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La importancia de... / El autodidactismo

LA IMPORTANCIA DE...

IMAGEN ÓPTICA )) PERIODISMO CON VISIÓN EL AUTODIDACTISMO

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No hay que ser como se es, sino como se quiere y se puede ser.

stamos seguros, amigo lector, que cuando menos una vez en su vida –y viéndose al espejo– se ha preguntado: ¿Por qué soy como soy?

Desde hace al menos seis décadas, los estudiosos de la mente humana encontraron tres factores que conforman la personalidad de cada individuo, llámesele mujer u hombre:  La herencia: Según los expertos, heredamos de nuestros padres –en forma directa– cuando menos, el 30% de sus características tanto internas como externas, incluso buenas o malas; además, hay en cada uno de nosotros rastros de generaciones anteriores (hay quienes heredan los ojos verdes de la abuela materna o la férrea voluntad del bisabuelo paterno).  La educación: En este apartado se incluyen dos grandes opciones, la familiar (que forma nuestro cuadro de valores y antivalores) y la escolar (que nos dota de información sobre el mundo que nos rodea).  El ambiente: Se refiere a todo lo que nos circunda, sobre todo en la infancia y la adolescencia: el hogar, los vecinos, la ciudad, el país… y hasta la época. No es lo mismo nacer y pasar los años infantiles y juveniles en el barrio de Tepito que en un fraccionamiento de lujo, de Las Lomas de Chapultepec. Todo lo que nos rodea nos va formando o deformando. De algunos años a la fecha, a los especialistas en estos temas les ha dado por llamar a estos factores “las tres determinantes”, dado que son los que van conformando nuestra personalidad.

Pero, como en todo en esta vida, existen paradigmas muy antiguos, que no por su arraigo son necesariamente ciertos. Ejemplo: “Infancia es destino”. Creencia que nos parece cuestionable porque da a entender que, si los factores fueron negativos, al ser “determinantes”, son irreversibles.

A muchos se les olvida que existe un cuarto elemento positivo, llamado autoeducación o autodidactismo, capaz de compensar cualquier carencia, falta de oportunidad, negatividad del pasado, o cambios en nuestro destino: no sólo es posible –como arquitectos– diseñar nuestro presente y futuro, sino –como albañiles– construirlos.

Existen, en todos los países y épocas, miles de ejemplos de individuos que prácticamente surgieron de la nada: Juárez, Lincoln, Helen Keller, Daewoo, Ford, Franklin, etc. Todos ellos cambiaron su destino a voluntad.

Ninguno de ellos es un ser de otro planeta, ni nació siendo un superdotado, sólo decidieron, en un momento crucial de sus vidas, abrazar el autodidactismo y pasar a las páginas de la Historia.

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