Ventanas para construir mundos. Catálogo colectivo de citas literarias de ventanas y balcones

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Ventanas para construir mundos Catรกlogo colectivo de citas literarias con ventanas y balcones

2 de Abril Dร A INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL


La literatura abre ventanas al mundo Porque cada uno de nosotros va construyendo su camino lector, ALIJA invitó a la comunidad a buscar en su bagaje de lecturas para armar un recorrido entre todos. Es que hoy, 2 de abril de 2020, es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, y estamos atravesando momentos que ponen a prueba a todo el planeta, y que nos confinan en nuestras casas para el bien común. Pues nada mejor que correr los cerrojos y entornar los postigos para abrirnos a la literatura. Porque hoy abrimos ventanas para ver el sol. Porque hoy nos asomamos a los balcones para respirar paisajes. Porque hoy leemos sobre ventanas y balcones que otras voces nos regalan para descubrir nuevos mundos. Porque la literatura nunca cierra, siempre abre. Asociación de Literatura infantil y juvenil de la Argentina, 2 de abril de 2020.


En el desván

Abrí una ventana que abría otras ventanas. Escrito por Hiawyn Orame e ilustrado por Satoshi Kitamura. En En el desván (fragmento). FCE.


¿Dónde está? Los búhos se asoman al balcón del pino; entran a sus casas todos los vecinos.

Escrito por María Cristina Ramos e ilustrado por María Wernicke. En ¿Dónde está? (fragmento). Macmillan.


Accidente celeste ¿Quiere mirarlos, maestra? dije estirando la mano, y a ella le crecieron alas y escapó por la ventana.

Escrito por Jorge Luján e ilustrado por Manuel Marín. En Palabra manzana. Aique-Anaya, Sopa de Libros, pág. 42.


Cambios ¿Cambiaría todo?

Escrito e ilustrado por Anthony Brown. En Cambios (fragmento). FCE.


Setenta balcones y ninguna flor Setenta balcones hay en esta casa, Setenta balcones y ninguna flor. ¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa? ¿Odian el perfume, odian el color? La piedra desnuda de tristeza agobia, ¡Dan una tristeza los negros balcones! ¿No hay en esta casa una niña novia? ¿No hay algún poeta bobo de ilusiones? ¿Ninguno desea ver tras los cristales una diminuta copia de jardín? ¿En la piedra blanca trepar los rosales, en los hierros negros abrirse un jazmín? Si no aman las plantas no amarán el ave, no sabrán de música, de rimas, de amor. Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave... ¡Setenta balcones y ninguna flor! Escrito por Baldomero Fernández Moreno. En Obra poética. Planeta.


El placer de leer Una tarde, ella lo descubrió y le hizo señas: ¡lo invitaba a jugar! ¿Jugar? ¿Hay otro juego que seguir las letras con los ojos? ¿No sabrá leer aquella niña?

Escrito por Alicia Salvi e ilustrado por Matías Acosta. En El placer de leer (fragmento). Abran Cancha.


Copla popular Asómate a la vergüenza, cara de poca ventana, y alcánzame un vaso de sed, que me estoy muriendo de agua.

Anónimo.


Cuando todo pasa volando

—¡Buenos días, don José! —saluda el cartero, que pasa a todo vuelo frente a la ventana—. Disculpe que hoy no le traiga la correspondencia, la bolsa estaba pesada y me era imposible levantar vuelo. La he vaciado y no me queda ni una sola carta. —Yo me quedo sin mi correspondencia y usted, tan tranquilo, volando de aquí para allá —protesta don José. —Hasta la vuelta —se despide el cartero. —Mis cartas, mis cartas... —grita don José. Escrito por Beatriz Dourmec y Ayax Barnes. En Cuando todo pasa volando (fragmento). Colihue, Tal para cual, pág 9.


Haiku

Un lunes me invitĂł a entrar. Y peinamos con rodete sus muĂąecas de ojos alargados y sostuvimos los rodetes con palitos. Escrito por Iris Rivera e ilustrado por MarĂ­a Wernicke. En Haiku (fragmento). Calibroscopio.


Mi vecino

Dos o tres días más tarde, el cartero me entregó... no sé... algo así como muchicientos sobres. Ninguno estaba dirigido a mí porque ninguno decía "para la señorita Silvestrina Moratatrillo". Uno, por ejemplo, era "para el geranio más lindo de mi balcón". Otro: "para el brillante más brillante de mi joyero", "para el dulce de leche de mis mejores desayunos", "para la chica de mi vida", chan chan. Escrito por Alejandra Viacava e ilustrado por Silvi Hei. En MI vecino (fragmento). Gerbera Ediciones.


Hansel y Gretel Y siguieron comiendo. Hansel arrancó otro gran trozo del tejado mientras que Gretel desprendió todo un cristal de la ventana y se sentó cómodamente a disfrutarlo. Desde otra ventana los observaban. De pronto, se abrió la puerta y salió una anciana apoyada en un bastón. Escrito por los Hermanos Grimm e ilustrado por Anthony Browne. En Hansel y Gretel (fragmento). FCE, Clásicos, pág. 20-21.


Avenida Luro, 7229 Esa mañana cruzaba la avenida Luro desierta, rumbo a la escuela, cuando me detuvo la inconfundible voz de doña Elena, llena de zetas. —Venga, Marito, que hoy no hay escuela. Que hay revolución —me dijo la madre de Eduardito, asomada a su balcón. Yo me la quedé mirando. Sin comprender todavía, volví a mi casa. Dudaba. Entré a la pieza de mi mamá, que aún dormía. Ella se levantó de un salto, corrió a la cocina, puso la radio. Un rato después, despacio, me hizo una caricia triste, que tardé bastante tiempo en entender. Era el 24 de marzo de 1976 y no, no había escuela. Escrito por Mario Méndez. En Última ronda y otros microcuentos. Amauta, pág. 66.


Clara y el hombre en la ventana

—¿Cómo te llamás? —Clara. ¿Por qué estás encerrado? Escrito por María Teresa Andruetto e ilustrado por Martina Trach. En Clara y el hombre en la ventana (fragmento). Molinero.


Cuento con ogro y princesa —¡Ehh! ¿Hay alguien en la casa? ¿Quién sería? El ogro se asomó a la ventana. Vio que del otro lado de la verja de su casa-cueva había un tipo muy extraño montado en un caballo blanco. Llevaba una capa dorada, pero se notaba que se había vestido de apuro. Tenía la ropa mal puesta, la camisa afuera, una bota sin atar, y el pelo desprolijo. —¿Qué quiere? —le preguntó el Ogro desde la ventana. —Soy el príncipe Atilio. —¿Y a mí que me importa? —contestó el maleducado del Ogro. —Es que ando vendiendo manteles. Escrito por Ricardo Mariño e Ilustrado por Laura Cantón. En Cuento con ogro y princesa (fragmento). Colihue, El pajarito remendado.


Capullo rojo De la ventana, por suerte un poco abierta, se asoma la cara sonriente de una mujer simpรกtica. Un soplo de esperanza acaricia mi corazรณn, que ondula como una bandera.

Escrito por Kobo Abe e ilustrado por Mauricio Gรณmez Morin. En Capullo rojo (fragmento). FCE, Resonancias, pรกg. 8-9.


Rimas con nombre

FEDERICO MUY ATENTO SALE AL BALCÓN Y SIENTE EL VIENTO ES EL HELICÓPTERO DE ALBERTO.

Escrito por Federico Belozercovsky, 7 años. (Inédito)


¿Dónde hay una princesa?

Escrito por Lucía Laragione e ilustrado por Mariela Glüzmann-Muriel Frega. En ¿Dónde hay una princesa? (fragmento). Crecer Creando, Mar de papel, pág. 69.

Esta vez el rey y su caballo llegaron a una choza perdida en el bosque. El rey se asomó por la ventana y vio a una muchacha bellísima con un vestido que brillaba como el sol. —¡Una princesa! —exclamó en el límite de la felicidad. Al oír estas palabras, ella se dio vuelta rápidamente y con un gesto le pidió silencio. —Sí, es verdad. Soy una princesa, pero por ahora nadie debe saberlo.


¿Dónde queda tu ventana? Te escribo cartas en la luna

con las letras del escarabajo en la arena. Celeste de la luna en tu ventana. ¿La ves? Dale, que se la lleva la mañana. Escrito por Laura Forchetti e ilustrado por María Elina. En Donde nace la noche. Factoria K de libros.


Gris

Escrito e ilustrado por Silvia Hei. En Gris (fragmentos). Gerbera.


Primavera Desde el balcón del séptimo piso la chica arrojaba mariposas de papel. Una abuela que pasaba por ahí sintió sobre su mano arrugada el suave aleteo.

Escrito por Ester Spiner e ilustrado por Natalia Wierz. En Última ronda y otros microcuentos (antología). Amauta, pág 90.


Las ventanas más pequeñas del mundo Una tarde, Ónix jugaba con unas pequeñas ventanas que le había enviado su abuelo desde distintos lugares de México.

Escrito por Jorge Luján e ilustrado por Javier Zavala. En Las ventanas más pequeñas del mundo (fragmento). Conaculta, Narrativa infantil 2.


Casa grillo Una casa quiere el grillo; una casa para él.

Una puerta de hoja verde, una hojita de mantel.

Con dos ventanas pequeñas y un rincón para leer.

Sueña con la casa el grillo, la casa suela con él.

Una casa donde el viento no corra ni haga correr. Una casa con un árbol pequeñito de laurel. Apenas cuatro paredes y un sombrero de papel.

Escrito por María Cristina Ramos e ilustrado por Claudia Degliuomini. En Dentro de una palabra. Sudamericana, Especiales, pág 11.


Un tren a ningún lugar El tren se oía desde la casa, sí, pero era un ruido sordo y suave, para nada molesto. No me imaginaba cómo sería escucharlo desde el último cuarto, cuya ventana daba hacia el fondo, en dirección a las vías, pero no creo que fuera un ruido demasiado diferente del que se oía en las habitaciones de adelante. Escrito por Norma Huidobro. En Un tren a ningún lugar (fragmento). SM, Gran Angular.


Mi insecto interesante La miré a la seño como preguntándole “¿la suelto?”, y ella me respondió que sí, también con los ojos. Me acerqué a la ventana donde estaba mi malva tomando aire… y ¡Chaff!, abrí la tapa. De a poquito vimos a la mariposa asomarse, recorrer el borde del frasco hasta que se animó a aletear una, dos, tres veces y ¡ssshshshsh…! Salió a volar dibujando eses de colores en el aire.

Escrito por Mercedes Pérez Sabbi e ilustrado por Majo Cerezo. En Mi insecto interesante (fragmento). Primera Sudamericana, Especiales, pág 85.


King Kong Ninguno de los dos vio la enorme cara en la ventana. Kong había trepado por un costado del hotel. Rompió el vidrio de un puñetazo y, metiendo la mano, aventó a Jack.

Escrito e ilustrado por Anthony Browne. En King Kong (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento, pág.77-78.


Adivinanzas Es venta y no se vende, es Ana, pero no es gente.

LĂĄmina que no se ve, pero nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaĂąa con el aliento.

AnĂłnimo. En Elhuevodechocolate.com


Las pinturas de Willy Siempre me disgustó mirar por esta ventana, así que un día decidí hacer algo al respecto.

Escrito e ilustrado por Anthony Browne. En Las pinturas de Willy (fragmento). FCE.


La Juana Cuando una es de tierra adentro

Yo vivo en un cuadradito

también es de cielo afuera. Si viene pa’ Buenos Aires un calabozo la espera y pregunta dónde está el cielo de la ciudá’.

de oscuridad recortada, con un corazón de vidrio por donde no se ve nada. Présteme el televisor que se ve más y mejor.

Señora dueña de casa perdone el atrevimiento: al pájaro en jaula de oro le madura el sentimiento de ponerse a curiosear la tierra y también el mar.

Por esa ventana ajena es propio lo que una mira. Está abierto al mundo entero aunque sea de mentira, y mi único balcón es ver la televisión.

Sé que ustedes pensarán qué pretenciosa es la Juana, cuando tiene techo y pan también quiere la ventana. Soy como soy, miro un poquito y después me voy.

Escrito por María Elena Walsh. en su disco Juguemos en el mundo. CBS.


Pantuflas de perrito La vida es buena. Mishina la mejora si se estropea.

Escrito por Jorge Luján e ilustrado por Isol. En Pantuflas de perrito (fragmento). Pequeño Editor, Incluso los grandes, pág. 18-19.


La mejor mascota Colgué en la ventana un letrero que decía:

SE SOLICITA PERRO.

Al poco tiempo alguien tocó a la puerta.

Escrito por David LaRochelle e ilustrado por Hanako Wakiyama. En La mejor mascota (fragmento). FCE, Los primerísimos, pág. 23.


Terciopelo: historia de un ladrón Soy famoso entre los ladrones. Mi nombre es Terciopelo. Entró a las casas como una caricia. Pasó como una ola que se extiende sobre la arena. Si pudiese hablar, la casa elegida no diría sino cosas buenas de mí: “Señor Terciopelo, al fin, su visita es un honor, cuánto me ha hecho esperar…”

Escrito por Silvana D´Angelo e ilustrado por Antonio Marinoni. En Terciopelo: historia de un dragón (fragmento). Océano, Océano Travesía, pág. 1.


Julieta y su caja de colores Al día siguiente, un día lleno de sol, quiso acordarse de la tarde lluviosa y poco a poco su hoja de papel fue llenándose de nubes y gotitas, hasta que vio una gran tormenta.

Escrito e ilustrado por Carlos Pellicer López. En Julieta y la caja de colores (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento, pág. 8-9.


Para Juanita... Para Juanita, La alta, la flaquita, la del rincón: Por esta esquina de la ventana pasó volando una hebrita de lana. Como era verde como el olivo, pensé en los flecos de tu vestido. Escrito por María Cristina Ramos e ilustrado por Claudia Legnazzi. En Papelitos. FCE, Los Primerísimos, pág.8-9.


Jane, el zorro y yo Como en Jane Eyre, se descubría que el chico ya tiene otra esposa, loca de atar, encerrada en la torre de la mansión, y que, por mucho que ame a la salchicha en bañador, no puede casarse con ella.

Escrito por Fanny Britt e ilustrado por Isabelle Arsenault. En Jane, el zorro y yo (fragmento). Salamandra, Graphic, pág. 83.


¿Qué tal si…? —¿Qué tal si hay gente que no conozco? —Es bueno conocer gente nueva, Joe. —¡No si es gente HORRIBLE! —No será horrible. Mira, ¿crees que esa sea la casa de Tom?

Escrito e ilustrado por Anthony Browne. En ¿Qué tal si…? (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento, pág. 3.


Alguien en la ventana Dudé mucho en hacerlo o no, pero al final me levanté y me dirigí hacia la ventana. Creí que al ver el departamento de enfrente, vació, me tranquilizaría. Me convencería entonces de que todo había sido un sueño, o una especie de bromita de mal gusto de mi imaginación. Escrito por Mónica B. Brozón e ilustrado por Juan Pablo Gázquez. En Alguien en la ventana (fragmento). FCE, A la orilla del viento, pág. 20.


Apareció en mi ventana De pronto, tuve la sensación de que algo se movía en el alféizar de la ventana y, claro, volví instintivamente la cabeza. ¡Y allí estaba! Cuando lo vi por primera vez, acurrucado con ese cartel tan grande colgándole del cuello, creo que los ojos se me abrieron tanto que debieron de parecer dos platos. Escrito por Alfredo Gómez Cerdá e ilustrado por Jesús Gabán. En Apareció en mi ventana (fragmento). SM, El Barco de Vapor, pág. 15.


La plaza tiene una torre La plaza tiene una torre, la plaza tiene un balcón, el balcón tiene una dama, la dama una blanca flor. Ha pasado un caballero —¡quién sabe por qué pasó!—, y se ha llevado la plaza con su torre y su balcón, con su balcón y su dama, su dama y su blanca flor.

Escrito por Antonio Machado e ilustrado por Paola de Gaudio. En Versos para niños y no tanto. Aique, Latramaquetrama.


Profesión: cocodrilo

“Silent book” por Giovanna Zoboli y Mariachiara di Giourgio. En Profesión: Cocodrilo (fragmento). Pípala.


Apostado en la ventana... Apostado a la ventana, Para ver si pasa la iguana. Ayer pasó. Ayer la vi. ¡Dios del sol, que iba tan galana! Mas no iba preguntando por mí. Y, sin embargo, ayer la vi.

Escrito por Rafael Alberti e ilustrado por Paola de Gaudio. En Versos para niños y no tanto. Aique, Latramaquetrama.


De noche en la calle

“Silent book” por Angela Lago. En De noche en la calle (fragmento). Ekaré.


Wangari y los árboles de la paz: una historia verdadera Pero los funcionarios del gobierno no están de acuerdo. Wangari les impide el paso. Ellos le pegan, le dicen que es una alborotadora y la meten en la cárcel. Wangari se mantiene firme. Lo correcto es lo correcto, aunque te quedes sola.

Escrito e ilustrado por Jeanette Winter. En Wangari y los árboles de la paz: una historia verdadera (fragmento). Ekaré, pág. 23.


El final del verano Ya podían verse las primeras avispas aturdidas en el alféizar de la ventana. A Garmann, su séptimo verano se le había pasado demasiado rápido.

Escrito e ilustrado por Stian Hole. En El final del verano (fragmento). Kókinos, pág. 42.


Del otro lado del รกrbol

Silent-book por Mandana Sadat. En Del otro lado del รกrbol (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento.


Flon-Flon y Musina A la mañana siguiente, Flon-Flon le dijo a su madre: —Me voy al riachuelo, a jugar con Musina. Pero su madre le mostró por la ventana que ya no había un riachuelo. Ahora había una cerca de espino.

Escrito e ilustrado por Elzbieta. En Flon-Flon y Musina (fragmento). SM, El Barco de Vapor.


Rapunzel... —¡Rapunzel, Rapunzel, deja tus cabellos caer! —gritó el príncipe desde abajo. Rapunzel se asomó por la ventana, saludó a su amado y dejó que su larga melena cayera como una catarata de rizos dorados. El príncipe se aferró a ellos y empezó a trepar, o al menos eso fue lo que intentó, porque sus manos se resbalaban como si estuviera trepando por un palo enjabonado. Intentó una, dos, tres veces hasta que se cansó y se fue. Rapunzel no entendía qué pasaba, hasta que de pronto se iluminó, fue al baño, agarró la botella de crema de enjuague que sospechosamente le había regalado la bruja el día anterior y leyó: “deja tus cabellos realmente sedosos”. Estrelló con furia la botella escrito por Maque Lagos contra la pared y se quedó llorando sola en la torre. Microcuento e ilustrado por Natalia Wierz. En Última ronda y otros microcuentos A lo lejos se oían las carcajadas de la bruja. (Antología). Amauta, pág 90.


Tarde de invierno Juega mi dedo en el vidrio empañado y dibuja una luna y dentro de ella a mi madre que viene por la calle y cabe justo en el dibujo que voy agrandando a medida que se va acercando hasta darme ese abrazo que cabe exactamente detrás del vidrio del portarretrato.

Escrito por Jorge Luján e ilustrado por Mandana Sadat. En Tarde de invierno (fragmento). Kókinos.


El pájaro y la princesa Todos los días, la princesa de la torre tomaba su libro, se asomaba a sus páginas sin palabras y esperaba la llegada del pájaro. Su libro, aún sin escritura, guardaba todos los silencios.

Escrito por Antonio Ventura e ilustrado por Teresa Novoa. En El pájaro y la princesa (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento, pág. 4-5.


VII Lo vi desde la ventana. (luz de febrero o marzo) un banco de peces atravesó el cielo volando. El espacio que une el cielo y el mar hicieron un agujero y lo cruzaron. No eran pájaros de plata No eran trozos de la luna. Te lo prometo, eran peces. Escrito por María José Ferrada e ilustrado por Andrés López. En Cuando fuiste nube (fragmento). FCE, pág. 16.


Bigudí Hasta que un día, alguien apareció del otro lado de su ventana del piso 156. Distraída como estaba, tardó un momento en ver que un señor se asomaba detrás de la nubecita de humo que subía desde su café con leche.

Escrito por Delphine Perret e ilustrado por Sébastien Mourrain. En Bigudí (fragmento). Limonero, pág. 26.


¿Sabrá volar el mar? Una mosca entra, recorre rápidamente la habitación y sale por la ventana, después de haber cumplido con lo que tenía que hacer. Salgo por la ventana, recorro rápidamente el paisaje y vuelvo a entrar en la habitación sin haber acertado a hacer nada. Escrito por José Corredor-Matheos e ilustrado por Noemí Villamuza. En ¿Sabrá volar el mar? (fragmento). El Jinete Azul, pág, 34-35.


Sapo en invierno Una mañana, Sapo se levantó y supo inmediatamente que algo andaba mal en el mundo. Algo había cambiado. Se asomó por la ventana y se quedó extrañado al ver que todo estaba completamente blanco.

Escrito e ilustrado por Max Velthuijs. En Sapo en invierno (fragmento). Ekaré, pág. 6-7.


El bondadoso rey ¿Mi mejor amigo? Se llama León. Sus papás le pusieron así en mi honor. Curioso, ¿no? Y también le gusta mucho mirar las estrellas.

Escrito por Toño Malpica e ilustrado por Valeria Gallo. En El bondadoso rey (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento, pág. 6-7.


Recuerdos de Locosmos Los locósmicos pasan por debajo de los ríos sin ningún temor ya que ni siquiera los salpica una gota de agua. Algunos han construido sus casas de manera que un pequeño riacho entra por una ventana y sale por la otra.

Escrito por Ricardo Mariño e ilustrado por Chavetta Le Pipe. En Recuerdos de Locosomos (fragmento). Loqueleo.


El conde Olinos Desde las torres más altas la reina le oyó cantar: —Mira, hija, cómo canta la sirena de la mar. —No es la sirenita, madre, que ésa tiene otro cantar, es la voz del conde Olinos que por mí penando está.

Anónimo; ilustrado por Morella Fuenmayor. En El conde Olinos (fragmento). Ekaré, pág. 4-5.


Haikais de Tablada

Panorama Bajo de mi ventana, la luna en los tejados y las sombras chinescas y la música china de los gatos.

Escrito por José Juan Tablada e ilustrado por Fabricio VanderBroeck En Haikis de Tablada. Playco, pág. 29.


¿Yo y mi gato? Cierta noche una anciana con un sombrero puntiagudo entró por la ventana de mi recámara. Sacudió su escoba frente a mí, escupió algunas palabras y se fue sin decir adiós…

Escrito e ilustrado por Satoshi Kitamura. En ¿Yo y mi gato? (anteportada). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento.


La lluvia apenas... La lluvia apenas baja sus barrotes, arma una cárcel de agua a tu mirada. Las gotas ventanales prisman mil veces el jardín hasta que ves con los ojos exactos de una mosca.

Escrito por Cecilia Pisos e ilustrado por Ana Pez. En Esto que brilla en el aire. FCE, pág. 44.


Un día de lluvia

Era casi de noche y había una tormenta Ana estaba triste por no ir al baile. Aún eres muy pequeña, le había dicho su madre. Ni siquiera has aprendido a leer, habían agregado sus dos hermanas mayores, riéndose de ella. Escrito e ilustrado por Claudia Rueda. En Un día de lluvia (fragmento). Océano Travesía.


Por esta poesĂ­a Por esta escalera trepa la sonrisa de la primavera. Por esta ventana se asoma y me espĂ­a la luna haragana. Por esta canilla sale agua traviesa que me hace cosquillas.

Escrito por Liliana Cinetto e ilustrado por Mitita, en Por esta ventana (fragmento), Norma, pĂĄgs. 26 y 27.


Video-Clips En el baño de la casa de Marilín hay una ventana. Da a la calle. Ubicada medio metro más arriba que su mollera, consta de tres hojas de vidrio rectangulares en sentido horizontal. Las hojas se abren cuando se baja una varilla metálica colocada a la derecha. Se cierran actuando al revés. Cerrados, los vidrios de la ventana se confunden en uno. Abiertos, parecen tres estantes cristalinos. La ventana es chica pero eficaz. Escrito por Silvia Schujer. En Video-Clips (fragmento). Sudamericana.


Versos como una casa ¿No será cada poema una casa? ¿Cada palabra un nido? ¿No será una cabaña en el árbol? Los ojos que abre la infancia son dos ventanas. Por eso, ser la voz del poema es habitar la casa de la infancia. La casa de la infancia siempre debe estar habitada. Palabras que sanen y versos que canten. Porque en cada habitación se va forjando el recuerdo. Y se puede escuchar el trino de los pájaros. Y cada recuerdo sujeta las ramas de los árboles, hace volar. Las estaciones o enciende el sol y las estrellas. Y los versos son lugares. Lugares que se construyen con palabras y que serán habitados, más tarde, por esos recuerdos.

Escrito por Mar Benegas e ilustrado por Francisca Yáñez. En Versos como una casa (contraportada). Ediciones A buen paso.


Ojos Debajo de las ventanas la casa tiene nariz, por eso, si se resfría, estornuda y dice ¡achís!

Escrito por Mar Benegas e ilustrado por Francisca Yáñez. En Versos como una casa. Ediciones A buen paso.


El lenguaje de las cosas

¿Es verdad que las cortinas son las bufandas de las ventanas? JJJJrrrrrrrr ssssssop, responde la cortina, en el idioma de las cortinas.

Escrito por María José Ferrada e ilustrado por Pep Carrió. En El lenguaje de las cosas. Santillana, pág. 46.


Adivinancero antológico español

Son dos cortinitas con dos ventanitas que, al cerrarse, tapan dos niñas bonitas

(Los párpados) Antologado por José Luis Gárfer y Concha Fernández. Ilustrado por Pablo Auladell. En Adivinancero antológico español. Anaya, pág.110.


Abrir la ventana Abrir la ventana Correr la cortina, abrir la ventana, mirar la amarilla flor de la retama. Subir la escalera, cruzar la terraza, buscar la menuda luz de la torcaza. Cazar una nube de sueño que pasa, llenarse de cielo, volverse a la casa.

Escrito por María Cristina Ramos, ilustrado por Paula Alenda. En La Luna lleva un silencio. Aique-Anaya, Colección Sopa de libros, pág 30.


La sonada aventura de Ben Malasangüe A la tarde siguiente Malasangüe se apostó en la ventana a la hora en que pasaba Floriana con su cortejo. La vio venir. —¡Milady! —le gritó—. ¡Su lindo gatito ha perdido el moño!

Escrito por Ema Wolf e ilustrado por Tabaré, en La sonada aventura de Ben Malasangüe (fragmento), Alfaguara Infantil, págs. 60-62.


La casa de Javier Y la Vecina de Arriba canta y los títeres de Javier hacen coro en su valija. En la casa de Almagro viven también los títeres, porque Javier es titiritero.

Escrito por Laura Devetach e ilustrado por María Lavezzi, en La casa de Javier (fragmento), Editorial Norma, págs. 6 y 7.


Las manos en la masa

Miro por la ventana la lluvia. Los árboles se mecen. Una vaca me saluda y anda.

Escrito por María Rosa Mó e ilustradopor María Jesús Álvarez. En Las manos en la masa (fragmento), e.d.b., pág. 10.


Ventana

Escrito por Constancio C. Vigil e ilustrado por Araceli Vรกzquez, en Upa! (fragmento), Atlรกntida, pรกg. 57.


Escondido Dentro de los ovillos hay un planeta de lana, que si fueras pequeño podrías habitar. Tejer una casa con una silla, una ventana. Y sentarte a mirar cómo se desenreda la tarde.

Escrito por María José Ferrada e ilustrado por Rodrigo Martín Matamoros. En Escondido (fragmento). Ocho Libros Editores.


Johanna en el tren ¡Qué bonito! una historia en cada ventana (...)

Escrito e ilustrado por Kathrin Schärer. En Johanna en el tren (fragmento). Océano.


Amigos por el viento TambiĂŠn puedo recordar la ropa reseca sacudiĂŠndose al sol mientras mamĂĄ cerraba las ventanas para que, adentro y adentro, algo quedara en su sitio.

Escrito por Liliana Bodoc e ilustrado por Poly Bernatene. En Amigos por el viento (fragmento). Alfaguara.


¿Dónde queda tu ventana? Te escribo cartas en la luna con las letras del escarabajo en la arena. Celeste de la luna en tu ventana. ¿La ves? Dale, que se la lleva la mañana. Escrito por Laura Forchetti e ilustrado por María Elina. En Donde nace la noche. Kalandraka.


Los ahogados Tras el vidrio sucio, ese que no había querido limpiar, vio la sombra de los pinos, como manchas de cuerpos, en el atardecer helado que llegaba (...) Se quedó largo rato, así, como una oveja entregada. —Anoche tuve un sueño (...) yo te quería decir sobre los ahogados (...) tenía cortada la lengua, por eso no podía hablar, pero quería decirte… decirte que ellos no son ahogados.

Escrito por María Teresa Andruetto e ilustrado por Daniel Rabanal. En Los ahogados (fragmento). Babel Libros.


Mil grullas En la luminosidad del mediodía que ahora ocupaba todo el recinto, mil grullas empezaron a balancearse impulsadas por el viento que la enfermera también dejó colar, al entreabrir por unos instantes la ventana. Los ojos de Naomi seguían sonriendo. Escrito por Elsa Bornemann e ilustrado por Guido Bruveris. En No somos irrompibles (fragmento). Librerías Fausto, La Lechuza.


El รกrbol rojo

Ves pasar de largo cosas maravillosas

Escrito e ilustrado por Shaun Tan. En El รกrbol rojo (fragmento). Bรกrbara Fiore Editoras.


Blancanieves

Abrió la ventana para poder escuchar a lo lejos el cuero de caza de su marido el rey. Pero al asomarse se clavó la aguja en un dedo y una gota de sangre cayó sobre la nieve. Al verla, un deseo prendió en su corazón: “¡Oh, cómo me gustaría tener una niña blanca como la nieve, roja como la sangre y negra como el ébano!”. Escrito por Josephine Poole e ilustrado por Angela Barret. En Blancanieves (fragmento). Kokinos.


Historia del dragón y la princesa En la torre más alta del mundo, allá, cerca de las nubes, se veía una ventana muy, pero muy chiquita. La ventanita era un cuadrado de cinco metros por cinco metros, que para cualquiera sería un inmenso ventanal. Para cualquiera, pero no para un dragón de cien metros de largo que asomaba la cabeza y trataba de escapar. Pero no había caso. Podía sacar la cabeza, y nada más.

Escrito por Gustavo Roldán e ilustrado por Mariela Glüzmann. En Historia del dragón y la princesa (fragmento). SM.


Una luz muy extraña Un punto de luz destelló en la ventana del primer piso de la casa frente a la plaza. Ahora no dudé. Era en esa casa, en la del balcón. De entrada clavé los ojos en la ventana, y no me equivoqué. Un segundo chispazo, igual que el primero, y nada más. Esperé unos minutos, por las dudas, pero no hubo ningún otro. Ya me iba, cuando el ruido de un motor que se ponía en marcha hizo que trabajaran mis pequeñas células grises. Escrito por Norma Huidobro e ilustrado por Lucía Mansilla Sí, me gusta Hércules Poirot. Prieto, en Una luz muy extraña (fragmento), Norma, págs.

34 y 35.


Los misterios del señor Burdick Todo comenzó cuando alguien dejó abierta la ventana.

Escrito e ilustrado por Chris Van Allsburg. En Los misterios del señor Burdick. FCE.


La piedra azul En la cárcel había una jóven que no dejaba de llorar. Cada vez que la luna salía, miraba el cielo iluminado para entonar una canción. La melodía se elevaba lentamente al compás del centellear de las estrellas.

Escrito e ilustrado por Jimmy Liao. En La piedra azul (fragmento). FCE.


El libro de los cerdos “¿Cuándo regresará mamá?” gimotearon los niños después de otra horrorosa comida.

Escrito e ilustrado por Anthony Browne. En El libro de los cerdos (fragmento). FCE.


La enamorada del muro Él se quedaba sentado frente a la ventana, con los libros amontonados sobre la mesa; pero en vez de estudiar se distraía observando el patio, con la vista clavada en el tapial del fondo, donde la enamorada del muro se enredaba hasta perderse en los tapiales vecinos. Allí dejaba Ivån su mirada por minutos, y a veces hasta por horas.

Escrito por Sandra Comino e ilustrado por Gabriela Burin. En La enamorada del muro (fragmento). Loqueleo.


El libro de los fantasmas —Tienes las mejillas heladas— le dijo un fantasma a otro—. Deberías sacarte esa costumbre de estar horas parado frente a la ventana abierta.

Escrito por Nelvy Bustamante e ilustrado por Lady Desidia. En El libro de los fantasmas (fragmento). Savanna Books.


El viaje de Nahuel, el niño-jaguar

Escrito por Jó Rivadullia e ilustrado por Iván Zigarán. En El viaje de Nahuel, el niño jaguar (fragmento). Ediciones de la Terraza.


Los duendes de las letras Los duendes de las letras arman rondas de palabras, tejen poesías de vientos para soñadores sin alas. Inventan recetas mágicas para todo mal de amores y escriben en arcoíris con sus tintas de colores. Redactan largas cartas para tristes soñadores con palabras muy dulces de un panal abecedario. Para niños remolones escriben cálidas nanas que gorjea el rey sueño desde su trono ventana y para abuelos con piel de antiguos mapas copian historias de amor con caricias en las tapas. Escrito por Vilma Novick Freyre e ilustrado por Luján Ramón. En Los duendes de las letras. Ediciones de la Terraza.


Monstruo Un monstruo me acecha. Está parado ahí, detrás de la ventana. Quieto y atento espera el momento de mis sueños mejores para dar el zarpazo. Por eso, desde hace tiempo, convierto cada noche en una sucesión de interminables pesadillas. Escrito por Nelvy Bustamante e ilustrado por María Zeta. En Microcosmos. Ediciones de la Terraza.


28 (“Si tuviera que escribirte”) En la carta que recibí el tercer día del primer mes tenías ganas de volver. En la del segundo día del segundo mes, añorabas el sabor de los higos, el sonido del viento cuando da vuelta la esquina y se eleva en remolinos de tierra seca, y mi sonrisa. Para el primer domingo del quinto mes, me hablabas de todos tus nuevos amigos, de que querías que los conozca y que me conozcan y que juntos saliéramos a dar la vuelta al mundo, o la vuelta a la plaza, que a veces es el mundo. Cuando acá llovió torrencialmente durante cuatro días seguidos, recibí una carta en donde me dibujaste lo que veías por tu ventana. Tuve una idea precisa de la forma en que las sombras van acariciando el suelo y de cómo se ve el atardecer en aquel sitio lejano. Después llegaron otras cartas tuyas. Y las mías partieron. Dentro de ellas somos seres de aire. Barriletes sostenidos por letras que son hebras de tinta sobre los hilos de los renglones. Y ahora tu regreso tiene fecha precisa, en esta última carta, sólo me resta decirte: Aquí te estaré esperando.

Escrito por Alejandra Correa e ilustrado por Cecilia Afonso Esteves. En Si tuviera que escribirte. Ediciones de la Terraza.


Rabanito Más insulso que un rábano es pensar que un rábano es insulso. Cruje cual zanahoria desfila cual remolacha. Huele cual rábano. Insulso.

Escrito por Luciana Schwarzman e ilustrado por Daniel Arias En Así. Ediciones de la Terraza, Colección Acordeón.


El pajarito remendado Fue a una sastrería y se compró una levita y un pantalón a rayas; después a una camisería, donde encargó una camisa de seda; y por último a una zapatería y allí eligió un par de zapatos de charol con una hebilla de plata. Luego subió hasta el balcón del palacio del rey y cantó: Pi, pi, pi, pi, valgo más yo con mi traje de lana que el rey con su manto de grana. Pi, pi, pi. Escrito por Eva Rey e ilustrado por Perla Bajder En El pajarito remendado (fragmento). Eudeba, Colección Los Cuentos del Chiribitil.


La niña que iluminó la noche Siempre estaba muy solo. Y muy triste. Pues veía, desde su ventana, a los otros chicos jugando sobre el césped en las noches de verano. Los veía corriendo felices allá afuera de la oscuridad de la luz.

Escrito por Ray Bradbury e ilustrado por Juan Marchese. En La niña que iluminó la noche (fragmento). De la Flor, pág. 11.


Mi abuela no es la de antes Mi abuela, la de ahora, no sabe mi nombre. Y, a veces, no sabe quién soy. Pero me mira y me sonríe.Me da besos y me abraza. Y las noches de plenilunio se acerca a la ventana y se mira fijamente en la luna horas y horas como si fuera un espejo.

Escrito por María José Orobitg i Della e ilustrado por Carles Ballestero. En Mi abuela no es la de antes (fragmento). Criatura Editora, pág 19.


Los rimaqué Dos manos expertas manejan la escoba me alzan en nubes de cada baldosa. Por una ventana se asoma un instante el sol que me besa en medio del aire. ¿Sienten los rayitos de luz que me tocan cómo estoy temblando de alegría loca?

Escrito por Ruth Kaufman e ilustrado por Daniel Roldán. En Los rimaqué. Sudamericana, Panflauta.


Pájaros Hay un hilo que cose la noche al día Al mirar por la ventana, Sofía Vio que dos pájaros se posaban en él.

Escrito por María José Ferrada e ilustrado por Fito Holloway. En Pájaros (fragmento). Pequeño Editor, Incluso los grandes.


Azul la cordillera Demasiada ventana la que le han hecho a esta escuela. Al Ramoncito le gusta porque se cuelga de las cortinas. A mí me hacía mejor la otra. Era más chica pero estaba más guardada del viento.

Escrito por María Cristina Ramos. En Azul, la cordillera (fragmento). Editorial Norma, Torre de papel, pág 25.


La escuela de las hadas Y muchas, que ya tenían alas de mariposas, echaron a volar, saliendo y entrando por las ventanas.

Escrito por Conrado Nalé Roxlo. En La escuela de las hadas (fragmento). Colihue, pág 16.


Charlie y la fábrica de chocolate Pero lo más misterioso de todo, Charlie, eran las sombras en las ventanas de la fábrica. La gente que estaba afuera, de pie en la calle, podía ver pequeñas sombras oscuras moviéndose de uno a otro lado detrás de las ventanas de vidrio esmerilado.

Escrito por Roald Dahl e ilustrado por Quentin Blake. En Charlie y la fábrica de chocolate (fragmento). Alfaguara, pág 31.


Los extrañamientos Abro los ojos. La velocidad baja o mi cuerpo se acostumbra, no lo sé. Miro por la ventana.

Escrito por Martín Blasco. En Los extrañamientos (fragmento). Santillana, pág 136.


El pequeño hombre lobo Búho se agachó y luego levantó la cabeza lo justo para poder atisbar por encima del alféizar de la ventana.

Escrito por Cornelia Funke. En El pequeño hombre lobo (fragmento). Ediciones B.


Nunca jamás Pensé que quizá podríamos convertir el estudio en un museo, no abrir las ventanas y guardar todo así para siempre.

Escrito por Carola Martinez Arroyo ilustrado por Claudia Legnazzi. En Nunca Jamás (fragmento). Norma, Zona Libre pág 38.


Para cuando llueve Un viejo con barba se arrima y suelta una blanca paloma con ida y vuelta. Como se ve esa ventana es la ventana del Arca de NoĂŠ

Escrito por Canela e ilustrado por Claudia Legnazzi. En Para cuando llueve (fragmento). Sudamericana.


Piñatas

¿Qué apuro tenía mamá para irse? Escrito e ilustrado por Isol. En Piñatas (fragmento). Del Eclipse.


La niña y la gata Julia mira las estrellas por su ventana brillar Julia oye de repente en el techo agudo miauuuuuu. —¿Humi?

Escrito por Lilia Lardone e ilustrado por Claudia Legnazzi. En La niña y la gata (fragmento). Comunicarte.


La niña de rojo

Escrito por Aarón Frish e ilustrado por Roberto Innocenti. En La niña de rojo (fragmento). Kalandraka.


La durmiente ÂĄEs que creciĂł escuchando a las siervas contar sus penas en la cocina del palacio y viendo a los hambrientos de comida por la ventana de una torre y a los hambreados de amor por todas partes!

Escrito por MarĂ­a Teresa Andruetto e ilustrado por Istvansch. En La durmiente (fragmento). Alfaguara.


Hay un monstruo debajo de mi cama Primero iba a retarme y después lo iba a barrer al monstruo. A ningún nene (aunque sea el del medio) le gusta que la mamá lo rete. Y a ningún monstruo (aunque coma galletitas y chicles) le gusta que lo barran. Alcancé a sacarlo y a envolverlo con una camiseta, sucia también, justo cuando ella entraba con el balde, la Escrito por Liliana Cinetto e ilustrado por Lucía Mansilla Prieto.En Hay un monstruo debajo de mi cama (fragmento). Del Naranjo.

escoba y la pala.


Como todo gato Un gato ve abrirse una ventana a sus pies. El gato, que como todo gato es curioso, se desliza por ella.

Escrito por Silvina Rochai e ilustrado por Tambuscio. En Como todo gato (fragmento). Del Naranjo.


Caperucita Roja (tal como se la contaron a Jorge) ¡En ese momento apareció un cazador!

Escrito por Luis Maria Pescetti e ilustrado por O’kif. En Caperucita Roja (tal como se la contaron a Jorge) (fragmento). Alfaguara.


Los músicos de Bremen Ya estaba anocheciendo cuando los cuatro amigos vieron las luces de una casa y decidieron acercarse. Para poder llegar a la ventana y ver qué pasaba, se subieron uno encima del otro: primero el burro, luego el perro, encima el gato y, por último, el gallo. Hermanos Grimm, adaptación de Luz Orihuela, ilustrado por Petra Steinmeyer. En Los músicos de Bremen (fragmento). Combel, Al Galopea.


Desayuno Me gusta desayunar temprano, cuando el sol parece una naranja que me puedo tomar.

Escrito por Micaela Chirif e ilustrado por Gabriel Alayza. En Desayuno (fragmento). PolifonĂ­a Editora.


Manuel no es Superman Ana al salir el sol no habla ni canta simplemente es Ana que mira por la ventana cómo se doblan los pastos para que duerman las hadas.

Poema de Gastón Concalves a Ana Granada ilustrado por Irene Singer. En Quién soy (fragmento). Calibroscopio.


Mafalda I

Escrito e ilustrado por Quino. En Toda Mafalda. De la Flor.


Mafalda II

Escrito e ilustrado por Quino. En Toda Mafalda. De la Flor.


El árbol rojo

(…) pero de pronto ahí está delante de ti Rebosante de color y vida esperándote tal como lo imaginaste.

Escrito e ilustrado por Shaun Tan. En El árbol rojo (fragmento). Barbara Fiore.


Había una vez Y él, fascinado, fue dejando la tarea de matarla para el día siguiente y el siguiente. Y así fue que, esperando morir, ella contó más de mil cuentos. Escrito por María Teresa Andruetto e ilustrado por Claudia Legnazzi. En Había una Vez (fragmento). Calibroscopio.


¿Lobo está? —¡Otras vez me están llamando!

Escrito por Jaquelina Romero e ilustrado por Laura Aguerrebehere. En ¿Lobo está? (fragmento). Del Naranjo.


El hombre civilizado De vez en cuando salimos, pero siempre regresamos a nuestros hogares. Quien no tiene hogar se siente mal por ello. Es bueno vivir entre otras personas.

Escrito por Karl Philipp Moritz e ilustrado por Wolf Erlbruch. En El nuevo libro del Abecedario (fragmento). Barbara Fiore.


El planeta de los Aljenfios La gente que andaba por la calle, los que estaban mirando por la ventana y los que se habían sentado a tomar fresco en las puertas de sus casas vieron pasar a José con un piano, a Laura con un violín y a Diego con una flauta. Y todos pensaron que era una suerte tener músicos en el pueblo.

Escrito por Adela Basch. En El planeta de los aljenfios (fragmento). Los Libros del Quirquincho.


Rebelión en Tortoni Nunca se hubiera imaginado que ese día iba a cambiar su vida para siempre.

Escrito e ilustrado por Pablo Bernasconi. En Rebelión en el Tortoni (fragmento). Sudamericana.


Para hacer el retrato de un pájaro (Mañana podrás pintar otro.)

Pintar primero una jaula con la puerta abierta. Después pintar algo bonito, algo sencillo, algo bueno, algo útil para el pájaro. Escrito por Jacques Prévet e ilustrado por Mordica Gerstein. En Para hacer el retrato de un Pájaro (fragmento). Kalandraka.


Para cuidarte mejor —¡¿Qué estás haciendo, Caperucita?! (¡Cuántas veces dije que no saludes a extraños!)

Escrito e ilustrado por Ximena García. En Para cuidarte mejor (fragmento). Uranito.


Detrás de los cristales Corría el año 1918, 22 de junio. ¿Corría? Más bien flotaba, entre los grises de la niebla. ¿Tanto tiempo había pasado? Sí. Tanto tiempo. Era la primera vez que nevaba sobre Buenos Aires. Vuelve a nevar ahora, el 9 de julio de 2007. ¿Ya es 2007? Qué barbaridad. Hoy sí, desde mi ventana, puedo mirar los copos que caen y, sin embargo, siento que es tarde. Muchas veces, las cosas llegan cuando ya no las esperamos. Escrito por Ángeles Durini e ilustrado por Silvi Hei. En Detrás de los cristales (fragmento). SM, El Barco de Vapor.


NO (Es así) Y todo volvió a la normalidad.

Escrito e ilustrado por Pablo Bernasconi. En No (Es así) (fragmento). La Brujita de Papel.


Mancala Si esto fuese una película acá aparecería un cartel negro. Explicaría que pasaron muchos años. Pero como es la vida, solamente hay unas piedras de colores sobre mi escritorio y un grabador muy diferente al que él tenía y nunca me prestaba. Y también está esta señorita tan amable, sentada delante de la ventana más hermosa de la tierra, la que da a los muchísimos techos nevados de Praga. Hace frío y ella extiende el brazo para acercar más el micrófono mientras con un gesto de inquietud se ofrece a repetirme la pregunta.

Escrito por Natalia Porta López e ilustrado por Daniel Rabanal. En Mancala (fragmento). Gerbera Ediciones.


Lo que vive en ti Crees que eres una cosa cuando en realidad eres otra.

Escrito e ilustrado por Fidel Sclavo. En Lo que vive en ti (fragmento). V&R.


Mondo Babosa

Escrito e ilustrado por Mariano DĂ­az Prieto. En Mondo Babosa. Adriana Hidalgo Editora.


El regalo de los Reyes Magos En vez de hacerles caso, Jim se dejó caer en el sofá , cruzó las manos detrás de la cabeza y sonrió. —Dell —dijo—, guardemos nuestros regalos de Navidad por un tiempo. Son demasiado buenos para usarlos en este momento.

Escrito por O. Henry e ilustrado por María Wernicke. En El regalo de los Reyes Magos (fragmento). Calibroscopio.


El club de los Perfectos Los sábados por la noche el Club de los Perfectos estaba siempre rodeado de floridenses. Y fue por eso que, cuando pasó lo que tenía que pasar, hubo muchos que pudieron contarlo.

Escrito por Graciela Montes e ilustrado por Eleonora Arroyo. En El Club de los Perfectos (fragmento). Colihue, Pajarito Remendado.


DoĂąa Elba

Escrita e ilustrada por Mariano Prieto Castillo. En DoĂąa Elba (Portada). Adriana Hidalgo Editora.


El otro lado

Escrito e ilustrado por Istvan Banyai. En El otro lado. FCE.


Donde viven los monstruos Hasta llegar a la noche misma de su propia habitaciĂłn donde su cena le estaba esperando y todavĂ­a estaba caliente.

Escrito e ilustrado por Maurice Sendak. En Donde viven los monstruos (fragmento). Kalandraka.


Algo raro en casa del abuelo

—Cierto —dije—. No lo entiendo, no sé qué es, pero hay algo hoy que me parece raro. Escrito e ilustrado por David Legge. En Algo raro en casa del abuelo (fragmento). Calibroscopio.


La calle es libre cocinando, cociendo, arreglando sus casas, lavando, trabajando lejos ‌ocupados.

Escrito por Kurusa e ilustrado por Monika Doppert. En La calle es libre (fragmento). EkarĂŠ.


La Cenicienta La sorpresa de sus hermanas fue mayúscula, pero fue todavía mayor cuando Cenicienta sacó de su bolsillo el otro zapatito y se lo puso en el otro pie.

Escrita por Perrault e ilustrada por Innocenti. En La Cenicienta (fragmento). Lumen.


La Cenicienta —Y a ti, Cenicienta —le dijeron, mientras las estaba peinando—, ¿no te gustaría ir al baile? —Por Dios, señoritas, no os burléis de mí. ¿Qué iba a hacer yo en un baile? —Tienes razón. Se reirían mucho si vieran a un Culoceniciento en palacio.

Escrito por Perrault e ilustrado por Innocenti. En La Cenicienta (fragmento). Lumen.


El sueño del gato que olió el pastel

Escrito e ilustrado por Isol. En Nocturno. Recetario de sueños. FCE.


11 de enero. Despejado Mira por la ventana, mira a lo lejos, imagina que las gotas de la lluvia empapan el alféizar, imagina que una gran nevada cubre el desierto, mira por la ventana, observa la luna en el cielo, mira a lo lejos, observa cómo vienes a mi encuentro. Imagina que al otro lado de la ventana la primavera no pudiera entrar. Como trabajo junto a la ventana, me gusta dibujar ventanas. A menudo levanto la cabeza para contemplar las nubes y mis sentimientos también se alejan flotando…

Escrito e ilustrado por Jimmy Liao. En Hermosa Soledad (fragmento). Bárbara Fiore y Calibroscopio.


La Babirusa Atómica

Así, Mock logró por fin lo que siempre había soñado. Multitudes aterrorizadas lo hicieron sentir la persona más justa e importante del mundo. Él sería su salvador.

Escrito por Joaquín Areta e ilustrado por Magui Ledesma. En La Babirusa Atómica (fragmento). Adriana Hidalgo Editora.


El reloj de mi abuela Cada atardecer, veo desde la ventana las luces de las otras casas, que hacen señales a los barcos que están en la mar…

Escrito por Geraldine McCaughrean e ilustrado por Stephen Lambert. En El reloj de mi abuela (fragmento). Everest, pág 15.


Letras en la ventana Desde mi ventana, veo al cielo escribir la letra V. La repite muchas veces, tantas como golondrinas, vuelan entre las nubes

Escrito por Leire Bilbao e ilustrado por Maite Mutuberria. De Bichopoemas y otras bestias (fragmento). Kalandraka.


Cuento de verano El ramillete esperaba en el alfĂŠizar de la ventana.

Escrito e ilustrado por Jill Barklem. En Cuentos de verano (fragmento). Ediciones B. pĂĄg 14.


Historia de un amor exagerado No quería llorar en su pieza porque tenía ventana.

Escrito por Graciela Montes e ilustrado por Oscar Rojas. En Historia de un amor exagerado (fragmento). Colihue, Libros del Malabarista, pág 42.


A Luciano se le va la mano Luciano estaba sentado junto a la ventana de su departamento. Y, como de costumbre, comenzó a soltar una cadena interminable de lamentos. “¡Este lugar es realmente insoportable! No aguanto que todo el mundo pase junto a mi ventana y hable y hable y hable. ¡Qué gente tan antipática! Me pone de mal humor de manera automática”.

Escrito por Adela Basch e ilustrado por Martín Morón. En A Luciano se le va la mano (fragmento). SM, El Barco de Vapor.


Un día, un gato Todos los días el gato se sienta en el balcón y piensa: "los pájaros son parte del paisaje, mejor que se los lleve el viento" tiene razón los que se van no dejan huella.

Escrito por Juan Lima, ilustrado por varios. En Un día, un gato (fragmento). Calibroscopio.


LIV Es verdad que las golondrinas van a establecerse en la luna? Se llevarán la primavera sacándola de las cornisas? Se alejarán en el otoño las golondrinas de la luna? Buscarán muestras de bismuto o picotazos en el cielo? Y a los balcones volverán espolvoreados de ceniza?

Escrito por Pablo Neruda e ilustrado por Isidro Ferrer. De El libro de las preguntas (fragmento). Media Vaca.


Don Fresquete A la mañana siguiente, cuando los chicos se levantaron, corrieron a la ventana para decirle buenos días, pero... ¡Don Fresquete había desaparecido!

Escrito por María Elena Walsh e ilustrado por Perica En Cuentopos de Gulubú (fragmento). Alfaguara.


La muralla No se casaron de inmediato porque lo primero que hizo la princesa Veridiana después de enamorarse del rey fue contagiarle la gripe. Cada uno, desde una torre del palacio, le mandaba mensajitos al otro: —¡Por fin me bajó la fiebre! —¡Tengo chuchos de frío!

Escrito por Sandra Siemens e ilustrado por Claudia Legnazzi. En La muralla (fragmento). SM, El Barco de Vapor.


La niña más pequeña de toda la escuela Se fijaba en las flores silvestres que siempre miraban al sol. Y una noche, muy tarde, el aullido de un perro oyó. Y a los gatos callejeros que siempre se peleaban los vio un día en asamblea, todos juntos, como si nada.

Escrito por Justin Roberts e ilustrado por Christian Robinson. En La niña más pequeña de toda la escuela (fragmento). Alba.


Una lluviosa mañana de domingo Tal vez haya un niño que, como yo, mira por la ventana. ¿En qué estará pensando? ¿Será un silencioso domingo por la mañana, allí también? Escrito por Sooni Kim ei lustrado por Mia Sim. Una lluviosa mañana de domingo (fragmento). Pípala.


Ventanas A los animales tambiĂŠn les gusta asomarse por las ventanas. Son muy curiosos y les encanta saber quĂŠ pasa al otro lado.

Escrito e ilustrado por Carmen Queralt. En Ventanas (fragmento). Edelvives.


El edificio Los relojes de Levin marcan el tiempo, el tiempo que pasa‌ El tiempo que va cambiando a la gente, a los vecinos‌ una y otra vez, al tic-tac de los relojes.

Escrito por Jairo Buitrago e ilustrado por Daniel Rabanal. El edificio (fragmento). Babel.


La cabeza en la bolsa Los sábados, Adela visita a sus vecinos. Leonora es la conserje; Filemón, escritor. Se cuentan casi todo. Pero Adela no sabe que Leonora se pone la ropa del revés por miedo a lo que diga la gente a sus espaldas. Y no sabe tampoco que Filemón camina parado en ambas manos para evitar golpearse la cabeza. Le gusta lo que dicen, o lo que filosofan, o que a veces se aguanten dos o tres groserías. Le gusta que le cuenten cómo les fue ese día. Se entienden bien los tres.

Escrito e ilustrado por Marjorie Pourchet. En La cabeza en la bolsa (fragmento). FCE, Los especiales de A la orilla del viento.


Una lluviosa mañana de domingo Es posible que las familias estén reuniéndose para cenar o viendo televisión. O a lo mejor es medianoche y algunos ya están viajando por el universo de los sueños.

Escrito por Sooni Ki e ilustrado por Mia Sim. En Una lluviosa mañana de domingo (fragmento). Pípala.


04 La Princesa Pies Inquietos huyó mientras pudo. Cuando ya la niebla agrisaba el corazón del palacio, escapó en la única dirección que el sueño aún no había explorado: hacia arriba. Subió los escalones de la torre en un suspiro. Cerró la puerta, aunque sabía que no había obstáculo capaz de detener a su perseguidor, y esperó sin esperanza alguna. Miró por la ventana el soñoliento castillo y los jardines, tan verdes, tan quietos. Se sentó frente a la rueca a destejer los últimos instantes de vigilia. Escrito por Sebastián Varga. Ilustración de tapa de Gustavo Damiani. En Y dormirás cien años (fragmento). SM, Clásicos contemporáneos, pág. 49.


Ochi En la mañana, todos esperaban la salida del roedor. Victoria no quería que comiera del señuelo. Y cuando se quedó atrapado en el pegamento, a Victoria le crujió el corazón, pero sus papás vieron la oportunidad de deshacerse de él. Victoria, sin que los grandes la vieran, abrió la ventana. MIentras se sostenía fuerte del ventilador, Ochi vio la ventana abierta. Aunque Victoria no pudo evitar el escobazo, sí pudo poner la última velocidad, esa que propulsó a Ochi fuera de la casa. Así despidió al ratón de su familia y del terrible fumigador. Ochi desde el suelo, con sus nuevos zapatos aprendía a surfear entre los pastos verdes y Victoria le decía chau con los ojos empañados.

Escrito por María Gabriela Belziti e ilustrado por Pilar Centeno. En Hallazgo en el campamento. (De los cuadernos de Ulises Fizzi) (fragmento). Del naranjo.


Eso no se hace Los tigres no titilan. Los minutos no salpican.

Escrito por Laura Wittner e ilustrado por Carlos Junowicz. En Eso no se hace (fragmento). Limonero.


Abre la ventana Apaga la compu, la tele y abre la ventana. Que no hay pantalla más verdadera y más sana. ¿Qué hay más allá de la chimenea? ¿Qué habrá detrás de esa gran antena? ¿Por qué será que al ciudad tiene esa extraña cualidad? Todo se mueve a velocidad de trineo sin los frenos con motor de miniflete y turbina de cohete disfrazada como una nave espacial. Escrito por Dúo Karma e ilustrado por Xóchitl Galán. En Firmamento (Disco-libro). Editorial Independiente.


El principio

No había luz eléctrica, y los ruidos de la noche daban mucho más miedo, por eso dormíamos acurrucados, muy juntos. Escrito por Paula Carballeira e ilustrado por Sonja Danowski. En El principio (fragmento). Kalandraka, Libros para soñar.


El principio Una vez hubo una guerra (...) La gente estaba triste (...) Un día, alguien se puso a jugar. Otro día, una niña que nadie conocía, comenzó a reír. Después hubo muchas risas más. Un viejo cocinero se sentó y comenzó a hablar de recetas. Sus palabras saciaron nuestra hambre, por lo menos esa tarde. Cuando el sol se puso, los coches se desearon buenas noches con las bocinas. Era como si estuviesen vivos. Estábamos vivos. Fue como una fiesta. La fiesta del principio de algo.

Escrito por Paula Carballeira e ilustrado por Sonja Danowski. En El principio (fragmento). Kalandraka, Libros para soñar.


En casa de mis abuelos Fue así como mi abuela pasó largas tardes de ese invierno acompañada por el recuerdo de las risas y los juegos del verano.

Escrito por Arianna Squilloni e ilustrado por Alba Marina Rivera. En casa de mis abuelos (fragmento). Ekaré.


La princesa viene a las cuatro Rosas del jardĂ­n, lata de carne abierta; bien, puede venir.

Escrito por Wolfdietrich Schnurre. e ilustrado por Rotraut Susanne Berner. La princesa viene a las cuatro (fragmento). LoguĂŠz.


La visita del conejito Escucho pasar una bicicleta a lo lejos. ¿Cómo estará mamá?

Escrito por Chiaki Okada y Ko Okada e ilustrado por Chiaki Okada. En La visita del conejito (fragmento). Océano Travesía.


Secreto de familia Y que cuando crezca quizás yo también sea un puercoespín

Escrito e ilustrado por Isol En Secreto de familia (fragmento). FCE.


Tío Lobo La madre cerró las ventanas, atracó las puertas, y tapó todos los huecos para que Tío Lobo no pudiesen entrar, pero … ¡olvidó de tapar la chimenea!

Escrito por Xosé Ballesteros e ilustrado por Roger Olmos. En Tío Lobo (fragmento). Kalandraka.


Fámili El olorcito salía del palacio de Moctezuma, cruzaba el Golfo de México y atravesaba el océano hasta la costa de Portugal. Después cruzaba Portugal y las tierras de España hasta Toledo donde vivía el rey Fernando. Allí subía por la pared sur del palacio, entraba por la ventana, se metía por debajo de las cobijas reales y llegaba hasta la nariz de Fernando.

Escrito por Ema Wolf e ilustrado por Jorge Sanzol. En Fámili (fragmento). Sudamericana.


Ram贸n preocup贸n

Y se preocupaba por los zapatos (...) Escrito e ilustrado por Anthony Brown. En Ram贸n Preocup贸n (fragmento). FCE.


En el desván

Abrí una ventana que abría otras ventanas.

Escrito por Hiawyn Oram e ilustrado por Satoshi Kitamura. En el desván (fragmento). FCE, Los Especiales de A la orilla del viento.


¿Somos amigos? ¡Yo también creo que es divertido que seas mi amigo!

Escrito e ilustrado por Anabel Fernández Rey. En ¿Somos amigos? (fragmento). Kalandraka, Libros para soñar.


Lejos, lejos de casa Hay días en que sonrío de oreja a oreja, ¡Qué feliz soy! Y otros días, estoy furiosa, triste y feliz, todo a la vez.

Escrito por Rachel Woodworth e ilustrado por Sang Miao. En Lejos, lejos de casa (fragmento). Libros del Zorro Rojo.


Historias a Fernández Recuerdo que me asomé a la ventana buscando inspiración. Vi pasar un camión de verduras que seguramente descargaría en el mercado de la esquina, y vi el jardín ornamentado de mi vecina, la vieja aristocrática, que a esa hora controlaba desde su azotea los movimientos del barrio. Escrito por Ema Wolf e ilustrado por Jorge Sanzol. En Historias a Fernández (fragmento). Sudamericana. pág. 14.


Distinta Luna despierta. No sabe por quÊ‌, pero ella se siente distinta.

Escrito por Beto Valencia e ilustrado por Sozapato. En Distinta (fragmento). Kalandraka, Libros para soĂąar.


Crece desde el pie No hay revoluciones tempranas, crecen desde el pie.

Escrito por Alfredo Zitarrosa e ilustrado por Pantana. Interpretada por MartĂ­n Buscaglia. Crece desde el pie (canciĂłn). Criatura.


El pequeño Brown Vivimos en la Ciudad, en pleno centro. Es de lo más cómodo, porque nos alojamos en un hotel que tiene un túnel para llegar a la estación y a los trenes subterráneos. Y los trenes llegan hasta el edificio donde trabaja mi papá, así que nunca necesita salir al exterior.

Escrito por Isobel Harris e Ilustrado por André François. En El pequeño Brown (fragmento). Niño.


Flix Al lado del edificio crecía un árbol de cerezo silvestre. Flix se subió por el árbol (como un gato) hasta la rama más cerca a la ventana. —¡Salta! Yo te agarro. ¡Ahora mismo! —le gritó. Ella no tuvo más remedio. Saltó… y …

Escrito por Tomi Ungerer. En Flix. Un amigo para siempre (fragmento). Ekaré.


Donde la ciudad termina Salimos. El camionero este domingo anda a pie. Tomamos el 597 por la ventanilla las casas son bajas y luego altas, monoblocks, otra vez departamentos, plazas, mansiones, villas, televisores y pantalones en las vidrieras carteles con las luces apagadas, supermercados, autos, pizzerĂ­as de nombres tentadores.

Escrito por Ruth Kaufman e ilustrado por Daniel RoldĂĄn. En Donde termina la ciudad (fragmento). PequeĂąo Editor.


Oveja con botitas —¡Qué desastre! —refunfuñó Lobo—. En casa solo me queda una botella de vino. Ahora tengo que salir a cenar con este tiempo de perros… La nieve le llegaba hasta las rodillas. Desde lo alto de la colina vio una casa solitaria. Tras las ventanas se vislumbraba una luz acogedora. Al lado había un gran establo. A Lobo se le iluminaron los ojos. Escrito por Maritgen Matter e ilustrado por Jan Jutte. En Oveja con botitas (fragmento). FCE.


Tío Lobo La madre cerró las ventanas, atracó las puertas, y tapó todos los huecos para que Tío Lobo no pudiesen entrar, pero … ¡olvidó de tapar la chimenea!

Escrito por Xosé Ballesteros Roger Olmos. En Tío lobo (fragmento). Kalandraka.


Mateo y su gato rojo Abrió el cuaderno y dibujó una ventana, una luna y un cielo de estrellas.

Escrito por Silvina Rocha e ilustrado por Lucía Mancilla Prieto. En Mateo y su gato rojo (fragmento). Del Naranjo, Luna de Azafrán, pág 27 y 28.


Un amigo para siempre

Escrito por Marina Colasanti, ilustrado por Rodrigo Folgueira y traducido por María Teresa Andruetto. En Un amigo para siempre (fragmento). Calibroscopio.

Pronto, los hombres de las otras celdas quisieron ver. Algunos se quedaron mirando por las ventanas, entre las rejas. Otros, que salían con él, empezaron a acompañarlo en su paseo por el jardín. Y todos llegaban y comprobaban: había un pájaro que confiaba en un hombre y le hacía fiestas, y se posaba en sus dedos para comer migas en la palma abierta. Otros intentaron hacer la misma cosa, deseosos también de tener amigos. Pero a pesar del deseo y de las migas, ninguno lo consiguió. Entonces aquel único pájaro, que sólo reparaba en aquel hombre, se volvió un poco el pájaro de todos.


¿Qué tal si? —No te preocupes Joe, Tom vive en esta calle. Vamos a encontrar la casa —dijo su mamá y salieron.

Escrito e ilustrado por Anthony Brown. En ¿Qué tal si? (fragmento). FCE.


Secretos en el bosque El miércoles por la tarde, soplaba el viento mientras yo dormía. El aire levantó suavemente la cortina blanca de la ventana. El conejo Peludín estaba fuera, silbando. Abrí la puerta al silencio del bosque y a la amable luz del sol. Hacía tiempo que no me adentraba en el bosque

Escrito e ilustrado por Jimmy Llao. En Secretos en el bosque (fragmento). Bárbara Fiore Editora.


Nube Nubecita blanca ¿a dónde vas? Cuento hasta cinco y ya no estas.

Yo te voy a esperar en mi ventana, fuiste a dar una vuelta a la manzana. Escrito por Beatriz Ferro e ilustrado por Matías Acosta. En Versos que no muerden ¿o sí (fragmento). Macmillan.


¡Vos me prometiste! Se puso el impermeable. Pero con el apuro se lo puso al revés. Saltó por la ventana y caminó sin rumbo.

Escrito por Gabriela Keselman e ilustrado por Teresa Novoa. En ¡Vos me prometiste! (fragmento). SM, El barco de Vapor.


Los niños del polo Escuchamos los silbidos. Hay un chico que se sube al tanque de agua para escupir. Angélica pasa el lampazo mientras putea con los labios apretados. La abuela sostiene un pequeño denario, y desde la cocina ordena que poden la parra y limpien el sótano. —Si por lo menos, después de todo, nos hubiera dejado una casa en un barrio decente, dice. Escrito por Emilia Casiva e ilustrado por Julieta Cuervo. En Los niños del polo (fragmento). Los Ríos Editorial.


¿Está lista la princesa? ¿Mire qué lindo día, princesa? Es hora de levantarse.

Escrito por Graciela Repún y Florencia Esses, e ilustrado por Valeria Cis. En ¿Está lista la princesa? (fragmento). Atlántida.


Julián en el espejo Julián, ahora que todo está en calma, se asoma y mira dormir a sus papás

Escrito por Félix Bruzzone e ilustrado por Pablo Derka. En Julián en el espejo (fragmento). Pípala.


Zoom

“Silento book” Ilustrado por Istvan Banyai. En Zoom (fragmento). FCE.


La pequeña Frida No quise mostrar mi decepción, así que me quedé con las tontas alas y corrí a mi habitación. Mi respiración empañaba lentamente la ventana. Distraída, dibujé en el vidrio una forma con mi dedo. Entonces agregué una manija y de pronto, ¡había una puerta! Escrito e ilustrado por Anthony Brown. En La pequeña Frida (fragmento). FCE.


Perro azul Escrito e ilustrado por Nadja. En Perro azul (fragmento). Corimbo.

Cuando Perro Azul se acercó a la ventana como de costumbre, Carlota estaba tan triste que apenas podía hablar. “No puedo verte más”, dijo con voz entrecortada por los sollozos, “mamá no quiere”. Perro Azul la miró fijamente, luego dio media vuelta y desapareció en la oscuridad.


El tren más largo del mundo La cuestión es que al día siguiente el señor Gómez asomó su triste nariz por la ventana y se encontró con la novedad.

Escrito por Silvia Schujer e ilustrado por Alberto Pez. En El tren más largo del mundo (fragmento). Alfaguara.


Rima LIII Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán.

Escrito por Gustavo Adolfo Bécquer. En Rimas y leyendas. Anaya.


Torta Berta Morosini hacía una torta. Una. La única que sabía hacer. Era en los días de mucha humedad cuando se inspiraba especialmente, y en Boulogne —los días de humedad son la mayoría. Ocurría más o menos así: A eso de las tres de la mañana Berta se despertaba triunfante. Daba unos panzazos vuelta y vuelta sobre el colchón y abría de par en par las ventanas. Después lanzaba su grito de guerra, un grito de morsa optimista que le salía del fondo de las sustancia y helaba la sangre a los valientes. Al grito seguía la frase que ya se había convertido en una amenaza pública: —¡VOY A PREPARAR LA TORTA! Escrito por Ema Wolf e ilustrado por Pez. En Nabuco, etc. (fragmento). Norma, Torre de Papel, pág 105.


El palacio del pájaro azul Una mañana, sin embargo, Sacha se despertó con el corazón triste. Desayunó sin apetito ante la ventana del salón, la única que daba al exterior. Al otro lado del cristal, hasta perderse de vista, se extendía un huerto. Los árboles se doblaban bajo el peso de los frutos y el sol brillaba. Abrió la ventana y la asaltaron ruidos y olores olvidados. Por primera vez desde hacía mucho tiempo, pensó en su padre y se le encogió el corazón. ¿Dónde estaría en ese momento? ¿Habría muerto de pena? Este último pensamiento hizo que tomase una decisión. Se subió a la ventana... De inmediato, Sacha se sintió empujada violentamente hacia atrás. Las flores azules de la tapicería y del mantel habían cobrado vida misteriosamente. Una la agarró por los tobillos, otras por la cintura, los hombros, las muñecas... Retenida por múltiples brazos, Sacha soltó un grito y cayó al suelo, inerte.

Escrito por Orianne Lallemand e ilustrado por Carde Henaff. En El palacio del pájaro azul (fragmento). Edelvives.


Aviso clasificado Busco una casita con cinco ventanas, por las que entre el mundo cuando tenga ganas; y que detrás de ellas se abran los paisajes cual si fueran magos de distintos trajes. Que tras una, el sol arda el año entero; que tras otra llueva de diciembre a enero; que la nieve dance contra la tercera y que —amplia— la cuarta sea una pecera. Y que por la quinta —la última ventana— ¡vea tu carita toda la semana!

Escrito por Elsa Bornemann. En El libro de los chicos enamorados. Ediciones Librería Fausto.


El libro de los gatos habilidosos Tengo en mente una gata Gumbi, se llama Jennita Manchita; se enreda con el cordón de la cortina, y nudos marineros hace mientras camina. Se sienta sobre el alfeizar de la ventana, o en una superficie suave y llana: Se sienta, se sienta, se sienta y se sienta‌ ¥Por eso es una gata Gumbi!

Escrito por Thomas S Elliot e ilustrado por Axel Scheffler. En El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum ( fragmento). Una Luna.


La escoba de la bruja Entonces una mañana, Mina Shaw acudió a sus vecinos con unas noticias alarmantes. Había visto el fantasma de la escoba. Era tan blanco como la nieve y recorría el bosque en la noche, llevando un hacha. El señor Spivey no le creyó. Pero esa noche, bajo una luna llena, observó desde una ventana al blanco fantasma salir del bosque y lentamente rondar su casa.

Escrito e ilustrado por Chris Van Allburg. En La escoba de la bruja (fragmento). FCE.


La bruja Baba Yaga La bruja seguía fuera de la casa, esperando ansiosa que se le calentara el agua. En un momento se acercó a la ventana y preguntó: —¿Estás tejiendo, queridita?

Recopilado por Afanasiev, contado por Liliana Cinetto e ilustrado por Sabrina Florio. En La bruja Baba Yaga (fragmento). Colección mini-álbum Pictus.


Romeo y Julieta Con su mano suave de luna la noche acaricia los árboles, los campos, los jardines silenciosos. Deja recodos en sombra, baña el mundo y las cosas con una luz pálida. Ahora Romeo ve cómo Julieta abre la ventana de su cuarto, y sorprende su monólogo de enamorada.

Escrito por William Shakespeare. En Romeo y Julieta (fragmento). Atlántida.


Dentro de una cebra

Pero habĂ­a dĂ­as terriblemente aburridos.

Escrito por Micaela Chirif y Renato Moriconi. En Dentro de una cebra (fragmento). Limonero.


El ojo ajeno: escritores tras la ventana I El ojo ajeno. Casas y viajes de escritores: Blog de Uri Gordon y Silvia Portorrico. Fotografías de Uri Gordon.

Adela Basch

Ángeles Durini

Liliana Cinetto

Verónica Sukaczer


El ojo ajeno: escritores tras la ventana II El ojo ajeno. Casas y viajes de escritores: Blog de Uri Gordon y Silvia Portorrico. FotografĂ­as de Uri Gordon.

Ricardo MariĂąo

Silvia Schujer


El ojo ajeno: escritores tras la ventana III El ojo ajeno. Casas y viajes de escritores: Blog de Uri Gordon y Silvia Portorrico. FotografĂ­as de Uri Gordon.

Horacio Convertini

Eduardo Abel Gimenez

MartĂ­n Blasco

Oche Califa


Las ventanas de Uri I

FotografĂ­as de Uri Gordon (inĂŠditas).


Las ventanas de Uri II

FotografĂ­as de Uri Gordon (inĂŠditas).


Agradecimientos Agradecemos a todos los que colaboraron para armar este catálogo colectivo de ventanas y balcones y a los escritores, ilustradores y editoriales que forman parte de esta publicación gratuita. Alejandra Cippitelli Ana Emilia Silva Catalina Antognini Cecilia Prado Cecilia Repetti Clara Perezlindo Claudia Cadenazzo Claudia Fandiño Cuento Rodado Daniela Faisal Deborah Telias Ediciones de la terraza Fabiola Morena Fabiola Villanueva Gil

Gabriela Casella Gabriela Fernández Gloria Candioti Jitanjáfora Laura Linzuain Lola Rubio Magalí Jardón María Amelia Macedo María Gabriela Belziti María Soledad Martini María Teresa Giacuboni Mario Méndez Maru Olmos Maru Pons

Micaela Chirif Miriam Franco Nora Lía Sormani Palabras imaginadas Pato Pereyra Patricia Dominguez Paula Prego Roque Bazán Roxana Pruzan Silvia Aristimuño Uri Gordon Verónica Dematey Verónica García Ontiveros



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