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Editorial
Mucha Más Prevención
Dos vidas perdidas, al menos 321 lesionados, 280 casas destruidas y 111 hectáreas de árboles, matorrales y pastizales arrasadas por el fuego era el desolador resultado del siniestro que se inició en la comuna de Viña del Mar la tarde del 22 de diciembre, según el balance oficial dado a conocer cuatro días después. Una catástrofe que tuvo su origen en un incendio forestal en medio de las quebradas, que se expandió con rapidez y voracidad con el impulso del viento y la alta temperatura reinante, como también de la basura y el material combustible que encontró a su paso. Lamentablemente, ese es solo uno de los desastrosos eventos de este tipo que cada año, con distintas intensidades, afectan a personas y animales, destruyen ecosistemas y complejizan aún más la urgente mitigación del cambio climático. Datos de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) indican que entre el 1 de julio –fecha en que se inicia cada temporada– de este año y el 26 de diciembre recién pasado la superficie afectada por los incendios forestales superaba las 31.400 hectáreas, cifra que representaba un 3% menos que lo registrado en el mismo periodo dentro de la temporada pasada y un 138% por sobre el promedio del último quinquenio. ¿Qué hacer frente a este difícil escenario? Considerando que se trata de una problemática con un origen multifactorial, la respuesta no es simple, pero en gran medida conduce hacia un concepto clave: reforzar la prevención. Más aún cuando los especialistas suelen recordar que en el 99% de los casos, el inicio del fuego está vinculado a alguna acción humana, ya sea voluntaria o involuntaria. Actualmente, son variados y numerosos los esfuerzos que se hacen en esta materia, tanto desde el sector público como privado. De hecho, la CONAF ha desarrollado planes regionales de prevención de incendios forestales para distintas zonas del país, desarrolla talleres con las comunidades y entrega información permanente sobre este tema por distintas vías, entre otras acciones; mientras que las empresas forestales suelen contar con planes para evitar y enfrentar estas contingencias e invierten recursos para eso. Sin embargo, se hace urgente potenciar mucho más el trabajo preventivo a todo nivel. Así ocurre, por ejemplo, con la aplicación de la silvicultura preventiva, la cual apunta básicamente a gestionar los elementos combustibles que hay en los bosques y en sus alrededores usando distintas técnicas de ordenación y manejo forestal, para así minimizar la vulnerabilidad ante los incendios y reducir sus eventuales impactos. En un artículo que presentamos en esta edición sobre este tema, especialistas señalan algunos avances en esta materia, especialmente en las plantaciones forestales, pero coinciden en que se requiere fortalecer de manera importante esta labor y los recursos destinados a ello. Rolando Pardo, jefe del Departamento de Prevención y Mitigación de Incendios Forestales de la CONAF, advierte, por ejemplo, que es necesario generar “políticas públicas que impulsen y resalten la relevancia de esta temática tanto para la conservación y protección de los recursos naturales, como para el cuidado y resguardo de la población que pudiera verse afectada por un incendio forestal”. Añade que esto debiera ir de la mano con alternativas para financiar la implementación de prácticas de silvicultura preventiva –como son el desarrollo de fajas cortafuego, corta combustible y libres de vegetación–, considerando que los costos de estas intervenciones permanentes no son fáciles de asumir para los pequeños y medianos propietarios forestales y agrícolas. A su vez, Miguel Castillo, académico de la Universidad de Chile con experiencia en proyectos de este tipo, agrega que la silvicultura preventiva debiera ser considerada como un componente en los planes de manejo de bosques, y subraya que ésta también incluye una línea de trabajo en la interfaz urbano-forestal. Esto último puede contribuir de manera importante a evitar catástrofes como la vivida recientemente en Viña del Mar. Y se relaciona con otros aspectos más profundos que también es necesario abordar con mayor atención como son el ordenamiento territorial y las necesidades habitacionales de la población. Una respuesta adecuada a esos temas que considere la posible generación de incendios forestales, sin duda, podría contribuir a prevenirlos. Por cierto, las prácticas preventivas se deben aplicar en los distintos ámbitos que inciden en los procesos de inicio y propagación de los incendios forestales. Algunas son de clara responsabilidad privada, como ocurre con la mantención de los tendidos eléctricos cercanos a los bosques. Cabe recordar, que, según denunció la CONAF a mediados de diciembre, el actuar negligente de las empresas responsables de esta tarea sería la causa de la afectación de cerca del 40% de las hectáreas que habían sido consumidas por el fuego hasta ese momento. Asimismo, resulta más que necesario reforzar las campañas públicas y privadas para educar a la población y generar más conciencia sobre esta problemática, de manera que todos nos involucremos más en la tarea preventiva, con acciones tan simples como no hacer fuego en medio de la naturaleza ni arrojar basura, o eliminar pastizales secos que se puedan transformar en elementos combustibles en lugares de riesgo.
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GESTIÓN Y TRATAMIENTO DE AGUAS
En tiempos de mega sequía, es fundamental que los distintos usuarios utilicen el agua de manera eficiente y cuenten con sistemas que permitan descontaminar este recurso para reutilizarlo o devolverlo a la naturaleza. En este Especial abordamos estos temas desde diferentes perspectivas.
TRATAMIENTO SUPERIOR
Aunque muchas suman más de 20 años de operación, las plantas de tratamiento de aguas servidas registran hoy bajos niveles de incumplimiento normativo en Chile. Revisamos su situación y los desafíos que enfrentan.
Si hacemos memoria, hasta hace menos de dos décadas en Chile había algunos ríos y playas que eran verdaderas cloacas a tajo abierto. Y enfermedades como el cólera, el tifus y la hepatitis eran “pan de cada día” por el consumo de verduras regadas con aguas contaminadas. ¿Cómo se revirtió gran parte del problema? Con la construcción y puesta en marcha de cientos de plantas de tratamiento de aguas servidas (PTAS) a lo largo y ancho de todo el país, llegando hoy este servicio a coberturas cercanas a 100% en las zonas urbanas. Por ejemplo, Santiago le dio un respiro a la salud pública y al medio ambiente con la operación de las PTAS El Trebal y La Farfana en 2001 y 2004, respectivamente, instalaciones que hoy incluso aprovechan esos mismos residuos líquidos para generar recursos hídricos, energía y abono para nuevos usos.
Para empujar este proceso, en el año 2000 se dictó el Decreto Supremo (DS) 90, que regula los contaminantes asociados a las descargas de residuos líquidos a aguas marinas y continentales superficiales. Previamente, en 1978, se promulgó la Norma Chilena (NCh) 1333, que fija un criterio de calidad del agua de acuerdo a requerimientos científicos referidos a aspectos físicos, químicos y biológicos, según el tipo de uso, preservándola de la degradación producida por contaminación con residuos de cualquier tipo u origen.
Desde que la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) tiene registros (a partir de 1999), el cumplimiento de esas normas por parte de las PTAS se ha mantenido estable, superando en la inmensa mayoría de los reportes mensuales el 90%.
Los problemas operacionales, en tanto, las afectan de manera esporádica. El último evento, hasta el cierre de esta edición, ocurrió en noviembre en la PTAS de Antofagasta. La SISS constató allí la descarga de aguas servidas desde la planta elevadora Croacia hacia al borde costero, las cuales posteriormente fueron desviadas a la planta elevadora sur.
CALIDAD DEL SERVICIO
Sobre el funcionamiento de las PTAS que operan hoy en día en Chile, Verónica Vergara, jefa de la Unidad de Aguas Servidas y Riles de la SISS, señala que el diagnóstico es positivo. “El indicador de calidad del servicio de tratamiento de aguas servidas, en los 300 sistemas operativos en el país, llegó a un promedio de 0,96 (de un máximo de 1) el año 2021 y a 0,97 en 2020, los cuales son muy favorables y sobre el promedio de los últimos 10 años”, expresa.
Tal indicador se relaciona con los parámetros a monitorear en las descargas, los límites máximos establecidos en la normativa vigente y con la población atendida.
Muy positivo es también el balance de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), desde donde valoran los frutos que han dado los planes de desarrollo de sus asociados, que son parte del modelo de colaboración público-privada de esta industria. Al
61% De las plantas de tratamiento de aguas servidas que hoy operan en Chile son en base al sistema de lodos activados. Otro 18% ocupa la tecnología de lagunas aireadas.
respecto señalan: “Gracias a la infraestructura de las PTAS, que ha requerido inversiones cercanas a los US$2.500 millones, se trata el 99% de las aguas servidas que se recolecta en las redes de alcantarillado y hoy es posible decir que en las ciudades de Chile, donde habitan 15,6 millones de personas abastecidas por las empresas concesionarias de servicios sanitarios, se cumple con los derechos humanos al agua y al saneamiento”. En la asociación sostienen que, aunque Chile tiene una normativa muy exigente en materia de calidad del efluente para las plantas de tratamiento –en algunos casos superior a los parámetros que exigen países desarrollados–, “la industria tuvo un nivel de cumplimiento de las exigencias de calidad de 97,2% en 2021, lo que refleja una operación de altos estándares. Y ese no es un resultado al azar.
Gráfico 1: Cumplimiento normativo por PTAS (2021)
300
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Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Octubre Nov. Dic.
Fuente: SISS CUMPLE NO CUMPLE PTAS que incumplen (%) 10% 9% 8% 7% 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0%
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1998 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
LODOS ACTIVADOS LAGUNAS AIREADAS LAGUNAS ESTABILIZACIÓN EMISARIOS SUBMARINOS OTROS
Fuente: SISS
Surge de un monitoreo constante, con más de 230 mil controles de calidad cada año, equivalentes a 26 controles por hora”.
INCUMPLIMIENTOS
Desde la SISS, Verónica Vergara indica que los incumplimientos normativos más comunes en las que incurren las plantas en las descargas corresponden a superaciones de los límites exigidos de algunos parámetros orgánicos y bacteriológicos, como la demanda bioquímica de oxígeno (DBO5) y coliformes fecales, respectivamente.
De acuerdo con la evaluación 2021 de la Superintendencia, en promedio un 6,1% de las PTAS presentaron algún incumplimiento en uno o más meses (ver figura 1). Por tecnología, las lagunas aireadas registraron un 10%, las lagunas de estabilización un 8% y los lodos activados un 5%. Los sistemas que exhibieron un mejor desempeño fueron los de emisarios submarinos, con solo un 2% de incumplimiento. La figura 2 muestra más detalles. 1 Problema: el crecimiento excesivo de bacterias filamentosas (bulking filamentoso) es considerado uno de los mayores inconvenientes que presentan las PTAS que utilizan la tecnología de lodos activados.
Gráfico 3: Tecnologías que incumplen (2021)
Fuente: SISS LAGUNAS ESTABILIZACIÓN LAGUNAS AIREADAS LODOS ACTIVADOS PRIMARIO MÁS DESINFECCIÓN EMISARIOS SUBMARINOS
Reúso de Aguas, Lodos y Energía
En la SISS tienen una gran convicción: como el cambio climático está golpeando fuertemente a algunas regiones del país, “hay que aumentar el reúso de las aguas servidas tratadas, para lo cual estamos trabajando. En primer término, estas aguas se deben reutilizar dentro de la infraestructura de las plantas de tratamiento, y también se pueden intercambiar a través de un mecanismo SWAP con otros rubros industriales o agrícolas para que estos últimos liberen aguas naturales y disminuyan sus consumos de agua potable, dejando disponible las aguas limpias para el consumo humano”, plantea Verónica Vergara.
Añade que, además, está la posibilidad cierta de reusar las aguas que se descargan al mar, “a las cuales se les puede dar otro uso, sobre todo en las regiones del norte. La SISS está abordando estos nuevos retos, comenzando con estudios sobre el reúso de las aguas servidas tratadas”, acota.
En Andess precisan que el reúso directo de estos recursos es actualmente de unos 72 millones de m3 de agua, equivalente al 5,8% del total de agua tratada. “Ésta se vierte en cauces naturales, lo que permite su reutilización aguas abajo, principalmente por parte de la agricultura”, sostienen.
En el gremio también destacan el reaprovechamiento de los lodos o biosólidos, como abono orgánico, en la recuperación de suelos agrícolas degradados. “En 2021, poco más del 72% de los biosólidos se destinó a diferentes usos en suelos, existiendo regiones donde el reúso alcanzó hasta el 100%”, revelan.
Por último, resaltan que cada vez más PTAS son hoy fuente de generación de biogás, llegando a producir más de 70 millones de m3 de biogás al año, tanto en la Región Metropolitana como en Concepción, Temuco y Osorno. “Incluso, existen casos en que se ha conseguido generar energía eléctrica como consecuencia del proceso de tratamiento de las aguas servidas”, afirman.
En septiembre de 2022, el último reporte mensual publicado por la SISS, 21 de las 300 PTAS en operación presentaron alguna infracción normativa. Del total, 9 fueron lagunas aireadas (de 55 que ocupan esta tecnología) y 7 lodos activados (de 174 con dicho sistema). Considerando estas 16 plantas, 12 no cumplieron con el Decreto 90 y cuatro con la NCh 1333. Vergara explica que los incumplimientos en los sistemas de lagunajes son mayores debido a que “son tecnologías menos robustas que las de lodos
En 2021, poco más del 72% de los biosólidos se destinó a diferentes usos en suelos, existiendo regiones donde se aprovecharon en un 100%.
Los emisarios submarinos han registrado muy bajos incumplimientos a las normas que les son aplicables.
activados, por lo que se espera que en los próximos años sigan migrando a sistemas más avanzados. Por lo general, las plantas en base a lagunas presentan incumplimientos en nutrientes, en parámetros establecidos en el DS 90, como es el Nitrógeno Total Kjeldahl, ya que estas tecnologías no abaten dichos parámetros. En algunas localidades donde la normativa de emisión les permite descargar con más holgura algunos parámetros, porque cuentan con dilución en el cuerpo de agua superficial donde descargan, las lagunas aireadas son suficientes. Cabe recordar que el DS 90 establece 5 tablas y si los cuerpos de agua superficial son caudalosos se pueden descargar concentraciones menos exigentes”.
En la figura 3 se puede revisar la evaluación de los sistemas de tratamiento de aguas servidas urbanas.
MAYOR CAPACIDAD
Según datos de la SISS, a causa del aumento de la población, alrededor de un 12% de las PTAS deberá próximamente realizar ampliaciones por estar alcanzando sus capacidades de diseño. En algunos de esos casos, además, tendrán que cambiar sus tecnologías de tratamiento. “Muchas de ellas ya hicieron un compromiso con la SISS al incluir en sus planes de desarrollo los estudios y obras de ampliación, o bien la modificación de sus tecnologías según corresponda”, asegura la profesional. 70 Millones de metros cúbicos de biogás al año –tanto en la Región Metropolitana como en Concepción, Temuco y Osorno- se producen al menos en este tipo de instalaciones de depuración.
En Andess subrayan que las empresas sanitarias destinan ingentes recursos a la mantención de la infraestructura de tratamiento. “Entre 2022 y 2024, de los US$1.195 millones que tiene contemplado invertir la industria, un 19% se destinará al mantenimiento y modernización de la infraestructura destinada al tratamiento de las aguas servidas”, especifican.
Ya en el último lustro diversas empresas sanitarias han concretado desembolsos millonarios para incrementar la capacidad de tratamiento de sus plantas. Essbio, por ejemplo, puso en marcha la renovada PTAS de Rancagua, Machalí y Graneros durante 2021.
Lo anterior es ratificado por Andess: “La capacidad de las plantas de tratamiento no se ha mantenido estática. Se ha ampliado a fin de absorber el aumento de la población. De hecho, solo en los últimos 10 años los clientes de la industria sanitaria han aumentado en un 21%, lo que ha requerido ir ampliando la infraestructura para mantener la cobertura y calidad de servicio. Esto se refleja en las tasas de cobertura, que siguen prácticamente en 100% aunque hay más usuarios”.
MEDICIÓN DE CAUDALES
Por estos días, la SISS ha estado y seguirá abocada a la fiscalización del cumplimiento de la norma de medidores de caudal de aguas residuales (NCh 3205/2011). La regulación tiene directa relación con las mediciones efectivas de los caudales que se están recibiendo y tratando en las plantas de aguas servidas, así como con los caudales descargados a los cuerpos de agua superficial.
Verónica Vergara agrega: “Durante el año 2022 hemos estado trabajando en el desarrollo de un Instructivo SISS de medición de caudal y aplicación de la norma, que creemos será de mucho apoyo tanto para los sectores sanitario e industrial como para la SISS, ya que le permitirá realizar una mejor fiscalización y contar con nuevas tecnologías para poder tener medición en línea de los caudales”.
En diciembre de 2020, la empresa sanitaria Esval, que atiende a la Región de Valparaíso, enfrentó la rotura de una de sus tuberías de conducción de aguas servidas, provocando la descarga de más de 50.000 m3 de estos residuos líquidos sin tratar al estero Marga Marga. Como resultado, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) le aplicó una multa de más de 450 millones de pesos. Veintidós meses después, en octubre de 2022, otra falla en una infraestructura similar de la compañía provocó una nueva descarga de emergencia de aguas servidas al mismo Marga Marga, esta vez de unos 20.000 m3 durante 18 horas. El procedimiento de sanción contra Esval, por parte de la SISS, seguía en marcha al cierre de esta edición por diversos incumplimientos. Pocas semanas después, Coquimbo fue el epicentro de un nuevo evento de este tipo: dos colectores de aguas servidas de la sanitaria Aguas del Valle colapsaron en un atravieso de la Ruta 5 Norte, provocando una importante alteración en el normal uso de esa vía. Andrés Nazer, gerente regional de la sanitaria, declaró en días posteriores que “hemos encontrado diversos desechos que no corresponden a la red de aguas servidas y que impide el normal funcionamiento del sistema de recolección, como gran cantidad de paños, palos, un casco, materiales de construcción u otros que siguen apareciendo”.
DIVERSOS FACTORES
A juicio de Rodrigo Peña, Jefe de la Unidad Técnica de la División de Fiscalización de la SISS, las fallas descritas son fruto del “deterioro estructural que presentan los ductos con el paso del tiempo. Y los factores que lo pueden generar son diversos. Por ejemplo, las propias aguas servidas suelen producir gases que, con el tiempo, van debilitando las conducciones. También está el efecto de los sismos, el ingreso incontrolado de las aguas lluvias, el efecto de las cargas cíclicas y otros motivos, los cuales van teniendo un efecto acumulativo que finalmente pueden afectar estructuralmente las redes”.
Para la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), las contingencias en el servicio de conducción de aguas servidas son muy acotadas y "nos recuerdan que ninguna obra de ingeniería tiene una tasa de falla cero. De acuerdo con el indicador de continuidad del servicio que elabora la SISS, el alcantarillado alcanza un 99,7% en este ítem. Además, no podemos perder de vista que existen cerca de 33 mil kilómetros de redes para este fin, casi 8 veces la extensión de Chile de norte a sur, y que operan las 24 horas del día, los 7 días de la semana".
En el gremio revelan que desde el año 2000 se han invertido más de US$2 mil millones en redes de alcantarillado. Y que entre 2022 y 2024 el 27% de los US$ 1.195 millones que desembolsará la industria sanitaria se destinará a esta infraestructura. Agregan: “adicionalmente, el rubro invierte importantes sumas de dinero en mantenimiento y renovación de colectores. A modo de ejemplo, se estima que en 2021 el sector realizó limpieza a más de 3.100 km de redes de alcantarillado e invirtió cerca de US$ 40 millones en reposición de redes”.
Para explicar en parte las fallas, en Andess recuerdan que las redes de alcantarillado son subterráneas y están expuestas a vibraciones propias del tránsito de vehículos, a los movimientos sísmicos que se registran diariamente en Chile y a las intervenciones de terceros, ya sean accidentales o ilegales. En ese escenario, aseguran que “las empresas realizan todos los años campañas para concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de hacer un buen uso del alcantarillado, que está diseñado para transportar aguas servidas y no basura ni aguas lluvias. Cada año, las empresas retiran varios cientos de toneladas de residuos que desconocidos arrojan al alcantarillado y que son el origen de muchas obstrucciones”.
CULPA DE TERCEROS
En concordancia con lo anterior, y de acuerdo a su experiencia, Cristian Balázs, gerente de ingeniería de Biix –empresa que ofrece servicios para la detección de fugas en tuberías y sistemas de redes–, relata que un gran porcentaje de las roturas o escapes de aguas residuales desde tuberías y, en general, en las redes subterráneas de agua potable, gas y otros insumos, son originadas por las intervenciones de terceros que excavan el subsuelo, sin tener en consideración la existencia de instalaciones subterráneas o por falta de información sobre la ubicación exacta del trazado de las conducciones.
En el caso particular de los ductos de acero, plantea que “el proceso de corrosión también contribuye a las fugas de aguas residuales cuando las instalaciones no cuentan con un sistema pasivo de protección, como los revestimientos anticorrosivos; y/o con un sistema activo, como la protección catódica por ánodos de sacrificio o mediante corriente impresa y dispersores profundos o superficiales”.
Peña agrega que la continuidad del servicio de recolección de aguas servidas se puede ver afectada no solo por una falla estructural de los ductos, sino que también por deficiencias en su mantención o por un mal uso por parte de algunos usuarios, “lo que termina generando obstrucciones al normal escurrimiento a pesar de que las tuberías estén en buenas condiciones”, explica.
32.500 Kilómetros de redes de conducción de aguas servidas existían en Chile hasta el año 2021, según datos de la SISS. El tratamiento de esos residuos líquidos domiciliarios es casi del 100% en los sectores urbanos.
Diversas fugas de aguas servidas desde los ductos que las transportan se han producido en los últimos meses.
VIDEO INSPECCIÓN
¿Se conoce el real estado de estas instalaciones a nivel país? Desde la SISS, Rodrigo Peña responde: “En sus planes de desarrollo las empresas sanitarias deben hacer un diagnóstico del estado de su infraestructura para establecer compromisos de reposición de los elementos que estuvieran más dañados.
Se deben utilizar materias primas de calidad superior para asegurar un alto rendimiento de las conducciones de aguas servidas, aumentar su vida útil y reducir los mantenimientos.
Para el caso de las redes de recolección de aguas servidas, este análisis se ha basado fundamentalmente en la cantidad de fallas que se observan en los colectores. Algunas empresas medianas y grandes efectúan video inspección anual a una muestra de sus ductos, con lo cual determinan su estado y las medidas a adoptar, ya sea mantenimiento o reposición de éstos".
El especialista reconoce las dificultades que hay para inspeccionar estas tuberías, más aun considerando la extensa red de colectores de aguas servidas que existen en el país. Un porcentaje menor de las instalaciones se revisa, por lo cual, en agosto del 2021, la SISS emitió un instructivo de video inspección basado en metodología NASSCO. “Con ello se espera que aumenten los kilómetros de colectores que son revisados y, en consecuencia, se pueda actuar oportunamente con trabajos de reposición de las conducciones que presentan deterioro estructural”, asegura el profesional.
Balázs, por su parte, comenta que algunas empresas sanitarias tienen implementados programas de detección de fugas mediante el uso de tecnología ultrasónica o el monitoreo de diferenciales de presiones. “También es posible revisar el estado de los ductos mediante video inspección, que implica la introducción en su interior de un equipo para la búsqueda de anomalías y, eventualmente, utilizar gas de tracing (mezcla de hidrógeno con nitrógeno) para localizar los puntos de fallas”, especifica.
NORMATIVA APLICABLE
Sobre el tipo de ductos que se ocupa actualmente en Chile con fines sanitarios, Cristian Balázs sostiene que “hace ya varios años la tecnología de tuberías termoplásticas es la que utilizan las compañías para dar cumplimiento a los requisitos normativos y exigencias establecidos por la SISS. Lo anterior, con la finalidad de evitar fallas en la red de recolección y asegurar la continuidad del servicio”.
Cabe indicar que tanto la norma chilena (NCh) 3542:2018 "Sistemas de tuberías para alcantarillado sanitario y otras aplicaciones sin presión - Instalación subterránea de tuberías termoplásticas", como la NCh 3191:2009 "Sistemas de tuberías para recolección de aguas residuales - Parte 1: Instalación y pruebas en obra", establecen los procedimientos para la instalación de tuberías termoplásticas enterradas que se emplean en alcantarillado sanitario. Esto, con el propósito de garantizar un entorno subterráneo estable para estos ductos en un amplio rango de condiciones de servicio.
Francisco Pizarro, gerente general de AGRU Chile, empresa dedicada a la fabricación de tuberías, apunta que la normativa nacional establece que las tuberías para este tipo de aplicaciones deben instalarse sobre, al menos, una cama de arena para evitar potenciales agrietamientos.
Expresa, asimismo, que "AGRU es uno de los referentes mundiales en la elaboración de tuberías y fitting con resinas PE 100 y especialmente PE 100RC, que permite una performance superior a las resinas tradicionales. Ambas se encuentran certificadas por Cesmec tanto para sus accesorios de unión por termofusión como electrofusión”.
En ese sentido, resalta la importancia de utilizar materias primas de calidad superior para asegurar un alto rendimiento de las conducciones de aguas servidas, aumentar su vida útil y reducir los mantenimientos. “Por eso recomendamos el uso de la resina PE 100-RC, la que bajo el test FNTC demuestra una vida útil de 8.769 horas versus las 300 horas de la tradicional PE 100”, asegura Pizarro.
En relación con lo anterior, Balázs pone de manifiesto la relevancia del proceso de control de calidad de las materias primas y del cumplimiento de los estándares en la fabricación de este tipo de tuberías en las plantas industriales. Además, señala que es primordial que las empresas que realizan esta labor se encuentren debidamente calificadas en los procesos de soldadura por electrofusión, termofusión y pruebas, antes de la puesta en servicio de las tuberías plásticas, de manera de asegurar su integridad y hermeticidad.