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Cabo Verde (Isla de Sal)
CABO VERDE Isla de sal
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Texto y Fotos: Marian Pérez
un aeropuerto del norte de Europa contemplé una gran fotografía promocional con un paisaje y una luz que llamaron mi atención. Pensé que sería un interesante destino aún sin tener muy claro dónde colocarlo en un imaginario mapa en mi cabeza. No es un destino turístico al uso, si bien algunas de sus islas son plenamente vacacionales y desde luego maravillosas cuando puedes conocerlas.
Estamos frente a las costas de Senegal en pleno Océano Atlántico, en un archipiélago volcánico formado por diez islas y cinco islotes menores divididos en dos grupos:
BARLOVENTO, de dónde sopla el viento: Santo Antâo, Boavista, Sâo Nicolau, Sâo Vicente, Santa Luzia la única deshabitada, y la Isla de Sal, la que será nuestra protagonista en este relato con el aeropuerto internacional más grande del archipiélago: `Almicar Cabral´.
SOTAVENTO, hacía donde el viento se dirige: Santiago donde, allá por 1462, llegaron los primeros portugueses y en la actual Ciudad Velha fundaron la ciudad europea más antigua del trópico, Fogo con un volcán activo cuya última erupción fue en 2014, Maio y la isla Brava.
Poseen un clima seco y caluroso con poca vegetación debido a las cenizas volcánicas que cubren la mayor parte de la superficie, ni para la tropical caña de azúcar es favorable como comprobaron los primeros portugueses que allí llegaron con buenas intenciones y que finalmente se tuvieron que dedicar al tema de los esclavos que parece ser es más rentable y menos influenciable en climas extremos.
La temperatura media de todo el año son unos gustosos 25 grados y hace tres décadas que una fuerte sequía acecha la zona. A pesar de estar estratégicamente situados entre África, América y Europa, debido a la falta de recursos, los mayores ingresos son gracias al turismo y a la gran cantidad de Caboverdianos repartidos por el mundo que aportan las divisas enviadas para fortalecer la economía del país.
Hay más población fuera que en el propio archipiélago. La moneda oficial es el escudo caboverdiano, que al cambio es aproximadamente 1€ por 110 escudos.
Praia, la capital, está situada en la isla de Santiago, tienen como lengua oficial el portugués pero hablan un dialecto criollo entre ellos que, además, es diferente en cada isla. La población actual es una mezcla de los colonos y los esclavos de la época. Es probable que antes llegaran los árabes para proveerse de sal, pero los portugueses no lo tienen muy claro y figuran siempre como los primeros.
Difícil, ya que un país con tan pocos recursos donde solo un 10% de tierra es cultivable y las constantes sequías hacen muy complicada la vida a los lugareños. Volcados en la pesca y llegando a importar alimentos como ayuda humanitaria. En eso estaban y en eso siguen. Llegar por primera vez a una isla siempre implica cierta incertidumbre, esta vez no iba a ser menos. Estoy en la Isla de Sal Caminar por la pista para llegar a la terminal hace que sientas el calor tropical nada más aterrizar y hacer cola para obtener el visado de entrada es la mejor opción para contemplar el ambiente y organización de un país. Paciencia, su lema es No Stress Todo limpio y correcto, sin grandes pretensiones, podría ser tranquilamente la estación de autobuses de cualquier pueblo. Los trámites son rápidos y en breve estoy en el taxi que me llevará al Hotel. El resort podría estar en cualquier otra parte del mundo, todos son prácticamente iguales.
Actualmente se dedican casi por completo al turismo, pero como podéis imaginar la sal siempre la hizo especial…ya que hasta el siglo XIX estuvo deshabitada al no poseer agua potable y no fue hasta 1833 cuando comenzó la explotación de la mina de sal: Pedro Lume y el ambiente por la zona creció de 0 a 100.
A pesar de ser volcánica es totalmente plana con un par de montecitos con aspecto de volcán trasnochado y olvidado, varias playas de arena blanca y mar turquesa, si bien debo decir que al estar en pleno atlántico en otras zonas son más salvajes y no tan de postal pero igualmente bellas y merecedoras de unas cuantas fotos ya que son playas salvajes y gustosamente solitarias, que se pueden recorrer a caballo y hacer del paseo algo sublime. Se come bien si te gusta el pescado y el marisco local, siempre muy fresco, pero no busques grandes restaurantes ni alta cocina.
En Palmeira está el puerto más importante de la isla y sus casitas coloridas haciendo juego con las ropas de las vendedoras ambulantes, que sin agobiar, te ofrecerán sus productos cargados en grandes canastos que llevan sobre sus cabezas.
Luz y color. Es una isla cara, donde todo es importado y eso lógicamente tiene un coste. Gozan de buen tiempo 365 días al año con lo cual ya sabéis cuál es su mayor atractivo, aparte de los bellos lugareños. Un punto imprescindible en esta isla es Santa María en la zona sur .Allí están los hoteles más importantes y la playa con más ambiente de todas. Es preciosa, el color de la arena y de sus aguas la hace especial .Observar a los marineros locales arreglando sus redes y enseñando sus artes a los más jóvenes es una estampa digna de contemplar.
El muelle de madera Pontâo de Santa Maria divide la larga playa en dos y ver pasar la vida desde este punto es un auténtico placer. Multitud de personajes: pescadores limpiando sus capturas, niños lanzándose con gran estilo al agua, turistas regateando a vendedores de todo tipo, paseantes despistados, mujeres vendiendo los más frescos pescados recién llegados a puerto junto a dóciles perros o gatos vigilantes hacen de este enclave una magnífica postal.
Eso sí, el océano tiene una fuerza descomunal y de estar tranquilamente chapoteando en su orilla pasas a estar revolcada por la arena después de que alguna ola improvisada te arrastre con fuerza.
Paraíso para surfistas y amantes de deportes náuticos que, junto a fondos marinos deseados por buceadores de medio mundo, hacen de este rincón un auténtico edén. Las tortugas marinas, tienen en este enclave, mucha protección para poner sus huevos, son tratadas con respeto y cuidado para no interferir en este ciclo.
Aquí te tomas la cervecita local con los pies en la arena, paseas por calles eternamente en obras y convives con gente joven y encantadora, con ganas de agradar.
Buen tiempo, playas gozosas y tranquilidad. No se nece- sita más cuando has llegado hasta este remoto punto del Atlántico. Esencia africana.
Hay un punto exacto en el interior donde el espejismo de Terra Boa hace que contemples este fenómeno e intentes plasmarlo en alguna fotografía, rodeada de unos extraños y asustadizos perros y alguna cabra que no sé muy bien cómo pueden sobrevivir en este pedregal. Relativamente cerca las pintorescas piscinas naturales de Buracona y el Olho Azul curiosa erosión en la roca del acantilado, por donde entran sutilmente los rayos de sol creando un reflejo en el agua de color azul muy brillante .Muy bonito si logras verlo, ya que tienes que llegar en el momento ideal para el fenómeno, vamos que si llegas y se nubla no ves más que un agujero en la roca.
En la zona este iremos hasta Shard Bay, con tiburones dispuestos a dejarse alimentar por los turistas más intrépidos previamente calzados ridículamente con unos escarpines de goma para adentrarse unos metros en el agua y lograr la gran hazaña…por supuesto la naturaleza es sabia y no siempre estarán cerca dejando ver sus imponentes aletas.
Si consigues alejarte del concurrido lugar observas que es un lujo de enclave, salvaje a más no poder, donde no hay nada más que naturaleza virgen, playas abiertas de bravas aguas y algún resto de naufragio.
No hay nada en kilómetros, solamente algunos niños intentando atraer turistas ofreciendo piedras de sal mientras juegan al futbol descalzos.
Cerca está la atracción por excelencia, la salina de Pedra de Lume situada en un cráter volcánico con torretas y grúas de madera que se usaron en la época de mayor producción.
Allí puedes recorrer los polvorientos senderos que la rodean hasta un alto con vistas impresionantes o bien flotar en sus saladas aguas. El llamado caribe africano cada año recibe más visitantes en busca de desconexión que se consigue rodeados de gente sencilla, buen clima y bellos parajes.