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Claudio Zaror

ASPECTOS A CONSIDERAR

Básicamente, los sistemas de monitoreo continuo están compuestos por equipos con sensores de diferente tipo, dependiendo del contaminante que se requiere medir. “Pueden ser electroquímicos, infrarrojos, de fotoionización, semiconductores de óxido metálico, entre otros. A eso habitualmente se agregan estaciones meteorológicas para determinar velocidad y dirección del viento”, apunta Schleenstein.

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En ese contexto, añade que la adecuada selección de los sensores es clave para contar con una solución de monitoreo eficiente. “Los olores usualmente son originados por un sinfín de sustancias odoríficas diferentes y es un desafío cuantificar la situación de olor mediante un número reducido de sensores. Aparte de la sustancia a medir uno debe tener en consideración la sensibilidad y sensitividad del sensor, su vida útil y la factibilidad de realizar calibraciones. Y, desde luego, la cantidad de los equipos y los lugares donde se emplazan”, detalla el especialista, mencionando además los principales factores a considerar en la implementación de proyectos de este tipo.

Estos sistemas pueden ser fijos o móviles y sus cualidades dependerán de los requerimientos externos o internos de cada empresa. “Pueden ser autónomos o no de una fuente eléctrica, contar con transmisión de los datos en tiempo real a una nube o solamente registrar los datos localmente. La verdad es que dependerá mucho de cada caso en específico”, grafica Schleenstein.

El ingeniero civil ambiental comenta también que las técnicas de medición odorífera existentes se pueden combinar de distintas formas para cumplir con los objetivos propuestos. “En primer lugar, para determinar si la concentración de una sustancia odorífica supera su umbral de reconocimiento. También para determinar si la presencia de la sustancia química en el aire supera concentraciones consideradas nocivas”, apunta. En ese contexto, plantea que el monitoreo continuo combinado con plataformas de gestión y modelación puede permitir la validación de quejas y reclamos presentados por la comunidad para confirmar si fueron justificados o no.

CASO A CASO

En relación a los costos que podría significar la implementación de estos sistemas de monitoreo, el especialista de Ecotec señala que éstos varían en función del alcance de los distintos proyectos. “Por ejemplo, el control del metano puede requerir un sensor de alta precisión. Otro proyecto puede requerir sólo la presencia de una determinada cantidad de humedad en el aire. El asesoramiento es la mejor opción: cada proyecto es único, por lo que cada solución puede adaptarse a los parámetros presupuestarios del cliente”.

Gerhard Schleenstein comenta que las consideraciones mencionadas son también válidas para los sistemas de monitoreo continuo de las variables operacionales (pH, temperatura, caudal, entre otras) de los equipos de abatimiento de olor, y en algunos casos de gases odorantes, que exigirán las normas de emisión de olores que están en desarrollo. Al respecto indica que “por lo general, la medición de variables operacionales, tales como temperatura y humedad relativa, viene incorporada en los equipos”.

Finalmente, el experto entrega algunas recomendaciones para optimizar la gestión de estos instrumentos tecnológicos para la vigilancia de los olores: “La mejor forma es realizar un diagnóstico inicial y comprender las necesidades específicas de la instalación del cliente, tomando en consideración las capacidades de la tecnología. Puede ser necesario desplazar los dispositivos de varias ubicaciones si no se ha identificado la fuente de emisión, por ejemplo. Generalmente, suele ser necesario optimizar el delicado equilibrio entre los requisitos de cobertura y las capacidades de detección de un dispositivo”.

Por Claudio Zaror Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Química Universidad de Concepción

Claro-oscuros de la COP27

La COP27 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada entre el 6 y 18 de noviembre de 2022 en Sharm el Sheij (Egipto), ha dejado sensaciones encontradas. Se puede poner una nota de optimismo en algunos tibios logros en medidas de adaptación, particularmente con la creación de un fondo de pérdidas y daños destinado a compensar a los países más vulnerables por las catástrofes climáticas debido al calentamiento global. De este modo, se esperaría que los países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero entreguen un aporte económico a las naciones en vías de desarrollo afectadas por eventos climáticos extremos, aunque están por definirse los mecanismos para concretar esta iniciativa.

Sin duda, estos resultados parecen muy lejanos a los acuerdos de alto renombre, como los logrados en la COP3 (1997) en Kioto y la COP21 (2015) en París.

Desgraciadamente, los avances y retrocesos que ha experimentado la lucha contra el cambio climático han ido de la mano de los ritmos políticos de las grandes potencias, que a su vez son responsables de los mayores consumos de combustibles fósiles. Muchos de los acuerdos han quedado en el olvido o se han postergado una y otra vez. Basta mencionar, a modo de ejemplo, el compromiso asumido hace más de una década, de que para el 2020 los países más ricos movilizarían anualmente 100.000 millones de dólares, destinados a financiar medidas de adaptación y mitigación en los países más pobres. Como se sabe, hasta ahora no se ha definido una hoja de ruta clara para responder a dicho objetivo.

Chile cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad definidos por el IPCC, por lo que es prioritario implementar una agenda que aborde asertivamente medidas para enfrentar los efectos del cambio climático. La Ley 21.455 Marco para el Cambio Climático promulgada en mayo 2022 establece lineamientos con la finalidad de alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero, generar mecanismos financieros y fortalecer la gestión de recursos hídricos, entre otros aspectos relevantes. Nuestro país ha dado un paso importante al establecer un marco jurídico para hacer frente a los desafíos que presenta el cambio climático, independientemente de la miopía de las grandes potencias.

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