Rubén E. Nájera
CUADERNOS
DE
Nº 2002 - 3
Inversión Pública y Privada en la Producción Cultural en Guatemala
DESARROLLO
HUMANO
306.4 N162 e
Nájera, Rubén E. Inversión pública y privada en la producción cultural en Guatemala / Rubén Nájera. - -Guatemala : Sistema de Naciones Unidas, 2002 30 p. : (Cuadernos de Desarrollo Humano ; 2002-3). ISBN: 99922-62-26-5 1. Cultura — Guatemala. 2. Medio Cultural - Guatemala. 3. Promoción Cultural I. Nájera, Rubén E. II. Título.
Autor Rubén E. Nájera Edición y estilo Luis David Grajeda Diseño portada Luis Fernando Monterroso Diagramación Antonio Gaitán Fotografías de portada Carlos Sebastian / Prensa Libre
Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Guatemala (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO).
Impreso en Guatemala por Artgrafic de Guatemala 1000 ejemplares
Guatemala, septiembre de 2002. 2
Presentación La divulgación de los informes anuales sobre la situación del desarrollo humano en Guatemala ha enriquecido el conocimiento de la realidad nacional, por cuanto ha logrado cumplir tres usos sociales principales: a) como herramienta académica; b) como oportunidad para el debate; c) como fuente de datos y análisis. La preparación del Cuarto Informe titulado “Guatemala: El Financiamiento del Desarrollo Humano”, correspondiente al año 2001, se apoyó en varios estudios específicos, que fueron objeto de discusión en talleres organizados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sin embargo, el carácter resumido del Informe no hace justicia a la riqueza de sus contenidos y por esta razón ahora los publicamos en la Serie Cuadernos de Desarrollo Humano. El trabajo “Inversión Pública y Privada en la Producción Cultural en Guatemala”, elaborado por Rubén E. Nájera, forma parte de estos estudios específicos. Tomando distancia de la lógica sugerida por la triada educación-ciencia-cultura, el trabajo parte del concepto contemporáneo de producción cultural para recoger, agrupar y analizar la información sobre la inversión pública y privada tanto en las actividades educativas como culturales del país. En este sentido, la concepción propuesta por el autor se aproxima a la noción de capital cultural de Pierre Bourdieu, el cual define como “los recursos, medios y conocimientos empleados por los individuos para decodificar su cultura”. La educación juega un papel crucial en la constitución de este capital cultural en la medida que transmite los códigos y sus decodificadores, pero también reproduce las estructuras vigentes de poder. Dentro de este marco de referencia, el trabajo de Rubén E. Nájera trata de responder a tres preguntas principales: ¿cómo se estructura la inversión en la producción cultural?; ¿cuánto participan los actores no públicos en esta producción?; y ¿cómo se estructura el consumo de los bienes y servicios educativos y culturales?. Confiamos en que las respuestas y la información aportadas por este documento contribuyan al debate y al mejor conocimiento de este tema en Guatemala.
Juan Alberto Fuentes K. Coordinador Informe Nacional de Desarrollo Humano
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Contenido INTRODUCCION
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1. MARCO DE REFERENCIA
7
2. EL GASTO EN LA PRODUCCION CULTURAL 2.1 Panorama general del sector público 2.2 Prestación de servicios educativos 2.2.1 Servicios educativos hasta secundaria 2.2.2 Servicios de educación superior 2.2.3 Educación para el trabajo o capital humano 2.2.4 Aportes del sector filantrópico 2.3 Producción de las actividades culturales 2.3.1 Actividad cultural del sector público 2.3.2 Actividad cultural comunitaria 2.3.3 Actividad cultural del sector privado
9 9 12 12 16 18 19 20 20 21 22
3. ESTRUCTURA DEL CONSUMO
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CONCLUSIONES
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6
Introducción El Informe del Desarrollo Humano 2001 se orientó a explorar los mecanismos empleados por la sociedad guatemalteca para financiar los costos del desarrollo humano. Aunque el Informe enfatiza aquellas formas de financiamiento que no proceden del gobierno y no constituyen gasto público, la naturaleza de los sectores aquí abordados hace inevitable considerar tanto el gasto público como el privado. En efecto, la responsabilidad de la educación y el patronazgo de la cultura (particularmente en el sentido de patrimonio y de artes) ha correspondido a las funciones históricas del Estado guatemalteco. De ahí que la concepción de ambos sectores como terreno de la iniciativa privada ha sido relativa y marginal hasta tiempos recientes.
El presente documento se estructura en tres secciones: la primera hace algunas reflexiones en torno al concepto de la producción cultural; la segunda sección desarrolla los aspectos cuantitativos y organizacionales de esa producción cultural; la sección final resume y propone algunas conclusiones y perspectivas del análisis del tema. Las estadísticas empleadas proceden de varias fuentes, pero en general corresponden a datos ya disponibles, procesados para fines de este trabajo.
1. Marco de Referencia Aunque el tema del financiamiento de los sectores educativo y cultural puede desarrollarse sin mayores reflexiones teóricas, es importante hacer algunas precisiones para comprender mejor la naturaleza de sus vínculos y la manera en que la práctica institucional en Guatemala ha contribuido a escindirlos.
Las últimas décadas han presenciado el colapso de estos vínculos: la educación y la ciencia se han transformado en instrumentos de la tecnología, mientras que la cultura, anunciada como muerta desde 1948 por T.S. Eliott, ha ingresado en un mundo de debates conceptuales que dificultan su definición operativa.
La trinidad tradicional de educación, ciencia y cultura, propia de las corrientes institucionales de la segunda mitad del siglo pasado, refleja la herencia ilustracionista y liberal que hace de estas tres disciplinas el cimiento de la noción clásica de progreso y desarrollo. Los nexos entre las mismas corresponden a diversos sesgos, que son,en rigor, la causa del parentesco: la ciencia como fuente de conocimiento; la educación como su transmisora y difusora; y la cultura (originalmente identificada con la civilización, en el sentido eurocéntrico) como su consecuencia última.
Para fines de este trabajo, la relación contemporánea de las nociones de educación y cultura se asume más en el plano de la movilidad social (de ahí su relevancia para la noción institucional de desarrollo humano). Por lo menos así parece, en la medida en que ambos ámbitos aportan herramientas y recursos para que el individuo interactúe con sus entornos físicos y conceptuales. En este sentido, la idea de que comparten algo se aproxima a las propuestas de 1 Bourdieu en torno al capital simbólico y al capital cultural y, consecuentemente, al campo de la producción cultural.
1
Junto con Foucault, aunque en distinta trinchera, Pierre Bourdieu (1930-2002) es uno de los pensadores franceses más polémicos y polifacéticos del siglo pasado. Filósofo de formación, contribuyó a renovar la sociología desde los años sesenta. “Lo que defiendo”, comentó una vez a Le Monde, “es la posibilidad y la necesidad del intelectual crítico. No hay democracia efectiva sin un verdadero contra-poder crítico.”
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En efecto, para Bourdieu el ciales que le permiten acceso a alguna forma de poder. En otras palabras, el capital cultural es un recurso movilidad social, al que hay que agregar el capital simbólico que corresponde a los intangibles de la cultura. La educación juega un papel crucial en la constitución del capital cultural en la medida que transmite los códigos y sus decodificadores, pero también reproduce las estructuras vigentes de poder. Correspondientemente, existe un campo de producción cultural dentro del cual concurren los actores, las 2 interrelaciones, los insumos y los productos culturales. Por supuesto, ésta es una reducción burda de conceptos y tesis que se reproducen y complican extremadamente en la literatura de y sobre Bourdieu, pero en esta forma elemental nos ayuda a encontrar la interrelación básica contemporánea entre educación y cultura. A pesar de sus inevitables analogías con la economía, Bourdieu ha sido categórico en afirmar que sus propuestas no se refieren a una economía de la cultura. Sin embargo, la tentación de tender el puente es inevitable y es factible concebir una investigación cuantitativa de esta naturaleza, tanto en el campo de la inversión como de la producción cultural, que permitiera resumir en este concepto las dimensiones convencionales de la educación y las actividades culturales, que se reencuentran bajo la lógica de la movilidad social, que es diferente a la lógica de progreso sugerida por la triada educación-ciencia-cultura.
Por otro lado, desde la perspectiva económica, la relación entre desarrollo humano y crecimiento económico se encuentra implícita en la noción de capital humano. A diferencia de la idea del capital cultural como el acopio de herramientas para interpretar el mundo y la sociedad, y desplazarse dentro de ellos, el concepto de capital humano es marcadamente reduccionista y corresponde a la internalización de la tecnología en el individuo productivo como consecuencia de las diferencias registradas en las tasas de 3 crecimiento de distintas economías. Para fines prácticos, ambos enfoques convergen y se traducen en unas cuantas preguntas que este trabajo trata de resolver: ¿cómo se estructura la inversión en producción cultural?; ¿cuánto participan los actores no públicos en esta producción?; ¿cómo se estructura el consumo?. Otra consideración que cabe tener en cuenta se refiere a la percepción social de la función del Estado en la prestación de servicios educativos y de patronazgo de la cultura. Aunque la educación privada es de larga data en la historia guatemalteca, su masificación corresponde escasamente a las últimas dos décadas del siglo XX y responde, no a una modificación consciente de las políticas públicas, sino a las condiciones de contexto de ese período que mermaron la capacidad pública para atender la demanda de servicios educativos, sobre todo en las zonas urbanas. Además, el capital simbólico aportado por la educación institucionalizada pública se fue derramando gradualmente hacia los niveles de educación superior o universitaria ofrecidos por instituciones privadas.
2 Dos formas de capital son particularmente importantes en el campo de la producción cultural. El capital simbólico se refiere al grado de prestigio, celebridad, consagración u honor acumulado y se vasa en una dialéctica de conocimiento y reconocimiento. El capital cultural concierne a las formas, competencias o disposiciones de conocimiento cultural... Bourdieu define el capital cultural como una forma de conocimiento, un código intenalizado o una adquisición cognitiva que equipa al agente social con una empatía, un aprecio o una competencia para decifrar las relaciones culturales y los artefactos culturales... La posesión de este código, o capital cultural, se acumula a lo largo de un largo proceso de la familia o de los miembros del grupo (educación familiar), miembros educados de la formación social (educación difusa) e instituciones sociales (educación institucionalizada).] Randal Johnson (editor): “Introduction” in Pierre Bourdieu: The Field of Cultural Production The Field of Cultural Production; Columbia University Press, 1993. Page 7 and ff. 3 El interés en el capital humano puede haber empezado cuando la contabilización del crecimiento emergió para explicar por qué las tasas de crecimiento difieren en distintos países... La inversión en educación y capital humano se sugiere como una importante variable explicativa... Los primeros estudios sobre recursos humanos enfatizaron la idea de que la inversión humana debiera ir de la mano con la inversión en capital físico... Las diferencias y la tasa de crecimiento de la tecnología significan que la velocidad de convergencia entgre los países desarrollados y en desarrollo está determinada principalmente por la tasa de difusión de la tecnología.] Linda Low: Education Skills and Training and National Development. Education Skills and Training and National Development Asian Productivity Organization, Tokyo, 2000.
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En todo caso, el imperativo generalizado de que el Estado es el responsable de la educación sigue vigente en el inconsciente colectivo, todavía arraigado a los valores progresistas de los cuarenta. El caso de la cultura tiene distintas vertientes dependiendo de la forma en que el término se defina pero, en general, en lo que se refiere a la producción artística (la “creatividad”) y la preservación del patrimonio, la expecta-
tiva generalizada sigue siendo, inclusive desde la óptica de iniciativas privadas, que el Estado tiene la responsabilidad de apoyar todas las actividades de este ámbito. Este marco contextual debe ser tenido en cuenta constantemente al evaluar las cifras que se presentan y comentan a continuación.
2. El Gasto en la Producción Cultural 2.1 Panorama general del sector público El gasto público en actividades de educación y cultura está concentrado en tres rubros: a) los correspondientes al Ministerio de Educación, b) los correspondientes al Ministerio de Cultura y Deportes, y c) las transferencias que el gobierno central hace a instituciones descentralizadas o privadas dentro de las cuales sobresale la universidad nacional. Los temas que hoy corresponden a ambas instancias ministeriales, así como los científicos, fueron parte del Ministerio de Educación hasta 1986. El esquema clásico que articulaba la educación con la ciencia y la cultura se tradujo tanto en una Dirección de Cultura y Bellas Artes, que fue sumamente operativa durante varias décadas, como en algunos conatos de organización de la política científica, la más notable de las cuales data de 1966, cuando se creó en ese Ministerio el Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, CONICIT, que nunca llegó a operar. La creación del Ministerio de Cultura y Deportes en 1986 tuvo implicaciones en dos sentidos: a) el ámbito funcional del Ministerio de Educación quedó concentrado en el campo estrictamente educativo, y b) se produjo un nuevo ministerio como consecuencia de la desmembración de la Dirección de Cultura y Bellas Artes y la compactación de algunas entidades
hasta entonces descentralizadas, habiendo desaparecido otras en el proceso. La desproporción entre ambas instancias, los problemas de integración funcional de los componentes originarios del Ministerio de Cultura y Deportes e, inclusive, el debilitamiento de la percepción de la educación como transmisora y generadora de cultura, pueden ser interpretados como consecuencia de esta metamorfosis institucional, todavía perceptible a la fecha. Las ejecuciones presupuestarias de ambos ministerios correspondieron, en el año 2000, al 13.42% del presupuesto del Gobierno, pero la fracción correspondiente al Ministerio de Cultura es escasamente el 4 0.62% (Cuadro 1). En principio, la desproporción parece razonable en función de la magnitud de la cobertura institucional de ambos ministerios, pero en la medida en que las políticas culturales vigentes y sus marcos de referencia (Constitución Política y Acuerdos de Paz) dan a esta variable un ámbito de acción infinitamente superior, parecería que la correlación equilibrada entre políticas, recursos institucionales y provisiones presupuestarias es todavía muy remota. La desproporción tampoco está compensada por la actividad no gubernamental que, pese a no ser cuantificable en el estado actual de acopio de información, no evidencia la magnitud que se esperaría.
4 Compárese con otros datos de la Unesco para América Latina (sólo para educación, 1996): 22.8% para Costa Rica, 22.4% para Venezuela, 19.2% para Perú, 14.8 para Chile, etc. (www.unesco.org).
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Los Cuadros 2, 3 y 4 muestran aspectos de la ejecución presupuestaria de ambos ministerios. Es de notar el gran peso del gasto en recursos humanos para educación (prácticamente el 99% del total de ese ministerio); el mayor peso relativo de los gastos en inversión física del Ministerio de Cultura y Deportes
Cuadro 1
(38%), por otro lado, debe entenderse como asociado al componente de deporte no federado y no educativo adscrito a ese Ministerio. Por lo demás, la estructura del gasto por objeto del mismo es similar en ambos casos y refleja una tendencia sectorial, más que ministerial, que privilegia los servicios personales y las transferencias como expresiones de las políticas de austeridad y descentralización de la actividad pública.
Ejecución Presupuestaria de Gastos del Estado Año 2000
Total Subtotal producción cultural Ministerio de Educación Ministerio de Cultura y Deportes
Q
%
19,801,161,199.47 2,656,412,853.71 2,534,019,672.91 122,393,180.80
100.00 13.42 12.80 0.62
FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas: Liquidación del Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado y Cierre del Ejercicio Contable 2000.
Cuadro 2 Ejecución Presupuestaria del Estado por Tipo de Gasto Año 2000 Educación En recursos humanos En inversión física
98.99 1.01
Cultura
Ambos
61.75 38.25
97.27 2.73
FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas, id.
Cuadro 3 Ejecución Presupuestaria del Estado por Objeto del Gasto Año 2000 Objeto del gasto Servicios personales Servicios no personales Materiales y suministros Propiedad, planta, equipo, intangibles Transferencias corrientes Transferencias de capital Asignaciones globales FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas, id
10
Educación
Cultura
Ambos
63.71 2.55 9.18 0.44
49.32 11.34 6.45 6.28
63.05 2.96 9.05 0.71
23.18 0.75 0.18
7.84 18.69 0.07
22.47 1.57 0.18
En cuanto al origen de los recursos es de notar, ante todo, el hecho de que la educación es sujeto de crédito (seguramente por la vía del financiamiento internacional) en tanto que las áreas culturales deben depender más de las donaciones (la cooperación técnica no reembolsable de la comunidad internacional). El presupuesto público destinado a educación y cultura, sin embargo, no se agota en los dos ministerios específicos. Como se ve en el Cuadro 5, del total del presupuesto del año 2000, 44% fue destinado a los servicios sociales del Estado, con los componentes de educación y cultura representando el 18%. La diferencia de estos montos con respecto a los presupuestos específicos de ambos ministerios se explica, parcialmente, en algunos rubros del Cuadro 6. Este presenta algunos renglones seleccionados del presupuesto que reflejan el tipo de consumo de bienes y servicios educativos y culturales, que se opera en todas las dependencias del Estado, así como el monto y destino de las transferencias, incluyendo sobre todo la transferencia a la universidad nacional. Por supuesto, para fines de este documento, la magnitud de estos gastos cobra sentido en la medida en que se compara con los gastos procedentes de fuentes ajenas al sector público. Como se ha indicado al inicio, se percibe que en general la participación privada en estos campos es limitada y está restringida a ciertos segmentos o actores sociales y, además, es difícil de cuantificar. Los datos analizados en las siguientes secciones pretenden, mediante aproximaciones indirectas, incursionar en este cotejo cuantitativo.
Cuadro 4 Ejecución Presupuestaria del Estado por Fuente de Financiamiento Año 2000
Año 2000
Fuente de Financiamiento Educación Total Ingresos corrientes Ingresos tributarios Ingresos ordinarios Otros recursos Ingresos propios Colocaciones Préstamos Donaciones
100.00 87.73 6.99 2.02
0.26 1.73 1.27
Cultura
Ambos
100.00 100.00 42.41 85.64 6.67 33.94 3.49 2.19 0.10 4.13 0.19 16.28 1.00 1.65 1.04 1.26
FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas, id.
Cuadro 5 Ejecución presupuestaria del Estado por función/finalidad Año 2000 Función
Cuadro 6 Ejecución presupuestaria del Estado: algunos renglones de interés
Q
%
Total 19,801,161,199.47 100.00 Administración 3,142,336,833.09 15.87 Defensa y seguridad 2,177,842,890.03 11.00 Servicios sociales 8,733,593,416.64 44.11 Subtotal educación y cultura 3,622,318,795.11 18.29 Educación 3,365,022,308.39 16.99 Cultura 257,296,486.72 1.30 Servicios económicos 3,224,076,233.51 16.28 Deuda 1,830,925,666.13 9.25 Otros 692,386,163.07 3.50
Tipo de gasto Gastos de funcionamiento Libros, revistas y periódicos Textos de enseñanza Utiles educacionales y culturales Utiles deportivos y recreativos Libros, revistas y otros elementos coleccionables Obras de arte Becas de estudio en el interior Becas de estudio en el exterior Transferencias al sector privado A instituciones de enseñanza A instituciones científicas y tecnológicas A instituciones religiosas Transferencias a la USAC Transferencias al deporte Transferencias para alfabetización Gastos de inversión Mantenimiento y reparación de equipos educacionales y recreativos Libros, revistas y periódicos Utiles educacionales y culturales Utiles deportivos y recreativos Equipo educacional, cultural y recreativo
Q 5,274,250.04 28,478,237.38 16,693,095.87 7,948,541.37 22,076.64 92,572.08 32,475,278.57 14,729,904.69
47,285,025.64 2,465,950.00 28,000.00 396,609,115.00 115,320,806.00 44,591,286.00
0.00 3,710.75 1,207.50 65.00 1,061,202.65
FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas, id.
FUENTE: Ministerio de Finanzas Públicas, id.
2.2 Prestación de servicios educativos La Constitución Política obliga al Gobierno a proporcionar generalizada y gratuitamente la educación de nivel primario. Históricamente, sin embargo, la prestación de servicios educativos por parte del sector pú-
blico ha cubierto todos los niveles educativos, de conformidad con modalidades que han variado según las corrientes pedagógicas. La prevalencia histórica de la educación pública no ha significado la ausencia de la acción privada, pero su emergencia y cobertura se ha extendido con relativa lentitud a lo lar-
11
go del siglo pasado. La emergencia de la participación privada ha sido escalonada y ha entrado gradualmente en el ciclo primario, cada vez más en el secundario y en las últimas décadas en el nivel de la educación superior. El anterior comportamiento ha respondido tanto a la evolución de las premisas teóricas sobre la función del Estado, como a condicionantes más sutiles que pueden asociarse a la noción de capital simbólico de Bourdieu: esto es, el hecho de que, gradualmente, conforme la sociedad se moviliza y la población crece y se distribuye heterogéneamente sobre el eje socioeconómico, la educación pública se constituye menos en recurso de movilidad y aporta menos al capital simbólico (status, prestigio, interpretación de códigos específicos). En principio, los datos que se comentan a continuación sólo hacen referencia a la proporción demográfica e institucional de los ámbitos público y privado en la educación. Aunque los costos del primero corresponden a la inversión del Estado en su presupuesto de educación, los del segundo sólo pueden ser considerados cuantitativamente combinando la información sobre el consumo familiar en bienes y servicios educativos y culturales, que se tratará adelante, y los datos sobre educación superior. En breve:
12
•
El Estado destina al Ministerio de Educación un presupuesto del orden de Q2,500 millones para atender una población de 2 millones de estudiantes (Q 1,250 /estudiante);
•
La universidad nacional destina cerca de Q400 millones para atender una población estudiantil de unos 100 mil estudiantes (aproximadamente Q4,000/estudiante); y
•
Las familias dedican Q1,400 millones al año para atender los gastos escolares (matriculas y colegiaturas) de: a) 600 mil estudiantes de preprimaria, primaria y secundaria (Q900 millones equivalentes a Q 1,500/estudiante); y b) 60 mil estudiantes universitarios (Q 500 millones, equivalentes a Q 8,300/estudiante).
Estos son datos meramente estimativos. No incluyen otras posibilidades de actividad educativa (sobre todo, para el trabajo) y están basados en estimaciones preliminares y en datos de distintas fuentes, pero son indicativas tanto de órdenes de magnitud como de las proporciones de participación en el segmento más importante del capital cultural: la educación.
2.2.1 Servicios educativos hasta secundaria El panorama de los servicios educativos de preprimaria, primaria y secundaria a nivel nacional se basa en las inscripciones iniciales registradas para el año 2001 (Cuadro 7). Los datos no consideran los índices de deserción y repitencia, pero reflejan la demanda inicial de los servicios educativos disponibles. La población estudiantil total de ese año sumó 2.8 millones de personas (más de una cuarta parte de la población del país). Las cifras agregadas no muestran diferencias significativas en la proporción hombres/mujeres, aunque esto varía conforme se evoluciona del nivel primario al diversificado, en detrimento de la proporción de mujeres. Los datos también indican una mayor captación de estudiantes en el área rural que en el área urbana, que está condicionada por el nivel primario, pero que se invierte radicalmente en la secundaria, en una proporción de casi 1 a 2 en el ciclo básico, y de 1 a 25 en el ciclo diversificado. La comparación con los datos de establecimientos por sector y área. Los datos registran un total de 33,501 establecimientos educativos en todo el país, pero la cifra debe ser vista con cautela por lo menos para el sector público, en la medida en que la noción de es-
Cuadro 7 Sistema educativo nacional Inscripciones iniciales por nivel y sector, según sexo y área urbano-rural Número de estudiantes inscritos Año 2000 Nivel/Sector
Total Hombres
Total Total Sector oficial Sector privado Municipalidades
Mujeres
Total
Area Urbana Hombres Mujeres
Area Rural Hombres Mujeres
Total
2,792,447 1,477,667 1,314,780 1,234,627
642,070
592,557 1,557,820 835,597 722,223
2,096,056 1,112,067 608,461
314,867
983,989
645,615
336,683
308,932 1,450,441 775,384 675,057
293,594
534,079
273,770
260,309
74,382
41,097
33,285
5,126
2,886
2,240
1,976
1,187
789
3,150
1,699
1,451
82,804
47,847
34,957
52,957
30,430
22,527
29,847
17,417
12,430
93,825
49,049
44,776
7,700
4,018
3,682
86,125
45,031
41,094
90,723
47,441
43,282
6,432
3,391
3,041
84,291
44,050
40,241
3,029
1,568
1,461
1,236
610
626
1,793
958
835
73
40
33
32
17
15
41
23
18
258,000
129,824
128,176
131,109
65,918
65,191
126,891
63,906
62,985
191,342
96,218
95,124
70,827
35,521
35,306
120,515
60,697
59,818
65,955
33,238
32,717
59,914
30,202
29,712
6,041
3,036
3,005
703
368
335
368
195
173
335
173
162
1,909,389 1,015,881
893,508
635,527
330,480
305,047 1,273,862 685,401 588,461
1,661,457
886,470
774,987
438,332
228,431
209,901 1,223,125 658,039 565,086
245,189
127,954
117,235
197,007
101,961
95,046
48,182
25,993
22,189
2,743
1,457
1,286
188
88
100
2,555
1,369
1,186
27,349
15,111
12,238
26,147
14,358
11,789
1,202
753
449
Sector oficial
15,728
9,710
6,018
15,130
9,358
5,772
598
352
246
Sector privado
10,979
4,936
6,043
10,495
4,616
5,879
484
320
164
642
465
177
522
384
138
120
81
39
343,033
186,828
156,205
279,500
150,146
129,354
63,533
36,682
26,851
Sector oficial
100,770
54,615
46,155
80,169
42,966
37,203
20,601
11,649
8,952
Sector privado
161,852
85,598
76,254
148,658
77,910
70,748
13,194
7,688
5,506
455
217
238
356
164
192
99
53
46
79,956
46,398
33,558
50,317
29,106
21,211
29,639
17,292
12,347
160,851
80,974
79,877
154,644
77,150
77,494
6,207
3,824
2,383
Cooperativas Preprimaria bilingüe Sector oficial Sector privado Municipalidades Párvulos Sector oficial Sector privado Municipalidades Primaria Sector oficial Sector privado Municipalidades Primaria de adultos
Municipalidades Básico
Municipalidades Cooperativas Diversificado Sector oficial Sector privado Municipalidades Cooperativas
36,036
17,613
18,423
34,725
17,016
17,709
1,311
597
714
121,457
61,573
59,884
116,769
58,471
58,298
4,688
3,102
1,586
510
339
171
510
339
171
0
2,848
1,449
1,399
2,640
1,324
1,316
208
125
83
FUENTE: Ministerio de Educación: Anuario Estadístico de Educación (versión digital).
13
5
tablecimiento no es idéntica con unidades físicas. Aún aceptando esta unidad virtual, es obvia la desproporción entre establecimientos de nivel primario (18,005) y secundario (4,801). Hay, además, una relación inversa entre área rural y nivel académico, consecuencia lógica de la necesidad de concentración de recursos en los estratos de menor concurrencia de población. Para los propósitos de este trabajo, los datos del Cuadro 9 y la Gráfica 1 son los más indicativos de la distribución de responsabilidades en la prestación de servicios educativos. Del total de alumnos inscritos inicialmente en todo el sistema educativo formal (salvo el nivel superior), el 75% es atendido por establecimientos del sector público, el 22% por establecimientos del sector privado y el 3% restante por institutos
cooperativos (de nivel medio: proyectos no lucrativos que involucran al municipio, los padres de familia y el Ministerio) y escuelas municipales. La proporción es marcadamente diferente según el nivel: en el nivel primario, el sector privado capta sólo el 13% de la población, pero en el ciclo básico la 6 cifra aumenta al 47% y en el diversificado al 75%. En términos absolutos, sin embargo, lo que resulta obvio es que la población del nivel primario atendida por el sector público no tiende a pasar al nivel secundario y que, muy probablemente, la población que concluye su formación secundaria en establecimientos privados ha transitado su vida escolar, preferentemente, en ese sector.
Cuadro 8 Número de establecimientos educativos por nivel, sector y área Año 2000 Sector/Area Total Urbano Rural Oficial Urbano Rural Privado Urbano Rural Municipalidades Urbano Rural Cooperativas Urbano Rural
Total
Preprimaria
33,501 10,049 23,452 24,339 3,088 21,251 8,432 6,623 1,809 110 21 89 620 317 303
3,321 148 3,173 3,089 109 2,980 228 38 190 4 1 3 0
Nivel Párvulos Primaria Prim. Adultos Básico Diversificado 7,103 2,598 4,505 5,321 1,039 4,282 1,768 1,556 212 14 3 11 0
18,005 3,230 14,775 14,993 1,438 13,555 2,940 1,790 1,150 72 2 70 0
271 241 30 137 124 13 124 109 15 7 5 2 3 3
3,213 2,316 897 653 237 416 1,972 1,793 179 7 4 3 581 282 299
1,588 1,516 72 146 141 5 1,400 1,337 63 6 6 36 32 4
FUENTE: Ministerio de Educación, id.
5 Un edificio escolar puede albergar más de un establecimiento, asignándosele distintos horarios a cada uno de éstos y un mismo estabalecimiento puede estar registrado varias veces, debido a que ha ampliado su cobertura. 6 Según datos de la Unesco para 1996, el sector privado captaba, en el nivel primario, 5% en Costa Rica, 20% en Argentina, 42% en Chile, 12% en Perú; en el nivel secundario, 11% en Costa Rica, 45% en Chile, 16% en Perú.
14
Cuadro 9 Distribución de la población inscrita por nivel y según sector Número de estudiantes inscritos inicialmente Año 2000 Sector
Nivel Total
Total 2,765,098 Sector oficial 2,080,328 Sector privado 597,482 Municipalidades 4,484 Cooperativas 82,804
Preprimaria
Párvulos
Primaria
Básico
Diversificado
93,825 90,723 3,029 73
258,000 191,342 65,955 703
1,909,389 1,661,457 245,189 2,743
343,033 100,770 161,852 455 79,956
160,851 36,036 121,457 510 2,848
FUENTE: Ministerio de Educación, id.
La prestación de servicios educativos públicos complementa la educación formal con una serie de programas como los que se dirigen al nivel preprimario y 7 los institutos cooperativos mencionados. Uno de ellos, el Programa Nacional de Autogestión para el Desarrollo Educativo (PRONADE), empezó a ejecutarse
en1993, con el propósito de trasladar a la comunidad la responsabilidad del proceso educativo en el nivel primario. El mecanismo comprendió la constitución de Comités Educativos (COEDUCAs) para administrar las escuelas, incluyendo la selección del per-
Gráfica 1 Distribución de estudiantes por nivel según sector: 2000
7 Una descripción de todos estos programas y la estructura del Ministerio de Educación se encuentran en su sitio: http://www.mineduc.gob.gt
15
el sistema, incluyendo los sectores público y privado, no alcanza a cubrir la cuarta parte de la demanda para el ciclo básico y apenas cubre el 15% en el ciclo diversificado.
Cuadro 10 Tasas Netas de Escolaridad por Nivel y Sexo Año 2000 Nivel
Total
Preprimaria y Párvulos Primaria Básico Diversificado
37.42 84.30 24.03 15.03
Hombres
Mujeres
37.48 86.44 24.66 14.26
37.47 82.07 23.38 15.82
2.2.2 Servicios de educación superior
A partir de 1996, el Ministerio de Educación también contrató instituciones no gubernamentales o Instituciones de Servicios Educativos (ISEs) para dar asistencia técnica y capacitación a los COEDUCAs. La cobertura del programa para el año 2000 tuvo impacto preferencial sobre los departamentos con mayor concentración indígena y en el nivel primario.
Los primeros esfuerzos por establecer opciones privadas de enseñanza superior datan de la década de los sesenta, y están asociados, por lo menos indirectamente, al clima de reformas mundiales en la educación superior que significaron, también a fines de esa década, la reestructuración de la universidad nacional. Con todo, la inflexión en las tendencias demográficas a favor de las universidades privadas se dio notablemente en los ochenta, como consecuencia, entre otras cosas, del contexto político. En ese período hubo, en efecto, una deserción significativa de la universidad nacional y una reducción de su tasa de crecimiento, que se recuperó parcialmente en los años siguientes.
En términos de eficiencia, el sistema de educación formal cubre, como se ve en el Cuadro 10, un 84% de la población en edad para el nivel primario; los otros indicadores son menos satisfactorios ya que todo
En la actualidad, la universidad nacional sigue siendo la más poblada, captando casi dos terceras partes de la población universitaria, por lo menos en términos de inscripciones iniciales (Cuadro 11). En el año
FUENTE: Ministerio de Educación, id.
sonal docente, para lo cual se les otorgó recursos públicos .
Cuadro 11 Distribución de Estudiantes por principales universidades Año 2001 Universidad
Población inscrita inicialmente en el primer semestre Total Ciudad Centros regionales
Total Universidad de San Carlos de Guatemala Total principales privadas Universidad Mariano Gálvez Universidad Rafael Landívar Universidad Francisco Marroquín Universidad del Valle de Guatemala FUENTE: Datos proporcionados directamente por las universidades al autor.
16
165,457 106,831 58,626 23,742 21,703 10,385 2,796
128,950 81,181 47,769 23,742 12,115 9,116 2,796
36,607 25,650 10,957 9,688 1,269
Cuadro 12 Estimación de ingresos de las principales universidades por matricula y colegiatura (salvo USAC) Año 2001 Universidad
Ingreso total anual millones de Q
Ingreso anual por estudiante Q/año
Total Universidad de San Carlos de Guatemala* Total principales privadas Universidad Mariano Gálvez Universidad Rafael Landívar Universidad Francisco Marroquín Universidad del Valle de Guatemala
902 406 496 83 105 288 20
5,452 3,797 8,460 3,530 4,824 27,751 7,125
* Incluye transferencia del gobierno FUENTE : Estimación del autor en base a estadísticas de población y tarifas vigentes proporcionadas directamente por las universidades.
2001, la Universidad de San Carlos de Guatemala registró un total de 106,831 inscritos entre nuevos ingresos y reingresos, en tanto que las principales uni8 versidades privadas sumaron 58,626. El 29% de esta población está registrada en los centros o sedes regionales.
Las condiciones de financiamiento de la universidad nacional, como ya se ha indicado, corresponden por ley a una transferencia directa del presupuesto de gastos de la nación que en 2000 sumó casi Q 400 millones. Sus ingresos directos provienen de una cuota simbólica de Q 85 anuales por estudiante y de la
Gráfica 2 Concentración de gasto en enseñanza superios
8 Los datos no están depurados y no se deducen de ellos fenómenos como el efecto de la deserción y ausentismo crónicos. Tampoco se incluyen datos de universidades privadas de reciente formación.
17
prestación de algunos servicios (como análisis de laboratorio). Las cifras sobre las situación financiera de las universidades privadas no han estado a nuestra disposición, pero un intento de estimar los ingresos por tarifas estudiantiles (tarifas medias vs. población o promedios ponderados para cada facultad) es el insumo del Cuadro 12. Para las universidades privadas se trata de ingresos mínimos y en todos los casos las cifras deben considerarse conservadoramente bajas, pero la especulación es muy provocativa. Así de un total de aproximadamente Q 900 millones que ingresan a las universidades, por lo menos Q 500 millones provienen de los ingresos familiares por concepto de matrículas y colegiaturas. Los costos medios por estudiante, sin embargo, son sumamente contrastantes: la universidad nacional tendría, considerando la transferencia del presupuesto nacional, un ingreso por estudiante de Q 5,452, mientras que la
Universidad Francisco Marroquín podría estar ingresando Q 27,751 anuales por estudiante. El resultado de esta dispersión (descontando el subsidio a la USAC) es una distribución como la que se indica en la Gráfica 2, la cual muestra que el 65% de la población estudiantil estaría invirtiendo únicamente Q 85 al año en el servicio de educación superior y el 6.2% estaría invirtiendo Q 27,751 anuales. En términos de deciles, el 10% más bajo de la población universitaria contribuye el 0.31% de los gastos personales (o familiares) en educación superior, mientras que el 10% más alto contribuye con el 33%.
2.2.3 Educación para el trabajo o capital humano La manifestación institucionalizada del esfuerzo del sector privado por la formación de capital humano
Cuadro 13 Acciones de Capacitación de INTECAP en 1999 Eventos
Participantes
Horas
Personas equivalentes de tiempo completo
Por sector Primario Secundario Terciario
8,543 1,115 2,816 4,612
141,806 17,534 44,858 79,414
575,332 72,422 281,486 221,424
360 45 176 138
4.0 0.5 1.3 2.2
Por nivel Ejecutivo Medio Operativo
8,543 289 4,091 4,163
141,806 6,370 71,932 63,504
575,332 2,250 127,781 445,301
360 1 80 278
4.0 0.2 2.0 1.8
Por tipo de formación Aprendizaje Habilitación Complementación Carrera técnica corta
8,543 274 2,284 5,966 19
141,806 4,015 33,858 103,537 396
575,332 153,006 209,503 207,544 5,279
360 96 131 130 3
4.0 0.1 1.0 2.9 0.0
FUENTE: INTECAP: información y material divulgagitivo proporcionado directamente al autor.
18
%PEA (mayores de 15 años)
(mano de obra calificada) es el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (INTECAP) una instancia creada en 1972 y capitalizada con una contribución del 1% de las planillas de las empresas y establecimientos afiliados al seguro social, de modo que tienen acceso a los servicios de capacitación, en principio, todos los miembros de la población económicamente activa. En la práctica, del total de 141,806 personas capacitadas en 1999, el 63% correspondía a población ocupada y el resto a población que se iniciaba en la actividad laboral (Cuadro 15). Las modalidades del instituto incluyen programas de aprendizaje dirigidos a población entre 15 y 20 años sin educación media, que cubren el 3% de la población servida en 1999. El espectro de disciplinas atendidas es sumamente amplio y abarca los tres sectores de la economía (13% del sector agrícola, 32% del sector industrial y 55% del sector servicios), distintos niveles operativos (4% ejecutivos, 51% cuadros medios y 45% operarios) y varias modalidades de atención: de aprendizaje, ya citada, para personas entre 15 y 20 años, que incluye programas de 1 a 3 años de duración; de habilitación, dirigida a personas que se inician en el mercado de trabajo, con cursos de 1 a 6 meses de duración; de complementación, dirigida a trabajadores en servicio, con cursos de menos de 6 meses para los tres niveles indicados; y las carreras técnicas cortas, que se orientan a cuadros medios y ejecutivos y que tienen una duración de 1 año. En la actualidad el INTECAP tiene una red de establecimientos que da cobertura a todas las regiones del país mediante diversos centros de capacitación: 13 en la región central (además de dos centros vocacionales colaboradores); 6 en el sur, 7 en el occidente, 6 en el oriente y 4 en el norte.
A fin de tener una mejor perspectiva del alcance de estos datos se han agregado dos columnas. La primera representa el equivalente de esta carga horaria total en términos de jornadas equivalentes de tiempo completo (asumiendo 40 horas semanales) para años lectivos de 10 meses; el resultado es una cifra que indica cuantas personas trabajando a tiempo completo por un año ocuparían esa carga horaria. Este dato tentativo indica que el volumen de tiempo dedicado a capacitación por estos mecanismos corresponde conservadoramente a 360 personas de tiempo completo. La segunda columna presenta la razón del número bruto de participantes con respecto a la población económicamente activa de ese año, lo que indica que el INTECAP atendió un 4% de la población económicamente activa del país. Es válido asumir que la inversión canalizada a través del INTECAP no corresponde a todo el esfuerzo que pueda realizar el sector productivo para el desarrollo de su capital humano, sea a nivel intraempresarial por medio de asociaciones gremiales o mediante la contratación de servicios de capacitación para sus empleados. El volumen de actividad extra-empresa se hace obvio en la difusión de eventos promocionados en los medios de comunicación pero no parece existir ningún esfuerzo de sistematización de estas actividades ni se ha explorado el porcentaje de presupuesto privado asignado a las mismas. Una situación similar se da en las actividades de capacitación intrafirma de empresas transnacionales ubicadas en el país que invierten cifras significativas en la capacitación y entrenamiento de mandos medios y altos en las matrices. Finalmente, hay un flujo de recursos y esfuerzos provenientes de proyectos de cooperación de organismos internacionales de diferente tipo, cuyo monto e importancia tampoco ha sido evaluado.
El volumen de actividades realizadas por el INTECAP en 1999 se resume en el Cuadro 13. Como se ve, la población atendida durante ese período fue de más de 140,000 personas, distribuidas en 8,543 eventos de capacitación que acumulan un total de 575,332 horas de capacitación.
19
2.2.4 Aportes del sector filantrópico En los últimos años, la estrategia de proyección social del sector empresarial se ha ampliado significativamente en cobertura y grado de institucionalización. La naturaleza jurídica de las organizaciones no lucrativas plantea, sin embargo, problemas de identificación, puesto que bajo la designación de asociaciones civiles y de fundaciones se acogen entidades de muy distintas características y propósitos. La mayoría de fundaciones está afiliada al Consejo de Fundaciones Privadas de Guatemala, que representan la acción social de algunos de los sectores económicos más influyentes del país (producción de cerveza, licores y cemento; producción y exportación de azúcar y café; banca; supermercados, etc.). Estas entidades realizan acciones específicas en las áreas de educación y cultura. Las asignaciones financieras destinadas a estos fines no están en general disponibles para todos los casos, pero en términos cualitativos manifiestan una cobertura muy amplia tanto en términos geográficos como de valor real de sus contribuciones. Además de las organizaciones sociales del sector productivo, existe una gran cantidad de entidades de todo tipo involucradas de alguna forma en los aspectos educativos y culturales del desarrollo humano en todo el país. Una investigación en este sentido tendría que ser exhaustiva, en la medida en que la naturaleza de las organizaciones no se hace evidente fácilmente y es 9 muy extensa, a juzgar por su evidente proliferación.
9
20
2.3 Producción de las actividades culturales 2.3.1 Actividad cultural del sector público Las instituciones del sector público reunidas en el Ministerio de Cultura y Deportes constituyen la estructura institucional más amplia y diversa que cubre en la actualidad gran parte de los espacios destinados a la creación y educación artísticas, así como a la prestación de servicios culturales que, como se ha indicado, se siguen considerando funciones propias del Estado. La noción de que el Estado es el patrón de las artes, se tradujo históricamente en la creación de grupos artísticos enfocados a las artes escénicas e interpretativas, con la excepción del teatro. La base de las instituciones de educación artística y de los principales grupos nacionales en música y danza deriva de un arraigo de estas disciplinas en determinados sectores de la sociedad urbana guatemalteca que se extiende hasta décadas recientes. Por ahora están inscritas seis entidades artísticas en el Ministerio de Cultura y Deportes, de las cuales tres (orquesta, ballet, coro) se designan como nacionales, dos corresponden a manifestaciones de cultura nacional (ballet folclórico y marimba de concierto) y una se proyecta a un público específico (orquesta juvenil). Los cuerpos artísticos nacionales (en su mayoría designados ya bajo la figura jurídica de “patrimonios nacionales”) reúnen a cerca de 223 artistas realizando una cantidad significativa de actividades. Una aproximación muy estimativa indicaría entre 100 y 150 presentaciones públicas, muchas de ellas en la ciudad capital pero también en el interior del país, en un porcentaje variable, dependiendo del tipo de grupo. En este caso, las variables independientes son las características propias del grupo, sobre todo el nú-
Por ejemplo, investigaciones prelimiares realizadas por AVANCSO en el tema de campesinado en Huehuetenango revelaron que, sólo en este departamento, no menos de 22 organizaciones estaban activas en un momento dado en actividades de enseñanza y formación. (Comunicación personal del Dr. Gustavo Palma Murga).
mero de integrantes y los requerimientos técnicos para su presentación. Más aún, debido a las limitaciones presupuestarias, los grupos no pueden financiar sus actividades en el interior del país, por lo que las giras tienden a ser financiadas por las comunidades en las que se presentan. Por otro lado, la práctica de las temporadas estudiantiles se ha generalizado, con lo que los grupos pueden presentarse un mayor número de veces ante un auditorio de mayor escala, aprovechando horarios en que los escasos espacios disponibles para este tipo de presentaciones no están ocupados para otros fines. Los grupos, sobre todo los de rasgos más nacionalistas, suelen ser requeridos en eventos oficiales del Gobierno y de sus dependencias, pero también en actividades privadas, académicas y empresariales. A nivel presupuestario, la mayor parte de las previsiones gubernamentales cubren los servicios personales en plazas permanentes, con variables presupuestos de funcionamiento que compensan la falta de plazas, pero que no permiten una actividad expansiva en términos de creatividad y superación. Las escuelas de arte constituyen el segundo grupo de interés en las actividades del Estado como productor de cultura. Surgidas como apoyo a los grupos artísticos, han atravesado, igual que éstos, etapas de gran contracción en términos de operación y presupuesto. De la misma manera que con algunos grupos artísticos, la política institucional de años anteriores ha combinado falta de recursos con algún grado de desincorporación de las escuelas, permitiéndoles captar directamente los ingresos provenientes de las colegiaturas. Este ingreso corresponde en la actualidad a un pago anual de Q 250.00 por alumno, lo que permite cubrir algunos costos de funcionamiento. El presupuesto oficial para todas las escuelas es de poco más de Q 2.5 millones para el actual período, lo que cubre un total de 17 establecimientos donde operan 129 docentes. La población estudiantil total es de alrededor de un millar de estudiantes.
Además de las actividades de creación y educación artística, el Estado vela por la protección del patrimonio cultural a través del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH), que también administra directamente un centro de artesanías (concebido originalmente para la capacitación de artesanos a nivel latinoamericano) y el parque nacional Tikal. El IDAEH cuenta con el presupuesto individual más importante del sector. Los museos nacionales, que tradicionalmente eran administrados directamente por el Estado, también han sido objeto de una política creciente de desincorporación, estimulando la creación de joint ventures con fundaciones creadas ad hoc o con iniciativas del sector privado para su coadministración. Como en el caso de los grupos artísticos y las escuelas, se ha facultado a algunos de ellos a generar fondos privativos y captar sus propios ingresos por la venta de sus servicios. También forma parte de esta estructura el patrimonio bibliográfico representado en la Biblioteca Nacional, la Hemeroteca Nacional y el Archivo General de Centroamérica. El Estado continúa actuando como productor cultural en otro tipo de servicios. El Ministerio cuenta con una Editorial Cultura, que en el ejercicio 1999 publicó 21 libros, y con una radio cultural, especializada en música clásica, cuyo equipamiento y cobertura se han modernizado recientemente. Las instalaciones del Centro Cultural Miguel Angel Asturias comprenden tres espacios escénicos: un Gran Teatro, con más de 2000 butacas; un teatro de cámara, con más de 300 butacas; y un teatro al aire libre. Adicionalmente, el Teatro de Bellas Artes suma 777 butacas. En ausencia de grupos residentes, estas instalaciones, concentradas en el centro de la ciudad, se otorgan en alquiler bajo distintos regímenes tarifarios. Algunos de estos espacios se mantienen en ocupación constante el fin de semana y durante la semana se ocupan sobre todo en temporadas escolares. La carencia de espacios y sus costos de ocupación, así como su concentración en el centro de la ciudad, son las dos principales limitaciones para la expansión artística,
21
tanto en términos de los grupos nacionales como de las iniciativas privadas y particulares. Un fondo autónomo, el Aporte para la Descentralización de la Cultura, ADESCA, fue creado en 1996, pero sus actividades entraron en suspenso en 2001 por falta de recursos, lo que forzó a la búsqueda de apoyo privado por la vía de la Fundación Soros.. El ADESCA fue una idea innovadora; concebida como una entidad descentralizada, fue creada con el objeto de complementar la acción del Estado en materia de políticas culturales y para apoyar las manifestaciones culturales mediante un fondo específico. El ADESCA financió en 1999 proyectos por un monto de casi Q 4 millones, de los cuales el 85% correspondieron a 58 proyectos del interior del país y el resto a
Cuadro 14 CASAS DE LA CULTURA Departamento Guatemala El Progreso Sacatepéquez Chimaltenango Escuintla Santa Rosa Sololá Totonicapán Quetzaltenango Suchitepéquez Retalhuleu San Marcos Huhuetenango El Quiché Baja Verapaz Alta Verapaz Petén Izabal Zacapa Chiquimula Jalapa Jutiapa
Asociadas
No Asociadas
14 2 7 7 10 7 3 4 6 7 3 10 6 5 3 5 4 2 4 6 4 7
1 2 1 1 2 1 6 1 1 -
FUENTE: Asociación Guatemalteca de Casas de la Cultura.
22
11 proyectos del área metropolitana. En términos de disciplinas, la mayor cantidad de recursos se destinó a proyectos musicales (Q 1 millón) y a la preservación del patrimonio cultural (Q 1 millón).
2.3.2 Actividad cultural comunitaria En general, es válido hablar de una concentración del sector público cultural en el área metropolitana del país, en función de una serie de variables que incluyen la inercia institucional y la limitación de recursos para una mayor proyección. En consecuencia, las iniciativas locales cobran mayor relevancia. El mecanismo más representativo de la participación comunitaria en la vida cultural son las casas de la cultura, instituciones locales ubicadas en prácticamente todas las cabeceras departamentales y en muchas ciudades y poblaciones del interior. Las casas de la cultura se reúnen en una Asociación que ha realizado a la fecha quince encuentros a nivel nacional. Su propósitos son gestionar financiamiento y capacitación, identificar las necesidades de las casas miembro y apoyarse mutuamente. La Asociación tiene inscritas 154 casas en la mitad de municipios del país, pero únicamente 84 están activas o trabajan todo el año (Cuadro 14). Las demás sólo abren para fiestas patronales y eventos especiales. El promedio de personas laborando en las casas de la cultura es de 10, lo que suma más de 800 personas. Las casas de la cultura de Quetzaltenango, Totonicapán y Mazatenango operan por completo dentro del presupuesto de sus municipalidades. En algunos casos, como en Salcajá, sólo se presupuesta al presidente (las casas están administradas por un comité). Esto ha significado, en algunos casos, la politización de la institución, lo que se pretende evitar en la actualidad mediante un proyecto de ley de casas de la cultura, que está en negociación. Las casas de la cultura funcionan de formas particulares , articulándose, entre otras instancias, con las municipalidades y con las escuelas regionales del Minis-
terio de Cultura y Deportes. La figura del promotor cultural público está estrechamente vinculado a la consolidación de estas estructuras institucionales.
2.3.3 Actividad cultural del sector privado La actividad del sector privado en el campo cultural comprende tanto actividades sin fines de lucro como actividades que se clasifican como productivas, independientemente de que sus productos sean bienes o servicios culturales. En el primer caso, es necesario distinguir las entidades que promueven la cultura de aquéllas que, aún sin perseguir utilidades, constituyen o conllevan producción de obras artísticas. En este sentido, las actividades culturales del sector privado se pueden clasificar en tres categorías: a) promoción cultural; b) producción de eventos culturales; c) producción de bienes y prestación de servicios culturales. a. Promoción cultural La actividad privada destinada al desarrollo cultural se concentra en entidades bajo la figura de fundaciones, vinculadas a empresas y corporaciones con fines productivos. Como se ha dicho arriba, existe una gran dificultad en cuantificar las aportaciones de estas entidades y son pocas las que realizan actividades regulares. Las fundaciones dedicadas exclusivamente al sector cultural que han tenido impacto y continuidad son pocas, aunque en general la mayoría realiza actividades de carácter sociocultural. Entre las que tienen mayor énfasis en lo cultural, se encuentran la Fundación Paiz para la Educación y la Cultura, cuyo Programa Permanente de Cultura realiza, entre otros, dos eventos anuales alternos de gran escala: la Bienal de
Arte Paiz y el Festival Internacional de Cultura de 10 Antigua Guatemala . La Fundación G & T realiza actividades relacionadas con la preservación y difusión del patrimonio cultural, fundamentalmente la plástica, las publicaciones y las manifestaciones artísticas. Por su parte, la Fundación Carlos F. Novella también dedica esfuerzos a la publicación, la promoción literaria y la preservación del patrimonio nacional. No obstante esta somera enumeración, es sumamente difícil, sin una investigación de campo detallada, establecer el aporte cuantitativo que representan estas actividades dentro de los recursos disponibles para el desarrollo de actividades culturales. b. Producción de eventos culturales Las entidades que producen actividades culturales, sea sin más propósito que presentar la actividad, sea para fines benéficos, incluyen fundaciones y asociaciones vinculadas a la música clásica. En particular, se puede mencionar la Fundación para las Artes Francisco Marroquín, que cuenta con un auditorio en la Universidad homónima y desarrolla un programa anual de conciertos con artistas internacionales. También hay otras con propósitos definidos, como la Fundación para la Cultura y el Desarrollo, cuyo objetivo central fue la redacción y publicación de la Historia General de Guatemala, y asociaciones de beneficencia, como las subastas Juannio y la del Club Rotario, que se realizan anualmente. Todas constituyen vehículos de actividades culturales y artísticas, concentrados en el área urbana y tienen una audiencia en los estratos sociales más altos (por los costos de ingreso a los eventos), aunque en algunos casos hacen esfuerzos por llegar a niveles populares.
10 Un caso particular de traslación tácita de funciones del sector público al privado. El Festival operó durante muchos años bajo los auspicios de la Dirección de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación. Fue suspendido durante los años más álgidos de la guerra. A fines de los ochenta la Fundación Paiz lanzó su proyecto de festival y realizó el primero en Antigua, con la idea de repetirlo en diferentes ciudades del país. Diversas situaciones y, probablmente, condiciones de acceso e infraestructura condujeron a que el Festival se repitiera en Antigua y, eventualmente, a que se estableciera en esa ciudad, ocupando, a título de iniciativa privada, el nicho histórico del anterior festival público. Aunque este tipo de fenómenos no ha sido estudiado, no es aventurada la hipótesis de que la nostalgia juega un papel importante en la reinvención de estas “fuentes” de prestigio y movilidad social...
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c. Producción de bienes y prestación de servicios culturales La cuantificación global de las dimensiones económicas de las actividades culturales (la producción bruta sectorial) no es posible a partir de la información disponible a la fecha. Alguna idea de su extensión cualitativa se obtiene al considerar al menos algunos indicadores colaterales. En cuanto a la producción de bienes, se pueden considerar el volumen de la actividad editorial local y las instancias de comercialización de las artes plásticas (no se han obtenido datos de la producción audiovisual). La producción editorial ha dado un gran salto cualitativo, no sólo en el volumen de la actividad sino en su creciente formalización y profesionalización, así como en el registro mismo de los datos. La Agencia Guatemalteca del ISBN registra 63 editoriales y editores activos en el país, y un volumen de publicaciones registradas que asciende a 356 títulos en un lapso de 18 meses, con una producción de casi un millón de ejemplares. Por su parte, F&G Editores ha recolectado en el período 1999 la información de 120 publicaciones adicionales no registradas, de modo que una estimación preliminar global sería la siguiente:
Cuantificar la creación y, sobre todo, el valor de mercado de la actividad plástica es sumamente difícil, pero es claro que esta actividad representa uno de los rubros más rentables de la actividad artística local y que ha transitado, como en cualquier otra parte del mundo, al ámbito de la especulación financiera, al extremo de que las instituciones financieras, incluyendo la banca central, acopian valiosas pinacotecas semi-privadas. El agente articulador de este crecimiento han sido las galerías de arte, que actúan como agentes de mercado entre artistas y consumidores y cumplen, paralelamente, una función social como museos privados abiertos al público. A la fecha, existen cerca de 23 galerías de arte orientadas a la comercialización de la plástica, concentradas en la ciudad (18) y en Antigua (5), pero no menos de 8 se encuentran en el interior del país, en focos de atracción turística. La prestación de servicios culturales involucra otro tipo de actividades, que incluyen los museos privados, las salas de teatro y otros espacios escénicos. Así mismo la producción de programas radiales y televisivos, sobre los cuales sólo se cuenta con datos muy parciales y fragmentarios.
• 357 títulos publicados 11
• 969,969 ejemplares publicados
• 87 ejemplares por cada 1000 habitantes Otros datos indican que aproximadamente una cuarta parte de los títulos corresponde a creación literaria.
11 Considerando los costos de publicación, el costo de producción en planta puede ser del orden de Q.Q 15 a 20 millones, equivalentes a entre US$ 2 y 3 millones. Contrástese este dato con la cifra de US$ 36 millones en importaciones por este concepto.
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3. Estructura del Consumo Las lagunas presentadas por la información cuantitativa de oferta de bienes educativos y culturales, con la excepción de la participación del sector productivo y las organizaciones sociales, puede ser complementada en buena medida con datos provenientes de la encuesta nacional de gastos e ingresos familiares. El intento de identificar a partir de esta información los gastos en capital cultural ha dado como resultado una estimación de gastos familiares destinados a bienes y 12 servicios culturales, en términos de gasto mensual.
tencia a eventos pagados) corresponden a una fracción mínima del gasto total en educación y cultura (1.5%). Por el contrario, los gastos en deporte y entretenimiento suman más de la tercera parte del total y equivalen, gruesamente, a los gastos en educación. Las categorías, por supuesto, se traslapan conceptualmente, sobre todo en varios renglones de cultura y entretenimiento, pero ésta en una ambigüedad propia de la aproximación no especializada al tema.
Las categorías utilizadas, que incluyen el gasto en educación, bienes culturales, servicios culturales, bienes y servicios deportivos y en entretenimiento, ponen en evidencia de forma desagregada los renglones prevalecientes para cada caso. Así, la mayor carga de gastos educativos recae en el pago del servicio básico (cuotas de colegios y universidades).
Otro dato que cabe destacar es la mayor carga por concepto de gastos en educación y cultura en la población urbana no indígena, aunque no existe diferencia significativa en los hábitos de consumo de la población rural en términos de etnicidad. El punto refleja, seguramente, la valoración relativa del capital cultural como fuente de movilidad social en ambos casos. Por lo demás, la estructura del gasto por tipo de gasto parece ser bastante homogénea en todas las clasificaciones.
Los bienes culturales más consumidos son los que se refieren a equipos de audio y video (más de la mitad del total de este rubro). Los servicios culturales (asis-
Cuadro 15 Gasto Total de los Hogares en Rubros de Capital Cultural Según Área y Tipo de Gasto 1998-1999 Quetzales Mensuales TIPO DE GASTO Gastos en educación, cultura, deporte y entretenimiento Gasto en educación Consumo de bienes culturales Consumo de servicios culturales Consumo de buienes y servicios deportinvos Consumo de bienes y servicios de entretenimiento Otros gastos
TOTAL
URBANA
RURAL
428,335,342 178,254,014 79,592,477 6,628,523 5,396,707
339,249,168 150,094,049 61,488,511 6,585,850 4,252,595
89,086,174 28,159,965 18,103,966 42,673 1,144,112
152,228,299 6,235,322
112,274,578 4,553,585
39,953,721 1,681,737
FUENTE: Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos Familiares
12 La información de base ha sido una colaboración del personal de estadísticas del INDH.
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El Cuadro 15 presenta el resumen de este rango de gastos en términos de tipo de gasto, lo que revela la estructura general del gasto familiar mensual: 41% destinado a bienes y servicios educativos; 20% a bienes y servicios culturales; y el resto, 39%, a entretenimiento y deportes. Como en el caso del eje urbanorural, las cifras no revelan diferencias en la estructura por región administrativa del país. Finalmente, la Gráfica 3 muestra la estructura de la distribución del consumo en bienes y servicios educativos y culturales en los distintos segmentos de la población. En síntesis, el 10% de la población de más bajos ingresos estaría dedicando Q 2.7 millones mensuales (0.6% del gasto total) a este fin, mientras que el
10% de mayores ingresos destina Q 209.3 millones (48.9%). La concentración de los datos corresponde, en consecuencia, a la que se deduce de los datos de educación. Para fines del tema básico de este documento, es posible estimar que a lo largo del año 2001 (sobre datos 1999), los gastos familiares en los ámbitos de educación, cultura, deporte y entretenimiento superan los Q 5,000 millones, poco menos del 10% del total de gastos familiares y 7% de los ingresos. De este total, el 40% corresponde a gastos de educación (con cerca de Q1,400 millones dedicados a gastos de escuela) y el 20% a consumo de bienes y servicios culturales (Cuadro 16).
Gráfica 3 Distribución del gasto mensual en educación, cultura, deporte y entretenimiento
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Cuadro 16 Gasto total anual de los hogares en rubros de capital cultural 1998-99 Quetzales
TIPO DE GASTO N煤mero de hogares Gasto total Ingreso total Gastos en educaci贸n, cultura, deporte y entretenimiento Gastos en educaci贸n Consumo de bienes culturales Consumo de servicios culturales Consumo de bienes y servicios deportivos Consumo de bienes y servicios de entretenimiento Otros gastos
GASTO ANUAL 1,997,537 54,105,846,492 77,204,964,853 5,140,024,104 2,139,048,168 955,109,724 79,542,276 64,760,484 1,826,739,588 74,823,864
FUENTE: Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos Familiares
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Conclusiones Los datos acopiados y comentados en este trabajo permiten llegar a algunas conclusiones, no necesariamente integrales, en los ámbitos cuantitativo y cualitativo. La información cuantitativa ofrece una percepción del panorama del financiamiento del capital cultural (bienes y servicios educativos y culturales) en términos aproximados que definen más órdenes de magnitud que cifras exactas. Así, el gasto identificado se expresa del siguiente modo:
•
- El nivel secundario representa el 18% de la población inscrita, para una cobertura del 21% de la población potencial para ese nivel.
Una aportación mayoritaria del Estado que, para el año 2000 destinaba un total de Q 3,600 millones a gastos en educación y cultura, de los cuales: • - Q 2,500 millones correspondieron al Ministerio de Educación; - Q 122 millones correspondieron al Ministerio de Cultura y Deportes; - Q 397 millones se transfirieron a la Universidad de San Carlos de Guatemala; - Q 47 millones se transfirieron a instituciones de enseñanza; - Q 45 millones se transfirieron a alfabetización.
•
- Una cifra indicativa conservadora del gasto total en educación superior es del orden de Q 902 millones, de los cuales el 45% corresponde a la universidad nacional, cubierto mayoritariamente por el Estado. - La universidad nacional cubre el 65% de los estudiantes inscritos en las universidades. - La dispersión del gasto es, en consecuencia, muy marcada, de modo que el 10% de la población universitaria de menores ingresos contribuye con el 0.31% de los ingresos (excluida la transferencia del Estado a la universidad nacional) y el 10% de mayores ingresos aporta el 33% de los ingresos universitarios.
Una prestación de servicios educativos hasta la secundaria que, sin cubrir la demanda de la población, se descompone así: - 75% de la población inscrita es atendida por el sector público; - 21% de la población inscrita es atendida por el sector privado; - 4% de la población inscrita es atendida por cooperativas y municipalidades; - 87% de la población inscrita en el nivel primario es atendida por el sector público; - 47% de la población inscrita en el ciclo básico es atendida por el sector privado - 75% de la población del ciclo diversificado es atendida por el sector privado; - El nivel primario representa el 69% de la población inscrita para una cobertura del 84% de la población potencial para ese nivel;
En cuanto al nivel de educación superior, los datos muestran lo siguiente:
•
En el rubro de educación para el trabajo, la contribución del INTECAP significa: - Un monto anual del orden de Q150 millones para el año reportado; - La capacitación de 141 mil personas anuales, para 1999, que equivalen al 4% de la PEA para ese año;
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•
Aunque algunos otros datos cuantitativos se dan a título de referencia, los mismos no permiten obtener visiones sectoriales, sobre todo en el caso de las actividades culturales. En este caso, además de los datos del presupuesto público que cubren aspectos de patrimonio cultural y producción artística, se da alguna evidencia de la actividad privada, especialmente en la prestación de servicios culturales y en la producción de bienes culturales pero no, desafortunadamente, en el ámbito de la creatividad.
•
En general, los aportes del sector privado, lucrativo o filantrópico, no son fácilmente identificables ni en el campo educativo ni en el cultural, aunque en el primero, al menos, hay indicios de mayor incidencia.
•
Ante estas limitaciones, los datos provenientes de la encuesta de gastos familiares contribuyen a completar, siquiera parcialmente, el escenario. Así, los gastos totales en consumo de bienes y servicios educativos, culturales, deportivos y de entretenimiento para 1999 se estiman en Q5,140 millones, de los cuales Q1,400 millones estarían destinados al pago de los servicios privados de educación. Puesto que la educación gratuita ofrecida por sectores no estatales es mínima, el panorama del sector educativo está aceptablemente completo: - Gasto del sector público (todos los niveles): Q3,365 millones - Gasto familiar (todos los niveles): Q1,400 millones - Gasto empresarial (INTECAP): Q150 millones
•
En términos de actividades culturales, los datos disponibles incluyen: - Gasto del sector público: Q 257 millones - Gasto familiar (consumo de bienes y servicios): Q 1,035 millones
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•
En particular, el gasto familiar refleja una curva bastante contrastante en términos de distribución, de modo que en el monto total de los gastos en bienes y servicios educativos, culturales, deportivos y de entretenimiento, el 10% de la población de menores ingresos contribuye con 0.6% y el 10% de mayores ingresos contribuye con el 49%.
•
En términos cualitativos, por último, la impresión dada por este panorama es la de que prevalece el imperativo aparente de que es función prioritaria del Estado la prestación de los servicios educativos y culturales, aunque esto es más marcado en el campo de la educación primaria, que es para la cual el Estado tiene obligación constitucional.
•
En el campo de la cultura, que se circunscribe en la práctica pública a los ámbitos de la creatividad y de la preservación del patrimonio cultural, la misma tendencia es más clara en el segundo caso que en el primero, toda vez que no existen indicadores financieros de la producción artística ni de las manifestaciones organizadas o individuales asociadas a la expresión de la etnicidad (para las cuales, además, es sumamente difícil trazar la línea divisoria entre tradición/ patrimonio y creatividad). Igualmente, el campo de la producción de bienes y servicios culturales se diluye con facilidad en la producción económica y, aunque potencialmente es posible medir algunas de sus manifestaciones, la definición de fronteras entre lo cultural y lo económico continúa siendo un problema irresuelto.