De hoja y otros desamores

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José Farfán

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Versiรณn Digital Febrero 2018 Sistema de Editoriales Regionales - SER Cojedes - Venezuela



Arco de Taguanes, es un monumento que conmemora la Batalla de Taguanes, en la ciudad de Tinaquillo, en Cojedes Venezuela, se trató de un enfrentamiento protagonizado por lanceros comandados por los generales Atanasio Girardot, Fernando Figueredo y Rafael Urdaneta, quienes alcanzan en las sabanas de Taguanes al Coronel Julian Izquierdo comandante del ejercito español y le causan la derrota en esta árida llanura, donde el entonces sargento José Laurencio Silva cumple azañas de valor.


El Sistema de Editoriales Regionales (SER) es el brazo ejecutor del Ministerio del Poder Popular para la Cultura para la producción editorial en las regiones, y está adscrito a la Fundación Editorial El Perro y la Rana. Este Sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una editorial-escuela regional que garantiza la publicación de autoras y autores que no gozan de publicaciones por las grandes empresas editoriales, ni de procesos formativos en el área de literatura, promoción de lectura, gestión editorial y aspectos comunicacionales y técnicos relacionados con la difusión de contenidos. El SER les brinda estos y otros beneficios gracias a su personal capacitado para la edición, impresión y promoción del libro, la lectura y el estímulo a la escritura. Y le acompaña un cuerpo voluntario denominado Consejo Editorial Popular, co-gestionado junto con el Especialista del Libro del Gabinete Cultural estadal y promotores de literatura de la región.


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Fundación Editorial el perro y la rana Sistema de Editoriales Regionales-SER ¦ Cojedes. 2018 Colección Literatura Edición Digital


Edición digital 2018 © José Farfán © Fundación Editorial el perro y la rana, 2018 Ministerio del Poder Popular para la Cultura G-20007541-4 Centro Simón Bolívar, Torre Norte, Piso 21, El Silencio, Caracas – Venezuela 1010 Telfs.: (0212) 377.2811 / 808.4986 http://www.elperroylarana.gob.ve coordinaciondels.e.r@gmail.com @perroyranalibro Fundación Editorial Escuela El perro y la rana Sistema de Editoriales Regionales-SER, Cojedes Calle Sucre, entre Manrique y Libertad, Edif. Manrique 1er. Piso. Cojedes – Venezuela cojedes.ser.fepr@gmail.com @SNICojedes Imprenta Cojedes

Diseño y diagramación Deibi Diaz Portada ©Alejandro López Técnica: Dibujo sobre papel Tamaño: 15cm x 23cm Depósito Legal: DC 201700314 ISBN: 978-980-14-4092-5


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Prólogo “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, no hay mejor frase para iniciar estas líneas, todos amamos, y algunos decidimos colocarle un nombre ficticio a ese amor, tal vez para no gastarnos su nombre real, quizás, y es mi caso, para ocultar su identidad entre líneas y palabras, para que el anonimato la haga intangible, para que pueda ser idealizada por los que, incluso, no la conocen, no la aman, no la han amado, ni la amarán. “Hojas”, ese amor idealizado, el que muchos sueñan encontrar en sus vidas, aquella quien ha compilado comentarios tales, que de volverlos a oír, pensaría que son una broma: “ojalá alguien me escribiera algo así a mí”, o “escríbeme uno como ese a mí, di que me amas como a ella”… no es tan fácil, ni funciona de esa manera. Eso es lo que, a mi ver, no siempre comprendemos del amor, eso que no somos capaces de hacer por nadie más, y que no creemos a otros capaces de hacer, a veces pensamos que lo que alguien nos cuenta sobre “el amor de su vida” son mentiras o inventos, inventos de un amor idealizado. Están, también, aquellos amores de personajes de reparto, aquellos que no son el fuerte de ninguna historia que se merezca la pena, pero aun así, están allí para llenar aquellos vacíos que la razón no puede entender, aquellas cosas que la cordura asume como demencia, que el tiempo no borra aunque solo sea una huella mínima en la arena, esos que inspiran besos que no todos sueñan, recuerdos que nadie olvida, amores de pie de página. Quizás, solo quizás haya quien no pueda de ninguna manera contar una historia como esta, pero nadie nunca podrá decir que no se encontró, alguna vez, con “el amor de su vida” ese el que idealizó cada noche, cada tarde, cada mañana en la que su corazón le pedía ser amado por ese persona, y solo por esa persona. El Autor. 10


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Hola La intención de estas letras es un tanto osada, quizás sin sentido. Lo que me obliga a darle forma literaria a este momento es su belleza, su figura que parece esculpida por el más excelso de los artistas, el sonar de su voz como el de una dulce niña en el cuerpo de una mujer única. Me he prendado de usted al apenas verla, le encontré por casualidad y mi corazón comenzó a latir tan fuerte que parecía un chiquillo en navidad. Idealizo de mil maneras en un fragmento de segundo como sería tocar su piel, su tersura suave como la seda. Lo exquisito que, estoy seguro, han de ser sus labios. Cuanto competa a usted, asevero, es inimaginablemente súbito. Ahora, quisiera que supiera del contenido de ésta carta, quisiera saber su opinión de este atrevimiento mío, que no son más que palabras medio dichas de sensaciones inconclusas que no sé cómo definir. ¿Cómo poder hacerlo si su belleza me atonta? Quisiera por último pedir al cielo que usted me dedique un “Hola. Bien ¿Y tú?” P.D: Hola ¿Cómo está usted?

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Adorada Tentación La tentación está siempre presente, y yo me dejo llevar, después de todo se supone que con arrepentirnos el día justo de nuestra muerte podemos llegar al cielo y no quiero esperar ese día para arrepentirme, pero al menos, ahora, no será. Quiero sentir unos labios ilegales en zonas rojas infestadas de peligrosos encuentros fugaces, letales y resucitantes. Unas manos distintas, de seda blanca natural, hábiles en su haber, novatas en mí, expresivas, únicas, éxtasiantes, sublimes. Quiero otra espalda, con lunares como el inverso del cielo negro estrellado, agitada por la faena de ambos cuerpos, en espera de mis manos para ser recorrida plácidamente y llegar a un sutil éxtasis de bien llevadas caricias. Quiero otros pechos, que se ericen distinto, que lo sean, con un corazón detrás que enloquezca junto al mío, que se conviertan en mi todo, el menos por un instante, para ofrecerles un todo de mí, de sensaciones indetenibles, exponencialmente delirantes, y aun así, totalmente ajenos. Quiero otro vientre que sea el camino al tesoro terso que deseo encontrar, deseo explorar, sentir, que 12


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me sienta, tal cual al resto del mundo que es tu cuerpo mi adorada tentaciĂłn.  

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PENSANDO EN TI Hoy no estás, hoy que en particular deberías, pero así son las cosas, hoy sólo queda pensar. Pensando en ti me doy cuenta cuan idiota fui, todo lo que di, lo que recibí, lo que perdí, por sobre todo, lo que no hubo en ti. Pensando en ti redescubro mi interior, sentimientos, emociones, sensaciones, y lo que más me marcó de ti: Decepciones. Pensando en ti llegas y vas. no estás, junto a mí, sin ti, sin más, con tanto por decir que no escucharas. Hoy no estás, hoy que en particular deberías, pero así son las cosas, hoy sólo queda pensar. 14


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Pensar en tus sonrisas bien ganadas, en tus labios tan tuyos, en tus palabras esforzadas, en tus lágrimas amargas. Pensar en mis desventurados momentos, mis limitados esfuerzos, en mis tantos intentos, en mis labios sin tus besos. Hoy no estás, hoy que en particular deberías, hoy… hoy.

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Perece Mentira Hace tiempo, las circunstancias me acercaron a tu belleza; mi estupidez trastocó lo que pudo ser. ¿Qué sería? No sé. Lo que bien sé es que no será; eso dije. La distancia era la mejor opción, al menos para mí. Demasiada luz para la oscuridad que yo era en esos tiempos, aparentemente lejanos ahora. Tu imagen, tu belleza, esa lejanía turbaba todo a su alrededor para hacerte más visible, inconfundible, intocable. Las circunstancias, de nuevo esas circunstancias, y un poco más de mi estupidez también, lograron, es éste ahora, una cercanía, una que jamás pensé que sucedería; uno entre otros pocos momentos, que no es otro sino éste, que vale tanto para tu alegría, en el que se me ha permitido estar, junto a tanta gente, ajenos (demasiados) y tan poco conocidos, algunos más por conocer, otros que es preciso que conozca, tan ajenos y poco propios. Aún ahora me pregunto el porqué de éste permiso que se me ha otorgado. Ahora, tú. Con el carmesí que te caracteriza, con éste algo de tu inocencia que te define, con lo tanto que te desconozco que 16


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por mi propia culpa y atontada personalidad, lo que me falta por conocer, que me he propuesto a que tú me permitas lograrlo, alcanzarlo y tenerlo, con mis tantos defectos, de los cuales aún me aturde que te agraden algunos, lo que me hace pensar ¿De verdad son defectos? ¿Por qué ese agrado tuyo hacia ellos? ¿Qué tienen? Me pregunto tantas cosas que no sé responder y no sé si realmente tengan respuesta. Quizás sea lo debido averiguarlo. ¿Cómo? No lo sé, los inciertos me aturden en sosiego me ciega y no sé cómo afrontar momentos en los que pueda estar junto a ti (casi ni si quiera sé que decir). Hay una idea en mi aparentemente clara, y es lo que se supone debería hacer, tanto por mi propia anterior decisión, como por un concejo que se me supo dar y alguna vez en la que alguien detectó un innegable brillo en mis ojos cuando le hablé de ti. Conoces de mi propia voz lo que desde hace tiempo siento por ti, y aun cuándo mi vida no se ha detenido en sentimientos, vivencias, emociones y demás, me sorprenden a mí mismo que siga tan vivo esto que está aquí, en mí, que te sorprende que sienta, no sé si gratamente (Quisiera saberlo). De ti he visto brotar exagerados (en 17


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cantidad) indicios de tantas soledades, y para saber si aquí debería estar yo tratando de llenar esos espacios, momentos y sentimientos (muy tal vez). De ti unas palabras que congelaron cuanto pueda recordar de mí en ése momento; mi corazón encendido, por aquello que dijiste, le permitió a mi razón volver a la vida a mi cuerpo, a mi mente, la cual no sabía cómo reaccionar. De ti el carmesí que a mi ver te caracteriza. Tratando de ser presencia en lo que se advierte, pauso, aquí y ahora, lo que a bien puede ser una nueva historia en mis letras, pues quiero poder darte de mí algo que te merezca la pena. ¿Iniciará hoy, ahora, luego? No lo sé ¿Si sucederá? Tanto más lo desconozco. Solo me queda, y quizás solo me quede con, un efecto dominó infinitivo. P.D: Fin de lo que pudiera ser el primer capítulo...

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Sueño Carmesí Fin Sí... Sin lugar a dudas así comienza todo esto (de alguna vez haber sido algo). Hay sueños que no deben tomar rumbos de realidad, amores platónicos que deben permanecer en el espacio sideral, junto a las estrellas, tan fantásticas como los más dulces momentos soñados… ¡Sueños, sí, solo sueños! Un sueño carmesí de exuberantes, esporádicos, y solo imaginativamente deleitantes momentos. Bien se veía entre mi oscuridad regular su deslumbrar embriagante, sus labios que me llamaban a ser ladrón de sus aconteceres ocasionales, movimientos circundantes y alientos danzantes. Sueños diurnos, de pie, camino a un estadístico hipotético encuentro fantasmal, que solo procuraban un alzar de manos, una sonrisa malgeniada y... Sí, de nuevo soñando despierto... Espacios atestados, vacíos de su carmesí esencia, poco significantes. Espacio de ensueño con ella en la lejanía, con un único de sonidos e imágenes… sí, ella, un sueño. La realidad me hace dudar que esto haya sido real. Tan cerca que mi ser, mi esencia escapaba de mi cuerpo, me abandonaba para 19


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huir de su cercanía, dejando mis huesos a merced de la carne, y su mano añorada jamás fue pasión, sus labios nunca fueron perdición y su cuerpo no hizo anomalía en mis espacios tan propios, en mi piel tan volátil, en mi ser tan inflamable, en mis labios desérticos… Sí, cada vez más seguido mis sueños morían en el portal de la realidad, atorrante la cercanía de cada momento soñado por un simple mortal aferrado a la fantasía de las mentiras más endebles. Era tan pacificante imaginar la caída libre hasta el infinito abismo de mi absurda realidad, pero a bien mi reconocida de antología terquedad de estigmáticos asechos, que hacía sus ya conocidas jugadas magistrales, no dejándome vencer ya sin fuerzas, en el suelo sin creerme vencido. La admisión de la realidad en cuerpos hablantes (tantos y enfáticos), me llenaba de ira hasta causar una risa casi histérica ante las evidencias innegables de tus frustrantes, repetitivas y clásicas excusas, y aborreciblemente irrefutables, lamento decir que te hiciste predecible, mis sueños cayeron pedazo a pedazo con cada faz que yo había armado y colocado en su lugar; fueron mis sueños, añorantes de grandes amores que hicieron de ti una imagen deidad. 20


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Habiendo recobrado tu cósmica distancia, te pido (casi te exijo) que permanezcas en lo alto de vía láctea, intocada como en el principio de los tiempos adjuntos que se entrelazaron para hacerme de nuevo poeta de tu tan mencionado carmesí, victimario de mis sueños, propiciante de mis deseos y (también) agudizante de mis tormentos malaventurados, que solo terminaron en el habitual agitado despertar de las pesadillas más desconcertantes. ¿Fuiste sueño o pesadilla envolvente?

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Día 03 de Enero del 2.013 - Jueves ¿Qué puedo contar de nuestra historia? Llena de otras historias en un sillón; de un inicio bastante tosco como para ser recordado, y luego, uno frente al otro recordando lo que sin querer olvidé. ¿Qué contar de la continuidad que hoy toma forma de letras después de taladrar efectivamente en mi cabeza? Es de esta forma, con ganas de abrazarte y decirte de nuevo cuánto me gusta estar, así, contigo, así: Peleando y riendo, conociéndonos y reinventándonos un poco, compartiendo pasos y alguno que otro camino. Y heme aquí intentando encontrar las palabras correctas, solo para ti, heme aquí queriendo abrazarte y ver terminar las historias en el sillón.

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Ruleta Rusa: Primera Ronda Uno frente al otro, mirándonos fijamente a los ojos, en medio de éste desafío suicida. 6 (seis) espacios, una bala. Paulatinamente, cada uno tiene el gatillo en su poder, tú pareces estar dispuesta a retardar tu parte del juego, como si supieras que algo va a pasar, lo que me hace pensar que tienes un plan en mente, y yo, aquí, en blanco, como siempre lo he sido contigo, dejándome llevar por las circunstancias de las que se supone me escudaba férreamente. Éste juego nuestro no es el convencional, nuestras reglas estipulan que uno debe apuntar al otro y tirar del gatillo, la derrota o la victoria está en nuestras propias manos, al azar, como merece una ruleta clásica. ¿Habría sido más interesante de haber usado más de una bala? Cada vez que sostienes en arma en mi dirección, mi pecho engrandece tomando aire, por la emoción de verte tener el control de éste juego, (como si no fuese así desde un principio). Y no pasa nada, no es que quiera que así sea, pero es frustrante que todo finalice en un “tic”. Es mi turno, ruego por no verte caer, no quiero ganar tan fácilmente, quiero sentirme 23


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a punto de morir, y exaltado, con el aliento incontrolado, llevarme la victoria conmigo, y reafirmarte (casi escupirte en la cara) que no soy del tipo convencional. Ahora entiendo por qué tardabas tanto en jugar, se siente en las venas el poder del control del juego (tic). De nuevo juegas tú, ya que he probado el dulce amargo del gatillo en mi poder, te dejo llevar el juego al ritmo que te resulte más placentero, y de nuevo retrasas tu participación. Creo, lo que tú quieres es que yo tome el arma en mis manos y suicidarme frente a ti, en tu juego, con tus reglas, para tu placer personal (tic) ¡Por fin! Ahora me toca a mí, ya me cansé de tu forma de jugar, ahora no solo tengo el gatillo en mi poder, sino el control del juego todo. Ahora comienza una carrera vertiginosa hasta el final. -Esto solo había sido el inicio (tic). -¿Seguro? (tic). -Desmiénteme, hazme perder ahora que tomé el control (tic). -No hay límites (tic). -Demuéstralo (tic). Ahora más que antes esto es cara a cara (tic), nuestros alientos parecen coexistir sin problema alguno (tic), aunque parece una justa 24


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batalla, permíteme presumir que yo tengo pleno control (tic), pareces entusiasmada en querer perder (tic), pero no te lo voy a poner tan fácil (tic), ahora, yo soy, quien tiene la plasticidad del juego para su deleite personal (tic), ¿No te gusta que tenga el control? (tic), lástima (tic). Parece que hoy, ésta bala nuestra, no quiere atravesar ninguno de nuestros cráneos, y darle a alguno una secundaria victoria, ya que ella parece más protagonista que tú y que yo. Retirémonos salvos, y juguemos con nuestro honor una ronda más, una, o tal vez más. P.D: ¿Quieres conservas la bala?

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8º: No Levantarás Falsos Testimonios, ni Mentirás. Yo también he mentido. Lo sé desde mis recuerdos hasta mis conciencias. Tu juego amargo, Catrina, me ha demostrado lo que se siente estar del lado de la parte herida. Mi repudio lleva tu nombre, pues en él confiaba. Ahora la decepción y la ira delinean de negro mi mirada, y fruncen mi ceño para expresarte mi frustración. Ahora que muestras las máscaras en tus cartas, sé cuan idiota he sido, al ser blanco como el papel sin manchar con mentiras. He de drenar, como la sangre en un cuello cercenado, toda está amarga sensación de tus mentiras tan reales, de tu excelente actuación, de tu cara (máscara) de supuesta verdad… que yo creía real. Y pensar que pensaba dejarme vencer en tu juego dulce, siendo un sueño amargo, ésta pesadilla pútrida. Tú. Quiero agradecerte, desde mi alma hueca, haber inspirado ésta mentira literaria, una falsa verdad de ti. Mis reverencias por tu excelencia en el arte de la mentira, y te aclaro que el surco 26


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de mi vida, no se mira por el espectro de una escena calculada, milimétricamente pensada, yo soy real. Falsa musa, quiero dedicarte, desde hoy y por lo que pueda llamarse siempre, éstas letras y la previa a la muerte de la inexistente “Segunda Ronda”. Y quiero, por más, aclarar que si éste es el juego, lo has matado con mentiras, intercaladas unas entre otras supuestas verdades. De nuevo vuelvo a mi coraza, de donde no debí salir jamás a contemplarte. Vacía Catrina. Que se vuelva polvo la bala que jamás existió, y que ésta letras se pierda en el hondo de mis ennegrecidos cuadernos, por siempre, el siempre al que siempre hacemos referencia todos los heridos por tus pupilas insoportables de ver, pues no existen, como no existió otro capítulo en éste cuento de ultratumba coloquial, tan repetido, que parece mentira que haya yo caído en su trama tan trillada. Por firma mi esencia, en tus huesos roídos.

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Círculos Así giran nuestras vidas, minúsculamente conectadas. Nuestros intereses, nada semejantes, nos colocan en lugares bastante alejados. Si bien por dentro no soy una pizca de lo que mis máscaras muestran, tenemos, quizás, puntos en común que nos acerquen, remotamente, supongo. Considero más digno que sigamos girando en nuestros centros, apartes, distantes, ambiguos, ambivalentes… discordantes. Aspiro decodifiques la criptografía de mis palabras y este pesar no es solo mío, quiero compartir contigo los mensajes en mi cabeza, vistos, tal vez, desde una perspectiva, sensibilizada por las cosas que, imagino, suceden. Y dando vueltas a todo éstos, tal vez no sea nada.

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Propuesta Hagamos un trato justo, olvidemos que todo ha sido así y, por favor, intentémoslo desde cero, pulcro y sin dolores, una vez más. “Tanto va el cántaro el cántaro el agua hasta que se quiebra”. Cabría decir que es una petición desde lo más hondo de mi incrédulo corazón, quiero que me abduzcan tus deseos de un mañana contigo, y desear tu futuro junto a mí. ¿Qué nombre quieres para la esperanza del mañana? Sería propio (o justo) decir que quiero hacer tus sueños realidad, y vencer los miedos que atemorizan mi alma. No quiero, aunque sobre decir, a mis sueños del pasado presente, y mi ya inexistente futuro, aun cuando me haya partido el alma en pedazos, lo creo irrecuperable. Me arriesgo, solo junto a ti, a que el mañana nos de lo que queremos, a que el mañana no nos hiera, a que el mañana no nos duela, a que el mañana, junto a ti, nos diga lo que hace una vida quiero oír. Aunque no lo creas, créelo, me juego lo que queda de mi alma remendada, y mi corazón 29


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endurecido, contigo. Di lo que haga falta para sellar este trato. Para que mis letras no solo sean poemas. Dame el beso que necesito para el anhelo que sueño, y vivamos. P.D: ¿Aceptas?

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Dulce-Amargo Y te vi, mi alma fue corriendo a acurrucarse en tus brazos, las palabras no bastan para explicar cuánto te extraño, no importa cuántas veces lo diga, estoy feliz, feliz de verte, de tenerte en mis brazos, de poder decir cuánto te amo, aunque no suene en mis labios, mi pecho, vacío, lo grita, esperando que lo oigas, incapaz, como yo, de susurrarlo, ligeramente, inaudible. No quiero nada más de éste mundo, entre tus brazos está bien, a color, con olor a caramelo, a chocolate. Y sonrío, sonrío tanto que sé que no parece que soy yo, es porque no lo soy, no, es por ti, eres tú esta sonrisa, estos pálpitos, esta alegría. Es así, no necesito nada más que disfrutar cada segundo que puedo tenerte, en minúsculas, en porciones, en pequeñas fracciones que te llevas de mí, y que a estas horas, por no poder contenerlas en mi hueco pecho, se convierten en letras, en palabras, quizás en poemas. No te vallas. No te detengo. Los torbellinos en mi pecho claman que no te vallas. Mi cara no dice nada. Quiero detener el mundo. No me muevo. Quiero ser la “nada” en la que se pierda tu mirada. No pasa nada. Te vas. Y me siento vacío, mi alma se fue contigo, 31


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sin saber, sin poder más que vagar. Estoy feliz, sí, por haberte visto, por haberte abrazado, y tanto soy infeliz por no tenerte, ahora, aquí, porque estas letras no existan, porque sean, en su lugar, palabras exquisitas, y no amargas, hermosas, sí, hermosas, hieren, me recuerdan, me hablan, desvarían, no se deciden, no conciben que no estés aquí, quieren ser para ti dulces, dulces rosas, blancas, rojas, violetas, azules. Y no puedo hacer más, nada más, solo esperar, espera para poder abrazarte, abrazarte con el alma.

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Sirena Te he soñado un par de veces, en la profundidad de tu tez tan blanca, que habla, se expresa, en este hirviente mar de sudor exacerbado; tu cabello como oro vivo aviva mis ganas de acercarme milimétricamente a tu frívolo corazón; el intenso néctar de tus labios, bajo el agua irónicamente salada, y que jamás he llegado a tocar, es un ancla que ha venido a dar en mi inundado pecho. Soy un insignificante marinero en estas mareas inmensas, nunca habrá tanta vida como para recorrer todo esto que me encierra y libera, me esperanza y me desvanece, me hace tan fuerte y simplemente insignificante, aun así, quiero poder encontrarte tal cual lo he soñado ya. Quiero explorar en tus labios qué es esto que siento por ti, quiero poder saciar estas ganas obsesivas de sentirte mía un instante hasta que mis brazos desfallezcan en tus besos, antes que logres consumir mi último aliento. Hasta entonces, me arriesgo a morir en estas aguas traicioneras. Hasta que decidas subir a mi navío y seducirme con tu canto, estaré errando con cada intento de encontrarte con mis labios. Dejarme arrastrar hasta la muerte, ni en un millón de vidas, habría sido tan hermoso, si no hubiese sucedido entre sus brazos. Puedo ver mi cadáver 33


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sonreír, mientras te alimentas, como debe ser, de él. Desde aquí no puedo sentir cada vez que hundes tus dientes en mi piel, pero sé cómo se siente cada vez que lo haces, lo imagino, lo deseo, y aun con los ojos cerrados puedo verte terminando hasta el último de mis impuros huesos. Siento el calor de tu último beso en mi rostro, y me veo deslizarme hacia otro lugar, el calor en mi piel, aun estando en pedazos, me hace sentir vivo, y lo estoy. Había sido otro sueño. Miraré de nuevo, al horizonte, para intentar verte a lo lejos. Te esperaré, esperaré pacientemente hasta que decidas que es el momento adecuado para dejarnos llevar por lo que sentimos, sé que lo sientes, lo siento cada vez que te acercas sigilosamente, lo veo en tu mirada, lo leo de tus labios, lo trasmites con tu piel, lo escucho de tu corazón, contradictorio, en llamas bajo las más profundas capas de esa maldad tan exquisita, y me incitas, me excitas, te ocultas en las tinieblas, entre nieblas y nubes. Mis impulsos hablan por mí, gritan que te siga, que abandone mi caballerosidad y deje que la bestia posea a su bella. Me pregunto si aún estoy soñando. P.D: No moriré hasta tu primer beso.  34


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Caminos Todo el camino que he recorrido me ha traído hasta aquí, sea por bien o sea por mal, no hay causa sin efecto. Todo tiene un por qué, aunque desconozcamos dicha respuesta, todo tiene una consecuencia, hasta la más absoluta quietud, genera una reacción. He llegado a este punto, caminando, corriendo, cayendo, dando tumbos, y, de vez en cuando, volando. Han pasado años, han pasado amores, han pasado heridas, impensables momentos, inolvidables rostros, y de no haber sido así, no pudiera tenerte aquí, no pudiera, si quiera, tal vez, haberte conocido. No estoy listo, quizás por capricho, para ver el final de mi camino. No quiero, ni por error, dejar de pensar en las posibilidades de mis caminatas, de todo lo que quiero y puedo hacer para pulir mi andar, para ser mejor. No me niego a los cambios, porque de no ser así, tal vez nunca hubiese un camino que deliberar, que andar. No pretendo ser el mejor en absolutamente nada, o que todos sonrían cuando pase por sus lados, ni que entiendan porque ando mi camino sin zapatos, o que acepten mi amor por la lluvia. No ambiciono una fortuna, ni una casa enorme, o 35


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una estatua con mi nombre, ni una placa en mi honor. No tengo por qué complacer a nadie en ser como ellos, no hay motivo para seguir sus doctrinas, cumplir sus cánones de “normalidad”, beber el veneno de la aceptación, y menos, ser una marioneta más del hangar de un titiritero morboso. Hoy, nuestros caminos, se unen.

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Día 28 de Enero del 2.016 - Jueves “La vida es una caja de bombones. Nunca sabes lo que hay dentro” ForestGamp.

Hoy, más que nunca quiero lo mejor del mundo, del mío y del tuyo, para ti. Hoy que todo el mundo quiere ser nuestro enemigo, hoy mañana y siempre quiero que el mundo se enamore de tu sonrisa de lado, de tus ojos multicolor, de ti. Quiero que el mundo entero sienta celos de nuestro querer. Quiero, por todo lo alto, marchar sobre el mundo, contigo y solo contigo. Estoy dispuesto, lo he dicho y lo reitero, a hacer cuánto esté a mi alcance para poder hacerte feliz. No hay, ni habrá, dolor en el cuerpo, ni en el alma, que pueda, si quiera, ostentar a hacer flaquear mis fuerzas. Junto a ti soy, y seré, invencible, y así mismo quiero que te sientas, tú, a mi lado. Sé que, como todo humano, tengo mis debilidades, sé que no siempre obtienes la mejor versión de mí, sé que no siempre sé cómo descifrarte, pero también sé que puedo hacer más y más, día con día, para lograr hacer todo por ser felices. La vida y su infinito ciclo nos regala una 37


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nueva esperanza, nos da, hoy, un nuevo aliento para ser lo mejor que podamos, juntos, como debe ser. La vida abre sus ojos y, con los suyos, los míos, para darme cuenta a tiempo de mis errores y remediarlos para nuestro bien. La vida, por hecho fortuito te trajo a mí, por consecuencia nos colocó a esas horas en aquellos lugares entrelazados y nos dio la oportunidad de probar suerte en el amor. Ahora, yo quiero ser el árbol que, en el jardín lastimado de tu corazón, eche raíces profundas, irrompibles, inalcanzables, para que nadie, ni nada, nos separe. Quiero darte los mejores frutos de mis ramas. Quiero que esos frutos nazcan, como nuevos árboles, con raíces aún más fuertes que las mías, y, entre ellos y yo, nutrir como nunca antes el jardín de tu corazón, y con los años serás el sendero de vida, de tantas vidas felices de tenerte a su lado. Que esos árboles den sus propios frutos, entonces, una y otra vez, todos, seamos fuertes junto a ti, por haber nacido en ti, en tu jardín, en tu amor, en tu renovado corazón. No sabes cuánto lamento no haber dicho “sí, para siempre” aquella tarde caminando juntos. “Para siempre”, hoy, se queda pequeño, demasiado más de lo que puedes creer. Pero de 38


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nada sirve que me arrepienta si no hago, si no hiciera, nada para solucionarlo, y eso comienza aquí, en nuestro día a día, aseverado por mi firma, la fecha y la hora de estas palabras y hechos, ahora.

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Culpables Somos culpables de esperar que otros hagan lo que nosotros debemos hacer, igualmente culpables por pensar que otros son capaces de hacer lo que nosotros, con naturalidad, hacemos. Somos Culpables de arribar esperanzas en nuestros corazones porque las mismas se convierten en ira y decepción al desmoronarse en nuestras manos. Somos culpables del tiempo que muere en vano, de cada segundo que perdemos de nuestras vidas, de cada momento que no sabemos, a bien, aprovechar, de cada instante en que nos volvemos más egoístas, creyendo que todo lo que tenemos nos pertenece y nunca nos puede ser arrebatado. Somos culpables cuando creemos tener la razón y olvidamos dar cabida al perdón. Somos culpables de no saber cuándo detener nuestros reproches y disponernos a escuchar con atención al corazón, propio y de quien nos acompaña. Somos culpables de solo amar, de no amar con cada fibra, con cada bocanada de aire, con cada gramo de fuerza, con cada pálpito, con 40


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cada mirada, con cada parte de lo que somos. Somos de no amar plenamente. Somos culpables de cada duda en nuestras mentes, de no saber cómo arrancarlas de raíz con la justicia ciega de la razón. Somos culpables de que el mundo nos consuma desde dentro cada vez que nuestra voluntad es puesta a prueba. Somos culpables por las distancias que marcamos día con día, y aún más culpables cuando perdemos a quienes teníamos tan cerca de nuestra piel. Somos culpables de ir apagando las luces de nuestra alma y quedarnos, solo, con lo gris de nuestro ser. Somos culpables de tantas debilidades que nos destruyen por completo. Somos culpables, sí, y ya estoy cansado de ello. Quiero que hoy algo sea, por fin, distinto y dejar toda esta penumbra detrás. Domingo (cerca de la media noche).

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Hojas Quiero llegar más allá de su solitaria transparencia, de su agrupada oscuridad, rebasarlas y tocar el cielo, saber que hay fantasías posibles, alcanzar sueños que parezcan distantes, intentar seguir con mi vida, quizás no fijarme que están allí, pero, ¿Qué puedo hacer yo? Cuándo la mismísima luz del cielo se ve refrenada por su aparente fortaleza, es irónico y un poco estúpido que me deje vencer por algo a lo que le conozco bien los puntos débiles, o al menos eso creo. Dejarlas seguir su camino al cielo de mano del viento y que tarde o temprano la gravedad (de la vida) las haga bajar, dejarlas caer, quizás mirar sin emoción como alguien las pisa, como se marchitan y llegan a desaparecer después de tanta contemplación, pero no puedo, me invaden sensaciones de ira, desagrado, impotencia (quizá), refreno propio, abandono de sus partes, y cuando ese viento las trae de nuevo a mi lado las recibo como la primera vez, como siempre, como tal vez no deba hacerlo, como me han advertido que no lo haga, como sé que no debería, y entra en juego mi conducta, mi terquedad, mi humor, mis sentimientos, mis 42


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emociones, mis sensaciones, mi amor, y me voy en contra del viento, en contra del destino (anulando su existencia), del mismo tiempo, de otros amores, en mi propia contra. El ciclo va y viene, se repite, sé que es así, y no lo detengo, me gusta, es casi un vicio, mas no malsano, es un error (tal vez), una divagación sin rumbo, un destino sin destinatario, son tantos vacíos sin llenar (y que seguro, casi, nunca se llenaran) y lo peor (supongo) del caso es que sigo aquí, Hojas.

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Mis Sentimientos (Hojas) Me siento aturdido por tantos aconteceres que llevan tu nombre, Hojas. Tus, en mi particular (y entrometida) opinión, deseos de madurar de pronto, solo estas logrando marchitar lo que una vez fuiste. Veo tantos recuerdos ladrones de almas, en los que tu sonrisa era hermosa y tus ojos reflejaban pureza, hoy me pregunto que ha sido de todo eso que me hizo amarte. Hoy no hay símbolos, no hay palabras que escondan lo que deseo decir, esto, ésta vez es literal, y por costumbre, literario. Te amo, juro por mi vida, que la siento valer tanto menos cada vez, que éste es el más puro sentimiento que haya tenido jamás para alguien. Soy poeta de la mejor poesía porque en ella vierto mis sentimientos más sinceros, mi poesía ha sido mejor porque son mis sentimientos hacia ti; dejamos tantas voces sin palabras porque has hecho de mi poesía la mejor. He pretendido ser mejor (muy tal vez el mejor), pero mi sobrada estupidez siempre hace sus mejores actuaciones y luce sus mejores galas cuando intento no echar a perder las cosas, y las termino haciendo peor de lo que ya antes parecía poder, y como si fuese poco, cuándo 44


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intento arreglarlas, las termino haciendo aún peor ya. Salen siempre a relucir mis destacados demonios de conducta, a los cuales no les hace falta carta de presentación, los conoces demasiado bien. No pretendo refrenar tus acciones, así como tú haces con la luz del cielo, solo intento escudarte de las cosas que sé que están mal, que te pueden lastimar; y en vez de un escudero leal, viste en mí a un opresor, y fui víctima de las distancias que pediste y procuraste, tú parecías inmutable ante las circunstancias, me dolieron tanto esas palabras no correspondidas, que otros habrían llorado con desespero ante el dolor de mi ser, y fui lo suficientemente imbécil como para no reflejar emociones (demoniaca conducta que ya conoces). Y el tiempo (otro de mis victimarios), hasta hoy, juega con mi mente por la negativa de mi creencia, y aún hoy mantengo (o intento mantener) firme mi voluntad. El destino, inexistente en mi credulidad, hizo presencia en palabras “proféticas”, procurando mofas y por ende su posterior venganza en mi psique, llevando mi conciencia a los límites, y mis sentimientos al borde del colapso, y tú en la distancia haciéndote marchitar 45


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por tu propia mano. Me era imposible detener las estocadas de mis sentimientos absurdos, de mi realidad tan vacía, del destino acechante en cada volver de mirada, en cada mirada esquiva, y en tantas veces que procuraba no mirarte, las peores de las estocadas venían de tu parte, por ese poder innegable que mis sentimientos te otorgaron, en las que el vacío me hacía un único objetivo, estocadas imposibles de ver esquivando la mirada, y el destino me ataba de manos y pies para que no fallaras (y jamás te enteraste). Mi orgullo (otro demoniaco en escena) me hizo amordazar mi boca para no destacar de nuevo en las estupideces que parecen diezmarme cada día más seguido, pero ya no más, abandono de mi cualquier sentimiento de culpa, de pesar, y aún en mi propia contra, de orgullo, para decirte lo que mi corazón ha llorado tanto por el silencio de mi voz. Quiero otorgarte las experiencias que requieras para tu madurar, siendo mi salvoconducto que yo jamás procuraré tu marchitar, hojas. Otorgando mi sangre a la tierra, pretendo mantenerte en el cielo que ciegas. Derramando lo poco puro que queda en mi esencia, deseo mantener la pureza que una vez viera. Exhalando la poca vitalidad 46


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que en mi aliento haya, ambiciono mantener el tuyo lejos de las banalidades de estos momentos profanos. Dejando mi cuerpo desnudo a merced de la oscuridad, aspiro mantener tu cuerpo lejos de las oscuridades que acechan cada día. Durmiendo en pesadillas humanamente indecibles, depósito en la esperanza, que pueda yo mantener tus sueños en dulce. Dando cuanto pueda de mí, te doy cuanto necesites recibir. P.D: Admito la existencia del destino si es por ti.

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Día 06 de Febrero de 2012 – Lunes Quiero solo decir que tal vez sea mejor tu ausencia éste día. Las cosas serían tan diferentes si siguieras en el incógnito, si no me hubiese levantado en tu dirección, si no... Pero significaría tantos vacíos sin llenar que no tengo la más mínima idea de que habría sido entonces. Sin dejar de contar el más profundo de los sentimientos de éste pagano corazón. Tal vez solo deba seguir así, quizás (y estoy casi seguro) sería mejor; esperar lo indecible (pero jamás inevitable) y estar, ser presencia, no un incógnito, y menos un vacío. No lo sé.

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Día 09 de Octubre del 2012 - Martes He vuelto a ti (letras) después de algún tiempo, supongo éstas, y otras tantas páginas más, están ya algo acostumbradas a mis intermitentes ausencias, supongo algún día ya no tendrás que esperarme, entonces podrían ser realmente libres; yo también añoro esa libertad. Sin embargo hay alguien que me hace entrar en cuenta, quizás sin saber, de lo que queda de mi realidad, absurda por no más decir. Y es ese alguien lo que tantas noches me quita el sueño, y ese alguien eres tú, Hojas. De nuevo en mis letras, innegable, inmortalizándote, como espero que así sea, por encima de cualquier realidad o fantasía, tendencia o creencia. Te Amo, es lo que para mí importa, no más que tu felicidad, que para mí no importa su precio, no hay precio para la felicidad y menos la tuya. No me importa que esto llegue a no llamarse poesía, lo que quiero es una firme constancia de mis sentimientos hacia ti, hacia algunos muy pocos y hacia otros tantos. Tal vez los sueños terminen en pesadillas, tal vez ya no existan los sueños, tal vez ya no exista. Entonces ya no seré un nombre, no seré un seudónimo, no seré, no para este mundo, lo que quiero es 49


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ser la más pura esencia del amor para ti, lo que deseo es verte feliz, y tal vez hacerte feliz, esa será causa de toda la felicidad que pueda llegar a sentir, a querer, a pedir. Sé que los caminos, así como se unen, se separan, y cuando la distancia de riendas a la soledad, mi alma gritará él Te Amo que tanto susurré a tu oído, y ojalá lo sientas como aquellos abrazos que tanto te di, y tal vez, entonces, un susurro de vuelta diga “Yo También”; Seré, pues, feliz, te lo juro.

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Día 18 de Febrero de 2013 - Lunes Aún no te vas y ya siento un vacío en todo el ancho angosto de mi pecho, sabes bien cuanto deseo que te quedes y sé bien que no puedo hacerte cambiar de parecer. Tal vez debí guardar aún más silencio y seguir sin querer darme cuenta de mis temores actualmente incesantes. Tal vez debiste pensarlo y aún sin hacerte cambiar de parecer, poder hacer que algo cambie y te impregnes de mi inesquivable sedentarismo, tal vez hubiere yo aventurádome a ser aventurero, reiniciar el color del cielo y los horizontes de mi mundo sin ti e inundarlos de tu presencia, y muy tal vez habría después algo bonito que contar. No puedo más que imaginar cuando te vayas, y estoy seguro pues que el vacío que siento ahora no se comparara con el déjàvu de la realidad inevitable, mas quiero decir en mi moribunda defensa que Te Amo tanto como para respetar la decisión de separar de mi vida lo poco que me hace pensar en una historia de amor, con nombres ajenos y simbólicas marcas de mis añoranzas y deseos de atentar la existencia de la temida soledad de ti. Quisiera poder tener las fuerzas necesarias para en un 51


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abrazo no dejarte ir, quisiera ser tan valiente como mis inocentes deseos de tu presencia y secuestrarte con encantamientos fantásticos que desvanezcan cuanto pueda separarnos, y conozco bien de mí mi atorrante terquedad de dejarte ir en procura de tus sueños, en pro de tus deseos y por el bien absoluto de tu felicidad, que a bien será la mía aun cuando duela desde ahora que no estés, estando sin estar, paulatinamente y de momentos. (Suspiro, pausa y desaliento).

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Día 05 de Marzo del 2013 - Martes Aunque el hueco de mi pecho sea inmenso, duele demasiado. Parece no haber nada dentro, excepto los lamentos callados. Las revistas del recuerdo duelen en el vacío inhóspito de lo que alguna vez quise que fuese mi razón de vida y hoy a cada día me mata más seguido. Lo único que ahora deseo con las fuerzas de mi corazón ausente es saber por qué. No siento éstos pasos que doy, no sé a dónde voy, no tengo idea de las diferencias entre hoy y mañana. Hoy soy demasiado cobarde como para pelear por lo que amo, considero mejor seguir en la encadenada inercia de “la vida” y esperar que el eslabón más débil haga lo suyo. No esperes de mí lo que no puedo darme. No sueñes con mis sueños. Procura no vivir en mi muerte. Déjame, es lo más fácil para todos. En algún momento no habrá reflejos en mis espejos, y entonces, tal vez, el conocimiento sea poder. Necesito paz, y no sé cómo conseguirla. Abrázame en silencio, es lo único que a ti te pido. P.D: O lárgate si te resulta más fácil.   53


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“Roll” Vamos a jugar un juego de roll en el que siempre me amaste como yo a ti, seamos felices entre mentiras inhumanas para sonreír un poco cada día. Juguemos que somos la pareja ideal que le da envidia a nuestros coestelares figurillas de cartón y colores brillantes, amplias sonrisas y siempre muy amistosos. Imaginemos que en una casa promedio, con sueldos necesarios cada mes, podemos comprar las pasiones que jamás existieron antes, los besos que nunca nos dimos, y amanecer abrazados iluminados por el foco de la luz artificial de nuestras inconciencias; hagamos que anochezca cada ocaso llenos de nuestros vacíos paralelos, y logremos un final feliz que no sucederá, y entonces márchate dejándome los recuerdos de lo que nunca fue, soñando despierto como podríamos llegar a ser mejores actores de ésta cosa abstracta llamada vida. Hagamos que la muerte solo sea una página más sin leer.

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Musa Moribunda Aquí nos encontramos, en mis recuerdos, de nuevo, y como de costumbre, para dedicarte mis letras, esas, éstas, todas, que de apoco van muriendo por tu fantasmal distancia, por no querer admitir que ya es inminente que no estas, por no querer empezar a extrañarte, por no admitir que ya te extraño, que me haces falta en una cena de ensalada, me haces falta en un juego de palabras, en la complicidad, en mis letras, moribundas, ahora, por tu culpable distancia y por mi negada aceptación. Aquí, tal vez, por última vez, te llame “Hojas” y pases a ser pasado, por tu propio pie y por mi propia voluntad de no tomarte de la cintura y secuestrarte un beso y una bofetada. Ya no tengo palabras en mis letras que no se encarguen de otra cosa que no sea tu lejanía, y a cada segundo, la distancia entre tú y yo, es la presión que la horca ejerce en la garganta de mi poesía, y aquí encuéntrome como un psicópata viéndole morir sin culpa alguna, casi como si lo disfrutara. No puedo hacer más que virarme y dejarle allí, que muera lo que tenga que morir si tú no eres el aire que respiramos para escribir y andar, para las letras, palabras, y caricias, tal 55


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vez. Aquí ya no estás, tomaré mi máscara y mi vestido, y seguiré adelante con las escenas que aún no escribo. Allí está tu butaca, no espero que la ocupes de nuevo algún día, pero siempre llevará un cinto con tu nombre, en nombre de lo que siento por ti, en nombre de mi procura de dejarte ser feliz, de dejarte ir. Brindaré por cada aplauso, aunque no sea tuyo, y entonces, tal vez, recuerde que ese nombre es tuyo “Hojas”.

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Ya no quiero… más Ya no quiero dudar más, no quiero tomar tarde las decisiones que puedo tomar hoy, ya no quiero pensar tanto para actuar y tanto menos quiero dejar de hacer las cosas que me propongo por contemplar perplejamente la inmensidad de la nada, no quiero dudar sobre el amor y sus desamores, ya no quiero dudar del paso del tiempo en mis huesos y mi mente, no quiero dudar más cuando tenga que expresar mis sentimientos fuera del papel. Ya no quiero pelear más, ya no quiero sus heridas ni sus estigmas. No quiero el dolor de sus golpes a mi orgullo y a mi honor, ya no quiero volver a sangrar por su culpa y menos por la mía, no quiero salir del cuadrilátero con la cabeza agachada ni quiero los alientos que intentan aminorar mi dolor, ya no quiero pelear en contra del río y del mar, ya no quiero pelear en contra del viento y sus invisibles puños, ya no quiero pelear contra mí mismo y mis sosegantes errores, ya no quiero pelear sin triunfar. Ya no quiero llorar más, no quiero que mis lágrimas corran espantadas por los desamores y sus heridas, no quiero verlas caer al suelo y que reflejen mi rostro desdichado hasta chocar 57


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con el fondo de mis tristeza, no quiero su sal en mis labios recordando tan amargos momentos, adioses y besos que fueron, alguna vez, dulces, ya no quiero llorar por los muertos que extraño ni por sus felices recuerdos en mi mente, ya no quiero llorar esta soledad y no quiero llorar más por las veces que ha muerto mi ser. Ya no quiero esperar más, no quiero perder mi tiempo esperando por aquellos que han dejado vacías sus butacas ni por aquellos que se fueron un día y no han vuelto, no quiero quedarme en este lugar sin que nada pase y tanto menos quiero irme si en otro lugar voy a correr la misma suerte, no quiero que el tiempo siga pasando hasta consumirme por esperar que otros hagan lo que tiene que hacer, no quiero esperar la vejez para ser llamado maestro ni la muerte para merecer honor, no quiero esperar más por el viento para que ondee mi estandarte ni esperar por la tierra para que lo aferre como si fuese suyo, ya no quiero esperar la muerte para sentirme vivo. Ya no quiero amar más, no quiero amar aún más a la lluvia porque nunca voy a poder hacerla tan mía como soy suyo, no quiero que me deslumbre un rostros para que me destruya una máscara, no quiero perderme en palabras 58


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que nunca digo para expresar lo que siento en mi alma, no quiero perder a un amor que amé tanto más que a mí, ya no quiero amar unos labios y sus mentiras, ya no quiero amar unos senos sin su corazón, ya no quiero amar una cadera y sus andanzas, ya no quiero amores perros, ya no quiero amar más, no, sin ser amado.

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José Farfán De hoja y otros desamores

Índice Hola

11

Adorada Tentación

12

PENSANDO EN TI

14

Sueño Carmesí Fin

19

Día 03 de Enero del 2.013 - Jueves

22

Ruleta Rusa: Primera Ronda

23

8º: No Levantarás Falsos Testimonios, ni Mentirás.

26

Círculos

28

Propuesta

29

Dulce-Amargo

31

Sirena

33

Caminos

35

Día 28 de Enero del 2.016 - Jueves

37

Culpables

40 60


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Hojas

42

Mis Sentimientos (Hojas)

44

Día 06 de Febrero de 2012 – Lunes

48

Día 09 de Octubre del 2012 - Martes

49

Día 18 de Febrero de 2013 - Lunes

51

Día 05 de Marzo del 2013 - Martes

53

“Roll”

54

Musa Moribunda

55

Ya no quiero… más

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Colección: LITERATURA Serie: (Tiramuto) NARRATIVA

De hoja y otros desamores “Hojas”, ese amor idealizado, el que muchos sueñan encontrar en sus vidas, aquella quien ha compilado comentarios tales, que de volverlos a oír, pensaría que son una broma: “ojalá alguien me escribiera algo así a mí”, o “escríbeme uno como ese a mí, di que me amas como a ella”… no es tan fácil, ni funciona de esa manera.

S istema de E ditoriales R egionales

Cojedes

José Farfán (Cojedes - Venezuela, 1987) Docente, actor, director, vestuarista, maquillador, director del grupo cultural alterego, ha representado el estado en diferentes actividades culturales, es reconocido por su labor artistica y su relevancia en el nuevo teatro cojedeño. nos presenta su primer libro, titulado De hoja y otros desamores.


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