Edifica #39 - Noviembre 2022

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CONTENIDOEDIFICA el porfiriato ESPECIAL DE noviembre URBANISMO URBANISMO alameda central 24 BELLAS ARTES 06 10
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JUAN VILLEGAS R. directoreditorial.ilustre@gmail.com DIRECTOR EDITORIAL CARLOS CHAVEZ V. editorjefe.ilustre@gmail.com EDITOR EN JEFE ALAN DE LA CRUZ C. publicidad.ilustre@gmail.com DIRECTOR DE PUBLICIDAD BALE VIZCARRA diseño.ilustre@gmail.com JEFA DE DISEÑO EDITORIAL MIGUEL GARFIAS diseño.ilustre@gmail.com JEFE DE REDACCIÓN EDIFICA Tendencia Inmobiliaria, es una revista digital mensual, en español, enfocada al sector inmobiliario. Este número fue editado por Ilustre Editorial en Zapopan, Jalisco, México, Noviembre 2022.

NOVIEMBRE 2022

EDITORIAL Miguel Garfias

Noviembre llega a EDIFICA con una narrativa de la arquitectura mexicana en una de las épocas más interesantes del andar histórico de nuestro país: el Porfiriato. Este periodo, reconocido por ser la cuna de la modernización nacional y consoli dación de nuestro país a finales del siglo XIX, tuvo como uno de sus grandes logros el haber cambiado la imagen arquitectónica de México, principalmente de su capital, como ningún otro episodio de la historia.

En nuestra edición porfirista de Noviembre conocemos los orígenes de algunos de los recintos más populares de la CDMX, los cuales tuvieron su nacimiento a finales del siglo XIX, muchos de ellos en aras de celebrar el centenario de la inde pendencia mexicana por órdenes del general Porfirio Díaz, el gran autor de la modernidad mexicana de su época. Caracterizada por el afrancesamiento de la sociedad, la modernización de la industria y el nacionalismo, el porfiriato dio frutos en muchos aspectos, siendo la arquitectura el gran exponente de ellos.

Por ello, en nuestra nueva edición te llevamos por un paseo histórico, principal mente centrado en la capital mexicana, con la finalidad de conocer los más gran des éxitos de este periodo, su arquitectura, sus recintos más populares, y tal vez uno que otro chisme de la alta sociedad mexicana. Sin más, te dejamos deambu lar por nuestras páginas este mes revolucionario deseándote una excelente lectu ra.

ALAMEDA CENTRAL

Toda localidad mexicana, por más grande o pequeña que ésta sea, posea una plaza que funciona como punto de encuentro para sus habitantes, para deambular por ella, socializar, comercializar, inspi rarse, distraerse, etc. Es algo tan propio del país como de gran parte de América latina pues se deriva de nuestra herencia hispana el tener un sitio donde dispersar la mente de lo que nos atarea. Grandes, de menor tamaño, adoquinadas, llenas de árboles, las plazas en México tienen muchas apariencias y diseños, pero de entre todas ellas desta ca una, la propia madre de todas las plazas y parques públicos de todo el continente, la cual hoy es todo un ícono urbano de la Ciudad de México y fue la primer en su tipo naciendo hace más de 400 años. Nos referimos a la Alameda Central, el parque público más antiguo de América y de nuestro país, una plaza pública que innovó en su natu raleza hace 4 siglos en la búsqueda de comenzar un trazado urbano de la capital de la Nueva España y otorgar a sus pobladores un lugar de esparcimiento digno. Con tantos años de historia, qué no nos puede contar la icónica Alameda Central capitalina, parque que ha visto pasar el tiempo desde los inicios del México colonial, de su inde pendencia, del por riato y su revolución hasta llegar a nuestros días repletos de modernidad. Si sus bancas, árboles, fuentes, esculturas y monumentos hablaran, nos contarían lo que tal vez ya conocemos: que México es un país en constante y eterna transformación sociocul tural.

Un vestigio del México anterior a nuestramodernidad

Las capitales y megalópolis del mundo están orgullosas de sus plazoletas y parques de renombre, dignos atractivos turísticos pub licitados y constantemente renovados. El mexicano no necesita un central Park cuando tiene a su disposición al parque público más antiguo del continente, con tanta historia que hoy es un privilegio deambular por este museo al aire libre, cuyos rincones y elemen tos que lo conforman han sido parte del largo trayecto de transformación que caracteriza a nuestro país, principalmente a su capital. Nacido de la necesidad de dar orden a la plani cación de la Nueva España y otorgar a sus pobladores capitalinos un espacio para la vida social y el comercio, la Alameda Central nació en el siglo XVI inspirada en la Alameda de Hércules en Sevilla. Inaugurando una tradición que se replicará en todo el país y en América latina, la plaza se convertiría en parte de la identidad social de los capitalinos, siendo un punto de encuentro que trascendía el tiempo mismo. El paso del tiempo transformaría su com posición y estilo, pasando de una época barroca hispana a una altamente in uencia da por las tendencias europeas hasta llegar al México independiente, con lo cual la Alameda pasaría a ser la principal evidencia de la transformación del país tras cortar sus lazos con la corona española en el siglo XIX.

Para cuando nació la República, asistir a la alameda por las tardes y disfrutar su entorno ya era toda una tradición fuertemente arraigada en la vida de los capitalinos. Su arbolado y senderos fueron un digno punto de esparcimiento social incluso para la época difícil que signi có la primera mitad del siglo XIX en el país, siendo entonces un símbolo de la vida en la capital de la nueva República independiente.

Durante el segundo Imperio Méxicano, Maxi miliano y Carlota buscan devolver su esplen dor a una Alameda descuidada, intentando dotar del estilo parisino al parque público sin mucho éxito. Con Juárez en el poder, fue evidente ver como la Alameda se había convertido en un punto de celebración de eventos y tradiciones, siendo la principal plaza para conmemorar festividades y ban quetes populares, mucho de ello derivado de las nuevas costumbres que la segunda mitad del siglo XIX trajo consigo a la capital mexi cana.

Fue sin duda el por riato el periodo que dotaría a la Alameda Central de su esplendor, pues el afrancesamiento de la ciudad propi ciado por el presidente Por rio Díaz haría que el parque más importante de la Ciudad de México se convirtiese en un recinto digno de la vida aristocrática mexicana. Las tradi ciones europeas de instalar circos, ferias, quioscos y otras formas de disfrutar al aire libre hicieron de la Alameda el espacio públi co favorito de la alta sociedad mexicana del por riato, quienes podían deambular por sus caminos al más puro estilo parisino y londin ense. Y de cara a celebrar el centenario de independencia, Por rio Díaz terminaría por coronar a la Alameda como el parque público favorito de su administración mediante la construcción del hoy hemiciclo a Juárez, uno de sus grandes atractivos visuales y arqui tectónicos contemporáneos.

El primer parque público de América
Vestigio del cambio social
URBANISMO 07

Modernidad

Hoy, la Alameda es un punto de encuentro orgullosamente chilango, donde no solamente convergen capitalinos, provincianos y extranjeros, sino que mantiene viva la tradición de reunir a todo mexicano bajo sus árboles en pleno corazón de nuestra historia. Con un palacio de mármol al este, museos e iglesias al Norte y a la distancia la modernidad representada por la torre Latinoamericana, la Alameda Central no le debe nada a ninguna otra plaza pública del mundo, pues es, por sí sola, parte de la iden tidad capitalina y de la historia misma de México. Repleta de esculturas que plasman la cultura del país, de árboles de todo tipo ofreciendo su sombra al local y extranjero y ofreciendo un punto de encuentro céntrico para todo habitante de la CDMX, la Alameda representa la naturaleza del mexica no: acoger a cualquiera que lo necesite y ofrecer un hogar seas o no nacido en nuestra tierra.

BELLAS La joya arquitectónica nunca vio el

ARTES

que

BELLAS
arquitectónica
el porfiriato.

De entre todos los delirios del general Porfirio Díaz de convertir a la Ciudad de México en una capital europea se encuentra su obsesión de hacer de la CDMX una París en América. Así como los estadounidenses buscaron replicar mediante el estilo neoclásico a la propia Roma en su capital Washington, Porfirio Díaz pretendía hacer lo propio con la capital mexicana, lo anterior principalmente propiciado por una arquitectura similar y en tendencia en el viejo continente en aquel entonces, a lo que se sumaba un estilo de vida digno de parisinos. Ya conocemos que Porfirio Díaz poseía una enorme admiración por el país francoparlante, esto a pesar de haber luchado contra los mismos décadas atrás. Con un poco de incongruencia, y propiciado principalmente por su esposa de alta sociedad, Díaz terminaría por admirar sobre manera a Francia, creando un lazo importante entre ambas naciones en múltiples aspectos. Pero lo que se refiere a la capital nacional, esta vio como la admiración del presidente poco a poco se manifestaba en sus calles y avenidas, en plazas públicas y en un estilo de vida aris tocrático europeo, donde una de las principales atracciones y pasatiempos es el teatro, y México estaría a punto de contar con uno de los más hermosos del mundo.

El Teatro en el porfiriato

Para la alta sociedad capitalina, imitar a los europeos era el día a día en lo que hoy llamamos aristocracia rancia. Entre sus actividades tenemos el comprar en tiendas finas y boutiques, asistir a museos admirandose de su propio pasado prehispánico, negándolo tal vez; y claro, consumir entretenimiento refinado para su estatus social, el cual vendria proporcionado por el teatro nacional.

De cara a los festejos por el centenario de independencia, y buscando conmemorar este magno evento con una evidencia arquitectónica de las capacidades de modernización y em bellecimiento urbano del General Porfirio Díaz, muchas obras fueron planeadas en la capital mexicana, tanto para embellecer y conmemorar los cien años de independencia como para edificar recintos que la sociedad privilegiada de entonces pudiese disfrutar, siendo el Teatro Nacional uno de los lugares a redefinirse arquitectónicamente.

Si Díaz iba a dejar un legado arquitectónico, lo haría cerciorándose de que su obsesión parisina estuviese presente, y su proyecto para el nuevo teatro nacional, el actual palacio de Bellas Artes, sería la evidencia absoluta de sus intenciones. Para edificar lo que sería el recinto más hermoso de todo el país, requirió de la mente visionaria (y europea) de Adamo Boari, arquitecto italiano que pronto se convertiría en el arquitecto predilecto del General, diseñando otros edificios cap italinos complaciendo los deseos del presidente de forma magistral.

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Una palacio ecléctico

El palacio de Bellas Artes comenzó su construcción a inicios del siglo XX en busca de verse con cluido para las celebraciones del centenario, pero a pesar de los esfuerzos de sus autores, este jamás vería su conclusión durante el porfiriato, pues el estallido de la Revolución Mexicana paralizó las obras y Porfirio Díaz se vería obligado a exiliarse precisamente en Paris, sin ver jamás lo que hoy embellece el centro histórico de la capital mexicana. Concluido en 1934 y tras pasar mucha modificaciones y estilos, el palacio de Bellas Artes es hoy un recinto multifuncional de arquitectura ecléctica. Pasó de idearse como un recinto renacen tista a uno neoclásico, hasta terminar poseyendo un poco de todo, sumado el Art Déco de su época final de construcción. Por ello, Bellas Artes es hoy un edificio digno de contemplarse, tanto dentro como fuera de sus blancos muros de mármol. Decorado con una bella fachada digna del renacimiento, donde estatuas magistralmente esculpidas adornan la vista exterior, Bellas Artes es un viaje a la arquitectura misma en la Ciudad de México, donde contemplamos un renacimiento de mármol blanco en combinación con un edificio neoclásico, para adentrarnos en un vestíbulo digno de los años 20s, con el dorado y la geometría del Art Déco en su vestíbulo, para posteriormente degustar una arqui tectura tal vez barroca en su sala de teatro que sin duda Don Porfirio había admirado hasta las lágrimas, pues algo así solo podría haberse concebido en la europa que tanto idolatró.

URBANISMO

Templo a las bellas artes

Hoy el Palacio es un centro cultural por excelencia que no solamente brilla en el cora zón de la CDMX por su arquitectura, sino que ofrece un recinto multifuncional para diversas disciplinas artísticas, desde el teatro, siendo la sede de la Compañía Nacional de Ópera, hasta la música, hogar de la Orquesta Sinfónica Nacional; ambas insti tuciones celebrando su arte en la Sala Principal del teatro con capacidad para 1,677 personas.

Por otra parte, el arte pictórico encuentra en el recinto una exposición permanente de los grandes artistas del siglo XX, los cuales dejaron su huella imborrable al interior del edificio mediante el muralismo. Entre los artistas que destacan en esta exposición permanente se encuentran Diego Rivera, Jorge González Camarena y David Alfaro Siqueros.

Cuenta además con un museo dedicado a la arquitectura del propio palacio y otros recintos de la CDMX, siendo una excelente forma de conocer la historia del recinto de su propio interior. La importancia de Bellas Artes es tal que hoy es uno de los edificios más bellos e importantes de todo el país, una joya digna de la arquitectura porfiriana que hoy trasciende el tiempo y maravilla a todos sus visitantes. Sede de magnos even tos, ceremonias y homenajes, Bellas Artes es el gran recinto cultural del país al que muchos aspiran interpretar en su interior, exponer en sus salas, y ser reconocidos en la historia de México bajo su hermosa cúpula.

URBANISMO

CHAPULTEPEC RESIDENCIA PALACIEGA DE PORFIRIO DÍAZ

Díaz gobernó desde la cima de la Ciudad de México.

El Castillo de Chapultepec es uno de los grandes íconos arquitectónicos de la Ciudad de México, vestigio de la transformación histórica de nuestro país y baluarte de los cambios políticos del gobierno mexicano, desde el virreinato, al segundo imperio hasta llegar a nuestro periodo de interés: el porfiriato. Tal como hoy el actual presidente gobierna desde su austeridad Palacio Nacional como si de la corona británica se tratase, en su momen to Porfirio Díaz hizo lo propio al designar como su residencia oficial el mismo Castillo de Chapultepec, aquel que años antes uno de los grandes “enemigos” de México habitaria de igual manera, Maximiliano de Habsurgo.

Para quienes han visitado el palacio que se alza sobre el cerro del Chapu lin sabrán coincidir con quien escribe en que este recinto está lejos de llamarse austero al igual que Palacio Nacional. Chapultepec es un palacio en todos los sentidos, desde su ubicación privilegiada en medio del bosque y a gran altura, hasta por sus interiores que manifiestan un estilo de vida digno de reyes y emperadores, con el lujo en cada rincón de las habitaciones, salas, dormitorios, pasillos y mobiliario. Porfiro Diaz no fue tonto al elegirla como residencia, puesto que Chapultepec es tal vez una de las residencias, hoy museo, más increibles de la historia de México.

Gobernando desde la cima

Desde su llegada al poder y por más de 3 décadas, el general Porfirio Diaz gobernó el país buscando hacer de México una potencia digna del mundo mod erno, trayendo progreso en muchos aspectos, un estilo de vida afrancesado bastante evidente, y claro, desigualdad social que más tarde le pasaría la factu ra. Pero mucho antes del estallido revolucionario, Diaz modernizó al país desde una burbuja elitista de evidente entorno aristocrático, emulando las costum bres de aquellos que idolatraron él y su familia: las potencias europeas y sus sociedades recatadas, principalmente Francia.

Sumergido en este nuevo estilo de vida de lujo, riqueza y poder, Díaz dejaba atrás al guerrillero com batiente salido de Oaxaca que pelearía para expulsar a los francés de México y quitar del poder a Maxi miliano para convertirse en este último, habitando su residencia temporal y viviendo obsesionado con la nación que combatió fieramente. Siendo uno de los grandes misterios esta incongruencia, la realidad es que Díaz durante sus 30 años de gobierno vivió como un completo aristócrata o incluso hasta Rey en medio de una República “demócrata” y desigual, y el gran ejemplo de esta contrariedad es su morada en lo alto del cerro del chapulín, un palacio que basta

La Casa de Verano

Diaz y su familia habitaron múltiples residencias a lo largo de su mandato, entre las que destaca su residencia en la calle La Cadena (de la que ya no queda nada), y por supuesto, su “casa” de verano, el Castillo de Chapultepec. Como sabemos, de casa no tiene nada, pues el palacio sirvió de residencia palaciega de la familia Diaz por muchos años, llegando a habitarla hasta sus múltiples nietos en un estilo de vida digno de reyes. Si bien despacha sus labores como presidente en Palacio Nacional, llegaba a citar a su gabinete al Castillo para asuntos relacionados al gobierno, además de ser sitio frecuentado por los famosos “Científicos” su grupo de allegados más íntimo liderados por Limantour. La apariencia que hoy podemos apreciar al visitar el museo que alberga hoy el Castillo de Chapulte pec es legado principalmente de Díaz y su familia, con lo que se puede admirar una vida de lujos digna del siglo XIX. Convertido este colegio militar en una auténtica residencia de reyes, el Castillo de Chapultepec adquirió un diseño interior donde sobresale el lujo de sus muebles, tapicería, alfom brado, ventanales, muebles de baño y ornamen tación que pocas, muy pocas personas eran capaces de poseer durante su gobierno.

Vida palaciega

Por 30 años Chapultepec fue testigo de la vida monárquica de Porfirio Diaz y su familia, hijos y nietos incluidos, los cuales habitaron la ex fortale za militar como los amos y señores del Valle de México. El hoy Museo Nacional de Historia expone la forma en la que vivían los Díaz, mostrando sus habitaciones, áreas comunes, baños, comedor y demás estancias tal cual fueron utilizados. El gen eral fue el único que habitó por más de un sexenio el castillo, pero otros le seguirán la tradición tras su exilio, siendo hasta 1934 y por decreto del general y entonces presidente Lazaro cardenas, que el castillo no sería habitado más y pasaría a convertirse en el museo que hoy es.

Basta con visitar el museo a las alturas de la CDMX para conocer la vida de realeza que el gen eralísimo disfruto junto a su familia en la cima del poder político de México, algo que supondremos no volvería a repetirse nunca, pero que hoy, en pleno 2022 parece ser todo lo contrario para quienes por gusto y delirio habitan palacio Nacion al. La contradicciones políticas de los líderes de méxico no son una novedad siendo Diaz un claro ejemplo de como lo que criticó en su momento como combatiente se convirtió en su obsesión: ser un afrancesado líder político con delirios monárquicos, y el único castillo del país, su residencia oficial.

INTERIORISMO

EL FERROCARRIL EN MÉXICO

El símbolo del progreso del porfiriato.

El gran boom industrial y de progreso que se vivió durante el por riato tiene sus orígenes con la expansión del ferrocarril en el país, transporte que movi lizó la transformación del país en su era de mayor cambio y modernización. A pesar de su previa existencia en la joven nación independiente, el ferrocarril en México no vio su verdadero potencial hasta la administración de tres décadas del general Por rio Díaz, en la cual fue explotado para conectar toda la extensión del país en la búsqueda de su modernización.

La llegada de capitales extranjeros al país favorecida por la administración de Díaz hizo posible la expansión del sistema ferroviario en el territorio mexica no, llevando consigo la industrialización tan necesaria en la época a cada rincón del país. De Norte a Sur y de costa a costa, México veía llegar el progre so del siglo XIX con el sonoro avance de las locomotoras, un medio de trans porte que se convertiría rápidamente en el principal autor del cambio tan deseado de Por rio Díaz y su gabinete.

Conectando a un país en transformación

El capital extranjero que trajo consigo la apertura al mundo occidental de Por rio Díaz y su mano derecha, José Yves Limantour, su secretario de hacienda, permitió el crecimiento sin precedentes de las industrias en México. Metalurgia, telecomunicaciones, agricultura, comercio, textiles, y la import ación y exportación de productos jamás tuvieron tanto protagonismo en la transformación de México hasta la llegada de un capitalismo voraz al territorio nacional.

Para dar abasto a esta nueva forma de progreso se necesitaba una forma de conectar al país con sus puertos y fronteras de cara a la apertura del México moderno en vísperas de un centenario inminente. Los ojos de Díaz y sus cientí cos verían entonces que la necesidad de explotar al máximo medio de transporte industrial de la época, el ferrocarril, era la única forma de mantener el ritmo de la modern ización del siglo XIX, por lo que expandir las vías férreas de dicho transporte y modernizar su maqui naria era una completa prioridad.

Limantour sería uno de los autores del éxito de esta encomienda, elaborando un plan para lograr nacionalizar la industria ferroviaria y con ello garantizar la industrialización a lo largo y ancho del terri torio mexicano.

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Estallido revolucionario

El contraste social en el por riato era cada vez más evidente conforme se acercaba el centenario de la independencia en el país. Si por una parte México se modernizó con el ferrocarril como su gran protagonista, el país y su sector más popular se empobrece día con día. La revolución estaba a la vuelta de la esquina, y sin saberlo, Díaz, Limantour y todos sus cientí cos estaban facilitando el medio de transporte ideal para movilizar tropas y llevar el levantamiento armado a todo rincón del país, por lo que el ferrocarril sería partícipe del nal del régimen por rista, convirtiéndose tanto en un icono de su magni cencia como de su caída.

Con un sistema que recorría todo el país, la revolución aprovechó la conectividad férrea del territorio nacional para llevar el clamor insurgente a toda la ciudad de México. En la cúspide del progreso, el ferrocarril de pronto servía a los doblegados por el avance industrial del por riato, facilitando movili zaciones, transporte de armamento y recursos para seguir una lucha que manchaba las tan esperadas celebraciones del centenario y terminaría por expulsar a Díaz y su familia a su amada Francia. Este irónico desenlace marcaría la historia del ferrocarril en nuestro país, pasando de ser el instrumento del cambio y modernización a contribuir en la lucha por conseguir mejores condiciones sociales en un país caracterizado por la desigualdad.

Los años posteriores a la revolución y el avance del siglo XX traería consigo el cambio en la naturaleza ferroviaria de México, sirviendo al transporte de mercancías más que el de pasajeros, con lo que lenta mente el ferrocarril perdería su importancia en la modernidad dando paso a otras formas de trans porte como la aeronáutica y los vehículos motorizados bien entrado el siglo XX. Las locomotoras que hoy podemos contemplar en museos y fotografías fueron parte de la transformación más grande que el país vivió en los últimos siglos, llevando al México independiente a la cúspide de su potencial con su imparable y sonoro clamor de combustión y velocidad cuyos ecos aún resuenan en la historia.

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EL PORFIRIATO

Para hablar del por riato, esta época de progreso tan controversial, tenemos que hablar primero de su principal protagonista: el General Por rio Diaz. La historia actual de México lo cataloga como uno de los grandes personajes del México moderno e independiente al mismo tiempo que lo coloca como uno de sus grandes villanos. ¿A qué se debe esto? Principalmente a la desigualdad social con la que el México de nales del siglo XIX se desarrollaba, uno proveniente de épocas de guerra e intervenciones extran jeras, joven e inexperto, fracturado y desgastado. Ese México encontraría en Por rio Diaz un líder que se tomaría en serio la tarea de modernizar a su país, pero que, en el camino, dejaría a las clases sociales más pobres en un evidente rezago caracterizado por la pobreza.

Si bien el México moderno del siglo XX, e inclusive en nuestra actualidad no ha cambiado mucho en este sentido de desigualdad social y grandes brechas socioeconómicas, el por riato ha sido villanizado por la historia y sus posteriores vencedores revolucionarios, quienes resaltan la época desigual del cambio de siglo y poco se enfocan en los grandes avances de esta época, sin los cuales el país probablemente habría tardado muchos años en alcanzar la modernización de su época. En cuanto a su protagonista, el general sigue siendo objeto de controversia y disputa entre quienes lo ven como un villano a la nación

La época de la historia de Méxicoque marcó el futuro de la nación. por perpetuarse en el poder (ignorando que el gran referente democrático, Juárez, hizo lo propio y por más tiempo), y aquellos que lo ven como un héroe progresista que puso a México en el ojo del mundo occidental en un siglo de suma importancia internacional.

¿Qué trajo consigo el por riato más allá del espectro sociopolítico a México? De eso hablaremos en esta ocasión, identi cando lo que la modernización del México dispuesto a cumplir un siglo de historia dejo para cimentar un país a la altura de las potencias europeas, replicando en gran manera su estilo, costum bres, tecnologías y arquitectura, siendo la capital mexicana un referente de este fenómeno equivalente a la Era Victoriana en Inglaterra y en el mundo occidental.

Siglo XIX

El siglo XIX en el hemisferio occidental representó una de las épocas de mayor avance tecnológico y progreso como especie humana para el mundo. Grandes inventos llegaron al mundo moderno para facilitar la vida de las sociedades, siendo el epicentro de toda esta modernización el Londres victoriano, un entorno lleno de progreso que otras capitales del mundo como París replicarán con el propósito de dar rienda suelta al avance de la civilización occidental como nunca. Europa se modernizó, siendo un claro modelo e in uencia para las jóvenes naciones en América que buscaban consolidarse como tales, adoptando muchas de las costumbres, estilos, vestimenta, comportamientos sociales y arquitectura, y por supuesto, su modernidad tecnológica e industrial.

Para el México de la época, la situación no fue color de rosa en un comienzo, pues la joven nación apenas se recuperaba de una serie de guerras comenzadas con su independencia y que, con la llegada del gen eral Por rio Diaz al poder, el país entraría en una era de paci cación y avance tan necesaria que gener aría la tan esperada estabilidad del país de cara al centenario de su independencia. A pesar de ello, el precio a pagar sería la evidente desigualdad social de los mexicanos, pues mientras unos viven imitando a las clases altas de Europa en las principales ciudades y haciendas del territorio mexicano, la clase traba jadora y campesina vería inciertos sus mañanas rodeados de pobreza, situación que eventualmente haría estallar el siguiente gran con icto civil de la historia mexicana.

Con el veterano de guerra al mando del país por más de 30 años, México fue capaz de adaptarse a las tendencias occidentales, en gran parte debido a la fascinación de Don Por rio por los países del viejo mundo, especialmente de Francia, del cual obtenía inspiración para convertir a México en un país digno del nuevo siglo y de su centenario como país independiente, por lo que llevó a cabo la tarea de modern izar la nación hasta el último momento, siendo la Ciudad de México un claro ejemplo de su encomienda.

México centenario

El por riato es el equivalente a la Era Victoriana en Europa, imitando muchos de sus quehaceres públi cos, tecnológicos, industriales y culturales, y por supuesto, arquitectónicos. Si en París la moda era de una forma, en México también lo fue. Si en Londres el gran invento del momento era el teléfono, Por rio Díaz se encargó de que esa maravilla tecnológica y de comunicaciones fuese una realidad en el país. Y sí en Europa se edi caba neoclásico, en la Ciudad de México también se edi có así.

A lo largo de su prolongado mandato, Por rio Díaz se encargó de convertir a la capital mexicana en una extensión de Europa, algo facilitado por la conexión del país con su Madre Patria, España. Por ello no fue sorpresa que, a lo largo de tres décadas, e incluso aún hoy en día, la Ciudad de México terminará por convertirse en una capital digna del viejo continente, con una arquitectura similar, recintos dignos de los quehaceres occidentales del siglo XIX como el teatro, los museos y las boutiques.

Para los últimos años de esta llamada dictadura, Díaz había hecho de la Ciudad de México y otras ciudades del país dignas capitales repletas de la arquitectura, la industria, la economía y la cultura de un siglo de ilustración e industrialización. El país estaba modernizado, con puertos dignos del comercio trasatlántico, vías de comunicación innovadoras para su época que dejaban el servicio postal como algo obsoleto, y una de sus más grandes contribuciones, la creación de innumerables vías férreas que conectan al país en toda su extensión mediante el ferrocarril, instaurando así una era de industrial ización y progreso.

ESPECIAL DEL MES 27

Arquitectura porfiriana

Por rio Díaz, buscando posicionar a México ante el mundo, hizo de la arquitectura un estandarte de esta modernidad y vanguardia. Para ello, utilizará el noble arte de la edi cación para vestir la capital mexi cana como una extensión misma de sus deseos europeos, ordenando la construcción y remodelación de recintos dignos de una capital mundial. La existencia del Palacio Postal, el Palacio de Bellas Artes, el Ángel de la Independencia entre otros proyectos inconclusos, es debido a la visión del general de hacer de la Ciudad de México un bastión arquitectónico de modernidad y cultural cimentado en las tenden cias del momento.

Si bien muchos de los proyectos más visionarios de este periodo, como el inconcluso Palacio Legislativo, hoy monumento a la revolución, nunca se consolidaron, la empresa de Díaz logró su cometido, pues durante su periodo y administración, México pasó de ser un país con ictivo y rural para convertirse en un atractivo comercial, industrial y político para los países vecinos y las naciones de Europa. Es indis cutible que el por riato, a pesar de sus oscuras características en lo social y político, fue clave para consolidar a la nación mexicana, abriéndose ante el mundo y modernizando para la actualidad. Y aunque Por rio Díaz siga considerando un villano de nuestra historia, debemos recordar que todo partícipe de esta travesía llamada Estado Mexicano tiene sus claroscuros, por lo que estigmatizar a algui en, sus hazañas y su periodo histórico es tal vez uno de los grandes errores de nuestra memoria histórica.

JOSÉ MARÍA VELASCO

El artista que retrató el México del siglo XIX con su pincel.

La segunda mitad del siglo XIX en México no fue muy diferente a lo que aconteció en Europa respecto al auge de las artes, la cultura y las ciencias, puesto que la in uencia directa de países como Inglaterra, Francia y España estuvo fuertemente propiciada por el presidente Por rio Diaz y su afán de hacer de México una extensión del viejo continente en América, imitando sus nuevas costumbres sociales aristócratas y aplicando en territorio nacional los más recientes inventos y descubrimientos tecnológi cos en busca del progreso.

El Arte oreció, al igual que en Europa, durante el por riato, siendo la literatura, la música, la arquitectura y la pintura las disciplinas más desarrolladas en esta época de ilustración y romanticismo. La ciudad de México, capital y epicentro de todo este orecimiento cultural y progresista vería de primera mano el nacimiento de grandes artistas que dejarían huella en la historia y evidencia de lo que ocurrió en el país durante el mandato de Díaz, una época marcada por el contraste social entre una clase campesina e iletrada con la alta sociedad enriquecida y favorecida por el gobierno del general Por rio Díaz. De esta época de orecimiento cultural y artístico sobresaldrá uno de los artistas más académicos de la historia de México, paisajista e ilustrador que mediante su arte logró plasmar el México del siglo XIX, especialmente el panorama rural y hacendado de los alrededores de la capital, siendo su principal musa el propio Valle de México. Formado en la mejor academia de arte del momento, José María Velasco romantizaría mediante su arte la época que le tocó vivir, una era victoriana afrancesada en México donde su mano paso del naturalismo al paisajismo, siendo catalogado en tiempos más moderno como el “Da Vinci mexicano” debido a su destreza artística y a ción por diversas ciencias como la geología, la botánica y la zoología.

Época de ilustración

El por riato en México favoreció el orecimiento de la ciencia y las artes, lo anterior gracias a la apertura del país a las tendencias extranjeras respecto a estos grandes rubros del quehacer humano. Europa vivía una época de ilustración, de descubrimiento y de cultura, algo que nuestro país adoptó con gran interés haciendo lo propio en territorio nacional. Las academias de arte orecieron como nunca, siendo la Academia de San Carlos la principal cuna del arte academicista nacional, de la cual, surgiría el artista de la época, un multifacético maestro del pincel y la tinta que ejempli caba al artista académico por excel encia del por riato.

Academia San Carlos

Habiendo mostrado habilidades y aptitudes para el dibujo, José María Velasco buscaría ingresar a la mejor academia de arte de la capital, la Academia San Carlos. Ingresó en un horario nocturno debido a que sus responsabilidades familiares lo mantenían ocupado durante el día. Como estudiante se dedicó a practicar el paisajismo, siendo discípulo del italiano Eugenio Landesio, de quien aprendió a profundi dad el arte de retratar el paisaje a detalle. Su estadía en San Carlos lo llevó a estudiar también otras disci plinas y ciencias como la geología, la anatomía, la zoología y la botánica, siendo esta última de gran interés para su arte, misma que le daría un factor diferenciador de lo que se pintaba y aprendía en su época.

Su estadía en san Carlos se vio amenazada por su precaria situación económica, situación que se vio resuelta al ganar un concurso lanzado por la misma academia cuyo premio fue una pensión que le permitió concluir su formación y posteriormente le hizo merecedor, a sus 18 años, de una plaza como profesor de perspectiva en el colegio. Ya en esta etapa de su vida, su arte estaba dedicado a la naturaleza y el paisajismo, realizando pinturas del paisaje natural del Valle de México y sus componentes naturales al aire libre, rasgo que le hizo merecedor de una fama fuera de lo convencional a no alinearse a la tendencia anatómica y religiosa de la pintura de su época.

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TRENDING

La enseñanza en San Carlos marcaría su aspec to profesional, mientras que su verdadero genio artístico orecerá retratando la naturale za del México del siglo XIX y los alrededores del valle de México, realizando múltiples pinturas del panorama rural capitalino. EL detalle de su obra, los múltiples campos de profundidad y la selección de colores hacen de sus paisajes obras de reconocimiento interna cional y que fueron muy elogiadas en su época. Velasco fue frecuentemente condec orado en su momento gracias a su talento, recibiendo múltiples premios y reconocimien tos en vida por parte de las autoridades artísti cas de todo el país, destacando entre todos estos reconocimientos la condecoración de Caballero de la Legión de Honor otorgada por Francia, esto en reconocimiento a las 68 obras del artista expuestas en la Exposición Univer sal de París en 1888.

Además de su trabajo como paisajista, la ilustración cientí ca y naturalista fueron parte de su expertise, destacando sus ilustraciones de aves, plantas y animales las que lo consa graron como un experto de la ilustración y la acuarela. Su destreza y fascinación por otras ciencias lo convertirían en el per l de artista académico de nitivo, experto en sus áreas, dedicado a la enseñanza académica, interesa do en las ciencias y la naturaleza y centrado en una vida artística lejos de orientaciones políti cas. Hoy Velasco destaca como uno de los mejores artistas de la historia mexicana, sobre saliente de su época cuya obra hoy se exhibe en los mejores museos nacionales, donde se puede apreciar su magistral trazo y atención al detalle, talento y habilidad que de manera bien merecida lo hizo pasar a la historia como el artista del siglo XIX.

Retratando el valle de México
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MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA

Punto de encuentro de celebraciones y manifestaciones, referente de toda una megalópolis ante el mundo y sepulcro de muchos de los personajes más importantes de la historia mexicana, el Ángel de la Independencia es quizá el icono definitivo de la Ciudad de México. La glorieta a su alrededor es destino de turistas y festejos, su altura engalana la avenida más importante de la capital, y su significado trasciende el tiempo mismo para recordarnos los orígenes de la nación independiente que es hoy en día el México contemporáneo.

Y aunque su nombre real es Monumento a la Independencia, el Ángel no necesita de formalidades para representar al país ante el mundo entero, congregar a los capitali nos en las buenas y malas, y dotar de una identidad altamente auspiciada por el gen eral Porfirio Díaz, sin el cual, la modernización arquitectónica de la CDMX no habría sido posible, y por ende, este símbolo nacional probablemente no habría sido edifica do nunca, pues detrás de su gloria actual de dorada composición, los intentos por concebir un emblema a la independencia mexicana fueron diversos y nunca se vieron concluidos hasta la llegada de la ambición porfirista de hacer de México un país digno del reconocimiento extranjero.

El ícono definitivo de la Ciudad de México.

ORGULLO INDEPENDENTISTA

Tras el final de la guerra de independencia, se buscó arduamente ejemplificar esta victoria con un monu mento digno de la lucha y sus caídos, siendo la principal propuesta para su localización el actual zócalo capitali no. Pero a pesar de los esfuerzos y la determinación de los mexicanos independientes, el país estaba fracturado económicamente, y el constante cambio de gobierno y sus conflictos impidieron el correcto desarrollo para una convocatoria que diese frutos para concebir el monu mento a la independencia mexicana.

El siglo XIX avanzaba y los esfuerzos por lograr este símbolo parecían perderse. El presidente Santa Anna fue uno de los precursores de este designio nacional para concebir un monumento a la victoria, logrando generar una convocatoria que parecía dar frutos, pues las obras incluso llegaron a comenzar en la Plaza de la Constitución frente a Palacio Nacional, pero no con cluyeron jamás, dejando solo los cimientos y el zócalo de la obra, del cual la plaza hoy debe su nombre. El tiempo pasaba y los intentos seguían, pero las con stantes intervenciones y conflictos impiden su correcto desarrollo. No sería hasta el porfiriato y en aras del propio centenario de la Independencia que este monu mento finalmente veía la luz a ser una realidad para los capitalinos. Cien años tendrían que haber pasado para que el Monumento a la Independencia fuese una reali dad en la Ciudad de México, pero a pesar de todos los contratiempos a este deseo de identidad y orgullo nacional, al final habría valido la pena dicha espera.

VICTORIA ALADA

Las obras del actual monumento a la independencia comenzaron en 1902, con una prim era piedra colocada por el propio Porfirio Díaz, pues este proyecto, además de conmem orar los cien años de la independencia, también formaba parte de la transformación moderna de México bajo su gobierno y era motivo de orgullo. El monumento fue en su primera etapa una columna honoraria coronada por una estatua dorada de la Victoria alada, sosteniendo una cadena de tres eslabones y una corona de laurel, representando la victoria del México independiente a una altura de 52 metros. Su base y grabados deno tan un estilo neoclásico bastante común durante el mandato de Porfirio Díaz, pues al igual que en Europa, este fue el estilo predominante de la época, un revival de la arqui tectura clásica.

Su ubicación en el ya llamado Paseo de la Reforma fue elegida debido a que esta avenida representaba la modernización del México del momento, con varios desarrollos inmobi liarios edificandose en los alrededores, por lo que su ubicación sería símbolo de la trans formación capitalina y del embellecimiento de la futura avenida más importante de la capital. Siguiendo los designios de convocatorias anteriores, el Monumento fue decora do con estatuas, bajorrelieves, columnas menores y escalinata, siendo esta última un motivo de constante adaptación debido al hundimiento de la capital, que hace parecer que la columna no deja de emerger del suelo.

MAUSOLEO A LOSHÉROES NACIONALES

Su uso como mausoleo a los héroes de la patria no estuvo planificado en un inicio, sino que se implementó usar el interior de la columna como nicho que albergará los restos de los personajes más importantes de la independencia. Los restos de los mismos serían trasladados de la catedral Metropolitana y otras partes del país en 1925 para ser deposita dos de manera definitiva en el Monumento a la Independencia. Aunado a esto, una lám para votiva a gas fue instalada en el interior, la cual cumplirá la función de permanecer encendida siempre en honor a los héroes de la Patria.

Las esculturas forman parte de este nuevo uso como mausoleo, representando a quienes ahí descansan eternamente. Esculturas de Miguel Hidalgo, Morelos, Francisco Javier Mina, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero decoran el pedestal en mármol blanco. Otras esculturas en yeso decoran el mausoleo, convirtiendo al Ángel en todo un monu mento digno a los héroes nacionales y a la identidad misma del México independiente mediante un diseño neoclásico digno del porfiriato.

Detalles innumerables pasan desapercibidos para quienes ven a la distancia este hermo so monumento nacional, pues los grabados, nombres, esculturas y su interior resguar dan todo un homenaje a la Independencia nacional, perpetuandose para siempre como un símbolo del México moderno. En la actualidad, el Ángel como se le conoce coloquial mente es centro de celebraciones nacionales, deportivas, así como punto de encuentro de manifestaciones y protestas, por lo que es constantemente custodiado y está en con stante mantenimiento. Hoy se ve rodeado por la modernidad de los rascacielos y el paso de los coches y los transeúntes locales y extranjeros, pero su simbolismo e importancia se mantienen en pie, resistiendo incluso los constantes temblores capitalinos, ejemplifi cando, de alguna manera, el espíritu y determinación del propio mexicano.

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MUSEO NACIONAL DE ARTE

NACIONAL

Uno de los museos con mejor acervo pictórico del país.

Los edi cios de la Ciudad de México siempre tienen una historia que contar, y luego están aquellos que tienen cientos de historias por compartir, que han pasado de un uso a otro y que aún hoy en plena mod ernidad permanece inmutable al paso del tiempo, etéreos y eternos. La CDMX es una ciudad de recintos arquitectónicos formidables e interesantes, muchos de ellos albergando museos de toda clase, siempre resguardando la cultural, el arte y la historia de nuestro país de la mejor manera en edi caciones dignas de ser visitadas.

Este es el caso del famoso MUNAL, el museo Nacional de Arte de la Ciudad de México, un museo que merece la visita obligada de todos los amantes del arte en su múltiples estilos y eras, pues el edi cio que lo resguarda, el antiguo Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, promete desde su aspecto arquitectónico neoclásico y renacentista, todo un viaje por la historia del arte mexicano desde el virreinato hasta la modernidad del siglo XX. El paso del tiempo nos ha demostrado que no es necesa rio salir de México para vivir el arte en bellos recintos arquitectónicos, y el MUNAL es la prueba máxima de esta realidad.

Nacimiento porfirista

México es una nación de artistas que han visto en la capital mexicana una ciudad llena de oportunidades para ver orecer su talento. Vestigio del andar artístico de nuestra nación son las obras que posee la colección permanente del MUNAL, una odisea artística que aborda el arte pictórico y escultórico nacio nales y que ofrece en su magní co edi cio la oportunidad de exhibir toda clase de exposiciones nacio nales e internacionales.

Pero vayamos por orden. El Museo Nacional de Arte tiene por sede uno de los edi cios más bellos de la capital mexicana, el antiguo palacio de la Secretaría de Comunicaciones, un edi cio de arquitectura neo clásica con rasgos renacentistas que es fácil de identi car por dos razones. La primera, se encuentra justo frente al famoso Palacio de Minería, otro gran tesoro de la arquitectura nacional. La segunda, la escultura ecuestre del rey Carlos IV de España que decora la plaza Manuel Tolsá en el exterior.

El edi cio sería construido durante el por riato por ordenes del presidente Diaz en busca de modernizar la capital mediante la edi cación ecléctica y monumental. Anteriormente el mismo espacio lo había ocupado un hospital, en el cual fue embalsamado y exhibido el cuerpo de Maximiliano de Habsburgo tras su fusilamiento. Su demolición daría paso al actual Palacio de arquitectura neoclásica que resguardará las o cinas de la secretaría de comunicaciones y obras públicas del por riato y que con el tiempo, pasaría a ser la sede del hoy museo más importante de arte nacional.

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Templo de las artesnacionales

El actual museo nació a nales del siglo XX, designando el majestuoso edi cio como su sede. Uno de los atractivos del MUNAL es precisamente su aspecto y arquitectura, destacando su escultura ecuestre al exterior, su majestuoso y lúgubre vestíbulo principal, sus corredores y portales, y la bella escalinata de caracol que asciende a los diversos niveles del museo en todo un viaje renacentista digno de Roma o París. El trabajo de herrería es un punto a destacar al interior del inmueble, dejando ver que el afrancesa miento del por riato no fue para nada un mito de los detractores del general Díaz sino una realidad. Aunado a esto, diversas salas parecer haber sido concebidas para albergar banquetes dignos de la reale za, pues el trabajo minucioso y artístico de sus acabados y frescos en el techo convierten al recinto en todo u viaje a un México curiosamente renacentista.

En cuanto a sus colecciones, el MUNAL se enorgullece de poseer todo un viaje completo por el arte mex icano desde el virreinato hasta días más modernos y vanguardistas, destacando de sus colecciones permanentes el arte pictórico occidental de más de 3 siglos, obras de los grandes artistas mexicanos del siglo XX como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Frida Khalo, Gerardo Murillo, pasando por el bello trabajo paisajista e ilustrativo de Jose María Velasco. Otras disciplinas sobresalen de su colección, destacando las salas que resguardan el trabajo escultórico clásico en mármol, exhibiendo guras al estilo grecorromano como todo un museo europeo. Así mismo, el MUNAL comparte sede con otro museo, el Museo del telégrafo, exhibiendo en una de sus alas la historia de las primeras telecomuni caciones del país desde el siglo XIX hasta días más contemporáneos en medio de un entorno de excep cional arquitectura renacentista.

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Palacio Postal Símbolo ecléctico del servicio postal mexicano.

La Ciudad de México es una excelente coleccionista de arquitectura, que de manera un tanto involuntar ia, ha logrado hacerse con edi cios de todo tipo desde sus orígenes prehispánicos hasta nuestra actual modernidad llena de rascacielos al alza. Su centro histórico es un tesoro para los amantes de la arquitec tura, expertos y a cionados que ven en sus calles un ir y venir de edi cios de todo tipo y estilo, muchos de los cuales han logrado perdurar a pesar del imparable avance del cambio que en su camino lamenta blemente se ha llevado otros compañeros de roca y cemento para dar lugar a espacios más modernos. Por fortuna hoy grandes tesoros permanecen en pie a lo largo y ancho de la capital mexicana, siendo su centro histórico un museo arquitectónico sin igual donde destacan algunas de las mejores obras arqui tectónicas concebidas durante una de las épocas de mayor progreso en la historia de nuestro país: el por riato. Por rio Díaz quería hacer de la capital del país una ciudad a la altura del mundo moderno, digna de ser reconocida, visitada y habitada con la calidad que merecían sus habitantes, él uno de ellos, por lo que su determinación estaba más que asegurada a hacer de la CDMX una capital del mundo, y para ello, necesitaba edi cios capaces de representarlo mediante sus funciones. Grandes obras del por riato adornan hoy la capital, destacando el Palacio de Bellas Artes como el mayor logro arquitectónico de este periodo, a pesar de terminarse algunas décadas posteriores al régimen; pero existe un vecino de esta particular edi cación que podría pasar inadvertido a ojos que no lo perci ben y que desconocen las maravillas de su interior. Ubicado en la esquina de las calles Tacuba y Eje Cen tral Lázaro Cárdenas en el centro histórico, el Palacio Postal, anteriormente conocido como la Quinta Casa de Correos, es otro de los vestigios del méxico del por riato, aquel pasado afrancesado del que solo quedan palacio como el que estamos apunto de conocer.

Servicio Postal in crescendo

La Ciudad de México es una excelente coleccionista de arquitectura, que de manera un tanto involuntar ia, ha logrado hacerse con edi cios de todo tipo desde sus orígenes prehispánicos hasta nuestra actual modernidad llena de rascacielos al alza. Su centro histórico es un tesoro para los amantes de la arquitec tura, expertos y a cionados que ven en sus calles un ir y venir de edi cios de todo tipo y estilo, muchos de los cuales han logrado perdurar a pesar del imparable avance del cambio que en su camino lamenta blemente se ha llevado otros compañeros de roca y cemento para dar lugar a espacios más modernos. Por fortuna hoy grandes tesoros permanecen en pie a lo largo y ancho de la capital mexicana, siendo su centro histórico un museo arquitectónico sin igual donde destacan algunas de las mejores obras arqui tectónicas concebidas durante una de las épocas de mayor progreso en la historia de nuestro país: el por riato. Por rio Díaz quería hacer de la capital del país una ciudad a la altura del mundo moderno, digna de ser reconocida, visitada y habitada con la calidad que merecían sus habitantes, él uno de ellos, por lo que su determinación estaba más que asegurada a hacer de la CDMX una capital del mundo, y para ello, necesitaba edi cios capaces de representarlo mediante sus funciones.

Grandes obras del por riato adornan hoy la capital, destacando el Palacio de Bellas Artes como el mayor logro arquitectónico de este periodo, a pesar de terminarse algunas décadas posteriores al régimen; pero existe un vecino de esta particular edi cación que podría pasar inadvertido a ojos que no lo perci ben y que desconocen las maravillas de su interior. Ubicado en la esquina de las calles Tacuba y Eje Cen tral Lázaro Cárdenas en el centro histórico, el Palacio Postal, anteriormente conocido como la Quinta Casa de Correos, es otro de los vestigios del méxico del por riato, aquel pasado afrancesado del que solo quedan palacio como el que estamos apunto de conocer.

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URBANISMO

Palacio de bronce y marmol

El nombre por el que se le conoce hoy a la antigua sede del servicio postal le queda más que bien a la edi cación concebida a principios del siglo XX. La Quinta Casa de correos realmente se convirtió en un palacio postal en todos los sentidos, con una fachada que advierte lo que resguarda su interior: una auténtica maravilla de oro y bronce. El hierro forjado decora todo el recinto de manera sublime, soste niendo estructuras, marcando ventanillas de servicio, y claro, decorando la bella escalinata doble del hall principal, primer objeto en maravillar al acceder.

Su techo permite la entrada de la luz exterior mediante una bóveda de cristal opaco que mantiene siem pre brillante e iluminado el lobby donde los colores bronce y dorados evidencian el increíble trabajo allí realizado. A su vez, el mármol re ejante da un toque especial y de estatus al recinto. Mucho del trabajo de herrería del lugar, del que destacan la escalinata, arcos y farolas, fueron realizados por Fondería Pignone desde Florencia, adquiriendo así un toque internacional para el palacio.

Una arquitectura magní ca poco vista en el país llegaba a la capital mexicana a deslumbrar los ojos de los capitalinos y de la alta sociedad mexicana, siendo su principal admirador el propio presidente quien ahora no tenía que viajar lejos al viejo continente para degustar de un trabajo arquitectónico y de interi orismo que solo Londres o París podían poseer. Visitar el Palacio Postal de la CDMX es toda una experien cia imperdible para quien deambule por sus calles en busca de la siguiente expresión arquitectónica que esta ciudad resguarda en cada rincón, siendo este tesoro de bronce, roca y cristal una maravilla a la espera de sus visitantes, con una historia que contar, pues, a pesar de que el correo ya no es lo mismo en nuestro país, su existencia ayudó a forjar el futuro de México, y su casa nacional es hoy un espacio digno de admirarse.

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Caricatura Política

El porfiriato fue una época de evidente desigualdad social, donde el rico y aristócrata vivía en las grandes ciudades de la república como todo un esnob europeo mientras la clase campesina se sumergía cada vez más en un estado de pobreza que daría origen a la Revolución. Estos tiempos de brechas sociales marcaron la cultura popular mexicana como ninguna otra, haciendo de la vida campesina y en el pueblo todo un fenómeno cultural que hoy se ha convertido en parte del folclore popular de la nación, donde el mexicano sabe sacar la vuelta a las peores situaciones mediante su habilidad humorísti ca irrefutable.

Para una clase social pobre e iletrada era difícil alzar la voz a las injusticias sociales del momento, donde quienes podían marcar una diferencia y hablar de ello en los medios disponibles como la prensa, preferían hacerse de la vista gorda y buscar un lugar en la alta sociedad mexicana antes de luchar por mejores condiciones para quienes sostenían al país desde la pobreza. Es aquí cuando aparece en la escena periodística del porfiriato uno de los grandes recursos de la prensa libre: la caricatura política, la forma por excel encia de retratar las desigualdades del país y mostrar a sus personajes políticos más importantes al ridiculizarlos mediante la exageración.

Una forma humorística de relatar el México popular del siglo XIX.

México popular y desigual

La caricatura política no es una novedad propia del porfiriato y su desigualdad social, sino un recurso existente desde décadas previas al régimen de Porfirio Díaz. Esta increíble y ocurrente forma de criticar a la clase política y sus actividades mediante la exageración ilustrada y el humor resultó ser un deleite para la socie dad letrada del país, aquellos con acceso a la prensa libre y capacidad educativa para interpretar el contenido de los “cartones”.

Afortunadamente en este paraíso de desigualdad existieron personajes que no permanecieron de brazos cruzados ante esta situación durante el porfiriato, artistas que evidenciaron las malas jugadas de Díaz y sus científicas en la cúpula del poder y retrataron dichos personajes mediante la caricaturización de sus figuras en situa ciones humorísticas que al mismo tiempo mostraban la realidad ahí evidenciada. Fue así como se retratan las artimañas guber namentales del porfiriato y el rezago social a las clases más empobrecidas, mediante el humor y la exageración de los déspotas de la Ciudad de México en el poder.

Ridiculización, exageración y humor

Los periódicos del porfiriato, al menos aquellos que buscaban resistir a la prensa controlada por Díaz, se deleitaron ofreciendo sus cartones todos los días, de la mano de hábiles expertos en la ilustración y el buen humor, destacando el aclamado José Guadalupe Posada, quien, siendo un artista del pueblo, logró retratar la situación al pie de la letra y con alta fidelidad, mostrando la vida popular contrastada con la vida de lujos europeos de los Científicos y sus familias.

Para ello, los caricaturistas hacían uso de la deformación y exageración de los personajes políti cos, exagerando el tamaño de sus miembros, deformando sus rostros de forma grotesca, o añadiendo elementos que contribuyeron a contar de manera más gráfica y entendible para todos, letrados e iletrados, los conceptos y las críticas de las ilustraciones y grabados. Esta forma lograría trascender con el tiempo hasta convertirse en una tradición periodística que se adaptaría a las nuevas formas de ilustrar y se convertiría en un elemento obligatorio de la prensa mexicana.

La caricatura política del porfiriato marcaría la lucha social que se estaría cimentando en su época, misma que terminaría con uno de los conflictos armados más importantes del país, donde este recurso periodístico estaría constantemente presente narrando de cerca los acon tecimientos revolucionarios. La noble labor caricaturista hoy sigue vigente, cumpliendo con la misma tarea de entonces: evidenciar a la clase política mexicana ante todos mediante el humor y la caricaturización de sus personajes, sin tapujos ni restricciones, pues al final el humor es la forma favorita del mexicano de sobrellevar los males de la vida misma, y en la política no es la excepción.

POP

LA ALAMEDA CENTRAL -Wikipedia -CDMX.gob BELLAS ARTES -Wikipedia -INBA CHAPULTEPEC -Museo Nacional de Historia -México desconocido -Wikipedia

EL FERROCARRIL EN MÉXICO -Wikipedia -INAH Chihuahua

EL PORFIRIATO -Mi enorme cerebro -Sedena -Wikipedia

JOSÉ MARÍA

VELASCO -Biografías y Vida -Wikipedia

MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA -Wikipedia -Alcaldía Cuauhtémoc

MUSEO NACIONAL DE ARTE -MUNAL -Wikipedia PALACIO POSTAL -Wikipedia -México es cultura -Alcaldía Cuauhtémoc

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