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6.1.4. CONCLUSIÓN DESAPARICIÓN POR TRATA
Lo anterior se exacerba aún más por la profunda fragilidad institucional imperante en el estado. En términos institucionales, según los datos producidos por World Justice Project al estudiar los niveles de gobernabilidad, el Estado de México es la sexta entidad más débil a nivel nacional, ya que tiene una puntuación de 0.36 en relación con su adhesión al Estado de Derecho. Siendo sus retos más persistentes en materia de corrupción con 0.30 puntos; orden y seguridad 0.21; y justicia penal 0.33 puntos (World Justice Project, 2019-2020).
6.1.4. CONCLUSIÓN DESAPARICIÓN POR TRATA.
En el estado de México se lograron identificar cuatro tipos distintos de desaparición vinculados al delito de trata (trabajo de campo Estado de México, julio 2021; ADN NOTICIAS 06/agosto/2020 por Claudia García; PAPIT en el Instituto de Investigaciones Sociales por René Alejandro Jiménez Ornelas). El primero de ellos es con fines de explotación sexual. En éste se da la privación de libertad de niñas menores de 14 años, las que son sometidas a esclavitud sexual por su captor, el que, luego de “entrenarlas” física, emocional, sentimental y sexualmente las entrega a las redes de trata para su explotación. En esta modalidad, efectivamente las niñas desparecen. La segunda modalidad en la que se aprovechan aspectos culturales y socialmente aceptados está relacionada con la estrategia para captar adolescentes (de 14 años en adelante), mediante el establecimiento de una relación amorosa, luego de lo cual, se les saca de sus hogares, se les somete, y finalmente se les explota sexualmente. En la gran mayoría de estos casos, las personas tratantes se dan el trabajo de “convencer” a la familia de la adolescente de que ésta se encuentra en una relación seria y con su pleno consentimiento. En esta modalidad de trata, las adolescentes no siempre son reportadas como desaparecidas, ya que el tratante permite que exista comunicación entre la involucrada y su familia, al menos de manera esporádica, precisamente para no detonar alertas de búsqueda. La tercera modalidad es la que está vinculada a la forma de operar que tienen las células criminales locales dedicadas, principalmente, al microtráfico de drogas. Lo primero que hacen estos grupos es reclutar a las adolescentes bajo la figura de trata para realización de actividades delictivas y criminales y, ya teniéndolas como
miembro de la organización, las utilizan sexualmente de manera indistinta por los integrantes hombres de la organización, amigos de ellos, etc. La explotación sexual de estas adolescentes es sistemática y puede venir a compañía de torturas y posteriores feminicidios.
Por último, se encontró una modalidad de trata donde mujeres prestan servicios sexuales -en fiestas privadas- a los grupos criminales que operan en la entidad. Ellas trabajan y reciben pago por sus servicios por tiempos determinados y son regresadas a sus entornos familiares. Cumplen un rol de sexoservidoras, pero pertenecen a redes manejadas por los grupos criminales donde asumen el papel de “exclusividad” para ciertos segmentos del crimen. Estas mujeres no “desparecen” porque tiene la libertad de regresar a sus residencias tras finalizadas sus actividades, sin embargo, su retorno no siempre está garantizado. El motivo de su desaparición puede estar vinculado a un feminicidio:
por el tema sexual porque ellos están normalmente en la zonas serranas, necesitan a esas mujeres para desfogar sus instintos sexuales como […] como la propia vara a muchas chicas incluso ahí hemos encontrado asuntos en donde los grupos de la delincuencia hablan de que tienen este, prostíbulos disfrazados por llamarlos de alguna manera o que tienen sus agencias de Scorts y que las llamas pidiendo pollos para una fiesta si cuando lo que están pidiendo es que le lleven mujeres bonitas. (ET-0003, 2021a).
Uno de los elementos centrales que se pudo identificar en el tema de la trata fue que las redes sociales cada vez juegan un rol más protagónico en los procesos de captación y reclutamiento. Si bien esto ha sido una situación que se viene presentando hace años, la situación de la pandemia ha incrementado las posibilidades de los tratantes de poder “trabajar” sobre diferentes objetivos de manera simultánea.
Una cuarentena prolongada también puede incentivar la industria del sexo en línea, alimentando la demanda de explotación sexual y drogas. En materia de explotación sexual infantil se desarrolla un suministro inmediato a medida que los niños no asisten al colegio y los grupos criminales, así como las familias de escasos recursos, buscan nuevas fuentes de ingresos. El FBI ha emitido alertas sobre depredadores sexuales debido a que los menores pasan mucho tiempo en línea durante la cuarentena (informe de la Global Initiative Against Transnational Organized Crime, Plaza Pública abril 2020)
La sobreexposición de la vida privada y los cuerpos de las niñas, adolescentes y mujeres en las redes -producto de la necesidad de realizar sus actividades por la pandemia- ha empeorado de manera crítica la situación (SESNSP, 2020; López Marroquín, 2019; FLACSO, 2020). Esto, aunado a la falta de conocimiento de estas plataformas digitales por parte de los padres, deja en completa vulnerabilidad a las niñas y adolescentes, sin protección de sus tutores, aunque no de manera intencional o deseada, ante las situaciones de riesgo a las que se ven expuestas. Su corta edad y falta de experiencia no les permite discernir con total claridad lo real de lo ficticio.
La situación actual, debido al aislamiento en todo el mundo, también puede provocar mayores dificultades en la identificación de víctimas de trata de personas. Asimismo, a medida que las consecuencias en la economía se vuelven más pronunciadas, las familias se ven arrinconadas a soportar estas condiciones, como consecuencia podría incrementarse el trabajo y/o la explotación infantil. El monitoreo y las acciones de intervención para prevenir delincuencia juvenil también se dificulta a medida que maestros, líderes comunitarios, trabajadores sociales y otros contactos locales están aislados en cuarentena (informe de la Global Initiative Against Transnational Organized Crime, Plaza Pública abril 2020)