Urape frainer perdomo

Page 1

R e g i o n a l e s

N a c i o n a l

d e I m p r e n t a s

S i s t e m a

cojedes

C o l e cc i รณ n N a r r at i v a

Serie Historia Regional y Local

Urape

Frainer Perdomo




Urape



Frainer Perdomo

Urape


Imprenta Regional COJEDES

Urape © Frainer Perdomo Portada: Frainer Perdomo / Urape / Fotografía digital / 2010 Por la 1ra Edición: © Fundación Editorial el perro y la rana Imprenta Regional Cojedes Edificio Manrique, Primer Piso sede de la Escuela Regional de Teatro San Carlos-Venezuela 2201 Telefs.: 0424-4364611 correo electrónico: sistemadeimprentascojedes@gmail.com

ISBN Depósito Legal: LS 40220078003118


Urape Frainer Perdomo

El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto editorial impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, la participación en corresponsabilidad y cogestión de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objetivo fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: El libro. El Sistema Nacional de Imprentas funciona en todo el país y cuenta con tecnología de punta, cada módulo está compuesto por una serie de equipos que facilitan la elaboración rápida y eficaz de textos. Además, cuenta con un Consejo Editorial conformado por el Especialista del Libro y la Lectura del el Gabinete Regional y un representante de la Red Nacional de Escritores de Venezuela Capítulo Estadal.


Imprenta Regional COJEDES


DEDICATORIA

A ti mi Señor Jesucristo, pues me dirigiste por el mejor camino de mi vida, y me distes la salud y sabiduría para alcanzar todas mis metas. A mis abuelos Heriberto Blanco y Cecilia Batatina sin ellos no hubiese sido posible este cuento pues son los protagonistas principales. A ti esposa querida Elvira por todo tu amor, compresión y estar siempre a mi lado cuando más lo necesite. A mi madre Saturnina quien siempre creyó en mí y me dio todo el apoyo que necesitaba. A mis hermanos, mis hijos; Disladys, Fraiwin, Magly y Jesús A mi amiga Marnelia por apoyarme y ayudarme en la elaboración



PRÓLOGO "Urape” es una historia en la que se cuenta sobre dos comunes personajes que pudieron o pueden existir en cualquier lugar de la tierra, estas personas, como muchas que existieron fueron muy felices en sus tierras. Pero hasta que un día la dictadura que se impuso en aquellos tiempos oscureció sus sueños, sus vidas y hasta sus creencias, y personas que estuvieron muy cerca de ellos puesto que la ignorancia frágil y la humildad de ellos fueron provecho para la ambición de unos terratenientes que los despojaron de todo lo que ellos lograron. Nos hace reflexionar que en la vida por querer tener siempre más y más podemos acabar con la vida feliz de otros y que esos otros deben también no dejarse oscurecer. Todos tenemos que tener la luz, la luz de la esperanza, de creer y del saber.



Urape Frainer Perdomo

Junio de 1928, invierno erase aproximadamente las 7:25 pm, a lo largo de una extensa vista se oyen relámpagos y truenos, que alumbraban y encendían en medio todas las montañas del Alto de Urape. Cae la tormenta… con fuertes golpes de agua y relámpagos que encendían en miedo todo lo Alto de Urape. En lo alto de la montaña se encontraba un rancho el cual estaba construido de bahareque, veredas de un árbol conocido por ellos con Bambú y palmas secas que servían como techo; aquí moraban dos personas las cuales llegaron al sitio por consecuencia de la guerra y la fuerte dictadura que se establecía en esos tiempos. José un hombre de aproximadamente 29 años, de cabello amarillo y liso, chiva y bigotes en abundancia, ojos azules, flaco, serio y de cara perfilada. El convivía con Rosa, una mujer de 28 años de edad exactamente, de piel negro, cabello negro y encastrado con clinejas unidas en su cabeza, delgada y sonrisa simpática. Ellos vivían de la tierra, de los que producían las mismas tales como: verduras y hortalizas, de la caza y de la pesca. Aquellos dos campesinos a pesar de que solamente eran ellos dos nada más en medio de esas montañas, siempre sus pensamientos estaban en cultivar más y hacer de aquellas tierras unas de las mejores, tener algo para el futuro, los cuales ellos tienen en planes y los llenaron de mucha emoción. La gran mayoría de las veces, ellos acostumbraban a despertarse a una hora aproximada de las 6:00 am (cuando el sol empezaba a iluminar el nuevo día) y se acostaban de 7:00 a 8:00 pm. Rosa y José dormían en una cama construida de palos, los cuales eran extraídos de un árbol llamado

14


Imprenta Regional COJEDES

15

jabillo, de palmas secas y con una escalera, la cual daba acceso a la misma cuyo nombre era troja, así dieron el nombre los campesinos, inclusive Rosa y José. En uno de aquellos días Rosa y José se levantaron como de costumbre con muchas ganas y entusiasmo, para comenzar un nuevo día con sus trabajos; seguido de esto Rosa procedió hacer café para desayunar con arepa de maíz pilado, para así dirigirse José al gran conuco de los maizales que él había plantado en una de las montañas del Alto Urape. Una vez de haberse tomado José el guarapo, éste se despedía de Rosa, cuando desde una vista no muy lejana ven llegar a dos personas cabalgando, cada una en un caballo; en esto de ver Rosa aquellos cabalgadores, ésta le pregunta a José: - ¿José, puedes tú distinguir aquellas personas? - No muy bien Rosa, pero parecen ser un hombre y una mujer. Después de haber intercambiado Rosa y José aquellas cortas palabras, José deja una pausa, baja la voz y prosigue a decirle a Rosa. - Rosa trae el banco que está en el fogón y ponlo aquí frente a la ventana. Rosa se dirige hasta el fogón, toma el banco y se sienta a ver por la ventana a ver a las personas llegar. Una vez de haber transcurrido varios minutos llegan hasta el rancho de José y Rosa aquellas inesperadas personas, tocan la puerta muy suavemente y en esto José le dice a Rosa. - Abre Rosa. - Al Rosa abrir, capta la presencia de un señor o más bien un hombre adulto y ganapán según ella lo


Evocaciones y Cuentos Argenis Pinzón

notaba. De unos 20 años de edad, gordo, trigueño y de pelos crespos, éste llevaba puesto un traje de liquilique al cual también lo acompañaba una hermosa y simpática señorita de unos 18 años de edad, pelos amarillos y lisos que le llegaban por medio de la espalda, de una cintura apresida y de cara como una virgen, en su pelo llevaba una flor roja por el lado izquierdo de su cabeza y vestía un lindo vestido azul. - Después de haber Rosa contemplado aquellas personas, les pregunta: ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué buscan por aquí? Entonces en cuando le responde el muchacho con voz un poco gruesa. - Señora si nos deja pasar podríamos decirle la razón por la cual estamos aquí. - Disculpe Sr. José y Sra. Rosa, les dice aquel muchacho con voz un poco ronca que no nos hallamos presentado, mi nombre es Juan y el de ella es Sara y venimos de Caracas en visitas a éstas montañas. Y luego procedieron a estrecharse las manos Entonces le dijo Juan a José. - Bueno ahora le voy hacer una pregunta que me dejaron en el aire ¿Cómo hacen ustedes para vestirse, endulzar el café, donde ud. muele el maíz para así sacar sus arepas, darle o ponerle sal al maíz? ¿Verdad Sr. José que para moler el maíz tendría que tener un molino y usted no lo fabrica y ante éstas necesidades tendría pues que dirigirse al pueblo que les queda a 8 horas de camino, como los que tuvimos que pasar Sara y Yo. Entonces José les responde placenteramente. - Nosotros aquí nos provisionamos muy bien, cada

16


Imprenta Regional COJEDES

17

mes vamos al pueblo y compramos lo que necesitamos y las veces que presenciamos algunas enfermedades que realmente las sentimos graves nos dirigimos al pueblo en donde se encuentra un médico que nos ve, nuestras pequeñas cosas que podemos sentir en nuestros cuerpos. Luego interrumpe Sara a José, diciéndole: - Sí Sr. José, pero si les llegase a faltar algo muy necesario o ¡dígame! si les llegase a pasar alguna cosa muy rápidamente. Como tratarían de solucionar aquello necesario y quienes se enterarían de solucionar aquello necesario y si ustedes viven o no. Y ante esto que le estoy preguntando no se quede callado y contésteme y díganos si no es cierto lo que estamos diciendo. -Sobre las palabras que aquella joven acababa de pronunciar José y Rosa dejaron un pequeño silencio en sus cuerpos, se miran y vuelven la vista hasta donde estaban aquellos extraños caminantes. Ellos no sabían que contestarle a esos jóvenes, pero en esto José exclama con una voz pasiva. - Bueno jóvenes ustedes tienen razón en muchas cosas, pero aquí nosotros ya estamos acostumbrados a vivir de ésta forma. Pero Rosa ya no podía sostenerse a seguir oyendo aquellas palabras que salían de esos jóvenes y en voz alta les dice mirando hacia el suelo. - ¡Fuera, fuera de nuestra casa! José por favor diles que se marchen, que no queremos personas extrañas en nuestro rancho; por favor José que no quiero seguir oyendo nada de lo que salga de sus bocas. Una vez dicho esto alza la vista y les da la cara, hasta donde estaba el rostro de Juan, volviendo a decir:


Urape Frainer Perdomo

- ¡Fuera, fuera de mi rancho! Ustedes lo que quieren es que nosotros nos vayamos al pueblo o quizás a Caracas, ¿verdad?, para así sufrir la fuerte dictadura que se está estableciendo en este momento. José por favor, te lo pido por Dios diles que se marche ¡ya! y que nos dejen vivir tranquilos. Juan se para del banco donde estaba sentado, mira a Sara hasta donde estaban Rosa y José diciéndoles, uno después del otro: - No se queden ni un año más por estas montañas porque si no su gran felicidad será destruida y les llegará a pasar una desgracia, y repitiendo Estas palabras se marcharon en sus caballos, desapareciéndose entre los arbustos y matorrales, dejando por sus caminos largos ecos de aquellas palabras malignas. - Momentos después de haber pasado todas aquellas desentendidas palabras en ecos, José le dirige unas palabras a Rosa; diciéndole: - ¿Rosa, sabes lo que voy hacer en este momento? - No se José ¿Qué vas hacer? Le respondió Rosa con expresión de admiración. - Me voy pal conuco querida hay muchas cosas que tengo que terminar muy pronto y he perdido mucho tiempo hablando con esos extraños caminantes, que dijeron ser nuestros amigos. ¡Ha! y no te olvides de llevarme el almuerzo. - José tomó su machete punta ancha y lo amoló en una piedra especial para sacarle el filo, la cual se encontraba puesta en una esquina del rancho. Luego prosiguió su camino que lo conduciría hacia el inmenso maizal

18


Imprenta Regional COJEDES

19

Al llegar al conuco éste solía silbar y cantar por todo el prolongado cerro, mientras realizaba su rutinal faena. Rosa, la mayoría de las veces, a una hora aproximada de las 11:00 a 12:00 am, le llevaba la comida a José hasta el conuco donde él se encontraba realizando su trabajo rutinario, pero antes de ésta entrar al conuco, tenían ambos que atravesar “La Quebrada del Alto Apure”, que no quedaba tan retirada del rancho. A este rancho lo rodeaba la quebrada, a sus esquinas tenía tres esplendorosas matas de mango las cuales daban sus frutos hasta tres veces al año, tenían también pequeñas matas de ají, pimentones, cebollas, tomates y hermosos jardines con las más bonitas flores, las cuales les daban belleza y colorido al contorno del rancho. Rosa llega hasta el conuco, le da el almuerzo a José y se sientan bajo una pequeña choza que tiene José en medio del inmenso maizal, es aquí donde ellos procedían a almorzar todas las tardes. Luego después de haber comido, descansan un rato y continúan su rutina faena. A eso de las 5:00 pm interrumpen su trabajo pues se sentían muy cansados, regresaron y se dieron un baño en la quebrada como de costumbre al regresar del conuco. Al cabo de un rato llegan hasta su rancho, descansan en la troja y procede José a decirle a Rosa: Rosa no es que yo quiera reprocharte todas aquellas palabras que tú les dijiste a esos jóvenes, no se quizás debiste esperar y calmar tus nervios hasta saber que se traían ellos en mente. Entonces Rosa le dijo: - Sí pero es que como tú podrás entender yo nunca


Urape Frainer Perdomo

he querido perder esta felicidad y si yo no hubiese tenido quizás el valor como para decirles aquello que les dije, pues no se a lo mejor ya estuviéramos lejos de aquí Y lo más horrible es que estuviéramos enfrentado los sufrimientos de la dictadura y su esclavización. - No Rosa, nunca perderemos nuestra felicidad, ni sufriríamos esa esclavización dictatorial que está estableciendo ahora en Caracas, es más Rosa tú no pareces haber oído lo que dije en la conversación con aquellas personas. - Sí José te oí, se que dijiste que aquí teníamos todo lo que queremos y que todavía somos muy felices, pero además ellos también dijeron que no lo teníamos todo y que alguna desgracia nos podía pasar si nos oponíamos a abandonar estas tierras. - Rosa que Dios nos bendiga y nos ampare de todo mal y ya olvidémonos de esto y ve a dormir que yo me quedaré un rato más aquí abajo. - Si José está bien me siento un poco cansada y tengo sueño, le contesta Rosa. José el cual tenía la cabeza apoyada al borde de la ventana, se la dejó caer por la fuerza del equilibrio del cuerpo. Al producirle este impacto se para y toma la escopeta y abre la puerta; en sus sueños él siente un ruido no normal en el corral de los animales, el cual estaba al fondo del frente de su casa. Las fuertes gotas de agua fría caen sobre él ligeramente produciendo sobre su cuerpo una sensación de miedo y fatiga, luego llega hasta el corral y no ve nada extraño según su mismo sueño ahí mismo cuando logra ver a Rosa, la cual le trasmitía una vista de tristeza y de miedo desde la ventana de la habitación.

20


Imprenta Regional COJEDES

21

José haciendo caso omiso a esta observación se deja ir por todo alrededor del corral y caminando por el barro y los charcos, tropieza con una estaca en forma de cruz y cayéndose la toma y se dispone nuevamente a levantarse, es cuando en ese instante oye la voz de Rosa (su esposa) la cual le vocalizaba unas palabras que decían llamarlo por su nombre y José tomando la estaca en forma de cruz entre sus manos se deja ir hasta el rancho y al entrar murmura unas palabras muy bajas y en forma desesperada dice: - Rosa no te vayas, Rosa por favor no me dejes sólo en esta montaña, y pronunciando esto seguidamente se deja caer en el piso. Minutos después aquella fuerte tormenta dejó de caer, sólo se sentía una leve brisa fría, el silbido de chicharras y grillos. Al amanecer llegan hasta él unas manos delgadas y negras, lo mueven y despertándose alteradamente nervioso exhala una voz timbrada diciendo: - Rosa, ¿Dónde estabas? - Donde más iba a estar José estuve toda la noche esperándote que vinieras a dormir, pero no fue así. Entonces yo me dije quizás tuviste deseos de dormir aquí abajo y pues yo también me quede dormida. José interrogando a Rosa prosigue diciéndole nuevamente: - ¿Rosa, pero lo que pasó anoche? - ¿Qué fue lo que pasó anoche José? – Le preguntó Rosa. - Rosa sinceramente no sé explicarte pareciera que todo aquello que me pasó fuese así como si me quisieran decir que no nos quieren ver por aquí en


Urape Frainer Perdomo

nuestras tierras. Fue así como un sueño. - Sí José fue un sueño, porque yo aquí te dejé sentado frente a la ventana y quizás no sé, me digo yo, pues, que sea un sueño y que se me es muy difícil dudarlo, por la gran fatiga que tenías ayer por aquellas inesperadas personas. - ¿Entonces fue un sueño? replica José, ¿Pero por qué estaré empapado de agua? - Bueno José quizás por el sueño, esta vez estuviste en un completo estado de sonambulismo como lo que me pasó a mí el año pasado en la troja. ¿Te acuerdas? Que tú me dijiste que me paré de la troja, bajé por las escaleras y me quedé dormida en el suelo hablando y diciendo palabras en voz muy baja. - ¡A! si me acuerdo, contestó José ya con un tono de voz más clara, pero Rosa es que aquello parecía tan real que puedo seguir diciendo que lo fue. - Bueno José ve a cambiarte para que me cuentes en una forma más apacible. Mientras iré hacerte un poco de café. José se para del suelo donde estaba sentado conversado con Rosa y se dirige hacia la troja, se cambia toda aquella vestidura mojada y baja, al regresar a la sala éste se queda sorprendido mirando fijamente a una figura, era la cruz de palo con la que él se había tropezado en el sueño y es aquí cuando resalta una voz diciendo: - ¡Rosa!, ¡Rosa! Esta sale rápidamente del fogón con el café y al llegar dice: - ¿Qué te pasa José?, ¿Qué te ocurrió? ¡Mira! Le dice José a Rosa señalando la cruz.

22


Imprenta Regional COJEDES

23

Precisamente con eso tropecé anoche en el sueño. ¿No es bastante raro? Rosa le da el Café diciéndole: Bueno José cuéntame lo que soñaste anoche. - Mira Rosa como vistes tú me encontraba aquí contigo observando una fuerte tormenta como la de anoche, que así serían sus fuertes relámpagos que alumbraban todo el “Alto de Urape”, en uno de esos momentos con el resplandor de un relámpago vi una figura (casi parecida a una persona) que rondaba o estaba por ahí – al decir esto el señala con el dedo hasta el corral de los animales- Entonces fue cuando tomé la escopeta abrí la puerta, me dirigí hacia el corral de los animales y dio vueltas por su rededor y fue por alguna de esas partes que tropecé con ese palo en forma de cruz. Entonces Rosa interrumpió la conversación de José diciendo: - ¿José, pero cómo es que esto está aquí? - Déjame seguirte explicando, luego de haber tropezado con la cruz oí tú voz pronunciando mi nombre seguidamente demostrando algo así como si quisieras decirme que me abandonarías; me dirigí rápidamente la racho empecé a llamarte y no te hallé, luego me senté aquí en el suelo y pensando cosas de desesperación ante aquello que me sucedía quizás me quedé profundamente dormido. Y fue hasta ahora que tú me dices que todo resultó ser un simple sueño. - José mi amor relájate y no te acuerdes mas de eso porque ya sabes que solo fue un sueño. -Si Rosa fue ensueño, pero que parecía tan real como si hubiese o fuera a pasar.


Urape Frainer Perdomo

-Bueno José ya olvidémonos por completo de todo lo acontecido y tomate el café que se te va a enfriar. Y así transcurrieron varios días, pero un día martes a las 12:00 am cae una fuerte tormenta como las que han estado cayendo durante todos estos últimos días de fuerte invierno. Para esos momentos José se encontraba en su conuco realizando su faena rutinaria, aquel humilde campesino se encontraba totalmente empapado de sudor antes de que cayera la tormenta y dejando su trabajo ceso su faena y se dirigió hasta su morada, pero minutos antes de llegar a su hogar se quedó en la quebrada y se zambullo en esto él ve a Rosa que venía a lavar a la quebrada, se sorprende y le dice: -¿Rosa, qué hacer por aquí? Acaso no sabes que después de una tormenta baja por la quebrada una creciente de agua arrastrando con ella todo lo que se encuentre a su lado. Rosa impresionada y nerviosa por aquellas palabras que José le dijo procedió a retirarse una cierta distancia de la quebrada. Ella en ese momento traía una batea de madera en la que trasladaba la ropa y la lavaba en la quebrada, esta batea como otros enceres extraídos del árbol conocido por ellos como Jabillo eren hechos por las manos de José. José se sale rápidamente del agua y zumba su machete punta ancha en medio del camino donde estaba Rosa, le baja la batea de la cabeza y le da un beso en la boca y ante esta reacción e José, Rosa sorprendida le dice sonriendo: -¿José qué te pasa?, tenías tiempo que no me besabas

24


Imprenta Regional COJEDES

25

¡Y en la boca!- le dijo Rosa admirada. - Mira Rosa te beso porque quiero aquí frente a esta agua poder demostrarte el amor que siento yo por ti – José quiere seguir diciéndole otras palabras, pero Rosa le corta pronunciando: - José mira como viene el agua es primera vez que yo veo el agua sí tan fea y oscura. - Tienes razón Rosa – dijo José – por qué no dejas de lavar y lo haces otro día cuando haya mejor tiempo, pues veo esto muy extraño, el viento que sopla, las fuetes tormentas, el agua oscura y con sonidos raros que nunca habíamos oído ni visto. Pareciera como si nos estuvieran alejando uno del otro. Luego ese día regresaron a su hogar y siguieron su diaria faena, pasando con ellos dos meses más, entonces es cuando Rosa le da a José la noticia de que quedó en cinta, ante esta noticia se sintió muy alegre y lleno de felicidad ya que para él era muy grande todo esto de darle Rosa un hijo, pues en 10 años de estar viviendo con ella nunca llegó a dar a luz un niño. Aunque Rosa siempre quiso darle un hijo a José ésta no podía ya que sufría de una leve enfermedad en el vientre, pero Rosa y José nunca perdieron la fé de tener un hijo algún día, pues José en los últimos 3 años llevaba a Rosa a consulta con el médico del pueblo cada vez que se daban las cosechas de los cultivos. Y esperando con toda ansiedad ése hijo que Rosa le daría en pocos meses; José se sometía a trabajos muy duros y casi al doble de cómo lo hacía antes. Este humilde hombre era de una religión fielmente católica, pues sus devociones estaban unidas hacia aquel DIOS el todo poderoso que aparece la Biblia con el nombre de


Urape Frainer Perdomo

JEHOVA, creador de la Tierra y del Universo, al decir esto de aquella gran fé que sentía José por su DIOS y más ahora que les nacería un hijo y José ante estos gratos favores le rindió muchos honores a su Señor por aquella ayuda tan grande para con sus vidas. Rosa en cualquier otra oportunidad en pensamientos se decía antes de estar en cinta: - Señor ayúdame y sácanos de esta soledad que nos envuelve a José y a mí, ayúdanos a conseguir aquello que nos hará feliz y vivir como buenos hombres en esta tierra. Aquello que es un hijo Señor sólo con tú mano poderosa podrás lograr que a nosotros nos rinda más nuestro trabajo para obtener así un poco más de dinero como para hacerme un examen para así salir de esta enfermedad que me perturba tener un hijo. Y pues como esto José también se decía antes de que Rosa hubiese quedad en cinta. Como quisiera que Rosa me diera un hijo para así romper la soga que nos ata en esta inmensa soledad y si fuese así que aconteciese esto tal vez nos iríamos a vivir al pueblo o quizás a Caracas y así llenarnos de felicidad con nuestros hijos, pero en vista de que ella no puede quedar embarazada haré todo lo posible para que se cure y dé a luz un hijo. Como el que yo siempre he soñado obtener de rosa. Bueno no importa la vida es larga para quienes la saben aprovechar y corta para quienes no saben vivir, pues yo se que para mí será larga porque yo si he sabido aprovechar esta vida junto a Rosa y no perderé las esperanzas de que algún día DIOS nuestro señor nos aparte de estas montañas, pero antes Honraré a mi DIOS para así enviar a Rosa al médico para que se sane y buscar más felicidad entre nosotros.

26


Imprenta Regional COJEDES

27

Bueno aconteció que después de haber transcurrido 9 meses, Rosa dio a luz aquel hijo que tanto ellos deseaban ver. El hijo que les iba a cambiar su destino porque ellos lo querían así. Aquello sucedió en una soleada mañana de Abril de 1929 donde por primera vez Rosa sentiría aquellos dolores los cuales les provocaría el parto donde daría a luz aquel hermoso bebé rubio y de ojos azules casi con las mismas características de su padre. Ros fue parteada por su mismo esposo ya que éste había captado las indicaciones que les transmitió el doctor en unas cuantas citas que tuviera con él en el pueblo. Luego de haber transcurrido 15 días, José tuvo unas palabras con Rosa diciéndole: Mira Rosa voy a tener que ir al pueblo para hacerte las cosas necesarias que te hagan falta a ti y al niño, también aprovecharé para hablar con Jacinto, que él me ofreció un día cambiarme la mitad de estas tierras por una buena casa en Caracas, ¿Qué te parece? Verdad que sería hermoso que nuestros hijos crecieran en medio de gente y educación y no que estén envueltos en estas inmensas montañas que sólo encierran soledad e ignorancia como en la que vivimos nosotros, aunque sabiendo la situación que vive nuestro país en estos tiempos, pero tenemos que pensar en el futuro de ellos, pues esta dictadura no podrá durar mucho tiempo y ya que tenemos un hijo que trajimos al mundo tenemos que darle lo mejor que podamos para que así él se sienta orgulloso de nosotros y siga el ejemplo para con los suyos que bonito Rosa imagínate Verlo crecer y educarlos y que nos aparte de aquella soledad que hasta hace pocos días desapareció


Urape Frainer Perdomo

de nuestros cuerpos, pero que aún ronda en nuestro ambiente. - Bueno ya sabemos que tenemos que desaparecerla por completo y la mejor forma es marcharnos de estas montañas y vivir así con nuestro hijo en Caracas, como ya antes habíamos pensado y así terminar con todo esto que nos encierra sólo en recuerdos solitarios, pero muy felices y que para ver crecer a nuestros hijos en soledad como lo que pasamos tú y yo, lo mejor es hacer esto. Antes estas palabras de José, Rosa le contesta positivamente. - Es verdad, José yo también lo quiero así como tú lo dices. Ahora ve al pueblo y haz lo que vas a hacer. José de nuevo se envolvió de grata felicidad por aquellas palabras que él quería oír de Rosa, aunque ya sabiendo que ninguno de los dos quería retirarse de sus montañas y que si lo hacían sería solo al nacer su hijo o quizás al morir, pero que siempre volverían a sus montañas pues ellos lo querían así. Al rato se despidió de Rosa y se marchó rumbo al pueblo en donde probablemente conseguiría a su amigo el cual le cambiaría una casa en Caracas por una parte de sus tierras. Después de 8 horas de camino llega José al pueblo y en lo primero que piensa es en dirigirse a la casa de Jacinto pues esto era lo que él llevaba más en mente, teniendo ya claro que fue aquí donde Jacinto una vez le hiciera la proposición de cambios de bienes, pero que José no tomó ya que estas tierras pertenecieron a sus padres y las cuales le quedaron a él de herencia, puesto que él fue el único hijo de sus padres y estos antes de

28


Imprenta Regional COJEDES

29

morir le hicieron prometer a José de no entregar estas tierras a otras manos, sino sólo a alguien que fuera de la misma familia. - José dichoso son estos ojos que te ven. Y José viendo el rostro de Jacinto se sonríe contestándole. - Jacinto no hay que quedarse admirado por mí presencia pues como tú sabes soy un simple campesino que sólo lo que sabe es trabajar y trabajar y en esos extensos cerros; bueno creo que me dejarás pasar a tú casa ¿No? Que quiero hablar contigo algo de mucha importancia. - Sí José no faltaba más pasa, mala educación fue la mía cuando no te hice pasar en el momento a mí casa que es también tú casa. - Vamos Jacinto no te pongas así conmigo pues tú sabes muy bien que no tenemos días conociéndonos y no es para que ahora te pongas con tanta ecuación conmigo. Y no te preocupes por eso que sólo son tonterías como para lo que te tengo que decir ahora. - Bueno José por la cara de alegría que tienes digo es que debe ser algo de mucha importancia. Entonces le sigue hablando Jacinto, aquel hombre negro y de pelos crespos, con canas escasas, flaco de brazos largos, alto y el cual caminaba apoyándose con la mano derecha en bastón. Aquel gran amigo de José que por años lo había conocido a él y a sus padres, pues la edad de éste era de 55 años siendo 26 años mayor que José, llegó a presenciar aquellas cosas que en muchas oportunidades había visto de sus padre, claro estaba que José no llegó nunca a saber perfectamente las cualidades completas de


Urape Frainer Perdomo

su padre. Jacinto siempre que miraba a José en cualquier otra oportunidad se llenaba de alegría al ver la cara de José que no era ni siquiera el dar un pequeño gesto de los que fue su padre, aquel padre que atormentó muchos negros de esas tierras e incluso a blancos que estaban a favor de los negros. Cabe también destacar que Jacinto tenía algo que lo estaba involucrando en partes que llevaría a José a la ruina sin que éste supiera lo que estaba pasando y ni siquiera Jacinto podía entender lo que él estaba haciendo. Jacinto sabía muchos secretos de la familia sobre todo de lo que fue su padre, pero aunque Jacinto entendiera todo esto él con José nunca llegaba a mencionar nada acerca de lo que estaba realizando, ni mucho menos de lo que fue su padre, aquel hombre que murió cuando José tenía sólo 7 años de edad Jacinto también conocía algo de la vida de su madre, de aquella mujer que llegó a vivir con Florencio Arocha el padre de José. Siendo ésta mujer su esposa el también trataba con fuertes dominios sobre ella como si fuese una esclava más de su rebaño, en sus buenos tiempos, cuando él se imponía sobre aquellas personas, sólo por haber obtenido aquellas riquezas, que como las obtuvo también las perdió y que al final de su régimen sólo quedaron las tierras de José junto a su madre quedaron viviendo. Ella llegó a vivir varios años más y antes de nadie estas tierras, a menos que fuese de sus misma familia. Pero éste hombre sabía aún de algo más, él sabía de que aquellas no llegaron a pertenecer legalmente a ellos, claro que después que le dieron la muerte a su padre, de lo único que tuvo para sobrevivir aquella

30


Imprenta Regional COJEDES

31

mujer y aquel pequeño fueron esas tierras de los cerros de Urape, porque todos sabían perfectamente que Florencio Arocha le dio muerte a los propios dueños de esas tierras sólo por obtener más riquezas. Y éste hombre que conocía muy bien a José y que después de casarse con Rosa, aquella gran mujer admirada también por Jacinto, se sorprende al ver a José cuando llega su casa y no trae a Rosa con él, pues éstos siempre iban juntos a la casa de Jacinto, cada vez que bajaban al pueblo, y le traían verduras y hortalizas como agradecimiento por la posada que Jacinto les daba en su casa. Entonces Jacinto le dice un poco preocupado: - José tú mujer ¿Dónde está? Que no la veo contigo. Precisamente de mí mujer te quiero hablar y no pongas cara de preocupado que no le ha pasado nada malo, al contrario, sabes que Rosa estaba embarazada, y ahora ha dado a luz un niño varón después de tanto tiempo de estar nosotros viviendo juntos, y vine hacerte saber esto y hablarte también de aquel intercambio de tierras que tú me habías prometido. - Mira viejo mí esposa como te dije pues quedó embarazada y hace dos semanas atrás dio a luz un niño. Entonces Jacinto interrumpe diciéndole: -Pero José ¿no es que tu esposa no te podía dar hijos? Si Jacinto era así, pero gracias a DIOS, logramos realizar buenas ventas de los cultivos y con el dinero pude llevar a Rosa a la consulta del médico que está aquí en el pueblo ¡Y se curó Jacinto! Y me dio a luz el


Urape Frainer Perdomo

hijo que yo tanto había soñado. Jacinto como seguíamos hablando de aquellos bienes que tú me prometiste (un intercambio) ¿Te acuerdas? Mira Jacinto ahora soy yo quien te lo pide me dio un hijo, lo necesito más que nunca, claro que como tú sabes lo grande que son, y lo que me dijo mi madre antes de morir. -Sí José estoy claro en eso, contesta Jacinto. - Está bien José vamos a cerrar el trato, pero antes te podrás recordar que aquel día tú me dijiste de que nunca venderías y ni se la entregarías a nadie al menos que fuese parte de tú familia. - Es cierto Jacinto como tú lo dices, pero tú para mí eres como mi familia y ahora que sintiendo que eres parte de ella necesito que me aceptes lo que habíamos hablado. - Muy bien José, contestó Jacinto. Ya que tú lo quieres así dime cuando puedo ir a tú casa….O no, mejor hacemos una cosa ¡este! Yo iré a Caracas primero para acomodar todo aquello que se requiere para el traspaso y lo más probable es que tardaría como unos 10 días. - Esta bien Jacinto dentro de 10 días vendré aquí con mi mujer, mi hijo y todos mis enceres para marcharme de una vez a Caracas. Bueno Jacinto ahora yo me tengo que marchar y espero que no te me eches para atrás con respecto a lo que hemos hablado. - No te preocupes José tú eres una persona que no merece ser defraudada. José se sonríe y baja la cabeza moviéndola de ambos lados y luego la sube lentamente, le da la mano a Jacinto con mucha emoción y se despide emprendiendo su

32


Imprenta Regional COJEDES

33

regreso a casa. Después de haber transcurrido varias horas de viaje José se detiene en una cima y extiende la vista por todos sus alrededores, luego vuelve a extender su vista hacia el norte pudiendo contemplar el inmenso mar del Litoral Barloventesco, él lo mira muy fijamente pudiéndose ver reflejado en sus ojos azules el contraste del mar con su mirad que decían querer ser tan grandes y abundantes como él, pero también en ese mismo instante llegó a ver una tormenta que se aproximaba y es cuando éste se marcha emprendiendo y viaje un poco más acelerado, pero a éste a lo largo del camino se le fueron envolviendo pensamientos que casi lo hacían temblar de miedo, algo que tal vez sería por la extensa montaña y los grandes árboles que estaban a su contorno. Luego se le viene otro mal pensamiento de que a su mujer y a su hijo les iba a ocurrir algo, pero en esto que José ya no quería tener en su mente aquel mal pensamiento que lo hacía más agotado todas las montañas empiezan a oscurecerse y las nubes negras cubrieron todo aquel cielo que no hace más de 5 minutos se miraba despejado y atardeciendo entre pocas estrellas y esponjosas nubes blancas, fue cundo en ese instante que él caminaba y ya no le faltaba mucho para llegar a la Quebrada del “Alto de Urape” éste oye que muy lejos por delante de su camino venía o se acercaba un caballo, cada vez aún más cerca y José asustado se detiene y ve cuando aquel caballo que se le acercaba, lo cabalgaban dos personas y luego que éstos llegan al sitio donde estaba José uno de ellos le pregunta: - ¿No nos conoce Sr. José? Le hablaron aquellas dos personas al mismo tiempo,


Urape Frainer Perdomo

pero parecía que fuera una sola voz. Y José responde sorprendido y asustado diciéndoles: - ¿No son ustedes las mismas personas que estuvieron en mi rancho hace ya un año? En efecto aquellas personas que José observaba eran las misma que estuvieron en su rancho hacía ya un año, pero estas personas estaban igual nada les había cambiado ni siquiera aquella flor roja que llevaba aquella hermosa mujer en su lid cabellera, luego la muchacha, aquella hermosa figura de mujer, que llevaba aún aquel lindo vestido azul, le dice a José: lo que nosotros te habíamos advertido de que se marchasen de éstas tierras y que si no se iban de algún modo les iba a pasar algo. José totalmente sorprendido y envuelto en miedo no encontraba en su mente palabras como para dirigírselas a ellos. Se envolvió en un solo terror, su cara se puso pálida, sus ojos azules se quedaron en un solo punto, demostraban miedo y un escalofrío recorrió todo su cuerpo; tartamudeó diciendo: - Sí ya se quienes son, pero… ¿Qué quieren de mí? - No queremos hacerle daño a usted, pero sólo buscamos algo muy especial Contestó aquel hombre de voz ronca – sólo queremos que se larguen de estas montañas porque somos dueños de ellas y bueno no es que queremos, si no que así lo queríamos y ustedes no lo hicieron y le dimos un buen plazo para que se fueran de nuestras tierras. Bruscamente e interrumpiendo al hombre que apenas le podía ver el rostro y saber que está allí sólo por escuchar su voz. Expresó unas palabras en voz alta

34


Imprenta Regional COJEDES

35

como si les estuviese hablando a aquellos inmensos árboles que le rodeaban. - ¡No les creo! Estas tierras son mías heredadas de mis padres, porque se creen ustedes dueños de todo esto. Hubieron unos segundos de pausa, y bajándose del cabello aquellas personas se dirigieron hacia donde estaba José, aunque cuando intentaban caminar no parecía que estaban caminado, sino más bien como que la leve brisa que envolvía ese escenario los arrastrara hacia donde estaba José. José analizó todo aquello ya viendo con más claridad los cuerpos que emitían esas voces y aunque asustado y terriblemente atrapado por todo lo que los rodeaba se dejó llevar por los acontecimientos. Las personas llegaron hasta él, uno se le paró a la derecha la cual era aquella hermosa mujer que hacía un año atrás llevaba una linda flor rojas en su cabeza y que aún la llevaba puesta, lo mira a los ojos diciéndole: - Valla Sr. José así que usted dice que estas tierras son suyas – Sí claro contestó José tartamudeando. - Mire señor José yo quiero que usted sepa esta historia que a continuación le vamos a relatarle: Hace 40 años nosotros sufrimos la desgracia de morir sólo por un pedazo de tierra que es todo esto, aquellos días fueron para nosotros de paz y tranquilidad y también éramos felices así como tú también lo eres con Rosa, pero llegó el día en que un hombre lleno de maldad, odio y avaricia No los arrancó sólo por tener una esclavitud resista, ése hombre de apellido Arocha no fue nadie más que tú


Urape Frainer Perdomo

padre el que también por sus medios mandó a ahorcar a mí madre que era de color negro, sólo por no haberse casado con un hermano de él y ostentar a un hombre de procedencia española. Nosotros nos opusimos contra esto, pero él con varios de sus seguidores nos arrastró a la fuerza atada al caballo y morimos arrastrados y golpeados por el suelo, pero con la esperanza de vivir donde más queríamos, pero ya casi con la muerte decidimos regresar en esta alma infeliz para lograr obtener lo que se nos fue arrancado un día. José estaba casi embelesado con aquella historia, sufría internamente, sabía ya que él no era el único dueño del “alto Urape”, pero José entre sus pensamientos se deja llevar por lo lógico razonando y diciéndoles aquellas personas: - Pero es que aún todavía no les creo. - ¿Qué o crees José?, Le contestó aquella mujer. - Bueno no sé. Que yo está hablando aquí con dos personas que me dicen haber sufrido algo que yo nunca supe y más que me digan que ya murieron, no sé cómo entender esto de estar hablando con unas personas que ya están muertas. - Es aquí el punto a que nosotros queríamos llegar, le dice Juan. - Mira José tú fuiste la persona indicada para que conozcas la verdad de la vida. Por mucho tiempo el hombre ha querido tener riquezas, tierras, grandes palacios, trabajar y trabajar como queriendo decir que tiene que hacer todo esto antes de morir, pero no es así – y por qué creen ustedes que no es así- le contestó José.

36


Imprenta Regional COJEDES

37

Bueno José mira la vida es un sistema infinito a lo mejor tú crees que tienes que ver bien y disfrutar bien esta vida que estás viviendo antes de que mueras, pero no es así. - Pero por qué no es así, yo quiero que ustedes me den una explicación verdadera y lógica de todo esto que me dicen- les dijo José. - Sabemos que tenemos muchas creencias y tú José por lo menos tienes una que tal vez sea la verdadera le sigue diciendo Juan – crees que esta es la única tierra que hay y que de esta vida después que uno se muere no hay mas vida, sino según lo que dice las escrituras bíblicas hasta que llegue el fin del mundo y venga el mecías a reinar para siempre con las personas que siguieron todas aquellas leyes escrituras s en ese libro, pues tendrás que saber que no es así. - Pero cómo es eso – dijo José. - En este mundo y en todos los mundos que hay situados en todo el infinito universo se hallan los mismos cuerpos, ejemplo: el mismo gato, las mismas montañas, el mismo mar, la misma luna, el sol, la gente, etc. - pero aún así siguió sin entender, no me explico cómo es eso de que existen los mismos cuerpos en otra parte. Entonces siguió explicando Sara. - Nosotros queremos que tú entiendas José que al morir una persona sólo se aleja de uno porque existen las leyes del mecías par que las personas entiendan el significado de la vida, quiero decir, que por lo menos como te estábamos contando de la muerte que nos dio tú padre aquí solo fue una ley que se cumplió que


Urape Frainer Perdomo

es la ley de morir, pero al pasarnos esto a nosotros fuimos a tener en el mismo instante en otro planeta. Obteniendo las mismas condiciones de vida, luego allí iban a cambiar los acontecimientos, quien sabe si nos morimos de viejo, pero habrá infinidades de mundos donde la vida seguirá en progreso, claro que en cualquiera de esos mundos seguirá igualmente aquí la ley del trabajo, las enfermedades, el dinero, el hambre, los grandes palacios, la inclinación de la civilización en adelante, todo esto ocurre en todos estos mundos. Por lo menos a ti se te muere Rosa, supongamos en el parto cuando dio a luz, luego la enterrarás y para ti en este mundo sabrás que estás muerta, pues esa es la ley de la muerte y solamente pensarás que será resucitada el día que venga el mecías, pues te diré que esa es la ideología que tenemos que llevar todos para que la vida tenga un sentido de adquisición, amor, felicidad y hasta maldad y bondad José se queda admirado por todas esas palabras que le decían aquellos extraños caminantes y le dirige unas palabras diciéndoles: - Pero, por qué es que ustedes si ya murieron en vez de estar en su otro mundo están aquí. - Bueno José porque fuimos escogidos para cambiar tú destino aquí en esta tierra de que hagas intercambio de tierras que tienes con Jacinto, pero por las tierras completas y no sepas más nada de esto, pues ya habrás entendido que no hace falta todo esto, pues ya habrás entendido que no hace falta todo esto más es vivir para así seguir viviendo. José entendió todas aquellas palabras, pero le quedó una duda y les preguntó:

38


Imprenta Regional COJEDES

39

- Pero acerca de DIOS ustedes creen en él - Claro que sí contestó Juan. -Ahora bueno ya estás claro y sabes lo que tienes que hacer y mira José no tendrás que hablar de esto con nadie porque entonces no tendrás tu reencuentro. Luego José se fue poco a poco por todo el camino que lo conduciría hasta su rancho; se fue pensando todas aquellas palabras que tuvo con ésos extraños caminantes. José ignoraba todo aquello más les creyó y se sintió parte de todo lo que ellos le habían hablado. Nunca llegó a pensar que todo eso fuera mentira y que era una treta para que el campesino José, su esposa y su hijo se fueran de las montañas del “Alto “Urape”, para así ellos quedarse aquí en estas tierras las cuales estaban minadas de oro y morocotas por todo el contorno del rancho y estando éstos de acuerdo con Jacinto, aquel hombre en que José tanto confiaba. Pero un poco antes de retirarse le preguntó José. - Bueno ahora díganme ustedes que puedo hacer. - Esto es lo que tienes que hacer – Le dijo la mujertienes que ir ahora a tú casa, buscar a tú mujer e irte inmediatamente de aquí, pues ya sabemos que hablaste con él hombre del pueblo llamado Jacinto y eso es lo que harás. Pero José no comprendiendo muy bien les dice: - No les comprendo. Ustedes me dicen que están penando por estas tierras y ahora dicen que desean que Jacinto las obtenga. - Creo que no nos entendiste muy bien – le contestó Juan. Sabes perfectamente que tú eres hijo de Florencio Arocha y no queremos que ninguno de los dependientes de él se apodere de estas tierras.


Urape Frainer Perdomo

- Y después de 10 años que nosotros hemos estado aquí ahora es que ustedes aparecen con el fin de arrebatarnos de las manos todo nuestro esfuerzo. - Sí también tuvimos que esperar todo esto para que tú mujer te diera a luz un hijo, para que así sean felices, pero muy lejos de aquí. Y ahora que tú mujer te espera y ya es tarde, porque para mañana ya estarás lejos de aquí. - ¡A! José por último quiero pedirte un favor para así poder nosotros estar en armonía. En el corredor de tú casa tú en tu sueños te tropezaste con un pedazo de madera vieja en forma de cruz; en ese mismo lugar están los restos de nosotros enterrados, sácalos y quémalos para así nosotros descansar en paz. Este se dirigió rápidamente hasta el corral, mientras que Rosa preocupada estaba en la troja dándole pecho al pequeño de su hijo, tomó entre sus manos una pala y comenzó a cavar justo donde él un día se encontró aquella cruz de palo, ya que todo aquello fue producto de su pesadilla y siguió cavando hasta que vio dos carabelas y en su mente el ya se imaginó que eran las que aquellos extraños caminantes le habían dicho que desenterraran; las tomó y las quemó hasta ver consumirse en llamas los restos de aquellos huesos y verlos hacerse cenizas.. Aunque José no se llegaba a imaginar todo aquello que le estaba pasando nunca supo que el sueño que él tuvo que se lo contó a Jacinto éste lo traicionaría contándoselo a aquellas personas y éstas aprovecharon de llegar hasta su rancho y enterrara dos esqueletos de otros cuerpos, para hacerle creer a José aún más todo lo que ellos le estaban contando. Después de hacer esto José vuelve hasta el rancho,

40


Imprenta Regional COJEDES

41

Rosa preocupada por su tardanza lo ve pálido y le pregunta: - ¿Qué te pasa José? Te noto muy extraño. José la abrazó y se decidió a contarle algunas cosas de lo que le había pasado en el trayecto del camino. Ahora bien, José y Rosa ya convencidos de todo aquello decidieron abandonar “Las Montañas del Alto Urape”, se fueron a Caracas una vez ya cambiadas las tierras con Jacinto como lo habían planeado. Después de 30 años José y Rosa ya estaban viejos, pues la dictadura que los envolvió por más de 15 años fue demasiado fuerte para ellos, puesto que ellos no querían saber nada de los gobiernos que mandaban en esos días, pero les fue bastante bien con un gran negocio de víveres y 5 inteligentes hijos que los ayudaron hasta la muerte de José en 1959. Rosa murió 2 años después casi sin saber la verdadera historia de aquellos individuos, los cuales le hicieron cambiar totalmente sus vidas.


Imprenta Regional COJEDES

42


Imprenta Regional COJEDES

43


Fundación Editorial El perro y la rana Imprenta Regional Cojedes Consejo Editorial Popular Estado Cojedes: William Ramírez Especialista en Gestión Cultural - Area del Libro y la Lectura William García Asociación de Cronistas del Estado Cojedes Eduardo Mariño Red de Escritores de Venezuela - Capitulo - Cojedes

Deibi Díaz Fundación Editorial El perro y la rana Diseño Gráfico y Edición José Baute Fundación Editorial El perro y la rana Impresión y Montaje

Esta edición de 500 ejemplares se culminó en Noviembre de 2010 en la Imprenta Cojedes de la Fundación Editorial "El perro y la rana" En su impresión se usaron tipos Franklin Gothic, Linotype Univers y Bembo



Urape es un pueblo escondido en el corazón barloventeño; es uno de esos lugares donde los hombres viven el día a día confundido en el vaivén de los sueños y la pasión por la tierra.

Es un paisaje que parece ser extraído de algu-

nos de los bucólicos

cuadros del algún pintor de pueblo.

Urape es también una aldea de escondidos sufrimientos, donde el campesino nuestro se debate en medio de la injusticia del terrateniente criollo y su desaforado afán por poseer al suelo y los humildes seres que lo habitan. Es en este entorno Frainer Perdomo construye la historia que este texto lleno de emotividad relata; donde nos narra la historia de los seres que luchan por abrirse paso ante la bota opresora del hombre, que a lo largo de la historia se ha adueñado del destino de estos pueblos y que se niega a ceder el paso ante el avance vertiginoso del proceso liberador que vive el campo venezolano; en fin es un relato que denuncia, pero que habla del amor de los hombres por su pueblo

Frainer José Perdomo Batatin Caracas, 1966. Bachiller electromecánico industrial y mecánico naval. Descubre su pasión por la escritura navegando hacia Italia, donde se inspira a realizar su primer libro URAPE, pensando en sus abuelos y en esa hermosa tierra de barlovento.ares.

y de cómo éste lo llena de esperanza y de fuerza para la lucha.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.