19 minute read

Ximena Ruz

Next Article
Agenda

Agenda

ron) se descontaminan en una planta de tratamiento, “lo cual permite obtener aguas tratadas de altas calidad”, asegura el estudio.

Agrega que las aguas residuales de los planteles porcinos, en sus distintas calidades, son dispuestas y utilizadas de la siguiente manera: • 2,14 millones de m3 son vertidas en cursos de agua superficial dando cumplimiento al

Advertisement

Decreto Supremo (DS) 90. • 0,19 millones de m3 de agua son dispuestas en el alcantarillado, cumpliendo con el

DS 609. • 4,12 millones de m3 son utilizadas en riego de cultivos agrícolas como fertirriego mediante planes de aplicación de purines. • 1,12 millones de m3 son recirculadas y reutilizadas en la limpieza de las instalaciones.

MEJOR GESTIÓN

Con el desafío de seguir mejorando la gestión del agua en la industria porcina, apuntando a una mayor eficiencia y optimización en su uso, actualmente ChileCarne trabaja para “estratificar los resultados obtenidos por sistema productivo, asociado a las diferentes tecnologías de tratamiento e infraestructura de planteles, con el fin de estandarizar la producción y orientar de mejor manera a los productores respecto a los rangos esperables de consumo de agua y en las medidas posibles de implementar. Para eso estamos mirando también la experiencia internacional en materia de mejores prácticas”, señala Daniela Álvarez, Gerente de Sostenibilidad de la entidad gremial. Asimismo, asegura que las plantas productoras de aves de carne hacen un uso muy eficiente del agua, “con consumos en su mayoría asociados a la hidratación de los animales”.

Agrega que específicamente en plantas faenadoras, tanto de cerdos como de aves, donde el uso del recurso es más elevado, se está realizando una intensa labor para incorporar mediciones al interior de los diferentes procesos. “Con los datos obtenidos, a contar de 2023, analizaremos las opciones de mejora de los actuales indicadores”, indica.

La ejecutiva resalta que este trabajo permitirá seguir mejorando los indicadores de reúso y recirculación de agua en ambos rubros. Para eso cuentan con la colaboración de la Embajada de Dinamarca en Chile, con la cual ya han realizado y tienen organizados una serie de talleres y consultorías con expertos para el logro de los objetivos planteados en materia de uso eficiente del agua.

Por Ximena Ruz Directora Ejecutiva de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático

La tormenta perfecta, pero sin agua

Según el IPCC, en los próximos años se producirá un aumento de las olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías. El cambio climático está intensificando el ciclo hidrológico. Esto conlleva que en muchas regiones de nuestro país las sequías serán más intensas. Un mayor calentamiento amplificará el deshielo del permafrost, así como la pérdida de la capa de nieve estacional, el derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo. Estos cambios son prácticamente una realidad y no queda más que adaptarse y mitigar.

Sigamos: Chile está posicionado en el lugar número 18, liderando la lista de los países con “alto estrés”, en los que, en promedio, un 40% del agua total disponible se extrae anualmente. La configuración geográfica de nuestro país lo hace vulnerable a la escasez hídrica, debido principalmente a que un 70% de la población reside en la zona de menor disponibilidad de agua. Según un informe de Fundación Chile, la totalidad de los glaciares estudiados están en retroceso por el aumento de temperatura, mientras 110 acuíferos del país tienen una demanda comprometida superior a su recarga.

Los municipios juegan un rol fundamental para abordar este desafío, pero gran parte de ellos no cuenta con instrumentos de planificación propios que les permitan definir y asumir acciones concretas para abordar el nuevo escenario climático. En síntesis, la tormenta perfecta.

Alto, démonos un respiro. Desde junio pasado, Chile cuenta con una Ley Marco de Cambio Climático que obliga a la institucionalidad a ponerse a la altura del desafío. Entonces, las municipalidades deberán elaborar planes de acción comunal que serán consistentes con las directrices generales establecidas en la Estrategia Climática de Largo Plazo y en los planes de acción regional de cambio climático.

En este contexto es que el Gobierno Regional Metropolitano y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático nos hemos puesto a trabajar en un plan que permita prevenir y controlar la escasez hídrica en la RM, a través del desarrollo e implementación de Estrategias Hídricas Locales. Es así como vamos a generar 30 estrategias, en 30 municipios, que permitan planificar e impulsar iniciativas concretas para el uso eficiente del agua siempre con un enfoque participativo de los actores territoriales. ¿Cómo monitoreamos su avance? Mediante dos Acuerdos de Producción Limpia que apoyen la implementación de las Estrategias Hídricas Locales y faciliten su vinculación con las políticas del nivel regional.

No queda otro camino. Es más de una década de sequía y el escenario es crítico. La planificación no hará que llueva más, ni detenga el cambio en el clima, pero permitirá que el agua se use de forma eficiente y justa.

CEMENTO BAJO EN CARBONO

Esa es parte de la apuesta de la industria cementera nacional para avanzar hacia la sustentabilidad. ¿Qué está haciendo y qué metas se ha planteado?

Mucho de lo que rodea a la industria del cemento es portentoso. Por una parte, se calcula que cada año se produce a nivel mundial alrededor de media tonelada por persona de este material, lo que es suficiente para construir 11 mil edificios similares al Empire State de Estados Unidos. Por otra, se estima que la elaboración de cemento genera casi cuatro veces más contaminación atmosférica que la industria de la aviación, aportando entre el 7 y 8% de las emisiones planetarias de gases de efecto invernadero (GEI).

Según la Agencia Internacional de Energía, la polución que se emite a nivel global por tonelada de cemento aumentó un 9,3% entre 2015 y 2020. Esto, debido principalmente a la contribución de China, que ha

elevado de manera considerable su fabricación, lo cual explica en torno a un 55% del cemento mundial generado a base de carbón. ¿Otra cifra de proporciones? En 2021, las emisiones mundiales de esta industria sumaron unas 2.900 millones de toneladas de CO2, más del doble que las 1.400 millones registradas en 2002.

HOJA DE RUTA

En Chile, la industria cementera registra altos niveles de valorización energética de residuos (coprocesamiento) para su empleo como combustibles alternativos en reemplazo de fuentes fósiles, lo que le ha permitido ir disminuyendo su huella de carbono. No obstante, aún tiene un importante margen para seguir reduciéndola.

Con ese objetivo, desde mediados de 2019 el Instituto del Cemento y del Hormigón (ICH) –material que incorpora al cemento como materia prima– lidera el desarrollo e implementación de una hoja de ruta para el sector denominada “Hacia una Economía Baja en Carbono”. En la iniciativa han participado también, de manera coordinada, la Federación Interamericana del Cemento y las tres principales empresas de este mercado que operan en Chile: Melón, Cbb y Polpaico BSA.

En el ICH destacan que en estos tres últimos años “se ha desarrollado un trabajo sistemático para alcanzar los resultados y compromisos asumidos, incluyendo la entrega de reportes estandarizados de información relevante y metas cuantitativas asociadas a la reducción efectiva de emisiones y al aumento de la valorización energética de residuos”.

A su juicio, “la hoja de ruta es un instrumento dinámico que establece los

La experiencia de Melon en coprocesamiento partió en su planta La Calera en 1998.

mecanismos de reporte y verificación de emisiones para la industria”.

En lo medular, contiene los compromisos autoimpuestos por las mismas empresas al 2030: reducir las emisiones a menos de 520 kgCO2 por tonelada de cemento y lograr, por lo bajo, un 30% de reemplazo de combustibles fósiles tradicionales por combustibles basados en residuos.

En el ICH aportan más antecedentes: “Estamos en proceso de actualización de la hoja de ruta con nuevos compromisos. Una de las principales estrategias para lograr la reducción de emisiones es el uso de adiciones minerales activas en la fabricación del cemento, como la puzolana, la escoria de alto horno o las cenizas volantes. En este camino, la industria del rubro en Chile es pionera a nivel mundial, fabricándose cementos con adiciones desde hace más de seis décadas, lo que ha permitido que la huella del cemento que se produce en el país sea mucho más baja que la del promedio mundial: las emisiones asociadas al cemento consumido en Chile representan menos del 3% de las emisiones nacionales, muy lejos del 7 a 8% que se toma como referencia a nivel global”.

En el Instituto agregan que la industria continúa incorporando nuevas adiciones para mejorar aún más ese desempeño. También ponen de relieve los avances en materia de coprocesamiento: “Hemos progresado significativamente en los últimos años, pero nos queda mucho más por avanzar para lograr los niveles de Europa”.

Además, aseguran que la misma industria está dando pasos hacia certificaciones que la ratifiquen como una “industria verde”, ya sea a nivel de productos como de procesos.

GRANDES DESAFÍOS

En el ICH tienen claro que los desafíos en la materia son grandes y muchas de las tecnologías que permitirán nuevas reducciones de emisiones están en desarrollo, por lo que la investigación y la innovación son temas cruciales para el sector. En esa línea, recientemente, con el apoyo de la industria, “avanzamos en la formación del Centro de Innovación en Hormigón dentro de la Universidad Católica, el cual tiene como uno de sus ejes estratégicos la sostenibilidad y la carbono neutralidad de la construcción con hormigón”, aseguran.

Por otro lado, aspiran a aumentar significativamente los niveles de investigación para permitir la incorporación de nuevas tecnologías que

Con Energía Solar

“Cemento sustentable: potencial para reducir las emisiones de CO2 con energía solar”. Así se titula el documento publicado recientemente por el Centro de Tecnologías para Energía Solar de Fraunhofer Chile, institución que realiza investigación aplicada para resolver las necesidades de la industria y acelerar la implementación de estas soluciones tecnológicas en Chile y América Latina.

Ahí, el ingeniero investigador Alexander Schmitt destaca el aporte ambiental que conlleva la integración de calor solar en este rubro, lo que puede ocurrir a través de varios de los procesos individuales sucesivos de la combustión de clinker (precalentador, precalcinador, horno rotatorio) que requieren calor térmico.

Explica que el mayor impacto en la reducción de los combustibles fósiles se genera con “la sustitución de la energía térmica del horno rotatorio y del precalcinador convencionales, que consumen el 80% del total de energía térmica de la cementera. Eso podría conseguirse con un sistema solar de concentración compuesto por una torre solar, un campo de heliostatos y un almacenamiento termoquímico. Para alcanzar las altas temperaturas (900 a 1.400 °C) se puede utilizar como fluido de transferencia de calor una mezcla de vapor de agua y dióxido de carbono (gases de efecto invernadero)”.

Otra opción es realizar una combustión híbrida: solar con combustibles verdes alternativos (gas de síntesis renovable o hidrógeno verde) para sustituir la llama del quemador. Añade: “Los otros subprocesos del sistema de torre de precalentamiento, la preparación y molienda de la materia prima, el enfriamiento del clinker, así como el precalentamiento del combustible y del aire de combustión, ya están optimizados energéticamente mediante sistemas de recuperación de calor de la corriente de gases de escape del horno rotatorio”.

Al respecto, señala que “es necesaria una hibridación solar gradual en las plantas de cemento en los próximos años para lograr un aumento a escala industrial y la neutralidad del carbono hacia el 2050”.

16% De coprocesamiento con combustibles alternativos alcanzó Cbb en 2021. Solo gracias al empleo de aceites industriales usados ha evitado ocupar unos 29 mil litros de combustibles fósiles en 10 años.

Los neumáticos en desuso son fuente de energía para los hornos cementerios desde hace varias décadas.

permitan, por ejemplo, el empleo de hidrógeno verde en la fabricación de cemento, la captura y uso de CO2, o que se potencie la recarbonatación del hormigón, especialmente en los áridos reciclados.

Asimismo, aprovechando la implementación de la Ley sobre responsabilidad extendida del productor, el ICH y las empresas del sector esperan que la industria del cemento “pueda ser un actor clave valorizando energéticamente la fracción rechazo de los procesos de reciclaje”.

En el ámbito normativo, en tanto, hacen notar que la reciente actualización de la norma de cemento, con un claro enfoque en la sostenibilidad, “abre las opciones a nuevos tipos de adiciones y a la combinación de distintas adiciones en un mismo cemento”.

EMPRESAS: AVANCES Y METAS

La hoja de ruta para reducir la huella de carbono en la industria cementera plantea algunos ejes como el cambio de la matriz energética a través del aumento del uso de combustibles alternativos, la reducción del factor Clinker, y el incremento de la eficiencia térmica y energética en los diferentes procesos de producción. En Melón, aseguran que estos aspectos se han incorporado en la gestión estratégica de la compañía. Su Reporte Integrado 2021 agrega que hoy el foco está puesto “en impulsar una economía baja en carbono y definir parámetros generales de la gestión energética, en pos de la economía circular y una producción sostenible de nuestros productos y servicios”.

La experiencia de la empresa en coprocesamiento (utilizando mate-

rias primas alternativas y combustibles derivados de residuos sólidos y líquidos) partió en su planta La Calera en 1998, logrando a una tasa de reemplazo que hoy alcanza un 24% y tiene crecientes proyecciones: este año se espera llegar al 27%; en 2023, al 30%; en 2024, al 37%; y en 2025, al 40%, acercándose a la media europea.

Polpaico BSA, en tanto, se comprometió a reducir sus emisiones de CO2 en un 20% hacia 2025. Para eso, entre otras iniciativas, y gracias a una asociación con la empresa canadiense CarbonCure Technologies, produce desde 2021 hormigón premezclado con huella de carbono reducida. “Se trata de una tecnología que permite inyectar emisiones de CO2 residuales en el hormigón durante la mezcla, convirtiéndose químicamente en un mineral que se elimina permanentemente de la atmósfera. El CO2 mineralizado aumenta la resistencia del hormigón y permite la optimización de las formulaciones de hormigón sin sacrificar la resistencia ni otras características del producto”, resalta la compañía.

También destaca que fue la primera cementera en Chile en adherir a la campaña global Race To Zero, cuyo foco es impulsar la transformación hacia una economía descarbonizada. “Otros pasos significativos han sido el coprocesamiento como solución para transformar los residuos industriales en combustible alternativo, el abastecimiento eléctrico a través de energías renovables, y la utilización de materias primas alternativas provenientes de residuos de otras industrias”, asegura.

A su vez, Cbb se puso dos metas al 2025: reducir en un 5% las emisiones netas de CO2 en el proceso productivo de cemento, en relación a 2018, y alcanzar un coprocesamiento de 25%. Se espera que al año 2030 estos indicadores lleguen al 10% y 30%, respectivamente.

En su reporte 2021, la compañía subraya también que durante ese año sus operaciones de cemento en Antofagasta, Teno y Talcahuano valorizaron unas 78.095 toneladas de cenizas volantes. Y que sus plantas de cemento y cal de Antofagasta y Copiapó aprovecharon los aceites usados, provenientes de la gran minería, como combustible sustituto del diésel.

CEMENTOS TRANSEX

Distinta es la situación de Cementos Transex, que no cuenta con un 11.000 Toneladas de residuos (provenientes de industrias como la alimentaria, maderera, papelera, textil y farmacéutica), transformados en combustible alternativo, utilizó Polpaico BSA en 2021.

75% De adiciones tiene el cemento con el que se construye el puente Chacao en la Región de Los Lagos. Incorpora residuos siderúrgicos como la escoria de alto horno, cortes de madera, aserrín y cenizas de procesos de la industria de la celulosa.

horno en su proceso productivo, importando el clínker que utiliza. “Así logramos evitar emisiones importantes de CO2. Nuestra planta de cemento es exclusiva de molienda y su equipamiento es abastecido con gas natural, que si bien es un recurso fósil genera en su combustión un 30% menos de emisiones de CO2 que el petróleo y 45% menos que el carbón”, subraya Pedro Teani, Gerente Comercial de la compañía, quien también releva que de este proceso resultan emisiones de MP10 que cumplen la normativa.

Para reducir su huella de carbono y las emisiones en general, la empresa ha optado por luminarias de alta eficiencia en la planta, por tener un contrato de energía eléctrica con aporte de energías renovables (que llegaría al 30% en 2027), por tener programado el apagado y desconexión automática de equipos, así como por incorporar correas y galpones encapsulados que evitan la resuspensión de material particulado y emisiones fugitivas.

En el corto plazo, Cementos Transex aspira a la “certificación como empresa B (2024), poniendo la gestión ambiental en el centro del negocio, y certificación zero waste (2023)”, señala, con orgullo, el ejecutivo.

Pedro Teani resalta las ventajas ambientales de la planta de molienda de Cementos Transex.

Gracias a una asociación con la empresa canadiense CarbonCure Technologies, Polpaico BSA produce hormigón premezclado con huella de carbono reducida.

Eso es lo que entregan los 14 pozos de Cerro Negro-Lo Mena recién inaugurados por Aguas Andinas que reforzarán el suministro de agua potable en la zona sur de Santiago frente al cambio climático.

El Presidente Gabriel Boric encabezó la inauguración de los pozos. Vista general de la sala de bombeo. La nueva infraestructura aumentará la autonomía productiva de 34 a 37 horas frente a eventuales emergencias.

Los pozos operarán de forma remota y automatizada para asegurar un mejor servicio.

Una nueva fuente de abastecimiento hídrico que refuerza la seguridad y la autonomía en el suministro de agua potable en la Región Metropolitana puso en marcha recientemente la empresa sanitaria Aguas Andinas. Se trata de los nuevos pozos de Cerro Negro-Lo Mena, ubicados en San Bernardo, mediante los cuales se fortalecerá la atención de 400 mil personas de la mencionada comuna como también de Puente Alto, La Pintana y El Bosque, ubicadas en la zona sur de Santiago. La infraestructura en su conjunto considera 14 pozos de 300 metros de profundidad cada uno –equivalentes a la altura del edificio Costanera Center–, un estanque de 20.000 m3 y una planta elevadora. Eso permite sumar 1.500 litros por segundo de agua potable al sistema de abastecimiento y aumentar la autonomía productiva de 34 a 37 horas frente a eventuales emergencias que impidan captar el recurso desde el río Maipo. De esta forma, la capital cuenta con mayor respaldo para enfrentar la crisis hídrica asociada al cambio climático. La ceremonia de inauguración se realizó el pasado 2 de agosto y estuvo encabezada por el Presidente de la República, Gabriel Boric, quien comentó: “Estamos orgullosos por esta colaboración público-privada, porque en conjunto estamos mejorando la calidad de vida y garantizando el acceso a algo tan importante como el agua para miles de personas en el sector sur de Santiago (…). Cuando veo que avanzamos privados y el Estado, cuando veo que estamos hablando de una inversión de US$ 33 millones en una construcción en tiempo récord, de la creación de empleo en tiempos de pandemia cuando más se necesitaba; tenemos cosas buenas que contar en Chile (…). Valoro tremendamente esta obra, el esfuerzo público-privado es notable, y se enmarca en un plan más amplio, que suman más soluciones de agua potable”. A su vez, el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, señaló que “para enfrentar la crisis hídrica no existe solo una solución. Cada solución es pertinente para cada realidad territorial y los pozos o las plantas desaladoras, son todas medidas que tienen que adoptarse para enfrentar esta crisis hídrica. Es muy significativo que nos encontremos en la zona sur de la Región Metropolitana inaugurando una infraestructura que beneficiará a 400 mil personas, ya que este sistema de agua potable entregará mayor seguridad hídrica a los vecinos. Quiero darle gracias a Aguas Andinas por llevar adelante este proyecto”.

MÁS AGUA Y AUTONOMÍA

El desarrollo de estos pozos significó una inversión aproximada de 33 mil millones de pesos y, durante su construcción, se generaron más de 300 puestos de trabajo directo e indirecto.

La gerenta general de Aguas Andinas, Marta Colet, destacó que estos pozos son esenciales para enfrentar mejor los efectos del cambio climático. “Hoy inauguramos una de las obras más importantes del plan de Aguas Andinas para enfrentar la profunda sequía que vive Santiago. Estos nuevos pozos aportarán un caudal de 1.500 l/s a la red de agua potable, que nos permiten reforzar el suministro para 400 mil personas y enfrentar de mucha mejor manera eventos de extrema turbiedad en el río Maipo, alcanzando las 37 horas de autonomía de producción de agua potable frente a estos fenómenos”, sostuvo.

Agregó que la infraestructura cuenta con tecnología de punta: “Los pozos operarán de forma remota y automatizada para asegurar el mejor servicio a nuestros clientes, robusteciendo el abastecimiento de agua potable del sur de Santiago, de forma segura y con una presión estable”.

Los pozos de producción de agua potable de Cerro Negro - Lo Mena son una solución que viene a complementar una serie de medidas que Aguas Andinas ha desarrollado para enfrentar el cambio climático. Sin embargo, el presidente del directorio de la compañía, Claudio Muñoz, aseguró que para combatir la sequía se requiere de un esfuerzo como sociedad y un cambio profundo en la forma en cómo nos relacionamos con el agua. “Un proyecto de esta envergadura no hubiese sido posible sin un trabajo mancomunado entre el mundo público-privado. Porque tenemos una visión de futuro que nos une y nos llama a resolver los grandes desafíos en beneficio de las personas”, aseguró. Asimismo, advirtió que aún queda mucho por hacer, “ya que este camino recién comienza y solo lograremos los objetivos trabajando en conjunto con las autoridades y la ciudadanía”.

OTRAS INVERSIONES

Aguas Andinas cuenta con un plan de inversiones de cerca de US$ 300 millones en soluciones para enfrentar el cambio climático, varias de las cuales se encuentran en ejecución. Junto a los nuevos pozos de Cerro Negro-Lo Mena, próximamente entrará en operación la modernización y ampliación de la nueva Planta Padre Hurtado y el Estanque Bicentenario en Vitacura, así como diversos acuerdos colaborativos en la cuenca para asegurar el abastecimiento de agua potable.

Adicionalmente, la empresa de servicios medioambientales está desarrollando un proyecto que señalan como “esencial” para combatir la escasez hídrica: el reúso de las aguas depuradas que se tratan y depuran en la Biofactoría Mapocho-Trebal de Padre Hurtado. Desde la compañía subrayan: “Esta solución permitirá aumentar la eficiencia y el balance hídrico, siendo una solución a gran escala para la Región Metropolitana”.

This article is from: