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MARTA BELENGUER

MARTA BELENGUER

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“LA CULTURA ES A LO ÚNICO QUE NOS PODEMOS AGARRAR. NO SÉ QUÉ SERÍA DE NOSOTROS SIN CULTURA”

La hemos podido ver en el cortometraje de Nacho Vigalondo “7.35 de la mañana” -nominado a los Óscars en 2005- y en muchas otras series de ficción española de nuestro país.

Marta Belenguer es ya más que un rostro conocido del cine y la televisión porque lleva sin parar de trabajar desde los años 90 hasta ahora. Constancia y talento desde luego no le faltan, varios premios y nominaciones como mejor actriz en diferentes categorías lo avalan.

Aparte de no parar detrás de las cámaras, también escribe y dirige, como pudimos comprobar con el montaje “Donasmoviles”, un “texto feminista y gamberro” -según ella- que escribió hace tiempo junto a una amiga.

Actualmente se sube a las tablas del teatro Cofidis Alcázar de Madrid desde el pasado mes de septiembre para interpretar la obra “El método Grönholm”. Una comedia considerada ya un clásico contemporáneo y que lleva más de 15 años sobre las tablas de medio mundo.

Por: Sarah Ochoa, María José Nicolás y Conchi Castañeira Fotografía : Geraldine Leloutre

Icruceros: Marta, en estos i momentos te encuentras protagonizando “El método Grönholm” donde interpretas a una aspirante para un puesto de trabajo por el que compites con tres compañeros. ¿Qué te está aportando tu personaje de Mercedes?

Marta Belenguer: La verdad es que es uno de los personajes de teatro que para mí ha supuesto más reto, porque es un mundo totalmente alejado de mi realidad. Es un mundo de altos ejecutivos de una empresa muy importante a nivel internacional y están aspirando a un puesto muy valioso, y esa manera de competir… Porque al final la vida es competencia. Pero nunca me había enfrentado a esa manera de competir tan despiadada y con tanta crueldad.

La función plantea eso, plantea cuatro lobos, cuatro personajes que lo van a dar todo y que van a llegar a donde haga falta para conseguir lo que quieren.

En ese sentido cuando leí el papel me pareció un reto, porque yo siempre he hecho más comedia. Me considero una persona empá- tica, amable (risas). Y de repente yo leía aquello y decía, “¡madre mía, estos como son!” (Risas).

Pero luego es verdad que lo he disfrutado muchísimo. La obra está llena de sorpresas, no es lo que parece. Es una comedia, de verdad muy sorprendente, muy divertida con las situaciones que plantea. Y yo creo que me ha aportado mucho. Por lo menos defender ese tipo de personaje, de personalidad, y ese tipo de hacer las cosas que para mí es muy alejado de mi vida.

Icr.: Y hablando de personajes… ¿Qué nos dices de Elvira, de “Señoras del (h)AMPA”?

M.B.: “Señoras del (h)AMPA” es otro caso aparte. Creo que como ya he cumplido 50 años, la vida me está regalando cosas de más calado, de más profundidad. Y “Señoras del (h)AMPA”, Elvira es un personaje -porque aún sigue por ahí- que ya veréis, va a seguir dando sorpresas.

Elvira es una mujer con un problema físico pero además es una persona con mucho dolor. Con mucha rabia y mucha ira y eso le hace ser tan mala.

También es otro personaje que nunca había interpretado, de mala malísima, (risas).

Los años me han venido cargados de sorpresas maravillosas. De personajes, ya te digo, que nunca habría imaginado por mi trayectoria, que ha sido más comedia, una imagen muy amable, muy dicharachera. Me encuentro muy cómoda haciendo esos personajes, los disfruto mucho porque es mi manera de ser, pero ya me apetecía con esta edad hacer otras cosas.

Icr.: De ahí la versatilidad del actor, en este caso de la actriz… M

.B.: Claro, sí. Yo siempre he defendido, fíjate que he hecho mucha comedia, pero siempre he defendido que era una actriz dramática. Yo no me consideraba tan cómica.

También he hecho muchos cortometrajes. En el mundo del corto sí que he podido hacer cosas muy diferentes, dramas, terror… Y lo he disfrutado mucho. Pero es verdad que las cadenas cuando plantean un personaje importante que vas a defender, que lo va a ver el gran público, tienden a darte lo que consideran que vas a hacer fenomenal, no se arriesgan.

Y también agradecida, por supuesto, que en mi carrera he hecho muchas cosas.

Icr.: Tú que escribes y diriges, si te tocara a ti elegir a los candidatos para algún proyecto, (obra de teatro, película…) ¿qué cualidades observarías de las personas?

M.B.: Para mí es muy importante el ser humano. Siempre en el trabajo para mí ha estado por encima el respetar a la gente, el empatizar, la humanidad…Es mi manera de trabajar.

Y he tenido la suerte de que en muchísimos proyectos, tanto de teatro como de televisión, he podido trabajar con amigos. Con gente que le gusta rodearse de amigos.

Obviamente, si yo tuviera que hacer un trabajo, tendrían que ser buenos actores, pero no por encima de todo.

Creo que al final el trabajo de la interpretación es tan comprometido, te expones tanto, que tienes que estar muy confiado, muy relajado para dar lo mejor de ti.

Yo creo que ha mejorado mucho el panorama. Porque cuando yo era más jovencita la antigua escuela, en general la educación, antes era más a través del sacrificio. La letra con sangre entra.

Y eso también se llevaba a los trabajos. Era como la jerarquía, tu entorno, cómo se te trataba. Y creo que eso, por suerte, las nuevas generaciones lo han diluido muchísimo, lo han borrado prácticamente y se trabaja desde otro sitio. Que para mí es muchísimo más eficaz, incluso.

“Señoras del (h)AMPA además tiene el don de, a través de la risa, hacernos reflexionar”

Porque cuando la gente está implicada, comprometida, con gusto y con placer, no con miedo, creo que se trabaja mejor.

Yo intentaría, de hecho las poquitas cosas que he dirigido las he dirigido a amigos o amigas. A personas que quiero y con las que me gusta trabajar.

Y ya te digo que he tenido la suerte de que “Señoras del (h)AMPA” es una serie donde tengo el orgullo de decir que estoy con un montón de amigas mías, valencianas además. Y todo esto es un poco gracias a Abril Zamora, que es una de las creadoras de la serie y que trabajó en Valencia muchísimo tiempo y allí nos conocimos todas e hicimos un grupo estupendo de actrices maravillosas, creativas y creadoras.

Abril nos recuperó a todas para la serie. Y seguimos trabajando con ella en teatro y en otras series. Y creo que es muy importante también eso, sentirte en casa, a gusto.

Icr.: Marta, me comentas que tienes 50 años, ¿cómo ves la visibilidad de la mujer madura en tu profesión? Quizás vemos en demasiadas ocasiones esa bajada de edad en algunos papeles femeninos…

M.B.: Creo que “Señoras del (h)AMPA” ha sido una serie bastante pionera y revolucionaria en este sentido.

Es verdad que ya en Estados Unidos se han visto series con mujeres más mayores y con temas súper interesantes en los que ellas son las protagonistas de la historia, no solo las acompañantes. Pero creo que sí, que aún hay un poco que romper. Sobre todo lo que tú dices de las bajadas de edad.

Yo tengo amigas actrices de 30 años y me dicen que las han llamado para un casting que sería más para mí, porque el personaje tiene hijos de 9 y de 12 años. Y ellas se asombran de que las llamen para esos papeles teniendo tan solo 30 años. Y ellas mismas me lo dicen.

¡Fíjate cómo sigue el rol de la mujer! Tiene que ser más joven y más bonita que el hombre. Él puede tener 50 años. En los actores la edad es hasta mejor, pero en nosotras no. En nosotras sigue existiendo este biotipo de que la chica sea más jovencita y guapa que él.

Bueno, bueno…Seguiremos trabajando desde nuestro curro y también desde nuestro amor hacia los hombres, con tranquilidad, pero hay que seguir trabajando.

Icr.: Sabemos que es muy difícil elegir, pero de todos los trabajos que has hecho, ¿qué personaje te ha aportado más? ¿A cuál le guardas un cariño especial?

M.B.: En teatro, lo tengo un poco más fácil porque me vienen a la cabeza dos funciones que cambiaron un poco mi vida, como que fueron puntos de inflexión para mí. Una fue el “Don Juan” que hice en el Teatro de

la Comedia con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Y fue con el director Jean Pierre Miquel -director de la Comédie- Francaise- que vino a dirigirnos. Yo creo que para mí y para todos los que estábamos fue como un antes y un después.

También pienso en “Terápies”, una función de Christopher Durang, que hice con La Pavana, una compañía valenciana dirigida por Rafael Calatayud. Como obras de teatro yo creo que esas.

En cine yo diría que “7,35 de la mañana”, ese corto con el que fui a los Óscars. ¡Fue como un momentazo para mí! ¡Imagínate con un cortometraje llegar a los Óscar de Hollywood!

Y en televisión, yo me quedaría con “Señoras del (h)AMPA”. Creo que ha sido el proyecto con más corazón, con más amor, con más amigos. Como con la sensación de que estás haciendo algo que realmente vale la pena. Con más compromiso. Para mí, ha sido muy importante.

“Señoras del (h)AMPA” además tiene el don de, a través de la risa, hacernos reflexionar.

Icr.:Después de parar este año nuestras vidas y proyectos por la crisis del Covid 19, hemos agradecido enormemente la vuelta a los teatros y a las salas de cine. ¿Hasta qué punto crees tú que nos puede ayudar la cultura en estos tiempos tan difíciles de pandemia?

M.B.: Es lo único a lo que nos podemos agarrar. No sé qué sería de nosotros. En el confinamiento lo hemos visto clarísimamente, hemos estado tres meses encerrados en casa y lo único que hemos podido hacer es evadirnos viendo películas maravillosas. Yo he revisado clásicos con mis hijos. He vuelto a ver películas antiguas, me he reído, he llorado, hemos visto series… Además ahora las series españolas están en un momentazo increíble. La lectura, la música… Me parece que si no se tiene conciencia de apoyar, desde el gobierno… La gente desde luego lo está haciendo, porque yo estoy yendo al teatro y veo todos los teatros, a su capacidad, llenos. Incluso más llenos que antes. Y eso me hace sentir muy feliz. Pero también veo que hay muchísimas compañías que están cerrando, y muchísimas salas. Como tantas otras cosas, en otros sectores. No digo que seamos los únicos, para nada.

Pero sí que creo que, por desgracia, ha habido un momento en este país en el que se ha dado más importancia a las terrazas, a los bares, que a la cultura. Y eso me da pena porque creo que de los bares no nos vamos a sujetar. No podemos sujetarnos en los bares, sino sujetarnos de la cultura.

Icr.: ¿Has aprovechado el confinamiento que hemos tenido este año para escribir más obras de teatro? ¿Te volveremos a ver dirigiendo sobre las tablas?

M.B.: Sí. Estoy con un proyecto mío, es una semilla. Pero sí que decidí escribir un poco lo que me estaba pasando desde que cumplí los 50, tengo 51 y medio. Y es verdad que sentí un cambio muy

“CUANDO LA GENTE ESTÁ IMPLICADA, COMPROMETIDA, CON GUSTO Y CON PLACER, NO CON MIEDO, CREO QUE SE TRABAJA MEJOR”

profundo como mujer. Y empecé a escribir pensando que sería algo de teatro, que para mí es mi medio natural. El teatro es donde yo empecé. Yo quería ser actriz de teatro. A mí todo lo demás me ha llegado de regalo, porque yo ni imaginaba.

Marta, queremos agradecerte todos los personajes que nos estás regalando a lo largo de todos estos años. Y que el trabajo y la cultura no nos falten nunca. ¡Gracias!

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