también puede leerse por sí mismo, por segmentos. Los segmentos a su vez están compuestos por “partículas”: Sancho, Rocinante, Dulcinea, Alfonso Quijano, las doncellas y así sucesivamente. Estos elementos se visten con lo “objetual” del libro: tapa, título, autor, encuadernación, hojas impresas, que permite reconocer a un libro como tal.
Quizás se ha producido en la historia del concepto de estructura algo que se podría llamar un acontecimiento si esta palabra no llevase consigo una carga de sentido de la exigencia estructural, o estructuralista, tiene precisamente como función reducir o someter a sospecha.
La escritura y la diferencia.
Esto resulta ser un sistema complejo, del que se suple constantemente un centro, es decir, el centro es sustituible. Esta serie de reemplazos, da como resultado una estructura. Una estructura totalizadora será entonces efecto de la complementariedad de esta serie de sustituciones del centro. Es inevitable cuestionarse si realmente ha existido un centro, si este tiene un espacio natural y El acontecimiento de ruptura, cuál es el objetivo del mismo. la irrupción a la que aludía yo al principio, se habría producido, El centro recibe, sucesivamente quizás, en que la estructuraliy de una manera regulada, fordad de la estructura ha tenido mas o nombres diferentes. La que empezar a ser pensada, es historia de la metafísica, como decir, repetida, y por eso decía la historia de Occidente, sería yo que esta irrupción era repela historia de esas metáforas y tición, en todos los sentidos de de esas metonimias. la palabra.
Jacques Derrida
Evidentemente sólo hay escándalo en el interior de un sistema de conceptos que preste crédito a la diferencia entre naturaleza y cultura. En el momento en que se hacen sentir los límites de la oposición naturaleza/cultura, se puede querer someter a cuestión sistemática y rigurosamente la historia de estos conceptos. Es un primer gesto. Un cuestionamiento de ese tipo, sistemático e histórico, no sería ni un gesto filológico ni un gesto filosófico en el sentido clásico de estas palabras. Inquietarse por los conceptos fundadores de toda la historia de la filosofía, desconstituirlos, no es hacer profesión de filólogo o de historiador clásico de la filosofía. El proyecto planteado por Levi-Strauss plantea la importancia de analizar la interacción de diversos conceptos y las relaciones que surgen de estos. El objetivo era convertir a la lingüística como una ciencia piloto que sirviera de ejemplo a otras disciplinas humanas como proveedora de modelos. Así, Derrida manifiesta su oposición a la autoridad del lenguaje y el logocentrismo y favoreciendo a la deconstrucción como un pensamiento del origen y cuestiona la relevancia del lenguaje. El autor nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de una estructura sin centro, donde el discurso es el resultado de múltiples relaciones entre diversos componentes. Dejando de lado el ideal de un elemento predominante y omnipresente, que tiene por origen a sí mismo y da razón a todo lo demás.
El método.
En el siglo XIX, Clausius introdujo la idea de la degradación de la materia como parte de la segunda ley de la termodinámica. Para esto acuño el término “entropía”. Esta magnitud física permite medir la energía no utilizable en un sistema cerrado, esta degradación no es reversible. Esta degradación eventualmente puede aumentar hasta un máximo, que es un estado de homogeneización o equilibrio térmico, donde deja de existir la posibilidad de cambios o de trabajo. Durante la segunda mitad del siglo XIX, esta degradación de la energía, fue trasformada como degradación del orden por autores como Boltzmann, Gibbs y Planck.
Edgar Morin Todo incremento de entropía es un incremento de desorden interno, la entropía máxima corresponde a la homogenización del sistema y el equilibrio. Hay un segundo principio que no sólo nos indica términos de trabajo, sino, organización y desorganización de un sistema compuesto por elementos diferentes entre sí. Así, la entropía significa al mismo tiempo degradación de la energía, del orden y de la organización. Esta triple degradación obedece a términos irreversibles. En la escala humana y social, la degradación del segundo principio se compensaba por los logros científicos y técnicos. Sin embargo, Maxwell logró desmentir la predicción del equilibrio total en un sistema cerrado. Logró demostrar que el desorden es un desorden físico que permite existir. La relación entre el orden y el desorden es un tema que se ha examinado extensamente.
A pesar de que según el pensamiento occidental estos tienen una relación repelente, la estadística sólo ha podido superponer un macro-orden (poblaciones, números grandes) a un micro-desorden (individuos), pero sin enlazar lógicamente amabas escalas. El segundo principio de la termodinámica sólo ha podido establecer una ruta unidireccional que indica que el orden u organización precede al desorden. Sin embargo, el evolucionismo biológico indica que el desorden precede al orden. Según Michel Serres, existe un “estado indecible”, del que una “catástrofe” de origen nacen “casi juntos”. La cosmogénesis nos ha demostrado que el desorden va más allá de sí misma y toma el papel de creador. Co-organiza y desorganiza simultáneamente. El desorden es relativo a todo el proceso existente. Hay desorden en el orden, hay órdenes en el desorden.
Autopoiesis, acción y entendimiento comunicativo. Entender a la sociedad, resulta complejo, si se parte de su más efímera razón de existencia como lo es la comunicación, siendo que es esta la auténtica diferencia entre el ser humano y los animales en general.
Niklas Luhmann
Otro elemento, fundamental para entender mejor la teoría de Luhmann es comprender a la conciencia, ésta, definida como un proceso de continua autotransformación de sucesos y eventos. Sus rasgos generales son temporalidad y que se encuentra en constante cambio, siempre sujeta a eventos y sucesos que a su alrededor ocurran. Luhmann, hace uso de la sociología para entender generalidades de conjunto, ofreciendo como respuesta, que la comunicación y el uso que de ella se hace, genera a una sociedad. Una sociedad no es definida por el hombre como la sociología clásica define, sino que es compuesta por elementos comunicativos expresamente, que poseen un sistema constituido por diferentes subsistemas como el derecho, la economía, la política, la religión y un largo etcétera.
Siendo que la comunicación es la base fundamental sobre la que se sustenta, y que desdeña al concepto de acción clásica, propone un nuevo concepto de acción, con ello pretende que la acción no sea la causa dependiente de un sujeto y que siempre tiene implicaciones morales.
Luhmann elimina del concepto tradicional al hombre como referente para la sociología así como al concepto de acción, éste, como elemento central de análisis de la sociología, determinando que el hombre no es parte, sino entorno de esta ciencia y ofrece como base de la sociología a la “comunicación”
Toda acción es siempre una selección contingente, que condiciona selecciones posteriores.
Para explicar su teoría, ofrece, Luhmann diversos conceptos y preguntas. Una de ella es ¿cómo se describe un individuo a sí mismo como tal individuo?, su respuesta es una de las bases de su teoría, el análisis de la individualidad a través de la autoreferencia. Esta se comprende como una unidad de diferencias, que está en ellas y no en las unidades.
La acción sirve para mantenerse en un mundo estructuralmente complejo, se actúa para enfrentarse a la complejidad del mundo.
El desarrollo de esta teoría, se puede asociar con el concepto filosófico de la palabra vacuidad, “como el constante cambio da la posibilidad a que todo exista en donde nada está determinado”.
Tratado del TodoMundo.
En este texto, Glissant participa ideando un nuevo lenguaje para crear una realidad que hasta ahora conocíamos pero que nadie quiere ver con claridad. Tal vez por esto, Glissant crea desde la visión poética, con un uso del lenguaje propio y original. “Para expresar esto, que compartimos los multilingües, importa aquí el lenguaje, que desvía los límites de las lenguas usadas”. Su manera de mirar y hablar en el Mundo son archipielares. Entre los diferentes capítulos, obtenemos poemas en prosa llenos de imágenes, compuestos por elementos de la naturaleza, otorgando voz a la mar, las plantas o la tierra, nombrando las cosas desde su origen.
Édouard Glissant
Glissant habla de aspectos muy importantes, como lo son, la criollización, oriundez, totalitarismo o la raíz es necesario nombrarlos una y otra vez, ya que su significado ha sido cambiado. Él se encarga de ir descubriendo la realidad: “Los Estados Unidos, tierra del multiculturalismo, no son tierra de criollización; aún no” o “África sólo es África de verdad para los demás cuando la conquistan”. De esta manera, podemos asociar algunos términos de las lecturas anteriores; de Gilles Deleuze y Félix Guattari como “raíz” o “rizoma”. Leyendo artículos relacionados a este tema, encuentro que en esta ocasión Glissant ya desarrolló estos términos en un libro anterior llamado Poétique de la Relation. Toma un proceso de identidad de “estar” en el Mundo, siempre en relación con el otro. El autor se encuentra en una posición opuesta a los dogmas, a los pensamientos únicos, a la intolerancia, a lo que se encuentra definitivo. Esto lo lleva a proponer la diversidad: “Escribimos en presencia de todas las lenguas del mundo”, lo que supone una riqueza en el Mundo: “Lo que crea totalidad es el rizoma de todos los lugares, y no una uniformidad locativa en que nos esfumaríamos”.
Glissant también aborda algunos temas literarios, como la lectura que hace de Michel Leiris o Yves Bonnefoy y de sus respectivos libros Aurora y Douve, donde reconoce tener una influencia, poética, pero también estructural, “a un tiempo total, y tan poco totalitario” de aquellos libros, que de alguna manera el propio autor pretende adaptar a este Tratado del Todo-Mundo, creando un tipo de poética diversa, porque Glissant externa de manera orgullosa el mestizaje en todos sus sentidos, desde el uso del lenguaje hasta los propios géneros de la literatura. La mezcla de poesía y otras disciplinas. Abarca grandes temas en este tratado. En fin, Glissant, inventa y crea con un método poético y original, estableciendo una red de imágenes, donde su objetivo no es ser completamente definitivas, sino más bien sugerir, porque su escritura está presente y va cambiando la lengua y la manera de mirar el mundo diferente.
Ser singular plural. En este texto, Nancy dice que el ser sólo tiene sentido en relación con el otro, quiere decir que para darle sentido al ser hay que buscarlo en el nosotros. No existiría sentido si el sentido no es compartido, y esto ocurre no porque haya un significado en sí, que cada ser tenga en común, sino porque el sentido es la participación del ser indistinta y distintamente; es singularmente plural y pluralmente singular.
Jean-Luc Nancy
El ser humano se hace participe de una gran existencia, comprensible solamente en el hecho simultaneo del conjunto, lo que no constituye un significado particular del ser, como si fuera o como si tuviera un cierto número de atributos, sino que lo singular plural forma al contrario la realidad esencial del ser. Cualquier significado no tiene sentido sino se comunica, este debe relacionarse. El individuo contemporáneo se encuentra individualista y débil, incapaz de relacionarse. Por ello nace la necesidad de crear comunidad. La comunidad, no es la sociedad tomada como una asociación y distribución de necesidades, ni la asociación donde no se acepta la singularidad ni el desacuerdo. La comunidad no es una obra ni pretende hacerse obra, no tiene una función específica, no es el espacio del mí mismo ni del nosotros, es el espacio siempre de los otros, de los demás; tampoco es un modo de organización. En la comunidad ya no existen los roles sociales como en el trabajo podría verse. La comunidad no es un objeto de pensamiento, se transforma en una experiencia. La comunidad se produce en un tiempo y un espacio en que los cuerpos entran en contacto. Los espacios de tránsito son ahora los espacios públicos, ya no son de encuentro. Los lugares que podíamos ver como espacios de reuniones o recreativos son ahora espacios que incentivan el comercio, el individualismo, entre otros. Es decir, donde es imposible el contacto. Pero la comunidad ahora necesita de espacios para llevar a cabo el productivismo, es decir, requiere de espacios donde se relacione y se explote el mismo ser.