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MÚSICA

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Reconocido como el mayor himno escrito por un norteamericano, es un cántico de súplica al Creador que aborda la gracia de Dios. Fue compuesto por el reverendo Ray Palmer en 1832.

OBJETO DE MI FE

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Catalogado como el mayor himno escrito por un norteamericano, el cántico “Objeto de mi fe” es un poema de súplica al Redentor que aborda la gracia del Creador. Obra del reverendo Ray Palmer, uno de los mejores autores de alabanzas de los Estados Unidos del siglo XIX, es también una oración de esperanza cuyo núcleo está en la verdadera experiencia cristiana: creer en Dios.

Redactada en 1830, la canción de Palmer nació cuando él se encontraba abrumado por todo lo que le debía al Señor. Inspirado en un texto de origen alemán que mostraba a un pecador arrodillado ante la cruz, creó una poesía que lo emocionó hasta las lágrimas. Luego, aquellos versos, que anotó en un cuaderno de cuero, le sirvieron con frecuencia para meditar sobre Jesucristo.

En 1832, el compositor Lowell Mason, insigne representante de la música evangélica estadounidense, ideó la música que embelleció la creación del hermano Ray. La melodía que concibió, denominada “Olivet”, emergió horas después de una reunión que ambos sostuvieron en el corazón de la metrópoli de Boston. En el encuentro, el siervo Mason recibió una copia de las estrofas de “Objeto de mi fe”.

En concordancia con la sana doctrina, este canto hace referencia, entre otros pasajes de las Sagradas Escrituras, a Salmos 25:1-2, Isaías 25:8, Mateo 24:31, Lucas 8:22-25, Juan 1:29-36, Hechos 26:18, Romanos 1:16-17, 1 Corintios 16:13, Gálatas 1:20, Efesios 2:1-10, 1 Tesalonicenses 4, 2 Timoteo 1:12, Tito 2:13-14, Hebreos 2, 1 Pedro 1:3-15, 1 Juan 1:9 y Apocalipsis 2:10-11.

REPRESENTANTE DEL EVANGELIO Nacido en la localidad de Little Compton, el 12 de noviembre de 1808, el siervo Palmer estudió en su juventud en el colegio “Phillips Academy”, un internado de la ciudad de Andover,

y luego en la Universidad de Yale de donde egresó en 1830. Tras graduarse, fue maestro en una escuela privada de la ciudad de Nueva York. Posteriormente, dirigió un instituto de la urbe de New Haven.

En 1834, después de prepararse en teología, se mudó a Boston y empezó a predicar la Palabra de Dios. Con la bendición del

OBJETO DE MI FE

1 Objeto de mi fe, divino Salvador, propicio sé; Cordero de mi Dios, libre por tu bondad libre de mi maldad me quiero ver.

2 Consagra el corazón que ha de pertenecer a ti, no más; calmar, fortalecer, gracia comunicar, mi celo acrecentar te dignarás.

3 La senda al recorrer obscura y de dolor, Me has de guiar; así tendré valor, así podré vivir, así podré morir en dulce paz.

4 Pues el camino sé de célica mansión, luz y solaz; bendito Salvador, tú eres esa verdad, vida, confianza, amor, mi eterna paz.

Salvador, el 22 de julio de 1835 fue ordenado ministro del Altísimo. Entonces, como representante del Evangelio, se hizo cargo de una iglesia de la ciudad de Bath en la que permaneció quince años. Más adelante, lideró un templo del condado de Albany.

En alguna ocasión, sobre su más reconocida composición, fuente de aliento para los seguidores de Jehová, afirmó que: “Las palabras de este himno nacieron en un momento personal de mucha emoción. Tuvo buena acogida debido a que encarnaba, en un lenguaje apropiado y sencillo, el acto de fe en el divino Redentor y la entrega del alma individual a él por completo y para siempre”.

Fallecido el 29 de marzo de 1887, en la localidad de Newark, el pastor Ray Palmer es hoy ampliamente valorado por su himno “Objeto de mi fe” que lo ideó sin la intención de que se transformara en un cántico espiritual. Doctor en Divinidad y autor de libros de poesía evangélica, en los que abordó la doctrina de Cristo, con su emotivo poema dejó un mensaje de consuelo para los creyentes.

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