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Perú: Explicación a un problema cultural

El Perú es un país de culturas milenarias, en donde históricamente florecieron culturas que influyeron en el desarrollo y crecimiento de los diversos conglomerados, etnias y naciones; Tenemos a Caral, Chavín, Mochica, Wari, Tiahuanaku, Chimú, y fundamentalmente Los Incas, quienes nos han dejado un legado de valores culturales muy valiosos que la conquista española ha pretendido borrar, sin lograrlo completamente. Desde 1532 hasta 1821 vivimos un virreinato plagado de imposición a sangre y fuego de la cultura ibérica; lo que no ha cambiado mucho con el advenimiento de la república, en suma, más de cinco siglos que el Perú, ha estado fuertemente influenciado por los valores de la cultura de occidente. En la etapa republicana, el Perú ha tenido la tragedia de haber contado con una clase dirigente, aliado siempre de manera directa o indirecta a los intereses extranjeros, que ha conjugado en pared con una economía mercantilista y parasitaria imperante, nuestra clase política no pensó en el crecimiento y desarrollo de la comunidad, y si, en algún momento pensaron en el desarrollo de los ciudadanos, era solo en la medida del incremento de la rentabilidad del grupo que representaban, y fundamentalmente para mantener sus privilegios, a través del militarismo, y posteriormente a través de una intelectualidad y políticos claramente defensores de las castas, herederos del Virreinato; todos ellos buscaban justificar el mantenimiento del estatus quo. En el Perú, se ponía en práctica un individualismo egoísta, muy alejado de su origen: La cultura inglesa, que logró hacer crecer a países como Inglaterra y Estados Unidos. Pero, la influencia cultural, no solo estaba relacionado a la defensa de los privilegios de casta, sino que éstos generaron su contraparte, aquellos líderes que fueron influenciados por las ideas de Marx, ideólogo de los obreros, cuya visión se basa en la agudización de la contradicción de los obreros con el capitalista, como parte del desarrollo de la lucha de clases que terminaría con la dictadura del proletariado, para lograr una solución socialista y comunista a los grandes problemas de nuestro país, sin presagiar que décadas más tarde, en los años 80, habría una derrota en el terreno de la “praxis” de dichas ideas, con el derrumbe del muro de Berlín, que fortaleció las ideas neoliberales a nivel global, con el nuevo paradigma del mercado: “ La ley de la oferta y la demanda”, que se afianzó más a nivel global con la revolución del internet y los grandes cambios tecnológicos. Todas las teorías económicas y políticas tratan de explicar sobre la forma de como el hombre aprovecha los pocos recursos disponibles para lograr satisfacer sus necesidades, si bien es cierto, que el crecimiento y desarrollo de una sociedad, se explica por el carácter predominante en las relaciones de producción del hombre y de éste con su entorno, con su comunidad y la naturaleza, la lucha por la apropiación de los pocos recursos disponibles, parece explicar la historia del desarrollo del hombre y de todo ser vivo, desde su aparición hasta la actualidad, por ello, para cualquier solución nacional viable y sostenible, la caracterización de lo predominante de las relaciones de producción en una sociedad resulta trascendental. Nuestra sociedad es predominantemente de economía mercantilista, en donde los ricos se hacen más ricos, gracias a los beneficios directos del Estado, para ello apoyan a los candidatos con financiamiento de sus campañas políticas; es la cruda realidad de la instrumentalización del Estado para la protección y enriquecimiento de unas pocas familias. Algunos economistas, caracterizan a nuestra sociedad como primario exportar, dado la dependencia de nuestra economía a la extracción de minerales y materias primas, pero se olvidan, que mientras exista el control del estado al servicio de unas pequeñas castas, lo predominante será el mercantilismo económico. Algunos pensadores han encontrado la raíz de los problemas en causas exclusivamente económicas, hasta relaciones caprichosas de poder en cuestiones no causales, producto de asuntos fortuitos que no explican en forma suficiente las verdaderas causas del sub desarrollo de nuestro país y de la tragedia nacional, en realidad muy pocos han explicado debidamente la función de la cultura y su relación en el comportamiento de las sociedades, las interpretaciones estrictamente económicas han generado soluciones de orden económico transitoria, que poco han aportado para la construcción de una sociedad viable, sostenible justa, inclusiva y moderna.

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Para la solución de los grandes problemas del Perú, tomando en cuenta la cuestión cultural, retornaremos a la etapa prehispánicas, ya que consideramos que ahí encontraremos los inicios del camino de una revolución cultural para refundar el Perú. Desde los orígenes de la civilización latinoamericana y peruana, pasando por la etapa de la comunidad prima-

ria, luego con la aparición de la agricultura y desde que el hombre se vuelve sedentario, nace la división del trabajo, en donde cada individuo o clan tiene que realizar diferentes actividades para que todos en su conjunto, a través del intercambio puedan satisfacer sus necesidades, al mando de grupos de familia y dinastías empiezan los conflictos sociales, por lo que, los historiadores coinciden que, antes de la llegada de los españoles, la estratificación social en nuestras tierras era una realidad que se evidenciaba con las conquistas de una tribu o casta social y su dominación por actos de fuerza o inteligencia, unas respecto a otras, sin embargo, la gran diferencia entre las culturas nacionales y la española -occidental, era su visión de cómo lograr el crecimiento de la economía de los pueblos. Mientras que en la cultura de occidente se priorizaba las satisfacción del hombre, incluso en detrimento de la propia naturaleza, en la cultura nacional importaba por igual el hombre y su entorno; el factor cultural tal vez sea lo más relevante para el desarrollo de la comunidad, con la particularidad de que en tierras del Inca, el Ayni era la reciprocidad andina o amazónica para prosperar, de igual manera la Mita o la Minka que es el aporte del ciudadano al estado y la sociedad, o sea, la dimensión cultural sería la causa del desarrollo de las civilizaciones pre hispánicas, que no han sido reivindicadas en su verdadera dimensión por los Aimara, Quechuas y Amazonenses, entonces el Ayni y la Minka no eran otra cosa que las expresiones culturales que causaron el crecimiento y desarrollo económico de las civilizaciones pre hispánicas, sobre todo la Inca, el Ayni es la expresión máxima de solidaridad en donde se pone en práctica el adagio popular, muy enraizado en las comunidades, incluso hasta la actualidad: “Hoy por tí y mañana por mí”, es la filosofía de dar primero para esperar recibir después, es la genuina manifestación de la reciprocidad. En el caso de la Minka, la explicación del aporte de cada individuo a la sociedad, representada por el Estado, la importancia de la individualidad reconocida y valorada socialmente en la medida que aporte al desarrollo de la comunidad eran valores puesto en práctica, siglos antes de que Friedrich Nietzsche la propugnara en sus teorías. Un principio filosófico de las comunidades, reconocido por los historiadores es el principio de la armonía entre los hombres y de estos con la naturaleza, que siglos después propugnara Baruch Spinoza, en ese entonces, muy distinta a la cultura española, ávida de buscar dinero y poder, para la satisfacción y placeres meramente individuales y egoístas, y que sus herederos en la actualidad continúan practicándola, solo piensan en el desarrollo de su grupo, pero no piensa en el desarrollo de su entorno, que se expresan en el fenómeno de la mercantilización de la economía actual. En el periodo de la Emancipación de la metrópoli, hemos tenido ideólogos liberales que han usado la ideología liberal para justificar razones separatistas de la metrópoli para su propio beneficio, pero, de ninguna manera para implementar el modelo de competencia para ellos, pensar que se podía instaurar las libertades económicas tan solo fue una ilusión, fabricada por intelectuales con estudios en occidente, pero, que nada decían, cuando entre ellos se repartían y se distribuyen los mercados, instrumentalizando al Estado para afianzar su dominación y el crecimiento del molde cultural que ellos imponían desde las escuelas y los medios de comunicación masiva. Los maximalistas, de los inicios del siglo pasado, coincidentemente al igual que los ideólogos liberales hacen interpretaciones clasistas del periodo antes y después de la llegada de los españoles, tan solo mirando razones de indoles económico y de poder, pero, sin entender razones de mucha mayor importancia, como es la relación de la dimensión cultural en el crecimiento y desarrollo de los pueblos. En resumen, se requiere buscar principios que expliquen los valores culturales para una sociedad viable y sostenible, basados en el Ayni y la Minka, la relación armónica entre hombres y de éste con la naturaleza, cuyos orígenes se remontan en el periodo pre hispánico, teniendo en cuenta que algo bueno para ser considerado como tal, requiere que sea bueno para uno y para los demás, considerando a la otra persona como un hermano, como parte del género humano, entender al prójimo, al hombre como un fin y no como un medio, una sociedad en donde las promesas deben ser de honor, una promesa de caballeros y deben existir solo para ser cumplidas y si una persona hace promesa y no cumple, entonces debe ser condenado al fracaso y al descredito, una promesa no cumplida nada sirve para el desarrollo. Se debe propugnar una sociedad en donde incrementar el poder significa incrementar el poder sobre sí mismo, como una especie de auto gobierno del hombre, sin que ello tenga como consecuencia el dominio sobre los demás, sino tenga la finalidad altruista de guiar a los otros y lograr el desarrollo de la comunidad. Se debe buscar una sociedad donde lo positivo genere potencia, donde lo negativo genere pérdida de potencia, una sociedad en donde las personas culturalmente perseveren en lo que creen y desean sin miedo al fracaso, con un alto grado de tolerancia a la incertidumbre, esa perseverancia que inicialmente luchará por la autoconservación y luego por la felicidad del hombre en armonía con su entorno, una sociedad donde se persevere el incremento del conocimiento y el desarrollo de habilidades y la búsqueda del talento de los niños desde muy pequeños, desde la casa y desde la escuela, con la finalidad de incrementar la futura potencia individual y el incremento de la posibilidad de la felicidad de la persona para beneficio de la comunidad, en la lógica cultural que el esfuerzo individual va beneficiar a los demás. Una sociedad donde los hombres se integran y busquen la concordancia, y las discrepancias necesarias solo sirvan para cohesionar y potenciar la comunidad en el entendido que todos formamos parte de un solo cuerpo universal, con las variantes culturales, cuya existencia se debe reconocer y respetar. Se debe construir una sociedad donde se considere al egoísmo como enemiga de la armonía y el germen de la destrucción de la comunidad, y la corrupción como enemiga del progreso de los pueblos.

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