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DOSTOIEVSKI FEDOR

del porvenir. La primera conserva el mundo, multiplicando a la humanidad; la segunda empuja al universo para conducirlo hacia sus fines. Las dos tienen su razón de existir. En una palabra, yo creo que todos tienen los mismos derechos. (Crimen y castigo) tu terrible te llevó a la almena del templo y te dijo: “¿Quieres saber si eres el Hijo de Dios? Déjate caer abajo, porque escrito está que los ángeles tomarte han en las manos.” Tú rechazaste la proposición, no te dejaste caer. Demostraste con ello el sublime orgullo de un dios (El gran inquisidor) que jamás existiría nada. Entonces de pronto dejé de enfadarme con la gente, y apenas me percataba de ellos. (El sueño de un hombre ridículo)

Ama a los niños especialmente, porque ellos también son impecables como los ángeles; viven para suavizar y purificar nuestros corazones y, por así decirlo, para guiarnos.

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No seas excesivo; lánzate directamente a la vida, sin deliberación; no tengas miedo, la inundación te llevará y te pondrá de nuevo en pie.

Me someto a la ética, pero no comprendo en modo alguno por qué es más glorioso bombardear una ciudad sitiada que asesinar a alguien a hachazos. Dicen que si alguien mata a otro le llaman “asesino”. Pero si mata a cientos de miles lo denominan “héroe”.

En efecto, soy un hombre taciturno y sombrío. ¿Me creía alegre? No, soy triste; no hago mal a nadie, pero me encierro, me aíslo de los demás, y paso días enteros sin despegar los labios.

Tenlo por seguro y en nuestra calle tendremos fiesta". Cuán difícil y cuán necesario es preservar la esperanza cuando el presente nos hace creer que es imposible lo que vendrá. (Humillados y ofendidos)

Cuanto más oscura es la noche, más brillantes son las estrellas, cuanto más profunda es la pena, más cerca está Dios.

Los hombres de la primera categoría son dueños del presente; los de la segunda

El hombre es un misterio. Necesita ser descifrado, y si pasas toda tu vida desentrañándote, no digas que has perdido el tiempo. Estoy estudiando ese misterio porque quiero ser un ser humano.

No hay nada que pueda interesarle en mis circunstancias. Si quiere saberlo, es que tengo deudas. He pedido prestado y quisiera devolverlo. He tenido la idea extraña y temeraria de que aquí ganaría irremisiblemente al juego. No sé por qué he tenido esta idea, pero he creído en ella porque no me quedaba otra alternativa. (El jugador)

Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo. Solo con eso, solo con el respeto propio obligarás a otros a que te respeten.

Hay sobre la tierra tres únicas fuerzas capaces de someter para siempre la conciencia de esos seres débiles e indómitos -haciéndoles felices-: el milagro, el misterio y la autoridad. Y tú no quisiste valerte de ninguna. El Espíri-

Dios mío, un momento de dicha. ¿Por qué no es eso suficiente para toda una vida?

Sobre todo, no te mientas a ti mismo. El hombre que miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en el que no puede distinguir la verdad dentro de él, ni a su alrededor, y por lo tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás. Y al no tener respeto, deja de amar.

Si deseas vislumbrar dentro de un alma humana y conocer a un hombre, no te molestes en analizar su forma de estar en silencio, de hablar, de llorar, de ver cuánto se conmueve con ideas nobles; obtendrás mejores resultados si solo lo miras reír. Si se ríe bien, es un buen hombre.

De repente sentí que me daba igual que existiera el mundo o que no existiera en absoluto. Comencé a percibir con todo mi ser que nada existía a mi alrededor. Al principio creí que, a pesar de todo, en otros tiempos hubo muchas cosas, pero más tarde llegué a la conclusión de que tampoco antes las hubo, de que todo era una ilusión. Poco a poco me fui convenciendo de

Las tonterías parlanchinas son el único privilegio que la humanidad posee sobre los otros organismos. ¡Al decir tonterías uno llega a la verdad! Hablo tonterías, por lo tanto, soy humano.

La gente habla a veces sobre la crueldad bestial del hombre, pero eso es terriblemente injusto y ofensivo para las bestias, ningún animal podría ser tan cruel como un hombre, tan artístico, tan artísticamente cruel.

A veces nos encontramos con personas, incluso perfectos extraños, que comienzan a interesarnos a primera vista, de repente, antes de que se haya dicho una sola palabra.

Amo a la humanidad, pero me sorprende que cuanto más amo a la humanidad como un todo, menos amo al hombre en particular.

Nada en este mundo es más difícil que decir la verdad, nada más fácil que la adulación.

Pero el hombre es una criatura voluble y de mala reputación y quizás, como un jugador de ajedrez, está interesado en el proceso de alcanzar su objetivo en lugar del objetivo en sí.

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