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Zedillo, con más ética que AMLO
from EDICIÓN 3791
by impactomx
neoliberales, con el caso Yasmín e insinuaron que mientras el titular de la SEP sí fue renunciado por el presidente Zedillo, en el caso de Esquivel -dada su actitud- se infiere que continúa con el apoyo del Presidente López Obrador.
Vamos a esbozar cuáles son las diferencias, las similitudes y las consecuencias de estos dos casos, que han sido los mayores escándalos “académicos” de servidores públicos de primer nivel.
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La similitud más grande en la que convergen los dos casos es el linchamiento mediático y colectivo de ambos personajes. El escarnio y el morbo de que son objeto. Todo mundo se erige como juez en lo que pareciera un juicio sumario y lapidario y cada cual da su inapelable sentencia pública.
En el caso de la ministra Esquivel Mossa, el senador expanista, exmorenista, exadmirador de AMLO, ahora “independiente” Germán Martínez , declaró en diversos medios que ”la ministra debe largarse” y afirmó ”como abogado me da asco que una ministra de la SCJN esté en el cargo de forma espuria, ya que su título debe considerarse nulo”.
Y de los dichos pasó a los hechos, pues Germán ya presentó solicitud de juicio político contra la ministra Yasmín Esquivel.
En el otro extremo, Eduardo Andrade Sánchez, quien fue abogado general de la UNAM, en 1985-86, cuando se tituló la ministra, y también director general de Profesiones de la SEP, aseguró que “el título de abogada obtenido por la ministra Yasmín Esquivel no está en riesgo aun si se demostrara que cometió plagio en la tesis que presentó para la obtención del grado”.
Agregó que “cualquier dictamen que se hiciera tendría una naturaleza académica estrictamente, pero carecería totalmente de obligatoriedad, de vinculatoriedad de tipo jurídico. No sería vinculatorio un dictamen porque no hay una facultad de resolver esto por parte de un Tribunal Universitario”.
tucional establecido para ocupar sus cargos.
Así como el ex abogado general de la UNAM Eduardo Andrade afirma que la ministra cumplió con los requisitos constitucionales para el cargo, así también el entonces gobernador del Estado de México, Emilio Chuayffet, dijo que al presidente Zedillo le hubiera bastado salir a decir que el nombramiento de Fausto Alzati lo había hecho de conformidad con la Constitución Política.
¿Quiénes descubrieron públicamente el estatus académico de estos personajes..?
El de YASMÍN lo difundió el escritor Gui- llermo Sheridan en el portal Latinus. Por ello, el Presidente AMLO, ha dicho que se trata de un ataque de sus adversarios.
El de ALZATI lo filtró Juan Enríquez Cabot al periódico Reforma, avalado por Manuel Camacho Solis y Elba Esther Gordillo (en ese tiempo socios del periódico). El presidente Zedillo no se dio cuenta que lo atacaban sus adversarios.
Los dos casos cobraron gran relevancia por inscribirse en contextos políticos de alcance nacional. La ministra Esquivel era la candidata de AMLO para presidir la SCJN. En la vota-
En el polémico y escandaloso caso de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, el rector de la UNAM, Enrique Graue, ratificó que se trató de un plagio la elaboración de su tesis para obtener el título de Licenciada en Derecho y pidió a la Secretaría de Educación Pública (SEP) resolver sobre la eventual invalidación del título.
Por ello el Presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que la UNAM, en vez de resolver, aventó la “papa caliente” a la SEP. Como resultado de lo anterior, un grupo de 33 académicos de la propia Universidad -algunos miembros del Consejo Universitario-,le tomó la palabra al Presidente y pidieron al Comité de Honor y Justicia de dicho Consejo, invalidar el título que obtuvo la alumna Yasmín Esquivel “en forma fraudulenta”.
Sin embargo, existe una laguna jurídica al respecto, ya que la UNAM carece de facultades para la invalidación. Además, la ministra ya dijo que no renunciará y que no tiene de qué avergonzarse.
Muchos ciudadanos y periodistas han recordado en medios de comunicación y en las redes el caso Alzati, que ocurrió en 1995, comparándolo con el de Yasmín, la ministra de la SCJN, acusada de haber realizado el plagio de su tesis en 1987.
Mientras la ministra Yasmín Esquivel lleva en el cargo casi cuatro años y el Presidente López Obrador -quien la postuló- no ha sido claro en su postura, después de dos meses del escándalo, muchos analistas coinciden en señalar que un gobierno neoliberal mostró tener más ética, ya que el presidente Zedillo pidió la renuncia a Fausto Alzati Araiza 53 días después de haber sido designado secretario de Educación Pública -el 1 de diciembre de 1994-, ya que como se difundió en la prensa, se ostentaba como doctor sin tener el título.
El periodista Leonardo Curzio publicó un tuit el 11 de enero pasado que decía “Si el caso de Fausto Alzati marcó una época, el de Yasmín Esquivel pasará a la historia”.
En el programa de El Financiero Bloomberg “Al cierre”, del 16 de enero, los periodistas Leonardo Kourchenko, Enrique Quintana y Víctor Piz, compararon el caso Alzati, en tiempo de los
”…la invalidación de un título sólo puede tener efecto por una resolución de carácter judicial”, aseguró Andrade Sánchez en relación con la polémica desatada tras las revelaciones de que cometió plagio. Lo anterior demuestra diferentes apreciaciones de abogados.
Para continuar en el mismo tenor legalista, ya que “La ley es la Ley”, veremos qué establece la Constitución Política como requisito para ocupar los cargos de los referidos personajes.
YASMÍN.- Art. 95.- Para ser electo Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se necesita: .……III.- Poseer título profesional de abogado, expedido por la autoridad o corporación legalmente facultada para ello.
ALZATI.- Art. 91.- Para ser secretario del Despacho se requiere: ser ciudadano mexicano por nacimiento, estar en ejercicio de sus derechos y tener treinta años cumplidos. Ambos funcionarios cumplieron con el requisto consti- ción del 3 de enero, en la que se eligió presidenta de la SCJN, Yasmín solo obtuvo un voto, que se estima fue el de ella para ella, con lo que se demuestra que los otros ministros no la apoyan -en lo más mínimo-, pero tampoco tienen facultades para solicitar su renuncia.
Dice que no tiene de qué avergonzarse.
En cuanto al exsecretario de Educación, Fausto Alzati, también se conformaba un contexto político de primer nivel. Él venía de ser el mejor director que ha tenido Conacyt -hasta la fecha-, esto dicho y reconocido ampliamente por los mejores científicos e investigadores del país, en ese momento, por lo que su ingreso al gabinete representaba la amenaza de que entrara al juego de la sucesión presidencial, por lo que otros tiradores harían lo que pudieran para descarrilarlo (leáse el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, aliado de la maestra Gordillo).
Tanto la ministra como el secretario de Educación tienen trayectorias profesionales y académicas dignas de observarse para no descalificarlos “A-priori”.
Para darles el beneficio de la duda y para dar crédito a la figura juridica de que todo mundo es inocente hasta que se le demuestra lo contrario, echemos un vistazo a sus trayectorias y logros en la vida pública nacional.
Si consideramos las nuevas modalidades de titulación que tiene la UNAM que incluye: a)
Titulación mediante tesis o tesina; b) Por actividad de investigación; c)- por actividad de apoyo a la docencia; d) Por servicio social y, e) Por Taller de investigación. Además de otras instituciones que incluyen examen de conocimientos, créditos de posgrado y seminario. Podríamos inferir que la ministra acreditaría obtener el título de licenciatura por al menos tres de estas alternativas. Esto, sin exentarla de la responsabilidad ética personal, que pudiera tener y si supo en su momento que su trabajo de tesis era un “plagio” realizado por su asesora de tesis, la recién renunciada de la UNAM, Martha Rodríguez.
En ese contexto, Yasmín Esquivel acredita en su currículum que, además de la licenciatura en derecho, cuenta con especialidades en derecho administrativo, fiscal y en el sistema financiero mexicano, cursadas en la Universidad Panamericana; es diplomada en gobierno y administración pública por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) y es Doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, en coordinación con la Universidad Anáhuac, mismo que cursó en el año 2000.
En su trayectoria profesional se señala que durante los últimos 20 años, se ha desempeñado en el ámbito jurisdiccional, sin algún escándalo de corrupción y con buenos resultados.
Inició como secretaria de Estudio y Cuenta de la Presidencia del Tribunal Superior Agrario, en el año 2000. En 2004 es designada magistrada unitaria de los Tribunales Agrarios por unanimidad por el Senado de la República.
En 2009 el jefe de Gobierno del Distrito Federal la designa magistrada de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, cargo que fue ratificado, por unanimidad, por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El 2 de enero de 2012, el pleno de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal la elige como presidenta del Tribunal, de la Sala Superior y su Junta de Gobierno. En marzo de 2019, la propuesta del Presidente AMLO es ratificada por el Senado y es nombrada ministra de la SCJN.
Por su parte, Fausto Alzati, fallecido en junio de 2020, tuvo una trayectoria académica y profesional digna de conocerse. En los 80s, el secretario de Hacienda, David Ibarra, lo invita como cercano colaborador, y ahí al tiempo que terminaba sus estudios de Derecho aplica a Harvard por sugerencia y apoyo del secretario. Concluye la totalidad de los créditos que acreditan la licenciatura en Derecho en la UNAM.
Con ese documento -no con el título- cumple el requisito que le solicitaba la Universidad de Harvard. Es aceptado para estudiar el MPA, Maestría en Administración Pública por la John F. Kennedy de Harvard University. Sus ansias por seguir el Doctorado en Harvard lo obligan a obtener allá el grado de Maestro en Administra- ción Pública (Grado-Título-que si obtuvo desde entonces), ya que éste era requisito para ser aceptado en el Doctorado en Economía Política.
Fausto tuvo una estancia destacada en el Doctorado, llegó a ser colaborador adjunto del célebre politólogo Samuel Huntington. Para obtener el grado de Doctor, elaboró una primera tesis sobre el tema de “Energéticos”, con colaboraciones de reconocidos especialistas, como Daniel Yergin, autor de “The Prize”, obra sobre la historia del petróleo, reconocida mundialmente. En este libro el Dr. Yergin cita a Fausto Alzati en cuatro ocasiones.
Durante este tiempo vivió en Boston casi ocho años - manteniendo a su esposa y dos hijos-. A pesar de que en México recibió beca, tuvo que aceptar venir a trabajar a nuestro país a Nafinsa cuando estaba a punto de presentar su tesis (tema “Energéticos”) para obtener el grado de Doctor.
Después de dirigir Conacyt, de 1990 a 1994, donde tuvo logros muy importantes, el 1 de diciembre de 1994, el presidente Ernesto Zedillo lo nombró secretario de Educación Pública. En enero de 1995 el escándalo fue mayúsculo. Por primera vez un secretario de Estado se veía obligado a renunciar, porque había “mentido”. Se decía doctor y no lo era. Solo mereció el mote del “bachiller” Falzati, “gran mentiroso”.
Fue destrozado por los medios de comunicación y por el colectivo anónimo. Fausto Alzati tuvo la entereza para regresar a Boston a vivir como estudiante durante un año preparando una nueva tesis para obtener el grado de doctor.
Su caso fue presentado ante la Comisión de Honor de Harvard, la que acreditó que, por su destacado desempeño como estudiante durante 7 años en esa universidad, merecía otra oportunidad. Esta vez el trabajo fue un análisis sobre “100 años de crecimiento económico de doce países”, que probó, con rigor de métodos estadísticos y científicos, que México debería crecer a tasas de 7% promedio durante 27 años para abolir la pobreza y contar con estándares de bienestar óptimos.
En 1997 obtuvo el grado de doctor en Economía por Harvard. mismo grado que en ese tiempo solo tenía un mexicano, Carlos Salinas de Gortari, el neoliberal, ahora “innombrable”, a quien México, incluida la 4T, le debe la creación del T-MEC, pilar en el que a la fecha se sustenta la economía nacional.
Es claro que los errores y omisiones en puestos de gran responsabilidad deben pagarse. Sin embargo, a veces no basta la renuncia. La traición y la infamia alimentan el morbo del monstruo colectivo para que pida crucificar a los “culpables”.
Las sentencias lapidarias devoran trayectorias y destrozan vidas, sin conocer las historias ni dar oportunidad a los presuntos culpables de defenderse.