Águila Doble: La moneda más cotizada Tesoros napoleónic
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Cinco siglos de monedas e historias Inversiones en “activos exóticos” Champán Colecciones de Récord Guinness Lagunilla, paraíso de antigüedades 2016 No. 1
$40.00
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Autos a escala: Historia de una pasión
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Sumario Tema de portada Águila Doble de oro: La moneda más cotizada del mundo Conocida como el Águila Doble, la moneda de oro de 20 dólares, acuñada de 1849 a 1933, sigue siendo la más cotizada del mundo. Por Eda Chávez
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Colecciones napoleónicas
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Colecciones más extrañas registradas en el Récord Guinness
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Invertir en arte, vino y otros “activos exóticos” DIRECCIÓN GENERAL
Eda Chávez EDITOR
Guillermo García Espinosa
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REDACTORES
Tianguis de antigüedades de la Lagunilla, paraíso de coleccionistas
Horacio Chávez Laurence Vandiver Fernando Calvillo DISEÑO
Alejandro Mascarúa Maciel TRADUCCIÓN
Margarita Montero ADMINISTRACIÓN
Manuel Lúa Reyes
www.incurablecollectors.com
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Champán
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Cinco siglos acuñando monedas e historias
Suscripciones y venta de ejemplares atrasados (55) 56877314
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suscripciones@incurablecollector.com
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Incurable Collector, Año 1, Número 1, Agosto 2016. Magazine mensual editado por Escena Internacional, S.A. de C.V. Reserva de Derechos de autor: 04-2013070813450500-102. Certificado de licitud y contenido: 11172. Certificado de título: 13599. Los artículos aparecidos en Observer no pueden ser reproducidos parcial o totalmente por ningún medio escrito o electrónico sin autorización previa por escrito de Escena Internacional S.A. de C.V.
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Jaso, gastronomía contemporánea
Autos a escala: Arte, diseño y pasión
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El dinero va y viene: monedas mexicanas
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SS15 Valentino: Una historia de amor
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Invertir en arte,
vino y otros “activos exóticos” En la medida que inversionistas amplían la búsqueda para colocar su dinero más allá de los bienes raíces, se encuentran con fondos de protección que comercializan lo mismo jugadores de futbol soccer, vino, arte o estampillas, pero críticos argumentan que es demasiado riesgoso.
ondres– Zelda Cheatle, propietaria de una galería de fotos en Londres, está a punto de completar uno de sus más grandes y peculiares tratos. A finales de agosto, espera vender cerca de cuatro mil fotografías en una sola transacción, pero los compradores no tendrán permitido quedarse con las obras. Cheatle maneja un fondo de inversión en fotografía, establecido por el fondo de protección WMG en Londres, el cual reunió el dinero para adquirir las fotografías, incluyendo las que Brassai tomó a Picasso y las de Eve Arnold sobre Malcom X, a partir de unos cuantos inversionistas. WMG espera que el fondo logre rendimientos de hasta 50 por ciento a lo largo de tres años mediante la compra y venta de arte. “Con la actitud y la habilidad adecuada, el coleccionar fotografías resulta una buena inversión”, afirma Cheatle, quien pasa todo su tiempo al frente del fondo, mientras escudriña un montón de impresiones de la década de los 30 provenientes de París en su oficina en el WMG de Londres.
En la medida que los inversionistas amplían su campo de inversión en búsqueda de sitios donde poder colocar su dinero, los fondos de protección expanden las inversiones más allá de las bienes raíces, es decir, en arte, vino, estampillas raras e incluso en jugadores de fútbol soccer. Los gestores de capital empiezan a voltear la mirada hacia los llamados “activos exóticos” como una manera de diversificar el riesgo mientras están en la búsqueda de activos que puedan proveer un colchón en caso de que el auge que ha tenido el mercado durante cinco años llegue a su fin. Sin embargo, los críticos, señalan que ello resulta demasiado riesgoso y poco claro. Los fondos comenzaron a confiar en la marca récord que los bonos tuvieron al final del año en Wall Street y en la afluencia de nueva riqueza proveniente de países en vías de desarrollo como China y Rusia, a fin de manejar la demanda y los precios de artículos de lujo como el vino, los relojes y los violines. Se espera que la demanda continúe incluso si la economía cae en una recesión.
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Las señoritas de Avignon, Pablo Picasso, 1907.
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“Hay una riqueza nueva que no desaparecerá, es decir, los autos de lujo, los relojes y el vino. Siempre habrá demanda”, comenta Stephen Decani, socio en Arch Financial Products, una firma en Londres que dirige un fondo que invierte en vinos de Bordeaux, los cuales se encuentran entre los más caros y exclusivos. Michael Hall, presidente de Stanley Gibbons Group, una compañía que colecciona monedas, estampillas y autógrafos ofrece fondos de inversión; considera que sus fondos son “un refugio seguro para el dinero en efectivo”. “El mercado de las estampillas no se movió ni un milímetro a partir del 11 de septiembre”, afirma Hall. Las áreas como la inversión en vino y en arte, que en el pasado sólo estaban reservadas para gente adinerada, se están volviendo una de las corrientes dominantes a medida que los fondos de pensión y los
inversionistas institucionales buscan otras maneras de extender el riesgo. El auge de los mercados de bonos y crédito han hecho que los gestores de activos y las firmas de capital privado tengan dinero de sobra y estén hambrientos de nuevas oportunidades. No obstante, muchos de los grandes inversionistas institucionales se muestran reacios ante tal riesgo, por lo que argumentan que es difícil cotizar y monitorear tales inversiones. Los inversionistas de bonos y acciones pueden rastrear el valor y la actuación de su cartera de inversiones minuto a minuto, mientras que aquellos que invierten en vinos finos o en jugadores de soccer cuentan con menos visibilidad. Existe un índice para rastrear el precio del vino, llamado Liv-ex, y otro para el arte, llamado Art Market Research, pero ofrecen una comprensión limitada sobre los movimientos del mercado y el rastreo de ciertos vinos u obras de arte que son vendidas en ciertas subastas. Uno de los problemas para los inversionistas, comenta Hall, es que están casi por completo a la merced de los gestores especializados de fondos. “¿Sabe un inversionista promedio que los autógrafos de Robert de Niro valen más que los de Tom Cruise porque son más raros? Probablemente no”, comenta. La necesidad de un conocimiento especial contribuye a levantar una barrera de entrada, lo cual mantiene el tamaño del mercado pequeño. Para Jan Vilhelmsen, socio en el Absolute Return Partners en Londres, se requiere definitivamente de cierto nivel de transparencia. “Nos detenemos cuando no sabemos bien a bien cómo cotizar un activo”, dice. La transparencia podría mejorar con el tiempo debido a que ésta permite un precio histórico y un récord de actuación. Sin embargo, algunos gestores, como Phillip Hoffman, quien está al frente del Fine Art Fund en Londres, no están de acuerdo. Por lo menos el arte jamás será igual de transparente que las acciones, dice, porque “cada pintura es diferente” y lograr altos rendimientos requiere conocimientos y habilidad de mercado. Los rendimientos en las inversiones en vino y arte, los tipos de inversiones exóticas más establecidos, se mantienen fuertes. Los precios para los cuatro mil artistas más populares, como Andy Warhol y Picasso, conforme el rastreo del Art Market Research, se incrementaron
La inversión en vino y arte se está volviendo una de las corrientes dominantes.
20 por ciento el año pasado a partir del récord de 2005, y ganaron 75 por ciento desde 1998. El índice Liv-ex para la inversión de vinos, el cual está más del 90 por ciento inclinado hacia el Bordeaux, aumentó 49 por ciento en 2006 después de aumentar 18 por ciento el año anterior. El caso de un Chateau Latour generó cinco mil 290 o 10 mil 700 libras en enero en una subasta de vino en la casa de subastas Sotheby en Londres, 5 por ciento más que lo que se generó en una subasta similar en septiembre. “La demanda en Asia, Corea, China y Japón, donde el vino es considerado un símb lo de estatus, como el Rolls-Royce o una bolsa de Louis Vuitton, se incrementó de forma dramática”, comenta Meter Lunzer, director del Wine Investment Fund, un fondo de 10 millones de libras con sede en Londres. Cerca de la mitad de esta cantidad proviene de inversionistas privados. Los fondos de cinco años de esta organización planean duplicar las ganancias de los inversionistas. Con todo, incluso si los rendimientos son mayores que los fondos de las acciones, algunos analistas sostienen que las inversiones en artículos de lujo resultan
más difíciles de seguir debido a que los mercados exóticos son pequeños y presentan menos liquidez. “La liquidez resulta difícil, lo que quiere decir que es posible que el inversionista no note los rendimientos cuando tiene que vender”, dice Frances Hudson, estratega temático global de Standard Life Investments en Edinburgh. “La naturaleza sin liquidez de las inversiones puede resultar problemática para algunos inversionistas”. Sin embargo, los inversionistas pueden llegar a pasar por alto esta desventaja a cambio de diversión y una conversación animada. Hoffman invitó a los inversionistas a uno de sus fondos de arte en Génova para admirar y discutir las pinturas de Picasso y de Ed Ruscha en un almuerzo. Arch Financial Products organizó un evento para catar vinos. Asimismo, los inversionistas en el fondo de fotografía de WMG tendrán el derecho antes que nadie de adquirir cualquiera de las impresiones del fondo. “Es tanto una cuestión de estilo de vida como una inversión”, comenta Decani. Julia Werdigier
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Champán L
a posición del champán, el más célebre entre los vinos, sigue inalterable. Conserva sus aires de lujo y de sibarita, del amante del buen vivir. En el siglo XVII, sus burbujas –aun moderadas– fascinaron primero a la sociedad londinense. Más tarde, el placer de esta bebida dio el salto a Francia. Después de que el rey Luis XV probó la champaña que le ofrecieron sus favoritas, la bebida ya no pudo faltar en los banquetes de nobles, burgueses y del mundo galante. Hoy, el hecho mismo de abrir una botella de champán es una fiesta. Pero lo que a menudo se olvida es que el champán es un vino, el más septentrional que crece en Francia. La región vitivinícola y el modo de elaboración le dan un sinfín de facetas.Ningún otro vino posee tantas variaciones y todas ellas influyen sobre su sabor. Hay champán delgado y lleno; afrutado y aromático; fresco y maduro; sencillo y complejo; dulce y superseco; joven y bien desarrollado. Y como en todo, buenos y malos, finos y banales, armónicos y rudos, caros y baratos. Algunos van bien como
aperitivos y otros para acompañar mariscos.Unos se toman mejor con pescado o carne clara y otros para postre. El champán va bien en cualquier ocasión. Sólo hay que saber seleccionar el adecuado. Al carácter y calidad homogénea se deben las marcas, el éxito y el prestigio de las casas. En cada botella de vino se hechan exactamente 24 gramos de azucar y levadura pura y la botella se sella con un corcho de chapa en donde permanecerá de uno a tres años. Los mejores, conocidos como de añada, permanecerán mucho más tiempo. El champán más dulce sólo es adecuado para el postre. Los que llevan indicación de la añada sólo se embotellan en años especialmente buenos. Por regla general, las casas productoras sólo los sacan cuando han alcanzado un mínimo de desarrollo, finura y madurez. Hay que descorcharlos cuidadosa y silenciosamente girando sólo la botella. Las mejores copas para beber champán son las de fino cristal incoloro, en forma de tulipán con el borde superior ligeramente estrechado para concentrar sus aromas permitiendo al mismo tiempo que desarrolle toda su burbuja.
Marcas conocidas de champán 1 Ayala Brut Fino bouquet, buen desarrollo de burbujas, armónico. 2 Taittinger Afrutado, excelente paladar. 3 Salon 1982, vigoroso, sorprendente frescor, categoría especial. 4 Philipponat Royal Reserve De mucha clase, elegante, expresivo.
5 Mercier Brut Equilibrado y agradable. 6 Abel Lepitre Fina burbuja, buena armonía. 7 Heidsieck Monopole Intenso bouquet, buena estructura y duración. 8. Audoin de Danpierre Aromático, maduro, elegante y de mucho carácter.
9 Henriot Souverain Brut De nariz muy limpia y fina, avinado, nota de brioche. 10 Besserat de Bellefon Equilibrado, buen frescor. 11 De Venogue De acusado, sabor frutal, aperitivo agradable. 12 Lanson Muy afrutado, nota de cítricos, fina aguja.
13 Pommery Avinado, armónico y fresco. 14 Veuve Cliqout Ponsardin Aromático, de fina fruta y vigoroso al paladar. 15 Laurent Perrier Complejo, de acusado sabor a fruta, de gran clase. 16 Poi Roger De bella armonía, elegancia y variedad.
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Pequeño glosario del champán Blanc de Blanc De las uvas blancas de chardonay. Blanc de noir De uvas rojas de Pinot Noir o Pinot Meunier. Cuvée Mezcla de diferentes vinos base, con una calidad homogénea y un sabor que no se modifica. Dégorgement Derrame: eliminación de los restos de la levadura. Dosage: Adición de una mezcla de vino y azúcar, el liqueur d’expedition, que define el tipo de champán: Brut non dosé, brut nature, ultra brut, brut zéro: sin dosage, sin azúcar.
17 Deutz De complejo bouquet y buena duración. 18 Jacquart Clásico, un caldo equilibrado 19 Deutz De complejo bouquet y buena duración. 20 Ruinart Carácter, ligero, nervioso, refrescante
21 Charles Heidsieck Nota típica de mantequilla, sabor afrutado. 22 Perrier-Jouet Agradablemente armónico, burbuja fina. 23 Mumm Cordón Rouge Nariz muy intensa, fino y largo en el paladar.
Brut: menos de 15 gramos de azúcar. Sec: 17 a 35 gramos de azúcar. Demi-sec: 33 a 50 gramos de azúcar. Doux: más de 50 gramos de azúcar. Méthode champenoise Método de fermentación en la botella. Remuage Vibración para que la levadura vaya al cuello de la botella. Millésimé Champán de añada, madurado al menos tres años. Pupitre El pupitre de vibración. Rosé Sobre la base de vinos de uva roja o de mezcla de uva tinta y blanca.
24 Bollinger Cuvée de gran clase, complejo y de larga salida. 25 Gosset Afrutado, nervioso de buen volumen. 26 Krug Grande Cuvée Caido extraodinario, de mucho carácter y muy refinado.
27 Louis Roeder Magnífico, de fruta fina, muy equilibrado y elegante. 28 Moet & Chandon Fino y rectilíneo, armónico y duradero. 29 De Castellane Bouquet floral, equilibrado, buen nerviosismo. 30 Bricout Frescor agradeble y buena duración.
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Cinco siglos acuñando monedas e historias La Casa de Moneda de México, fundada el 11 de mayo de 1535 por el Virrey Antonio de Mendoza, celebró el pasado 17 de mayo su 480 aniversario con la reapertura del Museo Numismático Nacional. Con un acervo de más de 600 piezas, en el recinto se exhibe la galería numismática más completa del país.
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n pleno corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, entre puestos ambulantes y basura, a solo unos pasos del barrio de Tepito, en el número 13 de la calle Apartado, se esconde el recinto cultural que durante muchos años resguardó la riqueza minera de todo el país. Antes de ser Casa de Moneda, el edificio que hoy alberga el Museo Numismático Nacional fue Casa de Apartado, donde se separaban el oro y la plata. En 1848 fue transformada en una fábrica que cerró operaciones hasta 1992, cuando la ceca fue trasladada a San Luis Potosí. Las máquinas se conservan intactas, pueden ser apreciadas por los visitantes y algunas continúan en funcionamiento para demostraciones. El recorrido inicia precisamente en la antigua fábrica, en la sala de fundición, donde se explica el proceso que llevaba el
metal para convertirlo en monedas y donde las paredes están obscuras por el hollín impregnado. Ahí se encuentran alrededor de 30 hornos, donde los metales eran sometidos a altas temperaturas. En el lugar, el calor podía alcanzar hasta los 55 grados centígrados, según narra Salvador García Lima, un ex obrero de la fábrica, hoy responsable del acervo numismático. “Cada horno se calentaba a aproximadamente mil 300 grados centígrados; esto dependía del material y eran necesarias esas temperaturas para tener el metal en estado líquido y batirlo manualmente para obtener lo que llamamos aleaciones monetarias”, describe García Lima. El siguiente paso del recorrido es la sala de amonedación donde eran procesadas las barras de metal. Ahí se encuentran alrededor de 150 aparatos.
La Casa de Moneda de México fue la primera ceca del continente Americano.
La vieja maquinaria, originalmente movida por vapor y posteriormente por energía eléctrica, es utilizada para mostrar a los concurrentes el proceso de fabricación de las monedas. “La bailarina” es la máquina más antigua de la fábrica y funciona todavía gracias a Esteban Jiménez, un jubilado que acude constantemente a darle mantenimiento. En esta parte del recorrido es posible entender el proceso de laminación, corte de cospeles, recocido, labiado, acuñación y, por supuesto, el estricto control de calidad, puesto que la moneda mexicana tenía amplio reconocimiento por sus piezas y diseños en todo el mundo, tanto que en la misma fabrica se acuñaron monedas para distintos países tales como Uruguay, Venezuela, Perú, Siria y China. La galería numismática, apoyada de algunos recursos tecnológicos, muestra la importancia de la moneda en la identidad nacional. “Es como volver a estar joven, son muchos los recuerdos”, dice Francisco Rojas, un hombre de aproximadamente 75 años de edad, mientras explicaba a sus nietos cuántas monedas necesitaba para llevar su novia a cenar en los años 50.
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“Juana y Carlos”, primeras monedas acuñadas en plata.
Esta sección ofrece un amplio itinerario en la evolución del peso mexicano, pasando desde la acuñación con martillo y la mecánica a la fabricación a vapor, hasta el desarrollo artístico de las monedas y sus transformaciones durante sucesos históricos como la guerra de Independencia y el Porfiriato. El museo cuenta con dos galerías más, la del Banco de México o Banxico, con una muestra histórica de 600 billetes mexicanos, y la Sala del Escudo Nacional, que narra su evolución a través de los años. Otro de los principales atractivos es la serie de medallas y monedas conmemorativas y también la sala de distinciones a la Casa de Moneda de México. Entre los premios se encuentran el Gerónimo Antonio Gil –grabador español del siglo XVIII–, el Óscar Numismático Internacional otorgado por el Centro Cultural Numis-
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El recorrido inicia en la sala de fundición, donde se explica el proceso para convertir el metal en monedas.
El Museo Numismático Nacional abre sus puertas para mostrar la memoria histórica de nuestra identidad como nación.
mático de Italia y el Coin of the Year, que otorga Krauze Publications en Estados Unidos. Aunque sin duda las cerezas del pastel en la galería son las primeras monedas acuñadas en plata conocidas como “Juana y Carlos”, nombre que se les otorgó por los monarcas Carlos I de España y su madre, Juana I de Castilla, cuyo valor era de ocho reales. Después de permanecer durante casi dos años cerrado, el Museo Numismático Nacional nuevamente abre sus puertas al público para mostrar la memoria histórica de una de las instituciones más importantes en la producción de nuestra identidad como nación. La Casa de Moneda de México fue la primera ceca del continente Americano y a 480 años de su fundación, en ella se han fabricado monedas, medallas, relatos e historias que hoy preserva el Museo Numismático Nacional. Alejandro Castro
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El dinero va y viene: monedas mexicanas
¡A peso, el kilo!, exposición del Museo Interactivo de Economía, muestra el lado cotidiano de la banca, los servicios, la producción y los gastos personales.
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n los tiempos en que los antiguos tostadores de café del centro de la ciudad de México daban aroma a las calles capitalinas, la gente compraba un kilo del grano molido por dos pesos, equivalentes a ocho salarios mínimos diarios de entonces. Así era en 1888. Ahora, un kilo de café de calidad media en cualquier supermercado resulta más barato, alrededor de los 160 pesos, lo que revelaría inmediatamente que el peso de hoy tiene más poder adquisitivo. Comparar la vida económica cotidiana del pasado con la presente no es fácil porque el valor de las mercancías depende de la escasez y la abundancia con la que se produzca en cierto tiempo. Para tratar de dar una idea aproximada de cómo se ha vivido en distintas épocas de la historia de México el comercio y cómo ha cambiado el valor del dinero, el Museo Interactivo de Economía (Mide) montó una ilustrativa exposición llamada ¡A peso, el kilo!, en su sede del Centro Histórico de la Ciudad de México. Además de incitarnos a hacer valoraciones históricas del gasto en el hogar, la exposición nos lleva a través de la fascinante historia de las monedas de México y a reflexionar sobre la complejidad de la organización económica nacional.
Cada momento de la historia nacional –el virreinato, los imperios, la república y la revolución– ha estado acompañada de un momento clave en la formación de un sistema monetario mexicano. Desde la fundación de los primeros bancos hasta la larga y difícil tarea de homogeneizar la moneda nacional de curso legal. Las monedas que circularon en el siglo XVI, en la Nueva España, ni siquiera tenían forma definida. Fue hacia el final del XVIII cuando fue acuñada como una pieza redonda, como resultado del torrente reformista de los Borbón, la familia real española recién llegada al trono esa centuria. Los diferentes espacios en los que se divide la muestra combina imágenes e información de cada época. En 1804, el zócalo de la ciudad de México estaba ya transformado en una gran plaza, con la expectativa y la añoranza de recibir a Carlos III, el hombre que cabal-
ga el famoso Caballito ubicado –ahora– en la neoclásica plaza Manuel Tolsá. En aquel principio de siglo XIX había un medicamento para aliviar la tos que era conocido como las “Pastillas del doctor Bartolache”, que evoca el apellido de un médico que publicó una de las primeras revistas científicas del país. Un paquete de 18 pastillas costaba un real. Eran los tiempos en que surgía una industria farmacéutica, científica, pero todavía de botica. El Broncolín –el popular jarabe para la tos– cuesta 70 pesos en el siglo XXI en su presentación de 12 pastillas, lo cual ofrece una idea aproximada de lo que valía un real. En el territorio de lo que hoy es México ha circulado todo tipo de monedas, desde el cacao de las culturas mesoamericanas antiguas hasta las monedas de oro, plata, cobre, níquel y aleaciones. Han llevado tres nombres: real, escudo y peso. Se dice fácil, pero llegar hasta este
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punto ha sido complejo y tedioso, aunque a la larga parece que ha funcionado. Todo comenzó de la manera más rupestre. Los hacendados del siglo XIX ordenaban la impresión de sus propios billetes al American Bank Note Company de Nueva York y encargaban la acuñación de moneda a las secas de la República Mexicana. El establecimiento del sistema bancario en la penúltima década del XIX sirvió de base para adoptar el billete como medio de intercambio, después de varios fallidos intentos. En 1905, el presidente Porfirio Díaz oficializó el nombre de peso para la moneda nacional, después de un intento de parte de Maximiliano que no fructificó, pero sentó bases. En ese mismo año, dejó de usarse en monedas y billetes el concepto de República
Mexicana y fue remplazado por el de Estados Unidos Mexicanos. Era el tiempo en que las monedas mexicanas eran de plata y llevaban en una de sus caras un águila con las alas extendidas, en una geometría triunfal. La práctica de atesorar monedas de plata provocó una gran escasez de moneda fraccionaria, por lo que en 1943 se acuñó una moneda de bronce de 20 centavos, que dejó de circular tres décadas después, convirtiéndose en todo un símbolo del milagro econó-mico mexicano. Poco se hubiera logrado en la consolidación del sistema bancario mexicano y de la moneda nacional, sin la base jurídica de la Constitución de 1917 y su artículo 28, que fija para el Estado mexicano el derecho de emisión de billetes, acabando con privilegios de hacendados y algunos gobiernos estatales. La American Bank
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Note Company siguió hasta los años 60 produciendo billetes, pero en los años del presidente Luis Echeverría, la Casa de Moneda y el Banco de México se ocupa-ron de la producción de estos medios de intercambio. La comparación de los gastos del hogar puede resultar más fácil cuando los periodos en cuestión están más cerca uno del otro, aunque siempre hay espacio para la duda. En 1945, por ejemplo, un jabón costaba 70 centavos, mientras que en 2015 su precio es de 10 pesos promedio. Hace 70 años valía una quinta parte de un salario mínimo (3.50 pesos diarios, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografia e Informática en su obra Estadísticas Históricas de México), cuando los jabones de hoy equivalen a una séptima parte del
salario mínimo, lo que confirmaría que el peso actual compra más que el de los años 40. Otra comparación nos lo demuestra. En 1965, una secretaria en el gobierno federal ganaba unos dos mil pesos y para comprarse un refrigerador debía desembolsar mil 950. Hoy, una secretaria en la administración federal tiene un sueldo de unos tres mil 500 pesos y un modesto refrigerador –comparable con los viejos modelos– se cotiza en unos dos mil 500 pesos. Las circunstancias en cada caso pueden variar, pero una cosa sí es segura: Estos datos ofrecen evidencia suficiente de que, al menos en materia de gasto, no todo tiempo pasado fue mejor. ¡A peso el kilo! nos da esas muestras. Santiago Flores
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Co lecciones
napoleónicas Bonaparte, símbolo de la guerra clásica moderna, predilecto de los coleccionistas.
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l segundo centenario de la batalla de Waterloo, que significó la derrota definitiva de Napoleón, ha demostrado que la figura del emperador es de lo más popular entre los coleccionistas de todo el mundo. Uno de los eventos más significativos del verano en Europa fue la venta de mil objetos en el chateau de Fonatainbleu, 55 kilómetros al sur de París. El príncipe Alberto de Mónaco ofreció en subasta una colección de artículos napoleónicos que el príncipe Luis II, su bisabuelo, reu-
nió desde los 25 años de edad hasta su muerte en 1920. El objetivo de la subasta fue conseguir fondos para la rehabilitación del castillo de la familia real de Mónaco. Las mil piezas puestas a la venta han sido parte del Museo de Recuerdos de Napoleón, que administra el principado. “Prefiero dar una nueva oportunidad de vida a esta colección de objetos y reliquias, organizando una subasta pública y presencial, en vez de ver que permanecen en las sombras”, indicó el príncipe Alberto.
Napoleón cruzando los Alpes, de Jacques-Louis David, 1805.
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Algunas de las piezas brillantes de la colección provienen del botín de guerra de la batalla de Waterloo, tomado directamente del carruaje de Napoleón, el gran estratega caído en desgracia en 18 de junio de 1815. Un par de guantes, espadas, insignias y varios pares de medias blancas fueron algunos de los artículos personales que Napoleón dejó en su huída, cuando ingleses y alemanes obligaron a las tropas francesas a retroceder en Waterloo, territorio de Bélgica, campo de guerra de Europa por siglos. El objeto que los apasionados coleccionistas esperaban ansiosamente este año en la subasta de Fontainbleu era un sombrero bicornio de fieltro que perteneció a Napoleón, uno de los 120 que usó en vida y uno de los 19 acreditados como genuinos por los expertos, repartidos en museos y colecciones privadas. Napoleón regaló este sombrero al veterinario de la casa del emperador, Joseph Giraud, y de ahí pasó a Mónaco. El bicornio fue fabricado por la Casa Poupard de París, como casi todos los que petenecieron a Napoleón. Antes de la subasta se cotizaba en 400 mil euros. Un surcoreano identificado como Lee T. K. pagó un millón 884 mil euros por la pieza. La razón por la que llevó la puja hasta el final fue simplemente porque este entusiasta admira-
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El objetivo de la subasta fue conseguir fondos para la rehabilitación del castillo de la familia real de Mónaco.
Chateau de Fonatainbleu, 55 kilómetros al sur de París.
dor de Napoleón, empresario del sector agroindustrial, ve en el sombrero un objeto de inspiración y lo quiere para exhibirlo en una vitrina del vestíbulo de la nueva sede de su compañía. El triunfo de la realeza europea La conmemoración de la batalla de Waterloo ha dado oportunidad de mostrarse en un encuentro oficial europeo a monarcas y familias reales. No fue un asunto de gobiernos, sino de nobles. Fue la reunión de los símbolos, no del poder político ni la administración. La batalla de Waterloo representa la victoria de las fuerzas monárquicas de Europa sobre una nación que estaba entre la república y el imperio monárquico, que no acababa de definirse por lo que finalmente ha sido su mayor contribución a la humanidad y sus formas de organización política, la república y los derechos del hombre y el ciudadano. El príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camila, duquesa de Comouailles, encabezaron la lista de los invitados de honor a la fiesta de Waterloo, 20 kilómetros al sur de Bruselas. La ceremonia principal tuvo lu-
gar al pie del montículo cónico que en en la punta tiene la escultura de un victorioso león, símbolo de la realeza europea. Ahí o en ceremonias paralelas estuvieron también los monarcas de Luxemburgo, Mónaco, Países Bajos y los descendientes de reinos e imperios extintos, incluido Carlos Bonaparte, de la familia de Jerome, hermano de Napoleón. Los monarcas de saco y corbata no se parecen a los de corona y capa rematada con hilos de oro. El desfile de la realeza europea, aquella que tuvo sus grandes momentos en la alta edad media y el absolutismo, produjo luces de un pasado que se presume glorioso y celebró en Waterloo el bicentenario de su triunfo. El butte de lion (montículo de león) fue hecho con la tierra del campo de batalla, en las afueras del pueblo de Waterloo, en memoria de aquel choque entre Francia y la alianza anglosajona, Inglaterra y Alemania, la séptima y última coalición monárquica contra la Francia revolucionaria, republicana y napoleónica. La batalla de Waterloo fue una muestra de resistencia inglesa a la poderosa caballería francesa. El ejército de
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Wellington estuvo a punto de caer ante el embate de la Gran Armeé, pero el mariscal Blücher llegó a tiempo para reforzar a las agobiadas tropas inglesas, menos experimentadas que las prusianas en operaciones de infantería. Napoleón había tratado de sorprender en Bélgica a los ejércitos enemigos, adelantándose a los planes de invasión de Francia. Sus vecinos estaban enfurecidos por el retorno del emperador en marzo, cien días antes de la batalla de Waterloo. Los últimos tres lustros, Napoleón había azotado Europa. Aquellos ejércitos son las formaciones militares clásicas de la era moderna preindustrial. Y al frente de ellos figuraron los estrategas militares por antonomasia del siglo XIX, Blücher, el duque de Welington, Bonaparte y, años después, Bismarck. La batalla de Waterloo fue además de todo uno de los escenarios de estudio y operación del general Clausewitz, que años más tarde escribiría la oba clásica de la teoría militar, Von Krieg (Sobre la guerra).
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Conmemoración la batalla Waterloo. La crisis petrolera de 1973de acabó con elde dominio absoluto estadunidense.
El montículo de león fue hecho con la tierra del campo de batalla, en las afueras del pueblo de Waterloo.
La leyenda sin fin Los reinos de la séptima coalición ungieron a Luis XVIII rey de Francia y tiempo después se restauraría la república y no habría nunca más una familia real al frente del Estado francés, dejando a decenas de familias nobles viviendo en la oscuridad y abriendo un espacio infinito para la nostalgia, las colecciones y la memorabilidad. En 1920, Alemania se constituiría en república e Inglaterra seguiría siendo un modelo de monarquía constitucional, donde la familia real no sólo encabeza al Estado, sino también es símbolo de la nación. El simbolismo de las guerras napoleónicas es extraordinario. Esto es parte de las razones por las que los coleccionistas tienen una devoción particular por Napoleón. El sombrero bicornio –dicen los expertos de la subasta de Fontainbleu– fue utilizado por Bonaparte en la batalla de Marengo, en Italia, el 14 de junio de 1800, cuando apenas comenzaba la gesta napoleónica, la leyenda sin fin que anima tantas colecciones en el mundo y concita tal admiración, inspiración y pasión por un personaje de la historia. José Pedro Terrés
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Sombrero bicornio que perteneció a Napoleón.
Águila Doble de oro: La moneda más cotizada del mundo
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Conocida como el Águila Doble, la moneda de oro de 20 dólares, acuñada de 1849 a 1933, en sus dos versiones principales, sigue siendo la más cotizada del mundo. En mayo pasado se subastó una pieza de 1879 en casi dos millones de dólares. Por Eda Chávez*
a cifra récord sigue siendo otra Águila Doble (1933) subastada en casi ocho millones de dólares en 2002. Cuando la fiebre de oro de California convirtió a Estados Unidos en una nación muy rica, de la noche a la mañana, el gobierno federal se dió cuenta que podría utilizar sus nuevos recursos para simplificar las transacciones más importantes acuñando monedas de oro de altas denominaciones. En ese momento la mayoría de la población desconfiaba del dinero de papel, los pagos importantes se hacían con monedas de oro, por su valor intrínseco de metal precioso. La moneda de valor más alto era el Águila (valuada en 10 dólares). Las transacciones de altas sumas resultaban muy engorrosas con tantas monedas. Así, en febrero de 1849, el Congreso autorizó el proyecto de ley para acuñar monedas de oro *Periodista.
con valor de 20 dólares. Debido a que tenía el doble del valor que el Águila (the Eagle, que valía 10 dólares), la nueva moneda fue conocida como la Águila Doble (the Double Eagle). Actualmente las piezas más populares se venden entre mil 500 y tres mil dólares, pero las más raras se cotizan en varios millones de dólares. Las Águilas Doble se acuñaron de 1850 a 1933. En este periodo, la moneda apareció con dos diseños principales: La cabeza de la Estatua de la Libertad (18501907) y el diseño de Augusto Saint-Gaudens (1907-1933). James B. Longacre diseñó la moneda de la cabeza de la Estatua de la Libertad. En el anverso destacó el perfil de la dama de la Libertad adornada con una elaborada corona. En el reverso figuró el águila con un logo en un cordón.
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Este diseño tuvo dos cambios significativos. En 1866, con sentimientos religiosos tras la Guerra Civil, fue agregado el lema de “En Dios Confiamos” (In God We Trust) en un circulo de estrellas sobre la cabeza de el águila en el reverso de la moneda.
A lo largo de los años hubieron otros pequeños cambios pero una versión notoria fue la de 1861. El gobierno contrató a Anthony Paquet para que hiciera pequeñas modificaciones al reverso (las letras mas altas y delgadas) pero la Casa de Moneda de Estados Unidos se percató que el nuevo diseño causaba problemas técnicos y este diseño fue descontinuado. Pero un pequeño número de monedas llegó a acuñarse y a circular. En especial, el denominado “Paquete de Filadelfia” que hoy es legendario por su escasez. Algunos coleccionistas creen que sólo existen dos ejemplares de estas monedas.
En 1877, el reverso de la moneda fue modificado de nuevo. Anteriormente la denominación de la moneda indicaba “Twenty D.” abajo de la cresta del águila. En 1877 “Dollars” remplazó la abreviatura “D”.
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Al ser la moneda de circulación más valiosa, el Águila Doble fue una atracción obvia para los falsificadores. Trás la Guerra Civil, el método que utilizaron fue el de partir en dos la moneda, vaciar el oro, remplazarlo con platino y volver a juntarlo. Estas falsificaciones funcionaron en ese momento. Con el tiempo se les conocieron como “monedas sandwiches de platino”. Estas falsificaciones, se han convertido en coleccionables, por sí mismas. Cuentan que el presidente Teodoro Roosevelt (19011909) visitó un museo y quedó fascinado por una colección de antiguas monedas griegas. Convencido de que Estados Unidos merecía tener monedas igual de bellas e impresionantes, Roosevelt contrató al reconocido escultor Augustus Saint-Gaudens para que rediseñara toda la serie de monedas del país. Lamentablemente, la muerte del escultor a causa de un cáncer en 1907 le impidió cumplir el encargo; sólo le dio tiempo de terminar uno de los diseños, el de la nueva Double Eagle, considerada desde entonces “la moneda más bella de la historia numismática estadounidense”.
El 19 de mayo pasado una pieza de 1879 se subastó en un millón 800 mil dólares en Nueva Orleans.
El anverso ostentó un retrato estilo helenístico de la estatua de la Libertad con un vestido fluido, sosteniendo una rama de olivos y una antorcha. A diferencia de las monedas anteriores, ésta retrató el cuerpo completo de la dama de la Libertad, saltando hacia el observador. En el reverso hay un aguila volando hacia un Sol naciente. Este diseño es considerado hasta hoy como el más bello de las monedas estadounidenses. Las primeras prensadas del Águila Doble de SaintGaudens ostentaron un alto relieve inusual. Además, debido a que Roosvelt consideró que el lema de “In God We Trust” (En Dios confiamos) estampado en dinero, era sacrílego, la moneda llegó a aparecer sin el lema.
También presentó números romanos para el año (MCMVII), en vez de los usuales números arábigos. Una pieza como esta, de 1907, fue vendida en julio de 2012 en dos millones 760 mil dólares en subasta de la Galería Stacks Bowers de Maryland.
Hoy en día, varias de las monedas con la fecha en números romanos MCMVII del tipo ultra alto relieve se encuentran en museos, incluyendo una en el Smithsonian. Sólo en raras ocasiones se encuentra disponible una de estas piezas en una subasta.
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La moneda es considerada como uno de los grandes iconos de la numismática, el ejemplo es la mejor muestra de grado conocida: Proof-69. Un ejemplar, acuñado en 1933, fue subastado por la casa Sotheby´s en 7.6 millones de dólares en 2002. Y es que ese mismo año, en medio de la Depresión y con la Ley de Reserva de Oro, el gobierno prohibió la posesión de oro a particulares y todas las monedas fueron retenidas para su fundición. Oficialmente sólo quedaron dos en el museo Smithsonian y no se consideraban monedas de curso legal. Las demás “Double Eagle” (casi medio millón) tenían que haber sido destruidas. En marzo de 1944, gracias a un un reportero que preparaba un artículo sobre la historia de las monedas se supo por casualidad que se había vendido una de estas monedas en Stack’s Bowers, conocida casa de subastas. El periodista, intrigado, se puso en contacto con la Fábrica de Moneda, quienes, a su vez, alertaron al Servicio Secreto, que abrió una investigación. pero se
sospecha que un empleado de la Casa de la Moneda se quedó con varias. El servicio secreto localizó y destruyó nueve en 1937. Algunas se les escapó y fue a parar a la colección privada del rey Faruq I de Egipto. En los años 50, cuando el monarca fue derrocado, sus posesiones salieron a subasta, incluida la moneda. Estados Unidos se quejó y la “Double Eagle” se retiró de la venta, y se perdió su pista durante cuatro décadas. En 1996, un comerciante de monedas londinense Stephen Fenton, intentó venderla por 1.6 millones de dólares en Nueva York. Sus supuestos compradores eran agentes encubiertos del Tesoro, que le requisaron la moneda. Fenton luchó por ella en los tribunales alegando que había sido vendida a Egipto legalmente. Un acuerdo extrajudicial con el Tesoro, que reconoció su valor legal autorizó la subasta. Es la única de 1933 que en teoría podría estar en curso y que puede ser propiedad privada.
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Diseño de Augusto Saint-Gaudens, considerado hasta hoy como el más bello de las monedas estadounidenses.
Cuando se subastó en 2002, el comprador pagó además de los 7.6 millones de dólares, 20 dólares por su valor nominal. La moneda contiene 30 gramos de oro puro y una aliación de 21.6 kilátes. El comprador anónimo la prestó, para su exposición, a la New York Historical Society. Se cree que sólo existenten tres piezas de esa fecha.
“Si vas a colecionar Águilas Dobles, esas son las más populares. Están en un periodo histórico excelente y hay muchas rarezas”, asevera. Hallazgos recientes de naufragios que transportaban oro, han hecho que muchas hermosas monedas de 1855 a 1860, estén disponibles a precios que van de 10 mil a cien mil dólares según el escalafón de rareza, dice. La Águila Doble, diseñada por Paquet en 1860 y acuñada en Nueva Orleans en 1860 es una de las más raras y su precio se ha disparado desde 2003. Otras rarezas son las monedas de 1854 y 1856 acuñadas en Nueva Orleans. Sólo existen entre 20 y 30 piezas. Así que están fuera del alcance de la mayoría de los coleccionistas. Una pieza en buena condición podría cotizarse en medio millón de dólares o más. Más rara podría ser un ejemplar de 1861 de Paquet acuñada en Filadelfia, ya que sólo se conocen dos ejemplares y se cotizan en millones de dólares.
En 1908, el Congreso añadió “In God We Trust” encima del sol naciente en el reverso de la moneda, cambió los números romanos a arábigos y redujo el relieve.
Debido a que fue cambiado tan rápidamente, los coleccionistas atesoran las monedas de 1907, especialmente aquellas con el alto relieve distintivo. Anthony Dwyer, ávido coleccionista estadounidense, considera que otras de las piezas más raras del Águila Doble serían las acuñadas de 1850 a 1866.
Otro ejemplar, muy raro, es la moneda de 1866 sin el lema de “In God We Trust”, aunque menos raro que el de Paquet. Se estima que podrían existir sólo unas 200 piezas. El 19 de mayo pasado una pieza de 1879 se subastó en un millón 800 mil dólares en el Legend Rare Coin Auctions’ Regency XVII Auction en Nueva Orleans. Las variaciones en las acuñaciones no alteran el valor de las monedas per se, pero como sabemos, la última palabra la tiene el coleccionista que genera “la oferta y la demanda”, asegura Dwyer. Y en el caso de las Águila Doble de Oro, el precio base se concentra en el libro Rojo Oficial de R.S. Yeoma (“The Official Red Book by R.S. Yeoman”).
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Colecciones más extrañas registradas en el Récord Guinness Existen muchos tipos de colecciones alrededor del mundo, llaman la atención no solo por la cantidad de unidades que las conforman, sino por su rareza. Algunas de ellas incluso están registradas en el Récord Guinness debido a su singularidad.
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na de las actividades más curiosas en la vida de un ser humano es la obsesión por juntar objetos relacionados a cierto tema o afición. Todos tenemos alguna fascinación especial por ciertos objetos. Pueden ser revistas, DVDs, llaveros, o boletos de conciertos, pero hay quienes gustan de coleccionar cosas realmente raras. ¿Por qué se origina ese gusto que parece inherente a nuestra naturaleza? La psicología moderna señala que existen tres principales razones para coleccionar. La primera es que pensamos que los artículos que coleccionamos nos serán útiles en algún momento o que podrían alcanzar un
buen precio en el futuro. La segunda razón es la afición a la preservación que siente cierto grupo de coleccionistas como una responsabilidad genuina sobre ciertos objetos, por ejemplo, los conservadores de arte. La tercera es el valor sentimental que puede albergar un objeto especial, siendo sumamente importante preservar ese lazo. Existen muchos tipos de colecciones alrededor del mundo: monedas, timbres, postales, autógrafos, obras de arte o antigüedades. Y hay colecciones que llaman la atención no solo por la cantidad de unidades que las conforman, sino por su rareza. Algunas de esas colecciones incluso están registradas en el Récord Guinness debido a su singularidad.
A continuación seis de las colecciones más extrañas registradas alrededor del mundo: 1. Dados Kevin Cook de Colorado Springs, Colorado, colecciona dados. Su colección empezó en 1977 cuando jugó por primera vez Calabozos y Dragones. Kevin acumula sus dados en diferentes contenedores de plástico y los categoriza por temas: dados de metal, dados con letras, dados con números, dados de papel, dados deportivos, dados de piedras, dados de madera, etc. Kevin tiene el Récord Guinness de mayor número de dados coleccionados, alrededor de 50 mil piezas. También tiene un sitio en internet en donde categoriza su colección y muestra los dados más pequeños y más grandes según el material y el tema. Incluso hay un apartado en donde él diseña sus propias creaciones (www.dicecollector.com).
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Kevin Cook tiene alrededor de 50 mil dados.
2. Conos de tránsito David Morgan, originario de Burford, Inglaterra, es dueño de 137 conos de tráfico, todos de diferentes diseños, tamaños y colores. Tiene dos tercios de todos los tipos de conos que se han fabricado alrededor del mundo. David es propietario de una fábrica de plásticos que produce conos de tránsito. Su colección arrancó el día que abrió su fábrica.
3. Señales de No molestar de hoteles Jean François Vernetti, originario de Suecia, es poseedor de 111 mil 111 letreros con la leyenda de No molestar de hoteles de 189 países. Su colección comenzó en 1985 cuando se dio cuenta que las señales tenían diseños y colores distintos. Al principio, empezó como una broma de un letrero que tenía la célebre frase mal escrita. “Nos ayuda a saber cómo se dice no molestar en
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David Morgan, tiene dos tercios de todos los tipos de conos que se han fabricado alrededor del mundo.
Jean François Vernetti, originario de Suecia, tuvo que viajar mucho para recoger tantas señales en menos de 30 años. varios idiomas”, indica Vernetti, cuando se le pregunta por su curiosa colección. Uno de sus letreros favoritos es el de un hotel en Japón en donde además de No molestar puede leerse un lo digo en serio debajo de la muy útil frase. Vernetti tuvo que viajar mucho para recoger tantas señales en menos de 30 años. Su tradición dicta quedarse en un hotel nuevo cada dos días, a partir del Año Nuevo, para seguir incrementando su colección. 4. Comodines La mayor colección de Jokers o comodines de naipes consiste en ocho mil 520 cartas en manos del mago italiano Tony de Santis. Comenzó en 1999 después de heredar una compilación de dos mil piezas diferentes
de su mentor, el mago Fernando Riccardi, también italiano. La colección de Tony es única debido a que las imágenes de los comodines son todos diferentes y únicos. Tony prometió a su amigo y maestro que continuaría con su colección después de su muerte y así lo ha hecho. Fernando la inició en 1942 con algunas tarjetas antiguas. Tony comenzó a acrecentarla con los viajes a los mercados del mundo para encontrar nuevos artículos. Gracias a su profesión, tiene acceso directo a los juegos de cartas de todo tipo. A Tony le gusta memorizar sus comodines y cada semana los observa de forma individual durante unos segundos como lo haría al memorizar un truco de magia. Algunas de las tarjetas de Joker son parte de mazos de conmemoración especial
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Akiko Obata, de Japón, tiene más de ocho mil reproducciones en plástico de frutas y todo tipo de alimentos.
de Bycicle Cards o incluso de las novedosas Dan and Dave. Algo curioso de la colección de Tony es que posee los Jokers de aquellas barajas que tienen seis Jokers en lugar de solo dos o cuatro.
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5. Servilletas Martina Schellenberg, del sur de Alemania, tiene una extraña colección de servilletas. Sus 125 mil 865 servilletas son de todos los tamaños y formas. La mayoría son de papel o tela de diversos tipos, desde algodón hasta seda china. Martina se ha dedicado a coleccionarlas durante sus viajes e incluso tiene algunas que son pintadas a mano o bordadas en hilo de oro o plata. Su colección puede ser apreciada no solo en internet, sino también en su propia casa. Algunos curiosos han llegado a la puerta de su hogar para admirar las piezas y conocer la historia que guarda cada servilleta.
6. Comida de plástico Akiko Obata, de Japón, tiene más de ocho mil de estos objetos, que sirven para jugar a la comidita, al súper o para que jueguen los perros. La joven cuenta que tiene en su apartamento reproducciones en plástico de frutas y todo tipo de alimentos como legumbres, ensaladas, bocadillos y carnes por mencionar algunos productos. Para la coleccionista, recopilar las más de ocho mil piezas de comida de mentira le ha llevado varios años. Agregó que está pensando en comprarse una nueva vivienda, ya que la habitación en donde guarda toda su colección, le ha quedado pequeña para exhibir las piezas a sus familiares y amigos que la visitan. Marieta Natalia Ruiz Garfias
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Tianguis de antigüedades de la Lagunilla, paraíso de coleccionistas Conocido por algunos como “mercado de pulgas”, el tianguis de antigüedades fue inaugurado en la década de los 80. En él se puede encontrar una variedad impresionante de objetos que se hallan sobre las calles, desde lo ordinario hasta lo inaudito.
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ientras un tocadiscos reproduce un acetato de Los Beatles, unos cuantos inciensos desprenden su elegante aroma; solo eso es necesario para poner en ambiente a los amantes de lo vintage, retro o simplemente lo viejo, quienes pasean como por el enigmático tianguis dominical de antigüedades en la Lagunilla. El barrio popular de la Lagunilla es uno de lo más tradicionales en la ciudad de México, asentado sobre lo que fuera en la época prehispánica una pequeña laguna que funcionó como embarcadero de artículos para el mercado de Tlatelolco durante muchos años.
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El tianguis de antigüedades fue inaugurado en la década de los 80 por anticuarios de la ciudad y desde entonces cada domingo las calles Bocanegra, Comonfort y Reforma se convierten en el escenario donde cientos de personas pasean en busca de objetos cuyo valor histórico y simbólico rebasa su precio comercial. Estos puestos se instalan independientemente de los tradicionales mercados del lugar. Conocido por algunos como “mercado de pulgas”, en él se puede encontrar una variedad impresionante de piezas con más de 90 años de antigüedad. Máquinas de escribir, cámaras fotográficas, fonógrafos, estufas de petróleo, monedas, telescopios, medallas, acetatos, cristalería, cuadros, máscaras, juguetes, petacas, monturas,
postales o cascos de guerra son solo algunos de los objetos que se hallan sobre las calles, desde lo ordinario hasta lo inaudito. Pareciera que la modernización no ha llegado al barrio de la Lagunilla; sus aceras huelen a antaño. Caminar por el tianguis de antigüedades inevitablemente remonta al pasado; posee una herencia histórica que lo convierte en un extraordinario retroceso en el tiempo. La peculiaridad de este tianguis lo vuelve insólito y para aquellos amantes de lo raro e inhabitual es el sitio exacto para perderse por largas horas. El ambiente es relajado y la libre venta de cervezas ayudan a alegrar el paseo sobre el gigante baúl de los recuerdos. Un recorrido con esencia multicultural
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El ambiente es relajado y la libre venta de cervezas ayudan a alegrar el paseo sobre el gigante baúl de los recuerdos.
Los anticuarios dan un toque esencial puesto que poseen un amplio conocimiento empírico.
en el que pueden observarse japoneses, argentinos, chilenos, rusos, estadounidenses, italianos, españoles o defeños deambulando largas horas por las ramblas del tianguis con el propósito de comprar o simplemente conocer. Es sorprendente la cantidad de acentos extranjeros que se escuchan por los pasillos. En el lugar la imaginación no tiene límite. “¿Para qué sirve?”, es la pregunta más realizada por los visitantes. Para Lionel Heard, un turista canadiense con dificultades para pronunciar el español, el mercado de antigüedades es como un museo al aire libre de la cultura mexicana. El tianguis es una rara pero amena combinación entre lo cotidiano y lo estrafalario. Los anticuarios dan un toque esencial puesto que poseen un amplio conocimiento empírico. Gabriel Orozco vende antigüedades desde hace 52 años y asegura que es simplemente la experiencia lo que lo ha convertido en un experto. “Mi gusto por las cosas antiguas es desde que era niño, me gustaba reparar cosas que ya no servían, me
gustaba recolectar las cosas que a nadie le funcionaban”. Orozco ha visto pasar miles de objetos que durante algún tiempo fueron muy usados. Hoy solo forman parte de una colección, sirven de adorno y son comprados por un valor significativo que evoca al pasado. El tianguis de antigüedades ha sido también a lo largo del tiempo testigo del desfile de distintas personalidades, como escritores, actores o políticos. Entre ellos se cuenta a Carlos Monsivais, María Félix, Mario Moreno “Cantinflas” e Irma Serrano. Son muchas las leyendas que se escuchan por las calles y entre las más comunes está la del ingeniero Guillermo González Camarena. Algunos locatarios afirman que se pasaba horas en la Lagunilla en busca de piezas; otros dicen que el inventor de la televisión a color nunca transitó por el lugar; las versiones son variadas, pero es un deleite escucharlas. Es el lugar de los dulces recuerdos, un estuche de monerías, literal. A diferencia de las tiendas de antigüedades en la ciudad, el tianguis dominical de la Lagunilla
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Los precios varían hasta 60 por ciento respecto a las tiendas de antigüedades y es aplicable el gozoso arte de regatear.
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tiene sabor añejo: la música, los olores, las charlas. Los años son su mejor maquillaje, domingo a domingo el tianguis saca sus mejores piezas para resguardar la memoria de décadas de cultura en México. A diferencia de las costosas tiendas para coleccionistas ubicadas en las colonias Roma, Condesa y Polanco, la Lagunilla tiene esa esencia inexplicable, esa personalidad mexicana que por supuesto es de fiesta, un ambiente cargado de magia, anécdotas, bromas y picardía. Mucho se especula en cuanto a la seguridad del lugar y sus barrios aledaños. Sin embargo, si el visitante se conduce con las precauciones básicas, no existe mayor problema y el lugar está vigilado constantemente por el cuerpo policíaco. “Aquí nos cuidamos todos a todos”, dice un marchante mientras observa detenidamente un viejo telescopio. Las personas son amables y es fácil simpatizar con los lugareños, aunque hay una extensa posibilidad a ser victima de los legendarios albures. Los precios varían en gran medida respecto a las tiendas de antigüedades, los costos de los objetos disminu-
yen hasta 60 por ciento y es aplicable el gozoso arte de regatear, en el cual los vendedores están dispuestos a negociar el precio de sus productos, reduciendolo hasta 30 por ciento, según la habilidad del comprador. Para algunos coleccionistas el regateo se convierte en un verdadero reto, cliente y mercader cara a cara y, a veces con calculadora en mano, intercambian palabras con el fin de llegar a un acuerdo en la valía de los artículos, claro está, con alevosía y ventaja por ambas partes. “A la Lagunilla va todo mundo, ya sea por necesidad o por excentricidad”. Es una caja de sorpresas para quienes deciden pisar sus aceras. Merodear los callejones del tianguis de antigüedades en la Lagunilla es una aventura por el contexto histórico de México, a través de miles de objetos y artesanías, en un ambiente alegre donde pareciera que las horas no transcurren, solo el tiempo. Luis Humberto Reffreger
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gastronomía contemporánea
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l matrimonio de los chefs Jared Reardon y Sonia Arias abren las puertas de Jaso en una inigualable ubicación en pleno corazón de Polanco. El revolucionario concepto en cocina moderna 100 por ciento artesanal ha traído a México una experiencia gastronómica digna de cualquier día de buena mesa. Jared y Sonia conspiraban por una nueva filosofía en alimentos mientras se graduaban del Culinary Institute of America en Hyde Park, Nueva York; Tras 10 años de trayectoria bajo la tutela de grandes maestros como Todd English y Daniel Boulud, entre muchos otros, estilizaron sus conocimientos culinarios, abarcando hasta la alta repostería en lugares como Bouley, dando
MOUSSE DE CHOCOLATE (Para una porción)
• Una vez que la crema este fría, se incorpora el azúcar y se bate. • En otro recipiente, se mezcla la grenetina con el chocolate y se agrega la crema, mezclándolo de manera envolvente. • Para finalizar, se rellenan Modo de Preparación los recipientes en los que • Se hidrata la grenetina. se desea presentar y se • Se la canela con la crema. ponen a congelar. • Se deja enfriar. • Se derrite el chocolate en • Una vez congelados se pueden desmoldar. baño María. Ingredientes ¼ taza de agua 2 ½ cucharaditas de grenetina 500 gr de chocolate blanco 2 tazas de crema para batir ¼ taza de azúcar
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Cocina moderna artesanal Dirección: Newton No. 88, Col. Polanco, CP 11570, México, DF. Horario: Lunes a sábado de 14:00 a 11:30 hrs. Reservaciones: 5545 7476
www.jaso.com.mx
paso a un estilo propio que basa su éxito en tener detrás de cada platillo procesos únicos, obteniendo así los ingredientes más puros para la elaboración de platillos, que de otra manera no podrían ser degustados en su totalidad, logrando así la perfecta fusión entre una cocina que conserva métodos de elaboración artesanales con una cocina contemporánea de los mas altos estándares. Los chefs y socios de Jaso, confían que en la variedad se encuentra el gusto, ofreciendo nuevas propuestas entre las horas de oficina, además de menús de degustación de cinco y nueve tiempos junto con la estrella del lugar, el Gran menú de degustación del chef o para los amantes de lo dulce, una gran degustación de postres que, fiel a sus principios, varía según las estaciones del año; trabajando en conjunto con la naturaleza. Para muestra los helados de sabores únicos como lychee, cognac, aceite de olivo y miel orgánica. La pareja se unió con los arquitectos Juan Pablo Serrano y Rafael Monjaraz, para diseñar el concepto inspirado en los cinco elementos, mismos que ahora contiene el diseño del restaurante, los comensales son recibidos por la acogedora sala principal, donde su moderna chimenea invita a disfrutar algún cocktail de la firma Jaso, junto a una tabla de quesos o simplemente hacer un alto por la barra del bar para algún encuentro casual o, por otra parte, si el espíritu lo llama a celebrar bajo el sol o
las estrellas, la terraza brinda una experiencia única, rodeada por la fuente de esculturas de arena sílica. Las líneas limpias de Jaso invitan a un momento chic, ideal para celebrar cualquier día. Su moderno diseño permite recibir hasta 60 personas o más en el caso de un cocktail, aunque los pequeños eventos han causado sensación como las catas en la mesa de Estuario. Con más de 400 etiquetas nacionales e internacionales, escogidas cuidadosamente por los chefs, la innovadora carta de vinos norteamericanos, australianos, mexicanos, etcétera, conforman una propuesta poco vista en México, contenida por cristal y maderas corona al restaurante, ofreciendo el maridaje perfecto para cualquier plato y para cualquier ocasión. La cava es de gran importancia para el restaurante, ya que gusta de consentir a sus clientes con una atención personalizada y altamente calificada; para asistir y orientar a los comensales en la aventura epicúrea que brinda Jaso. María Luisa Gaspar
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Autos a escala:
Arte, diseño y pasión
La historia del mundo del automovilismo y de la sociedad presentada a través de una selección de autos a escala, prestados por una veintena de coleccionistas mexicanos.
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Mercedes Benz 540K Roadster, 1936.
urante más de 50 años, Carlos García Cota se ha dedicado a armar autos a escala. En ese tiempo reunió 15 mil ejemplares, 150 de los cuales forman parte de una exposición en el Museo Franz Mayer. Clásicos, de guerra, de transporte de personas, de películas, de carreras… de esta manera estos autos dan un panorama amplio del mundo automovilístico y de la importancia del coleccionismo. La exhibición recorre el universo de las creaciones en miniatura en ocho distintas escalas que van desde 1/87 (55 mm) como el Alfa Romeo 158 (1950) hasta 1/8 (75 cm). “El primer auto de la colección lo hice en 1965, cuando tenía 15 años. Antes ya había armado otros 12 o 13, pero los hice pedazos jugando a la carreterita”, dice García Cota.
García Cota aportó la mayor parte de las piezas de la exposición que recorre la evolución del diseño de estas máquinas a través del tiempo y su influencia. El Museo del Automóvil a Escala (MAE) compartió unas 500 de las mejores piezas de su colección con el público en esta muestra. “Los autos son testigos de los cambios que ha tenido el mundo y también las vidas de las personas, muchas veces, cuando los exhibimos, la gente se toma fotos con los que marcaron algunos momentos importantes”, dice García Cota. Su colección nació hace 50 años cuando recibió de regalo su primer modelo para armar. Así inició una pasión por el modelismo y por los automóviles. Hoy en día la colección cuenta con más de 15 mil modelos característicos de la historia automotriz a nivel mundial.
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“MAE, más que una colección, es una organización que busca difundir una pasión; pasión por el modelismo, el automovilismo, la afición por la perfección, el gusto, el empeño, y la mejora de habilidades manuales y estéticas”, dice. El auto nos ha impactado socialmente, al haber movilidad el mundo comenzó a desarrollarse de manera diferente. Los modelos a escala nacieron de la necesidad de la industria automotriz de realizar prototipos para realizar pruebas; mientras que el modelismo llegó a México casi al mismo tiempo que los primeros coches. Sin embargo, “es una actividad que se va perdiendo poco a poco”, dice. La colección abarca prácticamente todas las épocas y marcas. Un primer grupo de entusiastas modelistas que fundaron Modelismo a Escala, A.C. (MAE) en 1982 con el fin de difundir y promover el gusto por el modelismo y la historia automotriz. Después de 27 años de sesiones ininterrumpidas, aquel primer grupo de modelistas y coleccionistas a través de su fundador, dió pie a la fundación del primer Museo del Automóvil a Escala a finales del 2013. “Un coleccionista es a veces el que salva los objetos de la desaparición, pero también conserva el conocimiento, en este caso, de ingeniería, mecánica”, comentó Héctor Rivero Borrell, director del Museo Franz Mayer.
“Lo interesante es que un proyecto como este, permite hablar de muchos temas. Esta muestra se integra gracias a la generosidad de diversos coleccionistas que verdaderamente se han apasionado con el modelismo o con la pasión de reunir una serie de coches por marcas y por épocas”, explica Rivero Borrell. “Pocas cosas o pocos objetos atraen como el automóvil, si queremos hablar de diseño. A todos nos ha pasado que salió un modelo cuando fuimos niños y nos moríamos por tenerlo. Pasan los años y pensamos: cómo me gustaba ese auto, porque las modas pasan, las modas cambian, y nuestros gustos van cambiando, creo que entre otras cosas, eso es lo que nos permite ver esta exposición”, dice Rivero. La muestra contó con la curaduría de Marina del Campo y museografía del arquitecto Tarcisio Padilla. Ofrece un recorrido a través de creaciones en miniatura en escala de autos de Alfa Romeo (1950). En la exposición no hay una cronología, hay una temática, ya que pretende enaltecer y dar un espacio a los creativos y potencializarlos. “Los autos representan moda, sueños, posesiones”, dice Padilla. Explica que la muestra no cuenta la historia del automóvil sino la historia de automodelismo. El público recorre seis secciones: Historia, Diseño, Crisis, Moda, Deporte y competencias y Autos del futuro.
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Bugatti 57C, 1939.
Roll Royce Phantom II, 1934.
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Duesenberg, 1934.
Ferrari F399, 1999.
Hay autos de todas las épocas y marcas, algunos ambientados en maquetas para resaltar su belleza y darles más vida. En Historia se ven modelos como el Cugnot Steam (1760), el Lincoln (1928), y maquetas ambientas. En Diseño se retoman algunos de los modelos que lograron colocarse en el gusto popular como el Jaguar E (1961) y el Ferrari Testarossa Peninfarina (1984), que fueron reproducidos de manera comercial. En Crisis se abordan los cambios visibles en la elaboración de los autos a escala a causa de las guerras, pues las fábricas abandonaron sus producciones regulares para dedicarse a la manufactura bélica, en ese contexto se da el auge en la fabricación de plásticos lo que dió origen al automodelismo popular. En Moda, aborda el interés de las marcas de autos por la publicidad y los nuevos públicos. En Deporte y competencias destaca a las industrias automotrices que compiten por ser las mejores, y Autos del futuro mostrarán una serie de 36 prototipos elaborados por el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial (CIDI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De manera paralela, en el estacionamiento del museo se aprecian 15 autos de colección, incluyendo un Ford A (1930), un Mini MK1 (1964) y un Maserati Quatroporte (1980).
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Hay autos de todas las épocas y marcas, algunos ambientados en maquetas para resaltar su belleza.
La exposición brinda un amplio panorama del mundo automovilístico y de la importancia del coleccionismo.
También se presentan distintos aspectos del modelismo de autos como el ensamblaje, la creación y el coleccionismo, a través de la exhibición de las partes del motor, la suspensión y el terminado de las carrocerías. Los coches pertenecen a 18 coleccionistas mexicanos, “niños-adultos que sueñan a través del hechizo de fantasear al construir un auto, un objeto que llega a ser una obra de arte por la dedicación y esmero puestos en su fabricación”, señala Padilla. Por ejemplo, hay un auto construido con unas 18 mil pequeñas piezas. La intención pedagógica del MAE es contar la historia del automovilismo mediante el encanto de esta colección, que no tiene más pretensión que brindar una experiencia lúdica al público “pues se trata de una visión que remite a la infancia”.
La narrativa museográfica muestra cómo el automovilismo afrontó la crisis de la Primera Guerra Mundial, cuando había escasez de metal y se dejaron de hacer los prototipos a escala para fabricar armamento. “Fue cuando nació el plástico. También mostramos cómo las compañías Ford y Volkswagen ‘vestían’ de camuflaje los autos. O cuando Adolfo Hitler mandó hacer un pequeño auto para que fuera el transporte accesible del pueblo y se convirtió en el más popular de una era”, explica Padilla. El público puede apreciar uno de los primeros autos a escala vendidos en jugueterías en 1950. La pieza mide cuatro centímetros y “es un cochecito de plomo. “Reproducimos la mesa del modelista, la mesa donde sueña y presentamos la revolución del color y las innovaciones hasta llegar a la parte deportiva, con los
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Porsche 356b, 1961.
diferentes modelos diseñados para competencias, como las carreras de Le Mans, Nascar y Fórmula Uno. Está también la historia del rally de 1907 en París, cuando los autos corrían por las vías del tren”, agrega Padilla.
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La salpicadera Una anecdota interesante es que “un intérprete chino que viajaba en un auto de carreras junto al piloto, se hartó del lodo que lo salpicaba y le pegó unas tablas al coche. Así, inventó la salpicadera”. Antes “ibas al supermercado y encontrabas los modelos para armar, juntabas las corcholatas de un refresco y te regalaban uno; sin embargo, eso ya no pasa”, se lamenta. La creación de autos a escala surge a partir de la elaboración de prototipos para la industria automotriz, necesarios para realizar pruebas de funcionamiento, confiabilidad y diseño del vehículo. Víctor Ortiz Carrasco, coleccionista, comenta que el modelismo “es una entretenimiento: te calma y disfrutas cuando concluyes una pieza”. “Es esforzarte por hacerlo cada vez major”, dice Ortiz. “De niño tenía que juntar tres pesos para ir a cambiar, junto con corcholatas del refresco Orange Crush, un modelito; tenía que andar tomando el Orange para tener mi coche”, recuerda mientras ríe.
Lotus 78, 1979.
Hay autos que surgieron al término de la Segunda Guerra Mundial: “Se hicieron con sobrantes, ya que lo único que tenían a la mano eran motores de motocicletas y cabinas de avión; de esa forma aprovecharon para tener algo que cubriera a la personas y las protegiera en sus traslados”. En México hay 15 o 20 autos como esos, de los cuales tres están en la exposición. “Muchas veces no podemos tener un auto de tamaño normal, pero hacemos uno a escala y te da el mismo gusto”, dice Víctor Ortiz Carrasco coleccionista del MAE. “Ahora predomina el coche que se vende completo, se ha perdido lo que nos movió a muchos, decir: el coche va a ser mío, pero como yo lo quiera hacer y pueda”. Madera, resina, lamina y plástico son los materiales con los que están hechos los modelos que se pueden ver en la muestra, los cuales también evidencian el trabajo y las horas dedicadas a esa actividad. “Hay autos que están formados por 12 piezas, pero hay otros que tienen hasta tres mil. Una sola llanta puede tener más de 150 partes y hay que colocarlas una a una, poner cada uno de los rayos en su lugar y ajustar todo”, explica Ortiz. Hope Sarrelangue
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SS15 Valentino:
una historia de amor
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on un diseño romántico, tierno y que enmarca la feminidad, la colección SS15 de Valentino fue inspirada en la vestimenta tradicional rusa y en las obras del pintor Marc Chagall, dominando los tocados florales, faldas y los clásicos vestidos largos.
Los vestidos también fueron literatura pura en el desfile de Velentino del Fashion Week de París, ya que varios llevaban bordados con las frases más simbólicas de Shakespeare.
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El acabado del bordado no pudo pasar desapercibido, pues se notaba el detalle de elegancia con cada punto de cruz. El peinado de todas las modelos fue recogido en una bella diadema trenzada, adornada con un par de flores muy sutiles que hacían juego con el vestido.
“Estar volando como cuando estás enamorado”, es la frase utilizada como base para la inspiración de esta colección. Esa sensación de vuelo romántico se pudo transmitir completamente en la pasarela. Toda la ambientación reflejaba emociones y sentimientos rodeados de amor.
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